Lo que el viento se llevó
Capítulo 21. En busca de la verdad
Al abrir sus
ojos la mañana siguiente, Duo continuaba sin dar crédito a lo que había
sucedido, él y Heero se entregaron por primera vez, convirtiéndose en aquel su
momento más memorable. Las lágrimas le adornan las mejillas, pero las seca
enseguida, eran lágrimas de felicidad, una sonrisa adorna su rostro, con
cuidado se acurruca de nuevo entre los brazos de Heero y cierra sus ojos, sin
intenciones de volverse a dormir
El calor del
cuerpo de Duo, abrazado al suyo, despierta a Heero, el trenzado lo abrazaba por
la cintura y su cabeza descansaba sobre su pecho, él no duda en llevar su mano
hasta sus hombros y lo atrae con sutileza, Duo se remueve en su lugar y levanta
la cabeza, las miradas se encuentran y con un beso sincero se dan los buenos
días. Aunque el ojiazul no sonreía, Duo sabía que dentro de él un sentimiento
se conectaba con el suyo, aquel era el sentimiento de amor que ambos compartían
Duo. Buenos
días Heero
Heero. Buenos
días
El trenzado
sonríe como niño pequeño y se abraza de nuevo al cálido cuerpo de su novio, un
agradable silencio les acompaña por algunos momentos
Duo. Jamás
olvidaré lo de anoche, fue lo más bello
La afirmación
de Duo avergüenza un poco a Heero, pero aprieta sus manos en los hombros sobre
el trenzado y lo atrae de nuevo, se miran unos instantes en silencio, antes que
sus labios se encuentren de nuevo, en un beso suave, franco, entregado, lento,
húmedo; hasta que sus respiraciones los obligan a separarse, el sonrojo en el
rostro de Duo tenía un aire infantil que hace sonreír a Heero, como muy pocas
veces lo hacía, aquella sonrisa era únicamente para Duo, nadie más la vería
jamás, pertenecía a ese momento íntimo entre los dos
Heero. Te amo
Duo
Con su voz
sincera y cálida, las palabras de Heero llegan al corazón de Duo, el trenzado
se aferra a su cuerpo y ambos se funden en un abrazo que los llevaría a la
gloria, los temores anteriores de Duo no tenían fundamento, si su relación
cambiaba sería para bien, ambos lo sabían, ahora es que entendían.
Acostumbrarse a
la ceguera representaba para Wufei un reto grande, aunque a su lado estaba
Traize y la dicha le embargaba, sentía una sombra en su corazón, el castaño lo
sabía y tenía miedo, los ánimos del chino parecían bajar cada vez, aunque solo
tenía tres días en aquella condición. No hacía falta que ambos lo hablaran, de
hecho no querían hablarlo, se engañaban con la idea de que estar juntos los
haría superar cualquier cosa, mientras los uniera el amor
La mañana de
ese día Traize despierta y se encuentra solo en la cama, la noche anterior
había hecho el amor con Wufei por primera vez desde que estaba en esa condición
de ceguera, para los dos fue un momento importante y sin embargo casi
careciente de satisfacción, porque la culpa no los había dejado tranquilos,
Traize no pudo ver en los ojos de Wufei la mirada que siempre le dedicaba
cuando lo hacían, y él tampoco pudo decirle con la suya que él era el único a
quien amaba. Traize se levanta de prisa de la cama y sale corriendo de la
habitación, temiendo que el pelinegro hubiera sufrido algún percance, pero al
llegar a la sala lo encuentra sentado en uno de los sillones, con la mano
derecha se sostenía la izquierda, cubierta con una toalla para manos, llena de
sangre, el castaño se acerca corriendo a él
Traize. ¿Qué
pasó?
Wufei. Intenté
cocinar algo para el desayuno y me corté
Traize. Déjame
ver
Alarmado el
castaño agarra la mano de Wufei y mira la cortada, era larga pero no profunda,
sin embargo sangraba mucho. Traize levanta a su amante del sillón y lo dirige
hacia el baño para curarlo, el pelinegro se sienta sobre la tapa del retrete
mientras el otro preparaba las cosas
Wufei. ¿Siempre
seré tan inútil?
Traize. Tú no
eres ningún inútil
Wufei. Mírame
bien Traize, no sirvo para nada
Aunque sus ojos
no podían ver, el rostro de Wufei dirigido hacia Traize mostraba la tristeza y
la desesperación, él suspira largo y profundo, temiendo con su respiración
agitar el ánimo de su amante, pero Wufei parecía imperturbable, así que Traize
vuelve acercarse a él y se hinca frente al chino, le toma de las manos, como si
pudiera verlo le dirige una mirada dulce
Traize. Me
haces feliz, ¿no es eso hacer mucho?
Wufei. ¿Lo es
para ti? ¿Lo será siempre?
Sus peores
temores le invadían, para el castaño eran lo mismo, pero es incapaz de
expresarlo, si alguien debía ser positivo de los dos, era él. Traize debía
ahora cumplir con aquella función
Traize. Lo
será, por siempre
El castaño se
abraza a la cintura de Wufei y él le rodea la espalda con sus temblorosas
manos, creyendo las palabras de él, de la persona que amaba y que amaría
siempre, mientras él se lo permitiera, mientras ambos se permitieran ser felices.
Después de
semanas de preparativos, Quatre por fin tenía todo listo para su unión
simbólica con Trowa, en esos momentos se sentía tan pleno que la sombra de
muerte que les cubría a él y a su novio había desaparecido, Trowa no había
vuelto a tener un ataque y las cosas estaban bien ahora, se sentían felices
pensando en su futuro
El día llegó,
rentaron una furgoneta para poder trasladarse todos hacia el Pueblo: la familia
de Trowa, Heero, Duo y la futura pareja. Antes de comenzar el viaje Duo llamó a
sus padres y les comentó que iría al Pueblo, cuando ellos preguntaron si iba
con su esposo, el trenzado tuvo que evadir la respuesta, diciéndoles que
estando allá tenía muchas de qué platicarles
El camino por
la carretera fue tranquilo y llegaron al pueblo por la noche, existía un
pequeño Hotel y ahí se hospedaron, rentando tres habitaciones, una para cada
pareja y en la otra Catherine, la tía y sobrina de Trowa. Dentro de la
habitación de Heero y Duo, el trenzado se encontraba nervioso, caminaba de un lado
a otro, impaciente, mientras el ojiazul lo observa desde la cama
Heero. Duo, has
estado así más de media hora, ¿no crees que sea momento de ir a casa de tus
padres?
Con cara de
asustado, el trenzado voltea hacia Heero y sonríe nervioso, sus manos se
restregaban la una con la otra, rozando sus dedos con dureza
Duo. Tengo
miedo
Su confesión,
dicha con la voz temblorosa, hace que Heero se levante de la cama donde estaba
sentado y se acerque a él, de forma cariñosa le rodea los hombros con ambos
brazos y le da un beso en la mejilla, el trenzado se sorprende un poco por
aquella dulzura mostrada pero sonríe un poco menos nervioso
Heero. Todo va
a estar bien, estamos juntos
Duo. Lo sé…
muchas gracias
Sintiéndose
menos impaciente que momentos atrás, Duo se gira hacia Heero y le rodea el
cuello con ambos brazos, se miran a los ojos
Duo. Te amo
Heero, gracias por protegerme siempre
Sin esperar
respuesta de su novio, el trenzado busca los labios de Heero y se besan
suavemente, lento, pausado, poco a poco comienzan a tocarse pero en ese momento
alguien llama a la puerta y les interrumpe, el primero en separarse es Duo,
sonriendo tímidamente mira hacia el ojiazul, luego se aparta para ir abrir. El
trenzado abre la puerta y ve a Quatre y Trowa del otro lado, atrás de ellos la
tía, hermana y sobrina del ojiverde
Quatre. Vamos a
cenar algo
Duo. Sí, ya los
alcanzamos
Quatre. Les
esperamos abajo
Duo. Sí
Al cerrar la
puerta el trenzado se gira hacia Heero y suspira
Duo. Mañana
vamos con mis padres, ¿está bien?
Heero. Claro,
la boda es hasta el fin de semana
Duo. Gracias mi
amor, de verdad
Emocionado por
el apoyo que recibía del otro, Duo sonríe ampliamente, estira su mano hacia él
y Heero se acerca, se agarran y salen de la habitación. El pequeño Hotel solo
tenía tres pisos, en el primero estaba el lobby, ahí los esperaban los demás,
se reúnen los siete y salen del Hotel, rumbo a un pequeño restaurante a unos
cuantos metros de ahí, Duo y Quatre les contaban a los demás sobre sus días en
aquel pueblo, pero de pronto el trenzado recuerda las cosas que Traize le contó
sobre su padre y se entristece, aún tenía la duda de si aquello tan terrible
había sucedido, Heero se da cuenta del cambio de expresión de su novio pero no
comenta nada
Llegan por fin
al restaurante y se sientan en una mesa grande donde cupieran todos, al
instante se acerca a ellos una señora regordeta, la dueña de ese lugar, al ver
a Duo lo reconoce enseguida, pues él, a diferencia de Quatre, había vivido más
años en el pueblo
Señora. Pero si
es el señorito Maxwell ¿Cuánto tiempo eh?
Duo. Hola
Aunque ella lo
veía bien, Duo no estaba seguro de quien era ella, sin embargo se mostraba muy
amable
Señora. Que
sorpresa verte por acá, ¿y dónde está Traize?
Al oír ese
nombre se vuelve un ambiente un poco pesado, Leia, la tía de Trowa, al oír ese
nombre no puede evitar recordar al hombre que amó hace tanto tiempo, aunque le
pareció una terrible coincidencia nada más
Duo. Nos
divorciamos
El trenzado
tuvo que mentir para no dar mayor explicación, la señora enseguida se asusta al
oír aquello, todos en el pueblo sabían lo que había detrás de ese matrimonio
arreglado y que los padres de Duo eran muy estrictos, así que siente compasión
por él y lo que seguro afrontaría en ese lugar
Señora. Ay
muchacho, tus papás no lo saben ¿verdad? Ayer los vi y se veían tranquilos, si
supieran esto seguro estarían muy inquietos
Duo. Así es, no
lo saben y por favor no les diga, a eso he venido al pueblo, además
celebraremos una boda
Señora. ¿Te
casas de nuevo?
El trenzado
niega con la cabeza ante la pregunta y sonríe, señalando hacia Quatre y Trowa
que estaban frente a él y Heero
Duo. Quatre y
su novio, ¿recuerda a Quatre?
Al oír ese
nombre la señora voltea rápido hacia él, lo mira fijamente y sonríe
Señora. Claro,
de los Raberba ¿Verdad?
Quatre. Así es
Señora. Pero
que sorpresa niño, a ti si tenía muchos años sin verte
Quatre. Si, más
de una década
Señora. Me da
mucha alegría verlos, se han convertido en unos muchachos muy guapos, como se
esperaba
Duo. Gracias
Señora. Ahora,
les daré la especialidad de la casa para todos, yo invito
Duo. No es
necesario
Señora. Quiero
hacerlo, por favor
Quatre. Gracias
Sin discutir
más con la dueña del restaurante, aceptan la muestra de hospitalidad, ella se
retira y da la orden en cocina de que les preparen el banquete prometido
Leia. No sabía
que estabas casado Duo
Duo. Así es, no
una boda real, aunque en este pueblo nos tomamos esas bodas muy en serio
Leia. Ya veo
Sin abundar en
el tema, la tía de Trowa se queda pensando en aquel nombre, Traize, le traía
tantos recuerdos. Su mirada se posa en el otro extremo de la mesa, donde estaba
Mariemaia con Catherine, observa fijamente a su hija y suspira… luego de que
les llevaran la cena y que la terminaran, la dueña vuelve a rechazar la idea de
que le paguen por el banquete. Quatre aprovecha y le da indicaciones de cuándo
y dónde sería su ceremonia con Trowa para que asista, luego el grupo se va, de
regreso al Hotel, a excepción de los futuros esposos, que tomados de la mano
deciden dar un paseo por el lugar
Trowa. Es más
lindo de lo que imaginé
Quatre. No lo
es tanto
Trowa. Tal vez
lo pienso así porque solo me sirve un ojo
La broma del
castaño no hace reír a Quatre ni siquiera un poco, por el contrario deja de
caminar, sin soltar la mano de su novio, Trowa mira hacia él, el rubio mantenía
la cabeza agachada, mirando hacia el suelo
Trowa.
Perdóname, no debí decir eso
Enseguida
Quatre mueve su cabeza para negar, aprieta un poco más fuerte la mano de su
novio y luego voltea a verlo, se miran a los ojos
Quatre. Esto es
como un sueño, y yo realmente no quiero pensar en que tal vez… más pronto que
tarde… Trowa, tengo mucho miedo
La actitud de
Quatre en todo ese tiempo de caos había sido positiva y tranquila, pero ahora
se sentía inseguro y más triste de lo normal, incapaz de aparentar frente a
Trowa y sintiéndose egoísta ¿Quién era él para hablar de miedo? Cuando
seguramente el que debía estarse derrumbando debido a él era Trowa, sin embargo
el ojiverde sonríe con ternura y lo atrae suavemente hacia él, le sujeta el
rostro con ambas manos y le besa los labios, luego lo observa fijamente
Trowa. No
tengas miedo, yo estoy en paz y quiero vivir los días que me queden al lado de
la persona que más amo, no quiero verte llorar de nuevo
Las lágrimas
del rubio se deslizan enseguida por sus mejillas y se abraza con fuerza al
cuerpo de su novio, escondiendo el rostro en su pecho, Trowa le corresponde el
abrazo fuertemente y besa sobre sus cabellos, extrañamente se sentía muy
tranquilo
Cuando
regresaron a su habitación, Heero y Duo continúan lo que habían dejado
pendiente antes que Quatre les interrumpiera, ahora descansan acostados en la
cama, desnudos completamente bajo las sábanas, abrazándose, el trenzado vuelve
a darle vueltas en la cabeza la terrible confesión de Traize
Heero. Hace
rato te noté distante, ¿en qué pensabas?
Duo. No puedo
mentirte Heero… pensaba en la historia de Traize
Heero. ¿Otra
vez? Te dije que esperes a hablar con tu padre
Duo. Lo sé
Frustrado por
su propia debilidad, Duo se separa un poco de Heero y apoyado de su codo mira
hacia su novio, Heero le corresponde la mirada
Duo. Es una
tontería adelantarme pero, ¿si es cierto? ¿Qué haré?
Sin saber que
responder a eso, Heero tan solo se queda callado, estira luego su mano y
acaricia la mejilla de Duo
Heero. Es mejor
no apresurarse ¿sí? Tratemos de descansar y mañana iremos
Duo. Sí
Mostrando su
mejor sonrisa, el trenzado vuelve a los brazos de Heero, aunque en su cabeza
aun rondaba la duda, pensaba también en las palabras de su novio, solo quedaba
esperar a enfrentar a sus padres cara a cara.
A la mañana
siguiente, aunque fue difícil, Duo se arma de valor y llama a sus padres,
arreglando una visita por la tarde, avisándoles que un “amigo” le acompañaba,
como no hubo más preguntas el trenzado no tuvo que dar mayores explicaciones
Heero mira el
semblante de su novio, acababan de regresar de comer con todo el grupo, luego
de eso Quatre y Catherine se fueron para ver el lugar donde se haría la ceremonia,
dejando a Trowa solo con su tía y prima. El ojiazul continuaba mirando
detenidamente el rostro de Duo mientras se dirigían a la cita con los padres
del ojivioleta, preocupado por su novio y lo que pudiera suceder dentro de
dicha casa
Se detienen a
escasos metros antes de llegar, Duo se para en seco y Heero lo observa, el
ojivioleta mira detenidamente la puerta y nota que sus manos tiemblan, así que
se acerca a él y le coloca la mano sobre el hombro, él voltea y sonríe nervioso
Duo. Aquí vamos
Heero. Es algo
que tienes que hacer
Duo. Lo sé
Le sonríe una
vez más antes de armarse por fin de valor, caminan los metros que les hacen
falta y Duo toca la puerta, Heero a su lado, pero no demasiado cerca. Dentro,
un ruido de pasos acercándose pone a Duo mucho más nervioso, de ser posible,
cuando la puerta se abre y ve a su madre, un mar de emociones le invaden, el
abrazo es inminente y las lágrimas también, Heero mira la escena conmovido
Sra. Maxwell.
Hijo mío, cuanta dicha verte aquí
Duo. Mamá, te
extrañé mucho
Se vuelven
abrazar mientras lloran, mientras el ojiazul los observa, segundos después ve a
alguien en el interior de la casa, acercándose a la puerta, Heero intuye que se
trata del papá de Duo, desde el primer instante hay algo en él y su mirada que
lo inquieta pero no puede adivinar por qué. Ambos cruzan mirada unos instantes,
hasta que él se acerca a su esposa y su hijo
Sr. Maxwell.
Duo, querido Duo
El aludido
voltea hacia su padre y le sonríe, suelta a su madre y mientras su padre
extiende los brazos él se acerca, hasta que se abrazan afectuosamente, Heero
mira atento la escena y la forma en que el hombre abraza a Duo le hace sentir
incómodo, pero no sabía explicar por qué, entonces pensó en la historia de Traize
y por primera vez comienza a dudar de la inocencia de ese hombre
Al separarse,
Duo se gira ligeramente hacia Heero y lo señala
Duo. Él es
Heero Yuy, un amigo de Quatre y mío
Sra. Maxwell.
Mucho gusto
Amablemente la
señora extiende su mano y Heero la saluda, pero en cambio el papá lo observa
con desconfianza y solo le saluda moviendo la cabeza, el ojiazul se queda con
la mano extendida, haciendo sentir incómodo a Duo
Sra. Maxwell.
Pasen por favor, estoy preparando té
Duo. Sí mamá
Ambos entran a
la casa, el papá de Duo se queda mirando a Heero unos instantes, luego le
indica con la mano que pase antes que él, Heero obedece y comparten una mirada
fría antes que ambos entren, dirigiéndose a la sala. La mamá de Duo se va a la
cocina y se quedan los tres en la sala
Sr. Maxwell.
Por favor siéntense
Duo. Sí
El trenzado se
sienta en uno de los sillones, en el de dos plazas, mientras su padre se sienta
en el de una, Heero se sienta en una silla, en medio de ambos sillones, en poco
tiempo regresa la Señora con una chica de aseo, ambas dejan las cosas para el
té sobre la mesita, la mamá de Duo se sienta junto a él luego de servir el té
Sra. Maxwell.
Cariño, nos intrigamos mucho cuando dijiste que Traize no venía contigo, ¿hay
algo malo con ustedes?
Duo. Ahorita no
puedo explicártelo, primero díganme como han estado
La forma de
evadir el tema hace molestar a su papá, pero el señor se calma y lo observa
fijamente mientras bebe de su té, la señora no se muestra menos preocupada,
pero decide hacerle caso a su hijo y le comienza a narrar como es que ha pasado
los días desde que él se mudó a la ciudad con su esposo. Duo la escucha atento
y con emoción, aunque lo que tenía que decir no era realmente interesante,
mientras que el papá no deja de mirar con desconfianza a Heero, y ahora él
también lo miraba de la misma forma
El té se
terminó y la conversación sin importancia también, el papá de Duo, cansado de
no tener noticias del esposo de su hijo se enoja e interrumpe a su esposa.
Dicha acción molesta a Heero, pues no imaginaba que el papá de Duo fuese tan
impaciente
Sr. Maxwell.
Duo, ya basta de evasivas, dinos porque no vino Traize contigo y porque éste
hombre te acompaña
Duo. Papá es
que yo…
Sra. Hijo,
tennos confianza, ¿Qué está pasando?
Duo. Lo siento…
El trenzado
agacha la cabeza y se queda callado durante varios segundos. Heero permanece
sentado a la expectativa, hasta que el señor Maxwell, colérico, se pone de pie
y mira acusadoramente a su hijo
Sr. ¡Habla ya!
La exigencia
del señor, dicha con un grito de rabia pone en alerta a Heero, el trenzado
nunca le contó que su papá fuese así de temperamental y ahora comenzaba a
preocuparse. Pero Duo no estaba asustado, tan solo levanta la cabeza y lo mira
a los ojos
Duo. Ya se
acabó, no estamos juntos
Sr. Maxwell
¿Qué estupidez estás diciendo?
Duo. Traize me
fue infiel y él ha encontrado con quien estar
Sr. Maxwell. No
digas sandeces ¿lo dejaste por una simple infidelidad?
Duo. ¿Te parece
poco?
Sr. Maxwell.
Claro que sí idiota, no te educamos para ser tan estúpido
Sra. Maxwell. Cariño,
escuchémoslo
La madre de
Duo, muy asustada se pone de pie y trata de calmar a su marido, pero él la
empuja molesto, aunque no muy fuerte
Sr. Maxwell.
Déjame a mí, porque parece que nuestro hijo nunca aprendió de disciplina
Duo. Pero papá…
Sr. Maxwell.
Eres un impertinente
Molesto y sin
hacer caso a las súplicas de su esposa, el señor le da una bofetada a Duo con
todas sus fuerzas, haciéndolo incluso retroceder unos pasos, es entonces que
Heero se alarma, poniéndose de pie
Heero. ¡No lo
toque!
Duo. Heero no…
Sr. Maxwell.
Ah, ya entiendo, este tipo te ha estado mal influenciando ¿no? He notado su
acento citadino
Duo. Deja a
Heero al margen de esto, él solo…
Sr. Maxwell.
¿Es tu amante?
Sra. Maxwell.
¡Cariño por Dios! No lo acuses de algo tan terrible
Al oír esa
pregunta, el trenzado agacha la cabeza, su madre lo mira con angustia,
acercándose a él lentamente
Sra. Maxwell.
Vamos hijo, dile que se equivoca
Duo. No mamá,
es verdad, Heero y yo somos pareja
Al escuchar la
afirmación, la mamá del trenzado siente que le faltan las fuerzas, en cambio,
el papá, más enojado que antes, se acerca e intenta golpearlo, pero Heero se
adelanta y le sostiene el brazo. Ambos se miran con desafío
Heero. Si
quiere golpear a alguien hágalo conmigo
Si pensar mucho
en la propuesta, el papá de Duo le da un fuerte puñetazo que lo hace caer al
suelo, al verlo el trenzado se asusta y se acerca hasta él, pero Heero lo
tranquiliza con su mirada
Sr. Maxwell.
Váyanse de mi casa
Sra. Maxwell.
Pero cariño…
Sr. maxwell.
Lárgate también si quieres, pero quiero que Duo se vaya de mi casa, sobre todo
ese hombre mal habido
Sin decir nada,
la señora se queda quieta en su lugar, Duo busca su mirada pero ella se la
niega, dándole a entender que no se opondrá a dicha decisión y que tampoco irá
tras él, Duo siente una opresión en el pecho y mira hacia su padre
Duo. Como
quieras, pero aunque te opongas, Heero y yo nos amamos, estaremos juntos
siempre
Sr. Maxwell.
¡Ya cállate y vete!
Sin decir más
nada y sin volver a buscar la mirada de su madre, Duo y Heero salen de la casa,
tras cerrar la puerta el papá de Duo comienza a tirar cosas al suelo, enojado,
el ruido alcanza a escucharse hasta fuera, pero Heero y Duo no dan marcha atrás
y se van de ahí, rumbo al Hotel, sin hablar en todo el trayecto. Quatre ve llegar
a la pareja cuando se asoma por la ventana tras correr la cortina, así que
decide salir de la habitación, dejando a Trowa dormido. Al salir el rubio,
Heero y Duo estaban acercándose a su habitación
Quatre. ¿Cómo
les fue?
Duo. Mal, lo
tomaron todo a mal, ni siquiera me dejaron explicar todo
Quatre. Lo
lamento mucho
Amablemente, el
trenzado sonríe, pero realmente estaba muy triste, Heero se limita a abrazarlo
por los hombros
Quatre. ¿Y qué
harás?
Duo. Nada, si
ellos no quieren saber de mí, ¿Qué más puedo hacer?
Quatre.
Entiendo… entonces supongo que de lo otro ni preguntaste
Duo. No, y
habría sido peor
Quatre. Es
verdad
Heero. Duo,
¿Por qué no vas y descansas? Te dejaré solo para que pienses un poco las cosas
con tranquilidad
Duo. Sí,
gracias
De acuerdo con
su novio, el trenzado le da un beso en la mejilla y le sonríe, luego se va a su
habitación, mientras que Heero se queda en el pasillo con Quatre, el rubio lo
mira fijamente
Quatre.
Presiento que quieres decirme algo que él no debe oír
Heero. Sí, ven
El ojiazul hace
una seña y avanza hacia las escaleras, Quatre lo sigue en silencio, bajan a la
primera planta, donde había una cafetería pequeña, se sientan y ordenan un par
de cafés
Quatre. ¿Y
bien?
Heero. El padre
de Duo no es como imaginaba y no quiero pensar que la historia que Traize le
contó a Duo me ha influenciado, pero no confío en él
Quatre. ¿Qué?
¿Tratas de decirme que crees que él fue capaz de abusar de un niño?
Sin responder
con palabras, Heero asiente, dejando consternado a Quatre, sabía que el amigo
de su novio era muy perceptivo, pero le costaba creer que aquella horrorosa
historia podía ser real
Quatre. ¿Qué te
hace suponerlo?
Heero. La forma
de mirarlo, de abrazarlo, creo que él siente algo por Duo, diferente al amor de
un padre, creer que se desquitó con Traize lo que jamás hizo con Duo no me
cuesta trabajo creerlo, además su forma de reaccionar al hecho de que Duo
dejara a su esposo por serle infiel, pareciera que no soportaba la idea de que
Duo dejara a Traize, como si él fuera la conexión a sus fantasías retorcidas
El rubio mira
asombrado a Heero, desconcertado por aquella conclusión, hecha por una simple
visita, pero reconocía que aquello tenía sentido, si él nunca sufrió de niño
abuso por parte de él, a pesar de ser tan unido a Duo, quizás se debía a su
poco parecido con el trenzado, de las pocas características físicas que
compartía con él, a diferencia de Traize, que era castaño, de tono de piel muy
parecida, mirada profunda. Pero incluso así le costaba trabajo creer que el Sr.
Maxwell fuese un pedófilo
Quatre. Es
extraño y enfermo, pero tiene lógica
Heero. No
quiero que Duo tenga esa imagen de su padre, ya tiene suficiente con lo de hoy,
es mejor no decirle y no alentarlo a que confronte a su padre con esa verdad
Quatre. Estoy
de acuerdo
Heero. Tampoco
quiero que Trowa lo sepa por favor, quiero que esté tranquilo
Quatre. Sí,
será entre tú y yo
El rubio le
sonríe con amabilidad a Heero y el asiente en respuesta. Cuando terminan sus
cafés y pagan se alejan, cada uno a su habitación, con su pareja, Duo dormía
profundamente, mientras que Trowa estaba sentado a la orilla de la cama,
dándole la espalda a la puerta, el rubio sonríe
Quatre. Hola
amor
Trowa. Quatre…
La voz del
ojiverde suena extraña y Quatre se asusta, cierra la puerta rápidamente y se
acerca a la cama, frente a Trowa, este se sostenía el brazo derecho con la mano
izquierda, tenía la cabeza agachada
Quatre. ¿Qué
pasa?
El rubio
temblaba asustado, mirando con los ojos muy abiertos a su novio, entonces el
castaño levanta la cabeza, luciendo muy preocupado
Trowa. No puedo
mover el brazo
Al decirlo
suelta su brazo y este cae sin fuerza al costado de su cuerpo, Quatre se
apresura a tomarlo y le comienza a dar masaje, por si se tratara de algún
calambre, pero Trowa no podía sentir en absoluto su brazo. Quatre se da por
vencido luego de varios intentos y su cara de tristeza era más que obvia, la
enfermedad avanzaba más rápido de lo que pensaban
Trowa. No creo
que podamos esperar al fin de semana, casémonos hoy
Quatre. Pero,
los preparativos
Trowa. No
quiero una gran fiesta ni todo el pueblo acompañándonos, solo te quiero a ti, a
mi familia, a mis amigos
Quatre. Está
bien
Sonriendo
amargamente, Quatre se agacha y besa a Trowa en la frente, lo mira a los ojos y
luego le da un beso en los labios
Quatre. Está
bien
Lentamente se
aparta de él y sale de la habitación, al hacerlo apoya la espalda en la puerta
y se cubre el rostro, comenzando a llorar, sabiendo que se acercaba el final.
Luego de hacer
un par de llamadas y de haber avisado a sus amigos y familia de la situación de
Trowa, el rubio se arma de valor para adelantar todo improvisadamente, entre
Duo y Catherine adornaron el bosque cercano al Hotel, con la ayuda de la señora
que el día anterior les regalara la cena. Usando las luces de Navidad que se
encontraban guardadas en el sótano del Hotel, las colocaron en los árboles, que
además de la luz de la luna, nada más les iluminaba, en el suelo se colocó un
camino de veladoras sobre agua dentro de platos de cristal por donde pasarían
ambos hasta llegar a donde se encontraría el ministro
Los invitados
estarían de pie tras el camino de velas de ambos lados, además de la familia de
Trowa, Heero y Duo, la dueña del Hotel y algunos Huéspedes serían los
invitados, la misma señora se ofreció a dar un pequeño banquete en el
restaurante del Hotel y no permitió que se le pagara nada. Llega la hora y
Quatre arriba primero, reuniéndose con Duo, la tía y sobrina de Trowa, mientras
que Heero y Catherine estaban aún en la habitación con Trowa, el primero fue
quien ayudó a Trowa a vestirse, Catherine lo peinó lo mejor que pudo y le
colocó el parche blanco que usaría en esa ocasión
Catherine. Te
ves tan guapo hermano
La pelirroja
estaba a punto de las lágrimas, pero se estaba conteniendo, Heero en cambio
parecía tranquilo, pero desde que supo lo del brazo, la cruel realidad
comenzaba a aplastarlo, su mejor amigo moriría y él no podía hacer nada para
salvarlo, por mucho que deseara estar en sus zapatos y ser él quien abandonara
el mundo a tan temprana edad
Catherine. Iré
bajando
Trowa. Está
bien
Con gran
esfuerzo Trowa le sonríe a su hermana y cuando ella se marcha, mira hacia
Heero, apretando los dientes en un gesto de dolor
Heero. ¿Qué
pasa?
Trowa. Me
duele…
Heero. ¿Qué?
Trowa. La cabeza
Con su mano
izquierda se sujeta la cabeza con fuerza
Heero. ¿Y tu
medicina?
Trowa. Ya me la
tomé, no me ha hecho efecto
Sin saber que
hacer por su amigo, Heero solo empuña con fuerza ambas manos, era evidente que
el tratamiento de Trowa ya no le servía como antes, que a medida que avanzaba
la enfermedad los síntomas eran más fuertes
Heero. ¿Quieres
que avise a Quatre que suspenda?
Trowa. No, eso
no… a veces se pasa, así de la nada…
Haciendo otra
mueca de dolor se agarra la cabeza y luego se agacha hasta tocar sus rodillas,
Heero se queda quieto, mirándolo con impotencia, luego de unos minutos por fin
se levanta, su rostro se veía mucho más relajado
Trowa. Ya se
pasó, te lo dije
Heero. ¿Seguro?
Trowa. Sí,
vamos… no quiero hacer esperar más a Quatre
Haciendo caso a
su amigo, Heero lo ayuda a colocarse de pie y ambos salen de la habitación
hacia la parte de abajo, intrigado por lo que se habían tardado, Duo va a su
encuentro, pero se los topa cuando estaban terminando de bajar las escaleras
Duo. ¿Todo
bien?
Trowa. Sí,
excelente
Duo. Entonces
vamos, Quatre está esperando
Al paso lento
de Trowa, el trenzado y el ojiazul caminan hacia la parte de atrás del Hotel,
donde estaba el bosque, al verlo Trowa se maravilla, era mucho más perfecto de
lo que imaginó, Quatre ya le esperaba junto al ministro, en lo que sería el
altar. Sus miradas se cruzan y se sonríen con ternura, el rubio estaba a punto
de llorar pero se contiene, mientras que Duo toma su lugar al frente, pues él
entregaría los anillos, mientras que Heero ayuda a Trowa a caminar al altar, se
veía más débil incluso que aquella mañana, como si un par de horas se hubiesen
convertido en años; luego de dejar a su amigo, Heero se coloca al otro extremo
de Duo
Trowa y Quatre
quedan uno frente al otro, Quatre estira su mano y sujeta la de Trowa, que era
la izquierda, se sonríen y luego miran hacia el ministro, entonces la ceremonia
continúa. Durante esta, Catherine no deja de llorar, mirando con tristeza como
su hermano ya no parecía el mismo de antes, pero aun así sonreía como nunca
sonrió en su vida, al estar junto al hombre que amaba. El momento de colocar
los anillos llega y en ese momento se dicen sus respectivos votos, mirándose a
los ojos, en un momento que resulta hermoso y a la vez triste, pues ya todos
sabían la suerte que correría Trowa más pronto que tarde, todos eran testigos
de su deterioro en tan pocas horas
Al finalizar la
ceremonia se miran de frente, tomados de la mano y se dan un beso, luego los
invitados se levantan de sus sillas y aplauden, mientras Trowa y Quatre caminan
por el sendero de velas, sujetado el más alto del brazo del rubio. Al llegar al
final se les acercan para felicitarlos todos y cada uno de los invitados
Señora. Pueden
pasar al restaurante, les serviré la cena
Quatre. Muchas
gracias, no tiene idea de cuánto le agradezco todo esto
Señora. Vamos
muchacho, es un placer
Totalmente
conmovido por la situación, Quatre abraza a la señora, mientras que Trowa lo
observa a dos metros de ahí, junto a Heero
Heero. Vamos, te
llevaré a la mesa
Trowa. Gracias
Aunque se
sentía incómodo por no poder caminar bien él mismo, el ojiverde se deja guiar
por su amigo hasta la mesa principal en el saloncito, lo que normalmente era el
restaurante. Poco después se les une Quatre y se sienta a su lado en la mesa
destinada para ellos, en la más próxima a esa estaban la familia de Trowa y dos
lugares vacíos que después son ocupados por Heero y Duo. Una música suave de
fondo ameniza el lugar
Quatre. ¿Te
gustó la ceremonia?
Trowa. Fue
mucho más linda de lo que pensé
Quatre. Todos
ayudaron ¿puedes creerlo? Apenas nos conocen pero todos hicieron algo, estoy
impresionado
Trowa. En este
pueblo hay muchas personas buenas
Quatre. Sí
Trowa. Y a todo
esto ¿Cómo le fue a Duo con sus padres?
Ante la pregunta
incómoda, Quatre se queda callado, no quería contarle nada, tal como acordó con
Heero, pero no quería mentirle a su esposo, pero para su fortuna, antes que
dijera algo o que el silencio se extendiera demasiado, llega hasta la mesa la
señora dueña del pequeño Hotel con la comida para ellos
Señora. Espero
les guste, es sencillo pero trabajamos con mucho amor
Quatre. Es
perfecto, muchas gracias
Trowa. Sí, todo
ha sido maravilloso, no tengo palabras para agradecerle lo suficiente
Señora. Tengan
un matrimonio próspero, eso será suficiente
Con una gran
sonrisa la señora se aleja. Trowa mira hacia la comida fijamente, en silencio,
en tanto Quatre se da cuenta que se ha puesto triste
Quatre. Mi
amor, comamos ¿sí?
Trowa. Sí
Aunque trata de
sonreír, Trowa siente un pequeño mareo y cierra los ojos unos instantes, pero
Quatre se da cuenta enseguida y se preocupa
Quatre. ¿Estás
bien?
Trowa. De
pronto me dieron náuseas pero…
Con gesto
aturdido, Trowa vuelve a cerrar los ojos unos momentos, respira profundo, mientras
Quatre le palmea un poco la espalda, luego lo abraza
Quatre. Vamos
arriba para que descanses
Trowa. Estoy
bien
Quatre. Pero
Trowa…
Trowa. Está
bien, pero tú come algo primero
Quatre. No es
necesario
Trowa. Sí,
estuviste arreglando todo para la ceremonia, come algo
Quatre. Sí
Aunque no
estaba convencido, Quatre come por fin, aunque sin ganas, Trowa hace un intento
por comer pero vuelve a sentir náuseas, el medicamente que tomaba era muy
fuerte, había pasado los últimos meses presentando algunos síntomas similares.
En la otra
mesa, Heero y Duo comían en silencio, ambos se daban cuenta de lo que estaba
pasando en la otra mesa, pero ninguno se atrevía hacer comentarios. Por su
parte, Catherine no había dejado de llorar desde la ceremonia, aun no comía
nada, tan solo picaba su comida, aunque su tía la regañaba, Mariemaia, ajena a
la situación, charlaba con otro niño que habían sentado a la mesa con ellos.
Mientras el resto de los invitados, aún comían, podían escucharse los
cuchicheos de las diversas conversaciones
En la mesa
principal, y luego de haber comido, Quatre se levanta de la silla pero
permaneciendo en el mismo sitio, pide la atención de todos los presentes,
quienes voltean enseguida hacia él, la señora silencia la música y todos miran
fijamente a Quatre, que levantaba el vaso con agua que bebía, a manera de
simular una copa
Quatre. Muchas
gracias a todos por brindar su apoyo, esto fue posible gracias a ustedes, Trowa
y yo estamos infinitamente agradecidos y conmovidos por su gesto. Lamentablemente
tenemos que retirarnos, ya que Trowa no se siente bien, pero deseamos que aún
se queden y disfruten de la fiesta, por favor. Gracias
Aunque hubo
algunos murmullos, nadie lanza crítica alguna, todos comprendían la situación.
Trowa por su parre también se levanta, aun todos miraban hacia la mesa
principal y aprovecha para también hablar, a pesar que nunca fue tan sociable
como para hacer algo así
Trowa. Lo que
han hecho hoy por nosotros es algo que espero jamás olvidar, infinitas gracias
a todos
Realmente
agradecido, Trowa se inclina para hacer una reverencia y todos los invitados
les aplauden. Luego de levantarse el ojiverde hace una seña con la mano para
despedirse y caminando junto a Quatre salen del restaurante, tras ellos sus dos
amigos y la tía de Trowa, que les alcanzan antes que vayan hacia las escaleras
Leia. Cariño,
¿quieres que llame al médico? Podemos regresar a casa también
Trowa. No tía,
estoy bien, solo algo cansado
Leia. Pero ni
siquiera te vi comer
Heero. Tu tía
tiene razón
Trowa. No por
favor, basta, solo quiero estar con Quatre a solas ¿sí? Es todo lo que pido,
solo eso
Las palabras
firmes de Trowa los dejan mudos, estaban siendo poco sensibles y después de
todo aquella era su noche de bodas, lo que menos quería Trowa era estar recibiendo
un sermón, aunque este fuera porque se preocupaban por él
Duo. Perdónanos
Trowa, pero es verdad, ustedes vayan, pero cualquier cosa que necesiten
avísennos
Leia. Es verdad
hijo
Trowa. Lo
haremos, muchas gracias
Quatre. Sí,
gracias
Heero. Como quieras…
El único
enojado por la conclusión de aquello es el ojiazul y regresa al restaurante
para ya no alegar, Duo suspira y luego mira a los novios
Duo. Yo lo
contentaré
Les guiña el
ojo y Quatre sonríe
Leia. Suerte
Trowa. Gracias
Quatre y Trowa
se agarran del brazo otra vez y suben al segundo piso, donde estaba su
habitación, en tanto los otros dos regresan al saloncito. El rubio cierra la
puerta con seguro, el ojiverde va hacia la cama y sin poder usar su brazo
derecho se quita los zapatos, luego se queda sentado, observando el anillo en
su anular izquierdo, sonríe emocionado, por fin se había unido a Quatre, aunque
aquello no tuviera validez legal o religiosa, para ellos la tenía y eso era lo
que importaba. El rubio se acerca a la cama y se sienta junto a Trowa, del lado
izquierdo, le agarra la mano y se la besa
Quatre. Trata
de dormir un poco
Trowa. No
Quatre. ¿Qué?
Trowa. Es
nuestra noche de bodas… quiero hacerte el amor
Quatre. Pero
Trowa…
Trowa. Por
favor
Casi
suplicando, Trowa levanta su mano hasta la mejilla de Quatre y se la acaricia,
al tacto él cierra los ojos y unas lágrimas se le resbalan por el rostro, luego
asiente
Quatre. Tienes
razón, esta noche es nuestra noche
Tratando de
sonreír, el rubio abre los ojos y se encuentra con la mirada verde, fija pero
casi distante, con un ojo cubierto por un parche blanco y el otro puesto en él.
Se besan lentamente por unos segundos y luego Quatre se pone de pie,
colocándose frente a él, comienza a quitarse la ropa, comenzando por el saco,
el que no duda tirar al suelo, luego desabotona los puños de la camisa y afloja
el nudo de la corbata, sin quitar más prendas se pasa al pantalón, desabrocha
su cinturón y lo deja caer al suelo también
Trowa también
comienza por quitarse el nudo de la corbata con su zurda, sin dejar de mirar a
Quatre quitarse la ropa para él, pero el ojiverde no puede más que quitarse la
corbata y los zapatos y calcetines que ya se había quitado antes. Mientras que
Quatre termina de desvestirse hasta quedar solo en ropa interior, luego se
acerca a Trowa y le sujeta el rostro con ambas manos, se besan sensualmente,
lento y profundo, y en tanto lo hacen, el rubio aprovecha para quitarle el saco
y aventarlo al suelo, luego a desabotonar la camisa, deslizándola lentamente
por los hombros de Trowa hasta que la quita por completo y la arroja
Se miran al
dejar de besarse, Quatre, aun de pie, con su rodilla derecha separa las piernas
de Trowa y se coloca en medio, abrazándolo por la cabeza se agacha y vuelven a
besarse, está vez con un poco más de pasión, pero sin arrebato, Trowa le abraza
por la cintura con su única mano movible y luego le baja lentamente la ropa
interior hasta media pierna, sujetándole el miembro con delicadeza comienza a
acariciarlo. Quatre suspira sobre sus labios y se aparta un poco para besarle
la frente, quedándose ahí unos momentos, mientras Trowa le toca hasta
provocarle una erección. El rubio jadea y se aparta para quitarse del todo el
bóxer, después se acerca de nuevo y le besa en la boca, bajando enseguida al cuello,
regalándole suaves besos, rozando los labios sobre la tibia piel, bajando más
Llega hasta su
pecho y le besa los pectorales, pasando luego a darle unos besos sutiles en los
pezones, continuando su descenso, paseando su lengua húmeda por el abdomen,
bajando hasta ponerse de rodillas, en medio de las piernas de Trowa, mira hacia
arriba y le sonríe, mientras le comienza a desabrochar los pantalones, su
sonrisa es devuelta y el ojiverde lleva su mano izquierda hasta la cabeza de
Quatre, acariciándole los cabellos, el rubio lo mira con ternura y aparta la
mirada, observando hacia abajo, con su mano derecha sujeta el miembro de Trowa
y le da un beso en el glande, mientras su mano se mueve lenta de abajo hacia
arriba, luego con el pulgar presiona hacia la punta antes de meterlo a su boca,
ayudándose de su mano, cuando él baja la cabeza en el movimiento, su mano
presiona hacia la base. Trowa cierra el ojo e inclina la cabeza hacia atrás,
por un momento temió no funcionar, que su cerebro le engañara y no pudiera
obtener una erección, pero lo había logrado y la boca de su esposo lo estaba
llevando al paraíso antes incluso de morir
Quatre se
detuvo y dio un último beso, luego se puso de pie, Trowa hizo lo mismo y los
pantalones cayeron al piso, Quatre se los quita y aprovecha para despojarlo de
la ropa interior. Se besaron de pie, hasta que el rubio coloca la mano sobre su
pecho y lo empuja con sutileza hacia la cama. Trowa se acuesta sobre ella, boca
arriba, Quatre le sonríe con ternura mientras se acercaba, subiéndose enseguida
a su cadera, se agacha y se dan un beso suave, Quatre se incorpora y sin dejar
de mirar a su esposo le agarra el miembro, levanta su cadera y se acomoda,
comenzando a descender hasta penetrarse por completo. Suspiraron al finalizar
la unión, se miran a los ojos y Quatre comienza a moverse lentamente, con
vaivenes hacia delante, sin levantarse. Los jadeos comenzaron, las miradas
cómplices, llenas de confianza
Trowa. Quatre…
Los suspiros
del más alto fueron para Quatre un cúmulo de distintas emociones, mientras que
su cuerpo sentía placer en grandes cantidades, su mente estaba en aquella
mirada, en el esfuerzo de su esposo por no desfallecer, intentaba concentrarse
en el placer, en regalarle a Trowa la noche de bodas con la que había soñado,
pero sabiendo la suerte que le esperaba era difícil, pero lo intenta y se
esfuerza, aunque tuviera que fingir los gemidos, como si solo estuviera
recibiendo placer, cuando la señal era distinta, porque sentía dolor, no
físico, sino emocional, pero le estaba interrumpiendo
Con la mano
derecha, Quatre agarra la mano izquierda de Trowa y la besa, luego se introduce
los tres dedos de en medio en la boca, chupándolos mientras gemía. En tanto su
mano izquierda se apoyaba en el vientre de Trowa, continuando los vaivenes,
fingiendo sus gemidos, no demasiado exagerado. Baja la mano sin dejar de moverse
sobre Trowa y la dirige a su entrepierna, no había perdido la erección y su
esposo le sujeta, masturbándole, Quatre se concentra el doble para poder
correrse, aunque era cansado moverse así al mismo tiempo
Quatre. Mmmm…
Trowa…
Concentrando
todas sus fuerzas cierra los ojos y se mueve con mayor rapidez y precisión,
aprieta los músculos anales unos instantes para ayudarle a Trowa a culminar y
cuando este lo hace ambos exhalan un gemido, el ojiverde se detiene unos
instantes pero tras culminar continúa con su tarea masturbando a Quatre, aunque
respiraba agitado, el rubio siente que se va a correr y comienza a gemir, esta
vez completamente natural, mientras sus chorros mojan el vientre de Trowa.
Suspiran
relajados ahora que ambos tuvieron un orgasmo y Quatre se levanta lentamente
hasta que el miembro de Trowa le abandona, luego se vuelve a sentar sobre su
cadera, agachándose comparten un beso, tierno y acompasado, mientras la mano
izquierda de Trowa le acaricia la espalda, luego la coloca sobre la cadera del
menor y se miran, tan cerca que sentían la respiración del otro
Quatre. Te amo
Las dulces
palabras de Quatre hacen sonreír a Trowa, que levanta su mano izquierda y la
coloca sobre la nuca del otro, para atraerlo suavemente hacia él y hablarle al
oído
Trowa. También
te amo
Poco a poco se
acercan y comparten el más tierno y dulce beso, antes que Quatre se abrace con
fuerza a su cuerpo, temblaban los dos, nunca habían hecho el amor de esa forma,
tan apasionada, dulce y cruel a la vez. Trowa se sentía agotado pero por
primera vez en su vida teme quedarse dormido, pensando que tal vez aquella
sería la última vez que estuviera despierto, temiendo que la muerte se lo
llevara esa noche, ahora que por fin estaba unido en matrimonio al amor de su
vida.
La fiesta
continúa sin la pareja, aunque todos parecían haber olvidado el cruel motivo de
la ausencia de los novios, para Duo, Heero y la familia de Trowa la situación
era muy distinta, ellos eran conscientes de lo que estaba sucediendo, todos
habían sido testigos del rápido deterioro de Trowa y temían lo peor, que el
momento de regresar a la ciudad se llegaría y que quizás, Trowa no lograría
volver con vida.
Esa noche,
Relena y su padre, fueron invitados a una cena especial en casa del Señor
Marshall Noventa, en ella se reunieron importantes empresarios afiliados a
negocios con él, la chica estaba consciente del problema en el que seguramente
estaba involucrado Wufei, así que ahí vio una oportunidad de hacer algo, tal
como se lo había hecho saber a Heero
En la gran sala
se celebraba la fiesta, decenas de invitados importantes estaban ahí, su padre
conversaba con otros de sus socios, mientras ella esperaba la oportunidad de
salir de ahí
Marshall. Vaya,
lamento mucho que se esté aburriendo señorita Relena
La voz del
hombre la sobresalta, atrás de ella, Relena se gira en sus talones lentamente
hasta mirarlo, sonríe de forma hipócrita y levanta la copa con vino tinto que
traía en su mano derecha
Relena. En
realidad, la estoy pasando bien
Marshall. Me
alegra… Por cierto, no ha venido con usted su novio
Relena. No, él
no ha podido venir
Bebiendo de su
copa, Relena confirma mientras lo observa, que él no estaba enterado de los
últimos acontecimientos, lo cual le resultaba extraño, ya que Wufei y Traize
eran prácticamente sus ‘mano derecha’
Marshall. Debe
ser por la enfermedad
Relena. Sí, es
eso
Relena sonríe
discretamente, no tenía idea de lo que hablaba aquel hombre, pero supuso que de
alguna forma Wufei justificó su ausencia
Relena. Por
cierto, camino a la sala vi las esculturas que tiene afuera de una puerta café,
debo decir que son hermosas
Marshall. Así
es, son antiguas, las compré en una subasta, si gusta puedo llevarla a que las
vea más de cerca
Relena. Me
encantaría
Como si todo un
caballero fuera, el señor Marshall ofrece su brazo a la chica y ella lo sujeta,
marchándose con él. A lo lejos su padre nota que su hija se va y se extraña de
ver aquello, sin embargo no siente ninguna clase de desconfianza, ya que creía
en su socio el señor Noventa
Llegan hasta la
puerta que la chica había comentado y ven las esculturas, mientras él le habla
de cómo las adquirió y de la época en que provienen, Relena finge prestar
atención y ver a los alrededores, como si buscara algo en particular
Marshall. Si
usted gusta señorita, dentro de mi estudio tengo algunas piezas que puedo
mostrarle, si me acompaña…
Relena. Claro
Sin dilación,
la chica acepta y él vuelve a ofrecer su brazo, se alejan de ahí, no a muchos
metros, un gran estudio frente a ellos, Marshall abre la puerta y le pide
entrar primero, ella pasa y luego él, tras lo cual cierra la puerta y prende la
luz
Marshall.
Permítame mostrarle este
Orgulloso de su
colección, el señor Noventa comienza por hablarle de una pequeña estatua de
bronce, colocada sobre un pedestal, cerca del escritorio, Relena no presta atención
y busca discretamente con la mirada donde podría él guardar cosas importantes,
llamándole la atención una gaveta tras el asiento del escritorio. Mientras él
le habla luego de otra escultura cerca de esa, alguien toca la puerta
Marshall. Pase
La puerta se
abre y uno de sus mayordomos entra, con actitud solemne
Mayordomo.
Llamada señor
Marshall. Que
fastidio… ¿Me permite?
Relena.
Adelante
La chica sonríe
y hace una seña con la mano para indicarle que puede pasar sin problema,
entonces él se aleja junto con el mayordomo y ella finge prestar atención a la
primera escultura hasta que salen por fin. Apresurada se dirige rápido hacia la
gaveta que llamó su atención, pero esta estaba cerrada y no había ninguna llave
cerca, intenta con la cortadora de papel abrirla pero es inútil, así que
desiste y va hacia el escritorio, intentando no mover mucho busca algún papel
que le pueda servir
Un ruido
proviene desde fuera y se pone en alerta, así que se aleja del escritorio sin
haber logrado su cometido, va hacia la escultura que tiene más cerca y finge
verla
Marshall.
Lamento el inconveniente
Relena. No se
preocupe
Marshall. Me
temo que hoy no podré seguirle mostrando mi colección
Relena. Eso no
parece tan malo
Marshall. ¿No?
Relena. Así
tengo otra oportunidad de visitarle
Al oír aquella
declaración, Marshall sonríe perversamente, mirándola sin discreción, en
realidad le gustaba la gente joven, fueran hombres o mujeres, no había cosa que
disfrutara más que el cuerpo de la juventud. Antes no le habría pasado por la
mente tratar algo con la hija de su principal socio, pero ya que ella se
insinuaba de aquella forma, la posibilidad le parecía grande
Marshall. Nada
me encantaría más que volver a tener su presencia
Como si fuera
un joven galán, el señor Noventa sujeta la mano de Relena y la besa lentamente,
mirándola a los ojos, el asco que siente le parece enorme, sin embargo sonríe
forzadamente, como si se avergonzara
Relena. Espero
no estarme metiendo en un lío horrible
Los
pensamientos más terribles acudían a su mente, pero no estaba dispuesta a
permitir que su padre se viera afectado por los malos manejos de su socio,
tampoco estaba dispuesta a que Wufei quedara implicado en aquella situación.
Quatre
despierta con los primeros rayos de Sol, a su lado no se encontraba Trowa,
asustado se levanta de la cama y lo busca en el baño, pero él no estaba ahí,
así que sale y regresa a la habitación, era pequeña y nota enseguida que no lo
encontraría ahí, así que sale al pasillo luego de haberse vestido, lo recorre
hasta el final y frente a él estaba un pequeño balcón, ahí estaba Trowa,
dándole la espalda, Quatre suspira aliviado y se acerca lentamente
Quatre. Trowa
Al oír su
nombre, el aludido se gira hacia atrás, Quatre le sonríe, pero su novio parecía
confundido, desorientado
Trowa. ¿Dónde
estamos?
Escuchar esa
pregunta hace que el rubio sienta que las rodillas le tiemblen, pero traga
saliva, tratando de controlarse, le sonríe con ternura
Quatre. ¿Qué es
lo último que recuerdas?
Trowa. No sé…
Confundido
trata de recordar algo, pero la cabeza le comienza a doler y se agarra con
fuerza de la cien, el rubio aprieta con fuerza los labios, esperando una
respuesta, sin tratar de presionarlo
Trowa. Duo… ¿él
está bien?
Quatre. ¿Duo?
Trowa. ¿Ya
apareció?
Aturdido se
acerca a Quatre, él lo observa con tristeza, seguro Trowa retrocedió a los días
en que Duo estuvo cautivo con Traize, el rubio asiente y luego el ojiverde
intenta mover su mano derecha, dándose cuenta que se encontraba paralizada
Trowa. Mi
brazo… no se mueve
Quatre.
Tranquilo
Tratando de
seguir su propio consejo, Quatre se acerca a Trowa y lo abraza con fuerza por
el cuello, el ojiverde estaba aturdido, sabía que las consecuencias de su
enfermedad provocaban todo eso y temía haber olvidado algo importante. Para el
rubio no era secreto saber que su novio había olvidado todo lo de ayer, pero él
recordaría por ambos, aquella hermosa fiesta que todos prepararon para ellos.
Duo había
despertado mucho antes que Heero y salió a dar un pequeño paseo, mientras que
su novio, despertando poco a poco, se da cuenta que estaba solo en la
habitación que compartía con el trenzado, así que decide vestirse y salir de la
habitación, al hacerlo, instantes después, la puerta de la habitación de los
recién casados se abre, Quatre salía también, tenía los ojos enrojecidos y se
limpiaba la nariz con un pañuelo, el ojiazul teme lo peor
Heero. ¿Qué
sucede?
Quatre. Es
Trowa
Heero. ¿Qué le
pasa?
Quatre. De
algún modo sus recuerdos retrocedieron… ya no recuerda nada de lo que pasó ayer
Con la voz
quebrándosele, Quatre se avienta a los brazos de Heero, volviendo a llorar, la
noticia lo impacta y se queda inmóvil, sin ser capaz siquiera de consolar al
rubio. Al fondo de ese pasillo, Duo subía apenas las escaleras, a lo lejos ve
la escena y lo peor le viene a la mente, creyendo que tal vez Trowa había
fallecido. El trenzado camina más rápido y llega hasta ellos, compartiendo
mirada con un confundido Heero
Duo. Dios mío
¿Qué pasó?
Heero. Trowa
está volviendo a olvidar cosas
Duo. ¿Qué
cosas?
Heero. Lo de
ayer, por ejemplo
Duo. No puede
ser…
Angustiado por
aquella noticia, Duo se acerca a Quatre y le coloca una mano sobre su hombro,
el rubio se aleja de Heero y se acerca a su amigo, abrazándolo
Heero. ¿Está
despierto?
Quatre. No,
estaba tan confundido y agotado que volvió a dormirse
Heero. Duo,
lleva a Quatre a que se calme, si Trowa despierta es mejor que no lo vea así,
yo haré guardia
Quatre. No, yo
no quiero dejarlo solo…
Heero. Es una
orden, si te ve así será contraproducente, piensa en su bienestar, no en el
tuyo
El regaño de
Heero hace sentir mal a Quatre, pero al mismo tiempo se enoja, mirándolo mal,
aunque en el fondo sabía que el ojiazul tenía más que razón. Duo se lleva a su
amigo según la petición, Heero los ve alejarse y suspira, luego mira hacia la
puerta y abre, entrando sigilosamente, se coloca justo al lado de su amigo en
la cama y estira su mano, apartándole cabello de la frente
Heero. Trowa…
Aunque su
actitud era siempre tranquila, aquella situación lo tenía consternado cada vez
más, sabía que su mejor amigo moriría, que ese hecho cada vez se veía más
próximo, pero seguía sin creer que fuera cierto, primero fue su padre, ahora
sería Trowa, poco a poco las personas que amaba se irían alejando, la idea de
perder a Duo fue insoportable, pero por alguna razón ese miedo acudió a él,
abrumándolo.
Pasada casi una
hora, Trowa comienza a despertar, Heero continuaba a su lado, esperando sentado
junto a él, en la cama, al verlo moverse se levanta de la cama y lo observa
fijamente, su amigo se veía demasiado ojeroso y cansado, mucho más que la noche
anterior, al verlo el ojiverde sonríe
Trowa. ¿Qué
haces aquí?
Intenta
levantarse en la cama, para sentarse, pero siente un dolor agudo en la cabeza y
se sujeta con la mano izquierda
Heero. No te
esfuerces
Trowa. Me
siento muy mal…
Preocupado por
su amigo, Heero se acerca a él, pero Trowa estira su mano que puede mover para
impedírselo, entonces se da cuenta que no puede mover su otra mano y comienza a
ponerse nervioso
Trowa. Mi mano,
no se mueve… y porque…
Con mucho
esfuerzo logra sentarse y lleva su mano izquierda hacia su rostro, sintiendo el
parche que cubría su ojo, había tardado en notar que solo estaba viendo con un
ojo, Heero comprende que su amigo había retrocedido sus recuerdos a una época
en la que aún no perdía la utilidad del ojo
Trowa. Heero…
que pasa
Inmóvil Heero
mira a su amigo, tratando de no parecer consternado para no preocuparlo más, se
acerca a él y esta vez no se lo impiden, Heero le coloca ambas manos sobre los hombros
y lo mira a la cara, Trowa se veía asustado
Heero.
Tranquilízate ¿Sí?
Trowa. ¿Qué
está pasándome?... es mi enfermedad ¿lo es?
Heero. Sí, y
tienes que calmarte
Trowa. Quatre
¿Dónde está Quatre? ¿Qué es este lugar? ¿Dónde estamos?
El ojiazul no
sabía por dónde comenzar a explicarle, así que primero trata de tranquilizarlo,
cuidadosamente lo acuesta sobre la cama, sin dejar de mirarlo a la cara
Heero.
Escúchame bien Trowa, tu enfermedad está avanzando, parece ser que estás
olvidando muchas cosas
Al oír eso
Trowa se comienza a poner aún más nervioso, pues no entendía del todo lo que
estaba sucediendo, era como si se encontrara atrapado dentro de un sueño, o
quizás una pesadilla, donde su mundo no era su mundo
Heero. Estamos
en un Hotel, en el pueblo donde nació Quatre
Trowa. ¿Qué?
¿Qué hacemos aquí?
Heero. Anoche
ustedes se casaron
Trowa. ¿Nos
qué?
Confundido aún
más, se comienza a poner mucho más ansioso, pero Heero se esfuerza por volver a
tranquilizarlo
Heero.
Tranquilízate Trowa
Hablándole más
fuerte, logra que su amigo se calme un poco, Trowa asiente y lo mira fijamente,
esperando una mejor explicación
Heero. Dime lo
último que recuerdas
Trowa. Yo…
Heero.
Concéntrate por favor
Trowa. Tu
exposición
La respuesta de
Trowa confunde a Heero, no entendía lo que trataba de decir, hasta que recuerda
que hace algunos meses él expuso la pintura que hizo de Duo desnudo, aquella
parecía ser la referencia más obvia
Heero. ¿El
cuadro de Duo?
Trowa. Sí
Confirmada su
sospecha, Heero no siente ninguna clase de alivio, en tan solo una noche su
amigo había olvidado mucho de lo que vivió, eso lo hacía sentir peor, pero ante
él se muestra tranquilo y le sonríe
Trowa. ¿Fue
hace mucho?
Heero. No,
tranquilo
Creyendo en las
palabras de su amigo, Trowa respira profundamente y cierra los ojos,
sintiéndose demasiado cansado, Heero siente que se le estruje el estómago, pero
por su amigo se trata de calmar. El ojiverde no se duerme pero cierra los ojos,
como si tratara de concentrarse en algo, Heero aprovecha para alejarse
lentamente, sale de la habitación y se queda junto a la puerta, inhalando y
exhalando profundamente, momentos después el trenzado y el rubio regresan, al
ver a Heero fuera de la habitación se acercan despacio
Quatre. ¿No ha
despertado?
Heero. Sí, y está
muy aturdido
Quatre. ¿Qué?
Angustiado
intenta abrir la puerta pero Heero lo detiene, haciéndolo molestar de nuevo
Heero. ¿Qué
parte de que te calmes no entiendes?
Quatre.
Quítate, quiero estar a su lado
Heero. Sí,
preguntó por ti, pero si entras así lo angustias
Duo. Amigo,
Heero tiene razón
Tratando de
calmar al rubio, Duo lo sujeta de los hombros y lo calma, dándole un pequeño
masaje, Quatre suspira y trata de relajarse, luego asiente, mirando a Heero a
los ojos
Heero. Dijo que
lo último que recuerda es la noche cuando expuse el retrato de Duo
Quatre. ¿Qué?
No es posible
Heero. ¿Por
qué?
Al instante el
rubio no es capaz de responder, traga saliva con dureza y luego mira a Heero,
sus ojos se habían irritado de nuevo, estaba a punto de llorar
Quatre. Esta
mañana cuando despertó dijo que lo último que recordaba es la desaparición de
Duo, cuando lo secuestró Traize
Sorprendidos
por la información, Heero y el trenzado se miran mutuamente, luego miran de
nuevo hacia Quatre, el rubio parecía tan abrumado que estaba a punto de
colapsar, Duo se apresura a sujetarlo
Quatre. Se
deteriora demasiado rápido ¿por qué?
Temblando por
completo, Quatre intenta calmarse pero no puede, así que comienza a llorar, Duo
mira hacia Heero y niega con la cabeza. Para los tres era más que obvio que los
días de Trowa estaban contados.
Luego que las
cosas se tranquilizaran un poco, Heero decide contar todo a los familiares de
Trowa, la noticia cae de sorpresa a las mujeres, ya que ninguna estuvo al tanto
de nada durante toda la mañana, la más afectada parecía ser Catherine, quien
suelta el llanto, junto con su sobrina, que al verla llorar no se puede
aguantar, mientras que Leia trata de mantenerse fuerte y ser útil en algo
Leia. Hoy mismo
nos regresamos, debemos internarle
Heero. Creo que
es lo correcto
Leia. Llamaré a
Alphonse
Evitando
llorar, la mujer se aparta y busca un teléfono para poder llamar al médico de
la familia para que les buscara un buen Hospital donde internar a su sobrino,
para ella tampoco era secreto que los días de Trowa estaban contados, pero
sabía que ellos solos no iban a poder cuidar de él.
Con las maletas
afuera de la vagoneta que rentaron, dispuestos a irse, la dueña del Hotel los
despedía, junto con otros empleados y huéspedes que habían asistido a la boda,
aunque Trowa estaba confundido, se despide de todos amablemente, Quatre estaba
muy conmovido por el gesto de todos y evita llorar
Leia. Bien, es
hora de irnos
Cuando terminan
de subir todo el equipaje y están dispuestos a irse, Duo ve a lo lejos a su
padre, acercándose a donde estaban ellos, Heero se da cuenta cuando su novio
miraba fijamente hacia afuera, entonces le sujeta la mano
Heero. Está
bien si no quieres verle
Duo. Si quiero,
pero Trowa…
El trenzado se
sentía contrariado, una parte de él quería ver a su padre, pero otra quería
irse y olvidarse por completo de su pasado, pero sabía que eso era imposible,
adoraba a su madre y aún sentía que había muchas incógnitas alrededor de su
progenitor
Leia. Chicos,
debemos irnos
Heero. Váyanse
ustedes
Duo. ¿Qué
dices?
Heero. Tú y yo
nos quedaremos ¿hay forma de volver?
Duo. Hay un
autobús que sale cada tres horas
Heero. Si tú
quieres nos quedamos, pero decídete ya
El trenzado
voltea hacia Quatre, su amigo asiente con una sonrisa para decirle que no había
problema, entonces Duo se siente en mayor confianza para quedarse
Duo. Los
alcanzamos más tarde
Leia. Bien
El señor
Maxwell esperaba, tras las personas que estaban ahí para despedir a los
viajeros, aunque causa confusión que ambos bajen de la vagoneta, nadie hace
comentarios al respecto, la única que vio al padre de Duo llegar era la señora,
dueña del Hotel
Señora. Suerte
muchacho
Duo. Gracias
Luego de haber
bajado de la vagoneta, Duo y Heero se despiden de los demás, el auto avanza y a
medida que se aleja, las personas también se dispersan, la señora saluda
brevemente al padre de Duo y también se va, el trenzado no duda en acercarse a
Heero y agarrarle con fuerza la mano, mirando como su padre le dedica una
mirada de muerte, estaba muy molesto
Señor Maxwell.
Así que ya te vas, y sin despedirte
Duo. Me echaste
de tu casa, creí que ya no querías verme
Señor Maxwell.
Hijo mío, yo siempre voy a querer verte
Aquella forma
tan falsa de hablar, hace molestar a Heero, pero en apoyo a su novio no haría
ningún comentario. Duo tuerce la boca en un gesto y lo duda unos instantes
Duo. ¿A qué has
venido? Si no aceptas que Heero y yo nos amamos…
Señor Maxwell.
Lo acepto, aunque sé que es un error, tu deber es estar junto a tu esposo, no
cometiendo adulterio
Duo. Él lo
cometió primero… además me golpeaba, ¿es la vida que querías que tuviera?
Dímelo padre
Señor maxwell.
¿Te golpeaba? Eso nunca lo dijiste
Duo. Traize
está trastornado padre, me casaste con un loco
Las
afirmaciones de Duo dejan consternado a su padre, nunca había imaginado que su
hijo fuese maltratado por Traize, se negaba a creerlo, pero en los ojos de Duo
podía ver que no le mentía. Por segundos el señor Maxwell se siente muy enojado,
pero se mantiene sereno, aclara su garganta y luego sonríe
Señor Marshall.
Traize no está loco hijo
Duo. ¿A no?
¿Sabes lo que me dijo?
Nervioso por
sacar el tema, Duo aprieta más la mano de Heero, el ojiazul entiende a que se
debe y le da su apoyo, apretando con más fuerza también su mano
Señor Marshall.
¿Qué te dijo?
Duo. Que lo
violabas…
Al oír aquellas
palabras, la sangre del papá de Duo baja hasta sus pies y se queda paralizado,
por su expresión el trenzado teme lo peor, pero pasados unos segundos su papá
se comienza a reír con fuerza, confundiéndolo
Señor Maxwell.
¿Qué clase de tontería es esa?
Aunque se reía,
los músculos de su rostro estaban tensos, Heero se da cuenta de ello y lo mira
con desconfianza, cada vez más estaba convencido de que la historia del ex
esposo de su novio era cierta, en cambio Duo parecía relajado, dejando en claro
para Heero que él si creía en la inocencia de su padre
Señor Maxwell.
Seguramente lo dijo para herirte, ¿Cómo podría yo hacer algo así?
Duo. Papá, ¿me
lo juras?
Señor Maxwell.
Te lo juro mi pequeño
De forma pomposa,
el papá de Duo extiende sus brazos, el trenzado se suelta de la mano de Heero y
va hacia su padre, abrazándolo como si fuera un pequeño, cerrando sus brazos en
torno a la cintura de su padre, el señor los cierra a su vez en la espalda de
Duo. Lo que para cualquiera podría ser una escena familiar cálida, para Heero
parece algo muy diferente, mira atento hacia los dos, la forma en la que el
señor Maxwell deslizaba sus manos por la espalda de Duo le resulta repulsiva
La mirada del señor se
cruza con la de Heero, que miraba todo desde la espalda de su novio, la forma
en que él lo mira le hace sentir incómodo, era como si aquel señor tratara de
decirle que no le quitaría a aquel en sus brazos, pero no como si un padre
tratara de proteger a su hijo, sino como un hombre trata de dejar en claro lo
que le pertenece, la idea lo hace sentir escalofríos, Heero lo mira con
desagrado y dureza, haciéndole entender que si dañaba a Duo, él mismo sería
capaz de matarlo
Continuará….
Notas de Autor: Ni siquiera sé por dónde comenzar, aunque puedo disculparme por tantos años de atraso, pero me he propuesto terminar estas historias en la misma dirección y con el mismo formato con el que comencé a escribirlas, ya que significan para mí una parte muy importante de mi vida. Agradezco a quienes siguen junto a mí, leyendo mis historias, estoy sumamente agradecida, no saben lo mucho que les estimo queridos lectores ♥ Hasta el próximo capítulo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario aquí ^^