jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 1. Esto no es amor




Esperarlo siempre al atardecer parecía ya ser una costumbre que un gusto, realmente no tenía nada que hacer, la vida en Provincia era más acelerada que en el pequeño pueblo, y si a eso le sumaba las cosas que Treize le tenía prohibidas entonces podría decir que esperarlo al atardecer era lo único que lo mantenía ocupado cada día, porque Treize trabajaba 8 horas los 7 días de la semana, le tenía prácticamente abandonado, sin poder salir, sin poder hacer amigos, porque lo que siempre oía de labios de Treize era "Mi esposo debe estar en casa todos los días, listo para cuando yo llegue y cumpla mis diversas necesidades", aquella frase sexista siempre la tenía presente, porque si no lo hacía le podía ir mal, porque según Treize él era el jefe de familia y se debía hacer su voluntad...

Sentado a la ventana, mirando la luna que cada vez brillaba más se encontraba Duo Maxwell, un chico tímido y serio, cuya sonrisa solo aparecía de vez en cuando para adornar su rostro, su rostro lleno de cansancio y hastío, cansancio por la vida tan monótona que llevaba y hastío por la forma en que a veces su esposo lo hacía sentir, como extrañaba a aquel hombre del cual había escuchado "acepto" en un altar, con una sonrisa de oreja a oreja, al hombre que una vez había sido Treize, pero la misma vida de Provincia le había cambiado el carácter, ese carácter tan apacible y sereno que antes siempre mostraba, ahora solía enojarse con facilidad hasta llegar al punto de incluso golpearlo, no solía pasar muy seguido pero era algo a lo que Duo siempre debía atenerse

Duo. Ay Treize, tardas más que de costumbre ¿te habrá pasado algo?

La puerta se abre de repente y rápidamente haciendo que Duo voltee enseguida, por ella entraba Treize con el rostro bajo, el hermoso chico trenzado al verlo rápidamente se pone de pie y va en su encuentro, su esposo levanta el rostro y difícilmente le sonríe, tanto en su mirada como en su aspecto se veía que había tomado, una práctica que con el paso del tiempo se hacía más frecuente, Duo ya sabía que eso podía pasar ya que los compañeros de trabajo de Treize solían siempre inducirlo, anteriormente el alcohol no llamaba la atención del hombre pero ahora sí

Duo. Ay Treize, otra vez

Treize. ¿Algún problema?

Duo. No mi amor... ¿ya comiste?

Treize. No, para eso tengo marido, para que me de

Duo. Preparé camarones

Treize. Que rico

El trenzado le sonríe a su esposo quien le ayuda a sentarse a la mesa, le sirve de comer y enseguida Treize comienza hasta terminar, Duo le lleva agua y entonces nuevamente Treize se pone de pie, Duo recoge la mesa, lava los trastes y acto seguido se va a la recámara donde Treize estaba tirado sobre la cama, boca abajo con medio cuerpo fuera y babeando las sábanas, Duo suspira hondo y se acerca comenzando a quitarle los zapatos

Duo. Que fastidio, verte así, atenderte... estoy cansado de esto

Treize. Mnh... Duo... ven acá

Treize, que no estaba dormido se levanta un poco y atrae a Duo hacía con él tomándolo de la cintura con una sola mano y comienza a besarle el cuello, el trenzado cierra un ojo y con el otro ve de reojo a Treize que mientras le besa el cuello comienza a jalar su camisa, Duo coloca ambas manos en los hombros de Treize e intenta apartarlo

Treize. No te resistas

Duo. Treize, ahorita no, por favor

Treize. Pero te deseo, te quiero hacer el amor

Duo. Basta por favor

Treize. Mnh... Duo

Duo. No seas necio

Duo hace más fuerza y logra aventar a Treize, se pone de pie y lleva los zapatos al mueble que les corresponde, Treize se sienta en la cama y se quita la camisa que traía puesta, Duo se acerca nuevamente a él y le ayuda a quitarse los pantalones, Treize cae nuevamente sobre la cama pero acostado y abraza efusivamente la almohada comenzando a besarla

Treize. Mnh... Duo, te amo

Duo. Treize...

El trenzado estira su mano y acaricia tiernamente el rostro de Treize, sonríe y le quita la almohada ayudándolo a acostarse bien dejándolo tan solo en boxers, enseguida su esposo se queda totalmente dormido y suspirando aliviado él también se quita las ropas para ponerse el pijama, se acuesta en la cama y prende la televisión, como no había nada interesante se pone de pie y nuevamente se sienta en la ventana de la sala donde anteriormente esperaba el regreso de Treize y mientras tanto reflexionaba sobre la vida que llevaba hasta el momento, aún quería mucho a Treize, y como no hacerlo si durante años había sido su pareja, al único hombre que había tenido en su vida, el único que lo había tocado, el único que le había hecho el amor, el único que le había dicho "te amo", no conocía amor parecido, nunca más un hombre lo había amado, para él solo existía Treize, y no importaba si a veces lo trataba mal, sabía que en el fondo lo quería, lo amaba, y eso le bastaba

A la mañana siguiente Treize se levanta con un gran dolor de cabeza y un humor de los mil demonios...

Treize. ¡Duo... no me sale agua caliente!

Duo. Pero ya te prendí el boiler

Treize. ¡Inútil, seguro lo prendiste mal!

Treize le gritaba a Duo desde el baño y éste le contestaba desde la cocina, el que Treize se levantara de mal humor no era ninguna novedad para él, estaba más que acostumbrado, el problema del agua caliente era el pan de todos los días, uno de los miles de motivos por los que terminaban discutiendo... Treize sale de bañarse y se sienta a la mesa para que Duo le sirva el desayuno, Duo enseguida le lleva su jugo de naranja y un poco de pan tostado

Treize. Me bañe con agua fría

Duo. Perdón

Treize. Perdón, perdón, tú siempre haces estupideces y crees que con tu perdón, perdón lo solucionas ¿verdad?

Duo. No Treize

Treize. Mnh...

Duo. Oye Treize ¿a dónde fuiste anoche?

Treize. A México seguramente

Duo. Treize...

Treize. ¿Porque haces preguntas idiotas? ¿No es obvio?

Duo. No me gusta que te gastes el dinero en alcohol

Treize. ¿Algún problema en que gaste "mi dinero"? por eso trabajo

Duo. Está bien

Treize. Está bien, está bien, otra de tus frases tontas

Duo. ¿Quieres más jugo?

Treize. Sí... oye

Duo. Dime

Treize. ¿Quieres que salgamos el domingo?

Duo. ¡¿De verdad?!

Treize. Sí, iremos de paseo, a donde tú quieras, así que ve pensando a donde, ya que regrese de trabajar me dices

Duo. Sí

Treize se levanta del asiento y se inclina hacia Duo dándole un beso en la mejilla, toma su maletín y sale de la casa, Duo lo despide desde la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, se sentía sumamente contento, el que Treize lo sacara de paseo algún día significaba mucho para él ya que no solían salir más que para ocasiones que para Treize parecían importantes, así que muy feliz se la pasa toda la mañana y la tarde pensando en qué lugar será el más adecuado para pasar un lindo domingo al lado de Treize

Sus dedos se deslizaban traviesamente por la piel de su espalda, bajando lentamente hasta pasear ligeramente por su espalda baja, por los glúteos, subiendo esos dedos tan finos hasta acariciar lentamente su nuca, atrayéndolo hacia él, profundizando un apasionado beso, las manos de ambos paseándose traviesas por todo el cuerpo, entrando después en él, moviéndose lentamente, ambos gemidos en uno solo, el placer presente en todos los sentidos, jadeos, sudor, caricias, besos y una lengua que se paseaba traviesa por el lóbulo de su oreja hacia el cuello mientras las embestidas aumentaban su ritmo, los gemidos cada vez más fuertes, unas manos entrelazadas y un gemido final acompañado de la explosión de sus semillas, un beso final y después cada quien de un lado distinto de la cama, sus cuerpos nuevamente unidos en un abrazo, sus respiraciones aún alteradas y después nuevamente sus manos entrelazadas, su cabeza sobre su pecho, sus cabellos negros y sedosos eran acariciados por él mientras los suyos, avellanados y finos sobre la almohada se pegaban por el sudor

Wufei. Como siempre has estado maravilloso

Treize. Tú también

Wufei. Qué lástima que éste domingo tenga que viajar

Treize. Sí, ahora tendré que sacar a pasear a Duo

Wufei. Hablas de él como si fuera tu perro, pobre de tu esposito

Treize. Eso es, un perro, el guardián de la casa

Wufei. No le digas así, es cierto que está medio tonto pero...

Treize. Jajaja, ¿medio tonto? Vamos Wufei, se creyó completamente que trabajo los domingos ¿y dices que es medio tonto? es bastante tonto

Wufei. Está bien, pero no hablemos de él ¿sí?

Treize. ¿De qué quieres hablar?

Wufei. ¿Cuándo te divorcias?

Treize. Ya hemos hablado de eso, sabes que nunca lo haré

Wufei. Yo quiero que me des mi lugar

Treize. Lo tienes, aquí en mi cama

Wufei. Que gracioso ¿eh?

Wufei se enoja y se cruza de brazos volteándole la cara a Treize y apartando su mano de la suya, Treize se ríe y roba al joven un beso en los labios, Wufei no se resiste y besa apasionadamente a su amante, colocándose ahora sobre su cuerpo, sentándose sobre su cadera, apoyando sus manos sobre su pecho e inclinándose hacia con él

Wufei. Tendrás que hacer muy buen mérito para contentarme

El chico de cabellos negros sonríe maliciosamente y se acerca más hacia Treize sacando su lengua y pasándola por los labios de su amante, Treize sujeta con fuerza las caderas de Wufei y las eleva para penetrarlo pero él lo evita agarrando el miembro de Treize, soltándolo enseguida y apoyando sus rodillas en la cama manteniendo sus piernas a los costados de la cadera de Treize, se inclina nuevamente hacia él y se besan lenta y sensualmente, sacando sus lenguas y acariciándolas por fuera de sus bocas, Wufei aparta enseguida sus labios de los de Treize y lo mira fijamente a los ojos

Wufei. Te dije que debes hacer méritos

Treize se muerde los labios y lleva su mano derecha al pecho de Wufei, lo acaricia y después sujeta ambos pezones del chico de cabellos negros con los dedos índice y pulgar de la mano respectiva comenzando a acariciarlos, Wufei cierra sus ojos y comienza a jadear, la mano derecha de Treize sujeta después el miembro del joven mientras la otra continúa en su pezón

Su mano comienza a deslizarse de abajo hacia arriba lentamente causando no solo la excitación de Wufei sino también la propia, Treize suelta el pezón de Wufei y también su miembro mientras éste deja de apoyar sus rodillas sobre la cama apoyando ahora los pies volviéndose a sentar sobre la cadera de Treize ahora sí descendiendo por su miembro, entrando lentamente hasta estancarse, ambos jadean al sentir el tope y habiéndose acostumbrado unos segundos Wufei comienza a moverse de arriba hacia abajo apretando con fuerza sus dientes y cerrando sus ojos, Treize miraba atento el rostro lleno de placer de Wufei y sonríe lujuriosamente, que diferencia había con Duo, con el aburrido de Duo, tan solo lo penetraba y ya, no sabía nada acerca de dar placer, en cambio Wufei sabía dar placer y mucho, el sexo con él era en definitiva lo mejor, le hacía llegar a las nubes, recorrer el cielo, podía morir en ese mismo instante...

Treize llena por completo el interior de su amante, llegando al más exquisito de los clímax, gimiendo con fuerza al sentir el límite, Wufei también lo siente mojando por completo el vientre de Treize, lentamente se levanta goteando de su entrada un poco de semen del mismo Treize el cual cae sobre él, su miembro ya liberado estaba completamente mojado cayendo sobre su cuerpo. Ésta vez Wufei se baja de la cama dirigiéndose hacia su ropa comenzándosela a poner enseguida, Treize lo observaba desde la cama y le sonríe, Wufei le devuelve la sonrisa y terminando de vestirse se acerca a él y le da un beso en los labios

Wufei. Ya debo irme

Treize. Está bien

Wufei. Nos vemos en una semana

Treize. Te voy a extrañar

Wufei. ¿Solo por el sexo?

Treize. Sabes que no

Nuevamente Wufei se acerca a Treize y le besa los labios, ambos se sonríen y poniéndose de pie Wufei sale de la habitación del departamento que ambos compartían, ese departamento había sido comprado por Treize exclusivamente para verse ahí con Wufei con quien ya llevaba medio año saliendo, se habían conocido en la empresa donde ambos trabajaban, Treize era el encargado de ventas y Wufei el encargado de nóminas, el chico de cabellos negros había quedado prendado de Treize desde el primer momento, era un hombre bastante guapo y muy interesante, al principio Treize se resistía a tener algo con él, aún era bueno con Duo y su conciencia no le permitía ser así, pero con el paso del tiempo se había enamorado de Wufei, incluso aun amando a Duo, porque lo amaba, eso sin duda, solo que a veces le enfadaba la forma de ser de Duo, porque no poseía una pizca de maldad, porque era demasiado bueno y como él decía "demasiado aburrido"

Por el atardecer como cada día Treize llega a casa mostrando una cara de cansancio, como siempre Duo le sirve la comida y lo acompaña a comer, termina y Duo recoge la mesa, lava los trastes y se dirige a la habitación a ponerse la pijama, sí, como cada día, todos los días de su vida eran igual... 

El trenzado llega a la habitación y Treize se encontraba bañándose, Duo entra al baño para llevarle la toalla a su esposo pero antes de que salga del baño Treize le pide que se meta con él pero Duo no quiere, Treize se enoja y saliendo de la regadera sin cerrarle a la llave del agua se acerca a Duo y lo jala hacía con él, abrazándolo y besándolo salvajemente, Duo pone resistencia pero a Treize no le importa por lo que comienza a quitarle por la fuerza la ropa al trenzado y lo mete a la regadera, Duo estaba muy molesto

Treize. No seas ridículo Duo

Duo. No quería meterme

Treize. ¿Tanto me repudias?

Duo. No es eso

Treize. Relájate

Treize comienza a besarle el cuello a Duo con pasión bajando su mano hasta su miembro y sujetándolo con fuerza comenzando a acariciarlo, el trenzado se pone totalmente colorado por la pena, es cierto que había hecho el amor cientos de veces con Treize pero nunca le había gustado que hiciera ese tipo de cosas

Duo. No por favor...

Treize. No seas tonto Duo

Duo. Ngh... No

Treize. No te opongas

El trenzado intenta alejar a Treize de él pero él se enoja y le da una fuerte bofetada que lo hace caer de rodillas en el suelo del baño, Duo se agarra con fuerza la mejilla y agacha la cabeza, Treize lo mira unos segundos y se agacha a su altura, le acaricia la frente y baja su mano hasta la barbilla levantándole el rostro, las lágrimas de Duo se confunden con el agua que caía sobre ambos y Treize besa la frente de Duo

Treize. Perdóname

Duo. No me pegues

Treize. No... Ya no

Duo sonríe y Treize le besa la mejilla ayudándolo a ponerse de pie, lentamente lo recarga sobre la pared, el azulejo frío causa un estremecimiento en Duo y jadea, Treize lo besa apasionadamente, Duo con los ojos abiertos mira a Treize, su rostro mostraba tristeza, dolor, pero no por la bofetada, sino porque a pesar de ser tierno algunas veces Treize lo trataba fríamente... 

Las manos de Duo se apoyan sobre el tubo para toallas que estaba dentro del baño, ya estaban fuera de la regadera y ésta estaba cerrada, el tubo estaba a la altura de su pecho y el trenzado la sujetaba con fuerza, las manos de Treize separaban los glúteos de Duo para entrar en él, con un movimiento rápido, Duo jadea fuerte al sentirlo dentro y acomodándose bien Treize comienza con las embestidas, sujetando con fuerza las caderas de Duo y moviéndose circularmente mientras entraba y salía de él, causándose un gran placer y causando dolor en Duo, quien combina gritos con gemidos, unas lágrimas salen de sus ojos y empuña los dientes antes de sentir a Treize explotar dentro de él, Treize sale lentamente de Duo y lo ayuda a levantarse ya que se encontraba inclinado hacia delante, aun sujetando el tubo

Treize. ¿Te gustó?

Duo. Si

Treize. Lo dices sin ganas

Duo. No, de verdad me gustó mucho

Treize. Al rato lo hacemos otra vez

Duo. No, ya no

Treize. ¿Por qué? eres mi esposo ¿no?

Duo. Es que... me duele

Treize. No seas ridículo, ni que fueras virgen jajajaja

Duo. Es que a veces... eres rudo

Treize. ¿No será que tienes a otro que te cansa todo el día y cuando yo llego ya no quieres?

Duo. No Treize, yo...

Treize no deja terminar a Duo porque lo sujeta con fuerza del mentón y lo lleva hasta la pared donde lo recarga con dureza, acercando su rostro al de Duo, el trenzado estaba muy nervioso, cuando su esposo se ponía así muchas veces lo golpeaba, y no precisamente una sola bofetada como la del baño sino que en verdad lo golpeaba

Treize. No quiero saber que tienes a otro ¿oíste?

Duo. S... sí

Treize. Está bien... y por ésta vez te la paso, ya no lo haremos

Duo. Gracias

Treize. Mnh...

El esposo del trenzado agarra una toalla y se la coloca en la cintura y sale del cuarto de baño, Duo mira la puerta cerrarse y suspira pesadamente sonriendo después, ésta vez Treize se había calmado y eso le relajaba porque cuando perdía los estribos solía golpearlo duramente y no tan solo el rostro sino todo el cuerpo... dos semanas después pronto se llevaría a cabo la comida anual de los empleados de la empresa donde trabajaba Treize, se trataba de una comida familiar donde asistían los empleados y sus familias, Duo estaba contento, hacía mucho que no iba a una fiesta y las de la compañía eran muy agradables, los compañeros de Treize eran buenas personas que no los discriminaban por ser una pareja de hombres, al contrario, con él siempre eran agradables.

El trenzado y su esposo llegan al lugar donde en ésta ocasión se llevaría a cabo la fiesta y son como siempre bien recibidos, la esposa de un compañero de Treize toma a Duo del brazo y lo lleva a la mesa de la comida para que viera lo que había preparado, él y la señora solían compartir recetas de comida así que gustoso Duo la acompaña dejando a Treize platicando amablemente con su jefe hasta que éste se retira para saludar a otros empleados quedándose Treize nuevamente solo hasta que cierto amante hace acto de presencia acercándose tranquilamente

Wufei. Hola

Treize. Hola... qué bien te ves

Wufei. Tú también... ¿y tú esposo?

Treize. Está con la esposa de Otto

Wufei. ¿Me lo vas a presentar? Seguramente es más apuesto que en las fotos

Treize. Él es hermoso por donde lo veas

Wufei. ¿Y yo?

Treize. Simplemente exquisito

Wufei. Treize... alejémonos de aquí, tengo ganas de ti

Treize. Un rato más... hay que guardar las apariencias

Wufei. Siempre me haces esperar

Treize. Calma... ven, te lo presento

Wufei. Sí

Treize comienza a caminar rumbo a Duo siendo seguido por Wufei, ambos llegan y la señora con quien Duo platicaba se retira con una sonrisa, por fin le había sacado a Duo la receta de los camarones que tan ricos le quedaban, Wufei sonríe a Duo y él viéndolo fijamente pasados unos segundos también le sonríe

Treize. Mi amor, él es Wufei Chang, compañero de trabajo y amigo

Wufei. Mucho gusto, tenía ganas de conocerte... Treize habla mucho de ti

Duo. El gusto es mío

Duo estira inocentemente su mano y la da a Wufei quien enseguida también se la da sonriéndose ambos ampliamente, Treize también sonríe, su esposo sí que era tonto e ingenuo... los hombres se sueltan las manos y tranquilamente Wufei se retira con su sonrisa hipócrita, no le agradaba la idea de compartir a Treize, de que otro lo tocara y se entregara a él, lo quería todo para él solo pero sabía que Treize jamás iba a dejar a Duo así que mejor era resignarse y no dejar de lado su amabilidad, después de todo Duo no tenía la culpa de haber sido casado con Treize, además de que se veía buena persona... más tarde comienza el baile y Treize saca a bailar a Duo, la pareja baila en la pista siendo observados por todos quienes opinaban que hacían una linda pareja, la pieza termina y Wufei se pone de pie acercándose a la pareja

Wufei. ¿Me lo puedo robar una canción?

Duo. Sí, claro

Wufei. Ahorita te lo devuelvo

Wufei y Duo se sonríen y el trenzado se aleja a su mesa comenzando Treize y Wufei a bailar, se trataba de una balada donde bailaban muy de cerca y aunque se sentía un poco celoso no veía signo de maldad en aquella escena, no veía lo que muchas otras personas si alcanzarían a ver...

El trenzado siente deseos de ir al baño y se pone de pie para entrar al baño de los hombres pero antes de hacerlo le llama la atención unas voces que provienen del baño de damas "Pobrecito del esposo, y el otro presentándole a su amante, que descarado" "Si, no cabe duda que ojos que no ven, corazón que no siente", las mujeres comienzan a reír y Duo siente un estremecimiento en su corazón, sabía de antemano que él y Treize eran la única pareja de hombres que estaban casados dentro de la compañía de su esposo, lo que no sabía era quien de todos los hombres y mujeres que Treize le había presentado se trataba de su amante, habían sido ocho hombres y tres mujeres las que Treize había presentado al trenzado ya que cuando se había hecho la fiesta del año pasado esas personas aún no eran empleados de la compañía...

Olvidándose que tenía deseos de ir al baño Duo regresa a donde estaba anteriormente y aún bailaban Treize y Wufei, el trenzado observa atentamente a la pareja y nota las miradas de ambos, se veían con cierta ¿ternura? Sí, eso parecía, ternura, como si se dijeran algo con las miradas, Duo se lleva una mano al pecho y un par de lágrimas comienzan a brotar y entonces se acerca lentamente a donde están Treize y Wufei, los dos dejan de bailar y ven al trenzado quien mira fijamente a Treize, él ve las lágrimas y se preocupa

Treize. ¿Qué tienes? ¿Te pasa algo?

Duo. Yo... vámonos, no me siento bien

Treize. ¿Qué te duele?

Duo. Vámonos Treize

Wufei. ¿Te puedo ayudar en algo?

Duo mira fríamente a Wufei y después lo ignora viendo después a Treize, lo toma del brazo y lo jala en dirección a la salida del lugar, Treize gira su cabeza hacia atrás mirando a Wufei y ninguno de los dos entiende el repentino comportamiento de Duo... durante el camino de regreso Duo no habla, tan solo mira por la ventana del automóvil de Treize quien iba conduciendo, llegan a la casa de ambos y Duo entra ignorando completamente a su esposo, Treize sigue a Duo hasta la recámara muy enojado porque no le hace caso

Duo. ¡Ya déjame en paz!

Treize. Dime qué te pasa

Duo. Te odio Treize ¡te odio!

Treize. ¡Ey! Calmadito tu tono

Duo. ¿Cómo pudiste?

Treize. ¿De qué hablas?

Duo. No te hagas el idiota ¡te acuestas con otro!

Los ojos de Treize se abren al escuchar las palabras de Duo ¿cómo es que se había enterado? ¿Acaso los había visto besándose cuando Treize se había apartado pretextando que su jefe lo había mandado llamar? Muy seguramente aunque a esas horas su esposo se encontraba jugando con los hijos de su compañero Otto y era casi imposible que haya estado en ese lugar a esa hora pero entonces ¿cómo se había enterado?

Treize. No entiendo de qué me hablas

Duo. No te hagas

Treize. Duo...

Duo. ¿Quién es?... ¿acaso Wufei?

Treize. ¿Qué? estas malinterpretando las cosas

Duo. No estoy tan idiota como siempre has pensado Treize

Treize. No es verdad, ni he creído que eres un idiota ni tengo un amante

Duo. ¡Ya admítelo!

Treize. No lo haré porque no tengo

Duo. ¡Dime la verdad!

Treize. ¡Que no es verdad!

Treize se acerca a Duo y efusivamente le da un fuerte golpe en la cara haciéndolo caer al suelo, Duo cae fuertemente de rodillas y un par de gotas de sangre comienzan a caer sobre la alfombra, el trenzado mantenía su cabeza hacia abajo colocando su mano en su boca de la cual escurría sangre, Treize lo mira con enojo y se acerca a él agarrándolo del brazo, con un movimiento rápido lo pone de pie

Treize. ¡Mírame a los ojos!

Duo. ... No

Treize. ¡Qué me mires!

Treize agarra la trenza de Duo y la jala levantándole el rostro, acercándolo al suyo, los ojos del trenzado estaban cubiertos de lágrimas y la sangre continuaba escurriendo por sus labios pero en sus ojos se veía mucho enojo, por primera vez lo retaba con la mirada

Treize. Yo te amo... para mí solo existes tú

Duo. ¿Y por eso me pegas?

Treize. Tú me provocas

Duo. No Treize... no se trata de provocar, tú no me amas

Treize. Si te amo

Duo. No es verdad

Nuevamente Treize se molesta pero en vez de golpear a Duo, aprieta con más fuerza la trenza de su esposo y lo acerca a él dándole un salvaje beso en los labios, disfrutando de la saliva, de la sangre, de aquel beso apasionado, Duo mantenía sus ojos abiertos, observando a Treize quien comienza a encaminarlo hacia la cama, acostándolo ahí y subiéndose en él comienza a besarle el cuello, sin fuerzas y sin ánimos Duo se deja besar, haciendo su cabeza hacia un lado, observando al vacío mientras unas tristes lágrimas caen por sus mejillas y mojan la cama, Treize quitaba a Duo la ropa mientras aún le besaba el cuello, acariciaba su cuerpo, empezando por la pierna, subiéndola por el costado hasta su pecho...

Treize sujetaba ambas piernas de Duo mientras lo embestía, de los labios del trenzado salían gemidos secos, sin pasión, gemidos vacíos provocados por el coito, tan solo por tenerlo dentro y sentirlo salirse, pero era como si no estuviera ahí, porque Treize podía estar poseyendo su cuerpo pero su alma ya no era suya, su espíritu estaba lejos, él ya no le pertenecía a Treize...

A la mañana siguiente Duo despierta antes que Treize y hace el desayuno como siempre, lo sirve a la mesa y espera a que su esposo se levante, ese día el dueño de la compañía donde trabajaba Treize les había dado a sus empleados el día libre así que a las diez de la mañana se levanta Treize y se sienta a la mesa, el desayuno ya estaba servido y Duo también desayunaba al lado de su esposo, solo silencio, ambos terminan y Duo retira los trastes, limpia la mesa y lava lo utilizado en el desayuno, Treize se acerca a su esposo cuando éste ha terminado de arreglar la cocina

Treize. ¿Quieres que salgamos hoy?

Duo. Como quieras

Treize. ¿Quieres tú?

Duo. Mírame ¿crees que quiero salir con el labio reventado?

Treize. Perdóname

Duo. Si Treize, como siempre, me pides perdón y te perdono, lo vuelves a hacer y vuelves a pedir perdón, ya me la sé

Treize. No salgamos entonces

Duo. ¿Te vas a ver con tu amante?

Treize. Yo no sé de dónde demonios sacaste esa idea pero yo ya te dije que no existe

Duo. Me da igual

Treize. No quiero que pienses que tengo amante porque no lo tengo

Duo. Está bien... te creo

Treize. No lo dices con convencimiento

Duo. De verdad, te creo

Duo le sonríe a Treize pero aun así seguía creyendo en las palabras de aquellas mujeres, por algo lo habían dicho y a él le había quedado claro al ver a su esposo con Wufei, esos dos se miraban dulcemente, Treize miraba a ese hombre como a él nunca lo había mirado...

Al día siguiente por la noche Treize llega más tarde que de costumbre y Duo lo esperaba sentado en la ventana como cada noche, solo que ahora no se preocupaba, ya sabía que cuando eso pasaba Treize llegaba borracho y él tenía que lidiar con eso, a veces era muy fácil y otras veces era bastante difícil, fácil cuando Treize se quedaba enseguida dormido y difícil cuando se ponía necio y quería hacerle el amor o cuando se ponía violento, esperaba que en esa ocasión fuera fácil pero para su sorpresa Treize no llega solo

Treize. Ya vine mi amor

Duo. ¿Quién es tu amigo?

Treize. Mi amigazo del alma Zechs Merquise

Zechs. Mucho gustazo, señor Maxwell de Kushrenada

Duo. Un placer

Treize. Amorcito, tráenos unas cervecitas

Duo. Los dos apestan a alcohol, ya no beban

Treize. ¡Obedece! Perro inútil

Zechs. Tranquilo Traixi, es tu mujercita... digo, tu hombrecito

Treize. Es verdad... amor, tráenos unas cervezas por favor... ¡perro! Jajajaja

Duo. Mnh

Muy molesto por la actitud de su esposo Duo va a la cocina y del aparato refrigerador saca un par de cervezas y las lleva a la sala donde ambos amigos estaban sentados platicando y haciendo relajo, Duo las deja y se retira a su habitación, no tenía deseos de escuchar y estar al lado de dos borrachos estúpidos, odiaba a Treize cuando tomaba de más y ahora tener a dos ahí en igual estado no le iba mejor... los amigos se quedan en la sala riéndose de cualquier tontería tomándole a sus cervezas, Zechs se termina la suya y avienta la lata al suelo

Zechs. Ups

Treize. No te preocupes, el perro hace siempre la limpieza

Zechs. No le digas así... está buenísimo

Treize. Claro, es un bizcochazo

Zechs. ¿Me lo prestas tantito?

Treize. ¡Claro! Para eso son los amigos... para compartir

Los dos borrachos comienzan a reírse a carcajadas y a duras penas Zechs se pone de pie y tambaleándose comienza a caminar en dirección a la habitación del matrimonio, Duo se encontraba poniéndose la pijama y cuando escucha que la puerta se abre voltea rápidamente viendo como Zechs entraba a la habitación sonriendo, los ojos del trenzado se abren completamente y grita pero el hombre no se detiene, Duo se aleja pero Zechs lo sigue persiguiendo, el trenzado se encontraba con solo la parte de abajo de la pijama puesta, la camisa apenas se la iba a poner cuando Zechs había llegado, Duo sigue caminando hasta toparse con la pared donde Zechs lo arrincona y comienza a besarle el cuello, Duo grita pidiéndole auxilio a Treize y golpeando al hombre para que lo suelte pero él no se aleja comenzando a bajar sus manos...

Zechs ya estaba ansioso por hacer suyo a Duo, ya deseaba quitarle completamente la ropa pero Duo aún conservaba la ropa interior, en ese momento llega Treize y Duo marca en sus labios una media sonrisa, le alegraba ver a su esposo ahí porque creía que lo iba a ayudar, pero para su sorpresa Treize comienza a quitarse la camisa, Duo no puede creer lo que ve, un desconocido estaba tratando de violarlo y él como si nada al verlos se quitaba pacientemente la ropa

Treize. ¿No van a esperarme?

Zechs. Claro que sí

Duo mira horrorizado a Treize completamente desnudo acercándose hacia ambos, Zechs suelta por fin a Duo cediéndoselo a Treize para él poderse quitar la ropa, Treize besa con pasión los labios de Duo sin ser correspondido y lo acerca a la cama, Zechs se desviste completamente y se acerca a la pareja posicionándose a la espalda de Duo, le sujeta ambos hombros y comienza a besarle la nuca y después el cuello, Duo cierra con fuerza sus ojos sintiendo también como Treize comenzaba a besarle el pecho, sin duda la violación era inminente, y no solo se trataba de Treize sino también de otro tipo al cual apenas veía por primera vez esa misma noche...

Los tres sobre la cama: Treize acostado de espalda en la cama levantándose levemente apoyándose con sus codos disfrutando de la boca de Duo quien a su vez estaba siendo penetrado por Zechs quien estaba hincado, sujetando con fuerza las caderas de Duo y moviéndose salvajemente, entrando y saliendo de él con fuerza y rapidez, las mejillas de Duo estaban completamente bañadas en lágrimas y el apretaba con fuerza sus ojos, deseando que por fin aquello acabara 

Ya antes Treize había estado dentro de él mientras Zechs le hacía sexo oral, ya ésta era la segunda vez que le llenaban el interior, pero ésta vez se trataba de Zechs quien explota su semilla dentro de Duo mientras Treize lo hacía en la boca del trenzado, el amigo de su esposo sale enseguida de él, Duo se retira del miembro de Treize ya completamente dormido, por su boca escurría semen y él la limpia con la sábana, Treize deja de apoyase con los codos y cerrando sus piernas se deja caer completamente sobre la cama durmiéndose al instante, Zechs agarra a Duo de la cintura y lo acuesta a un lado de Treize dejándolo en medio de los dos ya que él también se acuesta y enseguida se queda dormido

Duo se seca las lágrimas que le quedaban y se queda mirando el techo de la habitación durante varios segundos, la mano de Zechs aún estaba en su cintura no dejándolo moverse pero él sin hacer mucho alboroto lo quita para poder salirse, logra salirse de la cama y al intentar caminar un dolor muy fuerte le hace detenerse, sentía un terrible calambre en la parte baja de su espalda, como si algo se le hubiera reventado por dentro y le impedía caminar pero aun así entra al baño y abre la regadera, tranquilamente se mete bajo el chorro de agua y agarrando el jabón comienza a deslizarlo despacio por su brazo, un par de lágrimas salen nuevamente de sus ojos y acelera el movimiento de su mano, las lágrimas se hacen más intensas y avienta con fuerza el jabón dejándose caer de rodillas sobre el piso del baño y llorando con aún más fuerza

Duo. ¡Ya basta... basta... basta!... ya no quiero... vivir así

El trenzado se abraza así mismo y llora hasta secar completamente todas sus lágrimas, dejando que el agua pura moje su cuerpo, su cuerpo manchado por la lujuria de dos hombres despreciables, ya había llegado al punto de rompimiento, al límite de lo humanamente soportable, ya no quería ser humillado y mancillado, ya no quería estar al lado de Treize, quería vivir lejos de él, lejos de sus golpes, de sus violaciones, porque eso era lo que su esposo siempre hacía, porque hacerle el amor en contra de su voluntad tan solo se podía llamar de una forma y esa era "violación", hasta el momento y por primera vez se daba cuenta en su vida, que el solamente había tenido sexo, nunca había hecho realmente el amor, y eso para él era sentir un inmenso vacío, un gran dolor...

El dolor de cabeza era insoportable pero aun así hace un esfuerzo por levantarse observando al otro lado de la cama y viendo ahí acostado a un hombre de cabello largo pero ¿quién era? No lo conocía, o al menos no lo recordaba, lo último que recordaba era un bar horrible y a muchos hombres acercársele pero tan solo uno le había llamado la atención ¡ya lo recordaba! Era ese de cabello largo platinado, ya comenzaba a recordar, pero además recordaba que habían llegado a la casa, recordaba que Duo les había dado cerveza y poco después recuerda fragmentos de la violación que le habían hecho a Duo

Treize se muestra preocupado y poniéndose la ropa interior sale de la habitación buscando a Duo pero éste no se encuentra, Treize desesperado lo busca por toda la casa pero con el mismo resultado, nuevamente entra a la habitación y abre enseguida el closet, éste tan solo tenía su ropa y sus zapatos, pero nada que fuera de Duo se encontraba ahí, muy molesto grita y avienta cosas haciendo que Zechs se despierte lentamente, se sienta sobre la cama y tallándose los ojos logra abrirlos observando a Treize

Zechs. ¿Dónde estoy?

Treize. ¡¿Dónde está?!

Zechs. ¿Quién?

Treize. ¡Mi esposo!... Duo ¡mi Duo!

Zechs. ¿Duo? ¿Cuál Duo?

Más molesto aún Treize avienta aún más cosas, Zechs se asusta de la forma tan violenta de comportarse de ese hombre y se pone de pie comenzando a ponerse la ropa, tan solo quería salir de ahí, no le importaba si ese hombre le pagaba sus servicios o no, prefería no obtener nada por su trabajito de anoche a que ese hombre lo golpeara, ya bastantes experiencias tenía con tipos violentos que lo golpeaban a la hora del sexo, pero no había opción, trabajo era trabajo... 

Treize corre desesperado por toda la casa, en el baño tampoco había cosas de Duo, ni en la sala ni en ninguna otra parte, tampoco estaban un par de maletas que él había comprado para cuando salieran de viaje, además el dinero que tenía ahorrado en una pequeña caja no se encontraba, estaba la pura caja, Treize grita y se tira al suelo comenzando a golpearlo, había perdido a Duo, se había ido, lo había abandonado sin siquiera dejar alguna nota

Por la tarde el camión llega por fin a la ciudad, un despistado joven de tan solo 20 años se bajaba de él con dos maletas y un periódico en manos, necesitaba primeramente encontrar un lugar donde pasar la noche y al día siguiente buscar un trabajo, los pocos billetes que traía en las manos no le iban a alcanzar para mantenerse, si acaso le iban a durar una semana pero no más, el chico suspira y sonriendo camina hacia las afueras de la central camionera, estaba cansado, había sido un largo viaje de casi ocho horas, Duo sale y ve que aquella era una gran ciudad, no se comparaba con aquella en la que antes vivía y mucho menos se comparaba al pequeño pueblo en el que antes vivía

Un extraño hombre se acerca amablemente a Duo con una sonrisa en su rostro, el trenzado muy confiado también le sonríe pero antes de que pueda reaccionar el hombre jala a Duo la maleta más grande de las dos que traía y logra quitársela comenzando a correr, se trataba de un ladrón, uno de esos tipos que esperan encontrarse pueblerinos y hacérselos tontos o robarles y Duo le había parecido la víctima perfecta, el trenzado comienza a correr siguiendo al señor pero entre tanta gente era casi imposible alcanzarlo pero aumenta su velocidad 

Duo podía parecer débil pero era bastante ágil, años de vida en el campo antes de irse a Provincia le habían dado las habilidades suficientes como para correr a grandes velocidades pero entonces una persona se le atraviesa sin querer y chocando ambos caen al suelo, Duo cierra sus ojos con fuerza al sentir el golpe en su trasero y quejándose por el dolor se soba abriendo enseguida sus ojos observando con sorpresa a la persona con la que había chocado y ésta persona a la vez veía con asombro a Duo, ambos se ponen de pie con los ojos bien abiertos y muy emocionados

Quatre. ¡¿Duo?!... ¡¿Duo Maxwell?!

Duo. ¡Quatre Raberba Winner!

Ambos chicos se abrazan con emoción, Quatre era el amigo de infancia de Duo y tenían más de 9 años sin verse, Quatre era el vecino de Duo pero cuando los padres del rubio se habían divorciado la mamá se había ido del pueblo para probar suerte muy lejos llevándose a su único hijo con ella dejando a su ex esposo en el pueblo, pero con el paso del tiempo y ya habiéndose muerto su madre, Quatre había decidido no volver al pueblo, ya en esa ciudad tenía una vida, estudiaba la Universidad, tenía buen sustento económico y un novio maravilloso que lo amaba y al cual amaba... ambos se separan, los dos con lágrimas en los ojos, la emoción era mucha, Quatre agarra las manos de Duo

Quatre. Amigo, que gusto me da verte

Duo. Malvado, ni siquiera me escribiste una carta

Quatre. Perdóname

Duo. No te preocupes, lo bueno es que te vuelvo a ver

Quatre. ¿Por qué no charlamos en una cafetería?

Duo. Está bien, pero acaban de robarme mi maleta

Quatre. ¿Es por eso que corrías?

Duo. Sí

Quatre. No te apures, por lo que veo acabas de llegar, puedes quedarte en mi casa

Duo. ¡¿De verdad?!

Quatre. Sí

Duo. Que emoción... pero una pregunta ¿qué haces aquí? ¿Vas a viajar?

Quatre. No, vine a traer al mejor amigo de mi novio porque tuvo que salir de urgencia de la ciudad y él no podía traerlo

Duo. ¿Tu novio? Tienes que contarme todo

Quatre. Claro que sí, vamos

Quatre suelta una mano de Duo pero la otra aún la sujeta y lo lleva en dirección a su auto donde lo había dejado estacionado, no se trataba de un gran auto pero lo había comprado con el producto de su esfuerzo y dedicación al trabajo de medio tiempo que desde hace tres años tenía, el rubio iba a llevar a Duo a una cafetería para que ambos pudieran contarse todo lo que habían hecho en esos 9 años que no se habían visto, tenían tantas cosas que contarse y parecía que nunca iban a terminar pero ese día, precisamente ese día empezaba para Duo una nueva vida ¿qué le deparaba la vida ahora que estaba lejos de Treize? Eso no lo podía saber, lo único que si sabía es que ya no iba a sentirse solo nuevamente, Quatre era alguien a quien quería mucho y seguramente la iban a pasar muy bien, ya ese era un buen principio, pero ¿sería que ahora sí iba a poder encontrar el amor?

Continuará...


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