viernes, 6 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 19. Expiación de culpas



Daba vueltas de un lado a otro, debían hacer algo, habían pasado más de dos horas y Duo no despertaba, Wufei estaba muy preocupado, mientras que Traize, sentado en un mueble de la sala, tenía la mirada fija hacia el suelo, ensimismado, se mecía un poco de adelante hacia atrás, por su mente no pasaba nada inteligible, todo era un nudo de dudas

Wufei. No puedo más, llamaré una ambulancia ¿me oyes?

El más alto no respondió a las palabras de Wufei, así que él se acercó al teléfono y levantó la bocina, estiró su mano para marcar el número de emergencias, pero antes de discar el primer número, sintió un golpe en su mano, el cual le hizo soltar el aparato, el chino volteó y miró a Traize, estaba enojado

Traize. No lo hagas… despertará

Se alejó de Wufei mucho antes de recibir respuesta y caminó hacia la habitación, ahí estaba Duo, maltratado e inconsciente

Traize. Así aprenderás… ¿Lo harás?

Sonrió levemente, como loco, Wufei lo observó y sintió que la piel se le erizaba, Traize, su amado Traize no tardaría en volverse loco si no recibía ayuda, eso le preocupó mucho más que el hecho de que el trenzado no despertara

Wufei. Traize, Duo necesita que lo revisen, puede tener una fractura, quizás una hemorragia interna

Traize. Él está bien… yo lo cuidaré

El esposo del ojivioleta se sentó a su lado, estirando su mano para acariciarle los cabellos, el ojinegro se sintió furioso, estaba harto de la situación y él no tenía cabida en ese asunto, eso solo correspondía a Traize y Duo...

Al día siguiente Quatre se despertó con el olor a comida, acostumbrado a que Duo se encargara de los alimentos se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, pero no era su amigo quien preparaba algo, sino Heero, que al parecer estaba terminando con el desayuno, el ojiazul vio al rubio y lo saludó

Quatre. Buenos días. No te hubieras molestado

Heero. No es molestia, yo también como

Quatre. Es cierto

Heero. Siéntate

El chico obedeció y Heero sirvió el desayuno, después se sentó. Tras unos momentos en que ambos comieron, Heero habló

Heero. Quatre, quizás no me incumba pero ¿y tus clases?

El chico al oír la pregunta dejó de comer, evitó la mirada azul mientras bebía un poco de café y después levantó la mirada, el ojiazul notó su expresión de tristeza

Quatre. Di de baja el semestre

Heero. ¿Por qué hiciste eso?

Quatre. Había estado faltando mucho, prefiero repetir

Heero. ¿Cuándo?

El rubio apretó los labios con fuerza y enmudeció unos momentos

Quatre. Cuando pueda ocupar mis pensamientos en la carrera

Heero. ¿O sea que…?

Quatre. ¡No lo digas! Por favor…

Heero. Cuando Trowa muera ¿cierto?

Quatre bajó la mirada y apretó con fuerza los puños, no quería pensar en sus planes cuando su novio ya no estuviese con él. Por el momento solo quería dedicarle el mayor tiempo a su Trowa, después, si le daban ganas de seguir viviendo pensaría en su vida

Quatre. Gracias por el desayuno

Frustrado se levantó de la mesa y se devolvió a su habitación, Heero sabía que había metido las narices en asuntos que no le correspondían, pero no lo había podido evitar. También a él se le fue el hambre, por lo que dejó su plato a la mitad y recogió la mesa, tenía asuntos pendientes ese días, así que aprovechaba para comenzarlos más temprano…

Al abrir los ojos, Wufei se encontró acostado en el sillón de su cómoda sala, tenía sobre él una sábana a pesar de haberse acostado sin ella, seguramente Traize la había puesto sobre él. No había ruido alguno por el departamento, así que se asustó, se puso en pie y casi corrió a la habitación, ahí estaba Traize, de rodillas junto a la cama de Duo, sosteniéndole la mano, el trenzado continuaba inconsciente, pero su frente se veía perlada de sudor, el pelinegro se acercó con cuidado y lo tocó, estaba muy caliente

Wufei. Tiene fiebre

La respiración del chico era agitada a pesar de estar dormido

Wufei. Hay que hacer algo

Enseguida comenzó a mover a Traize del hombro, después de algunos intentos el hombre abrió los ojos y le miró

Traize. ¿Qué sucede?

Wufei. Duo tiene fiebre, es en serio, debemos llevarlo al Hospital

Traize. No, eso no

Rápidamente se irguió un poco, sin soltar la cálida mano de su esposo, lo miró sudando y a pesar de que estaba consciente de que Duo no estaba bien, él no estaba dispuesto a arriesgarse a llevarlo al Hospital, Duo presentaba heridas en el cuerpo y la cara, y eso seguramente levantaría sospechas

Wufei. ¡Traize! Se puede morir

Traize. No seas dramático, él se pondrá bien

Lo contempló con una sonrisa y después le besó la mano

Wufei. Por favor Traize, por favor

Traize. No molestes Wufei

Wufei. Has como quieras

Enojado salió de la habitación, Traize lo miró marcharse, mostrando una mirada de tristeza, después observó a su esposo

Traize. ¿Sabes? Una vez me aventé al río, quería desaparecer. Pero no pude, me encontraron y cuidaron de mí. Recuerdo que desperté en una fría habitación, tenía fiebre y principios de neumonía, estaba feliz porque creí que quizás moriría, pero no sucedió así… si tanto te he lastimado y crees que debes morir, entonces muere, muere por mi querido Duo

Sonrió con tristeza y le besó la mano, después comenzó a acariciarla, restregándola con su mejilla izquierda. Dentro de él, dos Traize se batían en duelo, uno, la conciencia deprimida odiaba a Duo, lo consideraba la raíz de todo su mal, pero la otra, lo consideraba su amado esposo, quien debía sacrificarlo todo por él, ambos eran egoístas, ambos buscaban su propia satisfacción, pero el verdadero Traize odiaba hacerle daño al trenzado, el verdadero temía encontrar al otro, al que era capaz de destruir cosas hermosas, por eso trataba de evitar todo acercamiento amoroso con Wufei, porque su amor por él era quizás lo único verdadero en su vida…

Cuando Quatre salió por fin de su encierro se dio cuenta de la ausencia de Heero, quien le había dejado una nota, diciéndole que saldría por algunas horas, el rubio la dejó en su lugar y volvió a su habitación para vestirse, al terminar agarró sus llaves y salió del departamento, dirigiéndose a una agencia de eventos, en la cual le estaban ayudando para su boda con Trowa, y aunque Quatre estaba feliz, también tenía rastros de tristeza en su rostro, le habría gustado casarse con su novio en otras circunstancias. Mientras le mostraban modelos de pasteles, Quatre estaba distante, pensando en su novio, reviviendo viejos y hermosos momentos

Organizadora. No me ha dicho que le parece

Quatre. ¿Eh? Cierto… a ver… no, no me convence

Organizadora. Entonces vea éste

La chica junto al rubio seguía mostrándole los modelos de pasteles, pero el rubio había vuelto a distraerse

Organizadora. ¿Sabe? Creo que sería mejor ver esto después ¿le parece?

Quatre. Creo que tiene razón, disculpe

Apenado el rubio se levanta de su asiento y se inclina un poco hacia delante, despidiéndose de la chica que le ayudaba con el evento, después sale tranquilamente

Quatre. No puedo concentrarme. Será mejor que vaya a ver a Trowa

Animándose un poco más, el rubio sonríe y camina más deprisa hacia su auto, cuando saca las llaves de la bolsa del pantalón para abrirlo, siente que le sujetan el hombro, se gira hacia atrás y se encuentra con Trant, quien le sonríe, el rubio no se lo esperaba pero al verlo también le sonríe

Quatre. Que sorpresa ¿cómo estás?

Trant. Bien… ¿tienes tiempo?

Quatre. ¿Por qué?

Trant. Te invito un café

Quatre. Sí, está bien

Aunque no estaba convencido del todo, Quatre acepta y vuelve a guardar las llaves de su auto, enseguida él y Trant se alejan caminando de ahí

Quatre. ¿Qué hacías por aquí?

Trant. Iba a la librería, pero puede esperar ¿y tú qué hacías?

Quatre. Organizo mi boda

Trant. ¿Qué?

Completamente sorprendido, Trant deja de caminar, mirando fijamente a su amigo, Quatre se detiene también y voltea a verlo

Quatre. Voy a casarme con Trowa

El rubio se sonroja y sonríe tímidamente, Trant se queda completamente callado, desviando ligeramente la mirada por algunos momentos, Quatre se da cuenta y se incomoda un poco

Quatre. En el pueblo donde nací hay ceremonias para casar a personas del mismo sexo, quizás no tenga validez legal, pero es simbólico y tiene mucho significado para quienes somos nativos de ahí

Trant. Comprendo… ¿Sabes? Creo que mi libro no puede esperar después de todo. Te veo luego ¿de acuerdo?

Bruscamente Trant se gira, dándole la espalda a Quatre, quien queda desconcertado por aquella inesperada reacción, entonces avanza hacia él

Quatre. ¿Qué te sucede?

Trant. Nada… te veo luego

El chico aceleró el paso, decidido a no voltear, pero a Quatre no le gustaba dejar las cosas de ese modo, quería aclarar la situación, por eso acelera más el paso hasta llegar con Trant, a quien le sujeta el brazo derecho y lo jala, haciéndolo voltear

Quatre. Explícame que te sucede

El rubio estaba preocupado, mostrándolo en su mirada, Trant al verla se conmovió, no había nada que lo moviera tanto como las expresiones del chico que amaba

Trant. Creí que lo sabías

Quatre. ¿Saber qué?

Trant. Que estoy enamorado de ti

Al oír tales palabras el rubio se sonroja, sorprendiéndose a la vez, y no porque no supiera eso desde antes, sino porque jamás su amigo lo había confesado de esa forma, Quatre suelta el brazo de Trant y se lleva una mano al pecho, bajando la mirada con expresión triste

Quatre. Sí, lo sé… pero yo no puedo…

Trant. Lo sé, entiendo perfectamente que amas a Trowa, y lo respeto, a él y a tu amor por él, pero aun así… aun así duele no tenerte

El rubio levanta su mirada y observa a su amigo, enterneciéndose de aquella expresión que le mostraba, pero no lamentaba no corresponderle, porque su amor es y siempre sería Trowa

Quatre. Creo que sería más sano para ti no verme

Trant. ¿Qué?

Quatre. Lo que menos quiero es lastimarte, yo…

Trant. ¡Eso no! Todo menos dejar de verte

Quatre. Trant…

Trant. Si eso pasara, creo que…

Como nunca antes, los latidos de su corazón estaban a mil por hora, tenía a Quatre frente a él, cerca, lo suficiente para tomarlo entre sus brazos, jamás había tenido tantos deseos de tenerlo, pero el solo hecho de que su amigo le mencionara que no debían verse lo hacía sentirse más inquieto

Quatre. De verdad creo…

No lo podía evitar, miraba esos tiernos labios moverse, quería hacerlo, tenía que hacerlo, tomarlos, aunque fuera una sola vez

Quatre. Que debes alejarte de…

Sin seguírselo pensando, Trant da un largo paso al frente y sujetando el rostro de Quatre con ambas manos, lo acerca al suyo, colocando sus labios sobre los del rubio, sin encontrar mayor resistencia, Quatre estaba en shock, no podía creer que estaba sucediendo aquello, por instantes flaquea y entrecierra sus ojos, moviendo levemente sus labios, enseguida reacciona e intenta alejarse, pero Trant le atraía a él desesperadamente

Entonces fue como si alrededor la razón desapareciera, Quatre le correspondía, acompasando el movimiento de sus labios al de su amigo, no fue más de diez segundos lo que duró aquel beso, segundos que para el rubio parecieron eternos, sintiendo pronto el peso de un pecado, quizás nunca encontraría una explicación lógica al porque le correspondió, pero si sabía que se sentía enormemente idiota.

Trant le soltó el rostro, no podía creer que Quatre lo había besado. Con los ojos enormemente abiertos el rubio levantó su temblorosa mano y se tocó los labios con la punta de los dedos

Quatre. No vuelvas a acercarte a mí

Sin pretender decir nada más, el rubio le dio la espalda a Trant y se alejó de prisa de él, no quería ni verlo, ni oírlo, no quería a su amigo cerca de él nunca más

Quatre. Trowa… lo siento

Corrió con prisa, estaba confundido y se sentía culpable, nunca antes había engañado a Trowa, incluso se sentía extraño, durante mucho tiempo al único que había besado había sido su novio… Trant lo miró alejarse, decidido a no seguirlo, él también se sentía un idiota, había echado a perder su linda amistad con Quatre. Aun así tocó también sus labios, aún podía sentir el calor del rubio en ellos.

No podía evitar sentirse tan inquieto, la fiebre de Duo no bajaba y Traize estaba demasiado ido para darse cuenta que su esposo necesitaba ayuda. Con un trapo húmedo Wufei se ocupaba del trenzado, intentando bajar la temperatura de aquel maltrecho cuerpo, el chino no podía dejar de pensar que si Duo moría jamás se lo iba a perdonar

Wufei. Resiste Duo, por favor

El pelinegro deja el trapo en la frente de Duo después de haberlo sumergido en agua y exprimirlo, después mira hacia Traize, el hombre estaba sentado en la sala, frente al televisor, Wufei se asegura que no esté viendo y saca su celular, entonces manda un mensaje de texto a Relena

Wufei. Perdóname Traize

Por primera vez traicionaba a Traize en beneficio de Duo, siempre había procurado serle de ayuda a su amado, pero ya no podía continuar, ésta vez no era solo la libertad del trenzado en juego, era su vida la que corría peligro…

Heero salía de su clase de Arte contemporáneo e iba a irse directo a su departamento, cuando una figura a lo lejos le resultaba familiar, continuó caminando hacia aquella persona, confirmando sus sospechas, era Relena, que se acercaba hacia él a paso rápido, a Heero le resultó muy extraño pero tuvo un mal presentimiento y se apresuró a estar frente a su amiga

Relena. Heero…

Estaba agitada e intentaba recuperar un poco de aire, el chico la miró fijamente

Heero. ¿Estás bien?

Relena. Sí, mira esto

La chica sacó su teléfono celular y le mostró a Heero el mensaje que había recibido de Wufei hace apenas media hora

Heero. "Ayuda a Duo, trae una ambulancia"

Su piel palideció, por instantes la imagen de Duo cubierto de sangre llegó a su mente, haciéndolo estremecer, hace tiempo no tenía aquella sensación, desde que supo que Trowa moriría no había vuelto a sentirse tan sofocado

Relena. Llamé al Hospital más cercano al departamento de Wufei, pero hubo un accidente muy grande y con tantos heridos ya no tienen ambulancias, mandarán una de otro lugar, pero está más lejos

El ojiazul oyó las palabras, pero aún no se reponía

Relena. ¡Heero vámonos!

Reaccionando enseguida Heero se irguió y entregando el celular a la chica asintió con la cabeza, entonces ambos se pusieron en marcha, saliendo de la Universidad, su corazón latía a mil por hora y en su mente maldecía a Traize, cuando lo tuviera enfrente por fin entonces no se contendría, lo mataría incluso si no lograba contenerse, cosa que no pensaba hacer, no existía nadie en el mundo a quien odiara tanto como aquel sujeto…

El rubio llegó a casa de Trowa, pero antes de bajar del auto se quedó dentro, mirando al frente como perdido, con las manos sobre el volante, lo apretaba con fuerza, aún estaba exaltado, no podía creer lo que había hecho. Cerró con fuerza los ojos y apoyó la frente sobre el volante

Quatre. ¿Cómo podré verte a los ojos?

Con fuerza se mordió los labios, levantando la cabeza, fijó su mirada a la puerta de entrada y entonces se decidió, suspiró profundamente y salió del auto, caminó a la puerta y llamó al timbre, segundos después Catherine le abría la puerta, al verlo le sonrió y lo abrazó con emoción

Catherine. Estábamos hablando de ti

Quatre. ¿Ah sí?

Catherine. Sí, Trowa decía que eres lo mejor que le ha pasado

Al oír esas palabras al rubio le temblaron las piernas, más que antes se sintió culpable, estaba sucio y no se merecía a Trowa. Dejó de caminar repentinamente, con la mirada agachada, la chica lo miró fijamente

Catherine. ¿Estás bien?

Quatre. Sí, es solo… olvidé algo, debo irme

Catherine. ¿Por qué?

El rubio no dijo más y dio la espalda rápidamente, caminando de regreso a la puerta de entrada de la casa, la pelirroja lo siguió hasta alcanzarlo, sujetándole el brazo

Catherine. Puede esperar ¿no? Trowa no deja de hablar de ti, quiere verte

Quatre. Pero…

Catherine. Yo sé que también quieres, anda… se le ve tan triste sin ti

Nuevamente el rubio bajó la mirada, después asintió con la cabeza, siguiendo a su cuñada, la chica sonrió, dirigiendo al rubio a donde estaba Trowa, el ojiverde estaba sentado en un mueble de la sala, Mariemaia estaba a su lado, contándole sobre su escuela y él la oía sin mucho interés

Catherine. Hermano…

Rápidamente Trowa volteó al oír la voz de la chica y sin perder un solo segundo su vista se dirigió a Quatre, sonrió ampliamente, como antes no solía hacerlo y entonces se puso de pie, Catherine miró a su prima

Catherine. Ven Mari, veamos televisión

Mariemaia. Está bien

La niña se puso de pie y pasó de lado a Quatre sin mucho agrado, después se fue con su prima y ambas se perdieron de la vista de los chicos, Trowa se levantó y se dirigió a su novio, a quien le dio un fuerte abrazo, el rubio sintió nuevamente que temblaba

Trowa. Te extrañé

Quatre. También yo

El ojiverde acarició la mejilla de su chico e intentó besarlo, pero Quatre volteó ligeramente su cabeza, causando impresión en su novio, ya que el rubio nunca lo había rechazado de esa forma

Trowa. ¿Estás bien?

Quatre. Sí, solo algo agotado

Trowa. Ya veo, ven

Le colocó a su novio una mano en la espalda y se dirigió al sillón de nuevo, ambos se sentaron, Trowa soltó a Quatre y se alejó un poco de él, el rubio no se movió, solo se quedó quieto, entonces sintió la mano de su novio tocarle la cabeza y jalarlo con delicadeza hasta dejarla apoyada en sus piernas, comenzando después a acariciarle el cabello

Trowa. Descansa

Al sentir el delicado roce de las manos de Trowa cerró los ojos, no lo pudo evitar y comenzó a llorar, el ojiverde se dio cuenta que su novio no estaba cansado, sino que algo le pasaba, creyó enseguida que era por su situación de salud

Trowa. Quatre no llores, estoy bien

Rápidamente el rubio se levantó de las piernas de Trowa e hincándose en el mueble se abrazó al cuerpo de su novio, Trowa le correspondió el abrazo, dándole un beso en el hombro

Quatre. ¡Perdóname!

Trowa. ¿Por qué?

Quatre. Es que…

Por segundos estuvo dispuesto a contarle lo que había pasado, de decirle que había besado a Trant en un momento de debilidad, pero que no había significado lo más mínimo para él, sin embargo lo reflexionó en segundos, recordando cómo se había puesto su novio la última vez, así que decidió no decirle. Se quedó callado unos momentos, sollozando

Quatre. No es nada… es solo… nada

Trowa. Puedes hablar conmigo, sabes que siempre te escucharé

Quatre. Lo sé… pero es una tontería, de verdad

Trowa. Está bien, confío en ti

Las últimas palabras de Trowa no ayudaron a que Quatre se sintiera mejor, sin embargo ya no quería pensar en la tontería que había cometido, y haría lo que estuviera a su alcance para hacer feliz a su novio, alejándolo del mayor sufrimiento posible

Trowa. ¿Sabes? No quiero estar aquí, vayamos a algún lado ¿sí? Quiero que te distraigas también

Quatre. Está bien

Se separó de su novio y entonces sintió el roce de los labios del ojiverde con los suyos, sintió que quemaban después del beso prohibido con su amigo, pero rápidamente se apresuró a alejar todos aquellos pensamientos y le correspondió, mirándose a los ojos al separarse, Quatre sonrió apenado

Quatre. Vamos

Trowa. Si

El rubio sujetó a Trowa de la mano y se dirigieron a la puerta de entrada, Trowa gritó a Catherine que saldría con Quatre y entonces se marcharon, el rubio aún no estaba del todo animado, pero fingía por Trowa, para que su novio jamás se enterara de lo que había hecho, ese sería el segundo secreto que le tendría a Trowa…

Wufei miró la hora, no hacía mucho que había mandado el mensaje a Relena, pero los segundos le eran igualados a horas, estaba nervioso, era obvio que cuando llegaran Traize se daría cuenta que él había llamado a la chica y seguramente iba a odiarle, pero no permitiría que Duo muriese, ya había cometido muchas faltas a favor del hombre que amaba, la muerte del trenzado no sería una más. Oyó los pasos de Traize acercarse a la habitación, el pelinegro volteó y enseguida lo ignoró, volviendo a colocar un trapo húmedo en la frente del chico

Traize. ¿Está mejor?

Wufei. No

Traize. Sigues enojado ¿cierto?

Wufei. Sal del cuarto ¿quieres?

Traize se entristeció al oír a Wufei, pero no dio su brazo a torcer, simplemente dio la espalda y se marchó, el chino se giró hacia la puerta, mordiéndose el labio inferior

Wufei. Perdóname Traize, pero ya no puedo seguir contigo así

El chico volvió a mirar a Duo, el trenzado hacía muecas de dolor, por primera vez mostraba signos de vida, rápido Wufei se puso de pie, el trenzado intentaba abrir los ojos

Wufei. Duo, Duo

El trenzado jadeaba e intentaba mover los labios resecos

Duo. Heero

Pronto Wufei supo a quién llamaba el trenzado, imaginó que estaría soñando algo, pero Duo poco a poco abrió los ojos, sintiéndolos lastimados, su rostro ardía, Wufei se le acercó más

Wufei. ¿Cómo te sientes?

Duo. Heero

Wufei. Pronto estarás con él

Duo. ¿Dónde estoy?

Wufei. En mi departamento

El trenzado se encontraba en un estado de ensueño, no tenía ninguna idea clara, solo sentía dolor por todo el cuerpo

Duo. Heero

Wufei. ¿Delira?

Duo. Agua…

Wufei se apresura a darle del agua que tenía en un vaso sobre el mueble junto a la cama, inclina un poco el vaso y le da a beber al chico, Duo tose un poco y después vuelve a cerrar los ojos… Cuando llegan a la colonia donde vivía Wufei, rápidamente Heero sale del auto y corre, aún sin saber el número de departamento, Relena corre veloz hacia él y le sujeta el brazo, mientras un hombre se acercaba a ellos

Relena. Heero cálmate

Heero. ¡Voy a matar a ese idiota!

Relena. Basta…

"Señorita, no la esperaba por aquí"

Relena. ¿Siguen ahí?

"Sí, no han salido en absoluto"

Relena. Una ambulancia viene hacia acá, indícales donde

"Pero…"

Relena. No te puedo explicar ahora… vamos Heero

La chica sujeta el brazo del chico para que no vuelva a escaparse disparatadamente, al ojiazul no le parece en absoluto pero se tranquiliza. El corazón de Heero latía rápidamente, ansioso, pronto estaría frente al infeliz del esposo de Duo, el causante de todo el dolor que el trenzado había tenido que sentir… Traize se paseaba a uno y otro lado de la sala, estaba ansioso y no sabía por qué, pero tenía una sensación que no acababa de gustarle, quizás dentro de todo también sentía culpa, por todo lo que había hecho, pero a la vez algo le decía que estaba bien, que ese era el modo correcto de actuar, sonrió al pensarlo, seguramente cuando Duo despertara se daría cuenta de cuál era su papel en la vida que el mismo Traize había trazado para él.

El timbre del departamento retumbó en los oídos de Wufei, en cambio para Traize fue como cualquier llamada a la puerta, así que se dirigió hacia ella, observó por la mirilla, teniendo frente a él la figura de la tal Relena, hizo una mueca de disgusto, odiaba a esa chiquilla, no la conocía, ni pretendía conocerla, pero sabía que la odiaba. Ante los ojos de Traize no estaba Heero, pues se ocultaba justo al lado de la puerta, el hombre la continuó observando aún después del segundo timbre. Wufei salió de la habitación al darse cuenta que aún no se había abierto

Wufei. ¿Qué haces? Abre

Traize. Es la niña del otro día, no quiero abrirle

Wufei. Aún trabajo para su padre ¿recuerdas? A Marshall no le gustará ese tipo de trato hacia ella, conoces el plan

Traize. ¿Marshall? ¿Desde cuándo le llamas por su nombre?

El chico se sonrojó bastante al oír aquella pregunta, cuya respuesta era fácil: su jefe le había pedido llamarle por su nombre, después de tantas sesiones de sexo era lo más normal, Traize vio la reacción del chico y se disgustó

Traize. No abriré

Enojado se dirigió a Wufei, colocándole ambas manos sobre los hombros

Traize. No abras

Wufei. Necesito hablar con ella

Traize. ¡No! Te prohíbo verla

Wufei. ¿Estás loco? No puedes decirme que hacer

Wufei también molesto se deshizo del agarre y pasó de Traize, acercándose a la puerta, quitó la cadenita que impedía abrirse y abrió la puerta, antes que Relena pudiera decir algo, Heero salió de su escondite, directamente entrando al departamento

Heero. ¿Dónde está Duo?

Preguntó bastante molesto, mirando con odio a Wufei, pero incluso antes de que éste le devolviera la mirada, enseguida la de Heero se posó en la figura altiva de Traize, que al oír el nombre de su esposo miró al recién llegado con cara de fastidio, aún sin ser presentados ambos se reconocieron. Heero supo por aquella cara despreciable que ese era el famoso Traize, y por su parte Traize supo por la actitud de héroe del chico, que era aquel por quien Duo suspiraba, supuestamente su verdadero amor.

Fueron menos de dos segundos los que se miraron de aquella forma, antes que Wufei y Relena reaccionaran, Heero se dejó ir hacia Traize con un puñetazo certero en el rostro, que lo hizo trastabillar, pero enseguida el esposo de Duo se repuso, asestándole también al ojiazul un golpe que le hizo sangrar la nariz

Wufei. ¡Deténganse!

Desconcertado Wufei se puso en medio de ambos con los brazos extendidos, intentando detenerlos, pero a Heero no le importó y con violencia lo quitó de su camino, la reacción de Traize al ver eso fue de coraje, no podía soportar que tocaran a Wufei, mucho menos aquel que era el amante de su esposo.

Heero llegó hasta Treize, pero éste antes de recibir su golpe le dio uno al ojiazul en el estómago, haciéndolo bajar la guardia, después con ambos puños entrelazados le dio un golpe en la espalda y lo hizo caer de rodillas, sin importarle que el ojiazul tenía enyesado el brazo derecho, pero Heero se puso de pie lo más rápido que pudo y con toda su fuerza le dio otro puñetazo en la cara, y antes de que su oponente se intentara reponer le dio otro

Heero. ¡Desgraciado! Me dan ganas de matarte

El ojiazul imaginó aquellos golpes en Duo y su coraje aumentó, ahora comprobaba que la fuerza de Traize era demasiada para alguien como el trenzado, por lo que imaginaba éste sentiría el doble de dolor. Enojado aún Heero se acercó de nuevo a Traize, quien se limpiaba sangre de la boca y le dio una patada en el rostro, haciéndolo caer al suelo, enseguida Wufei se acercó a Traize e intentó ayudarlo, pero él rechazó la ayuda

Treize. Tú los llamaste…

Wufei. ¿Eh? Pero…

Treize. No me engañas maldito, aléjate de mí

El chino casi se sintió desfallecer al oír aquellas crueles palabras, pero no dijo nada, solamente dio la espalda a Treize mientras éste se alejaba a la cocina. Heero llegó hasta la habitación, donde Relena estaba con Duo, al verlo el ojiazul sintió que el corazón se le partía en pedazos, gracias a Wufei el trenzado estaba limpio, pero los golpes tenían moretes, había en la cara y lo que veía del cuerpo, brazos, cuello y piernas; seguramente había más bajo la ropa

Heero. Duo

Aunque no lloraba su voz se quebró, se acercó lentamente a la cama donde yacía su novio y al llegar le agarró la mano, la cual estaba hirviendo por la fiebre y entonces la besó, el trenzado entreabrió los ojos, observando la figura de Heero, aunque era borrosa, el chico sonrió

Duo. Heero

Heero. Estoy aquí

El trenzado suspiro y enseguida cerró los ojos, era como si hubiese visto un hermoso sueño y ya pudiera morir en paz

Heero. Duo… ¡Duo!

El ojiazul se desesperó, apretando la mano del chico, que estaba endeble, sin fuerza

Relena. Tranquilo, lo vas a lastimar

Heero. Duo…

La chica le quitó a Heero la mano de Duo y colocándole su mano en el pecho del ojiazul, lo alejó

Relena. Esperemos la ambulancia, tú no puedes hacer nada

Relena agarró el trapo en la frente de Duo y lo sumergió en la fría agua, lo exprimió y volvió a ponerlo en la frente del chico. Heero apretaba con fuerza el puño, sentía demasiado coraje, quería regresar a la sala y terminar de romperle la cara a Traize, pero el esposo de Duo entraba de nuevo al cuarto, Relena lo miró con desprecio pero a él no le importó, solo miraba a Heero

Traize. Aléjate de mí Duo

Heero. Imbécil, él no te pertenece

Traize. ¿Entonces a ti?

Heero. ¡Él no es un objeto!

Enojado hasta la médula, el ojiazul se acerca para darle otro golpe a Traize, pero la voz de Relena lo detiene

Relena. No se peleen aquí, piensen en Duo

Treize. ¡Cállate estúpida!

Heero. No le hables así

Treize. ¿Quién crees que eres imbécil?

Heero. Llamaré a la policía, que te encierren antes que te mate yo

Treize. ¿Te crees muy listo verdad?

Sin pensar en ninguna clase de consecuencias, Traize saca de la pretina trasera del pantalón un cuchillo que había agarrado de la cocina cuando Wufei no había visto, la mirada de Heero se hace más aguda, pensando que debía tener cuidado, ya que Traize se veía demasiado desequilibrado, Relena por su parte exclama susto y retrocede un paso

Treize. Aléjate de Duo, no repetiré

Heero. No lo haré

Treize. Tú no entiendes nada ¡Aléjate de él, me pertenece, es mío!...

Actuando como un desquiciado Traize se acerca con el cuchillo hacia Heero, intentando apuñalarlo, pero rápidamente Heero le sostiene la muñeca derecha con su mano izquierda

Traize. ¡Él debe pagar los pecados de su padre, por eso es mi regalo, mi recompensa!

Heero no comprendía las palabras de Traize, simplemente usaba toda su fuerza para que éste no lograra lastimarlo, tampoco a Duo

Relena. ¡Detente!

La chica intentó intervenir, pero Heero la vio rápidamente, volviendo después su mirada al arma

Heero. ¡No te acerques!

Debido a su descuido, Traize por poco logra lastimarlo, pero Heero pone más cuidado y vuelve a usar toda su fuerza, sin embargo Traize era muy fuerte, además más alto. Wufei llega a la habitación al oír los gritos, asustándose de la escena

Traize. ¡No quiero que lo toques, no quiero que él toque nada… Es mío, solo mío!

Heero. Eres un lunático

Traize. ¡Cállate! Te voy a matar para que aprendas

Heero. Yo amo a Duo, jamás entenderás eso

Traize. ¡No es verdad!

Más molesto que antes Traize se impulsa más, haciendo trastabillar a Heero, quien comenzaba a sudar frío, ya lo veía venir, el filo le rasgaría la cara, o quizás el pecho, dependiendo del impulso final de su agresor

Wufei. ¡Suficiente Traize, detente!

El pelinegro se acerca a Traize por la espalda, agarrándole el brazo, jalándolo hacia atrás para que el cuchillo no tocase a Heero

Traize. ¡Tú no te metas!

Wufei. Ya basta por favor, tienes que acabar con esto, déjalo ir… deja ir tu odio

Al oír las últimas palabras Traize afloja la fuerza de su brazo, pero la fuerza con que Wufei lo jalaba no disminuye, haciendo que el efecto del cuchillo sea el contrario: la situación se escapa de control y el filo del arma pasa por los ojos de Wufei, atravesando su rostro de costado a costado

Wufei. ¡Aaaaaahhhhhh!

Todo pasó tan rápido que Traize no se dio cuenta de la situación hasta que observó la hoja del cuchillo, estaba llena de sangre, la cual goteaba y caía al piso, Wufei gritaba de dolor, cubriéndose la cara, tumbándose de rodillas al suelo por el dolor que sentía. Su cuerpo tembló, pronto una desesperación nunca antes sentida le invadió. Heero estaba sorprendido, con los ojos abiertos enormemente, no podía creer lo que había sucedido, Relena por su parte se había volteado a otro lado, mientras lloraba, estaba asustada

Traize. Yo… yo le… no… no

No podía controlar el dolor, Wufei sentía que se desmayaría en cualquier momento, todo a su alrededor desapareció, solo veía el color de la sangre. Traize lo miró, la sangre que derramaba era demasiada, oyó los alaridos, vio la sangre de nuevo, cayendo al suelo a través de las manos del chino

Traize. ¡Noooo!

Aturdido se sujetó con fuerza las orejas, no quería ver la realidad, había dañado a Wufei, al único a quien quizás había amado de verdad, sin obsesiones como a Duo, el único que podía salvarlo del abismo. Heero volteó con Relena

Heero. Llama también a la policía

Relena. Sí

Temblorosa la chica marcó a la estación de policía, intentando no distraerse por los gritos de dolor de Wufei, mientras Heero miró tiernamente a Duo y le besó la frente. No muchos segundos después se oyeron voces en la sala, eran los paramédicos que iban llegando con una camilla, entraron a la habitación y vieron la escena, Heero volteó enseguida

Heero. ¿Pueden llevar dos?

Ambos paramédicos se miraron y asintieron, Heero señaló a Wufei y fue a quien primero se llevaron después de revisar qué tan profunda era la herida e intentar parar la hemorragia, después regresaron por Duo. Minutos después llegó la policía y Heero les explicó, desde el secuestro hasta lo sucedido en la habitación, Traize que estaba en un rincón, aturdido por lo que había hecho, no opuso resistencia cuando se lo llevaron los agentes, que a la vez se llevaron el arma

Heero. Voy con Duo

Relena. Sí, yo me encargó de lo demás

Heero. Gracias

El ojiazul salió apresurado de la habitación, dejando sola a la chica, Relena se acostó en la cama donde antes yacía Duo y comenzó a llorar…

Quatre se levantó de la cama donde antes estaba acostado al lado de Trowa, se colocó la ropa interior y salió con cuidado de su habitación, cerrando la puerta. Después de haber ido a comer habían llegado al departamento, el rubio había mantenido la mentira de que Duo se encontraba bien y que seguramente había salido con Heero

Quatre. Me siento inquieto

El rubio atribuyó su inquietud a lo sucedido con Trant, pero no quería recordarlo, haber engañado a Trowa con algo tan estúpido era algo que quería olvidar. Su teléfono celular, el cual había dejado en la sala, comenzó a sonar, rápidamente corrió a contestarlo antes que pudiera despertar a Trowa

Quatre. ¿Diga?

Heero. Tenemos a Duo hospitalizado

Quatre. ¿Qué? ¿Qué le pasó? ¿Está bien?

Heero. El maldito de Traize lo golpeó, está inconsciente y con fiebre

Quatre. ¡Voy para allá! Dame la dirección

Heero. ¿Estás solo?

Quatre. No, Trowa está… dormido

Heero. Ah… no vengas, no quiero que se entere, luego ves a Duo

Quatre. Está bien, si algo sucede llama

Heero. Sí, adiós

Quatre. Adiós, cuídate

El rubio suspiró y colgó el teléfono, sus ojos se humedecieron, no quería seguir viendo sufrir a Duo, pero parecía que la vida se empeñaba en derramar sus lágrimas. Se giró media vuelta y vio a Trowa de pie cerca de la puerta, también estaba en ropa interior, vio en su rostro preocupación porque por momentos pensó que Heero se había puesto mal, pero al ver que las lágrimas corrían por el rostro de Quatre descartó la idea, el rubio las comenzó a secar rápido, no las había podido controlar y ahora tendría que contarle a su novio sobre Duo, el ojiverde se acercó a su novio y lo abrazó, una vez que el rubio pudo dejar de llorar le contó todo a Trowa, cuyo semblante se puso muy serio. Los dos estaban sentados en un mueble de la sala

Trowa. No vuelvas hacer eso

Quatre. ¿A qué te refieres?

Trowa. Ocultarme cosas importantes

Quatre. Nosotros no queríamos…

Trowa. ¡Dejen de compadecerme!

El rubio se sorprendió de ver que su novio se sobresaltaba y enseguida agachó la cabeza, Trowa lo vio y se sintió culpable unos instantes, después sujetó la barbilla del chico y levantó su cabeza para que lo viera a los ojos

Trowa. Escucha Quatre, sé que lo hacen con buena intención, pero me siento un inútil

Quatre. No Trowa, eso no es verdad

Trowa. Sé que estoy muriendo, pero de nada sirve no ver la realidad, prefiero serles de apoyo, permítanme vivir hasta el último momento

Quatre. Perdón

El rubio estaba muy apenado, ni Heero ni él habían considerado los sentimientos de Trowa, no pensaban en cómo se sentía al dejarlo de lado en las situaciones importantes, como si no fuese capaz de manejar la situación. El ojiverde besó los labios de su novio y después lo abrazó, siendo correspondido

Trowa. Vamos a ver a Duo ¿sí?

Quatre. Sí

Trowa soltó a su novio y lo miró a los ojos, besándolo después, luego ambos se pusieron de pie, y se fueron a la habitación para vestirse y después ir con Heero a ver al chico trenzado…

Heero estaba sentado junto a Duo, quien dormía, la fiebre ya estaba controlada, pero se le veía cansado, el ojiazul no se había separado ni un solo segundo desde que lo habían dejado entrar en la habitación, observaba su rostro a detalle, sintiendo propias las cicatrices que aquel bello rostro marcaba, por segundos pensó en Wufei, a quien había detestado desde que el trenzado le había contado de él, sin embargo se preguntó preocupado si estaría bien, no había deseado nunca que le pasara lo que había sucedido, extrañamente con Traize pasaba distinto, le habría gustado a él mismo encajarle un puñal, sabía que estaba mal, que no era bueno pensar de ese modo, pero no podía controlar sus pensamientos

Heero. Ese hombre pagará todo en la cárcel

Aquello que pensaba era lo más amable que podía, le resultaba difícil tener una pizca de compasión por un hombre como Traize… Minutos después un doctor entra en la habitación, acompañado de una enfermera

Doctor. Necesito revisar al paciente ¿puede retirarse un momento?

Heero. ¿Qué pasa?

Doctor. Hay gente del ministerio afuera y creemos que pudo haber una violación

Heero. Comprendo

Por fuera parecía tranquilo, pero por dentro la sangre le hirvió, estaba casi seguro de que efectivamente el esposo del trenzado lo había violado. El ojiazul salió de la habitación, afuera se encontraban dos agentes, Heero se acercó a ellos

Heero. ¿Puedo ayudarles? Me gustaría ayudar

Agente. Sí, podemos hacerle unas preguntas, usted estuvo ahí ¿cierto?

Heero. Si

El ojiazul y ambos hombres se apartaron de ahí. Del otro extremo del pasillo llegaban Trowa y Quatre, ven a Heero alejarse pero ninguno lo llama

Trowa. Ésta es la habitación

Quatre. ¿Podremos pasar?

Trowa. Esperemos

Quatre. Sí

El rubio recuerda lo que había sucedido un par de meses atrás, cuando en una situación parecida habían estado velando por Duo, quien había sido violado por Robert y su organización dedicada a la pornografía, Quatre estaba igual que Heero seguro de que Traize había abusado de Duo como solía hacerlo, además de tristeza, también sentía coraje, él no era tan fuerte como para golpear a Traize, pero también le odiaba. Trowa vio preocupación en el rostro de su chico y le abrazó con un solo brazo, sonriéndole

Trowa. Duo es fuerte, lo superará

Quatre. ¿Por qué tienen que pasarle estas cosas? Merece ser feliz

Trowa. Lo será, él y Heero lo serán, estoy seguro

Quatre. Espero que si

Permanecieron en esa posición, esperando que alguna enfermera les dijera si podían pasar o no... Minutos después Heero regresa con los agentes, Trowa y Quatre se encontraban adentro con Duo, quien seguía inconsciente, el ojiazul se quedó un tiempo más con los agentes hasta que el doctor acompañado de una enfermera regresaba con los resultados de laboratorio

Agente. ¿Tan pronto los tiene?

Doctor. Sí, efectivamente, encontramos residuos de semen en el paciente

Apretando su puño con fuerza Heero se dejó ir contra la pared, estrellando un golpe ahí, ninguno de los presentes hizo comentario alguno, para el ojiazul era muy probable que la revisión resultara positiva, pero aun así se sentía molesto e impotente, no había podido evitar que Duo sufriera, y peor aún, después de haberlo despreciado, jamás se lo iba a perdonar.

Al día siguiente, Wufei despertó con un agudo dolor de cabeza, intentó abrir los ojos, pero se dio cuenta que no podía, había una venda en su cabeza, pronto las imágenes del día anterior llegaron a su mente, gimió de dolor y se removió en la cama, una enfermera se acercó a él

Enfermera. No se agite, tranquilo

Wufei. Mi…cabeza, duele mucho

Enfermera. Son los efectos de la anestesia, se le pasará

Wufei. No puedo abrir mis ojos… siento dolor, me duele mucho

Se mordió con fuerza el labio inferior e intentó quitarse la venda que aprisionaba sus sienes, pero la enfermera se lo impidió

Enfermera. Tuvieron que operarlo, aún no es tiempo que quite sus vendas, tranquilícese

Wufei. Pero arde… me duele

Enfermera. Es normal, le traeré algo para el dolor

El cuerpo del pelinegro temblaba, se sentía muy nervioso, sabía que algo no estaba bien y eso lo asustó. La enfermera volvió con un analgésico y se lo dio a tomar, el ojinegro lo pasó y se recostó

Enfermera. El médico le indicará cuando las vendas deban quitarse

Wufei. Sí

La chica se retiró de la habitación, dejando solo al chino, por momentos imaginó lo peor, que habían tenido que extirparle los ojos, eso lo hizo estremecerse, pero pronto se convenció de que aquello no había sido necesario, despejó su mente de todo pensamiento pesimista y poco a poco se quedó dormido…

La noche cayó en el Hospital donde Duo y Wufei reposaban, Trowa había regresado a casa por petición de Heero y Quatre, así que el ojiverde se había retirado a regañadientes, mientras tanto el rubio permanecía fuera de la habitación, dormitaba pues estaba muy cansado, mientras que el ojiazul estaba hincado al lado de la cama de Duo, observándolo dormir, sostenía su mano con fuerza, sus ojos estaban casi cerrados, pasaban de las once y también estaba muy cansado. A punto de dormir se encontraba cuando sintió que el trenzado se movía, así que enseguida se irguió, observándolo atento, los ojos amatistas comenzaban a abrirse. Duo veía un poco borroso pero cuando se acostumbró a la luz vio a su Heero, creyendo que soñaba sonrió débilmente

Heero. Duo ¿me oyes?

Duo. Eres real

Sonrió con mayor amplitud y pronto las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, el ojiazul se apresuró a levantarse y lo abrazó con su izquierda, Duo le rodeó la espalda con su brazo libre del suero, Heero se levantó poco después y le besó la frente

Heero. ¿Cómo te sientes?

Duo. Mareado

Heero. ¿Te duele algo?

Duo. Todo

Heero. Tienes muchos golpes y costillas fracturadas

El trenzado simplemente inclinó su cabeza, evitando la mirada de Heero, había recordado que nuevamente su esposo le había profanado

Heero. ¿Qué sucede?

Duo. Es que…

Heero. Sé lo que te hizo

Los ojos violetas se abrieron ampliamente y volvió a ver a su novio, las lágrimas aún caían por sus mejillas

Duo. ¿Ya no me vas a querer?

Heero. Duo, no seas tonto

Con prisa Heero volvió a acercarse a Duo, besándolo en los labios, el chico le correspondió, aquellos segundos fueron los mejores de sus vidas, nunca antes habían deseado tanto un beso. Al separarse se miraron a los ojos y Heero sonrió, haciendo que el trenzado se sonrojara, su novio tenía una sonrisa muy hermosa que pocas veces mostraba, pero realmente el ojiazul estaba feliz de poder hablar con Duo, de tenerlo cerca, para poder abrazarlo y besarlo. Duo miró a Heero cuando éste se separó y notó su brazo enyesado, enseguida se preocupó

Duo. ¿Qué te pasó?

Heero. Luego hablamos ¿sí? Alguien quiere verte

El ojiazul no permitió replica a su novio y volvió a besar la frente de Duo, salió de la habitación para llamar a Quatre, despertándolo ya que el rubio estaba dormido sentado, enseguida Quatre se levantó y casi corrió a la habitación, al entrar y ver a Duo despierto sonrió ampliamente y se acercó a él, el rubio lo abrazó un tanto fuerte, haciendo que el trenzado jadeara por el dolor, rápido Quatre se alejó

Quatre. Lo siento ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

Duo. Estoy dolorido, pero me siento bien, están aquí, gracias

Quatre. Duo…

Con los ojos cristalinos el rubio se acerca de nuevo a su amigo y le da otro abrazo, ahora con mucho cuidado de no lastimarlo, el trenzado le corresponde igual, Heero sale entonces de la habitación, seguro que esos dos querían hablar…

Dentro de la oscura y fría celda, Traize estaba sentado en un rincón, miraba al vacío, aún se encontraba en shock después de lo que había provocado: sangre, dolor, gritos, lágrimas y la imagen de Wufei sufriendo, aquello le atormentaba sobremanera, ni siquiera la culpa que había llegado a sentir por maltratar a Duo le había hecho tener esa gama se sentimientos oscuros, como aquellos que le provocaba el hecho de haberle causado daño a la persona que amaba

Guardia. Ey tú, te buscan… te hablo imbécil… levántate

El esposo de Duo permanecía en la misma pose, sin responder a nada, estaba ensimismado, peleando con sus demonios. El guardia molesto entra en la celda y se acerca a él, empujándolo

Guardia. Que te levantes, te estoy hablando

Traize. Déjame

Guardia. Idiota

Molesto el guardia le da una patada a Traize, quien se queda sin hacer algo, no le importaba, ni siquiera había sentido dolor por el golpe, el guardia al ver que Traize no reaccionaba intenta volver a golpearlo pero entonces un hombre se acerca a la celda

Abogado. Eso puede pelearse en la corte

Molesto el guardia voltea a verlo, se alejó de Traize y sale de la celda sin pedir siquiera una disculpa, entonces el abogado se acerca a su defendido

Abogado. Dijeron que no llamaste abogado, soy de la fiscalía

Traize. Déjeme

Abogado. Te acusan de secuestro, maltrato físico, violación sexual y agresión con arma blanca, ninguna de las víctimas ha declarado, todo se reduce a testigos oculares y exámenes médicos ¿tienes algo que decir?

Traize. Váyase

Abogado. Ninguna de las víctimas está en condición de declarar, pero en cuanto se tenga sus testimonios se preparará el juicio

Al oír aquello Traize reacciona, levantándose rápidamente y dirigiéndose al que era su abogado de oficio, lo sujeta con fuerza del saco, mirándolo fijamente y desesperado

Traize. ¡Wufei! ¿Está bien?

Abogado. ¿Es una de las víctimas?

Traize. ¡Lo dañé! Sangre… había sangre

Abogado. No sé nada de eso, pero es mejor no digas esas cosas aquí, mi trabajo es tu defensa, independientemente de lo que haya sucedido

Traize. ¡Quiero verlo! Mi Wufei

Abogado. Lo verás

El esposo de Duo se tranquilizó un poco, pero aún no sacaba a Wufei de su mente, todo estaba disipado que no fuera él, no le importaba estar en la cárcel, no le importaba ya su venganza, ni retener al trenzado, solo le importaba Wufei, nada y nadie más que él…

Llevaban casi una hora conversando y Heero no había vuelto a la habitación, Duo se da cuenta que su amigo se pone muy serio, lo cual le resulta extraño, ya que no solía ser así

Duo. ¿Te pasa algo?

Quatre. No, estás aquí y eso me pone muy feliz

Duo. Disculpa que no te crea que no pasa nada, cuéntame ¿es por Trowa? ¿Cómo está?

Quatre. Él está bien, quería quedarse pero Heero y yo no lo dejamos

Duo. ¿Entonces? A mí no me engañas

Quatre. Trant y yo nos besamos

Sorprendido por aquella confesión Duo abre ampliamente sus ojos, no podía creerlo, su amigo no era esa clase de persona

Duo. ¿Por qué hiciste eso? No está bien

Quatre. Lo sé

Apenado el rubio esconde su rostro entre sus manos, no había querido recordar lo que había hecho pero le había resultado imposible, el trenzado le coloca una mano en la cabeza y acaricia un poco sus cabellos, Quatre entonces destapa su rostro y lo observa

Quatre. No sé por qué, y te juro que me siento muy culpable

Duo. ¿Le contaste a Trowa?

Quatre. ¡No! Eso lo pondría mal, después que saliste del departamento él llamó, y malinterpretó la presencia de Trant ahí, tuvo una crisis y perdió un ojo

Duo. ¿Qué?

El trenzado no se había enterado de lo sucedido con Trowa pues Traize lo había secuestrado el mismo día, por lo que estaba muy sorprendido de aquel acontecimiento, su amigo realmente se veía muy afligido

Quatre. Será mi nuevo secreto

Duo. Comprendo

Quatre. Pero ya le dije a Trant que no vuelva acercarse a mí

Duo. ¿Temes volverlo hacer?

El rubio se sorprende sobremanera por aquella pregunta, mientras su amigo lo observaba fijamente

Duo. ¿Te gustó?

Aunque Quatre no le respondía, el trenzado se dio cuenta del sonrojo que adornaba el rostro del rubio, entonces no necesitó una respuesta, ya la sabía. Nuevamente Quatre se cubrió el rostro y agachó la cabeza

Duo. Yo sé que tú amas a Trowa, pero también eres humano

Quatre. Está mal ¿cierto?

El rubio se descubrió el rostro y miró a su amigo

Quatre. Hay algo… algo que me atrae de Trant

Duo. Él te ama ¿cierto? Y te salvó de los otros dos, además es tu amigo, no es extraño que te atraiga

Quatre. ¿Lo crees?

Duo. Sí, pero es natural, además no le serás infiel a Trowa por ciertos pensamientos

Las palabras de Duo ayudan a Quatre a sentirse menos culpable y logran hacerlo sonreír

Quatre. Gracias Duo, te quiero

Duo. Yo también te quiero Quatre y te apoyaré siempre ¿de acuerdo?

Sonriendo ampliamente el rubio se acerca a Duo y le da un abrazo, le besa la mejilla y vuelve a abrazarlo

Quatre. Se supone que en estos momentos debería ser yo quien te animara

Duo. No digas eso

Se separan y después comienzan a reír, momentos después entra Heero a la habitación, Quatre lo mira y le sonríe

Quatre. Ahora yo los dejaré solos

El rubio se vuelve acercar a su amigo y le da otro beso en la mejilla, después le acaricia el rostro y se pone de pie, al pasar junta a Heero le coloca una mano en el hombro, después sale de la habitación, Heero se acerca a la cama de su novio y acerca una silla, el trenzado le sonríe con dulzura

Duo. Tú y Quatre se ven unidos ¿es mi imaginación?

Heero. Contigo desaparecido y con lo de Trowa nos apoyamos

Duo. Me da gusto

El trenzado extiende su mano hacia Heero y le acaricia los labios

Duo. Bésame

La mirada violeta cargada de dulzura hace sonrojar a Heero, que sin pensarlo se acerca a su novio y se besan con ternura, los labios del ojivioleta eran impacientes, hace días se moría por estar con Heero, por besarlo, el ojiazul no sentía distinto, le necesitaba, poco a poco la intensidad del beso aumenta y después les obliga a separarse

Duo. Realmente te extrañé Heero

Heero. Yo también

El trenzado vuelve acariciar la mejilla de su nuevo y de nuevo se besan, al separarse Heero permanece sentado en la cama junto a Duo, quien le miraba fijamente

Duo. Me muero de ganas por hacer el amor contigo

El ojiazul, que nunca había oído a su novio decir tales palabras de ese modo se sonroja, parándose enseguida de la cama y dándole la espalda se aleja unos pasos de él

Heero. No deberías pensar en eso en estos momentos

Duo. Perdón… debes pensar que soy un degenerado ¿cierto?

Rápidamente el ojiazul voltea de nuevo hacia el trenzado, estaba sorprendido, por lo que se acerca enseguida a él

Heero. ¡No digas eso!

Duo. Lo normal sería que no quisiera contacto después de todo esto ¿no?

Heero. Duo…

Duo. Pero ya me cansé de sentirme miserable, quiero ser feliz contigo Heero

Comprendiendo las palabras de su novio Heero se conmueve, volviendo a acercarse a la cama donde estaba acostado Duo, quien le miraba atento, de nuevo el ojiazul se sienta a su lado y le agarra la mano

Heero. Tienes razón, además mentiría si dijera que yo no

Ahora es Duo quien se sonroja, sonriéndole a su novio, sin dudarlo un segundo los labios de Heero encuentran nuevamente los de Duo, instantes después la puerta de la habitación se abre y entra Quatre, encontrando la escena, sonríe y se aclara la garganta, enseguida ambos se separan y voltean hacia el rubio

Quatre. Lamento interrumpir, Heero ¿puedes venir un poco?

La pareja se voltea a ver y sin preguntas el ojiazul se acerca a Quatre, el rubio le dice algo en voz baja, a Duo no le agrada del todo que le tuvieran un secreto y los observa con recelo, Quatre se da cuenta y le sonríe

Quatre. Todo está bien, descansa

Duo. ¿Qué sucede? No nací ayer

Heero. Se tiene que enterar

Quatre. Es cierto, yo le explico, el doctor te espera

Heero. Ahora vuelvo

El ojiazul se marcha de la habitación mientras tanto el rubio se acerca a su amigo, se sienta en la silla cercana a la cama

Quatre. Bien, te lo voy a decir

El chico comienza explicando a Duo sobre la situación en el departamento, contándole lo que había pasado con Wufei, el trenzado escucha atento toda la explicación, el rubio también cuenta lo que ha sucedido con Traize, en resumen Quatre cuenta a Duo todo lo que ha sucedido desde su secuestro…

Heero llega al consultorio del doctor, que a pesar de lo tarde que es aún se encontraba ahí, el ojiazul toca antes de entrar aunque la puerta no estaba del todo cerrada, el hombre se dirige a él, se veía cansado, pero a la vez indiferente

Heero. ¿Qué sucede?

Doctor. Es sobre el chico que llegó junto a su amigo

Heero. ¿Le pasó algo?

Doctor. No ha venido nadie a verlo, es por eso que lo llamé a usted. Su situación es crítica

Heero. ¿A qué se refiere? ¿Puede morir?

Doctor. No, no hay peligro de ello, pero hay mucha probabilidad de que pierda la vista

Heero. Comprendo

El ojiazul se queda pensativo unos momentos, aún odiaba a Wufei, y sabía que lo que le pasara no le importaba del todo, pero aun así piensa en lo cruel que había tenido que pagar sus errores

Doctor. ¿Tienen algún parentesco?

Heero. No, él fue cómplice en el secuestro de mi pareja

Doctor. Entiendo, entonces creo que no fue muy correcto hablar con usted

Heero. Está bien, no se preocupe, espero que esa probabilidad se reduzca y pueda ver, no le deseo ningún mal

Doctor. Sí, entiendo también

Heero. Si me permite me marcho, gracias por informarme

Doctor. Adelante

El ojiazul regresa a la habitación, encontrando a Quatre con actitud de enojo, cruzado de brazos mientras miraba con reproche a Duo, mientras que el trenzado tenía la cabeza agachada. Al entrar Heero le extraña la escena pero se mantiene callado, Quatre voltea a la puerta y lo observa

Quatre. Yo no puedo convencerlo, habla tú con él

Muy enojado el rubio se encamina hacia la puerta y pasa de Heero, saliéndose de la habitación, el ojiazul observa a Duo unos instantes y cerrando la puerta se acerca a él

Heero. ¿Qué sucede?

Duo. Seguro también te molestas

Heero. Puedes contarme

El ojivioleta levanta por fin la cabeza y observa a Heero, lo duda unos momentos y después se decide a hablar

Duo. No levantaré cargos contra Traize

Heero. ¿Qué?

Como lo había previsto Duo, su novio se molesta, quizás más que Quatre, enseguida se aleja unos pasos de su novio y vuelve a verlo, con el semblante fruncido, apretando con fuerza su mano izquierda

Heero. ¿Estás loco?

Duo. Heero baja la voz

Heero. No me pidas eso, estás loco ¿cierto? No apruebo eso

Duo. No es decisión tuya ¡es mía!

El ojiazul se sorprende de que Duo le haya gritado y se queda callado, observándolo sin ablandar su mirada, el trenzado se apena de haber reaccionado así y se calma

Duo. Entiéndeme, no puedo hacerle eso a Traize

Heero. Y él sí puede golpearte y violarte ¿verdad? Que tonto soy

Duo. ¡Heero!

Heero. No me pidas que entienda algo tan irracional

Duo. Él no está bien, necesita ayuda

Heero. Eso que lo decida la corte, tú no puedes determinar eso

Duo. Lo sé, pero yo no lo demandaré

Heero. Duo…

Duo. Tú no entiendes lo que fue, tú no le viste acusar a mi padre de pedófilo, de violador, tú no lo viste llorar

Heero se sorprende de aquellas palabras, incluso la voz del trenzado se había quebrado y sus ojos comenzaron a humedecerse, él ignoraba todo lo que pasó dentro del departamento de Wufei, pero Duo también ignoraba su angustia y su odio, Duo no sabía que mientras Traize estuviera libre y sin pagar por sus faltas él no podría estar en paz

Heero. No, no sé nada de eso, solo sé que mientras estabas atrapado yo creí que iba a morir… es lo que sé

Sin animarse a ver a Duo a los ojos el ojiazul se aleja y sale de la habitación, Duo se queda callado, pensativo, comprendía los pensamientos de Heero y Quatre, pero él no iba abandonar a Traize, recluyéndolo en una oscura y fría celda, él sabía perdonar.

Continuará…


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