viernes, 16 de octubre de 2015

Señales de Amor - Parte 2

Señales de amor

Parte 2.


Se despertó estirando su mano al lado derecho de la cama pero no lo sintió, era obvio porque la noche anterior le había abandonado, por breves segundos lo había olvidado, Quatre ya no iba a volver más, esa cama al fin iba a ser utilizada solo por él, como antes lo había sido

"Ni modo, a comenzar de nuevo"

Se puso de pie y se dirigió al cuarto de baño para bañarse antes de ir a trabajar, vio la hora y faltaban 20 minutos para salir de casa como todos los días, no se preocupó por preparar desayuno porque siempre que se levantaba Quatre ya lo tenía listo, así lo creyó mientras se bañaba hasta que al vestirse cayó en la cuenta de que el rubio ya no estaba ahí, sonrió sintiéndose tonto por no acostumbrarse tan rápido como creyó que lo haría, en muchos aspectos Quatre le hacía falta y no se había dado cuenta de ello hasta que él ya no estaba, pero no había marcha atrás, aquello había terminado y él no iba a hacer nada porque el chico rubio regresara... se bajó del auto para dirigirse a su oficina pero en el camino antes de salir del estacionamiento es interceptado por alguien, ese alguien le miraba dura y fríamente, ellos no eran amigos y ni siquiera habían cruzado palabra más de dos veces, aun así le conocía y se imaginaba el motivo de su intercepción

Heero. ¿Qué quieres?
Wufei. ¿Cómo te atreviste a romperle el corazón de esa forma?
Heero. Si te refieres a Quatre, eso no te importa
Wufei. ¡Claro que me importa porque somos amigos!
Heero. ¿No será que tú lo amas?
Wufei. ¿Qué?
Heero. ¿O acaso solo eres un estúpido que se cree el defensor de los amores imposibles?

En un arrebato lo arrincona contra la pared alzando su puño en señal de que iba a golpearlo, nunca le había caído bien y el estar escuchando todo eso de su boca le hacía arder por el coraje, tal vez tenía ligeramente la razón y sentía algo más profundo por Quatre que solo amistad ¿pero quién era él para decirlo en esa forma tan burlesca? Pero se contuvo, no le convenía golpear a quien indirectamente era su superior, podía ser despedido y eso no le convenía ya que ganaba muy bien en aquella compañía, así que lo soltó pero sin dejar de retarlo con la mirada, Heero cerró los ojos mientras acomoda su saco el cual Wufei había desacomodado, sonrió y después abrió sus ojos

Heero. Idiota... en vez de reclamarme piensa en algo para conquistarlo, Quatre merece a alguien que lo quiera y no le haga daño
Wufei. No me digas lo que tengo que hacer
Heero. Inútil, pero has lo que quieras

Heero se retira de ahí tranquilo y sin prisa, no amaba a Quatre pero definitivamente le deseaba lo mejor, había notado desde hacía mucho tiempo la forma tan tierna en que Wufei lo miraba y sabía de antemano que lo quería más allá de una amistad, definitivamente Quatre se merecía de alguien como él para ser feliz

Esa vez no quiso trabajar en nada, quería quedarse en casa, la violación del día anterior aún le dolía, debía ir al médico, tal vez había sufrido un desgarre de algún tipo y podía haber infección, pero le daba vergüenza, sabía que el médico haría preguntas incómodas y le obligaría ir a denunciarlo, eso era lo que le detenía, odiaba a Trowa por lo que le había hecho pero a la vez sentía que la culpa era solo suya por haberle permitido enamorarse de esa forma tan obsesiva, él nunca había amado al ojiverde y sin embargo había permanecido a su lado, dándole falsas esperanzas, pero pensar en ello no le ayudaría en nada, mejor era olvidarse de él para siempre; tomó el teléfono y llamó al cerrajero para que cambiara las dos puertas que tenían acceso al interior del departamento, el trabajo se hizo rápidamente y Duo ocultando su mal caminar paga la deuda y el cerrajero se va, ahora sí, el dolor no disminuía y eso le preocupaba así que llama por teléfono a su médico de confianza para que fuera a verle, a él le extrañó la llamada, Duo era un chico muy sano y muy rara vez se enfermaba, además nunca pedía que le visitara en su departamento, siempre era él quien iba a su consultorio, se asustó y salió enseguida para allá cancelando una cita, le preocupaba el trenzado, llegó pronto y éste le recibió, al instante se dio cuenta de la forma en que caminaba y le auxilió para sentarse pero Duo no podía hacerlo, a duras penas se postro en el sillón inclinándose de lado

G. ¿qué te pasó?
Duo. El...
G. ¿El... de quien hablas?
Duo. El me violó

Sus lágrimas se hicieron visibles para la sorpresa del doctor que no daba crédito a lo que oían sus oídos, Duo había sido violado y eso le dolía porque le conocía de años atrás, él había sido amigo de los padres adoptivos de Duo y para él el trenzado era como el hijo que nunca había tenido; se pone de pie y se acerca a él pero es rechazado por Duo

G. Cuéntame
Duo. Fue Trowa doctor, anoche él me...
G. Ya, tranquilo
Duo. Perdón pero es que aún no lo creo, pensé que él era diferente
G. Yo tampoco lo creí pero sabes que hacer ¿verdad?
Duo. ¿Denunciarlo? Supuse que me diría algo así pero no lo haré
G. ¡No seas tonto!
Duo. No interfiera en mis decisiones por favor
G. Ni hablar, solo porque tú me lo pides, ven, pasemos a tu habitación para examinarte
Duo. Si

El doctor ayuda a Duo a ponerse de pie y lo ayuda a caminar rumbo a la habitación, le pide que se quite la parte inferior de la ropa y se acueste en la cama separando sus piernas, Duo se quejaba del dolor mientras el doctor hacía la revisión al mismo tiempo en que le hacía preguntas

G. ¿Sangraste?
Duo. Si
G. ¿cómo fue?
Duo. No lo sé, solo vi la sangre en la sábana, no era mucha pero minutos después salió más cuando intenté caminar
G. Mnh, ya veo, no te preocupes, a lo que puedo ver no es grave, generalmente cuando se está siendo violado el cuerpo reacciona a no permitir esa entrada por lo que la intromisión de Trowa causó mucha fricción lo que ocasionó el sangrado
Duo. ¿Quiere decir que instintivamente yo me hice más estrecho?
G. Podría decirse que sí... dime Duo ¿fue muy violento?
Duo. Sí, él lo hizo fuerte, demasiado fuerte

Hubo mucho silencio, el doctor dejó de hacer la revisión a Duo y recetó una crema para que la aplicara en la zona afectada y pidiéndole que le visitara después en su consultorio para una segunda revisión, Duo solo asentía, no quería hablar ni ver al doctor a los ojos, estaba realmente avergonzado, decir que había sido violado no era algo fácil, solo se había puesto la ropa en silencio, el doctor le veía fijamente mostrándose muy preocupado

G. ¿Estás bien?
Duo. No
G. ¿Sabes? Conozco a un psicólogo muy bueno que se especializa en casos de violación
Duo. ¡No quiero!
G. perdón, yo solo...
Duo. No, perdón por gritarle... no necesito un psicólogo, gracias
G. Sabes dónde encontrarme por si me necesitas, e insisto, debes denunciarlo
Duo. Gracias

Ni siquiera lo acompañó a la puerta y el doctor comprendió, Duo se sentía muy mal como para no querer ni estar acompañado de alguien aunque fuera en silencio, solo necesitaba estar solo un tiempo, debía superar lo vivido, ser violado por alguien a quien creías conocer y querías era mucho más desgarrador que si hubiese sido un desconocido, al menos estaba cien por ciento seguro de que no se había contagiado de alguna enfermedad venérea por parte de Trowa

Una semana después

El chico rubio y él aún trabajaban donde mismo solo que los asuntos que se relacionaban con el departamento de contabilidad y el de Recursos Humanos ya no eran tratados por ellos dos, Quatre enviaba a alguien a hacer aquel trabajo... Traize llama a Heero a la sala de juntas porque se va hablar sobre un proyecto en el extranjero, la compañía encargada de exportar cerámica iba a abrir locales comerciales fuera del país y para ello necesitaban de un diseño para los locales pues hasta ese entonces la compañía solo exportaba, ellos no comercializaban la cerámica pero había habido un cambio de políticas y habían decidido que ahora si lo harían por lo que Traize había contratado a Trowa para el diseño de dichos locales, había recibido buenas referencias del chico como arquitecto y sabía que haría un buen trabajo, Heero debía aprobar de acuerdo a la situación de la empresa las estimaciones de Trowa respecto a los gastos por su trabajo que incluía el de contratar a los ingenieros encargados de la obra. Terminó la junta y llegaron pronto a un acuerdo, Heero aprobó la estimación de Trowa y cerraron el contrato; en la oficina de Heero...

Trowa. La próxima semana comenzaré ¿le parece?
Heero. Háblame de tu
Trowa. Si, perdón
Heero. Me parece bien
Trowa. Ahora que vamos a tratar me gustaría que nuestra relación fuera menos de trabajo
Heero. ¿Perdón?
Trowa. No pienses que te hago insinuaciones, solo digo que te invito a almorzar
Heero. Está bien, vamos

El chico de mirada fría toma su saco y se lo pone para dirigirse a la puerta y salir, caminaba algo desganado, había algo en aquel arquitecto que no le gustaba, sentía algo extraño, como si no fuera alguien de confianza, jamás había sentido eso respecto a una persona. En el camino se les cruzó Quatre y éste mantuvo una mirada firme con la de Heero, hacía días que no se veían y se sentía algo incómodo, el corazón de Quatre latía a prisa, aún sentía la sangre que le hervía cuando veía a Heero, lo seguía amando, en cambio Heero se mantenía indiferente, se había acostumbrado en esos días a no ver a Quatre, ya ni siquiera sentía culpa por lo ocurrido días atrás, Trowa los mira a los dos y rápido entiende la situación por lo que solo saluda a Quatre pero éste sin hacerle el menor caso se retira, Heero camina de nuevo mientras Trowa ve marcharse a Quatre percatándose después de que alguien más veía la escena, al fondo podía ver a un joven de origen chino que le veía con enojo por ver él a su vez a Quatre de esa manera, Trowa sonríe y sigue a Heero que ya había salido de la empresa rumbo al restaurante de enfrente... habían terminado de almorzar y aún se encontraban sentados a la mesa, no habían hablado de lo ocurrido hasta esos momentos

Trowa. Perdona mi indiscreción pero ¿tú salías con ese joven?
Heero. ¿Te gustó? Su nombre es Quatre Raberba Winner
Trowa. Largo nombre
Heero. Árabe, pero que importa... si, vivíamos juntos
Trowa. Ya veo ¿y el otro chico?
Heero. ¿el otro?
Trowa. Cabello negro, mirada tosca y ojos rasgados
Heero. Ah, él
Trowa. ¿También salías con él?
Heero. Claro que no
Trowa. Es que me dio la impresión de que me miraba feo
Heero. Así mira él
Trowa. ¿Cómo tú?
Heero. Mnh
Trowa. No importa ya, gracias por aceptar mi invitación

Trowa se pone de pie sacando de su cartera el dinero para pagar la cuenta pero ésta se le cae al suelo saliéndose de ella un par de papeles, Heero se agacha para juntarlos topándose entre ellos con una foto que Trowa tenía de Duo, su sorpresa era demasiada, no lo podía creer, tenía frente a él la clave para poder ver de nuevo al idiota trenzado del que se había enamorado, su mano temblaba mientras veía la foto permaneciendo de cuclillas con los ojos considerablemente abiertos, Trowa le veía extrañado ¿qué le pasaba? Casi enseguida Heero recobró el sentido poniéndose de pie dándole a Trowa sus cosas a excepción de la foto

Heero. ¿Qué es tuyo?
Trowa. ¿Quién, Duo?
Heero. ¡Si, Duo Maxwell!
Trowa. Somos amantes

Heero deja caer la foto mirando muy sorprendido a Trowa pero con la mirada fría, parecía que en esos momentos le expresaba cuanto lo odiaba, el solo oír que él y Duo eran amantes le hacía doler el estómago, de solo pensar que él le tocaba como él lo había tocado aquella vez le indignaba, sentía deseos de golpearlo en esos momentos pero sabía que de hacer eso perdía algo más que un trabajo pues si quería recuperar a Duo el golpear a su amante no le ayudaría en nada, después de todo el trenzado tenía razón, cada quien iba a conocer a alguien, la separación era inminente, pero también confiaba en los caprichos del destino y por algo Trowa había entrado en su vida

Trowa. ¿Tú que tienes que ver con él?
Heero. Nada, lo conocí hace mucho
Trowa. ¿Y porque esa reacción? Debió ser alguien importante
Heero. No importa

Heero sale del restaurante dejando a Trowa con la gran duda de su vida, iría esa misma noche al departamento de Duo para preguntarle acerca de ese hombre, después de todo había pasado una semana desde la violación, seguramente a Duo ya se le habría pasado el enojo, él no iba a alejarse tan fácilmente de su vida, le amaba y no lo iba a dejar... llegó la noche y el chico rubio en el departamento de Wufei veía el televisor pero sin ver realmente algo, pensaba en Heero, aún sentía aquella necesidad de amarlo, de estar con él, lo extrañaba mucho, sus besos, sus caricias, cuando le hacía el amor, Heero no era de esas personas que mantenían una conversación por más de 5 minutos pero su compañía siempre era agradable; Wufei lo miraba desde la cocina, como quería a ese chico, lástima que no se había dado cuenta a tiempo antes de que él estuviera tan enamorado de Heero, ahora sabía que al lado del chico de mirada fría no tendría ninguna oportunidad... preparó dos bebidas y se dirigió al mueble dándole a Quatre una de ellas

Quatre. Gracias
Wufei. ¿Estás bien?
Quatre. No, ahora que lo vi me sentí muy mal, lo extraño
Wufei. Ya no te hagas daño Quatre

Wufei pasa delicadamente una de sus manos por la mejilla de Quatre y después le pasa un poco de cabello atrás de su oreja, él le miraba sorprendido, jamás se había mostrado tan cariñoso con él y eso le asustaba así que hace su cabeza hacia atrás soltándose de la caricia de Wufei quien estaba totalmente apenado por haber hecho eso

Wufei. Perdón
Quatre. Está bien, no te preocupes

Quatre recarga su cabeza en el pecho de Wufei y unas lágrimas se corren por sus mejillas, el chico chino lo rodea con sus brazos en un abrazo protector y Quatre se sentía seguro, jamás en su vida se había sentido así, ni siquiera en brazos de Heero, Wufei le miraba cariñosamente dando pequeños masajes en uno de sus hombros y Quatre sonreía, era extraño aquello pero no se sentía mal, ninguno hablaba pero el sentimiento estaba presente y por primera vez el chico rubio se daba cuenta de los verdaderos sentimientos de Wufei, se separa de él y le mira a los ojos un poco asustado, los sentimientos que le embargaban en ese momento le confundían, una de las manos de Wufei le acariciaba la mejilla limpiando a su vez las lágrimas que corrían por ella, se miraban a los ojos tiernamente mientras una de las manos de Wufei se pasaba a su nuca atrayendo el rostro de Quatre al suyo, estaban muy cerca el uno del otro y Quatre se apoyaba con una mano en el pecho de Wufei, sus miradas no se perdían un solo instante

Los labios de Wufei susurran un te amo y Quatre sonríe ante aquella declaración, el cálido aliento de Wufei chocaba contra su rostro y él cierra sus ojos, listo para recibir un beso de su amigo en aquel momento de debilidad, tal vez aquello solo llegaría a un beso, tal vez al día siguiente las cosas seguirían igual entre ambos pero que le importaba, por primera vez en su vida estaba viviendo un momento mágico, como aquellos en las telenovelas o en las películas de amor... 

Abrió ligeramente sus labios para recibir la boca de Wufei, la deseaba, jamás había deseado tanto un beso, el chino a menos de un centímetro de distancia de los labios de Quatre sonríe traviesamente haciendo larga la espera, Quatre abre sus ojos y se topa con los de Wufei que le miraban con ternura y entonces sus dos manos rodean el rostro de Wufei para acercarlo al suyo y a la vez Wufei atrae el de Quatre sujetándolo de la nuca, los labios por fin se unen, al principio tímidamente para después hacer movimientos más seguros, dejando el chico rubio que el chino le invadiera la boca con la lengua acariciando la suya mientras sus labios se movían, la otra mano de Wufei acercaba más el cuerpo de Quatre sujetándolo de la cintura, su beso ahora era apasionado, las manos de Quatre ya no estaban en el rostro del chino, ahora acariciaba su pecho, su camisa estaba desabrochada permitiendo un mejor contacto, una gran necesidad de aire comenzaba a invadirles y se separan para recuperar el aliento, el rostro de Quatre estaba notablemente sonrojado, sus manos aún acariciaban el pecho de Wufei quien le miraba amorosamente, Quatre solo sonreía, no había palabras que pudiera decir, no quería arruinar el momento mágico entre los dos

El chico rubio se pone de pie soltando el pecho de Wufei pero tomándolo de la mano y poniéndolo de pie para dirigirlo a una de las habitaciones del departamento, se sentía nervioso pero los deseos de ser suyo solo por esa noche eran mayores, también Wufei sabía que tal vez aquello solo duraría una noche, sabía muy bien los sentimientos del rubio por Heero y sabía que no podía competir con ellos, pero ahora eso no importaba, una a una y lentamente despoja a Quatre de sus prendas para hacer él lo mismo, lo acuesta delicadamente en la cama como solo se trata a una flor y se sube en él para después ambos comenzar a besarse, sus cálidos cuerpos deseaban tanto aquel momento, el chino baja lentamente por el cuerpo de Quatre besando aquella piel que tanto le fascinaba y a Quatre las sensaciones le embriagaban, dejaba escapar gemidos ahogados de su boca, Wufei lo toma por la boca y comienza con la succión, Quatre gime con más fuerza acariciando a su vez los hombros de Wufei

Quatre. Ngh si... sigue así

Hacía mucho que no se depositaba en la boca de alguien, con Heero era él quien hacía eso, el chico de mirada fría no era el que comenzaba cada vez que tenían sexo, siempre la iniciativa la tenía Quatre... el sabor del chico rubio era delicioso, bebió hasta la última gota y volvió a subir para encontrarse de nuevo con sus labios, para Quatre el sabor ahora era diferente pero no desagradable, las manos de Wufei bajan lentamente por los costados del cuerpo de Quatre para después separar ambas piernas y depositarse él en medio, penetrando por primera vez y tal vez también por última dentro del chico rubio, gimió gritando a su vez levemente por el dolor y empuñando sus ojos

Wufei se detuvo ante el gesto de dolor de Quatre pero al ver la sonrisa de éste se decidió por continuar, se abalanzaba hacia delante, entrando y saliendo, haciéndolo sentir sensaciones que hace mucho no sentía, el chico chino besaba sus labios, las mejillas, su oreja, su cuello, la pasión entre ambos era grande, los gemidos podían oírse por toda la casa, sus miradas se compenetraban, las manos de Wufei se apoyaban en la cama haciendo que solo la parte baja de sus cuerpos estuviera unida a la otra y las manos de Quatre se sujetaban de aquellos fuertes brazos empuñándolos aún más cuando sintió a Wufei venirse dentro de él, un último gemido salió de labios de Wufei para caer lentamente sobre el cuerpo de Quatre quien suspiraba aliviado sintiendo a su amigo salir de él, sus respiraciones estaban agitadas y sus cuerpos sudaban, un beso tierno se da entre ambos antes de que Wufei se quedara dormido a un lado del chico rubio quien miraba el techo de la habitación, pensando en eso que acababa de pasar, se había dejado llevar sin pensar en las consecuencias pero ¿qué iba a pasar con los dos cuando Wufei despertara? Porque su amigo lo amaba, no era solo cosa de una noche o de un pequeño resbalón, pero pensar en eso le daba pesar, quería seguir disfrutando de esa noche viendo el cuerpo dormido que yacía a un lado del suyo...

Trowa llegó ya de noche al departamento de Duo intentando abrir pero sin poder lograrlo, su llave ya no servía porque Duo había cambiado las cerraduras, fue algo que supuso y se enojó por ello comenzando a golpear la puerta, el trenzado se encontraba viendo videos musicales en su cuarto acostado en la cama cuando oye los ruidos, se asusta y se pone de pie para dirigirse a la puerta y observar por la mirilla, cuando ve que es Trowa el que toca se asusta y ni siquiera contesta, no prende las luces ni hace ninguna clase de ruido

Trowa. ¡Ábreme, sé que estás ahí... no me hagas romper una ventana!

Estaba sumamente molesto y eso asustaba a Duo, jamás lo había escuchado tan molesto, siempre había sido tierno y amable con él, le extrañaba que tan rápidamente hubiese cambiado su forma de ser, pero no, él siempre había sido así solo que nunca se había mostrado de esa forma ante él

Trowa. ¡Que abras... ¿no quieres!
Duo. Por favor vete o llamo a la policía
Trowa. ¡¿Me retas!
Duo. Por favor vete, te perdono por haberme violado pero sal de mi vida para siempre
Trowa. ¡No saldré fácilmente!... ábreme... ¡conocí hoy a Heero Yuy!

Había pensado en cuestiones de segundos mencionar ese nombre, tal vez era alguien muy importante en la vida del trenzado, lo suponía por la reacción de Heero al mediodía al ver la foto de Duo, él al escuchar ese nombre se paraliza ¿cómo es que se habían conocido? Había estado años torturándose con su recuerdo y aquella era la clave para dar con él después de tanto tiempo, se decidió y abrió la puerta dejando pasar a un enfadado Trowa que directamente llega a sentarse en la sala

Trowa. ¿Por qué es tan importante?
Duo. Yo...
Trowa. ¡Contesta!
Duo. No me grites, tranquilízate ¿sí?
Trowa. Vio tu foto y casi le da un infarto, me preguntó con desesperación que era yo tuyo
Duo. ¡¿Y qué le dijiste!
Trowa. Vaya, tú también estas muy interesado, ¿qué le dije? La verdad, que somos amantes

Los ojos de Duo se abren en demasía ¿cómo se había atrevido a decirle semejante mentira a su chico de mirada fría?

Duo. Pero no es verdad
Trowa. ¿No lo es?

Trowa se acerca lentamente a Duo mientras sonríe, estaba empeñado en que ellos no iban a terminar, estaba obsesionado con él y no lo iba a dejar tan fácilmente, Duo le miraba con miedo aunque ya se había propuesto que ellos no iban a volver a tener contacto sexual y que no se iba a dejar intimidar por él de nuevo, así que cuando Trowa está muy cerca de él éste le da una gran bofetada que lo hace retroceder, el chico sonríe y vuelve a mirarle

Trowa. No vuelvas a hacer eso
Duo. Dime que sabes de Heero
Trowa. Te interesa mucho ¿verdad?
Duo. Si
Trowa. ¿quién es él?
Duo. El hombre del que te dije que estoy enamorado

No lo podía creer, Duo amaba a ese hombre tan extraño, eso quería decir que ellos se conocían de tiempo atrás y posiblemente se había separado por mucho tiempo, podía suponerlo por la forma en que ambos habían reaccionado al enterarse del otro, se sintió muy enojado, furioso, no iba a permitir que se vieran, debía buscar la forma en que ambos perdieran el interés por el otro

Trowa. Qué lástima
Duo. ¿lastima?
Trowa. …l a ti no

Le temblaron las piernas al oírlo y sus ojos se desorbitaron viendo hacia el vacío, tenía la ligera esperanza de que él también aún guardara los recuerdos y los sentimientos de amor como lo había hecho él, pero ahora tenía la única verdad existente, Heero había logrado tal vez conocer a alguien de quien si se había enamorado, no como ese tonto romance de verano que como tan pronto llegó, tan pronto se fue... se sintió desfallecer, por su mente jamás cruzó la idea de que por despecho Trowa le estuviera mintiendo, estaba creyendo todo lo que Trowa le decía, sobre Quatre y lo felices que eran compartiendo un bello departamento desde hacía un tiempo, que llegaban juntos a la oficina tomados de la mano, tan enamorados como nunca vio pareja igual, que había escuchado rumores de que Heero había cambiado por completo su actitud fría por estar enamorado de Quatre, que era sumamente feliz y que en su vida no había lugar para el trenzado; de los ojos de Duo salían lágrimas sin control, no podía soportar que Trowa siguiera hablando, se tapaba los oídos sumamente lastimado emocionalmente, en esos momentos preferiría morir antes que comprobar que lo que decía Trowa era verdad, el ojiverde sonreía satisfecho por el resultado logrado con Duo y se acerca a él ofreciéndose para ser su paño de lágrimas

Trowa. Aunque no lo creas me duele decirte todo esto
Duo. ¡Mentira!
Trowa. Es verdad, él no quiso hablar de ti, te odia ¿qué le hiciste?

Duo deja de sollozar unos segundos para paralizarse, el solo saber que Heero tenía un nuevo amor y que le había olvidado a él era muy doloroso, pero saber que lo odiaba lo era más, ahora si no iba a poder resistir, tal vez lo odiaba por la forma en que se habían despedido, no lo podía saber pero tal vez era eso porque Heero se había ido corriendo y él lo había tratado mal no dejándose besar y haciéndolo sentir mal, como estaba arrepentido de haberlo hecho pero ya no importaba, lo había perdido para siempre

Trowa. Yo estoy aquí, te amo
Duo. Heero...
Trowa. ¡No pienses en él!
Duo. Me quiero morir
Trowa. No digas tonterías, antes me muero yo

Trowa abraza a Duo y éste totalmente desconcertado por las noticias dadas por el ojiverde se deja abrazar sin chistar, de cierta forma hasta se sentía bien que le abrazara, eso era lo que necesitaba, un fuerte abrazo aunque fuera de aquel que días anteriores le había hecho el peor de los daños, pero eso no le importaba en esos momentos, solo podía pensar en Heero y en que lo había perdido para siempre... Trowa besa los labios de Duo sin obtener respuesta pero tampoco una negación, el trenzado estaba ido, dispuesto a todo porque ya nada le importaba, si Trowa volvía a hacerlo suyo ya no le importaba, ni siquiera iba a poner resistencia, el ojiverde lo lleva a la habitación aprovechándose de su estado y lo acuesta en la cama besándole el cuello, estaba dispuesto a hacerlo suyo y parecía que Duo estaba a merced de todo, la vista del ojiverde de repente se posa en el mueble a un lado de la cama y ve una crema sobre él que antes no había visto, se detiene dejando a Duo aún en estado de shock mirando hacia el techo, la toma entre sus manos y la lee, cuando ve el tipo de uso de la crema se sorprende comprendiendo al instante que es por lo ocurrido días antes que Duo tiene que aplicarla, a veces perdía el control pero no era una mala persona así que se siente enormemente culpable por haber lastimado a Duo, vuelve a acercarse a él pero solo lo abraza fuertemente

Trowa. Por favor perdóname, no volveré a hacerlo a la fuerza

Duo lo mira de reojo sin mostrar sentimiento alguno, no creía en sus palabras de arrepentimiento y jamás iba a volver con él como antes, le permitía abrazarlo pero nada más por aquella ocasión porque se sentía enormemente triste

Al día siguiente en su oficina Heero no se podía concentrar, pensaba todo el tiempo en Duo y en nada más, su trabajo había sido relegado a último porque no podía conseguir sacarlo de su cabeza, momentos después entra Trowa sacándolo de sus pensamientos

Trowa. Toma, es el adelanto que necesitan los ingenieros
Heero. Déjalo ahí, lo revisaré y te avisaré
Trowa. Está bien... Heero, hable con Duo de ti

Dejó caer su lápiz y volvió su mirada hacia la de Trowa que le miraba seriamente, se podía ver en su mirada que iba a decirle algo muy desagradable pero estaba preparado para lo peor, si Trowa ya le había dicho que ellos eran amantes ¿qué podía ser peor?

Heero. ¿Y?
Trowa. No sé cómo decirte esto pero... te odia
Heero. ¿qué?
Trowa. No me quiso decir más, dijo que te odiaba y que jamás te perdonaría
Heero. No puede ser cierto
Trowa. Lo es, perdón

Heero miraba de la forma más fría con la que podía mirar al chico enfrente de él, no creía una sola palabra de lo que le decía, debía ser mentira ¿cómo odiarlo si él no le había hecho nada malo al trenzado? …l a diferencia de Duo no era tan ingenuo y las mentiras de Trowa no servían en él, por eso iba a ponerle una trampa a la conversación, si Trowa mentía era porque sentía temor de perder a Duo y sabía que ante él podría hacerlo

Heero. Entonces si se enojó por lo que pasó aquel día
Trowa. ¿aquel día?
Heero. Supongo que te lo dijo ¿no?
Trowa. S... si, el me, dice todo
Heero. ¡Demonios! Sabía que no debía hacerle caso
Trowa. ¿A quién?
Heero. Ya sabes, a la vieja esa
Trowa. ¿Vieja?
Heero. Si, a Relena
Trowa. A si, Relena, maldita
Heero. Fui un tonto, habría salido todo tan bien
Trowa. Lo siento mucho, de verdad
Heero. No importa

Haciendo gala de sus dotes histriónicos Heero golpea el escritorio y le pide a Trowa que lo deje a solas porque necesita pensar en su trabajo, él sonríe y sale sin agregar algo más a la plática, satisfecho de lo que ha hecho, en cambio Heero estaba más enojado que nunca, ese maldito Trowa se había ido casi riendo de lo que creyó que había hecho, ahora estaba convencido de que Duo aún podía ser suyo y por fin la luz iluminaba su vida, ahora debía buscar la forma de encontrarlo y así poder hablar con él...
De noche Trowa vuelve al departamento de Duo y éste sin chistar le abre la puerta dejándolo pasar, ya no le importaba mucho evitar a Trowa, sentía aún asco de que se le acercara pero sabía que si oponía resistencia el chico se pondría violento y eso no le convenía en lo absoluto, mejor era hacerse aún el adolorido por la violación y así Trowa se compadecería de él, por lo menos aún era considerado

Trowa. ¿Quieres hablar?
Duo. No
Trowa. Hoy platiqué con Heero
Duo. ¡¿Qué te dijo!
Trowa. Hablamos poco, ya sabes, de lo que pasó
Duo. ¿Te lo contó?
Trowa. No mucho, pero fue un grandísimo tonto
Duo. ¿Por qué lo dices?
Trowa. Ya sabes, lo que pasó con Relena y todo eso
Duo. ¿Ree, qué?
Trowa. Si, aquella mujer

Duo no comprendía de que hablaba Trowa, en su vida había escuchado ese nombre ¿es que acaso se estaba volviendo loco, Duo ignoraba que el nombre de esa mujer solo había sido utilizado por Heero para confundir a Trowa haciéndolo creer que sabía un poco del pasado de Duo, ese nombre no tenía la menor importancia, aquella había sido una persona que Heero había conocido en secundaria y de quien no había vuelto a saber jamás, pero se le había venido a la mente y Trowa había caído redondito... Duo comenzaba a sospechar que tal vez Trowa ni siquiera conocía a Heero, tal vez había escuchado al trenzado nombrarlo en sueños y se le había gravado para después poder utilizarlo, es lo que se le ocurría, pero no lo iba a sacar de su error, tal vez así podría saber más cosas, Trowa se convertiría para él en una especie de móvil

Duo. ¡Ah! Es verdad ¿cómo pudo?
Trowa. Lo siento
Duo. Me gustaría tenerlo en frente y golpearlo
Trowa. ¿de verdad?
Duo. Si ¿podrías llevarme con él mañana?
Trowa. No, si quieres yo lo golpeo por ti
Duo. Pero yo lo quiero hacer, lo odio
Trowa. Pero...
Duo. Por favor ¿sí? Y volveremos, como antes
Trowa. ¿De verdad?
Duo. Si, vendrás aquí o iré yo a tu departamento, te daré llaves, seré tuyo
Trowa. Oh Duo, sabía que recapacitarías

Trowa abraza feliz a Duo pero el solo mostraba un gesto de asco, se dejaría tocar nuevamente por Trowa con tal de dar con Heero, ahora sus sospechas no eran de que Trowa no conocía realmente a Heero sino que estaba mintiéndole respecto a él, tal vez hasta lo del tal Quatre era mentira y Heero estaba totalmente solo y quizás hasta aún le amaba como él lo hacía... se despertaron ambos al día siguiente y muy sonriente Trowa le regala un beso a Duo quien se lo contesta con una sonrisa falsa, en realidad le daba asco; se vistieron y arreglaron para que Trowa llevara a Duo a la empresa donde trabajaba Heero, el trenzado se sentía más que feliz, volvería a ver a Heero y nada podía ser más importante en esos momentos, estaban a unos pasos de llegar a la empresa y a Duo el corazón le latía a prisa, entraron y directamente fueron a la oficina de Heero, tomados de la mano, Trowa tocó pero sin conseguir respuesta, por ahí pasa una empleada y se detiene al verlos

Hilde. ¿Buscan al señor Yuy?
Trowa. Así es ¿está él?
Hilde. No está, de hecho no volverá hasta después del almuerzo
Duo. ¡¿Qué!
Trowa. ¿Está segura?
Hilde. Así es, pero si es muy urgente, pueden pedirle a su secretaria que les de la dirección del lugar donde se encuentra
Trowa. Gracias

La chica se retira y los amantes se dirigen al escritorio de la secretaria de Heero para pedirle la dirección, amablemente se las da y muy contento Duo la toma entre sus manos siendo ésta rápidamente arrebatada por Trowa quien la mete al bolsillo de su saco, Duo se enfada por eso pero hipócritamente le sonríe a Trowa y ambos salen de la empresa, caminan rumbo al auto y Duo repentinamente abraza a Trowa para darle un apasionado beso, una de sus manos se mete al bolsillo del ojiverde y le saca el papel para cuidadosamente meterlo en su bolsillo, se aleja y le sonríe

Trowa. ¿Y eso?
Duo. Es que estoy feliz de que hayamos vuelto
Trowa. Yo también

Trowa se inclina para darle otro beso a Duo pero él lo esquiva sin parecer que lo está evitando, le sonríe y solo lo abraza apoyando su cabeza en su pecho, no quería ser besado por ese ser que lo había violado, solo estaba a su lado para poder dar con Heero y ahora estaba a un solo paso de hacerlo, no podía evitar sonreír, ahora solo necesitaba deshacerse de Trowa para poder ir a aquella dirección dada por la secretaria... fingió sorpresa en su afán de deshacerse de Trowa para parecer que había olvidado un asunto importante que atender, le dice a su amante que recordó que tenía una cita con Zechs por lo de su remodelación y que no la puede cancelar, Trowa se lo cree y se ofrece para llevarlo pero él se niega, el ojiverde no sospecha de Duo y solo asiente dándole un roce a los labios del trenzado con los suyos para despedirse

Trowa le pide la parada a un taxi para Duo y éste se sube cuando el taxi llega, se despiden nuevamente con la mano y el taxi se aleja, Trowa sonríe viendo a Duo marcharse y antes de subir a su auto mete la mano a su bolsillo para sacar el papel y leer la dirección, se sorprende cuando no lo siente y desesperadamente vuelve a buscar sin encontrar nada, la expresión de su rostro cambia bruscamente mostrándose más enfadado que nunca, enseguida había asociado aquello con el beso de Duo, que tonto había sido al creer que el trenzado de buenas a primeras lo había perdonado, todo había sido un plan suyo pero no se iba a salir con la suya, rápidamente sube a su auto y a gran velocidad arranca para tratar de alcanzar a Duo... el trenzado muy sonriente se veía en un pequeño espejo que traía en la mano, veía su peinado, quería lucir bien para Heero ahora que iba a verlo, no podía contener su emoción, guarda el espejo y ve por el retrovisor dándose cuenta que el auto de Trowa estaba muy cerca del taxi y por lo que podía ver no se veía muy contento, se preocupó, seguramente Trowa ya se había dado cuenta del engaño

Duo. ¡Por favor, pierda a ese auto rojo convertible que está atrás de nosotros!
Taxista. Enseguida

Aceleró pero una señal de preventiva en el semáforo los hizo detenerse, el auto de Trowa les dio alcance y éste sonrío ante ello, aquel trenzado no se iba a salir con la suya, Duo estaba en cambio muy preocupado, cuando Trowa se enfadaba podía llegar a ser un ser muy perverso, era como si una venda le cubriera los ojos y no le permitiera usar la cordura... el semáforo cambió a verde y rápidamente el taxista volvió a acelerar pero el auto de Trowa era más potente y aquel no iba a ser un impedimento. Una calle de un solo carril se presenta y el taxista aprovecha para meterse ahí pero el auto de Trowa también lo hace, otra calle de igual característica se antepone y nuevamente el taxista se mete ahí pero en ésta ocasión el semáforo para los que venían de la calle opuesta se pone en verde no permitiéndole a Trowa girar a la derecha y meterse también a esa calle lo que hizo que se pusiera aún más furioso, el trenzado se iba a salir con la suya y él no podía hacer nada, no había visto bien la dirección, ese era un impedimento

Duo. ¡Yuju, lo perdimos, no sabe el favor que me hizo!
Taxista. Usted paga
Duo. Ahora tome, lléveme a ésta dirección
Taxista. Como ordene

Ya sin prisa el taxista se dirige a aquella dirección dada por el trenzado, no tardan mucho en llegar porque no estaba lejos, Duo paga al taxista y sale del auto muy emocionado hacia la casa que señalaba la dirección y toca insistentemente, una mujer rubia de cabello muy largo y unas cejas curiosas le abre

Duo. buenas tardes
Dorothy. Buenos días
Duo. Si, días, perdón
Dorothy. ¿Qué se le ofrece?
Duo. ¿Heero Yuy está aquí?
Dorothy. ¿Quién lo busca?
Duo. Duo Maxwell
Dorothy. Mira Duo, ese desgraciado ya se fue
Duo. ¿Qué? ¿ya se fue?... un momento ¿desgraciado?
Dorothy. Si, botó a mi hermano y vino a traer algunas de sus cosas
Duo. ¿A tú... hermano?
Dorothy. Si, Quatre
Duo. ¡Quatre!... entonces si existe
Dorothy. ¿De qué hablas?
Duo. Nada, muchas gracias... espera ¿a dónde fue?
Dorothy. ¿Crees que soy su niñera?
Duo. No, discúlpeme

Algo enojado se aleja sin despedirse o dar las gracias y piensa en que podrá hacer ahora, si regresa a la empresa muy probablemente Trowa estaría ahí y ya no podría ver a Heero, pero por otro lado estando allá y en público Trowa no le podría hacer nada y así aún podría ver a Heero si lo esperaba a que llegara, bien, esa parecía la mejor salida, debía regresar a la empresa y esperarlo acompañado de alguien y así Trowa no le haría daño

Ir con la hermana de su ex amante era solo un pretexto para salir de la oficina y no decir a donde realmente iba, si era cierto que había ido a casa de la rubia para darle algunas cosas de su hermano pero también era cierto que iba a investigar algo más de Duo, seguramente Trowa podía darse cuenta de sus intenciones y ya no tendría más claves para dar con Duo, así que contratando a alguien para que le investigara sería lo mejor, al menos ya sabía que residían en la misma ciudad y esa era una ventaja

Decidió que antes de ir a la empresa a esperar a Heero iría a su departamento a recoger su auto, se sentía más cómodo conduciendo él que tomar taxis, había riesgo de toparse con Trowa porque tal vez el ojiverde se pasaría por ahí para ver si conseguía verle pero era un riesgo que debía de tomar así que al llegar a su departamento rápidamente tomó las llaves y salió de ahí subiendo a su auto, por fortuna Trowa no se encontraba por ahí y ahora si podía dirigirse con toda seguridad a la empresa y esperar a Heero, conducía a toda velocidad pasando las luces amarillas para que no le tocara las rojas y así llegar más rápido... el chico de mirada fría ya había consultado con un investigador y para el día siguiente ya le tendría la información que necesitaba, estaba muy feliz, pronto se volvería a reunir con el trenzado y su felicidad era inmensa por lo que conducía sin poner mucha atención a las señales de tránsito causando así el reproche de muchos conductores que le gritaban groserías o hacían sonar sus claxon pero a él eso no le importaba, pronto volvería a alcanzar la felicidad que hacía 4 años había perdido...

Sonreía, no podía dejar se hacerlo porque nada le hacía más feliz que el poder ver a Heero de nuevo, poder besarlo, tocarlo, entregarse a él, recibir sus besos, sus caricias, sentirlo adentro, la piel le quemaba de solo pensarlo, estaba demasiado distraído pensando en él y no se percató de un bello carro color negro que se le atravesó en el camino, logró frenar por reflejo y el otro auto se detuvo por completo al recibir el pequeño impacto del auto de Duo por el costado, el trenzado se había alcanzado a golpear la cabeza en el volante permaneciendo recargado en éste pero aun consiente, el conductor del otro auto se bajó muy asustado, tal vez el otro conductor estaría muy lastimado y debía ayudarlo, se puso a un lado de la puerta y trato de abrirla pero sin éxito porque ésta estaba cerrada con la llave, toco la ventanilla con fuerza pero el otro conductor no parecía responderle... 

Un dolor de cabeza tremendo se apoderaba de él, oía golpes en la ventana pero por más que quería levantarse no podía, le pesaba el cuerpo, la persona que golpeaba la ventanilla comenzó a gritar que reaccionara mientras personas curiosas se acercaban, el trenzado creyó escuchar la voz de Heero pero ante la gran coincidencia que sería eso sonrió creyendo estar alucinando, después de segundos sintiéndose algo mejor logró levantar la vista viendo fijamente a la persona fuera del auto que gritaba y quien al verle el rostro se paraliza por completo, ahora estaban frente a frente, lo que oía y veía Duo no era ninguna alucinación, Heero estaba por fin frente a él, no lo podía creer, parecería que era un sueño, demasiado bueno para ser verdad... el chico de mirada fría también le veía atónito, que gran capricho del destino ponerlos frente a frente de esa forma, casi como la primera vez, todo por el producto de un accidente

Heero. ¡Duo!

Pudo reaccionar a hablarle antes de que el trenzado cayera nuevamente sobre el volante porque se acababa de desmayar, el golpe por el accidente y la impresión de haber visto a Heero por fin le habían fatigado, había sido mucha carga para un solo día, el chico de mirada fría muy preocupado se decidió por romper la ventanilla ante la impotencia de no poder abrir la portezuela, esa era la única opción para ayudarlo y sacarlo de ahí, llamó enseguida a una ambulancia y ésta llegó pronto ya que un hospital estaba cerca de ahí, lo subieron y Heero no quiso esperar a los del seguro de su auto, quería subir a la ambulancia y acompañar a Duo pero uno de los paramédicos no lo dejó, alguien involucrado en el choque debía quedarse a esperar el peritaje y a los del seguro, él era el único que podía y debía quedarse, además el trenzado estaría en buenas manos... 

La ambulancia se retiró y Heero se quedó muy preocupado por él, poco tardaron los del seguro y los del peritaje, Heero se echó totalmente la culpa para así poder estar más pronto cerca de Duo, una grúa se llevó enseguida los autos de ambos y Heero se dirigió de prisa al hospital, estaba desesperado preguntando a las enfermeras por el joven que acababa de llegar proveniente de un choque cerca de ahí, rápidamente obtuvo respuesta y fue hacia allá, estaba muy bien, ya consiente y estable, solo tenía una venda que le cubría toda la frente, le habían hecho un par de puntadas por el impacto pero estaba muy bien. Caminó a pasos lentos hasta él que se encontraba sentado con la mirada hacia el piso y se detuvo a un lado de él, el trenzado vio los pies pero no creyó que se tratara de Heero hasta que el mismo se pone de cuclillas

Heero. Hola, idiota
Duo. ¡Heero!

Sus ojos totalmente abiertos veían al chico de mirada fría que en esos momentos no lucía tan fría como siempre, realmente estaba ahí, no se trataba de otro de sus sueños donde le veía a su lado, ahora todo era verdad, por fin estaban cerca del otro, sentían aún a esa distancia el calor de sus cuerpos y la respiración del otro, hacía mucho que no sentían eso al estar con alguien... Duo se lanza a los brazos de Heero tumbándolo al suelo y comienza a llorar, todo era como el despertar de un horrible sueño, al fin la única persona que importaba en su vida estaba junto a él, Heero también estaba muy feliz y abrazaba con igual fervor a Duo, ese idiota trenzado estaba al fin entre sus brazos como tanto lo soñó

Duo. Estas aquí, realmente estas aquí
Heero. Si y no te dejaré ir jamás

Heero toma el rostro de Duo entre sus manos y lo acerca al suyo para besarlo, no le importaba si las personas pasaban por ahí y los veían, nada de eso importaba para ambos por lo que ese beso apasionado no se hizo esperar, el júbilo vivido en esos momentos no se podía cuantificar, sus cuerpos pedían más, lástima de encontrarse en un lugar público

Duo. Te extrañé tanto
Heero. Y yo a ti
Duo. Heero yo...
Heero. Sht, ahora no, vayámonos de aquí

Se ponen de pie y se toman de las manos para salir de aquel lugar que les impedía demostrarse su amor, el departamento de Heero no estaba lejos de ahí y es donde se dirigen, llegan y Heero toma a Duo entre sus brazos llevándolo cargando a su habitación, no habían pronunciado una palabra desde el hospital, aquel sería el segundo momento más mágico en sus vidas desde la primera vez que lo habían hecho, las heridas de Duo no eran de seriedad y no iban a ser un impedimento... lo acuesta en su cama y antes de volver a besarse se miran a los ojos perdiéndose ahí por varios segundos, las manos de Heero no hacen esperar y comienza a acariciar a su trenzado en el pecho mientras desabrochaba su camisa, uno a uno cada botón de la forma más delicada y dulce sin dejar de verse a los ojos

Duo. Hay cosas que debemos hablar
Heero. Sht, todo lo quieres echar a perder
Duo. Idiota

Ambos se pierden en un profundo y apasionado beso, hacía mucho que deseaban uno así, sus lenguas jugando, sus labios rozándose y la calidez de sus salivas haciendo una, las manos de Heero terminaban de desvestir al trenzado para tenerlo debajo de él desnudo, como hacía mucho lo había deseado, sus prendas corrieron la misma suerte y pronto ambos estaban desnudos, acariciándose mutuamente, besándose, Heero se separa primero y comienza por besar el cuello de aquel debajo de él dejando un rastro de saliva por donde su lengua pasaba, el pecho, el abdomen y pronto su ahora despierto miembro, totalmente excitado, se veía tan hermoso, tan antojable, no podía soportar no tenerlo en su boca por más tiempo y no dudó, lo beso, lo lamió, lo introdujo a su boca, succionó causando tanto placer en Duo, tanta satisfacción, gemía, jalaba su propio cabello y el de su amante con un ritmo suave, apretando la cabellera de Heero al sentirse correr dentro de la boca de su amante, suspiró y se relajó aún con la respiración agitada, Heero volvió a subir después de comerlo todo para besar apasionadamente a Duo quien aún pedía más, no se conformaba con solo eso, quería ser de Heero, sentirlo adentro

Duo. ¿Qué esperas?
Heero. Siempre tan paciente

Se levantó de su cuerpo y lo miró detenidamente, como extrañaba ese cuerpo que ahora volvería a ser suyo, como siempre debió serlo, se quedó pensativo para desesperación de Duo a quien las ansias de ser de Heero ya le carcomía su ser, levantó su ceja esperando hasta que por fin Heero se decidió a actuar, tomó el cuerpo del trenzado para besarlo y después levantarlo e indicarle que se hincara dándole la espalda, Duo sonrió

¿En qué estaba pensando Heero, el chico de mirada fría inclina el cuerpo de Duo hacia delante y éste se agarra de los barrotes de la cabecera de la cama mientras Heero lo sujeta de las caderas, acariciaba sus glúteos y después se agacha para poder lamer la entrada de su amante, el trenzado se estremece al sentir la lengua de Heero y gime moviendo sexy y lentamente sus caderas sintiendo pronto como su miembro comenzaba a despertar de nuevo en respuesta a aquellas caricias de la lengua de Heero en su entrada, pero él ya no iba a hacerlo esperar más por lo que vuelve a hincarse para acomodar su miembro y poder entrar en Duo como durante tanto tiempo lo había deseado... 

Lo sujeta con una mano de la cadera y con la otra toma su propio miembro para acomodarse y entrar lentamente en Duo, el trenzado se queja levemente por la intromisión para después sonreír, como deseaba tenerlo dentro y ahora por fin lo iba a estar; entró por completo en él cerrando a su vez los ojos y comenzando a moverse de atrás hacia delante agarrando con fuerza sus caderas con ambas manos, las de Duo en cambio apretaban con gran fuerza los barrotes de la cabecera mientras gemía a buen ritmo, con gran placer, sentía delirar con esos movimientos de Heero y decidió por ayudarle para conseguir más placer por lo que él también mueve sus caderas causando un vaivén de movimientos que le hacían sentir más placer... los gemidos de ambos se unían en uno solo, una de las manos de Heero suelta la cadera y se dirige al miembro erecto del trenzado para tomarlo con fuerza y masturbarlo causando un placer aún mayor a su amante, pegando su cuerpo aún más al del trenzado quien gira su cabeza hacia atrás para besar a Heero que no pierde el ritmo de su penetración ni el de la masturbación de Duo, sus labios no se rozaban mucho pero sin embargo sus lenguas no dejaban de acariciarse, sintiendo sus salivas escurrir por sus barbillas, tan cálida como siempre... 

Heero estaba casi por llegar a su punto máximo, aumentando su velocidad, su fuerza, para delirio de su amante que pegaba gritos de placer, gemidos locos que se atoraban en su garganta, también estaba por llegar al clímax pero Heero es el primero, llenando el interior de Duo quien sentía el líquido correr por todo su interior causándole un gran placer, Heero permanece dentro un poco más hasta que ambos logran el orgasmo de Duo masturbándolo, el líquido llena parte de la almohada pero la mayoría se encontraba en las manos de ambos, Heero lame completamente las suyas y Duo solo un poco de uno de sus dedos, los dos se acuestan en la cama y se abrazan, estaban totalmente fatigados, nunca antes ninguno con nadie había tenido una experiencia igual, ni siquiera la que habían compartido hace 4 años pues aquella vez aún eran inocentes, en ésta ocasión la pasión había sido demasiada y además el amor que les unía hacía de aquella la mejor relación sexual de sus vidas

Heero. No quiero arruinarlo pero háblame de ese tal Trowa
Duo. No somos nada, no ahora
Heero. ¿Y eso?
Duo. No quiero hablar de eso ahora, después te cuento, mejor dime que pasa con Quatre
Heero. Ah, él
Duo. ¿Lo quieres?
Heero. Como amigo, lo nuestro no resultó
Duo. ¿Cuánto duraron?
Heero. Un poco más de un año ¿y ustedes?
Duo. Como dos, pero nos conocemos desde antes
Heero. ¿Qué pasará con nosotros?
Duo. ¿Qué tratas de decir?
Heero. 4 años nos separan
Duo. Sí, pero más años nos esperan
Heero. Yo no quiero perderte de nuevo
Duo. Yo tampoco, porque te amo
Heero. Yo también te amo, idiota
Duo. Estúpido

En los rostros de ambos se dibuja una sonrisa y vuelven a abrazarse y a besarse, ya no había poder humano que los separara ¿o si lo había?...

El chico rubio llegó un poco más tarde de lo usual y el chino ya le esperaba en el departamento que compartían temporalmente, no se habían visto desde aquella primera vez entre ambos, Quatre trataba de evitar a Wufei por evitarse la inminente discusión de si ahora eran algo más que amigos o si dejaban eso en una sola noche, aún amaba a Heero y no se sentía capaz de otra relación después de haber terminado una hace poco tiempo... llegó y saludo tímidamente dirigiéndose a prisa a su habitación pero sin lograr llegar ante la intercepción de su amigo que le miraba fijamente, él baja su mirada evitando la del chino pero éste delicadamente levanta su rostro para regalarle una hermosa sonrisa

Wufei. ¿Qué pasa?
Quatre. ¿De qué hablas?
Wufei. No nos hemos visto en todo el día ¿estas evitándome?
Quatre. No, yo...
Wufei. No me mientas por favor, la verdad aunque duela, yo sé que no me amas
Quatre. Perdóname, lo que menos quería era hacerte daño
Wufei. Si me permites estar a tu lado no me lo haces
Quatre. Aunque...
Wufei. ¿No me ames? Si, aunque no me ames, quiero permanecer a tu lado
Quatre. Wufei... gracias

También el chico rubio le sonríe para después regalarle un tierno beso en la mejilla y entrar a su habitación, le permitía estar a su lado, le permitía amarlo, de vez en cuando tocarlo, besarlo, ser suyo, pero no estaba listo para una relación seria con nadie y tal vez le costaría mucho trabajo olvidar a Heero pero estaba seguro que su amigo podía ser una buena compañía y tal vez algún día llegaría a amarlo, iba a darle una oportunidad y también dársela así mismo

El ojiverde estaba desesperado, su auto se encontraba estacionado afuera del departamento del trenzado esperándolo, deseando verlo llegar para darle su merecido por haberlo engañado, por haberse burlado de él, ese estúpido trenzado no iba a salirse con la suya, nadie se burlaba de Trowa Barton y podía contarlo

Habían permanecido acostados en la cama en inactividad, en silencio, no había surgido una nueva plática, solo necesitaban estar juntos en silencio, aquel silencio decía más que cualquier palabra entre los dos, Duo sentía miedo de regresar a la realidad y saber que un loco Trowa jamás lo dejaría en paz pero no se animaba a contárselo a Heero, no quería involucrarlo y que saliera lastimado, eso no lo soportaría, preferiría ser maltratado por su ex amante a que algo malo llegara a pasarle a Heero

Duo. Heero ¿puedo quedarme aquí a dormir?
Heero. Pero que pregunta idiota, claro que sí
Duo. Gracias

Se sentía al menos un poco más tranquilo, estaría a salvo una noche de Trowa y quien mejor que Heero para pasarla, el amor que sentía por él no había disminuido en absoluto por el paso del tiempo, al contrario, había crecido y madurado, ya no era aquel amor de estudiante en un verano lejos de casa... la mano del trenzado acariciaba el pecho de Heero formando pequeños círculos y el chico de mirada fría sonreía al sentir las cosquillas, Duo era muy tierno y estar así, sin hablar le producía una gran tranquilidad, quería dormir todas las noches de esa forma, abrazados, en silencio, hablando solo con el corazón; la mirada de Duo se centra en el pecho de Heero y sonríe, el chico de ojos azules lo mira preguntándose en su mente porque lo habrá hecho descubriéndolo cuando Duo se acerca y lame uno de sus pezones, Heero se retuerce un poco y jadea

Duo. Me encanta cuando haces eso
Heero. ¿por qué lo hiciste?
Duo. Se me antojo

Duo vuelve a sonreír bajando su mano hasta el miembro de Heero y tomándolo con ésta acariciando solo la punta, Heero cierra sus ojos y empuña sus dientes mientras Duo se anima a hacer movimientos más atrevidos, el miembro de Heero comienza a despertar y Duo sonríe ante ello para después separarse de esa posición y bajar hasta quedar frente a frente con el miembro de su amante, sonríe y regala a la punta de éste un beso y después juega su lengua ahí causando un gran placer a Heero, le gustaba mucho que le hicieran sexo oral, Quatre siempre lo hacía, era bueno en eso, sabía dónde exactamente se sentía mejor, en cambio Duo tenía mucho sin hacerlo, a Trowa le gustaba más hacerlo él y no permitía que Duo hiciera el sexo oral, por eso el trenzado lo deseaba tanto y por eso mismo no iba a dejar que Heero se derramara tan pronto, debía mantenerlo

Heero. Ngh, mételo... ahora
Duo. Mnh no... aún no

Deseaba seguir jugando su lengua ahí, acariciar el tronco y los testículos y moviendo de arriba hacia abajo su lengua en la punta, Heero estaba delirante, necesitaba que Duo lo metiera pronto a su boca, deseaba estallar su semilla ahí, sentirse liberado, pero el trenzado quería seguir jugando, disfrutando, se divertía, hacía mucho que no disfrutaba tanto del sexo y no es que Trowa fuera malo en la cama, de hecho era muy bueno, tenía mucha experiencia pero con Heero había amor y eso era lo más importante, la lujuria no importaba mucho, estaba presente pero era relegada por el amor... Heero movía su cabeza con desesperación a los lados, necesitaba venirse y Duo no le ayudaba, solo lamía y besaba, lo estaba disfrutando pero Heero sufría, sentía ya un poco de dolor, una gotas pre orgasmo comenzaban a salir y Duo las disfrutaba, sabían bien, le encantaban

Heero. Id... iota

El trenzado por fin se apiada de Heero e introduce su miembro en su boca comenzando la succión, los dedos de una de sus manos jugaban en la entrada de Heero, separando y entrando mientras la otra acariciaba los testículos, aquellos tan suaves que tanto le volvían loco, no tanto como su miembro pero que igual disfrutaba, seguía chupando y succionando hasta que un líquido le sorprende en su boca haciendo su cabeza ligeramente hacia atrás por instinto, aquel cálido líquido le llenaba la boca saliendo un poco de éste por los laterales de sus labios, Heero voltea hacia abajo y sonríe, Duo se dirige a sus labios y se besan, el trenzado pasa parte del líquido en su boca a la boca de Heero sin dejar de besarse, ese beso húmedo era como ninguno, demasiado bueno

El trenzado fue el primero en despertar, miró a su lado y vio a Heero aun durmiendo, sonrió, lo de la noche pasada no había sido uno más de sus sueños, había sido realidad, había reencontrado por fin el amor, se acerca y regala un tierno beso en el cuello que hace despertar a Heero, voltea y sonríe al ver el bello rostro de Duo frente a él

Duo. Buenos días mi amor
Heero. Hola
Duo. ¿Cómo amaneciste?
Heero. ¿Tú cómo crees?

Duo sonríe y se agacha para que ambos se fundan en un tierno, delicado y delicioso beso, una mano de Heero jala a Duo de un brazo haciéndolo quedar acostado encima de él, sus manos comienzan a acariciar ese hermoso cuerpo encima suyo, se pierden en ese beso y comienzan a hacer el amor, el trenzado se posiciona sobre el cuerpo de Heero haciendo que éste quede en medio de él y Duo sentado con las piernas abiertas, acomodándose para que el chico de mirada fría le penetre, el trenzado comienza a moverse de arriba hacia abajo haciendo que Heero entre y salga de él apoyando sus manos sobre las rodillas de Heero y haciendo su cabeza hacia atrás provocando que sus cabellos sueltos causen un cosquilleo en las piernas de Heero quien solo permanecía acostado recibiendo placer por los movimientos de Duo quien era el que más placer lograba sentir pues al cargar su propio peso y con aquellos movimientos lograba que el miembro de Heero lograra entrar más de lo que podía entrar cuando él estaba encima suyo, había una parte dentro de Duo donde el miembro de Heero lograba golpear y causaba a su vez el más grande de los placeres

El trenzado cerraba con fuerza sus ojos, gemía además de sentir un placer sin igual, Heero toma enseguida el miembro de Duo y comienza a acariciarlo no sin antes lubricar sus manos con saliva para después deslizar sus manos con más rapidez por él, Duo ya no podía más con tanto placer, la vista se le nublaba pues tenía los ojos entreabiertos y sentía como perdía fuerza pero eso no le iba a impedir seguir sintiendo satisfacción... los testículos de Duo chocaban contra el bajo vientre de Heero causando un ruido que junto con los gemidos de ambos hacían del ambiente aún más placentero, el chico de ojos azules se mordía los labios mientras que Duo gritaba por el placer dejando de saltar encima del cuerpo de Heero para hacer sus movimientos un poco más lentos pero más profundos, con más fuerza, ya no se apoyaba de las rodillas de Heero, ahora se sujetaba el cabello con fuerza mientras golpeaba aquel punto dentro de él con movimientos algo bruscos, Heero cerraba los ojos cada vez que Duo hacía un movimiento fuerte pero sin soltar su miembro que estaba a punto de explotar

Jamás lo había visto tan excitado, el trenzado pedía a gritos ser liberado de su prisión, necesitaba venirse lo más pronto posible o si no desfallecería pero su amante se adelanta llenando casi por completo el interior de Duo, hace mucho que no explotaba una cantidad así de semen, éste escurría un poco por la entrada de Duo quien se libera no mucho después, el abdomen de Heero es bañado por ese líquido y parte de su rostro corre la misma suerte, ambos suspiran aliviados sintiendo Duo una pequeña sacudida antes de que Heero salga de él, nunca antes había sentido un espasmo orgásmico como ése... poco a poco el trenzado se levanta posicionándose a un costado de su amante, el miembro de Heero estaba completamente mojado, había explotado su semilla como hace mucho no lo hacía y sonríe, no cabía duda que cada vez con Duo superaba a la anterior, estaba lleno de sorpresas pero le daba coraje saber que tal vez aquello era el resultado de una vida sexual muy activa por parte del trenzado y se sentía impotente de no haber formado parte de esa vida sexual activa... 

Heero mira el reloj y nota que aún es temprano para levantarse y comenzar a arreglarse para ir a la oficina, en cambio Duo se encontraba totalmente despreocupado abrazando a su chico colocando su mano en su pecho limpiando de cuando en cuando el semen que aún permanecía en éste pues el de la cara Heero ya se había encargado de limpiarlo y también parte del que había en el pecho, algunos minutos invaden de silencio la habitación solo para dar paso a conversaciones que no deseaban tomar pero que eran necesarias, lo sabían

Heero. ¿Ahora si me platicarás de ese tal Trowa, él no me agrada
Duo. …Es un desgr... no es tan malo
Heero. ¿Entonces si es algo malo?
Duo. No yo...
Heero. No me ocultes nada, si me llego a enterar que te ha hecho algo malo lo mato sin dudarlo ¿entendiste?
Duo. No digas esas cosas Heero
Heero. No soportaría que alguien te dañara, nunca
Duo. Gracias pero no hay de qué preocuparse

Duo se acerca más a Heero y le abraza un poco asustado, odiaba a Trowa pero no quería que Heero se involucrara en algo sucio como un asesinato, no soportaría verlo tras las rejas por algo tan tonto, mejor sería pedirle que se quedara a vivir con él y alejarse lo más posible del bastardo de Trowa, así ellos vivirían en paz, pero que equivocado estaba, Trowa no era fácil de vencer y se las arreglaría de una forma u otra para separarlos o hacerles otro tipo de daño, nuevamente comenzaba a temerle a Trowa

El arquitecto llegó muy temprano, en la empresa aún habían departamentos sin un solo empleado, solo había personal en los departamentos de intendencia y Recursos Humanos, Quatre como siempre había llegado muy temprano, él era el encargado de que todos los empleados checaran o firmaran su pase de entrada, el chico ojiverde va directamente hacia el departamento de Recursos Humanos con la intención de hablar con Quatre de un asunto muy personal y especial, el chico rubio lo ve llegar y a su saludo solo responde con una sonrisa, ese hombre le intimidaba, se sentía a su alrededor un aura extraña, él no era de fiar

Trowa. ¿Quatre verdad?
Quatre. Así es
Trowa. Seguro ya me conoces, sino, mi nombre es Trowa Barton
Quatre. Lo sé, yo firmo también tus cheques
Trowa. Cierto
Quatre. Y dígame señor Barton ¿le puedo ayudar en algo?
Trowa. Primero que todo llámame Trowa y segundo si, vine a hablarte de algo
Quatre. Usted dirá Trowa
Trowa. ¿Tú amas a Heero Yuy verdad?

Ante la pregunta Quatre mira muy sorprendido a Trowa con los ojos muy abiertos por la sorpresa, no comprendía a que iba con esa pregunta ni porque se la hacía ¿qué le podía importar a él, ni siquiera le conocía, nada de ese tema le incumbía

Quatre. ¿Qué te importa?
Trowa. Que agresividad
Quatre. No es algo que te concierne ¿qué pretendes?
Trowa. Es que yo amo a Duo Maxwell
Quatre. ¿Qué? ¿y a mi qué, es más ¿quién es ese?
Trowa. Jajaja, supuse que él no te habría contado nada, veras...

Trowa le cuenta a Quatre todo lo que sabe acerca de esos dos aunque aquello no era mucho, realmente sabía poco del tema pero sabiendo que Quatre amaba a Heero sería más fácil conseguirlo de aliado y así acabar con la bella relación y con el bello amor que sentían el uno por el otro. El chico rubio miraba con desconcierto a Trowa mientras éste contaba lo poco que sabía acerca del chico de mirada fría y del chico de la trenza, Quatre comenzaba a agarrar pronto el hilo del cuento y a relacionar aquello con lo que Trowa tenía planeado, que él se quedara con Heero y así dejarle el camino fácil a él con Duo, aquello sonaba algo extraño, pecaminoso y nada correcto, pero si bien era cierto que eso estaba mal también era cierto que él quería recuperar a Heero y esa parecía una buena oportunidad, la mirada de Quatre cambia un poco y en su rostro se muestra una sonrisa, Trowa también cambia su expresión de seriedad a una de triunfo... Wufei llega a la empresa y los ve platicando muy sonrientes y se enoja así que se acerca a donde están ambos y toma a Quatre del brazo, éste voltea y se desconcierta de aquella actitud

Quatre. ¿Qué pasa?
Wufei. Hola cielo
Trowa. ¿Cielo?
Quatre. Sí, él y yo... no, somos solo amigos

El chino suelta lentamente a Quatre al oír las palabras ¿acababa de decir que solo eran amigos, habían quedado en que eran algo más y ahora su rubio lo trataba con algo de indiferencia ¿acaso es que aquel arquitecto de cuarta había logrado impresionarlo?

Trowa. Lo supuse... ¿más tarde nos vemos para los detalles, porque cuento contigo ¿verdad?
Quatre. Déjame pensarlo
Trowa. Está bien, hasta pronto

El ojiverde se va altaneramente mientras Wufei lo ve totalmente enojado para después voltear a ver a Quatre de la misma forma pero éste no se inmuta para nada, en cambio solo sonreía sin hacer mucho caso a su amigo, el chino lo ve muy enojado y lo sujeta con fuerza del brazo atrayéndolo hacia él

Quatre. ¿Qué te pasa?
Wufei. ¿Qué se traen ustedes dos?
Quatre. Que te importa, suéltame
Wufei. ... Creí que tú y yo...
Quatre. Yo te dije que no te amaba, nunca te engañé
Wufei. Pero anoche...
Quatre. Anoche y las otras veces han estado bien pero eso no cambia mis sentimientos

Quatre agarra unas hojas en el escritorio y sale del departamento de Recursos Humanos para dirigirse al almacén para llevar unas fichas dejando a Wufei muy decepcionado, el rubio estaba tomando una actitud que no se parecía nada a la de siempre ¿es que acaso era así realmente y hasta ese momento se mostraba como realmente era, no lo sabía pero lo que si sabía es que no se dejaría romper el corazón de esa forma tan tonta, no por segunda vez, ya no lo podría soportar de nuevo

Terminó de vestirse y el trenzado lo ayudo con su corbata, no es que él no supiera pero tenía buenos recuerdos de su madre acomodándole la corbata a su padre, le parecía algo muy romántico, él no iría ese día a trabajar, él era su propio jefe y no debía sujetarse a un horario como Heero, le gustaría acompañarlo a la empresa pero podía toparse con Trowa así que no parecía buena opción, mejor era esperarlo en ese departamento

Duo. No vayas
Heero. Tengo que ir
Duo. Hagamos el amor todo el día
Heero. No puedo por dos razones, primera me corren y segunda ¿quién crees que soy?
Duo. No me salgas con que no puedes
Heero. Si no soy un fenómeno
Duo. Aburrido
Heero. Lujurioso

Duo sonríe y se acerca a Heero para depositarle un tierno beso en los labios

Heero. Bien, ya me voy
Duo. Cuídate mucho
Heero. También tú

El de mirada fría se da media vuelta para irse pero él mismo se detiene dándose nuevamente media vuelta y quedando de nuevo frente a Duo quien le mira curioso

Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Se me olvidaba ¿te menciono Trowa algo acerca de una tal Relena?
Duo. Si ¿qué con eso?
Heero. Ese tipo no es de fiar ¿verdad?
Duo. Así es
Heero. Debemos estar en alerta
Duo. Lo sé

La mirada de Duo se torna sombría mientras Heero le mira entrecerrando los ojos y fríamente, había notado en aquella mirada que Trowa había hecho algo a Duo y que él no iba a decir tan fácilmente, pero cuando se diera cuenta de ello estaba seguro que el ojiverde la pagaría muy caro, y si Duo no se lo quería decir entonces él lo investigaría, pero de algo estaba seguro, Trowa pagaría con sangre cualquier daño que le hiciera a Duo, aunque fuese el más mínimo de los males él lo pagaría como el peor de los crímenes

Se vieron a la hora del almuerzo y llegaron a un simple acuerdo, Quatre se encargaría de tratar de volver con Heero y Trowa lo ayudaría haciendo que Duo creyera que Heero a quien ama es a Quatre y no a él, además el ojiverde a su vez trataría de recuperar el amor de Duo como alguna vez casi le perteneció, solo que ésta vez no cometería el mismo error, ahora Duo solo sería suyo sin importar cuánto daño físico, mental o emocional pudiera hacerle, le encerraría de ser posible, sería como su trofeo, como su bella escultura, solo él podría verla y tocarla, nadie más tendría ese privilegio jamás, Heero y Duo no iban a estar juntos por mucho tiempo y esos nuevos aliados se encargarían de que todo eso fuera posible

Continuará...


Notas de Autor: La segunda parte de la historia más no la última, sigue leyendo, muchas gracias


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