viernes, 23 de octubre de 2015

Loco por Shun

Capítulo 5. La decisión de Shun


Shun llega a su casa con el ánimo por los suelos, en sus ojos se podía ver claramente la marca que las lágrimas de la noche habían dejado, sus fuerzas físicas se habían también desgastado pero no solo eso, sentía un gran peso en su alma ¿por qué nadie lo quería realmente? Estaba rodeado de traidores superficiales que solo lo buscaban porque era guapo, en esos momentos deseaba firmemente haber sido feo siempre, así se hubiera evitado penas tan grandes, pero para eso ya no había remedio, el único remedio que había para sus problemas era dejar de socializar y ser un poco más desconfiado, su ingenuidad nunca lo iba a llevar por buen camino...

Al entrar a su casa ve como su hermano le esperaba en la sala sentado, era bastante noche y no había tenido noticias de Shun, el peliverde había apagado su celular y había estado caminando sin rumbo por la ciudad, pensaba las cosas y lo había decidido, nunca nadie más iba a burlarse de él; Ikki se levanta del asiento y se acerca a su hermano bastante preocupado tratando de tomarle las manos pero Shun se las arrebata y sin mirarlo a los ojos se retira a su habitación, Ikki se preocupa bastante y lo sigue a su habitación pero a pesar de sus intentos por hacerlo salir no recibe ninguna respuesta por parte de su hermano, el peliazul se extraña bastante pero seguramente iba a ser más fácil hablar con su hermano al día siguiente.

Por la mañana Shun se levanta y se dirige a la cocina para prepararse café, anoche no había dormido bien y se sentía con bastante sueño pero ese día tenía cosas pendientes que hacer en la Fundación para niños con Cáncer para la que trabajaba, al llegar a la cocina Ikki estaba sentado desayunando un tazón de cereal, el peliazul saluda a su hermano pero Shun lo ignora, Ikki se molesta un poco por la actitud, ni siquiera sabía porque Shun actuaba de esa manera así que bastante decidido se pone de pie y antes de que el peliverde agarre la taza para su café Ikki lo sujeta con fuerza del brazo obligándolo a verlo, Shun enojado pero sin oponerse al agarre solo desvía su mirada

Ikki. ¿Me quieres decir que te pasa Shun?

Shun. No me toques

Poniendo ahora sí resistencia Shun arrebata su mano del agarre de su hermano y agarra la taza para su café pero Ikki no se iba a dar por vencido, él y Shun tenían un fuerte lazo como hermanos y sabía perfectamente que su hermano estaba molesto por algo pero no sabía exactamente el porqué de su enojo, no iba a estar dispuesto a que las cosas siguieran así que nuevamente se acerca a él pero lo agarra con fuerza de los hombros obligándolo a verlo a los ojos, la mirada de Shun era ruda y fría

Ikki. Dime que te hice

Shun. ¿Y todavía preguntas? ¡Cínico!

Enojado por el tono de su voz Ikki le da una bofetada a su hermano, Shun no mueve ni un poco su cabeza por el impacto, tan solo intensifica su mirada fría y ruda mientras que Ikki se comienza a sentir un poco culpable y tratando de liberar la tensión atrae el cuerpo de Shun hacia consigo y le da un fuerte abrazo

Ikki. Perdóname

Shun. Suéltame

Ikki. Me duele que me trates así ¿qué te pasa hermano?

Shun. ¿Qué me pasa? Pasa que estoy harto de que todos me vean cara de idiota

Ikki. ¿Qué?

Consternado por la aseveración de su hermano Ikki separa el abrazo y lo mira fijamente a los ojos, jamás había visto esa determinación en el rostro de Shun y eso le preocupa bastante

Ikki. No entiendo

Shun. Claro que entiendes, todos me han engañado, todos

Ikki. ¿Quiénes son todos?

Shun. Hyoga, Alberich, Seiya... ¡tú!

Ikki. ¿Yo? no comprendo

Shun sonríe sarcásticamente cuando ve "la preocupación" de su hermano, él sin duda era el mayor hipócrita de todos, Shun enojado mueve sus brazos de tal forma que golpea los de Ikki y éste lo suelta de los hombros, el peliverde se dirige a la tetera que le anunciaba que el agua estaba bastante caliente y se sirve en su taza mientras es observado por Ikki que se encontraba bastante incómodo por ese horrible silencio de su hermano, Shun deja la tetera en la estufa y se prepara su café ignorando por completo a su hermano, Ikki se acerca de nuevo a él pero al ponerle una mano sobre uno de sus hombros Shun se gira hacia él y le devuelve la bofetada que momentos atrás Ikki le había dado, el peliazul mira asombrado a su hermano mientras se sujeta la mejilla

Shun. ¡Deja de hacerte el idiota y déjame!

Ikki. Shun, te desconozco

Shun. No, soy yo quien ya no sabe quién eres

Ikki. Pero ¿por qué? ¿qué te hice?

Shun. ¡Tienes sexo con Shiryu!

Olvidándose de su café Shun se va de la cocina con los ojos bastantes húmedos, a punto de soltar lágrimas mientras que Ikki se queda bastante pasmado, ¿en qué momento Shun se había enterado de su relación con Shiryu? Ahora comprendía porque su hermano se comportaba de esa forma con él pero aun así ¿qué no el mismo Shun era quien había terminado con Shiryu? ¿por qué entonces le molestaba tanto que él mantuviera una relación con su ex? Dispuesto a no quedarse con esas dudas Ikki va hasta la habitación de su hermano y toca con fuerza para que le abra pero Shun no lo hace, molesto el peliazul va a la cocina y agarra un cuchillo para intentar abrir la puerta del cuarto del peliverde lográndolo segundos después, Shun se enoja bastante por aquello y se acerca a su hermano

Shun. ¿Qué demonios te sucede?

Ikki. No, dime qué demonios te sucede a ti

Shun. Ya te lo dije, estoy harto de todos

Ikki. Shun, entiende algo, tú terminaste con Shiryu, tú lo engañaste con Seiya ¿recuerdas?

Shun. No tienes que recordármelo porque no tienes idea de lo arrepentido que estoy

Ikki se sorprende de la confesión de Shun ¿qué estaba arrepentido de haber dejado al chico de cabello largo? Eso sí representaba una contrariedad para él ya que si el peliverde decía eso a Shiryu seguramente el chico volvería a sus brazos y él tendría que resignarse nuevamente, ese pensamiento le causaba dolor en el estómago, estaba a punto de perder a Shiryu y sin poderlo evitar un par de lágrimas luchan por salir de sus ojos, Shun lo mira asombrado y se preocupa un poco

Shun. Ikki...

Ikki. Shun, yo no lo hice para lastimarte, realmente amo a Shiryu

Shun. ¿Lo... amas?

Debía aceptar que estaba sorprendido, jamás se hubiera imaginado que su hermano estuviera enamorado de su ex novio, le resultaba difícil de creer, pero por la expresión de Ikki no cabía duda

Shun. ¿Desde cuándo?

Ikki. Pasó sin darme cuenta, cuando me di cuenta lo amaba profundamente pero ustedes se veían tan bien juntos, tuve que guardar las apariencias

Shun. ¿Sufriste por mi culpa?... lo siento mucho hermano

Volviendo a ser el Shun de antes el peliverde se lanza a los brazos del peliazul y le da un fuerte abrazo, Ikki le corresponde y permanecen así por varios minutos, cuando se sueltan se miran fijamente a los ojos y Shun sonríe a su hermano acariciando su mejilla izquierda

Shun. Perdóname Ikki, no tenía idea pero es que... me sentía tan mal

Ikki. ¿Quieres contarme?

El peliverde toma la mano de su hermano y lo dirige a la cama donde ambos se sientan y Shun comienza a contarle todo a su hermano quien no podía creer lo que escuchaba, al menos no de Alberich y Hyoga ya que a Seiya desde un principio le había tenido bastante desconfianza pero sin decir nada escucha todo hasta que su hermano termina, Shun estaba llorando y tomaba con fuerza la mano de Ikki quien le sonreía tiernamente mientras con su otra mano acariciaba los cabellos del peliverde

Ikki. ¿Y qué vas a hacer?

Shun. No lo sé, siento que no valgo nada

Ikki. ¡No digas eso Shun!

Shun. ¿Entonces por qué? ¿por qué todos se burlan de mí?

Shun suelta la mano de su hermano y se abraza a él comenzando a llorar nuevamente, Ikki lo abraza con fuerza sintiéndose también muy mal...

Mientras tanto en el Hotel de quinta donde se hospedaba Seiya éste pensaba la forma en cómo recuperar a Shun, el chico sabía ya que él no era ningún intelectual pero ignoraba completamente que él era un estafador que había sido contratado por su buen amigo Hyoga para investigarlo, si usaba eso tal vez iba a quedar como el héroe de la película al haber sido sincero con Shun y de paso echaba a Hyoga de cabeza, ese era buen plan, lástima que el estafador ignoraba por completo que esa historia Shun ya la sabía...

Seiya dispuesto a llevar a cabo su plan se pone de pie pero antes de comenzar a caminar hacia la puerta se escucha que alguien toca con desesperación, Seiya no sabiendo de quien se trata se asusta un poco, seguido se escuchaban las sirenas de las patrullas de policías porque en ese barrio feo ocurrían muchos asesinatos, pero él estaba prevenido así que agarra el bate de baseball que le había robado a un niño y con cautela se acerca a la puerta y la abre, tras ella se encontraba Alberich quien al ver el bate de baseball se asusta y grita

Alberich. ¿Estás loco?

Seiya. Que escándalo, pasa

Seiya avienta el bate y éste cae a un lado de la cama, Alberich todavía asustado se dirige directamente a la cama sentándose en ella, Seiya frunce el entrecejo por las confianzas que Alberich tomaba pero no le dice nada, ambos se mostraban serios

Seiya. ¿Y? ¿a qué has venido?

Alberich. Shun me descubrió

Seiya. A mí también, y estoy preocupado

Alberich. ¿Por qué?

Seiya. Piensa cabeza hueca, nuestro Shun pudo haberse ido a los brazos de ese rubio fastidioso ¿no crees?

Alberich. ¡Cierto! Debemos hacer algo

Seiya. Pienso igual, debemos decirle a Shun todo acerca de Hyoga y unas cuantas mentiras

Alberich. Hecho

Ambos sujetos se comienzan a reír por su estúpido y absurdo plan, otra vez estaban unidos para derrotar a Hyoga sin saber siquiera que él mismo se había delatado ante el peliverde, pero una vez que se deshicieran de Hyoga entonces sí podían hacerse pedazos entre ellos...

Ese mismo día Seiya y Alberich se ponen en marcha y van a la casa del peliverde, Shun no se encontraba y quien les abre es Ikki, el peliazul como si nada los deja pasar y los hace sentar en la sala, ellos creyendo que el chico no sabe nada al respecto comienzan a hablar con confianza

Alberich. Qué lástima que Shun no está

Ikki. Sí

Alberich. Tuve que dejar mis asuntos en las Fundaciones, tenía una agenda tan ocupada

Ikki. Me imagino

Seiya. ¿Shun no te ha platicado algo?

Ikki. No hemos tenido tiempo

Seiya. Ya veo

Ikki. Ay pero que descortés soy ¿quieren algo de beber?

Alberich. Sí Ikki, gracias

Seiya. Yo no, gracias

Ikki. Ándale, les traeré mi té especial

Con una sonrisa surcándole los labios Ikki se pone de pie y se dirige a la cocina con toda tranquilidad, cuando se retira Alberich y Seiya voltean a verse y se sonríen, ese hermano de Shun seguro no sabía nada así que iba a ser muy fácil manipular la información...

A los pocos minutos llega Ikki con tres tazas de té sobre una bandeja y la deposita sobre la mesa de centro, Seiya se ofrece a servir las tazas pero Ikki se lo impide haciéndolo él, la primera taza que levanta se la da a Seiya y la segunda a Alberich, después toma la suya y antes de beber espera a que ambos chicos beban de sus tazas, después sonríe y ahora él toma de la suya, Alberich y Seiya comienzan a platicarle a Ikki sobre Hyoga diciendo una gran cantidad de mentiras mientras beben de sus té, al terminar de tomar el té y de contarle a Ikki sobre el rubio ambos chicos se ponen de pie y se despiden a la entrada del departamento de los hermanos

Ikki. Es una lástima que hayan alcanzado a ver a Shun

Seiya. Sí, es verdad

Alberich. Bueno, nos retiramos

Ikki. Que les vaya bien

Saludando moviendo su mano derecha Ikki se despide de los estafadores y al cerrar la puerta se comienza a reír a carcajadas mientras agarra su taza de té y comienza a beber el líquido llegando después a la cocina, Ikki abre la alacena y saca de ahí un frasco de color negro

Ikki. Suerte con el señor purgante chicos

Nuevamente Ikki se comienza a reír a carcajadas, a los pocos minutos llega Shun y se sorprende de ver las dos tazas sobre la mesa de centro de la sala y se dirige a la cocina donde se podía aún escuchar las risas de Ikki

Shun. ¿De qué te ríes?

Ikki. Hice una niñada

Shun. ¿Niñada?

Ikki. Sí, vinieron Seiya y Alberich y les di purgante

Shun. Ay Ikki

A pesar de que sabía que había estado mal Shun no puede evitar reír un poco, que tonto había sido al odiar a su hermano por una tontería si él sabía claramente que Ikki siempre estaba para él, era un gran hermano...

Mientras caminan por la calle Seiya y Alberich comentando lo bien que había estado la actuación, el pelirrosa se detiene de repente y sin aviso, el castaño voltea y lo ve fijamente, Alberich estaba algo pálido y actuaba extraño

Seiya. ¿Qué te pasa? Te ves mal

Alberich. Es mí... estómago

Seiya. ¿Qué con él?

Alberich. Me...

Sin terminar de decir lo que tenía Alberich se va corriendo y aprovechando que había un parque cerca para esconderse atrás de unos arbustos mientras que Seiya se queda pasmado ante la situación, parecía que el pelirosa había visto un fantasma pero de pronto él también siente un fuerte dolor de estómago que lo hace caer de rodillas al suelo y sujetarse con fuerza el estómago

Seiya. Ay Dios ¿qué me pasa?

Completamente rojo por el esfuerzo de aguantarse las ganas de hacer del baño Seiya no aguanta más y también se va corriendo rumbo al parque escondiéndose atrás de otro arbusto; no muy lejos de ahí un par de policías iban caminando haciendo su ronda nocturna de costumbre, ambos iban tranquilamente platicando hasta que uno se detiene haciendo que por consiguiente su compañero también lo haga

Policía 1. ¿Qué pasa?

Policía 2. ¿No te da un olor a... aguas negras?

Policía 1. Ahora que lo dices... qué horror, es verdad

Policía 2. Tal vez hay algún problema, recorramos el área para reportar alguna posible falla en el alcantarillado

Policía 1. Cierto, después de todo no hay nada que hacer

La pareja de policías comienzan a recorrer el área y se separan para poder cubrir más área, uno de ellos se encuentra con la desagradable sorpresa de ver a Seiya mientras que el otro se topa con Alberich, ambos chicos completamente apenados no tienen más remedio que acompañar a los policías por su falta, esa noche la iban a pasar irremediablemente en la cárcel...

Un par de días después en el departamento de Shun él y su hermano se encontraban preparando la comida, pasaba del mediodía y era un tranquilo sábado, el peliazul no decía nada pero había notado más serio a Shun esos días que de costumbre, se notaba que una de las tres traiciones que había descubierto le dolía realmente aunque no sabía exactamente de quien, si por Seiya, por Alberich o tal vez por Hyoga, pero tampoco se atrevía a preguntar, después de todo aún estaba reciente esa herida...

De pronto el timbre del departamento suena e Ikki se ofrece para abrir llevándose una sorpresa no muy grata, Alberich y Seiya estaban ahí, dispuestos a encarar a Shun, no estaban dispuestos a perderlo, Shun sale de la cocina al no oír ninguna clase de ruido y también se lleva una desagradable sorpresa al ver a ese par de charlatanes, ambos chicos al ver a Shun se acercan a él a prisa, los dos se hincan frente a él y alzan la mirada topándose con la del peliverde que los observaba fríamente

Shun. ¿Qué demonios quieren?

Seiya. Por favor perdóname mi amor

Shun. No te perdono y no me digas mi amor

Seiya. Pero...

Alberich. Cállate... por favor Shuncito, perdóname

Shun. A ti menos, me engañaste por muchísimo tiempo, yo te quería mucho Alberich

Alberich. ¿Y ya no me quieres?

Shun. No, ni tantito

Shun se cruza de brazos y los voltea la cara, ambos chicos comienzan a llorar y cada uno se abraza a una pierna del chico, Shun se desequilibra un poco y enojado intenta empujarlos pero ambos estaban sujetos a las piernas de Shun como garrapatas

Seiya. Perdóname por favor... yo necesito a alguien con tu cuerpo... digo, con tú corazón

Shun. ¡Ush! ¿sigues con eso?

Alberich. Por favor perdóname, te prometo que tendrás pizzas gratis dos veces por semana

Shun. ¡¿Por qué eres tan descarado!

Seiya. Por favor Shun

Alberich. Por favor Shun

Completamente exasperado Shun comienza a jalar a los chicos de sus cabellos para que lo suelten pero ninguno baja la guardia aferrándose fuertemente a las piernas del chico mientras que Ikki los observa sorprendido, que loco se veía ese cuadro frente a él pero de repente el timbre suena y siendo Ikki el único disponible se acerca para abrir, ahí estaba Shiryu, los dos se saludan con un beso y enseguida la escena ridícula que estaban montando Seiya y Alberich llama la atención del ex novio del peliverde, Shiryu se acerca en compañía de su nueva pareja y ambos observan

Shiryu. ¿Qué pasa?

Ikki. Están locos por Shun

Shiryu. Oh, ya veo

Sin causarle mayor sorpresa pues sabía lo asediado que era su ex novio Shiryu pide un vaso con agua a Ikki y ambos se retiran a la cocina dejando a Shun solo con la responsabilidad de quitarse a los parásitos de encima

Shun. ¡ A!

En su último intento por quitarse a los chicos de encima Shun grita con todas sus fuerzas, Seiya y Alberich se calman un poco pero no sueltan al peliverde quien estaba bastante molesto por la situación, de pronto el timbre suena de nuevo pero ni Shiryu ni Ikki abren pues estaban bastante concentrados besándose en la cocina

Shun. ¿Podrían soltarme para poder abrir?

Seiya. No, no te soltaremos

Shun. Prometo escuchar sus explicaciones tranquilamente

Ambos chicos voltean a verse y los dos asienten al mismo tiempo y a los pocos segundos los dos sueltan a Shun quien se dirige a la puerta y abre llevándose una gran sorpresa, ahí, frente a él estaba una de las personas más importantes de su vida, ahí, frente a él y bajo el marco de la puerta se encontraba Milo, su antiguo y más grande amor, una gran sonrisa no puede evitarse aparecer en sus labios y sin pensarlo se lanza a sus brazos siendo al instante correspondido, Alberich y Seiya voltean a verse y ponen cara de preocupación ¿quién era ese y porque Shun le abrazaba de esa forma? Que gran problema... el peliverde y su ex novio se sueltan, ambos sonreían ampliamente

Shun. Pero ¿cómo es que...?

Milo. Gracias a él

Shun. ¿A él?

Extrañado completamente Shun voltea hacia donde apuntaba Milo viendo como poco a poco la figura de Hyoga se dejaba ver desde el pasillo, Shun se sorprende completamente ¿Hyoga había conseguido localizar a Milo y se lo había llevado hasta allá? Eso era sin duda un acto bastante noble, pero eso no borraba todo lo malo que el rubio había hecho. Hyoga se pasa tímidamente adentro del departamento, Alberich y Seiya se ponen de pie y al mismo tiempo se acercan corriendo hacia Hyoga

Seiya. Él Shun, él fue el culpable de todo

Alberich. Sí, es verdad

Milo. No sé de qué hablan pero éste hombre me trajo hasta aquí para que pudiera arreglarme con Shun a pesar de que está muy enamorado de él... Hyoga, te agradezco mucho y a la vez te pido perdón por lo que sucedió en la preparatoria

Por lo comentarios de Milo el rubio se sonroja y también Shun lo hace, un silencio invade a todos los presentes y en ese momento salen Ikki y Shiryu de la cocina, habían escuchado más alboroto del anterior, Hyoga aún apenado mira a Shun fijamente a los ojos y éste le corresponde la mirada

Hyoga. Yo solo quiero que seas feliz y sé lo mucho que significa para ti Milo, por eso yo lo traje hasta aquí, él te explicará cómo sucedieron las cosas

Shun. Hyoga...

Hyoga. Yo no creo tener nada más que hacer aquí, espero que seas feliz

Shun. Gracias... Milo y yo te agradecemos todo

Hyoga. Bueno me voy, adiós

Metiéndose las manos a los bolsillos Hyoga se aleja hacia la puerta y sale, Shun mira fijamente hacia la puerta y al cerrarse ésta cierra unos segundos sus ojos, se acerca después a Milo y le da un fuerte abrazo, Shiryu e Ikki sonríen observando a la nueva pareja mientras que Alberich y Seiya completamente congelados observan como los dos se besan tiernamente, Seiya enojado se acerca a Shun

Seiya. Pero... ¿y todo lo que vivimos?

Alberich. ¿Y nuestro amor?

Shun. ¿Qué? ¿y tienen todavía el descaro?

Seiya. Por favor Shun, te prometo que el sexo será bueno, bastante bueno

Alberich. Yo también soy bueno en la cama, escógeme a mí

Shun. Parece ser que ustedes aún no entienden nada

Seiya. Claro que lo entiendo, soy inteligente ¿recuerdas?

Shun. ¡Uy! ¡Váyanse ya!

Haciendo gala de todas sus fuerzas Shun sujeta a ambos muchachos de la tela de la camisa y Milo le abre la puerta, el peliverde avienta a ambos muchachos al pasillo y se sacude las manos entrando nuevamente al departamento y azotando la puerta, Milo sonríe ampliamente y nuevamente los dos se abrazan

Shun. Ahora sí, cuéntame todo

Ikki. Bueno, nosotros nos vamos, comeremos fuera

Shiryu. Adiós y suerte

Ambos chicos salen enseguida del departamento dejando a Milo y a Shun solos sentados en la sala para conversar, Milo es quien comienza a contar la historia de lo que había sucedido cuando aún estudiaban la preparatoria, Shaka, viejo amigo de él siempre había estado enamorado de Milo aparentando muy bien sus verdaderos gustos estando siempre rodeado de lindas chicas mientras que Camus, el mejor amigo de Hyoga en la preparatoria siempre había estado enamorado de Shun pero por ocultárselo al rubio le había mentido diciendo que a quien realmente amaba era a Milo pero ese dato era completamente falso, entonces tanto Shaka como Camus se había aliado para separar a la pareja

Shaka intentaría quedarse con Milo mientras que Camus se quedaría con Shun y había sido el propio Camus quien había convencido a Shaka de que le llenara a Milo la cabeza de ideas con respecto a Hyoga para que él se pusiera completamente celoso e hiciera cosas como aquel día al salir de clases en que lo habían golpeado, esa había sido idea de Camus, golpear a su propio amigo para que desistiera de querer acercársele a Shun y el día que el peliverde había visto a Shaka y a Milo besándose era porque el propio Shaka le había enviado el anónimo a Shun diciéndole que su novio lo engañaba y así cuando Shun fuera para averiguar si era cierto o no Shaka había aprovechado para besarlo y que Shun los viera y después de eso Camus había aprovechado para besar también a Shun a la fuerza, pero ninguno de los dos había logrado su cometido ya que Shun se había mudado de ciudad tras acabar la preparatoria y Milo había despreciado a Shaka después de lo sucedido por lo que el plan había sido en vano...

Shun escucha toda la historia y no lo podía creer, el mejor amigo de Hyoga había fraguado el plan más horrible que había escuchado y él había sido víctima también, Milo estaba profundamente contento de haberse reencontrado con Shun y el peliverde también lo estaba, Milo había sido su más grande amor en preparatoria. El peliverde se acerca un poco más y lo abraza con fuerza siendo correspondido

Shun. Gracias por estar aquí

Milo. Yo también estoy feliz de volver a tenerte pero... ¿estás seguro?

Shun. ¿Qué?

Milo. Vi tu mirada cuando ese tal Hyoga se fue

Shun. ¿Y qué con eso?

Milo. ¿Te enamoraste de él?

Shun se calla ante la pregunta y sonriendo Milo se separa de él, Shun no comprende porque y voltea a verle sorprendido

Shun. ¿Qué pasa?

Milo. Debes escoger

Shun. ¿Escoger?

Milo. ¿Hyoga o yo?

Nuevamente Shun se queda mudo ante la pregunta quedándose pensativo durante mucho tiempo pero cuando toma una decisión voltea hacia Milo y lo mira profundamente a los ojos lanzándose después a sus brazos recargando su cabeza en el pecho del chico y apretando con fuerza su espalda

Shun. Te quiero, te quiero tanto

Milo sonríe ampliamente y también abraza a Shun depositándole un tierno beso en la cabeza, el peliverde cierra sus ojos lentamente y Milo hace lo mismo segundos después...

En su Hotel Hyoga resignado hacía sus maletas mientras lloraba como niño regañado, había dejado a Shun soltándolo a los brazos de otro hombre, había renunciado a su posible felicidad para que el peliverde fuera feliz, Hyoga tenía ya el bote de papeles de baño completamente lleno de tanto que había llorado y no solo se limpiaba las lágrimas, también se limpiaba la nariz exhalando fuertemente para deshacerse de las mucosidades, nunca había llorado tanto, ni siquiera cuando su padre había huido con otro hombre abandonándolos a él y a su madre... Hyoga ya terminaba de hacer sus maletas cuando escucha que alguien toca a la puerta, no esperaba a nadie por lo que le parece muy extraño pero sin preocuparse se acerca a la puerta, se asoma por la mirilla y ve una larga cabellera verde lo que hace que se emocione demasiado y abre la puerta completamente feliz

Mucama. ¿Servicio al cuarto?

Hyoga. ¿Eh?

La mucama volteaba hacia abajo cuando había tocado a la puerta confundiendo así a Hyoga quien nuevamente comienza a llorar a cántaros, la mucama lo mira fijamente y bastante enojado vuelve a preguntar

Mucama. ¿Va a querer servicio al cuarto o no?

Hyoga. No

Sin dejar el llanto Hyoga cierra la puerta y se deja caer a la cama llorando nuevamente como niño regañado, de pronto el teléfono suena y esperanzado en que pueda ser Shun se levanta rápidamente de la cama y coge el teléfono

Hyoga. ¿Sí?

Operadora. Favor de pasar a recepción, alguien le espera

Completamente esperanzado Hyoga sale de su habitación y sube al elevador con una sonrisa de oreja a oreja, después de todo Shun había sido bueno y lo había perdonado, no podía sentirse más feliz pero cuando sale del elevador se lleva una gran sorpresa al ver que no se trataba de Shun sino de su mamá que como siempre se mostraba bastante molesta

Hyoga. Mamá ¿qué haces aquí?

Mamá. ¿Qué hago aquí? ¡¿qué hago aquí?! Sin duda eres igual de idiota que tu padre, vine aquí porque el negocio va muy mal, ya no se venden las gelatinas como antes, ya nadie pide de leche, ni de rompope, y eso que eran las más vendidas, solo buscan de uva y manzana ¡¿qué no saben que hay muchos sabores más?! ¿a dónde irá a parar éste mundo? Mi hijo es un homosexual que huye tras la pista de un hombre y la gente ya no compra gelatina de leche ¿a dónde iremos a parar?

Con el rostro completamente rojo porque las personas pasaban y los miraban mucho Hyoga intenta calmar a su madre pero ella comienza a darle de golpes en la cabeza con su bolsa

Hyoga. Calma mamá, me voy contigo

Mamá. ¿De verdad?

Hyoga. Sí... fracasé

Mamá. Si, como siempre, me lo imaginé

Hyoga. Subo por mis cosas y nos vamos, espérame aquí

Mamá. No te tardes holgazán bueno para nada

No cabía duda, su vida era una porquería, eso pensaba Hyoga mientras caminaba todo guango y tambaleándose, tenía que regresar a un lugar que detestaba con la gritona de su madre para seguir atendiendo el negocio de gelatinas, que patética era su vida; el rubio entra a su habitación y agarra sus maletas dirigiéndose hacia la entrada pero antes de que llegue nuevamente se escucha que tocan a la puerta, Hyoga bastante irritado se acerca a paso rápido hacia la puerta y sin observar por la mirilla abre la puerta

Hyoga. ¡¿Ahora qué demonios?!

Para sorpresa de Hyoga la persona que ahora estaba en el pasillo de ese Hotel era Shun quien observaba con los ojos bastante abiertos y ambas cejas arqueadas al rubio que le había gritado horrible, en cambio Hyoga se pone completamente rojo de la pena y se queda completamente estático

Shun. ¿Me vas a dejar aquí afuera?

Hyoga. No... pa... pa... pasa

El rubio se hace a un lado y deja pasar al peliverde que tímidamente se adentra a la habitación de Hotel que ocupaba Hyoga, el chico estaba aún muy apenado mientras que Shun observa fijamente las maletas hechas de Hyoga y voltea enseguida a verlo

Shun. Así que te vas

Hyoga. Sí

Shun. Yo vine... a darte las gracias

Hyoga. ¿Las gracias?

Shun. Seré muy feliz con Milo y todo te lo debo a ti

Hyoga. Ya veo

Shun. Fue maravilloso poder volver a besarlo, acariciarlo... hacer el amor

Hyoga. Ah...

Shun. Seremos muy felices, tu sacrificio no será en vano

Hyoga. ¿No?

Shun. No... bien, me voy, que seas feliz, aunque vas a estar solo

Sonriendo cínicamente Shun se da media vuelta mientras que Hyoga se queda como tonto con la boca abierta observando como Shun se aleja hacia la puerta, el rubio no lo puede evitar y comienza a derramar nuevamente sus lágrimas, el peliverde sujeta el picaporte de la puerta y lo gira abriendo lentamente la puerta, Hyoga baja la cabeza y se queda paralizado, a los pocos segundos se cierra la puerta y él dudándolo mucho levanta su cabeza para darse cuenta de una vez por todas que había perdido pero se lleva una gran sorpresa cuando al levantar la cabeza mira a Shun aún dentro de la habitación, el chico sonreía ampliamente pero él no comprendía nada

Shun. Te estaba engañando

Hyoga. ¿Qué?

Shun. Si, trataba de fregarte por algunos segundos

Hyoga. ¿Cómo?

Shun. Estamos a mano

Sonriendo con ternura Shun se acerca a Hyoga y le da un beso pequeño en la mejilla, Hyoga se recupera completamente y no pudiéndolo creer sonríe ampliamente mientras sus ojos brillan

Hyoga. ¿Eso quiere decir que...?

Shun. Sí, te escogí a ti

Más que feliz Hyoga abraza con fuerza a Shun tomándolo de la cintura y se regalan un beso apasionado, el peliverde le corresponde sujetándose con fuerza de su cuello mientras lo empuja ligeramente, Hyoga entiende que quiere dirigirlo a la cama y comienza a caminar llevándose consigo el cuerpo del chico, Shun sonríe sobre los labios de Hyoga cuando éste deja de besarlo y al llegar a la cama el rubio se deja caer llevándose consigo a Shun que cae sobre él, ambos se miran profundamente a los ojos

Shun. Te amo Hyoga

Hyoga. Te amo Shun

Antes de volverse a besar los chicos se sonríen ampliamente y pronto las manos de uno se encontraban sobre la ropa del otro intentando despojar el cuerpo frente al suyo de las ataduras que tenían para poderse entregar como tanto había deseado Hyoga y como nunca se había entregado a Shun, porque ni con Shiryu ni con Milo se había entregado como se iba a entregar a Hyoga...

Ya desnudos se besaban con ternura sobre la cama, lenta y cálidamente, sus lenguas se encontraban en un roce tranquilo y sensual, sin prisas, sin condiciones, la mano derecha de Hyoga comienza a acariciar lentamente el cuerpo que ahora se encontraba abajo del suyo ocasionando en Shun sensaciones placenteras y relajantes, la mano diestra de Hyoga exploraba con deseo su cuerpo llegando como último destino a la entrepierna de Shun sujetándola con suavidad, el peliverde gime calmado y arqueándose un poco al frente tras sentir esa tibia mano recorrer su miembro con suavidad depositando sobre el hombro derecho de Hyoga un ligero mordisco, el rubio sonríe al saber que le causaba placer a Shun su caricia y comienza a mover su mano de abajo hacia arriba lenta y suavemente mientras Shun gemía despacito cerrando con delicadeza sus ojos y agarrándose con las manos de la espalda de Hyoga dándole suaves masajes al ritmo en que Hyoga movía su mano sobre su miembro, enseguida siente como un placentero hormigueo le recorre el bajo vientre y se derrama en la mano del rubio gimiendo con placer, a los pocos segundos abre los ojos y Hyoga le regala un suave beso sobre los labios

Shun. ... Hyoga...

Hyoga. Ssht, entraré en ti

Shun afirma con la cabeza sonrojándose un poco mientras Hyoga se levanta un poco y separa suavemente las piernas de Shun, el peliverde cierra los ojos y se agarra de los hombros de Hyoga sin apretarlos, el rubio se acomoda el miembro en dirección a la entrada de Shun y lentamente comienza a entrar, Shun se muerde un poco el labio al sentir la punta y comienza a apretar poco a poco los hombros de Hyoga quien termina de entrar llegando casi al tope, Shun emite un pequeño chillido de dolor e intenta abrir los ojos pero al no poder aprieta un poco más lo hombros de Hyoga

Hyoga. ¿Estás bien?

El peliverde sin contestar a la pregunta solo hace otro esfuerzo por abrir los ojos lográndolo ésta vez y aún sin contestar a la pregunta tan solo sonríe mientras lleva una de sus manos hacia la mejilla del chico y la acaricia, Hyoga entiende y sin hacer más preámbulo comienza a moverse lentamente embistiendo a Shun con delicadeza, el peliverde gemía despacito y completamente complacido, apretando los hombros de Hyoga con fuerza, de nuevo su miembro comenzaba a reaccionar ante las caricias, besos y embestidas de Hyoga y el rubio siente la excitación de su amante llevando nuevamente su mano hacia el miembro de Shun tomándolo y comenzando a masturbarlo

Shun completamente extasiado comienza a gemir con más pasión, sintiendo que perdía completamente el control de sí mismo, las uñas de sus dedos se enterraban ligeramente sobre la piel de Hyoga y él tratando de ser delicado y apasionado a la vez aumentaba el ritmo de la penetración sin llegar a ser brusco, mientras que Shun no podía más con tanto placer, intentaba abrir los ojos para regalarle una mirada a Hyoga pero cuando lo intentaba la vista se le nublaba, podía sentir con enorme placer como el miembro de Hyoga entraba y salía con rapidez y un poco de fuerza y sentía también ese movimiento rápido y desesperado de la mano de Hyoga sobre su miembro, ya no podía más, iba a derramar toda su pasión sobre la mano de Hyoga para recibir la del rubio dentro de él, estaba listo, solo unos segundos más...

El cuerpo de Shun se arquea hacia el frente y gimiendo con fuerza aprieta con todas sus fuerzas los hombros de Hyoga sintiendo un fuerte espasmo en la zona abdominal antes de explotar su semilla y sentir explotar la de su amante dentro de él

Shun. Agh... Hyo... ga...

Sintiendo todo el líquido de Hyoga llenar su cavidad Shun se agarra con fuerza de la espalda de Hyoga regalándole un par de besos en el hombro y cuello mientras Hyoga aún permanecía dentro de él, dejándose caer enseguida sobre su cuerpo, sus pechos unidos uno con el otro y nuevamente sus labios se atrapan en un tierno y cansado beso producto del orgasmo que aún podían sentir dentro de todo su ser, lentamente Hyoga sale de Shun y le acaricia con ternura la mejilla recibiendo una linda sonrisa por parte del peliverde, ambos estaban acostados sobre sus costados mirándose profundamente a los ojos, Shun se acerca lentamente a Hyoga y lo abraza siendo correspondido al instante, ambos comienzan a cerrar poco a poco sus ojos pero cuando están a punto de quedarse dormidos suena el teléfono, Shun estaba más cerca del teléfono y soltando el abrazo que le daba a Hyoga contesta

Shun. ¿Diga?

Mamá. Te dije que no tardaras holgazán, seguro te quedaste dormidote como tu padre, eres un bueno para nada

Shun. Disculpe pero no la conozco ¿quién es usted?

Hyoga se pone un poco pálido cuando escucha a Shun y le arrebata el teléfono al peliverde, Shun no comprende la acción y mira fijamente a Hyoga desconfiando enseguida de él

Hyoga. Ya... ya voy para allá... luego te digo... no... no espera yo... sí, ya entendí... si... si

Hyoga cuelga el teléfono y completamente apenado voltea a ver a Shun quien estaba sentado en la cama con los brazos cruzados esperando una explicación

Hyoga. Verás... hay algo que debes saber de mí

Al terminar Hyoga con su explicación Shun suspira hondo y sonríe tras algunos segundos de no tener reacción, bueno, si iba a ser pareja de Hyoga debía aceptar el paquete completo aunque éste incluyera a una madre histérica y un negocio chafa, al fin y al cabo, ahora era él quien estaba "Loco por Hyoga"

FIN...


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