miércoles, 10 de febrero de 2016

El jardín de las delicias

Capítulo 23. Cuando la esperanza vuelve


El abrir de sus ojos con lentitud, hace que el enfermero sonría feliz y corra para llamar al Doctor, el cual enseguida entra a la enfermería. Él mientras tanto estaba confundido, veía una gran luz frente a él y dos sombras que no distinguía, se sentía mareado y muy débil, apenas si alcanzaba a oír lo que decían las vocecitas que parecían oírse a lo lejos, intentaba hablar, pero no podía, sentía un desagradable sabor en su garganta, y de pronto, un agudo dolor en su estómago, quería sujetarse con fuerza pero sentía como si las manos fueran de plomo, comenzaba a desesperarse

Enfermero. Parece que el efecto de la anestesia se está terminando
Doctor. Aplica una pequeña dosis, no queremos que se lastime ¿cierto?
Enfermero. Enseguida

El doctor sonríe y se acerca más a la cama donde reposaba Duo, le coloca una mano en la frente quitándole algunos mechones de cabello

Doctor. Tranquilo, estarás bien... por fortuna detuvimos la hemorragia a tiempo y el daño no fue tan severo y profundo, tampoco perforó el hígado
Duo. Hee... Hee

El doctor no entendía que quería decir su paciente, solo veía en él una expresión de angustia que no podía describir, momento después regresa el enfermero y aplica la inyección al ex guitarrista, enseguida deja de intentar hablar

Enfermero. ¿Estará bien?
Doctor. Lo estará

Sonriendo complacido, deja a Duo descansar y él se dirige a atender a otros reos, la violencia estaba a la orden del día en aquella cárcel...

Como siempre, Joe regresa del trabajo temprano, ésta vez se sentía menos estresado, tenía al ex bajista preso en su casa, lo encerraba en el cuarto y se llevaba la llave, también había quitado el teléfono, estaban en un piso no muy bajo así que no era problema que el rubio quisiera saltar por la ventana; así lo tenía desde el día que Quatre había descubierto todo. Le daba de comer en la boca, y para no hacerlo enojar, el rubio no decía nada, salvo cuando Joe le hacía preguntas, lo saludaba o se despedía. El ex miembro de The Wings se la pasaba todo el tiempo tirado en la cama, pensando en cómo salir de ahí, no soportaba un segundo más, quería regresar a New York, comenzar de nuevo

Joe. Hola mi amor
Quatre. Hola

Contento Joe se sienta a un lado de su rehén y le da un beso en los labios, al rubio le causa asco pero no decía nada, tenía los ojos cansados y vacíos, no había dormido bien, se sentía muy mal, además de estúpido, por no ser tan fuerte y por haberse dejado cautivar por alguien como Joe, ahora entendía porque tanta comprensión y amabilidad, en todo momento el plan de Joe, era tarde o temprano obligarlo a estar con él, quisiera o no

Joe. ¿Estás bien? Te traigo algo?
Quatre. Joe...
Joe. Dime
Quatre. De... déjame ir

El rubio estaba muy nervioso, temblaba y los ojos le brillaban, sentía miedo, no sabía que reacción iba a tener Joe con su petición, pero quería intentarlo, porque sentía que se moría, no podía con tanta presión... pero para su sorpresa Joe no se enoja, sonríe

Joe. No mi amor, estaremos juntos para siempre

Cínicamente le acaricia una mejilla mientras le besa la otra, Quatre cierra sus ojos y comienzan a correr las lágrimas, cuando los abre, Joe se separaba ligeramente de él

Joe. Te haré de cenar

Como si nada sale de la recámara, Quatre golpea con fuerza la cama y se agacha para atrapar su rostro entre las sábanas y que Joe no lo escuche gritar

Quatre. Tengo que huir... tengo que huir

Sus pensamientos desesperados lo hacen cesar el llanto y secándose las lágrimas mira hacia la puerta, Joe la había dejado abierta, todavía nervioso, pero decidido, se pone de pie rápidamente y corre hacia la puerta, Joe lo ve enseguida y voltea rápido, también echando a correr y antes que Quatre llegue hasta la puerta, lo alcanza y lo jala del brazo hacia él, mirándolo con furia a los ojos

Joe. ¿A dónde crees que vas?

Molesto le aprieta con fuerza el brazo, Quatre se queja pero no disminuye su fuerza

Quatre. Joe, déjame ir, por favor... no quiero estar contigo
Joe. ¡¿Qué?! Eres un desconsiderado

Aún más molesto, levanta su mano como si fuera a golpearlo en el rostro, pero Quatre gira su cabeza levemente y grita, Joe se contiene y baja la mano pero con la otra lo jalonea del brazo con fuerza

Joe. No te pases de listo mi amor ¿o quieres que te amarre?
Quatre. No... Eso no
Joe. Entonces pórtate bien, yo también seré amable si lo haces ¿de acuerdo?

El ex bajista finge sonreír y afirma con su cabeza, Joe también sonríe y lo abraza

Joe. ¿Lo ves? Tú y yo vamos a entendernos muy bien, es cuestión de que te acostumbres
Quatre. Está bien
Joe. Nada de querer escapar ¿eh?
Quatre. No
Joe. Bien, ahora ven

Dándole un beso en la mejilla, se lo lleva a la cocina y lo sienta en una de las sillas del comedor, Quatre trataba de sonreír y parecer amable, pero con la vista miraba a ver si había algo que pudiera ayudarle a escapar, pero desafortunadamente no había nada, el florero de la mesa había sido quitado por Joe seguramente por seguridad, a su alrededor no había mueble alguno, Quatre estaba desesperado, luchando por no hacer nada tan precipitado como hace unos momentos, ya que había sido descuidado al correr como loco hasta la puerta, sabiendo que Joe no estaba lejos de ahí, pero ahora tenía que ser más calculador

Trowa contaba los minutos desde su habitación, sentado en la cama, con las maletas hechas y todo listo para salir, cualquier ruido lo ponía en alerta... de pronto la habitación se abre, entrando una enfermera muy guapa con unos papeles en la mano, la chica le sonríe coqueta al ex baterista y extiende hacia él los papeles

Enfermera. El doctor quiere que los firme, usted es consciente de que está curado pero también promete no caer... mejor léalo
Trowa. No quiero

El ojiverde firma rápidamente los papeles y los entrega a la chica

Trowa. Me urge salir, así que me voy

Él no podía olvidar su naturaleza, por eso le guiñe un ojo a la muchacha y se acerca a sus maletas para llevárselas

Trowa. Adiós muñeca

Sin voltear a verla se lleva sus maletas, dejando a la chica como en las nubes, Trowa era uno de los pocos pacientes apuestos del centro de rehabilitación... al llegar al vestíbulo para registrar su salida, se encontraba su hermana en compañía de Irea, los ojos verdes se abren amplios al ver a su hermana y sin pensarlo deja caer las maletas y se acerca a ella, Catherine estaba sentada en su antigua silla de ruedas, su hermano aún no sabía que caminaba un poco. Trowa se hinca frente a su hermana y se abraza a sus piernas, no era precisamente alguien sensible, pero por su hermana era capaz de mostrarse tierno e infantil, esconde su rostro entre su regazo y en silencio aprieta su cuerpo, ella lo abraza de la cabeza y le besa los cabellos, después comienza a llorar, Irea los miraba y siente nostalgia por Quatre, hace mucho que no sabía de él y le preocupaba, al igual que el rubio, ella tenía dotes empáticos, no tan agudos como los del ex bajista, pero si lograba sentir la calidez que esos dos irradiaban

Trowa. Te extrañé hermosa
Catherine. Yo también

Ella era más sensible que él, por eso no puede ocultar sus lágrimas de felicidad, Trowa se aleja un poco y la mira, sus ojos verdes eran amables, se notaba que había cambiado

Catherine. Te tengo una sorpresa

Sin entender de qué habla, Trowa se levanta del suelo sin dejar de mirarla, ella le sonríe nuevamente y después de secarse las lágrimas, coloca las manos en los brazos de la silla y comienza a levantarse lentamente para asombro y beneplácito de su hermano. Los ojos de Trowa se abren amplio y sonríe contento, la chica se pone de pie completamente y avanza unos pasos, después se desequilibra pero el ojiverde se apura y la sujeta en sus brazos, ella levanta el rostro y lo mira a la cara

Catherine. ¿Lo viste?
Trowa. Si

Nuevamente Trowa abraza con fuerza a su hermana, no podía creer que tan pronto su hermana estuviera dando sus primeros pasos, más cuando el pronóstico de los doctores no eran muy alentadores. Ahora la chica solamente asistía a terapias de rehabilitación, y en menos de dos meses caminaría como siempre... Después del emotivo reencuentro entre hermanos y de que Trowa daba las gracias a Irea por ayudar a su hermana, los tres salen del vestíbulo, solo para llevarse una desagradable noticia, afuera estaban los medios de comunicación esperando a que el ex baterista de The Wings saliera, enseguida los tres muestran gesto de desagrado pero caminan sin cuidado, miles de preguntas les llovían

"¿Cómo te sientes ahora que eres una persona rehabilitada?"

"¿Cómo han cambiado las drogas tu vida?"

"¿Crees recaer en el vicio?"

"¿Volverás a los escenarios después de esto?"

"¿Qué opinas de tu compañero en la cárcel? Su encierro tuvo que ver con tu caída a las drogas?"

"¿Fue la muerte de tus compañeros el motivo por el que caíste en las drogas?"

Trowa no respondía a ninguna pregunta, le parecía desagradable que mencionaran y ensuciaran la memoria de sus compañeros caídos, más aún cuando se sentía culpable de haberle deseado alguna vez la muerte a Heero. Por eso caminaba como si no estuvieran, hasta que llegan a la limosina que esperaba por ellos y los tres se van

Catherine. Que desagradable
Irea. No respetan nada

Ambas estaban muy molestas, Trowa lo estaba más pero no decía nada

Trowa. Buscaré a Quatre

Las dos se ponen muy contentas por la decisión de Trowa, las dos querían de vuelta a Quatre y también los querían ver juntos

Catherine. Estupendo, compremos tu boleto a Francia
Trowa. Antes... quiero ver a Duo, y cuéntenme de Wufei... les debo disculpas a ambos

La sonrisa que antes mostraban las chicas es borrada completamente y eso preocupa a Trowa, ya que no entendía porque reaccionaban de esa manera

Catherine. Ay hermano, verás...

Algún día el ojiverde se tenía que enterar, así que no había remedio y comienzan a contarle sobre lo sucedido con esos dos en los tres meses que había estado en rehabilitación... al escuchar todo lo sucedido en su periodo de aislamiento, Trowa se sentía muy mal, incluso antes de entrar a rehabilitación no tenía idea que Duo la hubiera pasado tan mal, no le extrañaba que no quisiera ver a nadie, de lo que no estaban enterados era del atentado en el baño que había dejado a Duo casi muerto

Trowa. ¿Dónde encuentro a Wufei?
Catherine. La verdad es que no sabemos dónde vive, pero está trabajando en un Bar
Trowa. Ya veo

El ojiverde frunce el ceño preocupado y se cruza de brazos mientras piensa, Catherine e Irea voltean a verse seriamente, esperaban que el ex baterista no fuera a hacer nada imprudente... llegada la noche Trowa se prepara para ver al ex guitarrista, Irea lo acompañaría ya que para Catherine sería más peligroso. Ambos suben a uno de los tantos autos de Trowa y durante el camino se mantienen en silencio, la chica miraba de vez en cuando a Trowa de reojo, no lo había conocido mucho, pero ese muchacho no se parecía en nada a aquel que había encontrado acostado en la cama de su hermano, con el alma destrozada y mostrándose violento con ella. Llegan al bar y entran, no estaba muy concurrido, al instante ven a Wufei tomar una copa en la barra durante su descanso, se le veía sumergido en sus pensamientos y necesitado de alcohol, a Trowa no se le puede evitar revolver el estómago

Trowa. Wufei...

Colocándole una mano sobre el hombro al llamarlo por su nombre, Wufei sonríe sarcástico y sin que el ojiverde se lo espere, voltea rápido moviendo bruscamente su hombro para que lo suelte

Wufei. Vete al diablo Barton

Los ojos del pelinegro mostraban coraje, a Trowa le sorprende que esté actuando así

Trowa. ¿Podemos hablar?
Wufei. Todo quedó dicho aquella noche, déjame en paz

Dejando de verlo, vuelve su mirada a la copa de vino que bebía y lo ignora por completo, Irea mira a Trowa y después a Wufei

Irea. Eh... disculpe

El ex guitarrista voltea ligeramente lanzándole una mirada fría a la chica, a quien no conocía y que no había puesto atención hasta ese momento, casi enseguida su rostro le recuerda a alguien y voltea completamente hacia ella

Wufei. ¿Quién eres?
Irea. Irea Raberba Winner

La chica le sonríe a Wufei y él abre ampliamente sus ojos, después voltea hacia Trowa mirándolo con rabia y se pone de pie, sujetándole el cuello de la camisa con fuerza, ambos se miran a los ojos, algunos clientes voltean a verlos

Wufei. ¿No te bastó con destruir a Quatre?
Trowa. No es lo que piensas
Wufei. ¡Al carajo contigo!

Mostrándose más furioso, empuja levemente a su ex compañero haciéndolo retroceder dos pasos, no dejaban de mirarse a los ojos, Trowa coloca sus manos en los brazos de Wufei y los separa con esfuerzo, no estaba muy fuerte pues acababa de salir del centro de rehabilitación

Trowa. Ella llegó buscando a Quatre poco antes de que me internaran, ha estado cuidando de mi hermana todo éste tiempo... deja a un lado tus pensamientos sucios

El ojiverde empuja un poco a Wufei, el ex guitarrista voltea hacia Irea, buscando en su mirada una respuesta, la chica le sonríe en gesto de aprobar la versión de Trowa, después voltea hacia Trowa

Wufei. Aun así... por tu culpa él se fue

El ex guitarrista de The Wings quita su mirada fría de Trowa y muestra una de tristeza, volviendo a sentarse y a tomar la copa entre sus manos. El Barman le hace una seña de que es hora de volver a tocar, bebe su último trago antes de pasar al centro del bar e ignorando a sus visitantes, toma su guitarra y comienza a tocar una balada, Irea mira tristemente al chino

Irea. ¿Mi hermano y él eran muy amigos?

Antes de contestarle, Trowa pone gesto de desagrado

Trowa. Más que eso
Irea. ¿Más? Eran amantes?
Trowa. No sé qué clase de relación tenían... solo sé que no me agrada

El ojiverde sabía que esa noche no iba poder hablar con su ex compañero, el guitarrista había bebido y se veía deprimido, así que mejor se retira, dejando por muerta con Irea la conversación acerca de Wufei y Quatre, para su desagrado las viejas imágenes de esos dos besándose en la cocina, le llegan a la mente y pasa muy mala noche...

La habitación era oscura y parecía que no había nadie, pero de pronto una luz de neón alcanzaba a verse por debajo de una segunda puerta, le parecía extraño, no recordaba que dentro de esa habitación hubiera otra, por eso decide acercarse, lentamente, al llegar sujeta la perilla con duda y abre la puerta, llevándose una gran sorpresa, ahí estaba Quatre, pero no está solo, muchos hombres estaban alrededor de él, no podía verles el rostro, solo veía que acariciaban al rubio y que él sonreía complacido, la mirada azul agua se posa sobre él y le sonríe ampliamente, estirando una mano hacia él

Quatre. Ven... acércate Trowa

Él no podía verse así mismo, pero estaba consciente de que negaba con la cabeza, el rubio gime complacido porque aquellos hombres no dejaban de acariciarlo

Quatre. Tú también... ven aquí

Su amplia y cínica sonrisa se expandía mientras sentía todas aquellas caricias, Trowa sentía el estómago revolver, sentía ganas de gritar pero no podía. De pronto dos de esos hombres tomaban forma, uno era Joe y el otro era Wufei, los dos ahora le miraban con malicia sin dejar de tocar a Quatre, quien no dejaba de sonreír y entender su mano

Trowa. No Quatre, ven tu

Su voz apenas era audible, y ante sus palabras Quatre comienza a carcajearse, después lo mira con un profundo vacío en sus ojos

Quatre. Tú me convertiste en esto... ¡Te odio!

Todos los que rodeaban a Quatre desaparecen y ahora él estaba de pie frente a Trowa, por sus mejillas corrían lágrimas, pero no eran cristalinas, tenían color rojo escarlata, el nudo que sentía el ojiverde en la garganta se incrementa, y el rubio no dejaba de llorar sangre

Quatre. Tú me hiciste esto
Trowa. ¡Nooo!

Desesperado se tira de rodillas al suelo sujetándose con fuerza el cabello... De pronto estaba acostado en su cama, las sábanas estaban desarregladas y él sudaba, su respiración estaba agitada y por instinto mira el reloj sobre el buró, eran las 4 de la madrugada

Trowa. Quatre... perdóname

Sentía muchos deseos de ver al rubio, aunque aún no sabía qué hacer cuando lo tuviera enfrente, aun así no podía dejar de pensar en lo que le había hecho, Quatre había sido infeliz a su lado, lo había humillado y le había arrebatado cualquier signo de dignidad, ahora él debía pagar las consecuencias si el rubio no lo perdonaba...

Más tarde, ese día era de visitas, como cada quince días Hitoshi recibe una visita de Dana... mientras tanto en la enfermería de la cárcel, hace minutos que Duo acababa de despertar, tenía mucha hambre pero no podía comer aún, lo alimentaban con sueros. El enfermero le había explicado todo lo sucedido en sus días de inconsciencia, y ahora al ex trenzado se le veía tranquilo, como si hubiera encontrado un poco de paz en esos días

Enfermero. En menos de un mes estarás muy bien
Duo. Gracias
Enfermero. ¿Sabes? Se supone que no nos involucremos pero ¿por qué estás aquí?
Duo. Violé a un muchacho... también maté a un reo

El enfermero se sorprende con la declaración de Duo, no podía creer que aquel chico con cara de hermoso ángel hubiera sido capaz de semejantes atrocidades

Duo. ¿Sorprendido?
Enfermero. Si... es que...
Duo. La verdad es que estoy aquí por gusto
Enfermero. ¿Por gusto? Quién haría algo así?
Duo. Alguien lo suficientemente tonto ¿no?

A pesar de sentirse por los suelos, el ex guitarrista sonríe al enfermero, quien ya no sabía si creerle o no al castaño, parecía que le gustaba hacer bromas...

Enojado esperaba en la sala, un guardia le había dicho que esperara porque no había autorizaciones para ver a Duo Maxwell, el ojiverde estaba enterado del asesinato de Kim, y al igual que su hermana, no predicaba con la idea de que hubiera sido su ex compañero

Guardia. Perdón por hacerlo esperar, el reo Maxwell no puede atender

El ojiverde se enoja y mirando ceñudo al Guardia, se acerca

Trowa. Dígale a ese idiota que me urge verlo
Guardia. Pero no puede
Trowa. ¿Por qué?
Guardia. Está convaleciente en la enfermería

El ex baterista se asusta al oír la declaración del Guardia y enseguida se preocupa, mirándolo con rudeza se acerca un poco

Trowa. ¡Quiero verlo!
Guardia. No puede, es que...
Trowa. ¿Cuánto quiere?

Desesperado Trowa saca su cartera y la abre, al Guardia se le hace agua la boca al ver tantos billetes juntos, no era ético lo que iba a hacer y si se enteraba el director seguro que lo corría, pero no se puede resistir, entonces pone precio alto y Trowa lo paga sin dudar, el mismo Guardia lo lleva hasta la enfermería, el Doctor no estaba así que le resulta fácil pasar a Trowa, el enfermero era mucho más fácil de convencer... cuando Trowa entra y ve a Duo postrado en la cama, siente un escalofrío en la espalda y enseguida se acerca, el ojivioleta lo mira y se sorprende

Duo. Tro... wa
Trowa. ¿Quién te hizo esto?
Duo. ¿Qué haces aquí?
Trowa. Yo pregunté primero

El ex trenzado se pone un poco triste y aparta la mirada de su ex compañero

Trowa. Contesta
Duo. No importa... mejor vete
Trowa. Idiota... ¿por qué te hiciste esto?

El ojivioleta no puede creer lo que oye de su amigo y sonríe, después intenta reír pero la herida le comienza a punzar

Duo. Mira quien lo dice... te intoxicaste y casi mueres
Trowa. Pero...
Duo. Ya, déjalo, no tiene caso

Sus ojos violetas lo miran débilmente y le sonríe un poco, Trowa siente un vuelco fuerte en el estómago, Duo vuelve a apartar su mirada y el ojiverde se hinca junto a la camilla, Duo entonces vuelve a mirarlo, ahora era el ex baterista quien no se atrevía a mirarlo

Trowa. Perdóname... Todo lo que sucedió entre nosotros... necesito que me perdones

Para sorpresa de Duo, Trowa estaba hincado junto a él, con la mirada apartada y pidiéndole perdón, no podía creer que aquello estuviera pasando ¿seguro que no era algún efecto secundario de la anestesia? Todo le resultaba muy complicado, pero a pesar de eso le sonríe mientras coloca una mano sobre su cabeza, enseguida Trowa voltea, también sorprendido por la reacción amable de su ex compañero

Duo. Gracias
Trowa. Pero...
Duo. Sssht... Ya pasó

Trowa. Yo te veía como objeto sexual, creí sentir algo, pero solo me estaba engañando, si te poseía era solo por cumplir un capricho, me porté como un verdadero cerdo, contigo y con Heero, desee... que estuviera fuera del camino

Duo se sorprende por aquello último y lentamente quita su mano de la cabeza de Trowa, entonces él se atreve a mirarlo a los ojos

Duo. ¿Qué dices?
Trowa. Yo maté a Heero... lo maté en mis pensamientos

Avergonzado agacha su cabeza, Duo lo miraba fijamente, pensando, analizando las palabras que acababa de escuchar pero ¿podía juzgar a Trowa? Podía acusarlo de su mala fortuna y del adiós por siempre de Heero? Era justo? Tenía que hacerlo? Tal vez una respuesta inmediata sería falsa, pero mientras, no podía sentenciar al ojiverde por algo así, el destino había querido llevarse a Heero, nada más

Duo. No pienses esas cosas... yo lo he estado superando. Así que levántate, vete y no vuelvas ¿sí?

En todo momento no abandonaba su sonrisa, esa era tal vez la prueba más cruel de su sufrimiento, porque aún no podía superar la muerte de Heero, tal vez le iba a tomar mucho tiempo, o tal vez nunca lo lograría, pero ya estaba harto de tanto culpar, de tanto reprocharse, ahora intentaría vivir, con Heero o sin Heero, solo tratar de vivir

Trowa. No me pidas eso porque no lo cumpliré, te voy a sacar de aquí, lo prometo

El ojiverde se levanta y para gran sorpresa de Duo, se acerca y le besa la frente, el ex trenzado se sonroja pero no dice nada, y Trowa simplemente se va, el enfermero que había escuchado la conversación se acerca al ojivioleta cuando su ex compañero se ha marchado

Enfermero. Veo que aún tienes quien espera tu regreso

Sin contestar algo, Duo solo sonríe y desvía su mirada. Era cierta aquella afirmación, y no solo era por el ojiverde, seguramente Quatre, Wufei y Catherine también querían verlo libre... Trowa sale de la prisión muy molesto y mientras maneja saca su celular y marca a Richard quien se encontraba en su Despacho de Abogados, sin dar paso a saludos, Trowa lo cita en un café cerca de donde se encontraba, el Abogado acepta. Cuando Richard llega, el ex baterista lo esperaba, cuando lo ve llegar se pone de pie y se saludan de mano

Trowa. ¿Quieres pedir algo?
Richard. No gracias, esto es breve, tengo una reunión
Trowa. Entonces al grano ¿cómo va el caso de Duo?

El gesto de Richard al oír la pregunta no deja a Trowa nada feliz y mirándolo fijamente espera una respuesta por parte del Abogado

Richard. Está difícil, sobre todo porque se inculpó de asesinato
Trowa. ¿Entonces que procede?
Richard. Antes que nada necesito que coopere, y en estos tres últimos meses no ha querido recibirme, y como no soy Abogado de oficio tengo que respetar su decisión
Trowa. Demonios
Richard. Pero he estado haciéndome de contactos dentro de la cárcel, estoy seguro que él no mató a nadie
Trowa. Sí, estoy de acuerdo contigo... entonces te lo encargo, por los Honorarios no te preocupes, cubriré todos tus gastos

El abogado sonríe ampliamente al ver tanto interés por parte del chico

Richard. ¿Aún lo quieres?
Trowa. Metete en tus asuntos

Apático y ceñudo se pone de pie, saca dinero de su cartera y se marcha. Richard se queda dónde mismo y no deja de sonreír, recordaba aquel día en que el ex baterista de The Wings lo había contratado, se le veía tan desesperado, ahora se le veía diferente, se notaba que había madurado en la clínica de Rehabilitación, aunque el mal carácter no se le había quitado...

Al llegar la madrugada, Wufei vuelve al departamento que compartía con Sally, estaba muy cansado y un poco mareado, había bebido y aunque no estaba ebrio, no se sentía del todo bien, en dirección a la habitación, veía una tenue luz, seguramente Sally se había quedado dormida con la televisión prendida, pero cuando entra ve a la chica mirando el aparato, seguía despierta y se veía preocupada

Wufei. ¿No tienes sueño?
Sally. Wufei...

La chica voltea a verlo y él se sorprende al verla con los ojos enrojecidos y brillosos, su mirada mostraba miedo y eso le preocupa

Wufei. ¿Qué tienes?

Tratando de responder, la chica suelta el llanto, asustado también se sienta en la cama junto a ella y le acaricia la cabeza, revolviéndole un poco el cabello

Wufei. ¿Te sientes mal?

Ella niega y continúa llorando

Wufei. ¿Entonces?
Sally. Es que tuve un sangrado

Asustado por la noticia, Wufei abre ampliamente sus ojos y mira fijamente a la chica, le quita la mano de la cabeza y la coloca en su barbilla, haciéndola voltear

Wufei. ¿Llamaste al Doctor?
Sally. Sí, vino
Wufei. ¿Por qué no me hablaste? Habría venido rápido
Sally. No te quería preocupar
Wufei. ¿Y el bebé?
Sally. Está bien... pero me dijo que teme que no se logre

Nuevamente suelta el llanto y Wufei se siente nuevamente mareado, aun así frente a la chica se muestra fuerte y la abraza, cerrando sus ojos con firmeza

Wufei. Va a estar bien, no te asustes ¿sí?... nuestro bebé va a nacer y... nos vamos a casar ¿de acuerdo?

Incluso para Wufei era confuso decir aquellas palabras, pero en el momento que Sally le había dicho de su problema, se había dado cuenta de la importancia que tenían los dos en su vida, tal vez había perdido a Treize, pero en ésta ocasión la vida le había dado algo mayor, iba a ser padre y tendría una familia... la sorpresa de Sally es grande, tanto que no lo podía creer, Wufei deja de abrazarla y ambos se miran a los ojos, ella sonreía un poco

Sally. ¿En serio?
Wufei. Sí

Fingiendo una sonrisa feliz, le acaricia la mejilla y le da un beso en los labios

Wufei. Es una promesa
Sally. Una promesa

De nuevo el guitarrista abraza a su amiga, ella se había puesto feliz aunque aún estaba asustada por su embarazo, Wufei sabía que por su condición no podía preocuparse y que debía estar relajada, tal vez si pensaba en un futuro feliz, le ayudaría a sentirse mejor...

Ese día más tarde, después de tomar el desayuno, Trowa llama al Aeropuerto para apartar un boleto para ir a París, había dejado en claro con Richard que quería a Duo fuera de la cárcel y su otro pendiente se lo había dejado a su hermana, sabía que por el momento Wufei no lo escucharía, pero él quería ser de utilidad, con su dinero podía pagar a una enfermera personal que se encargara de Sally, puesto que él no podía cuidarla todo el tiempo debido a su trabajo. Deseaba de algún modo enmendar sus errores, había actuado como un idiota arrogante y ahora estaba arrepentido, tal vez no lograría unir de nuevo lo que quedaba de The Wings, pero al menos quería sentirse de ayuda

Catherine. ¿Y bien?
Trowa. Esta noche partiré, estaré allá mañana
Catherine. Me da gusto hermanito
Trowa. No sé cómo comenzar a buscarlo, contrataré a un investigador
Catherine. Lo encontrarás, ya verás
Trowa. Gracias

A pesar de que Trowa estaría pronto en Francia, sentía mucha preocupación e incertidumbre, imaginaba que Quatre la debía estar pasando bien al lado de ese sujeto, que seguramente lo llenaba de regalos, y que lo hacía sentir el Rey del Universo...

No hacían muchos minutos que acababan de desayunar, de hecho Joe debía ir a trabajar, sin embargo se había dado un breve tiempo para poseer a Quatre, quien sentía que cada vez perdía más voluntad, y es que si se oponía, seguro que su amante obligado lo amarraría. Lo único no tan malo del momento era que por lo menos, no estaba siendo brusco, sus caricias y besos tenían aquel grado de sutileza que Joe siempre había puesto, aunque ahora le resultaban asquerosos, agradecía no estar siendo ultrajado... al culminar dentro de él, Joe besa sus labios de forma suave y se retira, mirándolo a los ojos

Joe. ¿Ves como si podemos entendernos?

Falsamente Quatre sonríe mientras mueve su cabeza para afirmar, Joe se siente contento y vuelve a besarlo antes de ponerse de pie, después se pone su ropa y se acerca a Quatre para darle un beso en la nariz

Joe. Hoy no te cerraré la puerta del cuarto
Quatre. ¿De verdad?
Joe. Sí, me estás demostrando que puedo confiar en ti
Quatre. Gracias

En todo momento el ex bajista se mostraba lindo y tierno, pero en su mente estaba realmente contento y deseoso de que por fin se fuera

Joe. Me voy, aún no puedo confiar por completo, así que el departamento si lo cerraré
Quatre. Sí, no te preocupes

Para no sentir que está siendo indiferente, se hinca sobre la cama y lo abraza, Joe se sorprende y sonríe ampliamente

Joe. Te amo
Quatre. No... ¿Se te hace tarde?

Enseguida voltea hacia el reloj de pared de la habitación

Joe. Es cierto, me voy

Nuevamente besa sus labios y sale enseguida de la habitación, poco después el rubio oye que la puerta del departamento se cierra y que Joe coloca la llave, entonces se pone de pie y antes que nada decide tomar un baño, necesitaba sentirse limpio después de que Joe lo hiciera suyo... al salir se viste y enseguida sale a la cocina, pero para su sorpresa, Joe había escondido todos los cuchillos, incluso los de mesa, las llaves del gas estaban cerradas, los teléfonos desconectados, enojado golpea una de las paredes

Quatre. Maldito

Desesperado trata de pensar en algo para salir de ese encierro, se sentía ofuscado. Entonces recuerda que hay un interfono que se conectaba con la caseta de vigilancia del conjunto habitacional donde se encontraba, entonces lo descuelga

Vigilante. ¿Sí?
Quatre. Este... es que me quedé encerrado dentro de mi casa ¿me podría ayudar?

El Vigilante hace una pausa antes de contestar, riendo levemente al ver de qué casa provenía esa llamada, el rubio se confunde

Vigilante. Así que tenía razón
Quatre. ¿Quién?
Vigilante. Pues el patrón, claro
Quatre. ¿Qué dices?
Vigilante. Me dijo que tal vez tratarías de escapar, y él me paga bien por cuidarte niño

El rubio nuevamente siente que ha perdido toda esperanza y aprieta con fuerza sus labios, quería llorar, pero no debía, tenía que ser fuerte y pensar en algo

Quatre. Por favor, él está loco... ayúdeme a salir, se llevó cualquier cosa que yo pudiera usar para abrir
Vigilante. Lo siento bonito
Quatre. Le pagaré bien
Vigilante. La verdad es que gano bien, al menos.. Que no sea dinero

Decepcionado el rubio cierra levemente sus ojos y empuña su mano sobre el teléfono, no podía creer que le estuviera pidiendo algo tan horrible, pero esa era la única solución, de otra forma estaría condenado

Quatre. Está bien
Vigilante. ¿De verdad? He visto su foto, usted se ve delicioso

El rubio no podía sentir más asco, incluso con Joe le daba menos nausea, ni siquiera conocía a ese tipo, al que había visto era a su ex compañero, pues según le había contado Joe en una ocasión, el otro había renunciado

Vigilante. Solo deje ver quien me cubre

Enseguida cuelga el teléfono, colérico Quatre avienta el interfono

Quatre. Maldita sea... ¿qué hago?

Desesperado busca con su mirada algo que le sirviera, algo para estrellarle a ese Vigilante en la cabeza, porque si se ponía atrás de la puerta cuando el Vigilante abriera, podría estrellarle ese algo y entonces huir, pero Joe había sido astuto y había quitado incluso floreros, los platos y vasos eran de plástico, seguro que todo lo de vidrio y cerámica lo había hecho desaparecer

Quatre. No hay nada

Quería llorar, pero si lo hacía se iba a deprimir y las cosas le iban a salir mal, por eso intenta tranquilizarse... minutos después escucha ruidos provenientes de afuera, se trataba del Vigilante que trataba de abrir la puerta. Por fin logra entrar encontrando a Quatre sentado en un mueble de la sala, contento lo recorre con la mirada y se relame los labios

Vigilante. Algo así no se consigue con dinero

El rubio pasa saliva duramente, ese hombre le daba asco, era no mucho más alto que él, se veía casi de 40 años, delgado y con cara de degenerado. Para espanto del ex bajista, enseguida comienza a quitarse la ropa mientras se acerca a él

Vigilante. ¿Qué esperas? Entre más pronto mejor ¿no?
Quatre. Sí... supongo

Con cautela se pone de pie, sentía que en cualquier momento vomitaría, pero aún no sabía cómo salvarse de tan asqueroso acto, pero mientras se comienza a desnudar, haciéndolo por completo, también ese hombre termina y con cara de lujurioso se acerca, lamiéndole una mejilla como perro, el asqueroso hombre pone sus manos en los hombros de Quatre y lo empuja hacia abajo haciéndolo sentarse en el mueble

Vigilante. Te comeré completo

La asquerosa lengua del tipo se entretiene en el cuello de Quatre, agachándose hacia el rubio, quien apretaba con fuerza los ojos, la emoción del sujeto es muy grande que pronto baja hasta el pecho, acercándose a su tetilla izquierda, sonríe y saca otra vez su lengua, pasándola rápidamente, tocando la punta, después acaricia con los dedos y de nuevo la lame, comenzando después a succionar y a usar sus dientes, dejándola dura, Quatre jadeaba y se retorcía, aquel hombre lo torturaba y se sentía desesperado

Quatre. No... Ya no

En contra de la petición, continuaba con su labor, lamiendo repetidas veces, a veces sujetándolo con sus dedos y dándole pequeños jalones, Quatre no podía más, él continuaba haciendo esos actos desesperados, hasta que entonces, un poco cansado, el hombre lo deja, dejando la saliva corriendo, Quatre abre los ojos y se mira, su pezón estaba ligeramente hinchado y el Vigilante bajaba a lamidas, jugando la lengua en su ombligo... A pesar de la situación desagradable, Quatre continuaba pensando, no se quería dejar penetrar por ese tipo, entonces algo le viene a la mente y sonríe un poco, el vigilante se da cuenta de la sonrisa

Vigilante. Te está gustando ¿verdad?
Quatre. Si pero... ¿Sabes? Quiero que me tomes en el baño
Vigilante. ¿En el baño?
Quatre. Sí, ahí me pongo salvaje... y sucio

Mordiéndose el labio se acaricia suavemente el pecho, mirándolo a los ojos fijamente, deseando que todo le saliera bien, enseguida el hombre está de acuerdo y sonríe

Quatre. Es aquí

El rubio se pone de pie, y se dirige al baño, entra y el tipo lo sigue, Quatre entra a la regadera y abre el agua, enseguida el Vigilante se acerca a su cuerpo y comienza a lamerle la oreja mientras el agua cae encima de ellos, Quatre voltea sus ojos hacia el lado izquierdo, encontrando el objeto deseado, Joe era astuto pero él a veces lo era más, entonces estira su mano y sujeta el bote casi lleno de Shampoo y con toda su fuerza lo estrella en la cabeza del tipo, quien no pierde la conciencia pero si trastabilla cayendo de rodillas

Vigilante. Maldito

Sujetándose la cabeza intenta levantarse pero Quatre le avienta el bote ahora lastimándole la espalda, aún él tenía fuerza pero el rubio lo patea en la cara, el Vigilante cae acostado en el suelo, sujetándose el rostro y gritando, rápidamente Quatre cierra la llave del agua y se aleja un poco, el tipo aún tenía fuerza e intenta arrastrarse para agarrarlo del pie, pero el rubio le da otra patada haciendo que se golpee la cabeza en la pared y cae desmayado, el ex bajista se preocupa de que se le haya pasado la mano, pero no debía perder tiempo en consideraciones. Así que sale rápido del baño, agarra su ropa, saca la cartera del pantalón del Vigilante y le saca todo el dinero

Quatre. Tranquilo... tranquilo.. Todo va a estar bien

Dando un par de respiros, Quatre se tranquiliza y sale a prisa del departamento, se sentía como dentro de una película de acción, solo que eso era la vida real y acababa de hacer algo muy horrible...

Hilde regresa a casa de las Dark Sound después de dar una entrevista, no solía darlas sola, pero la habían interceptado al salir de una tienda departamental, al grupo le estaba yendo bien con las ventas y sus canciones tenían buena colocación en las listas de popularidad, la ausencia de Sally no les permitía dar conciertos pero les iba bastante bien

Hilde. Malditos periodistas, todos son iguales

Cansada se deja caer sentada en uno de los muebles de la sala, después de descansar un poco se da cuenta que la casa está muy sola y le parece extraño, últimamente ni Relena ni Dorothy salían mucho, y por eso le extraña que ambas chicas no se escuchen por la casa. Deja sus zapatos y descalza sube al segundo piso, buscando en los cuartos, el de Dorothy que era el más cercano a las escaleras tenía la puerta cerrada, con cautela abre pero ahí no había nadie, entonces se dirige al de Relena que era el último del fondo, se veía con la puerta entreabierta y se acerca, antes de llegar alcanza a escuchar lo que parecían ser gemidos, y si no se equivocaba, eran de Relena, antes de llegar se detiene y sonrojándose decide darse la vuelta, era la primera vez que su compañera metía un hombre a esa casa

Relena. ¡Ya basta Dorothy!

Al escuchar el gemido desesperado de la vocalista llamando a la bajista, Hilde se detiene de golpe y abriendo ampliamente sus ojos, se gira levemente mirando la puerta, no podía creer lo que escuchaba ¿Relena y Dorothy estaban teniendo sexo? Nunca se habría imaginado que sus compañeras fueran lesbianas

Hilde. Debe ser un error

Incrédula decide dar paso atrás y se acerca a la puerta, asomándose levemente, las chicas no se dan cuenta de su presencia, pero Hilde confirma lo que había oído cuando ve como Dorothy retiraba de su compañera un vibrador, la rubia sonreía maliciosa y Relena solo respiraba dificultosamente, acostada en la cama y con los ojos cerrados. Sin saber que hacer la guitarrista se cubre la boca con una mano y se marcha enseguida, tenía el rostro completamente rojo

Hilde. No lo puedo creer

Mordiéndose las uñas regresa a la sala, se coloca sus zapatos y sale de la casa, al hacerlo ve que alguien estaba a punto de tocar el timbre

Hilde. ¿Qué se le ofrece?

Se trataba de un hombre de aproximadamente 50 años de edad, alto y canoso, se veía serio y vestía con traje negro, Hilde se preocupa pues no sabía de quien se podía tratar

Marshall. Mi nombre es Marshall Noventa
Hilde. ¿En qué puedo servirle?
Marshall. Necesito hablar con quienes viven aquí
Hilde. ¿Para qué?
Marshall. Hace casi medio año que mi hija desapareció, he estado investigando desde entonces y di con ésta dirección
Hilde. Noventa... Noventa... ¿tiene que ver con Sylvia Noventa? Lo vi en las noticias, simplemente desapareció ¿verdad?

Con gesto preocupado el hombre asiente, Hilde se muestra un poco triste

Hilde. ¿Sabe? Estoy de salida y no hay nadie más en casa ¿le parece si viene mañana? Así aviso a mis compañeras
Marshall. Está bien, le dejo mi tarjeta, por favor, me será de gran ayuda
Hilde. No se preocupe, nos gusta ayudar

La chica sonríe y se acerca al hombre para estrechar su mano y después recibir una tarjeta de su parte, se despiden y Hilde se marcha, no quería estar en casa y tampoco quería interrumpir a sus compañeras, por eso había mentido. Pero lo que ella no sabía es que ese hombre estaba por destruir lo que hasta entonces habían logrado, aún a costa de lo sucedido con The Wings y que la única culpable de todo era Dorothy...

Esa tarde el Sol quemaba como nunca, si no fuera por la espesa capa de palmeras seguro que moría de insolación, alrededor solo había agua salada en esa pequeña isla, afortunadamente había comida y gracias a los cocos y la lluvia lograba no morir de sed

Heero. A veces no quiero seguir

Se sentía muy débil, estaba acostado sobre la arena y el Sol le llegaba al rostro muy levemente, cierra sus ojos un poco y enseguida visualiza a Duo, le sucedía muy a menudo, cada vez que sentía un ataque de depresión, la imagen del trenzado venía a él y lo levantaba, por muy profundo que hubiese caído al pozo

Heero. Solo tú me ayudas a seguir... ¿qué estarás haciendo sin mí?

Levemente abre sus ojos y mira la copa de las palmeras, se coloca un brazo sobre la frente y vuelve a recordar a su Duo, sonriéndole, lo recordaba con perfección tal que parecía estar frente a él, solo de imaginárselo él también sonríe, el brazo sobre su frente lo levanta como si quisiera tocar algo

Heero. Te amo...

Como si se sintiera desvanecer, cierra sus ojos levemente, perdiendo la noción del tiempo, pues cuando los abre el Sol estaba por ocultarse y a un lado de él, hincado, se encontraba Traize, mirándolo fijamente, con semblante curioso y que al parecer al verlo abrir sus ojos se sorprende

Heero. ¿Traize?

Confundido intenta levantarse, pero se siente mareado, no entendía que le pasaba hasta que se lleva una mano a la frente y entonces se da cuenta que ardía en fiebre, además sudaba

Traize. Los muertos te van a llevar

Sonriendo Traize coloca una mano sobre la frente de Heero y rápidamente la retira

Traize. Y te irás al infierno, donde arderás

Como si hubiera dicho algo gracioso se pone a reír, Heero voltea a verlo

Heero. Tráeme agua, por favor

Su mirada cansada y suplicante hacen que Traize deje de reír y lo mire detenidamente, inclina un poco la cabeza

Traize. Agua... el diablo quiere agua

Apurándose como si hubiera recibido una orden, se pone rápido de pie y corre hacia el mar, comenzando a buscar algo en que llevar agua, casi enseguida encuentra un coco abierto y lo recoge, el agujero no era muy grande así que tarda en llenarlo, regresando corriendo a donde está Heero, dándole del agua, pero apenas él bebe un poco la escupe, por la fiebre sentía mucha sed y el agua salada no era la solución, con la mano le da un pequeño golpe indicando que la retire, pero Traize se asusta cuando le da el golpe y suelta el coco, éste cae muy cerca de la entrepierna del ex vocalista, que enseguida se queja, Traize vuelve a inclinar la cabeza un poco y para incomodidad de Heero, le toca donde ha sido golpeado, retirando enseguida la mano, Heero lo mira apenado

Heero. No hagas eso

Como si le hubiera pedido lo contrario, Traize lo mira fijamente y estira su mano, volviendo a colocarla sobre la entrepierna, sujetando levemente por encima de la ropa, Heero jadea un poco

Heero. Vete de aquí

Molesto lo mira detenidamente, si la condición fuera otra le daría un fuerte golpe para alejarlo, pero se sentía débil, así que solo tenía a las palabras como su aliado

Heero. Déjame
Traize. No

Mirándolo serio y fijamente, estira su mano como si quisiera jalarlo, pero Traize se aleja un poco más hacia abajo, metiendo poco a poco su mano por debajo del pantalón y sujetando por completo el miembro del ojiazul, nuevamente jadea

Heero. No... No... No

Enterrando sus dedos en la arena comienza a sentir el masaje de Traize en su miembro, no podía creer que le estuviera haciendo eso y además no lo podía entender, el hombre padecía de algún tipo de trastorno, pero ahora lo masturbaba

Heero. Detente

A contra de sus deseos, gemía placenteramente, sintiéndose bien y a la vez patético, estaba en una Isla al lado de un loco. Sus mejillas sonrojadas y el gesto de placer en el rostro, dejan a Traize mirándolo fijamente, después mira hacia su mano, que por debajo de la ropa sujetaba aquel miembro, endurecido y mojado.. En medio de su alucinación, el ex vocalista mira hacia una palmera y la imagen de Duo se refleja en ella, confundido no dejaba de gemir, hundiendo cada vez más sus manos entre la arena, su trenzado lo mira fijamente, serio, y él se sentía cada vez más mal

Heero. Para... para!... ¡Aaah!

No podía más, era cuestión de segundos que sucediera, y entonces sucede, su tibia semilla brota empapando la mano de semen y manchando algo de ropa, Traize siente curiosidad y baja un poco el pantalón corto, mirando el miembro flácido de Heero y mojado de semen, él respiraba acelerado y el dolor de cabeza aumenta, cierra sus ojos con fuerza y empuñando arena en su mano, la avienta a Traize

Heero. Bastardo...

Sin dejar de mirarlo fijamente, Traize se aleja un poco y observa su mano, enseguida la restriega contra su pantalón para tratar de limpiarse, mientras Heero trataba de normalizar su respiración, su cabeza parecía que iba a estallar, en todo el tiempo que tenía ahí jamás le había dado fiebre, tal vez estaba frente a una muerte inminente, lástima que iba a morir ahí, sin haber vuelto a ver a Duo, sin haber terminado de vivir, y peor aún, sus últimos momentos los había pasado siendo masturbado por el lunático de Traize, que patético había sido aún antes de morir...

Llegada la noche, Trowa baja a la primera planta de su casa, ahí estaban Catherine e Irea platicando cerca de la sala, al bajar totalmente ambas chicas voltean a verlo, la pelirroja sonríe y poco a poco se acerca a su hermano ayudada de la andadera

Catherine. ¿Listo hermanito?
Trowa. Si
Irea. Te encargo traer a mi tonto hermano
Trowa. Eso intentaré
Catherine. Ay Trowa, mucha suerte

La mueca de preocupación de la chica hace sonreír a su hermano, que se acerca y le besa la mejilla

Trowa. Bueno, me voy, pediré un taxi
Catherine. Si

El ojiverde voltea hacia la hermana de Quatre y la mira fijo a los ojos por unos momentos

Trowa. Cuídala por favor
Irea. Lo haré

La chica sonríe ampliamente y Trowa solo asiente, se gira hacia su hermana y le acaricia un poco los cabellos, después se retira, no llevaba más que su celular, dinero y tarjetas de crédito, buscar a Quatre era lo primordial, por eso no le importaba llevar nada más. Lo único malo era que su Francés era pésimo, pero seguramente no faltaba quien hablara su idioma, así que no podía estar mal...

Estaba desesperado, el dinero que tenía no le ajustaba prácticamente para nada, apenas si se había comprado algo de comer hace un par de horas, pero lo que él quería era regresar a New York, lamentablemente no tenía los recursos, había pensado en ir al Consulado y pedir ayuda, pero no sabía dónde se encontraba, con las personas que se había topado no había podido darle informes y otros no le entendían porque solo hablaban Francés, ahora es que se odiaba por haber sido tan tonto al aprenderlo... Por otro lado, como casi cada noche, Joe regresa a su casa, contento, seguro que Quatre lo esperaba con los brazos abiertos, había aprendido a domar al rubio y ahora estarían preparados para la felicidad eterna. La amplia sonrisa que mostraba se borra totalmente al encontrar la puerta sin seguro, entra rápido y ve con molestia que en el suelo había ropa tirada, casi colérico corre a la habitación, no había ningún rastro del ex bajista

Joe. ¡No... maldita sea!

Sale de la habitación mostrándose desesperado, camina hacia la cocina pero tampoco había rastro, ni en la sala, ni en el cuarto de lavado ni en el cuarto de huéspedes, no había nada y eso lo había puesto más molesto; como último recurso entra al baño, llevándose el horror de ver al vigilante en el suelo, se veía inconsciente, parecía como muerto

Joe. ¡Despierta maldito!

Le daba asco por verlo desnudo, y le daba coraje porque se imaginaba un poco de lo que pudiera haber sucedido, pero a pesar de su grito el sujeto no despierta, más molesto se agacha y comienza a sacudirlo, hasta que el tipo muestra señales de vida, comenzando a jadear, de su cabeza caía un poco de sangre pero la herida era superficial, Joe lo sujeta con fuerza de los cabellos y lo levanta, el vigilante apenas si abría sus ojos

Joe. ¡¿Dónde está?!
Vigilante. Se... se
Joe. ¡Idiota asqueroso!

Con fuerza lo avienta hacia el suelo y él se pone de pie, sujetándose los cabellos desesperado, intentaba pensar pero la furia no lo deja hacerlo; con esfuerzo el vigilante se hinca y después a pesar del mareo se pone de pie, Joe voltea hacia él mostrando desagrado

Joe. ¿Cómo fuiste tan estúpido? Quatre se largó! Desgraciado mal nacido!

Sin importarle la condición del vigilante, corre hacia él y le da un puñetazo en la cara haciéndolo caer otra vez al suelo

Joe. No pudo haberse ido lejos

La idea lo hace sonreír con esperanza y sin importarle nada más, sale a prisa de la casa, dejando a un adolorido Vigilante en el suelo, pero a pesar de su dolor y confusión, se acerca a su ropa para vestirse y después se marcha, ese lunático podía matarlo si regresaba...

Al llegar al aeropuerto, Trowa recuerda el día que Quatre se había marchado, sentía un estremecimiento en el estómago, su corazón latía más rápido de lo normal, y no podía dejar de lamentarse por no haber hecho algo, pero aunque se reprochara, eso estaba en el pasado, ahora él iba a París, para tratar de recuperar algo que tal vez nunca había tenido, pero que ahora deseaba más que nada en el mundo...

Esa noche sale temprano del Bar, no había muchos clientes y él estaba preocupado por Sally, la chica seguramente se sentía sola día tras día y él no quería que se deprimiera y afectara a su bebé, ahora sonreía cada vez que lo pensaba, iba a ser papá, él había perdido a los suyos a muy temprana edad y había vivido con sus abuelos, por eso la idea de tener un hijo le hacía ilusión, se sentía tonto porque al principio estaba confundido y veía a ese bebé como una obligación, pero ahora lo deseaba, la sola idea de que Sally lo perdiera lo había hecho reaccionar, había perdido a Traize, ahora no iba a perder lo más importante, ni tampoco a Sally, los dos iban a ser su vida en adelante... apresurado llega al departamento y para su alivio se encontraba la ex compañera de su amiga, Hilde estaba sentada en la cama donde reposaba Sally, y cuando ve llegar a Wufei apenada se pone de pie, inclinándose un poco hacia delante

Hilde. Hola Wufei

El ex guitarrista de The Wings la mira fijamente unos momentos, le parecía raro estar cruzando palabra con su antigua rival, pero aun así sonríe un poco

Wufei. Hola

Hilde levanta la cabeza y lo ve sonreír sintiéndose aliviada, después vuelve a sentarse en la cama, ambas chicas se sonríen. El chino se acerca a Sally y le da un beso en los labios, sentándose a su lado quedando frente a Hilde, después pone su mano sobre el vientre de su amiga y lo acaricia un poco mientras mira a Hilde

Wufei. ¿Irás a nuestra boda?

Sin ser noticia para ella, Hilde sonríe contenta y asiente

Sally. Ya le dije, también quiero que sea la madrina de bautizo ¿está bien?
Wufei. Claro, quien quieras
Sally. Y tu escoges al padrino
Wufei. Quatre

Sin pensarlo dos veces le responde a la chica, ella sabía del cariño especial de Wufei hacia el chico rubio y se entristece un poco, Wufei le había contado de las cosas que habían pasado entre los dos; pero aun así se muestra feliz

Sally. Perfecto

Sonriendo pone su mano sobre la de Wufei que le acariciaba el vientre, Hilde los miraba y no podía creerlo, cuando su compañera le hablaba sobre el amor que sentía por Wufei, ella siempre había creído que el chico nunca le correspondería, lo había pensado por las cosas que le platicaba la castaña

Hilde. Bueno, yo tengo que irme

La chica se pone de pie y sonríe

Hilde. Cuídate mucho
Sally. Sí, tú también... adiós
Hilde. Adiós

La guitarrista voltea con el pelinegro y él asiente para despedirse, después se comienza a marchar y Wufei se levanta para acompañarla a la puerta, antes de que se salga Wufei la mira fijamente

Hilde. ¿Qué sucede?
Wufei. Ella no volverá
Hilde. ¿A dónde?
Wufei. A su grupo
Hilde. Pero...

Wufei. Por su tipo de embarazo es probable que nuestro hijo nazca prematuro y va a necesitar mucho cuidado, además no quiero que esté en ese ambiente, a mí me destruyó y yo solo quiero lo mejor para ellos

La determinación al hablar de Wufei, sorprende a la chica, no le agradaba la idea de que Sally ya no volviera al grupo, pero entendía muy bien la posición en la que estaba Wufei, además ella no era nadie para oponerse, entonces sonríe

Hilde. Entiendo, entonces... cuídalos mucho
Wufei. Gracias
Hilde. Vendré a verla más seguido ¿no importa?
Wufei. Ven cuando quieras
Hilde. Gracias

Volviendo a sonreírle se retira y Wufei cierra la puerta, regresando a la habitación con Sally, juntos se ponen a ver televisión, la chica no podía creer que todos aquellos sucesos estuvieran pasando, era como un sueño que se había hecho realidad, iba a tener un hijo con su amigo y también se iban a casar...

Tenía caminando por las calles aledañas a su domicilio, buscaba desesperado pero no había rastro de Quatre, mientras caminaba pensaba en qué lugares podía estar, entonces recuerda que no muy lejos de ahí se encontraba un centro comercial, ahí siempre había mucha gente y seguro que el rubio había ido a un lugar así, después de todo no era tan tonto... Para agrado de Quatre, encuentra un centro comercial que por el nombre de las calles, se da cuenta que no estaba muy lejos de la casa de Joe, había anochecido ya y no sabía qué hora era, por la época solía oscurecer después de las 9, había caminado por mucho tiempo, buscando quien pudiera ayudarle, aunque se había dado cuenta que solo caminaba en círculos

Quatre. Esta zona no es turística, nadie habla inglés

Comenzaba a sentir frío y su estómago nuevamente le exigía comida. Las personas que por ahí pasaban o estaban en algún local lo miraban fijamente, el rubio estaba vestido demasiado casual y se veía de aspecto deplorable, tal vez el hambre, la preocupación y la fatiga por caminar mucho lo habían dejado así.

Aún tenía algo de Euros en el bolsillo, así que compra un café y un pan, afortunadamente los precios en la pizarra eran claros y no necesitaba ser experto en Francés para ordenar; sonriendo decide sentarse en las mesas que se encontraban al intemperie, pero cuando va saliendo del local, a lo lejos mira que Joe estaba en el centro comercial, parecía no haberle visto y también parecía que le buscaba, asustado enseguida entra al local, su corazón latía como loco y su preocupación se notaba a distancia, hasta sentía que se había puesto pálido, un empleado se acerca a él y comienza a hablarle en Francés, Quatre apenas si entendía unas pocas palabras y con su pobre aprendizaje del idioma le dice que solo habla inglés, el empleado asiente y se marcha

Quatre. ¿Qué haré?

Desde el local miraba como Joe se acercaba a unas personas y preguntaba algo, incluso sacaba su cartera y mostraba seguramente una foto de él, la expresión de duda de algunas personas le hacían pensar que tal vez lo habían visto y trataban de recordar, eso le preocupaba mucho

Mike. ¿Le ayudo en algo?

Enseguida Quatre voltea hacia la persona que le había hablado y sonríe esperanzado, por fin alguien que le hablaba en inglés

Quatre. Este...
Mike. Soy Mike, trabajo aquí, mi compañero me dijo que solo habla inglés
Quatre. Sí... hola Mike, soy Quatre, mucho gusto

Sonriendo pero mirando también de reojo hacia fuera, el empleado lo mira fijamente sin entender que le estaba pasando a ese muchacho, Quatre voltea nuevamente hacia él

Quatre. Perdón... es que... ayúdame por favor
Mike. Dime
Quatre. ¿Ves al hombre de traje que está parado junto al árbol pequeño?

El empleado mira hacia fuera y enseguida ve de quien se trata ya que era la única persona de traje cerca de un árbol, entonces voltea con Quatre y asiente

Quatre. Él me tenía encerrado en su casa, logré escaparme pero me quiere regresar, por favor déjame esconderme y no le digas que estoy aquí

El rubio se mostraba tan preocupado que Mike pensaba que era cierto, pero también se le hacía muy extraño, como de esas situaciones que solo sucedían en las películas, por eso lo dudaba, entonces mira hacia fuera y observa la actitud desesperado con la que Joe preguntaba a las personas, después voltea hacia Quatre y lo mira de pies a cabeza, su aspecto era descuidado y si ponía atención en su mirada, el ex bajista se veía realmente muy asustado. Era difícil decidir pero tenía que hacerlo, así que opta por creerle y ayudarlo

Mike. Está bien, sígueme

Guiándolo lo lleva al almacén donde guardaban algunos productos, su compañero se acerca y lo cuestiona por lo raro del asunto, Mike le explica y entonces su compañero decide también ayudarlo. El rubio estaba escondido, apenas si daba unos cuantos tragos de café, estaba atento a cualquier ruido que oyera... Joe por fin llega al café donde estaba oculto Quatre, traía en manos una foto del rubio, el hombre enseguida se acerca a la caja donde estaba el chico que solo hablaba Francés y le pregunta si el chico de la foto ha estado ahí, el empleado va a contestar cuando llega Mike

Mike. ¿Qué sucede?

Joe voltea con el empleado pues le parece raro que no estuviera hablando en Inglés, él había llegado hablando Francés

Joe. Le preguntaba a tu compañero si el chico de la foto estuvo aquí o si lo ha visto
Mike. A ver... Creo que sí

Enseguida Joe se muestra interesado, Mike pone gesto como si tratara de recordar mientras su compañero lo miraba confundido, no sabía que tramaba, alguien le llama desde una de las mesas que estaban bajo techo y se marcha a atender, mientras Mike continuaba mirando la foto, fingiendo tratar de recordar

Mike. ¡Ya sé!... hace un par de horas salí a hacer un depósito y lo vi cruzando la calle
Joe. ¿Hace cuantas?

El empleado no sabía que tanto tiempo había estado ese hombre buscando a Quatre, no quería meter la pata y que descubrieran que mentía, pero tenía que arriesgarse y continuar con su versión

Mike. Hace dos
Joe. Ya veo
Mike. ¿Por qué? Está desaparecido?
Joe. Mnh.. Sí, es nuevo en ésta ciudad y no conoce, salió y creo que se perdió ¿Te dejo mi número de celular y me llamas si lo ves de nuevo?
Mike. Claro

El ex amante de Quatre saca de su cartera una de sus tarjetas de presentación y la da al muchacho, él la mira haciéndose el interesado y después mira a Joe

Mike. Que tenga buena noche
Joe. Gracias

Joe sale molesto del local, tenía esperanza de que el rubio no hubiera pasado por ahí hace mucho, lamentablemente por lo que decía el empleado, su querido Quatre había estado ahí hace ya bastante tiempo, ni siquiera tenía caso seguir buscando en ese centro comercial, entonces decide volver a casa, al día siguiente lo buscaría mejor, sabía que el ex bajista no hablaba casi nada de Francés y que no tenía mucho dinero, pues había cancelado algunas de sus tarjetas de crédito y no se había llevado sus cosas de la casa. Mike se dirige al almacén cuando ve que Joe se ha marchado, cuando el rubio lo ve entrar enseguida pregunta

Quatre. ¿Vino?
Mike. Sí, acaba de irse
Quatre. ¿Y qué pasó?
Mike. Le dije que hace 2 horas te había visto, así que creo lo aleje

El ex bajista sonríe aliviado cuando escucha al muchacho y suspira, estaba muy contento

Quatre. No sabes cómo te agradezco
Mike. ¿De dónde eres?
Quatre. New York
Mike. Te me haces conocido... mnh... ¿eres actor o algo así?

La risa divertida del ex bajista confunde al empleado

Quatre. Nada de eso, soy alguien común y corriente
Mike. Mnh bueno
Quatre. Oye, de verdad muchas gracias ¿me puedo quedar un poco más? Para asegurarme de que ya no esté por aquí, él está algo obsesionado conmigo
Mike. ¿Está enamorado de ti?
Quatre. Sí, eso creo

El empleado mira fijamente a Quatre unos momentos, no tenía idea de que aquel fuera un pleito de amantes, no sabía si desconfiar o no de ese muchacho, pero algo le decía que debía de ayudarlo

Mike. Sí, quédate

Se da media vuelta dándole la espalda y avanza hacia la puerta, la abre pero antes de salir voltea hacia el rubio

Mike. ¿Tienes donde pasar la noche?
Quatre. Este... no
Mike. Pues... tengo un departamento, solo tiene un cuarto pero.. el piso no es tan incómodo

Sonriendo apenado se rasca la cabeza, a Quatre le conmueve el interés mostrado por el muchacho y asiente contento

Quatre. Gracias, aceptaré
Mike. En una hora cerramos, no te desesperes

Ahora si el muchacho se marcha y Quatre suspira, se sentía ya calmado porque había escapado de Joe y porque no iba a tener que dormir en la calle o rentar una habitación en un Motel barato, su suerte no era tan mala después de todo...

Estar todo el día acostado no era algo que le gustara, odiaba estarse quieto, aunque le dolía la herida quería caminar, ese día había sido de lo más aburrido, el otro al menos había recibido la visita de Trowa, aunque se había sentido mal al verlo echándose la culpa, incluso le parecía extraño verlo comportarse de esa manera

Duo. Todos están haciendo su vida

El ex trenzado sonríe, le daba gusto por sus amigos, ojalá ellos si pudieran hacer su vida felices, porque él estaba condenado al sufrimiento y a la soledad, aunque ahora ya no quería estar en la cárcel, ahora quería salir y comenzar de nuevo, aunque la ausencia de Heero lo hiciera sentirse abatido, debía de dejar de llorar y sufrir su partida, sabía que no sería fácil pero al menos debía de intentarlo. En cuanto saliera de ahí aceptaría la ayuda de Trowa, sabía que él solo no podía, pero no lograba dejar de ser obstinado, además él había tenido la culpa de estar encerrado y debía asumir las consecuencias de sus actos...

Mike era el último en marcharse ese día y a quien le tocaba cerrar el negocio, cuando apaga todas las máquina entra al almacén, Quatre ya se había comido el pan y el café, ahora parecía estar dormido, el empleado lo despierta

Mike. Vámonos
Quatre. Sí

Con flojera se levanta del piso con todo y su basura, el empleado se la quita y la tira en el bote de la basura. En silencio salen del local y se van caminando al departamento de Mike también en silencio, el rubio se sentía extraño recibiendo tanta ayuda, pero no tenía otra opción, ojalá ese muchacho no fuera un maniático como Joe. El departamento no estaba muy lejos y mientras caminan, el chico decide romper el hielo

Mike. ¿Y qué edad tienes?
Quatre. 20
Mike. ¿Qué? Creí que tendrías 17
Quatre. Jajaja no, tengo 20... ¿y tú?
Mike. 18
Quatre. Ya veo ¿y estudias?
Mike. No, trabajo en el café y también toco en una banda

El chico contaba muy orgulloso de sus actividades, al oír Quatre lo de la banda se siente nostálgico y comienza a recordar un poco de The Wings, sintiendo una opresión en el pecho, si tuviera el poder de hacerlo, regresaría el tiempo a aquellos días, pero como eso era absurdo, debía resignarse a que nada de eso volvería, con Duo en la cárcel y Heero muerto era imposible. Mike ve su expresión de tristeza y lo observa fijamente

Mike. ¿Qué pasa?
Quatre. Nada, tengo un poco de sueño
Mike. Ah

El empleado de la cafetería no hace ningún comentario, aunque no le había creído... llegan al departamento, muy pequeño por cierto y en una zona no muy bonita, había varios departamentos con el mismo diseño, Quatre mira a los alrededores sintiendo hostilidad en el ambiente. Mike abre la puerta y después que el rubio entra cierra la puerta con dos seguros, se quita los zapatos y camina a la cocina, saca del refrigerador dos cervezas

Mike. Toma

Sin preguntar si quería, avienta la lata a Quatre que la atrapa enseguida, él abre la suya y después el rubio hace lo mismo, explorando con su mirada el departamento, en la sala junto a la ventana había un estuche de guitarra, el rubio sonríe y se acerca, Mike ve que su visita se acerca y él también lo hace

Quatre. ¿Es tu posición en la banda?
Mike. Sí, me encanta la guitarra
Quatre. Ya veo... ¿Puedo?
Mike. Claro

El ex bajista deja su cerveza en el cuadro de la ventana y abre el estuche, la guitarra era acústica y entonces se acuerda de Wufei ya que el tocaba de ambos tipos, a diferencia de Duo, que era experto en la eléctrica pero en la acústica le fallaba un poco

Quatre. Hace mucho que no la toco

Acordándose un poco de sus estudios de guitarra, la toma en posición y comienza a tocar algunos acordes simples, Mike sonríe creyendo que Quatre no la sabe tocar muy bien

Quatre. Soy malo, lo mío es el Bajo

Sonriéndole a su salvador comienza a tocar usando acordes más difíciles y manejando diestramente el instrumento, Mike estaba casi boquiabierto, el chico le decía que lo suyo era el Bajo, pero si la guitarra no era lo suyo y la tocaba tan bien, eso quería decir que era un experto en el Bajo, estaba asombrado, Quatre termina la melodía y apenado deja el instrumento donde estaba

Mike. Cielos, eres increíble
Quatre. No, no soy tan bueno
Mike. Claro que sí ¿no te quieres unir a la banda?

La sonrisa que Quatre tenía en el rostro se borra por completo cuando escucha la petición del chico, el recuerdo de cuando Trowa lo había invitado a la banda llega a él y eso lo deprime, extrañaba al ojiverde, también estaba preocupado por lo que había visto en el periódico, Mike cree que ha dicho algo indiscreto y se apena

Mike. Lo siento
Quatre. No, no es nada

Sonriéndole falsamente toma su cerveza y la comienza a beber, Mike se tira al único mueble que tenía en la sala y Quatre se sienta en el piso, mirando por la ventana

Mike. ¿Y cómo es?
Quatre. ¿Eh?

El rubio voltea enseguida a ver a Mike, el chico bebía su cerveza y miraba seriamente al ex bajista, pero él no entendía la pregunta

Quatre. ¿Qué cosa?

Mike. Ya sabes, eso de la homosexualidad

Por la pregunta Quatre abre ampliamente sus ojos y después echa a reír discretamente

Mike. ¿Qué pasa?
Quatre. No me esperaba esa... mnh.. pues ¿cómo es de qué?
Mike. ¿Has estado con alguna mujer?
Quatre. Solo una vez
Mike. ¿Y te gustó?
Quatre. Es sexo ¿a quién no le gusta?

Ambos chicos se ríen en complicidad, la afirmación del rubio era correcta para Mike

Mike. Yo siempre he estado con chicas, me encantan
Quatre. Ya veo, eso es bueno ¿tienes novia?
Mike. No, yo solo tengo relaciones informales, ya sabes, de una noche
Quatre. Ah jeje sí, lo sé

El ex bajista se pone un poco serio, pero no se muestra tan obvio para que el chico no le pregunte que le sucedía

Mike. Oye y ese que te busca ¿es tu novio? Si le llaman novios?

Otra vez Quatre ríe un poco

Quatre. También les llamamos novios... pero no, él solo quiere retenerme a su lado
Mike. Ya veo... ¿y qué harás mañana?
Quatre. Quiero volver a New York
Mike. Está bien

El chico bebe su cerveza hasta que se la termina y avienta la lata al suelo, se notaba que era alguien muy descuidado, a Quatre no le sorprende ya que era joven y vivía solo, él también bebe su cerveza hasta terminarla. Se quedan en silencio unos momentos

Mike. Oye, ya no me dijiste que se siente
Quatre. Ah... pues es que...
Mike. ¿Es que?
Quatre. Soy pasivo
Mike. ¿Entonces nunca se la has metido a un hombre?

La pregunta indiscreta de Mike dicha con esa vulgaridad, apenan a Quatre, pero casi enseguida ríe nerviosamente, ese muchacho era muy gracioso

Quatre. Lo he hecho, pero fue hace mucho
Mike. ¿Y se siente bien?
Quatre. Pues si
Mike. ¿Mejor que metérsela a una mujer?
Quatre. ¿Por qué te interesa tanto saber?
Mike. Curiosidad
Quatre. Pues... a mí me gusto más con un hombre
Mike. Oye ¿y que te la metan duele?

Cansado de las preguntas tontas del chico, Quatre solo suspira y lo mira seriamente, Mike entiende esa mirada y se calla

Mike. Perdón pues... pero duele sí o no
Quatre. ¡Si Mike! es obvio ¿no?

Enojado el rubio se cruza de brazos

Mike. No te enojes pues, solo era una pregunta
Quatre. Pues que preguntas, y que manera de formularlas

El rubio se hace el ofendido volteándole la cara al chico pero después voltea otra vez hacia él y ambos se comienzan a reír

Mike. ¿Y si lo hacemos?
Quatre. ¿Qué? ¿Estás loco?
Mike. Digo, para ya no preguntar
Quatre. Mejor continúa preguntando
Mike. Es que yo siempre quise experimentar

El rubio mira al empleado de la cafetería con una ceja enarcada

Mike. Una vez un amigo y yo se lo hicimos a una chica al mismo tiempo
Quatre. ¿Y eso qué?

El chico se sonroja completamente antes de contestar

Mike. Es que nuestra piel se rozaba a veces, yo me preguntaba que se sentiría si ambos nos tocáramos y esas cosas, pero no lo hicimos y me quedé con esa duda
Quatre. Vaya, que... raro

Después de aquella charla incómoda, los dos vuelven a quedarse callados, Quatre pensaba en la propuesta del chico y se sonrojaba, a decir verdad desde que Trowa lo había hecho su Puta le resultaba muy fácil irse a la cama con alguien, se había convertido en un adicto al sexo aunque estaba consciente de que debía ponerse tranquilo, no era el momento adecuado para hacer esas cosas

Mike. ¿Entonces lo hacemos?
Quatre. ¡Mike! Sigues con eso?
Mike. ¿Por qué no quieres?
Quatre. Ni si quiera te conozco
Mike. Eso no importa
Quatre. ¿Cómo no va a importar?
Mike. Te prometo que te gustará
Quatre. No se trata de eso
Mike. ¿De qué entonces?
Quatre. Pues... ¡Ya! Te dije que no y es no

Molesto por la insistencia se pone de pie, mirando al chico a la cara

Quatre. Gracias pero me voy

Camina hacia la puerta para irse, pero Mike también se levanta del sillón y lo detiene

Mike. No te vayas, es peligroso
Quatre. Es que me molestas
Mike. Está bien, ya no insisto... quédate, voy por unas sábanas

El rubio desiste de irse y Mike se va por las sábanas, cuando regresa las entrega a su visita y él comienza a hacer su cama en el suelo, el empleado se va a su habitación y cierra la puerta, Quatre termina de arreglar donde dormirá y se sienta ahí, a los pocos minutos sale Mike del cuarto para dirigirse al baño y lavarse los dientes, pero la forma en que sale deja boquiabierto al rubio, tenía encima solamente el bóxer y todo su demás cuerpo estaba al descubierto, su espalda, brazos, abdomen y todo lo demás estaba muy bien formado, tal vez su rostro no era una maravilla, pero el chico por lo que veía en esos momentos estaba muy bien, Quatre lo mira atentamente sintiendo enseguida cosquillas en su entrepierna, molesto se mira y sonroja

Quatre. Tranquilízate

No quería pensar que se había vuelto un pervertido, pero la verdad es que si lo era, le excitaba ver ese cuerpo, pero no quería cometer estupideces, mejor cuando el chico se fuera, entraría al baño y se masturbaría, esa era la solución. Pero para su mala fortuna el chico recuerda que tiene una pregunta que hacerle al rubio así que al terminar de lavarse los dientes se acerca al ex bajista

Mike. Oye Quatre...

Con indiscreción Mike mira a Quatre entre las piernas y a pesar de la ropa se da cuenta de que el chico estaba excitado, el rostro pálido de Quatre se torna completamente rojo

Mike. ¿Acaso tu...?

Sin darle tiempo a terminar, Quatre se hinca rápidamente frente al chico y lo mira a los ojos, se muerde sutilmente el labio inferior y coloca su mano en el elástico de la prenda íntima, bajándolo muy despacio

Mike. ¿Qué vas...?

Sin dejarlo de ver a los ojos, Quatre se acerca más hacia el frente y da un beso a Mike sobre el miembro por encima de la ropa, él se sonroja por completo

Mike. Si quiero

No lo iba a pensar dos veces, era joven y como la mayoría adoraba el sexo, sobre todo cuando lo tomaban por la boca, Quatre por su parte estaba perdido, estaba muy consciente de que iba hacer algo muy malo, de que por culpa de sus impulsos tontos estaba en esa situación en París, pero no podía dejar de hacerlo, tal vez porque así lo había enseñado Trowa, o porque así lo quería él, no sabía

Mike. ¡Oh sí!... Diablos... ¡Sí... si!

Inclinando su cabeza hacia atrás y mirando a Quatre de vez en cuando, sonreía y gemía placenteramente, sujetando los cabellos muy levemente, acariciándolos con sus dedos, el rubio en cambio cerraba sus ojos, dedicándose a su trabajo, disfrutando del miembro del chico, el tamaño era ideal y él no se comportaba agresivo intentando que entrara hasta su garganta, lo dejaba seguir su ritmo y eso le agradaba

Mike. Me... me voy a... venir

Sin poderlo controlar se derrama en la boca de Quatre, él se lo saca antes de que chorree por completo y éste le moja un poco el rostro, Mike siente los espasmos y pierde un poco de fuerza en las piernas, Quatre se limpia las orillas de los labios mojadas por el semen y mira a Mike quien le sonreía

Mike. Eres muy bueno
Quatre. Qué bueno que te haya gustado

El rubio se pone de pie quedando ambos de frente

Mike. Vamos a la cama
Quatre. Respecto a eso... no creo que sea buena idea
Mike. ¿Qué?
Quatre. Es que me deje llevar pero...
Mike. Por favor, ya empezamos, si es por condones no te preocupes, yo tengo
Quatre. No es eso
Mike. Entonces déjame estar a mano
Quatre. ¿A mano?

Mordiéndose un poco el labio inferior mira a Quatre y pronto el rubio siente la fría mano de Mike por debajo de su pantalón, se estremece un poco

Quatre. Está bien

El empleado de la cafetería quería acostarse con Quatre, pero parecía que éste no quería, en cambio se iba a dejar hacer sexo oral, el rubio era muy extraño y complicado. Mike lo sujeta del antebrazo y lo jala hacia abajo, él se hinca y el rubio también, después le coloca las manos en la cadera y lo jala para acostarlo, enseguida se dirige hacia abajo, baja la prenda inferior de Quatre y comienza a darle besos, no sabía que hacer pero recuerda lo que había hecho antes el rubio, así que lo imita, Quatre estaba sonrojado, complacido, Mike no era tan malo, se ayudaba de la mano, logrando en Quatre un orgasmo completamente placentero, el rubio cierra sus ojos y gime hasta terminar por completo, espera unos momentos respirando con dificultad, poco a poco abre sus ojos, Mike lo miraba fijamente

Mike. ¿Estuvo bien?

Al ver la expresión de inquietud en el chico, Quatre se da cuenta que realmente ha hecho algo muy malo, aquel chico estaba experimentando su primera vez con un hombre, y éste era alguien desconocido para él, el rubio se había aprovechado de la situación, se sentía realmente ruin, Trowa había tenido razón al decirle que era un cualquiera... avergonzado desvía su mirada

Quatre. Sí, muy bien
Mike. Que bien, soy bueno

El empleado estaba muy satisfecho con la respuesta de su huésped, se había preocupado no ser bueno, pero ahora no quería que las cosas quedaran así, él quería tener algo más que caricias y jugueteos de boca

Mike. Tengamos sexo
Quatre. Mike...
Mike. Yo sé que quieres

El rubio mira la expresión jocosa del chico y sonríe, si lo pensaba bien no parecía mala idea, además él lo había dicho anteriormente, era sexo y a cualquiera le gustaba. Mike ve en la expresión de Quatre que ha aceptado y contento se pone de pie y va hacia su cuarto

Quatre. Ay Quatre, eres un lujurioso

Se mordía las uñas, no estaba seguro de hacerlo, pero sabía que su cuerpo se lo agradecería enormemente, hace mucho que no tenía sexo voluntario.. Mike regresa a donde esta Quatre, en su mano derecha tenía su paquete de condones, el rubio mira la caja y después mira al chico

Quatre. ¿Toda la caja?
Mike. Nunca se sabe

Solo de pensar que tendrían que usar más de uno, el rubio se sonroja por completo, pero también le sonríe, rápidamente y emocionado, Mike se quita el bóxer quedando completamente desnudo, Quatre lo mira de pies a cabeza, sintiendo ardor en su rostro, enseguida comienza también a desnudarse, solo le faltaba la ropa interior cuando Mike se agacha dejando sobre el suelo la caja de preservativos, entonces el chico se acerca a Quatre y le comienza a besar el cuello, deslizando su mano lentamente por el cuerpo hasta ser él mismo quien baje la ropa interior, el rubio mueve sus piernas ayudando a quitar la prenda

Quatre. Mike...

La mano del empleado de la cafetería comienza a acariciar el miembro flácido del rubio y éste se lame los labios, la lengua del chico disfrutaba de su piel, el ex bajista también quería tocarlo, por eso comienza a acariciarle la espalda, Mike sonríe y se comienza a deslizar poco a poco hacia el pecho, las manos de Quatre se suben a su cabeza y mientras el chico juguetea con sus pezones él le acaricia el cabello, las manos de Mike le recorrían la cintura, pasándose a los glúteos y dejando su pezón baja un poco y con sus dedos comienza a buscar la entrada del rubio, quien comienza a jadear mientras sonríe, su miembro comenzaba a reaccionar

Mike. Lo hago bien ¿verdad?
Quatre. Sí, bastante

No borraba su sonrisa, el chico era muy bueno, había prometido bien al decir que lo disfrutaría... mientras lo continúa besando y explorando, Quatre observa la entrepierna del chico y se da cuenta que aún no conseguía una erección, entonces sutilmente lo comienza a alejar un poco, eso lo confunde

Mike. ¿Qué pasa?

El rubio lo mira a los ojos y se muerde el labio, coloca una mano sobre su pecho e invierte los papeles, ahora él estaba casi encima de Mike, el chico no sabía de las intenciones del rubio hasta que éste le coloca de nuevo la mano sobre el pecho y lo empuja levemente, acostándolo sobre las sábanas, Quatre lo duda breves momentos pero entonces se decide, se voltea del lado contrario y se pone en cuclillas sobre el cuerpo de Mike, el cual se sorprende al tener cerca de su rostro los glúteos del rubio, también se sorprende cuando siente la lengua del chico en su entrepierna, al principio no sabía que hacer, o más bien no sabía cómo comenzar.

Poco después se decide a hacerlo, sujeta las caderas del rubio y lo atrae hacia él, pasando tímidamente su lengua por los glúteos, duda unos momentos y entonces baja un poco sus manos, separando un poco, nuevamente pasa su lengua, ésta vez rozando su ano, Quatre jadea al sentirlo. Al principio Mike tenía duda, pero ahora estaba convencido, podía confiar en el ex bajista, por eso pierde timidez y su lengua juega traviesa en el orificio, entrando levemente, moviéndose en círculos, después usando también sus dedos, Quatre gemía, a veces se detenía en su labor y volteaba ligeramente hacia atrás

Quatre. Ya... tómame por favor

Su gemido suplicante detiene a Mike, ahora ya se encontraba excitado, estaba listo para la penetración, Quatre se baja de él y lo mira a los ojos, su rostro estaba sonrojado, Mike también se sonroja, ni siquiera con una chica había probado esa posición, pero ahora sabía que no sería la última vez que la usaría, porque le había gustado mucho. Se acerca a la caja de condones y saca uno, enseguida se lo coloca y se acerca a Quatre, que enseguida se acuesta y abre sus piernas, Mike lo mira unos instantes y pasa saliva, ya no había marcha atrás, por eso se sube en él y lo comienza a penetrar, hacía mucho que la estrechez de Quatre había desaparecido, pero aun así jadea al sentir la introducción, cerrando sus ojos, Mike apoya sus manos sobre las sábanas y comienza a balancearse, moviéndose dentro del rubio y pronto los gemidos comienzan, Quatre aprieta los brazos de Mike y abre sus ojos, mirando el rostro lleno de placer del chico que esa noche no solo le daba asilo, sino también le regalaba una noche apasionada que nunca olvidaría

Mike. ¡Oh Cielos!... Sí

Sin duda el chico experimentaba que había una gran diferencia entre hacerlo con una mujer que con un hombre. Quatre también gemía placenteramente.. sin perder la conexión Mike se hinca al mismo tiempo que jala las piernas de Quatre elevando por consecuencia sus caderas, el rubio se agarra fuerte de las sábanas y gime con más fuerza, aquella posición le permitía a Mike llegar más a fondo, por instinto se agarra el miembro con una mano y se comienza a masturbar, quería más placer. Pero apenas se masturbaba un poco, Mike detiene sus embestidas y sale del rubio, el cual jadea al sentirlo, pero el chico casi enseguida sujeta sus caderas y le da media vuelta a Quatre, él entiende enseguida y se pone en cuclillas, de nuevo el chico entra en él, acariciando sin cesar su espalda con la mano izquierda y con la otra a masturbarlo, el éxtasis que sentía Quatre era muy grande, sus sentidos estaban dislocados, Mike llegaba a esas zonas que difícilmente alguien le llegaba, y él se limitaba a apretar con fuerza las sábanas y a gemir hasta que el orgasmo lo invade, pero aún Mike no lo lograba, aunque su miembro se sentía punzante, signo de que estallaría en cualquier momento, poco después lo hace, se sale de inmediato de Quatre y el rubio se acuesta sobre las sábanas, casi enseguida siente el peso del cuerpo de Mike encima suyo, ambos respiraban con dificultad, con los ojos cerrados

Mike. Eso fue... estupendo

A Mike le encantaba el sexo con las mujeres, pero siendo tan caballeroso nunca se había atrevido a ser un poco más salvaje, pero con Quatre se había permitido serlo, penetrándolo con fuerza, satisfaciendo sus deseos, y eso lo había dejado enormemente satisfecho... Tarde como siempre, Quatre comienza a sentir culpa, sin duda alguna jamás aprendería la lección

Mike. ¿Verdad que te gustó?
Quatre. Me encantó

Su sinceridad hace sonreír a Mike, enseguida se quita de encima suyo y se quita el condón, dejándolo en el suelo, se acerca al rubio y le besa el hombro, rápidamente él se gira para mirarlo, Mike le sonreía

Mike. No te dejaré dormir

Su sonrisa maliciosa contagia a Quatre, ya la culpa no importaba para nada, lo que restaba de la noche se dedicaría al placer físico, y Mike se lo podía dar

Quatre. Eres un lujurioso
Mike. Lo sé

Por primera vez y para sorpresa del rubio, Mike se acerca y lo besa en los labios, Quatre abre ampliamente sus ojos, habían tenido sexo oral, incluso habían llegado a la penetración, pero nunca se habían besado, el rubio se deja llevar y corresponde el beso, nuevamente Mike comienza con las caricias, estaba decidido a cumplir su promesa...

Por la madrugada del día siguiente, el avión de Trowa llega a tierras parisinas, el ojiverde no había dormido en todo el vuelo, la idea de ver a Quatre de nuevo lo traía loco, no estaba seguro de que éste lo perdonaría y volviera con él, pero al menos iba a poder verlo nuevamente, solo pensarlo lo hacía sonreír...

Al despertarse más tarde en la mañana, Quatre mira el cuerpo dormido de Mike, estaba acostado boca abajo, tenía el cabello completamente revuelto y dormía como niño, respirando tranquila y profundamente, Quatre se sonroja al ver los 4 paquetes vacíos de condones y cerrando sus ojos suspira

Quatre. ¿Qué hiciste Quatre?

El rubio estaba muy apenado, no podía matar esa parte de él que era dependiente del sexo, sabía que sus impulsos lo habían hecho hacer cosas tontas y que le acarreaban problemas, pero no podía dejar de hacerlo, se sentía sucio, y lo peor de todo es que no podía culpar al alcohol o algún otro factor externo... mientras Quatre reflexiona sobre lo hecho la noche pasada, Mike comienza a abrir sus ojos poco a poco, mirando a un lado suyo al rubio, estaba sentado y completamente desnudo, el rubio ve que despierta y le sonríe, Mike también lo mira y poco después le sonríe también, los dos eran cómplices de una pasión desbordada, el chico se levanta un poco apoyando sus codos sobre las sábanas

Mike. Eres un demonio

Como hace mucho no sucedía, Quatre se siente contento, ese chico le había regalado una noche que nunca olvidaría, jamás había experimentado algo así, sonriéndole se acerca y lo besa en los labios

Mike. ¿Y eso?
Quatre. Gracias por todo... pero debo irme
Mike. ¿Qué?

Sorprendido también se sienta y lo mira fijamente a los ojos

Mike. Pero...
Quatre. Debo volver a New York
Mike. ¿Tienes familia ahí?
Quatre. No precisamente
Mike. ¿Alguien te espera?

Tristemente Quatre se acuerda de Trowa y desvía unos momentos la mirada, después vuelve a mirar al chico

Quatre. No, nadie
Mike. ¿Entonces?
Quatre. Ahí tengo todo, dinero, auto
Mike. Ve por todo eso y vuelves
Quatre. ¿Qué?

El rubio no podía creer lo que oía, una noche de sexo con ese muchacho y ya quería que estuviera con él, o al menos es lo que entendía con esa propuesta

Quatre. No, yo...
Mike. Me caíste muy bien
Quatre. Pero...
Mike. De vez en cuando haremos esto, nos haremos buenos amigos

Los comentarios infantiles y entusiastas del chico lo hacen sonreír y mirarle con ternura, hace tiempo que no se relacionaba con gente joven, Joe era mayor que él por 15 años y Trowa no tenía precisamente el alma de un joven, el único con esas características era Duo, pero por mucho tiempo había olvidado ese entusiasmo y alegría de las personas jóvenes

Quatre. Te agradezco, de verdad
Mike. ¿Entonces no?
Quatre. Mike, eres un chico increíble, en serio, y esto... esto fue algo pasajero ¿entiendes?

Con tristeza el empleado de la cafetería agacha la cabeza, por momentos había planeado grandes cosas al lado de su nuevo amigo, pero para el rubio lo de ellos había sido algo de Hola y Adiós, eso lo hacía sentir dolido, Quatre frunce el ceño con tristeza y se acerca al chico, dándole un beso en la mejilla que lo hace voltear a verle

Quatre. La pasé increíble ayer, quedémonos con ese recuerdo ¿sí?
Mike. Está bien, pero...

Con la misma expresión de tristeza en su rostro, Mike hace un movimiento brusco y empuja levemente a Quatre cayéndole encima, éste abre los ojos un poco sorprendido, ambos se miraban a los ojos, Mike se agacha y le da un beso en los labios

Mike. Me debes tres
Quatre. ¿Tres? Tres qué?
Mike. Sexo

El chico sonríe malicioso y Quatre queda igual de sorprendido

Mike. Antes del desayuno, después del desayuno y el de despedida

Quatre ríe divertido por la ocurrencia del chico y después le sonríe ampliamente, se había dejado cautivar por ese muchacho

Quatre. Eres un demonio

Colgando sus brazos del cuello del chico, lo atrae hacia él y se comienzan a besar, las caricias no esperan, ahora el rubio debía pagar su deuda. Con Mike volvía a experimentar el sexo que más le gustaba, sin ser forzado o humillado, si Trowa hubiese sido así con él, jamás habría huido de New York, pero ya ni quejarse era bueno, debía continuar su vida...

Sin siquiera haber comido, Trowa busca al investigador en cuanto pisa suelo Parisino, había cargado con él solo una foto de Quatre y un pedazo de periódico donde habían tomado una foto al rubio acompañado por Joe, no sabía siquiera el apellido de ese hombre. Llevaba más de dos horas esperando en la oficina del investigador, le había entregado el único material que tenía y le había dado unos cuantos datos, esperaba primero por saber algún dato importante, ya después el investigador se encargaría de completar la búsqueda...

Para comodidad de sus compañeras, Hilde no había dormido en la casa de Dark Sound argumentando que se quedaría con una amiga, pero el día que vuelve al entrar en la casa ve a ambas chicas desayunando en el comedor, al verla entrar Dorothy se levanta de su asiento y se le acerca

Dorothy. Hola socia

La rubia le coloca una mano sobre el hombro a la guitarrista y ésta enseguida se sobresalta moviéndose un poco, ambas rubias la miran extrañadas, Hilde estaba toda roja

Dorothy. ¿Qué te pasa?
Hilde. Nada... nada

Su risita tonta hace desconfiar a las chicas pero no dicen nada, Dorothy regresa a su asiento y Hilde se dirige a la cocina para servirse desayuno, entonces recuerda la visita del señor Noventa y sale a decirle a sus compañeras, pero cuando llega al comedor el celular de Dorothy comienza a sonar y ella se levanta para contestar, alejándose de las chicas

Hilde. Oye Relena
Relena. Dime
Hilde. El otro día vino un señor, dijo ser el papá de Sylvia Noventa ¿la recuerdas?
Relena. Claro, es la chica que nos entrevistó con The Wings ¿no?
Hilde. Sí, es que creo está desaparecida
Relena. No me digas, que mal
Hilde. Sí, y pues quería él saber si podía venir a hacernos unas preguntas
Relena. Pues yo no tengo nada que hacer, y según Dorothy ella tampoco, si quieres dile que venga ahora
Hilde. Está bien, le llamaré ahora mismo

La guitarrista busca en su bolsa la tarjeta del señor Noventa y se acerca al teléfono para llamarle, Dorothy regresa al comedor

Dorothy. ¿Y Hilde?
Relena. Iba a hacer una llamada
Dorothy. Ah... oye ¿al rato vamos a mi habitación?
Relena. ¡Claro que no! Aquí esta Hilde
Dorothy. La invitamos
Relena. Eres una sucia

Enojada se levanta de su asiento con el plato que había usado y se dirige a la cocina, Dorothy ríe divertida y se levanta para seguirla, le gustaba que la vocalista se enojara por tonterías sin sentido, además le gustaba seducirla, la tonta siempre caía. Relena deja sus platos en el fregador y cuando se da media vuelta se topa con Dorothy que estaba frente a ella, la rubia sonreía

Dorothy. Eres una chica mala ¿me dejas castigarte?
Relena. ¡Muérete idiota!

Queriendo pasarle de lado, Dorothy la sujeta con fuerza del brazo y la jala hacia ella, sin permiso mueve su mano y la mete por debajo de la blusa, sujetándole un seno, Relena jadea al sentir la fría mano

Relena. Basta Dorothy

Enojada avienta a la rubia para que se aleje y al intentar huir gira su cabeza hacia la entrada de la cocina y ahí estaba Hilde de pie, con los ojos bien abiertos y sonrojada, no había llegado hace mucho, de hecho solo había visto a Relena aventar a Dorothy y a ésta sacando su mano de la blusa, Relena también se sonroja, en cambio Dorothy sonríe

Dorothy. Ups
Relena. Hi... Hilde
Hilde. No.. no se preocupen, sigan yo... me iba a servir desayuno, pero mejor...
Dorothy. Tú sírvete, estaba por subir a mi habitación

Sin pena y con mucho descaro, Dorothy sale de la cocina dejando a la vocalista y guitarrista solas, en un momento muy incómodo

Hilde. Así que... tú y Dorothy
Relena. No, claro que no
Hilde. Pero...

La morena no sabía porque Relena se empeñaba en negarlo si ella lo había visto con sus propios ojos, pero la vocalista en verdad se veía angustiada

Relena. Es solo que.. me sentía sola
Hilde. Pero miles de chicos se mueren por salir contigo
Relena. Pero yo solo... yo... yo solo quería a Heero
Hilde. Relena...
Relena. Pero ya no importa... Dorothy es una desquiciada, es agresiva y degenerada, pero al menos sabe.. como hacerme sentir ¿entiendes?

Nunca había estado con una chica, por eso no entendía de que hablaba su compañera, pero por su cara se daba cuenta que Dorothy era para ella algo así como el premio de consolación, uno que llenaba un poco su soledad, en cierto modo comprendía ese sentimiento de soledad, porque Erick había desaparecido sin dejar rastro, y aunque no se había enamorado de él, reconocía que llenaba un espacio en su vida...

Como lo había prometido, Mike preparaba el desayuno, ninguno de los dos estaba vestido, aún le faltaba a Quatre cumplir con 2 de sus promesas; el rubio estaba sentado en el suelo, el chico no tenía mesa donde pudieran comer y no quería ensuciar el sillón de la sala. Mike llega a donde está el ex bajista portando un plato que contenía un par de Sándwiches

Mike. Voilá
Quatre. ¡Wau! Te luciste

El chico sonríe por el sarcasmo y también se sienta en el suelo tomando uno de los Sándwich que había preparado, el rubio también agarra uno

Quatre. Me esperaba un platillo Francés muy fino
Mike. Ey ¿qué te pasa? Estos están preparados con una técnica especial

Ambos se comienzan a reír por la tontería de Mike, después viene un silencio, pero no de aquellos incómodos, los dos comían en silencio

Mike. ¿Y tú que haces allá?
Quatre. Pues... nada interesante
Mike. Pero dijiste que tenías carro
Quatre. Jajaja ¿Eso que tiene que ver?
Mike. Tienes razón
Quatre. Hasta hace poco creo que solo perdía el tiempo, pero decidiré trabajar para mi padre
Mike. ¿Qué hace tu padre?
Quatre. Tiene una empresa de satélites, nos va bien
Mike. Ya veo... bueno, no quedes muy lleno porque aún te faltan dos
Quatre. Monstruo insensible

El rubio no podía creer lo bien que la estaba pasando con Mike, parecía que los dos hablaban el mismo idioma, lástima que las condiciones en las que lo había conocido eran aquellas, de otro modo le habría encantado que se hicieran buenos amigos, tal vez algo más...

Había pasado media hora desde que Hilde se había comunicado con el señor Noventa, y él le había dicho que estaría ahí a más tardar veinte minutos. Comenzaba a creer que el hombre se había arrepentido cuando el timbre de la casa suena, ella esperaba en la Sala y enseguida se pone de pie, informándole a la chica del aseo que ella abrirá. Como bien sospechaba, se trataba del señor Noventa, la chica lo saluda de mano y lo invita a pasar, poco después llega Relena que había estado en el jardín y Hilde los presenta

Relena. Lamento lo de su hija
Marshall. Sí, todos estamos muy preocupados, tiene más de 5 meses perdida
Relena. ¿Y no sabe más o menos donde puede estar?
Marshall. Nada, no sé nada

Abatido el hombre agacha su cabeza, Hilde y Relena voltean a verse, era triste ver a un hombre en esa situación, y si estaba en ellas ayudarlo lo harían

Hilde. Iré por Dorothy

Enseguida la guitarrista va por su compañera que seguramente se encontraba encerrada en su habitación, mientras que Relena se queda con Marshall y le ofrece algo de beber, él acepta un vaso de agua

Marshall. ¿Ustedes que relación tuvieron con mi Sylvia?
Relena. Solo profesional, en una ocasión nos entrevistó
Marshall. ¿Solamente?
Relena. Sí, de verdad que nunca tuvimos otro tipo de contacto, al menos hasta donde sé
Marshall. Ya veo

Acongojado el hombre vuelve a agachar su mirada, tal vez ese investigador no era más que un charlatán que lo estaba llevando a pistas que no le servían para nada, las chicas de Dark Sound no eran las primeras a quienes hacía una visita en busca de pruebas... enojada Dorothy hace caso a Hilde en bajar y atender al hombre que buscaba a su hija perdida, la guitarrista no había mencionado que se trataba de Sylvia Noventa, pues de ser así la chica se habría negado, Hilde lo había hecho por descuido, pero ese descuido en realidad sería de gran ayuda. Marshall daba la espalda a la puerta de entrada a la sala desde las escaleras, por lo que Dorothy no lo ve

Dorothy. Más vale que no me haga perder mucho tiempo

Comentaba la rubia a la par que caminaba para estar frente al hombre, en cuanto lo ve de frente se sorprende mucho al ver que se trataba de Marshall Noventa, el hombre también reconoce en la rubia a Dorothy Catalonia y enseguida se levanta del sillón mirando fijamente a la rubia, ella estaba muy sorprendida, no asustada pero sí bastante sorprendida, el hombre en cambio la miraba con dureza, las otras dos se dan cuenta de la rencilla y voltean a verse

Marshall. Dorothy Catalonia
Dorothy. Señor Marshall, que sorpresa

Aparentando ser soberbia y no estar preocupada de su presencia, la chica sonreía descaradamente, cosa que a él no le parece, enseguida Relena se coloca del lado de Dorothy

Relena. ¿Se conocen?
Marshall. Sí, ella era compañera de la Preparatoria de mi Sylvia
Dorothy. Y nunca le agradé ¿verdad?
Marshall. Así es

El ambiente se sentía tenso, Hilde y Relena se miran nuevamente, no entendían nada pero seguramente lo que ellos dos tenían que ver no era de ayuda en saber sobre la desaparición de la joven presentadora

Dorothy. Me dijeron que está desaparecida ¿verdad? Lo siento mucho
Marshall. Yo siempre creí que eras mala influencia para mi hija
Dorothy. ¿Por ser Lesbiana? No sea prejuicioso
Marshall. No era eso, usted la alentaba a faltar a clases, consumía alcohol siendo menor de edad, incluso mi Sylvia llegó a acostarse con un profesor por influencia suya

La rubia se queda completamente callada, aguantándose no sonreír, el hombre la miraba duramente y las otros dos solo abren los ojos ampliamente, estaban sorprendidas por la noticia aunque no les parecía raro que su compañera pudiera haber sido mala influencia para la hija de aquel hombre

Dorothy. Al grano ¿qué quiere?
Marshall. Contraté a un investigador para que me ayude a localizarla

La rubia siente como si perdiera un poco de fuerza en sus piernas, casi sentía que temblaba, por culpa de ese hecho podía descubrirse todo, desde el fraude que su abuelo hacía con sus empresas, hasta los asesinatos y fechorías que había cometido

Dorothy. ¿Ah sí?
Marshall. Sí, y quería saber si acaso ustedes sabían algo, pero ya veo que el investigador se confundió, hace años que ustedes no se veían

Dorothy vuelve a sonreír mientras mira al molesto hombre, Hilde había seguido la conversación desde el inicio y un recuerdo insignificante llega a su mente

Recuerdo...

Había sido aquel día cuando su compañera le presentó a Erick, lo había citado en un Restaurante y la rubia había acompañado a Hilde hasta ese lugar para presentarlos, después de eso ella se había marchado para dejarlos solos. Después de la cena piden una botella de vino mientras se conocían poco a poco; y después de pasar por muchos temas esenciales, a la guitarrista se le había ocurrido preguntarle acerca de sus novias

Erick. ¿Por qué quieres saber eso?
Hilde. Es curiosidad, y para saber con quienes compito
Erick. ¿Competir? Pero si tú eres hermosa
Hilde. Claro que no
Erick. Es en serio, bastante hermosa
Hilde. Bueno, soy hermosa, pero quiero saber
Erick. Bueno, te lo diré pero al rato no quiero reclamos ¿está bien?
Hilde. Está bien
Erick. Quince, oficiales
Hilde. ¿Solo quince? Que poquitas
Erick. ¡Óyeme!

El rumbo que la plática adquirió en esos momentos los hizo reír mucho

Hilde. Y siendo amigo de Dorothy ¿nunca anduviste con ella?
Erick. No, claro que no
Hilde. ¿Entonces nunca has salido con alguien famoso?
Erick. Bueno, eso sí, con varias
Hilde. ¿De verdad? Que emoción, dime quienes
Erick. ¿Y el secreto de prensa qué?
Hilde. Ándale, no seas payaso
Erick. Está bien, pero tú también me contarás tus cosas
Hilde. Mmm, esta bien ¡cuenta, cuenta!
Erick. Nancy Sullivan
Hilde. No te creo
Erick. Es en serio, la conocí en un Bar
Hilde. Ella me encanta "Es una chica con estilo"
Erick. Yo ayudé a su campaña
Hilde. Es genial, me encanta... ¿y quién más?
Erick. Pues Rina Castello, Indira Goldman, Sylvia Noventa y Camila K
Hilde. Wau, sí que eres galán

El resto de aquella noche la habían pasado riendo y conociéndose más

Fin del Recuerdo...

Al recordar aquel detalle que hasta ese momento había permanecido oculto en sus recuerdos, Hilde gira enseguida su cabeza y mira al hombre, por lo que veía no iba a contar con el apoyo de Dorothy, por eso se queda callada

Dorothy. Supongo que ya se va, hace años que no veo a Sylvia como amiga, la vez de la entrevista apenas si nos saludamos, así que aléjese de mi casa y de mis amigas
Marshall. Entiendo, con permiso

El hombre hace un gesto de cortesía a Relena e ignora a Dorothy, que estaba bastante enojada, Hilde por su parte decide acompañarlo a la puerta, cuando sale lo acompaña afuera

Marshall. Gracias por todo
Hilde. Escuche ¿le suena el nombre de Erick?
Marshall. Mi hija tuvo un novio con ese nombre
Hilde. Es que yo salí con él un tiempo
Marshall. Ya veo ¿sabe dónde puedo encontrarlo?
Hilde. No, simplemente se fue y ya no supe de él
Marshall. ¿Pero será el mismo? Porque el tipo con quien salía mi hija era un charlatán

La guitarrista pone cara de confusión pues no sabía a qué se refería el señor Noventa

Hilde. Explíqueme
Marshall. En el tiempo que anduvieron él le sacaba dinero, lo apostaba y hacía trampa en los juegos
Hilde. Creo que no es el mismo, él era bueno

La chica vuelve a tener un recuerdo, ésta vez más reciente, de la ocasión en que había ido a visitar a su antigua manager y ella le había dicho de sus desacuerdos con el asunto de la demanda entre Duo y su novio, pronto recuerda que por ganar la demanda, Erick había recibido una indemnización grande, y que de hecho no mucho después de eso él había desaparecido, la chica se pone casi pálida, Marshall la mira y se preocupa

Marshall. ¿Qué le sucede?
Hilde. Nada, es que... nada, olvídelo
Marshall. Bueno, entonces me voy
Hilde. Sí, que le vaya bien
Marshall. Gracias de nuevo

El hombre se va y Hilde se vuelve a meter a la casa, ahí le esperaba Dorothy muy molesta

Dorothy. ¡Serás idiota!

Sin importarle nada la rubia se acerca a Hilde y la jala de los cabellos, ella grita por el jalón y Relena intenta acercarse pero la rubia se lo impide, después le da una bofetada a su compañera y la avienta con fuerza, enseguida Relena se acerca a la guitarrista

Relena. ¿Qué te sucede Dorothy?
Dorothy. No hagas idioteces ¿oíste? Maldita perra

Para asombro de ambas chicas, Dorothy se marcha muy enojada, ninguna de las dos podía entender porque la bajista se había enojado tanto...

Estaba por terminar de pagar su última deuda, no sabía si era el cansancio tanto de ese día como el de la noche anterior, pero ésta vez sentía que las cosas eran menos fogosas, pero no por eso eran menos sensuales, Mike lo había llevado a su cama, estaban a la orilla de ésta, Quatre acostado boca arriba y Mike encima suyo, de pie agachado, las piernas del rubio le rodeaban la cintura y él se movía dentro suyo, balanceándose rítmicamente, de manera lenta, las mejillas del rubio estaban completamente rojas y aunque los movimientos del chico no eran fuertes o acelerados él gemía profundamente, apretando con fuerza la espalda del empleado y mordisqueándole la oreja, no podía pensar en nada, el éxtasis le llenaba los sentidos, quería sentir más, pero a pesar de que apretaba sus piernas contra la baja espalda del chico con el afán de sentirlo más dentro, no lograba llegar a su orgasmo, entonces baja lentamente sus manos y separa sus piernas, para colocar sus manos en los glúteos del chico, siguiendo los movimientos de sus embestidas

Mike sonríe por aquella acción, le había encantado, y empieza a imprimir velocidad para disfrute de ambos, el rubio abre sus ojos ampliamente y lo mira a los ojos, gimiendo como loco, doblándose hacia delante, ahora si sentía que tocaba sus puntos más sensibles, y entre más sentía ese delicioso choque eléctrico más apretaba sus manos contra los glúteos del chico, hasta que lo siente venir, su semilla explota entre el cuerpo de ambos y siente a la vez el miembro del chico que se colapsa, por el preservativo no lo sentía a plenitud, pero conocía la sensación, el gemido de ambos inunda la habitación, Mike se retira del cuerpo del rubio y sin quitarse el condón se acuesta a su lado, ambos jadeantes, sudando y con la respiración agitada

Quatre. Cielos... eso fue.. increíble

Al mismo tiempo se miran a los ojos y se sonríen con complicidad, Mike ríe un poco mientras cierra sus ojos, aún le parecía increíble que se pudiera sentir tanto con el sexo, pero más aún, que siendo Quatre prácticamente un desconocido para él, se hubiese convertido de la noche a la mañana en alguien importante, tal vez se debía a su poco trato con las personas, porque aunque trabajaba en la cafetería, realmente no tenía muchos amigos, sin duda iba a extrañar al ex bajista

Mike. ¿De verdad te vas?
Quatre. Sí, es definitivo

Aunque no lo quería aparentar, Quatre nota en Mike un gesto de tristeza, él también había simpatizado mucho con el chico que lo había ayudado a escapar de Joe, pero realmente no tenía ningún motivo para quedarse

Mike. Cierto, espera aquí

El chico se levanta de la cama y primero se quita el condón tirándolo al suelo, después se acerca a uno de sus cajones y saca algo, se acerca a Quatre que le miraba extrañado y cuando se sienta, Mike le extiende la mano, la cual tenía algunos billetes, el rubio los mira y frunciendo el ceño mira al chico

Quatre. ¿Qué es eso?
Mike. Dinero
Quatre. Ya lo sé

El rubio se veía muy molesto, no podía creer que Mike fuera igual al descarado de Trowa y le ofreciera dinero a cambio de lo que habían hecho, se sentía ofendido

Quatre. Eres un idiota

Mike no entendía porque se enojaba el rubio, en cambio el ex bajista estaba muy decepcionado del chico, por eso se pone de pie y sale de la habitación para ir por su ropa, confundido el chico lo sigue

Mike. ¿Por qué te enojas?
Quatre. ¿No quieres que me enoje si me pagas por los favorcitos?

Rápidamente se comienza a poner la ropa interior, los pantalones, la camisa y por último los zapatos, mientras Mike lo miraba aún sin entender del todo

Mike. No te estoy pagando

Menos impulsivo Quatre voltea a verlo

Quatre. ¿Entonces?
Mike. Considéralo un préstamo, no tienes con que regresar a New York ¿no?

Nuevamente extiende su mano con el dinero, Quatre lo mira unos momentos y también extiende su mano para agarrarlo pero antes de hacerlo se detiene y mira al chico

Quatre. No gracias
Mike. ¿Por qué?
Quatre. ¿Y cómo te lo voy a pagar?
Mike. Ese es mi pretexto para volver a verte

Se mostraba serio, pero realmente quería sonreír, Mike era un chico muy dulce

Mike. ¿Lo aceptas?
Quatre. Gracias

Sonriéndole estira de nuevo su mano y agarra el dinero, Mike se pone muy contento, Quatre mira el dinero unos momentos y después lo mete a su pantalón, no pensándolo por mucho tiempo, decide quitarse la camisa, Mike se sorprende pues piensa que quizás el rubio quiere adquirir otra deuda, pero para su sorpresa tampoco era así

Quatre. Préstame una pluma

El chico no entendía para qué, pero aun así va por lo que le pide el rubio y se lo da, Quatre se agacha colocando la camisa en el suelo y ahí pone su firma, Mike enarca una ceja, era extraño lo que había hecho Quatre, pero el rubio se levanta contento y se la da

Quatre. Es como un pagaré, dame una camisa tuya, no puedo salir así
Mike. Sí, está bien

Haciendo caso a la petición, va a su habitación por la camisa y se la da a Quatre cuando regresa a la sala, después se va otra vez para vestirse y acompañar al rubio. Los dos salen del pequeño departamento y a pie del edificio se despiden con un abrazo

Mike. Cuídate mucho
Quatre. Tú también

El rubio se da media vuelta y comienza a marcharse, Mike lo observaba fijamente, su delgada figura se alejaba, era obvio que tal vez no lo volvería a ver, por eso se quería llevar un mejor recuerdo, entonces se decide y automáticamente sus pies se comienzan a mover, llega hasta el chico y lo sujeta del brazo, Quatre se sorprende y voltea, Mike le sujeta el rostro con ambas manos y lo besa en los labios, el rubio no se hace esperar y le corresponde, la calle estaba prácticamente sola, solamente estaban ellos dos... al separarse abren sus ojos mirándose mutuamente, Quatre se muerde sutilmente el labio inferior y le sonríe, Mike también sonríe e intenta decir algo, pero el ex bajista coloca el dedo índice sobre sus labios, Mike baja sus manos del rostro y Quatre simplemente se va

Mike. Hasta luego

Debía resignarse y así lo hace, metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón, se da media vuelta y se marcha, deseándole lo mejor al rubio... al llegar de nuevo a su departamento, se quita los zapatos y al mirar el desorden suspira cansado y en lugar de rejuntarlo, se tira en el tendido de sábanas que el rubio había hecho la noche anterior, cerca de uno de los muebles tenía viejas revistas de música y estira su mano para tomar una, comenzando a hojearla desinteresadamente, hasta que ve un artículo que llama por completo su atención, sorprendido se sienta rápidamente

Mike. "Escucha lo nuevo del segundo álbum de la banda Neoyorquina The Wings"

Sus ojos no podían creer lo que veía, en el artículo había una foto reducida del supuesto grupo y reconoce en uno de los integrantes a Quatre, esa revista tenía muchos meses de antigüedad y cuando había visto ese artículo no le había tomado mucha importancia, de hecho era un artículo muy pequeño. Sonriendo ampliamente voltea a ver la camisa que Quatre había dejado y la toma, ahora entendía porque el rubio la había firmado...

A pesar de que Trowa había recibido buenas referencias del Investigador, éste aún no conseguía el paradero de Quatre, por desgracia el ojiverde no sabía del apellido de Joe, así que no le quedaba nada más que esperar...

Se sentía muy bien, los sucesos de la noche anterior y los de la mañana lo tenían relajado, Mike le había causado una excelente impresión, había ayudado a un desconocido sin esperar algo a cambio y además le había regalado experiencias sexuales que jamás olvidaría, además había encontrado en él a un chico muy dulce, sin duda le había gustado mucho ese muchacho.. iba rumbo al lugar de taxis que Mike le había indicado para que llegara más seguro al Aeropuerto, se sentía con un peso menos encima ahora que sabía que Joe ya no lo iba a tener encerrado y que regresaría a New York, aunque muy posiblemente ahí sufriría el recordar su triste pasado con Trowa, pero eso era algo que debía superar

Quatre. Espero no perderme, a ver... dos calles a la izquierda... derecho hasta tres calles...

El rubio estaba muy entretenido en sus pensamientos, tanto que no siente que lo están observando, a él lo único que le interesaba era dejar esa ciudad, porque aunque era una de las más hermosas que había visitado, ya no quería estar ahí, ni siquiera volver. Caminaba tranquilamente fijándose en cuantas calles acababa de pasar, cuando de pronto siente que lo jalan con fuerza del cabello, por instinto levanta sus manos para intentar soltarse y al girar su cabeza hacia atrás, se sorprende y asusta de ver a Joe atrás de él, mirándolo enojado

Joe. ¿Creíste que te escaparías?
Quatre. Me lastimas

Como si le hubiera dicho lo contrario, Joe le jala otra vez los cabellos atrayendo su cabeza hacia él, Quatre emite un grito pero enseguida el hombre le tapa la boca con la otra mano

Joe. Cállate, vámonos tranquilos ¿si mi amor?

Por no molestarlo más, Quatre mueve su cabeza para decir que sí, Joe sonríe y lo comienza a guiar pero entonces el rubio aprovecha y le da un fuerte pisotón, por el dolor Joe suelta a Quatre y éste comienza a correr, enseguida y cojeando lo comienza a perseguir, las calles no estaban transitadas y eso hace sentir a Quatre que no podrá huir, pero quería hacer el intento

Quatre. ¡Vete al diablo Joe!
Joe. Nos iremos juntos amor

Joe tampoco podía permitirse el lujo de dejar ir al rubio, lo quería para él solo, desde la primera vez que lo había visto en una entrevista para un programa de MTV de nuevos talentos, en ese mismo instante había quedado enamorado del rubio, y se había propuesto hacerlo suyo, ya había dado un gran avance, pero al parecer el ex bajista estaba obsesionado con huir de él y eso no lo podía permitir... a pesar de su dolor de pie, Joe le da alcance a Quatre, sujetándolo otra vez de los cabellos, comenzando a empujarlo para que continúe avanzando

Quatre. Suéltame idiota
Joe. ¿Dónde pasaste la noche?
Quatre. No te importa
Joe. ¡Claro que sí... quiero saber si te acostaste con alguien!

Colérico y sin razonar, Joe estrella la cara de Quatre contra el vidrio de una camioneta por la que iban pasando, el rubio siente como si se le hubiera roto la nariz y grita, sujetándose el rostro al caer de rodillas al suelo, Joe lo mira fijamente, como si entendiera que ha hecho mal al golpearlo y se agacha

Quatre. ¡Púdrete!

La ofensa del rubio hace enojar aún más a Joe, no le iba a permitir expresarse de esa forma, después de todo ellos iban a ser amantes por siempre, él debía hacerlo entender que merecía respeto. Por eso lo sujeta otra vez de los cabellos y con fuerza los jala para ponerlo de pie, unas lágrimas comienzan a caer por las mejillas del rubio

Joe. No te pongas así amor, lo hago por nosotros
Quatre. Lo haces por ti
Joe. ¡Eso es mentira!

No quería tolerar más ofensas por parte de su amante, mejor sería si lo callara por un tiempo, por eso le suelta los cabellos y lo empuja, Quatre trastabilla pero no cae, en cambio siente por parte de Joe, un duro golpe en el rostro que termina de dislocarle la nariz comenzando a sangrar, intentaba tocarse la nariz pero le dolía demasiado, sus manos le temblaban

Quatre. Basta

Nunca antes se había sentido tan asustado y Joe nunca se había sentido tan molesto, pero si lo hacía era para ayudar a Quatre, debía de domesticarlo. Necio el rubio quería huir, su mente no le daba para pensar en otra cosa, por eso a pesar del dolor intenso comienza a caminar en dirección contraria

Joe. Mi amor, no me obligues por favor

El hombre también comienza a derramar lágrimas, Quatre se estaba portando muy mal, por eso debía hacerle eso, pero realmente no lo quería. Aun así llega hasta el rubio y lo empuja por la espalda, él continúa caminando pero Joe lo vuelve a empujar con más fuerza haciéndolo caer, Quatre pone sus manos para no golpearse el rostro, pero Joe se agacha y le da un golpe en la boca, rompiéndole levemente el labio

Quatre. Ya no

Joe estaba muy molesto, el rubio le suplicaba, pero sabía que si dejaba de hacerlo, entonces el ex bajista se aprovecharía y huiría

Joe. Lo siento amor, tú me obligas

Decidido se pone de pie, Quatre lo mira asustado no sabiendo que hará, hasta que siente un fuerte golpe en el estómago que le saca todo el aire, escupe saliva y poco después pierde la noción de sí mismo, pero Joe vuelve a darle una patada a pesar de que ya estaba desmayado, y nuevamente intenta darle otra

"¡Deténgase enseguida!"

Sorprendido Joe voltea al lugar donde proviene la voz, se trataba de un policía que avanzaba hacia él rápidamente, Joe no encuentra que hacer, mira a Quatre fijamente, si huía lo perdía para siempre, y si se quedaba entonces lo arrestarían, su cabeza era todo un embrollo y no encuentra una acción rápida, eso le da tiempo al policía de llegar hacia él apuntándole con su arma con una mano mientras con la otra toma su comunicador y pide ayuda, saca enseguida sus esposas y pide a Joe que se voltee y ponga sus manos sobre un auto que estaba cerca de él, Joe obedece y el policía le pone las esposas...

En New York era de noche, Duo la había pasado en cama todo el día y sin poder dormir, las luces de la enfermería ya estaban apagadas. El trenzado había tenido tiempo de sobra para recapitular su vida en esos últimos años. Al cumplir 18 y salir de la Preparatoria había decidido que no quería estudiar una carrera y que lo suyo era ser músico, así que junto a Kim y otros compañeros de escuela decidieron hacer de su carrera amateur de músicos preparatorianos, una pequeña carrera de Bares, conservando su nombre de Deathscyte, jamás habían grabado un disco pero al ser buenos nunca les había hecho falta el trabajo.

Y podía decir que el año que había durado su carrera junto a sus amigos de escuela, la había pasado realmente bien, ninguno vivía con sus padres, la pasaban muy bien viviendo de la música. El alcohol y las mujeres nunca les habían hecho falta. Pero su vida había dado un giro inesperado al conocer a Trowa Barton, un niño rico caprichoso que estaba en Pro de formar una nueva banda y lo había invitado, con Deathscyte la pasaba muy bien, pero aquella propuesta lo había convencido y después de aceptar, The Wings había visto la luz, convirtiéndose gracias al financiamiento de su compañero baterista, en una banda local conocida, en su primer presentación se habían enfrentado a un problema con Dark Sound, un grupito de niñas bobas que se dedicaban al Rock metal, comenzando así una divertida rivalidad entre ambos.

Aquel año había sido muy bueno también, ambos grupos competían por ser los mejores, seguía sin faltarle trabajo y dinero, además del alcohol y las mujeres, todo iba bastante bien, pero tal vez el verdadero cambio en su vida no había sido aquel en que había decidido abandonar a sus antiguos compañeros de escuela, tal vez el verdadero giro había estado en la maldita fiesta de primer Aniversario de The Wings, en ella por primera vez había experimentado el ser acosado por Trowa, su molestoso compañero, que a partir de ese momento y gracias a las drogas y el alcohol había comenzado a mostrar sus verdaderas intenciones hacia él; pero además de eso, en aquella fiesta y gracias a la tonta intervención de las niñitas bobas, había descubierto en Heero una faceta que jamás le había mostrado, y que por alguna extraña razón comenzaba a cambiar su forma de pensar hacia él.

A partir de ese día las cosas habían comenzado a cambiar realmente, ya que poco a poco su compañero vocalista entraba en su corazón, hasta que lo había conquistado por completo, enamorándose por primera vez, y sobre todo de un hombre, eso lo había angustiado pero también reconocía que jamás había sentido tanta felicidad. Pero nada es para siempre y por culpa de las actitudes infantiles, egoístas e inconscientes de los dos, se habían perdido mutuamente, incluso le había provocado la muerte a Heero, dejándolo a él solo con la amargura de sufrir su pérdida, hundiéndose cada vez más en un abismo profundo y frío del que parecía no iba a salir, su vida había dado un giro horrible, y había pasado momentos realmente crueles en el lugar donde estaba, pero todo ello le había ayudado a superar en un pequeño grado la pérdida de su amor, no podía decir que lo había olvidado por completo, pero al menos quería vivir, seguir adelante y que su vida volviera a dar un tremendo giro, lejos del dolor

Duo. Lo voy a lograr

Su enorme sonrisa le devuelve la hermosura a su rostro, una hermosura que había hundido en lo más profundo al sumergirse en su sufrimiento y su soledad, pero había llegado el momento de abrir los ojos y continuar...

Trowa ya estaba harto de esperar, ya no iba aguantar un segundo más, si era necesario salir de ahí y buscarlo el mismo, entonces lo haría. Estaba decidido, por eso se levanta de la molesta silla donde estaba y camina hacia la puerta de entrada, pero en ese momento, el Investigador sale con una hoja de papel

Investigador. ¡Espere!
Trowa. ¿Qué quiere? Ya no aguanto más
Investigador. Lo encontré

Volteándose completamente hacia el hombre, Trowa le sujeta los hombros con las manos y le da un pequeño empujón

Trowa. ¡Dígame donde!
Investigador. Está en el Hospital

Toda la sangre de Trowa se agolpa en sus pies y suelta enseguida al hombre, mostrando un rostro pálido, y sus ojos estaban casi perdidos

Trowa. No es verdad
Investigador. Es la verdad
Trowa. ¡Dígame en cual!

Casi perdido en la angustia, nuevamente le sujeta los hombros y lo sacude

Investigador. Cálmese... en ésta hoja esta todo

Sin decir nada Trowa arrebata la hoja y sale corriendo del lugar, no le había pagado por completo al investigador, pero éste comprendía la angustia y confiaba en que después de encontrar al chico volvería para pagarle. Afortunadamente su computadora estaba conectada con los Servidores de distintos Hospitales, así como otro tipo de Dependencias públicas y privadas... el ojiverde corría desesperado, su mente no daba más que para pensar que si estaba Quatre en un Hospital era por culpa del desgraciado de Joe, y si era cierto, entonces ese hombre no podía seguir disfrutando de su vida, de eso se encargaba él

Continuará...


Notas de Autor: Los nombres mencionados por Erick a excepción de Sylvia Noventa, han sido inventados por mí, si existieren en la realidad no tienen nada que ver con ésta historia


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