El jardín de las delicias
Capítulo
26. Reencuentro y Despedida
Después
de haberse desahogado en los brazos de Wufei, el rubio sale de la habitación y
se dirige al baño para ducharse, el pelinegro aún sin creer que acababa de
estar con su amigo, se viste y sale discretamente de la habitación, Quatre no
le había contado lo sucedido así que ignoraba la presencia de Irea, y tranquilamente
se dirige al refrigerador por un poco de agua, pero para su sorpresa la rubia
estaba sentada en el sillón de la sala, con los brazos cruzados y el ceño
fruncido, mirándolo con desaprobación, Wufei se sorprende de verla ahí y
después se sonroja por completo, Irea se levanta del sillón y se acerca a él
Irea.
Que decepción
Wufei.
A ti no tengo porque explicarte
Irea.
Lo sé, pero se supone que ustedes son amigos
Wufei.
Eso no te importa
Irea.
Claro que sí, porque Quatre es mi hermano y sé lo que siente, además quiero que
se quede con Trowa
A
Wufei no le sorprende que Irea diga aquellas palabras, pero lo que si lo deja
perplejo es la mención del nombre del ojiverde, a quien había olvidado por
completo, así que se queda callado mirando a la rubia
Irea.
Son crueles, Trowa estuvo aquí
Los
ojos negros del ex guitarrista de The Wings se abren tan ampliamente que poco
faltaba para que salieran de sus órbitas
Wufei.
Trowa...
Irea.
¿Te das cuenta?
Sin
tener nada que decir, Wufei mira unos momentos a la rubia y después le da la
espalda, sin importarle que no se había despedido de su amigo, sale enseguida
del departamento, ahora que Trowa había ofrecido su ayuda a él y Sally, ahora
que Trowa había cambiado, ahora que le había ofrecido una amistad, él lo
traicionaba con la peor puñalada, nunca antes se había sentido tan miserable...
Minutos después Quatre sale del baño con bata, secándose el cabello con una
toalla, mira a su hermana sentada en la sala y emite un respingo torciendo la
boca, sabía que le regañaría y no quería oírla, por eso vuelve al cuarto pero
al no ver a Wufei en él, sale enseguida y se acerca a la sala donde está su
hermana, pero antes de que pudiera preguntar por el ojinegro, Irea se levanta y
se acerca a él
Irea.
¿Te pareció justo?
Quatre.
¿De qué hablas?
Irea.
Herir a Trowa
Quatre.
Trowa, Trowa, todo es sobre Trowa ¿quién piensa en mí? en cómo me siento
Irea.
Quatre basta, el mundo no gira entorno a ti
La
respuesta de su hermana hace molestar a Quatre que enseguida avienta la toalla
al suelo
Quatre.
¿Y por eso no debo tener sentimientos? supongo que por eso no debe de dolerme
Irea.
No se trata de eso... se trata de superarlo
Quatre.
¿Y el dolor? ese continúa
Irea.
Porque no lo dejas ir, tu solo te has hecho su prisionero... Trowa lo entendió
y por eso cambió
Quatre.
Pero...
Irea.
No soy nadie para contártelo todo, además de que no sé exactamente todo lo que
pasó, pero Trowa sufrió mucho en tu ausencia, casi hasta morir, pero lo superó
y cambió, lo hizo por ti, para ser digno de ti
Después
que le temblara el labio, las lágrimas comenzaron a brotar e instintivamente se
llevó las manos al rostro, Irea se acercó y lo abrazó con fuerza
"Sé
que te hice mucho daño, por eso he venido aquí, a pedirte perdón, y a decirte
que te amo, que si me lo permites, quiero estar siempre contigo"
Quatre.
¿Cómo hago para olvidar?... no sé cómo superarlo... pero quiero estar con él...
decirle que también lo amo... que quiero estar con él para siempre
Irea.
Solo tienes realmente que creer en ello, solo así lo harás
Como
un niño, el rubio se acurruca en brazos de su hermana al bajar las manos de su
rostro y en silencio llora sobre ella, Irea sonríe al ver que sus palabras han
surtido efecto y tampoco dice nada más, mientras Quatre continúa pensando que
lo mejor en ese momento es irse de viaje y estar lejos de Trowa un tiempo…
Al
haber llegado a casa, bastante molesto y triste por lo que había visto, Trowa
se tira en la cama boca abajo, escondiendo el rostro de la luz, en ese momento
quería hundirse para ya no salir jamás, la vida sin Quatre no tenía sentido, ni
siquiera sabía en qué punto de su vida el rubio se había vuelto tan
indispensable, en qué momento se había enamorado perdidamente de él
Trowa.
Ya no puedo…
Jamás
se había sentido tan dolido, y tenía unas ganas enormes de partirle la cara a
Wufei, pero no podía mostrarse así, debía calmarse, él ya no era el mismo
hombre violento que quería cobrarse todo a la fuerza, pero la rabia era
bastante, porque acababa de ofrecerle su casa a ese hombre que por momentos
quiso considerar amigo, pero ahora estaba confundido ¿acaso estaba haciendo
todo mal? ¿Convenía mejor ser el mismo de antes? Estaba tan molesto que
comenzaba a considerarlo, pero una voz interior le pedía que no
Trowa.
¿Y qué debo hacer?
A
pesar de que tenía semanas sin pensar en ello, solo de recordar el dulce sabor
del licor le hacía lamerse los labios, recordando aquel fiel amigo que jamás le
cuestionaba, el único que le acompañaba incondicionalmente, haciendo menos
tristes sus desgracias, y en esos instantes lo estaba necesitando.
Inconscientemente se levanta de la cama y se dirige a su gaveta donde antes
guardaba el licor y las drogas, pero ahora estaba vacío de esos productos; como
si pudiera haber en algún rincón, comienza a hurgar, buscando algo, por lo menos
un poco de alivio
Trowa.
No hay nada
Desesperado
saca todo lo que tiene en la gaveta, tirándolo al suelo, y al sacar lo último,
da un pequeño jalón a una camisa atorada y logra verse al espejo en el momento
de girarse un poco, mirándose fijamente, viendo en aquel reflejo la imagen de
su pasado que tanto odiaba, sus ojos se abren un poco más, mirándose con horror
Trowa.
Patético…
Dándose
cuenta de su forma de actuar tan estúpida, suelta la camisa y se deja caer de
rodillas al suelo, apoyando sus puños en el suelo
Trowa.
No…
Cansado
cierra sus ojos, necesitaba paz, no solo era Quatre, él necesitaba paz, una que
no le brindaría nunca el rubio si ambos no se daban un tiempo, tal vez era
mejor que el hiciera un viaje lejos y no volver en mucho tiempo, tal vez por el
momento dar la espalda a todo era la solución. Pero enseguida recuerda que no
puede irse así nada más, quería estar presente cuando Duo fuera liberado,
quería estar presente cuando Catherine caminara completamente normal, y quería
estar ahí para ver al hijo de Sally y al hijo de Zechs, no podía simplemente
irse, aunque estaba confundido, ya no sabía que era lo correcto, tal vez
incluso estar lejos de Quatre era lo mejor, que ambos se olvidaran que algún
día hubo algo, amor, odio, humillación, tristeza, angustia, tal vez ya era
mejor dejarlo pasar y que cada quien hiciera su vida lejos del otro. Se quedó
dormido en el suelo, con miles de preguntas sin respuesta…
Al
llegar a la habitación del Hospital, Wufei mira unos momentos a Sally desde la
puerta, su amiga estaba dormida, se veía tan tranquila que sonríe, acercándose
después. Cuando llega hasta la cama, se arrodilla a un lado de ésta y sujeta la
mano de la mujer, cerrando los ojos y acariciándose la mejilla con ésta
Wufei.
Perdóname… soy un idiota
Desde
hace tiempo había deseado a Quatre, cuando lo había conocido le había gustado,
y de cierto modo había química entre ambos, aquella la había descubierto
gracias a que su antigua asesora de imagen los había encerrado en un
departamento, ahí le había conocido mejor y le había deseado más que nunca,
pero solo había logrado obtener un beso, sin darse cuenta que aquel visto por
Trowa había iniciado el calvario de Quatre, porque con ese beso el ojiverde se
había mostrado celoso por primera vez, no soportando el hecho de ver al rubio
besarse con él, esa noche Trowa y Quatre habían tenido sexo por primera vez,
desencadenando toda la tragedia que ahora les perseguía como una ingrata
sombra. Y él, Wufei se había quedado fuera desde ese momento, para el rubio él
solo era un escape, siempre un escape, para el ex bajista, él no era nadie más
que un amigo, pero siempre se había hecho el tonto, creyendo que entre los dos
podía surgir algo, y a pesar de que amaba a Traize, su relación con Quatre
siempre había sido compleja, física, sentimental, sin embargo jamás había
entendido que no eran el uno para el otro.
Ese
día habían tenido sexo, como seguramente ambos habían deseado por lo menos en
alguna que otra fantasía, entonces ¿Por qué no se sentía bien? ¿Por qué nunca
había sentido tanta culpa como ese día? ¿Porque deseaba fuertemente que aquello
nunca hubiera pasado? Se sentía un tonto, por dejarse abrazar por el placer,
por el deseo, por haber estado con Quatre. Nuevamente descubiertos por Trowa,
sin saber que en ésta ocasión, no era un calvario el que les esperaba a sus ex
compañeros
Sally.
¿Qué sucede?
Despertándose
poco a poco, la chica observa a Wufei a su lado y sonríe, pero él mostraba un
gesto de tristeza, la miraba fijamente, se levanta un poco y le agarra con
fuerza la mano que antes ya sostenía
Wufei.
Te quiero
Incrédula
abre sus ojos ampliamente, su amigo nunca le había dicho algo así, pero en esa
mirada había algo no sincero, pero ocultando su tristeza le sonríe
Sally.
Y yo te amo
Sin
responder por sentirse un miserable, Wufei se agacha un poco y besa los labios
de Sally, nuevamente ella no percibe sinceridad, pero colocando su mano en la
nuca del pelinegro, lo acerca más a su rostro, correspondiéndole aquel beso. Al
separarse, Wufei se vuelve a arrodillar y recarga su cabeza en la cama, sin
soltar la mano de Sally, ella lo mira con tristeza, estaba segura que algo
había pasado, que tal vez su amigo había estado con otra persona, sin embargo
no dice nada, tan solo aprieta su mano con la de Wufei…
Como
siempre, Trowa lograba ingresar a la cárcel para ver a Duo en horas que no
correspondían a las de visita, era ahí cuando pensaba que el dinero era
realmente útil. La verdad es que necesitaba hablar con alguien y sabía que con
Catherine solo recibiría el mismo consejo de siempre, por eso necesitaba
charlas con alguien más. Era ya de noche y en la sala de visitas no estaba
nadie, Duo llega acompañado de un celador y sonríe a su ex compañero de grupo,
Trowa se levanta un poco de la silla y después se vuelve a sentar
Duo.
Que gusto Trowa
Trowa.
Lo mismo digo
Duo.
No es reproche pero ¿a qué viniste a estas horas?
Trowa.
Estoy… confundido
Duo.
Dime
Sus
días en la cárcel estaban contados, pero a pesar de eso, el trenzado sentía
alegría de que el ojiverde tuviera la atención de visitarlo, aunque en esa
ocasión, Trowa se veía realmente afligido y él sabía bien que eso se debía a
Quatre
Trowa.
Wufei y Quatre estuvieron juntos
La
confesión había tomado por sorpresa a Duo, sin embargo no le sorprendía el hecho
en cuestión, porque él sabía de lo que su amigo rubio pensaba de Wufei, aun así
tardó en responder, mirando fijamente a Trowa
Duo.
¿Y qué hiciste?
Trowa.
Renuncié, yo ya no… lo buscaré más
Duo.
¿Por qué? Tú lo amas ¿o no?
Trowa.
Si pero…
Duo.
Heero está muerto…
El
ojiverde que todo el tiempo había tenido la cabeza agachada, la levanta
lentamente y mira con sorpresa y pena a su ex compañero, pero Duo le sonreía
tenuemente, casi sin emoción, Trowa pasa duro saliva antes de intentar hablar,
pero el ojivioleta se lo impide
Duo.
Te preguntarás que tiene que ver contigo… pero si Heero y yo no hubiéramos sido
tan necios y orgullosos tal vez estaría aquí
Trowa.
Duo…
Duo.
Sí, es verdad, lastimaste a Quatre y él te lastimó a ti ¿y eso qué? ¿Por algo
así lo dejarás pasar? No pierdas a Quatre como yo perdí a Heero, te
arrepentirás… no sé si es a escuchar un consejo por lo que has venido, pero es
todo lo que puedo decirte, lo siento
El
ex baterista se queda completamente callado, mirando la faz de Duo, leyendo en
ese rostro el dolor que aún no superaba a pesar de recuperar la sonrisa, y
entonces entiende su punto de vista, pero él estaba preparado, desde que había
salido de la clínica estaba preparado para Quatre, sin embargo, ahora era el
rubio quien no estaba preparado para él
Trowa.
Lo lamento, no quise…
Duo.
Ve por él Trowa, se necesitan
Trowa.
Entiendo, muchas gracias
El
ojiverde se levanta de la silla y se acerca a Duo, para sorpresa del trenzado,
se agacha hacia él y le rodea el cuello con las manos, alcanzando a recargar un
poco su barbilla en el hombro de su ex compañero
Trowa.
Perdón por el pasado… y gracias por tu amistad
Sonriendo
sinceramente, Duo cierra sus ojos y abraza al ojiverde, apretando ligeramente
la espalda con sus manos, sintiéndose realmente bien. Trowa lo suelta segundos
después y lo mira de pie
Trowa.
Regresa a casa cuando salgas
Duo.
Lo haré
Sonriendo
amigablemente, Duo se levanta de la silla y regresa a su celda acompañado del
celador que en todo momento había estado de espectador, Trowa lo ve entrar y
también da la espalda, saliendo de la sala de visitas, dirigiéndose de regreso
a casa, pensando que ya era hora de dejar las cosas atrás, y para eso, debía
hablar con Quatre por última vez…
Al
día siguiente por la mañana, Wufei decide enfrentarse a la situación y regresa
a casa de Trowa, la noche anterior había dormido en el Hospital, no teniendo el
valor de regresar a la casa que el ex baterista le había ofrecido. Pero ese día
debía dejar en claro la situación, por eso después de asegurarse que Sally
desayunara como es debido, sale de la Institución y se dirige a casa de los
hermanos Bloom, ahí es recibido con mal gesto por Catherine, que se limita a
solo abrirle sin dirigirle la palabra, la pelirroja estaba muy molesta con él
por lo sucedido. Trowa, que había oído el timbre, baja enseguida, topándose al
pie de la escalera con el pelinegro, Wufei enseguida se sonroja, en cambio el
ojiverde permanece serio, mostrándose frío, ni siquiera le había saludado
Wufei.
¿Podemos hablar?
Trowa.
No necesitamos hablar, no quiero saber cómo pasó ni porque lo hicieron
Wufei.
Pero…
Trowa.
Entiende, ni mi decisión de ayudarte ni el amor que siento por él se acaba por
lo que pasó, y no me interesa conocer detalles, así que por favor vete,
acompaña a Sally
Wufei.
Pero Trowa, yo…
Trowa.
¿Cómo te lo explico? Guárdate tus disculpas
Sin
alargar más la conversación, Trowa mete las manos a los bolsillos del pantalón
y termina de bajarse de las escaleras, desapareciendo de la vista de Wufei al
dirigirse al comedor, el corazón del chino latía con fuerza, tenía la necesidad
de hablar, pero era obvio que Trowa no lo quería escuchar y realmente no lo
juzgaba por ello. Cabizbajo se va de la casa sin decir nada más, regresaría al
Hospital y se quedaría al lado de Sally, cuidando de ella hasta que naciera su
bebé…
Días
después…
Ahora
que había cambiado, Trowa estaba enmendando algunos de sus errores, pero además
estaba tratando de ayudar a sus allegados en distintas formas, a Duo lo estaba
sacando de la cárcel, a Wufei lo había ayudado con lo del embarazo de Sally, y
ahora quedaba alguien más, Noin, la mujer de su antiguo manager también estaba
esperando un bebé y de ella no se había ocupado investigar, por eso aquella
tarde decide llamar a Richard para que éste le pase el teléfono de Hilde, de
quien sabía era la única que tenía contacto con la ex manager de Dark Sound,
pero el abogado no le había contado nada de lo que había sucedido últimamente,
por lo que lo cita en su departamento. Así que al llegar la hora acordada, el
ojiverde va al departamento del abogado y éste lo recibe en compañía de Mark
Trowa.
¿Ya me dirás por que tanto misterio?
Antes
de contestarle, Richard y Mark se miran, el abogado hace una seña a Trowa para
que tome asiento y éste obedece, mientras lo hace, Mark se dirige a la barra de
vinos de Richard, el ojiverde mira de reojo y después voltea
Trowa.
Solo agua mineral
Mark.
Es cierto, lo siento
El
ojiverde vuelve a mirar a Richard, el cual permanece de pie, poco después
regresa su amigo con el vaso de agua para el ex baterista
Richard.
Hilde está desaparecida
Trowa.
¿Qué dices?
Sorprendido
y preocupado, Trowa se pone de pie sin dar un solo paso, mirando duramente al
abogado, pero Richard no le sostiene la mirada, la desvía enseguida
Trowa.
¿Y no has hecho nada? Acaso no le dijiste que no se entrometiera de más ¿Qué
haremos si algo le pasó?
Richard.
Créeme, estoy tan preocupado como tu
Trowa.
Debemos contar con la policía
Richard
vuelve su mirada a Trowa y después a Mark
Trowa.
¿Qué pasa?
Richard.
Hemos hecho actos de espionaje, y no es legal sin licencia
Trowa.
Pero estamos hablando de una vida
Richard.
Lo sabemos
Enojado
el ojiverde vuelve a sentarse sobre el sillón, con la cabeza agachada,
pasándose una mano sobre el cabello y después vuelve a mirar al abogado
Trowa.
Es seguro que la tengan Dorothy y el tal Erick ¿no ha actuado extraño él?
Richard.
Lo hemos seguido y no ha hecho otra rutina diferente
Trowa.
Ojo por ojo
Richard.
¿De qué hablas?
Trowa.
Secuestrémoslo
Asombrados,
el abogado y su amigo se miran mutuamente ¿acaso Trowa se había vuelto
completamente loco? Si el espionaje era ilegal, mucho más lo era el secuestro,
pero el ojiverde se veía realmente decidido, y la verdad es que ellos no
deseaban cargar con la muerte de Hilde en sus conciencias, así que después de
pensarlo detenidamente unos momentos, Richard sonríe tenuemente
Richard.
Está bien
Mark.
¿Te has vuelto loco?
Richard.
No, es buena idea
Mark.
¿Cómo va a serlo? Podemos ir a la cárcel
Richard.
¿Y prefieres que esa chica muera?
Mark.
Claro que no, pensemos en algo más
Trowa.
No hay tiempo, Dorothy está loca
Mark.
Pero…
Richard.
¿Estás o no en esto?
Mirando
a su amigo unos momentos, Mark acentúa su mirada
Mark.
Estoy contigo en todo
Richard.
Bien
Sonriéndole
a su incondicional amigo, Richard se gira después hacia Trowa
Richard.
Lo haremos
Trowa.
Bien, entonces cuando lo hagan llámenme, yo me encargo de hacerlo hablar
Richard.
Entendido
Trowa.
Me retiro, espero su llamada
Sin
más formalidades, Trowa da un solo trago a su agua mineral y sale del
departamento del abogado. Mientras se dirige a su auto, su teléfono celular
suena, en pantalla no reconocía el número, así que contesta enseguida, se
trataba de Irea que le llamaba desde el departamento, se oía un poco agitada
Irea.
Trowa ¿Dónde estás?
Trowa.
No estoy en casa ¿Qué pasa?
Irea.
Es Quatre, está empacando
Trowa.
¿Empacando?
Irea.
Sí, dice que se va a California, tienes que retenerle
Quedándose
callado unos momentos, Trowa suspira después y sonríe
Trowa.
Déjalo que se vaya
Irea.
¿Pero qué estás diciendo?
Trowa.
Necesita pensar las cosas, alejarse de mí
Irea.
Pero…
Trowa.
Es bueno para él
Irea.
Entonces al menos ¿no te despides?
Ahora
era Trowa quien estaba un poco agitado, era cierto lo que decía Irea, si le iba
a dejar ir, al menos debía despedirse, sin embargo, el ojiverde no se lo hace
saber
Trowa.
Lo siento
Sin
cortesía cuelga la llamada y guarda su celular, llega hasta el auto y entra,
dirigiéndose a la casa que el rubio hasta ese día estaba compartiendo con su
hermana…
Desde
que había llegado a una casa desconocida a pedir refugio, Sylvia había
permanecido semiinconsciente, no había comido bien y además le había dado una
terrible fiebre por permanecer tanto tiempo a la intemperie, mojada y sin algo
para cubrirse más que su ropa. La mujer que le había abierto cuidaba de ella,
pero no había llamado a ningún doctor, porque no sabía ni quien era la chica ni
que hacía ahí y en ese estado, en cambio, el muchacho que le había ayudado a
levantar a la enferma, no dejaba de mirarla, era tan bonita y enigmática que
estaba casi enamorado, por eso velaba sus sueños. Aquella tarde, por fin
después de varios días, Sylvia logra despertar, con la fiebre controlada,
aunque aún sudaba frío y se sentía débil
Tom.
¡Despertó!
Su
abuela no había contestado al grito del muchacho, por lo que él mismo la
atiende, acercándose más a la cama, la chica lo mira con extrañeza y después de
toser mientras pide agua, intenta hablar, pero el muchacho se lo impide,
dándole un vaso de agua sobre un mueble y pidiéndole que no hable
Tom.
Descansa
Sylvia.
Do… Dorothy
Tom.
¿Dorothy?
Sylvia.
Detengan… a… Doro… thy
Tom.
¿Estará delirando?
Sylvia.
No… llévame a New… York
Tom.
¿New York? Eso está un poco lejos
Sylvia.
Por… favor
Tom.
Está bien, está bien, pero primero descansa ¿de acuerdo?
Con
lentitud la chica asiente y cierra los ojos, aún estaba débil, pero su objetivo
no había desaparecido de su cabeza, debía llegar a New York e impedir que la
rubia hiciera cosas terribles, peores de las que ya había hecho...
Mas
apresurado de lo que quería parecer, Trowa acelera su automóvil para alcanzar a
Quatre antes de que éste se fuera sin que él pudiera despedirse. Igual que
aquella vez cuando se había ido a Francia, el ojiverde irrespetaba señales de
tránsito y se pasaba semáforos en rojo, solo que ésta vez no contaba con
aquella terrible desesperación que le causo un pequeño accidente, ésta vez iba
con la cabeza más fría, pero también con el objetivo más claro… mientras que en
el departamento, el ex bajista terminaba de empacar, dirigiéndole a su hermana
una sonrisa, Irea lo había observado todo el tiempo mientras empacaba, a
excepción del rato que salió al balcón para llamar a Trowa.
El
ex bajista agarra su maleta y dejándola en el piso comienza a arrastrarla hasta
afuera de la habitación, su hermana lo siguió hasta fuera de ella
Irea.
¿Es definitivo?
Quatre.
Sí, ya te lo había dicho… pero volveré en unos meses
Irea.
Ya veo
Quatre.
¿Sabes? Lo único que lamento de esto es no estar cuando Duo salga de ese
horrible lugar, no sabes cómo me parte el corazón, él aún sufre
Irea.
¿Sientes sus sentimientos verdad?
Quatre.
Sí, por eso cuando fui a verlo no pude estar mucho tiempo ahí
Irea.
Sí, supongo que es duro
Quatre.
… bien, no me atraso más, cuídate hermana
Nuevamente
sonriendo, el rubio se acerca a Irea y ambos se abrazan, Quatre no había
querido despedirse de nadie, ni siquiera había querido que la chica lo
acompañara al aeropuerto, sabía que alguna otra despedida le partiría el
corazón, sobre todo si se trataba de Trowa o Wufei, había sido bastante imbécil
con ambos
Irea.
Cuídate mucho
Quatre.
Sí, tú también
Después
de suspirar, Quatre agarra su maleta y sin mirar atrás sale del departamento,
mostrándose bastante tranquilo, en cambio a su hermana se le humedecen los ojos
y se deja caer en el primer sillón de la sala que tiene cerca. El rubio camina
lento pero decidido, en su cabeza rondaban miles de ideas sin forma, mientras
una parte le decía a gritos que cometía un error, otra le decía que era la
mejor decisión que podía estar tomando.
Al
salir del conjunto de departamentos, las pupilas del rubio se retardan al tener
frente a él a quien menos esperaba ver en el preludio a su huida, Trowa estaba
de pie frente a él, mirándolo como nunca, fijamente, casi sin emoción, de sus
labios sale el susurro de su nombre y se queda sin hacer ninguna otra acción,
el ojiverde en cambio da un par de pasos al frente, no quedando a más de tres
metros del que fuera antes su amante
Trowa.
Con que te vas
Quatre.
¿Irea cierto?
Trowa.
¿Importa?
Quatre.
No realmente… ¿a qué…?
Trowa.
Vine a desearte suerte
El
estremecimiento que el rubio sintió en esos momentos no se comparó a nada que
hubiera sentido antes, pensaba que su ex compañero se había molestado en
pararse frente a él para pedirle que no se fuera, pero no esperaba nunca que le
diera la buena suerte, como diciéndole que no le importaba en lo más mínimo que
se marchaba, eso lo lastimó mucho más de lo que quería creer, ni siquiera pudo
ocultar la tristeza de sus ojos
Quatre.
Gracias
Trowa.
Pero además…
La
ilusión volvió a los ojos del rubio y su mirada se posó de nuevo de forma fija
sobre la verde del ex baterista
Trowa.
Quiero que sepas que aunque te vayas, yo seguiré aquí, y te estaré esperando
El
corazón del rubio y sus pulsos recobraron vida con aquellas palabras, y aunque
estaba emocionado, no pudo hacer nada, nada más que estar de pie frente al
hombre que amaba sin decir algo o realizar alguna acción, estaba realmente
conmocionado. El ojiverde le sonrió y dio unos pasos más hacia él, Quatre
intento hacer lo mismo pero hacia atrás y evitarlo, sin embargo Trowa estiró su
mano izquierda y sujetó la derecha del rubio, ninguno de los dos había dejado
de mirar los ojos del otro
Trowa.
Sé que no es fácil, sé que es doloroso, pero también sé que sería estúpido
dejarlo morir así, por eso te ruego que pienses las cosas muy bien… yo ya pasé
la etapa en que te suplicaría, por eso espero que tu pases la etapa de
aborrecerme
Quatre.
Yo…
Trowa.
No te pido olvidar el pasado, solo te pido superarlo… Quatre… te amo
Las
piernas del rubio se sintieron temblar al estarlo oyendo, cada palabra, cada
mirada, cada movimiento, cada sentimiento, todo le hacía estremecer, su corazón
latía tempestuoso, sus ojos se sentían arder, como si estuviera a punto de llorar,
pero su boca no emitió nada, ni siquiera un sonido, algo, solo se quedó quieto,
mirando los profundos ojos verdes
Trowa.
No te detengo más
Sonriéndole
casi imperceptiblemente, el ojiverde da un paso más hacia Quatre y soltando la
mano de su ex compañero, eleva las propias a la altura del rostro blanco del ex
bajista, de nuevo sus pupilas parecen extenderse, entonces siente la piel de
Trowa sobre sus mejillas, sintiendo el calor que le invade el rostro, como si
estuviera a punto de quemarse
Trowa.
Cuídate mucho
Con
suavidad acerca su rostro al del rubio, cuyos labios se mueven
imperceptiblemente, saboreando el beso que esperaba de la otra boca, sus ojos
se entrecierran levemente, pero a cambio de aquello que esperaba, los suaves
labios del ojiverde se sienten sobre su mejilla izquierda, haciéndole sentir
una extraña sensación de pérdida, Trowa tarda escasos 3 segundos en separarse,
bajando después sus manos, mirando por última vez al rubio
Trowa.
Hasta pronto
Volviéndole
a sonreír da la espalda poco a poco y comienza a caminar lejos de él, sin
esperarse a ninguna clase de respuesta, de hecho Quatre era incapaz de darla,
sentía tantas emociones a la vez que le costaba descifrarlas todas, ninguna
parte de su cuerpo era capaz de moverse, en su garganta se atoraban miles de
palabras que sería capaz de decir ante aquella terrible despedida, a pesar del
"Te estaré esperando" de Trowa, se sentía como si fuera el final.
El
nudo en su garganta por fin se desenredó y tirándose de rodillas al suelo
susurro entre sollozos el nombre del amor de su vida, sin embargo no iba a
desistir, se alejaría de él, y tal vez solo el tiempo diría si realmente eran
el uno para el otro… Mientras caminaba, acompañado a esa sonrisa estaban sus
ojos llorosos, pero sabía que había hecho lo correcto, dejar ir a Quatre para
esperar su regreso, eso era lo mejor para poder recuperarlo…
Después
de que habían seguido a Erick por un par de días, aquello comenzaba a dar
frutos, aquella era la tercera vez en la semana que le veían salir de su
departamento exactamente a las 5 con treinta de la tarde, dirigiéndose hacia
una oficina que les era por demás familiar, aquella pertenecía a la revista
Golden, donde anteriormente trabajaba su ex novia.
Aquel
día en especial, Erick había salido echo una fiera, bastante molesto, había
subido a su automóvil manejando con toda la imprudencia posible,
afortunadamente antes de intentar pasarse un alto, su auto disminuye la
velocidad y actúa con cautela al tener un tránsito cerca, lo cual hace que les
de la ventaja, el auto de Mark se detiene justo a su costado, Erick se veía
desesperado, con la mano izquierda sobre la base del vidrio de su puerta, solo
la levantaba cuando se hacía el cabello hacia atrás en un gesto de
desesperación, sus labios se movían pareciendo que susurraba algo.
Richard
acompañaba a su amigo y ambos comparten una mirada cómplice antes de que el
semáforo se ponga en verde, entonces de nuevo siguen el auto, Erick no se había
percatado de la presencia de los hombres, y aunque no conocía a Mark, al
abogado de Duo lo conocía muy bien porque ahí estaba en los juicios, con
excelentes argumentos que si no fuera por la confesión falsa del trenzado,
habría sido él quien estuviera tras las rejas
Richard.
¿A dónde se dirigirá el maldito?
Mark.
No sé, pero seguro nos lleva a una buena pista
Y
tal como lo había predicho el amigo del abogado, Erick llega hasta un
departamento en el que nunca antes desde que lo perseguían se había parado. Era
en un barrio poco civilizado, poca gente, casi ninguna se veía por las calles,
tampoco había muchos autos, así que no se estacionan en la misma calle que
Erick, bajan del auto y lo siguen a pie, el chico toca a la puerta y después de
unos momentos ésta se abre, asomándose por ella un hombre robusto, que mira hacia
varios lados y después de asegurarse lo deja entrar, nuevamente los amigos
comparten una mirada
Mark.
¿Lo has visto antes?
Richard.
No, nunca
Cerca
de aquel departamento, los amigos esperan a que Erick salga y poder cumplir con
lo propuesto por Trowa… mientras que dentro de aquel lugar, Dorothy y Erick
apenas se habían visto habían comenzado a discutir, Erick se acababa de enterar
a través de un empleado de Dermail que su amada Sylvia había escapado, se
sentía molesto y perturbado, no sabía que penas estaría pasando la muchacha,
mientras que Dorothy, también recién se había enterado, estaba tan preocupada
de que la muchacha abriera la boca, que le gritaba con coraje a Erick que si la
encontraba primero que él, la mataría
Erick.
Yo también se mucho, más te vale tener cuidado y no tocarle ni un pelo
Dorothy.
¿Me amenazas a mi idiota? Te he dicho mil veces que esas estupideces no
funcionan conmigo, y de saber, sé más cosas de ti que te causarían años de
cárcel
El
chico no responde nada en segundos, después vuelven a gritarse amenazas,
mientras una maltratada Hilde, atada a una silla, con sangre sobre la ropa y la
cara, les miraba atenta, estando al pendiente de cualquier cosa que pudiera
servirle como testimonio si es que agarraban a esos dos y si es que ella salía
con vida después de eso
Erick.
¡Se acabó! No escucharé más, y te sigo advirtiendo, le haces algo a Sylvia y…
Dorothy.
No, tú ya no me sirves
Erick.
¿Qué dices?
Dorothy.
Lo que digo es que…
Sonriendo
altaneramente, la rubia fija su mirada hacia el guardia, él enseguida capta y
saca su pistola, apuntándola hacia la cabeza de Erick, él escucha movimiento
atrás de él y se gira un poco, mostrándose nervioso, casi sonriendo
Erick.
No Dorothy, yo… aún te sirvo, mira que…
En
un movimiento estúpido y desesperado, Erick se gira completamente para intentar
arrebatar el arma del guardia, pero él reacciona antes de que el chico pueda
hacer algo más y dispara directo a la oreja de éste a propósito, él grita
adolorido y agarrándose la destrozada oreja, se tira al suelo de rodillas, con
la cabeza agachada y sus manos llenas de sangre al igual que el suelo bajo él;
los ojos de Hilde se contraen y después gira su cabeza hacia otro lado,
sintiendo náuseas al ver tal escena, mientras que Dorothy sonreía retorcida, soltando
después una odiosa risa
Dorothy.
Patético… mejor mátalo
Guardia.
Enseguida
Levantando
su cabeza a pesar del dolor, Erick mira horrorizado como de nuevo el arma se
alzaba delante de sus ojos, después, sin siquiera detenerse a oír el sonoro
disparo, su vista se comienza a nublar, había sentido como si le hubieran dado
un golpe entre las cejas, no había sentido dolor profundo, salvo en una
fracción de segundo antes de que su cerebro muriera, aterrada Hilde grita,
sintiendo ganas de vomitar, Dorothy en cambio ríe de nuevo, sus ojos mostraban
locura, recordando enseguida el rostro aterrado de Chris justo después de
recibir un impacto parecido
Dorothy.
Cállate tonta… y tú, deshazte de ese cuerpo
Guardia.
Enseguida señorita
Con
toda la sangre fría que podía poseer un ser humano, aquel hombre toma el cuerpo
inerte de Erick y lo retira de ahí, como si se tratara de cualquier Res, su
sangre proveniente de la oreja y la cabeza, manchaba dejando un rastro de
sangre, entonces Hilde no resiste más y vomita, Dorothy voltea a verla y pone
cara de asco
Dorothy.
No te angusties preciosa, la siguiente eres tú
Sin
decir nada, Hilde solo aprieta con fuerza los labios, tanto para no gritar su
suerte como para ya no seguir vomitando… Fuera del departamento, 5 horas después
que Erick entrara, los amigos comienzan a desesperarse, pero entonces sucede
algo que les llama la atención, el hombre robusto que se había asomado por la
puerta antes de dejar pasar a Erick, salía del departamento con un costal en
los brazos, no lo suficientemente grande como para que fuera un ser humano,
pero el grosor del mismo daba a entender que fácilmente podía estar ahí un
cuerpo doblado, además el hecho de que éste fuera colocado justamente en la
cajuela del auto lo hacía más sospechoso, el hombre sube al auto que era de
Erick y arranca, los amigos voltean a verse rápido, debían reaccionar
Richard.
Yo iré a seguirlo, tú entra a ese departamento, algo aquí no me huele bien
De
forma rápida, él corre hacia el auto antes de que el otro se aleje más y
entonces Mark se apresura a ir al departamento, afortunadamente guardaba su
revólver en la cintura bajo el traje, tenía permiso para usarlo aunque rara vez
lo hacía, sus años de detective habían terminado hace tiempo. Antes de siquiera
intentar entrar, decide inspeccionar el departamento a los alrededores, era un
edificio de varios departamentos y de un solo piso, ni siquiera la tercera
parte se veían habitados y eso facilitaba su labor.
Al
asomarse discretamente por una de las ventanas nota que es una habitación
vacía, parecía algo así como una sala comedor, pero no tenía de muebles más que
una mesa, una silla y dos cubetas de cabeza que bien podían hacer la función de
sillas, al no hallar nada interesante se dirige a otra ventana, pero ésta tenía
una gruesa cortina que le impedía ver el interior, desafortunadamente los
complejos habitacionales no compartían muros entre sí y no podía ver ni oír lo
que había y pasaba en una tercera habitación, la cual era donde estaban las ex
miembro de Dark Sound…
Tras
subir al auto, Richard había seguido al auto sospechoso en que el tipo fornido
había huido con un costal, hacía varios minutos que había agarrado la carretera
para salir de New York por el lado oeste
Richard.
¿A dónde pretende ir?
Los
minutos pasan y el auto de Erick no era detenido por su conductor, ya estaban
en una carretera poco transitada y eso lo ponía un poco nervioso, él a
diferencia de Mark, no tenía experiencia con ese tipo de cosas, él era bueno
para las leyes, para reconstruir hechos, pero no para hacerla de detective o
policía, sin embargo aquella situación le llenaba de adrenalina…
Después
de varios minutos de darse cuenta que no había mucho movimiento dentro del
departamento, y sabiendo que por lo menos había un tipo fornido menos, Mark se
decide a entrar al lugar por la fuerza, sacando su pistola y apuntándola hacia
la chapa de la puerta, sin dudarlo dispara dos veces antes de que ésta se
destroce. Dorothy al oír los impactos abre ampliamente los ojos y se pone en
alerta, Hilde por su parte olvida por segundos su mala suerte y se llena de
esperanza, por lo visto Dorothy no se esperaba eso y se veía preocupada, la
rubia gira su cabeza hacia Hilde y con el índice derecho le indica que guarde
silencio, entonces la ex bajista de Dark Sound saca una pistola de su bolso el
cual estaba en el suelo y con cautela avanza hacia la puerta que estaba
abierta, pero en el pasillo no había nadie.
Tontamente,
la rubia decide salir de la habitación, sin percatarse de que alguien estaba
tras la pared que separaba el pasillo de la siguiente pieza, la cual era la
sala comedor. Mark sale de improviso sorprendiendo a una espantada Dorothy,
alcanzando a intermediar entre él y el arma de la chica, la cual cae al suelo
girando mientras él apunta con la suya a la rubia
Mark.
Quieta y estarás con bien
Dorothy.
¿Quién demonios eres tú?
Mark.
Nadie en especial, pero si haces algo tonto me convertiré en tu asesino
Dorothy.
¿Policía?
Mark.
No, no soy tan inepto… ahora sube tus manos y voltéate
Haciendo
una mueca de desagrado, Dorothy hace caso del chico, Mark se queda atento a
cualquier movimiento que ella pudiera hacer. Mientras él sostiene la pistola
con una mano, saca su celular con la otra y marca
Mark.
¿Sí? Habla Mark Spencer, necesito que manden una patrulla, y posiblemente una
ambulancia, la dirección es…
Mientras
Mark hacía su llamada, Dorothy pensaba en como librarse de ello, se sentía
entre la espada y la pared, pero fuera lo que fuera hacer, necesitaba pensarlo
bien o terminaría muerta, haciendo de todos sus esfuerzos algo vano. El ex
detective cuelga su teléfono sin dejar de mirar a Dorothy, después por
instantes fija su mirada por encima del hombro de la chica, pero desde su
ángulo no se veía nadie más dentro de la habitación
Mark.
¿Hay alguien más?
Hilde.
Sí
La
respuesta débil de la chica hace sentir lástima a Mark, era obvio que Hilde no
la había pasado nada bien, ahora miraba con desprecio a Dorothy… Tras una
espera de poco más de una hora, Richard ve por fin el auto que seguía dirigirse
hacia un punto diferente, tomando una de las carreteras con que hacía cruce en
la que iban, el auto disminuía velocidad y él, un tanto de lejos, con los faros
apagados le seguía, pero parecía que aquel a quien seguía se había percatado de
su presencia.
El
auto se detiene por fin en medio de la maleza, el abogado también apaga el
auto, observando como el hombre fornido abría la cajuela, inclinándose hacia
delante como si fuera a sacar lo que sea que había metido, Richard baja con
cautela del auto de su amigo, dispuesto a atraparlo con las manos en la masa,
pero aquel movimiento de intentar sacar el costal de la cajuela no era más que
una pantalla del guardia de Dorothy y así poder acabar con aquel que le seguía,
por eso al sentir los pasos atrás de él, se gira rápidamente y dispara, por
fortuna, su detonación falla y entonces abalanzándose hacia él, Richard pega
con su costado el pecho del hombre, haciéndolo caer sentado sobre la cajuela,
rápido vuelve a disparar, ésta vez rozando el hombro del abogado, el cual se
distrae al sentir el impacto, agachándose mientras se sostiene la herida, el
guardia sonríe creyendo que ha vencido, pero antes que detone el arma por
tercera vez, Richard eleva su propia arma que acababa de obtener del bolsillo
interior de su saco, llenándolo de sangre y apunta hacia él, ambos se miran a
los ojos, apuntándose con el arma, ninguno se atrevía a dar el primer paso…
Los
minutos seguían su curso y la ayuda que había pedido Mark no llegaba, el chico
le había ordenado a Dorothy entrar en la habitación, obligándola a permanecer
en un rincón mientras él sin perderla de vista, ayudaba a Hilde a quitarse las
sogas, la chica estaba apenada y nadie hablaba en la habitación, la ropa de la
ex guitarrista estaba sucia, manchada de sangre y con residuos de semen, tenía
ojeras amplias y ojos demacrados, su piel también estaba sucia como la ropa y
olía mal, Mark la miraba con rastro de ternura detrás de la compasión
Mark.
No te preocupes, todo acabó
Hilde.
Muchas gracias
Poco
después que Mark terminara de ayudar a Hilde y de prestarle su saco para que se
cubriera, escucha movimiento afuera de la habitación y sonríe, era obvio que la
ayuda había llegado, y no se equivocaba, un grupo de seis hombres hacía acto de
presencia, dos registraban afuera del cuarto, otro llamaba por celular
reportando que estaban dentro mientras que los otros tres entraban
completamente a la habitación, dos portando armas en la mano y otro que parecía
el líder, se acercaba a Mark y le estrechaba la mano
Mark.
Sé que ya no tengo nada que ver, pero gracias por apoyarme
Jefe.
Muchos te han creído siempre un loco, pero cuentas con mi apoyo siempre, espero
algún día puedas volver
Sin
responder nada suelta una risa traviesa y después se pone serio, señalando a
Dorothy que estaba en el rincón, aún absorta en sus pensamientos, ideando algo
para salir ilesa de la situación, pero ahora era más difícil, contando a Mark,
había siete hombres en ese lugar vigilándola, comenzaba a sudar frío. Momentos
después, avisados por alguien de los seis que habían llegado después, un par de
paramédicos entra en la habitación con una camilla y suben a Hilde en ella
después de revisarle las pupilas y el pulso, entre otras cosas, después un
hombre va tras ellos y la chica, necesitaba interrogarle, Mark se acerca a
Dorothy y la sujeta del brazo para ayudarla a levantarse
Dorothy.
¡Déjame!
Enojada
mueve su brazo con fuerza y se pone de pie ella sola. En la escena ahora solo
eran 4, pues con la ambulancia se habían ido dos de los seis que habían
llegado, necesitaban llenar un par de formalidades, Mark y el jefe escoltan a
Dorothy hasta fuera del departamento, dos se quedan en él para registrar y
recoger evidencias mientras que el otro acompañaba a Mark y el jefe de todos,
Dorothy estaba por delante de ellos y los veía detenidamente, buscando algo que
le pudiera ayudar y entonces lo nota, ninguno de los tres tenía a la mano su
arma, había dos patrullas afuera cuyas llaves estaban puestas, había menos
refuerzos y estaban en una zona que ella conocía muy bien y ellos seguramente no,
era de noche y además no estaba esposada, sonreía por dentro, que razón tenía
el tal Mark al haber dicho que los policías eran unos ineptos
Mark.
Le agradecería me notificara de lo que procede, ¿recuerda a Richard? Está en un
caso que depende mucho de la resolución de todo esto
Jefe.
Claro que sí Mark, cuentas con mi apoyo
Tanto
Mark como el otro hombre estaban desprevenidos, lo suficiente para que Dorothy
se separara de ellos casi tan imperceptiblemente que parecía no moverse del
pequeño cuadro a su alrededor, el otro policía que quedaba afuera se percata de
los movimientos de la chica y alcanza a gritar, enseguida los dos hombres
voltean y miran sorprendidos como Dorothy corre hacia la primer patrulla que
tiene enfrente, rápidamente Mark y el otro policía sacan sus armas pero para
cuando disparan, la rubia ya estaba dentro del auto y enseguida lo arranca
Mark.
¡Maldita sea!
Enojado
por la estupidez tan simple que habían cometido, comienza a disparar hacia las
llantas del vehículo, las cuales comienzan a sacar el aire pero la rubia
continuaba manejándolo aunque con mucho menos equilibrio, perdiéndose en la
oscuridad de la calle, rápidamente Mark y el otro policía que no era el jefe,
suben a otra de las patrullas y siguen el camino por el que la chica había
desaparecido…
Sus
armas continuaban al pendiente del primer movimiento que alguno de los dos
hiciera, la tensión crecía a cada segundo, comenzaban a sudar, entonces sucede
algo inesperado para ellos, pues una pequeña ardilla había pasado por entre la
maleza, haciendo un ruido que los pone de alguna forma en alerta, por lo que el
primero comete la estupidez de exaltarse y fallar el tiro que había intentado
dar, perdiéndose una bala más entre la oscuridad, ese había sido el guardia,
ayudando así a que Richard tenga la ventaja, pues al entender la rápida
situación, da un paso atrás y dispara justo en la pierna del hombre, quien
emite un grito de dolor y por inercia suelta el arma, el abogado se apresura a
patearla y ésta se pierde por entre las ramas
Richard.
Pon tus manos sobre la nuca
Con
dolor y temblándole las manos, el guardia obedece a la petición, Richard hace
una seña con la pistola de que se ponga de pie y avance hacia el punto que le
indica con el movimiento de su cabeza, el hombre obedece, sin bajar la guardia,
Richard avanza hacia la cajuela y al asomarse un poco percibe el olor a sangre,
rápidamente se levanta y mira hacia el sujeto que tenía bajo control
Richard.
¿Quién es? ¿Es la chica?
Angustiado
de que la respuesta pudiera ser si, Richard aprieta con fuerza la mano que
sostenía su arma, pero para su alivio, el hombre niega enseguida con la cabeza
Guardia.
Creo que se llamaba Erick
Richard.
¿Lo mató Dorothy?
Guardia.
No, fui yo
Al
abogado le sorprendía la sinceridad o quizás era cinismo, pero entendía que por
lo general, cuando alguien era contratado para algo así, sin que las acciones
le beneficiaran directamente, no convenía guardar el secreto, además confesar
siempre reducía las penas en la cárcel. Al igual que su amigo, Richard saca su
móvil y pide ayuda, no habían querido recurrir a la policía, pero habiendo
pruebas de homicidio, no les convenía mantenerlo en secreto y quedar como
cómplices ante los ojos de muchos, mejor era ese método y atenerse a las
consecuencias. A Richard no le preocupaba porque todo lo hacía por el amor que
había comenzado a sentir por Duo, en cambio Mark lo hacía por la amistad y la
lealtad que le tenía al abogado desde años atrás…
A
pesar de que el policía y el ex detective encuentran el auto robado por Dorothy,
a un par de kilómetros del departamento, no había rastro de la chica, era obvio
que había huido, haciendo que ellos se sintieran enormemente culpables, Mark no
encontraba la forma en que le explicaría ese error a su amigo, era obvio que le
había fallado y estaba molesto consigo mismo…
La
ayuda pedida por Richard no tarda en llegar, antes de eso, el abogado había
logrado detener la hemorragia en la pierna del hombre que tenía custodiado por
el momento. Con él tan solo había acudido una patrulla, en la cual se llevan
deprisa al detenido para que fuera atendido, mientras que con el abogado se
quedan dos hombres, los cuales inspeccionaban la zona, llevándose en una bolsa
la pistola que yacía antes en el suelo. Uno de ellos llama a los peritos que se
encargarían de levantar las actas en la zona de los sucesos, ya que ellos no
podían mover ninguna clase de evidencia además del revólver, sobre todo
tratándose del cadáver que seguramente había en la cajuela…
La
pesadilla parecía haber terminado por fin, pero Hilde ignoraba del triunfal
escape de Dorothy. Pero a diferencia de ella, no solo Richard ya estaba
enterado de aquel suceso, sino también Trowa y Duo, quienes más lamentaban ese
hecho, ellos más que nadie querían que esa mujer pagara por todo lo que había
hecho… justamente al día siguiente de esos sucesos, la policía había tomado
cartas en el asunto, como pensaban, en la cajuela se encontraba el cuerpo
inerte de Erick, partido completamente por la mitad, además ya estaban a la
tarea de buscar a la rubia que había huido, por lo que ese día llegan a la
mansión de la chica donde aún vivía Relena
Ella
recibe a los policías, sorprendiéndose de verlos ahí, pero sin dudar los hace
pasar, enseguida ellos le explican todo lo sucedido, la chica no puede creer
todo lo que oía, ni siquiera evita un grito de horror, todo el tiempo había
convivido con una loca, estaba asustada, también preocupada, por su propia
seguridad y por Hilde, de quien le habían dicho estaba en el Hospital,
recuperándose físicamente y que por seguro necesitaría ayuda psicológica…
Los
días pasan, y por fin después de una larga y horrible espera, ese día sería el
de su liberación, debido a los sucesos que habían ocurrido días atrás, las
formalidades de su liberación se habían acelerado, logrando que tuviera una
libertad condicional, en tanto no hubiera alguien que declarara sobre el crimen
por el cual lo habían encarcelado… faltaban solo menos de una hora para que
pudiera salir, Duo se encontraba preparándose dentro de su celda, Frank le
miraba detenidamente, había algo en el semblante del chico, se veía feliz,
jamás lo había visto así
Frank.
Eh Duo ¿me visitarás?
Duo.
¿Qué dices? No lo preguntes, claro que lo haré
Frank.
Tienes suerte que todo se esté aclarando
Duo.
Sí, tienes razón
Sonriendo
casi por inercia, el trenzado se voltea de nuevo para terminar de acomodar su
cama, en unos minutos debía dirigirse con el director y debía recoger las cosas
que había dejado en custodia al ingresar a ese lugar. Instantes después, unos
pasos acercándose llaman la atención del ex guitarrista, encontrándose con un
grupo de hombres afuera de la celda, entre ellos reconoce a los dos que le
habían apuñalado tiempo atrás, Duo los mira seriamente, todo el tiempo los
había estado evitando, no quería tener algún enfrentamiento. Frank se pone de
pie y también los mira, el ex guitarrista levanta su mano en señal de que le
dejara el asunto para él y su compañero acata, Duo se acerca a los barrotes
Duo.
¿Qué quieren?
Uno
de ellos, quien le había apuñalado, se sobrepone al grupo, quedando frente a
Duo, el chico lo miraba detenidamente, entonces cuando lo ve sonreír se
extraña, mirando unos segundos a su compañero de celda
"Así
que te vas"
Duo.
Sí ¿algún problema?
"Solo
uno"
Duo.
¿Cuál?
"Nunca
tocaste para nosotros"
Duo.
¿Qué?
Desconcertado,
el ex guitarrista voltea a ver a Frank, él se encoge de hombros, tampoco
entendía nada, entonces otro hombre se abre paso entre el grupo, portando una
guitarra, Duo mira el instrumento y siente un fuerte escalofrío, miles de
escenas que no quería recordar pasan por su mente
Duo.
No entiendo
"Ya
sabemos que no fuiste tú quien mató a Kim, también nos enteramos de toda tu
historia"
A
pesar de que ahí se encontraban ladrones, estafadores, secuestradores, asesinos
y demás, parecía que de verdad sentían lástima por lo que había vivido Duo, el
ojivioleta se estremece, sintiendo un poco de emoción, aquello era algo que no
esperaba, así que sonríe sinceramente
"Así
que…"
Antes
de que termine su frase, uno de los celadores abre la celda y ordena a Duo que
salga de ahí, él obedece, acercándose al instrumento
Duo.
Dame eso con un demonio
Arrebatando
la guitarra de las manos del chico, se sienta en el suelo con las piernas
cruzadas y se acomoda, acondicionando los acordes y haciendo una primera prueba,
parecía que aún recordaba como tocar, así que después comienza, eligiendo
"Te causa placer" una de las tantas canciones que Heero había escrito
para él, sintiendo que su corazón late deprisa, volviendo a él miles de
emociones que creyó perdidas, pero a pesar de todo, no derramó ninguna lágrima,
terminando la canción, encontrándose con los aplausos de los reos que se
encontraban ahí, Duo se levanta del suelo e intenta devolver el instrumento,
pero no es aceptado por el otro hombre
"Llévatela"
No
tenía intenciones de recordar sus días de cárcel, pero se llevaría aquel
instrumento como una prueba de que continuaría su vida de la mejor forma
posible, y que aquel terrible episodio quedaría en el pasado. Nuevamente sonríe
con sinceridad y alza el instrumento, despidiéndose así de aquellas personas,
por quienes obviamente no sentía aprecio, pero que en aquel momento sentía como
parte de un hogar al cual no deseaba regresar.
Mientras
es llevado por el celador, otros reos lo miraban con desprecio, igual que
hacían con todos los que lograban salir de la cárcel, otros le gritaban
groserías, pero Duo ya no hacía caso de esas cosas, por fin era libre… después
de eso, recoge sus cosas, visita al director, firma algunos papeles y se viste
con la ropa que había ingresado, todo resultaba tan distante, que sentía
olvidar que alguna vez había estado preso, hundido en una cruel oscuridad.
Uno
de los guardias lo acompaña hasta la puerta del reclusorio, Duo suspira y se
prepara para ver de frente su libertad, entonces ésta se abre y el ojivioleta
da un paso afuera, respirando profundamente el aire que tanto ansiaba, cerrando
sus ojos, disfrutando de aquel unos momentos, al volver a abrir sus ojos, le
parece ver la figura de Heero frente a él, sonriéndole, la puerta tras él se
cierra, quedándose solo ahí, pero no repara en el detalle, solamente miraba
aquella figura, la cual seguramente se trataba de una ilusión, con tristeza se
muerde el labio, ahora debía enfrentarse al mundo sin Heero, antes ya se había
despedido de él, pero la sensación de que Heero no estuviera estando él en la
cárcel, se sentía completamente diferente sabiendo que volvería a su vida de
diario sin el amor de su vida, pero ya no debía ser débil, por eso se arma de
valor y camina
Aquella
silueta no era solo un producto de su imaginación, pues frente a él se
encontraba Richard, quien había ido por él, Duo sonríe al ver a su abogado ahí,
tal vez aquella imagen de Heero era significado que su nueva vida comenzaba,
que el ojiazul se despedía también de él, ahora Duo comenzaría una nueva vida
al lado de aquel hombre, por quien había llegado a sentir una gran estima.
Cuando ambos están frente a frente se sonríen, y caminando uno al lado del
otro, avanzan hacia el auto del abogado, quien lo llevaría a casa de Trowa…
Era
casi mediodía, y en el Hospital donde estaba internada Hilde, la chica comía un
estofado de pollo, mientras la enfermera le explicaba que pronto saldría de
ahí, aunque ella no sentía muchos ánimos, a pesar de que al enterarse Noin de
lo que le había sucedido, le había ofrecido su incondicional ayuda. Los
episodios vividos en su encierro le atormentaban día a día, los maltratos, las
violaciones, las burlas, todo resultaba un infierno en vida. Sin embargo, aquel
día recibe una visita que la desconcierta y a la vez le alegra, el buen hombre
que había llegado a rescatarla de su horrible encierro estaba ahí, con un gran
ramo de flores, Mark sonreía a la chica, que apenada le miraba, él se acerca a
la camilla y le entrega las flores a la chica
Hilde.
Muchas gracias
Mark.
¿Cómo sigues? Te llamas Hilde ¿verdad?
Hilde.
Sí, muy bien, gracias
Mark.
Me han dicho que pronto saldrás de aquí. ¿Sabes? Has sido muy valiente
Hilde.
¿Yo? Este… no, claro que no
Más
apenada que antes baja la mirada hacia las flores, el ex detective sonríe
mientras la observa, aquella chica tenía algo especial, además estaba muy
bonita
Mark.
¿Sabes algo? Sin ti nos habría resultado más difícil todo esto, así que me
gustaría agradecerte de alguna forma… si necesitas algo, no dudes en pedírmelo
Sorprendida,
la ex guitarrista vuelve sus ojos al chico y sonríe, Mark también le sonríe y
entonces se sonroja, el hombre era bastante atractivo y no lo había notado sino
hasta ese momento. Ambos se quedan en silencio por unos momentos, hasta que Hilde
vuelve a cobrar la compostura
Hilde.
¿Puedo preguntarle algo?
Mark.
Claro
Hilde.
¿Cuál es el interés especial que tiene por todo esto?
Mark.
Vaya, te diste cuenta, eres muy observadora
Hilde.
Gracias
Nuevamente
la chica se sonroja por las palabras de Mark, él sonríe y camina hacia la
ventana, mirando los árboles que había afuera
Mark.
Yo solo quiero la felicidad de Richard
La
ex guitarrista se entristece al oír aquellas palabras, el semblante en el
perfil que lograba ver en aquel hombre le indicaba que su amigo realmente era
especial para él, por eso baja la mirada de nuevo hacia las flores
Hilde.
Entiendo, usted lo ama ¿cierto?
Mark.
¿Qué?
Sorprendido
enseguida voltea hacia la chica, Hilde levanta la vista y se sorprende al ver
la cara de desconcierto del ex detective, además todo el rostro de él estaba
rojo
Hilde.
Es que…
Antes
de que termine, Mark suelta una carcajada, negando después con su cabeza
Mark.
Somos amigos desde hace muchos años, lo quiero tanto como si hubiera tenido un
hermano, y aunque él siempre ha sido gay, yo no
El
ánimo vuelve a la chica al oír la explicación de Mark, aunque nuevamente vuelve
a entristecerse al pensar que jamás ningún hombre le aceptaría sabiendo lo que
había vivido, ya no era digna de nadie. Mark nota el cambio en su rostro y se
acerca
Mark.
¿Estás bien?
Hilde.
Sí, me dio mucho gusto su visita
Mark.
Me alegro que así sea
Hilde.
¿Eh?
Mark.
Sabes yo… no solo vine a traerte esas flores, la verdad es que me gustas
Aquellas
palabras no se las esperaba, y sin embargo le llenan de una indescriptible
alegría, Mark sonríe apenado y se acerca más a la camilla, sentándose a un
costado de la chica
Hilde.
Gracias pero yo no… la verdad es que… lo que sucedió…
Apretando
con fuerza la sábana de la cama con la mano que no sostenía las flores, Hilde
cierra los ojos y se sonroja, algunas lágrimas salen de sus ojos, Mark
comprende lo que quería decir y estirando su mano, acaricia sus cabellos, la ex
guitarrista abre sus ojos y levanta la cabeza, mirándolo
Mark.
No me importa
Hilde.
Pero…
Mark.
Si decides aceptarme, me pondré muy contento
Volviéndole
a sonreír provoca en la chica una agradable sensación, hasta parecía que sus
heridas tenían una oportunidad de sanar y eso le agradaba, pero en respuesta,
solo se seca las lágrimas y le sonríe ampliamente…
Cuando
Duo baja del auto y mira por fuera la casa que alguna vez también fue suya, una
agradable sensación recorre su cuerpo, a pesar de los malos recuerdos en ella,
se sentía bien volviendo a estar ahí. Cuando la puerta de entrada se abre y
detrás de ella se encontraban Trowa y Catherine, vuelve a sentirse bien, la
pelirroja no puede evitar soltar un sollozo y con felicidad se acerca a él,
uniendo sus labios a los del chico en un movimiento rápido, el ojivioleta se
sonroja y la abraza, apartándola segundos después de él, con las manos sobre
sus hombros
Catherine.
Estás bien, en una sola pieza
Duo.
Claro ¿Qué esperabas tonta?
Catherine.
No has cambiado nada inútil
Ambos
se sonríen y la pelirroja se seca las lágrimas antes de apartarse, entonces
Trowa es quien se acerca, sonriéndole a su antiguo compañero, después se agacha
y lo abraza
Trowa.
Bienvenido
Duo.
Gracias por todo, no sabría cómo pagarte
Soltándose
de él, el ojiverde lo observa y niega con la cabeza, mirando después al
abogado, que miraba la escena, sosteniendo la guitarra del ojivioleta
Trowa.
Dale las gracias a Richard, ha hecho más de lo que debía
Apenado
Duo voltea hacia el hombre y le sonríe, su rostro estaba ligeramente rojo,
Richard le responde la sonrisa, Trowa entendía a la perfección lo que sucedía,
pero Catherine no, así que se queda un tanto confundida. Después de unos
momentos, la pelirroja encarga unos cafés y los cuatro se van a la sala,
momentos después, Duo se da cuenta que no estaban todos por lo que pregunta por
Wufei y por Quatre, el ojiverde baja ligeramente la mirada mientras que
Catherine se muestra enojada, entonces el ex baterista le cuenta a Duo de lo
que no estaba enterado, haciendo del ambiente algo incómodo, pero al cabo de
unos momentos, el ojivioleta le da un giro distinto, sujetándose unos cuantos
cabellos, los cuales estaban sueltos
Duo.
Miren, ha crecido
Catherine,
que no había notado que el cabello de Duo estaba más corto, se sorprende,
mirándolo detenidamente, el largo cabello antes sujetado en una trenza, ahora
apenas pasaba por debajo de los hombros del chico, así que no le interesaba
sujetarlo nuevamente hasta que no creciera. Después de aquel comentario, el
ambiente vuelve a hacerse ameno y los cuatro permanecen ahí un par de minutos
más, conversando sobre otros temas, poco a poco cada quien volvería a su vida
de siempre, aunque aún estaba en sus mentes el hecho de que Dorothy estaba
suelta en cualquier lugar y que tarde o temprano tendrían que enfrentarla de
nuevo…
Al
día siguiente, Duo saca de la cochera su auto, el cual no había sido usado en
todo el tiempo que él no estaba, y se dirige al Hospital donde le habían dicho
que se encontraba internada Sally. Al entrar en la habitación de la ex miembro
de Dark Sound, tanto ella como Wufei se sorprenden, el chino no sabía que Duo
había salido, tampoco estaba enterado de lo sucedido con Dorothy, pues desde
que había sucedido lo de Quatre, no había abandonado el Hospital. El ex
guitarrista se muestra sonriente como antes y se acerca a su ex compañero,
Wufei no duda en abrazarlo, estaba muy emocionado de verlo fuera del horrible
lugar en que había estado, cuando se sueltan, Duo se acerca a Sally y la saluda
con un beso en la mejilla, permaneciendo al costado de la cama
Sally.
Me alegro que estés bien, es en serio
Duo.
Y yo estoy feliz por ustedes, aunque sé que se ha complicado un poco
Los
padres del futuro bebé se ponen serios y tristes, pero Wufei mueve su cabeza a
los lados y se arma de valor para sonreírle al ojivioleta
Wufei.
Todo saldrá bien
Duo.
¡Ya verás que sí!
Más
animado que días anteriores, Duo muestra de nuevo una sonrisa, y aunque parecía
el mismo de siempre, él había cambiado, sus días de cárcel lo habían cambiado.
Después de unos momentos en que habían continuado hablando, Duo mira su reloj,
ya pasaba del mediodía y aún tenía cosas que hacer
Duo.
Me dio mucho gusto verlos, pero debo irme, Wufei ¿me acompañas afuera?
Wufei.
Eh, claro… Sally, ahora vuelvo
Sally.
Sí
Tratando
de no darle mucha importancia, la ex tecladista sonríe, sin embargo le
preocupaba de que pudieran hablar, sobre todo porque Duo se había puesto serio.
Wufei y él salen del cuarto, alejándose del mismo para que la chica no pudiera
oírlos, al ojinegro le parece también raro que Duo quiera hablar con él pero no
dice nada; cuando por fin salen del edificio, en el jardín trasero, Duo decide
explicarle a su compañero sobre lo que había sucedido con Dorothy, y como era
de esperarse, el coraje de Wufei no tarda en hacerse notar, ya que él más que
nadie deseaba que esa mujer terminara sus días de libertad
Duo.
Tienes que calmarte
Wufei.
¡No puedo! Esa vieja… yo la mato
Duo.
Wufei, sé cómo te sientes, recuerda que por su culpa estuve en la cárcel, pero
debes calmarte, ella pagará
Wufei.
Duo, si es por ella que Traize… te juro que la mato
Duo.
No digas tonterías, si hicieras eso te meterían a la cárcel y no podrás ver
crecer a tu hijo
Con
aquellas palabras, el ex guitarrista logra que Wufei piense de manera distinta,
por momentos había olvidado que lo más importante para él ahora era su hijo
Wufei.
Es verdad
Duo.
¿Lo ves? Aún hay algo por lo que debes mantenerte sereno
Wufei.
Lo sé pero…
Hacía
tiempo que Wufei no derramaba lágrima alguna por la pérdida de Traize, pero en
esa ocasión no lo puede evitar, Duo era quizás el único que podía saber cómo se
sentía Wufei, por eso no puede evitar sentirse triste, acercándose al ojinegro,
colocándole una mano sobre el hombro
Duo.
Wufei… ni Heero ni Traize volverán, entiendes eso ¿verdad?
Wufei.
Sí… pero…
Tapándose
el rostro con las manos, Wufei se agacha colocándose de cuclillas y comienza a
llorar, Duo suspira y copia la posición de su amigo, abrazándolo pero sin
llorar, él ya no podía llorar la muerte de Heero, aun cuando siguiera doliendo…
Después de aquella amarga situación, Duo abandona el Hospital donde estaba
internada Sally, dejando a su amigo más tranquilo, aunque le preocupaba, por
muchos años Wufei solo había vivido sufrimientos, y la difícil situación del
embarazo de Sally ponía en cuerda floja su salud mental…
El
siguiente lugar que Duo visitaría ese día, era el Hospital donde Richard le
había dicho que se encontraba internada Hilde, quería darle las gracias por
todo lo que había hecho, reconocía que sin su ayuda no habrían sido posibles
muchas cosas. Cuando la enfermera le dice que tiene visita, la ex guitarrista
se extraña pues además de Mark y Relena, nadie más lo había hecho. Cuando el ex
trenzado entra en la habitación, su sorpresa es tan grande que duda que pudiera
estar pasando, y cuando Duo está cerca de la cama, sin sentir pena de nada le
da un fuerte abrazo, haciendo que Hilde se ponga completamente colorada, cuando
la suelta le sonríe ampliamente
Hilde.
Pero que…
Duo.
No puedo agradecerte con palabras, no sé cómo hacerlo, pero te estoy
infinitamente agradecido
Sintiéndose
apenada, Hilde agacha su cabeza y sujeta con fuerza las sábanas sobre sus
piernas, Duo se extraña de que haga eso
Hilde.
No tienes que hacerlo, en realidad no pensé en ti como primer beneficiado
Duo.
Ah, eso… no importa, te arriesgaste y gracias a ti la policía se allegó de
muchas pruebas
Hilde.
Pero es que…
Duo.
Vamos, no seas modesta
Acercándose
a ella, le sujeta la barbilla con una mano y le levanta el rostro, aún más
sonrojada Hilde lo mira, sus ojos estaban ampliamente abiertos, Duo le sonríe
amablemente
Duo.
Lo cierto es que fuiste de gran ayuda
Hilde.
Gracias
El
ex guitarrista suelta a la chica sin dejarle de sonreír, y entonces ella le
sonríe a él. Después de unos momentos de silencio…
Hilde.
¿Y qué sucederá con Sylvia?
Duo.
Ella aún nos puede ser de mucha ayuda con su testimonio, la policía no solo
está sobre la pista de Dorothy, también lo está sobre Dermail, solo espero que
esa chica siga con vida
Hilde.
Pero que tontas fuimos ¿Por qué nunca lo notamos? Ellos eran parientes, y
Dorothy está completamente loca
Duo.
¿Cómo saberlo? Son hábiles para el engaño, supongo
Hilde.
Sí, supongo que es así
Duo.
Pero no hablemos de cosas feas. ¿Sabes? Quiero ver a Noin, me contó Trowa que
va a tener un hijo de Zechs
Hilde.
Sí, yo te doy su teléfono y dirección
Duo.
Que irónica es la vida, éramos rivales y ahora 2 ex miembros de The Wings
tendrán un hijo de dos ex miembros de Dark Sound
Hilde.
Es verdad
Ambos
se ríen por esa situación y después Hilde le anota a Duo los datos de su ex manager
Hilde.
Es una lástima que Zechs jamás conocerá a su hijo
Duo.
Es cierto… se habría puesto muy feliz
Hilde.
Si
Esos
comentarios los vuelven a poner serios
Duo.
Ya, dijimos que nada de esas pláticas
Hilde.
Sí
El
ex guitarrista estira su mano hacia la chica, volviendo a sonreírle
Duo.
¿Amigos?
Hilde.
Amigos
Ambos
chicos se dan la mano sonriéndose mutuamente, y aunque resultaba extraño que
ahora fueran amigos, sabían que nada malo podía resultar de ello… Ahora que Duo
había visitado a Hilde, solo le quedaba ir a un lugar, así que gracias a la
información que la chica le había dado, logra llegar ahí. Quien le abre la
puerta es Relena, cuya sorpresa de verlo ahí no era menor que la de Hilde, solo
que a diferencia de ella, la ex vocalista no sabe cómo reaccionar, en cambio
Duo asiente con amabilidad y ella lo imita, sin decir nada lo deja entrar,
dirigiéndose después a la habitación de su ex manager y avisarle, al verlo,
Noin sonríe ampliamente y se acerca, colocándole las manos sobre los hombros
Noin.
Estas bien muchacho, me da gusto verte fuera
Duo.
Gracias ¿Cómo ha estado?
Noin.
Pues mírame
Sin
dejar de sonreír con mucha alegría, la mujer se da una vuelta, haciendo reír a
Duo
Duo.
Se ve hermosa
Noin.
Gracias
Relena.
Prepararé café
Noin.
Gracias
La
chica se aleja hacia la cocina, dejándolos solos, el ex trenzado la había
seguido con la mirada y cuando se pierde de vista mira fijamente a Noin
Duo.
Se ve triste
Noin.
Sí… ella y Dorothy tenían algo
Duo.
¿Ah sí?
Noin.
Sí, pero aunque Relena no la amaba, creo que le afectó
Duo.
Ya veo
Noin.
De hecho no sale a la calle, teme encontrársela
Duo.
Debió ser duro
Noin.
Sí… pero no hablemos de eso ¿te sientes bien?
Duo.
Sí, mejor que antes
Noin.
Fue una desgracia ¿verdad? Lo de ese avión
Duo.
Sí… horrible
Sonriendo
con melancolía, la mujer se lleva ambas manos al vientre y después mira
detenidamente al chico
Noin.
Si no fuera por mi bebé creo que habría preferido morir
Duo.
Supongo… ¿y ya sabes qué será?
Noin.
Sí, niño
Duo.
Seguro se le parecerá mucho
Noin.
Sí, Milliardo será igual a su padre
Duo.
¿Le pondrás Milliardo? Es un nombre muy sofisticado
Noin.
Sí, como su papá
Duo.
¿Eh? No entiendo
Noin.
El verdadero nombre de Zechs era Milliardo
Duo.
¡Eso si no lo sabía!
Noin.
Él no se lo decía a nadie
Confundido
pero sin hacer más comentarios, Duo se limita a sonreír, poco después regresa
Relena con los cafés, sin hacer comentarios de nada, realmente estaba muy
seria…
Aquel
día Sylvia despierta por fin sin fiebre después de muchos días de estar
enferma, Tom que había cuidado siempre de ella estaba muy contento, sin embargo
cuando la chica le vuelve a pedir de favor que la lleve a New York se pone muy
triste, sobre todo porque pensaba que ese deseo era producto de su delirio de
fiebre
Sylvia.
Por favor, prometo pagarte bien, mi padre puede estar en peligro
Tom.
Si pero yo no puedo llevarla a donde me pide, no tengo dinero
Sylvia.
Pedimos prestado, te lo pagaré, en serio
Tom.
Déjeme ver qué puedo hacer
Volviendo
a sentirse animada, la ex periodista mira como aquel buen chico sale de la
habitación donde la tenían, estaba completamente aislada de los sucesos de los
últimos días, por eso se sentía muy inquieta, seguramente su padre estaba en
peligro y solo de pensarlo sentía un horrible estremecimiento…
Desde
que había llegado a esa soleada ciudad tan cerca del mar, sentía que su alma
estaba más tranquila que días atrás, sin duda no había cometido un error al
irse para allá, había logrado encontrar un modesto departamento el cual rentar,
y su mente estaba despejada de todo, el ojiverde parecía haber sido difuminado
por su estancia ahí, y realmente le sentaba bien así, sobre todo después de la
inquietante despedida
Dave.
Este es para ti
Quatre.
Gracias
Justo
al lado del rubio, se sienta un chico de estatura media, apenas un poco más
alto que él, era de cabello castaño oscuro, ojos color miel y el tono de su
piel era clara; era joven y apuesto, le entrega una lata de jugo frío. Aquel
muchacho era su vecino de departamento, y lo había conocido el día que había
llegado, ahora eran buenos compañeros y se llevaban bien, casi como amigos, a
veces iban a esa playa a pasar un tranquilo día
Dave.
Deberíamos ir a caminar ¿no crees?
Quatre.
Claro, vamos
El
primero en ponerse de pie es Dave, que estirando su mano hacia el ex bajista lo
ayuda a ponerse también de pie, mientras caminan hablan sobre un programa que
habían dado la noche anterior en un canal de cable. Desde el inicio ellos se
habían llevado bien, así que podían pasar las horas charlando sobre cualquier
tontería y no pensaban que era tiempo desperdiciado. Después de algunos minutos
de caminata, abandonan la playa para dirigirse a sus departamentos, el sol
comenzaba a ocultarse
Dave.
¡Es cierto! Hoy es el partido ¿me acompañas a verlo?
Quatre.
¿Fútbol americano?... no me gusta
Dave.
Ya veo, pero acompáñame, compramos botanas y cervezas ¿Qué dices? Anda, se
decidirá quién irá a la final del Super Bowl
Quatre.
De verdad, no veo ningún deporte
Dave.
Ya veo
Mostrándose
triste, el chico baja su mirada y por momentos se queda callado completamente,
Quatre lo mira de perfil y después de meditarlo un poco suspira resignado
Quatre.
Está bien
Dave.
¿En serio? ¡Genial!
Emocionado
el chico da un salto, el rubio siente su emoción y también sonríe. Entonces
antes de llegar a los departamentos llegan a un mini súper por botana y
cervezas, después van al departamento de Dave, faltaba aún media hora para el
partido, así que el chico comienza a preparar todo, las cervezas las pone en la
heladera y en el suelo coloca unas sábanas para que vean ahí el partido ya que
no contaba con muebles de sala.
Cuando
el partido inicia sirve las botanas y entrega a Quatre una cerveza, durante el
transcurso, el rubio se sentía muy aburrido a pesar de las emociones
demostradas por Dave, se ponía de pie, gritaba, se emocionaba, decía groserías
a los jugadores, a otros los felicitaba, entre otros arrebatos.
Al
final el equipo al que iba Dave logra su pase a la final, así que se pone
bastante contento, tanto que sin pensarlo se avienta a los brazos del rubio que
se encontraba sentado en el suelo, por el impacto lo hace desequilibrarse, pero
Quatre logra apoyarse con su codo y no acostarse, Dave en cambio deja caer el
peso de su cuerpo en el del rubio, logrando apoyar ambas manos en el suelo, sus
rostros estaban muy cerca, los dos se sonrojan quedándose paralizados, entonces
dejándose llevar, Dave cierra sus ojos e intenta besar a Quatre, en cambio él
reacciona a tiempo y con su otra mano colocándola en el pecho de Dave lo aleja,
él abre rápido sus ojos y más apenado que antes se aleja rápidamente, dándole
la espalda al rubio
Dave.
Lo siento yo… creí que… pensé que eras gay, lo lamento
Quatre.
Bueno… si lo soy
Sin
esperárselo, el chico se anima a voltear de nuevo hacia el rubio, Quatre evita
su mirada mientras se pone de pie
Quatre.
Ya me voy
Dave.
No espera, déjame aclarártelo
El
chico imita el movimiento del rubio y se levanta, mirándolo preocupado
Quatre.
Sé lo que esperas, sexo de una noche y se acabó ¿cierto?... todos quieren eso
de mí
Dave.
Te equivocas
Sin
creérselo el rubio se anima a mirarlo, el rostro de Dave demostraba verdadera
preocupación
Dave.
Lo cierto es que siempre me has gustado
Quatre.
Sí, eso imagino
Dave.
Pero es mentira que deseo sexo de una noche
Quatre.
¿Y por qué quisiste besarme?
Dave.
Ya te lo dije, me gustas
Quatre.
Y quieres acostarte conmigo
Dave.
No… bueno sí, pero no como piensas… no te quiero solo para una noche
El
rubio percibe los verdaderos sentimientos de Dave, pero a pesar de eso había
algo que lo frenaba, sabía que tenía que cambiar, ya no podía seguir siendo el
mismo impulsivo lujurioso que buscaba una noche apasionada, tal como había
pasado el día que conoció a Joe, como había sucedido la vez que había hecho un
trío, como había sucedido con Mike, debía de cambiar, pero había algo que se lo
impedía, Trowa lo había enseñado, el ojiverde lo había acostumbrado al sexo
vacío
Quatre.
Entonces hagámoslo
Dave.
¿Qué dices?
Quatre.
Tengamos sexo ésta noche, y la que sigue, y la que sigue también
Las
palabras del rubio así como su mirada eran fríos, eso hace sentir a Dave que el
chico no es como lo imaginaba, creía que Quatre era noble y tierno, pero
parecía que era solamente una máscara, sin embargo él mismo se estaba
ofreciendo, tal vez era señal de que no debía perder la oportunidad
Quatre.
¿O no quieres?
El
chico tarda en contestar, pero la decisión la había tomado antes, así que se
acerca al rubio, teniéndolo enfrente tan cerca estira su mano y le acaricia el
cabello, moviendo su mano hacia la nuca y atrayéndolo a él para besarlo, las
manos de Quatre se cierran en su cintura, acercando más su cuerpo al de su
vecino. Cuando dejan mutuamente sus labios, los de Dave no tardan en explorar
el blanco cuello, sin verdadera entrega el ex bajista revuelve los cabellos del
chico mientras recibe los besos…
Pronto
sus ropas caen al suelo en cualquier parte y desnudos se dirigen hacia la
habitación, Dave acuesta el cuerpo de Quatre y se vuelven a besar, pero antes
de la penetración el ojimiel se baja de la cama rápidamente, buscando en uno de
los cajones del buró un condón, pero ya no le quedaba ninguno ahí
Dave.
Demonios
Quatre.
Busca en mi cartera
Dave.
Sí
Enseguida
el chico sale de la habitación por el preservativo, Quatre sonríe amargamente
cuando piensa que siempre está preparado para eso, realmente era un adicto al
sexo, y se preguntaba hasta cuando iba a serlo. Cuando Dave regresa con el
condón encuentra al rubio acariciándose el pecho, eso lo hace sonrojar pero
enseguida se acerca de nuevo, subiéndose otra vez a la cama, intenta besar al
ex bajista pero él lo esquiva, mordiendo levemente la oreja del muchacho,
después, de la manera más fría le da la espalda, colocándose de bruces en la
cama, separando levemente sus piernas.
Sin
decir nada Dave abre el preservativo y se lo coloca, dudándolo un poco antes de
hacerlo, se introduce en el rubio, escuchando un quejido de su parte, y
entonces después inicia sus vaivenes, sujetando las caderas del chico,
escuchándolo gemir de placer, pronto una de sus manos se dirige al miembro del
rubio y lo masturba, Quatre estaba perdido por completo, dejándose llevar por
el placer, no sintiendo ninguna otra emoción, su éxtasis crecía cada vez más,
así que bajando su pecho a las sábanas se agarra con fuerza de éstas, con su
mejilla izquierda pegada a las sábanas, apretando con fuerza los ojos, la
culminación estaba cerca pero además de lo físico no sentía nada
Quatre.
¡Aaaah sí!
Al
dejar soltar su semilla en la mano de Dave hace un movimiento con sus caderas
contrayendo a la vez su entrada, sintiendo así el pulsante miembro de su
vecino, quien a la vez por la estrechez de esos segundos siente mayor placer,
derramándose por fin
Dave.
Ngh… Quatre
El
chico no se sale del rubio hasta no sentirse por completo liberado, moviéndose
aún solo que más lento, respirando rápido los dos se quedan en la misma
posición, Dave se agacha comenzando a besar la espalda del ex bajista, poco a
poco sale de él y entonces el rubio se acuesta completamente en la cama,
escondiendo enseguida su rostro en la almohada, su vecino se levanta de la cama
y se va al baño para tirar el condón, cuando regresa ve a Quatre aún en esa
posición, escuchando después algunos sollozos, se acerca a él y le acaricia los
cabellos, preocupado de que pudo haberlo lastimado
Dave.
Lo lamento, yo…
Quatre.
Soy un idiota ¿Por qué siempre termino haciendo esto?
Dave.
Quatre…
Quatre.
Soy asqueroso
Dave
no sabe qué hacer ante las lágrimas de Quatre, así que no le queda más remedio
que verlo y oírlo, ignoraba todo lo relacionado con el pasado de su vecino porque
el rubio nunca le había querido contar nada. El resto de la noche lo pasa
impotente, sin poder hacer nada por su vecino, Quatre se queda dormido después
de haber llorado sin decir nada más… Cuando Dave se despierta a la mañana
siguiente, su cama estaba vacía, tallándose los ojos mira el lugar donde debió
estar su vecino y suspira al ver que no está, se sienta en la cama y doblando
sus piernas coloca la cabeza sobre las rodillas
Dave.
Idiota ¿en qué estabas pensando?
Enojado
se levanta de la cama, nada ganaba con lamentarse por lo sucedido, de momento
no tenía nada claro en la mente, por eso solo se dirige a la habitación de baño
para tomar uno, necesitaba sentirse más relajado… mientras tanto en la playa,
Quatre caminaba pensativo, con la cabeza agachada, mirada melancólica, sus
pasos lentos y desentendidos no le daban buen aspecto
Quatre.
¿Será que nunca podré…?... solo soy un idiota
Su
viaje a aquel lugar se estaba convirtiendo en lo que no quería, un lugar que le
atara con fieras cadenas a lo que trataba de superar, todo estaba resultando al
revés y eso lo hacía sentir miserable…
Ese
día en la primera plana del New York Times aparece una fotografía del señor
Dermail cuando la tarde anterior había sido arrestado por los delitos de
Extorsión y Fraude, además de algunos otros. Después de meses de investigación,
la policía por fin había dado con su paradero y se había allegado de sólidas
evidencias que lo inculpaban, entre otras cosas, el hombre había estafado a no
menos de 17 empresarios y era el dueño ilegal de más de 40 empresas en el país
y algunas más en Canadá y México.
La
lista de dichas empresas se daría a conocer en un par de días, y el Juicio se
llevaría a cabo en una semana. Además, como parte del testimonio previo,
Dermail daba a conocer de la manera más fría que su nieta tenía que ver en gran
parte con sus fraudes, y sin importarle que vinieran de la misma familia estaba
dispuesto a hacer rodar su cabeza "Si yo caigo, te hundes conmigo"
esa había sido la sentencia que Dermail daba a conocer a su nieta a través de
los medios, donde fuera que la chica estuviera
Dorothy.
Maldito viejo decrépito
La
ex bajista de Dark Sound leía una y otra vez el reportaje del New York Times
salido apenas esa mañana, la chica arrugaba con fuerza el papel y después lo
tira, estaba realmente molesta, tanto que si tuviera a su abuelo enfrente lo
mataría con sus propias manos, pero no podía ser indiscreta, ahora más que
nunca necesitaba cautela, incluso había cortado su largo cabello y usaba
sombrero cuando salía a la calle, a veces también lentes, vivía en una pobre
pensión debido al poco efectivo que tenía, y es que si usaba alguna de sus
tarjetas la policía daría fácilmente con ella
Dorothy.
Me la pagarán todos, idiotas mal nacidos, todos morirán
Obsesionada
con ello la chica comienza a reír, ahora estaba un poco débil, pero pronto
sería la misma de siempre, dispuesta a acabar con todos cuando se le diera la
gana, y entonces arrepentidos le pedirían perdón, suplicarían por mantenerse
vivos…
Esa
noche, Duo cumple su promesa al abogado de invitarle una copa, Richard había
pasado por él a las 10 en casa de Trowa, el hombre había elegido un lugar
agradable y tranquilo, donde ambos pudieran conversar, de hecho en toda la
noche no habían parado más que el rato en que un jazzista los había deleitado
con su música. En sí se había tratado de una velada bastante agradable, pero
pasaban de las 2 de la madrugada y debía terminar, Richard aún tenía casos que
atender, así que no podía trasnocharse mucho, así que el abogado se ofrece a
llevar a Duo de nuevo a la casa del ex baterista y él no se opone. Cuando
llegan Richard apaga el motor del auto y permanecen callados unos momentos,
entonces Duo voltea hacia él mientras se quita el cinturón de seguridad y le
sonríe
Duo.
Me la he pasado muy bien, muchas gracias
Richard.
Gracias a ti por aceptarme ésta velada
Duo.
Bueno, hasta luego
Richard.
Adiós
Por
unos momentos se miran mutuamente y después se sonríen, Duo se gira para abrir
la puerta y marcharse, pero cuando coloca su mano sobre la manija se queda
pensativo mientras el abogado lo observa, entonces el ojivioleta reacciona y se
gira de nuevo para verlo
Richard.
¿Qué sucede?
Sin
responderle Duo se acerca colocándole una mano sobre la mejilla, lo mira unos
momentos a los ojos y después cierra los suyos, acercándose para besarlo,
Richard entrecierra sus ojos y antes de que Duo lo bese, le coloca dos dedos
sobre los labios, haciéndolo abrir ligeramente sus ojos, estaba confundido
Richard.
¿En verdad es lo que quieres?
Al
susurrarle Duo siente el aliento en su boca entreabierta y moviendo ligeramente
su cabeza le indica que sí, entonces sus bocas se unen en un movimiento tímido,
acariciándose al tacto, la mano derecha del ojivioleta se acomoda en el cuello
de quien fuera su abogado y éste le abraza de la cintura con su zurda,
disfrutando y sufriendo de aquel beso, sin embargo compartían la idea de que
necesitaban de aquel. Al soltarse se miran unos momentos antes de separarse,
Duo sonrojado, Richard embelesado con aquel bello rostro
Richard.
¿Podré volverte a invitar?
Duo.
Sí, claro
Richard.
Bien, cuídate
Duo.
Tú también, hasta luego
Richard.
Hasta luego
Por
fin Duo baja del auto y en cuanto entra a la gran casa de su ex compañero,
Richard se marcha, el ojivioleta suspira y cabizbajo avanza hacia la escalera,
cerca de ahí, Trowa venía de la sala y se disponía también a subir, a Duo le
sorprende que el ojiverde siga despierto
Duo.
¿Insomnio?
Trowa.
No, quería esperar a que llegaras ¿estás bien?
Duo.
Sí gracias
Trowa.
Richard es un gran hombre, pero si no te sientes cómodo no lo hagas por
compromiso ¿de acuerdo?
Duo.
Sí, no te preocupes
Sonriéndole
amable se marcha de ahí hacia su habitación, sin embargo cuando está frente a
la puerta desiste, dirigiendo su mirada hacia la puerta de la habitación que
ocupaba antes Heero, entonces se dirige a ella y entra, sintiendo emoción al
ver cada cosa en su sitio, tal cual Heero las había dejado. Después de mirar a
todos lados, se dirige a la cama y se acuesta en ella, cerrando sus ojos
Duo.
Está bien ¿verdad Heero? No es traición, yo solo… quiero continuar mi vida
Abriendo
sus ojos se gira hasta quedar sobre uno de sus costados, mirando hacia la
puerta del baño, recordando la noche en que había intentado suicidarse
Duo.
Continuar mi vida
Susurra
mientras estira su mano y observa los cortes de su muñeca, después vuelve a
cerrar sus ojos y poco a poco se queda dormido, aquella noche había sido la
primera en muchos días que no había tenido pesadillas…
El
sol que abrasaba haciéndole escocer la piel hacía meses que ya no le importaba,
solía pasarse las horas en ninguna sombra, a veces mirando los lomos de sus
manos, perdido en aquella imagen, con los recuerdos más dolorosos en la piel,
deseando volver, cada día, cada noche, sin excepción alguna desde su terrible
confinamiento en una desolada isla con un lunático y el extraño espíritu de un
viejo amigo atormentándole día y noche.
Los
días pasaban sin que supiera en cual vivía, estaba desnutrido, deshidratado en
gran parte, y cada vez dudando más de su lucidez, y es que a veces cuando el
romper de las olas se volvía una copiosa melodía, su mente le jugaba bromas,
transmutando el sonido en una risa conocida, una risa que adoraba, la risa que
desde hace tiempo deseaba volver a oír
Heero.
Duo ¿estás aquí?
A
lo lejos oía a su compañero de naufragio gritarle a las olas que no lo
siguieran o las golpearía, pero no era eso lo que le hacía creer que su adorado
trenzado estaba ahí, era un ruido extraño que jamás había oído ahí, un cansado
golpetear del viento ¿pero es que acaso era otra de las terribles bromas de su
mente? Porque pensando descabelladamente en una explicación, aquel ruido sonaba
tal cual las aspas de un helicóptero en el aire, pero la sola posibilidad muy a
pesar de la ironía resultaba ser la broma más cruel hasta el momento
Traize.
Mira muerto… Dios ha venido por nosotros
Los
momentos de repentina lucidez vuelven a Heero, y es que estar alucinando cosas
se estaba convirtiendo en cosa de todos los días, pero no era momento para
hundirse en una alucinación, por eso pone atención a las palabras del hombre y
voltea, mirándolo señalar el cielo. Sus ojos visiblemente cansados y casi
cerrados por el cansancio se abren como platos cuando estos le dicen que
aquello no era producto de su mente, su locura aún no llegaba al punto de ser
colectiva como para creer que ambos deliraban lo mismo
Traize.
¿Ya viste?
Heero.
Sí… que… ¿Qué hacemos?
Aunque
sus momentos de locura a veces no le hacían discernir entre lo real y lo
fantástico, estaba casi seguro de que la solución no estaba en lo que veía en
las películas, porque podía gritar y agitarse todo lo que quisiera, las
personas dentro del transporte difícilmente mirarían en esa dirección y
percibirían a dos personas pidiendo auxilio, a menos que usaran binoculares y
exploraran la zona en busca de algo; también estaba convencido que para cuando
hiciera una fogata y ésta comenzara a humear bien a pesar del viento y la
humedad, el helicóptero bien podía haberse marchado ya. Pero aunque sabía eso,
aunque tenía la convicción de que así sería, su primer impulso es comenzar a
saltar, agitando sus brazos, Traize lo observa y divertido lo imita, riendo
como un niño practicando su juego favorito.
A
pesar de la distancia que había entre ellos y el transporte, el sonido de las
aspas era perceptible, sin embargo a medida que avanzaba éste se hacía menos
sonoro, habían pasado varios minutos y tal como pensaba Heero, el helicóptero
se pierde de vista, derrotado cae de rodillas sobre la arena, sus brazos caídos
a los costados de su cuerpo parecían sin vida, su mirada vacía y la boca reseca
estaba entreabierta
Traize.
Dios se fue… ¡lo asustaste muerto!
Enojado
Traize se va corriendo perdiéndose entre las ramas, pero a Heero no le
importaba nada, su mente estaba ocupada solamente en aquel fracaso, de pronto
oye una risa que lo desconcierta y volteando ligeramente hacia atrás ve a su
antiguo manager, Zechs aplaude mientras se acerca a él
Zechs.
Felicidades, se te fue
Heero.
Pero…
Zechs.
Resígnate, se quedarán aquí para siempre
Heero.
No, yo…
Zechs.
No me pueden dejar aquí, los tres juntos ¿se te olvida? Siempre juntos
A
pesar de que movía su cabeza a los lados para negar la realidad que el rubio le
quería meter a golpes en la cabeza, éste no dejaba de sonreír y su alta y delgada
figura no se disolvía, su presencia lo desquiciaba, deseaba que se fuera,
deseaba irse, regresar a la realidad, odiaba esa fantasía horrible, sin
embargo, ese día comenzaba a comprender que aquella era su condena
Continuará…
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