lunes, 22 de febrero de 2016

El jardín de las delicias

Capítulo 31. Lágrimas y Angustia. La última sonrisa no es una bienvenida
FINAL PARTE 1:


¿Cuánto tiempo estuve esperando? Ven a mis brazos, perdonémonos una vez más, permite curar las heridas que yo mismo infringí, permíteme redimir mis errores. Solo dame una oportunidad más…

Al bajar del auto la sensación de vacío y desesperación le retorció las vísceras. A su lado estaba Richard, no supo con qué intención, pero Duo estira su mano hacia él y la aprieta, haciéndole sentir su nerviosismo, su miedo, sus inseguridades, el terror que le provoca el solo pensar que volverá a ver aquellos ojos azul profundo. Un muerto que ha regresado no solo del más allá, sino desde lo profundo de sus recuerdos más dolorosos, la tristeza que quiso ocultar sin poderlo lograr, el miedo que jamás pudo vencer

Richard. ¿Estás bien?
Duo. No lo sé

Su sinceridad le hace sonreír, lo mira fijo y luego se acerca, colocándole las manos a los hombros, lo atrae hacia él y le abraza, Duo se derrumba y le abraza con fuerza y necesidad, su refugio del dolor era él, la persona que durante meses estuvo a su lado, amándolo sinceramente

Richard. Sabes que cualquier cosa que decidas la respetaré, me has elegido a mí, pero si al verlo tu idea cambia, quiero que sepas que mi amor es tan grande como para dejarte ir si es necesario… Jamás he amado a nadie ni amaré a nadie como a ti

Tras sus palabras le besa sobre los cabellos, Duo se siente fuerte entre sus brazos, pero aun inseguro, solo sonríe y eleva su mirada, la topa con Richard y le sujeta del cuello, regalándole un inocente beso sobre los labios

Duo. Te quiero mucho Richard, no te mereces esto
Richard. Duo
Duo. Escucha… Solo necesito verlo y despedirme, quiero cerrar éste capítulo de mi vida y compartir el resto de ella contigo. Quiero estar contigo lo que me quede de vida, Heero se convertirá en un recuerdo y nada más, te lo prometo
Richard. De acuerdo

Aunque no estaba convencido le sonríe y acaricia su rostro, le besa también sobre los labios y se separan, uno al lado del otro avanzan hacia la casa, decenas de reporteros se acercan a ellos para obtener alguna declaración, pero son evadidos. Richard y Duo llegan hasta el portón y éste se abre automáticamente, caminan hacia la gran puerta de madera luego de pasar el jardín frontal. Wufei abre la puerta, con su pequeña en brazos, el trenzado no duda en hacerle cariños y regalarle un beso en las mejillas, ella le sonreía de forma adorable, pero en cambio el chino lo observaba con molestia, acusadoramente

Duo. Hola

El trenzado saluda nervioso, apenas pudiendo levantar la mano, Wufei lo observa fijo sin decir nada, luego mira a Richard con recelo, sabía que él no tenía la culpa de nada, que por el contrario les había ayudado mucho, pero su fidelidad hacia Heero no le permitía ser ecuánime, el pelinegro se retira y les deja pasar, cerca de la escalera se encontraba Quatre, sin dudar se acerca y le abraza, Duo corresponde, el rubio saluda a Richard y la puerta se cierra tras ellos, el trenzado siente la mirada de alguien sobre él y comienza a temblar, poco a poco se gira hacia su lado derecho y al fondo, cerca de la sala, se encuentra Heero Yuy, el estandarte de todos sus sufrimientos, el que antes fuera el objetivo de todas sus batallas, por quien estuvo dispuesto a todo, de quien ahora quería alejarse. Por instinto da un paso hacia atrás y aferra su mano a la de Richard, Heero mira hacia esa unión y casi a punto de acercarse con enojo Trowa lo detiene, sujetándole el antebrazo, aunque el ojiazul no le mira, el ojiverde niega con su cabeza

Quatre. Duo… ve

El rubio siente las sensaciones que experimentaban tanto Duo como Heero y siente un fuerte mareo, Trowa se aleja del ex vocalista y corre hacia él, sujetándolo por los hombros, Quatre comienza a derramar lágrimas, eran de Duo, las que estaba reprimiendo con tanta fuerza que lo hacía sentirse abrumado, por parte de Heero sentía un rencor inconmensurable, unas ganas tremendas por romperlo todo, el rubio se tapa la boca y ahoga un gemido, nunca antes había sentido de forma tan fuerte y precipitada los sentimientos de alguien más, Trowa comparte una mirada con él y luego besa su frente

Trowa. Tranquilízate mi amor

Con compasión y ternura, el ojiverde sujeta con fuerza su mano y lo tranquiliza, ambos miran de nuevo la escena, a escasos metros estaban Duo y Heero de distancia, mirándose fijamente, el trenzado temblaba con fuerza, era incapaz de moverse, el ojiazul escudriñaba todo de él, ahogándose en las ganas por correr hacia él, tomarlo entre sus brazos y llevárselo lejos. Richard mira por breves segundos a Heero y se acerca un poco más a Duo, coloca su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Duo, lo gira suavemente hacia él y coloca la mano faltante sobre su otro hombro, luego lo mira a los ojos

Richard. Ve y habla con él, yo iré a casa ¿de acuerdo?
Duo. Pero…
Richard. No aceptaré oposiciones. Te estaré esperando, si no regresas hoy sabré que decidiste quedarte, pero quiero que tengas esta última oportunidad. Te amo

Pese a la mirada de rabia de Heero, el abogado se agacha sutilmente y regala un beso suave a Duo sobre la frente, se aleja de él y sin mirar a Heero fija su mirada en un debilitado Quatre, que comenzaba a sudar frío, tener a ambos ex miembros de The Wing en esa situación lo estaba agotando

Richard. Ellos dos necesitan su espacio
Trowa. Gracias

El abogado sale de la casa sin ser acompañado, Trowa y Quatre comparten mirada, luego miran alrededor y no ven a Wufei, suponen que subió luego que Duo y su amante llegaran, así que ellos deciden irse también, sin decir una sola palabra, el rubio se aferra al cuerpo de Trowa y ambos se alejan, subiendo en silencio las escaleras. Heero y Duo ahora estaban completamente solos en aquella sala, el silencio reinaba junto con los temblores en el cuerpo del ex trenzado, cuya boca era incapaz de moverse. El primero en hacer un movimiento es Heero, cuyo pie derecho avanza al frente de forma sutil, al instante Duo retrocede, mirándolo con miedo, continuaba temblando, como si tuviera ante él un terrible fantasma dispuesto a atormentarlo

Heero. Duo…

El trenzado retrocede de nuevo y trastabilla, Heero se acerca a él poco a poco y Duo se paraliza, de pronto sus pupilas se dilatan y un grito se ahoga en su garganta, incapaz de hablar aprieta con fuerza ambos puños

Heero. Esperé mucho por esto, por verte de nuevo

Con mirada enajenada y casi a punto de sonreír de locura Heero continúa avanzando hacia Duo hasta que la distancia es de tan solo tres metros, el trenzado siente que pierde todas sus fuerzas y tan solo mueve la cabeza a los lados, lentamente, sin apartar la vista del ex vocalista, un par de lágrimas amargas resbalan por su rostro y tan solo atina a cubrirse éste con ambas manos, comenzando a llorar

Duo. Estás vivo

Susurra con voz temblorosa, Heero llega hasta él y le rodea los hombros con ambos brazos, cerrando los ojos al instante, fundiéndose ambos en un abrazo cuando Duo corresponde al destaparse el rostro y moviendo sus manos hasta la baja espalda de Heero, aferrándose con fuerza a su cuerpo, Duo llora con mayor fuerza y en silencio se acompañan, tan solo escuchándose los sollozos del trenzado, pasados unos segundos cuando la agitación pasa, Duo cae en cuenta que está abrazando con fuerza a Heero y de repente se aparta, empujándolo con fuerza, como si hubiese recibido un ataque sorpresa, el ojiazul lo observa fijamente e intenta acercarse de nuevo pero Duo retrocede, mirándolo fijo

Duo. No yo… no debía, perdóname
Heero. Duo…
Duo. No Heero, yo solo quería comprobar que estabas vivo, que sobreviviste, pero no para volver contigo, abrazarte fue un error, solo vine a despedirme

Como puñaladas directas al corazón, Heero siente que aquellas crueles palabras no eran más que un mecanismo de auto defensa por parte de Duo, sin embargo había dolido escuchar algo así, tan frío, tan despectivo, tan cruel; era como un mal sueño, una pesadilla que comenzaba a odiar; ese reencuentro no era lo que había esperado estando en aquella solitaria isla. Ambos se miran fijamente y Duo vuelve a temblar

Heero. No es verdad, dime que estás bromeando

Las palabras que dice Heero suenan sarcásticas aunque él trataba de parecer lo más normal posible, pero se moría de celos, saber que Duo estaba con aquel hombre, que justo ahora lo estuviera rechazando de esa forma tan despectiva, se sentía confundido, pero Duo no se sentía diferente, una parte muy escondida de su corazón deseaba con todas las fuerzas correr a los brazos de Heero, olvidarse de todo lo demás, pero no podía, era un cobarde

Duo. Es verdad yo… ya me había resignado, rehíce mi vida, yo te enterré Heero, te enterré para siempre
Heero. ¡Mientes!
Duo. Heero entiende…
Heero. No lo acepto, jamás lo haré. No es justo, nos separaron
Duo. Sé que es injusto

Aturdido el trenzado da unos pasos hacia atrás sin dejar de mirar a Heero, luego desvía su mirada y todo su cuerpo vuelve a temblar, dolía cada palabra, pero lo había decidido, Heero sería parte de su pasado, no volvería a su vida nunca más, su futuro estaba junto a Richard

Heero. ¿No lo entiendes? Dorothy, las chicas de Dark Sound, el maldito de Dermail, todos ellos… nosotros solo les estorbamos ¿por qué me castigas a mí?, ¿por qué ahora?

Aunque no solía ser un hombre de grandes monólogos ni de extensos discursos, sentía unos enormes deseos por explayarse, hacer entrar en razón a Duo, cuyo juicio parecía estar más nublado por el dolor que por el amor, el trenzado aún lo amaba, podía sentirlo en su mirada, en el temblor de su voz, pero estaba atezado de miedo, había sufrido mucho, podía verlo en su rostro, en sus manos, todo su cuerpo expedía ese aire de haber envejecido mucho en tan poco tiempo, aquello solo había podido pasar debido al dolor y el sufrimiento, Heero entendía lo que su presencia significaba para Duo, el dolor que le causaba, pero él también estaba sufriendo

Duo. No te estoy castigando, trato de protegerme, de protegerte, hubo un tiempo para nosotros pero eso ya pasó. Merecemos ser felices, juntos jamás…
Heero. ¿Estás oyéndote?

Enojado el ojiazul se acerca a Duo y sin permiso alguno le sujeta con fuerza ambas mejillas, lo atrae hacia él y cerrando sus ojos le besa los labios, mientras los ojos de Duo permanecen muy abiertos, con las pupilas dilatadas. Los brazos de Heero tratan de rodearle el cuerpo pero el ojivioleta lo empuja con fuerza, tratando de alejarlo con las manos sobre su pecho, sin éxito, en un vano intento por separarse Duo mueve su cabeza y los labios de Heero chocan contra su mejilla, pero él vuelve a buscar sus labios

Duo. No… ¡Basta!

Confundido y asustado, el trenzado ejerce más fuerza sobre Heero pero no logra separarlo, así que comienza a temblar y con la mirada desorbitada sus ojos vuelven a inundarse de lágrimas, el dolor que le acompaña en esos instantes es indescifrable

Heero. Niégame que mueres por besarme, niégame que deseas que te haga el amor, niégame que aún me amas ¡Niégamelo! Niega que tiemblas por mí, porque tienes miedo de mí, de lo que todavía sientes
Duo. Por favor… suéltame

A punto de colapsarse, el trenzado pierde fuerza en sus rodillas y Heero lo sostiene por completo, aferrándose a su cuerpo, percibiendo el olor de su cuello, su suave piel, el cuerpo cálido de Duo lo lleva a la gloria y por primera vez en muchos meses siente una excitación verdadera, su cuerpo clamaba por Duo, por tenerlo entre las sábanas, lo había extrañado tanto, lo deseaba más que nunca

Heero. Te amo Duo, no he dejado de hacerlo un solo instante, sé que también me amas
Duo. Suéltame Heero, déjame… es hora de dejarme ir

El trenzado relame sus labios, sintiendo el sabor salado de sus lágrimas, poco a poco esconde el rostro en el pecho de Heero y luego se aparta con sutileza, Heero no se opone y le suelta poco a poco, necesitaba ver sus ojos, el violeta de sus pupilas

Heero. ¿Por qué?
Duo. Porque ya no existe el tiempo ni el lugar para ti y para mí. El Duo que conociste y amaste murió por primera vez cuando supe tu muerte, volví a morir en la cárcel, lleno de odio y dolor, Duo Maxwell murió para siempre y al salir me perdoné a mí mismo, volví a nacer, sabiéndote muerto

Pasando saliva duramente, el trenzado no deja de mirar a Heero, cuyos nervios estaban al punto del colapso, no podía creer todo lo que estaba oyendo, jamás esperó un rechazo así por parte de Duo, nunca lo imaginó ni en sus más terribles pesadillas

Duo. Enterrarte fue lo más doloroso que me ha pasado en la vida, pero lo superé, no puedo volver a abrir esa puerta ¿Qué no lo entiendes? Morí, morí por ti

Desesperado el trenzado se descubre los brazos de la manga larga de su camisa y muestra a Heero las marcas de sus cortadas en las muñecas, cuando intentó suicidarse y Wufei le salvó la vida

Duo. Quise acompañarte, pero Wufei lo impidió. Yo quería morir ¿Qué no lo ves?

Asustado Heero mira aquellas cicatrices, había sabido por sus ex compañeros que Duo había intentado quitarse la vida, pero ver aquellas cicatrices lo perturba, el ojivioleta no puede más y se cubre de nuevo, avergonzado

Duo. Si vuelve a suceder, si mueres de nuevo no lo soportaré, prefiero no volverte a ver, hacer mi vida muy lejos, no volver a saber de ti, es lo que quiero
Heero. Eres injusto
Duo. ¿Lo soy? ¿Por qué? Eres tú quien quiere que todo sea como antes, pero no volverá, el tiempo no vuelve Heero… acéptalo, el Heero Yuy que conocí y amé se murió, su avión se estrelló en el mar, estás muerto
Heero. Mentira…

Enojado como nunca lo estuvo, Heero aprieta con fuerza los puños, entendía el dolor de Duo, entendía su sufrimiento y entendía el miedo a volver a perderlo todo, pero no entendía su crueldad, no entendía el motivo de aquellas palabras hirientes

Heero. Para ti morí y moriste, qué fácil ¿no es cierto?

El trenzado intenta decir algo pero Heero lo interrumpe, ambos no habían dejado de mirarse en todo momento

Heero. Mientras tú llorabas mi muerte yo lloré porque seguía vivo y jamás volvería a verte, tú tuviste duelo y luego redención, pero yo en todo momento fui consciente de la situación, sabía que aunque estaba vivo me creerías muerto, sabía que tú vivías y estabas tan lejos de mí que te convertiste en un sueño inalcanzable

Al oír esas palabras Duo traga saliva duramente y vuelve a temblar, intentando con todas sus fuerzas de no derrumbarse de nuevo

Heero. ¿Sabes que Traize se volvió loco? Vimos morir a Zechs y él no lo soportó, su mente se quebró, se perdió para siempre

Duo tiembla ante aquello, sabía lo de Traize, pero oírlo de aquel modo fue mucho peor

Heero. ¿Sabes que hice para mantenerme cuerdo? ¿Para no ceder ante la locura? ¿Acaso sabes lo que hice para sobrevivir? Pensé en ti…

Suavizando su voz se acerca lentamente a Duo, que permanece por completo inmóvil, mirándolo fijamente, temblando

Heero. Creí que flaquearía, que me dejaría llevar, pero tu recuerdo me mantuvo fuerte, el deseo por volverte a ver me dio fuerzas para soportar el miedo, la incertidumbre, la locura que cada vez quería apoderase de mí, veía a Zechs por todos lados, burlándose de mí
Duo. Ya basta, no sigas
Heero. No hubo un solo maldito segundo en aquella isla en el cuál no pensara en ti, en el anhelo de volver a verte, de tocarte, decirte lo mucho que te amo y todo lo que lamento haberte dañado. Por ti y solo por ti sobreviví ese infierno ¡¿Y tú me vienes a decir que estoy muerto?! ¿Qué me resigne?
Duo. Heero…
Heero. Te amo maldita sea, sé que me amas también ¿Por qué diablos me rechazas? Habría preferido pudrirme en aquella isla, habría preferido la muerte eterna
Duo. ¡No! No digas eso, yo…

Confundido y llevado por sus sentimientos, Duo se acerca a Heero en un fuerte arrebato y se cuelga de su cuello con ambos brazos, acercándose peligrosamente a él, comienzan a besarse con pasión, con loca necesidad, los dos tan sedientos de los labios ajenos, robándole el aliento al otro. Desesperados y asustados, el tiempo no había mermado su amor, su deseo, sus ganas. Sin pensar en nada, las palabras anteriores, en el hecho que Duo había elegido a Richard, que se habían vuelto a herir con palabras crueles, comienzan a caminar hacia la habitación más cercana, en el mismo piso, no muy lejos del pie de la escalera donde habían conversado se encontraba el salón de música, donde los instrumentos seguían ahí, pero ahora sin polvo, sin mantas que los cubrieran, Trowa había mandado a limpiar esa habitación que durante meses estuvo abandonada

Duo. Nh… Ah

El trenzado exhala un suspiro de excitación, sentir el cálido cuerpo de Heero tan cerca del suyo después de tanto tiempo había sido demasiado para él, había reaccionado al instante, el ojiazul ya se encontraba excitado desde hace rato, cuando lo tuvo tan cerca que el olor de su piel lo embriagó. El ex vocalista al cerrar la puerta de aquella habitación no dudó un solo instante y se abalanzó hacia Duo, sin darle a tiempo de decir nada, de no arruinar aquel momento, volvieron a besarse con pasión, con necesidad.

Duo reprimió varios gemidos y jadeó, caminaron torpemente, sin saber a dónde, chocaron con la tornamesa que se encontraba pegada a la pared de enfrente, el trenzado apoyó sus glúteos y ambas manos inclinadas hacia atrás sobre aquel aparato y sin dejar de besarse Heero comenzó a quitarse la ropa, solo se separaron para que se quitara la camisa y al poco tiempo ya se encontraba completamente desnudo, se separó un poco de Duo y éste lo observo, sintió tristeza al ver su cuerpo, desnutrido y más asoleado de lo normal, la piel reseca aunque con músculos más firmes, el trenzado bajó sus manos y delineó los contornos de sus costillas, casi pegadas a la piel, se miraron a los ojos y luego compartieron un par de besos, Duo lo empujó con sutileza y se hincó sin dudarlo, su rostro chocó contra la entrepierna erecta de Heero y no dudó en comenzar a repartirle besos, apasionados y húmedos, pausó para despojarse de su camisa y luego continuó, haciéndole sexo oral con delicadeza, como si fuera a romperse en cualquier instante

Heero. Duo…

Gimiendo de placer le acarició la cabeza, mirando hacia abajo, notó su cabello trenzado más corto de lo que jamás vio, las manos de Duo acariciaban sus piernas, mientras su boca se dedicaba a regalarle aquel placer que hace tiempo no sentía, para Heero fue la gloria, no era simple sexo oral, era Duo dedicándose a demostrarle su amor, lo podía ver en la expresión de su rostro, sus ojos cerrados, sin detenerse, Heero hace acopio de toda su voluntad para no culminar, necesitaba entrar en Duo, hacerlo suyo, el trenzado aparta su mano derecha de la pierna de Heero y la lleva a su propio pantalón, desabrochándolo, sin detener sus movimientos de cabeza, dejando que el miembro de Heero lo poseyera. El trenzado se detiene cuando siente el miembro de Heero más palpitante que nunca, su propio miembro saltaba por encima del pantalón que se había quedado hasta su cadera, Heero se arrodilla frente a Duo y vuelven a besarse con pasión, el ex vocalista sujeta la erección de Duo y comienza a acariciarlo, poco a poco Heero acuesta a Duo en el suelo y le ayuda a deshacerse de la ropa faltante que les estorbaba.

Comparten varios besos, ambos desnudos, expuestos a todo, Heero se aparta solo para descender, besando el pecho del ex guitarrista, lamiendo sus pezones, besando cada centímetro en su paso hasta el abdomen, reparte besos en su ombligo, estaba tan sediento de su piel, tan necesitado de su cuerpo que no ve las lágrimas de Duo, en su dolor al jadear, su llanto al gemir cuando toma su miembro con la boca, devolviendo el placer que antes Duo le dio a él, el trenzado aprieta su mano izquierda en un fuerte puño y con la derecha se sujeta el mechón de cabello que caía sobre su frente, haciendo la cabeza hacia atrás, gimiendo enajenado, entregado a ese momento, con los ojos cerrados

Un suspiro con su nombre escapa de los labios del trenzado, Heero levanta la mirada y ve las lágrimas que adornaban el rostro de Duo, aun con los ojos cerrados, entregándose por completo a él, el ojiazul se detiene sin permitirle terminar y se arrodilla, separa las piernas al trenzado y éste abre los ojos, sin soltarse el cabello, se miran a los ojos sin decir absolutamente nada, el cuerpo de Duo vuelve a tensarse y de nuevo a temblar. Heero se acomoda en medio de las piernas del trenzado y lentamente lo invade, mirando su expresión de dolor, pero no porque le doliera la intromisión, a Duo le dolía la situación, le dolía entregarse a él, ceder su cuerpo a los deseos que quería reprimir

Heero. Te amo Duo

Terminando de introducirse, el ojiazul mira fijamente a Duo, su rostro sonrojado por completo, la unión estaba terminada, cada centímetro de Heero dentro de Duo, reclamándolo suyo. Sin obtener respuesta Heero desciende y entonces Duo le rodea el cuello con los brazos, fundiéndose en un apasionado beso, mientras Heero comienza con los vaivenes, desesperado pero tratando de contenerse para no terminar tan pronto, aunque la cavidad de Duo era tan caliente y húmeda que resultaba exquisita. Los gemidos de placer mueren en la boca del otro, mientras los brazos de Duo permanecían aferrados al cuello de Heero y sus manos agarrando con fuerza los hombros, el ojiazul tenía su mano derecha sobre la cadera de Duo y con la otra se apoyaba en el suelo, permitiéndose embestirlo con ritmo. Sus gemidos pausados y entregados retumban por la habitación especializada para aislar el sonido, mientras los instrumentos musicales eran testigos mudos de la situación, dos cuerpos desnudos sobre el suelo, entregándose a sus instintos y su pasión, sin pensar en nada más, ni consecuencias ni nada, solo dos personas haciendo el amor

Duo. Heero… ¡Heero! Nhgg aah

Loco de placer, sintiendo la invasión a toda su intimidad, Duo se aferra con más fuerza y gime con mayor apremio, luego afloja sus brazos y Heero se levanta ligeramente, suelta la cadera de Duo y dirige aquella mano a la entrepierna dura y punzante de Duo, comenzando a masturbarlo, llevándolo a la gloria que hace meses no experimentaba, el placer que solo provoca el entregarse a la persona amada, los gemidos de ambos, fundidos y en coordinación comienzan a acelerarse, Duo siente un espasmo de goce que lo hace arquear la espalda e inclinarse hacia delante, sin abrir los ojos siente humedad sobre su abdomen e instantes después humedad dentro de él, los gemidos ahogados de Heero y sus espasmos le confirman que él también ha llegado al orgasmo.

El ojiazul se mueve un poco dentro de Duo luego de eyacular y poco a poco sale de él, sin abrir sus ojos ninguno de los dos, vuelven a besarse, ésta vez pausadamente pero de forma profunda, explorándose como hace tiempo no lo hacían, se agarran con fuerza de las manos y Heero se baja, acostándose a su lado, Duo se aferra a su cuerpo como si no quisiera dejarlo ir nunca, hundiendo la cabeza en su pecho. Jadeantes y respirando con dificultad los dos permanecen en silencio, agotados, sudando, sin atreverse a hablar nada más, solo sintiéndose el uno al otro, Duo cierra sus ojos en lo que cree un instante, pero se queda dormido, al abrir los ojos de nuevo siente la respiración pausada de Heero, lo que le indica que se quedó dormido también. Lentamente y con cuidado, Duo se suelta de él y se aparta, contemplándolo de cerca, a su lado, avergonzado y temeroso vuelve a derramar lágrimas, ésta vez en silencio

Duo. Dios mío ¿Qué hice?

Asustado de nuevo se aparta de Heero, la habitación estaba envuelta en un agradable olor a sudor que no supo describir, pero se sintió tan culpable que enmudeció, mirando a Heero dormir plácidamente, casi con una sonrisa dibujada en su rostro. Duo se levanta y recoge su ropa, comenzando a vestirse, mira a Heero y se estremece al volver a notar las costillas casi pegadas a la carne, sus delgados músculos se veían firmes pero Heero parecía un desvalido, su rostro más delgado y moreno que antes, no se veía poco atractivo, pero entonces supo que se había aprovechado de su debilidad, de su falta de atención, Duo no había decidido volver con él, el trenzado había tomado una determinación y haberse acostado con Heero no la cambiaba

Duo. Perdóname Heero. Te mereces algo mejor que yo

Conmovido por la visión de Heero ante él, el trenzado se agacha y besa el rostro de Heero un par de veces, lo contempla y sonríe

Duo. Yo también te amo

Su susurro apenas es audible y entonces se aleja, agarra la camisa de Heero sobre el suelo y se la coloca sobre la cadera, tapándole la entrepierna y parte de las piernas. Duo se aleja de Heero, camina a la puerta y lo mira por última vez, abre la puerta y se marcha, tratando de hacer el menor ruido posible. Al pie de la escalera se encontraba Wufei, él lo había visto salir de la habitación, Duo camina avergonzado hacia él, éste lo miraba con rencor

Wufei. ¿Huyendo como un cobarde?
Duo. No es lo que crees
Wufei. ¿A no? Tú no vas a volver con él ¿Por qué te acostaste con Heero? Los vi quitándose la ropa
Duo. No te metas en mis asuntos
Wufei. Me meto porque son mis amigos, porque sé que se aman pero lo estás evadiendo
Duo. Tú no entiendes, yo…
Wufei. Claro que lo entiendo, tu miedo, tu inseguridad, pero Heero está vivo y cuerdo, yo de Traize tan solo tengo el recuerdo y éste amor que me consume como fuego, pero para nosotros no existe una segunda oportunidad, para ustedes sí y tú la estás dejando escapar solamente por cobarde
Duo. Wufei…
Wufei. Le romperás el corazón, eso será peor que haber muerto en un avionazo
Duo. Yo…
Wufei. Duo

El chino levanta sus manos y las coloca sobre los hombros de Duo, mirándolo a los ojos

Wufei. Han pasado por muchas cosas, buenas y malas, pero si todo lo sucedido no acabó con el amor que se tienen ¿Por qué lo quieres enterrar entonces? Tan solo piénsalo ¿sí? Trowa y Quatre ahora están juntos y sabes todo lo que ha pasado entre ellos, si tan solo yo tuviera la oportunidad que tienes, créeme que la aprovecharía como esos dos

Las palabras sinceras de Wufei hacen pensar a Duo, luego sutilmente se aleja de él, sin decir nada, da pasos hacia atrás hasta toparse con la puerta, ahí se detiene

Duo. Tal vez soy menos fuerte de lo que pensé

Sin agregar nada más abre la puerta y se marcha enseguida, dejando a Wufei frustrado y preocupado por Heero, a quien consideraba su mejor amigo además de Quatre, al igual que al rubio quería verlo de nuevo feliz, junto a Duo así como el rubio ahora estaba con Trowa, porque lo que respectaba a él, Traize jamás volvería a sus brazos.

Luego de salir de casa de Trowa, el ex guitarrista camina errante por la ciudad, sin pensar siquiera en pedir un taxi, afuera de la casa del ojiverde habían desaparecido las cámaras y los fans ya no hacían plantones ahí, ya era casi media noche, Duo había dormido durante largo rato luego de tener relaciones con Heero, ahora se sentía culpable ¿Cómo vería a Richard a los ojos? ¿Él lo perdonaría? Estaba confundido y desanimado

Duo. Soy un grandísimo idiota, Richard confió en mí y yo despedacé su confianza

El trenzado se detiene en una esquina cuando el semáforo se pone en rojo para los peatones y espera a que vuelva a ponerse en verde, sin embargo al sumergirse en sus pensamientos, varios semáforos en verde después es que se da cuenta, así que atraviesa, caminando sin rumbo. El departamento de Richard estaba muy lejos de la casa de Trowa, caminar hasta allá era imposible, pero ni siquiera Duo había pensado en ello, solamente continúa caminando.

Cuando Heero abre los ojos enseguida se da cuenta que ya no se encontraba acompañado de Duo, la luz de la habitación se encuentra apagada pero no la necesita, así que se pone de pie y tan solo poniéndose la ropa interior encima sale de la habitación, mira a los lados y no encuentra rastro de Duo, lo primero que piensa es en ir a la cocina, pero tanto ésta como el comedor se encuentran vacíos

Heero. ¡Duo!

Desesperado el ex vocalista corre hacia las escaleras y mientras las sube grita el nombre del trenzado, pero sin recibir respuesta, ante el llamado, Trowa sale de su habitación y enseguida Wufei de la suya, enojado, se dirige a Heero

Wufei. Baja la voz, las niñas están dormidas
Heero. ¿Dónde está Duo?

Sin hacer caso de la advertencia de Wufei, Heero mira hacia Trowa que se había reunido donde estaban ellos dos

Trowa. Quatre también duerme ¿se puede saber por qué gritas?
Heero. Duo ¿Dónde está?
Trowa. ¿De qué hablas? Lo dejamos contigo
Wufei. Se fue…

La interrupción de Wufei hace que Trowa y Heero volteen a verlo, enseguida el ojiazul se dirige a él, como si olvidara que Trowa también estaba ahí

Heero. ¿A dónde fue?
Wufei. No lo sé, salió de ésta casa y no dijo a dónde
Trowa. ¿Se puede saber que está pasando?
Wufei. Que te lo explique Heero, no me meteré en esto, pero Heero… quiero que sepas que te entiendo, estoy contigo

Sin agregar nada más, Wufei palmea el hombro de Heero un par de veces y se aleja, de nuevo a la habitación donde dormía con las niñas. El ex vocalista mira enseguida a Trowa, quien estaba consternado con la situación

Trowa. ¿Qué sucede?
Heero. Duo es un idiota, tuvimos relaciones… pero se marchó sin decir nada, antes de eso estaba convencido en no volver conmigo, temo que no haya cambiado de opinión después de lo que pasó entre nosotros

Como si de viejos amigos se tratase, Heero cuenta a Trowa una versión corta de lo sucedido, dejándolo sorprendido, no podía creer que Duo hubiera hecho algo tan tonto

Trowa. Él debe estar muy confundido, tenle paciencia
Heero. ¿Paciencia? ¿Cómo se la tendré si no espera que se la tenga? No sé qué le ha dado el tipo ese, no quiere dejarlo
Trowa. Richard nos ha ayudado mucho, Duo solo está refugiándose en él, tiene que aceptar que su felicidad está contigo
Heero. No lo soporto, debo ir a buscarlo
Trowa. No seas imprudente
Heero. ¿Qué sabes tú?

Muy molesto Heero se aleja de Trowa sin esperar una respuesta, baja de prisa de nuevo y va a ponerse su ropa que aún estaba tirada en la habitación de ensayos

Trowa. Heero no cometas una locura

Haciendo oídos sordos, Heero se viste y sale de la casa, aunque no sabía dónde demonios vivía el tal Richard y tampoco sabía a dónde iría, pero estaba demasiado molesto como para pensar con claridad.

Sin poder conciliar el sueño, Richard se encontraba sentado en la sala de su departamento, con la luz atenuada y las cortinas de la gran ventana abiertas, por lo que se colaba la luz de la luna, mientras una música triste sonaba en el estéreo, él bebía su cuarta copa de vino tinto. Sus ojos húmedos mostraban que había llorado no hace mucho

Richard. Es casi media noche, no volverá…

Resignado deja la copa de tinto a la mitad sobre la mesa de centro, cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás, sintiendo un enorme dolor deja caer un par de lágrimas más, en ese instante el timbre del departamento suena y se levanta enseguida, abriendo amplio los ojos

Richard. Duo…

Emocionado se encamina hacia la puerta y sin comprobar de quien se trata la abre, en el portal estaba Duo, mirando hacia el suelo, se veía muy rígido, con los brazos a los costados

Richard. Viniste… cumpliste tu palabra

Sin esperar respuesta lo abraza con fuerza, aunque de parte de Duo no hay respuesta alguna, ni siquiera se mueve un poco, tan solo aprieta con fuerza los puños, Richard lo suelta y sujetándolo del brazo lo mete al departamento, cierra la puerta y comienza a llenarlo de besos en el rostro

Duo. Detente…

Avergonzado por lo que había hecho con Heero, el trenzado se aleja de Richard y levanta la cabeza, mirándolo enseguida, el abogado se da cuenta que los ojos del ex guitarrista están irritados y se preocupa

Richard. ¿Estás bien? ¿Qué sucede? Ven

El mayor agarra la muñeca de Duo para llevarlo hacia la sala, pero el trenzado se suelta enseguida, sonrojándose por completo

Richard. ¿Qué sucede?
Duo. No mereces una basura como yo
Richard, ¿De qué me estás hablando?
Duo. Caminé mucho mientras pensaba, iba a evadirte, pero no puedo ser tan miserable
Richard. ¿Qué?
Duo. Por eso tomé un taxi y decidí venir, necesitaba verte a la cara

Confundido por aquella introducción, el abogado solo se limita a mirar a Duo y guarda silencio, esperando que éste le dé una explicación más concisa

Duo. Yo… hice el amor con Heero…

Tras confesar aquello baja la mirada y aprieta los puños, sin notar siquiera que Richard había retrocedido un paso, inconscientemente, sin dejar de mirarlo fijamente

Richard. ¿Qué? Eso no… no estarías aquí si tú… no, no es verdad

Aturdido por aquellas palabras, el abogado se aleja por completo hacia la sala, dándole la espalda a Duo agarra la copa sobre la mesa de centro y bebe un trago

Duo. Perdóname, Richard yo…
Richard. ¡Cállate!

Alterado por completo, Richard arroja la copa hacia la gran ventana y ésta se rompe al estrellarse, cayendo también lo que quedaba del líquido sobre el cristal, Duo se asusta por aquella reacción, no sabía si era por el alcohol que había ingerido, pero el abogado nunca antes había actuado de esa forma, el trenzado mira fijamente la espalda del más alto

Richard. ¿Por qué me haces esto?
Duo. Tienes que entender…

Richard. Eso traté, te di mi apoyo, te comprendí y acepté que te fueras con él, pero juraste que te quedarías conmigo ¿Por qué diablos regresaste? Te dije que entendería si no volvías, si lo elegías a él, pero de nuevo jugaste conmigo

Duo. No, yo no…
Richard. Cállate, no quiero oírte, es verdad lo que dijiste, eres una basura

Aunque esas palabras lo lastiman tanto como a Duo oírlas, el trenzado no se defiende, solo traga saliva y sus ojos se humedecen

Duo. ¿Estás rechazándome? Yo no volveré con Heero, por eso estoy aquí, acostarme con él no era una forma de volver, debes creerme
Richard. Entonces es peor, me fuiste infiel, te acostaste con otro y no pensabas terminar conmigo ¿Qué no te das cuentas? Ahora vete, no te quiero volver a ver
Duo. No Richard
Richard. Vete
Duo. Tienes que entenderme, fui débil, no volverá a pasar
Richard. Claro que no volverá a pasar, hemos terminado
Duo. Pero…
Richard. ¡Vete ya!
Duo. ¡Richard!
Richard. ¡Que te largues!

Alterado y con el rostro distorsionado por el dolor y el coraje, el abogado se acerca a Duo y lo agarra con fuerza del brazo, lastimándolo, por instantes se miran a los ojos

Duo. No quiero terminar contigo, yo no volveré con Heero, de verdad
Richard. Entonces quédate solo

Sin claudicar en su decisión, Richard abre la puerta y de un fuerte empujón saca a Duo de su departamento, cuando el trenzado intenta entrar de nuevo Richard le da un empujón más fuerte y entonces cae sentado al suelo, con los ojos más abiertos de lo normal el trenzado lo mira fijamente, el rostro de Richard era tan rígido que le produce escalofríos

Richard. No quiero volverte a ver… daré el caso a alguien más, solo trataré con Trowa, lo que respecta a ti, estás muerto Duo Maxwell

Sin agregar nada más cierra la puerta, dejando a Duo tirado en el suelo, paralizado debido a la conmoción, tan solo mirando la puerta cerrada. Dentro del departamento Richard se tira al suelo y apoyando la cabeza en la puerta comienza a llorar, cubriéndose el rostro con el dorso de la mano izquierda, mientras la derecha da golpes al suelo con el puño. Del otro lado Duo vuelve a reaccionar y se levanta rápido, se acerca a la puerta y comienza a darle varios golpes

Duo. ¡Ábreme! Necesitamos hablar más… Richard perdóname, te elegí a ti, es contigo con quien quiero estar, por favor, abre… te necesito

Sin fuerzas para continuar, Richard permanece inmóvil, tirado aún en el suelo, escuchando la voz de Duo mientras las lágrimas siguen cayendo, amargas y silenciosas. El trenzado se cansa tras algunos minutos haciendo lo mismo y se deja caer de rodillas, con las manos extendidas sobre la puerta, dando leves golpes, luego se detiene y apoya la frente en la puerta, espera ahí durante varios minutos pero ya no escucha actividad alguna dentro, resignado se pone de pie, se limpia las lágrimas y mira fijamente la puerta

Duo. Richard… perdón… de verdad perdón

Sin siquiera levantar la voz el trenzado se disculpa por última vez y comienza a alejarse del departamento, con paso lento y tranquilo, meditando, con un gran dolor de cabeza debido al llanto y las emociones vividas, ahora estaba solo, no podía volver con Heero esperando que éste se sintiera cómodo siendo el "premio de consolación", y era obvio además que Richard no volvería nunca con él, que ahora estaba solo, sin los dos hombres que más le habían amado en toda su vida, y aunque él seguía locamente enamorado de Heero, era incapaz de vencer todos sus miedos e inseguridades, estaba acabado, ya no era nadie

Duo. Soy una persona horrible y ahora estoy solo, como merezco estar

Deprimido como nunca había estado en toda su vida, Duo vuelve a caminar sin rumbo por la ciudad, al primer motel por el que pasara se metería y rentaría una habitación, al día siguiente quizás tendría más ánimo de buscar donde viviría ahora, pero de momento solo pensaba en tirarse en cualquier cama y dormir, tratar de no pensar ni de sentir. Con miles de pensamientos y emociones negativas, Duo camina sin apenas notar lo que hay en su entorno, sin darse cuenta comienza a caminar por calles solitarias y con poca luz, muy de vez en cuando pasaba algún auto pero nadie reparaba en su presencia, sin medir aquel peligro Duo continúa caminando, sin darse cuenta que alguien camina tras él, siguiéndole los pasos hasta estar completamente cerca, es entonces que el trenzado decide voltear, recibiendo sin esperar un fuerte golpe en la cabeza, Duo cae al suelo aturdido y mira hacia arriba para tratar de visualizar a su atacante a quien no había visto bien al voltear, pero tan solo ve una silueta borrosa debido a la oscuridad, lo único que logra distinguir es un rostro cubierto con lentes oscuros y una gorra que le cubre el pelo

Duo. ¿Quién… eres?

Sin poderse mantener despierto Duo se desmaya, no alcanzando a escuchar la risa divertida de la persona que lo observaba fijamente, burlándose de su desgracia, alguien que había esperado ese momento desde hace tiempo

Dorothy. Te tengo Duo imbécil Maxwell

Volviendo a reír, la rubia se agacha y agarra las piernas de Duo, comenzando a jalarlo hacia ella, el cuerpo desmayado del trenzado se arrastra por el suelo, Dorothy lo dirige hacia un callejón oscuro, cuidando con cautela de no ser vista, ahora que no tenía secuaces que le hicieran el trabajo sucio ella tenía que encargarse de él.

Cansado de haber caminado a lo tonto, Heero decide retroceder y volver a casa de Trowa, no tenía ningún caso, era de madrugada y no tenía ninguna idea de donde podría estar el trenzado. Al volver se encuentra con Trowa y Quatre esperándolo en la sala, el rubio había despertado minutos después que el ex vocalista saliera a la calle, el rubio camina hacia él con notoria preocupación en el rostro

Quatre. ¿Estás bien?

En un gesto fraternal eleva su mano derecha y le toca la mejilla a Heero, sorprendiéndolo más no incomodándolo, Trowa no presta atención al hecho y solo mira consternado a Heero, parecía deprimido, algo inusual en él

Heero. Lo estoy, gracias

Casi de forma cálida sujeta la mano de Quatre por la muñeca y la aparta de su rostro, luego aparta la mirada de ambos y se dirige a la escalera

Heero. Por la mañana buscaré a Duo, no pienso darme por vencido…

Trowa y Quatre miran la espalda de Heero, que se había detenido al segundo peldaño y miraba hacia el suelo, la pareja aguarda en silencio para escuchar lo que sigue

Heero. Sé que me ama, hago lo correcto ¿cierto?
Quatre. Sí Heero, Duo tan solo está agotado de sufrir y eso lo llena de confusión, pero no ha dejado de amarte nunca
Trowa. Es verdad, lucha por él, amigo

Al oír las amables palabras de sus ex compañeros Heero se conmueve, entonces se gira ligeramente hacia ellos y emite una pequeña sonrisa que los sorprende

Heero. Gracias

Tras mirarlos unos segundos se vuelve a girar y continúa subiendo las escaleras, Trowa se acerca a Quatre y le abraza por los hombros, el rubio aprovecha y apoya su espalda en el pecho del ojiverde

Quatre. Duo va a ver su error ¿verdad?
Trowa. Lo hará, solo es un poco cabezota

Responde con tranquilidad, Quatre se gira hacia él y se besan con suavidad

Quatre. Vamos a la cama, tengo mucho sueño
Trowa. Sí

Sonriendo con tranquilidad el rubio toma la mano de Trowa y ambos se dirigen a la habitación que ahora compartían, Quatre se sentía demasiado en paz, sin imaginar siquiera lo que le había sucedido a Duo.

Al entrar de nuevo en su vieja habitación Heero experimenta una inmensa gama de sentimientos, decenas de recuerdos llegaban a su casi dormida memoria, la mayoría de ellos sobre Duo, las cosas que podía contar aquella habitación y sobre todo aquella cama, la única época en su vida en la que realmente fue feliz, ahora estaba a punto de escapársele de las manos

Heero. Si no te hubieras entregado a mí, si solo te hubieras alejado lo hubiera comprendido, que me olvidaste y ahora él es tu mundo, pero no fue así, te tuve entre mis brazos y supe que tu mirada aún era la misma, todavía me amas

El ex vocalista pensaba con tristeza mientras miraba cada rincón, se sentía incapaz de hablar, tan solo esperaba que las horas se pasaron rápido y pronto amaneciera, iría por Duo, pelearía contra lo que tuviera que pelear para tenerlo de nuevo entre sus brazos, compartiendo ambos una vida, las crueles cosas que habían sucedido y que les separaron solo serían parte de un ayer distante, estaba convencido de ello.

Temprano por la mañana, Heero se levanta y toma un baño, dispuesto a no dejar pasar un solo día más para ir en busca de Duo, estaba seguro que el trenzado había vuelto al lado de aquel maldito abogado. Al bajar a la cocina se topa con un cuadro sorprendente, Wufei y Trowa abrazaban a sus respectivas hijas, el primero menos hosco y desesperado que el segundo, Trowa no era precisamente amante de los niños, jamás se imaginó siquiera que algún día sería padre, de hecho no se explicaba cómo demonios lo había hecho sin condón, agradecía a todos los santos que fuera eso y no una enfermedad incurable la que tuviera encima. Wufei daba de comer a la niña con entusiasmo, tan acostumbrados los dos el uno al otro que la tarea parecía demasiado fácil, Heero nota en la mirada de Wufei lo feliz que le hacía la pequeña en cuestión, pero en cambio con Trowa podía ver un gesto de angustia en el rostro, si pudiera leer la mente seguro estaría leyendo algo como 'En menudo lío me vine a atorar'

Quatre. Eres un bárbaro, estás cargando a una criatura, no un balón de básquet

El rubio regañaba a Trowa duramente ante la mirada sorprendida de Heero, antes de irse de viaje jamás pensó ver algo así. Ninguno de los tres parecía notar apenas su presencia, así que Heero avanza con paso tranquilo en tanto Quatre quitaba a Trowa a la pequeña y la tomaba entre sus brazos, Heero comprobó en esos instantes que el rubio tenía un afecto paternal nato, ya que jamás antes lo vio con bebé alguno y suponía que no tenía la experiencia que se requería, la niña en cuestión se veía millones de veces más cómoda y alegre con el rubio que con su padre

Trowa. Buen día Heero

El primero en notar la presencia y con el pretexto perfecto para no hacerse cargo de su hija fue Trowa, el ojiverde se acerca a Heero y colocando cómodamente una mano sobre su hombro lo lleva hacia el comedor

Trowa. Pediré que te sirvan, y mucho

El más alto mira el cuerpo en extremo delgado de Heero y no hace un comentario adicional, Wufei que acababa de darle un poco de verdura cocida a su hija voltea hacia él

Wufei. ¿Cómo estás?
Heero. Bien, supongo… hoy iré en busca de Duo
Wufei. Me parece prudente, solo no seas muy duro
Heero. Si tengo que serlo para recuperarlo lo seré, pero no exageraré, lo prometo
Wufei. Excelente

Como si el Heero de antes hubiera desaparecido hace tiempo los cuatro retoman una plática banal sobre los medios de comunicación y la conferencia de prensa que sabía debían dar, luego la conversación se torna oscura cuando tienen que hablar de Zechs, su antiguo y difunto manager era el que se encargaba de todo eso, Heero aprovecha para hablarles de las maniobras que se harían para recuperar el cadáver y darle una santa sepultura, el tema los incomoda a todos pero era algo de lo que debían hablar

Trowa. No se preocupen, yo me haré cargo de todo, quiero que sepan que aunque no seamos The Wing nunca más, siempre podrán contar con ésta casa, mis gentes les pueden seguir administrando sus bienes y ganancias por las regalías
Wufei. Muchas gracias, has hecho mucho por nosotros
Trowa. No es nada comparado a todo lo que tuvieron que aguantarme

Con vergüenza el ojiverde mira a Quatre, quien estaba perdido en un juego con la pequeña hija de su amante, se le veía tan entusiasmado que Trowa siente un nudo en la garganta, Heero lo mira fijamente y piensa en lo mucho que ha cambiado Trowa, aunque no solo él, todos parecían diferentes, él mismo ya no era el de antes, habían sucedido muchas cosas dolorosas pero estaba seguro que pronto eso acabaría, recuperaría a Duo y luego sumaría fuerzas con quien tuviera que hacerlo para localizar a Dorothy y que pagara ante la justicia por todas las cosas que había hecho para destruirlos.

Duo abrió los ojos en medio de un terrible dolor de cabeza, con horror se da cuenta que se encuentra privado de su libertad, con sogas amarradas a los pies y pendiendo del barrote de una ventana alta y cerrada, las manos en igualdad de condiciones, con nudos alrededor de las muñecas, los brazos por detrás de la espalda. Asustado intenta incorporarse pero un dolor lacerante en la espalda lo detiene, quizás por haber dormido en aquella posición tan incómoda, o quizás por otra cosa, no piensa demasiado en eso y de nuevo hace el intento, logrando solo quedarse reclinado hacia abajo, con los pies juntos a su lado izquierdo, la cadera derecha sobre el suelo y el resto en un burdo intento por sentarse

Duo. ¡Maldita sea!

Su grito retumba en la fría y despoblada habitación, entonces comienza a poner atención a los detalles, él se encontraba al fondo del cuarto, cuya puerta cerrada quedaba casi frente a él, a su lado izquierdo no había más de un metro que lo separase de la pared y del lado derecho alrededor de dos metros, el resto no eran más que esas paredes, a su espalda en la parte de arriba se alzaba una pequeña ventana de medio metro cuadrado, con barrotes, de donde pendían las sogas que sujetaban sus manos y piernas, lo suficientemente largas para que al menos arrastrasen un poco y pudiera moverse en esos casi cuatro metros, claro, siempre que se apeara a la pared en su espalda. Duo supo su suerte y casi se siente desfallecer cuando piensa lo peor, ¿qué le sucedería? ¿Por qué lo habían secuestrado? ¿Acaso con conocimiento de que era una estrella del Rock ahora intentarían cobrar un rescate? Miles de ideas le rondaron por la mente y casi a punto del llanto intenta guardar la calma

Duo. Tranquilízate Duo, lo peor que puedes hacer es desesperarte

Inhalando y exhalando profundamente logra calmarse un poco, entonces mira el estado de su condición, no parecía que le hubiesen hecho algún daño además de amarrarlo, su ropa estaba intacta y no sentía dolor en el cuerpo salvo el provocado por las sogas y el de la espalda

Duo. Espero los secuestradores sean de esos que cumplen su promesa de no asesinar a la presa después de recibir el dinero del rescate

Con la moral baja cierra los ojos y siente hambre, no tenía idea de que jodida hora era, solo sabía que comenzaba a tener miedo de nuevo y que el hambre y la sed comenzarían a volverlo loco tarde o temprano. Mientras piensa que tal vez debería ser más positivo la puerta de la habitación se abre, por ella una persona, cubierta del cuerpo en su totalidad por ropa oscura y holgada que no permitía distinguir si se trataba de un hombre o una mujer, además de portar una máscara y ocultar bien su cabeza con un gorro encima del pasamontañas, en esos momentos Duo se paraliza y da gracias por no tener cinta o algo que cubriese su boca

Duo. ¡Déjame ir! Te daré todo el dinero que quieras, no te acusaré con la policía, seré discreto, no cometas una tontería que condene el resto de tu existencia

Convencido de que sus palabras serían la solución para evitar ser asesinado brutalmente, Duo mira fijamente la figura que se acerca hacia él, tapándole la visibilidad de lo que pudiera haber tras la puerta que permanecía abierta

Duo. Tienes que creerme, tengo palabra

Sin recibir respuesta, la figura llega hasta Duo y sin dudarlo se quita lo guantes negros que le cubrían las manos, el trenzado mira hacia sus manos, las uñas estaban completamente cortadas al ras de los dedos, pero las manos delgadas y pequeñas le daban a pensar que quizás se trataba de una mujer, aunque si fuera aquel ser como Quatre, también justificaría unas finas y delgadas manos

Duo. Escucha…

Sin dejarlo terminar, la figura se coloca de cuclillas frente a él y lo abofetea con fuerza en la mejilla derecha, haciéndole voltear la cara, antes que reaccione, Duo recibe otra bofetada, esta vez con la mano contraria en su otra mejilla, antes que pudiera protestar, su secuestrador le sujeta el cabello en la parte de arriba de la cabeza con la mano izquierda y con la derecha le propina una bofetada más fuerte que las anteriores, dejándole la parte afectada bastante roja

Duo. ¿Qué te sucede?

Antes que pudiera reclamar más, la persona frente a él aprovecha que aún le sujeta el cabello y le estrella la cara contra el suelo, soltándolo y levantándose después, Duo se horroriza al sentir tremendo dolor en su nariz pero antes que pueda levantar la cara, su secuestrador le coloca un pie sobre la cabeza, manteniéndole el rostro contra el suelo, comenzando a hacer presión hacia abajo, Duo se estremece pero incapaz de mover los brazos o las piernas se contorsiona, intentando librarse, sin éxito.

Estremecido de miedo y desesperación comienza a sentir un nudo indescifrable en la boca del estómago, además de la asfixia, entonces piensa en todas las oportunidades que dejó escapar por su orgullo, incluso por su cobardía, pensó en Heero y los demás, el deseo de volverlos a ver le dio una fuerza renovada que le permitió mover las piernas de forma que logra golpear la espinilla de la pierna derecha de su atacante, de inmediato deja de sentir presión sobre su cabeza, levanta el rostro y se encuentra con el mismo pie, dándole una patada cerca de la sien, la cual lo derriba, Duo abre los ojos y solo mira a su atacante alejarse, luego la puerta cerrada y de nuevo estaba solo, más asustado y confundido que antes, no parecía que su captor quisiera cobrar un rescate, quizás solo era un loco psicópata que lo sometería a torturas que solo Dios sabía hasta donde llegarían.

Una vez fuera de aquella calurosa y sofocante habitación, Dorothy se quita la máscara y el pasamontañas, su largo cabello reposaba bajo la ropa y lo saca enseguida, luego se lleva una mano a la pierna que Duo lastimó y se soba

Dorothy. Maldito imbécil, pero me la pagarás, haré que te revuelques en tu propio vómito antes que Heero te vea morir

Riendo como loca se aleja de aquel lugar, un pequeño y viejo hospital psiquiátrico abandonado en el corazón de New York, el escenario perfecto para su plan, se comunicaría con Heero, a quien sabía de sobra que había sobrevivido a la caída del avión, le obligaría a llevar a Relena con él, mataría a Duo frente a sus narices, lo dejaría mal herido para que sufriera la muerte de su amante mientras se desangraba, así ella se llevaría a Relena, completamente contra su voluntad, como suponía que sería, pero no le importaba, ni siquiera pensaba en vengarse de los otros, su último objetivo era ese desagradable par, sobre todo Heero, a quien Relena había amado incondicionalmente desde siempre, no existía persona en el mundo a quien Dorothy odiara más que a él, todo cuanto había amado se escapó de sus manos por culpa del ojiazul y su estúpido grupo musical, sus sueños de dominación en el mercado de la música y sus ilusiones por obtener a Relena se vieron mermadas por culpa de Heero y esos malditos estúpidos.

Heero regresa a casa del ojiverde con la moral baja, había ido primero a la oficina de Richard para hacerle frente antes de ir a pelear por Duo, pero su secretaria le informó que no había ido a trabajar y que no respondía llamadas ni en su casa ni en el celular, que permanecía apagado desde la mañana. El ojiazul se dirigió luego de eso al departamento del abogado, pero por más que timbró y golpeó la puerta nadie le abrió, estuvo cerca de dos horas en el intento, esperando a ver si llegaban porque había supuesto que no se encontraban en casa, lo cual le preocupó, quizás desde temprano habían emprendido la marcha lejos de New York, tal vez la determinación de Duo por estar con el abogado era mucho más grande que el amor que sentía por él, demostrado apenas la noche anterior, entre sus brazos.

La idea lo volvía loco, no iba a perder a Duo, así tuviera que viajar al final de la tierra, pero de momento no podía hacer más, por eso estaba ahora de nuevo en casa del ex baterista. Quatre mira con tristeza a Heero, sentía la desesperación y angustia que tenía, aunque no pareciese demostrarlo del todo

Quatre. ¿Hay algo que puedo hacer por ti?
Heero. Llámalo a su celular, olvidé por la mañana pedirle
Quatre. Cierto, espera…

El rubio saca su celular y marca a Duo, pero el teléfono se encontraba apagado, la odiosa voz de la operadora se lo había dicho. Heero no tiene más remedio que resignarse, así que sube las escaleras sin volver a hablar con Quatre, que lo mira alejarse con parsimonia, no había nada que hacer, así que suspira y se aleja. Heero llega hasta su habitación cuando antes de entrar ve a Wufei salir de la suya, cerrando la puerta con cautela, Heero supone que las niñas se encuentran tomando siesta pero se queda callado, Wufei se acerca hasta él, Heero abre su habitación y entra, dejando la puerta abierta en señal de que el pelinegro puede entrar y así lo hace, Heero se sienta en la cama y quita sus zapatos, Wufei lo mira unos instantes antes de apoyar la espalda en la pared frente a la cama, cruza los brazos y espera que el otro hable

Heero. No me gusta ésta situación, no poder localizarle ¿dónde estará?
Wufei. Tengo miedo de lo que pueda responder
Heero. ¿Crees que se han ido de la ciudad?
Wufei. Peor, del país

Su sinceridad no agrada del todo al ex vocalista, pero debía admitir que esa posibilidad era tan grande que le aterraba, pensar que tarde o temprano con esa actitud Duo realmente dejara de amarlo le hacía sentir impotente a más no poder, Wufei observa la angustia en su rostro y se preocupa

Wufei. No es tan idiota, volverá
Heero. Gracias

Dándose concesión de permanecer callados uno en compañía del otro, oyen el timbrar de un teléfono a lo lejos, Heero levanta rápido la cabeza, pensando que tal vez sea Duo quien llama, en tanto Wufei permanece tranquilo, con los brazos cruzados en la misma posición, en minutos escuchan pasos apresurados acercarse, era Quatre, quien al ver la puerta abierta entra sin dudar, tenía el teléfono en la mano derecha, Heero cree con ilusión que es Duo, pero la cara de Quatre no parecía expresar eso, el rubio se dirige directamente a él

Quatre. Es del Hospital Psiquiátrico, quieren hablar contigo

Wufei y Heero comparten una mirada nerviosa, Heero agarra el teléfono y contesta, mientras es observado por sus ex compañeros, el ojiazul no habla mucho y se limita a responder con monosílabos y frases cortas, enseguida cuelga y mira hacia Wufei

Heero. Hay un asunto que debo atender, es ajeno a Traize

Aunque no entendían de qué hablaba, Quatre y Wufei se miran, luego el pelinegro toma una nueva determinación y mira fijamente a Heero

Wufei. Llévame contigo, quiero ver a Traize
Heero. Está bien, vamos

Con extraña amabilidad siendo él, Heero entrega el teléfono a Quatre y se levanta de la cama, el rubio mira hacia Wufei, sintiendo que su corazón late deprisa

Quatre. Yo cuidaré de Nataku
Wufei. Gracias

Sonriendo por compromiso, Wufei sale primero que Heero de la habitación, el ex vocalista cruza mirada con Quatre y con ese gesto se despide, caminando atrás de Wufei, ambos salen de la casa en completo silencio, suben a la limosina que previamente había sido pedida y se dirigen al hospital de enfermos mentales. En el asiento de atrás, ambos ex miembros de The Wings estaban callados, mirando hacia fuera a través de los vidrios polarizados. El camino rumbo al tétrico lugar se hace eterno, para cuando llegan la paciencia de Wufei estaba prácticamente agotada, las manos le temblaban y los nervios lo estaban consumiendo como la primera vez que lo vio, dentro de poco estaría frente a Traize nuevamente, ¿Cómo reaccionaría? ¿Sabría quién es ahora? ¿Lo tendrían amarrado en camisa de fuerza? Cientos de pensamientos negativos se arremolinaban en su mente y Heero solo se limitaba a hacerle silenciosa compañía

Heero. Es por acá

Indica el ex vocalista a su amigo cuando éste se dispone a irse al lado donde estaba Traize, pero haciendo caso de las palabras del ojiazul le sigue. A medida que caminaban por las grises y frías paredes la expectativa se estaba convirtiendo en una verdadera tortura. Llegan hasta la oficina del director donde le habían pedido a Heero que se dirigiera y su secretaria les hace tomar asiento en lo que el Director llega, luego abandona la salita, dejándolos solos.

Heero. ¿Sabes? Sé cómo te sientes

El chino mira hacia Heero y lo observa atentamente, intrigado

Heero. Mi madre nos abandonó

Su repentina confesión sorprende sobremanera a Wufei, nunca antes desde que le conocía había escuchado a su amigo hablar algo personal, casi como si su vida no existiera antes de The Wings, incluso Trowa, Duo, Quatre y él mismo habían hablado en alguna ocasión de sus vidas, pero no Heero, él siempre fue un misterio para todos

Heero. Mi padre la asfixiaba, se moría de celos por cosas insignificantes, ella no dudó en dejarme con él, no tenía más de 7 años
Wufei. Heero…
Heero. Mi padre era hijo único al igual que ella, sus padres jamás aceptaron a mi padre y yo no era más que el producto de esa desastrosa unión, así que nunca les importé, los padres de él murieron antes que pudiera conocerlos, así que solo le tenía a él

El ojiazul hace una pausa, había estado hablando sin mirar a Wufei, dirigiendo su mirada solo al frente, con un gesto imperturbable, como si aquel hecho hubiera dejado de doler hace muchísimo tiempo, el ojinegro lo escucha en completo silencio

Heero. Cuando ella se fue él empeoró, alucinaba, bebía demasiado y terminaba por romper todo lo que se cruzaba en su camino, jamás me maltrató, ni física ni verbalmente, pero a veces yo no existía para él, hubo ocasiones en que tuve que conseguir comida en la calle porque él desaparecía por días, la buscaba, dormía en las calles como vagabundo, cada vez más alterado, hasta que la locura lo alcanzó…

Nuevamente una pausa, el completo silencio de los dos

Heero. Perdió la razón por completo cuando yo tenía 15 años, una noche salió de casa y no volvió por días, cuando lo hizo estaba en muy mal estado, había sido atacado y por lo que supe después estuvo internado en un Hospital esos días que desapareció, no supe más detalles, pero ese día tuvo una crisis, aseguraba que había visto a mi madre y que la había matado después de torturarla y violarla, que ella lo había herido, pero era mentira, yo sabía dónde estaba ella, cómo localizarla aunque nunca tuve el valor de verla directamente, yo sabía que vivía y que su historia no era más que una alucinación más, esa fue la gota que derramó el vaso, decidí internarlo en ésta clínica. Mi padre está aquí Wufei

La confesión sincera de Heero sorprende enormemente a Wufei, jamás se le habría pasado por la cabeza que su ex compañero hubiese vivido semejante historia en su adolescencia, aunque pareciera increíble era viable, eso justificaba el carácter y el humor constante de Heero, el por qué era tan introvertido

Heero. Servicios sociales me asignó una familia provisional, una pareja que no tenía hijos, murieron en un accidente cuando cumplí 19, me escapé para que no me asignaran otra familia y cuando cumplí la mayoría de edad fui completamente independiente, desde entonces he podido cuidar mejor de mi padre
Wufei. Heero, no tenía idea… lo lamento mucho
Heero. No lo lamentes, aprendí a vivir con eso

Tranquilo e imperturbable, Heero mira hacia Wufei y le da una palmada amistosa en el hombro, segundos después llega por fin el Director para atenderlos, los hace pasar a su oficina principal y cierra la puerta

Director. Te mandé llamar porque creo que es justo que tu padre te vea de nuevo
Heero. ¿Por qué'
Director. Presentó unos signos de cordura, habló de ti, hace años no lo hacía y tenemos esperanza que pueda tener una recuperación
Heero. Eso me daría mucho gusto
Director. Espera aquí, arreglaré que puedas entrar

Sonriendo el Director se pone de pie, a Heero no le gustaba ver a su padre porque se alteraba, pero el Director se anime que el ojiazul haya accedido tan pronto

Wufei. Algo me dice que no te gusta verlo
Heero. Cada vez que me veía comenzó a decir que yo era el diablo, que lo había traicionado, que mi alma le pertenecía a mi madre, sus delirios cada vez eran peores, antes de eso jamás fue violento conmigo
Wufei. Si quieres puedo entrar contigo
Heero. No es necesario
Wufei. Quizás te sientas más seguro con alguien conocido cerca
Heero. Muchas gracias

Aquel agradecimiento Wufei lo interpreta como un Sí, entonces vuelven los dos a su mutismo, meditando cada uno en sus cosas, en pocos minutos regresa el Director con dos enfermeros corpulentos, Heero y Wufei se ponen de pie, los cinco salen de esa oficina y son dirigidos por un largo y sombrío pasillo, poco concurrido, caminan alrededor de seis minutos, atravesándose con personal y pacientes, atraviesan un largo corredor y suben un piso, Heero miraba atento, la última vez que vio a su padre estaba en otro lugar, pero no pregunta, el Director se detiene frente a una puerta cerrada con una solo ventana fija, los enfermeros abren y entran, luego el director, instantes después les hace seña de que pasen y así lo hacen los 2 restantes, al entrar Heero ve a su padre de espalda a la puerta, sentado en el rincón de su cama, completamente estático, mirando hacia abajo

Director. Odín, tienes visita

Al oír su propio nombre, el padre de Heero alza la cabeza pero permanece de espalda hacia ellos, guarda silencio por largo rato y luego comienza a reír, callándose rápidamente, como por respuesta automática

Odín. ¿Eres tú… mi amor?

El padre de Heero habla con voz pausada y lúgubre, casi haciéndoles estremecer, de pronto Wufei siente un escalofrío tal que comienza a temblar, sin saber por qué da un paso hacia atrás, mirando fijamente la figura frente a ellos, Heero no repara en ese hecho ni los demás presentes, el Director les hace una seña discreta a los enfermeros para que se estén atentos ya que el señor podía actuar en cualquier momento para intentar hacerles daño

Heero. Soy yo, papá
Odín. ¿Heero?... tú, bastardo traidor

Agitado por el enojo comienza a temblar, luego se agarra las manos como si quisiera tronar sus huesos pero sin ejercer fuerza. Wufei, que seguía absorto en aquella figura lúgubre comienza a tener un miedo inexplicable, algo había en la voz de ese hombre que lo inquietaba, quizás era por pensar en Traize, pensar que él podría estar así lo aterraba

Heero. Papá
Odín. ¡Cállate! Esa perra, yo la maté… pero tú, te paseaste junto a ella, pavoneándote como imbécil, bastardo, cabrón

Ante la respuesta el Director les hace una seña a los enfermeros de que se acerquen poco a poco porque en un momento a otro quizás Odín se abalanzaría contra Heero, ahora el ex vocalista permanecía tranquilo, de pie cerca de la cama, mirando con tristeza a su padre, viendo hasta qué punto había llegado. De repente el ex vocalista recuerda que Wufei le acompañaba y lo busca con la mirada, quería ver su reacción, pero ya no estaba a su lado, entonces se da cuenta que ha retrocedido un par de pasos, casi chocando con la pared tras él, quizás el chino no era consciente, pero temblaba fuertemente, mirando fijo al papá de su amigo

Heero. Será mejor que nos vayamos

El ojiazul dirige sus palabras hacia Wufei, a quien miraba fijamente, pero éste no reaccionaba, estaba estático salvo los temblores que lo acompañaban, entonces Heero se da cuenta que algo no está bien, no era normal en él ese tipo de reacción y solamente había visto algo así hace tiempo, el día que Wufei le confesó lo que había sucedido en su pasado, lo que un tipo loco le había hecho… un tipo loco… Aunque la idea era descabellada pasó por su mente, Heero abre más los ojos y mira rápidamente hacia su padre, éste comenzaba a reír como loco, girándose hacia ellos lentamente, sobre la cama, lanzando enseguida una mirada lunática hacia Heero, cuyos ojos se encuentran

Heero. ¿Tú…?

Apenas susurra su pregunta, tras él se escucha un ruido de algo caerse al suelo, o mejor dicho, de alguien caerse al suelo, voltea rápidamente y observa con sorpresa a Wufei, cuyos ojos estaban completamente abiertos y la boca semi abierta, en su mirada había una expresión de terror que confirmaba su pequeña pero certera sospecha, Wufei miraba con gran horror hacia su padre, éste no tardó en notar al desconocido, a quien lo mira enseguida rudamente, los enfermeros se ponen en alerta y cuando Odín se levanta de la cama con mucha vitalidad le sostienen, al tiempo que Wufei se arrastraba por el suelo, sentado y hacia atrás

En la garganta de Wufei había un grito ahogado, una sensación de muerte que no sentía hace mucho tiempo, el día que se descubrió a sí mismo lleno de sangre, a punto casi de morir, el día que lo perdió todo, el día que murió por culpa de un maldito lunático que le había golpeado y violado, sometiéndolo a toda clase de horrores, mientras le insultaba

Odín. ¡Tú, maldita perra! No tienes derecho a regresar del infierno

Al grito de enojo del padre de Heero le secunda un grito de horror por parte de Wufei, frente a él tenía al maldito desgraciado que durante años buscó, al bastardo que le robó toda su dignidad y sus sueños, al maldito por el que alguna vez trató a Traize como basura, por el que estuvo a punto de cometer el peor error de su vida. Frente a él no solo estaba Odín, padre de Heero, frente a él estaba el cúmulo de todos sus horrores, su violador

Heero. ¿Cómo es posible?

El ex vocalista no salía de su asombro, jamás pensó nunca en las casualidades, su papá había sido encontrado en un Hospital de Boston, ahí fue donde ocurrió la tragedia de Wufei, su padre había sido herido aunque nunca supo dónde ni cómo, los doctores solo le dijeron que llegó malherido una noche, ¿Quién iba a pensar que esa herida sería la que Wufei infringió a su agresor? Su padre había perdido la razón, era un lunático, pero la casualidad y la vida cuando se unen son muy crueles, ahora miraba la expresión de horror en el rostro de Wufei. Su padre seguramente había confundido a su amigo con su madre, de origen Japonés, Heero la había visto, era menuda y muy blanca, de cabello corto color azabache, no era de extrañar que su padre hubiese confundido a Wufei con ella

Wufei. A… aléjate…

Conmocionado y sin ser dueño de sí mismo, Wufei se levanta del suelo y corre afuera de la habitación, escuchando los gritos e injurias del papá de Heero, el chino se sentía asustado y desesperado, corriendo lo más rápido que podía, sin prestar atención a su alrededor, ni siquiera a Heero que corría tras él, preocupado de que fuera a sucederle algo. Mientras corre Wufei se tropieza con algo y cae de bruces al suelo, mirando hacia la nada, respirando dificultosamente, Heero le da alcance y aprovechando su estado de shock se agacha a su altura, mirándolo el rostro contorsionado por el horror

Heero. Wufei, reacciona

De pronto el pelinegro gira rápidamente la cabeza hacia Heero, lo mira con susto y sin pensarlo lo empuja con fuerza, poniéndose enseguida de pie, el ex vocalista lo mira asombrado, parecía como si Wufei estuviera en trance, como si no lo mirara a él

Heero. Wufei, amigo…
Wufei. ¡No te acerques!

Aterrado como si Heero fuese a hacerle algo, Wufei lo empuja con todas sus fuerzas, el ojiazul aún era algo débil y cae sin remedio al suelo, cuando se pone de pie ya no puede ver a Wufei, aun así corre a la puerta y se asoma, no encontrándolo

Heero. ¡Demonios!

Enojado golpea la pared y no tiene más remedio que resignarse, debía volver y ver el estado en que se había quedado su padre, había salido corriendo sin decir palabra y seguro el Doctor estaba muy confundido.

Con el miedo de un chico de 15 años que acaba de ser atacado, Wufei corre sin rumbo ni pensamiento en mente, su instinto solo le decía que debía correr, correr lo más rápido y lejos posible, huir de todas sus pesadillas. Las lágrimas caían en silencio por su rostro, en ese momento no era consciente de nada, solo quería huir, correr y no sentir nunca más.

Cuando Heero llegó a casa de Trowa no se molestó en cerrar la puerta, corrió escaleras arriba, directo a la habitación de Wufei, pero no había rastro de él, Quatre enseguida salió a su encuentro, Heero no pudo explicar gran cosa y abandonó la casa, en busca de Wufei, dejando al rubio confundido y preocupado. Cuando Trowa llega a la casa tras haber ido en busca de Richard a su despacho, se encuentra con su amante sentado en la sala, pensando, al verlo Quatre se levanta rápido y va hacia él, contando al ojiverde lo poco que sabe, y aunque Trowa se muestra interesado en el tema el rubio se da cuenta que algo tenía preocupado a su novio

Quatre. ¿Qué te sucede? Te ves pensativo
Trowa. Perdón, es que no dejo de pensar en Duo
Quatre. ¿En Duo? ¿Por qué?

Aunque no estaba celoso si se sentía desconcertado de que Trowa estuviera pensando en él, dado el pasado que ambos compartían

Trowa. Fui a ver a Richard, no estaba en su despacho y lo llamé, los tres primeros intentos no tuve éxito, pero la cuarta me respondió, se oía muy mal
Quatre. ¿Mal? ¿Enfermo?
Trowa. No, estaba triste, no me contó gran cosa, solo que anoche discutió con Duo y han terminado, pero Duo no volvió aquí Quatre, y no me contesta el celular

Al oír aquello Quatre se lleva ambas manos a la boca, comenzando a sentir una terrible angustia que no se puede explicar de momento, hasta antes de oír eso no había sentido semejante sensación, pero ahora de repente la tenía

Quatre. ¿Crees que algo le sucedió?
Trowa. No quiero pensar eso, quiero creer que llevaba suficiente dinero para hospedarse en algún lugar y que apagó su celular porque está deprimido y no quiere hablar con nadie
Quatre. Suena lógico
Trowa. Pero no me siento tranquilo, es una sensación extraña

Entendiendo perfectamente a que se refiere, Quatre se acerca a Trowa y le da un beso en la mejilla, luego le sonríe

Quatre. No saquemos conclusiones, pero estemos alerta ¿Qué te parece si llamamos a Hoteles donde pueda estar?
Trowa. Me parece bien pero no descartemos Hospitales

Aunque no quería pensar de aquella forma, Quatre concuerda con Trowa y entonces ambos emprenden la tarea, repartiéndose números de Hoteles cercanos a la residencia de Richard, así como a Hospitales cerca también de la zona, mientras ambos pensaban que ojalá aquello no fuera necesario y que Duo se encontrara ya de camino a casa.

Hasta donde sus fuerzas le permitieron llegar, Wufei se detiene en un callejón y se tira al suelo, con las piernas recogidas esconde su cabeza, abrazándose con fuerza. Había vuelto en sí, ahora los recuerdos lo atormentaban conscientemente, se había creído superior al pasado, que lo había superado, pero era una gran mentira, en su piel aún escocía la herida, provocándole un dolor renovado

Wufei. Maldito…

Con dificultad logra esbozar una palabra, pero eso no solucionaba nada, sentía deseos de matar, arrancarle lo más valioso a esa persona, así como él le arrebató todo tiempo atrás, pero nuevamente se sentía débil, a merced de aquel verdugo. Aprieta con fuerza los dientes y golpea estrepitosamente el suelo con su puño, no podía llorar, se sentía seco, un gran odio lo embarga y levanta la mirada, negra y profunda, perdida casi en un abismo, le parecía hilarante la situación, el padre de su amigo era su violador, un maldito loco que lo confundió con su ex esposa, una mujer que lo abandonó y le hizo desatar la locura. Sentía deseos de reír, pero era una máscara, su verdadero sentimiento era el de la venganza, así como en algún momento lo determinó cuando confundió a Traize con su atacante, quería hacerle daño, matarlo de ser posible, no le importaba Heero, que fuera su padre, él acabaría con ese maldito y pondría fin a su sufrimiento de una vez por todas.

Nervioso Quatre cuelga el último teléfono al que había marcado, ninguna señal de Duo, y para Trowa la suerte no pintaba mejor, no había rastro, el trenzado estaba oficialmente desaparecido, podían pensar lo peor, o quizás estaban siendo graves y el ex guitarrista estaba hospedado en un Hotel barato y desconocido, un lugar donde no se les ocurriría pensar, eso querían creer

Quatre. Heero no ha regresado
Trowa. Necesitamos decirle lo que sucede
Quatre. Sí

Preocupado el rubio se abraza a su novio y esconde su cara en el pecho del más alto, sintiéndose débil al caer en sus brazos, su corazón le decía que las cosas nuevamente estaban yéndose a pique, podía sentir a Wufei y la angustia en su pecho era intensa, pero de Duo no existía nada, no podía sentirlo y por primera vez en su vida sintió un gran miedo, su instinto le decía a gritos que sus vidas estaban por cambiar drásticamente de nuevo y ésta vez no habría reencuentros, ésta vez les esperaba el abismo

Trowa. Tranquilízate, estoy aquí, contigo

De forma tierna el ex baterista besa los cabellos rubios y le estrecha con mayor fuerza, odiaba ver a Quatre en estado de destrucción, le recordaba a su propio pasado, cuando el rubio no era más que su juguete sexual, un trapo al que se puede pisotear sin el menor remordimiento, pero ahora era su todo, más allá de su propia existencia, Quatre era su mundo y como tal no dejaría que se derrumbara a pedazos

Trowa. Esperemos arriba en la habitación de las niñas, si despiertan y no ven a nadie más se desatará la histeria

El ojiverde le sonríe levemente a Quatre y vuelve a besarlo, ésta vez en las mejillas, alejándolo discretamente de él, lo mira a los ojos y comparten un silencio breve

Quatre. Todo estará bien ¿verdad? Tiene que estarlo… Heero regresó, no ha muerto, nada más puede salir mal, Duo regresará ¿verdad? ¿Verdad Trowa?
Trowa. Así será

Dudaba de sus palabras, pero su respuesta saca una sonrisa a Quatre y tomados de la mano suben las escaleras, no podían hacer otra cosa que no fuera esperar, esperar por el regreso de sus tres compañeros, de sus amigos, esperar por la llegada de ese futuro de luz que el dolor les prometió alguna vez.

Al abrir los ojos un dolor en sus extremidades lo marea, no fue consciente del momento en que se sintió tan débil que durmió, llevaba varias horas sin probar alimento y se sentía débil, cansado, no había pasado demasiado tiempo desde su encierro, no el suficiente para hacerle perder la cordura o la esperanza, pero sentía algo extrañamente inusual y le preocupaba la falta de interés por su captor en el dinero, le aterraba pensar que de un momento a otro lo convirtiera en su esclavo sexual, en un trapo al cual pudiera pisotear, humillándolo de las formas más insanas que se podían imaginar

Un escalofrío le recorre el cuerpo y tiembla de miedo, entonces piensa en Heero, en lo estúpido que fue al rechazarlo, en lo idiota que había sido para no gritarle cuanto lo amaba y también pensaba en lo injusto que había sido con Richard, le dio falsas esperanzas y luego lo pisoteó, le destrozó el corazón y no le culpaba por odiarlo, debió aceptar su retirada tal como el abogado se lo hizo saber, él sabía que la tenía perdida con Heero, pero Duo se aferró a sus miedos y terminó lastimando a una persona que desde el momento de conocerlo no hizo más que preocuparse por él y procurarle bienestar. Duo piensa también en Quatre, Wufei y Trowa, lo mucho que deseaba en esos momentos de verles las caras, de decirles lo importante que eran para él, lo mucho que les quería.

Ya no había resentimientos, todos eran ahora amigos, casi hermanos, y él, Duo Maxwell, en esos momentos no tenía mayor deseo que tenerlos a todos frente a él, abrazarles y decirles del cariño que les tenía, tener a Catherine, Irea, incluso Traize, todos eran parte de su vida ahora, las hijas de Wufei y Trowa, la señora Noin, Hilde, incluso Relena, extrañaba el mundo que le rodeaba fuera de esas frías y temibles paredes

Duo. Por favor… ¡¿Qué quieres de mí?!

Alterado y haciendo acopio de todas sus fuerzas, Duo logra gritar lo más alto que le es posible, quería ser escuchado, que su captor se presentara ante él, que le dijera de una maldita vez lo que quería que hiciera, lo que quería recibir, él estaba dispuesto a darle el dinero que fuera, quedarse en la ruina, no le importaba, solo quería salir de ahí… La puerta de la habitación se abre y el trenzado mira fijamente, horrorizado, su captor entraba de nuevo, tan oculto como la primera vez, pero en ésta ocasión portaba cosas que le hicieron temblar, en su mano derecha una especie de látigo y unas tijeras, en la izquierda un balde con agua

Duo. ¡Déjame ir! Ya te dije que te daré lo que quieras, por favor, por favor

De parte de su captor no escucha respuesta alguna, antes de acercarse a él deja el látigo y el balde en el suelo, lejos del trenzado, llevándose con él solamente las tijeras, Duo tiembla horrorizado al creer que le cortaría, que lo hiriera de algún modo, pero su captor solo se arrodilló frente a él, lo mira fijo a través de la máscara y comienza a cortarle la ropa, despojándolo de ella, Duo creyó que le violaría, que lo masacraría sexualmente, pero no fue así, le dejaban incluso la ropa interior, el trenzado evita moverse para que un paso en falso no le fuera a cortar. No sintió frío al estar desnudo solo con su bóxer

Duo. ¿Qué vas hacerme? Ten piedad, te lo suplico

Sin recibir de nuevo respuesta y dejándolo ligeramente sentado en el suelo, su captor se aleja hacia el balde, lo levanta a la altura de su cintura y le arroja a Duo la mitad del contenido, se trataba de agua con hielos, la temperatura le quema la piel y lo deja temblando de frío, empapado

Duo. ¡No! Basta

Exige enojado, detestaba el frío y si esa persona quería torturarlo estaba lográndolo, quiso protestar de nuevo, pero su captor se acercó al látigo, lo agarra y sin dudarlo se acerca a Duo, levanta el artefacto por encima de su hombro y lo estrella contra la piel desnuda y mojada de Duo, en la espalda, haciéndolo gritar de dolor, la sangre salpicó hacia la pared y al combinarse con el agua parecía más de la que realmente salió. Duo levanta la mirada y le observa con odio

Duo. ¡Cobarde! Al menos muéstrame tu cara ¡Maldito! Hijo de…

Antes que pudiera continuar, un par de latigazos más se estrellan contra su piel, abriéndole heridas, comenzando a sangrar, pecho, espalda, hombros, caderas, glúteos, abdomen, brazos y piernas, sin tocar su rostro

Duo. Basta ya….

Llorando de dolor suplica por primera vez, cerrando con fuerza los ojos, temblaba, debido al frío, el miedo y el dolor, todo a la vez, angustia, desesperación, un gran vacío…

Duo. Ya no

Dolía como jamás le dolió algo, físicamente hablando, sentía que se derrumbaba, su captor no tuvo piedad y descargó con furia su látigo en numerosas ocasiones, llenándolo de heridas, no muy profundas, pero sangrantes y ardían como el infierno, a su alrededor un terrible charco de sangre y agua, pareciendo aquello una terrible masacre, tuvo miedo de morir, por primera vez en su vida

Duo. Detente… por favor… ten piedad

Llorando como niño asustado, no se atrevía a mirarle, mantenía la cabeza agachada, el rostro lleno de lágrimas, luego una fuerte patada en su cara, casi rompiéndole la nariz, casi cae de espaldas si no fuera por sus miembros atados. Se retuerce de dolor y casi pierde la consciencia, pero en un rastro de fuerza levanta la cara y solo ve como la planta del zapato se estrella contra su mejilla, obligando a la otra a tocar el suelo, llenándose de sangre. El balde que había quedado cerca es agarrado de nuevo por su verdugo, quien sin quitar el pie del rostro vuelve a levantar el balde, pero ésta vez quita el pie poco antes de volcarlo y cuando Duo gira su cabeza hacia arriba el agua es vertida sobre su cara hasta vaciarse el balde, casi ahogándolo, sumiéndolo en la desesperación de una tortura tan antigua como la misma inquisición. El trenzado exclama un grito ahogado cuando puede al fin respirar, abre los ojos de nuevo y mira con miedo a su captor, quien arroja el balde lejos hasta estrellarlo con la pared tras su cuerpo

Duo. ¡Desgraciado! Ya basta

Para desgracia del ojivioleta sus palabras no tienen efecto alguno y tan solo observa con horror a su captor meter las manos a los bolsillos de su pantalón, saca de ahí un celular y activa la aplicación de la cámara. Dorothy ríe para sus adentros, tomaría varias fotos a Duo y enviaría aquel celular robado días atrás, pagaría a cualquier mendigo para que se acercara a casa de Trowa e hiciera su mandato, así comenzaría la tortura para Heero, ese malnacido que se había atrevido a volver del otro mundo para hacerle ver que no había triunfado del todo

Duo. ¡Fetichista! Asqueroso, no me tomes fotos

Desesperado el trenzado intenta moverse para hacerle algún daño a su captor pero no lo logra, Dorothy aprovecha para patearlo cada que puede y continúa tomando fotos, diferentes posturas, diferentes acercamientos, que se viera la cara de horror de Duo, sus heridas, sus profundos ojos aterrados, mirando una fría cámara que se empeñaba en mostrarlo cuanto más deplorable mejor, aquello solo era el principio.

Heero regresa a casa de Trowa, desesperanzado, no había dado con el paradero de Wufei y no entendía nada, estaba confundido, aún no podía creer que su padre fuese el violador de su amigo, aquella cruel coincidencia era terrible, le preocupaba Wufei, el quiebre de su mente. Quatre y Trowa son incapaces de hablar a Heero de lo sucedido, al ex vocalista se le había olvidado Duo por un momento, su mente estaba ocupada en Wufei

Quatre. ¿Por qué no nos cuentas con más detalle lo que sucede?

Aunque Heero no quería pensar en ello, mucho menos repetirlo, no tiene más remedio que hacerlo, así que comienza, el ex vocalista les habla de lo sucedido en el Psiquiátrico, a esas alturas era bien sabida la tragedia de Wufei, así que Heero solo se limita a hablar de los hechos de ese día, dejando sorprendidos a los dos oyentes, ni Quatre ni Trowa habían podido imaginar semejante situación, miraban incrédulos a un pensativo Heero

Quatre. ¿Qué va a pasar ahora?
Heero. No sé… queda esperar el regreso de Wufei…

Tras decir aquellas palabras, más tarda Quatre en asentir cuando la puerta de la casa se abre, los tres que estaban en la sala giran la cabeza al mismo tiempo y ven a Wufei entrar, no se le veía triste o cabizbajo, por el contrario, se mostraba rígido, serio y determinado, su mirada fuerte y penetrante casi les hela la sangre. Lo primero que hace después de cerrar la puerta es acercarse a la sala, mirando detenidamente a Heero, ambos se corresponden

Heero. Wufei…
Wufei. Mataré a tu padre

Sin dejarlo terminar el chino da su último paso al frente, ignorando a los asombrados Trowa y Quatre, concentrándose solo en Heero, éste le mira fijamente, sin emoción alguna

Wufei. Esa basura no merece vivir
Heero. Escucha…
Wufei. ¡Me importa una mierda que sea tu padre! ¿Me oíste?

Lleno de odio y coraje le coloca con fuerza el índice derecho sobre el pecho y lo empuja, sin dejar de mirarlo, Heero se enoja por el exabrupto y le agarra la mano por la muñeca, retirándola rápidamente

Heero. Cálmate, no resolverás nada
Wufei. ¿Qué sabes tú? Me sentiré liberado cuando lo pueda estrangular, cuando acabe por completo con él, cuando desaparezca de éste mundo
Heero. ¿Y de qué te servirá? ¿Se borrará el pasado? ¿Desaparecerá tu dolor? ¿Vivirás en paz? Tienes una hija y la vida por delante, ¿renunciarás a eso por tu estúpido impulso de venganza?

Ante las palabras de su amigo Wufei guarda silencio, volviendo a pensar en Nataku, en su hija, la pequeña luz de su negro mundo. Reflexiona y apacigua sus sentimientos de destrucción y odio, pero no podían morir simplemente así, entendía la postura, la situación actual así como entendía su posición ante lo sucedido, el pasado era doloroso, sí, pero si se dejaba dominar por él entonces renunciaría a un futuro que podía sanarlo todo. Tenía una hija, Traize estaba vivo, aún había esperanza ¿Valía la pena renunciar a ellos por su sed de venganza?

Wufei. Yo…

Confundido, debatiéndose, no podía soportarlo, demasiadas emociones juntas, tantos sentimientos encontrados, su cabeza era un nido, tenía miedo, sentía incertidumbre, los nervios se le comenzaban a encrespar. Todo estaba distorsionado y no podía con ello en esos momentos

Quatre. Wufei, estamos contigo

Abatido al sentir tanta confusión de parte del pelinegro, el rubio se acerca a él y se apoya sutilmente de su hombro, tocándole la mano en un gesto demasiado íntimo, Trowa intenta no pensar en sus celos de siempre y se contiene, mira el rostro pálido de Wufei y se conmueve, estaba destrozado. Heero mira a Wufei fijamente

Heero. Lo que hizo mi padre fue horrendo y no lo justifico, tampoco apelo a su locura, su atrocidad merece ser castigada, pero tú no te ensucies las manos, tienes un futuro por delante

A esas palabras Wufei asiente, en silencio, sutilmente se aparta de la cercanía de Quatre y les da la espalda a los tres, incapaz de hablar, incapaz de nada, se aleja de ellos y sube las escaleras, a paso lento, los tres ex miembros de The Wings lo miran fijamente y con pena mientras se aleja

Trowa. Necesita tiempo y espacio, dejémosle en paz

Los otros dos asienten y guardan silencio mientras se acompañan unos a otros. Wufei llega al final de la escalera y no se aparta hacia su habitación, entre a la otra, donde estaban las niñas, compartiendo cuna mientras Trowa compraba una para Emma, la pequeña del ojiverde dormía plácidamente mientras la suya, sentada junto a la otra, jugaba con un peluche. Al oír entrar a alguien voltea la niña y sonríe, se agarra de los barrotes para poder levantarse, hablándole de forma inteligible a su padre, aún no tenía mucha fuerza en sus piernas y cae sentada, intentando volver a pararse

Wufei. Hola preciosa

Hablando en voz baja para no despertar a la otra niña Wufei se acerca a Nataku y la saca de la cuna, la abraza cálidamente y sus ojos se llenan de lágrimas, entonces piensa en Sally, lo feliz que sería en esos momentos viendo a la niña tan sana, aun cuando los doctores dijeron que su salud era terrible, que quizás no viviría mucho tiempo, pero estaba ahí, era su luz, su esperanza, su muestra de que no todo en su vida estaba podrido

Wufei. Te amo preciosa, por ti debo ser capaz de vencer el odio, por ti debo ser capaz de vencerlo todo

Sonriendo la arropa entre sus brazos y la mece contra su pecho, mirando sus grandes ojos marrones, tan parecidos a los de su difunta amiga, la niña se arrulla con los movimientos acompasados de Wufei y se queda dormida pronto, él la sostiene un poco más antes de llevarla otra vez a la cuna, acostándola junto a la otra pequeña, el ojinegro mira a Emma y le acaricia sutilmente los cabellos

Wufei. Algún día Trowa se dará cuenta lo importante que eres en su vida, dale tiempo

Como si pudiera oírle o incluso entenderle, Wufei sonríe y vuelve a ver a Nataku por largos momentos, perdiéndose en la eternidad de su tierno rostro. La angustia de momentos atrás en el Psiquiátrico no había desaparecido, pero su hija era el motor que lo impulsaba, sabía que tarde o temprano vencería a su pasado y construiría para ella un futuro.

Tres días después, motivado por la idea de cambiar a su padre de Hospital para que Wufei no lo viera o pensara en él cuando se decidiera de nuevo intentar ver a Traize, Heero no piensa en Duo por un tiempo, no porque no le importara recuperarlo, sino porque tenía cosas más apremiantes que hacer, mientras tanto Trowa y Quatre se guardan su angustia, aún no sabían del paradero de Duo, el celular siempre marcaba fuera de servicio, ni Heero ni Richard sabían de éste hecho, nadie más que ellos, sin embargo Trowa no aguanta más el peso de su consciencia y llama a Mark, ambos se ocupan de ese asunto, pero no iban a poderlo mantener oculto durante mucho tiempo más. Por la tarde, tras regresar del nuevo Hospital Psiquiátrico donde había internado a su padre, Heero llega a casa de Trowa

Heero. Ya ha quedado todo arreglado, puedes ver a Traize cuando quieras

Dice Heero a Wufei, estaba el chino con Trowa y Quatre, aunque a Heero le sorprende ver ahí a Mark, el ex vocalista se da cuenta que esa noticia no parecía poner contento al pelinegro

Heero. ¿Qué sucede?

Pregunta a todos los presentes, tenían todos cara de pocos amigos, instantes después y antes que el ex policía pudiera decir algo, el timbre de la casa suena y los paraliza a todos. Una de las chicas de la limpieza abre la puerta y Heero se sorprende y enoja de ver que se trataba de Richard, y peor aún, venía sin Duo. El ojiazul mira hacia Trowa con recelo

Heero. ¿De qué se trata esto?

La pregunta con enojo de Heero pone inquietos a los demás, pero todos guardan silencio, es Quatre quien con su temple tranquilo se acerca al ojiazul, colocándole la mano sobre un hombro, Heero mira en sus ojos que estaba por decir algo no muy agradable y un mal presentimiento cruza por su mente, sintiendo un repentino malestar en la boca del estómago

Quatre. No sabemos nada de Duo, desde hace días
Heero. ¿De qué estás hablando?

Alterado Heero mira fijamente a Quatre, mientras que Richard solamente aprieta los puños, cuando Mark le había dado la noticia en su departamento sintió un terrible sentimiento de culpa, él había permitido que Duo se fuera en mitad de la noche, solo, jamás se lo iba a perdonar

Heero. ¿Desde cuándo se dieron cuenta?
Quatre. Desde hace tres días, pero…
Heero. ¡Tres días! Y apenas decidieron hacer algo ¿Qué diablos les pasa?

Alterado Heero se aparta de Quatre y mira hacia Richard

Richard. Apenas lo supe hoy también
Heero. ¡Él se fue contigo!
Richard. Pero no pasó la noche en el departamento conmigo, salió de aquí y me contó lo que pasó entre ustedes, esa noche terminamos, no tenía idea que esto estuviera pasando
Heero. ¡O sea que le permitiste irse!
Richard. ¿Qué querías que hiciera? ¡Se acostó contigo! Me traicionó
Heero. ¡Maldito!

Enojado como nunca lo estuvo, Heero corre hacia Richard e intenta darle un puñetazo, pero Mark se le adelanta y se interpone, deteniendo el golpe de Heero, luego los mira a ambos con enojo

Mark. Dejen su lucha de testosterona para después y piensen, no es momento de pelear, es momento de hacer algo, tenemos que encontrar a Duo ¿Entendieron?

Quatre, Wufei y Trowa asienten ante las palabras de Mark, Heero lo mira fijamente y luego de chistar les da la espalda, Richard mira a su amigo con amabilidad

Richard. Es verdad, ahora Duo es prioridad

Calmada de nuevo la situación, Quatre toma la palabra, mirando alternadamente a Heero y al abogado

Quatre. Trowa y yo reportamos y mandamos fotos a Hospitales, Hoteles y Delegaciones, Wufei se encargó de dar parte a la policía, Mark también encargó el asunto con sus conocidos, estamos ocultándolo de la prensa pero no faltará quien venda esa información. Mark también ha puesto a nuestra disposición agentes privados que vigilan alrededor de la casa y comenzaron a investigar, debemos tener paciencia y estar unidos, Duo está vivo, lo sé, pero no lo siento completamente, nos queda esperar

Agotado el rubio se acerca a Trowa y se apoya en él, Heero mira hacia sus amigos, su preocupación se reflejaba en los ojos

Heero. Yo no puedo esperar tanto
Quatre. No hay otra forma Heero
Heero. La hay, no descansaré hasta encontrarlo en el último rincón de ésta maldita ciudad si es necesario

Desesperado el ex vocalista sale deprisa de la casa de Trowa sin que nadie lo pudiera detener, dejando a los demás con un gran sinsabor

Richard. Es mi culpa

Sin poderlo resistir más, Richard se derrumba, golpeando la puerta con fuerza y comienza a sollozar, Mark se acerca para consolarlo

Richard. No debí dejarlo marchar solo, sabiendo que hay gente que quiere dañarlo

Al decir aquellas palabras, a Wufei se le prende una idea, ninguno había pensado antes en aquella posibilidad

Wufei. ¡Dorothy!

Al oír aquel nombre, los demás presentes miran hacia Wufei

Quatre. ¿Dorothy? ¿Crees…?
Mark. Claro, ¿Cómo no se nos ocurrió antes?
Trowa. La posibilidad es alta pero estamos en las mismas, no sabemos nada del paradero de esa mujer
Richard. Es un comienzo…

Al igual que Heero, el abogado sale rápido de casa de Trowa sin que nadie lo pudiera advertir. Se miran unos a otros, es verdad que al menos era un comienzo, pero mientras no supieran ni una pista de donde se encontraba esa mujer no podían hacer nada.

Mientras veían tranquilamente las noticias en la televisión de la sala en el departamento de Noin, ella y Relena se sobresaltan cuando el timbre suena de forma desesperada, no solían recibir visitas y mucho menos que tocaran de aquella forma, lo primero que viene a la mente de la ex manager de Dark Sound es que se trata de Hilde y que algo urgente está pasando, sin que diga nada transmite ese sentimiento a Relena con la mirada y la chica se pone de pie, Noin abrazaba a su bebé y se queda sentada en la sala. La ex vocalista abre la puerta pero nadie se encuentra tras ella

Noin. ¿Quién es?
Relena. No hay nadie

Resignada a que nada era, Relena está a punto de cerrar la puerta cuando nota algo a sus pies, se trataba de un sobre blanco, al parecer sellado, la chica se agacha y lo junta, cierra la puerta y regresa a la sala

Relena. Dejaron esto ¿lo abro?
Noin. ¿No parece peligroso?
Relena. No
Noin. Ábrelo entonces

Obedeciendo a su amiga, Relena abre el sobre y extrae lo que parece ser una carta doblada, dentro había el pétalo de una rosa roja. Relena desdobla la hoja y se estremece al leer su contenido, Noin mira la reacción y se alarma

Noin. ¿Qué dice?

Sin poder hablar, Relena muestra la hoja a Noin para que pudiera leer lo que dice

Noin. Pronto estaremos juntas mi amor, nada nos separará, así que despídete de Heero, ésta vez me encargaré de terminar bien el trabajo. Te amo

Aunque la carta no estaba firmada ambas sabían que se trataba de Dorothy, tan solo de pensar en lo que decía Relena tiembla de pies a cabeza

Relena. Debo ir a advertir a Heero
Noin. Espera, ella puede seguir por aquí, tal vez quiere llevarte, es una trampa
Relena. ¿Lo crees?
Noin. Si piensa matar a Heero sin que lo eviten ¿para qué advertirte? Mejor llámalo por teléfono, pero no salgas de aquí
Relena. Tienes razón

Haciendo caso a los consejos de su amiga, Relena llama a casa del ojiverde, Quatre le responde enseguida y Relena le cuenta lo que acaba de suceder, alterado Quatre le informa a Mark para que vaya a casa de Noin por la carta. El ex policía sale enseguida de la casa de Trowa y se dirige al departamento, ahí le espera la chica, Relena insiste en acompañarlo y él no tiene más remedio que aceptarlo

Noin. Cuídate mucho
Relena. Tú también, no abras a nadie
Mark. Es verdad… y espera…

Haciendo una pausa, Mark saca de su abrigo una pistola, muestra a Noin como quitar el seguro y se lo vuelve a poner, luego deja el arma sobre la mesa

Noin. Gracias, vayan con cuidado

Mark y Relena asienten ante la petición de la ex manager y salen del departamento, vigilando a todos lados, Mark se asegura que Dorothy no esté cerca y una vez que Relena se sube al auto él hace lo mismo y parten rumbo a casa de Trowa. Al entrar los dos Quatre se acerca hacia ellos

Quatre. Hola Relena
Relena. Hola

Sin mayores formalidades el prometido de Hilde y Relena se acercan a la sala, Relena echa un vistazo pero no ve a Heero, sin embargo no pregunta de momento

Relena. Ésta es la nota

Sin dilación, la chica saca la nota de su bolso y la extiende hacia Quatre, antes que él la agarre Trowa le toma la delantera y agarra la nota, leyendo el terrible mensaje

Trowa. Relena, gracias por avisarnos de esto. Duo se encuentra desaparecido y creemos que ella lo tiene, Dorothy

Relena. ¿Qué dices? Esa loca…
Trowa. Esto me hace pensar que tarde o temprano se comunicará, querrá que Heero la visite con Duo como coartada, seguro ahí piensa asesinarlo
Relena. No podemos permitir eso ¿ya dieron parte a la policía?
Quatre. Sí, están avisados
Relena. ¿Y Heero?
Quatre. Salió sin decir a dónde, igual Richard, ambos están desesperados, nosotros no podemos hacer nada más

Angustiado Quatre empuña con fuerza sus manos, mientras la sala se queda en completo silencio hasta que el llanto de la hija de Trowa rompe con el silencio

Wufei. Yo me encargo, no te preocupes

Adelantándose a su ex compañero, Wufei avanza hacia las escaleras y sube, dejando a los demás en la sala. Instantes después suena el timbre de la casa y Quatre se acerca para abrir, se trataba de Hilde quien después de saludar va hacia Mark y se saludan con un beso

Hilde. ¿Aún nada de Duo?
Mark. No, pero Dorothy se hizo presente
Hilde. ¿Qué?

Nerviosa solo de oír su nombre Hilde comienza a temblar

Trowa. Mira

El ojiverde extiende la nota hacia Hilde y ella la lee, preocupándose aún más

Hilde. No cabe duda, ella tiene a Duo, no puede ser otra cosa
Trowa. Lo mismo creemos, pero no tenemos más pista que esto
Quatre. Esto es desesperante

Relena. Ojalá pudiera hacer algo, no quiero que Dorothy dañe a Heero, pero si Heero da con ella antes también podría matarla, ella merece pagar, merece la cárcel

Hilde. ¿Qué pasará? Apenas puedo creer que estuvimos cerca de esa loca por tanto tiempo sin darnos cuenta
Relena. Lo sé. Sally nunca confió en ella y ahora sabemos por qué
Hilde. Es verdad

De nueva cuenta el silencio les invade, ésta vez y pasados unos minutos, el timbre de la puerta vuelve a romper el silencio, Quatre pretende acercarse de nuevo a abrir, pero ésta vez sabían que no esperaban a nadie, así que Trowa le hizo una seña y fue él para abrir, al caminar por el jardín frontal se da cuenta que nadie esperaba en la reja, así que comienza a caminar con más cautela, a medida que se acerca a la puerta ve algo en el piso, una caja completamente blanca, del tamaño de una piedra. Al verla Trowa teme lo peor, quizás un pedazo del cuerpo de Duo, algo con lo que Dorothy les dijera que ella tenía en su poder al ex guitarrista, con cuidado el ojiverde levanta la caja y la mete a través de la reja, lo primero que hace es alzarla para ver la parte de abajo, al ver que no hay sangre o algo que confirme su sospecha siente un poco de alivio. Mira a ambos lados por fuera de la casa y no ve a nadie, así que regresa. Al entrar a la casa todos lo miran con expectación

Quatre. ¿Qué es eso?
Trowa. Lo dejaron a la entrada, no tiene ninguna nota por fuera
Quatre. ¡No lo abras!
Trowa. Puede tener algo que nos sirva, estoy seguro que es de ésa mujer
Relena. Yo lo abro si quieren

Sin esperar respuesta la chica se acerca a Trowa y le quita la pequeña caja de las manos, se la lleva a la sala donde antes estaba sentada, sin miedo la coloca sobre sus piernas y la abre, saca de ella un celular que no le dice nada, pero enseguida que Quatre lo ve reconoce que es el de Duo y se lleva ambas manos hacia la boca, asustado

Trowa. Es de Duo
Relena. Está apagado
Trowa. Enciéndelo por favor

Obedeciendo al ojiverde Relena prende el celular, no tenía mucha batería. Mark quita de las piernas de Relena la caja y la observa, al fondo de ésta había algo escrito, tan solo estaba escrito "Foto y Video", el ex policía lo lee en voz alta, Trowa quita a Relena el celular y con nerviosismo entra a la sección de fotos. Para su horrible sospecha todas estas eran de Duo, todas las anteriores habían sido borradas

Trowa. Es Duo, está amarrado y lo han…

Poniendo atención a las fotos Trowa guarda completo silencio y el estómago se le revuelve. En esos días Dorothy se había dedicado a golpear y humillar a Duo, en las primeras fotos no estaba tan golpeado, pero en las últimas se le veía bastante mal, vistiendo solo su ropa interior, en la piel tenía marcas recientes y sangrantes de golpes, su rostro estaba un poco hinchado, el ojo derecho morado y prácticamente cerrado debido a la hinchazón, en varias de esas fotos aparecía alguien pisando la cara de Duo y otras partes de su cuerpo, incluso en una foto aparecía con la punta de un zapato dentro de su boca. Aterrado por la imagen Quatre echa un grito y aparta la mirada, Hilde ni siquiera se atreve a ver y Relena deja de verlas cuando Trowa llega a la mitad, tan solo Mark y Trowa las miran todas, el rostro completo del ojiverde se torna rojo del coraje

Mark. Desgraciada
Trowa. Es una hija de puta, cuando Heero vea esto…
Mark. Abre los videos

Haciendo caso a las palabras de Mark, el ex baterista abre la sección de Videos, tan solo había uno y Trowa lo abre, duraba tan solo 15 segundos, pero eran suficientes para sentir repulsión. Una persona encubierta en su totalidad golpeaba a un amarrado Duo pese a sus súplicas, lo mojaba con agua fría pues se podían ver hielos caer al suelo y también lo obligaba a comer comida que tiraba al suelo mojado, el cuál no solo estaba lleno de agua, sino también de sangre y lo que podían suponer orina. El video terminaba con Duo vomitando la comida que le obligaba su secuestrador a comer. Consternados por lo que habían visto, Trowa y Mark comparten una mirada de enojo

Trowa. Esto es degradante. Esa perra me las va a pagar
Mark. La estúpida caja no trae nada más
Relena. Dorothy es una maldita, ¿Qué gana con esto? No lo entiendo, ¿Por qué hacerle todo eso a Duo?
Trowa. Es su forma de hacer que Heero se angustie, está tras él, no le agrada que haya sobrevivido, después de todo ella te quiere ¿no? Y tú quieres a Heero

Relena asiente a las palabras de Trowa

Relena. Si su objetivo final soy yo estoy dispuesta a hacer un intercambio con Duo, dudo que me lastime a mí, si tanto me ama… úsenme de anzuelo
Quatre. Eso no, no dejaremos que te sacrifiques
Relena. Ella tarde o temprano vendrá por mí, estoy segura
Hilde. Eso es verdad, pero estoy de acuerdo con Quatre
Relena. Quiero hacer algo
Hilde. Todos quisiéramos eso, pero Dorothy es peligrosa, incluso para ti
Relena. Por eso fingiré que estoy de su lado, de esa forma no me hará daño
Hilde. Pero…
Relena. Tenemos que encontrar la forma de comunicarnos con ella, quizás un spot de televisión, estoy segura que gracias a los medios se enteró que Heero sobrevivió
Trowa. Esa es buena idea, podemos atraerla con un spot

Un poco más animados por la idea de Relena, Trowa comienza a ver con Mark de qué forma pueden hacer esos spot sin alertar a la policía. Instantes después baja Wufei de nuevo hacia la sala, al enterarse del nuevo suceso al igual que sus compañeros se enoja bastante, ni siquiera es capaz de ver el video y solo ve un par de imágenes, no podía evitar recordar las cosas desagradables por las que pasó él también

Wufei. Ni Heero ni Richard han vuelto, deben saber esto
Mark. Es verdad, llamaré a Richard, alguien llame a Heero

Enseguida Quatre saca su celular y llama a Heero, pero no recibe respuesta alguna, como si hubiese apagado su celular, en cambio Richard si responde y Mark lo pone al tanto de la situación, el abogado regresa rápidamente a casa de Trowa. Al ver el material que Dorothy les había enviado se indigna al igual que los demás, el odio que sentía por Dorothy se incrementa, estaba dispuesto a matarla de ser necesario

Richard. Esto es inaudito, cuando la vea la mataré
Mark. No digas tonterías, no te mancharás las manos
Richard. No me importa, vengaré esto que le ha hecho a Duo, lo juro
Mark. Cálmate, nada ganas

Sin estar dispuesto a discutir, Richard le da la espalda a Mark y camina hacia el comedor, estaba desesperado, nunca en su vida se había sentido de aquella forma.

Habían pasado alrededor de tres horas desde que el celular fue dejado a la entrada de la casa de Trowa; Hilde y Mark se disponen a marcharse cuando la puerta de la casa se abre, por ella entra Heero, se le veía cansado y con desesperación en la mirada, había caminado por horas, buscando ciegamente pistas que no existían, su deseo por encontrar a Duo era tan grande que sentía que poco a poco perdía la cordura. Trowa y Quatre comparten una mirada preocupada, sabían que debían decirle a Heero lo que pasaba, pero ninguno se atrevía. Heero repara en la presencia de Relena y se sorprende, no la esperaba ahí

Relena. Heero, estás con bien
Heero. ¿No tendría que estarlo?
Relena. Mira…

Acercándose al ojiazul, Relena extiende la nota que Dorothy había dejado en el departamento de Noin, al leerla Heero mira enseguida a la ex vocalista

Heero. ¿Cuándo te llegó esto?
Relena. Hace unas horas, por eso Mark me trajo
Heero. ¿La viste?
Relena. No, pero estuvo aquí, dejó algo
Heero. ¿De qué hablas?

Desesperado Heero se acerca a Trowa casi de forma amenazante, el ojiverde le entrega el celular al ojiazul, Heero no conocía el celular de Duo y lo mira como a cualquier objeto

Trowa. Es el celular de Duo
Heero. ¿Qué?
Trowa. Mira las fotos, y si te quedan fuerzas, mira el video
Heero. Duo…

Con las manos temblándole Heero obedece a su ex compañero y abre las fotos, al ver la primera siente que las fuerzas le faltan en las rodillas y se sienta en el sillón más cercano. A medida que pasa las fotos la angustia en la boca del estómago le hace sentir náuseas, aunque el semblante de su rostro no reflejaba muchos cambios, en la dilatación de sus pupilas y su mirada se podía notar lo que estaba sintiendo. Quatre lo siente también y comienza a llorar en silencio

Heero. No… Duo… es mentira ¿verdad?

Volteando hacia Trowa, Heero lo mira fijamente

Heero. Dime que es mentira, tienen que estar editadas ¿cierto? ¡Dímelo!

Ante sus palabras Trowa solo agacha la mirada y traga saliva, Heero vuelve a mirar la pantalla y termina de ver las fotos, sale de ahí y va hacia el video, con la mano temblándole duda en darle Play pero así lo hace, al ver el video pierde toda esperanza de que las fotos estuvieran editadas y comienza a temblar de coraje, súbitamente se pone de pie y sin pensarlo dos veces avienta el celular contra el suelo

Heero. ¡Perra! Es una maldita perra
Trowa. Heero cálmate
Heero. ¿Cómo quieres que me calme?

Completamente alterado, Heero se acerca a Trowa y lo sujeta con fuerza del cuello de la camisa, como si fuera a golpearlo, pero Wufei se acerca a ellos y separa al ex vocalista, alejándolo de Trowa

Wufei. No ganarás nada tomándola contra Trowa, debemos pensar
Heero. Es fácil para ti decirlo
Wufei. Todos aquí estamos preocupados por Duo y queremos que esté bien, pero no ganamos nada con alterarnos así
Heero. Saldré y la buscaré, cuando la encuentre yo mismo la mataré
Richard. Yo te ayudaré a encontrarla

Sin decir nada Heero mira hacia Richard y asiente

Mark. Ninguno de ustedes hará algo, esperaremos, seguiremos la idea de Relena
Heero. ¿Qué idea?
Mark. Atraer a Dorothy con spots
Heero. Eso tardará, matará a Duo
Mark. No lo hará, leíste la nota, va tras de ti, Duo es solo el anzuelo, cuando te tenga entonces si acabará con Duo ¿no entiendes que es una trampa? Lo que ella quiere es desesperarte

Entendiendo lo que Mark trata de decirle Heero intenta calmarse. Un horrible silencio los invade en las horas subsecuentes, Mark y Hilde se retiran antes de las nueve de la noche, Wufei deja intermitentemente la sala para atender a las niñas hasta que son las nueve y se retira a dormir para cuidarlas, Richard se va a su departamento cuando pasan las diez de la noche, quedándose en la sala solamente Trowa, Quatre, Relena y Heero

Trowa. Casi es la media noche, debemos descansar
Heero. Váyanse ustedes, yo no podré dormir ni descansar
Quatre. Pero Heero…
Heero. Es indiscutible
Quatre. Como quieras… Relena, te prepararé una habitación para que duermas
Relena. Gracias

Trowa, Quatre y Relena se retiran al segundo piso, mientras que Heero se queda en la sala, una vez que por fin está solo se deja caer sobre el sillón, llevándose un brazo al rostro, de forma silenciosa algunas lágrimas se resbalan por su rostro, la impotencia, el coraje y la desesperación se sentían al doble ahora que estaba solo, sus defensas habían sido destruidas y cientos de recuerdos al lado de Duo le invaden la memoria como agujas, entonces por primera vez siente una angustia verdadera de perderlo para siempre

Heero. No puedo solo esperar

Decidido a dar con Dorothy, Heero se incorpora en el sillón, limpia sus lágrimas y se pone de pie, camina hacia la puerta y cuando la abre es sorprendido por Relena que estaba por terminar de bajar las escaleras, ambos se miran a los ojos

Relena. ¿Saldrás a ésta hora? Es peligroso
Heero. No me importa, seguiré buscando a Duo
Relena. Entonces iré contigo
Heero. De ninguna manera
Relena. Entonces gritaré y los demás no te dejarán partir
Heero. Eres insoportable
Relena. Lo soy

Sonriendo emocionada por ese pequeño gesto de complicidad, Relena sigue a Heero y ambos salen de la casa en silencio, al llegar a la reja de la casa Heero se da cuenta que hay una hoja de papel en medio de uno de los adornos del cancel, Relena se detiene abruptamente cuando ve a Heero sacar algo de la puerta

Relena. ¿Es una nota? ¿Qué dice?
Heero. "Espero te haya gustado el regalo, si quieres desenvolverlo ven solo con Relena a la siguiente dirección…"

Tras leer eso, Heero ve en la parte inferior de la nota una dirección en Brooklyn, enseguida reconoce en ella un barrio bastante peligroso y pobre

Heero. "Sin sorpresas, solo ustedes dos"
Relena. ¿Cómo pudo ella dejar esto aquí sin ser vista?
Heero. Debió mandar a alguien
Relena. Creo que trabaja sola
Heero. También lo creo, pero pienso que le pagó a alguien por dejar esto, no se acercaría ella misma, no es tonta
Relena. Llamemos a Mark
Heero. No arriesgaré a Duo, si quieres puedes no venir, es peligroso
Relena. ¿Bromeas? Yo misma me ofrecí de carnada, además ella te pide llevarme
Heero. Vamos entonces

Sin más dilaciones Heero rompe la hoja solo por la mitad y la tira en el césped, había memorizado la dirección y a la vez quería dejar un rastro, por si no volvían con vida alguien supiera donde se encontraba Dorothy.

Relena y Heero toman un taxi rumbo a Brooklyn que los dejara cerca de la dirección acordada, el resto lo caminarían hasta llegar a ese domicilio, ambos decididos, ambos dispuestos a encarar de una vez por todas a quien se había convertido en lo peor de sus pesadillas, los días de Dorothy Cataluña saliéndose con la suya estaban por terminar de una vez por todas

Continuará...

Notas de Autor: Perdonen el suspenso, hasta aquí son más de 40 páginas, así que decidí dividir el capítulo antes de terminarlo, quiero suponer que solo habrá una parte más y no tres o más, pero conociéndome no es garantía. De cualquier forma quiero agradecer a todos, sé que muchos ya no siguieron la historia, pero para mí es importante cumplir mi promesa de terminarla, por eso, aunque sea solo 1 persona, mil gracias por leer éste fracaso de fic. Se aprecian comentarios, hasta pronto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aquí ^^