El jardín de las delicias
Capítulo
25. A solo un paso
Acostado
en la cama de la enfermería, Duo repasaba su vida en el tiempo que había estado
en la cárcel, no podía explicar porque, pero se sentía aliviado, y aunque los
barrotes eran vistos por sus lindos ojos todos los días, se sentía libre, y
nunca antes le había sucedido, tal vez podía decir que había madurado, gran parte
de su egoísmo característico, y el orgullo que alguna vez le hicieron perder a
Heero, sentía que había desaparecido, a nivel personal podía decir que de
cierto modo se sentía favorecido, aunque para obtenerlo, le había costado muy
caro, y ahora Heero ya no estaba con él, y jamás volvería, tenía que
resignarse, y ahora que iba a salir de la cárcel debía comenzar de nuevo.
Sentía que el estómago se le revolvía, pero sabía que con el tiempo aquello
desaparecería poco a poco, la sensación de pérdida tal vez nunca desaparecería,
pero ahora debía de pensar en Heero como un hermoso pasado, nada más. Comenzaba
a derramar lágrimas, tal vez las últimas que derramaría por él
Duo.
Gracias por todo Heero...
Dedicándole
su más tierna sonrisa desde su temprana muerte, el ex trenzado cierra sus ojos,
dormiría un rato, y cuando despertara, daría la bienvenida a un nuevo yo
Por
varios momentos, el ex vocalista miraba al amigo de su difunto manager, por más
que viera no encontraba cicatriz alguna, sabía que jamás volverían y que no
tenía ya caso, pero estaba intrigado, ojalá tuviera a Wufei ahí, para gritarle
en la cara que su terrible tormento por amar al maldito violador que lo había
destruido, no era más que una cruel pantomima sin sentido
Traize.
¿Hola?
Extrañado
por el estado de shock en que Heero había caído, Traize inclinaba la cabeza de
un lado a otro, después se comienza a reír, haciendo reaccionar al ojiazul,
Traize señala a Heero
Traize.
Estás loco
Se
burlaba de él mientras señalaba, casi doblándose de la risa, entonces Heero se
levanta, sabía que era inútil hablar con él en el estado que se encontraba,
pero quería intentarlo un poco
Heero.
Oye Traize
Traize.
¿Yo?
Dejándose
de reír se señala a sí mismo
Heero.
Si tú... ¿recuerdas a Wufei?
Al
oír aquel nombre, Traize hace una extraña mueca, como si se resistiera a que
esa información tuviera un significado en su cerebro, por breves momentos se
miran fijamente a los ojos, el ex vocalista creyendo que tendrá alguna
respuesta favorable, pero Traize se ríe nuevamente, corriendo hacia el agua,
Heero suspira fastidiado, estaba condenado a convivir con un lunático para
siempre, y lo peor es que cada vez se sentía más falto de cordura, no dudaba
que en cualquier momento también perdiera la razón
Heero.
Ya no quiero estar aquí
Colocándose
las manos en los oídos, cierra sus ojos con fuerza, podía escuchar claramente
los consejos de su antiguo manager, tal como él lo recordaba, sensato y
dispuesto siempre a ayudar
Heero.
Ya cállate... Lo sé... Déjame en paz Zechs
No
podía evitar escucharlo, antes le parecía normal, porque era algo que él mismo
se había inventado para no sentirse solo, nunca había escuchado realmente la
voz de Zechs, pero ahora no podía controlarlo, y la voz estaba ahí, llamándole,
quería resistirse pero no podía, tal vez terminaría como Traize, y tal vez
sería lo mejor...
Había
permanecido tirado en el suelo desde que se había declarado a Quatre con
resultados desfavorables para él, su mente estaba casi en blanco, con la mirada
perdida, el cuarto oscuro y silencioso, quería cerrar los ojos, pero se
resistía, porque cada vez que lo hacía, recuerdos malditos le acechaban, le
había destruido saber que el rubio le guardaba un gran rencor, pero también
comprendía su modo de pensar, y de cierto modo, estaba de acuerdo con aquel
resultado, porque sabía que se lo merecía
Trowa.
Quatre...
Por
sus ojos muertos caen un par de lágrimas, rodando silenciosas por sus mejillas
Trowa.
¿Realmente ya no me amas?
Lejos
del rencor, tal vez la parte más dolorosa para él, era saber que el ex bajista
ya no lo amaba, se había propuesto recuperarlo, con resultados mejores a los
anteriores, pero ahora veía distante aquella posibilidad, y realmente dolía...
Preocupada
porque hace un par de horas que no sabía de su hermano, Irea sube a la
habitación de Quatre y toca, pero éste no le contesta, entonces abre la puerta,
encontrando a su hermano sentado en la cama, las piernas estiradas, los brazos
sobre su regazo, la cabeza apoyada en la cabecera y los ojos rojos e hinchados,
con la mirada perdida, parecía como si estuviera muerto. Solo de verlo sentía
que le daban una puñalada en el estómago, entonces se acerca a él después de
cerrar la puerta
Irea.
¿Qué tienes?
Quatre.
Me ama... Trowa me ama
Aunque
el rubio no parecía estar emocionado, su hermana sonríe, pero él no la mira. La
chica se sienta a su lado y le retira algunos cabellos de la frente
Irea.
¿Y cómo te sientes?
Quatre.
No lo sé
Irea.
¿Qué dices? Deberías estar contento, tú lo amas ¿verdad?
Quatre.
Si... lo amo, pero también lo odio... y ya estoy cansado
La
voz del rubio era casi inaudible, era como si su cuerpo hubiese perdido toda su
energía, y sus ojos estaban cansados
Quatre.
Es como un sentimiento muerto, que no evoluciona y tampoco desaparece... pero
no lo quiero cerca de mí... no puedo perdonarlo... y no quiero olvidar lo que
hizo
Irea.
Hermano...
Quatre.
No digas más ¿sí?... y vayámonos lo más pronto
Irea.
Sí Quatre, no te preocupes
Cariñosa
como si fuera su madre, le retira otra vez cabello de la frente y le da un beso
en ella, apartándose después
Irea.
¿Se te ofrece algo?
Quatre.
No, solo quiero estar solo
Irea.
Está bien, descansa
A
paso lento, la chica se aleja y sale de la habitación. Quatre cierra sus ojos,
realmente estaba cansado de todo, quería marcharse cuanto antes, sobre todo
porque sabía que era probable que volviera a caer en brazos de Trowa, lo sabía
porque cuando estaban en París se había sentido solo y necesitado, y al tener
al ojiverde ahí le había hecho pensar por breves momentos que podían comenzar
una vida juntos, pero al llegar a New York, miles de recuerdos le habían
acechado, haciéndole entender que él jamás sería feliz al lado del ex
baterista, y que había cosas que no podía perdonar, aunque debía admitir, por
muy difícil que fuera, que sentía una pequeña satisfacción dentro de lo más
profundo de su oscurecido corazón, por saber que Trowa estaba enamorado de
él...
Dispuesta
a llevar a cabo su investigación hasta las últimas consecuencias, Hilde debía
ampliar sus campos de investigación, y solo podía hacerlo acercándose un poco
más a su compañera de grupo, ganándose la confianza de Dorothy, podía conseguir
aún más de lo que ya tenía, aun cuando el abogado de Duo le había pedido que se
alejara ya de la investigación... antes de entrar a la habitación de Dorothy,
la guitarrista se cerciora que Relena se encuentre en la parte de abajo de la
casa. La rubia se sorprende al ver que Hilde entra a su recámara, pero después
sonríe maliciosa
Dorothy.
¿Te dio envidia que escogí a Relena? La verdad es que no eres mi tipo
Ante
sus comentarios sarcásticos, Hilde no responde nada, solo se lleva un dedo
índice a los labios y cierra la puerta, acercándose a su compañera que se
encontraba acostada en la cama leyendo una revista
Hilde.
No vine por eso pervertida
Dorothy.
¿Entonces?
Hilde.
Quiero saber qué pasó con Erick, tú me lo presentaste y él huyó sin decirme
nada
Dorothy.
¿Yo que voy a saber?
Hilde.
Eres su amiga ¿no?
Dorothy.
Ni tanto
Hilde.
Tú dijiste en el juicio que tenían muchos años de conocerse
Las
palabras de su compañera guitarrista hacen molestar a la bajista, que enseguida
la mira con rudeza
Dorothy.
¿Eso qué?
Hilde.
Bueno olvídalo, si lo ves dile que lo estoy buscando ¿de acuerdo?
Dorothy.
No me digas que te enamoraste
Hilde.
Claro que no, pero el sexo era fantástico ¿me entiendes?
Dorothy.
Te entiendo
Con
sonrisa y mirada maliciosa, Dorothy piensa en las numerosas veces que había
estado con la vocalista, Hilde lo nota y ve ahí una oportunidad de intentar
acercarse más a la rubia como su amiga
Hilde.
Oye ¿y así que tú y Relena?
Dorothy.
¿Asustada?
Hilde.
Claro que no, solo me tomó por sorpresa, dime ¿la quieres?
Dorothy.
¿Te importa?
Sospechando
del repentino interés de la chica hacia ella, la rubia mira a la guitarrista
con desconfianza, Hilde lo nota pero intenta continuar tranquila como hasta ese
momento
Hilde.
Aprecio mucho a ambas Dorothy, claro que me importa
Dorothy.
Mmm entonces te lo diré, yo amo a Relena
Hilde.
Vaya, entonces era amor real
Dorothy.
Claro, por ella haría lo que fuera
Aquellas
palabras la chica las había dicho mostrando una oscura sombra en su mirada,
haciendo que Hilde pase duramente saliva
Hilde.
¿Ah sí? ¿Y cómo es que ustedes? Bueno, están juntas
Dorothy.
Eres muy curiosa, pero te lo diré. Hice a un lado todo lo que me estorbaba,
hasta que ella sola vino a mí
Responde
con burla, casi a punto de reír, dejando a su compañera casi de piedra, sin
habla, pero poco después la rubia comienza a reír
Dorothy.
Es broma, quita esa cara. Solo se dio y ya, así pasa
Hilde.
¿Si verdad? Bueno, yo voy a... irme a mi cuarto
Dorothy.
Si, está bien
Hilde.
Con permiso
Dorothy.
Pasa
Con
un poco de nerviosismo, Hilde sale de la habitación sin borrar su sonrisa,
jamás había visto en los ojos de alguien tanta suciedad como los que había
visto en su compañera, hasta le había dado miedo, pero si quería investigar
debía de seguir haciéndolo, poco a poco lograría ganarse la confianza de la
bajista
Aunque
ya tenía el suficiente tiempo como para haberse acostumbrado, Sylvia aún no
conseguía hacerlo, detestaba estar en ese lugar y al lado de alguien como el
idiota de Erick, ya no quería estar en ese maldito encierro, por eso estaba
decidida a escapar, aunque había prometido estar con él con tal de que no
dañaran a su padre, tal cual se lo habían advertido...
Recuerdo
Estaba
en la sala de su casa cuando el timbre de la puerta había sonado, su padre se
encontraba en algún otro lado de la casa, por eso se levanta ella a abrir, se
trataba de un repartidor de correo, el cual traía una caja de cartón en sus
manos para ella, después de firmarlo el chico se retira y ella regresa a la
sala, en ese momento su padre se había asomado para preguntar quién había
llegado, pero ella en lugar de contestarle abre la caja, extrañándose de su
contenido, era una cinta de audio acompañada de una carta, la cual estaba
firmada por Dorothy, no venía su letra pero si una marca que ella conocía, una
figura de un zorro que la chica usaba para identificarse, al verla se muestra
consternada y al ver que su padre estaba ahí se retira enseguida sin decirle
nada, dejándolo con la palabra en la boca. Había subido a su habitación y antes
de reproducir la cinta abre el sobre, comenzando a leer
"Querida
Sylvia
Estoy
muy agradecida por todo lo que has realizado, aunque es claro el hecho de que
no ha servido de absolutamente nada, mi abuelo y yo estamos muy decepcionados,
pero no queremos ser tan duros con alguien tan linda como tú, a mi abuelo le
gustas y a mí no me eres indiferente, por eso queremos darte más oportunidades,
tenemos muchos planes para el futuro, todos para lograr nuestros objetivos y
queremos que participes de ellos, los cuales han comenzado desde hace algún
tiempo, esperamos tu apoyo total, más adelante se te darán otras instrucciones.
Por el momento solo te dejo una pequeña cinta de audio, reprodúcela
tranquilamente en un lugar donde estés sola y relajada, es solo para que tengas
una pequeña prueba de lo que hacemos a los traidores, y por favor, no intentes
tonterías, recuerda que tu padre te quiere mucho, y dudo que quiera verte
sufrir, o quizás, sufrir él ¿me entiendes? Bien, eres buena chica, cuídate
mucho. Adiós"
Con
las manos temblándole había arrugado esa carta, humedeciéndose sus ojos,
brotando de ellos las lágrimas, maldecía el día que había aceptado ayudar a ese
par de lunáticos por diversión, ya que el dinero le sobraba. Enojada rompe la
carta y agarra la cinta, metiéndola en su aparato reproductor, al principio no
sonaba absolutamente nada, pero poco después podían oírse claramente algunos
gritos, como si se tratara de una sesión de tortura, la piel se le ponía
completamente china, también se oía el ruido de algunos instrumentos como
látigos
Sylvia.
Están podridos... son unos enfermos
No
había aguantado más, quitando la maldita cinta de audio, y aún a contra de sus
deseos debía de aceptar sus condiciones, por su bien y el de su padre, no
duraría una semana más en esa casa, se iría lejos sin despedirse para no dar
razones, ahora su vida pertenecía a la maldita de Dorothy y a su abuelo
Recuerdo
Su
secuestrador acababa de salir del baño en ropa interior y frotándose el cabello
con una toalla, mientras que ella estaba con los pies atados a la cama, no con
sogas, sino con cadenas y llave, los cuales usaba cuando él se ausentaba,
mientras que la mayor parte del tiempo la tenía libre... Sylvia le sonríe
fingido y él le corresponde alegre, acercándose a ella para besar sus labios
Sylvia.
Amor, también me quiero bañar
Erick.
¿Cómo no se me ocurrió? Bueno, creo que tendrás que esperar
Sylvia.
¿Por qué?
Despreocupado
avienta la toalla al suelo cuando termina de frotar su cabello y se acerca otra
vez a la cama, volviendo a besar los labios de la chica y sentándose a su lado
Erick.
Antes de meterme a bañar llamó Dorothy, voy a ir
Sylvia.
¿Me vas a dejar sola?
Erick.
Hermosa, ya sabes cómo es de histérica esa vieja
Sylvia.
Sí, es una maniática
Erick.
No te preocupes, ya está lejos de ti
Al
oír sus últimas palabras, Sylvia pone cara de confusión, no tenía ni una
pequeña idea de donde se encontraba, pero Erick aseguraba que no estaba lejos
de New York, por lo menos ya sabía que no se encontraban lejos
Erick.
Voy a dejarte amarrada, perdóname
Sylvia.
No te preocupes, vuelve pronto
Erick.
Claro que sí
Sonriendo
feliz se pone de pie para vestirse, mientras la ex reportera se queda
pensativa, ideando alguna forma de salir de ahí, ya que si Dorothy había
llamado a Erick significaba que algo no estaba saliendo bien, ya que era la
primera vez en todo ese tiempo que tenía noticias de su antigua compañera de
escuela. Poco después se va Erick, dejando sola a Sylvia, pero mientras tuviera
cadenas le iba a resultar casi imposible escaparse de ahí...
Era
el segundo intento de Irea por hablar con Trowa, pero éste continuaba encerrado
en su habitación, sin siquiera responder a los llamados de la rubia. El
ojiverde continuaba en el suelo, parecía no pensar en nada, pero la verdad es
que los recuerdos amargos no desaparecían de su mente, y se preguntaba una y
mil veces como había sido capaz de tratar tan mal a Quatre, incapaz también de
entender la magnitud del amor que el rubio en algún tiempo le tuvo, ya que
recordaba todas aquellas veces que atendía a sus crueles llamados, y que encima
de todo había ocasiones en que le expresaba sus sentimientos
Trowa.
Soy una basura... ni siquiera merezco tu perdón
Había
perdido incluso la noción de tiempo, y cualquier llamado externo a sus
pensamientos le era mudo, simplemente el mundo a su alrededor no existía...
Irea por su parte, resignada a no ser escuchada se da media vuelta, topándose
con Catherine que la miraba con ternura
Catherine.
¿Haciendo algo por los testarudos de nuestros hermanos?
Irea.
Eso quise pero Quatre quería estar solo, y Trowa no me abre
Catherine.
Ya veo... mmm, sé que es violar su privacidad pero tengo llave de ese cuarto
Irea.
¿De verdad? Ay que entrar
Sonriéndose
en complicidad, la pelirroja saca un llavero del bolsillo de su falda y la
entrega a la rubia resaltando la llave de la habitación de su hermano, Irea la
agarra e introduce, pero no puede abrir ya que el ex baterista se encontraba
recargado en la puerta, enseguida Trowa se mueve un poco, quedando la puerta
abierta lo suficiente para que entre alguien, Trowa se veía desanimado, ni
siquiera se había molestado porque habían abierto sin su permiso
Irea.
¿Te sientes bien?
Trowa.
No me perdonó
Irea.
¿Qué le dijiste?
Trowa.
Que me perdonara, que lo amo... solo eso
Irea.
¿Y qué te dijo?
Trowa.
Él ya no... y no lo culpo
Tenía
la mirada vacía, se veía como ido, y patéticamente derrotado, a Irea se le
destrozaba el corazón, igual que a Catherine, quien oía todo detrás de la
puerta, con ganas de entrar y abrazar a su hermano
Irea.
Es mentira... Quatre todavía te ama
Gradualmente
los ojos de Trowa recobran vida, aún sin voltear a ver a la chica, quien miraba
al ojiverde fijamente
Irea.
Te juro que no sé de dónde sacó mi hermano tanto orgullo, pero aún está
enamorado de ti, no quiere admitirlo, pero es verdad
Trowa.
Quisiera creerte
Irea.
¡Créeme bobo! Te ama, de verdad te ama, y si tú dejas de luchar por él,
entonces si se olvidará de ti, Trowa, le debes algo a mi hermano
Trowa.
¿Deberle?
Irea.
Si, le debes su felicidad, solo tú puedes
Pensando
detenidamente las palabras de la rubia, Trowa logra captar el mensaje,
volteando a verla por fin, sus ojos se encontraban vivos, y por su mirada se
notaba que estaba confundido
Trowa.
No sé cómo... él... no quiere saber de mí
Irea.
Porque está herido, Trowa, de la noche a la mañana no se va a lanzar a tus
brazos
Trowa.
¿Entonces?
Irea.
Deja que se cure un poco, está bien que se alejen un tiempo, entonces tú
volverás a buscarlo, él tiene que asimilar las cosas
Trowa.
¿Y si encuentra a alguien más?
Irea.
No lo hará, si encuentra a alguien no lo va amar ¿entiendes? Te ama a ti, él no
deshace sus sentimientos tan fácilmente, en eso sigue siendo el mismo
Reflexionando
la situación, la esperanza vuelve a Trowa, mostrando una breve sonrisa sobre
sus labios, Irea la capta y sonríe emocionada, por lo que veía en su expresión,
el ojiverde no estaba del todo derrotado. Trowa se pone de pie
Trowa.
Lo haré, lucharé por él... me ama... me sigue amando
Irea.
Si
Trowa.
Gracias
Completamente
agradecido, Trowa se acerca a Irea y la abraza, haciéndola sonrojar, cuando la
suelta la mira a los ojos
Trowa.
Y tú tampoco lo dejes pasar
Irea.
¿De qué hablas?
Trowa.
He notado como la miras
Sonrojándose
aún más, Irea desvía su mirada, detrás de la puerta la pelirroja también se
sonroja, alejándose de ahí. La hermana de Quatre mira a Trowa y le sonríe
Irea.
Lo haré
Enseguida
se marcha de la habitación del ojiverde, viendo para su alivio que Catherine no
estaba ahí, pues aunque ella sabía de sus sentimientos, le resultaba aún
vergonzoso, aunque ignoraba que si había alcanzado a oír. Mientras que el ex
baterista se queda en su habitación, cerrando la puerta y acercándose a su
cama, donde se acuesta, sintiéndose emocionado, ya que Quatre aún lo amaba, y
él lucharía por su perdón
Esa
noche, Dorothy y Erick se ven en un café, la rubia iba de incógnito ya que no
quería que algún fan o medio de comunicación la hiciera llamar la atención,
necesitaba conversar con su cómplice
Erick.
Me extrañó tu llamada
Dorothy.
Tu suegro me está causando molestias
Erick.
¿De qué me hablas?
Dorothy.
¿Cómo de qué? El padre de Sylvia está buscando a su amada princesita
Erick.
Maldición
Molesto,
Erick golpea la mesa, llamando la atención de algunos clientes, enojada Dorothy
lo mira de forma fulminante, indicándole que se calme
Erick.
¿Y qué vas hacer?
Dorothy.
Mi abuelo quiere matarlo, pero creo que solo levantará más sospechas, por fortuna
el viejito no informó a la policía
Erick.
¿Y cuál es el plan?
Dorothy.
No lo sé aún, pero debemos callarlo ¿entiendes?
Erick.
Entonces si hay que matarlo, como si hubiese sido un accidente
Dorothy.
Tú no entiendes, Hilde ha preguntado extrañamente por ti y antes ha conversado
con tu suegrito, es probable que hayan encontrado información en común
Los
ojos de Erick casi salen de sus cavidades al imaginarse un poco de lo que esos
dos pudiesen haber conversado e incluso el hecho de que la guitarrista haya
preguntado por él le resultaba extraño
Erick.
Maldita vieja ¿qué quiere de mí?
Dorothy.
Tú eres un idiota por desaparecerte como vil muerto, levantando sospechas
Erick.
Pero es que...
Dorothy.
Nada de peros estúpido, tienes que ver a Hilde, presiento que me oculta algo
Erick.
No quiero ver a esa vieja, dejé a mi Sylvia sola
Dorothy.
Voy a mandar a alguien, por eso no te preocupes, necesitamos saber que traman
esos dos, si tu suegro resulta peligroso entonces consideraremos la solución de
mi abuelo
Erick.
¿Y qué hay de Hilde?
Dorothy.
Lo mismo, si nos puede perjudicar la matamos
La
rubia sonríe cínicamente, bebiendo tranquilamente un poco de café, por su parte
Erick estaba preocupado y molesto, porque no quería dejar a su Sylvia sola y
porque no quería volver a ver a la guitarrista de Dark Sound, pero si lo
pensaba bien, Dorothy tenía razón y él había tenido la culpa por marcharse sin
dar explicación alguna
Al
día siguiente a razón del mediodía, Irea regresa a la casa de Trowa después de
haber salido para buscar departamento, ya que Quatre no quería estar un día más
en esa casa, con la presencia de Trowa rondando por ella., ni quiera había
salido de su habitación para desayunar, Trowa en cambio estaba repuesto,
gracias a las palabras que había recibido por parte de Irea el día anterior. La
rubia entra a la habitación de su hermano, el cual no estaba en la cama, sino
que se encontraba en el baño, haciéndose las curaciones de la nariz que el
doctor le había indicado
Irea.
Adivina
Quatre.
¿Qué jujede?
Irea.
Habla bien
Sin
responder el rubio mira fulminante a su hermana
Irea.
Es broma... ya encontré departamento, es amplio, tiene todos los servicios y
está bien ubicado, ya dejé el depósito y pagué el primer mes ¿qué te parece?
El
rubio no imaginaba que pronto su hermana había conseguido departamento, sobre
todo en una ciudad como New York, pero más que sorprendido se sentía
nostálgico, pues aunque deseaba salirse de esa casa, no podía evitar sentirse
triste
Quatre.
Que bien
Terminando
sus curaciones, se deshace del material y sale del baño, pasándole por un lado
a su hermana, quien lo mira preocupada, después se acuesta otra vez en la cama
Irea.
¿No es lo que querías?
Quatre.
Si, agradezco que hayas encontrado tan pronto
Irea.
Hermano, tú no quieres irte ¿verdad?
Quatre.
Claro que quiero irme, no quiero estar cerca de él
Irea.
Pero...
Quatre.
Basta Irea, amar a Trowa me hace daño ¿qué no entiendes? Necesito
desintoxicarme de él ¿por qué no comprendes?
Desesperado
avienta una de las almohadas cerca de él, la rubia lo mira duramente, Quatre
estaba actuando como un niño tonto, incapaz de entender razones
Irea.
Ya no te diré más... empaca tus cosas que después de comer nos vamos
Enojada
por la actitud de su hermano, Irea sale de la habitación, cerrando con fuerza
la puerta, su hermano mira unos momentos la puerta y refunfuña con fastidio,
cruzándose los brazos y frunciendo el ceño...
Por
fin después de haber estado en cama por unos días, Duo sale de la enfermería y
vuelven a ubicarlo en su celda, aún no podía hacer movimientos violetos,
caminar mucho o esforzarse, pero al menos ya se encontraba mejor que otros
días. Su nuevo compañero de celda, Frank, era un hombre alto, de porte fornido
y rostro rudo de pocos amigos, no pasaba de los 40 años, no mucho después de
muerto Kim, él había sido reubicado ya que había tenido problemas con su
antigua celda y compañeros; al ver que el ex trenzado regresa de la enfermería
lo recibe
Duo.
Hola Frank, cuanto tiempo
Frank.
Hola
Duo.
¿Cómo vas?
Frank.
Bien ¿y tú?
Duo.
No me puedo quejar
El
ex guitarrista muestra una sonrisa como hace mucho no hacía, causando un poco
de sorpresa en su compañero de celda. El guardia empuja levemente a Duo hacia
el interior de la misma, cerrándola enseguida
Guardia.
Ya no te metas en problemas Maxwell
Duo.
No
El
guardia se retira después de reír con burla, Duo finge una sonrisa y cuando por
fin se va suspira resignado
Duo.
He vuelto
Frank.
Ten cuidado
Duo.
Lo sé, ya no pienso bajar la guardia
Frank.
Ya veo
Duo.
Antes no me importaba morir, pensaba que muriendo era la forma de volver a ver
a mí Heero, pero es una tontería, las personas se mueren y ya, además yo quiero
demostrar que puedo sobrevivir, saldré de aquí y me enfrentaré al mundo
Sonriendo
optimista, Duo se acerca a la parte de abajo de la litera y se acuesta
lentamente para no lastimarse, mientras su compañero lo miraba de pie desde los
barrotes de la celda
Frank.
Esos dos han estado preguntando por ti
Duo.
Entonces los esperaré
El
hombre alto sonríe al oír a Duo, le parecía extraño que después del atentado,
el ex trenzado se viera completamente distinto, no era el joven derrotado y
patético que había conocido, ahora veía a alguien mucho más fuerte y eso le
agradaba bastante...
Llegada
la hora de la comida, al igual que la hora del desayuno, Quatre no había
querido bajar a comer, una chica de servicio le había subido un poco de comida,
mientras los demás estaban sentados a la mesa. Terminada la comida, Irea les da
la mala noticia a los hermanos Barton, que al principio se muestran confundidos,
sentían que estaba pasando todo muy rápido, además que la casa no se iba a
sentir igual con dos personas menos, pero tanto Trowa como Catherine estaban de
acuerdo en que era lo adecuado, sobre todo considerando la situación en que se
encontraban el ex baterista y el ex bajista... Media hora después, Quatre baja
con sus cosas, las cuales eran realmente pocas, la mayoría de ellas se habían
quedado en los departamentos de Joe, y una diminuta parte se había quedado en
casa de Trowa, por su parte Irea baja las maletas que había traído consigo
desde Londres, Catherine se encontraba en la puerta para despedirlos,
insistiéndole a Irea de que se llevara su auto, pero la rubia se negaba
Catherine.
Ya te dije que me lo devuelves cuando consigan uno
Irea.
Y yo ya te dije que llamaremos un taxi
Catherine.
Anda, yo aún no puedo usarlo, el especial es el que uso
Irea.
Es que no sé... me da pena
Mientras
las chicas discutían sobre el auto, Quatre estaba ocupado en sus propios
pensamientos, completamente perdido en ellos, no prestaba el mínimo de atención
en nada más, ni siquiera había notado la presencia de alguien más
Trowa.
Yo los llevo
La
voz de Trowa irrumpiendo la discusión, hace reaccionar a Quatre, quien lo mira
de reojo unos momentos y fingiendo indiferencia se voltea hacia otro lugar,
Trowa en cambio miraba a las chicas, esperando una reacción
Irea.
Pero...
Trowa.
Solo los llevo, no te preocupes
Irea.
Bueno, supongo que... Quatre ¿tú que dices?
Quatre.
Me da lo mismo
Fingiendo
que no le importa, Quatre se cruza de brazos, cumpliendo su cometido de no
voltear a ver a Trowa, quien toma eso como un sí, acercándose a las maletas de
la rubia, las cuales sujeta, Catherine abre la puerta y los cuatro salen, el
rubio con su maleta y Trowa con las maletas de Irea, cuando llegan a la amplia
cochera, Trowa saca la llave de uno de sus autos y abre la cajuela, echando las
maletas de Irea
Trowa.
¿Me permites?
Quatre.
Yo puedo solo
De
mala gana el rubio deja su maleta sobre las de su hermana, se sentía celoso de
que el ojiverde no la había llevado como a las de su hermana. Trowa cierra la
cajuela, Irea voltea hacia Catherine y las chicas se abrazan, soltándose poco
después
Irea.
Gracias por todo
Catherine.
Vamos, lo dices como si nunca volveremos a vernos
Irea.
Tienes razón, llamaré
Catherine.
Más te vale, hasta pronto
Irea.
Adiós
Catherine.
Adiós Quatre
Quatre.
Si, adiós
Completamente
seco, el rubio se acerca a Catherine y le da un abrazo de dos segundos,
apartándose enseguida, aún estaba molesto por las duras palabras que la chica
le había dicho hace apenas unos días
Trowa.
No me tardo
Catherine.
Si, conduce con cuidado
El
ojiverde abre la puerta de copiloto a Irea y cuando ella entra la cierra,
dirigiéndose después a la parte del chofer entrando también, dejando que Quatre
abra su propia puerta de la parte de atrás, dejándolo también molesto, con los
brazos cruzados, Trowa sale de la cochera y un empleado le abre el cancel. Irea
indica la dirección al ojiverde y él emprende, durante el transcurso del
camino, Irea platicaba a Trowa algunas historias de sus viajes y él oía atento,
Quatre por su parte estaba cruzado de brazos, mal sentado y con el ceño
fruncido, mirando celoso que por lo visto esos dos se llevaban bien, un
cosquilleo desagradable le atacaba la boca del estómago
Irea.
Aquí es
Tras
algunos minutos de viaje por fin llegan a donde estaba el departamento, tenía
buena ubicación como había dicho la rubia, era un tercer piso y alrededor se
notaba tranquilo. De nuevo Trowa abre la puerta a la hermana de Quatre y
después abre la cajuela, bajando todas las maletas, enseguida Quatre agarra
celosamente la suya y el ojiverde agarra las de Irea, quien los guía hacia el
departamento del cual ya tenía una llave. Éste era lo suficientemente amplio y
distribuido como para vivir cómodamente, además ya estaba amueblado y tenía
todos los servicios
Trowa.
Es agradable
Irea.
Sí
Trowa.
Bien, yo me voy
Irea.
¿No lo quieres conocer?
Trowa.
Está bien
Sonriendo
amable, la chica comienza a avanzar hacia los cuartos para mostrárselos al
ojiverde, olvidándose ambos de la presencia de Quatre, que se sentía triste por
ello, no quería admitirlo pero estaba muy celoso. Minutos después Irea termina
de mostrar el departamento a Trowa, mientras que Quatre estaba sentado en un
mueble de la sala
Irea.
Lindo ¿no?
Trowa.
Si
Irea.
¿Quieres algo?
Trowa.
No, ya me voy
Irea.
Si, que lástima
Trowa.
Adiós
Para
molestia de Quatre, el ojiverde besa la mejilla de Irea para despedirse y ella
se sonroja, sonriéndole amable, pero el rubio estaba enojado mientras los
miraba
Irea.
Cuídate mucho
Cuando
ambos llegan a la puerta Irea abre ésta y Trowa avanza, Quatre por su parte
estaba tratando de ignorar al ex baterista, pero le era casi imposible pues
Trowa parecía también estarlo ignorando, pero para su sorpresa, Trowa se mueve
levemente hacia la derecha para ver por encima del hombro de Irea
Trowa.
Adiós Quatre
Los
ojos del rubio se abren un poco más por la sorpresa, ya que no se esperaba esas
palabras, así que olvidándose de su orgullo unos segundos, voltea para verlo a
los ojos
Quatre.
Adiós Trowa
Antes
de irse, el ojiverde le sonríe sutilmente, haciéndolo sonrojar, pues era la
primera vez que el músico lo hacía de esa forma, sin embargo enseguida el rubio
se voltea hacia otro lado para volver a ignorarlo, Irea levanta una mano para
despedirse del ojiverde, quien acto seguido se marcha, la chica cierra la
puerta y suspira, acercándose a su hermano
Irea.
¿Te gustó?
Quatre.
"Es agradable"
Al
oír la mala imitación de Trowa por parte de Quatre, la rubia no puede evitar
echar a reír un poco, haciendo enojar aún más a su hermano
Irea.
Que celoso eres
Quatre.
Cállate, no son celos
Irea.
Está bien, no te enojes
Quatre.
¿Cuál es mi cuarto? Quiero dormir
Irea.
El de la derecha
Quatre.
Están cerca, bueno, procura no hacer escándalo cuando traigas a Trowa
Irea.
¿De qué hablas?
Quatre.
No te hagas, seguro que te le metiste a la cama varias veces
Como
si no hubiese dicho nada malo, el rubio avanza hacia su habitación, pero antes
de que llegue, Irea lo alcanza y lo jala del brazo, haciéndolo voltear,
mirándolo molesta
Irea.
No digas estupideces, entre él y yo nunca ha habido nada y nunca lo habrá
Quatre.
Si claro, no te creo
Irea.
Piensa como quieras
Indignada
suelta a su hermano y va hacia su habitación, encerrándose en ella, dejando a
su hermano solo y molesto
Quatre.
Eres el mismo cerdo de siempre Trowa
Ciego
completamente por los celos, Quatre entra a su habitación y se echa en cama,
indispuesto completamente, no sintiendo ganas de nada, solo quería que los días
pasaran rápidos y que pronto pudiera olvidarse de Trowa...
Al
día siguiente en la mañana, antes de que Hilde decida salir, recibe una llamada
al celular que le sorprende. Pues dadas las recomendaciones de Dorothy, Erick
decide llamar a su antigua amante, al principio la guitarrista duda en
contestar, pues le resultaba extraña dicha llamada, altamente sospechosa, pero sabía
que debía de tomarla si quería llegar al fondo del asunto
Hilde.
¿Diga?
Erick.
Hola preciosa
Aunque
sabía que se trataba de él antes de contestar, volver a oír aquella voz que
ahora le resultaba desagradable, le hace sentir un malestar estomacal, pero
debía de controlarse y actuar como siempre
Hilde.
¿Erick? Que sorpresa! Estaba preocupada por ti
Erick.
Lo lamento linda, pero es que después del juicio me sentí tan mal que quise
alejarme un poco, perdóname por no habértelo dicho
Hilde.
¿Y ya estás bien?
Erick.
Por fortuna si, de hecho estuve yendo a terapias psicológicas
Hilde.
Ah, qué bien
Erick.
Quiero verte hermosa
Hilde.
Yo... yo también
Poniéndose
nerviosa, Hilde se queda callada unos segundos
Hilde.
¿Dónde nos vemos?
Erick.
A las 8 en el Bar de siempre
Hilde.
Está bien
Erick.
Entonces te veo preciosa, cuídate
Hilde.
Si, adiós
Enseguida
la chica cuelga su celular y se queda pensativa unos momentos, recordando que
el abogado de Duo le había dado su tarjeta de presentación, por lo que la busca
en su bolso y le llama, contándole donde y a qué hora se iba a ver con su ex
amante...
Después
de las actividades de la tarde, les permiten a los reos hacer actividades
recreativas, como casi siempre Duo sale a ver jugar basketball a sus
compañeros, sentado en el piso con las piernas encogidas, Frank jugaba con
ventaja por su altura, el trenzado sonreía por ver las quejas de sus oponentes,
mientras que dos sujetos estaban a los laterales del ex guitarrista, pues tras
la muerte de Kim había ganado sus respetos y aunque ya estaban enterados que él
no lo había hecho, le seguían fieles
"Esos
dos no se han aparecido últimamente"
Duo.
Han preguntado por mí ¿cierto?
"Eso
dicen, pero ya sabes que..."
Duo.
No importa, les enfrentaré
La
determinación en la actitud de Duo causa sorpresa en sus compañeros, incluso su
mirada era distinta, tal vez producto de su cercanía con la muerte , el ex
trenzado no era el mismo que había ingresado un par de meses atrás
"¿Estás
seguro?
Duo.
Siempre fui un cobarde, incapaz de enfrentarse a la vida solo, y ya no quiero
depender de nadie
Aunque
había cambiado, la tristeza en sus ojos continuaba ahí, pues aunque quisiera,
después de haber perdido lo más amado, no volvería a ser el mismo...
Llegada
la noche, Hilde se prepara para su cita con Erick, el abogado de Duo estaba
enterado, así que la guitarrista no estaría sola, pues a la más mínima anomalía
él intervendría junto con un amigo oficial a quien había llevado, el acuerdo
era que Hilde se siguiera viendo con Erick hasta tener más pistas y dar con el
paradero de Sylvia, también para intentar conseguir pistas que inculparan a
Dorothy... Después de saludarse y tomar asiento, una mesera se les acerca y les
toma la orden, enseguida que se marcha, Hilde decide comenzar con su
interrogatorio
Hilde.
No puedo creer que te hayas ido así, creí que algo malo te había pasado
Erick.
No quería preocuparte nena, pero así sucedió
Hilde.
¿Debo creerte?
Erick.
Claro que si ¿por qué te mentiría?
Fingiendo
completamente, Hilde le sonríe de forma tierna, pero su conversación no podía
quedar así
Hilde.
¿Y Dorothy? La has visto?
Erick.
No he sabido de ella, solo pensaba en ti
Hilde.
Ah... por cierto ¿tú sabías que desapareció una reportera?
Erick.
¿Ah sí? No sabía ¿quién es? Y a qué viene ese tema?
Hilde.
Pues es que... no, solo... me acordé, porque estabas desaparecido
Erick.
Ya veo ¿entonces quién era?
Hilde.
Sylvia Noventa
La
mirada de Erick se vuelve sombría al oír a Hilde, pero intenta no ponerse
nervioso, aunque en eso Hilde se había equivocado, pues sus comentarios
levantan las sospechas de su ex amante
Erick.
¿A qué viene todo eso? Sabes que era mi novia
Hilde.
Por eso, pensé que tal vez querías saber
Erick.
Te agradezco pero no me interesa. Solo me importas tú ¿de acuerdo?
Hilde.
Si
Volviéndole
a sonreír falsamente, Hilde se queda callada unos momentos, la mesera regresa
con las bebidas de ambos
Hilde.
Oye y ¿qué vas hacer con el dinero de la indemnización? Es mucho ¿verdad?
Erick.
¿Por qué quieres saber?
Hilde.
Bueno, se supone que tú y yo salimos ¿no?
Erick.
No tengo planes, además es dinero que no me enorgullece
Hilde.
Ah
Erick.
¿Sabes? Se me antoja irme a otro lugar
Hilde.
¿Ah sí?
Erick.
Vamos a un Hotel ¿no?
Hilde.
Este... hoy no puedo, mañana tengo cosas que hacer
Erick.
¿Cuáles?
Hilde.
Cosas de mujeres, ya sabes... este, voy al baño, ahora vuelvo
Sonriendo
nerviosa, se pone de pie rápido y entra al baño, Erick la mira marcharse y
enseguida saca su celular, marcando a Dorothy
Dorothy.
¿Qué quieres?
Erick.
Ella sabe algo
Dorothy.
¿Qué sabe?
Erick.
No lo sé con exactitud, pero se muestra nerviosa, preguntó por ti, y comentó de
la desaparición de Sylvia
Dorothy.
Maldita, investiga que tanto sabe, lo más probable es que tengamos que matarla
Erick.
Está bien, adiós
Poco
después que cuelga el teléfono, Hilde regresa a la mesa, no muy lejos de ellos
estaban Richard y su amigo, observando sus movimientos y estarían ahí hasta que
terminara su cita con la guitarrista, entonces lo seguirían, sabían que era
ilegal hacerlo, pero no quedaba de otra, necesitaban pruebas antes de dar parte
a las autoridades de manera oficial...
Por
la noche, Trowa decide salir, aun cuando su hermana se había opuesto a ello, el
ojiverde podía caer nuevamente en los vicios si lo hacía, pero realmente
necesitaba hacerlo, no tenía otra cosa, a Quatre no se podía acercar y estar
encerrado en su casa le resultaba desagradable, él no era así y no podía
cambiar tan fácilmente, para ello entra a una cafetería y se sienta en una mesa
para dos, pidiendo un descafeinado, el ambiente del lugar era tranquilo y
tocaban buena música, pero para su mala suerte, momentos después, comienza a
sonar una melodía que le resultaba familiar, reconociendo después en ella una
canción de The Wings, rápidamente las expresiones de su rostro cambian
totalmente, evocando miles de recuerdos, cuando la banda estaba en pleno
apogeo, sus reuniones eran siempre muy particulares
Duo
siempre armaba escándalo por cualquier tontería y Heero lo callaba comenzando
una tonta discusión donde Catherine no perdía el tiempo en burlarse del
trenzado, mientras Wufei por su lado intentaba ignorarlos logrando que se
saliera de sus casillas y terminara interviniendo, Quatre por su parte
intentaba tranquilizarlos con su característica paciencia y Zechs resignado
casi lloraba por no poderlos controlar, mientras que él simplemente se limitaba
a observar, solitario, pero tranquilo, eran días realmente entrañables, solo de
recordarlo sus ojos se humedecían, pues todo estaba acabado, Zechs y Heero
muertos, Duo en la cárcel, Wufei deshecho y Quatre odiándolo
Trowa.
The Wings
Mientras
estaba pensativo, una chica se acerca a su mesa y sin permiso toma asiento, el
ojiverde la mira un poco, reconociendo en ella a una de sus amigas con las que
solía irse a los Hoteles y tener depravadas horas de sexo, pero ahora se veía
distinta, vestía con ropa decente y no tenía maquillaje exagerado, Trowa estaba
sorprendido
"Vaya,
vaya ¿quién está aquí? El buen Trowa"
Trowa.
Hola
"Vi
lo de tu problema en los periódicos, me alegra que estés bien"
Trowa.
Si ¿y tú que tal?
"Han
pasado muchas cosas, y veme, hasta me casé"
Mostrando
su argolla de matrimonio, sonríe ampliamente, Trowa seguía sorprendido, pero
solo sonríe un poco
Trowa.
Felicidades
"También
te ves cambiado. Te deseo mucha suerte"
Trowa.
Gracias
"Ojalá
volvamos a vernos"
Trowa.
Sí, adiós
Sin
dejar de sonreír se pone de pie y acercándose un poco a Trowa, se agacha y le
sujeta el rostro con ambas manos, besando sus labios en señal de despedida, el
ojiverde no había cerrado siquiera sus ojos y cuando ella se separa vuelve a
sonreírle
"Adiós
Trowa"
Aunque
aquel encuentro había parecido insignificante, para Trowa era una especie de
final, una despedida a su antiguo yo, antes de ser completamente de Quatre,
tenía que liberarse de ciertas ataduras del pasado, incluyendo aquella melodía
que aún seguía tocando
Después
que Hilde y Erick se despiden en la entrada del Bar, Richard y su amigo salen y
suben al auto del Abogado, comenzando a seguir al chico, Hilde se da cuenta de
ello y nerviosa decide regresar enseguida a casa. Mientras tanto en el auto de
Richard, él iba conduciendo y su amigo solo se limitaba a estar atento al auto
de Erick, cruzado de brazos
Mark.
Tú nunca haces esto con tus clientes ¿qué tiene él de especial?
Richard.
Digamos que en un principio me llamó la atención el interés de ese sujeto
Mark.
¿De quién?
Richard.
De Trowa. Él tenía un particular interés en ese chico, me ofreció mucho dinero
por sacarlo
Mark.
Hablas como si ya hubiera pasado
Richard.
Así es, su interés cambió, al igual que el mío
Mark.
Por eso lo ayudas tanto
Richard.
Sí, estoy enamorado de Duo
La
sonrisa burlona que su amigo asoma en sus labios no es captada por Richard, sin
embargo, incluso él sabía que estaba actuando ridículamente por alguien a quien
no tenía mucho de conocer, pero no podía negar que Duo lo había cautivado por
completo
Mark.
Detente aquí
Al
ver que Erick había disminuido considerablemente su velocidad, Mark indica a
Richard que se detenga, quedando su auto a solo dos cuadras de distancia del
auto del ex amante de Hilde, el lugar era un conjunto departamental, donde el
chico se baja del auto y entra, entonces los amigos deciden quedarse a pasar la
noche ahí para esperar a que salga y seguirlo a todas partes...
Días
después, no podía decirse que la situación había cambiado mucho, la
investigación que Richard y Mark le estaban haciendo a Erick no tenía mucho más
avance que el antes logrado, ya que en sus actos no se notaba nada extraño por
el momento, en gran parte se debía a que el chico no tenía ninguna clase de
contacto con Dorothy o la situación de Sylvia quien estaba siendo vigilada por
gente al mando de Dorothy, la rubia le había advertido que tuviera discreción,
además que Erick debía ganarse nuevamente la confianza de Hilde.
Lo
respectivo a Duo y su próxima resolución de Inocencia requería de algunos
trámites finales, pues la apelación ya estaba en proceso de ser aprobada, lo
cual lo tenía en cierta medida contento, pues era incapaz de sentirse del todo
feliz. Con Quatre las cosas seguían igual, pues encerrado en su depresión no
era capaz de siquiera reflexionar la situación, olvidar a Trowa estaba dentro
de sus mayores propósitos, cegado completamente por el dolor que el ojiverde le
había causado, y aunque su hermana hablaba con él, era incapaz de entender
razones. Por el contrario, el baterista trataba de darle su espacio a Quatre,
dejarlo pensar antes de volver a insistir en que lo perdonara, el cual era
entre otros su mayor anhelo, pues sabía que era aún más difícil, que el rubio
lo aceptara nuevamente, aun así, se conformaba con su perdón...
Por
la tarde, después de su visita con el Doctor, el cual le había quitado por completo
los vendajes de su nariz, Quatre decide hacer una visita a Duo en la cárcel. Al
tanto de los últimos sucesos, el rubio necesitaba ver a su amigo, aunque aún
desconocía sobre los aciertos de Hilde y los planes por librarlo de toda culpa
y conseguir su libertad. Al oír el nombre del ex bajista cuando el guardia lo
había anunciado, Duo se alegra de tener a Quatre ahí, a quien no veía desde
hace tiempo, por lo que no puede ocultar su gran sonrisa al verlo nuevamente,
Quatre se siente igual
Duo.
Te ves bien
Quatre.
¿Lo crees?
Duo.
Sí... ¿y qué tal París?
Antes
de contestarle, Quatre exhala un suspiro, desviando levemente sus ojos, Duo
fija su mirada seria en Quatre, preocupándose de su expresión
Quatre.
Tengo tanto que contarte, pero no es el lugar
Duo.
Entiendo
Quatre.
¿Tu cómo estás?
Duo.
También tengo mucho que contarte
Los
dos se ríen un poco sin muchos ánimos, pero el tiempo era tan poco y el lugar
tan incómodo que ninguno se sentía cómodo charlando
Quatre.
Me alegra verte mejor, esa mirada apagada tiene nuevamente un brillo
Duo.
Yo estoy mejor, sí, pero tú te ves fatal
Quatre.
Lo sé
Duo.
Quatre, no sé si los has notado pero, Trowa cambió
Sorprendiéndose
un poco por la afirmación, Quatre abre un poco más sus ojos, quedándose mudo
unos momentos
Duo.
No sé qué sucedió mientras estuve aquí pero ¿tú tienes que ver con ese cambio?
No sé siquiera cuanto tiempo ha pasado desde que regresaste a la ciudad
Quatre.
Lo siento Duo, en estos momentos mi cabeza es un nudo, no sé nada... solo... no
importa, sea cual sea la razón, yo no puedo perdonarlo
Duo.
¿De qué hablas?
Quatre.
Es complicado y... por el momento no te puedo explicar
Duo.
Entiendo
Nuevamente
Quatre se queda callado mientras Duo lo mira fijamente, el rubio parecía
realmente perdido, le intrigaba que pudo haber pasado con sus ex compañeros de
grupo, pero no podía forzar al ex bajista a hablar
Duo.
¿Sabes? Han pasado muchas cosas, tal vez salga de aquí en un par de meses
Rápidamente
Quatre sale de su trance y mostrando una gran sonrisa se levanta del asiento
Quatre.
No lo puedo creer ¿de verdad?
Duo.
Sí
Quatre.
Pero ¿cómo? no entiendo, digo, te declaraste culpable y te acusan de asesinato
según me enteré
Duo.
Sí, es una historia larga que te contaré cuando salga
Quatre.
Está bien
Antes
de que pudieran conversar de algo más, llega el guardia encargado de Duo y los
interrumpe para llevárselo
Duo.
Tengo que irme
Quatre.
Qué lástima
Duo.
Cuídate mucho y piensa las cosas ¿de acuerdo? en la vida hay segundas
oportunidades
Dejando
a Quatre completamente mudo, Duo se aleja junto al guardia, quedándose el rubio
pensativo, el ex trenzado tenía razón y se lo había demostrado al mostrarse tan
cambiado desde aquel día en que se habían despedido en aquel mismo lugar, pero aun
cuando estaba consciente de ello, le resultaba casi imposible perdonar a Trowa,
sería traicionarse así mismo...
Era
de noche en aquel lugar, y desesperada como siempre, Sylvia permanecía atada a
la cama, con un vigía aguardando en la cocina, donde se entretenía con una
partida de domino contra él mismo
Sylvia.
¿Qué hago?... no puedo esperar mucho, no sé si mi padre está vivo... Dorothy y
ese anciano son unos malditos
A
pesar de sus buenas actuaciones frente a Erick, la ex reportera nunca había
dejado de sentirse angustiada por la posible situación que pudiera estar
pasando su padre, por ello es que su encierro resultaba más angustiante de lo
normal, a pesar de que Dermail le había prometido que su padre estaría a salvo
Sylvia.
¡Oye guardián!
Con
gesto de fastidio, el hombre de Dorothy deja de jugar al dominó y de mala gana
se levanta de la silla, entrando a la habitación donde se encontraba la chica
amarrada a la cama
"¿Qué
quieres?"
Sylvia.
Quiero ir al baño
Nuevamente
haciendo su gesto de disgusto, el guardia no tiene más remedio que ayudar a la
chica, quitándole las cadenas y acompañándola al baño, quedándose él junto a la
puerta cuando la cierra
"No
intentes nada sucio ¿de acuerdo?"
Sylvia.
Claro que no ¿qué puede hacer una indefensa dama?
Dentro
de baño, la chica buscaba algo que pudiera utilizar para atacar a quien la
vigilaba, pero todo lo que había no le servía para nada, ya que él era alto y
robusto, necesita algo realmente afectivo ¿pero qué?
Sylvia.
Las cadenas... pero... ¿cómo le hago? piensa Sylvia
Pensando
detenidamente su plan, la chica se tarda más de lo normal, levantando las
sospechas del hombre que la vigilaba
"Ey,
te estas tardando mucho niña"
Sylvia.
Esto... es que... me da pena
"¿Qué
cosa?"
Sylvia.
Es que bueno, tu sabes, Erick tiene días ausente y...
"No
lo intentes mocosa, no caeré en tu juego, sal ya que no voy hacerte nada"
Sylvia.
No tonto, no esperaba que hiciéramos algo
"¿No?"
Sylvia.
No, yo quería... hacerlo sola, ya sabes
Sonrojándose
levemente, el guardián se queda callado unos momentos
"¿Y
la cuestión es...?
Sylvia.
Que me da pena que oigas ¿te puedes alejar un poco?
Dudándolo
un poco, decide aceptar la petición de mala gana, después de todo él sabía bien
lo angustiante que resultaba estar sin sexo por un tiempo
"Está
bien, pero date prisa"
Sylvia.
No seas exigente
Enseguida
la chica oye los pasos del hombre alejarse de la puerta y espera unos momentos,
poco después comienza a fingir leves jadeos mientras abre con cuidado la puerta
del baño, teniendo al alcance de su vista la espalda del guardián, que daba
pasos de un lado a otro, por lo que veía se notaba que alcanzaba a oírla, ella
aumenta el tono de voz y poco después el hombre se aleja más para no oírla,
ella no sabía que tan lejos estaba pero se tenía que arriesgar, por lo que sale
del baño y se dirige rápido a la habitación, tomando las cadenas que antes le
ataban
Sylvia.
Lo tengo
Sonriendo
feliz, se da media vuelta, borrando por completo su sonrisa cuando ve a su
captor frente a ella con cara de enojado, dejándola paralizada
"Idiota,
quisiste burlar a la persona equivocada"
Acercándose
a ella para atacarla, Sylvia sujeta con fuerza la cadena y en un movimiento
rápido, golpea al hombre en la cabeza con el grillete, abriéndole una herida y
dejándolo inconsciente, respirando dificultosamente, la chica se asegura de
golpearlo otra vez y sin mucho más que hacer, con dificultad acerca el cuerpo
del hombre a la cama y ata la cadena a sus manos con la cama, saliendo a prisa
de ahí, aunque sus pies eran torpes, a su alrededor estaba casi desierto salvo
algunas plantas y animales, estaba en peores situaciones que dentro de la
cabaña y el guardia no duraría mucho inconsciente, lo mejor era esconderse bien
entre las plantas y a la luz del día buscar la manera de llegar al poblado más
cercano...
Aquella
noche al terminar su turno, Wufei sale del Bar portando su inseparable
guitarra, fiel compañera de sus penas, las cuales sentía menos gracias a la
situación que por fin había aceptado, tendría un hijo con Sally, ellos dos eran
ahora lo más importante en su vida, y por ellos había vuelto a tener fe en la
vida, aun cuando la ausencia de Traize seguía doliendo, pero no dejaría que
aquella pena amargara su vida, debía continuar con su camino en busca de la
felicidad, la cual lograría cuando viera nacer a su primogénito con buena
salud, las últimas visitas al ginecólogo habían sido favorables para Sally, que
ya no había tenido más complicaciones, por lo menos no hasta la mañana
siguiente...
Cuando
el ex guitarrista de The Wings despierta como siempre en la misma cama que su
amiga, Sally se encontraba en el baño vomitando, desde la madrugada se había
sentido mal pero no había querido decirle a Wufei para dejarlo descansar, pero
el pelinegro al despertar y oírla, rápidamente se levanta de la cama y se
acerca a la chica, que vomitaba sobre el lavabo
Wufei.
Creí que ya no tenías náuseas
Sin
responder con palabras, la ex tecladista voltea hacia su amigo y le muestra su
mano derecha, el pelinegro abre ampliamente sus ojos cuando ve sangre sobre
ésta, sintiendo un escalofrío que le recorre todo el cuerpo
Sally.
¿Por qué me pasa esto a mí?
Rompiendo
en llanto, la chica se abraza del cuerpo de Wufei y él la sostiene, haciendo un
esfuerzo sobrehumano por resistir y no mostrarse débil
Wufei.
No te angusties, vamos al Hospital
Sally.
No quiero perderlo Wufei, tengo miedo
Wufei.
Estará bien, en un par de meses lo traeremos a casa ¿de acuerdo?
Débilmente
Sally mueve su cabeza para indicar que sí, Wufei se siente más tranquilo de
animarla, ayudándola después a caminar, le ayuda a vestirse y después de
vestirse él, salen del departamento, tomando un taxi para dirigirse al
Hospital. Después que el Doctor revisa a Sally, lleva a ambos de nuevo a su
oficina para explicarles la situación
Sally.
Estará bien ¿verdad?
Doctor.
Creo que debo ser sincero
Sally.
¿Morirá?
Doctor.
No te precipites, no puedo darte esperanzas pero tampoco podemos ser
pesimistas, tu salud no es buena y eso está afectando al bebé
Al
oír aquello, Sally aprieta con fuerza la mano de Wufei, sintiendo él como su amiga
temblaba
Doctor.
Días atrás mejoró la situación, pero ahora no está todo bien
Sally.
¿Qué quiere decir?
Doctor.
Tendremos que internarte, estarás bajo vigilancia, y de ser necesario, te
haremos cesárea
Sally.
Pero aún no...
Doctor.
Ha habido otros casos en que el nacimiento prematuro es la mejor solución, aun
cuando las semanas de gestación son pocas, el producto está casi formado,
tenemos que mantenerla estable hasta que pueda nacer
Sin
sentirse aún segura, Sally se queda casi helada, sin responder, Wufei comprende
y tratando de darle ánimos a su amiga le sonríe
Wufei.
Estamos juntos ¿te acuerdas? los tres regresaremos a casa
Sally.
Si
Tratando
de sonreír aprieta más fuerte la mano de Wufei, el Doctor llama a una de las
enfermeras para que vaya por Sally y le asignen una habitación, cuando ella
llega e intenta llevarse a la chica, la ex tecladista se niega a hacerlo sin su
amigo
Wufei.
Estaré contigo en un momento
Sally.
Pero...
Wufei.
Necesito hablar con el doctor
Sally.
Está bien
Aceptando
por fin, Sally se va de la oficina junto con la enfermera, enseguida Wufei mira
fijamente al Doctor, permaneciendo serio
Wufei.
¿Se salvará?
Doctor.
La situación se complicó bastante, las vitaminas que le receté no le surten
efectos y se ha descalcificado más de lo normal
Wufei.
¿Por qué? no entiendo
Doctor.
Aún no podría decirte con exactitud que le sucede, pero su salud está
decayendo, si las semanas de gestación no se completan al menos hasta que el
bebé pueda nacer, sugeriría un aborto inducido
Completamente
enojado, Wufei se levanta de la silla, golpeando el escritorio con sus puños y
mirando furioso al Doctor
Wufei.
¿Está loco? El embarazo está muy avanzado
Doctor.
Sé que es muy riesgoso, pero entienda, ella no lo soportará, podría morir
Wufei.
¿Y qué hay de mi hijo? no está hablando de cualquier cosa, no le quitaré la
vida
Doctor.
Entiendo pero...
Wufei.
No, usted no entiende
Sin
decir más nada, Wufei se da media vuelta y sale muy molesto de la oficina, al
cerrar la puerta descarga su furia golpeando la pared, recargando su frente
sobre la misma, dando después otro golpe, se sentía nuevamente un impotente,
prácticamente el Doctor le estaba sugiriendo decidir entre la vida de Sally y
la de su hijo, pero no estaba dispuesto a hacer algo así, ambos merecían vivir...
Hundido
en la amargura de siempre, Quatre estaba acostado en su cama, mirando por la
ventana, realmente afuera el Sol estaba reluciente y el panorama era alentador,
pero el matiz de grises en los ojos del rubio no se lo permitían ver, desde que
se había despertado no había hecho más que estar acostado, ni siquiera había
desayunado y estaban por dar las dos de la tarde. Irea, que había salido de
compras, entra a la habitación de su hermano, suspirando hondo con resignación
al ver la escena, decidida se acerca a la cama y se sienta cerca de los pies de
Quatre
Irea.
Hermano ¿te traigo de comer?
Quatre.
No quiero
Irea.
Entonces salgamos de paseo, te hace falta aire, no has salido desde que fuiste
a ver a Duo
Quatre.
No quiero, déjame en paz
La
manera tan cortante de contestar de su hermano, dan a entender a Irea que el
rubio seguía molesto con ella por creerla amante de Trowa, eso la pone molesta
también a ella, que enseguida se levanta de la cama y camina hacia otro ángulo
para tener enfrente a su hermano
Quatre.
Déjame en paz
Irea.
Estoy harta ¿eres tan tonto como para hacerte el digno y a la vez rechazar a
Trowa? déjate de tanta estupidez, te estás haciendo más daño del necesario
Quatre.
¡Cállate y vete a revolcar con ese cerdo!
El
rubio le grita furioso a su hermana, levantándose un poco de la cama. Sus
palabras ponen a la chica aún más furiosa y sin consideración alguna, abofetea
fuertemente a su hermano, dejándole la mejilla roja con la silueta de su mano
teñida de blanco, Quatre abre ampliamente sus ojos y lentamente se lleva una
mano a la mejilla lastimada, nunca antes Irea le había pegado tan fuerte, pero
ella no estaba arrepentida, sus ojos miraban duramente a su hermano, quien
estaba completamente mudo
Irea.
No hablas más que porquerías, con esa alma envenenada no eres capaz de ver la
verdad
Los
ojos de Quatre comienzan a humedecerse pero continúa callado, ahogando sollozos
Irea.
Jamás me metería con el hombre que ama mi hermano, además hay otra persona a la
que amo
Difícilmente
el ex bajista mueve su cabeza y mira a su hermana, cuyos ojos también estaban
húmedos
Irea.
Amo a Catherine ¿te das cuenta? y no haces más que reclamarme una aventura que
no estoy viviendo, Trowa te ama y también está sufriendo, crees que eres el
único, pero él estuvo a punto de morir ¿sabes? y eso le abrió los ojos ¿qué
tiene que pasarte a ti para que los abras? Por qué no quieres ser feliz?
Aún
sin responder, las lágrimas de Quatre se deslizan por sus mejillas, le había
sorprendido la declaración, pero por más que lo pensara, no podía perdonar a
Trowa, tal vez porque incluso no era capaz de perdonarse así mismo. Sin
aguantarse más comienza a llorar, apoyando su frente en la cama y sosteniendo
con fuerza las sábanas en sus manos, su hermana se acerca a él y lo abraza
Irea.
Tómate tu tiempo, y aun cuando no quieras que haya algo entre tú y Trowa, por
lo menos date la oportunidad de perdonarlo, y de perdonarte
Lentamente
Quatre levanta su cabeza y suelta las sábanas, aferrándose después al cuerpo de
su hermana
Quatre.
No sé cómo... lo amo Irea, mucho más que antes... pero viví cosas terribles, y
me convertí en esto... por eso también lo odio... siento que no puedo dejar de
odiarlo y me duele el pecho... porque también siento su dolor
Irea.
Hermano...
La
confesión del rubio sorprende a la chica, que no sabía que consejo darle, no
tenía idea que en su hermano el sentimiento de odio pudiera existir a tal
grado, porque no odiaba a cualquier persona, odiaba a la persona que más amaba
y era incapaz de perdonar, aun cuando estaba consciente del dolor de Trowa, la
herida provocada por él y por sí mismo difícilmente podría cerrar...
En
esos momentos Sally se encontraba dormida, mientras Wufei la contemplaba desde
una silla cerca de la ventana, se veía tan tranquila que él mismo se sentía
así, rogaba porque todo resultara bien y pudieran regresar a casa junto con el
bebé, después se casarían y formarían una familia, la que él antes no había
tenido.
Aunque
había cosas que aún le preocupaban, pues el dinero de las ganancias que había
tenido como miembro de The Wings no le durarían muchos años, y su trabajo
actual no era del todo bien remunerado, su amiga necesitaba estar internada y
él no podía pagarle durante mucho tiempo aquellas atenciones, aunque sabía muy
bien que podía recurrir a cierto desagradable ex baterista, la idea no lo hacía
feliz, pero sabía que era su mejor salida, ya que podía recurrir a Quatre, pues
seguramente él estaba en las mismas situaciones económicas que él, pues el
rubio había renunciado a la fortuna familiar y no trabajaba. Ahora es que se
lamentaba no haber invertido sus ganancias
Wufei.
Por ustedes me rebajaré... al diablo el orgullo
Sonriendo
ante la figura de su amiga durmiendo, Wufei se acerca a ellos y le besa la
frente a su amiga, acariciando a la vez su vientre, cuando se aleja borra su
sonrisa y sale de la habitación, topándose con la enfermera encargada, a quien
le pide le diga a Sally cuando despierte, que ha tenido que irse y no tardará.
Después se va para ir a la que alguna vez fue su casa. Como era de esperarse,
la reacción de Catherine es emotiva y no se mide al darle un fuerte abrazo al
chico
Catherine.
Que felicidad verte Wufei
Wufei.
Gracias, aunque me porté muy mal contigo
Catherine.
No te preocupes, lo importante es que estas aquí
Wufei.
¿Está el idiota de tu hermano?
Catherine.
¿Trowa? sí, ahora le aviso, siéntate
Sintiéndose
extraño por ser visitante en una casa que consideró alguna vez su hogar, Wufei
se sienta en la sala, mientras Catherine se aleja a paso lento apoyándose de la
andadera, sus terapias tenían resultados favorables y seguramente caminaría
bien en menos de un año
Wufei.
Todo sigue igual
Con
nostalgia, el chino mira las partes de la casa que alcanzaba a ver, recordando
momentos que estaban fuertemente arraigados en su memoria, tal vez no eran
grandes anécdotas, pero las recordaba con cariño, aunque acordarse que Heero y
Zechs estaban muertos le producía una gran melancolía, sobre todo por Heero, a
quien lo había considerado un amigo importante, y que decir de Treize, que se
había convertido en su más grande amor, aunque nunca habían tenido intimidad, y
de quien nunca sabría si fue su violador, pero todo estaba atrás, y si se
encontraba en esos momentos de nuevo en esa casa, era porque quería un futuro
al lado de su bebé y Sally
Trowa.
Me alegra verte
Aunque
su voz sonaba igual de seca que siempre, en sus ojos se reflejaba que realmente
le agradaba tener a Wufei ahí, por el contrario el ex guitarrista al oírlo,
voltea a verlo y se levanta del sillón
Wufei.
Perdón, no puedo decir lo mismo
La
mirada del chino realmente demostraba que decía la verdad, pero Trowa lo había
llegado a conocer y sabía que en el fondo, una pequeña parte de él sentía un
gramo de felicidad, no en vano habían sido compañeros por más de un año. El
ojiverde se acerca a él
Trowa.
Tú dirás
Wufei.
Sally está mal, la tengo internada y es posible que mi bebé no nazca
La
noticia toma por sorpresa al ex baterista, que enseguida se muestra preocupado
Trowa.
Lo lamento mucho, yo...
Wufei.
Antes que digas algo, permíteme a mí hacerlo... Ayúdame
Trowa.
Wufei...
Wufei.
Sabía que me ibas a ofrecer ayuda, pero quería pedirla yo, porque realmente no
sé qué hacer
La
desesperación en sus ojos era suficiente para que Trowa se diera cuenta de cómo
se sentía su ex compañero, porque además lo conocía y sabía muy bien que Wufei
tenía un ego casi tan grande como el suyo, y que si estaba ahí pidiéndole
ayuda, era porque sus medios estaban agotados. Y para sorpresa del ex
guitarrista, el ojiverde le coloca una mano sobre el hombro y lo mira con
firmeza
Trowa.
Cuenta conmigo
Aun
cuando no lo podía creer, Wufei sonríe levemente, no sabía que había pasado con
el arrogante de Trowa Barton, a quien había llegado realmente a despreciar,
solo sabía que además del agradecimiento, algún día le pagaría hasta el último
centavo
Wufei.
Gracias Trowa
El
ex baterista baja su mano del hombro de Wufei, mientras a lo lejos, Catherine
había observado la escena y sonríe, tal vez aquel era el inicio de una gran
amistad, o por lo menos es lo que ella esperaba...
Casi
al anochecer, Richard hace una visita a Duo, quien estaba por entrar a las
regaderas junto con su grupo, ya que los bañaban en grupos. A diferencia de
antes, el aire alrededor del ex trenzado no era trémulo, se le veía tranquilo,
casi a punto de sonreír; Duo toma asiento frente a él
Duo.
¿Alguna novedad?
Richard.
Me han aprobado la apelación, en 2 meses estarás libre
Duo.
Que bien ¿y qué pasó con el tipo aquel?
Richard.
Hilde se ha estado viendo con él, y he estado siguiéndolo, pero aún no hay
pistas, esperamos encontrar la conexión con Dorothy
Duo.
Esa maldita merece refundirse en la cárcel
Richard.
Si tan solo tuviéramos más pistas y testigos, si la señorita Noventa estuviera
aquí, la haríamos hablar
Duo.
Pero no está, debemos sujetarnos a lo que se tiene y a lo que podamos conseguir
Richard.
Te garantizo que pagarán el haberte acusado falsamente, también caerá lo demás,
no pueden quedar impunes
La
pasión con que el abogado decía las cosas, deja pensativo a Duo, nunca antes había
conocido a un abogado, por lo que se preguntaba si así eran todos de dedicados
con los casos, Richard se da cuenta que lo observa y lo mira fijamente
Richard.
¿Qué sucede?
Duo.
Te gusta tu trabajo
Richard.
Bueno sí, aunque en ésta ocasión va más allá
Duo.
¿Por qué?
Richard.
Porque realmente me gustas
Aunque
Richard no era un hombre altamente atractivo, poseía una hermosa sonrisa que
Duo no pasa desapercibida, sonrojándose levemente
Duo.
¿No falta eso a la ética profesional?
Richard.
Tal vez... pero sé reconocer las oportunidades que son imperdonables dejar
pasar
El
ex trenzado también sonríe ante el comentario, Richard le agradaba, aunque aún
se preguntaba si había sido buena idea aceptarle una invitación a salir cuando
dejara aquel refugio. Aunque si lo pensaba desde otro punto, podría resultar
buena idea darse una segunda oportunidad...
Comenzaba
a amanecer cuando abría los ojos, se había quedado dormida entre la hierba
después de haberse escapado, lamentablemente le resultaba difícil moverse arrastrándose,
ya que no podía avanzar rápido y caminar. Hasta el momento no oía señal alguna
de su captor, lo cual era ventaja, pero al estar arrastrándose era incapaz de
ver hacia donde iba, recordaba que en los paseos que daba con Erick, podía
divisarse una especie de lago, por desgracia el chico no le permitía ver mucho
Sylvia.
Diablos, no sé qué hacer... y tengo hambre
No
teniendo más remedio, la chica continúa huyendo, si continuaba así, seguramente
llegaría al lago o tal vez a un lugar donde pudiera pedir ayuda, sabía que no
era nadie para exigir, pero rogaba a Dios porque ésta vez las cosas pintaran a
su favor
Un
poco más animado, Quatre había accedido a salir de su habitación, Irea había
preparado la cena. Al terminar, los hermanos permanecen sentados a la mesa, muy
silenciosos, después de la plática anterior no habían tocado el tema
Irea.
¿Y ya pensaste que hacer?
Quatre.
Un poco... quiero hacer un viaje
Irea.
¿Otro? que yo sepa no tienes mucho dinero
Quatre.
Lo sé, por eso quería pedirte prestado
Irea.
Lo siento hermano, tampoco tengo mucho
Quatre.
Qué raro, si siempre te has dado la buena vida
El
rubio sonríe burlón por primera vez en días, Irea hace una mueca de desagrado y
le saca la lengua
Irea.
Sí pero hace meses que no tengo quien pague mis vicios
Quatre.
¿Renunciaste ya a los amantes ricos?
Irea.
Sí, yo solo pienso en ella
Quatre.
Me tomó por sorpresa tu cambio
Irea.
A mí también me sorprendió descubrirlo, jamás pensé en mujeres, pero es algo
que solo me pasó con Catherine
Quatre.
Qué ironía
El
ex bajista sonríe con melancolía desviando su mirada un poco
Irea.
¿Porque amas a Trowa y yo a Catherine?
Quatre.
Sí
Irea.
¿Y entonces que harás?
Quatre.
Me iré unos días a California, necesito otros aíres y que además no me salga
caro el viaje
Irea.
Decidiste pronto ¿ya tienes fecha tentativa?
Quatre.
No, pero quiero esperar unas semanas
Irea.
Haces bien
Quatre.
¿Sabes? siento que haría mal si acepto a Trowa con estos sentimientos
manchados, por eso quiero alejarme y pasar más tiempo solo conmigo, tal vez él
y yo no estamos destinados a estar juntos, aunque nos amemos
Irea.
Pero Quatre...
Quatre.
Nos digas más ¿sí? con el tiempo sabré que decisión tomar
Irea.
Está bien, piensa las cosas
Como
si fuera su madre y no su hermana, la chica le sonríe tiernamente al rubio y le
acaricia una mejilla, confiaba en la cordura que aún le quedaba al ex bajista,
además que ahora se veía más sensato que en otras ocasiones...
Habiendo
pactado las condiciones de la ayuda que Trowa le daría a Wufei, el chino
regresa al departamento de su amiga por un par de cosas, el ojiverde le había
puesto como única condición que se mudara nuevamente a su casa y que al nacer
su bebé, Sally y él vivieran ahí un tiempo, Wufei había aceptado y por eso
estaba en ese lugar; recoge un par de cosas y regresa a su antiguo hogar, ahí
Catherine le esperaba, sobre la ropa tenía puesto un abrigo
Wufei.
¿A dónde vas?
Catherine.
¿Cómo a dónde bobo? vamos a ver a Sally
Wufei.
¿Qué dices?
Trowa.
Sí, yo los llevo
Confundido,
el guitarrista mira a ambos chicos y suspira resignado, aunque sabía que a
Sally le haría bien ver a su amiga. Más que dispuesta, Catherine es la primera
en salir de la casa y subirse al auto sin ayuda
Wufei.
Veo que mejoras
Catherine.
Sí, le daré la sorpresa a mi amiga
Después
del corto recorrido, llegan al hospital donde estaba internada Sally, aunque
era de noche les permiten la visita, la tecladista se encontraba despierta y al
ver a su amiga caminar en andadera sin ayuda la deja sin habla unos momentos,
Catherine se acerca a ella y le toma una mano
Catherine.
¿Cómo estás?
Sally.
Me siento bien... me sorprendiste, es increíble
Catherine.
Sí, pronto caminaré como antes
Sally.
Eso espero
Catherine.
Así que serás mamá
Sonriendo
ampliamente, Sally se lleva ambas manos al vientre
Sally.
Sí, tendré al hijo del hombre que amo
Con
gran orgullo, Sally mira a Wufei y le sonríe, él en cambio solo se sonroja,
Trowa también sonríe levemente y después se acerca a Sally, ella lo mira seria
unos instantes, aún recordaba la vez que él y Wufei se habían peleado
Trowa.
Tú y Wufei tienen todo nuestro apoyo
Sorprendida
por las palabras, Sally abre los ojos ampliamente, incluso la voz del ojiverde
sonaba distinta, parecía tener frente a ella a alguien completamente distinto
Sally.
Gracias
Catherine.
Ya quiero que nazca Wufei Jr.
Sonrojado
aún más, el chino se cruza de brazos, volteando a otro lado su mirada
Sally.
Sí, yo también quiero tenerlo en mis brazos... ¿Y saben algo de Noin?
Catherine.
¡Cierto! ella tendrá al hijo de Zechs
Sally.
Y creo que no falta mucho para que nazca, Hilde es quien sabe más
Al
oír aquel nombre, Trowa se pone completamente serio y toca el hombro de Wufei,
él voltea y observa que el ojiverde le hace una mueca, enseguida entiende y
ambos salen de la habitación, dejando a las chicas conversando
Wufei.
¿Qué sucede?
Trowa.
Hay cosas que debes saber
Sin
entender de qué habla, el chino enarca una ceja antes de escuchar atento lo que
Trowa tiene que contarle, a medida que oía sus palabras se mostraba cada vez
más furioso, no podía creer que había mucha posibilidad de que Dorothy fuera
quien había cometido tantos actos malvados contra ellos, se sentía molesto
Wufei.
Esa vieja es un monstruo
Trowa.
Hablé con Richard ayer, dijo que Duo saldrá en 2 meses gracias al fallo a favor
de la apelación, pero si encontramos pruebas para inculpar al tal Erick,
entonces saldrá enseguida
Wufei.
Me alegro por él
Trowa.
Wufei... hay posibilidad de que lo sucedido con el accidente, haya sido también
su culpa
Los
ojos del ex guitarrista se llenan de furia al oír la última parte y con fuerza
aprieta uno de sus puños, si lo que decía Trowa era verdad, entonces la bajista
de Dark Sound había sido la culpable de la muerte de Treize, Heero y Zechs, no
podía concebir tanto coraje
Wufei.
Esa perra... ella...
Trowa.
Es solo suposición pero...
Wufei.
Te juro que la mato... si ella... la mato
Completamente
sorprendido, Trowa mira el odio reflejado en el rostro de su ex compañero, y
aunque eran simples palabras, podía notar que Wufei era muy capaz de
cumplirlas...
Como
solía pasar, Dorothy sale de la cama de Relena dejándola durmiendo, se acerca a
su ropa y comienza a vestirse, tenía muchos asuntos que atender, entre ellos
hacerle una visita a su abuelo, a quien no veía desde hace unos días, realmente
estaba molesta con él porque estaba demasiado tranquila ante la situación, a
ella en cambio le inquietaba la reciente actitud de Hilde, estaba completamente
segura de que ella sabía más de lo que aparentaba y además que tenía algo que
ver con el hecho de que el señor Noventa ya no se apareciera por ahí. Al
terminar de vestirse, se acerca a la vocalista y le besa los labios, sonriendo
perversamente
Dorothy.
Por fin que te tengo, no voy a dejarte ir, nadie nos separará, así tenga que
matar a uno por uno, hasta terminar con todos
Sus
ojos eran incapaces de mostrar cordura, su amor por Relena se había convertido
en una retorcida obsesión, y no le importaba a quien se llevara con ella al
infierno, con tal de tenerla a su lado... Del camino de su casa a la de su
abuelo, Dorothy llama por teléfono a Erick, quien aún no sabía del escape de Sylvia,
ya que el guardia no había avisado aún a nadie, pues estaba seguro que de
hacerlo, seria hombre muerto si la chica no aparecía. El cómplice de la bajista
contesta enseguida el teléfono, decepcionándose al saber que era la rubia
Dorothy.
¿Qué has hecho?
Erick.
¿De qué?
Dorothy.
¿Cómo de qué idiota? con Hilde ¿ya averiguaste que tanto sabe?
Erick.
No, nos hemos visto poco y siempre trata de eludirme, es seguro que sabe algo
Dorothy.
¡Claro que sabe algo idiota! por eso la tenemos en la mira, eres un inepto
Erick.
Mide tus palabras Dorothy, no soy un empleaducho, puedo perjudicarte si quiero
Ante
la tonta amenaza, la chica ríe cínicamente, haciendo que el chico se enoje aún
más
Dorothy.
No mi vida, tú no harás nada mientras Sylvita esté bajó mi observación
Por
la respuesta de la rubia, Erick se queda completamente helado, él podía ser
bajo y ruin, pero realmente amaba a la ex reportera, y por ella era capaz de
soportar los desplantes de Dorothy
Erick.
Está bien, no nos confrontemos, ahora más que antes debemos unir fuerzas
Dorothy.
Qué bueno que lo entiendas cariño, así que ponte listo y sácale a Hilde todo lo
que sabe, después veremos qué hacer con ella
Erick.
Está bien, adiós
Dorothy.
Adiós cariño
Completamente
furioso, Erick avienta su teléfono contra la pared de su habitación, detestaba
a Dorothy, aunque gracias a ella había obtenido grandes cosas, entre ellas
dinero, aunque la rubia realmente lo fastidiaba.. La bajista de Dark Sound
cuelga tranquila su teléfono celular y continúa conduciendo rumbo a casa de su
abuelo. Al llegar, el abuelo la recibe con una gran sonrisa esperando un
abrazo, pero en cambio, Dorothy se acerca amenazante hacia él
Dorothy.
¿Se puede saber por qué demonios no haces nada?
Dermail.
Tranquila muñeca ¿Por qué tan enojada?
Dorothy.
Estoy furiosa contigo, me tienes abandonada
Dermail.
Cálmate princesita
Dorothy.
¡Que calmarme ni que nada! eres un inútil
La
sonrisa idiota que antes mostraba, se borra ante el insulto, saltando a la
vista unos ojos llenos de dureza, su nieta siempre había sido caprichosa y él
le cumplía siempre sus caprichos, pero no soportaba que la chica fuera
malagradecida con él
Dermail.
Mide tus modales y respétame
Dorothy.
Te he contado que el idiota de Noventa apareció buscando a su hijita y no has
hecho nada
Dermail.
Te he dicho que lo tomes con calma
Dorothy.
¡No puedo! no puedo
Histérica
como nunca, la chica se acerca a la cama donde su abuelo estaba acostado y se
tira de rodillas junto a ella, mirándolo fijamente a los ojos y sujetando con
fuerza las sábanas
Dorothy.
¿Que no entiendes que nos van a separar?
Dermail.
¿A quiénes?
Dorothy.
A Relena y a mí... y yo me muero sin ella
Dermail.
Pero...
Dorothy.
¡Por favor ayúdame!
Mirando
preocupado a su nieta, Dermail le coloca una mano sobre la cabeza y le acaricia
los cabellos, sonriéndole
Dermail.
Mate a algunos de esos musiquitos ¿qué más quieres?
Dorothy.
Desaparecer a Marshall Noventa
Dermail.
¿No crees que levante sospechas? la hija desaparece y él también, querrán
investigar
Dorothy.
Tu no... ¡No sirves para nada!
Furiosa
por completo, Dorothy se levanta del suelo y mira duramente a su abuelo
Dorothy.
Haré todo yo sola... pero si caigo ¡te hundes conmigo viejo decrépito!
Decidida
a ya no pedir nunca más la ayuda de su abuelo y también a no brindarle la suya,
Dorothy sale del lugar completamente enojada, mientras que Dermail se queda
sorprendido, sin duda la chica había perdido la cordura, después suspira
Dermail.
Creo que la consentí demasiado
La
bajista regresa a su casa echando chispas de coraje, ya no tendría ninguna
consideración hacia su abuelo y utilizaría sus propios medios para llevar a
cabo sus planes.. Su coraje se reduce un poco cuando al llegar a la sala
encuentra un recado, el cual era de Hilde donde le informaba que saldría con
Erick, lo cual la pone un poco contenta, deseaba que su inútil cómplice le
sacara algo a la chica...
Después
de una larga charla insignificante, Erick saca sutilmente a la luz el tema de
Sylvia, lo cual pone a Hilde un poco nerviosa, a pesar de que Mark estaba fuera
del Bar donde se había visto con Erick, esperando a que ambos salieran de ahí,
ya que Richard le había pedido que no se separara de Erick y que además
protegiera a la guitarrista
Hilde.
¿Y yo que podría saber?
Erick.
Nada en especial, pero Dorothy me contó que estuvo en su casa el padre ¿no es
así? y como sabrás, Sylvia fue mi pareja durante algún tiempo, me preocupa que
haya desaparecido
Hilde.
Entiendo
Erick.
¿Entonces?
Hilde.
No hablamos de mucho, solo me dijo que la habían despedido de una revista y que
tiempo después desapareció, él tiene muy pocas pistas, casi nada, es por eso
que fue a la casa, pero realmente yo no sé nada
Erick.
Ya veo, entonces...
Antes
de poder concluir, el teléfono celular de Erick suena y enseguida lo saca de la
bolsa del pantalón donde lo tenía y contesta, pero al oír la voz de Dorothy,
rápidamente se pone de pie y se aleja de la mesa, eso pone aún más nerviosa a
Hilde, era obvio que el chico quería sacarle información... Minutos después
Erick regresa y se sienta a la mesa, agarrando por encima de ésta, la mano de
la chica
Erick.
Te extrañaba
Hilde.
Yo también
Sonriendo
hipócritamente, Hilde intenta separar su mano, pero Erick la sujeta más fuerte
Erick.
También te deseo
Hilde.
¿En serio?
Erick.
¿Recuerdas lo bien que la pasábamos?
Hilde.
Claro
Sin
dejar de verla a los ojos, Erick comienza a acariciarle la mano con sus dedos
Erick.
Nunca conocí a una mujer que me hiciera sentir tanto en la cama
Hilde.
También eres buen amante, ¿pero sabes? últimamente...
Erick.
¿Por qué estás tan distinta conmigo?
Hilde.
No, yo...
Erick.
Me haces creer que algo ocultas
La
chica abre los ojos con más amplitud, poniéndose de nuevo nerviosa, en cambio,
Erick se estaba arriesgando a usar aquella estrategia, para que Hilde sintiera
la presión y accediera a irse con él a otro lugar, creyendo que con eso lo
convencería de que sus intenciones no eran sacarle secretos
Hilde.
Es que...
Erick.
Comprendo, ya no es igual
Siguiendo
en su actitud digna, Erick deja las manos de Hilde y finge que intentará
ponerse de pie, y como lo espera, la chica lo detiene antes de que lo haga
Hilde.
No digas eso, yo... aún te quiero
Erick.
¿Y por qué estás tan fría conmigo?
Hilde.
No es cierto
Mostrándose
cariñosa, lo toma ella de las manos y le sonríe
Hilde.
Vamos a otro lugar
Mirándolo
pícaramente le hace entender lo que deseaba y entonces él sonríe victorioso, se
ponen de pie para salir, Erick mientras se acerca a la caja para pagar,
mientras que nerviosa, Hilde lo espera en la puerta mordiéndose las uñas, no
quería arriesgarse más de lo necesario, más aún porque ni Sylvia ni Duo eran
sus amigos, tampoco Marshall, pero estaba a favor de que las personas debían
tener un castigo cuando hacían algo como lo que Dorothy y su abuelo habían
hecho, es solo por eso que se estaba arriesgando a esos límites. Erick se
acerca a ella y la sujeta sutilmente del brazo y se dirigen a su auto. Mark por
su parte no perdía detalle y cuando el auto de Erick arranca los sigue...
Esa
noche después de haber cenado y charlado con su hermano, Irea sale del
departamento para tomar aire fresco, no era alguien que gustara del encierro,
además entendía que Quatre necesitaba un tiempo a solas. El rubio había
regresado a su habitación, tumbándose en la cama mientras abrazaba una
almohada, su cabeza era un nido y no tenía sueño, así que era buena oportunidad
para pensar un poquito. Una sonrisa tierna surca sus labios cuando recuerda las
palabras de Trowa hace apenas unos días, el ojiverde le había dicho que lo
amaba
"Te
amo Quatre"
Es
lo que había oído de sus propios labios, de la hermosa voz que lo había
cautivado, y esos ojos verdes color esmeralda que tanto adoraba lo había visto
fijamente a los ojos. Después de más de un año y de haber vivido una tormentosa
pasión, Trowa le amaba sinceramente, como él lo había deseado desde que
descubrió sus sentimientos, pero era inevitable, sentía rencor hacia él
"Sé
que te hice mucho daño, por eso he venido aquí, a pedirte perdón, y a decirte
que te amo, que si me lo permites, quiero estar siempre contigo"
Quatre.
Mi Trowa... ¿por qué te enamoraste demasiado tarde?... ahora que no sé si pueda
perdonarte
Lo
hermoso de aquellas palabras se borra cuando recuerda los malos momentos. La
primera vez que habían tenido sexo, Trowa lo había humillado y él mismo se
había permitido humillarse, después lo había convertido en su puta, haciéndole
saber que solo quería de él sexo, ofreciéndole incluso dinero por sus
servicios, después había conocido a Joe y la situación se había tensado, la
actitud posesiva del ojiverde había salido a flote y él se había aprovechado de
eso para echarle en cara su nueva aventura, llamándole incluso mientras lo hacía
con dos, la situación se había vuelto negra y ambos buscaban la peor forma de
hacerse daño, hasta que el punto de rompimiento se atravesó y él decidió
marcharse, huir de aquel círculo vicioso.
Creyendo
que todo había acabado ahí fue su peor error, porque su ausencia sin que él lo
supiera, había ayudado a Trowa a abrir los ojos y reconocer que se había
enamorado; a la vez él se había dado cuenta que Joe no era la mejor persona
para tener al lado y aunque el ex baterista había ido hasta París por él y le
había confesado sus sentimientos, era incapaz de sentirse pleno y feliz
Quatre.
¿Qué debo hacer?... sé que lo amo, sé que me ama... ¿por qué me cuesta tanto?
Estaba
cansado de llorar, de mostrarse como niño tonto cada vez que pensaba en Trowa,
pero no lo podía evitar, el ojiverde le había hecho mucho daño, y lo había
hecho sentirse bien al saber que lo amaba ¿acaso era más el odio que el amor?
ambos sentimientos eran complicados y confusos ¿por qué no podía sentirse en
paz?... de momento no tenía mejor opción que abrazarse con fuerza a la almohada
y llorar hasta secarse, sentir dolor hasta ahogarse, y después pensar en una
respuesta definitiva, sin dar paso al arrepentimiento...
A
pesar del repudio por la situación, Hilde no podía hacer más que fingir que disfrutaba
el momento, siendo tomada por Erick, procurando hundir las uñas en su espalda,
apretando los ojos con fuerza, no pensar que era aquel tipo quien estaba dentro
de ella... pero para su fortuna, ésta vez Erick había ido directamente al
grano, evitándose tantos besos y caricias que para ella eran innecesarias, y
había terminado por fin, postrándose al otro lado de la cama. Enseguida la
guitarrista se cubre con la sábana y se gira hacia él
Hilde.
¿Qué pasa?
Erick.
¿Con qué?
Hilde.
Es que de pronto te pusiste serio
Erick.
Solo pensaba en cómo hacer algo
Hilde.
¿Cómo hacer algo?
Volteando
hacia la chica, Erick le sonríe siniestramente y cierra los ojos
Erick.
Eres una buena chica... pero muy metiche
Enseguida
que oye aquellas palabras, Hilde abre los ojos ampliamente y sujetando con
fuerza la sábana sobre su pecho, se aleja un poco de él, Erick la mira de nuevo
y sonríe otra vez, sentándose en la cama
Erick.
¿Qué sucede? te pusiste pálida
Hilde.
No, es que...
El
teléfono celular de Erick suena y entonces él se pone de pie y camina hacia el
pantalón que estaba en el suelo, lo saca de la bolsa y contesta
Erick.
Hola... si, así es... se portó bien
Comenzando
a preocuparse, Hilde se pone de pie rápidamente y agarra su ropa, vistiéndose
rápido
Erick.
Habitación 39... te espero
Colgando
enseguida, el chico avienta el celular a la cama y se acerca a la guitarrista,
que apenas se había colocado la ropa interior
Hilde.
¿Qué vas...?
Sin
dejarla concluir su pregunta, Erick abofetea con fuerza a la chica, sujetándola
después de los cabellos, obligándola a verlo a los ojos
Erick.
Te quieres pasar de lista ¿eh?
Hilde.
¿Qué pasa? Por qué?
Erick.
¡No te hagas la tonta!
Enojado
aprieta más los cabellos de Hilde haciéndola gritar, y después la avienta con
fuerza al suelo
Erick.
Estas jugando en terreno peligroso
Asustada,
la guitarrista se pone una mano en la mejilla y mira al chico, que se aleja de
ella para acercarse a su ropa y colocársela
Hilde.
Eres un desgraciado ¡eres su cómplice!
Erick.
¿De quién?
Hilde.
De Dorothy, son despreciables ¿qué hiciste con Sylvia? y ¿por qué mataron a
Chris? Por qué tanto odio a The Wings? ¡contesta!
Erick.
Vaya, entonces era verdad, sabes mucho
Hilde.
No podrán salir bien librados ¡se hundirán en la cárcel!
Erick.
¡Ya cállate estúpida!
Obedeciendo,
Hilde se queda callada unos momentos, sin dejar de mirar con odio a Erick.
Segundos después llaman a la puerta y Erick sonríe, acercándose a abrir, se
trataba de Dorothy y uno de sus hombres, quien anteriormente había violado a
Chris antes de que fuera asesinada por Dorothy, el hombre arrastraba una
maleta. Hilde mira a su compañera y frunce duramente el entrecejo
Hilde.
Eres una perra
Dorothy.
Gracias hermosa
Los
recién llegados entran completamente a la habitación, pero antes de que cierre
el hombre la puerta, Hilde se pone rápido de pie y corre hacia ella sin
importarle que estuviera en ropa interior
Hilde.
¡Ayudaaa!
Enojado
por el acto de la chica, Erick se acerca a ella y le sujeta con fuerza los
cabellos, jalándola violentamente hacia atrás, haciéndola caer sentada al suelo
y comenzando a arrastrarla a pesar de sus pataleos y de que las uñas de la
chica estaban fieramente agarradas de sus muñecas. El hombre que acompañaba a
Dorothy cierra enseguida la puerta
Dorothy.
Eres una escandalosa... solo queremos charlar tranquilamente, pero aquí no, por
eso te vamos a meter en ésta maleta
Hilde.
Eres una enferma
Dorothy.
Lo sé
Sonriendo
cínicamente, la rubia quita a su empleado la maleta y la abre, Hilde pone cara
de horror y para su desgracia, ve que el hombre que acompañaba a Dorothy se
acerca a ella y con ayuda de Erick la sujetan, intenta gritar otra vez pero el
hombre la abofetea y a pesar de sus esfuerzos por impedirlo, logran meterla a
la maleta y cerrarla
Dorothy.
Vámonos ya
Erick.
Me verán salir solo
Dorothy.
No te preocupes, si te preguntan algo diles que era una prostituta y que la
dejaste en la habitación
Erick.
Si, tienes razón
Dorothy.
Sal como si nada ¿de acuerdo? luego te aviso donde la metemos
Erick.
Está bien
Con
el cinismo de siempre, Dorothy sonríe y ordena con un guiño a su empleado que
arrastre la maleta con Hilde dentro y salen de la habitación, después sale
Erick tranquilamente del Motel, donde a lo lejos lo ve Mark, extrañándose de
que solamente era él, enseguida llama por teléfono a Richard y le avisa. Por su
parte, Dorothy había llegado en auto al lugar, por lo que sube en él desde el
estacionamiento del Motel, así que no es vista por Mark
Mark.
Demonios ¿la habrá dejado adentro?
Tranquilamente
Erick sube a su auto y se marcha enseguida, Mark enciende también su auto y
como siempre, lo sigue hasta su departamento, de donde Erick no sale el resto
de la noche...
Durante
toda la noche, Wufei no había dejado de pensar en lo que Trowa le había contado,
y le parecía tan detestable creer que era cierto, porque de ser así, entonces
Dorothy era una completa enferma, pues no le había bastado con tenderle una
trampa a Duo o hacer pública su desgracia, se había dado a la tarea de quitar
del camino a Chris, Heero, Zechs y su querido Treize, la chica era una
lunática, no encontraba descripción mejor... Era de madrugada y permanecía al
lado de Sally, velando su sueño, no había podido dormir por estar pensando en
lo que se había enterado, además de que ahora su amiga necesitaba de más
cuidados
Wufei.
Por culpa de esa maldita jamás sabré si fue Treize quien me violó, nunca lo
sabré
El
estado de ánimo del guitarrista estaba por los suelos, sus deseos de venganza
no solo se habían reducido, sino que se daba cuenta de que todo había sido en
vano, porque el haberse enamorado de aquel hombre no parecía tener ya ningún
significado, no podía odiarlo, pero tampoco amarlo, porque ya no estaba ahí, no
quedaba de él más que su recuerdo, las memorias de los pocos besos que se
habían dado, nunca había sentido el calor de su cuerpo, jamás se había
entregado a él, por eso no quedaba de él más que los recuerdos, solamente ello,
y eso lo hacía sentir un completo idiota...
Estaba
junto a la cama, sentado en una incómoda silla, contemplando a su amiga,
permitiéndose unas cuantas caricias en su rostro. No podía decir que se estaba
enamorando de ella, pero era inevitable encontrarla más hermosa, porque iba a
tener a su hijo, a su nueva razón para seguir viviendo
Wufei.
Por la memoria de Treize, y por ustedes, Dorothy pagará todas
El
odio que sentía por Dorothy había logrado superar el odio incontenible que
alguna vez sintió por su violador, ahora ya no importaba tanto, aún le
interesaba saber quién era, pero ahora lo que más le interesaba era que la
rubia pagara por todo lo que había hecho... Sin darse cuenta se había quedado
dormido, sentado en la incómoda silla, volteando hacia Sally, que lo miraba
fijamente, no llevaba mucho mirándolo, Wufei abre sus ojos al despertar y lo
primero que ve es a su amiga, a quien le responde la sonrisa
Sally.
¿Cómo dormiste?
Wufei.
Terrible ¿y tú?
Sally.
Bien, me siento mejor
Wufei.
Me alegro
Nuevamente
le sonríe y poco después entra la enfermera trayendo consigo el desayuno
Enfermera.
Buenos días ¿cómo estás?
Sally.
Muy bien
Enfermera.
Hoy tienen visitas temprano
Wufei.
¿Quién?
Enfermera.
Unos amigos ¿los hago pasar?
Sally.
Claro
La
enfermera se acerca con el desayuno y lo coloca en la bandeja con ruedas,
después sale para pasar a los visitantes, se trataba de Quatre e Irea, la
hermana de Trowa le había avisado a la rubia y entonces habían decidido ir a
visitarlos, al verlos pasar Wufei se pone de pie mirando al rubio mientras que
Sally se pone un poco seria, sabía muy bien que el rubio no le era indiferente
a Wufei y no podía evitar sentirse celosa
Quatre.
Hola
La
enfermera sale de la habitación dejándolos solos, los hermanos se acercan a
donde está la cama
Sally.
Hola, gracias por venir
Irea.
Hola ¿te acuerdas de mí?
Sally.
Sí, nos conocimos el día que visitaste a Trowa en el hospital ¿cómo está
Catherine?
Irea.
Muy bien
Quatre.
¿Cómo te sientes?
Sally.
Bien Quatre, gracias
El
ambiente en la habitación estaba un poco tenso, pero los cuatro se mostraban
normales, solo a Wufei le costaba más trabajo, no podía evitar dejar de mirar a
Quatre, pues aunque no estaba enamorado de él, debía admitir que tenerlo ahí
sin poderlo tratar como siempre le desesperaba, sobre todo recordando la noche
que se habían reencontrado y se había aguantado las ganas de darle un beso,
había prometido a Sally hacerla su esposa
Irea.
Me contaron que está complicado tu embarazo
Sally.
Sí pero todo saldrá bien, y Wufei y yo nos casaremos, los tres estaremos juntos
La
sonrisa en el rostro de Sally iba más allá de la felicidad y el orgullo,
denotaba victoria, y es que estar al lado de Wufei había sido uno de sus más
grandes anhelos, sin embargo Quatre muestra una sonrisa triste, Wufei por su
parte continúa serio mientras se sonroja
Irea.
Eso suena bien, felicidades
Teniendo
los mismos dones que su hermano, Irea siente un poco oscuro el aire en la
habitación y decide cambiar pronto de tema, pero para su desgracia y la de los
presentes, la puerta de la habitación nuevamente se abre, entrando por ella no
solamente la enfermera, sino otros dos visitantes, Trowa y Catherine, que
habían decidido visitar a Sally. Los ojos del ojiverde se posan rápidamente en
los de Quatre, pero pronto el rubio voltea hacia otra parte, Wufei se da cuenta
de la acción de los dos y aprieta un poco los labios, a su vez Sally ve la
reacción de su amigo y agacha un poco la mirada
Sally.
Gracias por venir
Catherine.
¿Cómo estás?
Como
se lo permiten sus piernas, Catherine se acerca rápido hacia la cama y abraza a
su amiga, y aunque Irea sabía que Sally amaba a Wufei, también sabía que a la
pelirroja le gustaba mucho la ex Dark Sound, el ambiente no podía sentirse
peor, los seis presentes tenían una razón para sentirse incómodos
Sally.
Muy bien, gracias
Catherine.
Me alegro mucho amiga
Por
varios momentos, los seis se quedan completamente callados, evitando miradas
inoportunas. Pero sabiendo Trowa que no hace falta realmente ahí, decide irse,
pero antes se acerca a Sally
Trowa.
Quisimos ver como estabas, pero yo debo irme ¿no importa que deje a Cathe aquí?
Sally.
No importa
La
ex tecladista sonríe mirando a Catherine y ella le sonríe, después mira al
ojiverde
Sally.
Vete tranquilo
Trowa.
Está bien, con permiso
Sin
decir nada más, Trowa se da media vuelta y pasa de lado a Quatre, quien siente
un escalofrío pero no dice nada, después pasa por un lado de Wufei mirándolo de
reojo
Trowa.
Llámame si necesitas algo
Wufei.
Sí, gracias
Y
de nuevo sin decir más, sale de la habitación, Quatre agacha su mirada y
aprieta sus puños, la noche anterior la había pasado en vela dándole vueltas al
tema una y otra vez, y había llegado a una conclusión, la cual le aterraba,
pero sabía que era la correcta
Quatre.
Ahorita vengo
Armándose
de valor, deja de apretar sus puños y les da a todos la espalda para salir de
la habitación, sin acordarse siquiera de cerrar la puerta, Catherine e Irea
voltean a verse y se sonríen, Sally se queda un poco confundida, pero Wufei
había entendido a la perfección, volteando después hacia Catherine
Wufei.
Trowa no es el mismo
Catherine.
Así es, cambió mucho
Wufei.
Lo ama ¿cierto? ahora ellos se aman
Irea.
Sí, ya no es solo Quatre
Las
hermanas de los aludidos estaban contentas, Wufei en cierto modo también lo
estaba pero no igual que ellas, pues se daba cuenta en la mirada del rubio, que
aún había muchas heridas que no podían sanar, Sally se da cuenta y se
entristece, Wufei quería mucho a Quatre, y eso la ponía celosa...
Quatre.
Trowa espera...
El
rubio le da alcance a Trowa cuando se encontraba saliendo del Hospital privado
donde estaba Sally, el ojiverde voltea enseguida sorprendido, mirando al rubio,
se sentía feliz de que le hablara, de que lo hubiera detenido
Trowa.
Quatre...
Quatre.
Yo... ¿tomamos un café? quiero hablar contigo
Trowa.
Claro
El
ex bajista se acerca más al ex baterista y uno al lado del otro caminan hacia
un café que estaba por ahí, toman asiento en la primera mesa que ven
desocupada, el mesero no tarda en atenderlos ya que era temprano y no había
muchos clientes. Después que les trae sus encargos, se quedan callados unos
minutos
Trowa.
No tengo mucho tiempo, voy a ver a Richard
Quatre.
Sí... bueno
Bajo
la mesa Quatre apretaba sus manos una con la otra, con la mirada agachada,
Trowa lo miraba detenidamente, pareciéndole tierno verlo así, pero se mantenía
firme, mirándolo serio
Trowa.
¿Quatre?
Quatre.
Lo siento, es que, no sé cómo decírtelo
Trowa.
Como sea, hazlo
Quatre.
Trowa yo... le he dado muchas vueltas, he llorado bastante y he pensado una y
otra vez... no sabes lo bien que sentí oír que me amabas, y para serte sincero,
jamás creí que algo así pasaría... pero...
La
pausa que el rubio hace deja congelado a Trowa, más aún al ver ese triste
rostro, además de ese Pero que no le había gustado en lo más mínimo, pero
estaba preparado para lo peor
Quatre.
No puedo olvidarlo...
Como
lo esperaba, su corazón entero se siente destrozado, Quatre prácticamente
estaba temblando, y aunque su voz se cortaba, su mirada era firme, y estaba
sobre la suya de forma intensa
Quatre.
Sé que estas arrepentido, sé que me amas, y aunque no quiera aceptarlo, sé que
te amo... pero me hiciste daño, mucho daño y no puedo superarlo... Trowa yo,
realmente te detesto, me mostraste tu peor lado, no conozco otro y...
Trowa.
Conoce éste... déjame mostrarte lo demás de mí... Quatre no me rechaces...
Quatre.
Trowa...
Los
ojos del rubio comenzaban a humedecerse y aunque los de Trowa no, su mirada se
mostraba desesperada
Quatre.
No puedo aceptarte, ni siquiera sé si puedo ser tu amigo... entiéndeme
Trowa.
Piénsalo bien
Quatre.
Ya pensé lo suficiente... Y aunque no lo creas, te agradezco... por traerme a
New York, por pedirme perdón y por amarme... pero también, te agradecería que
ya no me busques más, que te olvides de mí, así como me olvidaré de ti...
Aunque
le diera mil razones, en la cabeza de Trowa no cabía el entendimiento para
aceptar aquellas palabras, no quería aceptar que las cosas terminaran así y de
esa manera, no lo podía permitir, aunque estaba preparado para ello, aunque
estaba preparado para dejar a Quatre ser libre, ahora que lo vivía no podía
hacerlo, no quería perder al amor de su vida
Trowa.
No lo acepto
Quatre.
Trowa pero...
Trowa.
¿Recuerdas cuando dijiste que yo no podría tener sexo con ningún hombre que no
fuera tú?
Quatre.
Sí
Trowa.
Pues te equivocaste... yo puedo tener sexo con cualquiera... pero yo contigo
hice el amor, y eso, no puedo hacerlo con cualquiera, solo contigo
El
rostro de Quatre se torna completamente rojo, no sabía que decir, por lo que se
queda callado durante algunos segundos
Quatre.
Sabiendo eso no me hace cambiar de decisión. Espero que aceptes mi respuesta...
Sin
beber de lo que había pedido, Quatre se levanta de la silla y sale del café,
dejando helado a Trowa, estaba confundido, no sabía cómo reaccionar, si iba
tras él tal vez se podía alterar, pero si se quedaba sin hacer nada podía
perder al amor de su vida. Pero en esas circunstancias tal vez lo mejor era
dejarlo ir, tal vez después cambiaría de opinión... Quatre por su parte corría
secándose las lágrimas, no iba al hospital de regreso, solo corría sin rumbo
Quatre.
Es lo mejor... para que seas feliz
Sabiendo
que sus sentimientos de odio tarde o temprano provocarían sufrimiento en Trowa,
había decidido dejarlo, aun cuando el amor de los dos podía ser más fuerte que
cualquier cosa, pero estaba cansado de esa situación, por eso había decidido
que separados era mejor que juntos, se harían menos daño...
Para
su fortuna, la madrugada del día siguiente de haber logrado su libertad, Sylvia
encuentra una balsa, aunque no era lo que esperaba, ya que estaba rota, casi a
punto de destruirse, pero seguía siendo la mejor opción, le había costado
bastante trabajo localizarla para poder huir. Para su suerte, su antiguo captor
había buscado en dirección opuesta y aún no avisaba ni a Dorothy ni a Erick,
por lo que tenía la ventaja, solo esperaba que aquel lago la llevara a un lugar
donde pudiera pedir ayuda. Y mientras la balsa se movía sigilosa por la calmada
agua, la chica recordaba aquel día en que había sido encerrada en la cabaña
Recuerdo
Con
los ojos vendados y al cuidado cien por ciento de Erick, la chica había sido
llevada a un lugar seguramente apartado, la temperatura era muy diferente a la
de la ciudad y el aire era frío. Debido al acuerdo que había tenido con
Dermail, ella le iba a servir fielmente por siempre, eso si quería que su padre
viviera sano y salvo de los peligros a los que Dorothy y el mismo Dermail lo
podían someter
Erick.
Hemos llegado mi amor
Con
gran cinismo, el chico besa los labios de la chica y le quita la venda que
había llevado puesta desde hace varias horas. Cuando Sylvia se acostumbra a la
luz observa que se encontraba en una modesta cabaña, cuyo olor no era muy
agradable, suponiendo que tal vez sea por el abandono. La chica se queda
completamente callado, mirando el lugar y no atreviéndose a preguntar dónde
estaba
Erick.
¿Te gusta amor?
Sylvia.
Sí
Erick.
No te ves contenta
Con
gesto de molesto, la sujeta con fuerza del brazo y la atrae hacia él, robándole
un beso que a ella le parece asqueroso, pero no se queja
Sylvia.
Erick yo... no quiero ser tu prisionera
Erick.
¡Eres una malagradecida!
Más
molesto que antes, Erick le da una bofetada a la chica que le voltea la cara y
la tira al suelo, Sylvia se queda quieta con la cabeza agachada, poco después
él se agacha frente a ella y le levanta el rostro, ella lo mira fijamente
Erick.
Perdóname linda, pero me haces enojar
Sylvia.
Lo siento
Erick.
No te preocupes
Sonriéndole
retorcidamente, la ayuda a ponerse de pie y le da un beso en los labios, el
cual ella le corresponde, pero sin cerrar sus ojos lo mira fijamente, con asco,
odiaba esa situación, pero lo hacía por su padre y su bienestar
Erick.
Te amo
Abriendo
sus ojos, Erick le dedica una sonrisa a la chica y besándole después el cuello
la lleva hacia la cama, donde la acuesta y comienza a acariciarla, y aun cuando
ella le responde, no abandona sus sentimientos de asco
Sylvia.
Dime algo...
Erick
estaba a punto de comenzar a quitarle la ropa cuando escucha la pregunta de la
chica, por lo que se detiene, mirándola fijamente a los ojos
Erick.
¿Qué pasa?
Sylvia.
Yo, es que... quiero saber qué planes tiene Dorothy
Erick.
Eso no te importa
Poniéndose
serio, Erick intensifica su mirada dura sobre la chica
Sylvia.
Lo sé, pero es que... es que...
Erick.
¡Dime!
Sylvia.
Es que me dan celos... y yo... por eso quiero saber si la seguirás viendo
Fingiendo
muy bien, la chica convence a Erick, que enseguida sonríe ampliamente,
acariciando el rostro de Sylvia
Erick.
No seas tonta, Dorothy es lesbiana
Sylvia.
No te creo
Erick.
Claro que lo es, y mira, ella y yo no nos veremos en mucho tiempo
Sylvia.
¿En serio?
Erick.
Claro que sí, ella me contrató para seducir a Duo e involucrarlo en un
escándalo que después usaríamos en su contra, las cosas se dieron más rápido de
lo que pensé y ahora ese estúpido está en la cárcel. Pero ya no le serviré más
Sylvia.
Entonces te metiste con él
Fingiéndose
molesta, Sylvia se cruza de brazos y hace puchero, él sonríe complacido y se
acerca de nuevo para besarle la mejilla
Erick.
Pero no significó nada, fue como filmar una película porno, colocamos la cámara
en el ángulo correcto para que pasara como una violación
Sylvia.
Está bien, te creo
Volviendo
a sonreír retorcido, Erick de nuevo besa a la chica mientras la acaricia, Sylvia
no había podido sacarle más información, aunque confiaba en que lo poco que
sabía, incluyendo lo que Erick le había contado, podía servir de algo para
hundir a Dorothy y su abuelo...
Recuerdo
Afortunadamente,
no divisaba rastro alguno de su captor, por lo que podía continuar arriba de la
balsa sin mayor problema...
Al
abrir sus ojos, después de haber sido dormida con alguna sustancia, Hilde se da
cuenta que está dentro de un cuarto pequeño y que se encuentra atada de pies y
manos a una silla. Frente a ella estaba un hombre fornido vestido de negro, y
poco después escucha una risa que le es familiar, Dorothy estaba a su lado
derecho pegada a la pared, y después se acerca a ella con una gran sonrisa
Hilde.
¡Maldita!
Dorothy.
Más respeto amiga
Hilde.
Pagarás por todas las porquerías que has hecho
Dorothy.
Ay niña, que violenta
Volviendo
a reír como loca, Dorothy estira su mano hacia Hilde y la sujeta con fuerza de
los cabellos, agachándose hacia ella y lamiéndole la mejilla izquierda
Dorothy.
Yo no quiero hacerte daño, pero te metiste donde no debías, y todo por el
idiota de Erick, que estúpida estas
Ahora
quien ríe es Hilde, dejando un poco confundida a Dorothy
Hilde.
La estúpida eres tú, él no me interesa. Yo sé que de él podía sacar información,
por eso lo buscaba
Dorothy.
Maldita
Enojada,
la rubia suelta los cabellos de la chica aventando su cabeza
Hilde.
Estuve disertando e investigando, sé más de lo que crees
Dorothy.
¡Eres una maldita!
Con
fuerza, la bajista le da dos bofetadas a la chica, volviéndola después a
sujetar de los cabellos, mirándola con furia
Dorothy.
Te vas a arrepentir
Hilde.
¿Me matarás? como hiciste con Chris ¿cierto?
Dorothy.
¡Cállate!
Molesta
la suelta de los cabellos, se aleja un poco y después se vuelve a acercar, ésta
vez aventando con fuerza la silla, haciendo que se caiga al suelo junto con la
chica
Dorothy.
¿Crees que te mataré tan pronto? No estúpida, sufrirás primero
La
rubia hace una seña al hombre fornido que vigilaba a Hilde y él se acerca para
levantarla, Dorothy se agacha y le quita la soga que amarraba los pies
Hilde.
¿Qué vas...?
Sin
darle tiempo a terminar, Dorothy le separa una pierna con una de sus manos y
con la otra sujeta a Hilde de la entrepierna, mirándola a los ojos con burla
Dorothy.
¿Sabes? además de dinero, a mí me gusta que mis empleados sean felices
La
ex guitarrista de Dark Sound abre ampliamente sus ojos y mira después al hombre
fornido, quien sonríe siniestramente
Hilde.
No...
Dorothy.
Lo siento amiga, tú así lo quisiste
Sin
darle tiempo a más quejas, Dorothy la suelta y les da la espalda, mientras el
hombre se acerca a Hilde quitándose el saco
Hilde.
¡Ni lo intentes asqueroso!
Dorothy.
¡Cállala!
Obedeciendo
sin objeciones, el hombre golpea con fuerza a Hilde en la cara, haciéndola
sangrar, y después comienza a quitarse la ropa antes de hacer lo mismo con sus
ropas. Momentos después ante los gritos y lloriqueos de la chica, el empleado
de la rubia la viola sin consideraciones, ante la sonrisa retorcida de Dorothy,
que disfrutaba de hacer sufrir a quienes le traicionaban...
Durante
el resto de la tarde, Quatre se la pasa vagando por las calles, pensando en lo
que le había dicho a Trowa, ya no había marcha atrás, no podía volver con el
ojiverde, era necesario para mantener la salud mental de ambos, y aunque
doliera había sido lo mejor... El rubio decide regresar al departamento,
necesitaba dormir un poco, pero para su sorpresa, cuando llega a su piso,
divisa la figura de alguien sentado afuera de la puerta, al principio no reconoce
a quien está ahí, pero conforme se acerca reconoce a Wufei, el chino voltea
hacia el rubio y se pone de pie
Quatre.
¿Qué haces aquí?
Wufei.
Si quieres me voy
Quatre.
No, no lo decía por eso... este, pasa
Metiendo
la mano al bolsillo de su pantalón, saca la llave y abre la puerta, Wufei le
cede pasar primero y después entra él, cerrando la puerta luego
Wufei.
Catherine tenía terapia e Irea la llevó, a Sally la dejé dormida
Quatre.
Ya veo... por favor siéntate
Wufei.
Gracias
El
guitarrista toma asiento y poco después el rubio también lo hace, pero en el
sillón de frente, sonriéndole al pelinegro
Wufei.
¿Y bien? solucionaste las cosas con Trowa, supongo
Al
oír esas palabras, Quatre agacha la mirada, mostrándose triste
Quatre.
No pude, te juro que lo intenté... pero no puedo perdonarlo, aunque sé que ha
cambiado
Wufei.
Deberías...
Quatre.
No, Wufei... ya tomé la decisión ¿sí? no quiero saber más, quiero olvidarme de
Trowa, quiero recomenzar ¿entiendes?
Wufei.
Comprendo...
Los
dos se quedan en silencio unos momentos, después Wufei se pone de pie, y Quatre
lo mira con sorpresa
Quatre.
¿Ya te vas?
Wufei.
Sí, solo quería saber que había pasado, es todo
Quatre.
Comprendo
Volviéndole
a sonreír, el rubio también se pone de pie, Wufei camina hacia la puerta y la
abre
Quatre.
Gracias por preocuparte
Wufei.
De nada y... cuídate
Quatre.
También tú
Con
paso lento, Wufei se comienza a alejar de Quatre mientras él lo mira marcharse,
y conforme Wufei se alejaba, él se mete de nuevo al departamento, cerrando poco
a poco la puerta, pero antes de hacerlo completamente, la abre de un solo
movimiento, saliendo del departamento
Quatre.
Wufei...
Aunque
su voz había sonado muy bajita, Wufei lo escucha y voltea, Quatre lo miraba
fijamente, como nunca lo había hecho. Sin pensar en nada, absolutamente en
nada, Wufei se regresa a paso rápido y al estar frente al rubio, le sujeta el
rostro con ambas manos y se besan apasionadamente, hacía mucho que sus labios
no se encontraban, por lo que estaban sedientos el uno de otro, como un simple
consuelo, como algo que no trasciende y que sin embargo era necesario para
ambos, para cerrar un ciclo, para recomenzar... al sentirse sin aire separan
sus labios, aunque aún estaban cerca uno del otro, respirando con dificultad,
Quatre estaba sonrojado
Quatre.
Wu... Wufei
Wufei.
¿Sí?
Quatre.
Estas.. erecto
Completamente
apenado, Wufei intenta alejarse del rubio, pero él lo sostiene por el cuello y
vuelven a besarse, las manos del chino sujetan la espalda de Quatre y entran de
nuevo al departamento, respirando con dificultad por la intensidad del beso,
Quatre abre un poco uno de sus ojos y ve la puerta abierta, y gracias a que
está cerca le da una patada, volviendo a cerrar sus ojos, nuevamente separan
sus labios para tomar aire
Quatre.
Vamos... a mi cuarto
Wufei.
Es que... no... yo
Quatre.
Hagamos el amor
Los
colores vuelven al rostro de Wufei, estaba muy avergonzado, Quatre en cambio
sonreía tiernamente
Quatre.
Sabes que entre tú y yo... siempre ha habido tensión sexual
Wufei.
Pero... no te amo
No
resistiéndolo más, el rubio vuelve a posesionarse de los labios de Wufei,
acariciándole la cabeza, moviendo su mano hacia la liga que sostenía su
cabellera y la quita, enterrando sus dedos en el cabello, atrayéndolo hacia él
para profundizar más el beso, Wufei siente su miembro rozar duramente contra el
de Quatre y ahoga un gemido en la garganta del rubio, separándose casi
enseguida
Quatre.
Yo tampoco te amo
Con
su mano derecha en la nuca de Wufei, y su mano izquierda sujetando la cintura,
Quatre pega más su cuerpo al de su ex compañero, buscando nuevamente sus
labios, pero el chino baja su cabeza para evitarlo
Wufei.
No está bien
Quatre.
¿No me deseas?
Wufei.
Diablos... no tienes idea de cuánto te deseo
Quatre.
¿Entonces?
Wufei.
Es que yo...
Subiendo
su mano derecha, acaricia la mejilla de Quatre, sonriéndole
Quatre.
¿Es por lo que te paso?
Wufei.
No, es que... nuestra amistad
Quatre.
Será la misma... tan solo tómame... hazme tuyo Wufei... solo por esta noche,
olvidemos todo
El
rubio vuelve a sonreírle a su amigo, abrazándolo con fuerza, comenzando a
mordisquearle la oreja, Wufei cierra sus ojos y sujetando el rostro de Quatre,
lo acerca a él y nuevamente se besan. Sin palabras, Wufei acepta la tregua de
esa noche y se deja llevar a la habitación...
Las
manos de Wufei recorren la espalda del rubio, atrayendo su cuerpo con
necesidad, mientras Quatre se afianzaba de su cuello, devorando sus labios, al
mismo tiempo que avanzaban hacia la cama, hasta que chocan con ella y Quatre se
sienta sin soltar el cuello de su ex compañero, pero sus labios se separan unos
minutos, Wufei aprovecha y se quita la camisa, el rubio le ayuda a pasarla por
su cabeza y después la tiran al suelo, Quatre se sujeta nuevamente del cuello
del chino, acostándose lentamente, trayéndolo consigo, pero el guitarrista no
cae sobre su cuerpo y su mano comienza a buscar donde desabrochar los
pantalones del ex bajista.
El
aire les vuelve a faltar y separan sus labios, respirando rápido y profundo;
Wufei se sube a la cama, de rodillas sobre Quatre, el rubio se levanta un poco
y se comienza a quitar la camisa mientras Wufei desabrocha sus pantalones,
nuevamente Quatre se acuesta en la cama después de tirar su camisa y los dos se
vuelven a besar. Wufei para mantener el equilibrio apoya su mano izquierda en
la cama y con la derecha baja lentamente los pantalones de Quatre junto con la
ropa interior y cuando las prendas llegan a sus rodillas, el rubio mueve sus
piernas despacio para hacerlas caer, no sin antes soltar sus zapatos. Ahora se
encontraba completamente desnudo, y su miembro clamaba por atención, sentía
cosquillas por toda la piel, llevaba varios días sin sexo y ansiaba ser tomado
por completo
Quatre.
Nhg Wufei...
Jadeaba
agitado, apretando los hombros de su amigo, él se separa un poco, mirando
sonrojado la expresión de Quatre, el rubio sonríe y moviendo su mano hacia el
pelinegro, la coloca sobre la entrepierna, Wufei se exalta un poco y se sonroja
aún más
Wufei.
Quatre, no...
Mordiéndose
el labio inferior y sin perder de vista los ojos negros, Quatre comienza a
mover su mano, acariciando el miembro del pelinegro, Wufei cierra sus ojos,
apretándolos después, recordaba caricias que le repugnaban, pero en su mente se
repetía una y mil veces que quien estaba en la cama con él era Quatre, no un
desconocido que lo violaba. El ex bajista miraba atento a Wufei, que después de
unos momentos de meditación, abre sus ojos, observándole también, entonces el
pelinegro se desabrocha sus pantalones, sin dejar de mirar a Quatre, el rubio
le sonríe
Quatre.
Todo está bien
Sin
contestar le sonríe y deja caer los zapatos al suelo, se agacha después y
vuelve a besar a Quatre mientras se baja los pantalones hasta hacerlos caer,
sus labios se separan y Wufei baja por el blanco cuello, besándolo con
suavidad, el rubio coloca ambas manos en la cabeza de su amigo, acariciándole
los cabellos mientras éste baja por su cuerpo, hasta llegar a su abdomen,
dándole un beso en el vientre, bajando poco a poco hasta su erguido miembro, al
cual le da un beso tímido, lamiendo un poco el tronco, subiendo a la punta para
lamer lentamente. Quatre lo observaba con ternura, se notaba que era la primera
vez que su amigo hacía algo así. Wufei estaba en cambio muy apenado, no sabía
si continuar así o meterlo en su boca, pero cuando intenta hacer algo, Quatre
le acaricia la mejilla
Quatre.
Está bien.. no tienes que hacerlo
Wufei
lo mira a los ojos y sin responder sube de nuevo, volviendo a besarse
apasionadamente hasta acabar con sus alientos
Quatre.
Entra en mí
Wufei.
Quatre...
Sin
llevarle la contraria a su amigo, Wufei vuelve a tomar sus labios, sintiendo
que el rubio separa sus piernas, entonces baja su mano derecha y sujeta su
miembro, buscando la entrada de Quatre, pero su mano temblaba sin poder lograr
su objetivo, el ex bajista deja sus labios y baja su mano, colocándola sobre la
de Wufei, ayudándolo a encontrar el punto deseado, con nerviosismo Wufei se
mueve hacia arriba haciendo presión contra el pecho de Quatre para entrar
lentamente, llegando al tope, provocándole un ahogado gemido
Wufei.
¿Estás bien?
Quatre.
Si... muévete
Aun
cuando no era su primera vez, aquella posición era completamente distinta a
aquella vez con Sally, así que no lo hace bien, solo haciendo presión contra el
pecho de su amigo, sin perder contacto absoluto
Quatre.
Wufei, espera...
Wufei.
¿Qué sucede?
Quatre.
Salte un poco
Wufei.
Sí...
Obedeciendo
al rubio, Wufei comienza a salir poco a poco de Quatre, pero casi a punto de
sacar su miembro completamente, Quatre baja sus manos y las coloca sobre la
baja cintura del guitarrista, Wufei se sonroja y Quatre hunde sus dedos en la
carne del chino, atrayéndolo de nuevo hasta que lo penetre por completo otra
vez
Quatre.
Así hazlo
Avergonzado,
Wufei afirma con su cabeza y nuevamente sale poco a poco, entrando de nuevo,
saliendo y entrando, lentamente
Quatre.
Bien...
Con
ritmo Wufei embiste a Quatre, lentamente, y el gime placentero, relamiéndose
los labios, con sus manos en los hombros de Wufei, mirándolo fijamente, con
deseo, levantando un poco su espalda del colchón, moviendo un poco sus caderas
para ayudar a Wufei, pronto los dos aceleran el ritmo de sus gemidos, sintiendo
ondas placenteras por todo el cuerpo
Quatre.
Más... más fuerte
Completamente
avergonzado, Wufei accede a su petición, dejándole caer el peso de su cuerpo
para acostarlo en la cama y él apoyar sus manos sobre el colchón, aumentando su
ritmo y fuerza
Quatre.
Ah sí... así
Lleno
de placer, Quatre baja su mano hacia su miembro y lo sujeta con firmeza, masturbándose
al ritmo de las embestidas y con dos dedos de su mano izquierda, sujeta el
pezón derecho de Wufei y juega con él, apretándolo algunas veces. Ambos estaban
envueltos en un exquisito placer, Quatre gemía complacido, apretando con fuerza
los ojos mientras su amigo lo observaba, sonrojado, mirando con atención el
rostro del placer total.
Momentos
después sus cuerpos colapsan, llegando al orgasmo, casi al mismo tiempo gimen
con placer. Quatre suelta su miembro hasta que siente salir la última gota y Wufei,
rendido cae sobre el pecho agitado de Quatre, respiran profundamente para
calmarse y entonces abren los ojos y se miran hondo, acercándose después para
besarse lentamente, mientras Wufei sale del rubio y después de besarse, Wufei
baja de él y se queda a su lado, volteando hacia él, entonces Quatre se
acurruca en sus brazos, cerrando sus ojos
Quatre.
Te quiero Wufei
Wufei.
Y yo a ti
El
rubio sonríe tiernamente, sintiendo un beso por parte de Wufei sobre su
cabello. Estaba agotado, pero hacía mucho que no disfrutaba tanto tener sexo
con alguien, aun cuando en el aspecto sexual, Trowa y Mike habían sido sus
mejores amantes, sin dejar de lado a Joe, pero con Wufei había sido
completamente distinto, jamás antes se había sentido tan querido, aunque su
amigo no lo amara. Sin darse cuenta, ambos se quedan completamente dormidos...
Después
de haberse visto con Trowa, Richard cita a Mark en su departamento, el abogado
de Duo no había contado nada al ex baterista de lo sucedido con la ex
guitarrista de Dark Sound. Ambos amigos estaban en la sala del departamento
Richard.
No es posible que no sepamos nada aún
Mark.
Tranquilo, he puesto bajo vigilancia a esos dos, solo necesitamos que Dorothy
llegue a su casa para poder seguirla a ella, de momento no sabemos dónde está
Richard.
Entiendo, el tiempo se nos está viniendo encima
Mark.
Lo sé... ¿y cómo va tu cliente?
Richard.
En dos meses sale si no hayamos antes a Erick y pruebas para liberarlo
Mark.
Te ves entusiasmado
Richard.
Sí... hace tiempo que no siento esto por alguien
Mark.
Ya veo... pues suerte
Richard.
Gracias... Por cierto, la policía está investigando las actividades ilícitas de
Dermail
Mark.
Ya era hora
Richard.
Bien dicen que las cosas caen por su propio peso
Mark.
Es verdad
Sonriendo
ambos, levantan las copas que bebían y brindan, como bien decía Richard, todo
iba a caer por su propio peso, por lo que no faltaba mucho para que Dorothy y
los demás, pagaran por todo lo que habían hecho...
La
puerta del departamento se abre y por ella entran Irea, Catherine y Trowa, el
ojiverde había ido a ver a Richard y después había regresado al Hospital por su
hermana y la rubia, dejando a Sally descansar, y aprovechando que traían auto,
habían decidido llevar a Irea a su departamento, aunque el ex baterista se
sentía incómodo estando ahí después de la plática que había tenido con Quatre
Irea.
Siéntense
Catherine.
Trowa no se ve muy tranquilo, mejor nos vamos
Irea.
Comprendo
Catherine.
¿Y tú hermano?
Irea.
Imagino que en su cuarto, solo estaba puesta una cerradura, tal vez dormido
Catherine.
Ay que despertarlo
Trowa.
No, mejor vámonos
Irea.
Espera, deja entro a ver si duerme
Con
toda tranquilidad, Irea se dirige a la habitación de su hermano, cuya puerta
estaba cerrada, la chica la abre con cuidado, llevándose una gran sorpresa
cuando ve a ambos músicos en la cama, dormidos, desnudos y abrazados
Irea.
Ay Quatre...
Completamente
decepcionada y triste, la rubia cierra la puerta y regresa a donde están los
hermanos, Trowa miraba por la ventana hacia la ciudad y Catherine miraba los
alrededores del departamento, la pelirroja se da cuenta que Irea no se sentía
bien y se acerca
Catherine.
¿Qué sucede?
Irea.
Nada...
La
rubia sonríe con falsedad y de eso también se da cuenta Catherine, la pelirroja
voltea hacia su hermano y al verlo tan distraído se acerca un poco más a su
amiga, hablándole bajito
Catherine.
Dime que pasa
Irea.
Quatre está con Wufei
Catherine.
¿Qué?
Irea.
Dormidos, sin ropa
Igual
de sorprendida que su amiga, Catherine abre ampliamente sus ojos y mira hacia
su hermano, mirando después a Irea
Catherine.
Será mejor que nos vayamos
Irea.
Sí
Catherine.
Hermano ¿nos vamos?
Trowa.
Claro... pero antes voy al baño
Irea.
¡No!
Extrañado,
el ojiverde mira fijamente a la rubia
Irea.
Es que... no sirve
Debido
a que el baño se encontraba cerca de las habitaciones, la rubia no quería que
Trowa fuera hacia allá y se pudiera topar con algo desagradable, pero su forma
de reaccionar hace sospechar al chico
Trowa.
Yo lo arreglo
Sin
mayor problema por ello, Trowa avanza hacia donde se encontraba el baño
Trowa.
Primero lo reviso
Irea.
No te molestes
Trowa.
No es molestia
Sin
hacerle caso, Trowa se dirige al baño y al estar ahí destapa el tanque para
revisar pero todo se veía bien, se coloca de rodillas y revisa por fuera y las
llaves del agua, pero tampoco parecía haber fuga o algo anormal, lo cual lo
hace sospechar aún más. Después jala de la cadena pero también estaba normal
Trowa.
¿Qué sucede aquí?
Irea.
Nada
Trowa.
No me mientas por favor
Irea.
Es que...
Sin
saber cómo decirlo, la chica solamente se muerde el labio inferior, pero antes
de poder hablar, el propio Quatre la libera de esa obligación, pues con tanto ruido
se había despertado, aunque sin saber quién estaba ahí. Cuando el rubio sale de
la habitación, se encontraba en ropa interior y al ver a los tres en el baño se
sorprende sobremanera, Trowa lo mira atentamente y nota sobre su abdomen del
chico, algunas manchas de semen. Sintiendo que su mundo se derrumba, eleva su
mirada, observándolo con tristeza, Quatre estaba en shock, mirando también los
ojos verdes
Trowa.
Ya sé porque me rechazaste
Completamente
decepcionado, Trowa le pasa a Quatre por un lado, rozando un poco su hombro, el
rubio siente un vuelco en el estómago y se lleva una mano al pecho, Irea lo
mira con enojo y Catherine simplemente sale del baño, ignorando al rubio..
Trowa estaba bastante herido, pero aún más cuando pasa por la habitación y al
estar abierta la puerta, ve a Wufei dormido sobre la cama de Quatre, y aunque
el rubio no era su pareja, se sentía traicionado por los dos. El ojiverde sale
a paso rápido del departamento y Catherine va tras él aunque despacio, ninguno
se despide de Irea, quien estaba bastante molesta
Irea.
No te creí capaz de tanto para herir a Trowa
Quatre.
Pero...
Irea.
¿Cómo se les ocurre? Sally está muy mal en el hospital y Trowa se muere por ti,
ninguno se merece esto
Bastante
enojado, la rubia sale de la habitación, Quatre piensa un poco las cosas y
frunciendo el ceño va tras su hermana que estaba en la sala
Quatre.
¿Y yo si me merecía todo lo que pasó?
Irea.
Nada tiene que ver
Quatre.
Claro que sí ¡Nadie piensa en mí, nunca lo hacen!
Irea.
No es verdad
Quatre.
No se cansan de decirme lo mal que la pasa Trowa, y cuanto me ama y que lo
perdone ¡Estoy harto! Yo también sufro ¿qué no les importa?
Irea.
Sabes que no es verdad
Quatre.
¡Déjame en paz, váyanse todos al diablo!
Furioso
completamente, Quatre regresa a la habitación, donde Wufei apenas estaba
despertándose, Quatre cierra la puerta con fuerza cuando llega y se deja caer
sentado en el suelo junto a la puerta, rápidamente el chino se acerca a él
Wufei.
¿Qué tienes?
Quatre.
Quédate conmigo
Wufei.
¿Qué dices?
Quatre.
Eres el único en quien puedo confiar, nadie piensa en mí. A nadie le importo
Llorando
desesperado se abraza del cuerpo de Wufei, quien estaba confundido, no entendía
completamente nada, pero sabía que no era momento de preguntar, así que
solamente lo abraza... Catherine llega a donde está su hermano, no se veía nada
bien, estaba casi en shock
Catherine.
Hermano...
Trowa.
¿Qué pretende? yo también tengo un límite y no voy a estarle rogando
Catherine.
Pero...
Trowa.
¡Estoy cansado! tengo que aguantar esto porque estoy enamorado de él? ¿Y ésta
es su venganza? ¿Pisotearme?
Catherine.
Pero es que...
Trowa.
No Catherine, entiendo que lo lastimé, pero eso no justifica lo que hizo.. No
vale la pena continuar, mejor cada quien por su lado
Catherine.
No Trowa, eso no soluciona nada, solo se separan cada vez más
Trowa.
¡No me importa!... no seré su juguete, aunque lamento haberlo usado como el mío
por tanto tiempo
Cegado
por completo por el enojo, Trowa tampoco era capaz de sentirse tranquilo y por
el momento le parecía mejor idea tirarlo todo a la basura, aunque se había
propuesto reconquistar al rubio
Trowa.
Jamás podremos estar juntos si jugamos a ver quién lastima más al otro
Catherine.
Sabes que eso no es cierto
Trowa.
¿Qué otra prueba quieres?
Catherine.
Dense tiempo
Trowa.
Es inútil... el Quatre del que me enamoré está muerto
Con
la mirada perdida, Trowa ignora que trae auto y se va caminando solo, estaba
bastante desanimado y no sabía si iba a poder recuperarse pronto, ésta vez
Quatre lo había lastimado de muerte...
Tras
varias horas de estar sobre la balsa, Sylvia llega a tierra, bajando
rápidamente, desesperada corre a la primera casa que encuentra para pedir
ayuda, pero por su aspecto no le abren la puerta, entonces corre hacia otra
casa que no estaba muy cerca de la otra, parecía una especie de poblado, pero
debido a su falta de alimento y por el sol, se desmaya a puertas de aquella
casa, poco después se abre la puerta y sale una mujer de edad avanzada,
sorprendiéndose al verla, enseguida llama a alguien de adentro y sale un
muchacho, el cual ayuda a la mujer a levantar a Sylvia y llevarla dentro de la
pequeña casa...
Continuará...
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