El jardín de las delicias
Capítulo
24. No más
Al
llegar desesperado al Hospital, una enfermera se acerca a él y Trowa sin
ninguna cortesía la sujeta con fuerza de los hombros
Trowa.
¿Dónde puedo pedir información?
La
chica no entendía lo que el ojiverde le decía y asustada solo mueve su cabeza
hacia los lados, el ex baterista no tenía cabeza para pensar en hablarle en
Francés, tenía mala pronunciación y por la desesperación no lograba articular
bien las palabras en otro idioma, por eso simplemente la empuja un poco y gira
su cabeza hacia otro lado, la chica se marcha enseguida y otra enfermera que
había oído se acerca al chico
Enfermera.
¿Le ayudo en algo?
Trowa.
Trajeron aquí a un conocido ¿usted me puede decir en que habitación está?
Enfermera.
Sígame
El
ex baterista acompaña a la chica hasta donde tenían los registros de ingresos y
salidas de los pacientes
Enfermera.
¿Cómo se llama?
Trowa.
Quatre Raberba Winner
La
chica le dice a su compañera el nombre que Trowa acaba de darle y entonces se
pone a buscar, Trowa sentía que los segundos eran horas y movía su pie de
arriba hacia abajo desesperado, sentía que la información se la estaban
tardando demasiado pero realmente no había pasado ni un minuto. La enfermera
voltea hacia él cuando su compañera le responde
Enfermera.
Está en curación
Trowa.
¿Qué? No... que... ¿qué tiene?
Enfermera.
Nada de gravedad, solamente tiene dislocado el tabique y necesitaba algunas
puntadas en el rostro, está por salir, por favor espere
Trowa.
¿Qué espere?... ¡Maldita sea, no puedo esperar!
Irritado
mira a la chica y se acerca a ella, sujetándola de los brazos con fuerza, ella
se queja por el apretón y cierra uno de sus ojos
Enfermera.
Cálmese
Trowa.
¿Quién le hizo eso?
Enfermera.
No sé señor, tranquilícese
Trowa.
¡No me pida eso!
Con
fuerza el ojiverde comienza a jalonear a la chica, una de sus compañeras pide
ayuda y el guardia que estaba cerca de ahí con un café en la mano, lo deja en uno
de los asientos y se dirige a donde está la chica para ayudarla, Trowa la
suelta y empuja al hombre
Trowa.
¡No me toque!
Enojado
el guardia por la actitud de Trowa, le sujeta con fuerza un brazo y después
logra agarrarle el otro para sujetarlos con fuerza en su espalda y comenzar a
empujarlo hacia fuera del Hospital, ahí lo empuja y cierra la puerta, Trowa
intenta volver a entrar pero él vuelve a salir y lo empuja, las personas en
espera lo miran sorprendidas, tal vez se trataba de un loco. El ex baterista
entiende que no podrá entrar mientras esté ese hombre ahí y se aleja un poco,
llegando a donde están unos cestos de basura y los patea enojado
Trowa.
¡Maldición!
Sintiéndose
impotente se tira de rodillas al suelo y lo golpea con el puño, lastimándolo,
pero no le importa, solo quería ver a Quatre y matar al idiota de Joe...
Era
de madrugada y no había podido conciliar el sueño, Trowa había quedado de
llamarla cuando encontrara por fin al rubio, pero no había recibido llamada
alguna, seguramente Quatre seguía sin aparecer, eso la preocupaba mucho, porque
en tanto el ex bajista no apareciera, su hermano nunca iba a ser feliz
Catherine.
Ay hermanito, no hay cosa en éste mundo que desee más que tu felicidad
Sonriendo
con amargura, no puede evitar pensar en Chris, hace mucho que no lo hacía, y
sus lágrimas comienzan a correr por sus mejillas, ella también quería ser
feliz, pero sabía que sin la rubia a quien seguía amando, jamás lo conseguiría,
por eso si Trowa era feliz, ella también lo sería, su querido hermano era lo
único que le quedaba y lo que más amaba en el mundo, pero eso no quería decir
que la pérdida de Chris dejara de doler, jamás encontraría a una mujer como
ella, los momentos que habían pasado juntas eran inolvidables,
irremplazables... sabía que no iba a conseguir dormir esa noche, por eso sale
de su habitación y con la andadera y mucho cuidado, logra llegar a la parte de
abajo de la casa, cerca de la puerta que daba al jardín, la luna brillaba en lo
alto del cielo y relajada cierra sus ojos
Irea.
¿No puedes dormir?
Enseguida
abre los ojos y voltea hacia donde estaba Irea, la hermana de Quatre estaba a
su espalda y sonriéndole se pone a un lado de la chica
Irea.
Yo tampoco puedo, me preocupa Quatre
Catherine.
¿Por qué?
Irea.
No sé, siento algo extraño... creo que me necesita
Mirándola
incrédula, la pelirroja le dedica a la rubia una mirada particular, Irea se da
cuenta y le sonríe
Irea.
No me crees ¿verdad? Pero tengo una conexión especial con mi hermano
Catherine.
No, si te creo
Irea.
¿De verdad?
Catherine.
Sí, Quatre me ha dicho que es sensible ante lo que sienten los demás
Irea.
Sí... a decir verdad no soy tan sensible como él, pero yo quiero mucho a mi
hermano ¿sabes? Es el pequeño
Ambas
chicas se ríen un poco ante el término, a decir verdad Quatre era el más chico
de sus hermanos, pero el rubio no se llevaba bien con el resto de su familia,
Irea era para él como una madre. Al dejar de reír, Catherine solo sonríe
mirando fijamente la luna
Catherine.
Te entiendo, Trowa es aún un niño... asustado e indefenso, pero confío en que
Quatre lo hará feliz
Ahora
Irea sonríe tiernamente, le parecía verdaderamente una ironía amar a la hermana
de aquel a quien tanto amaba su hermano y que ahora le correspondía, buscándolo
como loco por París, pero confiaba en que podía ganarse el corazón de
Catherine, porque la chica había sufrido mucho al perder al amor de su vida, y
también por ver a su hermano en una situación tan triste, y no sabía si era su
imaginación o un efecto macabro de la noche, pero en ese momento, Catherine le
parecía aún más hermosa, no lo podía evitar, su rostro se sonrojaba enormemente
Irea.
Catherine...
La
pelirroja voltea hacia la rubia, mirándola fijamente, Irea baja su mirada unos
momentos, pero se decide enseguida, se acerca a Catherine sujetándose también
de la andadera, se inclina hacia ella posando sus labios sobre los de la
hermana de Trowa, sus ojos se abren ampliamente sin creer que la chica la
estaba besando, estaba tan paralizada que no le corresponde el beso, aunque éste
le había hecho sentir cosquillas en el abdomen, Irea lo entiende como un
rechazo y apenada se aleja, mirándola al rostro
Irea.
Yo... perdón pero...
Catherine.
No puedo ¿sabes?
La
hermana de Quatre mira a la hermana de Trowa y ante sus incrédulos ojos,
Catherine comenzaba a llorar, mostrándose muy angustiada
Catherine.
No puedo olvidarla
Ahora
rompía en llanto, sintiéndose derrotada y miserable, quería continuar con su
vida, volver a amar, corresponder a las acciones de Irea, pero no podía, el
recuerdo de Chris quemaba en su memoria, su nombre había quedado grabado en
toda su piel. La rubia se siente culpable y enseguida la abraza con fuerza
Irea.
Perdóname... pero es que en verdad te amo
La
hermana de Trowa lo había sabido desde hace tiempo, pero era la primera vez que
la chica se lo decía, sentía una sensación agradable al oírlo, pero no podía
corresponder, lo único que podía hacer en esos momentos era recibir de ella
aquel abrazo, cálido y protector, era todo lo que necesitaba...
El
ex baterista no podía quedarse de brazos cruzados, de alguna u otra forma debía
de entrar en el Hospital y ver a Quatre, pero sabía que si entraba por la
puerta de antes, era probable que el mismo guardia de no hace muchos minutos
estuviera ahí y lo sacara. Entonces decide darle la vuelta al hospital, ahí
estaba el área de Urgencias y era probable que no lo dejaran entrar sin carné
de empleado o sin ser un paciente de pronta atención, debía de pensar muy bien
las cosas. Y para su fortuna una enfermera se dirigía hacia la entrada,
entonces Trowa la sujeta de un brazo, la chica voltea
Trowa.
¿Puedo pedirte un favor?
La
chica lo mira de pies a cabeza desconfiando de él, pero escucha su petición, no
le parece ético al principio pero Trowa le ofrece un par de Euros por el favor
y eso la hace aceptar, entonces lo ayuda a pasar, Trowa agradece de nuevo y
comienza a buscar por los pasillos, no tenía ni idea de donde pudiera estar
Quatre, según la hoja que le había dado el Investigador, hace más de una hora
que el rubio había ingresado, la enfermera le había dicho que no era nada grave
y seguramente el ex bajista ya debía estar fuera del quirófano...
Al
abrir sus ojos siente que los rayos del sol chocan contra su rostro, por la
posición del Sol podía decir que eran más o menos las doce del día. Sintiéndose
bien se sienta rápidamente y mira a su alrededor, después se toca la frente con
una mano, su fiebre había desaparecido, no sabía cuánto había dormido, solo
sabía que se sentía bien, pero para su desgracia, lo sucedido con Traize vuelve
a sus recuerdos y se sonroja completamente
Heero.
Ese degenerado
Su
mirada azul comienza a recorrer de nuevo los alrededores pero no había señales
de su compañero de naufragio, mira hacia su entrepierna y observa los restos
blanquecinos de aquel suceso sobre la ropa, su rostro se vuelve aún más rojo y
enseguida se levanta para meterse al mar, Traize lo observaba desde varios
metros de distancia, sonriendo ampliamente
Traize.
El muerto revivió
Feliz
sale de su escondite tras un árbol y se dirige al mar para también meterse,
Heero lo mira y se sorprende pero no sale del agua, Traize se sumerge y después
sale mirando al ex vocalista de The Wings
Traize.
Reviviste... estás vivo
Heero.
Sí
El
ojiazul debía cuidarse muy bien del amigo de su fallecido manager, no solo por
estar medio mal de la cabeza, sino por lo sucedido en aquel día de fiebre, solo
de acordarse la piel se le ponía de gallina y sentía el rostro caliente
Heero.
No te rías Zechs... si supiera Wufei me mata
Treize
vuelve a sumergirse en el agua y Heero decide salir, el sol estaba muy fuerte y
no quería sufrir de insolación, tenía mucha sed y también hambre, buscaría algo
para él y para su compañero, pues parecía que poco a poco, se iba ganando la
confianza de Traize...
No
quería cometer otro error, por eso se tranquiliza e intercepta a un par de
enfermeras, su mala pronunciación no le ayuda a que le den información, por
desgracia no había mucha gente que entendiera el inglés. Un hombre que también
esperaba lo ve y se apiada de él, sabía inglés y si podía ayudar al pobre
jovencito, entonces lo haría. Trowa no duda en aceptar la ayuda y le pide que
pregunte por la habitación de Quatre, el hombre accede y se aleja, Trowa se
siente más tranquilo, estaba de pie y decide sentarse, al hacerlo ve entrar al
pasillo al guardia que lo había sacado y rápidamente se agacha para que éste no
lo vea, efectivamente no lo ve y se marcha, el ojiverde suspira aliviado,
siempre terminaba metiéndose en problemas por culpa de su mal carácter. Poco
después regresa el hombre y le dice a Trowa que Quatre está ya en habitación y
entusiasmado el ojiverde se dirige hacia allá, al llegar intenta abrir la
puerta pero ésta se abre, saliendo de la habitación una enfermera y un Doctor
Trowa.
¿Puedo pasar?
Solo
el Doctor entiende lo que dice el ojiverde y tarda en responder
Doctor.
Está descansando, espere un poco más ¿es su pariente?
Trowa.
Soy... soy su novio
Al
escuchar la declaración, el Doctor se sonroja un poco y aclarándose la garganta
mira ceñudo al ojiverde
Doctor.
¿Usted le hizo eso?
Trowa.
¿De qué habla?
Doctor.
Cuando recibimos a pacientes en situaciones como estas, golpeados o atacados,
se levanta un reporte y se avisa a las autoridades, a veces se han atrapado
criminales, o simplemente se reportan abusos físicos o de violencia familiar,
muchas veces las agresiones se dan entre parejas
El
ex baterista siente nuevamente la sangre hervir ¿insinuaba el Doctor que Quatre
había sido golpeado? Ahora no le cabía duda que había sido el desgraciado de
Joe el responsable, cada vez sentía más deseos de matarlo
Trowa.
Yo no lo ataqué ¿qué le pasó?
Doctor.
Le dislocaron a golpes la nariz y presentaba golpes diversos en el rostro y
otras áreas, por eso debe estar en observación, en caso de tener alguna
hemorragia interna
Con
fuerza el ex baterista apretaba ambos puños, conteniéndose de no empujar al
Doctor y entrar por la fuerza para ver al rubio, necesitaba tener la evidencia
de que Quatre estaba con bien, que no había sido de gravedad, pero también se
contiene de que sus ojos no se humedezcan, se sentía muy mal solo de pensar que
esa situación era en gran parte su culpa
Trowa.
¿Entonces... puedo verlo?
El
Doctor nota en la mirada del ojiverde que le suplicaba verlo, nunca antes lo
había hecho, pero a pesar de que el ojiverde no podía entrar en esos momentos,
hace una excepción y lo deja, aunque recibe un regaño por parte de la enfermera
Doctor.
No esté mucho ahí, tampoco lo altere ¿entendido?
Trowa.
Sí, muchas gracias
Muy
contento Trowa pasa de ambos y abre lentamente la puerta, ahí estaba Quatre,
despierto pero ido, como si aún tuviera algo de los efectos de la anestesia,
tenía la cabeza inclinada hacia el lado izquierdo y miraba por la ventana,
Trowa lo ve y siente un cosquilleo traicionero por todo su cuerpo, no imaginaba
que su reencuentro con el rubio fuera en esas condiciones, debía admitir que
sentía muy bonito de tenerlo enfrente de él, pero también le partía el alma
verlo tan indefenso y postrado en una cama, lleno de heridas, externas e
internas... con lentitud avanza hacia él, Quatre oye los pasos pero no les toma
mucha importancia, hasta que los oye detenerse justo enfrente de la cama, y
decide voltear, sus ojos estaban cansados y la imagen de Trowa frente a él le
parece tan lejana e irreal que sonríe, pronto sus ojos comienzan a humedecerse
y los cierra unos momentos, al abrirlos ve la misma imagen pero borrosa por las
lágrimas
Trowa.
Quatre...
Sentía
deseos enormes por abrazarlo pero no quería que el rubio terminara lastimado,
por eso se queda ahí, contemplándolo, sus ojos humedecidos, mirándolo como si
mirara solo el reflejo de algo que no estuviera realmente ahí, tenía algunas
puntadas en el labio, la nariz vendada y algunos raspones en el resto de la
cara, su rostro estaba hinchado del lado izquierdo
Quatre.
¿Estás aquí?
Sintiéndose
como dentro de un sueño, pero con la esperanza de que fuera real, levanta un
poco su mano derecha, como intentando tocarlo, Trowa se muerde con fuerza el
labio inferior ¿debía o no decirle que era real? Que no se trataba de una
visión de su desorientado cerebro, que él estaba ahí para decirle cuanto lo
amaba y a cuidarlo por siempre... el rubio baja su mano y sonríe con amargura,
su tonta mente le estaba jugando crueles bromas
Trowa.
Sí, aquí estoy
Nuevamente
Quatre se siente esperanzado y abre más sus ojos, lo veía, ahí estaba Trowa,
pero quería sentirlo, quería tenerlo cerca y cerciorarse de que realmente era
él, solo así lo creería, porque en esos momentos se sentía muy confundido... el
ex baterista no lo hace esperar más y avanza hacia él, Quatre gira su cabeza
hacia el lado derecho de la cama, contrario a la ventana y ve que el ojiverde
se sienta a su lado, su vista no se despegaba del ojiverde y viceversa
Quatre.
Trowa...
El
rubio estira su mano derecha hacia el rostro de Trowa, tocándole con la punta
de los dedos la cara, acariciando su nariz, su frente, sus labios ¡Era él! Se
trataba de Trowa, su Trowa, era real y estaba ahí, a su lado. Sin importarle su
condición y el dolor que tenía en el estómago, se sienta y se estira hacia el
ojiverde, abrazándolo con fuerza y comenzando a llorar sobre su hombro, sus
manos apretaban la espalda del ex baterista, sintiendo que si no lo hacía de
ese modo entonces se esfumaría. Trowa en cambio no sabía qué hacer, porque si
abrazaba al rubio era probable que no lo iba a poder soltar
Trowa.
¿Quién fue?
Quatre.
¿Eh?
Sin
soltarlo, el rubio se levanta un poco de su hombro y aun sollozando le responde
Quatre.
¿Qué vas a hacer?
Trowa.
¿Fue el tal Joe?
Quatre.
Es que...
Trowa.
¿Fue él?
Quatre.
Sí, me golpeó para que no lo dejara
Con
aquella declaración, el ojiverde siente que es el detonante de la bomba y se
hace soltar por el rubio, poniéndose de pie
Trowa.
¿Dónde está ese maldito?
Quatre.
No Trowa...
Trowa.
¡Dónde lo encuentro!
El
rubio se sobresalta un poco y desvía su mirada, no quería responder esa
pregunta porque seguramente como estaba el ojiverde, iba a ir a la casa de Joe
y lo golpearía tan duro que era probable que lo matara, además el rubio
ignoraba que en ese momento, su ex amante estaba detenido
Quatre.
Cálmate Trowa
Trowa.
¡Dímelo de una vez!
Sus
ojos mostraban fuego y Quatre se asusta un poco ya que nunca lo había visto tan
molesto, Trowa se agacha y sujeta los hombros de Quatre y lo mueve fuerte,
Quatre cierra con fuerza sus ojos al sentir dolor y al abrirlos mira duramente
a Trowa
Quatre.
No has cambiado nada
Las
palabras del rubio sonaban tan resentidas que al ojiverde se le baja un poco el
coraje y reacciona, soltándolo enseguida, el ex bajista lo miraba con tristeza
Quatre.
Salte
Trowa.
¿Qué?
Quatre.
Salte de la habitación, no te quiero ver
Trowa.
Pero...
Quatre.
Vete o llamo a la enfermera
Sentía
que temblaba, le daba mucho gusto tener ahí a Trowa, porque quería decir que
por lo menos se preocupaba por él, pero le daba tristeza darse cuenta que el
ojiverde era el mismo tonto caprichoso de siempre, y por mucho gusto que le
diera verlo, no quería seguir siendo la presa favorita de él
Trowa.
Está bien, pero cuando salgas de aquí... voy a hablar seriamente contigo
Sin
decir nada más el ojiverde sale por fin de la habitación, Quatre tenía el
rostro sonrojado, no podía creer lo que había oído, Trowa tenía algo importante
que decirle, no sabía de qué se trataba, solo sabía que había visto en la
mirada del chico, una expresión nueva para él ¿sería que en realidad Trowa si
había cambiado?...
Desde
que había recibido la visita de Marshall, Hilde no podía sacar de su cabeza
todo lo que había recordado y las mismas palabras de aquel hombre, no sabía con
exactitud que pasaba, pero se daba cuenta que no era nada bueno, y que
probablemente Dorothy tenía que ver en ello, nunca había confiado plenamente en
su compañera, aunque no se llevaban tan mal, siempre había visto en ella algo
extraño
Hilde.
¿Estará pasando algo muy malo? ¿Qué debo hacer?
Era
de madrugada pero no tenía sueño, se sentía atormentada y no sabía porque, si
quería puntualizar las cosas lo haría comenzando por la misteriosa desaparición
de su novio, sobre todo después de haber sido indemnizado por un par de
millones de Dólares de la demanda por violación, y si lo pensaba bien, Noin
tenía razón, Erick no había tenido las reacciones que pudieran esperarse de
alguien que sufrió de violación, era cierto que cuando se lo confesó había
llorado, pero al hacerse las audiencias con Duo, no se mostraba traumado o con
secuelas del daño, sobre todo al ser heterosexual y ser violado por otro
hombre, eso debería ser aún más traumático
Hilde.
¿Será que era una trampa?
Daba
vueltas en su cama, la posibilidad era cada vez más grande. Su segundo punto a
considerar era la desaparición de Sylvia Noventa, la conductora había sido
pareja de Erick y además amiga de Dorothy, así mismo su ex novio era amigo de
Dorothy, eso creaba un círculo entre los tres, pero si lo pensaba bien,
recordaba que cuando la rubia había sido interrogada en el juzgado se había
contradicho en su declaración del tiempo de conocer a Erick ¿sería que eso era
mentira y ellos jamás habían sido amigos? Pero la rubia se lo había presentado,
y si lo pensaba bien ¿por qué se lo había presentado? La rubia jamás había
mostrado interés en su vida amorosa, y un día de primera hora se le había
ocurrido presentarle a alguien para que no estuviera sola ¿acaso desde ahí
había comenzado el engaño? ¿Había sido ella una coartada?... sorprendida se
sienta de golpe, comenzaba a sudar
Hilde.
¿Será posible?
Cavilando
las ideas se comienza a morder las uñas, ya tenía una pista ¿pero a qué la
llevaba? ¿Acaso Dorothy y Erick se habían encargado de desaparecer a Sylvia
Noventa? ¿Pero con qué motivo? No tenía sentido, a menos que Sylvia Noventa no
estuviera del todo desaparecida ¿y si Erick y ella habían escapado juntos?
Necesitaba verse con Marshall y preguntarle cuando había desaparecido su hija,
porque podía ser que su sospecha fuera cierta y que la conductora hubiera
escapado junto con Erick y el dinero de la indemnización, solo de pensarlo se
le revolvía el estómago. Pero esa sospechaba dejaba fuera a la bajista, aun así
no podía dejar de sospechar de ella
Hilde.
Ahora que lo recuerdo...
La
guitarrista siente la sangre fría cuando recuerda la penosa escena de cuando
una chica rubia había irrumpido en la casa gritándole horrores a Dorothy y
pidiendo verla (capítulo 17) se veía muy enojada y dolida
"¡Dame
la cara maldita Dorothy!"
"¿Por
qué no de una vez les dices quien eres en realidad?"
"Nunca
te perdonaré lo que le hiciste ¡te hundiré maldita!"
"¡No
te saldrás con la tuya, todo se paga en ésta vida!"
Recordaba
bien las palabras dichas por aquella chica, su compañera jamás había vuelto a
tocar el tema, también recordaba muy bien su rostro, tenía la sensación de que
la había visto en algún otro lugar pero no estaba segura, lo que le intrigaba
es saber que pudo haberle hecho Dorothy para que se hubiera puesto así de
alterada, debía de haber sido algo muy malo
Hilde.
¿Y qué gano yo? ¿Me estaré metiendo en un lío grave sin tener beneficio?...
pero ¿y si Duo está en la cárcel injustamente?... pero él, se declaró
culpable... algún motivo debió tener, pero... perdió millones y acabó en la
cárcel ¡No entiendo!
Desesperada
se cubre la cabeza con la sábana y se acuesta nuevamente, quedándose quieta
unos momentos
Hilde.
Tal vez no me concierne pero... si ese idiota en verdad me engañó, merece un
castigo
Si
lo pensaba detenidamente si obtenía una especie de beneficio, lograría vengarse
de un maldito charlatán que la había embaucado, ella era una chica popular
entre los chicos, y ninguno venía a burlarse de ella. En unas horas más
comenzaría a hacer una pequeña investigación, solo esperaba no meterse en
serios problemas...
Sin
despegarse un solo segundo de la habitación, Trowa aguardaba afuera, ya
comenzaba a atardecer, se sentía desesperado, quería tener a Joe frente a él
para partirle la cara y romperle todos los huesos del cuerpo, pero Quatre no le
había querido decir donde estaba, ese era un inconveniente... sentía que
comenzaba a dormitar cuando unas pisadas llaman su atención, dos hombres
llegaban acompañados del Doctor que lo había dejado ver a Quatre
Doctor.
Ellos son agentes de la policía, quieren interrogar a Quatre
Enseguida
Trowa se pone de pie y uno de ellos enseña su placa, el ojiverde la mira unos
momentos y después mira al Doctor
Trowa.
¿Puedo entrar también?
El
Doctor voltea con uno de los agentes para buscar afirmación y éste acepta, el
otro abre la puerta y enseguida el rubio voltea sorprendiéndose de ver a esos
hombres, al Doctor y Trowa juntos, los cuatro se acercan a la camilla
Doctor.
¿Cómo te sientes?
Quatre.
Me duele todo
El
ex bajista sonríe desanimado y Trowa aprieta los dientes con fuerza, frunciendo
el ceño
Doctor.
Te daré unos calmantes en cuanto los agentes te interroguen
Quatre.
¿De qué habla?
Doctor.
Necesitan levantar un Acta si decides acusar a tu agresor, lo tienen detenido
Quatre.
No, no quiero... váyanse
Apenado
el rubio gira su cabeza hacia la ventana y cierra sus ojos, los agentes se
voltean a ver seriamente, estaban acostumbrados a ver que la víctima no
quisiera levantar una acusación oficial, el Doctor se sorprende por la falta de
coraje en el rubio, mientras que Trowa se enoja por completo
Trowa.
No seas idiota
Enseguida
el rubio voltea hacia él y lo mira arrugando el entrecejo
Quatre.
No te metas Trowa
Trowa.
No seas débil, demándalo ¿no te has visto?
Quatre.
No tienes derecho a meterte
Trowa.
Claro que sí porque yo te...
Sonrojándose
el rubio ablanda su mirada y aprieta una de sus manos, mirándose uno al otro,
los tres restantes se quedan completamente callados, el Doctor se imaginaba que
era una pelea entre amantes porque el ojiverde se había presentado como su
novio, en cambio el rubio se sentía nervioso, Trowa no le había dicho la razón
de porque se entrometía y por breves segundos se imaginaba la tonta idea de que
estaba enamorado de él, pero eso era absurdo
Trowa.
Olvídalo... pero quiero que regreses a New York y ese maldito abusivo debe
pagar por lo que te hizo
Quatre.
¿Por qué?
Trowa.
¿Por qué? Te golpeó
Quatre.
¿Y a ti que más te da?... si jamás te he importado
Sorprendido
y entristecido, Trowa baja su mirada y aprieta ambos puños, quería decirle de
una vez al rubio que lo amaba, que quería que Joe tuviera su castigo por haber
tocado su preciado cuerpo, aquel que estaba deseando cada día de su inútil
existencia, pero no quería hacerlo ahí bajo aquellas circunstancias, y con esos
tipos presenciando, era mejor mantenerse indiferente, entonces dibuja una
sonrisa cínica
Trowa.
Es cierto, pero me sentía en deuda contigo, es todo
Al
oír aquellas palabras Quatre siente que le han clavado un puñal en el corazón,
no le extrañaba de Trowa que dijera algo así, pero por algunos momentos había
pensado en la estúpida y loca idea de que el ojiverde le diría que sí le
importaba, y que lo quería, que no le iba a importar que esos sujetos
estuvieran presentes, pero como siempre había pensado de forma ridícula e
infantil. A Trowa por su parte sus crueles palabras le habían herido
profundamente, se suponía que a partir de ese momento se dedicaría hacer feliz
al rubio, pero por su expresión se daba cuenta que solamente lo estaba dañando
más
Trowa.
Espero afuera... ojalá tomes la decisión correcta
Sin
mirarlo por última vez, el ojiverde se aleja y sale de la habitación, Quatre
aprieta los labios y hace un enorme esfuerzo porque sus ojos no se humedezcan
ante la presencia de los 3 hombres en la habitación... minutos después los dos
agentes y el Doctor salen de la habitación, Trowa esperaba de pie con un café
en las manos
Trowa
¿Qué decidió?
Agente.
Continuó en su postura de no demandar, soltaremos al agresor por la mañana
Trowa.
Maldita sea
Agente.
Es común, por miedo a veces no se deciden a acusar ¿qué es usted de él?
Trowa.
Solo un amigo
Al
decirlo el ojiverde se muestra más serio que de costumbre, el Doctor se extraña
pero no comenta nada, tal vez eso de que era solo su amigo era mentira, o tal
vez lo de que eran novios lo era, aunque por lo que veía, esos dos tenían
fuertes problemas, pero no era asunto suyo, solo se dedica a acompañar a los
agentes, Trowa lo duda unos momentos pero se decide a entrar a la habitación,
Quatre estaba adormilado por los analgésicos para el dolor que le habían dado y
enseguida voltea hacia la puerta
Quatre.
Déjame descansar
Trowa.
¿Por qué no quisiste?
Quatre.
No te importa
Trowa.
Claro que sí
Quatre.
¿Por qué?
Aún
con esperanza el rubio voltea hacia Trowa, viéndolo acercarse a la camilla
Trowa.
Lo que te hizo fue horrible
Quatre.
¿Por eso te importa? ¿Por qué fue horrible que me golpeara?... y si ¿te digo
que también me violó?
Las
lágrimas se forman en los ojos de Quatre, y Trowa se muestra enfurecido, el
hecho de que lo golpeara le parecía horrible, ahora oír que también lo había
abusado sexualmente le resultaba atroz
Trowa.
Lo voy a matar, dime donde lo encuentro
Quatre.
Deja de fingir, si no te importo ¿por qué lo haces? Si no me quieres ¿por qué
el afán de desquitarte? No te entiendo
Trowa.
Porque... yo... ¡maldita sea Quatre!... detesto... odio que seas tan débil,
necesitas, de alguien que te proteja
Quatre.
¿De qué hablas? No seas egocéntrico
Trowa.
Piensa lo que quieras... por lo pronto recupérate, para volver
Quatre.
¿Por qué quieres que vuelva?
Trowa.
... Irea está en casa
Era
obvio que aquella no era la respuesta que el ojiverde deseaba darle a Quatre,
se moría de ganas por decirle que deseaba tenerlo a su lado, pero si lo decía
en esas circunstancias era probable que incluso el rubio pensara que lo hacía
por lástima, por eso estaba decidido a esperar un poco más
Quatre.
¿Irea?... ¡Irea! ¿Cómo me pude olvidar de ella?
Asustado
el rubio recuerda que su hermana le había llamado desde Londres para decirle
que iría a New York a visitarlo, pero con tantos problemas lo había olvidado
por completo... una sonrisa aparece en su rostro
Quatre.
¿Ella está bien?
Trowa.
Sí, le prometí llevarte de vuelta
Quatre.
Ya veo... es por eso
Su
sonrisa se borra y vuelve a cerrar sus ojos, Trowa lo contempla unos momentos
Quatre.
Quiero descansar ¿sales por favor?
Trowa.
Sí... que... duermas bien
Quatre.
Gracias
El
rubio se sonroja por las palabras de Trowa, era una tontería pero viniendo de
él le sorprendía bastante, el ojiverde se marcha sin decir más...
Ya
era de día en New York y a primera hora sin haber dormido bien, Hilde sale de
la casa de las Dark Sound sin ser vista por sus compañeras, antes de hacerlo
había llamado a Marshall y habían quedado ir a comer para platicar de la
supuesta desaparición de Sylvia Noventa, mientras llegaba esa hora decide ir a
un local de diseño gráfico donde tenía a un conocido que sabía hacer retratos
hablados, quería tener por lo menos una imagen dibujada de la chica rubia que
había insultado a Dorothy, después investigaría donde poder encontrarla, tenía
muchas preguntas que hacerle.. cuando sale del lugar con el retrato hablado
dentro de un fólder, decide hacerle una pequeña visita a su antigua manager,
Noin no salía mucho de casa así que seguramente la encontraría ahí. Cuando
Lucrecia abre la puerta se alegra de ver a la morena ahí
Hilde.
Hola Noin, hola bebé
Sonriendo
ampliamente se agacha un poco y acaricia el vientre de Noin, después ella la
invita a pasar y acepta
Noin.
Que sorpresa, creí que me odiabas
Hilde.
Precisamente por eso vine
Noin.
¿A decir que me odias? Que cruel
Hilde.
No... por lo que hablamos aquel día
Noin.
Te escucho
Ambas
mujeres toman asiento en la sala y Hilde le cuenta a Noin todo lo sucedido,
también de las conclusiones a las que había llegado, la ex manager se sorprende
por todo lo que oye, no podía creer que la guitarrista hubiera pensado en
tantas cosas, si hubiera sido detective ganaría mucho dinero
Hilde.
¿Qué piensas?
Noin.
Mnh... ¿puedo ver el retrato?
La
morena afirma con la cabeza y abre el fólder, mostrando el retrato hablado que
su amigo le había hecho, enseguida Noin palidece un poco y abre sus ojos
ampliamente, Hilde se asusta por la expresión de la mujer
Hilde.
¿Qué sucede?
Noin.
Es Chris, ella era la asesora de imagen de The Wings
Hilde.
¿Qué dices?... ¡Con razón, creí haberla visto en otro lugar! ¿Cómo lo sabes?
Noin.
Zechs me lo contó, él intentó salir con ella pero resulta que ya estaba con
alguien
Hilde.
Ya veo ¿sabes dónde la puedo encontrar?
Noin.
Ella murió Hilde
La
guitarrista se sorprende y cierra el fólder, dejándolo a un lado suyo sobre el
mueble
Hilde.
¿Cómo?
Noin.
Fue encontrada muerta, le dieron un balazo en la cabeza, también había sido
violada
Hilde.
Qué horror
Noin.
Hilde, ella era amante de Catherine Barton
Hilde.
¿Catherine Barton?.. Barton... ¿tiene algo que ver con Trowa Barton?
Noin.
Sí, son hermanos
Hilde.
Ella sufrió un atentado ¿no?
La
ex manager afirma con algo de temor y enseguida se prende la mente de Hilde,
enseguida comienza a temblar
"Nunca
te perdonaré lo que le hiciste ¡te hundiré maldita!"
Hilde.
A eso se refería
Noin.
¿De qué hablas?
Hilde.
Noin, tú nunca hablaste conmigo ¿sí?
Noin.
¿De qué hablas?
Hilde.
Por tu bien y el del bebé... Dorothy es una asesina
Noin.
¡¿Qué?!
Para
nadie era un secreto que Dorothy estaba loca y que era muy extremista, pero de
eso a ser una asesina era mucha acusación, pero por el rostro pálido y la
mirada de sorpresa de Hilde, Noin se da cuenta que hablaba en serio
Hilde.
Cuando Chris entró a la casa ese día dijo que jamás le perdonaría lo que le
hizo y que la hundiría, supongo que hablaba de Catherine
Noin.
¿Crees que ella la atacó?
Hilde.
Es probable
Noin.
¿Pero por qué lo haría?
Hilde.
No sé, celos o algo así
Noin.
¿Celos?
Hilde.
Tal vez fueron amantes
Noin.
No te entiendo ¿por qué lo dices?
Hilde.
Ella es lesbiana, la descubrí con Relena
Noin.
¿Qué?
Nuevamente
la ex manager estaba confundida, era mucho descubrir de Dorothy en un día,
además eso de que la había visto con Relena lo hacía aún más extraño
Hilde.
Eso no es importante, el hecho es de que...
La
morena se calla así misma cuando otra idea la viene a la mente, Noin la mira
fijamente y sin entender que le sucede en esa ocasión
Hilde.
¡Tiene lógica!
Noin.
¿De qué hablas?
Hilde.
¿Qué más odia Dorothy en el mundo?
Noin.
No sé
Hilde.
Perder Noin, ella no soporta perder ¿y ante quién perdemos siempre?
Noin.
¿The Wings?
Hilde.
¡Así es!
Noin.
Explícame
Hilde.
Mira, ella siempre tomaba las iniciativas de nuestras venganzas contra ese
grupo
Noin.
Así es
Hilde.
Lo hizo para destruirlos
Noin.
¿Cómo crees? Sería enfermo, es demasiado
Hilde.
Así es... hundió a Duo en la cárcel ¿no? Me utilizó para allegarse de más
pruebas y que Erick resultara ganador, hirió a la hermana de Trowa para
distraerlo y que el grupo terminara de desintegrarse, y al ver que la tal Chris
sabía del atentado contra esa chica decidió callarla matándola
Noin
escuchaba y seguía sin creerlo, pero todo sonaba muy convincente, aunque
comparado con la realidad, aún le faltaba mucho a Hilde para descubrir todo el
hilo negro
Hilde.
Tal vez Sylvia Noventa era su cómplice, sigo creyendo que se fugó con Erick
Noin.
Aún te falta entrevistarte con su padre
Hilde.
Lo sé pero estoy casi segura... Dorothy es una asquerosa rata
Noin.
¿Crees que el accidente de avión...?
Hilde.
No, creo que ese fue un desafortunado suceso aislado
Noin
agacha ligeramente la cabeza y Hilde también se entristece, sería demasiado
cruel que la rubia también hubiera sido culpable de ese crimen... Hilde había
llegado a conclusiones importantes, y sin darse cuenta estaba por llegar al
centro de todo, si el abogado de Duo oyera todas sus deducciones, el ex
trenzado estaría fuera de la cárcel lo más pronto posible, lamentablemente
Hilde aún no tenía ninguna prueba, todo se basaba en meras especulaciones...
Por
órdenes de Trowa, el abogado que había contratado el ex baterista visita la
cárcel donde se encontraba el ex guitarrista, ahora sí pretendía ir con todo
para sacar a Duo de ahí. Por eso a pesar de que el ojivioleta no quería verlo
en esos momentos, logra entrar a la enfermería y hablar con él, aunque al
principio Duo se negaba siquiera a dirigirle la palabra
Duo.
¿Y entonces obtuviste más pruebas?
Richard.
Aunque el jurado te dictó sentencia inocente, hemos tenido tiempo para analizar
la copia del video que nos prestó un empleado del Antro, pero lejos de eso no
mucho, eso es en cuanto a la violación, en cuanto al asesinato de Kim...
Duo.
Yo lo maté
Richard.
No es verdad
Duo.
Claro que sí, él abusaba de mí, lo odiaba Richard
Si
en algo era malo Duo era para mentir, su mirada era realmente una delatora
Richard.
¿Por qué te culpaste de eso?
Duo.
Porque lo hice, no me culpé, yo lo maté
Richard.
Pero...
Duo.
Entiende, tengo en total 10 años de condena, el homicidio se declaró como no
doloso, por eso no se consideró grave, si aclaramos lo de la violación eso deja
6 años de cárcel, y bien sabes que por buena conducta se reduce la condena
El
ex guitarrista lo tenía todo planeado, quería salir de la cárcel pero no iba a
inculpar a Hitoshi, sobre todo porque él tenía algo por lo que vivir fuera de
los barrotes. Él estaba decidido a seguir con su vida, eso no había cambiado,
por eso quería retractarse en que él fuera el violador del tal Erick, eso le
dejaba su condena a menos años y ya era ganancia...
Después
de verse con su cliente, el abogado sale de la enfermería para salir de la
cárcel, era muy deprimente ver a tantos criminales y gente inocente encerrada,
un guardia le hacía el favor de acompañarlo hasta la salida, pero cuando pasa
por la habitación de visitas se topa con un chico de aspecto lúgubre, de
estatura media, ojos y cabellos café, le miraba fijamente, después le pregunta
si es el abogado de Duo y al encontrar la respuesta afirmativa, le pide que
hablen, necesitaba algo que decirle respecto del ojivioleta...
Llega
la hora acordada por Hilde y Marshall para verse y platicar sobre la hija de
él. Antes que todo se saludan y la chica pregunta como la investigación, pero
él solo tenía unos cuantos testimonios de gente que había estado con su hija
antes de la desaparición, lo cual no era completamente inútil, pero realmente
no era muy importante. Enseguida entran al Restaurante y piden algo ligero, eso
los ayudaba a conversar mientras comían
Hilde.
Señor Noventa ¿cuándo desapareció su hija?
Marshall.
Días después que la despidieran de la revista para la que trabajaba
Hilde.
¿Por qué la despidieron?
Marshall.
Por difamación
Hilde.
¿Difamación?
Marshall.
¿Recuerdas a ese grupo The Wings?
Hilde.
Claro
Marshall.
Ella levantó una acusación entre dos de sus integrantes
Hilde.
Lo recuerdo ¿Y solo fue por eso?
Marshall.
Esa fue la excusa que usaron, pero al parecer, mi hija... se metió con uno de
ellos
Hilde.
¿Sexualmente?
Marshall.
Sí... me avergüenzo de ello, pero a pesar de todo es mi hija y la amo, temo por
su vida
Al
oír lo último Hilde se sorprende y también se preocupa
Hilde.
¿Por qué?
Marshall.
Poco después de que la despidieran recibió un paquete
Hilde.
¿Qué contenía?
Marshall.
Nunca lo supe, pero cuando ella lo abrió se asustó y se retiró corriendo a su
habitación, días después desapareció
Hilde.
Señor ¿para qué revista trabajaba?
Marshall.
Para Golden... dime ¿qué has pensado de todo?
La
chica lo piensa seriamente antes de contestar al señor Noventa con la verdad,
no quería asustarlo con simples especulaciones
Hilde.
Pienso que ella y Dorothy seguían en contacto, y que ella pudo escapar con
Erick
Marshall.
¿Qué dices? ¿Por qué crees eso?
Hilde.
Mi compañera siempre odió al grupo The Wings ¿recuerda que uno de sus
integrantes fue acusado de violación?
Marshall.
Algo oí de eso
Hilde.
La supuesta víctima era Erick
Marshall.
¿Qué? ¿El sujeto que era novio de mi hija?
Hilde.
Si ¿y recuerda que le dije que no podía ser el mismo que había sido mi novio?
Marshall.
Si
Hilde.
Pues ahora no lo creo así, son la misma persona, estoy muy segura de ello...
Erick ganó la demanda y con el dinero que ganó de la indemnización huyó y se
fue con Sylvia
El
señor Noventa no lo podía creer, sabía que el sujeto ese era ambicioso y ruin,
pero su hija no era así, sería incapaz de algo tan horrible, y sin haberse
despedido, continuaba creyendo que había desaparecido
Marshall.
No tiene sentido
Hilde.
¿Por qué?
Marshall.
Ellos terminaron mal, mi hija lo odiaba
Hilde.
¿Qué?
Marshall.
Él estaba obsesionado con ella, mi hija se asustó y lo alejó
Hilde.
Pero...
Marshall.
¿Cuándo se dio sentencia al muchacho de la banda?
Hilde.
Hace casi 4 meses
Marshall.
Mi hija despareció un mes atrás
Aquello
deja a Hilde confundida, gran parte de lo que había deducido se venía abajo
descartando que Sylvia Noventa hubiera huido con el desgraciado de Erick
Hilde.
Tal vez lo esperó y decidió irse antes, así no relacionarían sus fechas de
desaparición
Marshall.
No miento si te digo que ella lo odiaba
Hilde.
Pero el dinero...
Marshall.
Siempre fuimos de familia adinerada, tenía todo lo que necesitaba y mucho más
Hilde.
¿Entonces?
Marshall.
Si me dijeras que él la raptó entonces te creería
Hilde.
¿Cree que sea posible?
El
señor Noventa se queda mudo unos momentos, no sabía que responder hasta que
recuerda lo primero que Hilde le había dicho de sus suposiciones
Marshall.
Con ayuda de Dorothy
Hilde.
¿Cree que ella ayudó a secuestrar a su hija?
Marshall.
¡Sí!... le digo que mi Sylvia recibió un paquete extraño
Hilde.
¿El paquete ya no está en su casa?
Marshall.
No, desafortunadamente no
Hilde.
Aquí hay algo turbio, deje le cuento el resto...
La
guitarrista de Dark Sound le comienza a contar todo al señor Noventa, no
dejando escapar ningún detalle, aun cuando él no supiera quienes eran Chris,
Catherine o cualquier otro nombre desconocido para él, pero toda la historia le
resultaba interesante, estaba de acuerdo con la chica en que Dorothy traía algo
turbio entre manos...
Era
de noche y Trowa veía pasar de vez en cuando a enfermeras para checar a los
pacientes, no podía dormir porque su idea de venganza contra Joe aún le
carcomía las entrañas, si por él fuera lo mataría, pero eso podía llevarlo a la
cárcel y lo único que más quería en el mundo era estar cerca de Quatre,
obviamente dentro de la cárcel no lo podría hacer, pero eso no quería decir que
el tal Joe se saliera con la suya, a la mañana siguiente saldría en libertad y
él se encargaría de encararlo...
La
enfermera que había revisado la habitación de Quatre se aleja no sin antes
dedicarle una sonrisa coqueta al ojiverde, él no descarta el coquetearle con la
mirada porque era realmente muy linda, pero en cuanto ella se va por completo,
se levanta del asiento y entra a la habitación donde estaba el rubio durmiendo
plácidamente, se veía tan tierno a pesar de los golpes en su cara, que no se
resiste para acercarse y contemplarlo
Trowa.
Te lo diré cuando estemos de regreso... y me amarás tanto o más de lo que me
amaste cuando te humillaba... y te haré feliz
Como
madre que besa a su hijo, Trowa se acerca a Quatre y le da un beso en la
frente, el rubio estaba dormido pero arruga un poco el entrecejo cuando recibe
aquel inocente beso
Trowa.
En cuanto a ese Joe... me aseguraré de que nunca más ponga un dedo sobre ti
Sonriendo
triunfal se sienta en el suelo cerca de la ventana mientras continúa mirando al
rubio, sin darse cuenta se queda dormido...
Hilde
regresa a casa más confundida que antes de salir, por eso debía investigar más,
entonces desde su habitación entra a Internet desde su computadora portátil y
busca la página de la revista Golden, así como otras páginas donde hablaban de
los escándalos recientes de The Wings, en su computadora crea un archivo de
texto y comienza a anotar todos los sucesos con fechas, seguro le servía de
algo...
En
la página de la revista Golden encuentra un teléfono al cual comunicarse, haría
un par de preguntas que esperaba le pudieran resolver y además entra a páginas
de registros, no le vendría mal saber quién era el dueño de la revista, tal vez
había algo más detrás del despido de Sylvia, porque no era raro que algunos
periodistas, sobre todo los dedicados al espectáculo, hicieran acusaciones
falsas y si no había demanda de por medio, tenían asegurados sus empleos. Sin
duda la guitarrista pasaría toda la tarde investigando...
Cuando
llega la noche, como Trowa se lo había pedido de favor, Catherine decide en
compañía de Irea hacerle una visita a Wufei en el Bar donde trabajaba, pero
para su mala suerte esa noche el ex guitarrista de The Wings no había sido
requerido para asistir. Ambas chicas estaban muy tristes porque no lo habían
podido ver, sabían de la situación del embarazo de Sally, pero siendo Catherine
una Barton que no se da por vencida fácilmente, decide investigar donde
encontrar al chico, al principio le cuesta trabajo pero convence al Barman,
quien era el único que sabía esa información. Entonces con el ánimo recuperado
las chicas se dirigen al departamento que compartían los futuros padres
Irea.
Toca
Catherine.
No, hazlo tú
Irea.
Está bien
La
pelirroja conocía del mal carácter que Wufei podía llegar a tener y se lo había
comentado a Irea, era obvio que al ver el pelinegro que se habían salido con la
suya y habían obtenido la dirección, se iba a enojar, pero al mal tiempo se le
da prisa, entonces era mejor enfrentarlo de una vez... Después de haber tocado
hay un silencio de algunos minutos antes de que el pelinegro abriera la puerta,
su sorpresa era muy grande al ver a ambas chicas ahí, no sabía cómo podían
saber de esa dirección y además Catherine se sostenía en pie gracias a una
andadera
Catherine.
Hola Wufei
Wufei.
¿Qué hacen aquí?
Aunque
su voz sonaba despectiva, la pelirroja no dejaba de sonreír contenta, Irea en
cambio estaba un poco seria, mirando la cara de enojo del ex guitarrista de The
Wings
Catherine.
Queríamos saber de ti y de Sally ¿podemos pasar?
Wufei.
No... te agradezco pero no
Catherine.
¿Por qué?
Wufei.
No creo que sea conveniente... aunque te aprecio, me traes malos recuerdos
Las
chicas no podían creer lo que estaban oyendo, sobre todo Catherine, que tenía
más tiempo de conocer al chino, era raro que él actuara así de cortante con
ella, tal vez al principio era así, pero desde la partida de Quatre se habían
vuelto buenos amigos
Catherine.
¿Yo?
Wufei.
Todos... todo me recuerda a Traize, quiero comenzar de nuevo... lejos de todo
La
pelirroja no podía dejar de sentirse triste, para Wufei perder a Traize había
sido perderse así mismo, comprendía que al lado de Sally y su hijo quería hacer
una vida nueva, pero deshacerse de todo el pasado era demasiado drástico, más
cuando ella lo apreciaba tanto, e igual sucedía con Sally, porque Catherine le
tenía mucho cariño
Catherine.
Wufei...
Wufei.
Por favor...
Catherine.
Una última vez
Wufei.
No, lo siento
Sin
querer parecer grosero pero tampoco siendo amable, Wufei cierra la puerta
dejando a ambas chicas frustradas, el ex guitarrista de The Wings se veía
realmente afligido, y de verdad lo estaba... Recargándose en la puerta da un
respiro y después se aleja, dirigiéndose a la habitación donde Sally dormía
tranquilamente, Wufei la contempla unos momentos y sonríe con ternura, no iba a
dejar que nadie les hiciera daño de ningún tipo... Irea y Catherine se voltean
a ver unos momentos, preguntándose la una a la otra que debían hacer
Catherine.
Volver a casa
Irea.
Pero...
Catherine.
A la fuerza no, yo sé que Wufei cambiará de parecer
Irea.
Te oyes segura
Catherine.
Sí, es que él es muy tozudo, pero siempre recapacita
La
hermana de Quatre confía en las palabras de su amiga, ella era la que conocía
al chico, así que seguramente estaba en lo cierto...
Comenzaba
a amanecer en París, era temprano, pero los rayos del sol ya comenzaban a
quemar, para Quatre ya era costumbre que fuera de ese modo, pero aun así por
los calmantes que le habían dado el día anterior, despierta temprano ese día,
porque había dormido más horas de las acostumbradas. Enseguida, incluso antes
de ver la hora, se percata de que Trowa estaba dormido en el suelo, su sorpresa
era grande ¿acaso se había quedado dormido ahí para cuidarlo? ¿Para velar su
sueño? La sola idea lo hacía enrojecer, aunque de antemano sabía que aquello
era imposible
Quatre.
Eso sería bueno ¿no crees Trowa?
Por
aquel detalle se sentía de buen humor, de hecho tenía hambre, sus intestinos
hacían ruidos clamando por comida, a su lado en el mueble junto a la cama tenía
el botón para llamar a la enfermera, pero lamentablemente éste estaba del otro
extremo, chasqueando los dientes molesto, se comienza a estirar para agarrarlo,
pero su estómago le comienza a doler por los golpes que había recibido y se
dobla un poco a la orilla de la cama, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo,
por el ruido Trowa despierta encontrando a un Quatre en el suelo, quejándose
del dolor, enseguida se olvida que estaba a medio despertar y se acerca al
rubio con preocupación
Trowa.
¿Qué estabas haciendo? ¿Estás bien?
Quatre.
Estoy bien, yo, quería el botón
Por
la vergüenza apenas si levanta la cabeza para mirar al ojiverde, pero para su
gran sorpresa, sin darse cuenta en que momento Trowa lo había hecho, el
ojiverde lo tenía agarrado por la espalda y las piernas, manteniéndolo sobre
sus brazos, se mantenía frío y rígido, mirando al frente, pero el rubio tenía
el rostro sonrojado, por instinto le sujeta el cuello con sus brazos y esconde
su rostro entre el cuello y hombro de Trowa, haciéndolo también sonrojar
Quatre.
Yo...
Trowa.
Tienes hambre ¿cierto?
El
ojiverde no quería oír nada por parte del rubio que lo hiciera declararle su
amor en esos momentos, por eso lo había interrumpido, pero Quatre lo interpreta
de otra forma, sintiéndose triste por la siempre indiferencia del ojiverde,
entonces levanta su rostro y desvía la mirada sin quitar los brazos de su
cuello. Trowa deja a Quatre sobre la cama y éste le suelta el cuello, el
ojiverde lo mira fijo unos momentos, en cambio él no se animaba a verlo
Trowa.
Te traeré algo de comer
Quatre
no dice nada y el ojiverde sale de la habitación, Quatre empuña con fuerza sus
manos y frunce el entrecejo
Quatre.
De veras que eres tonto, sabes cómo es él y estás de bobo, pero ya no...
compórtate de una buena vez y deja de sufrir por él
Ésta
vez el rubio sonríe con satisfacción sintiéndose aliviado, debía convencerse
primero así mismo que Trowa iba a formar parte del pasado, y que pronto en un
par de meses se iba a olvidar completamente de él... pocos minutos después
Trowa regresa con una charola de comida, se trataba de jugo de naranja, un poco
de pan y gelatina, el rubio sonríe solo de ver la comida ya que tenía muchas
horas sin probar algo, el ojiverde deja la charola en la base metálica de
ruedas y la coloca sobre Quatre a la altura de su pecho
Trowa.
Si quieres algo más, me dices
Quatre.
¿Eh?.. ah sí... gracias
En
silencio el rubio comienza a comer, mientras que Trowa se acerca a la ventana
para mirar hacia fuera, llevándose ambas manos tras a espalda, el rubio no
dejaba de comer, pero voltea a ver al ex baterista
Quatre.
¿Y cómo está Catherine?
Trowa.
Bien, pronto caminará
Quatre.
¿En serio? Que felicidad
Más
animado aún, el rubio come con más entusiasmo, la gelatina estaba mala y el
jugo no le gustaba tan fresco, pero le alegraba saber que su amiga se encontraba
con bien y casi recuperada. Trowa se gira hacia el chico, mirándolo comer
Trowa.
¿Qué hiciste estos meses?
Quatre.
¿Eh?
Trowa.
¿Joe siempre te trato mal?
Si
no fuera porque el rubio conocía a Trowa, pensaría que el gesto que el chico
ponía era de tristeza y enojo
Quatre.
No, fue hace días... cuando descubrí que nos filmaba teniendo sexo
Trowa.
¿Qué?
Quatre.
Y me ocultaba de cómo estaban las cosas... Trowa si yo... hubiera sabido que
estabas tan mal... habría... ido a verte
A
pesar de sus múltiples auto promesas, Quatre falta a una de ellas y se muestra
nuevamente débil ante el ojiverde, que continuaba mirándolo fijamente, Quatre
no lo notaba, pero el corazón de Trowa latía a prisa, no quería mostrarse
sonrojado y entonces se voltea otra vez hacia la ventana, mirando afuera, el
rubio se entristece por la falta de respuesta
Trowa.
Y me hiciste falta
Asombrado
el rubio se sonroja hasta las orejas, tal vez su oído le había jugado una de
las más crueles bromas, pero sabía que había oído muy bien, no podía haber
errores
Quatre.
Trowa...
Trowa.
Debo salir un momento...
Rápidamente
se gira y con la cabeza agachada se marcha sin dejar mostrar su rostro, Quatre
le había seguido con la mirada, aún incrédulo, incluso su hambre se había
esfumado casi por completo... Al salir el ojiverde de la habitación su corazón
aún latía deprisa
Trowa.
Idiota, casi lo arruinas
Estaba
enojado consigo mismo por casi estropear las cosas, no quería confesarse a
Quatre en un Hospital, y no es que estuviera esperando estar en un lugar
demasiado hermoso y en una situación muy romántica, pero aun así no quería ese
lugar ni esa circunstancia... ahora Trowa se retira, iría a donde tenían a Joe
para encararlo, antes le preguntaría al Doctor de que agencia o comisaría
habían ido los hombres del día anterior...
Era
de noche, pero Hilde continuaba investigando, había tenido varios logros, entre
ellos, entrando a las páginas de Internet del Gobierno se había dado cuenta que
el abuelo de Dorothy tenía una gran cadena de empresas dedicadas al
espectáculo, aunque claro, no sabía que era el dueño de muchas otras más,
incluyendo Producciones Colmillo Blanco, con la que había hecho desaparecer a
The Wings, y también Producciones Romefeller, la disquera con la que Dark Sound
había firmado contrato, y que aparecían en los registros con otros nombres de
dueños. Quizás lo más relevante de esa investigación era que el señor Dermail
aparecía en los registros como el dueño de la revista Golden, con la que Sylvia
Noventa tenía contrato de trabajo
Hilde.
Ganar o Morir. Lo estás cumpliendo ¿verdad Dorothy?
Aunque
quería ser de ayuda, se sentía nerviosa por lo que cada vez iba descubriendo de
todo el enredo, estaba muy segura de que su compañera había hecho malas jugadas
con tal de conseguir el triunfo, en parte de sentía culpable por el alcance que
había tenido todo... debido a que había pasado toda la tarde investigando, no
había comido nada después de haberse visto con Marshall, por eso decide dejar
las cosas por el momento así, guarda todo y apaga su computadora, entonces sale
de su habitación, la cual se encontraba del extremo opuesto al de Relena, por
lo que para llegar a las escaleras tenía que pasar por la de Dorothy, al
parecer la rubia aún estaba despierta, pues por debajo de la puerta se
alcanzaba a ver una luz, no le toma mucha importancia y baja por algo de cenar,
decide comerlo en su habitación y por eso se lo lleva. Al pasar esa vez por la
habitación de la bajista escucha que ésta habla en tono más elevado, tal vez
creyendo que sus compañeras estaban dormidas, Hilde se interesa y acerca el
oído a la puerta
Dorothy.
¡Entiéndelo abuelo! No es cualquier cosa... sí, estoy de acuerdo en eso...
¿Qué? ¿Estás loco o qué?... Estás tan metido en esto como yo... ¡No me digas
estas estupideces ahora!... ¿Y crees que me importa?... Sería mejor si ella
desaparece ¿no crees?... ¡Olvídate de esa promesa! Recuerda que pasó lo mismo
con Chris, fue su decisión, y le costó la vida...
Al
oír las últimas palabras, la piel de Hilde palidece, por momentos en la
habitación de la rubia se escucha silencio, como si aquel con quien hablara le
estuviera explicando algo
Dorothy.
Jajajaja y ahora dices idioteces ¿qué pasa si ese tipo se quiere pasar de
listo?... ¡Vaya cosa! Si todo lo quieres resolver con eso... pero entiende
que... No, escúchame tú... Solo estás creando cadena tras cadena, hasta que
dejes todo en bandeja de plata, es mejor pensar fríamente... Pues déjame
pensarlo ¿sí?... ya cumplimos nuestro objetivo, los destruimos abuelo, era lo
importante
Aunque
estaba muy interesada en oír más, Hilde no lo soporta y se retira, no quería ni
imaginar que pasaría si Dorothy se daba cuenta que oía su siniestra
conversación quien sabe con quién, por eso regresa asustada a su habitación,
ahora no le cabía duda, la rubia tenía que ver con lo que le había sucedido a
The Wings, ahora incluso comenzaba a sospechar de que el accidente de avión no
fuera un hecho aislado como antes había pensado, sino que se trataba de otro
maléfico plan de la bajista ¿acaso estaba loca? No podía imaginar que su
compañera escondiera tanta maldad. Esa noche le cuesta mucho lograr dormir...
Justo
a tiempo, Trowa se presenta en la comisaría minutos antes de que Joe fuera
puesto en libertad, no era tan tonto como para encararlo frente a ese lugar,
los policías podían interferir y entonces él estaría detenido en lugar de ese
sujeto... desde un par de metros tras una amplia pared, Trowa esperaba a que
Joe saliera, no pasan más de diez minutos cuando por fin logra verlo, su
expresión era de disgusto y de forma pomposa se sacude la ropa arrugada y con
los dedos intenta acomodar su cabello, como si no hubiera hecho nada malo, se
muestra enojado y comienza a caminar, el ojiverde lo sigue pero manteniendo su
distancia, se conocían el uno al otro y no le convenía el escándalo público...
Trowa
camina tras Joe por varios metros y un par de minutos, suponía que tal vez ese
sujeto no viviera muy lejos, pues de lo contrario habría tomado un transporte
público, para él resultaba conveniente de esa forma
Trowa.
Maldito, no sabes las ganas que tengo de molerte a golpes
Para
el ojiverde era un martirio estar tan cerca de Joe y no poder echársele encima
como bestia salvaje, de verdad que le estaba costando mucho trabajo contenerse,
pero todo lo hacía por el rubio... por la forma en que Joe disminuía el paso,
Trowa pensaba que tal vez se estaban acercando al lugar donde tenía su
residencia, se sentía muy emocionado, pero cuando por fin llegan a ese lugar se
da cuenta que se trataba de una especie de privado, a lo lejos se podían ver
múltiples casas y departamentos, pero cerca de donde estaban ellos, había una
caseta de vigilancia, con decepción se detiene y ve como Joe se acerca y sale
un hombre alto y delgado, no mayor de 40 años, Joe lo saluda y segundos después
entra
Trowa.
Maldición ¿Qué haré?
El
ojiverde no contaba con aquel horrible detalle, ahora debía pensar en una buena
opción para poder entrar... no muchos minutos después, al ex baterista se le
ocurre que podría engañar al vigilante diciéndole que era amigo de Joe, pero
enseguida descarta esa idea porque seguro que el vigilante le llamaba por el
interfono para confirmar
Trowa.
¿Qué más podré hacer?
Como
un niño que ha ideado una buena travesura, Trowa sonríe guasonamente y se aleja
de ahí muy esperanzado en que su plan funcione. No mucho después regresa con
una caja, la ocultaba en la bolsa derecha de su pantalón, la caseta de
vigilancia estaba a unos diez metros de él hacia su lado derecho, mira el lugar
residencial unos momentos y decide caminar como cualquier peatón por enfrente,
pasa la caseta sin mayor problema dándose cuenta que el vigilante miraba la
televisión entretenido y entonces cuando se ha alejado lo suficiente hacia la
derecha, saca la caja de su pantalón y la abre, saca de ahí dos bengalas y también
un encendedor, enciende ambos objetos y con toda su fuerza los lanza por encima
de las casas
Trowa.
¡Fuegooo!
Rápidamente
el vigilante se pone de pie y asustado sale de su caseta, mirando humo arriba
de una casa, era obvio que las bengalas apenas si prendían chispas de fuego,
pero en cuanto a humo escandalizaban, así que entrando en pánico sale enseguida
de la caseta, entrando al conjunto residencial, Trowa aprovecha y corre hacia
su izquierda, llega a la caseta y busca rápidamente algo que le pueda decir
donde vivía Joe, pero no logra ver nada a la vista, desesperado mejor sale
antes de que el vigilante regrese y entra al conjunto residencial, había visto
que Joe se había dirigido hacia la izquierda, lado contrario a donde había
aventado la bengala
Trowa.
Diablos, esto está enorme
En
aquel lugar había alrededor de 25 casas y 15 edificios departamentales de 6
pisos cada uno, le iba a tomar mucho encontrar a Joe si tocaba de puerta en
puerta, pero por el momento esa resultaba ser la única manera de hacerlo...
En
el Hospital, Quatre se moría de aburrimiento, quería platicar con alguien o
distraerse, pero no había nada que lo entretuviera, eso le resultaba
perjudicial, porque así no podía sacarse de la mente a Trowa y sus extrañas
palabras
Quatre.
Yo lo oí bien, le hice falta
No
quería sonreír estúpidamente como una colegiada enamorada platónicamente de un
profesor, pero no lo podía evitar, la sola idea le erizaba la piel, sería
hermoso que Trowa estuviera enamorado de él, aunque no imaginaba una vida juntos,
el ojiverde le había dejado una imagen muy marcada de él, sabía que
difícilmente podía confiar en su ex compañero, porque todo lo pasado aún seguía
doliendo. Pero no quería quebrarse la cabeza con esos pensamientos...
Tenía
más de media hora tocando de puerta en puerta como vendedor, pero aún no daba
con Joe, sus vecinos ni siquiera sabían quién era, seguramente se debía a que
la mayor parte de su vida la vivía en New York... pero su suerte estaba por
cambiar, a tan solo tres edificios que investigar, en el quinto piso de uno de
ellos encuentra su respuesta, con aire confiado Joe abre la puerta llevándose
la sorpresa de su vida, sus ojos parecían que iban a salirse cuando ve a Trowa
frente a él, éste le miraba con furia y enseguida el sujeto intenta cerrar la
puerta pero el ojiverde la empuja con fuerza logrando abrirla más y empujando a
Joe hacia atrás
Trowa.
¡Desgraciado!
Enseguida
cierra la puerta y avanza mientras Joe retrocede hasta topar con un librero de
la sala, el cual se tambalea un poco, miraba al ojiverde fijamente
Joe.
Llamaré a la policía, vete
Trowa.
Infeliz, ultrajaste a Quatre, jamás te lo perdonaré
A
pesar de la mirada furiosa de Trowa y de su tono de voz fulminante, Joe sonríe
ampliamente antes de comenzar a reír
Joe.
No me hagas reír idiota, tú también lo has ultrajado
Como
si oyera la más grande verdad del mundo, Trowa empuña con fuerza sus manos y
mira aún más rígidamente al sujeto frente a él, no podía decir que se
equivocaba del todo, pero aun así ellos no podían compararse
Trowa.
Es diferente, yo lo amo
Joe.
¡Ah vaya! Si eso es amor...
Trowa.
¡Cállate imbécil!
Lo
que el ojiverde nunca había soportado era que le dijeran sus verdades, más aún
cuando era consciente de ellas, Joe vuelve a reír pero casi enseguida cierra la
boca cuando ve que el ojiverde se acerca a él y le suelta un golpe en la cara
que lo hace tambalearse torpemente, golpeando el librero pero sin derribarlo,
enseguida muestra una mirada de odio hacia él
Joe.
Quatre es idiota por amarte ¡Sólo yo puedo hacerlo feliz!
Decidido
a contraatacar, Joe se lanza sobre el ojiverde con toda la intención de
golpearlo, pero no era bueno en esas cosas, por lo que al llegar hacia el ex
baterista, éste lo sujeta con fuerza del brazo y lo tuerce hasta pegarlo tras
su espalda, Joe grita adolorido
Joe.
¡Suéltame idiota!
Trowa.
Estabas en un error si creías que no tendrías tu merecido
Con
saña sujeta más fuertemente el brazo y lo estira hacia arriba volviendo a hacer
gritar a Joe del dolor, incluso sus rodillas comenzaban a doblarse y Trowa
aprovecha para colocar su otra mano sobre un hombro y empujarlo hacia abajo
haciéndolo caer de rodillas, lanzándole la más furiosa de las miradas
Trowa.
Maldito bastardo, si lo hubieras hecho feliz me habría quitado del camino, pero
cometiste un error al tocarlo suciamente sin creer que yo vendría a romperte
los huesos
Joe.
¡Suéltame... tú no entiendes, lo amo más que a nada!
Trowa.
Mentira, jamás lo habrías golpeado
Joe.
¡Él iba a dejarme y yo no podía permitirlo!
Trowa.
Si de verdad lo amaras entonces solo te importaría que fuera feliz
Joe.
¡Noo, no... eso es mentira... él es para mí... solo yo puedo hacerlo feliz!
Trowa.
¡Cállate!
No
estaba dispuesto a ser condescendiente, por eso lo suelta bruscamente de la
mano y con todas sus fuerzas le da una patada en la cara que lo hace acostarse
en el suelo, el cual se mancha con la sangre del hombre y que al levantarse une
la cara de Joe con el suelo por un hilo color rojo intenso, mareado mira a
Trowa
Joe.
Tú debías estar muerto... Armand no hace bien su trabajo
Trowa.
¡¿Qué dices estúpido?!
Enseguida
el ojiverde se agacha y aunque Joe sangraba, lo sujeta con fuerza de la camisa
y lo pone de pie de un solo movimiento, sin apartarle la vista de los ojos
Trowa.
¿Conoces a Armand?
Joe.
Lo contraté para que te buscara ¿hizo bien su trabajo?
Trowa.
Infeliz
A
pesar del dolor, Joe sonríe ampliamente al ver el gesto de confusión y enojo de
Trowa
Joe.
Pero estás aquí, estúpido
Trowa.
Me quisiste apartar de Quatre, pero solamente lograste que me diera cuenta de
cuanto lo amo
Realmente
al ojiverde no le afectaba mucho lo que le había pasado con Armand, comparado a
lo que había sucedido entre él y el rubio, eso sí le dolía, porque había
lastimado a su hermoso rubio, convirtiéndolo en alguien superficial e
irracional. Por su parte a Joe no le agrada lo que oye y reúne muchas fuerzas
para darle un rodillazo a Trowa en el estómago sofocándolo un poco, el ojiverde
lo suelta de la camisa y en esos momentos Joe aprovecha para empujar con fuerza
a Trowa y acercarse después con el puño cerrado y estrellarlo contra su mejilla
izquierda, pero su golpe no era nada comparado con los que el ex baterista
podía dar, así que no lo hace caer, el ojiverde lo mira y sonríe
Trowa.
Que patético
Él
no iba a perder frente a una rata, por eso vuelve a darle otro golpe a Joe,
ésta vez en el labio, reventándolo por completo, como Joe no cae al suelo
entonces le da una patada en el estómago haciéndolo por fin caer, en el suelo
se acerca otra vez y lo patea en un costado haciéndolo retorcerse del dolor. El
ojiverde contempla a Joe unos momentos y después de recordar lo que Quatre le
había dicho que hacía Joe, se aleja a una de las habitaciones, ésta era grande
y bien amueblada por lo que supone se trata de la principal, todo estaba
intacto, incluso el cajón abierto, entonces se asoma y para su sorpresa ahí se
encontraban unas fotos horribles, Joe tomando a Quatre, haciéndolo suyo, nada
le había parecido hasta entonces tan asqueroso y doloroso, entonces busca una
bolsa y cuando la encuentra las comienza a meter, tenía que quemarlas. Junto a
estas había varias cintas grabadas con lo que seguramente era las cintas
pornográficas privadas, los recortes de periódico los ignora y sale de la
habitación, ahí estaba Joe, retorciéndose y haciendo un esfuerzo por avanzar
hacia el interfono
Trowa.
No tan rápido
Enojado
el ojiverde se acerca a Joe y lo sujeta de los pies, éste lo mira asustado y
con gesto de precaución, entonces Trowa lo comienza a arrastrar para alejarlo
del aparato cada vez más
Trowa.
Te estarás quietecito ¿está bien?
Sonriendo
con malicia, deja la bolsa en el suelo y con asco y repulsión, carga a Joe
entre sus brazos y lo sube a la cama, éste pataleaba y gritaba groserías al
chico, pero el ojiverde lo ignoraba completamente, Joe se imaginaba lo peor,
que Trowa lo violaría despiadadamente, pero para su sorpresa, lo que hace el
ojiverde no es violarlo, sino comenzar a amarrarlo con sábanas a los barrotes
de la cabecera
Joe.
¿Estás loco?
Trowa.
Claro
Se
sentía muy aliviado, se había desquitado un poco, aunque cada golpe dado a
Quatre, merecía por lo menos diez golpes al agresor. Joe ponía resistencia,
siguiendo pataleando y gritando groserías, a Trowa le cuesta trabajo pero logra
su cometido, sonriendo nuevamente al ver el resultado de su obra, las piernas
de Joe estaban juntas y bien amarradas la una con la otra, en cambio sus manos
estaban separadas, uniendo las sábanas con los barrotes, Joe lo miraba
furiosamente
Joe.
Desgraciado, me la vas a pagar
Trowa.
No idiota... si pones nuevamente aunque sea un solo dedo encima de Quatre,
créeme, no te golpearé y amarraré, yo mismo te estrangularé con mis manos
La
mirada fría de Trowa hace entender a Joe que hablaba en serio, entonces traga
saliva duramente y su cuerpo tiembla un poco, aunque su mirada era de completo
odio hacia él
Trowa.
Más te vale arrepentirte, es lo mínimo que puedes hacer
El
ojiverde da duramente la espalda al sujeto, se agacha para juntar la bolsa y
cuando da un par de pasos para marcharse, Joe lo detiene
Joe.
Te equivocas... él que se va a arrepentir serás tú... si no logras hacerlo
feliz
Con
aquellas palabras Trowa entiende que será la última vez que sepa de Joe, tal
vez había dejado bien demostrado que él era el único capaz de hacerlo feliz, y
que él había cometido un error al meterse en sus caminos, el ojiverde sonríe y
sale cerrando la puerta y sin decir nada más, dejando a Joe ahí amarrado, tal
vez algún día alguien lo encontrara ahí, esperaba que pronto porque no quería
ser el culpable de su muerte...
Joe
se queda ahí en la cama pensativo, Trowa estaba muy equivocado si pensaba que
él se había dado por vencido, porque estaba seguro que aunque él y Quatre
anduvieran como pareja, tarde o temprano el ojiverde lo iba a dañar, entonces
él estaría ahí para consolar al rubio, por eso iba a continuar enterado de
todo, iba a continuar siguiéndole los pasos a Quatre igual que antes, cuando
era simplemente su fan. Una amplia sonrisa siniestra mancha su rostro y después
suelta una fuerte carcajada...
Ya
era casi la hora de la comida y Quatre se preocupa que Trowa no había
regresado, y es que estaba ahora acostumbrado a su presencia que le parecía
raro que no estuviera ahí, aunque sea con su seriedad e indiferencia de
siempre... pero para su beneplácito, no espera mucho más y el ojiverde regresa
a la habitación minutos después, Quatre se alegra cuando ve su prominente
cabellera al abrirse la puerta, pero cuando ve a Trowa entrar con la cara
lastimada entonces se molesta, ya imaginaba porque estaba así, enseguida
muestra un gesto de desaprobación que el ex baterista pasa desapercibido
Quatre.
Lo hiciste ¿verdad?
Trowa.
¿Qué cosa?
Quatre.
No te hagas, pelearte con Joe
Trowa.
¿Y eso qué?
Quatre.
No tenías ningún derecho de...
Trowa.
¡Es él quien no tenía derecho de golpearte!
Por
momentos el rubio se sorprende y también se sonroja, observaba al ojiverde
fijamente y éste enseguida desvía su mirada de la mirada aguamarina
Quatre.
¿Y tú sí?
Enseguida
Trowa voltea a ver al ex bajista, su mirada era triste y podía notar que
temblaba levemente, el ojiverde no encuentra que decir ante tal imagen
Trowa.
Debo ver lo de tu alta
Sin
responder a tan peligrosa pregunta, Trowa se da media vuelta y sale de la
habitación, el rubio suspira profundamente y cierra los ojos
Quatre.
Diablos... ¿qué pasa por tu mente Trowa?
Nunca
antes se había sentido tan confundido de algo, no entendía que podía estar
pensando en esos momentos su ex compañero, le resultaba tan complicado que
sentía la cabeza darle vueltas, pero por fortuna estaban por volver a New York
y ahí encontraría muchas cosas en que pensar antes de que su tiempo fuera
consumido por el ojiverde, aquel era su único consuelo...
El
sol abrasaba prácticamente la piel, el viento apenas si soplaba y los días eran
muy monótonos y aburridos, en todo el tiempo que tenía ahí nunca había
encontrado nada que hacer, nada que ver, que oír, absolutamente nada, era una
cabaña pequeña, a unos cuantos metros de un lago, hasta el momento nunca había
tenido noción de que lugar era aquel donde se encontraba, solo podía recordar
que había sido llevada ahí con los ojos vendados y las manos atadas, claro,
siendo tratada con delicadeza y amabilidad, hasta entonces no había recibido un
mal trato, pero se sentía desesperada porque estaba ahí en contra de su
voluntad, detestaba a quien la tenía refugiada ahí sin motivo justificable, y
también odiaba haberse cruzado un día en el camino de Dorothy Catalonia, así
como muchos otros habían pensado aquello...
Oyó
el ruido de la puerta abrirse y enseguida se sienta erguida sobre la cama donde
estaba atada de pies con una soga que si bien no le lastimaba mucho, no le
permitía moverse libremente o desatar el nudo que la protegía, sus ojos los
fija en la puerta y para su repugnancia quien menos deseaba ver entra con una
gran sonrisa, portando entre sus manos un par de bolsas
Erick.
Hola mi amor ¿todo bien?
Sylvia.
Sí amor
Como
siempre sonríe fingidamente, mostrándose linda y amable, porque Erick se veía
de buen humor, tal vez ese día como muchos otros, le quitaría las cuerdas de
los pies y la llevaría a dar un paseo por el lago al atardecer. Con una amplia
sonrisa se acerca a ella y le besa los labios dejando las bolsas sobre la cama
Erick.
Te traje más ropa, te vas a ver hermosa
Sylvia.
Muchas gracias mi amor
Para
Erick no había dicha mayor que ver a la chica sonreírle y mostrarse así de
linda, aquello lo volvía prácticamente loco. Con entusiasmo abre una de las
bolsas y comienza a sacar un par de blusas, Sylvia las ve y pronto se da cuenta
que Erick no sabía mucho de ropa femenina de moda, pero en lugar de mostrar
desagrado, se muestra entusiasmada, eso lo pone feliz
Erick.
¿Te gustan preciosa?
Sylvia.
Sí, me conoces tan bien
Erick.
Ay mi amor, me encantas
Sintiéndose
excitado se acerca a la chica y comienza a besarla del cuello, devorando su
piel como bestia salvaje, comenzando a acostarse sobre ella y tumbándola sobre
la cama, tomando posesión de su cuerpo con caricias, Sylvia no podía creer aún,
que tuviera más de 5 meses ahí, encerrada, a merced de un obsesivo, con la sola
idea de tenerla a su lado para siempre, pero no tenía ninguna opción de más,
Dermail había sido muy claro con ella aquel día en que la había regañado por no
hacer bien su trabajo, y peor aún, que no había logrado satisfacer las demandas
de Dorothy con respecto al hundimiento de The Wings
Recuerdo...
No
hacía más de dos horas que había terminado la rueda de prensa (Capítulo 9)
cuando había recibido una llamada de Dermail, sabía muy bien que su jefe iba a
recriminarle por su fallo en difamar a Trowa y Duo con un romance que jamás
había existido, pero era mejor encararlo que esconderse, entonces decide ir
enseguida. Al entrar a la oficina de Dermail en las instalaciones de
Producciones Romefeller, donde supuestamente el dueño era Dekim, la chica
observa a su jefe tras el escritorio, con gesto rígido y mirada fría, cerca de
él, de pie cerca de la ventana estaba Dorothy con un gesto parecido al de su
abuelo
Sylvia.
Ho... hola
Dermail.
Siéntate
Sylvia.
Usted dirá
Dermail.
Eres una completa idiota, solo tenías que hacer un sencillo trabajo y te lo
llevaste entre las patas
Sylvia.
Pero es que...
Dorothy.
¡Mi abuelo no ha dejado de hablar!
La
rubia se mostraba demasiado altanera como de costumbre, mirando muy por encima
a la reportera, la cual se encontraba muy rígida y nerviosa frente a ambos
Sylvia.
Lo siento
Dermail.
¿Sabes linda? No quiero hacer de esto un alboroto, te doy dos opciones, la
primera es que continúes investigando y que encuentres más de dónde sacar para
destruir al grupo, claro, esto sin ninguna paga, obviamente estarás
completamente a mis órdenes.. o segundo, convertirte en mi amante
Sylvia.
¿Qué?... pero...
Dermail.
Es sencillo, si no quieres hacer ninguna opción tendré que matarte
Tanto
él como su nieta sonríen ladinamente mientras que la reportera estaba temblando
del miedo y muy nerviosa
Dermail.
Y la primera opción incluye todo ¿entiendes? Estarás bajo mis órdenes sin lucro
En
esos momentos había sentido ganas de salir corriendo de forma desesperada,
porque ninguna de las opciones le agradaba, pero su jefe le dejaba en claro que
no tenía más de donde escoger, aún no quería morir, tenía muchas razones por
las cuales seguir
Sylvia.
La primera
Para
Dermail no era del todo agradable saber que la chica escogía la primera opción,
pero mostrándose soberbio hace como que no le importa y sonríe malvadamente,
ahora tenía a la chica no como reportera de la revista Golden, sino como una
sirviente gratis, eso también le gustaba mucho
Fin
del recuerdo...
Sylvia.
Espera amor
Aún
sin agradarle la petición, Erick se detiene antes de lograr quitarle la blusa a
la chica, se levanta levemente y la mira fijo a los ojos, con gesto de fastidio
Sylvia.
Es que... quiero probarme la ropa ¿sí?
El
chico no puede resistirse a la cara angelical de su querida Sylvia y accede a
que dejen el sexo para después y ese tiempo lo dejen para que la chica modele
su ropa, pero el verdadero motivo, era que la chica detestaba ser tocada por su
ex novio, en su mente, al igual que alguna vez en la de Quatre, solo oscilaba
la idea de escaparse de ahí, con la diferencia de que la periodista estaba en
mayores dificultades de las que alguna vez las estuvo el ex bajista. Lo único
que sabía del lugar es que estaba en una cabaña cerca del lago y que seguramente
necesitaba de un bote para regresar, además de que sus pies por lo general
estaban atados, aun así debía encontrar un modo de huir segura y rápidamente...
En
el Hospital donde estaba Quatre, le autorizan la alta para el siguiente día por
la mañana, el Doctor que le atendía se había asegurado de que no presentaba por
los golpes, alguna hemorragia interna, el rubio tenía un gran morete en el
estómago, pero no había pasado a más. Así que el mismo día que le dieran el
alta regresarían a New York...
Ya
comenzaba a anochecer cuando Trowa decide entrar nuevamente a la habitación
donde estaba el rubio, Quatre ya se encontraba dormido profundamente, Trowa no
puede evitar sonreír y acercarse a la camilla mientras lo contempla, el ex
bajista se veía tan lindo dormido que no resiste las ganas de darle un dulce
beso sobre los labios, Quatre no hace ningún gesto, signo de que estaba
profundamente dormido, entonces el ojiverde aprovecha y se vuelve a acercar,
dándole ahora un beso en la barbilla y bajando le da otro en el cuello, su piel
era tan suave como la recordaba, entonces su mano izquierda comienzan a moverse
con lentitud por su cintura, la bata que Quatre traía puesta le llegaba a las
rodillas, sin poderse detener la mete por debajo de la tela y comienza a subirla,
el rubio se mueve un poco y entonces Trowa reacciona apartándose enseguida, su
rostro se tiñe por completo de rojo
Trowa.
¿Qué estás haciendo? Eres un degenerado
Molesto
por su imprudencia, mejor decide salir, si se quedaba más tiempo ahí seguramente
terminaría haciendo suyo al rubio aunque estuviera dormido, la sola idea le
enchinaba la piel y lo hacía arder, nunca antes se había sentido tan
pervertido...
Ya
no podía ocupar su tiempo en otra cosa que no fuera investigar sobre las
fechorías que Dorothy había hecho con tal de conseguir fama, por eso Hilde se
despierta muy temprano y junta sus cosas, entre ellas todo lo que había
descubierto y su lista de sucesos, sin desayunar sube a su auto y desde ahí
marca al celular del señor Noventa para que volvieran a reunirse y conversar
sobre la desaparición de su hija y las pistas que pudieran encontrar para dar
con su paradero...
Hilde.
Lamento llegar tarde
Marshall.
No se preocupe, le agradezco todo lo que está haciendo
La
chica le sonríe amable y toma enseguida asiento, entonces saca las cosas que
traía y las comienza a poner sobre la mesa, Marshall miraba atento todo, no
podía creer que la chica tuviera ya tantas cosas, seguro que si se hubiera
dedicado a la investigación, le habría ido más que bien
Marshall.
¿Qué es todo eso?
Hilde.
Yo le llamo pruebas
Antes
que todo Hilde saca su lista, mira a Marshall y después comienza con su
discurso
25
de marzo (año X). The Wings celebra Aniversario, nosotras irrumpimos en la
fiesta por idea de Dorothy, omitiré resultados
Hilde
le sonríe tímidamente a Marshall y vuelve a mirar su lista
29
de marzo. Dorothy me presentó a Erick y comenzamos a ser amigos
07
de abril. Noin nos dijo que Producciones Romefeller quería firmar contrato con
nosotras
15
de mayo. The Wings y nuestro grupo coincidimos en un programa de espectáculos,
el cual fue dirigido por su hija
09
de junio. The Wings contrató a Chris como su asesor de imagen
12
de julio. Hubo una rueda de prensa donde dos miembros de The Wings desmintieron
un supuesto romance entre ellos, su hija fue descubierta ante todos como una
mentirosa. Ese mismo día fue despedida de la revista Golden
25
de julio. Fecha que aparece en el video casete que contiene la supuesta
violación de Duo Maxwell a Erick
26
de Julio. Su hija recibe un misterioso paquete
7
de Agosto. Se levanta la demanda por abuso sexual
10
de Agosto. Sylvia Noventa desaparece sin razón aparente
14
de Agosto. Comenzaron las audiencias
19
de Agosto. Catherine Barton sufre un atentado afuera de su casa que la dejó en
silla de ruedas
27
de Agosto. En las noticias dan a conocer un trágico suceso en la vida de otro
miembro del grupo, Wufei Chang
28
de Agosto. Se estrelló el avión donde iban un miembro de The Wings y otros dos
acompañantes, entre ellos el Manager del grupo
30
de Agosto. Comenzó el Juicio en contra de Duo Maxwell
6
de Septiembre. Duo se declara culpable después de haber sido declarado inocente
4
de Octubre. Trowa es ingresado a una clínica de Rehabilitación para adictos al
alcohol y las drogas
09
de Noviembre. Duo es acusado de asesinar a alguien dentro de la cárcel
21
de Noviembre. Es encontrado el cadáver de Chris, quien fuera asesora de imagen
de The Wings
10
de Enero (año XX). Trowa sale de la clínica de Rehabilitación
Marshall
miraba asombrado a Hilde, no podía aún creer que la chica fuera tan meticulosa
para investigar, incluso había cosas que le parecía que no tenían mucho que
ver, pero por la sonrisa y mirada de la chica se daba cuenta de que alguna
razón tenía para ponerlas
Hilde.
¿Se da cuenta?
Marshall.
¿De qué?
Hilde.
¿Cómo de qué? Es más que obvio, alguien se propuso destruir The Wings y lo
logró, ese alguien no es nadie más que Dorothy
Marshall.
¿Lo crees?
Hilde.
¡Claro! A excepción de Quatre, parece que a los demás les prepararon un juego
macabro, Duo es acusado de violación, Trowa es internado en una clínica contra
las adicciones, Heero muere y quien sabe de qué manera misteriosa los medios se
enteraron de un terrible suceso ocurrido a Wufei
Marshall.
Lo de Duo encaja muy bien, porque Erick es amigo de Dorothy y es muy sospechoso
que hubiese un video de la supuesta violación; lo de Wufei también parece tener
lógica ya que siendo el abuelo de Dorothy el dueño de muchas empresas de
espectáculos pudo haber investigado bien su pasado; incluso lo de ese muchacho
muerto pero ¿El otro chico qué? Cómo pudo Dorothy hacerlo drogadicto ¿se
conocían?
La
guitarrista de Dark Sound lo piensa detenidamente, el señor Noventa tenía
razón, según tenía entendido su compañera y Trowa no tenían relación alguna,
pero después recuerda algo importante y chasquea sus dedos
Hilde.
¡Ya sé! Tal vez después del atentado de su hermana se deprimió y cayó en las
drogas
Marshall.
Eso tiene lógica ¿pero qué tiene que ver mi hija con eso?
Hilde.
Señor Marshall, francamente no conozco a su hija, pero tal vez representaba
para ellos una amenaza y...
Solo
de pensarlo, Hilde decide guardar silencio, era casi seguro que Dorothy la
había matado por saber algo importante que pudiera inculparla, pero eso no se
lo podía decir a su padre, él se da cuenta de ese silencio y baja la mirada con
tristeza, pero no debía pensar en eso, mejor era pensar que Sylvia estaba viva
y a salvo
Marshall.
No quiero ni pensarlo, pero debo estar preparado para todo, sin embargo, seguiré
investigando ¿qué sugieres?
Hilde.
Mnh... la otra noche oí hablar a Dorothy por teléfono, le gritaba a alguien y
me dio a entender que se habían deshecho de Chris y que querían callar a
alguien, pero no supe...
Marshall.
¡Podría ser mi Sylvia!
Hilde.
No, parecía hablar de un hombre
Ambos
se quedan callados pensando, no podían imaginar de quien hablaba la chica
Marshall.
¿Qué hacemos? Vamos con la policía?
Hilde.
No, cuando se hace eso pronto los medios se enteran, es mejor actuar por
nuestra cuenta y cuando tengamos la certeza de todo entonces denunciamos
Marshall.
¿Y mientras tanto?
Hilde.
No sé cómo haré pero contactaré al abogado de Duo, sus pruebas también serán de
ayuda
Marshall.
Muchas gracias señorita, no tengo palabras
Hilde.
Cuando haya un resultado hablamos ¿está bien?
La
guitarrista sonríe amable y el señor Marshall hace un esfuerzo por
corresponderle, la chica era mejor que su investigador privado, tal vez estaba
más cerca de descubrir el paradero de su hija, estaba realmente esperanzado en
encontrarla...
Por
la mañana del día siguiente, Trowa se encontraba arreglando el papeleo para que
Quatre saliera del Hospital y así pudieran regresar lo antes posible a New
York, mientras que el rubio estaba vistiéndose, lo hacía con cuidado porque su
estómago aún le dolía y además se sentía un poco débil. Afortunadamente su ropa
no se había manchado de sangre. Poco después de que el rubio termina, una
enfermera entra en la habitación, no era la misma que le había atendido antes,
el ex bajista le sonríe amable
Quatre.
¿Habla inglés?
Enfermera.
Sí, un poco
Quatre.
¿Ya puedo irme?
Enfermera.
Este... sí... ya
La
chica sabía que Quatre estaba dado de alta, pero ignoraba si venía con alguien,
lo que el rubio quería era irse sin Trowa, no soportaba estar más tiempo a su
lado. Saber que ya podía irse lo hace feliz y sonríe más ampliamente, así que
toma sus cosas y da un par de pasos, pero siente como le hubieran dado otro
golpe en el estómago y se tambalea, cayendo de rodillas al suelo, enseguida la
enfermera se acerca también y se agacha para ayudarlo. En ese momento entra
Trowa en la habitación y se queda helado al verlos tan juntos, frunce el ceño y
molesto avienta la puerta, la cual se cierra de golpe, rápidamente la enfermera
y Quatre voltean hacia la puerta
Trowa.
¿Todo bien?
Enfermera.
Sí.. todo bien
Antes
de que la chica termine de ayudar a Quatre a ponerse de pie, Trowa se acerca y
sujetando con una mano el brazo de la enfermera, la aparta del rubio y
enseguida la suelta, agarrando el brazo de Quatre y echándoselo al hombro lo
ayuda a ponerse de pie, el rubio estaba ruborizado y se oponía levemente
Quatre.
Yo puedo solo
Trowa.
No seas necio
La
enfermera mira atentamente a los dos y casi enseguida ata los cabos,
sonrojándose también, después se acerca a la bolsa donde Quatre tenía sus
pertenencias y se la da a Trowa que la agarra con su otra mano, después salen
de la habitación y caminan en silencio por los pasillos del Hospital, al salir
el ojiverde pide un taxi, Quatre se sube en la parte trasera y él junto al
chofer, el ex baterista primero le pide que lo lleve a la dirección donde el
Investigador tenía su oficina, había quedado dinero pendiente de pagarse.
Cuando
Trowa paga su deuda, entonces pide que los lleve al Aeropuerto, al cual llegan
en menos de media hora, nuevamente el ex baterista ayuda a Quatre a caminar
aunque éste se había opuesto de nuevo, aunque si pudiera confesarlo, diría que
le gustaba estar tan cerca de Trowa... mientras Quatre esperaba sentado, Trowa
compra los boletos y regresa a donde está el rubio, llama a su hermana para
avisarle que en una hora salía su vuelo a New York, la chica se pone muy feliz
y enseguida le cuenta a Irea, ambas estaban ansiosas por verlos regresar
juntos, aunque ignoraban que aún no se habían reconciliado...
Trowa.
¿Tienes hambre?
Quatre.
¿Eh?... pues, sí
Trowa.
¿Qué quieres que te compre?
Antes
de contestarle, Quatre mueve su cabeza para desviar su atención de Trowa y
sonríe levemente, no estaba acostumbrado a que el ojiverde fuera tan amable
Quatre.
Una hamburguesa, con refresco
Trowa.
¿Y papas?
Quatre.
Bueno... está bien
Ni
tardo ni perezoso Trowa se levanta del asiento y se marcha a la cafetería del
lugar, Quatre gira nuevamente su cabeza y observa la espalda de Trowa, su
corazón latía muy rápido y se sentía extraño
Quatre.
No empieces... sabes que esa amabilidad es solo un disfraz
Su
mirada triste no podía esconder como se sentía en esos momentos, estaba seguro
de que Trowa solo estaba siendo amable porque estaban en un lugar público, y
porque había prometido a Irea llevarlo de regreso
Quatre.
¡Irea!... no... ¿será posible?
Su
corazón se acelera con más rapidez al sospechar algo que enseguida lo hace
sentir mal ¿sería posible que Trowa estuviera haciendo todo eso solamente por
Irea? Acaso él y su hermana tenían algo? La sola idea lo hace sentir miserable,
ahora estaba inquieto
Quatre.
¿Irea y Trowa?... no... ¿o sí?
Aquel
absurdo pensamiento lo mantiene ocupado por varios minutos, no podía ni quería
imaginarse tan horrible cuadro... Trowa regresa con dos hamburguesas, un
refresco, una botella de agua natural y una orden pequeña de papas
Trowa.
Aquí tienes
Quatre.
Ah... si
El
rubio sale de sus pensamientos y agarra su comida, a su lado derecho tenía un
asiento desocupado y ahí coloca su refresco, ambos comen en silencio, el rubio
quería preguntarle a Trowa si él e Irea eran amantes pero no se atrevía, esa
sensación lo atormenta por varios minutos hasta que ya no puede más
Quatre.
¿Tú y mi hermana son amantes?
A
Trowa casi le da por escupir el refresco que tomaba y enseguida voltea hacia
Quatre, cuya cabeza estaba ligeramente inclinada hacia abajo
Trowa.
Claro que no tonto
La
respuesta del ojiverde cambia enseguida el estado de ánimo de Quatre, que
aunque se evita sonreír, vuelve a comer de sus papas fritas, no obstante que se
había propuesto olvidar a Trowa, le daba gusto que él y su hermana no tuvieran
nada...
Al
caer la tarde en New York, Duo recibe la visita del Doctor que lo había
operado, el cirujano no iba muy seguido a la cárcel, solo cuando se le era
requerido, ese día había ido para ver cómo estaba el ex trenzado, alegrándose
de ver que por lo menos ya se podía sentar, además ya estaba comiendo cosas
sólidas y se le veía menos desanimado
Doctor.
Vaya, te ves bien ¿cómo te sientes?
Duo.
Mejor, gracias
Doctor.
No creo que estés aquí más de una semana, ya tienes varios días
Duo.
Sí, eso me dijo el enfermero
Ambos
se sonríen un poco y después el Doctor mira seriamente a su paciente
Doctor.
Perdón la intromisión, pero tienes una mirada muy triste, incluso cuando
sonríes
Duo.
Es porque lo estoy... no creo volver a ser tan alegre como antes
Doctor.
Sí, la cárcel cambia a todos
Duo.
La cárcel... además afuera no tengo nada
Doctor.
¿Nada? Familia o amigos?
Duo.
Familia nunca tuve, y amigos... creo que podría decir que los tengo
Doctor.
¿Solo podrías decirlo?
El
ex guitarrista vira su mirada unos instantes mientras recuerda a sus compañeros
de grupo sin incluir a Heero, si lo pensaba bien, claro que podía llamarlos amigos,
porque si no fuera así, Quatre no le habría sido de gran ayuda como soporte
moral, cuando aún tenía dudas de sus sentimientos por el fallecido vocalista, y
tampoco le habría ido a visitar para despedirse y desearle lo mejor; si no
tuviera amigos entonces Wufei no le habría impedido suicidarse cuando se había
sentido el más miserable de los humanos al perder a Heero; y tampoco estaría
recibiendo ayuda de un gran abogado si Trowa no fuera su amigo, tampoco le
habría pedido perdón de rodillas junto a la cama... Duo sonríe melancólico y
después mira al Doctor
Duo.
No... puedo afirmarlo
Aunque
su mirada era triste, podía notarse un pequeño brillo en ella, el Doctor sonríe
nuevamente y acercándose a Duo, le coloca una mano sobre la cabeza y lo
acaricia un poco
Doctor.
Vive muchacho, eres muy joven aún
Duo.
Sí... gracias
En
ese momento llega uno de los celadores acompañando al abogado de Duo, éste le
pide al Doctor que los deje solos, y aunque el celador también se aparta, a
diferencia del Doctor, permanece en el lugar pero atrás de una cortina
Richard.
¿Cómo te sientes?
Duo.
Mucho mejor, gracias... ¿qué sucede?
Richard.
Lo sé todo Duo
Duo.
¿Todo?
Richard.
Hitoshi me lo dijo
Los
ojos del ex trenzado se abren ampliamente, no podía creer que su compañero le
hubiera dicho la verdad a su abogado ¿qué pretendía con eso? Estaba confundido
Duo.
¿Qué te dijo exactamente?
Richard.
Que el mató a Kim
Duo.
Pero no es verdad...
Richard.
Ya no hay motivos para cubrirlo
Duo.
¿Qué? Por qué dices algo así?
Richard.
Duo, él está muerto
La
sorpresa de Duo no podía ser para menos, no podía creer lo que estaba oyendo,
aquella información era extraña ¿por qué motivo habría confesado la verdad a su
abogado? Y aún más extraño ¿quién lo había matado y con qué fin?
Duo.
No entiendo nada
Richard.
La última vez que te visite ¿la recuerdas?
Duo.
Sí
Richard.
Ese día me pidió que charláramos, se veía muy lúgubre, como ido, me contó todo,
que él lo había matado a golpes, que estabas ahí y te echaste la culpa, porque
a diferencia de ti, él sí tenía motivos para salir de aquí... ¿es verdad eso?
El
ex guitarrista se muerde un poco el labio inferior y aprieta con fuerza las
sábanas, no podía creer que su esfuerzo había sido en vano y que él había dicho
la verdad
Duo.
Sí
Richard.
Lo sabía, y por fortuna grabé su testimonio
Duo.
¿Pero por qué lo hizo? No entiendo
Richard.
Ese día él me dijo que ya no tenía su motivo para salir de aquí... después me
enteré que se había suicidado en su celda
Duo.
No... es mentira
Richard.
Lo lamento... según cuenta un celador, oyó cuando una chica que vino a
visitarlo, le decía que esperaba el hijo de otro y que iba a casarse
El
corazón de Duo comienza a latir con rapidez, la historia que el abogado le
contaba le parece muy triste, además que él sabía a la perfección lo que se
sentía ya no tener un motivo para seguir, comprendía completamente a Hitoshi,
por eso no estaba enojado con él, aun cuando la herida que tenía en el vientre
había sido por culpa de que quienes lo habían herido, lo creían el asesino de
su amigo Kim. Tampoco podía evitar sentirse triste
Duo.
Qué horror
Richard.
Sé que es terrible, pero su testimonio nos ayuda mucho Duo ¿te das cuenta?
Estarás libre muy pronto, te lo prometo
Duo.
Sí
Lejos
de sentirse muy contento, Duo se siente muy triste, quería salir de la cárcel,
pero no a costa de que alguien hubiera tenido que pasar por un sufrimiento como
el de perder al ser más amado, era la primera vez en los últimos meses, que
sentía ganas de llorar otra vez por la partida de Heero. El abogado solo lo
observa atento, sonriendo enseguida, sacaría pronto al ex trenzado de ahí, y
cuando lo hiciera le pediría que saliera con él, porque en el tiempo que tenía
de conocerlo, se estaba enamorando...
Aún
faltaban un par de horas para que Trowa y Quatre llegaran a la casa, pero las
hermanas de ambos ya estaban ansiosas de que regresaran, de hecho Catherine
había pedido que les hicieran cena especial, y ellas esperaban en la sala
mientras conversaban, el Sol aún estaba puesto, pero el cielo comenzaba a
enrojecer. En el momento en que una chica del servicio les llevaba dos tazas de
té, el timbre de la casa suena y la chica después de dejarles las tazas se
dirige a abrir, al cabo de unos momentos regresa
"Es
una chica llamada Hilde, dice que quiere hablar con alguien del grupo"
Catherine.
¿Hilde? Dile que nada tiene que hacer aquí, que se vaya
La
chica del servicio acata enseguida e Irea mira fijamente el rostro enojado de
Catherine, no entendía porque la pelirroja estaba tan molesta, aunque no sabía
ni quien era Hilde
Irea.
¿Qué sucede?
Catherine.
¿Recuerdas que te conté del grupillo Dark Sound?
Irea.
Ajá
Catherine.
Ella es de ese grupo de lelas
Irea.
¿Lelas? Creí que Sally...
Catherine.
Sally no es como ellas, pero mi enojo no es porque sea miembro del grupillo de
quinta ese, pero Hilde atestiguó a favor de Erick en el juicio
Irea.
Ya veo
Nuevamente
la chica del servicio regresa, mostrándose un poco tímida
"Dice
que es importante, que puede ayudar al señor Duo a salir de la cárcel"
Ambas
chicas abren sus ojos ampliamente y después se miran mutuamente, Irea se encoge
de hombros y Catherine voltea enseguida hacia la chica
Catherine.
¿A qué estará jugando esa idiota?
Irea.
Dale una oportunidad
Catherine.
Mnh... está bien, dile que pase
"Sí
señorita"
La
chica se retira enseguida y a los pocos segundos regresa junto con Hilde, la
guitarrista se mostraba muy seria y con una mirada de determinación, la chica
del servicio se retira
Catherine.
¿Qué te traes entre manos? Ya tuvieron lo que querían
Hilde.
No me malinterpretes
Catherine.
¿Qué quieres decir?
Hilde.
No vine aquí a jugar ninguna broma, tampoco vine de alma caritativa para salvar
a Duo, yo solo quiero justicia
Tanto
Catherine como Irea estaban muy confundidas, no entendían que le pasaba a Hilde
Catherine.
Habla claro
Hilde.
Erick desapareció después de obtener la indemnización de la demanda, Sylvia
Noventa también ha desaparecido y estoy casi segura de que Dorothy tiene la
culpa de todo lo que les ha sucedido
Los
ojos de la pelirroja no podían estar más abiertos, y Hilde no había podido ser
menos directa, tanto que sus palabras confunden a Catherine, no entendía nada y
a la vez todo comenzaba a clarificarse, se queda sin habla unos momentos, Hilde
saca la hoja que había hecho con las efemérides, misma que había mostrado a
Marshall y se la da a Catherine, la chica enseguida comienza a leerla y su
rostro palidece, Irea mira a Hilde
Irea.
¿Qué pretendes?
Hilde.
Ya se los dije, quiero justicia, Erick me utilizó, y Dorothy es una asquerosa
rata
La
hermana de Quatre no termina de entender del todo y vuelve a mirar la hoja que
Catherine estaba por leer por segunda vez, la pelirroja voltea hacia Hilde
Catherine.
¿Cómo conseguiste estos datos?
Hilde.
Investigando... ¿qué opinas?
Las
lágrimas de la pelirroja comienzan a brotar y arrugando un poco la hoja, se
agacha y comienza a llorar, Irea la sujeta de los hombros para consolarla,
Hilde desvía su mirada hacia otro sofá, y sin ser invitada toma asiento...
Catherine se calma un poco y se levanta
Catherine.
Chris me usó... trabajaba para Dorothy
Hilde.
¿Qué dices?
Catherine.
Esa mujer le pidió que destruyera The Wings desde dentro, y ella me enamoró
para facilitarse el trabajo, aunque después me dijo que se había enamorado
realmente de mí
Hilde.
¿Te das cuenta?
Catherine.
¿De qué?
Hilde.
¡Ahora encaja!... Dorothy contrata a Chris para destruir el grupo, pero al ver
que se enamoró de verdad entonces te mandó atacar, pero para ese entonces The
Wings ya tenía problemas... además mira la hoja, poco después que Noventa
recibiera un paquete extraño, levantan la demanda y ella desaparece, la fecha
del video es un día anterior a cuando ella recibió el paquete ¿y si era el
video?
Ambas
chicas miraban asombradas a Hilde, hasta parecía que disfrutaba ese momento,
ellas en cambio cada una comienza a pensar en la situación, las palabras de la
guitarrista parecían tener mucha lógica
Catherine.
¿Sabes? Esa reportera estuvo aquí una noche
Hilde.
¿Aquí? Cuando?
Catherine.
Poco después del programa, se acostó con mi hermano
Hilde.
¡Cierto! Él lo dijo en la rueda de prensa
Catherine.
¿Crees que trabajaba para Dorothy?
Hilde.
Claro, ellas se conocen de estudiantes, según cuenta su padre se perdieron el
rastro pero yo creo que continuaron en contacto, además hay otro detalle, ella
y Erick fueron pareja
Catherine.
¿Qué dices?
Hilde.
Me dijo el señor Marshall Noventa que él estaba obsesionado con ella, creemos
que la tiene secuestrada, o tal vez huyeron juntos
Todo
parecía tener mucha lógica, tenían que reconocer que la guitarrista lo estaba
haciendo bien, aunque la pelirroja aún no se convencía del todo
Catherine.
¿Y Dorothy?
Hilde.
Feliz como si nada
Catherine.
Maldita mujer... crees que... ¿ella la mató?
Hilde.
Sí... lo siento
Catherine
aprieta sus labios con fuerza y alzando la mirada, agarra aire y respira
profundo, llorar no le servía de nada, en cambio su mirada estaba perdida en el
dolor y el odio
Catherine.
Debe hundirse en la cárcel
Hilde.
Y no es todo... tal vez también... haya provocado el accidente al avión
De
todas las noticias, aquella se llevaba el premio mayor, si realmente era
cierto, entonces Dorothy era un ser completamente despreciable y sin corazón,
alguien que no solo merecía la cárcel, sino también la muerte. Hilde abre otra
vez su bolsa y saca una hoja con el listado de empresas donde Dermail era el
dueño, esa también se la da a la hermana de Trowa, la pelirroja la lee
enseguida pero no completa
Catherine.
Son muchas
Hilde.
También pienso que fue cosa de Dorothy que todos supiéramos lo de Wufei
Catherine.
¿Pero por qué tanta maldad? Todo lo que hizo es horrible, si los quería
destruir como grupo no tenía por qué usar tanta crueldad... esa mujer es
horrorosa
Hilde.
Lo sé...
La
guitarrista no se daba tiempo de lamentaciones, entonces se levanta del
asiento, mirando a amabas chicas
Hilde.
Quédate con ambas hojas, tengo copias, y dile al abogado de Duo que quiero
hablar con él... mi objetivo no es sacar a Duo, yo solo quiero que Dorothy
pague... ten mi teléfono
Hilde
se acerca a las chicas y estira su tarjeta de presentación hacia la pelirroja,
ella la sujeta y mirando fijamente a Hilde a los ojos le agradece
Hilde.
Tomemos el té algún día
Quitando
su cara de seriedad, Hilde le sonríe a la hermana de Trowa y comienza a
marcharse, conocía la salida... Catherine e Irea se quedan calladas por unos
momentos
Irea.
¿Cómo te sientes?
Catherine.
Todo fue su culpa... la odio Irea y tengo miedo
Irea.
¿Miedo?
Catherine.
Si la tuviera enfrente, le apretaría el cuello, quiero matarla... me quitó lo
que yo más amaba, y no se lo perdono
Irea.
Catherine...
Aunque
no le conocía de hace mucho, Irea se sorprende al ver tan molesta a la chica,
en sus ojos se podía notar todo el odio que sentía hacia Dorothy, y no la
culpaba
Irea.
¿Sabes?
La
pelirroja voltea hacia la rubia, que le sonreía amablemente
Irea.
Tú no eres como ella... haremos justicia como se debe ¿de acuerdo?
Ya
no podía reprimirlo más, por eso Catherine comienza a llorar, inclinando su
cabeza hacia la rubia, que la sujeta con ambas manos y la acurruca en su pecho,
odiaba verla llorar, pero también le gustaba sentirse necesitada, por eso
sonríe mientras le consuela...
La
bajista de Dark Sound no podía conciliar bien el sueño desde aquella plática
que había tenido con el Idiota de su abuelo, recordaba todo y se sentía poco
apoyada, eso la tenía muy frustrada últimamente
Recuerdo...
Dorothy
había llamado a su abuelo por teléfono para contarle sobre la repentina y poco
conveniente aparición del papá de la tonta de Sylvia Noventa
Dermail.
Vamos cariño, no le tomes tanta importancia
Dorothy.
No seas idiota abuelo, nos traerá problemas, querrá investigar
Dermail.
Son nimiedades cariño
Dorothy.
¡Entiéndelo abuelo! No es cualquier cosa
Dermail.
Es solo un viejito bobo y desesperado
Dorothy.
Sí, estoy de acuerdo en eso
Dermail.
¿Lo ves? No es para tanto, además es tu problema mi cielo
Completamente
indignada la chica se muestra más que colérica, su abuelo era muy idiota
Dorothy.
¿Qué? Estás loco o qué?... Estás tan metido en esto como yo
Dermail.
Pero todo fue por tus caprichos, yo no tengo nada que ver, tu sola estás
cavando tu tumba mi amor
Dorothy.
¡No me digas estas estupideces ahora!
Dermail.
Yo ya estoy cansado
Dorothy.
¿Y crees que me importa?
A
través del teléfono, la chica oye un gruñido por parte de su abuelo
Dorothy.
Sería mejor si ella desaparece ¿no crees?
Dermail.
Pero ella ya no podrá hacer nada, además prometí a Erick que si hundía a Duo,
podía llevarse a Sylvia con él
Dorothy.
¡Olvídate de esa promesa! Recuerda que pasó lo mismo con Chris, fue su
decisión, y le costó la vida
Dermail.
Lo sé, pero sabes que soy débil en ese aspecto mi vida, tengo mi corazón
Ante
tal cinismo, la chica no puede más que comenzar a reír, su abuelo cada vez se
hacía un viejito más patético
Dorothy.
Y ahora dices idioteces ¿qué pasa si ese tipo se quiere pasar de listo?
Dermail.
¿Te refieres a su padre? Ella puso de condición que no le tocáramos, pero si
quiere pasarse de listo le damos cuello
Dorothy.
¡Vaya cosa! Si todo lo quieres resolver con eso
Dermail.
No hay de otra manera, los muertos no hablan
Dorothy.
Pero entiende que...
Dermail.
Entiende tú Dorothy, no seas caprichosa y escucha lo que uno te dice
Dorothy.
No, escúchame tú...
Dermail.
No se hable más, si el viejo se mete lo matamos, muerto el perro se acaba la
rabia
Dorothy.
Solo estás creando cadena tras cadena, hasta que dejes todo en bandeja de
plata, es mejor pensar fríamente
Con
esas palabras Dermail comprende un poco más lo que su nieta quería decirle, si
mataban a Marshall sería muy sospechoso, puesto que él ya estaba comenzando a
investigar sobre la desaparición de su hija y eso obviamente los involucraba a
ellos
Dermail.
¿Y qué se te ocurre entonces?
Dorothy.
Pues déjame pensarlo ¿sí?
Dermail.
Está bien mi vida, será como quieras
Dorothy.
Ya cumplimos nuestro objetivo, los destruimos abuelo, era lo importante
Dermail.
Claro mi cielo, todo por ti y tus sueños
Dorothy.
Así es abuelo, mis sueños
Dermail.
Bueno, mantenme al tanto de todo, hasta luego
Dorothy.
Adiós
Aunque
se mostraba amable, la rubia estaba muy enojada, por eso avienta el teléfono,
cada vez su abuelo le servía de menos...
Fin del Recuerdo...
Dorothy.
Me gustaría deshacerme de todos, algún día lo haré
La
bajista muestra una horrible sonrisa maliciosa, a veces las cosas se salían un
poco de control, pero pronto recuperaría la alegría que había sentido cuando
las cosas le salían todas bien, pronto volvería a suceder...
Horas
después de la visita de Hilde, por fin después de tanto esperar, regresan Trowa
y Quatre a la casa del ex baterista, era de madrugada, pero Irea y Catherine
estaban despiertas, cuando oyen que la gran reja de la entrada principal es
abierta, se ponen de pie enseguida para recibirlos, habían estado conversando y
tomando café, por lo que la espera no había sido tediosa. La hermana de Quatre
ayuda a la hermana de Trowa a caminar con la andadera hasta la puerta de la
casa, había una porción de jardín entre aquella y la reja de la puerta
principal, como estaba oscuro salvo algunas pocas luces del Boulevard, las
chicas no alcanzan a ver las heridas del rubio, aunque sí les causa curiosidad
el verlo siendo ayudado por el ojiverde, el rubio se apoyaba en el hombro del
chico
Irea.
¡Hermano!
Al
oír la voz de la chica, Quatre levanta la cabeza y sonríe ampliamente, Trowa y
Quatre llegan a donde están ambas chicas y el ex baterista suelta a Quatre
cuando ve que Irea se va a lanzar a sus brazos, la rubia abraza a su hermano y
un par de pequeñas lágrimas se forman en los ojos de ambos, el ojiverde se
acerca a Catherine y le besa la mejilla
Catherine.
Lo hiciste hermano
Aunque
la chica le sonreía, Trowa se mostraba serio, la pelirroja mira el conmovedor
encuentro y poco después se da cuenta que Quatre traía vendada la nariz y tenía
el rostro con algunas heridas
Catherine.
Quatre ¿qué te pasó?
Se
oía muy preocupada, Irea enseguida aparta a su hermano de su pecho pero dejando
sus manos en sus hombros, también ve su rostro y con preocupación y enojo
voltea a ver al ojiverde, él también la mira
Irea.
Está bien que te dijimos que lo trajeras, pero si no quería, no era necesario
que lo golpearas
También
enojada Catherine voltea hacia su hermano, pensando en que Trowa seguía siendo
un chico violento, pero Trowa se queda mudo ante tal acusación y con el rostro
sonrojado, Quatre sonríe amable a las chicas
Quatre.
No, él no me pegó, no lo acusen
Irea.
¿Entonces que te pasó? ¿Un accidente?
Quatre.
¿Por qué no entramos? Les cuento que sucedió
Las
chicas están de acuerdo en lo que les dice el rubio y enseguida se pasan a la
sala, Trowa aprovecha para cerrar la puerta con seguro y activas las alarmas.
Quatre les cuenta sobre Joe, su maniático plan para retenerlo y su acción que
le había causado las heridas, tanto Irea como Catherine estaban enojadas e
indignadas, la pelirroja había visto a Joe y no le parecía un hombre malo, pero
era obvio que las apariencias engañaban, en cambio Irea aunque nunca lo había
visto, si había sido capaz de pegarle a su hermano, era merecedor de su desprecio,
el rubio era muy importante para ella
Quatre.
Y eso fue todo, pero gracias a Trowa estoy aquí
El
ex bajista voltea tímidamente a ver al ex baterista y le sonríe, pero él se
voltea a otro lado como si lo ignorara, Quatre no deja de sonreír pero baja la
mirada, sin alcanzar a percibir el sonrojo que invadía las mejillas de su ex
compañero, las chicas se percatan de ello y voltean a verse sin entender que
sucede
Quatre.
Quiero ir al baño, ahorita regreso
El
rubio se pone de pie y a paso lento se dirige al baño mientras se coloca una
mano en el estómago, en cuanto se aleja lo suficiente ambas chicas miran al
ojiverde
Catherine.
¿No le dijiste nada?
Trowa.
No pude
Irea.
¿Por qué? Él ha de pensar que sigues sin quererlo
Trowa.
No me regañen, solo no encontré el momento... no quiere decir que no se lo diré
Catherine.
Hermano...
Trowa.
Tranquila hermosa, lo haré pronto
Aunque
no era propio de su naturaleza, el ojiverde le sonríe a su hermana y se pone de
pie
Trowa.
Iré a dormir, buenas noches
Irea.
Buenas noches
Catherine.
Que descanses hermano
El
ojiverde asiente con la cabeza y se retira, minutos después regresa Quatre, y
aunque no lo hace verbalmente, se pregunta a donde ha ido Trowa
Quatre.
Irea, hay algo que estuve pensando
Irea.
Dime
Quatre.
Aún tengo parte de las ganancias del grupo ¿qué te parece si compramos un
departamento y vivimos los dos juntos? Luego conseguiré un trabajo, no es tanto
dinero como para subsistir mucho tiempo
El
rubio sonreía pero se sentía triste, aunque ya había dejado la casa antes,
sentía nostalgia pensar que ya nunca viviría ahí, pero era imposible compartir
casa con Trowa, sería muy tortuoso para él hacerlo, Irea oye la propuesta y
también se entristece, se había acostumbrado a vivir ahí, por su parte también
Catherine se siente triste, aunque no correspondía a los sentimientos de la
rubia, se había encariñado con su presencia en la casa
Quatre.
¿Irea? Qué opinas?
Irea.
¿Por qué no esperamos a que te alivies y entonces hablamos?
Quatre.
¿Eh? Pero es que... no quiero estar aquí
Catherine.
Quatre, Irea tiene razón, quédense un par de día
Quatre.
Mnh... supongo que sí, pero buscaré departamento desde mañana
Catherine.
Como quieras
La
pelirroja estaba convencida de que antes que Quatre encontrara un departamento,
él y su hermano ya estarían juntos por fin, por eso no se preocupaba demasiado.
Los tres se van a dormir, en unas horas terminaría de amanecer y les esperaba
un gran día, gracias a la visita de Hilde, podrían entonces sacar a Duo de la
cárcel y meter a Dorothy, las chicas no habían querido contar aún a sus
hermanos sobre aquel hecho, era mejor esperarse a que la guitarrista hablara
con el abogado del ex trenzado...
En
aquel lugar acababa de caer la noche, Sylvia yacía acostada en la cama,
completamente desnuda y bajo las suaves sábanas de la amplia cama, Erick dormía
a su lado, roncaba tranquilamente, como si no tuviera preocupación alguna de la
vida, la chica lo miraba de reojo con rabia, le daba asco que la tocara, pero
todo a cambio de su vida y la de su padre, cuanto lamentaba haber ensuciado el
apellido Noventa, pero el éxito que había alcanzado en su vida profesional y el
dinero que había recibido de parte de Dermail la habían cegado, se había
convertido en una ambiciosa, pero cuando había descubierto la clase de ratas
que eran la rubia y su abuelo, había querido escapar, pero ya era tarde, jamás
había pensado que las fechorías de esos dos lograran quitarle la vida a
alguien, porque cuando la habían contratado, era para acabar con las vidas profesionales
de los chicos de The Wings, y eso no incluía refundir a uno en la cárcel, mucho
menos estrellar un avión y asesinar a alguien, eso era horrible, se sentía una
asquerosa rata cómplice... unas lágrimas amargas cruzaban por sus mejillas, si
pudiera hacer algo para remendar su error lo haría, tal vez así podría volver a
ver a su padre a los ojos, también podría pedir perdón a su madre cuando
muriera, pues seguramente más que retorcerse en su tumba, su alma no
descansaría en paz, por eso debía buscar la forma de ayudar, no podía volver a
la vida a nadie, pero sí podría sacar a Duo de la cárcel, pruebas le sobraban,
y también podría ayudar a hacer justicia, hundir a Erick, Dorothy y Dermail,
aunque ella tal vez también tendría que pagar una condena con la justicia, pero
eso le ayudaría a limpiar su alma impura
Sylvia.
¿Cómo haré? En estas condiciones no podré
Por
debajo de las sábanas, la chica tenía amarrados los pies a la cama, el chico la
había amarrado después de hacerla suya, no permitiría que se le escapara
mientras dormía, aún no podía confiar en ella, aunque no contaba con la astucia
de la chica, que ya comenzaba a fraguar su plan de escape...
Horas
más tarde, una chica del servicio anuncia a Catherine que el desayuno está
terminado, la chica va a los cuartos de todos para despertarlo y decirles que
pueden bajar, Irea y Quatre bajan arreglados, en cambio Trowa baja en shorts y
playera, sus ojos se veían cansados y el cabello ligeramente alborotado, los
cuatro se sientan y les sirven el desayuno
Catherine.
¿Aún tienes sueño hermano?
Trowa.
Sí, pero tengo cosas que hacer
Catherine.
¿Y piensas salir así?
Trowa.
Claro que no
Con
su seriedad de siempre comienza a comer sin prestar atención en nada, Quatre lo
ve unos momentos de reojo y bajando la mirada también come concentrado, se
sentía muy extraño, por ratos el ojiverde parecía el mismo y a veces parecía
cambiado, seguramente era porque ahí se encontraba su hermana y le avergonzaba
tratarlo mal, por lo que prefería la indiferencia, pero si Trowa le había dicho
que él e Irea no eran amantes ¿entonces porque se mostraba tan tranquilo? O tal
vez el ya no consumir drogas y alcohol lo habían hecho más tranquilo?
Seguramente se trataba de eso
Quatre.
Oigan ¿y Wufei?
La
repentina pregunta del rubio sorprende a los presentes, enseguida Trowa frunce
el ceño porque estaba celoso, pero las chicas se voltean a ver mutuamente,
quedándose calladas por unos momentos
Quatre.
¿Qué le pasó?
Visiblemente
preocupo, Quatre abre ampliamente sus ojos y deja de comer, mirando a las
chicas en busca de una respuesta
Catherine.
Pues... verás...
La
pelirroja cuenta al rubio todo lo sucedido con Sally y su embarazo, el cual era
de alto riesgo y capaz de hacerlos perder a su bebé, el rubio se siente muy
triste por ello, más aun sabiendo que Wufei se deprimía fácilmente, y eso de
trabajar en aquel Bar lúgubre también lo hacía sentirse triste por el chino
Quatre.
Quiero verlo
Catherine.
Pero...
Quatre.
No sé porque, pero estoy seguro que a mí no me dirá lo mismo que a ustedes
El
más interesado en esa suposición es Trowa, que deja de comer y mira al rubio
sin dejar de fruncir el ceño, Quatre estaba muy convencido de que Wufei si
aceptaría verlo a él, se sentía muy celoso, no podía evitarlo, aun cuando sabía
que su ex compañero guitarrista estaba pasando por malos momentos y necesitaba
del apoyo de Quatre
Irea.
Estás muy convencido hermano
Quatre.
Sí, nuestra amistad es muy especial, una vez por poco hacemos el amor ¿tú
crees?
La
confesión hace sonrojar a ambas chicas, no esperaban que el rubio lo dijera tan
abiertamente, pero era obvio que el rubio lo había dicho para restregárselo a
Trowa en la cara, más porque el ojiverde no estaba enterado de que algo así
estuvo a punto de pasar entre ellos. Molesto Trowa se levanta de la silla y
dándoles la espalda se marcha sin decir nada, de pronto todo el desayuno se
había revuelto mal en su estómago, Quatre no puede evitar sonreír, aunque sus
ojos se veían vacíos
Catherine.
Quatre ¿por qué dijiste eso delante de Trowa?
Quatre.
¿Por qué no debía hacerlo?
Catherine.
Es que...
Quatre.
Él siempre me hizo sentir una basura, diciéndome con cuantas tipejas se
revolcaba, diciéndome que era su Puta, jodiéndome como se le daba la gana...
Catherine.
¡Basta!
El
rubio se calla y mira a la chica a la cara, estaba roja y le miraba con el ceño
fruncido
Catherine.
¿Por qué estás tan lleno de rencor? ¿Piensas vivir toda tu vida con ese
tormento? ¿Quieres hacerlo sentir a él miserable por todo?... ¡Cuando las cosas
que sucedieron fueron culpa de los dos!
Los
ojos del ex bajista se abren ampliamente al oír aquellas dolorosas palabras, no
podía creer que la chica a quien consideraba su mejor amiga, le hubiera dicho
algo tan cruel
Quatre.
Tú no sabes nada
Catherine.
Claro que lo sé, mi hermano nunca te violó, ni te obligó a hacer todo, si
sucedió algo entre ustedes es porque ambos lo permitieron... deja de hacerte la
víctima, me duele verlos haciéndose daño
Cubriéndose
el rostro con ambas manos, la chica comienza a llorar con tristeza, Quatre
entiende las palabras y los sentimientos de la pelirroja, en el fondo de su
corazón sabía que tenía razón, pero no quería aceptarlo, todo había sido por
culpa de Trowa y su violencia, también por su egoísmo y vanidad, su rostro se
ensombrece mientras se encierra en su mundo, aunque aquellas palabras fueran
verdad, no lo iba a aceptar nunca, y si Trowa algún día buscaba su perdón
tendría que hundirse en el lodo como sabandija, tal vez así lo perdonaría, pero
era obvio que el ojiverde y su enorme ego y orgullo, jamás lo haría
Irea.
Catherine, no seas tan dura
Catherine.
Lo siento Quatre, es solo que...
Quatre.
Olvídalo, ya nada importa, lo que sucedió no se borrará con lágrimas o
arrepentimiento, por eso quiero seguir ¿comprendes?
Catherine.
Sí, lo sé
Quatre.
Quiero ver a Wufei
Catherine.
Claro, te llevaré
Quatre.
No gracias
La
frialdad en las palabras del rubio sorprenden a ambas chicas, Irea desconocía a
su hermano, ese frente a ella no era el Quatre tierno y amable que había
conocido por más de 18 años ¿tanto mal le había hecho Trowa? Y la pelirroja
también estaba sorprendida, el rubio nunca le había hablado de esa forma
Quatre.
Irea me acompaña, no te preocupes
La
sonrisa hipócrita del rubio hacen sentir mal a Catherine, seguramente con sus
anteriores palabras, habría quebrado algo dentro de la amistad de ambos, pero
necesitaba decirlas, quería mucho a Quatre, pero su hermano estaba primero, por
eso no soportaba que el rubio quisiera pretender que toda la culpa era del
ojiverde
Catherine.
Está bien
Agachando
la mirada continúa con el desayuno, mientras se limpiaba algunas lágrimas, los
otros dos también continúan comiendo, los tres en silencio, se sentía un
ambiente demasiado pesado, tanto que podría aplastarlos en ese mismo
instante...
Como
lo tenía previsto, Hilde llama a Richard y lo cita en un café, sin decirle los
motivos exactos de tal cita, solo había dicho que tenía cosas importantes que
decirle del caso de Duo, pero en cuanto llega, sin preámbulos le cuenta todo de
sus conjeturas y también de su lista, Richard estaba sorprendido, podía
presumir de ser buen abogado, eso lo había demostrado en el juicio de Duo, pues
a pesar de su auto declaración de culpabilidad, el ex guitarrista había sido
declarado inocente, pero aun así le parecía que Hilde era muy buena, miraba una
y otra vez la lista, cada vez le encontraba más lógica
Richard.
¿Te das cuentas de qué es todo esto?
Hilde.
Sí, también sé que estoy en peligro ¿cierto?
Richard.
Si lo que me dices es verdad, esa Dorothy es una desquiciada de la cual podemos
esperar cualquier cosa
Hilde.
¿Y qué hay que hacer?
Richard.
Déjame contactar a unos conocidos, ese tal Dermail me da muy mala espina, tal
vez esté metido en negocios chuecos
Hilde.
¿Usted cree?
Richard.
Claro que sí... te mantendré al tanto, por favor cuídate, y no le digas nada a
tu otra compañera ¿de acuerdo? También mantente al margen, nosotros haremos el
resto ¿sí?
Hilde.
Pero prometí al señor Marshall...
Richard.
Déjamelo a mí, buscaremos a Sylvia
Hilde.
Está bien
Richard.
Has hecho demasiado, muchas gracias
La
chica se sonroja ante el halago y asiente con la cabeza apenada, además no
había imaginado nunca que el abogado de Duo fuera un hombre tan apuesto, lo
imaginaba todo viejito y feo, pero esos pensamientos no tenían cabida con la
situación, estaba por estallar una bomba de la cual no quería ser víctima...
Como
anteriormente había ido al departamento de Sally junto con Catherine, ya sabía cuál
era la ubicación, así que pidiendo prestado un carro a la pelirroja, ella y su
hermano van a visitar al chino, Quatre no podía sacar de su mente la situación
de su ex compañero, le daba mucho gusto que fuera a ser padre, pero también
sentía mucha tristeza de que aquello tal vez no pudiera lograrse...
Wufei
estaba acostado en la cama con Sally viendo una película cuando el timbre
suena, ambos se voltean a ver encogiéndose de hombros ya que no esperaban
visita, el pelinegro se pone de pie y sin zapatos se acerca a la puerta, la
abre y cuando ve a Quatre ahí se queda inmóvil, no esperaba tal visita, el
rubio lo mira fijamente y le sonríe, Wufei se muerde un poco el labio inferior
y se avienta a los brazos del chico, que enseguida le corresponde al abrazo,
Irea se sorprende con aquella reacción, se notaba el sentimiento de ambos. El
pelinegro no le toma importancia a la presencia de Irea y cuando deja de
abrazar al rubio, sube su mano hasta su rostro y le acaricia levemente los
labios, sus rostros estaban muy cerca, pero a pesar del deseo de Wufei, no se
besan, el chino cierra sus ojos y se aleja lentamente, había hecho una promesa
a Sally y no iba a traicionarla, se aleja del rubio pero éste lo sujeta,
tocando apenas sus dedos
Quatre.
¿Cómo estás?
Wufei.
Mejor que días pasados
Quatre.
Vas a tener un bebé
El
rubio sonreía cariñosamente y Wufei se sonroja un poco, sonriendo de la misma
forma, jamás había pasado por su mente la idea de ser padre, pero ahora era el
mayor anhelo, ya quería conocer al bebé
Wufei.
A pesar de la situación tengo mucha esperanza
Quatre.
Me alegro, verás que todo sale bien
Wufei.
Eso espero, y quiero que seas el padrino
Quatre.
¿De verdad?
Wufei.
Claro que sí
Quatre.
Oye y... ¿puedo?
Wufei.
¿Eh?,,, Cla... claro que sí
El
rubio le suelta la mano y Wufei se hace a un lado para dejarlos pasar, les
señala con el dedo la habitación de la ex tecladista de Dark Sound y se pasan,
no quería perturbar a Sally con nada, pero no se había podido negar a Quatre.
Cuando el rubio entra en la habitación Sally se sorprende, y aunque no le era
de total agrado, sonríe amable
Quatre.
Hola ¿cómo estás?
Sally.
Bien ¿y tú? Cuanto tiempo
Quatre.
Cierto
El
rubio también sonríe y estira su mano un poco pero enseguida la aparta
Quatre.
¿No sería atrevido de mi parte?
Sally.
No, adelante
Sonrojándose
el rubio da un paso más hacia la cama y estirando su mano la coloca sobre el
vientre de la chica, era una sensación agradable, pero gracias a su Don, siente
enseguida toda la tristeza que embargaba a la chica, también sentía la
debilidad del producto, un horrible escalofrío le recorre la espalda y se
aparta, pero sin dejar de sonreír tranquilo
Quatre.
Los felicito, de verdad
Sally.
Gracias
Wufei.
Sally y yo... vamos a casarnos cuando nazca nuestro bebé
Quatre.
¿En serio? Doble felicidades
Aunque
el rubio amaba a Trowa como jamás había o iba amar a alguien, no podía evitar
sentirse triste por la noticia, a Wufei le tenía una afección aún más grande
que a cualquier amigo que hubiera tenido antes, pero también estaba contento,
una felicidad al lado de Sally y su bebé era lo que se merecía después de haber
perdido a Traize...
La
guitarrista de Dark Sound regresa a la casa que compartía la mayor parte del
tiempo con sus compañeras, en la sala se encontraba Relena leyendo un libro,
cosa que le parecía extraño viniendo de la chica, ya que no solía leer, la
rubia la ve entrar y enseguida cierra el libro sonrojándose, Hilde sonríe
curiosamente
Hilde.
¿Leyendo pornografía?
Relena.
Claro que no
Hilde.
Déjame ver
Apenada
Relena enseña el libro a Hilde, la guitarrista lo toma entre sus manos y lee el
título "La homosexualidad y su tratamiento ante la sociedad", Hilde
se sorprende un poco, pero volteando a ver a Relena le sonríe mientras devuelve
el libro
Hilde.
¿Confundida?
Relena.
No, es que... me llamó la atención
Hilde.
Cuídate de Dorothy por favor
Relena.
¿Eh? Por qué lo dices?
Hilde.
Por nada en especial, pero ella está un poco loca
La
rubia se confunde con las palabras de la guitarrista pero ya no pregunta más,
Hilde se retira a su habitación tranquilamente, dejaría el caso al abogado de Duo
y solo esperaría los resultados, todo debía salir bien para ellos, porque el
bien siempre triunfaba sobre el mal, o al menos eso era lo que pensaba... al
entrar se quita los zapatos y se sienta en la cama, cierra los ojos y se da un
masaje en el cuello
Dorothy.
Hola
Asustada
Hilde abre los ojos y voltea hacia el baño que es de dónde provenía la voz de
su compañera, la guitarrista se pone nerviosa
Hilde.
¿Qué haces aquí?
Dorothy.
Nada especial, es solo que me pregunta ¿por qué Hilde es tan amiga de Noventa?
La
chica abre sus ojos sorprendida y Dorothy sonríe mientras se acerca
Hilde.
Yo... yo...
Dorothy.
Y esas visitas a la casa Barton ¿qué te traes entre manos?
La
chica estaba nerviosa, no sabía que responder, no tenía idea de que la bajista
supiera que había estado haciendo ¿y si la había descubierto? Era su fin,
seguro también la mataría a ella, su corazón latía a prisa
Hilde.
Es que... yo... el señor Noventa está desesperado, creí que podía ayudarlo, y
si fui a la casa de Barton, es porque... quería hablar con Trowa
A
Dorothy le parece extraña la segunda razón y arquea sus amplias cejas, dudando
de lo que decía su compañera
Dorothy.
¿Para qué querías ver a ese tipo?
Hilde.
Para preguntarle de Sylvia
Dorothy.
¿Por qué a él?
Hilde.
Ellos pasaron una noche juntos... tal vez sabía dónde está ella
Ayudándose
de lo que sabía, Hilde la libra con aquella mentira, se notaba que la rubia aún
no sabía que ella estaba investigando de sus fechorías, por lo menos salvaba la
vida de momento, Dorothy aún la ve con escepticismo pero de momento le cree, si
se enterara que la chica ayudaba a los de The Wings, entonces la desaparecería
del mapa como a los demás
Dorothy.
Está bien, solo no hagas tonterías ¿de acuerdo?
Pasando
por un lado de la chica, se retira de la habitación, Hilde suspira aliviada y
trata de calmar su respiración, por momentos había tenido mucho miedo, esperaba
que Richard investigara lo demás cuanto antes para refundirlos en la cárcel...
Después
de haber hecho sus asuntos pendientes, Trowa regresa por la tarde a su casa, al
ver el auto de su hermana estacionado se da cuenta que Irea y Quatre ya habían
llegado, entonces decide subir a la habitación del rubio y ver cómo se
encontraba, su corazón latía apurado de la emoción, quería declararse de una
vez a Quatre, pero como si fuera adolescente primerizo no encontraba el momento
adecuado... la puerta no tenía seguro por lo que la abre, el rubio descansaba
sentado en la cama, recargando su espalda en la cabecera, ver ahí a Trowa lo
sorprende, el ojiverde se acerca mientras le mira
Trowa.
¿Cómo estás?
Quatre.
Bien
Trowa.
Qué bueno
Momentos
de silencio incómodo entre los dos los hacen desesperarse, Quatre más que Trowa
se sentía ofuscado, tener ahí al ojiverde era un martirio que no quería vivir
nunca más, por eso le urgía marcharse, en el mueble junto a la cama estaba un
periódico del día, el ojiverde lo mira y después mira a Quatre
Trowa.
¿Y eso?
Quatre.
Busco departamento
Trowa.
¿Por qué?
Quatre.
No quiero estar aquí
Trowa.
¿Por qué?
Quatre.
¡No seas cínico! O qué? Ya olvidaste todo?
Trowa.
No...
Quatre.
Vaya, al menos eso tienes, buena memoria
El
rubio le voltea la cara con fastidio
Trowa.
¿No te vayas?
Quatre.
¿Eh?
El
rubio se sorprende y aunque no quiere, se sonroja un poco, Quatre voltea a
verlo de nuevo, el ex baterista se acercaba
Quatre.
¿Para qué?
Trowa.
Aún estás débil y...
Quatre.
Vaya
El
ex bajista ríe divertido, quería llorar, aunque no sabía si de tristeza o
rabia, Trowa no comprendía porque aquellas palabras tan irónicas
Quatre.
Y pensar que creí por un breve momento que te importaba, que te había hecho
falta en tus días de rehabilitación, y cuando dijiste que no me fuera, pensé
estúpidamente por un instante, que era porque me extrañarías
Trowa.
Yo...
Quatre.
¡Cállate! Tú solo quieres seguir teniendo la certeza que aún tienes a tu puta,
es por eso que te hice falta ¿verdad? Y por eso no quieres que me vaya
El
rubio estaba muy enojado, apretaba con fuerza sus puños, en cambio Trowa estaba
muy confundido, y esas palabras le daban dolor de estómago ¿de verdad Quatre
estaba tan resentido? De verdad había sido tan cruel con él?
Trowa.
Te equivocas
Quatre.
No es verdad
Con
seriedad sin apartar la fría mirada de Trowa, el rubio se quita la camisa, el
ojiverde se sorprende de que haya hecho algo así, Quatre sonríe con malicia y
se lame dos dedos de su mano derecha, sujetándose uno de sus pezones y comienza
a acariciarlo, emitiendo un sexy jadeo, jugando después su pulgar en la misma
zona
Quatre.
Hazme tuyo Trowa, como en aquellos días
Trowa.
Quatre...
Quatre.
Sé que lo deseas, tómame... soy tu Puta, siempre lo seré
Trowa.
Basta
Quatre.
Tú me convertiste en esto... y la verdad es que lo disfruto
Mostrando
ojos vacíos, Quatre se muerde el labio y por encima de la ropa, coloca su mano
en su entrepierna, Trowa estaba sonrojado, pero también aterrado ¿qué había
hecho con Quatre? De verdad él lo había convertido en ese ser? Vacío y
lujurioso? Quatre sonríe al ver la cara de Trowa
Quatre.
¿Sabes? Joe me violó, en lugar de no querer saber nunca más de sexo, el mismo
día en la noche jodí con un muchacho, cuatro veces Trowa, estupendas cuatro
veces, y al día siguiente otras tres ¡Me llené de sexo y lo disfrute!... como tú
me enseñaste
El
ojiverde no podía soportarlo, sentía la sangre hervir, Quatre no dejaba de
sonreír, disfrutando de esas caras distorsionadas que Trowa le mostraba, se
debía de estar retorciendo de coraje al saber que no era el mejor amante,
cuando de verdad el ojiverde estaba rabiando por lo que había causado, había
convertido al tierno y lindo Quatre en un diablo amante del sexo, lujurioso y
vació, con el alma podrida, quería morir, desaparecer en ese instante, dar su
vida a cambio de que volviera el viejo Quatre, el tierno, el amable, el
bondadoso, porque aunque aún quedaba un pequeño rastro de él, también una gran
parte de su yo anterior había muerto, y el único culpable era él
Trowa.
No sigas
Quatre.
Ya ni siquiera me siento inferior o humillado, adoro el sexo, y puedo ser la
puta de cualquiera... así que tómame, mañana lo hará cualquier otro
Trowa.
¡Cállate cállate!
Sin
poderlo soportar por más tiempo, Trowa se acerca a Quatre y haciéndolo dejar de
acariciarse, le sujeta ambos brazos y los aprisiona con fuerza contra la
cabecera, el rubio se sorprende y se queda paralizado, el ojiverde agacha su
cabeza y recarga su rostro contra el pecho del ex bajista, para sorpresa del
rubio, siente algo mojado ¿acaso eran lágrimas? Trowa estaba llorando? Se
negaba a que fuera cierto... el ojiverde tenía su rodilla sobre la cama y
aunque estaba cerca, no tocaba de Quatre más que sus brazos
Trowa.
Ya no sigas por favor... me haces daño
Quatre.
No es verdad...
Trowa.
No sabes cómo odio saber que esto te pasó, que hice de ti esto, que te
lastimé...
Quatre.
No...
Los
ojos de Quatre estaban demasiado abiertos y sus pupilas dilatadas, Trowa mojaba
su pecho con lágrimas y su voz se cortaba, era como si no fuera el Trowa que
había conocido
Trowa.
¡Perdóname!
Para
Trowa era un pequeño alivio decirlo, para Quatre era romper con una imagen que
tenía en su mente, no podía ni quería aceptar que tenía ahí a Trowa, pidiendo
perdón desesperadamente, era como si no estuviera sucediendo... el ojiverde
apretaba tanto sus muñecas, pero el rubio no podía sentir el dolor, la única
sensación en su cuerpo eran aquellas lágrimas sobre su pecho, el ojiverde
sollozaba, pero más que sentirse satisfecho, se sentía miserable ¿quién era ese
tipo? ¿Dónde había dejado al orgulloso, egocéntrico y engreído Trowa Barton?
Era demasiado para él
Quatre.
¿Por... por qué?
Incapaz
de contestar, el ojiverde aprieta más las muñecas, como si quisiera quebrarlas,
quería gritarlo, pero las palabras se ahogaban en su garganta, sentía el pecho
caliente y una sensación de que podría desvanecerse en cualquier momento
Quatre.
¿Por qué eres tan cruel?
A
pesar de que temía verlo a los ojos, el ex baterista se separa de su pecho,
poco a poco, hasta ver aquellos ojos perdidos en el vacío, cuyas lágrimas se
formaban y no lograban salir, el rubio sonreía, como si estuviera perdido en un
sueño
Trowa.
Porque te amo
Incapaz
de sorprenderse, como si no hubiera oído aquellas palabras, las lágrimas logran
rodar por sus mejillas, el ojiverde lo miraba atento, esperando una respuesta,
pero de pronto para su sorpresa, Quatre comienza a reír divertido, recuperando
el brillo de sus ojos, voltea hacia Trowa y lo mira fijamente, clavando su
mirada en la ojiverde
Quatre.
¿Esperas que te crea?
Borrando
su sonrisa, el rubio se muestra nuevamente frío, Trowa suelta la muñeca que
sostenía con su mano derecha sin soltar la otra, y la acerca a su mejilla,
apenas tocándolo con la punta de sus dedos, las pupilas del rubio se dilatan
ampliamente y cerrando por breves momentos los ojos, sus lágrimas ruedan
rápidamente
Trowa.
Te amo Quatre
Su
mirada tierna y profunda le revelan la verdad, era cierto, el ojiverde se había
enamorado de él, por fin después de tanto haberlo deseado, el chico lo amaba, y
estaba ahí, frente a él, confesándoselo directamente a la cara, sintiéndolo
cerca. El más grande anhelo de su vida se había hecho realidad, Trowa lo amaba,
pero no podía dejar de sentirse vacío, sus heridas no se borraban con ese Te
Amo... por varios segundos se quedan así, cerca, muy cerca, sus alientos
chocando uno con el otro, Trowa no puede más esperar una respuesta y se decide,
se acerca unos milímetros más e intenta acariciar los tiernos labios de Quatre
con los suyos, pero el rubio reacciona, apartándolo bruscamente con su mano
libre, obligándolo a soltarle su otro brazo y mirándolo con rencor, el ojiverde
se tambalea un poco al ser aventado pero no cae, de pie lo mira,
sorprendiéndose por esa expresión de rencor
Quatre.
¡No me beses!
Trowa.
Quatre...
Quatre.
¡Aléjate!... ¡aléjate! ¡Veteee!
Sujetándose
el cabello con fuerza se agacha hasta tocar su cabeza con las piernas, no
dejaba de llorar, ni siquiera quería estarlo haciendo, pero sus lágrimas salían
de alguna parte y sin que lo quisiera corrían veloces, pero es que su pecho
dolía tanto, que era la única forma de desahogarse, y su garganta se cerraba,
encerrando desesperados gritos. Aquel que se suponía, debía ser uno de los días
más felices de su vida, se había hecho un infierno, y ni siquiera sabía porque
dolía tanto que Trowa también lo amara, tal vez porque en el fondo sabía que
esa relación, aun cuando fuera correspondida, los terminaría destruyendo...
Trowa
también lo sentía, su pecho quemaba, sus labios ardían y su alma se consumía en
el infierno de sus pecados, en el tormento de los arrepentimientos sin sentido,
se suponía que diciéndole a Quatre de su amor, terminaría con el suplicio al
que se había sometido tras la partida del rubio a París, pero no era así, se
notaba que Quatre aún no quería perdonarlo, tal vez porque incluso él, no se
perdonaba así mismo. Su mirada triste se clava en la imagen del ex bajista,
como se moría de ganas por besarlo
Trowa.
Sé que te hice mucho daño, por eso he venido aquí, a pedirte perdón, y a
decirte que te amo, que si me lo permites, quiero estar siempre contigo... tal
vez, sueno tonto, tal vez estoy siendo infantil y melindroso, pero no puedo
evitarlo, tú me provocas ser esto
Soltándose
los cabellos, Quatre aspira fuerte y limpiándose las lágrimas levanta poco a
poco su cabeza, mirando los ojos verdes que ahora le miraban con una ternura
que nunca antes le había mostrado, y había oído en su propia boca, palabras
hermosas, pero aun así ¿por qué era incapaz de aceptarlo? Su corazón no sentía
emoción alguna
Quatre.
Lo siento... pero no puedo
Trowa.
¿Eh?
Quatre.
Cada vez que te vea, recordaré los maltratos, los insultos, tus besos y
caricias engreídos... ya no puedo cambiar mi imagen de ti
Trowa.
Quatre... yo...
Quatre.
Por favor, ya no me muestres tu Yo patético... no me busques más, ni pidas de
mí el perdón, no esperes de mí ternura y romance... Yo ya no te amo
Los
ojos de Trowa se abren ampliamente ante tal mentira, pero la cual él cree, no
era difícil hacerlo, después de todo lo que había pasado entre ellos, de lo que
él le había hecho al rubio, era obvio que dejara de amarlo, incluso que lo
odiara, por eso no se sorprende de oírlo, lo esperaba, pero no quería creer que
hubiese pasado. Sus miradas no se perdían la una a la otra, Trowa cierra unos
instantes los ojos y agacha la mirada cuando los abre
Trowa.
Entiendo... gracias por oírme... no espero que me ames, o que vivamos felices
para siempre, pero al menos... por favor... intenta perdonarme
Sin
ser capaz de mirarlo nuevamente a los ojos, Trowa le da la espalda y sale
enseguida de la habitación, Quatre se queda paralizado unos momentos, sintiendo
un fuerte dolor en el estómago, y después comienza a llorar ahogadamente, como
un mudo que intenta gritar a pesar de que sabe que no puede, le había mentido
al ojiverde pero había sido lo mejor, que los dos se separaran, que se
olvidaran y vivieran cada quien sus vidas, para así curar las heridas que les
había dejado ese amor...
Trowa
llega hasta su habitación, confundido y triste, caminaba torpemente, al cerrar
la puerta se queda de pie frente a ella y al cerrar sus ojos cae de rodillas,
comenzando a golpear la puerta con coraje, unas cuantas lágrimas caían
Trowa.
Lo perdí... lo perdí... lo perdí
De
todas las cosas de las que podía arrepentirse en su vida, perder a Quatre era
la más grande de todas ellas, algo que jamás se iba a poder perdonar, Catherine
se lo había dicho cientos de veces, incluso Wufei, pero su ciego orgullo jamás
le había permitido ver, ahora debía vivir con las consecuencias de sus actos...
El
abogado de Duo le había ido a ver después de haberse citado con Hilde, el ex
trenzado estaba sorprendido, jamás había pensado que recibiría ayuda de alguna
de sus ex enemigas, pero también estaba sorprendido de que Dorothy fuera como
le había dicho Richard, pues aunque siempre le había sabido personalidad de
loca, no imaginaba que fuera tan malvada, lo único que el Abogado no le había
dicho a Duo era de que posiblemente el accidente también lo había provocado
ella, no quería causarle al ojivioleta en esos momentos una crisis nerviosa
Duo.
Espero que esa mujer se refunda en la cárcel... y ya quiero salir de aquí,
sabiendo lo que me contaste de Dorothy y Hitoshi, no hay razón para que yo esté
aquí
Richard.
Lo sé, solo nos faltan más pruebas, lo de la muerte de Kim ya lo estoy
manejando y pronto te liberarán de aquella culpa
Duo.
Gracias Richard
Richard.
Para eso me pagan
Duo.
Lo se
El
ex trenzado sonríe amable y sujetando la sábana sobre sus piernas, baja la
mirada, pensando detenidamente en todo lo sucedido desde que había entrado a la
cárcel, que diferencia de aquel Duo dolido que no quería saber nada más de la
vida, que tonto había sido, debía estar agradecido porque aún vivía, aunque no
estuviera Heero a su lado, con su existencia era capaz de honrar la que alguna
vez había tenido el ojiazul... Richard lo miraba atento, sonriendo levemente,
tomándose el atrevimiento de colocar su mano sobre las manos entrelazadas de
Duo, el ojivioleta voltea enseguida, mirándolo también
Richard.
Cuando salgas de aquí ¿me aceptarías una copa?
Sin
esperarse aquella propuesta, Duo se sonroja completamente y abre sus ojos un
poco más, no creía lo que estaba oyendo ¿acaso le gustaba a su abogado?
Duo.
Yo... Está bien
Sonriendo
apenado separa sus manos para que Richard baje la suya y vuelve a apartar su
mirada, su corazón latía rápido, se sentía nervioso, y no porque Richard le
gustara, simplemente era algo que no había esperado, pero que a la vez lo había
hecho sentir bien. Richard en cambio se sentía muy contento, Duo le gustaba
mucho y sentía que se enamoraba de él, no le importaba lo que había sucedido
dentro de ese lugar, cuando el ex guitarrista saliera, comenzaría de nuevo, y
él le iba a proponer que fuera a su lado...
El
Sol abrazaba más que cualquier otro día, tal vez había entrado una estación muy
calurosa, podría ser primavera o verano, la verdad es que no sabía
distinguirlo, él solo sentía que el Sol quemaba más que antes y que los
mosquitos le picaban más por la noche que otras veces, aunque la verdad no le
importaba mucho
Heero.
Ey Zechs ¿A dónde se habrá ido tu lunático amigo?... ¡Claro que no idiota! No
lo quiero para eso, si eso quisiera, me masturbo solo y ya... eres un
degenerado...
El
ojiazul caminaba por la orilla del mar buscando a Traize, desde hace un par de
horas no sabía de él, le parecía raro porque últimamente el amigo de Zechs estaba
más cerca de él, incluso le hablaba más que en ocasiones anteriores, aunque le
dijera que era un muerto o que era el diablo... caminaba tranquilo, sintiendo
el agua mojar sus pies, estaba fresca y la brisa olía bonito, si la
circunstancia fuera otra, disfrutaría estar ahí con su amado Duo
Traize.
¡El diablo vino por mí!
La
voz del hombre sonaba a espalda de Heero, que al oírla enseguida voltea pero
antes de hacerlo completamente, Traize se le avienta encima como si quisiera
colgarse de su cuello y ambos caen a la arena, Heero debajo de él, emitiendo el
ojiazul un fuerte jadeo por el golpe, sobándose enseguida la cabeza
Heero.
Imbécil…
Al
abrir sus ojos, los de Traize estaban fijos en él, lo miraba como niño curioso,
el ex vocalista se sonroja hasta las orejas y lo empuja apenado, el de cabello
avellana se ponen de pie pero Heero se sienta sobre la arena, mirando abajo
mientras continuaba sobándose, pero al levantar la cabeza se sorprende al ver
que Traize estaba completamente desnudo, su ritmo cardiaco se acelera aun
cuando no le provocaba excitación la imagen frente a él, aunque pudiera
aceptar, un poco, muy remotamente, que Traize estaba bastante bien
Heero.
Vístete
Completamente
avergonzado Heero desvía su mirada, cuando de pronto a su mente llega un breve
recuerdo de una conversación con Wufei, su corazón acelera el ritmo y enseguida
mira fijamente los muslos de Traize
"Tiene
una cicatriz"
"Está
en un lugar... no muy visible" (Capítulo 12)
El
reflejo del Sol no ayudaba a ver, por lo que decide acercarse un poco más,
vagando su mirada por el cuerpo de Traize, sus muslos, entrepierna y
testículos, el hombre veía que lo observaba pero estaba quieto, como si no
entendiera lo que sucedía, pues no sentía gramo alguno de vergüenza... Después
de inspeccionar bien, los ojos de Heero se abren desmesuradamente, tenía frente
a él una gran prueba, aquella que buscaba su ex compañero por tanto tiempo, la
prueba casi definitiva que necesitaba para inculparlo, jamás se había imaginado
que sería él quien lo descubriera, durante años Wufei lo había estado buscando,
que mala era su fortuna, porque frente a él no tenía al culpable del inicio de
los sufrimientos de la vida del ex guitarrista de The Wings, frente a él no
estaba la persona a la que el pelinegro más odiaba en el mundo, y la prueba más
fehaciente de ello, era su falta de cicatriz, una cicatriz que dividía la
realidad de una suposición que durante meses lo había atormentado, pero ahora,
si no era Traize el culpable ¿quién lo era? Aquella pregunta no dejaba de
rondar en la mente de Heero
Continuará...
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