Diversión, sexo y horror
Parte 2
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¿Solo un Mito?
Los primeros en llegar a la cabaña de la Administración, son Traize y
Wufei, que después de su pequeño arrebato de placer, se habían dirigido a la
cabaña donde habían acordado verse, pero para su sorpresa, eran los primeros
- Cuanto tardan en instalarse - comentó Wufei pícaramente y su novio
sonríe, acercándose a él para abrazarlo y besarle la mejilla
- Nosotros también nos instalamos bien - respondió travieso,
comenzando a besarle el cuello a su novio, que sonríe contento
- Vas hacer que me excite -
- Eso quiero - le respondió Traize, intentando posar sus manos sobre
la entrepierna de su novio, pero escucha que alguien tose y voltea hacia la
puerta
- Para eso tienen su cabaña - dijo Quatre con una gran sonrisa
traviesa, y enseguida los novios se separaron, Traize sonriendo y Wufei apenado
- Bueno, ya solo faltan Heero, Duo y Milliardo - cambió de tema el
chino
- No se preocupen por él, debe estarse divirtiendo en el bosque - se
oyó la voz de Duo, que acababa de llegar tomado de la mano de Heero, ambos con
el cabello mojado y con aspecto relajado, señal de una buena sesión de sexo,
por lo que Quatre le sonríe al trenzado
- ¿No será que los divertidos fueron otros? - riendo cómplice, Duo le
confirma a Quatre con su risa y éste le responde con un guiño, ante el rostro
rojo del ojicobalto
- Bueno, dejémonos de comentarios obvios ¿dónde está Milliardo? -
preguntó Traize interesado, pero nadie sabía donde
- Tal vez divirtiéndose solo - detalló Duo burlonamente, pero todos
permanecieron serios
- No te burles por eso, cuando planeamos el viaje él tenía pareja -
respondió Wufei mostrándose un poco molesto, y a la vez pone molesto a Traize,
ya que detestaba cuando su novio se preocupaba mucho por su amigo
- Yo lo busco - contestó Trowa, decidido a salir y buscarlo, pero antes
de atravesar la puerta, Milliardo llega, mostrándose completamente serio,
mirando al frente, casi con los ojos vacíos
- ¿Dónde estabas? – Preguntó Heero, pero él se queda callado unos
momentos - ¿Me oíste? -
- ¿Eh? ah... si - mostrándose confundido unos momentos, reacciona poco
después, sonriendo confuso - Lo siento, di un paseo y... perdí la noción del
tiempo - contestó decidido, sonriendo infantilmente. Se veía muy extraño y sin
embargo nadie preguntó, suponían que se sentía extraño sin pareja.
Momentos después los siete se encontraban conversando tranquilamente,
sobre los últimos cursos, y lo que harían ahora que ya eran graduados. Eran
casi las 12 de la noche, habían cenado y bebido un poco, pero aún no tenían
sueño
- Están muy lindas las cabañas - alagó Quatre, sonriendo tiernamente,
como solo él sabía hacerlo
- Si, que extraño que tu padre no las usara antes - señaló Duo, y de
pronto Traize se puso serio
- Tiene su historia - dijo el novio de Wufei en tono lúgubre, mirando
a sus amigos uno por uno
- No me digas, algo de fantasmas, que infantil - comentó Quatre
molesto, cruzándose de brazos y ganándose una risa por parte del trenzado, a lo
cual el rubio volteó a verlo - ¿De qué te ríes? -
- De que tienes miedo - se mofó Duo, haciendo enojar más a Quatre
- No es miedo, es que son tonterías - respondió indignado y recibiendo
un abrazo de Trowa y un beso en la mejilla
- Que importa quien tenga miedo, cuéntanos - dijo Heero interesado,
sorprendiendo a sus amigos. Entonces Traize se pone serio, quedándose callado
unos momentos para crear suspenso
- Mi padre adquirió estas cabañas a un precio sorpresivamente bajo -
comenzó a contar - al principio le pareció raro así que investigó. Encontrando
en el resultado que aquí había sucedido una catástrofe. Fue un par de años
atrás, un grupo de preparatorianos llegó aquí a festejar el verano, era un
grupo normal, pero como en cualquier otro, existen personas malas que no
soportan la felicidad de otros –
Hizo otra pausa de suspenso aprovechando para mirar a sus amigos, que
le observaban atentos - era una chica seria y solitaria, que estaba enamorada
del chico más popular de la clase, pero el cual tenía novia y nunca se había
fijado en ella. Una noche, aprovechando que el chico que le gustaba, se
encontraba solo, decidió acercarse para seducirlo. Como cualquier chico de su
edad, cayó en las redes de ella, y creyendo que su novia jamás se enteraría,
decidió tirársela, pero para su mala sorpresa, su novia, avisada por la misma
arpía seductora, los encontró en pleno acto, lo cual la hizo llenarse de
profunda ira, y ante los ojos aterradores de la mujer que le había seducido al
novio, cortó su pene a machetazos y después la asesinó a ella. Y sin sentirse
satisfecha, decidió prenderse fuego, comenzando a quemar todo a su alrededor,
haciendo que el fuego se expandiera por todo el lugar, asesinando a todos sus
compañeros. Por años estuvo cerrado este lugar, ya que dicen, su alma vengativa
aún está rondando el lugar - culminó Traize, sin abandonar la mirada penetrante
que todo el tiempo había mantenido
- Patrañas - dijo Quatre, levantándose molesto - ¿De dónde sacó ella
el machete? - preguntó incrédulo - ¿Y cómo hizo para incendiar todo? éste lugar
es muy amplio y hay un lago cerca - concluyó triunfante, mirando fijamente a
Traize, quien sonrió
- ¿Yo que sé? así va la historia - respondió
- Estupideces, los fantasmas no existen, y la historia es estúpida -
aunque estaba molesto y escéptico, a Quatre le daban miedo esa clase de
historias, Trowa lo sabía bien y por eso sonreía. De pronto todos estaban
riendo, a excepción de Milliardo, que estaba serio, Wufei lo nota y le observa,
Milliardo reacciona y voltea, sonriéndole después, saliendo de su trance
- Muy buena la historia, aunque realmente tampoco la creo ¿de dónde
demonios salió el machete? - era inevitable reír, por eso todos lo hacían, ésta
vez también Milliardo, que nuevamente parecía ser el de siempre
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Miedo
Como era de esperarse, Quatre no podía dormir, pensaba en la historia
que había contado Traize, y aunque había aparentado apatía, debía reconocer que
tenía miedo. Trowa estaba acostado a su lado y sabía muy bien que su novio no podía
dormir, por eso prende la luz de la lámpara al lado de la cama y abraza al
rubio por la espalda, dándole un beso en el cuello
- ¿No puedes dormir? - preguntó lo obvio, recibiendo de Quatre un
respingo
- Es lo que cené, estoy muy llenó - respondió después, y Trowa sonrió
levemente, abrazándolo con más fuerza
- Entonces necesitas un poco de ejercicio para que se te baje -
susurró el ojiverde en su oído, mordiéndolo después levemente
- Eres un degenerado - contestó Quatre, girándose hacia él y
aferrándose a su cuello comenzaron a besarse. Sin dudas, las ropas comenzaron a
caer al suelo, no había explicación lógica, solo sentían que un gran deseo les
invadía en ese lugar, que resultaba ser un excelente afrodisíaco - Nhg... Trowa
- ahogo un gemido al sentir la boca de su novio devorar su miembro, como sólo
él sabía, como lobo hambriento que ha encontrado a su mejor presa.
Sus manos se aferraban con fuerza al sedoso cabello, arqueándose al
frente y moviendo ligeramente sus caderas, buscando el máximo de placer,
estando a punto de llegar al clímax. Sentía cosquillas en el abdomen y ligeros
espasmos, estaba a punto de colapsar y apretando los ojos siente parte del
líquido brotar dentro de la boca de Trowa - Aaahh! - explotó por completo fuera
de la cavidad bucal de su novio, llenando su rostro. Trowa se limpió con las
sábanas, comiendo un poco de su mano. Quatre estaba satisfecho y cuando calmó
la respiración abrió los ojos, viendo con gran horror tras el cuerpo de su
novio, la figura sombría de una mujer, sonriendo retorcidamente.
El rostro de horror y las ganas reprimidas de gritar son notadas por
Trowa, que extrañado se levanta un poco de la cama y voltea hacia atrás, pero a
diferencia de Quatre, no ve absolutamente nada. Poco después el rubio grita
desesperado - ¡Noooo! - aterrado se sienta sobre la cama y agacha la cabeza,
sujetándola con ambas manos
- Amor ¿qué tienes? - asustado Trowa se acerca y sujeta a Quatre de
los hombros, el rubio voltea a verlo, con gesto desesperado y lágrimas en los
ojos
- ¿La viste Trowa? La viste? - preguntó angustiado
- ¿Ver qué? - preguntó confundido
- A la mujer... Era diabólica - contestó aturdido, Trowa se quedó
callado y lo abrazó preocupado
- No había nada... tranquilo - intentó calmarlo, pero Quatre no dejaba
de llorar, desesperado lo empujo para que ya no lo abrazara y le miró triste
- ¿Por qué me dices eso? Yo la vi! - reclamó molesto
- Bueno, yo no la vi ¿de acuerdo? mejor duérmete - también enojado,
Trowa se alejó y bajó de la cama, dirigiéndose al baño
- No me dejes solo - dijo asustado, levantándose también detrás de él
- Vete a la cama, descansa - contestó serio
- No, ven conmigo - respondió
- Entonces espérate - sabiendo que Quatre ya no tendría
disponibilidad, decidió terminar solo, comenzando a masturbarse. Quatre estaba
tan asustado que no quería siquiera ayudarle un poco, se asomaba temeroso por
la ranura de la puerta, pero no había nada, aun así continuaba temblando de
miedo
- ¿Aluciné? - se cuestionó, ahora incrédulo, tal vez realmente no
había nada, pero había sido tan real que aún tenía la piel erizada por el miedo
La luz del foco que iluminaba la habitación desde el techo estaba
posada sobre sus ojos, y sin embargo, el estado de ensueño en que se encontraba
no permitía que aquello tuviera repercusión, no le dolían los ojos, ni siquiera
tenía la mirada enfocada en aquella luz, de hecho se encontraba como
hipnotizado, por momentos su mente se volvía completamente inútil, ajena a todo
pensamiento. De repente miraba el reloj y se percataba de que por largos lapsos
se iba hacía otro lugar, lejos de ahí, como si ya no perteneciera al mundo,
como cuando el espíritu es libre y ajeno al cuerpo
- ¿Qué me sucede? - se cuestionó al ver repentinamente el reloj y
darse cuenta que estaban por dar las tres de la mañana en él. Confundido se
observa fijamente las palmas de la mano y después se cubre el rostro con ellas
- Me siento... -
"Extraño"
Se escuchó una lúgubre voz femenina, proveniente de algún lugar
cercano pero lejos de la visión de Milliardo
- Sí, extraño - contestó con voz suave, sentándose sobre la cama,
apoyando sus manos sobre sus piernas y con la espalda arqueada ligeramente en
una pose desenfadada, su larga cabellera caía en parte sobre su inexpresivo
rostro
"Lo sé... pero también estas triste"
Sugirió aquella horrible voz, acompañada de una pequeña risita tonta
- Sí, triste - repitió con voz quebrada y pronto un par de lágrimas
cayeron sobre sus mejillas. Milliardo se encontraba perdido completamente, pero
era como si aquellas lágrimas realmente vinieran desde el fondo de su corazón,
vivía una terrible pena que lo atormentaba, y tenía que lidiar con ella aún en
aquel hermoso lugar
"Claro que sí... porque no te ama a ti... ama a otro"
La trémula voz perdió el tono divertido e irónico y se trasformó en
una versión retorcida del mismo. Y la sola mención de las últimas palabras
hicieron que Milliardo apretara con fuerza los puños, estaba fuera de sí, pero
poco a poco despertaba, entendía todas las palabras y sus ojos recobraban vida
- Sí, lo ama a él... a ese traidor - sugirió molesto, apretando los
dientes ligeramente
"Así es... Por eso estas molesto... muy molesto"
Aquella sugerencia hizo a Milliardo recobrar el brillo de sus ojos y
pronto su espalda estaba rígida de nuevo, su cabello ya no caía sobre su
rostro, el cual tenía una expresión de recelo, con ira contenida, sentía calor
por todo el cuerpo, como si estuviera a punto de explotar
- Estoy molesto... muy molesto... porque no me ama a mí - dijo en un
susurro, sintiéndose tan molesto que pronto una sensación de miedo le embargó
"No pierdas ese sentimiento... No te resistas... Ódialo... te
quito a quien más amas"
La voz de la mujer adquirió un tono imperante que hizo estremecer a
Milliardo, dándose cuenta por primera vez que al menos en pensamiento no se
encontraba solo
- ¿Pero qué...? - Asustado miró hacia todos lados y no vio
absolutamente nada. Pero la risa de la mujer le aturdió en el oído como si
estuviera a su lado, así que rápidamente miró a su derecha, pero no había nada,
con un sobresalto miró hacia la izquierda y encontró el mismo resultado. Un
horrible escalofrío le recorrió la espalda. Y aquella risa rezumbó de nuevo en
sus oídos, después por toda su cabeza y desesperado ahogó un grito, sujetándose
las sienes con sus dedos comenzó a apretarlas - No, basta - dijo levemente, sin
dejo de súplica en su voz, pero la risa sonaba aún, no de forma estridente,
pero sentía que le taladraba la cabeza - ¡Bastaaaaa! - gritó con fuerza,
cerrando fuertemente sus ojos y sintiendo todo su cuerpo caliente.
Pero al abrirlos se encontraba acostado en su cama, con la luz
apagada, las sábanas estaban empapadas de sudor y él se encontraba en posición
fetal. Completamente aturdido se puso en pie y prendió la luz, mirando hacia
todos lados, pero todo estaba normal, fijo su mirada en el reloj y vio que eran
las 3 con diez minutos de la madrugada, una hora no más tarde que la hora que había
visto en el reloj de su sueño, lo cual le causó una gran impresión - ¿Fue real?
- se preguntó preocupado, volviendo a la cama. Se acostó en ella y cerró los
ojos. Estaba asustado, temblaba y sudaba, se sentía muy extraño, ajeno así
mismo, como si su cuerpo ya no fuera solo suyo ¿acaso se estaba volviendo
loco?. Con esa idea continúo acostado con los ojos cerrados hasta que el sueño
lo venció
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Posesión
Horas más tarde cuando fue momento de tomar los alimentos de la
mañana, los viajeros se reunieron en la misma cabaña de la noche anterior para
hacerlo, todos a excepción de Milliardo, del cual suponían que se encontraba
dormido. Las tres parejas se encontraban juntas, pero Trowa era el único que
estaba un tanto distante con su novio, aún estaba resentido con él por haberlo
dejado solo, porque detestaba masturbarse teniendo a Quatre a su lado. El rubio
notaba la indiferencia del ojiverde pero no comentaba nada
- ¿Puedo hablar contigo? - preguntó Trowa a Traize, para sorpresa de
los presentes, pues aunque se hablaban bien, resultaba extraño que el ojiverde
quisiera hablar con él a solas. Y cuando él accedió y salieron de la vista de
los demás, Wufei fue el único que les siguió con la mirada
- ¿Que sucede? - inquirió Traize, también curioso por aquella
situación
- Tu tonta historia asustó a Quatre - respondió serio, cruzándose de
brazos y mirando fijamente a su amigo. Traize no evitó sonreír con burla
- Él dijo que eran tonterías - contestó, aun sonriendo
- Sé lo que dijo, pero él se asusta, jamás admitiría algo así, es todo
- la explicación de Trowa fue entendida al instante por Traize
- Te entiendo, Wufei también estaba un poco asustado - soltó una
pequeña risa y acercándose a su amigo ojiverde le palmeó un par de veces la
espalda - Ya no contaré más, lo prometo - culminó en aquella promesa y volvió a
sonreír - Vayamos a comer algo - Trowa asintió enseguida y los dos regresaron.
En la cabaña ya no se encontraba el chino
- Fue a despertar a Milliardo - aclaró Duo al ver la cara de Traize
que estaba a punto de formular una pregunta más que obvia
- Ah - contestó tratando de parecer indiferente, pero en realidad
estaba molesto, aun así no comentó nada
Wufei agradeció que no tuviera que hacer uso de alguna llave para
abrir la puerta de la cabaña de Milliardo, y al encontrarse ésta abierta
entonces entró, el rubio no estaba dormido como suponían él y los demás, el
rubio estaba acostado en la cama, mirando hacia el techo con los ojos perdidos,
igual que en la madrugada
- ¿Estas bien? - preguntó el pelinegro al acercarse a la cama y ver
que Milliardo no tenía buena apariencia, se veía claramente cansado. Con
esfuerzo, el rubio giró su mirada hacia él y una tímida sonrisa se formó en sus
labios
- Sí, muy bien - respondió con tono sensual, posando sus ojos en el
cuerpo de su amigo, recorriendo con interés de los pies a la cabeza, Wufei
sintió aquella mirada y se incomodó, dando un paso hacia atrás, resultándole
raro que su amigo actuara de esa forma
- Ven a desayunar entonces - dijo secamente, dándose enseguida media
vuelta y a punto de marcharse sintió una mano que le rodeó la muñeca de la
suya, no pudo evitar sobresaltarse, pues no esperaba aquel agarre y además la
mano de su amigo estaba fría
- No te vayas - expresó suavemente, acercándose con lentitud al cuerpo
que tenía enfrente. La piel completa de Wufei se estremeció y como era de
esperarse reaccionó rápidamente, jalando su mano y dando otro paso
- ¿Qué haces? déjate de bromas - molesto caminó de nuevo, decidido a
irse e ignorar a Milliardo, quien de principio se resignó a la idea
"¿Qué esperas? retenlo... lo deseas"
De nuevo la voz trémula de la mujer retumbó en su cabeza, pero ésta
vez no se asustó, sonrió malicioso y camino rápido hacia Wufei, cuyo pie
derecho acababa de cruzar el umbral de la puerta, pero Milliardo lo sostuvo del
brazo con fuerza y lo jaló hacia él, metiéndolo de nuevo a la cabaña, cuya
puerta fue cerrada de golpe y antes de que el pelinegro pudiera reaccionar o
quejarse, sintió con presión los labios de Milliardo sobre los suyos, apretando
su fornido cuerpo contra el suyo sobre la pared, sintiendo incluso el roce de
su miembro sobre su bajo vientre. Wufei estaba sorprendido, y en parte
asustado, mantenía los ojos ampliamente abiertos y no ponía resistencia, estaba
paralizado por completo. El rubio sonrió en sus adentros y apretó más su
cuerpo, moviéndose un poco para que Wufei sintiera con mejor precisión su
miembro, pero aquella acción fue la que hizo reaccionar al ojinegro, que no
quiso evitar darle un fuerte pisotón a su amigo, el cual logró que soltara sus
labios y se apartara un poco
- ¡Asqueroso! - gritó molesto, y después se restregó la boca con la
mano, mirando enseguida al rubio con desprecio. Milliardo sonreía con sarna
- No dijiste eso aquella noche - respondió con burla y entonces el
rostro completo de Wufei se tiño de rojo, quedándose sin habla - ¿Ya lo
olvidaste? porque yo solo pienso en eso... ¿y sabes? nunca se lo conté a
Traize? me pregunto... ¿qué diría si supiera que te acostaste conmigo? -
culminó con la peor de las malicias y los ojos del pelinegro se cristalizaron,
quería llorar, jamás se iba a perdonar haber traicionado a Traize, aunque
hubiera sido una noche, solo una, en la cual se sentía confundido y triste, en
la cual por error o burla del destino, Milliardo se había encontrado frente a
él
- ¿Por qué actúas así? - antes de soltar el llanto decidió salir,
abrió la puerta y desapareció tras ella, se había ido corriendo lejos de ahí.
Milliardo sonrió con amargura
- ¿Qué me sucede? yo no... - confundido por su actitud se pasó una
mano sobre el cabello
"Así debe ser... continúa así... él será tuyo... y yo... seré
libre"
La risa maldita de aquella mujer hizo sonreír a Milliardo
- Serás mío Wufei... y ese traidor de Traize... morirá - no podía
sentirse más feliz, con esa idea cobraría venganza. Ya no se encontraba en
posesión de sí mismo, había sido poseído por completo para fines ajenos a su
causa
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Escepticismo
Después del desayuno, al cual Milliardo no se había presentado, las
tres parejas decidieron caminar por el bosque, había aún más terreno después de
las cabañas, no sabían que tanto podían alejarse del lugar, pero continuaban
caminando mientras dejaban rastros en el camino que habían tomado. Por lo
sucedido durante la hora del desayuno, Traize se encontraba inquieto y no se
daba cuenta de la actitud triste de Wufei que estaba realmente callado.
Contrario a ellos se encontraban Trowa y Quatre, que después de la plática del
ojiverde con su amigo, habían hecho las paces y ahora estaban con sus arrumacos
de siempre. Distintos de Heero y Duo, que caminaban uno al lado del otro
relativamente cerca, ya que por lo general, su relación solía ser más física a
diferencia de las otras 2 parejas
- ¿Qué le estará sucediendo a Milliardo? - preguntó Quatre en voz alta
mientras continuaban caminando, aunque a Traize le pareció notar que Wufei
vacilaba sus pasos en una fracción de segundo al oír aquel nombre, lo cual le
molestó
- ¿Tú que crees? un lugar como éste, sin pareja y sabiendo que sus
amigos no paran de follar - respondió Duo de forma hiriente causando que los
demás se incomodaran, Quatre por su parte se molestó por el comentario, sin
embargo no reparó en la mirada que el trenzado intercambió con Wufei
- Eso fue grosero - comentó Trowa serio, apoyando así a Quatre y su
mirada acusadora hacia Duo
- Pero es verdad, se siente solo y además es obvio que se incomode si
estamos en parejas y él no ¿verdad? - se dirigió a Heero al concluir, esperando
aprobación por su parte tal como había visto que hacía Trowa con Quatre, pero
Heero solo dio un pequeño respingo antes de contestar
- Es verdad... - Duo sonrió al oír aquellas palabras - Pero no fue
correcto decirlo así - su sonrisa se borró y molesto avanzó más a prisa,
dejando a s novio atrás y durante algunos metros caminó con la frente en alto y
los brazos cruzados
- ¿Les parece si descansamos un poco? - preguntó Traize rápidamente
para cambiar un poco el ambiente que se había creado
- Sí - respondió Wufei con una sonrisa y entonces se detuvieron. Había
varios árboles alrededor y algunas piedras cerca, por lo que cada quien escogió
un lugar. En una piedra amplia y no muy alta se sentaron Trowa y Quatre, que
enseguida se acurrucaron uno con el otro, el ojiverde posaba su mano sobre su
hombro y el rubio se aferró a su pecho.
Traize había escogido una piedra que se adecuaba a su complexión, en
tanto Wufei se sentó en una un poco más alta y no muy ancha, cerca de Traize
pero no lo suficiente como para que pudieran abrazarse. Mientras que Duo se
sentó solo en una piedra 4 metros apartada de las de sus amigos, estrecha y un
poco alta, donde se cruzó de brazos y torció el gesto con disgusto, Heero le
miró muy poco y decidió ignorarlo, recargándose en un árbol cerca de donde
estaban sus amigos, también cruzó los brazos
- Estas muy callado - dijo Traize a Wufei en tono bajito, posando su
mano sobre la pierna de su novio y dirigiéndole una mirada fija y preocupada
- No es nada - respondió con una sonrisa, sujetó la mejilla de su
novio y le dio un beso en los labios - Te amo -
- Yo también - más tranquilo por las últimas palabras, Traize se
acercó al pelinegro y se besaron tiernamente. Heero les observó unos momentos y
sintió una pequeña punzada en el estómago, por lo que volteó hacia Duo y se
mordió fuertemente el labio, sintió un poco de coraje no estar ahí besándolo
como hacía Traize con Wufei, pero sabía que su novio era infantil muchas de las
veces y que si estaba enojado era solo por culpa propia, no de él. Pero en ese
momento Duo intercambió mirada con él y mandó todo al diablo, no importándole
si Duo debía o no recapacitar en sus actos infantiles, se acercó a paso
decidido y se agachó hacia él al tenerlo enfrente, Duo sintió la misma
necesidad que él y se besaron con pasión, al separarse Duo sonrió y se puso de
pie enseguida, colgándose del cuello de su novio para volver a besarlo, Heero
aferró su cintura con fuerza, volviéndose a perder nuevamente en la intensidad
del beso
- Lo tiene más que controlado ¿verdad? - preguntó Quatre a Trowa y
éste sonrió sin dejar de verlos
- Duo es un manipulador, pero no lo hace con maldad - defendió el
ojiverde y aunque era una tontería, Quatre se sintió celoso por unos momentos
- Ey Quatre ¿problemas para dormir? - se oyó la voz de Traize al
extremo contrario en que se encontraba él con Trowa, el rubio miró con el ceño
fruncido a Traize y después con el mismo ademán miró a su novio - Lo siento, ya
no contaré nada más - concluyó sonriente, besando a Wufei después
- Más te vale - advirtió Quatre, poniéndose colorado de la vergüenza
- Pero esas cosas no son ciertas - declaró Duo mientras se acercaba
con Heero a donde estaban ellos
- ¿Te consta? - inquirió Wufei un poco nervioso
- Es científicamente imposible, cuando te mueres, te mueres y ya -
explicó tajantemente Duo - Y si existieran ¿para qué temerles? son incorpóreos
¿no? que daño pudieran hacer ¿eh? - comentó enérgicamente como si se tratara de
un experto en la materia - Dejen de ser tan lloricas -
- Tu eres demasiado confiado - declaró Quatre, mirándolo de forma
desafiante - Y hoy en la noche te va a salir el muerto - sentenció de forma
infantil, como si él pudiera controlar aquella situación. Todos echaron a reír,
inclusive Duo
- Uuyyy que miedo - respondió con voz burlona haciendo un ademán con
los dedos de sus manos como si tratara de tocar las teclas de un piano
- Bueno, ya no te burles - dijo seriamente Wufei, sujetando la mano de
Traize
- Yo no tengo miedo, es más, me daría mucho gusto que se me apareciera
su fantasmita - sugirió con burla, sonriendo ampliamente, después sin
importarle las caras de Quatre y Wufei por su comentario, sujetó la mano de
Heero - Nosotros nos desaparecemos un rato por allá - señaló a su derecha donde
había una serie de árboles - Será fiesta privada - confesó con picardía,
cerrándoles un ojo y dándose después media vuelta comenzó a caminar con Heero
siguiéndole aún con la unión de sus manos
- Ese Duo - comentó Traize negando repetidas veces con la cabeza -
Solo pensando en sexo - todos estuvieron de acuerdo con su amigo y le apoyaron
moviendo sus cabezas con afirmación, mientras la pareja se perdía tras algunos
árboles, lejos de la vista y el oído de sus amigos
Al ver que Duo se detuvo, Heero comprendió que ahí había elegido su
novio, así que sin soltarle la mano lo jaló hacia él y le atrapó en un abrazo,
comenzando a besarse, el trenzado colocó sus manos en la nuca de su novio y le
acarició despacio, dejándose llevar hacia el tronco de un árbol en el cual lo
recargó. Las manos de Heero dejaron la cintura de Duo y las apoyó sobre la corteza
del árbol, a la vez que el ojivioleta soltó la nuca del ojiazul y bajó su mano
derecha hacia la entrepierna, colocándola por encima de la ropa y con suavidad
le apretó, Heero sonrió sobre los labios de su novio y después dejó de besarlo,
bajando al cuello el cual comenzó a lamer, moviendo su lengua de arriba hacia
abajo, después en círculos, subiendo luego a la barbilla, pasándose a la oreja,
la cual mordisqueó y después de tomar sus labios con pasión, quitó la camisa a
un Duo que ya no sujetaba su miembro, le sonreía y mantenía los brazos a los
costados
- Soy tuyo - dijo en tono malicioso, despertando en Heero los deseos
de domarlo. En sus labios se formó una sonrisa pervertida y se alejó milímetros
de él, elevó las manos a la altura de su pecho y las posó sobre el mismo, dando
un masaje en círculo por los pectorales, deteniéndose en sujetar levemente los
pezones con sus dedos, Duo se mordió el labio inferior y sonrió, entonces el
ojiazul se acercó y sacó la lengua, comenzando a lamer uno de ellos, de abajo
hacia arriba con lentitud, cada vez más lento hasta que lo sujetó con los
dientes y dio un pequeño jalón seguido de un beso - Sí - suspiró Duo, y
enseguida Heero volvió a jugar, moviendo la lengua en círculos, devorándolo
gustoso, y después, sin piedad comenzó a succionar
El cuerpo de Duo se estremecía placenteramente y sus piernas se
friccionaban levemente, comenzándose a sentir cada vez más duro - Mmm ¡ah! -
Heero se detuvo al oír aquel excitado suspiro y miró el encantador rostro
sonrosado de su novio, encantado por ello le beso en los labios con pasión, sus
lenguas peleaban por obtener dominio. Entonces se separaron y Heero volvió a
besar el pecho, sin detenerse en los pezones, bajó con su lengua hasta el
abdomen y después clavó la punta en su ombligo, bajando otra vez hasta hincarse
sobre la hierba bajo él, desabrochó el cinturón de Duo y le bajó los
pantalones, a través de la ropa interior vio el despierto miembro de Duo y
sonrió, acariciando con sus labios el miembro erguido por sobre la ropa de su
pareja, haciendo que el trenzado se estremeciera
- Pervertido - comentó divertido, notando un poco mojada la prenda
interior. Entonces se levantó y se desnudó ante la mirada de Duo que se lo
comía con ella, y él no se iba a quedar atrás, por lo que pasó de sus zapatos y
con los pies aventó el pantalón a sus pies, y cuando a Heero le faltaba dejar
la camisa, Duo terminó de bajar su ropa interior, ansioso por ser penetrado -
Me tienes que esperar - sentenció con poca seriedad y después se acercó, elevo
la mano derecha a la altura de la boca de Duo y éste sacó la lengua, lamiéndole
la mano, entonces la volvió a bajar y la utilizó para acariciarse el miembro,
solo un par de veces, del tronco a la punta, después sujetó el miembro de Duo y
lo acarició también, acercándolo al propio.
Cuando ambos se tocaron, Duo jadeo levemente y sonrió, el ojiazul se
apoderó de nuevo de sus labios y continuó acariciando a ambos, su pulgar rozaba
su propio miembro mientras que el resto de los cuatro dedos rozaba el de su
novio. Dejaron sus labios para tomar aire e intercambiaron miradas, Heero se
apartó muy poco y giro el cuerpo de Duo, besándole enseguida la nuca, sujetando
sus pezones con dos dedos de cada mano, los soltó al cabo de poco tiempo y
sujetó su propio miembro mientras Duo separaba las piernas, las manos del
ojiazul se dirigieron a la cintura del ojivioleta y lo acarició, lo jaló
después levemente hacia él por lo que Duo hizo una ligera inclinación y se
sujetó del tronco, listo para recibir a Heero, quien volvió a tomar su miembro
y lo restregó en el trasero de Duo, el cual se mordió el labio con fuerza
- Hazlo - pidió con deseo, pero su novio no obedeció, con el miembro
en su mano, pasó la punta cerca de la entrada e hizo un masaje circular, Duo
jadeó gustoso, apretando las manos - Mételo ya - casi suplicó, el ojiazul
sonrió y mordiéndole ligeramente la oreja le hizo separar más las piernas y
entonces entró completo - ¡Aaa! - gimió Duo, sintiendo el golpe de los
testículos de Heero contra su cuerpo, duró así antes de comenzar a moverse,
colocando sus manos sobre las de Duo en el tronco del árbol, su cadera comenzó
con un vaivén de abajo hacia arriba mientras salía menos de la mitad de su
miembro, era un movimiento rítmico lento y sensual - ¡Aaah! sí, bien mmm - se
relamía los labios, con los ojos cerrados y movía su propia cadera en un vaivén
parecido al de su novio
- Muévete más - sugirió Heero también extasiado, apoyando el rostro
sobre la espalda tibia de Duo - Si, así - besando la piel bajo su rostro se
deleitaba de aquellos movimientos, lentos y sensuales. Entonces se sintió más
candente y separó un poco su cuerpo del cuerpo de Duo, sujetándole nuevamente
la cadera y lo atrajo más hacia él en la próxima embestida
- Nh… si – le gustó, Duo sonrió y giro la cabeza ligeramente hacia
atrás, Heero entrecerraba los ojos, completamente excitado, movía las caderas
de Duo de forma suave pero rápida, sin salirse completamente, el trenzado le
dirigió una mirada traviesa y movió violentamente su cadera
- Mmm – el ojiazul sintió un pequeño choque eléctrico y se mordió con
fuerza el labio inferior, captando el mensaje – Con que eso quieres – Duo
asintió y entonces el ojiazul obedeció, acercando más su cuerpo al de su novio
le penetró aún más, a Duo le temblaron por breves segundos las piernas antes de
que Heero saliera de él y después le embistiera violentamente – Ngh ¿así? –
pregunto entrecortadamente
- ¡Aaaah si, si, nh.. Con fuerza – respondió enseguida, cerrando sus
ojos, sintiendo el enorme placer que le producía la acción de Heero, violenta
pero sin lastimarlo, rápida pero con un poco de suavidad, procurando llegar a
esos puntos que a veces solía olvidar que existían - ¡Haaa! Hee...ro! - sus
uñas se enterraban en la corteza del árbol, sintiendo que todo a su alrededor
se desvanecía y solo podía oír sus propios gemidos y los de su novio. El
ojiazul volvió a pegar su pecho a la espalda de Duo pero con los movimientos
fuertes y rápidos, ambos moviendo al mismo ritmo la cadera, ayudándose a la
penetración, y entonces los gemidos de Heero se oyeron en su oído, lo que
aumento su excitación
- ¡Aaaah Duooo! - explotó, llenándolo por completo, sintiendo aquel
fuerte choque eléctrico que tanto ansiaba cuando comenzaban con el acto, y
mientras se vaciaba mordisqueaba y besaba la piel de Duo bajo su boca, hasta
que concluyó, sintiéndose débil por breves momentos, salió después de él y se
hice el cabello hacia atrás. Pero Duo continuaba de espalda a él, y Heero pudo
notar como su mano se movía rítmicamente, no era difícil saber que el
ojivioleta no había conseguido su orgasmo y que él había tenido la culpa de que
así fuera, entonces se acercó y le sujetó la mano, Duo volteó ligeramente hacia
atrás y le sonrió
- ¿Me ayudarás? - preguntó alegre y Heero movió su cabeza para
afirmarlo, el trenzado intentó voltear hacia él pero su novio se lo impidió, el
ojiazul le besó la nuca y bajo con besos hacia su trasero, beso con delicadeza
sobre la zona, lamiendo incluso parte de su propio semen que escurría por los
muslos y piernas de su novio, y entonces pasó por el arco de sus piernas y se
sentó frente a él, con la espalda sobre el árbol
Duo sonrió malicioso y sujetó su miembro, ofreciéndolo al ojiazul -
Come - dijo con tono sucio, Heero lo miró unos momentos como si estuviera a
punto de rebajarse ante una propuesta, pero se lo debía a Duo e iba a cumplirle,
así que sacó su lengua y con decisión la pasó por la extensión del tronco,
deteniéndose en el glande donde su lengua dio un par de vueltas alrededor - Oh
sí - gimió el trenzado sin apartar su mirada de la imagen bajo su rostro, pero
eso no era todo, Heero comenzó a acariciar sus testículos, sujetándolos
suavemente, moviendo sus dedos lentamente sin que esa acción interfiriera con
la de su lengua que atacaba la punta del miembro - ¡Haaa, eres bueno! - se
relamía los labios, sintiendo que la vista se le nublaba, pero aún necesitaba
más, entonces bajó su mano y sujetó su miembro con el dedo índice y el pulgar,
el ojiazul entendió y abrió su boca, dejándolo entrar en la cavidad, Duo volvió
a subir su mano y sujetó el tronco del árbol con ambas, comenzando a mover su
caderas casi de forma violenta, penetrando la boca de su novio, al principio
los ojos de Heero se abrieron ampliamente y su rostro se puso de color rojo,
dejando se acariciar los testículos de Duo
- Nh - aun cuando no se quejaba, debía admitir que aquello no era de
su total agrado, pero el trenzado estaba demasiado excitado para notarlo,
moviendo su cadera de forma violenta
- ¡Haaa si si!... mmm! - pero antes que Duo pudiera explotar, las
manos de Heero en su cadera lo apartaron súbitamente y el miembro salió de su
boca, desconcertad el trenzado bajó su mirada, pero al ver el rostro rojo del
ojiazul comprendió que había exagerado - Yo... lo siento - pidió avergonzado,
observando las expresiones de su novio - No quise - intentó bajar a la altura
de Heero, pero él se lo impidió dando un beso sobre la punta de su miembro
- Termina - dijo amable aunque mostrándose serio, Duo no tardó en
aceptar porque se encontraba desesperado por liberarse, pero ésta vez lo hizo
él, bajando su mano derecha para sujetar su miembro con dos dedos y comenzar a
masturbarse mientras su novio lo lamía de forma lenta, extendiendo su lengua lo
más que podía para abarcarlo mejor
- Mmm sigue... si ¡haaa! más - comenzó a acelerar el ritmo de su mano,
sintiendo la calidez y humedad de la lengua experta de Heero, y entonces
comenzó, un placentero hormigueo en su bajo vientre y un calor que le recorría
el miembro, sintiendo después como éste hacía erupción sobre su novio -
¡Aaaaahh! ngh... ngh - apretó con fuerza sus ojos y por breves instantes sintió
como si se hubiera desvanecido.
El semen cayó primero sobre la boca del ojiazul que al sentirlo lo
apartó de él y entonces se manchó parte de su cara y hombro, pero no le importó,
y aun cuando el sabor de aquella semilla no era precisamente algo que le
gustara mucho, bebió la que tenía en la boca y acercando el cuerpo de Duo al
sujetarle la cadera, comenzó a besarle el miembro donde aún había semen y bajó
igual hacia su cadera, besando con los ojos cerrados.
El trenzado estaba extasiado y exhausto, las piernas le temblaban aún
por el orgasmo y lentamente descendió mientras Heero besaba su estómago y
después su pecho conforme descendía hasta él, los ojos de ambos se abrieron y
se encontraron, fundiéndose después en un lento y cansado beso, después se
abrazaron, besándose mutuamente sus hombros - Realmente... eres el mejor - dijo
Duo al dejar de besarle el hombro, se separaron un poco para verse a los ojos y
Heero lo volvió a besar, viéndolo fijamente unos momentos, el trenzado lo miró
también, sin saber porque lo miraba así
- Te amo - confesó el ojiazul después de segundos de silencio que a él
le parecieron eternos. Pero la reacción que obtuvo de Duo no fue la que
esperaba, pues se levantó rápidamente sin dejar de mirarlo, se mostraba
confundido y no soltaba su labio inferior el cual sostenía con los dientes -
¿Qué... sucede? - preguntó confundido el ojiazul, sin dejar de mirarlo,
entonces Duo sonrió nerviosamente
- Tú nunca... lo habías dicho - comentó desconcertado, Heero lo miró
sin responder, esperando que dijera algo más, el trenzado sabía perfectamente
la clase de comentario que esperaba en respuesta
- ¿Eso es todo? tu acaso ¿no me amas? - cuestionó un poco molesto,
pero Duo enmudeció completamente, volviendo a morderse el labio inferior, Heero
bajo un poco la cabeza y después se puso en pie, observando a su novio con la
cabeza en alto - ¿O es por sexo que sales conmigo? -
- Claro que no - contestó enseguida, frunciendo el ceño - Pero no sé
si te amo - aquellas palabras hirieron a Heero, pero permaneció con su postura
de siempre - Escucha Heero, te quiero y hemos estado juntos por varios meses,
los cuales han sido increíbles, no solo en el sexo claro, pero, es diferente...
el amor es... otra cosa diferente - la mirada seria de Duo le dio a entender
que hablaba en serio, y aunque estaba molesto y triste, no podía enojarse o
terminar con su novio por algo así, era obvio que podía resultar que no fuera
correspondido de esa forma, sobre todo porque cuando habían comenzado a salir, ni
siquiera él estaba enamorado
- Esta bien, no importa - dijo sin mucha sinceridad, acercándose a
tomar de nuevo sus ropas y se vistió, Duo se cambió poco después de observarlo,
cuando terminó el ojiazul besó a su novio en los labios - Regresemos - cuando
el trenzado terminó de vestirse tomó la mano que Heero le ofrecía y en silencio
volvieron. Sin percatarse del par de ojos indiscretos que todo el tiempo les
observaron entre las ramas
"Amor... es la palabra que nunca dirás"
Nuevamente la risa maldita se extendió por el lugar, sin llegar a
oídos del grupo de seis ingenuos que tras la llegada de sus amigos partieron de
nuevo hacia las cabañas, sin saber siquiera que tal vez no vivirían un día más
Continuará…
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