viernes, 16 de octubre de 2015

Señales de Amor - Parte 1

Señales de amor

Parte 1.


Aclaratorias:
"Pensamientos de Heero"
Pensamientos de Duo

Trowa. Duo, Duo...

Apenas abría los ojos, se encontraba en proceso de despertarse después de un largo sueño de 9 horas desde el día anterior, acostado en la cama, desnudo, con solo la sábana encima de su hermoso bien formado cuerpo, su amante a un lado de él abrazándole con cariño mientras le besaba el cuello tratando de despertarlo de la forma más dulce posible. Llevaban apenas dos años de relación, no vivían juntos pero la noche anterior el chico de larga cabellera se había quedado a dormir ahí, se querían mucho o al menos eso era lo que ambos creían sin saber uno de la duda del otro

Duo. Mnh ¿qué hora es?

Trowa. Son las diez de la mañana

Duo. Otros minutos más

Trowa. Prometiste que harías el desayuno, pero ya te lo traje yo

Duo. Gracias, te adoro

Trowa. Yo más

Un tierno beso entre ambos hace que el chico trenzado termine de despertarse, los besos de aquel frente a él eran simplemente maravillosos, los disfrutaba mucho, sobre todo con aquel sabor a menta que en aquel momento poseía su boca aunque la propia no tuviese por acabarse de despertar el mismo exquisito sabor, se separan y Duo se sienta para poder comer el desayuno preparado por su amante

Duo. Delicioso

Trowa. Qué bueno que te gustó... me visto, no quiero llegar tarde

Duo. Pero es domingo ¿tienes que ir?

Trowa. Sabes que el proyecto es muy importante

Duo. Está bien

Trowa. ¿Te quedas otra noche o voy yo a tu departamento?

Duo. No, más tarde me regreso, tengo cosas que hacer

Trowa. Supongo que nos vemos mañana

Duo. Sí, que mal

Trowa. Pero te compensaré, lo prometo

Duo. Solo a menos que sea como anoche

Trowa. Será mejor

Se acerca nuevamente a él y ambos se pierden en un apasionado beso, después de todo no iban a verse en lo que restaba del día y posiblemente al día siguiente no se verían mucho tiempo. Trowa era un arquitecto muy bueno y muy solicitado en la ciudad, se dedicaba más que nada al diseño de grandes casas por lo que ganaba muy bien, en cambio Duo trabajaba en una oficina de diseño de interiores, se dedicaban a remodelar casas, sobre todo de grandes artistas por lo que a Duo también le iba muy bien económicamente, ambos se habían conocido en la facultad de Arquitectura de aquella ciudad, habían comenzado por ser muy buenos amigos hasta que algo más allá que eso había surgido, Duo no podía asegurar que estaba enamorado pero al menos se sentía muy bien a su lado, era la pareja más estable que había tenido en su vida y eso le hacía sentirse bien, en cambio Trowa si estaba completamente enamorado de Duo, casi desde al instante de haberlo visto había sentido aquel sentimiento que nunca antes había tenido.

Duo termina su desayuno y se viste para dirigirse a su departamento no sin antes tender la cama, lavar los trastos sucios y arreglar la cocina, si algo caracterizaba a Duo era su limpieza, solía ser antes muy desordenado pero ahora era muy distinto, en ese sentido había madurado. Al terminar sale de la casa de Trowa y sube a su automóvil para dirigirse hacia su departamento, en el trayecto viejos recuerdos le llegan de golpe a la mente. Hacía no menos de 4 años había conocido a un chico muy guapo en un viaje que había hecho con su familia adoptiva hacia otra ciudad, le recordaba bien a pesar de ese tiempo, estatura mediana, unos ojos azul cobalto realmente muy bonitos, una cabellera café oscura algo alborotada pero sobre todo recordaba su peculiar mirada, parecía fría, sombría, tal vez hasta daba cierta desconfianza pero solía ser un chico de cierta forma tierna, no era el ogro que aparentaba con aquella mirada... se habían visto escasamente una semana pero aquella había sido suficiente para una bella relación, tal vez la primera vez que se había sentido enamorado de alguien

Vaya que ha pasado tiempo, ¿qué estarás haciendo Heero Yuy?

En otro lado de la ciudad otra joven pareja prácticamente se acababa de levantar, el chico rubio de aspecto tierno e infantil llevaba amorosamente el desayuno a la cama de su amante porque la noche anterior no se había sentido del todo bien, acababa de terminar el verano y venía el otoño, había cambios bruscos de temperatura y aquello le había hecho mal

Quatre. ¿Cómo te sientes hoy?

Heero. Mejor

Quatre. Me alegra

Heero. Perdón, anoche ya no fuimos a cenar

Quatre. No importa, con que estés mejor me basta

Heero. Mañana te llevaré a algún lugar, lo prometo

Quatre. Está bien, descansa

El chico rubio se acerca a su amante para besarlo en los labios pero él se le adelanta solo besando dos veces su mejilla izquierda, Quatre sonríe pero la verdad es que deseaba que Heero lo hubiese besado en los labios. Ellos vivían juntos desde hace un poco más del año, trabajaban donde mismo, Heero era el Contador de una empresa muy importante en el país que se dedicaba a la exportación de cerámica y Quatre el encargado del departamento de Recursos Humanos, ahí se habían conocido hace dos años cuando Quatre recién entraba a trabajar ahí al haberse graduado de la Universidad

Desde un principio Quatre se había mostrado interesado en Heero pero había recibido muchas falsas advertencias por parte de los empleados de que él era un gruñón, que carecía de amigos porque era mala persona y que su duro corazón de piedra gélida no permitía la entrada de nadie, Heero tenía muy mala fama en la empresa, era serio y casi no hablaba con nadie salvo lo respectivo al trabajo, todos le tenían miedo pero nadie conocía realmente como era, él sabía perfectamente la fama que tenía pero no le importaba, además después de todo eso le ayudaba a que le tuvieran un poco de miedo y así también respeto, pero un día Quatre armándose de valor logró decirle que le gustaba y que le diera una oportunidad, Heero había aceptado cortésmente y desde aquello había comenzado una relación mudándose Quatre un poco después al departamento de Heero

Al principio había sido una relación muy intensa, pero con el paso del tiempo y al no haber amor sincero entre ambos las cosas no iban muy bien, aun así Quatre siempre trataba de salvar aquella relación. El chico rubio se levanta de la cama y sale de la habitación para lavar la ropa aprovechando el buen sol de aquella mañana mientras Heero vuelve a acostarse dejando el resto del desayuno sobre el mueble al lado de la cama, se da media vuelta quedando acostado sobre su brazo derecho

"Cuatro años hace que no sé de ti... ¿Qué estarás haciendo Duo Maxwell?"

Al día siguiente en la oficina de Heero, el chico rubio entra para llevarle los nuevos formatos de nómina para que sean aprobados por él, cierra bien la puerta y acercándose para darle un beso en los labios se sienta después en el escritorio quedando frente a su amante mientras le mira cariñosamente, en cambio, el otro chico de mirada fría observaba detenidamente los papeles entregados sin percatarse de esa mirada

Quatre. ¿Y bien?

Heero. Está bien

Quatre. Ok

Heero. ¿No viniste solo por eso verdad?

Quatre. Me has pillado

Quatre se levanta del escritorio y tomando el rostro de Heero con ambas manos se acerca para comenzar con el que se convertiría en un beso apasionado, sus labios fundiéndose en un apasionado y largo beso, ambos necesitaban respiración pero el deseo eran mayor que eso, pero el tiempo seguía y no parecían querer separarse hasta que el propio Quatre es quien se aparta bruscamente al sentir la gran necesidad de aire que había acumulado mostrando su respiración muy rápida

Quatre. Heero... ¿hace cuánto que... no lo hacemos en tu oficina?

Heero. No lo sé pero ahora...

Quatre. Lo sé, no tienes tiempo

Heero. Traize me está pidiendo el balance trimestral para mañana

Quatre. Comprendo

Heero. Gracias

El chico rubio sale decepcionado de la oficina de Heero topándose a la salida con alguien del departamento de ventas, se trataba de Wufei Chang, su único verdadero amigo dentro de la empresa quien al verlo se percata rápidamente de la expresión de su rostro atribuyendo aquel a Heero, ya sabía que ellos dos últimamente habían tenido alguna serie de problemas así que aprovechando que la hora del almuerzo estaba próxima lo invita a la cafetería de enfrente para que platiquen, el chico rubio acepta y ya ahí se limitan solo a pedir un café con algo de pan

Quatre. Te juro que a veces creo que ya acabó

Wufei. ¿Por qué?

Quatre. ¿Sabes cómo era antes?

Wufei. ¿Muy romántico?

Quatre. No diría romántico, yo lo llamaría apasionado, hacíamos el amor hasta tres veces al día, lo hacíamos en su oficina, ya sabes, esas cosas

Wufei. ¿Y ahora?

Quatre. Tenemos dos semanas sin hacer el amor

Wufei. Ya veo

Quatre. No es que sea lujurioso pero le extraño en la cama

Wufei. Imagino que sí

Quatre. Si continúa así tendremos que terminar

Wufei. Sería una lástima

Quatre. Dímelo a mí

En otro lado de la ciudad Duo se encontraba dentro de una casa de un reconocido actor de telenovelas que deseaba darle un estilo victoriano al interior de su ostentosa casa a las afueras de la ciudad, el chico trenzado se encontraba ahí para ver el tipo de construcción, el tamaño de la casa y todos los detalles necesarios para evaluar si aquella casa era apta para ser adaptada a tal estilo

Zechs. ¿Cómo ves?

Duo. Parece que no va haber problema salvo en las partes donde se humedece, no queremos que tus muebles de madera se hagan feos ¿verdad?

Zechs. Claro que no, he conseguido muchos muy caros en Europa

Duo. Bueno, trabajaré en el diseño, te entregaré mi portafolio y mi estimación de gastos y entonces hacemos el trato ¿te parece?

Zechs. Claro que sí, muchas gracias, siempre es un placer

Duo. Gracias a ti por escogerme para tan importante trabajo

Zechs. Eres el mejor de la ciudad

Duo. No es verdad

Zechs. No seas modesto, has recibido premios en Francia

Duo. Bueno, no discutiremos eso ahora, trabajaré en esto

Zechs. Muy bien, gracias por venir

Duo. Adiós

Zechs acompaña amablemente a Duo hasta la puerta para que pueda irse. Amablemente Duo sonríe al salir y se vuelven a despedir en la entrada de forma cordial, a Duo le encantaba su trabajo, y eso de que era el mejor de la ciudad era verdad, sus diseños eran los mejores y siempre con un estilo muy particular, las grandes celebridades y otros adinerados sabían que contratándolo a él su casa se convertiría en una verdadera obra de arte. El chico trenzado sube a su automóvil y parte rumbo a su estudio mientras en el camino va muy pensativo

Que vida he llevado, he logrado mi sueño de convertirme en un gran diseñador pero aun así siento que me falta algo... amor, si, como me hace falta amor, como aquel verano...

Hace 4 años...

Helen. Duo hijo, ya es hora

Duo. Si madre, solo faltaba mi última maleta

Helen. Tu padre nos alcanzará en la casa de la playa, tendremos que irnos solos

Duo. No hay problema mamá

Conoceré el mar, me da muchísima emoción

En el trayecto no dejaba de mirar por la ventana, le encantaba el paisaje, estaba seguro que por conocer el mar aquel sería el mejor verano de su vida sin saber que lo sería no por conocer el mar, sino por conocer el amor. Llegaron al atardecer, Duo veía asombrado el mar, escuchaba el romper de las olas y ese aroma de brisa marina que le turbaba los sentidos, era maravilloso, comparado a nada que hubiera visto antes, pidió permiso para salir de la casa y caminar por la arena, recibió una advertencia de no meterse al mar por no saber nadar y después salió para caminar

Ccaminó mucho hasta que se detuvo al ver a un pequeño pez que aleteaba como loco al encontrarse lejos del agua, lo tomó dificultosamente entre sus manos y lo devolvió al mar, otra ola lo llevo nuevamente hacia la arena y no tuvo más remedio que meterse al agua para poder dejarlo más al fondo pero una ola llegó sin avisar arrastrándolo hacia dentro del agua, gritó que lo auxiliaran porque no sabía nadar pero su casa quedaba lejos por lo que su madre no lo escuchó, manoteaba y trataba de salir a flote o de tocar la arena pero le era imposible, creía que ese sería su fin hasta que segundos después sintió como unos fuertes brazos lo lograban sacar a la superficie, no podía abrir bien sus ojos al encontrarse estos bañados con agua salada por lo que no pudo ver a su salvador, además había tragado mucha agua y se encontraba semiinconsciente, aquellos fuertes brazos lo dejaron sobre la arena seca y comenzó por ayudarlo a sacar esa agua que había tragado, pronto se vio escupiendo toda el agua y por reflejo se sentó bruscamente golpeando sin querer con su cabeza la nariz del salvador...

Escuchó el quejido y rápidamente volteó para ver como la nariz del chico que le había salvado se encontraba sangrando, se asustó y se acercó al chico que solo lo aventó ligeramente y un poco molesto

Heero. Idiota

Duo. ¿Por qué?

Heero. Te salvo la vida y me rompes la nariz

Duo. Fue sin querer... ¿está rota?

Heero. No sé, pero duele, imbécil

Duo. No me llames imbécil

Heero. Que fastidio

El chico que había rescatado al otro se puso de pie muy enojado, ni siquiera había recibido un gracias, a cambio de su heroico acto había recibido un fuerte golpe en la nariz y le dolía mucho, el otro chico lo miraba también enojado, que arrogante al decir eso porque no le había dado tiempo de disculparse por el golpe ni de agradecer por el rescate. El chico de mirada fría seguía caminando mientras el otro le miraba marcharse sintiendo después la necesidad de seguirlo y ofrecerle su ayuda, después de todo la casa de playa de sus padres no quedaba nada lejos así que le siguió haciendo que Heero volteara rápidamente con él

Heero. ¿Qué quieres?

Duo. Ayudarte

Heero. Vete al diablo

Duo. Grosero, déjame ver tu nariz

Heero. Aléjate

Duo. Déjame ayudarte

Heero. No necesito tu ayuda

Duo. ¡Gracias y lo siento mucho! ya lo dije ¿ahora si me dejas ayudarte?

Heero. No

Duo. Entonces...

Duo enfurecido por la terquedad de Heero se agacha un poco y baja casi por completo los pantaloncillos cortos que poseía solo que no imaginaba que no llevaba ropa interior poniéndose completamente rojo para furia del otro que con su nariz sangrando no podía levantárselos

Heero. ¡Idiota! Súbelos

Duo. No llevas nada abajo, guácala

Heero. ¡Apresúrate!

Duo. No quiero

Heero. ¡Por favor!

Duo. Mnh, está bien

Duo se acerca tembloroso y cerrando los ojos para subir los pantaloncillos que Heero traía soltando después una amplia carcajada para disgusto del otro, reía y reía hasta caer tirado a la arena, ver al otro muy enojado y con el rostro aún enrojecido era algo muy cómico para él, se veía realmente tonto

Heero. ¿Dejarás ya de reírte?

Duo. Jajaja, está... está bien, jajaja

Heero. Idiota

Duo. Lo que digas ¿me dejarás ayudarte?

Heero. No

Duo. Terco, mira, esa de hasta ya es mi casa, seguro está más cerca que tu hogar

Heero. Mnh

Duo. Lo sabía ¿vamos?

Heero. Está bien, pero tú no me simpatizas

Duo. No te preocupes, tampoco tú

Ambos caminan en silencio hacia la casa de Duo y es su mamá quien les abre asustándose de ver al chico sangrando y a Duo completamente mojado después que le prohibió meterse al mar como si de un niño se tratara y es que a veces Duo podía parecer muy niño, enseguida Duo le platicó y ella dejó pasar a Heero para ayudarlo, se hizo de noche y ya era tarde para que Heero se fuera solo al pueblo, el papá de Duo aún no llegaba así que no le podían dar un aventón, además la mamá de Duo no manejaba de noche y por eso amablemente ella le ofrece que se quede esa noche ahí, Heero acepta a regañadientes porque tendrá que compartir cuarto con Duo, habla a su casa y avisa, su padre no le había tomado mucha importancia así que no había problema, después de la cena la señora le dice a Heero que se sienta como en su casa y le muestra la habitación de Duo donde dormirá porque éste se encuentra tomando un baño.

Minutos después Heero está sentado frente a la ventana pero con las luces apagadas, Duo entra a la habitación después de tomar el baño ignorando que Heero está ahí así que se quita la toalla que le cubría de la cintura para abajo para cambiarse, el chico de mirada fría se queda quieto sin reaccionar mirando como Duo se desviste sin pena, se da cuenta que posee un cuerpo hermoso y no puede evitar que su miembro reaccione ante ello, se da cuenta de su excitación haciendo un sonido que hace que Duo voltee para atrás topándose con la figura de Heero que le observaba, sin poderlo creer muy bien por la oscuridad Duo prende la luz cerciorándose de que Heero si está ahí viéndole por lo que rápidamente coge la toalla del piso cubriéndose sus partes

Duo: ¡¿Qué demonios...?!

Heero. Sht, tu mamá...

Duo. ¿Pero por qué me espías?

Heero. Grandísimo animal, no te espío

Duo. ¿Qué hacías entonces?

Heero. No sabía... que te cambiarías aquí

Duo. ¡Largo!

Heero se pone de pie y sale de la habitación de Duo en lo que se cambia entrando minutos después porque Duo le ha abierto la puerta, entra y ve que en la cama pequeña hay sabanas por lo que supone son para él, Duo no le dirige la palabra y entre ambos se sienta mucha tensión, Duo evitaba verlo y Heero evitaba recordar lo anteriormente visto para no excitarse como hace unos minutos lo había hecho. A la mañana siguiente seguían sin hablarse y después del desayuno Heero da las gracias y se va, Duo lo ve marcharse desde la ventana de su cuarto... por la tarde sale nuevamente a caminar por la playa mientras avienta piedritas al mar recordando el día anterior

Al menos estamos a mano... me pregunto cómo se llama ese antipático

Cansado se sienta en la blanca arena a pensar y al recordar cómo le había bajado los pantaloncillos al chico de ayer comienza a reír sin control

Heero. ¿Otra vez riendo como tonto?

Escuchó una fría voz que provenía de atrás de él y rápidamente reacciona volteando hacia atrás para toparse nuevamente con el chico de mirada fría que el día anterior le había rescatado de una muerte segura, estaba contento de verlo y a la vez furioso por meterse en sus asuntos así que con rapidez se pone de pie quedando frente a él

Duo. Cállate

Heero. ¿Sigues enojado?

Duo. Si, mirón

Heero. Tengo cosas mejores en que gastar mi vista

Duo. Pervertido

Heero. No lo digo por eso, mira

Heero señala en dirección al mar donde una hermosa puesta de sol estaba, Duo voltea y se maravilla con la vista olvidándose completamente del enojo, poco después siente la mano de Heero sobre su hombro y se voltea para encontrarse con un beso robado por parte del chico frente a él, los ojos de Duo estaban totalmente abiertos por la sorpresa, y en cambio los de Heero permanecían cerrados mientras le besaba con ternura, Duo intenta soltarse pero no puede con la fuerza de Heero que le sostiene ambos brazos, poco a poco Duo cierra sus ojos y corresponde a ese beso, después ambos se separan y se miran a los ojos, Duo sorprendido y algo indignado, intenta darle una bofetada a Heero pero él sostiene su mano tiernamente, los ojos de Duo estaban desorbitados, por su cabeza pasaban muchas preguntas y se sentía confundido

Duo. ¿Por qué... me besaste?

Heero. Tú también lo hiciste

Duo. Pero tú...

Heero. Me gustas

Duo. ¿Qué?

Heero. Eres lindo

Duo. ... Bobo... ¿al menos me dirás tu nombre?

Heero. Mañana te espero aquí a la misma hora, te diré mi nombre, si vienes será respuesta de que también te gusto, sino, lo comprenderé

Heero se marcha sin decir nada más y sin permitir a Duo contestar algo más, el chico trenzado se deja caer de rodillas sobre la arena, sentimientos extraños le invadían, aquel chico también le gustaba, no sabía porque pues no era su tipo pero había algo en él que le gustaba, además ese beso robado había sido el mejor en mucho tiempo. Al día siguiente por la tarde a la misma hora que ayer Heero esperaba ansioso a Duo... diez minutos… veinte minutos... treinta minutos... había estado esperándolo por mucho tiempo y el idiota trenzado no aparecía

"Debí suponerlo, que tonto fui"

Se puso de pie y comenzó a caminar hasta que escuchó una voz a lo lejos que le gritaba que se detuviera, volteó atrás para ver como Duo corría hacia él notablemente agitado, le esperó parado hasta que llegó, Duo dejó de correr al alcanzar a Heero y se esperó unos segundos para recuperar el aliento

Duo. Perdón pero... es que... me fui del otro lado

Heero. ¿Qué?

Duo. Soy algo distraído, en vez de... caminar a la derecha... caminé a la izquierda, vi mi reloj y pensé que no ibas... a llegar cuando me di cuenta que... era del otro lado... me asusté, creí que... no te volvería a ver

Sus miradas se encontraron la una a la otra y tiernamente Duo se acerca a Heero para abrazarlo cariñosamente besando con ternura el lóbulo de su oreja y al haberse separado ambos se sientan en la arena, Duo recargando su cabeza en el hombro de Heero

Duo. ¿Me dirás tu nombre?

Heero. Yuy, Heero Yuy

Duo. Es raro pero, jajaja... yo soy Duo Maxwell

Heero. Lo sé

Duo. ¿Cómo?

Heero. Leí tu diario mientras te bañabas

Duo. ¡¿Qué hiciste que!

Duo muy exaltado se voltea para ver a Heero y reclamarle por invadir su privacidad pero el chico de mirada fría lo toma entre sus brazos y acostándolo en la arena lo besa tiernamente a lo que el trenzado no se puede resistir y ambos comienzan a besarse apasionadamente, acariciándose, devorándose con los labios y jugueteando sus lenguas, se separan por aire pero sus miradas no pierden el contacto, el viento les volaba los cabellos y la brisa del mar los relajaba al igual que el sonar de las olas, ambos se habían enamorado rápidamente, tenían muy poco de conocerse y ya sentían demasiado amor, aquel no parecía ser un simple romance de verano, parecía algo más pero al vivir lejos uno del otro convertía a ese romance en algo pasajero... días después ya los Maxwell estaban por irse, al día siguiente temprano tendrían que irse porque el padre de Duo tenía mucho trabajo y sus vacaciones duraban muy poco, Heero ya sabía de la noticia y ambos estaban muy tristes, la ciudad donde vivía Duo quedaba muy lejos y en aquel puerto no había correo y Heero no tenía teléfono, no podrían comunicarse, debían decirse adiós para siempre

Duo. No quiero

Heero. Sabíamos que esto pasaría

Duo. Heero, yo te amo

Heero. Yo también pero así son las cosas

Duo se avienta a los brazos de Heero y comienza a sollozar, Heero se mostraba normal pero por dentro estaba sufriendo bastante, era la primera vez que se enamoraba y ahora debía dejarlo ir, era algo muy triste pero real, debía aceptarlo

Duo. ¿Sabes Heero?

Heero. Dime

Duo. Lo estuve pensando y quiero, que me hagas el amor

Heero. ¿Qué?

Duo. Quiero hacerlo

Heero. Pero...

Duo. Sht... Por favor, te amo

Heero. Yo también quiero hacer el amor contigo

Duo. Ven, vamos a mi casa

Heero. ¿Y tus papás?

Duo. Iban a salir, seguramente ya no están

Ambos se sonríen y se ponen de pie para ir a casa de Duo, llegan y efectivamente los papas de Duo no se encontraban, suben tímidamente a la habitación de Duo y cierran la puerta, Heero se acerca a Duo y lo toma de ambas manos

Heero. ¿Es tu primera vez?

Duo. Si

Heero. También la mía

Duo. Te amo

Heero acerca el cuerpo de Duo al suyo y le besa el cuello con ternura mientras desliza suavemente sus dedos por la espalda de Duo encima de la camiseta causando un cosquilleo a Duo que lo hace sonreír, lo separa de él y mirándolo a los ojos le quita la camiseta dejando su pecho al descubierto, se agacha acercándose a él y lame lentamente uno de sus pezones, Duo se estremece y jadea al tiempo que cierra sus ojos permaneciendo así mientras Heero lo termina de desvestir, prenda por prenda hasta tenerlo completamente desnudo frente a él, Duo estaba completamente sonrojado y Heero sonríe

Heero. No te apenes, tienes un cuerpo hermoso

Duo. Ahora tú

Heero sonríe ante aquella pícara petición y comienza a desvestirse hasta quedar completamente desnudo frente a Duo, ambos solo se examinan con la mirada, estaban completamente nerviosos pero por fin Heero se acerca a Duo y lo besa tierna y delicadamente acariciando a la vez con ternura su cuerpo, lentamente lo encamina hacia la cama pero sin acostarlo, ambos seguían de pie pero a un costado de la cama, Heero besa el cuello de Duo, su torso, pasa por sus pezones y baja al ombligo introduciendo traviesamente su lengua en él para después bajar hasta hincarse viendo detenidamente su erecto miembro

Heero. Nunca he... espero hacerlo bien

Toma el miembro de Duo con delicadeza y lo acaricia, Duo jadea y se retuerce un poco, Heero lo observa y pasa tímidamente su lengua por la punta volviéndolo a ver

Heero. ¿Voy bien?

Duo. S.. si

La cabeza de Duo estaba ligeramente posicionada hacia atrás sintiéndose totalmente excitado mientras una mano estaba en el cabello de Heero y la otra empuñándola a un costado de su cuerpo, Heero retoma el miembro de Duo y pasa repetidas veces su lengua por la punta que ya comenzaba a gotear un poco, Duo gime, le encantaba aquello que hacía con su lengua y pedía más, Heero comienza por lamer desde el inicio del miembro hasta la punta para después meterlo en su boca hasta donde se pudo comenzando a succionar, lo metía y lo sacaba cada vez con más rapidez provocando en Duo un delirio sin igual que culmina con su eyaculación en la boca de Heero que pasa casi por completo el líquido, Duo voltea hacía abajo muy avergonzado

Heero. No sabe tan mal

Duo. Tonto

Heero se pone de pie y besa a Duo con ternura mientras lo acuesta con delicadeza en la cama subiéndose en él con sumo cuidado, tal vez era muy pesado para el trenzado pero éste parecía normal, se besan con pasión mientras Heero acariciaba constantemente el cuerpo de Duo, memorizando cada rincón hasta bajar a sus piernas las cuales separa con lentitud, Duo temblaba, sus manos apretaban los hombros de Heero y sus ojos estaban completamente cerrados por el miedo

Heero. Duo ¿estás listo?

Duo. No me lastimes, con cuidado

Heero. Relájate, tendré mucho cuidado

Duo. Confío en ti

Heero baja sus dos manos y con ambas acaricia los glúteos de Duo para relajarlo, poco a poco va separando sus nalgas y acariciando con los dedos su entrada, sin meterlos ahí, Duo sonríe y gime del placer que le provoca, Heero se separa un poco y acaricias unos momentos su propio miembro antes de comenzar a meter la punta en la entrada de Duo quien cierra sus ojos con fuerza, Heero se introduce lentamente hasta que siente el tope, Duo abre mucho sus ojos al sentirlo totalmente dentro y exclama un pequeño grito de dolor que Heero calla con un tierno beso

Duo. Duele... duele

Heero. Tranquilo, no me moveré hasta que te acostumbres

Duo. Ngh...

Heero. Relájate, todo está bien

Duo cierra nuevamente sus ojos y aprieta los hombros de Heero con fuerza cuando siente como poco a poco Heero sale de él pare después volverse a meter pero con un poco más de velocidad, Duo gemía y apretaba con fuerza ahora la espalda de Heero depositando a la vez un par de besos en su hombro mientras que Heero se apoyaba de las caderas de Duo para aumentar más la velocidad pero sin llegar a lastimarlo mucho

Duo. Ngh... ah!... me due... le... despacio!

Por más que quisiera ser delicado Heero no podía evitar causar dolor en Duo porque el chico trenzado era bastante estrecho a pesar de que el número de embestidas por parte de Heero era alto. Para callar los quejidos de Duo el chico de mirada fría se apoderaba de su boca, la unión de sus labios y el jugueteo de sus lenguas ayudaban a Duo a olvidarse un poco del dolor para darle oportunidad al placer, Heero estaba a punto de llegar a su límite y Duo comenzaba a sentirse también a punto de culminar pero el primero en hacerlo es Heero quien aprieta con fuerza la mano de Duo habiendo soltado sus caderas, el chico trenzado exclama un último gemido al sentir expulsar su esencia casi al mismo tiempo que Heero llena su interior con la suya, ambos suspiran para después besarse tiernamente y ya notablemente cansados, Heero intenta salirse de Duo pero es detenido por él

Duo. Aún no, quédate

Heero. Pero...

Duo. Por favor, quiero sentirte dentro un poco más

Heero. Está bien

Duo mantenía sus piernas abiertas y flexionadas mientras Heero aún dentro de él le abrazaba, besándose ocasionalmente sin soltarse las manos... hacía apenas unos momentos estaban viviendo un sueño y sabían que al salir ambos de la cama éste debía terminar para abrir paso a una realidad que ambos deseaban que no existiera, pero no había algo que pudieran hacer, Duo no podía abandonar su vida por quedarse, al terminar ese verano comenzaría a estudiar la Universidad para cumplir su gran sueño de ser un diseñador de interiores, y es que prácticamente lo único que necesitaba era el título pues a su corta edad ya era casi un profesional en la materia

Heero solo vivía con su padre quien por cierto no era un buen padre, desde siempre lo había descuidado, él estudiaba el tercer semestre en una Universidad Administrativa en la ciudad más cercana a aquel puerto en el que vivía, así que ninguno podía abandonar aquello por un romance, y aunque ese no era un simple romance sabían que debía terminar ahí... Heero sale de Duo después de haberse quedado dentro un tiempo, se sienta en la cama y mira por la ventana, el chico trenzado se acerca a él y lo abraza depositando un tierno beso en su mejilla, Heero toma con su mano la de Duo y la besa, Duo recarga su cabeza en el hombro de Heero y mira también por la ventana

Duo. ¿Qué piensas?

Heero. Solo me preguntaba si volveríamos a vernos

Duo. Me aterra saber que no

Heero. Me gustaría abandonarlo todo por ti, pero no puedo

Duo. Yo igual

Heero. Pero quiero que sepas que siempre te querré

Duo. Heero... conocerás a alguien y yo también lo haré, debemos aceptar eso, éste no es más que un romance de verano, lo recordaré siempre pero cada quien debe seguir por su cuenta, lo sabes ¿verdad?

Heero. Lo sé

Duo. Te amo Heero Yuy

Heero. Te amo Duo Maxwell

Un último beso entre los dos, tierno y apasionado, largo y profundo, ninguno quería separarse, porque sabían que separándose sería el final de todo; Duo separa sutilmente a Heero y se pone de pie acercándose a las ropas de Heero y las suyas para juntarlas, Heero también se pone de pie y se acerca a su amado trenzado, Duo toma la ropa interior del otro y se acerca más para ponerlas, Heero sonríe y también ayuda a Duo a ponerse las suyas, prenda por prenda hasta que quedan vestidos, ambos sonreían tristemente, cada uno tratando de mostrarse fuerte frente al otro pero sin poder lograrlo, se acercan a la puerta del cuarto, salen y se dirigen a la entrada de la casa, Heero toma a Duo por la cintura con sus fuertes brazos y se dan un fuerte abrazo de despedida, Heero intenta besar a Duo en los labios pero éste cerrando sus ojos le voltea ligeramente el rostro

Duo. No... No podría soportarlo, solo vete

Heero. Pero Duo...

Duo. Por favor, vete

Heero. Está bien... adiós Duo

Heero se separa lentamente y en silencio mientras ve con tristeza como unas lágrimas salen de los ojos de Duo pero en silencio, él no abría siquiera sus ojos, no podía verlo marcharse, jamás había sentido algo tan doloroso en toda su vida, en cambio Heero no derramaba lagrima alguna aunque estuviera por demás triste, ya totalmente separados Heero mira por última vez a Duo antes de comenzar a correr desesperadamente, sin voltear atrás, ya no podía ver una vez más aquel cuerpo que jamás sería suyo como lo había sido minutos antes, jamás volvería a ver aquel bello rostro, esos labios que bellamente sonreían y que maravillosamente besaban, ya no lo volvería a ver jamás...

El cuerpo de Duo temblaba, sus piernas no podían más su peso y sin quererlo cae de rodillas al suelo sujetando con fuerza la perilla de la puerta, ahora no podía aguantarse más, sus lágrimas ya no eran silenciosas, sus sollozos se oían por toda la casa, el dolor que sentía en ese momento no se lo podía explicar ¿cómo es que se había llegado a enamorar de esa forma?... ya no importaba, aquello había terminado al fin

Volviendo al presente...

El auto derrapo al no alcanzar a frenar bien frente a aquel semáforo que se había puesto en rojo, Duo había logrado golpearse un poco el rostro y su nariz comenzaba a sangrar pero estaba bien, no había sufrido daño alguno, había estado distraído pensando en aquel amor de hace 4 años, sonrió al verse en peligro de nuevo, y aquella sangre en su nariz le recordaba más aún a aquel chico de ojos azul cobalto que logró conquistarlo completamente pero ¿por qué pensaba en él? Ya se encontraba con Trowa y era feliz ¿era feliz? por primera vez se hacía aquella pregunta ¿realmente con Trowa era feliz?

¿Qué debo hacer?

Consiguió limpiarse casi por completo la nariz y retomó el volante del automóvil para dirigirse a su departamento, ya era de tarde y al llegar ahí vio estacionado el auto de Trowa, sonrió con enfado y en lugar de estacionarse y apagar el motor salió de ahí y retomó el camino, manejó sin rumbo fijo, no sabía a donde ir, lo único que sabía era que no quería ver a Trowa en esos momentos, él era buena compañía y buen amante pero en esos momentos no quería estar cerca de él, se sentía confundido

En el departamento de Heero éste aún no había llegado pero Quatre sí, se había bañado y se había arreglado, la cena que había mandado traer ya había llegado y se encontraba preparando la mesa para una cena romántica como Wufei le había aconsejado, estaba visiblemente emocionado, hacía mucho tiempo que él y Heero no tenían un encuentro íntimo como ese, había velas, música romántica, incienso aroma sándalo adornando el ambiente, las luces tenues y en la habitación sobre la cama había un par de pétalos de rosa formando un corazón, al lado de la cama había un mueble y sobre éste Quatre había depositado una cubeta con vino rodeado de hielo y al lado un plato con algunas frutas, estaba todo planeado para una noche inolvidable, eran las 7:30 de la tarde, el chico rubio tenía calculado que Heero estuviera ahí para antes de las 8, así que se sentó a la mesa para esperarlo

Se hicieron las 8:45 y sonrió al pensar que ya no tardaría, generalmente cuando Traize le pedía hacer algo extra solía llegar poco antes de las 9, pero cuando se hicieron las 10:30 de la noche estaba bastante molesto, la cena ya no se veía apetecible, las velas se habían consumido por completo, el disco ya había dado muchas vueltas de principio a fin, los pétalos se veían algo marchitos, el incienso ya no expedía olor y el hielo estaba totalmente derretido, unas lágrimas se resbalaron por sus mejillas y las limpió con enojo y tristeza, estaba decepcionado, jamás se había sentido tan tonto, Heero ni siquiera le había avisado que llegaría tarde, en un momento creyó que algo malo le había pasado pero conociendo lo comunicativo de su "amante" no era raro que no le avisara, recargó su cabeza sobre sus brazos que descansaban en la mesa y cerró sus ojos...

A las 11 de la noche se abrió la puerta del departamento y entró un Heero bastante cansado, había salido de la oficina casi a las nueve pero no había tenido ganas de llegar temprano a su departamento, había estado en un bar unos momentos, tomando y pensando, no estaba borracho, si se había tardado era porque se había detenido en un barranco donde las parejas solían estacionar sus autos para besarse o para tener sexo, él en cambio había llegado solo, para pensar, estaba confundido, Quatre le gustaba mucho, era cariñoso y tierno con él, lo cuidaba, era como un ángel, pero no lo amaba, lo quería, por el paso del tiempo y la convivencia había llegado a quererlo pero no lo amaba y tal vez no lo amaría nunca, su corazón aún pertenecía al estúpido trenzado del verano aquel

Al entrar lo primero que vio fue a Quatre dormido recargando su cabeza en la mesa y cerró sus ojos mientras se agarraba el cabello, se sentía un patán, una mala persona, con razón Quatre se había estado comportando así de feliz desde que había regresado de almorzar con Wufei, con razón había dicho esas palabras "No llegues tarde, te estaré esperando con emoción", no era extraño que Quatre dijera cosas dulces pero ésta vez las decía porque había planeado todo aquello, cerró la puerta y se acercó a él para acariciarle el cabello y mirarlo con ternura, se sentía mal por él, siempre tan bueno, y había soportado tanto, como le admiraba, se acercó al estéreo y lo apagó, se dirigió a la recámara y vio todo lo preparado ahí, sonrió al ver todo eso y después volvió al comedor, acercó una silla a la de Quatre y se sentó, suspiró antes de estirar su mano y sacudir sutilmente el cuerpo de su chico rubio para despertarlo, éste apretó sus ojos antes de abrirlos y ver los de Heero que le miraban preocupado, levantó su rostro sin dejar de ver el de Heero y talló sus ojos con ambas manos, Heero pasó su mano al rostro de Quatre y le acaricio la mejilla

Heero. Perdóname, no tenía idea

Quatre. Claro, nunca te das cuenta de nada

Heero. ¿Vas a perdonarme?

Quatre. No puedo

Heero. ¿Por qué?

Quatre. Porque ya me cansé, renuncio

Heero. ¿Qué dices?

Quatre. Ya no puedo seguir así, te amo ¿sabes?... pero tú no pones nada de tu parte y yo ya no puedo más

Heero. Quatre yo...

Quatre. Mañana empacaré, no te preocupes, cuando llegues de la oficina ya no estaré aquí, agradecería que no te despidieras porque no podría soportarlo

Heero. No hagas esto por favor

Quatre. ¡Heero basta! Solo me estás haciendo daño, ya no quiero sufrir, ya no puedo más, entiéndeme, sé que no me amas, eso no va a cambiar...

Las lágrimas de Quatre caen rápidamente por sus mejillas hasta sus piernas y Heero sintiéndose muy culpable seca un par de lágrimas y toma a Quatre de la barbilla para que lo vea, Quatre con un movimiento brusco se quita del agarre de Heero de su barbilla y se pone de pie pero Heero lo atrapa por la espalda abrazándolo de la cintura, Quatre intenta soltarse sin poder lograrlo

Quatre. Basta por favor

Heero. No me dejes

Quatre. ¿De qué te sirve?... a veces cuando hacemos el amor te noto distante, como si no me lo hicieras a mí, como si fuera yo solo un accesorio, ya no puedo con eso, yo entrego todo y tú no das nada

Heero. Perdóname

Quatre. ¿Lo ves? Sabes que es verdad

Heero por fin suelta lentamente a Quatre y éste se va a la habitación que sobraba en aquel departamento y se encierra ahí para no volver a ver a Heero, comienza a llorar desconsoladamente mientras dice que ama a Heero, éste lo escucha y se siente muy culpable, no se sentía triste porque Quatre lo abandonara, después de todo no lo amaba pero si se sentía decepcionado consigo mismo por haber hecho sufrir a un amigo muy preciado para él

Duo llegó a su departamento en taxi porque de tanto conducir su automóvil se había quedado sin gasolina y lo había dejado estacionado por ahí, de hecho no le importaba mucho si algo le pasaba, estaba tan sumido en sus pensamientos que esas cosas no le importaban, se bajó, pagó y se dio cuenta que el auto de Trowa ya no estaba, sacó las llaves y pesadamente abrió la puerta de su departamento, no tenía ganas ni de entrar, encendió las luces y aventó las llaves en la primera mesa que se encontró cerca, se dirigió al refrigerador para agarrar una cerveza y vio una nota pegada en la puerta del aparato, la agarró y por la letra noto que era de Trowa

Duo. ¡Trowa!... Duo, no sé qué te habrá pasado, te esperé hasta las 11 y no llegaste, dejaste tu celular aquí, no sé si me estés evitando o algo así, si algo está mal por favor dímelo, sabes lo mucho que te amo, por favor tenme confianza, nos vemos después, besos... lo siento Trowa, pero estoy muy confundido, no sé qué me pasa

Se despertó con gran dolor de cabeza y lo primero que le vino a la mente fue la escena del día anterior, mencionó el nombre de su amante y de prisa se puso de pie dirigiéndose al cuarto de al lado para darse cuenta que ya no estaba ahí, la cama estaba tendida y de la cocina provenía un rico olor, sonrió al pensar que le encontraría ahí pero solo vio una cazuela con comida que aún humeaba y una nota en la barra, la tomó y con gesto de indiferencia comenzó a leerla

"Buen día, perdón por mi comportamiento de ayer, si realmente te interesa rescatar lo nuestro por favor dímero a la hora del almuerzo, te dejé el desayuno preparado, nos vemos en la oficina, te quiere Quatre... siempre tan dulce, perdóname"

Eran las 9:30 de la mañana y el chico rubio en la oficina se había escapado un poco para ir al departamento de ventas, se encontró con su amigo y le platicó el desastre que resultó su plan, el enojo se le había pasado pero aún la tristeza le embargaba el alma, estaba casi seguro que las cosas con su amante no tenían solución pero aún tenía la pequeña esperanza de que si tuvieran solución, por eso estaba ligeramente feliz

Wufei. ¿Y crees que te diga que sí?

Quatre. Ayer me dijo que no lo dejara, eso es raro en él, por eso tengo una pequeña esperanza, sé que me quiere aunque no me ame

Wufei. ¿Y podrías seguir viviendo así?

Quatre. A veces siento que me conformo con que esté a mi lado pero muchas veces me digo a mí mismo que es algo inútil

Wufei. Lo siento por ti, pero sabes que tienes mi apoyo, te ofrezco mi departamento en lo que encuentras otro si es que Heero no quiere salvar lo de ustedes

Quatre. Muchas gracias amigo, lo tendré en consideración

Llegó la hora del almuerzo y Quatre había avisado a Heero que lo esperaba en el restaurante que frecuentaban anteriormente y que se encontraba a solo tres cuadras de la empresa, Heero tenía mucho trabajo y se retrasa, tenían solo 45 minutos para almorzar y Quatre tenía esperándolo casi media hora, estaba muy enojado en el restaurante y sintiéndose enormemente estúpido por haber creído que podían llegar a un arreglo con su situación tan decadente, estaba dispuesto a ponerse de pie e irse cuando ve a Heero entrar por la puerta del restaurante, sonríe y vuelve a sentarse pero sin dejar de estar molesto, eleva un poco el rostro cuando Heero llega creyendo que lo saludará con un beso en los labios pero Heero solo se sienta y se disculpa por llegar tarde

Heero. Por favor perdóname, sabes que Traize...

Quatre: ¡Lo sé!... tu trabajo es más importante que yo

Heero. No dije eso yo...

Quatre. Lo sé, el gran contador Heero, yo que soy un simple empleado de Recursos Humanos no sé lo que es tú trabajo y el tiempo que consume

Heero. Estas siendo tonto e irracional

Quatre. ¿Ahora soy tonto?

Heero. Basta ¿sí? ¿Ordenamos?

Quatre. Como quieras

Heero. No, como quieras tú ¿ordenamos?

Quatre. ¿Por qué estas siendo tan duro conmigo?

Heero. No es verdad

Quatre. Claro que sí

Heero. ¡Que no es verdad!

Los demás clientes voltean al escuchar el grito de Heero mientras que Quatre lo mira sumamente molesto y con los ojos cristalinos, era la primera vez que Heero le gritaba en lo que iban de relación y eso lo hacía sentirse mal, así que se pone de pie e intenta irse pero una de las manos de Heero lo sujeta del brazo y lo atrae un poco hacia él haciendo que Quatre se agache un poco hacia el frente quedando ambos rostros cerca mientras sus miradas de compenetran

Heero. No te comportes como niño y siéntate

Quatre. No quiero

Heero. ¡Que te sientes!

Quatre había intentado retener sus lágrimas todo ese tiempo pero al escuchar la orden ya no puede evitarlas y estas comienzan a salir y resbalar por sus mejillas, Heero lo mira y se siente culpable desviando su vista y soltándole el brazo, Quatre se sienta nuevamente frente a él pero tratando de no mirarlo a la cara mientras se limpiaba silenciosamente las lágrimas, las personas del restaurante los miran por mucho tiempo para después volver cada quien a sus asuntos, Heero miraba el menú comportándose indiferente ante las lágrimas de Quatre, no porque no le importara que él estuviera llorando sino porque no quería cumplir indirectamente los caprichos de Quatre quien cada vez que se lo proponía podía actuar como un chiquillo

Heero. ¿Qué vas a ordenar?

Heero miraba aún el menú sin levantar el rostro, veía a Quatre de reojo que volteaba hacia otro lado e ignorándolo por completo, no quería contestar a aquella pregunta, ni siquiera quería hablar o ver a Heero, estaba enojado, triste y se sentía sumamente humillado porque Heero le había gritado en público, el chico de mirada fría levanta su rostro y fija aquella mirada en Quatre que se empeñaba en no voltear a verlo

Heero. ¿Ahora me vas a ignorar?

Insistía pero Quatre se mantenía firme y decidido en no contestarle, así que golpea la mesa con el menú y se pone de pie para salir del restaurante, Quatre sigue sin voltear pero sus lágrimas nuevamente comenzaban a salir, Heero le mira antes de irse y sale del restaurante ya sin voltear atrás, él no le iba a estar rogando ni nada por el estilo, era Quatre quien se empeñaba en arreglar las cosas, no él... la otra noche le había dicho que no lo dejara pero eso no tenía nada que ver, a veces se sentía solo y debía reconocer que la compañía de Quatre le hacía bien, pero a él que más le daba si su relación terminaba, tal vez le extrañaría por mera costumbre, pero nada más, después de todo habían estado un tiempo juntos

Terminó de hacer la estimación para el trabajo de decoración y se dirigió a llevarlo a casa del actor, manejaba al igual que el otro día algo distraído, no se podía sacar de la cabeza a aquel chico de mirada penetrante al que aún amaba, a pesar de que 4 años los separaban esa pasión y ese amor no había desaparecido, a veces se preguntaba si aquel chico aún pensaba en él, que sería de su vida, ¿tendría ya pareja? Tal vez estaba nuevamente enamorado y era feliz, tal vez había conseguido olvidarle pronto, aquella sola idea le aterraba, aunque sabía que jamás volverían a verse el solo hecho de pensar que le había olvidado pronto le hacía tener un gran escalofrío...

Llegó a aquella casa y mientras se tomaba un delicioso té inglés con su cliente le hablaba sobre sus diseños, y todos los pormenores de la decoración, llegaron a un acuerdo y firmaron un contrato, la decoración tardaría tiempo y tomaría esfuerzo pero si de algo estaba seguro Zechs era de que ese sería un excelente trabajo, terminaron el té y el tema de conversación y entonces Duo se despidió para salir de la casa del actor y dirigirse al departamento, ésta vez no vio el auto de Trowa estacionado y sonrió complacido, aún no estaba listo para verlo, necesitaba tiempo y aclarar un poco sus ideas, entro al departamento y confiado se dirigió a su habitación para encontrarse a Trowa sentado en la sala esperándolo mientras escuchaba música con audífonos, se detuvo y sus miradas se cruzaron, Trowa se veía serio y Duo sorprendido, no lo esperaba ahí y además se lamentaba de haberle dado un juego de sus llaves...

Se miraron un tiempo y Trowa apaga sus audífonos, se pone de pie y se dirige a Duo para abrazarlo, Duo se queda estático y sin contestar el abrazo, Trowa se da cuenta de la frialdad y lo suelta para mirarlo fija y detenidamente, Duo sonríe falsamente y toma asiento, Trowa lo sigue sin quitar su vista de él, estaban no muy cerca pero si lo suficiente para que Trowa alcanzara a tomar la mano de Duo entre la suya para besarla después pero Duo se la quita casi al instante

Trowa. ¿Qué pasa mi amor?

Duo. Nada

Trowa. Dímelo por favor, te siento lejos, distante ¿acaso me evitas?

Duo. No

Trowa. Dejé mi automóvil a dos cuadras de aquí por la otra calle para que no lo vieras, parece que tuvo resultado

Duo. Trowa yo...

Trowa. Vi las luces de tu auto la otra noche, te fuiste al ver el mío ¿verdad?

Duo. Yo...

Trowa. ¿Qué está pasando? ¿Es que acaso ya no me quieres?

Duo. No es eso, te quiero, es solo que, últimamente me he sentido confundido

En el rostro de Trowa se ve reflejada la duda, Duo le estaba diciendo en esos momentos que se sentía confundido, eso quería decir que tenía dudas acerca de su relación con él, la sola idea de saber que lo perdería le aterraba, lo amaba lo suficiente como para morirse si lo dejara, Duo se da cuenta de su expresión y se acerca a él mirándolo a los ojos

Duo. Escúchame Trowa, estoy enamorado de alguien más

Se sintió desfallecer ante tales palabras, no podía creer lo que Duo le estaba diciendo ¿acaso le estaba siendo infiel? ¿Era por eso que se comportaba extraño últimamente? Le dolía profundamente saber todo eso, no podía imaginarse vivir sin el trenzado... sin pensarlo si quiera una vez se abalanzó a su cuerpo y lo abrazó necesitadamente, su cuerpo temblaba y su respiración estaba extrañamente agitada, Duo se asustó, jamás lo había visto así y se sentía muy mal ser la causa de eso

Trowa. ¿Tienes a otro?

Duo. No... No es eso, no te he engañado, bueno, a excepción de que todo el tiempo solo lo amé a él, nunca sentí eso por ti

Trowa. No me digas eso

Duo. Lo siento Trowa, tenía tiempo sin pensar en él como ahora, el trabajo, nuestra relación y la rutina de diario me hicieron relegar los recuerdos que tengo de él pero la verdad es que siempre lo he amado

Trowa. No

Duo. Esto debe terminar

Trowa. No

Duo. ¡Trowa!

Trowa. No permitiré que me dejes

Duo. No seas loco

Recibió para su sorpresa un golpe de Trowa que le hizo voltear la cara por el impactó, se tocó con confusión la mejilla y volteó de nuevo para penetrar su mirada violeta en la esmeralda que también le veía confundido, Trowa se miró asustado y confundido la mano mientras se ponía de pie lentamente, Duo le veía con un poco de miedo y sus ojos se mostraban un poco cristalinos

Duo. Me pegaste

Se tocaba tristemente la mejilla mientras una lágrima corría por ella, Trowa intentó acercarse pero él rápidamente lo evitó retrocediendo un par de pasos, Trowa estaba muy preocupado, jamás había actuado de ese modo

Trowa. ¡Perdóname Duo!

Duo. No te me acerques

Trowa. Por favor perdóname

Trowa también tenía los ojos cristalinos, estaba a punto de llorar, no solo por haberle golpeado sino porque sabía ahora que Duo no lo amaba y que quería dejarlo, pero él no era nada sin Duo, sin él a su lado prefería la muerte, no le servía de nada tener el dinero y el prestigio que tenía, nada importaba si no estaba con Duo, preferiría la muerte

Duo. ¡Sal de mi departamento!

Trowa. No me abandones, no termines lo nuestro

Duo. Y si no ¿volverás a golpearme?

Trowa se enojó un poco por el comentario, él no lo había hecho con la intención de lastimarlo, simplemente había reaccionado por instinto y la violencia había sido ese tonto instinto utilizado, Duo nunca antes se había sentido intimidado de nadie y esa vez Trowa no solo lo intimidaba sino que le daba miedo, el chico ojiverde se acerca a Duo y lo abraza pero el chico trenzado lo rechaza rotundamente y eso le dolía profundamente a Trowa, así que intentó besarlo solo para recibir una cachetada de Duo, se enojó al sentirla y lo abrazó con fuerza robándole un beso salvaje, Duo se resistía y golpeaba el pecho de Trowa pero éste no lo soltaba, mordió sus labios para lastimarlo y que dejara de besarlo pero a pesar de la sangre de los labios de Trowa éste no se detenía, en cambio violentamente le rompe la camiseta y la tira al suelo, Duo le miraba perplejo ¿ese era el Trowa con quien había estado saliendo? Parecía totalmente otro

Duo. Suéltame desgraciado

Trowa. ¡No vas a dejarme! Eres solo mío

Volvió a besarlo salvajemente, invadiendo su boca con su lengua, mordiendo el labio inferior y acariciando con sus manos su cuerpo, quería hacerlo suyo, a la fuerza de ser posible, no iba a estar dispuesto a perderlo, él era solo suyo, no se lo dejaría a ese tal tipo del que estaba enamorado, Duo le pertenecía a él y a nadie más. Lo dirigió a la habitación y salvajemente lo avienta a la cama para después comenzar a quitarse la ropa, Duo le miraba totalmente aterrado ¿acaso lo iba a forzar a tener relaciones? Ellos las habían tenido muchas veces pero siempre era por acuerdo mutuo, ésta vez iba a hacerlo a la fuerza y eso solo podía llamarse de una forma "violación" Trowa iba a violarlo, no podía creerlo, durante todo ese tiempo creyó que lo conocía casi a la perfección y ahora pasaba esto...

Totalmente desnudo Trowa se acuesta encima de Duo y comienza a quitarle la ropa, él grita y patalea pero los brazos de Trowa eran por demás fuertes y no podía con ellos, Duo sentía bastante asco a pesar de haber recibido con anterioridad besos y caricias por parte de Trowa, esta vez era diferente porque Trowa lo estaba forzando, el chico se levanta un poco para tomar ambas rodillas del trenzado para separar sus piernas a pesar del esfuerzo de Duo por evitarlo, Trowa sonríe y le acaricia el rostro para después comenzar a entrar

Duo. Ngh... gaaa, no por favor... para ya

Trowa. No puedo, eres mío

Las embestidas de Trowa estando dentro de Duo eran fuertes y rápidas causando un gran dolor en Duo que no dejaba de gritar, Trowa siempre había sido tierno y delicado con él, definitivamente éste Trowa no era de su agrado, el falso Trowa era quien le gustaba, no éste que se acababa de mostrar frente a él tal y como era...

El ojiverde aprisionaba su miembro con una mano masturbándolo al ritmo de su penetración aumentando más fuerza a ésta, Duo no podía más, sentía como si algo dentro de él estuviera a punto de reventar, sus lágrimas comenzaban a correr y sus puños apretaban con desesperación las sábanas mientras Trowa disfrutaba como nunca el acto, jamás había deseado tanto a Duo; comenzó a sentir un satisfactorio cosquilleo y logró reventar su semilla dentro de Duo quien poco después mojaba la mano de Trowa con la suya, él lame todo de ella y después vuelve a acostarse sobre Duo para besarlo a la fuerza en los labios saliéndose poco después del trenzado, se baja de él y se posiciona a un lado de su adolorido cuerpo, las lágrimas de Duo no dejaban de salir, había sido humilladamente violado por su propio amante, por quien creyó que le amaba y le protegía, por la persona en quien había depositado confianza durante mucho tiempo, el sentimiento en ese momento era indescriptible, pero la tristeza y la desesperación reinaban entre esos sentimientos, su brazo cubría parte de su rostro incluyendo los ojos, sollozaba y se quejaba del dolor, sentía entumecida la parte baja de la espalda, Trowa se pone de pie y se dirige al baño, Duo se posiciona boca abajo y comienza a jalar con enojo las sábanas y a golpear la cama mientras llora aún más fuerte...

Trowa alcanzaba a escuchar todo hasta el baño y le atormentaba, estaba totalmente arrepentido de haberle hecho eso a Duo, se cubría con desesperación los oídos tratando de no escuchar el llanto del trenzado pero sin éxito, minutos después sale del baño y ve a Duo acostado de lado sobre su lado derecho dándole la espalda a él, estaba en una posición fetal mirando hacia la nada mientras las lágrimas aún caían, a Trowa se le partía el corazón de verlo así ¿cómo había sido capaz de semejante acto? Y lo peor de todo era que mientras lo había hecho se había sentido muy bien, escuchar los gritos de Duo le había excitado más y debía confesar que aquella había sido la mejor experiencia sexual de su vida... se sentó en la cama y acarició la espalda de Duo quien se estremeció al sentir el tacto de la mano de Trowa sobre su piel, Trowa le soltó y miró un lado de la cama donde habían rastros de sangre, se asustó e inmediatamente miró a Duo, definitivamente le había hecho daño además del emocional, se acercó asustado pero recibió un fuerte grito por parte de Duo

Duo. ¡No me toques, ya no te me acerques!

Trowa. Pero Duo...

Duo. ¡Muérete... muérete de una vez!

Trowa. Perdóname mi amor

Duo. ¡No me llames así!... ¡TE ODIO!

No podía contener su coraje y volvió a golpearlo haciéndolo sangrar del labio, ésta vez Duo no mostraba miedo sino coraje, le retaba con la mirada, ésa sería la última vez que le tocaba sexualmente, sería la última vez que se dejara de él y se dejara golpear, Trowa ve eso en los ojos de Duo y sonríe

Duo. Idiota, creí conocerte

Trowa. Yo también

Duo. Te quiero lejos de mi vida para siempre

Trowa. ¡No vas a dejarme!

Duo. ¡Claro que sí!

Apretó los labios por el coraje y no apartaba su mirada del trenzado, sabía con aquella mirada que Duo también era de armas tomar y que ya no iba a dejarse más, pero él iba a buscar la forma de que él lo volviera a querer, se dirigió a sus ropas y comenzó a cambiarse mientras que Duo volvía a acostarse de costado mirando hacia la nada, Trowa termina de vestirse y dirige su mirada nuevamente a Duo

Trowa. Necesitas ver un médico, estabas sangrando

Duo no contesta pero al escuchar lo de la sangre aprieta con fuerza sus ojos y sus puños, que descarado era Trowa al decirle todo eso siendo que el único culpable de ello era él... Trowa sale de la habitación y después de la casa pero llevándose la llave porque estaba dispuesto a volver al día siguiente, Duo continuaba con los ojos llorosos y bastante molesto, se quiso sentar y sintió un gran dolor en su espalda, jamás lo había sentido, ni siquiera la primera vez que había sido invadido por Heero, se quejaba por el dolor y pensó por momentos hacer caso en ir a un médico y también pensó mucho en ir a denunciarlo por violación, pero algo le retenía a no hacerlo, tal vez sentía miedo de él, era la primera vez que le tenía miedo a alguien; quiso ponerse de pie pero le fue difícil y cayó de rodillas en el suelo, le dolía bastante, alzó la mirada y también al igual que Trowa vio la sangre en las sábanas, sintió más que nunca el coraje

Maldito, como te odio... Heero, jamás sentí necesitarte tanto como en estos momentos

Nuevamente comenzaba a llorar mientras pensaba y recordaba a Heero, miles de cosas pasaban por su cabeza, el médico, la denuncia, cambiar la cerradura de su apartamento, no sabía por dónde comenzar, también recordaba la primera vez que había sido de Trowa y definitivamente nada tenía que ver con aquello que acababa de pasar, era como ver a dos Trowa totalmente opuestos, jamás se había sentido tan decepcionado de alguien

Ya era de noche y Heero por primera vez en mucho tiempo había llegado al departamento antes que Quatre, no era extraño que no hubiera llegado, tal vez jamás lo haría, la mayoría de las cosas del rubio ya no estaban en el departamento, solo quedaban un par de cosas sin importancia, Quatre no había dejado ni siquiera una nota, se había marchado en silencio como había prometido en otra ocasión, él se sentía un poco culpable pero no iba a buscarlo como loco ni le rogaría porque volviera a su lado, de cierta forma le extrañaba y lo necesitaba a su lado pero no haría nada al respecto, después de todo desde el principio no había habido amor...

Bebía un par de copas mientras oí música, recordaba la primera vez en que aquel rubio había sido suyo, había sido demasiado tierno, lento, especial, aquel chico encantaba con su ternura y hasta cierto punto inocencia, le recordaba mucho a su primera, única y última vez con Duo, solo en eso se parecían, recordó con una gran sonrisa a Duo, hace mucho que no se daba el lujo de sonreír así, necesitaba verle, aún lo amaba, jamás había dejado de hacerlo, tal vez aquello sucedido con Quatre era una señal de que Duo debía ser el único, el verdadero en su vida, tal vez el destino se había puesto de su parte para que pudiera buscarlo, sonrió tontamente al pensar así, ese era el típico pensamiento tonto e inocente de un niño, la realidad era que muy difícilmente podría encontrarle, él había dejado de vivir en la costa desde que su padre hubiera fallecido cuando él aún estudiaba la Universidad, había sido arrollado mientras caminaba borracho por las empedradas calles, desde entonces se había mudado a la ciudad donde se encontraba la escuela donde estudiaba, además no sabía exactamente la ciudad donde vivía Duo y aún si lo recordara lo más probable era que Duo se hubiese mudado de domicilio, después de todo 4 años no pasaban en vano, y así era, los padres adoptivos de Duo habían muerto mientras unos ladrones asaltaban un banco en la ciudad donde vivían, aquel suceso le dolía mucho a Duo por lo que se había mudado de ciudad...

Pero ninguno de los dos tenía idea de que vivían ahora en la misma ciudad, recién se había graduado Heero de la Universidad le habían ofrecido un buen empleo en esa ciudad mientras que Duo al morir sus padres había llegado ahí para continuar su carrera de diseñador, también ignoraban que pronto estarían de nuevo frente a frente tal vez para volver a amarse o para nuevamente cada quien tomar su camino

Continuará...


Notas de Autor: Otro basado en película


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