Señales de amor
Parte 1.
Aclaratorias:
"Pensamientos de Heero"
Pensamientos de Duo
Trowa. Duo, Duo...
Apenas abría los ojos, se encontraba en proceso de despertarse después
de un largo sueño de 9 horas desde el día anterior, acostado en la cama,
desnudo, con solo la sábana encima de su hermoso bien formado cuerpo, su amante
a un lado de él abrazándole con cariño mientras le besaba el cuello tratando de
despertarlo de la forma más dulce posible. Llevaban apenas dos años de
relación, no vivían juntos pero la noche anterior el chico de larga cabellera
se había quedado a dormir ahí, se querían mucho o al menos eso era lo que ambos
creían sin saber uno de la duda del otro
Duo. Mnh ¿qué hora es?
Trowa. Son las diez de la mañana
Duo. Otros minutos más
Trowa. Prometiste que harías el desayuno, pero ya te lo traje yo
Duo. Gracias, te adoro
Trowa. Yo más
Un tierno beso entre ambos hace que el chico trenzado termine de
despertarse, los besos de aquel frente a él eran simplemente maravillosos, los
disfrutaba mucho, sobre todo con aquel sabor a menta que en aquel momento
poseía su boca aunque la propia no tuviese por acabarse de despertar el mismo
exquisito sabor, se separan y Duo se sienta para poder comer el desayuno
preparado por su amante
Duo. Delicioso
Trowa. Qué bueno que te gustó... me visto, no quiero llegar tarde
Duo. Pero es domingo ¿tienes que ir?
Trowa. Sabes que el proyecto es muy importante
Duo. Está bien
Trowa. ¿Te quedas otra noche o voy yo a tu departamento?
Duo. No, más tarde me regreso, tengo cosas que hacer
Trowa. Supongo que nos vemos mañana
Duo. Sí, que mal
Trowa. Pero te compensaré, lo prometo
Duo. Solo a menos que sea como anoche
Trowa. Será mejor
Se acerca nuevamente a él y ambos se pierden en un apasionado beso,
después de todo no iban a verse en lo que restaba del día y posiblemente al día
siguiente no se verían mucho tiempo. Trowa era un arquitecto muy bueno y muy
solicitado en la ciudad, se dedicaba más que nada al diseño de grandes casas
por lo que ganaba muy bien, en cambio Duo trabajaba en una oficina de diseño de
interiores, se dedicaban a remodelar casas, sobre todo de grandes artistas por
lo que a Duo también le iba muy bien económicamente, ambos se habían conocido
en la facultad de Arquitectura de aquella ciudad, habían comenzado por ser muy
buenos amigos hasta que algo más allá que eso había surgido, Duo no podía
asegurar que estaba enamorado pero al menos se sentía muy bien a su lado, era
la pareja más estable que había tenido en su vida y eso le hacía sentirse bien,
en cambio Trowa si estaba completamente enamorado de Duo, casi desde al instante
de haberlo visto había sentido aquel sentimiento que nunca antes había tenido.
Duo termina su desayuno y se viste para dirigirse a su departamento no
sin antes tender la cama, lavar los trastos sucios y arreglar la cocina, si
algo caracterizaba a Duo era su limpieza, solía ser antes muy desordenado pero
ahora era muy distinto, en ese sentido había madurado. Al terminar sale de la
casa de Trowa y sube a su automóvil para dirigirse hacia su departamento, en el
trayecto viejos recuerdos le llegan de golpe a la mente. Hacía no menos de 4
años había conocido a un chico muy guapo en un viaje que había hecho con su
familia adoptiva hacia otra ciudad, le recordaba bien a pesar de ese tiempo,
estatura mediana, unos ojos azul cobalto realmente muy bonitos, una cabellera
café oscura algo alborotada pero sobre todo recordaba su peculiar mirada,
parecía fría, sombría, tal vez hasta daba cierta desconfianza pero solía ser un
chico de cierta forma tierna, no era el ogro que aparentaba con aquella
mirada... se habían visto escasamente una semana pero aquella había sido
suficiente para una bella relación, tal vez la primera vez que se había sentido
enamorado de alguien
Vaya que ha pasado tiempo, ¿qué estarás haciendo Heero Yuy?
En otro lado de la ciudad otra joven pareja prácticamente se acababa
de levantar, el chico rubio de aspecto tierno e infantil llevaba amorosamente
el desayuno a la cama de su amante porque la noche anterior no se había sentido
del todo bien, acababa de terminar el verano y venía el otoño, había cambios
bruscos de temperatura y aquello le había hecho mal
Quatre. ¿Cómo te sientes hoy?
Heero. Mejor
Quatre. Me alegra
Heero. Perdón, anoche ya no fuimos a cenar
Quatre. No importa, con que estés mejor me basta
Heero. Mañana te llevaré a algún lugar, lo prometo
Quatre. Está bien, descansa
El chico rubio se acerca a su amante para besarlo en los labios pero
él se le adelanta solo besando dos veces su mejilla izquierda, Quatre sonríe
pero la verdad es que deseaba que Heero lo hubiese besado en los labios. Ellos
vivían juntos desde hace un poco más del año, trabajaban donde mismo, Heero era
el Contador de una empresa muy importante en el país que se dedicaba a la
exportación de cerámica y Quatre el encargado del departamento de Recursos
Humanos, ahí se habían conocido hace dos años cuando Quatre recién entraba a
trabajar ahí al haberse graduado de la Universidad
Desde un principio Quatre se había mostrado interesado en Heero pero
había recibido muchas falsas advertencias por parte de los empleados de que él
era un gruñón, que carecía de amigos porque era mala persona y que su duro
corazón de piedra gélida no permitía la entrada de nadie, Heero tenía muy mala
fama en la empresa, era serio y casi no hablaba con nadie salvo lo respectivo
al trabajo, todos le tenían miedo pero nadie conocía realmente como era, él
sabía perfectamente la fama que tenía pero no le importaba, además después de
todo eso le ayudaba a que le tuvieran un poco de miedo y así también respeto,
pero un día Quatre armándose de valor logró decirle que le gustaba y que le
diera una oportunidad, Heero había aceptado cortésmente y desde aquello había
comenzado una relación mudándose Quatre un poco después al departamento de
Heero
Al principio había sido una relación muy intensa, pero con el paso del
tiempo y al no haber amor sincero entre ambos las cosas no iban muy bien, aun
así Quatre siempre trataba de salvar aquella relación. El chico rubio se
levanta de la cama y sale de la habitación para lavar la ropa aprovechando el
buen sol de aquella mañana mientras Heero vuelve a acostarse dejando el resto
del desayuno sobre el mueble al lado de la cama, se da media vuelta quedando
acostado sobre su brazo derecho
"Cuatro años hace que no sé de ti... ¿Qué estarás haciendo Duo
Maxwell?"
Al día siguiente en la oficina de Heero, el chico rubio entra para
llevarle los nuevos formatos de nómina para que sean aprobados por él, cierra
bien la puerta y acercándose para darle un beso en los labios se sienta después
en el escritorio quedando frente a su amante mientras le mira cariñosamente, en
cambio, el otro chico de mirada fría observaba detenidamente los papeles
entregados sin percatarse de esa mirada
Quatre. ¿Y bien?
Heero. Está bien
Quatre. Ok
Heero. ¿No viniste solo por eso verdad?
Quatre. Me has pillado
Quatre se levanta del escritorio y tomando el rostro de Heero con
ambas manos se acerca para comenzar con el que se convertiría en un beso
apasionado, sus labios fundiéndose en un apasionado y largo beso, ambos
necesitaban respiración pero el deseo eran mayor que eso, pero el tiempo seguía
y no parecían querer separarse hasta que el propio Quatre es quien se aparta
bruscamente al sentir la gran necesidad de aire que había acumulado mostrando
su respiración muy rápida
Quatre. Heero... ¿hace cuánto que... no lo hacemos en tu oficina?
Heero. No lo sé pero ahora...
Quatre. Lo sé, no tienes tiempo
Heero. Traize me está pidiendo el balance trimestral para mañana
Quatre. Comprendo
Heero. Gracias
El chico rubio sale decepcionado de la oficina de Heero topándose a la
salida con alguien del departamento de ventas, se trataba de Wufei Chang, su
único verdadero amigo dentro de la empresa quien al verlo se percata
rápidamente de la expresión de su rostro atribuyendo aquel a Heero, ya sabía
que ellos dos últimamente habían tenido alguna serie de problemas así que
aprovechando que la hora del almuerzo estaba próxima lo invita a la cafetería
de enfrente para que platiquen, el chico rubio acepta y ya ahí se limitan solo
a pedir un café con algo de pan
Quatre. Te juro que a veces creo que ya acabó
Wufei. ¿Por qué?
Quatre. ¿Sabes cómo era antes?
Wufei. ¿Muy romántico?
Quatre. No diría romántico, yo lo llamaría apasionado, hacíamos el
amor hasta tres veces al día, lo hacíamos en su oficina, ya sabes, esas cosas
Wufei. ¿Y ahora?
Quatre. Tenemos dos semanas sin hacer el amor
Wufei. Ya veo
Quatre. No es que sea lujurioso pero le extraño en la cama
Wufei. Imagino que sí
Quatre. Si continúa así tendremos que terminar
Wufei. Sería una lástima
Quatre. Dímelo a mí
En otro lado de la ciudad Duo se encontraba dentro de una casa de un
reconocido actor de telenovelas que deseaba darle un estilo victoriano al
interior de su ostentosa casa a las afueras de la ciudad, el chico trenzado se
encontraba ahí para ver el tipo de construcción, el tamaño de la casa y todos
los detalles necesarios para evaluar si aquella casa era apta para ser adaptada
a tal estilo
Zechs. ¿Cómo ves?
Duo. Parece que no va haber problema salvo en las partes donde se
humedece, no queremos que tus muebles de madera se hagan feos ¿verdad?
Zechs. Claro que no, he conseguido muchos muy caros en Europa
Duo. Bueno, trabajaré en el diseño, te entregaré mi portafolio y mi
estimación de gastos y entonces hacemos el trato ¿te parece?
Zechs. Claro que sí, muchas gracias, siempre es un placer
Duo. Gracias a ti por escogerme para tan importante trabajo
Zechs. Eres el mejor de la ciudad
Duo. No es verdad
Zechs. No seas modesto, has recibido premios en Francia
Duo. Bueno, no discutiremos eso ahora, trabajaré en esto
Zechs. Muy bien, gracias por venir
Duo. Adiós
Zechs acompaña amablemente a Duo hasta la puerta para que pueda irse.
Amablemente Duo sonríe al salir y se vuelven a despedir en la entrada de forma
cordial, a Duo le encantaba su trabajo, y eso de que era el mejor de la ciudad
era verdad, sus diseños eran los mejores y siempre con un estilo muy particular,
las grandes celebridades y otros adinerados sabían que contratándolo a él su
casa se convertiría en una verdadera obra de arte. El chico trenzado sube a su
automóvil y parte rumbo a su estudio mientras en el camino va muy pensativo
Que vida he llevado, he logrado mi sueño de convertirme en un gran
diseñador pero aun así siento que me falta algo... amor, si, como me hace falta
amor, como aquel verano...
Hace 4 años...
Helen. Duo hijo, ya es hora
Duo. Si madre, solo faltaba mi última maleta
Helen. Tu padre nos alcanzará en la casa de la playa, tendremos que
irnos solos
Duo. No hay problema mamá
Conoceré el mar, me da muchísima emoción
En el trayecto no dejaba de mirar por la ventana, le encantaba el
paisaje, estaba seguro que por conocer el mar aquel sería el mejor verano de su
vida sin saber que lo sería no por conocer el mar, sino por conocer el amor.
Llegaron al atardecer, Duo veía asombrado el mar, escuchaba el romper de las
olas y ese aroma de brisa marina que le turbaba los sentidos, era maravilloso,
comparado a nada que hubiera visto antes, pidió permiso para salir de la casa y
caminar por la arena, recibió una advertencia de no meterse al mar por no saber
nadar y después salió para caminar
Ccaminó mucho hasta que se detuvo al ver a un pequeño pez que aleteaba
como loco al encontrarse lejos del agua, lo tomó dificultosamente entre sus
manos y lo devolvió al mar, otra ola lo llevo nuevamente hacia la arena y no
tuvo más remedio que meterse al agua para poder dejarlo más al fondo pero una
ola llegó sin avisar arrastrándolo hacia dentro del agua, gritó que lo
auxiliaran porque no sabía nadar pero su casa quedaba lejos por lo que su madre
no lo escuchó, manoteaba y trataba de salir a flote o de tocar la arena pero le
era imposible, creía que ese sería su fin hasta que segundos después sintió
como unos fuertes brazos lo lograban sacar a la superficie, no podía abrir bien
sus ojos al encontrarse estos bañados con agua salada por lo que no pudo ver a
su salvador, además había tragado mucha agua y se encontraba semiinconsciente,
aquellos fuertes brazos lo dejaron sobre la arena seca y comenzó por ayudarlo a
sacar esa agua que había tragado, pronto se vio escupiendo toda el agua y por
reflejo se sentó bruscamente golpeando sin querer con su cabeza la nariz del
salvador...
Escuchó el quejido y rápidamente volteó para ver como la nariz del
chico que le había salvado se encontraba sangrando, se asustó y se acercó al
chico que solo lo aventó ligeramente y un poco molesto
Heero. Idiota
Duo. ¿Por qué?
Heero. Te salvo la vida y me rompes la nariz
Duo. Fue sin querer... ¿está rota?
Heero. No sé, pero duele, imbécil
Duo. No me llames imbécil
Heero. Que fastidio
El chico que había rescatado al otro se puso de pie muy enojado, ni
siquiera había recibido un gracias, a cambio de su heroico acto había recibido
un fuerte golpe en la nariz y le dolía mucho, el otro chico lo miraba también
enojado, que arrogante al decir eso porque no le había dado tiempo de
disculparse por el golpe ni de agradecer por el rescate. El chico de mirada
fría seguía caminando mientras el otro le miraba marcharse sintiendo después la
necesidad de seguirlo y ofrecerle su ayuda, después de todo la casa de playa de
sus padres no quedaba nada lejos así que le siguió haciendo que Heero volteara
rápidamente con él
Heero. ¿Qué quieres?
Duo. Ayudarte
Heero. Vete al diablo
Duo. Grosero, déjame ver tu nariz
Heero. Aléjate
Duo. Déjame ayudarte
Heero. No necesito tu ayuda
Duo. ¡Gracias y lo siento mucho! ya lo dije ¿ahora si me dejas
ayudarte?
Heero. No
Duo. Entonces...
Duo enfurecido por la terquedad de Heero se agacha un poco y baja casi
por completo los pantaloncillos cortos que poseía solo que no imaginaba que no
llevaba ropa interior poniéndose completamente rojo para furia del otro que con
su nariz sangrando no podía levantárselos
Heero. ¡Idiota! Súbelos
Duo. No llevas nada abajo, guácala
Heero. ¡Apresúrate!
Duo. No quiero
Heero. ¡Por favor!
Duo. Mnh, está bien
Duo se acerca tembloroso y cerrando los ojos para subir los
pantaloncillos que Heero traía soltando después una amplia carcajada para
disgusto del otro, reía y reía hasta caer tirado a la arena, ver al otro muy
enojado y con el rostro aún enrojecido era algo muy cómico para él, se veía
realmente tonto
Heero. ¿Dejarás ya de reírte?
Duo. Jajaja, está... está bien, jajaja
Heero. Idiota
Duo. Lo que digas ¿me dejarás ayudarte?
Heero. No
Duo. Terco, mira, esa de hasta ya es mi casa, seguro está más cerca
que tu hogar
Heero. Mnh
Duo. Lo sabía ¿vamos?
Heero. Está bien, pero tú no me simpatizas
Duo. No te preocupes, tampoco tú
Ambos caminan en silencio hacia la casa de Duo y es su mamá quien les
abre asustándose de ver al chico sangrando y a Duo completamente mojado después
que le prohibió meterse al mar como si de un niño se tratara y es que a veces
Duo podía parecer muy niño, enseguida Duo le platicó y ella dejó pasar a Heero
para ayudarlo, se hizo de noche y ya era tarde para que Heero se fuera solo al
pueblo, el papá de Duo aún no llegaba así que no le podían dar un aventón,
además la mamá de Duo no manejaba de noche y por eso amablemente ella le ofrece
que se quede esa noche ahí, Heero acepta a regañadientes porque tendrá que compartir
cuarto con Duo, habla a su casa y avisa, su padre no le había tomado mucha
importancia así que no había problema, después de la cena la señora le dice a
Heero que se sienta como en su casa y le muestra la habitación de Duo donde
dormirá porque éste se encuentra tomando un baño.
Minutos después Heero está sentado frente a la ventana pero con las
luces apagadas, Duo entra a la habitación después de tomar el baño ignorando
que Heero está ahí así que se quita la toalla que le cubría de la cintura para
abajo para cambiarse, el chico de mirada fría se queda quieto sin reaccionar
mirando como Duo se desviste sin pena, se da cuenta que posee un cuerpo hermoso
y no puede evitar que su miembro reaccione ante ello, se da cuenta de su
excitación haciendo un sonido que hace que Duo voltee para atrás topándose con
la figura de Heero que le observaba, sin poderlo creer muy bien por la
oscuridad Duo prende la luz cerciorándose de que Heero si está ahí viéndole por
lo que rápidamente coge la toalla del piso cubriéndose sus partes
Duo: ¡¿Qué demonios...?!
Heero. Sht, tu mamá...
Duo. ¿Pero por qué me espías?
Heero. Grandísimo animal, no te espío
Duo. ¿Qué hacías entonces?
Heero. No sabía... que te cambiarías aquí
Duo. ¡Largo!
Heero se pone de pie y sale de la habitación de Duo en lo que se
cambia entrando minutos después porque Duo le ha abierto la puerta, entra y ve
que en la cama pequeña hay sabanas por lo que supone son para él, Duo no le
dirige la palabra y entre ambos se sienta mucha tensión, Duo evitaba verlo y
Heero evitaba recordar lo anteriormente visto para no excitarse como hace unos
minutos lo había hecho. A la mañana siguiente seguían sin hablarse y después
del desayuno Heero da las gracias y se va, Duo lo ve marcharse desde la ventana
de su cuarto... por la tarde sale nuevamente a caminar por la playa mientras
avienta piedritas al mar recordando el día anterior
Al menos estamos a mano... me pregunto cómo se llama ese antipático
Cansado se sienta en la blanca arena a pensar y al recordar cómo le
había bajado los pantaloncillos al chico de ayer comienza a reír sin control
Heero. ¿Otra vez riendo como tonto?
Escuchó una fría voz que provenía de atrás de él y rápidamente
reacciona volteando hacia atrás para toparse nuevamente con el chico de mirada
fría que el día anterior le había rescatado de una muerte segura, estaba
contento de verlo y a la vez furioso por meterse en sus asuntos así que con
rapidez se pone de pie quedando frente a él
Duo. Cállate
Heero. ¿Sigues enojado?
Duo. Si, mirón
Heero. Tengo cosas mejores en que gastar mi vista
Duo. Pervertido
Heero. No lo digo por eso, mira
Heero señala en dirección al mar donde una hermosa puesta de sol
estaba, Duo voltea y se maravilla con la vista olvidándose completamente del
enojo, poco después siente la mano de Heero sobre su hombro y se voltea para
encontrarse con un beso robado por parte del chico frente a él, los ojos de Duo
estaban totalmente abiertos por la sorpresa, y en cambio los de Heero
permanecían cerrados mientras le besaba con ternura, Duo intenta soltarse pero
no puede con la fuerza de Heero que le sostiene ambos brazos, poco a poco Duo
cierra sus ojos y corresponde a ese beso, después ambos se separan y se miran a
los ojos, Duo sorprendido y algo indignado, intenta darle una bofetada a Heero
pero él sostiene su mano tiernamente, los ojos de Duo estaban desorbitados, por
su cabeza pasaban muchas preguntas y se sentía confundido
Duo. ¿Por qué... me besaste?
Heero. Tú también lo hiciste
Duo. Pero tú...
Heero. Me gustas
Duo. ¿Qué?
Heero. Eres lindo
Duo. ... Bobo... ¿al menos me dirás tu nombre?
Heero. Mañana te espero aquí a la misma hora, te diré mi nombre, si
vienes será respuesta de que también te gusto, sino, lo comprenderé
Heero se marcha sin decir nada más y sin permitir a Duo contestar algo
más, el chico trenzado se deja caer de rodillas sobre la arena, sentimientos
extraños le invadían, aquel chico también le gustaba, no sabía porque pues no
era su tipo pero había algo en él que le gustaba, además ese beso robado había
sido el mejor en mucho tiempo. Al día siguiente por la tarde a la misma hora
que ayer Heero esperaba ansioso a Duo... diez minutos… veinte minutos...
treinta minutos... había estado esperándolo por mucho tiempo y el idiota
trenzado no aparecía
"Debí suponerlo, que tonto fui"
Se puso de pie y comenzó a caminar hasta que escuchó una voz a lo
lejos que le gritaba que se detuviera, volteó atrás para ver como Duo corría
hacia él notablemente agitado, le esperó parado hasta que llegó, Duo dejó de
correr al alcanzar a Heero y se esperó unos segundos para recuperar el aliento
Duo. Perdón pero... es que... me fui del otro lado
Heero. ¿Qué?
Duo. Soy algo distraído, en vez de... caminar a la derecha... caminé a
la izquierda, vi mi reloj y pensé que no ibas... a llegar cuando me di cuenta
que... era del otro lado... me asusté, creí que... no te volvería a ver
Sus miradas se encontraron la una a la otra y tiernamente Duo se
acerca a Heero para abrazarlo cariñosamente besando con ternura el lóbulo de su
oreja y al haberse separado ambos se sientan en la arena, Duo recargando su cabeza
en el hombro de Heero
Duo. ¿Me dirás tu nombre?
Heero. Yuy, Heero Yuy
Duo. Es raro pero, jajaja... yo soy Duo Maxwell
Heero. Lo sé
Duo. ¿Cómo?
Heero. Leí tu diario mientras te bañabas
Duo. ¡¿Qué hiciste que!
Duo muy exaltado se voltea para ver a Heero y reclamarle por invadir
su privacidad pero el chico de mirada fría lo toma entre sus brazos y
acostándolo en la arena lo besa tiernamente a lo que el trenzado no se puede
resistir y ambos comienzan a besarse apasionadamente, acariciándose, devorándose
con los labios y jugueteando sus lenguas, se separan por aire pero sus miradas
no pierden el contacto, el viento les volaba los cabellos y la brisa del mar
los relajaba al igual que el sonar de las olas, ambos se habían enamorado
rápidamente, tenían muy poco de conocerse y ya sentían demasiado amor, aquel no
parecía ser un simple romance de verano, parecía algo más pero al vivir lejos
uno del otro convertía a ese romance en algo pasajero... días después ya los
Maxwell estaban por irse, al día siguiente temprano tendrían que irse porque el
padre de Duo tenía mucho trabajo y sus vacaciones duraban muy poco, Heero ya
sabía de la noticia y ambos estaban muy tristes, la ciudad donde vivía Duo
quedaba muy lejos y en aquel puerto no había correo y Heero no tenía teléfono,
no podrían comunicarse, debían decirse adiós para siempre
Duo. No quiero
Heero. Sabíamos que esto pasaría
Duo. Heero, yo te amo
Heero. Yo también pero así son las cosas
Duo se avienta a los brazos de Heero y comienza a sollozar, Heero se
mostraba normal pero por dentro estaba sufriendo bastante, era la primera vez
que se enamoraba y ahora debía dejarlo ir, era algo muy triste pero real, debía
aceptarlo
Duo. ¿Sabes Heero?
Heero. Dime
Duo. Lo estuve pensando y quiero, que me hagas el amor
Heero. ¿Qué?
Duo. Quiero hacerlo
Heero. Pero...
Duo. Sht... Por favor, te amo
Heero. Yo también quiero hacer el amor contigo
Duo. Ven, vamos a mi casa
Heero. ¿Y tus papás?
Duo. Iban a salir, seguramente ya no están
Ambos se sonríen y se ponen de pie para ir a casa de Duo, llegan y
efectivamente los papas de Duo no se encontraban, suben tímidamente a la
habitación de Duo y cierran la puerta, Heero se acerca a Duo y lo toma de ambas
manos
Heero. ¿Es tu primera vez?
Duo. Si
Heero. También la mía
Duo. Te amo
Heero acerca el cuerpo de Duo al suyo y le besa el cuello con ternura
mientras desliza suavemente sus dedos por la espalda de Duo encima de la
camiseta causando un cosquilleo a Duo que lo hace sonreír, lo separa de él y
mirándolo a los ojos le quita la camiseta dejando su pecho al descubierto, se
agacha acercándose a él y lame lentamente uno de sus pezones, Duo se estremece
y jadea al tiempo que cierra sus ojos permaneciendo así mientras Heero lo
termina de desvestir, prenda por prenda hasta tenerlo completamente desnudo
frente a él, Duo estaba completamente sonrojado y Heero sonríe
Heero. No te apenes, tienes un cuerpo hermoso
Duo. Ahora tú
Heero sonríe ante aquella pícara petición y comienza a desvestirse
hasta quedar completamente desnudo frente a Duo, ambos solo se examinan con la
mirada, estaban completamente nerviosos pero por fin Heero se acerca a Duo y lo
besa tierna y delicadamente acariciando a la vez con ternura su cuerpo,
lentamente lo encamina hacia la cama pero sin acostarlo, ambos seguían de pie
pero a un costado de la cama, Heero besa el cuello de Duo, su torso, pasa por
sus pezones y baja al ombligo introduciendo traviesamente su lengua en él para
después bajar hasta hincarse viendo detenidamente su erecto miembro
Heero. Nunca he... espero hacerlo bien
Toma el miembro de Duo con delicadeza y lo acaricia, Duo jadea y se
retuerce un poco, Heero lo observa y pasa tímidamente su lengua por la punta
volviéndolo a ver
Heero. ¿Voy bien?
Duo. S.. si
La cabeza de Duo estaba ligeramente posicionada hacia atrás
sintiéndose totalmente excitado mientras una mano estaba en el cabello de Heero
y la otra empuñándola a un costado de su cuerpo, Heero retoma el miembro de Duo
y pasa repetidas veces su lengua por la punta que ya comenzaba a gotear un poco,
Duo gime, le encantaba aquello que hacía con su lengua y pedía más, Heero
comienza por lamer desde el inicio del miembro hasta la punta para después
meterlo en su boca hasta donde se pudo comenzando a succionar, lo metía y lo
sacaba cada vez con más rapidez provocando en Duo un delirio sin igual que
culmina con su eyaculación en la boca de Heero que pasa casi por completo el
líquido, Duo voltea hacía abajo muy avergonzado
Heero. No sabe tan mal
Duo. Tonto
Heero se pone de pie y besa a Duo con ternura mientras lo acuesta con
delicadeza en la cama subiéndose en él con sumo cuidado, tal vez era muy pesado
para el trenzado pero éste parecía normal, se besan con pasión mientras Heero
acariciaba constantemente el cuerpo de Duo, memorizando cada rincón hasta bajar
a sus piernas las cuales separa con lentitud, Duo temblaba, sus manos apretaban
los hombros de Heero y sus ojos estaban completamente cerrados por el miedo
Heero. Duo ¿estás listo?
Duo. No me lastimes, con cuidado
Heero. Relájate, tendré mucho cuidado
Duo. Confío en ti
Heero baja sus dos manos y con ambas acaricia los glúteos de Duo para
relajarlo, poco a poco va separando sus nalgas y acariciando con los dedos su
entrada, sin meterlos ahí, Duo sonríe y gime del placer que le provoca, Heero
se separa un poco y acaricias unos momentos su propio miembro antes de comenzar
a meter la punta en la entrada de Duo quien cierra sus ojos con fuerza, Heero
se introduce lentamente hasta que siente el tope, Duo abre mucho sus ojos al
sentirlo totalmente dentro y exclama un pequeño grito de dolor que Heero calla
con un tierno beso
Duo. Duele... duele
Heero. Tranquilo, no me moveré hasta que te acostumbres
Duo. Ngh...
Heero. Relájate, todo está bien
Duo cierra nuevamente sus ojos y aprieta los hombros de Heero con
fuerza cuando siente como poco a poco Heero sale de él pare después volverse a
meter pero con un poco más de velocidad, Duo gemía y apretaba con fuerza ahora
la espalda de Heero depositando a la vez un par de besos en su hombro mientras
que Heero se apoyaba de las caderas de Duo para aumentar más la velocidad pero
sin llegar a lastimarlo mucho
Duo. Ngh... ah!... me due... le... despacio!
Por más que quisiera ser delicado Heero no podía evitar causar dolor
en Duo porque el chico trenzado era bastante estrecho a pesar de que el número
de embestidas por parte de Heero era alto. Para callar los quejidos de Duo el
chico de mirada fría se apoderaba de su boca, la unión de sus labios y el
jugueteo de sus lenguas ayudaban a Duo a olvidarse un poco del dolor para darle
oportunidad al placer, Heero estaba a punto de llegar a su límite y Duo
comenzaba a sentirse también a punto de culminar pero el primero en hacerlo es
Heero quien aprieta con fuerza la mano de Duo habiendo soltado sus caderas, el
chico trenzado exclama un último gemido al sentir expulsar su esencia casi al
mismo tiempo que Heero llena su interior con la suya, ambos suspiran para
después besarse tiernamente y ya notablemente cansados, Heero intenta salirse
de Duo pero es detenido por él
Duo. Aún no, quédate
Heero. Pero...
Duo. Por favor, quiero sentirte dentro un poco más
Heero. Está bien
Duo mantenía sus piernas abiertas y flexionadas mientras Heero aún
dentro de él le abrazaba, besándose ocasionalmente sin soltarse las manos...
hacía apenas unos momentos estaban viviendo un sueño y sabían que al salir
ambos de la cama éste debía terminar para abrir paso a una realidad que ambos
deseaban que no existiera, pero no había algo que pudieran hacer, Duo no podía
abandonar su vida por quedarse, al terminar ese verano comenzaría a estudiar la
Universidad para cumplir su gran sueño de ser un diseñador de interiores, y es
que prácticamente lo único que necesitaba era el título pues a su corta edad ya
era casi un profesional en la materia
Heero solo vivía con su padre quien por cierto no era un buen padre,
desde siempre lo había descuidado, él estudiaba el tercer semestre en una
Universidad Administrativa en la ciudad más cercana a aquel puerto en el que
vivía, así que ninguno podía abandonar aquello por un romance, y aunque ese no
era un simple romance sabían que debía terminar ahí... Heero sale de Duo
después de haberse quedado dentro un tiempo, se sienta en la cama y mira por la
ventana, el chico trenzado se acerca a él y lo abraza depositando un tierno
beso en su mejilla, Heero toma con su mano la de Duo y la besa, Duo recarga su
cabeza en el hombro de Heero y mira también por la ventana
Duo. ¿Qué piensas?
Heero. Solo me preguntaba si volveríamos a vernos
Duo. Me aterra saber que no
Heero. Me gustaría abandonarlo todo por ti, pero no puedo
Duo. Yo igual
Heero. Pero quiero que sepas que siempre te querré
Duo. Heero... conocerás a alguien y yo también lo haré, debemos
aceptar eso, éste no es más que un romance de verano, lo recordaré siempre pero
cada quien debe seguir por su cuenta, lo sabes ¿verdad?
Heero. Lo sé
Duo. Te amo Heero Yuy
Heero. Te amo Duo Maxwell
Un último beso entre los dos, tierno y apasionado, largo y profundo,
ninguno quería separarse, porque sabían que separándose sería el final de todo;
Duo separa sutilmente a Heero y se pone de pie acercándose a las ropas de Heero
y las suyas para juntarlas, Heero también se pone de pie y se acerca a su amado
trenzado, Duo toma la ropa interior del otro y se acerca más para ponerlas,
Heero sonríe y también ayuda a Duo a ponerse las suyas, prenda por prenda hasta
que quedan vestidos, ambos sonreían tristemente, cada uno tratando de mostrarse
fuerte frente al otro pero sin poder lograrlo, se acercan a la puerta del
cuarto, salen y se dirigen a la entrada de la casa, Heero toma a Duo por la
cintura con sus fuertes brazos y se dan un fuerte abrazo de despedida, Heero
intenta besar a Duo en los labios pero éste cerrando sus ojos le voltea
ligeramente el rostro
Duo. No... No podría soportarlo, solo vete
Heero. Pero Duo...
Duo. Por favor, vete
Heero. Está bien... adiós Duo
Heero se separa lentamente y en silencio mientras ve con tristeza como
unas lágrimas salen de los ojos de Duo pero en silencio, él no abría siquiera
sus ojos, no podía verlo marcharse, jamás había sentido algo tan doloroso en
toda su vida, en cambio Heero no derramaba lagrima alguna aunque estuviera por
demás triste, ya totalmente separados Heero mira por última vez a Duo antes de
comenzar a correr desesperadamente, sin voltear atrás, ya no podía ver una vez
más aquel cuerpo que jamás sería suyo como lo había sido minutos antes, jamás
volvería a ver aquel bello rostro, esos labios que bellamente sonreían y que
maravillosamente besaban, ya no lo volvería a ver jamás...
El cuerpo de Duo temblaba, sus piernas no podían más su peso y sin
quererlo cae de rodillas al suelo sujetando con fuerza la perilla de la puerta,
ahora no podía aguantarse más, sus lágrimas ya no eran silenciosas, sus
sollozos se oían por toda la casa, el dolor que sentía en ese momento no se lo
podía explicar ¿cómo es que se había llegado a enamorar de esa forma?... ya no
importaba, aquello había terminado al fin
Volviendo al presente...
El auto derrapo al no alcanzar a frenar bien frente a aquel semáforo
que se había puesto en rojo, Duo había logrado golpearse un poco el rostro y su
nariz comenzaba a sangrar pero estaba bien, no había sufrido daño alguno, había
estado distraído pensando en aquel amor de hace 4 años, sonrió al verse en
peligro de nuevo, y aquella sangre en su nariz le recordaba más aún a aquel
chico de ojos azul cobalto que logró conquistarlo completamente pero ¿por qué
pensaba en él? Ya se encontraba con Trowa y era feliz ¿era feliz? por primera
vez se hacía aquella pregunta ¿realmente con Trowa era feliz?
¿Qué debo hacer?
Consiguió limpiarse casi por completo la nariz y retomó el volante del
automóvil para dirigirse a su departamento, ya era de tarde y al llegar ahí vio
estacionado el auto de Trowa, sonrió con enfado y en lugar de estacionarse y
apagar el motor salió de ahí y retomó el camino, manejó sin rumbo fijo, no
sabía a donde ir, lo único que sabía era que no quería ver a Trowa en esos
momentos, él era buena compañía y buen amante pero en esos momentos no quería
estar cerca de él, se sentía confundido
En el departamento de Heero éste aún no había llegado pero Quatre sí,
se había bañado y se había arreglado, la cena que había mandado traer ya había
llegado y se encontraba preparando la mesa para una cena romántica como Wufei
le había aconsejado, estaba visiblemente emocionado, hacía mucho tiempo que él
y Heero no tenían un encuentro íntimo como ese, había velas, música romántica,
incienso aroma sándalo adornando el ambiente, las luces tenues y en la
habitación sobre la cama había un par de pétalos de rosa formando un corazón,
al lado de la cama había un mueble y sobre éste Quatre había depositado una
cubeta con vino rodeado de hielo y al lado un plato con algunas frutas, estaba
todo planeado para una noche inolvidable, eran las 7:30 de la tarde, el chico
rubio tenía calculado que Heero estuviera ahí para antes de las 8, así que se
sentó a la mesa para esperarlo
Se hicieron las 8:45 y sonrió al pensar que ya no tardaría,
generalmente cuando Traize le pedía hacer algo extra solía llegar poco antes de
las 9, pero cuando se hicieron las 10:30 de la noche estaba bastante molesto,
la cena ya no se veía apetecible, las velas se habían consumido por completo,
el disco ya había dado muchas vueltas de principio a fin, los pétalos se veían
algo marchitos, el incienso ya no expedía olor y el hielo estaba totalmente
derretido, unas lágrimas se resbalaron por sus mejillas y las limpió con enojo
y tristeza, estaba decepcionado, jamás se había sentido tan tonto, Heero ni
siquiera le había avisado que llegaría tarde, en un momento creyó que algo malo
le había pasado pero conociendo lo comunicativo de su "amante" no era
raro que no le avisara, recargó su cabeza sobre sus brazos que descansaban en
la mesa y cerró sus ojos...
A las 11 de la noche se abrió la puerta del departamento y entró un
Heero bastante cansado, había salido de la oficina casi a las nueve pero no
había tenido ganas de llegar temprano a su departamento, había estado en un bar
unos momentos, tomando y pensando, no estaba borracho, si se había tardado era
porque se había detenido en un barranco donde las parejas solían estacionar sus
autos para besarse o para tener sexo, él en cambio había llegado solo, para
pensar, estaba confundido, Quatre le gustaba mucho, era cariñoso y tierno con
él, lo cuidaba, era como un ángel, pero no lo amaba, lo quería, por el paso del
tiempo y la convivencia había llegado a quererlo pero no lo amaba y tal vez no
lo amaría nunca, su corazón aún pertenecía al estúpido trenzado del verano
aquel
Al entrar lo primero que vio fue a Quatre dormido recargando su cabeza
en la mesa y cerró sus ojos mientras se agarraba el cabello, se sentía un patán,
una mala persona, con razón Quatre se había estado comportando así de feliz
desde que había regresado de almorzar con Wufei, con razón había dicho esas
palabras "No llegues tarde, te estaré esperando con emoción", no era
extraño que Quatre dijera cosas dulces pero ésta vez las decía porque había
planeado todo aquello, cerró la puerta y se acercó a él para acariciarle el
cabello y mirarlo con ternura, se sentía mal por él, siempre tan bueno, y había
soportado tanto, como le admiraba, se acercó al estéreo y lo apagó, se dirigió
a la recámara y vio todo lo preparado ahí, sonrió al ver todo eso y después
volvió al comedor, acercó una silla a la de Quatre y se sentó, suspiró antes de
estirar su mano y sacudir sutilmente el cuerpo de su chico rubio para despertarlo,
éste apretó sus ojos antes de abrirlos y ver los de Heero que le miraban
preocupado, levantó su rostro sin dejar de ver el de Heero y talló sus ojos con
ambas manos, Heero pasó su mano al rostro de Quatre y le acaricio la mejilla
Heero. Perdóname, no tenía idea
Quatre. Claro, nunca te das cuenta de nada
Heero. ¿Vas a perdonarme?
Quatre. No puedo
Heero. ¿Por qué?
Quatre. Porque ya me cansé, renuncio
Heero. ¿Qué dices?
Quatre. Ya no puedo seguir así, te amo ¿sabes?... pero tú no pones
nada de tu parte y yo ya no puedo más
Heero. Quatre yo...
Quatre. Mañana empacaré, no te preocupes, cuando llegues de la oficina
ya no estaré aquí, agradecería que no te despidieras porque no podría
soportarlo
Heero. No hagas esto por favor
Quatre. ¡Heero basta! Solo me estás haciendo daño, ya no quiero
sufrir, ya no puedo más, entiéndeme, sé que no me amas, eso no va a cambiar...
Las lágrimas de Quatre caen rápidamente por sus mejillas hasta sus
piernas y Heero sintiéndose muy culpable seca un par de lágrimas y toma a
Quatre de la barbilla para que lo vea, Quatre con un movimiento brusco se quita
del agarre de Heero de su barbilla y se pone de pie pero Heero lo atrapa por la
espalda abrazándolo de la cintura, Quatre intenta soltarse sin poder lograrlo
Quatre. Basta por favor
Heero. No me dejes
Quatre. ¿De qué te sirve?... a veces cuando hacemos el amor te noto
distante, como si no me lo hicieras a mí, como si fuera yo solo un accesorio,
ya no puedo con eso, yo entrego todo y tú no das nada
Heero. Perdóname
Quatre. ¿Lo ves? Sabes que es verdad
Heero por fin suelta lentamente a Quatre y éste se va a la habitación
que sobraba en aquel departamento y se encierra ahí para no volver a ver a
Heero, comienza a llorar desconsoladamente mientras dice que ama a Heero, éste
lo escucha y se siente muy culpable, no se sentía triste porque Quatre lo
abandonara, después de todo no lo amaba pero si se sentía decepcionado consigo
mismo por haber hecho sufrir a un amigo muy preciado para él
Duo llegó a su departamento en taxi porque de tanto conducir su
automóvil se había quedado sin gasolina y lo había dejado estacionado por ahí,
de hecho no le importaba mucho si algo le pasaba, estaba tan sumido en sus
pensamientos que esas cosas no le importaban, se bajó, pagó y se dio cuenta que
el auto de Trowa ya no estaba, sacó las llaves y pesadamente abrió la puerta de
su departamento, no tenía ganas ni de entrar, encendió las luces y aventó las
llaves en la primera mesa que se encontró cerca, se dirigió al refrigerador
para agarrar una cerveza y vio una nota pegada en la puerta del aparato, la
agarró y por la letra noto que era de Trowa
Duo. ¡Trowa!... Duo, no sé qué te habrá pasado, te esperé hasta las 11
y no llegaste, dejaste tu celular aquí, no sé si me estés evitando o algo así,
si algo está mal por favor dímelo, sabes lo mucho que te amo, por favor tenme
confianza, nos vemos después, besos... lo siento Trowa, pero estoy muy
confundido, no sé qué me pasa
Se despertó con gran dolor de cabeza y lo primero que le vino a la
mente fue la escena del día anterior, mencionó el nombre de su amante y de
prisa se puso de pie dirigiéndose al cuarto de al lado para darse cuenta que ya
no estaba ahí, la cama estaba tendida y de la cocina provenía un rico olor,
sonrió al pensar que le encontraría ahí pero solo vio una cazuela con comida que
aún humeaba y una nota en la barra, la tomó y con gesto de indiferencia comenzó
a leerla
"Buen día, perdón por mi comportamiento de ayer, si realmente te
interesa rescatar lo nuestro por favor dímero a la hora del almuerzo, te dejé
el desayuno preparado, nos vemos en la oficina, te quiere Quatre... siempre tan
dulce, perdóname"
Eran las 9:30 de la mañana y el chico rubio en la oficina se había
escapado un poco para ir al departamento de ventas, se encontró con su amigo y
le platicó el desastre que resultó su plan, el enojo se le había pasado pero
aún la tristeza le embargaba el alma, estaba casi seguro que las cosas con su
amante no tenían solución pero aún tenía la pequeña esperanza de que si
tuvieran solución, por eso estaba ligeramente feliz
Wufei. ¿Y crees que te diga que sí?
Quatre. Ayer me dijo que no lo dejara, eso es raro en él, por eso
tengo una pequeña esperanza, sé que me quiere aunque no me ame
Wufei. ¿Y podrías seguir viviendo así?
Quatre. A veces siento que me conformo con que esté a mi lado pero
muchas veces me digo a mí mismo que es algo inútil
Wufei. Lo siento por ti, pero sabes que tienes mi apoyo, te ofrezco mi
departamento en lo que encuentras otro si es que Heero no quiere salvar lo de
ustedes
Quatre. Muchas gracias amigo, lo tendré en consideración
Llegó la hora del almuerzo y Quatre había avisado a Heero que lo
esperaba en el restaurante que frecuentaban anteriormente y que se encontraba a
solo tres cuadras de la empresa, Heero tenía mucho trabajo y se retrasa, tenían
solo 45 minutos para almorzar y Quatre tenía esperándolo casi media hora,
estaba muy enojado en el restaurante y sintiéndose enormemente estúpido por
haber creído que podían llegar a un arreglo con su situación tan decadente,
estaba dispuesto a ponerse de pie e irse cuando ve a Heero entrar por la puerta
del restaurante, sonríe y vuelve a sentarse pero sin dejar de estar molesto,
eleva un poco el rostro cuando Heero llega creyendo que lo saludará con un beso
en los labios pero Heero solo se sienta y se disculpa por llegar tarde
Heero. Por favor perdóname, sabes que Traize...
Quatre: ¡Lo sé!... tu trabajo es más importante que yo
Heero. No dije eso yo...
Quatre. Lo sé, el gran contador Heero, yo que soy un simple empleado
de Recursos Humanos no sé lo que es tú trabajo y el tiempo que consume
Heero. Estas siendo tonto e irracional
Quatre. ¿Ahora soy tonto?
Heero. Basta ¿sí? ¿Ordenamos?
Quatre. Como quieras
Heero. No, como quieras tú ¿ordenamos?
Quatre. ¿Por qué estas siendo tan duro conmigo?
Heero. No es verdad
Quatre. Claro que sí
Heero. ¡Que no es verdad!
Los demás clientes voltean al escuchar el grito de Heero mientras que
Quatre lo mira sumamente molesto y con los ojos cristalinos, era la primera vez
que Heero le gritaba en lo que iban de relación y eso lo hacía sentirse mal,
así que se pone de pie e intenta irse pero una de las manos de Heero lo sujeta
del brazo y lo atrae un poco hacia él haciendo que Quatre se agache un poco
hacia el frente quedando ambos rostros cerca mientras sus miradas de
compenetran
Heero. No te comportes como niño y siéntate
Quatre. No quiero
Heero. ¡Que te sientes!
Quatre había intentado retener sus lágrimas todo ese tiempo pero al
escuchar la orden ya no puede evitarlas y estas comienzan a salir y resbalar
por sus mejillas, Heero lo mira y se siente culpable desviando su vista y
soltándole el brazo, Quatre se sienta nuevamente frente a él pero tratando de
no mirarlo a la cara mientras se limpiaba silenciosamente las lágrimas, las
personas del restaurante los miran por mucho tiempo para después volver cada
quien a sus asuntos, Heero miraba el menú comportándose indiferente ante las
lágrimas de Quatre, no porque no le importara que él estuviera llorando sino
porque no quería cumplir indirectamente los caprichos de Quatre quien cada vez
que se lo proponía podía actuar como un chiquillo
Heero. ¿Qué vas a ordenar?
Heero miraba aún el menú sin levantar el rostro, veía a Quatre de
reojo que volteaba hacia otro lado e ignorándolo por completo, no quería
contestar a aquella pregunta, ni siquiera quería hablar o ver a Heero, estaba
enojado, triste y se sentía sumamente humillado porque Heero le había gritado
en público, el chico de mirada fría levanta su rostro y fija aquella mirada en
Quatre que se empeñaba en no voltear a verlo
Heero. ¿Ahora me vas a ignorar?
Insistía pero Quatre se mantenía firme y decidido en no contestarle,
así que golpea la mesa con el menú y se pone de pie para salir del restaurante,
Quatre sigue sin voltear pero sus lágrimas nuevamente comenzaban a salir, Heero
le mira antes de irse y sale del restaurante ya sin voltear atrás, él no le iba
a estar rogando ni nada por el estilo, era Quatre quien se empeñaba en arreglar
las cosas, no él... la otra noche le había dicho que no lo dejara pero eso no
tenía nada que ver, a veces se sentía solo y debía reconocer que la compañía de
Quatre le hacía bien, pero a él que más le daba si su relación terminaba, tal
vez le extrañaría por mera costumbre, pero nada más, después de todo habían
estado un tiempo juntos
Terminó de hacer la estimación para el trabajo de decoración y se
dirigió a llevarlo a casa del actor, manejaba al igual que el otro día algo
distraído, no se podía sacar de la cabeza a aquel chico de mirada penetrante al
que aún amaba, a pesar de que 4 años los separaban esa pasión y ese amor no
había desaparecido, a veces se preguntaba si aquel chico aún pensaba en él, que
sería de su vida, ¿tendría ya pareja? Tal vez estaba nuevamente enamorado y era
feliz, tal vez había conseguido olvidarle pronto, aquella sola idea le
aterraba, aunque sabía que jamás volverían a verse el solo hecho de pensar que
le había olvidado pronto le hacía tener un gran escalofrío...
Llegó a aquella casa y mientras se tomaba un delicioso té inglés con
su cliente le hablaba sobre sus diseños, y todos los pormenores de la
decoración, llegaron a un acuerdo y firmaron un contrato, la decoración
tardaría tiempo y tomaría esfuerzo pero si de algo estaba seguro Zechs era de
que ese sería un excelente trabajo, terminaron el té y el tema de conversación
y entonces Duo se despidió para salir de la casa del actor y dirigirse al
departamento, ésta vez no vio el auto de Trowa estacionado y sonrió complacido,
aún no estaba listo para verlo, necesitaba tiempo y aclarar un poco sus ideas,
entro al departamento y confiado se dirigió a su habitación para encontrarse a
Trowa sentado en la sala esperándolo mientras escuchaba música con audífonos,
se detuvo y sus miradas se cruzaron, Trowa se veía serio y Duo sorprendido, no
lo esperaba ahí y además se lamentaba de haberle dado un juego de sus llaves...
Se miraron un tiempo y Trowa apaga sus audífonos, se pone de pie y se
dirige a Duo para abrazarlo, Duo se queda estático y sin contestar el abrazo,
Trowa se da cuenta de la frialdad y lo suelta para mirarlo fija y
detenidamente, Duo sonríe falsamente y toma asiento, Trowa lo sigue sin quitar
su vista de él, estaban no muy cerca pero si lo suficiente para que Trowa
alcanzara a tomar la mano de Duo entre la suya para besarla después pero Duo se
la quita casi al instante
Trowa. ¿Qué pasa mi amor?
Duo. Nada
Trowa. Dímelo por favor, te siento lejos, distante ¿acaso me evitas?
Duo. No
Trowa. Dejé mi automóvil a dos cuadras de aquí por la otra calle para
que no lo vieras, parece que tuvo resultado
Duo. Trowa yo...
Trowa. Vi las luces de tu auto la otra noche, te fuiste al ver el mío
¿verdad?
Duo. Yo...
Trowa. ¿Qué está pasando? ¿Es que acaso ya no me quieres?
Duo. No es eso, te quiero, es solo que, últimamente me he sentido
confundido
En el rostro de Trowa se ve reflejada la duda, Duo le estaba diciendo
en esos momentos que se sentía confundido, eso quería decir que tenía dudas
acerca de su relación con él, la sola idea de saber que lo perdería le
aterraba, lo amaba lo suficiente como para morirse si lo dejara, Duo se da
cuenta de su expresión y se acerca a él mirándolo a los ojos
Duo. Escúchame Trowa, estoy enamorado de alguien más
Se sintió desfallecer ante tales palabras, no podía creer lo que Duo
le estaba diciendo ¿acaso le estaba siendo infiel? ¿Era por eso que se
comportaba extraño últimamente? Le dolía profundamente saber todo eso, no podía
imaginarse vivir sin el trenzado... sin pensarlo si quiera una vez se abalanzó
a su cuerpo y lo abrazó necesitadamente, su cuerpo temblaba y su respiración
estaba extrañamente agitada, Duo se asustó, jamás lo había visto así y se
sentía muy mal ser la causa de eso
Trowa. ¿Tienes a otro?
Duo. No... No es eso, no te he engañado, bueno, a excepción de que
todo el tiempo solo lo amé a él, nunca sentí eso por ti
Trowa. No me digas eso
Duo. Lo siento Trowa, tenía tiempo sin pensar en él como ahora, el
trabajo, nuestra relación y la rutina de diario me hicieron relegar los
recuerdos que tengo de él pero la verdad es que siempre lo he amado
Trowa. No
Duo. Esto debe terminar
Trowa. No
Duo. ¡Trowa!
Trowa. No permitiré que me dejes
Duo. No seas loco
Recibió para su sorpresa un golpe de Trowa que le hizo voltear la cara
por el impactó, se tocó con confusión la mejilla y volteó de nuevo para
penetrar su mirada violeta en la esmeralda que también le veía confundido,
Trowa se miró asustado y confundido la mano mientras se ponía de pie
lentamente, Duo le veía con un poco de miedo y sus ojos se mostraban un poco
cristalinos
Duo. Me pegaste
Se tocaba tristemente la mejilla mientras una lágrima corría por ella,
Trowa intentó acercarse pero él rápidamente lo evitó retrocediendo un par de
pasos, Trowa estaba muy preocupado, jamás había actuado de ese modo
Trowa. ¡Perdóname Duo!
Duo. No te me acerques
Trowa. Por favor perdóname
Trowa también tenía los ojos cristalinos, estaba a punto de llorar, no
solo por haberle golpeado sino porque sabía ahora que Duo no lo amaba y que
quería dejarlo, pero él no era nada sin Duo, sin él a su lado prefería la
muerte, no le servía de nada tener el dinero y el prestigio que tenía, nada
importaba si no estaba con Duo, preferiría la muerte
Duo. ¡Sal de mi departamento!
Trowa. No me abandones, no termines lo nuestro
Duo. Y si no ¿volverás a golpearme?
Trowa se enojó un poco por el comentario, él no lo había hecho con la
intención de lastimarlo, simplemente había reaccionado por instinto y la
violencia había sido ese tonto instinto utilizado, Duo nunca antes se había
sentido intimidado de nadie y esa vez Trowa no solo lo intimidaba sino que le
daba miedo, el chico ojiverde se acerca a Duo y lo abraza pero el chico
trenzado lo rechaza rotundamente y eso le dolía profundamente a Trowa, así que
intentó besarlo solo para recibir una cachetada de Duo, se enojó al sentirla y
lo abrazó con fuerza robándole un beso salvaje, Duo se resistía y golpeaba el
pecho de Trowa pero éste no lo soltaba, mordió sus labios para lastimarlo y que
dejara de besarlo pero a pesar de la sangre de los labios de Trowa éste no se
detenía, en cambio violentamente le rompe la camiseta y la tira al suelo, Duo
le miraba perplejo ¿ese era el Trowa con quien había estado saliendo? Parecía
totalmente otro
Duo. Suéltame desgraciado
Trowa. ¡No vas a dejarme! Eres solo mío
Volvió a besarlo salvajemente, invadiendo su boca con su lengua,
mordiendo el labio inferior y acariciando con sus manos su cuerpo, quería
hacerlo suyo, a la fuerza de ser posible, no iba a estar dispuesto a perderlo,
él era solo suyo, no se lo dejaría a ese tal tipo del que estaba enamorado, Duo
le pertenecía a él y a nadie más. Lo dirigió a la habitación y salvajemente lo
avienta a la cama para después comenzar a quitarse la ropa, Duo le miraba
totalmente aterrado ¿acaso lo iba a forzar a tener relaciones? Ellos las habían
tenido muchas veces pero siempre era por acuerdo mutuo, ésta vez iba a hacerlo
a la fuerza y eso solo podía llamarse de una forma "violación" Trowa
iba a violarlo, no podía creerlo, durante todo ese tiempo creyó que lo conocía
casi a la perfección y ahora pasaba esto...
Totalmente desnudo Trowa se acuesta encima de Duo y comienza a
quitarle la ropa, él grita y patalea pero los brazos de Trowa eran por demás
fuertes y no podía con ellos, Duo sentía bastante asco a pesar de haber
recibido con anterioridad besos y caricias por parte de Trowa, esta vez era
diferente porque Trowa lo estaba forzando, el chico se levanta un poco para
tomar ambas rodillas del trenzado para separar sus piernas a pesar del esfuerzo
de Duo por evitarlo, Trowa sonríe y le acaricia el rostro para después comenzar
a entrar
Duo. Ngh... gaaa, no por favor... para ya
Trowa. No puedo, eres mío
Las embestidas de Trowa estando dentro de Duo eran fuertes y rápidas
causando un gran dolor en Duo que no dejaba de gritar, Trowa siempre había sido
tierno y delicado con él, definitivamente éste Trowa no era de su agrado, el
falso Trowa era quien le gustaba, no éste que se acababa de mostrar frente a él
tal y como era...
El ojiverde aprisionaba su miembro con una mano masturbándolo al ritmo
de su penetración aumentando más fuerza a ésta, Duo no podía más, sentía como
si algo dentro de él estuviera a punto de reventar, sus lágrimas comenzaban a
correr y sus puños apretaban con desesperación las sábanas mientras Trowa
disfrutaba como nunca el acto, jamás había deseado tanto a Duo; comenzó a
sentir un satisfactorio cosquilleo y logró reventar su semilla dentro de Duo
quien poco después mojaba la mano de Trowa con la suya, él lame todo de ella y
después vuelve a acostarse sobre Duo para besarlo a la fuerza en los labios
saliéndose poco después del trenzado, se baja de él y se posiciona a un lado de
su adolorido cuerpo, las lágrimas de Duo no dejaban de salir, había sido
humilladamente violado por su propio amante, por quien creyó que le amaba y le
protegía, por la persona en quien había depositado confianza durante mucho
tiempo, el sentimiento en ese momento era indescriptible, pero la tristeza y la
desesperación reinaban entre esos sentimientos, su brazo cubría parte de su
rostro incluyendo los ojos, sollozaba y se quejaba del dolor, sentía entumecida
la parte baja de la espalda, Trowa se pone de pie y se dirige al baño, Duo se
posiciona boca abajo y comienza a jalar con enojo las sábanas y a golpear la
cama mientras llora aún más fuerte...
Trowa alcanzaba a escuchar todo hasta el baño y le atormentaba, estaba
totalmente arrepentido de haberle hecho eso a Duo, se cubría con desesperación
los oídos tratando de no escuchar el llanto del trenzado pero sin éxito,
minutos después sale del baño y ve a Duo acostado de lado sobre su lado derecho
dándole la espalda a él, estaba en una posición fetal mirando hacia la nada
mientras las lágrimas aún caían, a Trowa se le partía el corazón de verlo así
¿cómo había sido capaz de semejante acto? Y lo peor de todo era que mientras lo
había hecho se había sentido muy bien, escuchar los gritos de Duo le había
excitado más y debía confesar que aquella había sido la mejor experiencia
sexual de su vida... se sentó en la cama y acarició la espalda de Duo quien se estremeció
al sentir el tacto de la mano de Trowa sobre su piel, Trowa le soltó y miró un
lado de la cama donde habían rastros de sangre, se asustó e inmediatamente miró
a Duo, definitivamente le había hecho daño además del emocional, se acercó
asustado pero recibió un fuerte grito por parte de Duo
Duo. ¡No me toques, ya no te me acerques!
Trowa. Pero Duo...
Duo. ¡Muérete... muérete de una vez!
Trowa. Perdóname mi amor
Duo. ¡No me llames así!... ¡TE ODIO!
No podía contener su coraje y volvió a golpearlo haciéndolo sangrar
del labio, ésta vez Duo no mostraba miedo sino coraje, le retaba con la mirada,
ésa sería la última vez que le tocaba sexualmente, sería la última vez que se
dejara de él y se dejara golpear, Trowa ve eso en los ojos de Duo y sonríe
Duo. Idiota, creí conocerte
Trowa. Yo también
Duo. Te quiero lejos de mi vida para siempre
Trowa. ¡No vas a dejarme!
Duo. ¡Claro que sí!
Apretó los labios por el coraje y no apartaba su mirada del trenzado,
sabía con aquella mirada que Duo también era de armas tomar y que ya no iba a
dejarse más, pero él iba a buscar la forma de que él lo volviera a querer, se
dirigió a sus ropas y comenzó a cambiarse mientras que Duo volvía a acostarse
de costado mirando hacia la nada, Trowa termina de vestirse y dirige su mirada
nuevamente a Duo
Trowa. Necesitas ver un médico, estabas sangrando
Duo no contesta pero al escuchar lo de la sangre aprieta con fuerza
sus ojos y sus puños, que descarado era Trowa al decirle todo eso siendo que el
único culpable de ello era él... Trowa sale de la habitación y después de la
casa pero llevándose la llave porque estaba dispuesto a volver al día
siguiente, Duo continuaba con los ojos llorosos y bastante molesto, se quiso
sentar y sintió un gran dolor en su espalda, jamás lo había sentido, ni
siquiera la primera vez que había sido invadido por Heero, se quejaba por el
dolor y pensó por momentos hacer caso en ir a un médico y también pensó mucho
en ir a denunciarlo por violación, pero algo le retenía a no hacerlo, tal vez
sentía miedo de él, era la primera vez que le tenía miedo a alguien; quiso
ponerse de pie pero le fue difícil y cayó de rodillas en el suelo, le dolía bastante,
alzó la mirada y también al igual que Trowa vio la sangre en las sábanas,
sintió más que nunca el coraje
Maldito, como te odio... Heero, jamás sentí necesitarte tanto como en
estos momentos
Nuevamente comenzaba a llorar mientras pensaba y recordaba a Heero,
miles de cosas pasaban por su cabeza, el médico, la denuncia, cambiar la
cerradura de su apartamento, no sabía por dónde comenzar, también recordaba la
primera vez que había sido de Trowa y definitivamente nada tenía que ver con
aquello que acababa de pasar, era como ver a dos Trowa totalmente opuestos,
jamás se había sentido tan decepcionado de alguien
Ya era de noche y Heero por primera vez en mucho tiempo había llegado
al departamento antes que Quatre, no era extraño que no hubiera llegado, tal
vez jamás lo haría, la mayoría de las cosas del rubio ya no estaban en el
departamento, solo quedaban un par de cosas sin importancia, Quatre no había
dejado ni siquiera una nota, se había marchado en silencio como había prometido
en otra ocasión, él se sentía un poco culpable pero no iba a buscarlo como loco
ni le rogaría porque volviera a su lado, de cierta forma le extrañaba y lo
necesitaba a su lado pero no haría nada al respecto, después de todo desde el
principio no había habido amor...
Bebía un par de copas mientras oí música, recordaba la primera vez en
que aquel rubio había sido suyo, había sido demasiado tierno, lento, especial,
aquel chico encantaba con su ternura y hasta cierto punto inocencia, le
recordaba mucho a su primera, única y última vez con Duo, solo en eso se
parecían, recordó con una gran sonrisa a Duo, hace mucho que no se daba el lujo
de sonreír así, necesitaba verle, aún lo amaba, jamás había dejado de hacerlo,
tal vez aquello sucedido con Quatre era una señal de que Duo debía ser el
único, el verdadero en su vida, tal vez el destino se había puesto de su parte
para que pudiera buscarlo, sonrió tontamente al pensar así, ese era el típico
pensamiento tonto e inocente de un niño, la realidad era que muy difícilmente
podría encontrarle, él había dejado de vivir en la costa desde que su padre
hubiera fallecido cuando él aún estudiaba la Universidad, había sido arrollado
mientras caminaba borracho por las empedradas calles, desde entonces se había
mudado a la ciudad donde se encontraba la escuela donde estudiaba, además no
sabía exactamente la ciudad donde vivía Duo y aún si lo recordara lo más
probable era que Duo se hubiese mudado de domicilio, después de todo 4 años no
pasaban en vano, y así era, los padres adoptivos de Duo habían muerto mientras
unos ladrones asaltaban un banco en la ciudad donde vivían, aquel suceso le
dolía mucho a Duo por lo que se había mudado de ciudad...
Pero ninguno de los dos tenía idea de que vivían ahora en la misma
ciudad, recién se había graduado Heero de la Universidad le habían ofrecido un
buen empleo en esa ciudad mientras que Duo al morir sus padres había llegado
ahí para continuar su carrera de diseñador, también ignoraban que pronto
estarían de nuevo frente a frente tal vez para volver a amarse o para
nuevamente cada quien tomar su camino
Continuará...
Notas de Autor: Otro basado en película
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