Diversión, sexo y horror
Parte 3
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Chantaje
Cuando volvieron a las cabañas comenzaba a caer la tarde. Sin que los
demás supieran porque, Heero y Duo estaban distanciados, aunque estaban tomados
de la mano había cierta frialdad entre los dos, sobretodo siendo el trenzado
alguien tan vivaz y que además solía estar siempre muy cariñoso con su novio.
Quien lo había notado un poco había sido el pelinegro, ya que él y Duo se
conocían mucho y solían intercambiar algunos secretos. Al entrar en la cabaña
mayor ahí estaba Milliardo, mirando televisión tranquilamente, al verlos entrar
les sonrió de forma extraña, poniéndose de pie
- ¿Les fue bien? – preguntó de forma rara, dirigiendo su mirada hacia
Traize, que enseguida le miró con recelo
- Bastante bien - respondió
- Me alegro mucho – sin abandonar su cinismo volvió a sentarse,
pareciendo que les ignoraba, Trowa y Quatre intercambiaron miradas pero nadie
dijo nada. Momentos después Duo jaló a Wufei de la muñeca y lo sacó de la sala
donde estaban los demás, llevándolo hacia la cocina, ni Traize o Heero dijeron
algo
- ¿Qué pasa Duo? -
- Eso quiero saber ¿qué trama éste? – refiriéndose a Milliardo
- No lo sé, está extraño – contesto Wufei – Antes del desayuno me besó
– le confesó con voz suave, intentando no ser oído
- ¿De verdad? – preguntó Duo sorprendido
- Si, y me recordó lo de aquella vez. Él me había prometido que lo
daría por nunca sucedido, está extraño, y la verdad no quiero que Traize sepa
nada – confesó preocupado, Duo hizo una mueca de preocupación y guardó silencio
unos momentos
- ¿Y qué piensas hacer? -
- No lo sé, pero no quiero perder a Traize, lo amo. Y cuando se entere
seguro que terminamos, Duo ¿Qué hago? – sin saber que decir, el trenzado solo
colocó una mano sobre el hombro de su amigo
- Sé sincero con Milliardo, a quien amas es a Traize - aconsejó
- Sí, debo hacerlo entender – ratificó convencido y sonrió a su amigo,
a quien notó más serio que de costumbre - ¿Y a ti qué te pasó? -
- Heero dijo que me ama – contesto, Wufei sonrió pero antes que dijera
algo Duo se le adelantó – Y yo la verdad no sé si lo amo. Me encanta, es sexy,
inteligente, un gran amante, el sexo es increíble, demasiado increíble pero, no
siento amor… estoy inseguro - terminó
- ¿Sabes? Yo creí lo mismo con Traize, tu sabes que Milliardo siempre
me gustó, comencé a salir con Traize porque él nunca me hizo caso, o al menos
eso creí, hasta aquella noche cuando Traize y yo discutimos y él estaba ahí,
después de haberlo hecho con Milliardo me di cuenta que de quien me había
enamorado era Traize, y que Milliardo solo fue un enamoramiento fugaz. Por
culpa de mis dudas estoy a punto de perder a Traize, no te dejes confundir, te
he visto al lado de Heero, de todos tus novios él ha sido con quien te he visto
más alegre y mimoso – expuso el chino, dejando a Duo pensando durante mucho
tiempo. Después de unos momentos sonrió con la mirada perdida
- Si, Heero es especial – por primera vez en su vida se sonrojaba solo
de pensar en su novio, Wufei sonrió con orgullo y le palmeó la espalda
- Vamos, díselo – animó el ojinegro
- Sí, después de cenar se lo diré. Gracias – con emoción le dio un
abrazo a su amigo y salió de la cocina, en la sala estaba Heero al lado de
Milliardo mirando televisión, entonces el trenzado se le acercó a su novio y
tomándolo de imprevisto le sujetó las mejillas con ambas manos y le giró el
rostro hacia él, Heero lo observó unos momentos y antes de decir algo recibió
los labios de Duo en los suyos, cuando se separó éste le sonrió, desconcertando
aún más al ojiazul, después se separó de él
- ¿Y eso? – preguntó serio
- Nomás – sonriéndole ampliamente se acurrucó en su hombro y miró
también televisión, Milliardo les miro de reojo con expresión molesta, como si
los detestara como a nada más en el mundo, pero ellos no se dieron cuenta de
aquella mirada, tampoco del destino que les esperaba…
Después de la cena, durante la cual Milliardo había permanecido en
silencio cada una de las parejas se retira a su cabaña. En la de Trowa y
Quatre, ambos chicos se encontraban saldando cuentas pendientes, ya que la
noche anterior había sido desastrosa y no habían logrado terminar sus asuntos
pendientes. Mientras que en la de Heero y Duo ambos chicos aún estaban un poco
distantes, el trenzado no encontraba como decirle a Heero que había cambiado de
opinión y que lo quería más de lo que pensaba. Y por último en la cabaña de
Traize y Wufei, éste último se mostraba inquieto, su novio ahora tomaba un baño
y él no había querido acompañarlo
- Amor, voy a caminar un poco – anunció el chino en voz alta, Traize
lo oyó y le deseó suerte, entonces Wufei salió de la cabaña sin abrigo, hacía
un poco de frío, pero era soportable. El chino entonces aprovecho y se dirigió
a la cabaña de Milliardo, ya que deseaba conversar con él sobre lo sucedido.
Aunque llamó varias veces a la puerta nadie le abrió, lo cual le pareció
extraño. Rendido decide dirigirse de nuevo a su cabaña cuando sintió que le
sujetaron el hombro, asustado volteó hacia atrás pero no había nadie,
desconcertado enseguida se giró de nuevo a su posición normal y frente a él
estaba el rubio pelilargo - ¡Ahh! – asustado se sobresaltó, Milliardo lo miraba
fijamente – Idiota – le dijo con molestia, encontrándose con una repentina
sonrisa retorcida por parte de su amigo
- No sabía que me necesitabas tanto – dijo con cinismo
- Imbécil, vine a hablar contigo de tu actitud, prometiste guardar el
secreto hasta la tumba, y además actúas extraño desde ayer ¿Qué te pasa? –
preguntó molesto, pero no encontró respuesta inmediata, Milliardo tardó en
acercarse con brusquedad y tomarlo de los hombros y mirarlo fijamente a los
ojos
- Te amo Wufei – a diferencia de la mañana, ésta vez la mirada y voz
de Milliardo eran las de siempre, causando un efecto de conmoción en el chino,
que se quedó sin palabras unos momentos
- Pero yo… - antes de terminar vio sellados sus labios nuevamente por
los de Milliardo, solo que en ésta ocasión la situación era diferente, por
alguna extraña razón no podía mover su cuerpo, jamás le había sucedido algo
así, porque estaba paralizado, no como si le fuera imposible moverse por la
sorpresa, era como si una especie de embrujo le hubiese envuelto, quería
evitarlo, moverse, pero no podía, sus ojos se veían desorbitados. Milliardo se
separó después y volvió a su mirada maliciosa, fija directamente en el chico
- No sabes cómo te deseo – con decisión se acercó al cuello del chico,
lamiéndolo desde la nuez hasta la barbilla
- No… - alcanzó a susurrar el pelinegro, pero aún sin poder moverse,
Milliardo se alejó un poco de él y entonces recuperó el dominio de su cuerpo,
sintiendo como si le hubiesen soltado el cuello después de apretarlo con
fuerza. Asustado miró a su amigo - ¿Qué está pasando? Eso no es normal – dijo
asustado, pero también molesto, se alejó dos pasos de Milliardo, mirándolo con
desconcierto, él sonrió con malicia e intentó acercarse, pero sintiendo después
como si le sujetaran los pies, con gesto de horror se agarró de las orejas y
cerró los ojos
- ¡Bastaaaa! – como si le hubieran electrocutado se dio una sacudida y
después se tiró al suelo ante la mirada de susto de Wufei
"No puedes resistir… tómalo… poséelo"
- ¡No quierooo! – gritó con furia, poniéndose de pie y mirando hacia
el cuello, Wufei dio otro paso atrás
- Estas loco… - susurró tembloroso, intentando huir, pero antes de
intentar dar media vuelta Milliardo le sujetó el brazo, jalándolo hacia él
- Callaré… lo haré si te acuestas conmigo otra vez – dijo decidido,
sus ojos habían dejado de ser los mismo de siempre, ahora tenían un destello
extraño, un brillo que no era de él, Wufei se estremeció, incluso su voz sonaba
un poco distorsionada
- ¿Qué te pasa? – asustado estuvo casi a punto de llorar, Milliardo
intentó besarlo pero Wufei lo aventó con fuerza – Déjame – ordeno frustrado,
pero el rubio sonrió
- Le diré lo que hicimos, te odiará, se alejará de ti, y te quedarás
solo – maldijo divertido, logrando que una lágrima cayera de la mejilla del
pelinegro – Pero callaré si te hago mío, a mi manera -
- ¿Por qué me haces esto? – Cerrando los ojos con fuerza asintió con
la cabeza – Está bien. Cuando se duerma… te veo en tu cabaña en un par de horas
– dijo con desilusión, y aunque aún no hacían nada ya se sentía sucio.
Milliardo no pudo contener su risa, terminando de convencer a Wufei de que
estaba completamente loco
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Laguna
Heero estaba buscando algo en su maleta cuando Duo se acercó a él y lo
abrazó por la espalda, colocando sus manos en la cintura de su novio, el
ojiazul volteó hacia atrás levemente y antes de decir algo Duo lo abrazó con
más fuerza
- Soy algo idiota lo sabes ¿verdad? – preguntó con voz leve
- Si, lo admito – respondió serio
-Olvidemos lo de ésta tarde ¿sí? Te propongo algo – continuó sus
palabras causando intriga en Heero, después le soltó la cintura y Heero volteó
hacia él
- Dime – respondió interesado
- Acompáñame – sonriendo divertido lo sujetó de la mano y lo jaló
hacia la puerta de la cabaña, la abrió y cuando salieron la cerró de nuevo, su
novio lo observaba curioso sin decir nada. Duo lo llevaba hacia la laguna que
se encontraba a unos metros de las cabañas, siempre le había parecido erótico
hacer el amor adentro, y aquel escenario le parecía perfecto para decirle a
Heero que también lo amaba
- ¿Qué pasa? – le preguntó el ojiazul al ojivioleta cuando éste se
detuvo al llegar los dos a la orilla de la laguna, Duo sonrió con astucia,
mordiéndose el labio inferior, sin responder a la pregunta llevó sus manos a la
camisa y subiéndola por el cuello se la quitó, aventándola al suelo
- Hagámoslo – dijo al fin su propuesta, Heero enarcó una ceja y miró
alrededor
- Nos van a ver – contestó ruborizado
- Oh vamos, hoy en la tarde no te importo – dijo Duo con burla
aumentando el sonrojo de su novio
- Estábamos apartados, además hace frío – comentó un poco indiferente,
aunque solo de pensar en la idea de hacer el amor ahí le comenzaba a excitar.
Duo sonrió
- Yo sé que quieres, además te voy a dar una sorpresita – avanzó hacia
el frente dándole la espalda a Heero y se desabotonó el pantalón mientras se
quitaba los zapatos, aventó eso y después le siguió la ropa interior, Heero se
mordió el labio con fuerza, el cuerpo desnudo de Duo le ofrecía siempre una
vista tan maravillosa que nunca dejaba de sorprenderlo – Sígueme – dijo con
picardía, volteando levemente para cerrarle un ojo. Sin dudarlo un segundo
Heero comenzó a desabrochar su ropa, siguiendo a Duo al terminar y quedar
desnudo igual que él
- Eres un demonio ¿sabías? – Duo rió en respuesta y cuando le dio
alcance en el agua se besaron enseguida, atrapando con su cuerpo el cuerpo del
otro, al soltar sus labios, los de Heero siguieron su camino hacia el cuello de
Duo, bajando sus manos al trasero y acariciarlo, el trenzado gimió, el agua les
llegaba a la espalda. Pronto la lengua de Heero bajó hasta uno de los pezones,
lamiéndolo, mordisqueándolo después, y Duo se retorcía, jadeando con
excitación, después gimió al sentir dos dedos de Heero dentro de él, que
comenzó a moverlos en círculos, después entrando y saliendo, el trenzado gemía
con placer
- Ah… Heero… Haa – se agarró con fuerza a la espalda de su novio,
apretando los ojos al sentir que un tercer dedo entraba. Se retorcía entre los
brazos del ojiazul, después sus labios se encontraron y una mano del trenzado
bajó al miembro de su novio, acariciándolo, Heero ahogó un gemido en la
garganta de Duo. Al soltar sus labios las manos de Heero se colocaron en las
piernas de Duo y con un movimiento rápido las abrió al tiempo que lo elevaba,
gracias al agua su cuerpo era más ligero, enseguida se introdujo en él y ambos
gimieron, se miraron a los ojos y Heero comenzó con los movimientos, apretando
sus manos en el trasero de Duo, moviendo su cuerpo adelante y atrás y Duo le
seguía el paso, con sus manos en los hombros de Heero, empujándose hacia el
frente
- Nhh Duo… ¡haa! – gemía excitado, perdiendo los sentidos, moviendo
con fuerza y un poco de violencia el cuerpo de Duo, a quien ya le resultaba
imposible mantener los ojos abiertos, sintiendo el miembro duro de Heero
empujarse hacia el frente, tocando puntos profundos y sensibles, haciéndolo
perder la razón
- Haa… haa… ¡haaa! Más… más ¡haaaa! – el sonido del agua moverse y los
gemidos eran lo único que armonizaba el ambiente. Estaba por llegar a la cima,
sintiendo los choques eléctricos, con una mano se agarró el miembro,
masturbándose con fuerza – Haaaa siii – gimió con locura al verse liberado,
sintiendo poco después un líquido en su interior que sabía perfectamente no se
trataba de agua, los músculos de ambos se relajaron y con tranquilidad gimieron
uno en la boca del otro, encontrándose en el beso final del acto, usando con sensualidad
sus lenguas
- Eso fue increíble – comento Heero al soltar los labios de Duo y éste
le sonrió, salió de él y lo bajo con lentitud, volvieron a besarse y hubo un
silencio, Heero recordó un poco el rechazo ante su confesión y se entristeció
pero no dijo nada, el trenzado entendió la indirecta y le sujetó el rostro con
ambas manos
- Cierra los ojos, te daré una sorpresa – dijo con suavidad y bajó sus
manos, estaba dispuesto a decirla a Heero de sus sentimientos, sabía que ese
era el momento ideal, el ojiazul no entendió pero cerró sus ojos, Duo se alejó
un paso y entreabrió los labios, impaciente Heero esperó, delante de sus ojos
solo había un oscuro vacío. Logró escuchar como una especie de chapuzón pero no
abrió los ojos
- ¿Ya puedo abrirlos? – Preguntó tranquilamente, pero no hubo
respuesta - ¿Duo? – volvió a preguntar y nuevamente no encontró respuesta, así
que abrió los ojos, frente a él no había nada salvo el agua de la laguna – Duo,
no es gracioso – dijo enojado, su novio solía ser muy travieso y a veces le
molestaba – Duo sal de ahí – se comenzó a sentir inquieto y avanzó algunos
pasos, metiendo las manos por debajo del agua tratando de encontrar a su novio,
pero no hubo nada – Duo... déjate de bromas Duo – volteó a varios lados y no
hubo nada, enojado e inquieto salió del agua, su ropa estaba sola, la de Duo no
estaba junto a ella – Idiota – enojado se vistió, odiaba que se burlaran de él.
Entonces regresó a la cabaña, dándole la espalda a la laguna, sin alcanzar a
ver la mano que salió a flote, golpeando desesperada el agua y que segundos
después volvió silenciosamente al fondo
- 11 -
Traición
Habían hecho el amor con locura y ambos estaban cansados, pero Wufei
sabía que debía verse con Milliardo y cumplir la horrible petición que éste le
impuso, Traize dormía tranquilamente, con su cuerpo desnudo bajo las sábanas,
Wufei se vistió y salió de la cabaña sin atreverse a mirar hacia atrás, le daba
coraje y vergüenza lo que estaba haciendo, pero no sabía cómo manejar la
situación y creía que aquella era la mejor solución, aunque no se sintiera bien
Al salir de la cabaña miró alrededor y en la fría noche no encontró
nada, se abrazó por el frío y caminó desconfiado, sentía como si le observaran
y atribuyó la causa a su conciencia que le estaba jugando una broma
- Soy un estúpido – aún no engañaba a Traize y ya se sentía demasiado
mal, a punto estaba de desistir y hablarle con la verdad, decirle que lo de
Milliardo había sido un tonto tropezón, pero ante la idea de que su novio no
entendiera de razones y lo abandonara decidió seguir con lo planeado. El viento
susurró una melodía extraña que lo hizo detenerse a unos cuantos metros de
llegar a la cabaña que el rubio ocupaba, se giró rápidamente al sentir que
alguien le tocaba el hombro y nervioso se exaltó.
Su corazón acelerado se tranquilizó al ver a Duo frente a él, aunque
su amigo tenía una expresión seria y sus ojos se veían con una mirada perdida.
Aliviado Wufei suspiró – Tonto, me asustaste – le dijo con una sonrisa, pero su
amigo no le contestó, el pelinegro se extrañó porque sabía perfectamente que el
trenzado no era así
- Te amo – su voz, sonante como un eco desconcertó a Wufei, pero aún
más las palabras ¿Duo le decía que lo amaba? Sintió un escalofrío e intento dar
un paso atrás, pero su amigo le agarró con fuerza de la muñeca, sintiendo su
mano fría y húmeda
- Pero… - antes de decirle algo las pupilas de sus ojos se expandieron
cuando vio sangrar a Duo por los ojos, como si de lágrimas se tratara, todo su
cuerpo se paralizó y en el interior de sus entrañas se ahogaron todos los
gritos que pudo haber dado
- A… yúdame – la mano de Duo en su muñeca se apretaba con fuerza,
intentó dar un paso atrás pero el trenzado lo jaló
- No – alcanzó a susurrar, sintiendo que su garganta ardía, Duo abrió
su boca mostrando unos dientes podridos y Wufei alcanzó a divisar que su lengua
había sido cercenada – Kyaaaaa – completamente horrorizado jaló con fuerza su
brazo y dio la espalda rápidamente, como pudo comenzó a correr, sin pensar en
nada, su cabeza era un lío. Sin darse cuenta llegó hasta la cabaña de
Milliardo, tocando con fuerza la puerta - ¡Ábreme! – la puerta se abrió un poco
y entonces el ojinegro la aventó, teniendo ante sus ojos una escena que lo
sorprendió sobremanera. Acostados sobre la cama estaban Milliardo y Traize, su
novio tenía las piernas abiertas y el rubio lo penetraba con fuerza, gimiendo
ambos, Wufei se llevó ambas manos a la boca y las lágrimas cayeron por sus
mejillas, incapaz de reaccionar, quería correr, estaba horrorizado con lo que
había visto de Duo y además aquella escena inesperada. Milliardo giró su cabeza
hacia la puerta y sonrió retorcidamente mientras Traize apretaba los ojos con
fuerza, gimiendo de placer
- Haaa, eres el mejor… ¡Más… haaa! – ante los ojos atónitos de Wufei su
novio se corrió, manchándose el rostro de su propia esencia, el rubio salió de
él para correrse fuera de su interior, derramando su esencia sobre el rostro y
pecho del ojiazul. Ambos suspiraron, Traize abrió los ojos y le sonrió a
Milliardo, llevándose una mano al pecho para tomar un poco de la esencia del
rubio y después chuparse los dedos – Delicioso – el rubio no dijo nada, solo
borró su sonrisa
- Tenemos espectador – rápidamente Traize giró su cabeza hacia la
puerta y se sorprendió al ver a Wufei ahí, el pelinegro negó con la cabeza
repetidas veces y después se fue corriendo, Traize aventó a Milliardo y se puso
de pie
- ¡Imbécil! Me dijiste que estaba con Heero y los demás – reclamó
enojado, limpiándose el semen del cuerpo con la sábana, después comenzó a
vestirse
- Te mentí – dijo con descaro, riendo después – Pero gemiste de placer
¿no? No te preocupes – Traize lo miró con odio antes de terminar de vestirse.
Él y Milliardo habían antes tenido sexo, cuando aún él y Wufei no eran novios,
incluso eran amantes sin compromiso, aquella noche Traize había sucumbido ante
la seducción del rubio, pero a quien amaba era a Wufei – Siempre caen – habló
con eco cuando Traize salió de la cabaña, después río divertido, pero no solo
era su voz, sino también la voz de una chica
- 12 -
Comienza el horror
No sabía que pensar, no sabía que sentir, lo de Duo lo tenía
completamente aterrado y lo de Traize lo tenía confundido ¿Qué demonios estaba
pasando? Incluso creía que se trataba de un sueño, aquellas cosas no podían
estar pasando. Corriendo mientras se secaba las lágrimas tropezó con la raíz de
un árbol, llenándose la cara y la ropa de lodo, intentó levantarse y sintió un
dolor en el tobillo
- Maldición – se tapó el rostro con ambas manos y comenzó a llorar
desesperado – Quiero despertar – sentía dolor, lo cual era conciencia de que no
estaba soñando, pero quería creer eso. Escuchó como una especie de pasos y con
temor levantó la cabeza, pero ésta vez no se encontró con nada horrible, de pie
frente a él estaba Heero
- ¿Estás bien? – le extendió una mano para ayudarlo a levantarse,
enseguida Wufei se agarró y se puso de pie, abrazando al ojiazul, quien se
sorprendió por completo, sonrojándose, con Wufei no llevaba una relación
precisamente cercana - ¿Qué te pasa? – preguntó extrañado, Wufei se separó un
poco de él y mirándolo a los ojos con susto lo sacudió de los hombros
- ¡Duo! Dime que él está bien, por favor dime que está contigo – dijo
alterado, Heero enseguida abrió ampliamente los ojos, sorprendido, quitó las
manos de Wufei de sus hombros y lo miró fijamente
- Tengo rato buscándolo ¿Qué le sucedió? – el ojiazul vio como Wufei
se puso pálido y su gesto le desconcertó aún más
- Estaba… estaba sangrando, y… como muerto – las palabras del
pelinegro hicieron palidecer a Heero, con arrebato sujetó a Wufei de la tela de
la camisa con una mano y lo jaló violento
- ¿Qué estás diciendo? – exaltado le gritó, Wufei no dejaba de llorar
- Yo no… no sé qué está pasando – se cubrió el rostro con las manos y
temblando se agachó, Heero no entendía y creyó que quizás Wufei estaba solo
alterado
- Levántate, estás delirando – se agachó un poco y le sujetó el brazo
para levantarlo, Wufei no dijo nada, estaba callado, Heero avanzó y vio que
éste no se movía – Wufei, vamos – dijo molesto, el chino levantó el rostro y
comenzó a reír con expresión perdida
- Esto es un sueño ¿verdad? ¡Yo lo vi! Duo está muerto – se agarró con
fuerza los cabellos y movió la cabeza de forma desesperada - ¡Y Traize se
revuelca con Milliardo! – Heero miraba extrañado a Wufei, él conocía bien a
Traize y estaba seguro de que aquello era imposible, porque sabía que su amor
por el chino era muy grande y que sería incapaz de engañarlo, por consiguiente
estaba seguro de que su Duo estaba vivo, Wufei solo estaba desvariando
- Lunático – fastidiado le dio la espalda y avanzó, dejando a Wufei
solo, el chino se dio cuenta de su soledad y cerró los ojos con fuerza
- ¡Aaahh! Espérame – aterrado al encontrarse solo de nuevo intentó
seguir a Heero, pero ya no lo vio
Heero tuvo la impresión de haber oído a Wufei pero al voltear atrás no
encontró a nadie, continúo caminando, decidió buscar a Duo, de repente le había
entrado la idea de que quizás Duo estaba jugando alguna clase de broma, ya que
a él también le había hecho una
- Tonto, pero cuando te vea… - caminando se topó con Traize, quien se
acercó preocupado y exaltado
- ¿Has visto a Wufei? – preguntó preocupado
- Si, estaba raro, en esa dirección – se giró un poco y señaló el
sendero - ¿Tú has visto a Duo? – preguntó Heero
- La verdad no – contestó serio Traize. Pasó de Heero pero éste lo
detuvo
- ¿Es cierto que te revuelcas con Milliardo? – al ver a Traize
enmudecer intuyó la respuesta
- No sé cómo caí – dijo entristecido, entonces Heero recordó que Wufei
había dicho lo de Duo y sintió su cuerpo estremecer, quizás Wufei no deliraba
- Dios no – sin decir nada a Traize se fue corriendo en dirección
contrario y su amigo solo lo vio partir, no entendía que sucedía
Mientras corría pensaba en lo ridículo de aquello, Duo no podía estar
muerto, si él hace unos minutos había hecho el amor con él, y además ¿Por qué
habría de estar muerto? Aquello era ilógico, pero por alguna razón su corazón
latía acelerado e inquieto
Continuará…
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