Señales de amor
Parte 2.
Se despertó estirando su mano al lado derecho de la cama pero no lo
sintió, era obvio porque la noche anterior le había abandonado, por breves
segundos lo había olvidado, Quatre ya no iba a volver más, esa cama al fin iba
a ser utilizada solo por él, como antes lo había sido
"Ni modo, a comenzar de nuevo"
Se puso de pie y se dirigió al cuarto de baño para bañarse antes de ir
a trabajar, vio la hora y faltaban 20 minutos para salir de casa como todos los
días, no se preocupó por preparar desayuno porque siempre que se levantaba
Quatre ya lo tenía listo, así lo creyó mientras se bañaba hasta que al vestirse
cayó en la cuenta de que el rubio ya no estaba ahí, sonrió sintiéndose tonto
por no acostumbrarse tan rápido como creyó que lo haría, en muchos aspectos
Quatre le hacía falta y no se había dado cuenta de ello hasta que él ya no
estaba, pero no había marcha atrás, aquello había terminado y él no iba a hacer
nada porque el chico rubio regresara... se bajó del auto para dirigirse a su
oficina pero en el camino antes de salir del estacionamiento es interceptado
por alguien, ese alguien le miraba dura y fríamente, ellos no eran amigos y ni
siquiera habían cruzado palabra más de dos veces, aun así le conocía y se
imaginaba el motivo de su intercepción
Heero. ¿Qué quieres?
Wufei. ¿Cómo te atreviste a romperle el corazón de esa forma?
Heero. Si te refieres a Quatre, eso no te importa
Wufei. ¡Claro que me importa porque somos amigos!
Heero. ¿No será que tú lo amas?
Wufei. ¿Qué?
Heero. ¿O acaso solo eres un estúpido que se cree el defensor de los
amores imposibles?
En un arrebato lo arrincona contra la pared alzando su puño en señal
de que iba a golpearlo, nunca le había caído bien y el estar escuchando todo
eso de su boca le hacía arder por el coraje, tal vez tenía ligeramente la razón
y sentía algo más profundo por Quatre que solo amistad ¿pero quién era él para
decirlo en esa forma tan burlesca? Pero se contuvo, no le convenía golpear a
quien indirectamente era su superior, podía ser despedido y eso no le convenía
ya que ganaba muy bien en aquella compañía, así que lo soltó pero sin dejar de
retarlo con la mirada, Heero cerró los ojos mientras acomoda su saco el cual
Wufei había desacomodado, sonrió y después abrió sus ojos
Heero. Idiota... en vez de reclamarme piensa en algo para
conquistarlo, Quatre merece a alguien que lo quiera y no le haga daño
Wufei. No me digas lo que tengo que hacer
Heero. Inútil, pero has lo que quieras
Heero se retira de ahí tranquilo y sin prisa, no amaba a Quatre pero
definitivamente le deseaba lo mejor, había notado desde hacía mucho tiempo la
forma tan tierna en que Wufei lo miraba y sabía de antemano que lo quería más
allá de una amistad, definitivamente Quatre se merecía de alguien como él para
ser feliz
Esa vez no quiso trabajar en nada, quería quedarse en casa, la
violación del día anterior aún le dolía, debía ir al médico, tal vez había
sufrido un desgarre de algún tipo y podía haber infección, pero le daba
vergüenza, sabía que el médico haría preguntas incómodas y le obligaría ir a
denunciarlo, eso era lo que le detenía, odiaba a Trowa por lo que le había
hecho pero a la vez sentía que la culpa era solo suya por haberle permitido
enamorarse de esa forma tan obsesiva, él nunca había amado al ojiverde y sin
embargo había permanecido a su lado, dándole falsas esperanzas, pero pensar en
ello no le ayudaría en nada, mejor era olvidarse de él para siempre; tomó el
teléfono y llamó al cerrajero para que cambiara las dos puertas que tenían
acceso al interior del departamento, el trabajo se hizo rápidamente y Duo
ocultando su mal caminar paga la deuda y el cerrajero se va, ahora sí, el dolor
no disminuía y eso le preocupaba así que llama por teléfono a su médico de
confianza para que fuera a verle, a él le extrañó la llamada, Duo era un chico
muy sano y muy rara vez se enfermaba, además nunca pedía que le visitara en su
departamento, siempre era él quien iba a su consultorio, se asustó y salió
enseguida para allá cancelando una cita, le preocupaba el trenzado, llegó
pronto y éste le recibió, al instante se dio cuenta de la forma en que caminaba
y le auxilió para sentarse pero Duo no podía hacerlo, a duras penas se postro
en el sillón inclinándose de lado
G. ¿qué te pasó?
Duo. El...
G. ¿El... de quien hablas?
Duo. El me violó
Sus lágrimas se hicieron visibles para la sorpresa del doctor que no
daba crédito a lo que oían sus oídos, Duo había sido violado y eso le dolía
porque le conocía de años atrás, él había sido amigo de los padres adoptivos de
Duo y para él el trenzado era como el hijo que nunca había tenido; se pone de
pie y se acerca a él pero es rechazado por Duo
G. Cuéntame
Duo. Fue Trowa doctor, anoche él me...
G. Ya, tranquilo
Duo. Perdón pero es que aún no lo creo, pensé que él era diferente
G. Yo tampoco lo creí pero sabes que hacer ¿verdad?
Duo. ¿Denunciarlo? Supuse que me diría algo así pero no lo haré
G. ¡No seas tonto!
Duo. No interfiera en mis decisiones por favor
G. Ni hablar, solo porque tú me lo pides, ven, pasemos a tu habitación
para examinarte
Duo. Si
El doctor ayuda a Duo a ponerse de pie y lo ayuda a caminar rumbo a la
habitación, le pide que se quite la parte inferior de la ropa y se acueste en
la cama separando sus piernas, Duo se quejaba del dolor mientras el doctor
hacía la revisión al mismo tiempo en que le hacía preguntas
G. ¿Sangraste?
Duo. Si
G. ¿cómo fue?
Duo. No lo sé, solo vi la sangre en la sábana, no era mucha pero
minutos después salió más cuando intenté caminar
G. Mnh, ya veo, no te preocupes, a lo que puedo ver no es grave,
generalmente cuando se está siendo violado el cuerpo reacciona a no permitir
esa entrada por lo que la intromisión de Trowa causó mucha fricción lo que
ocasionó el sangrado
Duo. ¿Quiere decir que instintivamente yo me hice más estrecho?
G. Podría decirse que sí... dime Duo ¿fue muy violento?
Duo. Sí, él lo hizo fuerte, demasiado fuerte
Hubo mucho silencio, el doctor dejó de hacer la revisión a Duo y
recetó una crema para que la aplicara en la zona afectada y pidiéndole que le
visitara después en su consultorio para una segunda revisión, Duo solo asentía,
no quería hablar ni ver al doctor a los ojos, estaba realmente avergonzado,
decir que había sido violado no era algo fácil, solo se había puesto la ropa en
silencio, el doctor le veía fijamente mostrándose muy preocupado
G. ¿Estás bien?
Duo. No
G. ¿Sabes? Conozco a un psicólogo muy bueno que se especializa en
casos de violación
Duo. ¡No quiero!
G. perdón, yo solo...
Duo. No, perdón por gritarle... no necesito un psicólogo, gracias
G. Sabes dónde encontrarme por si me necesitas, e insisto, debes denunciarlo
Duo. Gracias
Ni siquiera lo acompañó a la puerta y el doctor comprendió, Duo se
sentía muy mal como para no querer ni estar acompañado de alguien aunque fuera
en silencio, solo necesitaba estar solo un tiempo, debía superar lo vivido, ser
violado por alguien a quien creías conocer y querías era mucho más desgarrador
que si hubiese sido un desconocido, al menos estaba cien por ciento seguro de
que no se había contagiado de alguna enfermedad venérea por parte de Trowa
Una semana después
El chico rubio y él aún trabajaban donde mismo solo que los asuntos
que se relacionaban con el departamento de contabilidad y el de Recursos
Humanos ya no eran tratados por ellos dos, Quatre enviaba a alguien a hacer
aquel trabajo... Traize llama a Heero a la sala de juntas porque se va hablar
sobre un proyecto en el extranjero, la compañía encargada de exportar cerámica
iba a abrir locales comerciales fuera del país y para ello necesitaban de un
diseño para los locales pues hasta ese entonces la compañía solo exportaba,
ellos no comercializaban la cerámica pero había habido un cambio de políticas y
habían decidido que ahora si lo harían por lo que Traize había contratado a
Trowa para el diseño de dichos locales, había recibido buenas referencias del
chico como arquitecto y sabía que haría un buen trabajo, Heero debía aprobar de
acuerdo a la situación de la empresa las estimaciones de Trowa respecto a los
gastos por su trabajo que incluía el de contratar a los ingenieros encargados
de la obra. Terminó la junta y llegaron pronto a un acuerdo, Heero aprobó la
estimación de Trowa y cerraron el contrato; en la oficina de Heero...
Trowa. La próxima semana comenzaré ¿le parece?
Heero. Háblame de tu
Trowa. Si, perdón
Heero. Me parece bien
Trowa. Ahora que vamos a tratar me gustaría que nuestra relación fuera
menos de trabajo
Heero. ¿Perdón?
Trowa. No pienses que te hago insinuaciones, solo digo que te invito a
almorzar
Heero. Está bien, vamos
El chico de mirada fría toma su saco y se lo pone para dirigirse a la
puerta y salir, caminaba algo desganado, había algo en aquel arquitecto que no
le gustaba, sentía algo extraño, como si no fuera alguien de confianza, jamás
había sentido eso respecto a una persona. En el camino se les cruzó Quatre y
éste mantuvo una mirada firme con la de Heero, hacía días que no se veían y se
sentía algo incómodo, el corazón de Quatre latía a prisa, aún sentía la sangre
que le hervía cuando veía a Heero, lo seguía amando, en cambio Heero se
mantenía indiferente, se había acostumbrado en esos días a no ver a Quatre, ya
ni siquiera sentía culpa por lo ocurrido días atrás, Trowa los mira a los dos y
rápido entiende la situación por lo que solo saluda a Quatre pero éste sin
hacerle el menor caso se retira, Heero camina de nuevo mientras Trowa ve marcharse
a Quatre percatándose después de que alguien más veía la escena, al fondo podía
ver a un joven de origen chino que le veía con enojo por ver él a su vez a
Quatre de esa manera, Trowa sonríe y sigue a Heero que ya había salido de la
empresa rumbo al restaurante de enfrente... habían terminado de almorzar y aún
se encontraban sentados a la mesa, no habían hablado de lo ocurrido hasta esos
momentos
Trowa. Perdona mi indiscreción pero ¿tú salías con ese joven?
Heero. ¿Te gustó? Su nombre es Quatre Raberba Winner
Trowa. Largo nombre
Heero. Árabe, pero que importa... si, vivíamos juntos
Trowa. Ya veo ¿y el otro chico?
Heero. ¿el otro?
Trowa. Cabello negro, mirada tosca y ojos rasgados
Heero. Ah, él
Trowa. ¿También salías con él?
Heero. Claro que no
Trowa. Es que me dio la impresión de que me miraba feo
Heero. Así mira él
Trowa. ¿Cómo tú?
Heero. Mnh
Trowa. No importa ya, gracias por aceptar mi invitación
Trowa se pone de pie sacando de su cartera el dinero para pagar la
cuenta pero ésta se le cae al suelo saliéndose de ella un par de papeles, Heero
se agacha para juntarlos topándose entre ellos con una foto que Trowa tenía de
Duo, su sorpresa era demasiada, no lo podía creer, tenía frente a él la clave
para poder ver de nuevo al idiota trenzado del que se había enamorado, su mano
temblaba mientras veía la foto permaneciendo de cuclillas con los ojos
considerablemente abiertos, Trowa le veía extrañado ¿qué le pasaba? Casi
enseguida Heero recobró el sentido poniéndose de pie dándole a Trowa sus cosas
a excepción de la foto
Heero. ¿Qué es tuyo?
Trowa. ¿Quién, Duo?
Heero. ¡Si, Duo Maxwell!
Trowa. Somos amantes
Heero deja caer la foto mirando muy sorprendido a Trowa pero con la
mirada fría, parecía que en esos momentos le expresaba cuanto lo odiaba, el
solo oír que él y Duo eran amantes le hacía doler el estómago, de solo pensar
que él le tocaba como él lo había tocado aquella vez le indignaba, sentía
deseos de golpearlo en esos momentos pero sabía que de hacer eso perdía algo
más que un trabajo pues si quería recuperar a Duo el golpear a su amante no le
ayudaría en nada, después de todo el trenzado tenía razón, cada quien iba a
conocer a alguien, la separación era inminente, pero también confiaba en los
caprichos del destino y por algo Trowa había entrado en su vida
Trowa. ¿Tú que tienes que ver con él?
Heero. Nada, lo conocí hace mucho
Trowa. ¿Y porque esa reacción? Debió ser alguien importante
Heero. No importa
Heero sale del restaurante dejando a Trowa con la gran duda de su
vida, iría esa misma noche al departamento de Duo para preguntarle acerca de
ese hombre, después de todo había pasado una semana desde la violación,
seguramente a Duo ya se le habría pasado el enojo, él no iba a alejarse tan
fácilmente de su vida, le amaba y no lo iba a dejar... llegó la noche y el
chico rubio en el departamento de Wufei veía el televisor pero sin ver
realmente algo, pensaba en Heero, aún sentía aquella necesidad de amarlo, de
estar con él, lo extrañaba mucho, sus besos, sus caricias, cuando le hacía el
amor, Heero no era de esas personas que mantenían una conversación por más de 5
minutos pero su compañía siempre era agradable; Wufei lo miraba desde la
cocina, como quería a ese chico, lástima que no se había dado cuenta a tiempo
antes de que él estuviera tan enamorado de Heero, ahora sabía que al lado del
chico de mirada fría no tendría ninguna oportunidad... preparó dos bebidas y se
dirigió al mueble dándole a Quatre una de ellas
Quatre. Gracias
Wufei. ¿Estás bien?
Quatre. No, ahora que lo vi me sentí muy mal, lo extraño
Wufei. Ya no te hagas daño Quatre
Wufei pasa delicadamente una de sus manos por la mejilla de Quatre y
después le pasa un poco de cabello atrás de su oreja, él le miraba sorprendido,
jamás se había mostrado tan cariñoso con él y eso le asustaba así que hace su
cabeza hacia atrás soltándose de la caricia de Wufei quien estaba totalmente
apenado por haber hecho eso
Wufei. Perdón
Quatre. Está bien, no te preocupes
Quatre recarga su cabeza en el pecho de Wufei y unas lágrimas se
corren por sus mejillas, el chico chino lo rodea con sus brazos en un abrazo
protector y Quatre se sentía seguro, jamás en su vida se había sentido así, ni
siquiera en brazos de Heero, Wufei le miraba cariñosamente dando pequeños
masajes en uno de sus hombros y Quatre sonreía, era extraño aquello pero no se
sentía mal, ninguno hablaba pero el sentimiento estaba presente y por primera
vez el chico rubio se daba cuenta de los verdaderos sentimientos de Wufei, se
separa de él y le mira a los ojos un poco asustado, los sentimientos que le
embargaban en ese momento le confundían, una de las manos de Wufei le
acariciaba la mejilla limpiando a su vez las lágrimas que corrían por ella, se
miraban a los ojos tiernamente mientras una de las manos de Wufei se pasaba a
su nuca atrayendo el rostro de Quatre al suyo, estaban muy cerca el uno del
otro y Quatre se apoyaba con una mano en el pecho de Wufei, sus miradas no se
perdían un solo instante
Los labios de Wufei susurran un te amo y Quatre
sonríe ante aquella declaración, el cálido aliento de Wufei chocaba contra su
rostro y él cierra sus ojos, listo para recibir un beso de su amigo en aquel
momento de debilidad, tal vez aquello solo llegaría a un beso, tal vez al día
siguiente las cosas seguirían igual entre ambos pero que le importaba, por
primera vez en su vida estaba viviendo un momento mágico, como aquellos en las
telenovelas o en las películas de amor...
Abrió ligeramente sus labios para recibir
la boca de Wufei, la deseaba, jamás había deseado tanto un beso, el chino a
menos de un centímetro de distancia de los labios de Quatre sonríe
traviesamente haciendo larga la espera, Quatre abre sus ojos y se topa con los
de Wufei que le miraban con ternura y entonces sus dos manos rodean el rostro
de Wufei para acercarlo al suyo y a la vez Wufei atrae el de Quatre sujetándolo
de la nuca, los labios por fin se unen, al principio tímidamente para después
hacer movimientos más seguros, dejando el chico rubio que el chino le invadiera
la boca con la lengua acariciando la suya mientras sus labios se movían, la
otra mano de Wufei acercaba más el cuerpo de Quatre sujetándolo de la cintura,
su beso ahora era apasionado, las manos de Quatre ya no estaban en el rostro
del chino, ahora acariciaba su pecho, su camisa estaba desabrochada permitiendo
un mejor contacto, una gran necesidad de aire comenzaba a invadirles y se
separan para recuperar el aliento, el rostro de Quatre estaba notablemente
sonrojado, sus manos aún acariciaban el pecho de Wufei quien le miraba
amorosamente, Quatre solo sonreía, no había palabras que pudiera decir, no
quería arruinar el momento mágico entre los dos
El chico rubio se pone de pie soltando el pecho de Wufei pero
tomándolo de la mano y poniéndolo de pie para dirigirlo a una de las
habitaciones del departamento, se sentía nervioso pero los deseos de ser suyo
solo por esa noche eran mayores, también Wufei sabía que tal vez aquello solo
duraría una noche, sabía muy bien los sentimientos del rubio por Heero y sabía
que no podía competir con ellos, pero ahora eso no importaba, una a una y
lentamente despoja a Quatre de sus prendas para hacer él lo mismo, lo acuesta
delicadamente en la cama como solo se trata a una flor y se sube en él para después
ambos comenzar a besarse, sus cálidos cuerpos deseaban tanto aquel momento, el
chino baja lentamente por el cuerpo de Quatre besando aquella piel que tanto le
fascinaba y a Quatre las sensaciones le embriagaban, dejaba escapar gemidos
ahogados de su boca, Wufei lo toma por la boca y comienza con la succión,
Quatre gime con más fuerza acariciando a su vez los hombros de Wufei
Quatre. Ngh si... sigue así
Hacía mucho que no se depositaba en la boca de alguien, con Heero era
él quien hacía eso, el chico de mirada fría no era el que comenzaba cada vez
que tenían sexo, siempre la iniciativa la tenía Quatre... el sabor del chico
rubio era delicioso, bebió hasta la última gota y volvió a subir para
encontrarse de nuevo con sus labios, para Quatre el sabor ahora era diferente
pero no desagradable, las manos de Wufei bajan lentamente por los costados del
cuerpo de Quatre para después separar ambas piernas y depositarse él en medio,
penetrando por primera vez y tal vez también por última dentro del chico rubio,
gimió gritando a su vez levemente por el dolor y empuñando sus ojos
Wufei se
detuvo ante el gesto de dolor de Quatre pero al ver la sonrisa de éste se decidió
por continuar, se abalanzaba hacia delante, entrando y saliendo, haciéndolo
sentir sensaciones que hace mucho no sentía, el chico chino besaba sus labios,
las mejillas, su oreja, su cuello, la pasión entre ambos era grande, los
gemidos podían oírse por toda la casa, sus miradas se compenetraban, las manos
de Wufei se apoyaban en la cama haciendo que solo la parte baja de sus cuerpos
estuviera unida a la otra y las manos de Quatre se sujetaban de aquellos
fuertes brazos empuñándolos aún más cuando sintió a Wufei venirse dentro de él,
un último gemido salió de labios de Wufei para caer lentamente sobre el cuerpo
de Quatre quien suspiraba aliviado sintiendo a su amigo salir de él, sus
respiraciones estaban agitadas y sus cuerpos sudaban, un beso tierno se da entre
ambos antes de que Wufei se quedara dormido a un lado del chico rubio quien
miraba el techo de la habitación, pensando en eso que acababa de pasar, se
había dejado llevar sin pensar en las consecuencias pero ¿qué iba a pasar con
los dos cuando Wufei despertara? Porque su amigo lo amaba, no era solo cosa de
una noche o de un pequeño resbalón, pero pensar en eso le daba pesar, quería
seguir disfrutando de esa noche viendo el cuerpo dormido que yacía a un lado
del suyo...
Trowa llegó ya de noche al departamento de Duo intentando abrir pero
sin poder lograrlo, su llave ya no servía porque Duo había cambiado las
cerraduras, fue algo que supuso y se enojó por ello comenzando a golpear la
puerta, el trenzado se encontraba viendo videos musicales en su cuarto acostado
en la cama cuando oye los ruidos, se asusta y se pone de pie para dirigirse a
la puerta y observar por la mirilla, cuando ve que es Trowa el que toca se
asusta y ni siquiera contesta, no prende las luces ni hace ninguna clase de
ruido
Trowa. ¡Ábreme, sé que estás ahí... no me hagas romper una ventana!
Estaba sumamente molesto y eso asustaba a Duo, jamás lo había
escuchado tan molesto, siempre había sido tierno y amable con él, le extrañaba
que tan rápidamente hubiese cambiado su forma de ser, pero no, él siempre había
sido así solo que nunca se había mostrado de esa forma ante él
Trowa. ¡Que abras... ¿no quieres!
Duo. Por favor vete o llamo a la policía
Trowa. ¡¿Me retas!
Duo. Por favor vete, te perdono por haberme violado pero sal de mi
vida para siempre
Trowa. ¡No saldré fácilmente!... ábreme... ¡conocí hoy a Heero Yuy!
Había pensado en cuestiones de segundos mencionar ese nombre, tal vez
era alguien muy importante en la vida del trenzado, lo suponía por la reacción
de Heero al mediodía al ver la foto de Duo, él al escuchar ese nombre se
paraliza ¿cómo es que se habían conocido? Había estado años torturándose con su
recuerdo y aquella era la clave para dar con él después de tanto tiempo, se
decidió y abrió la puerta dejando pasar a un enfadado Trowa que directamente
llega a sentarse en la sala
Trowa. ¿Por qué es tan importante?
Duo. Yo...
Trowa. ¡Contesta!
Duo. No me grites, tranquilízate ¿sí?
Trowa. Vio tu foto y casi le da un infarto, me preguntó con
desesperación que era yo tuyo
Duo. ¡¿Y qué le dijiste!
Trowa. Vaya, tú también estas muy interesado, ¿qué le dije? La verdad,
que somos amantes
Los ojos de Duo se abren en demasía ¿cómo se había atrevido a decirle
semejante mentira a su chico de mirada fría?
Duo. Pero no es verdad
Trowa. ¿No lo es?
Trowa se acerca lentamente a Duo mientras sonríe, estaba empeñado en
que ellos no iban a terminar, estaba obsesionado con él y no lo iba a dejar tan
fácilmente, Duo le miraba con miedo aunque ya se había propuesto que ellos no
iban a volver a tener contacto sexual y que no se iba a dejar intimidar por él
de nuevo, así que cuando Trowa está muy cerca de él éste le da una gran
bofetada que lo hace retroceder, el chico sonríe y vuelve a mirarle
Trowa. No vuelvas a hacer eso
Duo. Dime que sabes de Heero
Trowa. Te interesa mucho ¿verdad?
Duo. Si
Trowa. ¿quién es él?
Duo. El hombre del que te dije que estoy enamorado
No lo podía creer, Duo amaba a ese hombre tan extraño, eso quería
decir que ellos se conocían de tiempo atrás y posiblemente se había separado
por mucho tiempo, podía suponerlo por la forma en que ambos habían reaccionado
al enterarse del otro, se sintió muy enojado, furioso, no iba a permitir que se
vieran, debía buscar la forma en que ambos perdieran el interés por el otro
Trowa. Qué lástima
Duo. ¿lastima?
Trowa. …l a ti no
Le temblaron las piernas al oírlo y sus ojos se desorbitaron viendo
hacia el vacío, tenía la ligera esperanza de que él también aún guardara los
recuerdos y los sentimientos de amor como lo había hecho él, pero ahora tenía
la única verdad existente, Heero había logrado tal vez conocer a alguien de
quien si se había enamorado, no como ese tonto romance de verano que como tan
pronto llegó, tan pronto se fue... se sintió desfallecer, por su mente jamás
cruzó la idea de que por despecho Trowa le estuviera mintiendo, estaba creyendo
todo lo que Trowa le decía, sobre Quatre y lo felices que eran compartiendo un
bello departamento desde hacía un tiempo, que llegaban juntos a la oficina
tomados de la mano, tan enamorados como nunca vio pareja igual, que había
escuchado rumores de que Heero había cambiado por completo su actitud fría por
estar enamorado de Quatre, que era sumamente feliz y que en su vida no había
lugar para el trenzado; de los ojos de Duo salían lágrimas sin control, no
podía soportar que Trowa siguiera hablando, se tapaba los oídos sumamente
lastimado emocionalmente, en esos momentos preferiría morir antes que comprobar
que lo que decía Trowa era verdad, el ojiverde sonreía satisfecho por el
resultado logrado con Duo y se acerca a él ofreciéndose para ser su paño de
lágrimas
Trowa. Aunque no lo creas me duele decirte todo esto
Duo. ¡Mentira!
Trowa. Es verdad, él no quiso hablar de ti, te odia ¿qué le hiciste?
Duo deja de sollozar unos segundos para paralizarse, el solo saber que
Heero tenía un nuevo amor y que le había olvidado a él era muy doloroso, pero
saber que lo odiaba lo era más, ahora si no iba a poder resistir, tal vez lo
odiaba por la forma en que se habían despedido, no lo podía saber pero tal vez
era eso porque Heero se había ido corriendo y él lo había tratado mal no
dejándose besar y haciéndolo sentir mal, como estaba arrepentido de haberlo
hecho pero ya no importaba, lo había perdido para siempre
Trowa. Yo estoy aquí, te amo
Duo. Heero...
Trowa. ¡No pienses en él!
Duo. Me quiero morir
Trowa. No digas tonterías, antes me muero yo
Trowa abraza a Duo y éste totalmente desconcertado por las noticias
dadas por el ojiverde se deja abrazar sin chistar, de cierta forma hasta se
sentía bien que le abrazara, eso era lo que necesitaba, un fuerte abrazo aunque
fuera de aquel que días anteriores le había hecho el peor de los daños, pero
eso no le importaba en esos momentos, solo podía pensar en Heero y en que lo
había perdido para siempre... Trowa besa los labios de Duo sin obtener
respuesta pero tampoco una negación, el trenzado estaba ido, dispuesto a todo
porque ya nada le importaba, si Trowa volvía a hacerlo suyo ya no le importaba,
ni siquiera iba a poner resistencia, el ojiverde lo lleva a la habitación
aprovechándose de su estado y lo acuesta en la cama besándole el cuello, estaba
dispuesto a hacerlo suyo y parecía que Duo estaba a merced de todo, la vista
del ojiverde de repente se posa en el mueble a un lado de la cama y ve una
crema sobre él que antes no había visto, se detiene dejando a Duo aún en estado
de shock mirando hacia el techo, la toma entre sus manos y la lee, cuando ve el
tipo de uso de la crema se sorprende comprendiendo al instante que es por lo
ocurrido días antes que Duo tiene que aplicarla, a veces perdía el control pero
no era una mala persona así que se siente enormemente culpable por haber
lastimado a Duo, vuelve a acercarse a él pero solo lo abraza fuertemente
Trowa. Por favor perdóname, no volveré a hacerlo a la fuerza
Duo lo mira de reojo sin mostrar sentimiento alguno, no creía en sus
palabras de arrepentimiento y jamás iba a volver con él como antes, le permitía
abrazarlo pero nada más por aquella ocasión porque se sentía enormemente triste
Al día siguiente en su oficina Heero no se podía concentrar, pensaba
todo el tiempo en Duo y en nada más, su trabajo había sido relegado a último
porque no podía conseguir sacarlo de su cabeza, momentos después entra Trowa
sacándolo de sus pensamientos
Trowa. Toma, es el adelanto que necesitan los ingenieros
Heero. Déjalo ahí, lo revisaré y te avisaré
Trowa. Está bien... Heero, hable con Duo de ti
Dejó caer su lápiz y volvió su mirada hacia la de Trowa que le miraba
seriamente, se podía ver en su mirada que iba a decirle algo muy desagradable
pero estaba preparado para lo peor, si Trowa ya le había dicho que ellos eran
amantes ¿qué podía ser peor?
Heero. ¿Y?
Trowa. No sé cómo decirte esto pero... te odia
Heero. ¿qué?
Trowa. No me quiso decir más, dijo que te odiaba y que jamás te
perdonaría
Heero. No puede ser cierto
Trowa. Lo es, perdón
Heero miraba de la forma más fría con la que podía mirar al chico
enfrente de él, no creía una sola palabra de lo que le decía, debía ser mentira
¿cómo odiarlo si él no le había hecho nada malo al trenzado? …l a diferencia de
Duo no era tan ingenuo y las mentiras de Trowa no servían en él, por eso iba a
ponerle una trampa a la conversación, si Trowa mentía era porque sentía temor
de perder a Duo y sabía que ante él podría hacerlo
Heero. Entonces si se enojó por lo que pasó aquel día
Trowa. ¿aquel día?
Heero. Supongo que te lo dijo ¿no?
Trowa. S... si, el me, dice todo
Heero. ¡Demonios! Sabía que no debía hacerle caso
Trowa. ¿A quién?
Heero. Ya sabes, a la vieja esa
Trowa. ¿Vieja?
Heero. Si, a Relena
Trowa. A si, Relena, maldita
Heero. Fui un tonto, habría salido todo tan bien
Trowa. Lo siento mucho, de verdad
Heero. No importa
Haciendo gala de sus dotes histriónicos Heero golpea el escritorio y
le pide a Trowa que lo deje a solas porque necesita pensar en su trabajo, él
sonríe y sale sin agregar algo más a la plática, satisfecho de lo que ha hecho,
en cambio Heero estaba más enojado que nunca, ese maldito Trowa se había ido
casi riendo de lo que creyó que había hecho, ahora estaba convencido de que Duo
aún podía ser suyo y por fin la luz iluminaba su vida, ahora debía buscar la
forma de encontrarlo y así poder hablar con él...
De noche Trowa vuelve al departamento de Duo y éste sin chistar le
abre la puerta dejándolo pasar, ya no le importaba mucho evitar a Trowa, sentía
aún asco de que se le acercara pero sabía que si oponía resistencia el chico se
pondría violento y eso no le convenía en lo absoluto, mejor era hacerse aún el
adolorido por la violación y así Trowa se compadecería de él, por lo menos aún
era considerado
Trowa. ¿Quieres hablar?
Duo. No
Trowa. Hoy platiqué con Heero
Duo. ¡¿Qué te dijo!
Trowa. Hablamos poco, ya sabes, de lo que pasó
Duo. ¿Te lo contó?
Trowa. No mucho, pero fue un grandísimo tonto
Duo. ¿Por qué lo dices?
Trowa. Ya sabes, lo que pasó con Relena y todo eso
Duo. ¿Ree, qué?
Trowa. Si, aquella mujer
Duo no comprendía de que hablaba Trowa, en su vida había escuchado ese
nombre ¿es que acaso se estaba volviendo loco, Duo ignoraba que el nombre de
esa mujer solo había sido utilizado por Heero para confundir a Trowa haciéndolo
creer que sabía un poco del pasado de Duo, ese nombre no tenía la menor
importancia, aquella había sido una persona que Heero había conocido en
secundaria y de quien no había vuelto a saber jamás, pero se le había venido a
la mente y Trowa había caído redondito... Duo comenzaba a sospechar que tal vez
Trowa ni siquiera conocía a Heero, tal vez había escuchado al trenzado
nombrarlo en sueños y se le había gravado para después poder utilizarlo, es lo
que se le ocurría, pero no lo iba a sacar de su error, tal vez así podría saber
más cosas, Trowa se convertiría para él en una especie de móvil
Duo. ¡Ah! Es verdad ¿cómo pudo?
Trowa. Lo siento
Duo. Me gustaría tenerlo en frente y golpearlo
Trowa. ¿de verdad?
Duo. Si ¿podrías llevarme con él mañana?
Trowa. No, si quieres yo lo golpeo por ti
Duo. Pero yo lo quiero hacer, lo odio
Trowa. Pero...
Duo. Por favor ¿sí? Y volveremos, como antes
Trowa. ¿De verdad?
Duo. Si, vendrás aquí o iré yo a tu departamento, te daré llaves, seré
tuyo
Trowa. Oh Duo, sabía que recapacitarías
Trowa abraza feliz a Duo pero el solo mostraba un gesto de asco, se
dejaría tocar nuevamente por Trowa con tal de dar con Heero, ahora sus
sospechas no eran de que Trowa no conocía realmente a Heero sino que estaba
mintiéndole respecto a él, tal vez hasta lo del tal Quatre era mentira y Heero
estaba totalmente solo y quizás hasta aún le amaba como él lo hacía... se
despertaron ambos al día siguiente y muy sonriente Trowa le regala un beso a
Duo quien se lo contesta con una sonrisa falsa, en realidad le daba asco; se
vistieron y arreglaron para que Trowa llevara a Duo a la empresa donde
trabajaba Heero, el trenzado se sentía más que feliz, volvería a ver a Heero y
nada podía ser más importante en esos momentos, estaban a unos pasos de llegar
a la empresa y a Duo el corazón le latía a prisa, entraron y directamente
fueron a la oficina de Heero, tomados de la mano, Trowa tocó pero sin conseguir
respuesta, por ahí pasa una empleada y se detiene al verlos
Hilde. ¿Buscan al señor Yuy?
Trowa. Así es ¿está él?
Hilde. No está, de hecho no volverá hasta después del almuerzo
Duo. ¡¿Qué!
Trowa. ¿Está segura?
Hilde. Así es, pero si es muy urgente, pueden pedirle a su secretaria
que les de la dirección del lugar donde se encuentra
Trowa. Gracias
La chica se retira y los amantes se dirigen al escritorio de la
secretaria de Heero para pedirle la dirección, amablemente se las da y muy
contento Duo la toma entre sus manos siendo ésta rápidamente arrebatada por
Trowa quien la mete al bolsillo de su saco, Duo se enfada por eso pero
hipócritamente le sonríe a Trowa y ambos salen de la empresa, caminan rumbo al
auto y Duo repentinamente abraza a Trowa para darle un apasionado beso, una de
sus manos se mete al bolsillo del ojiverde y le saca el papel para
cuidadosamente meterlo en su bolsillo, se aleja y le sonríe
Trowa. ¿Y eso?
Duo. Es que estoy feliz de que hayamos vuelto
Trowa. Yo también
Trowa se inclina para darle otro beso a Duo pero él lo esquiva sin
parecer que lo está evitando, le sonríe y solo lo abraza apoyando su cabeza en
su pecho, no quería ser besado por ese ser que lo había violado, solo estaba a
su lado para poder dar con Heero y ahora estaba a un solo paso de hacerlo, no
podía evitar sonreír, ahora solo necesitaba deshacerse de Trowa para poder ir a
aquella dirección dada por la secretaria... fingió sorpresa en su afán de
deshacerse de Trowa para parecer que había olvidado un asunto importante que
atender, le dice a su amante que recordó que tenía una cita con Zechs por lo de
su remodelación y que no la puede cancelar, Trowa se lo cree y se ofrece para
llevarlo pero él se niega, el ojiverde no sospecha de Duo y solo asiente
dándole un roce a los labios del trenzado con los suyos para despedirse
Trowa
le pide la parada a un taxi para Duo y éste se sube cuando el taxi llega, se
despiden nuevamente con la mano y el taxi se aleja, Trowa sonríe viendo a Duo
marcharse y antes de subir a su auto mete la mano a su bolsillo para sacar el
papel y leer la dirección, se sorprende cuando no lo siente y desesperadamente
vuelve a buscar sin encontrar nada, la expresión de su rostro cambia
bruscamente mostrándose más enfadado que nunca, enseguida había asociado
aquello con el beso de Duo, que tonto había sido al creer que el trenzado de
buenas a primeras lo había perdonado, todo había sido un plan suyo pero no se
iba a salir con la suya, rápidamente sube a su auto y a gran velocidad arranca
para tratar de alcanzar a Duo... el trenzado muy sonriente se veía en un
pequeño espejo que traía en la mano, veía su peinado, quería lucir bien para
Heero ahora que iba a verlo, no podía contener su emoción, guarda el espejo y
ve por el retrovisor dándose cuenta que el auto de Trowa estaba muy cerca del
taxi y por lo que podía ver no se veía muy contento, se preocupó, seguramente
Trowa ya se había dado cuenta del engaño
Duo. ¡Por favor, pierda a ese auto rojo convertible que está atrás de
nosotros!
Taxista. Enseguida
Aceleró pero una señal de preventiva en el semáforo los hizo
detenerse, el auto de Trowa les dio alcance y éste sonrío ante ello, aquel
trenzado no se iba a salir con la suya, Duo estaba en cambio muy preocupado,
cuando Trowa se enfadaba podía llegar a ser un ser muy perverso, era como si
una venda le cubriera los ojos y no le permitiera usar la cordura... el
semáforo cambió a verde y rápidamente el taxista volvió a acelerar pero el auto
de Trowa era más potente y aquel no iba a ser un impedimento. Una calle de un
solo carril se presenta y el taxista aprovecha para meterse ahí pero el auto de
Trowa también lo hace, otra calle de igual característica se antepone y
nuevamente el taxista se mete ahí pero en ésta ocasión el semáforo para los que
venían de la calle opuesta se pone en verde no permitiéndole a Trowa girar a la
derecha y meterse también a esa calle lo que hizo que se pusiera aún más
furioso, el trenzado se iba a salir con la suya y él no podía hacer nada, no
había visto bien la dirección, ese era un impedimento
Duo. ¡Yuju, lo perdimos, no sabe el favor que me hizo!
Taxista. Usted paga
Duo. Ahora tome, lléveme a ésta dirección
Taxista. Como ordene
Ya sin prisa el taxista se dirige a aquella dirección dada por el
trenzado, no tardan mucho en llegar porque no estaba lejos, Duo paga al taxista
y sale del auto muy emocionado hacia la casa que señalaba la dirección y toca
insistentemente, una mujer rubia de cabello muy largo y unas cejas curiosas le
abre
Duo. buenas tardes
Dorothy. Buenos días
Duo. Si, días, perdón
Dorothy. ¿Qué se le ofrece?
Duo. ¿Heero Yuy está aquí?
Dorothy. ¿Quién lo busca?
Duo. Duo Maxwell
Dorothy. Mira Duo, ese desgraciado ya se fue
Duo. ¿Qué? ¿ya se fue?... un momento ¿desgraciado?
Dorothy. Si, botó a mi hermano y vino a traer algunas de sus cosas
Duo. ¿A tú... hermano?
Dorothy. Si, Quatre
Duo. ¡Quatre!... entonces si existe
Dorothy. ¿De qué hablas?
Duo. Nada, muchas gracias... espera ¿a dónde fue?
Dorothy. ¿Crees que soy su niñera?
Duo. No, discúlpeme
Algo enojado se aleja sin despedirse o dar las gracias y piensa en que
podrá hacer ahora, si regresa a la empresa muy probablemente Trowa estaría ahí
y ya no podría ver a Heero, pero por otro lado estando allá y en público Trowa
no le podría hacer nada y así aún podría ver a Heero si lo esperaba a que
llegara, bien, esa parecía la mejor salida, debía regresar a la empresa y
esperarlo acompañado de alguien y así Trowa no le haría daño
Ir con la hermana de su ex amante era solo un pretexto para salir de
la oficina y no decir a donde realmente iba, si era cierto que había ido a casa
de la rubia para darle algunas cosas de su hermano pero también era cierto que
iba a investigar algo más de Duo, seguramente Trowa podía darse cuenta de sus
intenciones y ya no tendría más claves para dar con Duo, así que contratando a
alguien para que le investigara sería lo mejor, al menos ya sabía que residían
en la misma ciudad y esa era una ventaja
Decidió que antes de ir a la empresa a esperar a Heero iría a su
departamento a recoger su auto, se sentía más cómodo conduciendo él que tomar
taxis, había riesgo de toparse con Trowa porque tal vez el ojiverde se pasaría
por ahí para ver si conseguía verle pero era un riesgo que debía de tomar así
que al llegar a su departamento rápidamente tomó las llaves y salió de ahí
subiendo a su auto, por fortuna Trowa no se encontraba por ahí y ahora si podía
dirigirse con toda seguridad a la empresa y esperar a Heero, conducía a toda
velocidad pasando las luces amarillas para que no le tocara las rojas y así
llegar más rápido... el chico de mirada fría ya había consultado con un
investigador y para el día siguiente ya le tendría la información que
necesitaba, estaba muy feliz, pronto se volvería a reunir con el trenzado y su
felicidad era inmensa por lo que conducía sin poner mucha atención a las
señales de tránsito causando así el reproche de muchos conductores que le
gritaban groserías o hacían sonar sus claxon pero a él eso no le importaba,
pronto volvería a alcanzar la felicidad que hacía 4 años había perdido...
Sonreía, no podía dejar se hacerlo porque nada le hacía más feliz que
el poder ver a Heero de nuevo, poder besarlo, tocarlo, entregarse a él, recibir
sus besos, sus caricias, sentirlo adentro, la piel le quemaba de solo pensarlo,
estaba demasiado distraído pensando en él y no se percató de un bello carro
color negro que se le atravesó en el camino, logró frenar por reflejo y el otro
auto se detuvo por completo al recibir el pequeño impacto del auto de Duo por
el costado, el trenzado se había alcanzado a golpear la cabeza en el volante
permaneciendo recargado en éste pero aun consiente, el conductor del otro auto
se bajó muy asustado, tal vez el otro conductor estaría muy lastimado y debía
ayudarlo, se puso a un lado de la puerta y trato de abrirla pero sin éxito
porque ésta estaba cerrada con la llave, toco la ventanilla con fuerza pero el
otro conductor no parecía responderle...
Un dolor de cabeza tremendo se
apoderaba de él, oía golpes en la ventana pero por más que quería levantarse no
podía, le pesaba el cuerpo, la persona que golpeaba la ventanilla comenzó a
gritar que reaccionara mientras personas curiosas se acercaban, el trenzado
creyó escuchar la voz de Heero pero ante la gran coincidencia que sería eso
sonrió creyendo estar alucinando, después de segundos sintiéndose algo mejor
logró levantar la vista viendo fijamente a la persona fuera del auto que
gritaba y quien al verle el rostro se paraliza por completo, ahora estaban
frente a frente, lo que oía y veía Duo no era ninguna alucinación, Heero estaba
por fin frente a él, no lo podía creer, parecería que era un sueño, demasiado
bueno para ser verdad... el chico de mirada fría también le veía atónito, que
gran capricho del destino ponerlos frente a frente de esa forma, casi como la
primera vez, todo por el producto de un accidente
Heero. ¡Duo!
Pudo reaccionar a hablarle antes de que el trenzado cayera nuevamente
sobre el volante porque se acababa de desmayar, el golpe por el accidente y la
impresión de haber visto a Heero por fin le habían fatigado, había sido mucha
carga para un solo día, el chico de mirada fría muy preocupado se decidió por
romper la ventanilla ante la impotencia de no poder abrir la portezuela, esa
era la única opción para ayudarlo y sacarlo de ahí, llamó enseguida a una
ambulancia y ésta llegó pronto ya que un hospital estaba cerca de ahí, lo
subieron y Heero no quiso esperar a los del seguro de su auto, quería subir a
la ambulancia y acompañar a Duo pero uno de los paramédicos no lo dejó, alguien
involucrado en el choque debía quedarse a esperar el peritaje y a los del
seguro, él era el único que podía y debía quedarse, además el trenzado estaría
en buenas manos...
La ambulancia se retiró y Heero se quedó muy preocupado por
él, poco tardaron los del seguro y los del peritaje, Heero se echó totalmente
la culpa para así poder estar más pronto cerca de Duo, una grúa se llevó
enseguida los autos de ambos y Heero se dirigió de prisa al hospital, estaba
desesperado preguntando a las enfermeras por el joven que acababa de llegar
proveniente de un choque cerca de ahí, rápidamente obtuvo respuesta y fue hacia
allá, estaba muy bien, ya consiente y estable, solo tenía una venda que le
cubría toda la frente, le habían hecho un par de puntadas por el impacto pero
estaba muy bien. Caminó a pasos lentos hasta él que se encontraba sentado con
la mirada hacia el piso y se detuvo a un lado de él, el trenzado vio los pies
pero no creyó que se tratara de Heero hasta que el mismo se pone de cuclillas
Heero. Hola, idiota
Duo. ¡Heero!
Sus ojos totalmente abiertos veían al chico de mirada fría que en esos
momentos no lucía tan fría como siempre, realmente estaba ahí, no se trataba de
otro de sus sueños donde le veía a su lado, ahora todo era verdad, por fin
estaban cerca del otro, sentían aún a esa distancia el calor de sus cuerpos y
la respiración del otro, hacía mucho que no sentían eso al estar con alguien...
Duo se lanza a los brazos de Heero tumbándolo al suelo y comienza a llorar,
todo era como el despertar de un horrible sueño, al fin la única persona que
importaba en su vida estaba junto a él, Heero también estaba muy feliz y
abrazaba con igual fervor a Duo, ese idiota trenzado estaba al fin entre sus
brazos como tanto lo soñó
Duo. Estas aquí, realmente estas aquí
Heero. Si y no te dejaré ir jamás
Heero toma el rostro de Duo entre sus manos y lo acerca al suyo para
besarlo, no le importaba si las personas pasaban por ahí y los veían, nada de
eso importaba para ambos por lo que ese beso apasionado no se hizo esperar, el
júbilo vivido en esos momentos no se podía cuantificar, sus cuerpos pedían más,
lástima de encontrarse en un lugar público
Duo. Te extrañé tanto
Heero. Y yo a ti
Duo. Heero yo...
Heero. Sht, ahora no, vayámonos de aquí
Se ponen de pie y se toman de las manos para salir de aquel lugar que
les impedía demostrarse su amor, el departamento de Heero no estaba lejos de
ahí y es donde se dirigen, llegan y Heero toma a Duo entre sus brazos
llevándolo cargando a su habitación, no habían pronunciado una palabra desde el
hospital, aquel sería el segundo momento más mágico en sus vidas desde la
primera vez que lo habían hecho, las heridas de Duo no eran de seriedad y no
iban a ser un impedimento... lo acuesta en su cama y antes de volver a besarse
se miran a los ojos perdiéndose ahí por varios segundos, las manos de Heero no
hacen esperar y comienza a acariciar a su trenzado en el pecho mientras
desabrochaba su camisa, uno a uno cada botón de la forma más delicada y dulce
sin dejar de verse a los ojos
Duo. Hay cosas que debemos hablar
Heero. Sht, todo lo quieres echar a perder
Duo. Idiota
Ambos se pierden en un profundo y apasionado beso, hacía mucho que
deseaban uno así, sus lenguas jugando, sus labios rozándose y la calidez de sus
salivas haciendo una, las manos de Heero terminaban de desvestir al trenzado
para tenerlo debajo de él desnudo, como hacía mucho lo había deseado, sus
prendas corrieron la misma suerte y pronto ambos estaban desnudos,
acariciándose mutuamente, besándose, Heero se separa primero y comienza por
besar el cuello de aquel debajo de él dejando un rastro de saliva por donde su
lengua pasaba, el pecho, el abdomen y pronto su ahora despierto miembro,
totalmente excitado, se veía tan hermoso, tan antojable, no podía soportar no
tenerlo en su boca por más tiempo y no dudó, lo beso, lo lamió, lo introdujo a
su boca, succionó causando tanto placer en Duo, tanta satisfacción, gemía,
jalaba su propio cabello y el de su amante con un ritmo suave, apretando la
cabellera de Heero al sentirse correr dentro de la boca de su amante, suspiró y
se relajó aún con la respiración agitada, Heero volvió a subir después de
comerlo todo para besar apasionadamente a Duo quien aún pedía más, no se
conformaba con solo eso, quería ser de Heero, sentirlo adentro
Duo. ¿Qué esperas?
Heero. Siempre tan paciente
Se levantó de su cuerpo y lo miró detenidamente, como extrañaba ese
cuerpo que ahora volvería a ser suyo, como siempre debió serlo, se quedó
pensativo para desesperación de Duo a quien las ansias de ser de Heero ya le
carcomía su ser, levantó su ceja esperando hasta que por fin Heero se decidió
a actuar, tomó el cuerpo del trenzado para besarlo y después levantarlo e
indicarle que se hincara dándole la espalda, Duo sonrió
¿En qué estaba
pensando Heero, el chico de mirada fría inclina el cuerpo de Duo hacia delante
y éste se agarra de los barrotes de la cabecera de la cama mientras Heero lo
sujeta de las caderas, acariciaba sus glúteos y después se agacha para poder
lamer la entrada de su amante, el trenzado se estremece al sentir la lengua de
Heero y gime moviendo sexy y lentamente sus caderas sintiendo pronto como su
miembro comenzaba a despertar de nuevo en respuesta a aquellas caricias de la
lengua de Heero en su entrada, pero él ya no iba a hacerlo esperar más por lo
que vuelve a hincarse para acomodar su miembro y poder entrar en Duo como
durante tanto tiempo lo había deseado...
Lo sujeta con una mano de la cadera y
con la otra toma su propio miembro para acomodarse y entrar lentamente en Duo,
el trenzado se queja levemente por la intromisión para después sonreír, como
deseaba tenerlo dentro y ahora por fin lo iba a estar; entró por completo en él
cerrando a su vez los ojos y comenzando a moverse de atrás hacia delante
agarrando con fuerza sus caderas con ambas manos, las de Duo en cambio
apretaban con gran fuerza los barrotes de la cabecera mientras gemía a buen
ritmo, con gran placer, sentía delirar con esos movimientos de Heero y decidió
por ayudarle para conseguir más placer por lo que él también mueve sus caderas
causando un vaivén de movimientos que le hacían sentir más placer... los
gemidos de ambos se unían en uno solo, una de las manos de Heero suelta la
cadera y se dirige al miembro erecto del trenzado para tomarlo con fuerza y
masturbarlo causando un placer aún mayor a su amante, pegando su cuerpo aún más
al del trenzado quien gira su cabeza hacia atrás para besar a Heero que no
pierde el ritmo de su penetración ni el de la masturbación de Duo, sus labios
no se rozaban mucho pero sin embargo sus lenguas no dejaban de acariciarse,
sintiendo sus salivas escurrir por sus barbillas, tan cálida como siempre...
Heero estaba casi por llegar a su punto máximo, aumentando su velocidad, su
fuerza, para delirio de su amante que pegaba gritos de placer, gemidos locos
que se atoraban en su garganta, también estaba por llegar al clímax pero Heero
es el primero, llenando el interior de Duo quien sentía el líquido correr por
todo su interior causándole un gran placer, Heero permanece dentro un poco más
hasta que ambos logran el orgasmo de Duo masturbándolo, el líquido llena parte
de la almohada pero la mayoría se encontraba en las manos de ambos, Heero lame
completamente las suyas y Duo solo un poco de uno de sus dedos, los dos se
acuestan en la cama y se abrazan, estaban totalmente fatigados, nunca antes
ninguno con nadie había tenido una experiencia igual, ni siquiera la que habían
compartido hace 4 años pues aquella vez aún eran inocentes, en ésta ocasión la
pasión había sido demasiada y además el amor que les unía hacía de aquella la
mejor relación sexual de sus vidas
Heero. No quiero arruinarlo pero háblame de ese tal Trowa
Duo. No somos nada, no ahora
Heero. ¿Y eso?
Duo. No quiero hablar de eso ahora, después te cuento, mejor dime que
pasa con Quatre
Heero. Ah, él
Duo. ¿Lo quieres?
Heero. Como amigo, lo nuestro no resultó
Duo. ¿Cuánto duraron?
Heero. Un poco más de un año ¿y ustedes?
Duo. Como dos, pero nos conocemos desde antes
Heero. ¿Qué pasará con nosotros?
Duo. ¿Qué tratas de decir?
Heero. 4 años nos separan
Duo. Sí, pero más años nos esperan
Heero. Yo no quiero perderte de nuevo
Duo. Yo tampoco, porque te amo
Heero. Yo también te amo, idiota
Duo. Estúpido
En los rostros de ambos se dibuja una sonrisa y vuelven a abrazarse y
a besarse, ya no había poder humano que los separara ¿o si lo había?...
El chico rubio llegó un poco más tarde de lo usual y el chino ya le
esperaba en el departamento que compartían temporalmente, no se habían visto
desde aquella primera vez entre ambos, Quatre trataba de evitar a Wufei por
evitarse la inminente discusión de si ahora eran algo más que amigos o si
dejaban eso en una sola noche, aún amaba a Heero y no se sentía capaz de otra
relación después de haber terminado una hace poco tiempo... llegó y saludo
tímidamente dirigiéndose a prisa a su habitación pero sin lograr llegar ante la
intercepción de su amigo que le miraba fijamente, él baja su mirada evitando la
del chino pero éste delicadamente levanta su rostro para regalarle una hermosa
sonrisa
Wufei. ¿Qué pasa?
Quatre. ¿De qué hablas?
Wufei. No nos hemos visto en todo el día ¿estas evitándome?
Quatre. No, yo...
Wufei. No me mientas por favor, la verdad aunque duela, yo sé que no
me amas
Quatre. Perdóname, lo que menos quería era hacerte daño
Wufei. Si me permites estar a tu lado no me lo haces
Quatre. Aunque...
Wufei. ¿No me ames? Si, aunque no me ames, quiero permanecer a tu lado
Quatre. Wufei... gracias
También el chico rubio le sonríe para después regalarle un tierno beso
en la mejilla y entrar a su habitación, le permitía estar a su lado, le
permitía amarlo, de vez en cuando tocarlo, besarlo, ser suyo, pero no estaba
listo para una relación seria con nadie y tal vez le costaría mucho trabajo
olvidar a Heero pero estaba seguro que su amigo podía ser una buena compañía y
tal vez algún día llegaría a amarlo, iba a darle una oportunidad y también
dársela así mismo
El ojiverde estaba desesperado, su auto se encontraba estacionado
afuera del departamento del trenzado esperándolo, deseando verlo llegar para
darle su merecido por haberlo engañado, por haberse burlado de él, ese estúpido
trenzado no iba a salirse con la suya, nadie se burlaba de Trowa Barton y podía
contarlo
Habían permanecido acostados en la cama en inactividad, en silencio,
no había surgido una nueva plática, solo necesitaban estar juntos en silencio,
aquel silencio decía más que cualquier palabra entre los dos, Duo sentía miedo
de regresar a la realidad y saber que un loco Trowa jamás lo dejaría en paz
pero no se animaba a contárselo a Heero, no quería involucrarlo y que saliera
lastimado, eso no lo soportaría, preferiría ser maltratado por su ex amante a
que algo malo llegara a pasarle a Heero
Duo. Heero ¿puedo quedarme aquí a dormir?
Heero. Pero que pregunta idiota, claro que sí
Duo. Gracias
Se sentía al menos un poco más tranquilo, estaría a salvo una noche de
Trowa y quien mejor que Heero para pasarla, el amor que sentía por él no había
disminuido en absoluto por el paso del tiempo, al contrario, había crecido y
madurado, ya no era aquel amor de estudiante en un verano lejos de casa... la
mano del trenzado acariciaba el pecho de Heero formando pequeños círculos y el
chico de mirada fría sonreía al sentir las cosquillas, Duo era muy tierno y
estar así, sin hablar le producía una gran tranquilidad, quería dormir todas
las noches de esa forma, abrazados, en silencio, hablando solo con el corazón;
la mirada de Duo se centra en el pecho de Heero y sonríe, el chico de ojos
azules lo mira preguntándose en su mente porque lo habrá hecho descubriéndolo
cuando Duo se acerca y lame uno de sus pezones, Heero se retuerce un poco y
jadea
Duo. Me encanta cuando haces eso
Heero. ¿por qué lo hiciste?
Duo. Se me antojo
Duo vuelve a sonreír bajando su mano hasta el miembro de Heero y
tomándolo con ésta acariciando solo la punta, Heero cierra sus ojos y empuña
sus dientes mientras Duo se anima a hacer movimientos más atrevidos, el miembro
de Heero comienza a despertar y Duo sonríe ante ello para después separarse de
esa posición y bajar hasta quedar frente a frente con el miembro de su amante,
sonríe y regala a la punta de éste un beso y después juega su lengua ahí
causando un gran placer a Heero, le gustaba mucho que le hicieran sexo oral,
Quatre siempre lo hacía, era bueno en eso, sabía dónde exactamente se sentía
mejor, en cambio Duo tenía mucho sin hacerlo, a Trowa le gustaba más hacerlo él
y no permitía que Duo hiciera el sexo oral, por eso el trenzado lo deseaba
tanto y por eso mismo no iba a dejar que Heero se derramara tan pronto, debía
mantenerlo
Heero. Ngh, mételo... ahora
Duo. Mnh no... aún no
Deseaba seguir jugando su lengua ahí, acariciar el tronco y los
testículos y moviendo de arriba hacia abajo su lengua en la punta, Heero estaba
delirante, necesitaba que Duo lo metiera pronto a su boca, deseaba estallar su
semilla ahí, sentirse liberado, pero el trenzado quería seguir jugando,
disfrutando, se divertía, hacía mucho que no disfrutaba tanto del sexo y no es
que Trowa fuera malo en la cama, de hecho era muy bueno, tenía mucha
experiencia pero con Heero había amor y eso era lo más importante, la lujuria
no importaba mucho, estaba presente pero era relegada por el amor... Heero
movía su cabeza con desesperación a los lados, necesitaba venirse y Duo no le
ayudaba, solo lamía y besaba, lo estaba disfrutando pero Heero sufría, sentía
ya un poco de dolor, una gotas pre orgasmo comenzaban a salir y Duo las
disfrutaba, sabían bien, le encantaban
Heero. Id... iota
El trenzado por fin se apiada de Heero e introduce su miembro en su
boca comenzando la succión, los dedos de una de sus manos jugaban en la entrada
de Heero, separando y entrando mientras la otra acariciaba los testículos,
aquellos tan suaves que tanto le volvían loco, no tanto como su miembro pero
que igual disfrutaba, seguía chupando y succionando hasta que un líquido le
sorprende en su boca haciendo su cabeza ligeramente hacia atrás por instinto,
aquel cálido líquido le llenaba la boca saliendo un poco de éste por los
laterales de sus labios, Heero voltea hacia abajo y sonríe, Duo se dirige a sus
labios y se besan, el trenzado pasa parte del líquido en su boca a la boca de
Heero sin dejar de besarse, ese beso húmedo era como ninguno, demasiado bueno
El trenzado fue el primero en despertar, miró a su lado y vio a Heero aun
durmiendo, sonrió, lo de la noche pasada no había sido uno más de sus sueños,
había sido realidad, había reencontrado por fin el amor, se acerca y regala un
tierno beso en el cuello que hace despertar a Heero, voltea y sonríe al ver el
bello rostro de Duo frente a él
Duo. Buenos días mi amor
Heero. Hola
Duo. ¿Cómo amaneciste?
Heero. ¿Tú cómo crees?
Duo sonríe y se agacha para que ambos se fundan en un tierno, delicado
y delicioso beso, una mano de Heero jala a Duo de un brazo haciéndolo quedar
acostado encima de él, sus manos comienzan a acariciar ese hermoso cuerpo
encima suyo, se pierden en ese beso y comienzan a hacer el amor, el trenzado se
posiciona sobre el cuerpo de Heero haciendo que éste quede en medio de él y Duo
sentado con las piernas abiertas, acomodándose para que el chico de mirada fría
le penetre, el trenzado comienza a moverse de arriba hacia abajo haciendo que
Heero entre y salga de él apoyando sus manos sobre las rodillas de Heero y
haciendo su cabeza hacia atrás provocando que sus cabellos sueltos causen un
cosquilleo en las piernas de Heero quien solo permanecía acostado recibiendo
placer por los movimientos de Duo quien era el que más placer lograba sentir
pues al cargar su propio peso y con aquellos movimientos lograba que el miembro
de Heero lograra entrar más de lo que podía entrar cuando él estaba encima
suyo, había una parte dentro de Duo donde el miembro de Heero lograba golpear y
causaba a su vez el más grande de los placeres
El trenzado cerraba con fuerza
sus ojos, gemía además de sentir un placer sin igual, Heero toma enseguida el
miembro de Duo y comienza a acariciarlo no sin antes lubricar sus manos con
saliva para después deslizar sus manos con más rapidez por él, Duo ya no podía
más con tanto placer, la vista se le nublaba pues tenía los ojos entreabiertos
y sentía como perdía fuerza pero eso no le iba a impedir seguir sintiendo
satisfacción... los testículos de Duo chocaban contra el bajo vientre de Heero
causando un ruido que junto con los gemidos de ambos hacían del ambiente aún
más placentero, el chico de ojos azules se mordía los labios mientras que Duo
gritaba por el placer dejando de saltar encima del cuerpo de Heero para hacer
sus movimientos un poco más lentos pero más profundos, con más fuerza, ya no se
apoyaba de las rodillas de Heero, ahora se sujetaba el cabello con fuerza
mientras golpeaba aquel punto dentro de él con movimientos algo bruscos, Heero
cerraba los ojos cada vez que Duo hacía un movimiento fuerte pero sin soltar su
miembro que estaba a punto de explotar
Jamás lo había visto tan excitado, el
trenzado pedía a gritos ser liberado de su prisión, necesitaba venirse lo más
pronto posible o si no desfallecería pero su amante se adelanta llenando casi
por completo el interior de Duo, hace mucho que no explotaba una cantidad así
de semen, éste escurría un poco por la entrada de Duo quien se libera no mucho
después, el abdomen de Heero es bañado por ese líquido y parte de su rostro
corre la misma suerte, ambos suspiran aliviados sintiendo Duo una pequeña
sacudida antes de que Heero salga de él, nunca antes había sentido un espasmo
orgásmico como ése... poco a poco el trenzado se levanta posicionándose a un
costado de su amante, el miembro de Heero estaba completamente mojado, había
explotado su semilla como hace mucho no lo hacía y sonríe, no cabía duda que
cada vez con Duo superaba a la anterior, estaba lleno de sorpresas pero le daba
coraje saber que tal vez aquello era el resultado de una vida sexual muy activa
por parte del trenzado y se sentía impotente de no haber formado parte de esa
vida sexual activa...
Heero mira el reloj y nota que aún es temprano para
levantarse y comenzar a arreglarse para ir a la oficina, en cambio Duo se
encontraba totalmente despreocupado abrazando a su chico colocando su mano en
su pecho limpiando de cuando en cuando el semen que aún permanecía en éste pues
el de la cara Heero ya se había encargado de limpiarlo y también parte del que
había en el pecho, algunos minutos invaden de silencio la habitación solo para
dar paso a conversaciones que no deseaban tomar pero que eran necesarias, lo
sabían
Heero. ¿Ahora si me platicarás de ese tal Trowa, él no me agrada
Duo. …Es un desgr... no es tan malo
Heero. ¿Entonces si es algo malo?
Duo. No yo...
Heero. No me ocultes nada, si me llego a enterar que te ha hecho algo
malo lo mato sin dudarlo ¿entendiste?
Duo. No digas esas cosas Heero
Heero. No soportaría que alguien te dañara, nunca
Duo. Gracias pero no hay de qué preocuparse
Duo se acerca más a Heero y le abraza un poco asustado, odiaba a Trowa
pero no quería que Heero se involucrara en algo sucio como un asesinato, no
soportaría verlo tras las rejas por algo tan tonto, mejor sería pedirle que se
quedara a vivir con él y alejarse lo más posible del bastardo de Trowa, así
ellos vivirían en paz, pero que equivocado estaba, Trowa no era fácil de vencer
y se las arreglaría de una forma u otra para separarlos o hacerles otro tipo de
daño, nuevamente comenzaba a temerle a Trowa
El arquitecto llegó muy temprano, en la empresa aún habían
departamentos sin un solo empleado, solo había personal en los departamentos de
intendencia y Recursos Humanos, Quatre como siempre había llegado muy temprano,
él era el encargado de que todos los empleados checaran o firmaran su pase de
entrada, el chico ojiverde va directamente hacia el departamento de Recursos
Humanos con la intención de hablar con Quatre de un asunto muy personal y
especial, el chico rubio lo ve llegar y a su saludo solo responde con una
sonrisa, ese hombre le intimidaba, se sentía a su alrededor un aura extraña, él
no era de fiar
Trowa. ¿Quatre verdad?
Quatre. Así es
Trowa. Seguro ya me conoces, sino, mi nombre es Trowa Barton
Quatre. Lo sé, yo firmo también tus cheques
Trowa. Cierto
Quatre. Y dígame señor Barton ¿le puedo ayudar en algo?
Trowa. Primero que todo llámame Trowa y segundo si, vine a hablarte de
algo
Quatre. Usted dirá Trowa
Trowa. ¿Tú amas a Heero Yuy verdad?
Ante la pregunta Quatre mira muy sorprendido a Trowa con los ojos muy
abiertos por la sorpresa, no comprendía a que iba con esa pregunta ni porque se
la hacía ¿qué le podía importar a él, ni siquiera le conocía, nada de ese tema
le incumbía
Quatre. ¿Qué te importa?
Trowa. Que agresividad
Quatre. No es algo que te concierne ¿qué pretendes?
Trowa. Es que yo amo a Duo Maxwell
Quatre. ¿Qué? ¿y a mi qué, es más ¿quién es ese?
Trowa. Jajaja, supuse que él no te habría contado nada, veras...
Trowa le cuenta a Quatre todo lo que sabe acerca de esos dos aunque
aquello no era mucho, realmente sabía poco del tema pero sabiendo que Quatre
amaba a Heero sería más fácil conseguirlo de aliado y así acabar con la bella
relación y con el bello amor que sentían el uno por el otro. El chico rubio
miraba con desconcierto a Trowa mientras éste contaba lo poco que sabía acerca
del chico de mirada fría y del chico de la trenza, Quatre comenzaba a agarrar
pronto el hilo del cuento y a relacionar aquello con lo que Trowa tenía
planeado, que él se quedara con Heero y así dejarle el camino fácil a él con
Duo, aquello sonaba algo extraño, pecaminoso y nada correcto, pero si bien era
cierto que eso estaba mal también era cierto que él quería recuperar a Heero y
esa parecía una buena oportunidad, la mirada de Quatre cambia un poco y en su
rostro se muestra una sonrisa, Trowa también cambia su expresión de seriedad a
una de triunfo... Wufei llega a la empresa y los ve platicando muy sonrientes y
se enoja así que se acerca a donde están ambos y toma a Quatre del brazo, éste
voltea y se desconcierta de aquella actitud
Quatre. ¿Qué pasa?
Wufei. Hola cielo
Trowa. ¿Cielo?
Quatre. Sí, él y yo... no, somos solo amigos
El chino suelta lentamente a Quatre al oír las palabras ¿acababa de
decir que solo eran amigos, habían quedado en que eran algo más y ahora su
rubio lo trataba con algo de indiferencia ¿acaso es que aquel arquitecto de
cuarta había logrado impresionarlo?
Trowa. Lo supuse... ¿más tarde nos vemos para los detalles, porque
cuento contigo ¿verdad?
Quatre. Déjame pensarlo
Trowa. Está bien, hasta pronto
El ojiverde se va altaneramente mientras Wufei lo ve totalmente
enojado para después voltear a ver a Quatre de la misma forma pero éste no se
inmuta para nada, en cambio solo sonreía sin hacer mucho caso a su amigo, el
chino lo ve muy enojado y lo sujeta con fuerza del brazo atrayéndolo hacia él
Quatre. ¿Qué te pasa?
Wufei. ¿Qué se traen ustedes dos?
Quatre. Que te importa, suéltame
Wufei. ... Creí que tú y yo...
Quatre. Yo te dije que no te amaba, nunca te engañé
Wufei. Pero anoche...
Quatre. Anoche y las otras veces han estado bien pero eso no cambia
mis sentimientos
Quatre agarra unas hojas en el escritorio y sale del departamento de
Recursos Humanos para dirigirse al almacén para llevar unas fichas dejando a
Wufei muy decepcionado, el rubio estaba tomando una actitud que no se parecía
nada a la de siempre ¿es que acaso era así realmente y hasta ese momento se
mostraba como realmente era, no lo sabía pero lo que si sabía es que no se
dejaría romper el corazón de esa forma tan tonta, no por segunda vez, ya no lo
podría soportar de nuevo
Terminó de vestirse y el trenzado lo ayudo con su corbata, no es que
él no supiera pero tenía buenos recuerdos de su madre acomodándole la corbata a
su padre, le parecía algo muy romántico, él no iría ese día a trabajar, él era
su propio jefe y no debía sujetarse a un horario como Heero, le gustaría
acompañarlo a la empresa pero podía toparse con Trowa así que no parecía buena
opción, mejor era esperarlo en ese departamento
Duo. No vayas
Heero. Tengo que ir
Duo. Hagamos el amor todo el día
Heero. No puedo por dos razones, primera me corren y segunda ¿quién
crees que soy?
Duo. No me salgas con que no puedes
Heero. Si no soy un fenómeno
Duo. Aburrido
Heero. Lujurioso
Duo sonríe y se acerca a Heero para depositarle un tierno beso en los
labios
Heero. Bien, ya me voy
Duo. Cuídate mucho
Heero. También tú
El de mirada fría se da media vuelta para irse pero él mismo se
detiene dándose nuevamente media vuelta y quedando de nuevo frente a Duo quien
le mira curioso
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Se me olvidaba ¿te menciono Trowa algo acerca de una tal Relena?
Duo. Si ¿qué con eso?
Heero. Ese tipo no es de fiar ¿verdad?
Duo. Así es
Heero. Debemos estar en alerta
Duo. Lo sé
La mirada de Duo se torna sombría mientras Heero le mira entrecerrando
los ojos y fríamente, había notado en aquella mirada que Trowa había hecho algo
a Duo y que él no iba a decir tan fácilmente, pero cuando se diera cuenta de
ello estaba seguro que el ojiverde la pagaría muy caro, y si Duo no se lo
quería decir entonces él lo investigaría, pero de algo estaba seguro, Trowa
pagaría con sangre cualquier daño que le hiciera a Duo, aunque fuese el más
mínimo de los males él lo pagaría como el peor de los crímenes
Se vieron a la hora del almuerzo y llegaron a un simple acuerdo,
Quatre se encargaría de tratar de volver con Heero y Trowa lo ayudaría haciendo
que Duo creyera que Heero a quien ama es a Quatre y no a él, además el ojiverde
a su vez trataría de recuperar el amor de Duo como alguna vez casi le
perteneció, solo que ésta vez no cometería el mismo error, ahora Duo solo sería
suyo sin importar cuánto daño físico, mental o emocional pudiera hacerle, le
encerraría de ser posible, sería como su trofeo, como su bella escultura, solo
él podría verla y tocarla, nadie más tendría ese privilegio jamás, Heero y Duo
no iban a estar juntos por mucho tiempo y esos nuevos aliados se encargarían de
que todo eso fuera posible
Continuará...
Notas de Autor: La segunda
parte de la historia más no la última, sigue leyendo, muchas gracias
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