Loco por Shun
Capítulo
5. La decisión de Shun
Shun llega a su casa con el ánimo por los suelos, en sus ojos se podía
ver claramente la marca que las lágrimas de la noche habían dejado, sus fuerzas
físicas se habían también desgastado pero no solo eso, sentía un gran peso en
su alma ¿por qué nadie lo quería realmente? Estaba rodeado de traidores
superficiales que solo lo buscaban porque era guapo, en esos momentos deseaba
firmemente haber sido feo siempre, así se hubiera evitado penas tan grandes,
pero para eso ya no había remedio, el único remedio que había para sus
problemas era dejar de socializar y ser un poco más desconfiado, su ingenuidad
nunca lo iba a llevar por buen camino...
Al entrar a su casa ve como su hermano le esperaba en la sala sentado,
era bastante noche y no había tenido noticias de Shun, el peliverde había
apagado su celular y había estado caminando sin rumbo por la ciudad, pensaba
las cosas y lo había decidido, nunca nadie más iba a burlarse de él; Ikki se
levanta del asiento y se acerca a su hermano bastante preocupado tratando de
tomarle las manos pero Shun se las arrebata y sin mirarlo a los ojos se retira
a su habitación, Ikki se preocupa bastante y lo sigue a su habitación pero a
pesar de sus intentos por hacerlo salir no recibe ninguna respuesta por parte
de su hermano, el peliazul se extraña bastante pero seguramente iba a ser más
fácil hablar con su hermano al día siguiente.
Por la mañana Shun se levanta y se dirige a la cocina para prepararse
café, anoche no había dormido bien y se sentía con bastante sueño pero ese día
tenía cosas pendientes que hacer en la Fundación para niños con Cáncer para la
que trabajaba, al llegar a la cocina Ikki estaba sentado desayunando un tazón
de cereal, el peliazul saluda a su hermano pero Shun lo ignora, Ikki se molesta
un poco por la actitud, ni siquiera sabía porque Shun actuaba de esa manera así
que bastante decidido se pone de pie y antes de que el peliverde agarre la taza
para su café Ikki lo sujeta con fuerza del brazo obligándolo a verlo, Shun
enojado pero sin oponerse al agarre solo desvía su mirada
Ikki. ¿Me quieres decir que te pasa Shun?
Shun. No me toques
Poniendo ahora sí resistencia Shun arrebata su mano del agarre de su
hermano y agarra la taza para su café pero Ikki no se iba a dar por vencido, él
y Shun tenían un fuerte lazo como hermanos y sabía perfectamente que su hermano
estaba molesto por algo pero no sabía exactamente el porqué de su enojo, no iba
a estar dispuesto a que las cosas siguieran así que nuevamente se acerca a él
pero lo agarra con fuerza de los hombros obligándolo a verlo a los ojos, la
mirada de Shun era ruda y fría
Ikki. Dime que te hice
Shun. ¿Y todavía preguntas? ¡Cínico!
Enojado por el tono de su voz Ikki le da una bofetada a su hermano,
Shun no mueve ni un poco su cabeza por el impacto, tan solo intensifica su
mirada fría y ruda mientras que Ikki se comienza a sentir un poco culpable y
tratando de liberar la tensión atrae el cuerpo de Shun hacia consigo y le da un
fuerte abrazo
Ikki. Perdóname
Shun. Suéltame
Ikki. Me duele que me trates así ¿qué te pasa hermano?
Shun. ¿Qué me pasa? Pasa que estoy harto de que todos me vean cara de
idiota
Ikki. ¿Qué?
Consternado por la aseveración de su hermano Ikki separa el abrazo y
lo mira fijamente a los ojos, jamás había visto esa determinación en el rostro
de Shun y eso le preocupa bastante
Ikki. No entiendo
Shun. Claro que entiendes, todos me han engañado, todos
Ikki. ¿Quiénes son todos?
Shun. Hyoga, Alberich, Seiya... ¡tú!
Ikki. ¿Yo? no comprendo
Shun sonríe sarcásticamente cuando ve "la preocupación" de
su hermano, él sin duda era el mayor hipócrita de todos, Shun enojado mueve sus
brazos de tal forma que golpea los de Ikki y éste lo suelta de los hombros, el
peliverde se dirige a la tetera que le anunciaba que el agua estaba bastante
caliente y se sirve en su taza mientras es observado por Ikki que se encontraba
bastante incómodo por ese horrible silencio de su hermano, Shun deja la tetera
en la estufa y se prepara su café ignorando por completo a su hermano, Ikki se
acerca de nuevo a él pero al ponerle una mano sobre uno de sus hombros Shun se
gira hacia él y le devuelve la bofetada que momentos atrás Ikki le había dado,
el peliazul mira asombrado a su hermano mientras se sujeta la mejilla
Shun. ¡Deja de hacerte el idiota y déjame!
Ikki. Shun, te desconozco
Shun. No, soy yo quien ya no sabe quién eres
Ikki. Pero ¿por qué? ¿qué te hice?
Shun. ¡Tienes sexo con Shiryu!
Olvidándose de su café Shun se va de la cocina con los ojos bastantes
húmedos, a punto de soltar lágrimas mientras que Ikki se queda bastante
pasmado, ¿en qué momento Shun se había enterado de su relación con Shiryu?
Ahora comprendía porque su hermano se comportaba de esa forma con él pero aun
así ¿qué no el mismo Shun era quien había terminado con Shiryu? ¿por qué
entonces le molestaba tanto que él mantuviera una relación con su ex? Dispuesto
a no quedarse con esas dudas Ikki va hasta la habitación de su hermano y toca
con fuerza para que le abra pero Shun no lo hace, molesto el peliazul va a la
cocina y agarra un cuchillo para intentar abrir la puerta del cuarto del
peliverde lográndolo segundos después, Shun se enoja bastante por aquello y se
acerca a su hermano
Shun. ¿Qué demonios te sucede?
Ikki. No, dime qué demonios te sucede a ti
Shun. Ya te lo dije, estoy harto de todos
Ikki. Shun, entiende algo, tú terminaste con Shiryu, tú lo engañaste
con Seiya ¿recuerdas?
Shun. No tienes que recordármelo porque no tienes idea de lo
arrepentido que estoy
Ikki se sorprende de la confesión de Shun ¿qué estaba arrepentido de
haber dejado al chico de cabello largo? Eso sí representaba una contrariedad
para él ya que si el peliverde decía eso a Shiryu seguramente el chico volvería
a sus brazos y él tendría que resignarse nuevamente, ese pensamiento le causaba
dolor en el estómago, estaba a punto de perder a Shiryu y sin poderlo evitar un
par de lágrimas luchan por salir de sus ojos, Shun lo mira asombrado y se
preocupa un poco
Shun. Ikki...
Ikki. Shun, yo no lo hice para lastimarte, realmente amo a Shiryu
Shun. ¿Lo... amas?
Debía aceptar que estaba sorprendido, jamás se hubiera imaginado que
su hermano estuviera enamorado de su ex novio, le resultaba difícil de creer,
pero por la expresión de Ikki no cabía duda
Shun. ¿Desde cuándo?
Ikki. Pasó sin darme cuenta, cuando me di cuenta lo amaba
profundamente pero ustedes se veían tan bien juntos, tuve que guardar las
apariencias
Shun. ¿Sufriste por mi culpa?... lo siento mucho hermano
Volviendo a ser el Shun de antes el peliverde se lanza a los brazos
del peliazul y le da un fuerte abrazo, Ikki le corresponde y permanecen así por
varios minutos, cuando se sueltan se miran fijamente a los ojos y Shun sonríe a
su hermano acariciando su mejilla izquierda
Shun. Perdóname Ikki, no tenía idea pero es que... me sentía tan mal
Ikki. ¿Quieres contarme?
El peliverde toma la mano de su hermano y lo dirige a la cama donde
ambos se sientan y Shun comienza a contarle todo a su hermano quien no podía
creer lo que escuchaba, al menos no de Alberich y Hyoga ya que a Seiya desde un
principio le había tenido bastante desconfianza pero sin decir nada escucha
todo hasta que su hermano termina, Shun estaba llorando y tomaba con fuerza la
mano de Ikki quien le sonreía tiernamente mientras con su otra mano acariciaba
los cabellos del peliverde
Ikki. ¿Y qué vas a hacer?
Shun. No lo sé, siento que no valgo nada
Ikki. ¡No digas eso Shun!
Shun. ¿Entonces por qué? ¿por qué todos se burlan de mí?
Shun suelta la mano de su hermano y se abraza a él comenzando a llorar
nuevamente, Ikki lo abraza con fuerza sintiéndose también muy mal...
Mientras tanto en el Hotel de quinta donde se hospedaba Seiya éste
pensaba la forma en cómo recuperar a Shun, el chico sabía ya que él no era
ningún intelectual pero ignoraba completamente que él era un estafador que
había sido contratado por su buen amigo Hyoga para investigarlo, si usaba eso
tal vez iba a quedar como el héroe de la película al haber sido sincero con
Shun y de paso echaba a Hyoga de cabeza, ese era buen plan, lástima que el
estafador ignoraba por completo que esa historia Shun ya la sabía...
Seiya dispuesto a llevar a cabo su plan se pone de pie pero antes de
comenzar a caminar hacia la puerta se escucha que alguien toca con
desesperación, Seiya no sabiendo de quien se trata se asusta un poco, seguido
se escuchaban las sirenas de las patrullas de policías porque en ese barrio feo
ocurrían muchos asesinatos, pero él estaba prevenido así que agarra el bate de
baseball que le había robado a un niño y con cautela se acerca a la puerta y la
abre, tras ella se encontraba Alberich quien al ver el bate de baseball se
asusta y grita
Alberich. ¿Estás loco?
Seiya. Que escándalo, pasa
Seiya avienta el bate y éste cae a un lado de la cama, Alberich
todavía asustado se dirige directamente a la cama sentándose en ella, Seiya
frunce el entrecejo por las confianzas que Alberich tomaba pero no le dice
nada, ambos se mostraban serios
Seiya. ¿Y? ¿a qué has venido?
Alberich. Shun me descubrió
Seiya. A mí también, y estoy preocupado
Alberich. ¿Por qué?
Seiya. Piensa cabeza hueca, nuestro Shun pudo haberse ido a los brazos
de ese rubio fastidioso ¿no crees?
Alberich. ¡Cierto! Debemos hacer algo
Seiya. Pienso igual, debemos decirle a Shun todo acerca de Hyoga y
unas cuantas mentiras
Alberich. Hecho
Ambos sujetos se comienzan a reír por su estúpido y absurdo plan, otra
vez estaban unidos para derrotar a Hyoga sin saber siquiera que él mismo se
había delatado ante el peliverde, pero una vez que se deshicieran de Hyoga
entonces sí podían hacerse pedazos entre ellos...
Ese mismo día Seiya y Alberich se ponen en marcha y van a la casa del
peliverde, Shun no se encontraba y quien les abre es Ikki, el peliazul como si
nada los deja pasar y los hace sentar en la sala, ellos creyendo que el chico
no sabe nada al respecto comienzan a hablar con confianza
Alberich. Qué lástima que Shun no está
Ikki. Sí
Alberich. Tuve que dejar mis asuntos en las Fundaciones, tenía una
agenda tan ocupada
Ikki. Me imagino
Seiya. ¿Shun no te ha platicado algo?
Ikki. No hemos tenido tiempo
Seiya. Ya veo
Ikki. Ay pero que descortés soy ¿quieren algo de beber?
Alberich. Sí Ikki, gracias
Seiya. Yo no, gracias
Ikki. Ándale, les traeré mi té especial
Con una sonrisa surcándole los labios Ikki se pone de pie y se dirige
a la cocina con toda tranquilidad, cuando se retira Alberich y Seiya voltean a
verse y se sonríen, ese hermano de Shun seguro no sabía nada así que iba a ser
muy fácil manipular la información...
A los pocos minutos llega Ikki con tres tazas de té sobre una bandeja
y la deposita sobre la mesa de centro, Seiya se ofrece a servir las tazas pero
Ikki se lo impide haciéndolo él, la primera taza que levanta se la da a Seiya y
la segunda a Alberich, después toma la suya y antes de beber espera a que ambos
chicos beban de sus tazas, después sonríe y ahora él toma de la suya, Alberich
y Seiya comienzan a platicarle a Ikki sobre Hyoga diciendo una gran cantidad de
mentiras mientras beben de sus té, al terminar de tomar el té y de contarle a
Ikki sobre el rubio ambos chicos se ponen de pie y se despiden a la entrada del
departamento de los hermanos
Ikki. Es una lástima que hayan alcanzado a ver a Shun
Seiya. Sí, es verdad
Alberich. Bueno, nos retiramos
Ikki. Que les vaya bien
Saludando moviendo su mano derecha Ikki se despide de los estafadores
y al cerrar la puerta se comienza a reír a carcajadas mientras agarra su taza
de té y comienza a beber el líquido llegando después a la cocina, Ikki abre la
alacena y saca de ahí un frasco de color negro
Ikki. Suerte con el señor purgante chicos
Nuevamente Ikki se comienza a reír a carcajadas, a los pocos minutos
llega Shun y se sorprende de ver las dos tazas sobre la mesa de centro de la
sala y se dirige a la cocina donde se podía aún escuchar las risas de Ikki
Shun. ¿De qué te ríes?
Ikki. Hice una niñada
Shun. ¿Niñada?
Ikki. Sí, vinieron Seiya y Alberich y les di purgante
Shun. Ay Ikki
A pesar de que sabía que había estado mal Shun no puede evitar reír un
poco, que tonto había sido al odiar a su hermano por una tontería si él sabía
claramente que Ikki siempre estaba para él, era un gran hermano...
Mientras caminan por la calle Seiya y Alberich comentando lo bien que
había estado la actuación, el pelirrosa se detiene de repente y sin aviso, el
castaño voltea y lo ve fijamente, Alberich estaba algo pálido y actuaba extraño
Seiya. ¿Qué te pasa? Te ves mal
Alberich. Es mí... estómago
Seiya. ¿Qué con él?
Alberich. Me...
Sin terminar de decir lo que tenía Alberich se va corriendo y
aprovechando que había un parque cerca para esconderse atrás de unos arbustos
mientras que Seiya se queda pasmado ante la situación, parecía que el pelirosa
había visto un fantasma pero de pronto él también siente un fuerte dolor de
estómago que lo hace caer de rodillas al suelo y sujetarse con fuerza el
estómago
Seiya. Ay Dios ¿qué me pasa?
Completamente rojo por el esfuerzo de aguantarse las ganas de hacer
del baño Seiya no aguanta más y también se va corriendo rumbo al parque
escondiéndose atrás de otro arbusto; no muy lejos de ahí un par de policías
iban caminando haciendo su ronda nocturna de costumbre, ambos iban
tranquilamente platicando hasta que uno se detiene haciendo que por
consiguiente su compañero también lo haga
Policía 1. ¿Qué pasa?
Policía 2. ¿No te da un olor a... aguas negras?
Policía 1. Ahora que lo dices... qué horror, es verdad
Policía 2. Tal vez hay algún problema, recorramos el área para
reportar alguna posible falla en el alcantarillado
Policía 1. Cierto, después de todo no hay nada que hacer
La pareja de policías comienzan a recorrer el área y se separan para
poder cubrir más área, uno de ellos se encuentra con la desagradable sorpresa
de ver a Seiya mientras que el otro se topa con Alberich, ambos chicos
completamente apenados no tienen más remedio que acompañar a los policías por
su falta, esa noche la iban a pasar irremediablemente en la cárcel...
Un par de días después en el departamento de Shun él y su hermano se
encontraban preparando la comida, pasaba del mediodía y era un tranquilo
sábado, el peliazul no decía nada pero había notado más serio a Shun esos días
que de costumbre, se notaba que una de las tres traiciones que había
descubierto le dolía realmente aunque no sabía exactamente de quien, si por
Seiya, por Alberich o tal vez por Hyoga, pero tampoco se atrevía a preguntar,
después de todo aún estaba reciente esa herida...
De pronto el timbre del departamento suena e Ikki se ofrece para abrir
llevándose una sorpresa no muy grata, Alberich y Seiya estaban ahí, dispuestos
a encarar a Shun, no estaban dispuestos a perderlo, Shun sale de la cocina al
no oír ninguna clase de ruido y también se lleva una desagradable sorpresa al
ver a ese par de charlatanes, ambos chicos al ver a Shun se acercan a él a
prisa, los dos se hincan frente a él y alzan la mirada topándose con la del
peliverde que los observaba fríamente
Shun. ¿Qué demonios quieren?
Seiya. Por favor perdóname mi amor
Shun. No te perdono y no me digas mi amor
Seiya. Pero...
Alberich. Cállate... por favor Shuncito, perdóname
Shun. A ti menos, me engañaste por muchísimo tiempo, yo te quería
mucho Alberich
Alberich. ¿Y ya no me quieres?
Shun. No, ni tantito
Shun se cruza de brazos y los voltea la cara, ambos chicos comienzan a
llorar y cada uno se abraza a una pierna del chico, Shun se desequilibra un
poco y enojado intenta empujarlos pero ambos estaban sujetos a las piernas de
Shun como garrapatas
Seiya. Perdóname por favor... yo necesito a alguien con tu cuerpo...
digo, con tú corazón
Shun. ¡Ush! ¿sigues con eso?
Alberich. Por favor perdóname, te prometo que tendrás pizzas gratis
dos veces por semana
Shun. ¡¿Por qué eres tan descarado!
Seiya. Por favor Shun
Alberich. Por favor Shun
Completamente exasperado Shun comienza a jalar a los chicos de sus
cabellos para que lo suelten pero ninguno baja la guardia aferrándose
fuertemente a las piernas del chico mientras que Ikki los observa sorprendido,
que loco se veía ese cuadro frente a él pero de repente el timbre suena y
siendo Ikki el único disponible se acerca para abrir, ahí estaba Shiryu, los
dos se saludan con un beso y enseguida la escena ridícula que estaban montando
Seiya y Alberich llama la atención del ex novio del peliverde, Shiryu se acerca
en compañía de su nueva pareja y ambos observan
Shiryu. ¿Qué pasa?
Ikki. Están locos por Shun
Shiryu. Oh, ya veo
Sin causarle mayor sorpresa pues sabía lo asediado que era su ex novio
Shiryu pide un vaso con agua a Ikki y ambos se retiran a la cocina dejando a
Shun solo con la responsabilidad de quitarse a los parásitos de encima
Shun. ¡ A!
En su último intento por quitarse a los chicos de encima Shun grita
con todas sus fuerzas, Seiya y Alberich se calman un poco pero no sueltan al
peliverde quien estaba bastante molesto por la situación, de pronto el timbre
suena de nuevo pero ni Shiryu ni Ikki abren pues estaban bastante concentrados
besándose en la cocina
Shun. ¿Podrían soltarme para poder abrir?
Seiya. No, no te soltaremos
Shun. Prometo escuchar sus explicaciones tranquilamente
Ambos chicos voltean a verse y los dos asienten al mismo tiempo y a
los pocos segundos los dos sueltan a Shun quien se dirige a la puerta y abre
llevándose una gran sorpresa, ahí, frente a él estaba una de las personas más
importantes de su vida, ahí, frente a él y bajo el marco de la puerta se
encontraba Milo, su antiguo y más grande amor, una gran sonrisa no puede evitarse
aparecer en sus labios y sin pensarlo se lanza a sus brazos siendo al instante
correspondido, Alberich y Seiya voltean a verse y ponen cara de preocupación
¿quién era ese y porque Shun le abrazaba de esa forma? Que gran problema... el
peliverde y su ex novio se sueltan, ambos sonreían ampliamente
Shun. Pero ¿cómo es que...?
Milo. Gracias a él
Shun. ¿A él?
Extrañado completamente Shun voltea hacia donde apuntaba Milo viendo
como poco a poco la figura de Hyoga se dejaba ver desde el pasillo, Shun se sorprende
completamente ¿Hyoga había conseguido localizar a Milo y se lo había llevado
hasta allá? Eso era sin duda un acto bastante noble, pero eso no borraba todo
lo malo que el rubio había hecho. Hyoga se pasa tímidamente adentro del
departamento, Alberich y Seiya se ponen de pie y al mismo tiempo se acercan
corriendo hacia Hyoga
Seiya. Él Shun, él fue el culpable de todo
Alberich. Sí, es verdad
Milo. No sé de qué hablan pero éste hombre me trajo hasta aquí para
que pudiera arreglarme con Shun a pesar de que está muy enamorado de él...
Hyoga, te agradezco mucho y a la vez te pido perdón por lo que sucedió en la
preparatoria
Por lo comentarios de Milo el rubio se sonroja y también Shun lo hace,
un silencio invade a todos los presentes y en ese momento salen Ikki y Shiryu
de la cocina, habían escuchado más alboroto del anterior, Hyoga aún apenado
mira a Shun fijamente a los ojos y éste le corresponde la mirada
Hyoga. Yo solo quiero que seas feliz y sé lo mucho que significa para
ti Milo, por eso yo lo traje hasta aquí, él te explicará cómo sucedieron las
cosas
Shun. Hyoga...
Hyoga. Yo no creo tener nada más que hacer aquí, espero que seas feliz
Shun. Gracias... Milo y yo te agradecemos todo
Hyoga. Bueno me voy, adiós
Metiéndose las manos a los bolsillos Hyoga se aleja hacia la puerta y
sale, Shun mira fijamente hacia la puerta y al cerrarse ésta cierra unos
segundos sus ojos, se acerca después a Milo y le da un fuerte abrazo, Shiryu e
Ikki sonríen observando a la nueva pareja mientras que Alberich y Seiya
completamente congelados observan como los dos se besan tiernamente, Seiya
enojado se acerca a Shun
Seiya. Pero... ¿y todo lo que vivimos?
Alberich. ¿Y nuestro amor?
Shun. ¿Qué? ¿y tienen todavía el descaro?
Seiya. Por favor Shun, te prometo que el sexo será bueno, bastante
bueno
Alberich. Yo también soy bueno en la cama, escógeme a mí
Shun. Parece ser que ustedes aún no entienden nada
Seiya. Claro que lo entiendo, soy inteligente ¿recuerdas?
Shun. ¡Uy! ¡Váyanse ya!
Haciendo gala de todas sus fuerzas Shun sujeta a ambos muchachos de la
tela de la camisa y Milo le abre la puerta, el peliverde avienta a ambos
muchachos al pasillo y se sacude las manos entrando nuevamente al departamento
y azotando la puerta, Milo sonríe ampliamente y nuevamente los dos se abrazan
Shun. Ahora sí, cuéntame todo
Ikki. Bueno, nosotros nos vamos, comeremos fuera
Shiryu. Adiós y suerte
Ambos chicos salen enseguida del departamento dejando a Milo y a Shun
solos sentados en la sala para conversar, Milo es quien comienza a contar la
historia de lo que había sucedido cuando aún estudiaban la preparatoria, Shaka,
viejo amigo de él siempre había estado enamorado de Milo aparentando muy bien
sus verdaderos gustos estando siempre rodeado de lindas chicas mientras que
Camus, el mejor amigo de Hyoga en la preparatoria siempre había estado
enamorado de Shun pero por ocultárselo al rubio le había mentido diciendo que a
quien realmente amaba era a Milo pero ese dato era completamente falso,
entonces tanto Shaka como Camus se había aliado para separar a la pareja
Shaka intentaría quedarse con Milo mientras que Camus se quedaría con
Shun y había sido el propio Camus quien había convencido a Shaka de que le
llenara a Milo la cabeza de ideas con respecto a Hyoga para que él se pusiera
completamente celoso e hiciera cosas como aquel día al salir de clases en que
lo habían golpeado, esa había sido idea de Camus, golpear a su propio amigo
para que desistiera de querer acercársele a Shun y el día que el peliverde
había visto a Shaka y a Milo besándose era porque el propio Shaka le había
enviado el anónimo a Shun diciéndole que su novio lo engañaba y así cuando Shun
fuera para averiguar si era cierto o no Shaka había aprovechado para besarlo y
que Shun los viera y después de eso Camus había aprovechado para besar también
a Shun a la fuerza, pero ninguno de los dos había logrado su cometido ya que
Shun se había mudado de ciudad tras acabar la preparatoria y Milo había
despreciado a Shaka después de lo sucedido por lo que el plan había sido en
vano...
Shun escucha toda la historia y no lo podía creer, el mejor amigo de
Hyoga había fraguado el plan más horrible que había escuchado y él había sido
víctima también, Milo estaba profundamente contento de haberse reencontrado con
Shun y el peliverde también lo estaba, Milo había sido su más grande amor en
preparatoria. El peliverde se acerca un poco más y lo abraza con fuerza siendo
correspondido
Shun. Gracias por estar aquí
Milo. Yo también estoy feliz de volver a tenerte pero... ¿estás
seguro?
Shun. ¿Qué?
Milo. Vi tu mirada cuando ese tal Hyoga se fue
Shun. ¿Y qué con eso?
Milo. ¿Te enamoraste de él?
Shun se calla ante la pregunta y sonriendo Milo se separa de él, Shun
no comprende porque y voltea a verle sorprendido
Shun. ¿Qué pasa?
Milo. Debes escoger
Shun. ¿Escoger?
Milo. ¿Hyoga o yo?
Nuevamente Shun se queda mudo ante la pregunta quedándose pensativo
durante mucho tiempo pero cuando toma una decisión voltea hacia Milo y lo mira
profundamente a los ojos lanzándose después a sus brazos recargando su cabeza
en el pecho del chico y apretando con fuerza su espalda
Shun. Te quiero, te quiero tanto
Milo sonríe ampliamente y también abraza a Shun depositándole un
tierno beso en la cabeza, el peliverde cierra sus ojos lentamente y Milo hace lo
mismo segundos después...
En su Hotel Hyoga resignado hacía sus maletas mientras lloraba como
niño regañado, había dejado a Shun soltándolo a los brazos de otro hombre,
había renunciado a su posible felicidad para que el peliverde fuera feliz,
Hyoga tenía ya el bote de papeles de baño completamente lleno de tanto que
había llorado y no solo se limpiaba las lágrimas, también se limpiaba la nariz
exhalando fuertemente para deshacerse de las mucosidades, nunca había llorado
tanto, ni siquiera cuando su padre había huido con otro hombre abandonándolos a
él y a su madre... Hyoga ya terminaba de hacer sus maletas cuando escucha que
alguien toca a la puerta, no esperaba a nadie por lo que le parece muy extraño
pero sin preocuparse se acerca a la puerta, se asoma por la mirilla y ve una
larga cabellera verde lo que hace que se emocione demasiado y abre la puerta
completamente feliz
Mucama. ¿Servicio al cuarto?
Hyoga. ¿Eh?
La mucama volteaba hacia abajo cuando había tocado a la puerta
confundiendo así a Hyoga quien nuevamente comienza a llorar a cántaros, la
mucama lo mira fijamente y bastante enojado vuelve a preguntar
Mucama. ¿Va a querer servicio al cuarto o no?
Hyoga. No
Sin dejar el llanto Hyoga cierra la puerta y se deja caer a la cama
llorando nuevamente como niño regañado, de pronto el teléfono suena y
esperanzado en que pueda ser Shun se levanta rápidamente de la cama y coge el
teléfono
Hyoga. ¿Sí?
Operadora. Favor de pasar a recepción, alguien le espera
Completamente esperanzado Hyoga sale de su habitación y sube al
elevador con una sonrisa de oreja a oreja, después de todo Shun había sido
bueno y lo había perdonado, no podía sentirse más feliz pero cuando sale del
elevador se lleva una gran sorpresa al ver que no se trataba de Shun sino de su
mamá que como siempre se mostraba bastante molesta
Hyoga. Mamá ¿qué haces aquí?
Mamá. ¿Qué hago aquí? ¡¿qué hago aquí?! Sin duda eres igual de idiota
que tu padre, vine aquí porque el negocio va muy mal, ya no se venden las
gelatinas como antes, ya nadie pide de leche, ni de rompope, y eso que eran las
más vendidas, solo buscan de uva y manzana ¡¿qué no saben que hay muchos
sabores más?! ¿a dónde irá a parar éste mundo? Mi hijo es un homosexual que
huye tras la pista de un hombre y la gente ya no compra gelatina de leche ¿a
dónde iremos a parar?
Con el rostro completamente rojo porque las personas pasaban y los
miraban mucho Hyoga intenta calmar a su madre pero ella comienza a darle de
golpes en la cabeza con su bolsa
Hyoga. Calma mamá, me voy contigo
Mamá. ¿De verdad?
Hyoga. Sí... fracasé
Mamá. Si, como siempre, me lo imaginé
Hyoga. Subo por mis cosas y nos vamos, espérame aquí
Mamá. No te tardes holgazán bueno para nada
No cabía duda, su vida era una porquería, eso pensaba Hyoga mientras
caminaba todo guango y tambaleándose, tenía que regresar a un lugar que
detestaba con la gritona de su madre para seguir atendiendo el negocio de
gelatinas, que patética era su vida; el rubio entra a su habitación y agarra
sus maletas dirigiéndose hacia la entrada pero antes de que llegue nuevamente
se escucha que tocan a la puerta, Hyoga bastante irritado se acerca a paso
rápido hacia la puerta y sin observar por la mirilla abre la puerta
Hyoga. ¡¿Ahora qué demonios?!
Para sorpresa de Hyoga la persona que ahora estaba en el pasillo de
ese Hotel era Shun quien observaba con los ojos bastante abiertos y ambas cejas
arqueadas al rubio que le había gritado horrible, en cambio Hyoga se pone
completamente rojo de la pena y se queda completamente estático
Shun. ¿Me vas a dejar aquí afuera?
Hyoga. No... pa... pa... pasa
El rubio se hace a un lado y deja pasar al peliverde que tímidamente
se adentra a la habitación de Hotel que ocupaba Hyoga, el chico estaba aún muy
apenado mientras que Shun observa fijamente las maletas hechas de Hyoga y
voltea enseguida a verlo
Shun. Así que te vas
Hyoga. Sí
Shun. Yo vine... a darte las gracias
Hyoga. ¿Las gracias?
Shun. Seré muy feliz con Milo y todo te lo debo a ti
Hyoga. Ya veo
Shun. Fue maravilloso poder volver a besarlo, acariciarlo... hacer el
amor
Hyoga. Ah...
Shun. Seremos muy felices, tu sacrificio no será en vano
Hyoga. ¿No?
Shun. No... bien, me voy, que seas feliz, aunque vas a estar solo
Sonriendo cínicamente Shun se da media vuelta mientras que Hyoga se
queda como tonto con la boca abierta observando como Shun se aleja hacia la
puerta, el rubio no lo puede evitar y comienza a derramar nuevamente sus
lágrimas, el peliverde sujeta el picaporte de la puerta y lo gira abriendo
lentamente la puerta, Hyoga baja la cabeza y se queda paralizado, a los pocos
segundos se cierra la puerta y él dudándolo mucho levanta su cabeza para darse
cuenta de una vez por todas que había perdido pero se lleva una gran sorpresa
cuando al levantar la cabeza mira a Shun aún dentro de la habitación, el chico
sonreía ampliamente pero él no comprendía nada
Shun. Te estaba engañando
Hyoga. ¿Qué?
Shun. Si, trataba de fregarte por algunos segundos
Hyoga. ¿Cómo?
Shun. Estamos a mano
Sonriendo con ternura Shun se acerca a Hyoga y le da un beso pequeño
en la mejilla, Hyoga se recupera completamente y no pudiéndolo creer sonríe
ampliamente mientras sus ojos brillan
Hyoga. ¿Eso quiere decir que...?
Shun. Sí, te escogí a ti
Más que feliz Hyoga abraza con fuerza a Shun tomándolo de la cintura y
se regalan un beso apasionado, el peliverde le corresponde sujetándose con
fuerza de su cuello mientras lo empuja ligeramente, Hyoga entiende que quiere
dirigirlo a la cama y comienza a caminar llevándose consigo el cuerpo del
chico, Shun sonríe sobre los labios de Hyoga cuando éste deja de besarlo y al
llegar a la cama el rubio se deja caer llevándose consigo a Shun que cae sobre
él, ambos se miran profundamente a los ojos
Shun. Te amo Hyoga
Hyoga. Te amo Shun
Antes de volverse a besar los chicos se sonríen ampliamente y pronto
las manos de uno se encontraban sobre la ropa del otro intentando despojar el
cuerpo frente al suyo de las ataduras que tenían para poderse entregar como
tanto había deseado Hyoga y como nunca se había entregado a Shun, porque ni con
Shiryu ni con Milo se había entregado como se iba a entregar a Hyoga...
Ya desnudos se besaban con ternura sobre la cama, lenta y cálidamente,
sus lenguas se encontraban en un roce tranquilo y sensual, sin prisas, sin
condiciones, la mano derecha de Hyoga comienza a acariciar lentamente el cuerpo
que ahora se encontraba abajo del suyo ocasionando en Shun sensaciones
placenteras y relajantes, la mano diestra de Hyoga exploraba con deseo su
cuerpo llegando como último destino a la entrepierna de Shun sujetándola con
suavidad, el peliverde gime calmado y arqueándose un poco al frente tras sentir
esa tibia mano recorrer su miembro con suavidad depositando sobre el hombro
derecho de Hyoga un ligero mordisco, el rubio sonríe al saber que le causaba
placer a Shun su caricia y comienza a mover su mano de abajo hacia arriba lenta
y suavemente mientras Shun gemía despacito cerrando con delicadeza sus ojos y
agarrándose con las manos de la espalda de Hyoga dándole suaves masajes al
ritmo en que Hyoga movía su mano sobre su miembro, enseguida siente como un
placentero hormigueo le recorre el bajo vientre y se derrama en la mano del
rubio gimiendo con placer, a los pocos segundos abre los ojos y Hyoga le regala
un suave beso sobre los labios
Shun. ... Hyoga...
Hyoga. Ssht, entraré en ti
Shun afirma con la cabeza sonrojándose un poco mientras Hyoga se
levanta un poco y separa suavemente las piernas de Shun, el peliverde cierra
los ojos y se agarra de los hombros de Hyoga sin apretarlos, el rubio se
acomoda el miembro en dirección a la entrada de Shun y lentamente comienza a
entrar, Shun se muerde un poco el labio al sentir la punta y comienza a apretar
poco a poco los hombros de Hyoga quien termina de entrar llegando casi al tope,
Shun emite un pequeño chillido de dolor e intenta abrir los ojos pero al no
poder aprieta un poco más lo hombros de Hyoga
Hyoga. ¿Estás bien?
El peliverde sin contestar a la pregunta solo hace otro esfuerzo por
abrir los ojos lográndolo ésta vez y aún sin contestar a la pregunta tan solo sonríe
mientras lleva una de sus manos hacia la mejilla del chico y la acaricia, Hyoga
entiende y sin hacer más preámbulo comienza a moverse lentamente embistiendo a
Shun con delicadeza, el peliverde gemía despacito y completamente complacido,
apretando los hombros de Hyoga con fuerza, de nuevo su miembro comenzaba a
reaccionar ante las caricias, besos y embestidas de Hyoga y el rubio siente la
excitación de su amante llevando nuevamente su mano hacia el miembro de Shun
tomándolo y comenzando a masturbarlo
Shun completamente extasiado comienza a gemir con más pasión,
sintiendo que perdía completamente el control de sí mismo, las uñas de sus
dedos se enterraban ligeramente sobre la piel de Hyoga y él tratando de ser
delicado y apasionado a la vez aumentaba el ritmo de la penetración sin llegar
a ser brusco, mientras que Shun no podía más con tanto placer, intentaba abrir
los ojos para regalarle una mirada a Hyoga pero cuando lo intentaba la vista se
le nublaba, podía sentir con enorme placer como el miembro de Hyoga entraba y
salía con rapidez y un poco de fuerza y sentía también ese movimiento rápido y
desesperado de la mano de Hyoga sobre su miembro, ya no podía más, iba a
derramar toda su pasión sobre la mano de Hyoga para recibir la del rubio dentro
de él, estaba listo, solo unos segundos más...
El cuerpo de Shun se arquea hacia el frente y gimiendo con fuerza
aprieta con todas sus fuerzas los hombros de Hyoga sintiendo un fuerte espasmo
en la zona abdominal antes de explotar su semilla y sentir explotar la de su
amante dentro de él
Shun. Agh... Hyo... ga...
Sintiendo todo el líquido de Hyoga llenar su cavidad Shun se agarra
con fuerza de la espalda de Hyoga regalándole un par de besos en el hombro y
cuello mientras Hyoga aún permanecía dentro de él, dejándose caer enseguida
sobre su cuerpo, sus pechos unidos uno con el otro y nuevamente sus labios se
atrapan en un tierno y cansado beso producto del orgasmo que aún podían sentir
dentro de todo su ser, lentamente Hyoga sale de Shun y le acaricia con ternura
la mejilla recibiendo una linda sonrisa por parte del peliverde, ambos estaban
acostados sobre sus costados mirándose profundamente a los ojos, Shun se acerca
lentamente a Hyoga y lo abraza siendo correspondido al instante, ambos
comienzan a cerrar poco a poco sus ojos pero cuando están a punto de quedarse
dormidos suena el teléfono, Shun estaba más cerca del teléfono y soltando el
abrazo que le daba a Hyoga contesta
Shun. ¿Diga?
Mamá. Te dije que no tardaras holgazán, seguro te quedaste dormidote como
tu padre, eres un bueno para nada
Shun. Disculpe pero no la conozco ¿quién es usted?
Hyoga se pone un poco pálido cuando escucha a Shun y le arrebata el
teléfono al peliverde, Shun no comprende la acción y mira fijamente a Hyoga
desconfiando enseguida de él
Hyoga. Ya... ya voy para allá... luego te digo... no... no espera
yo... sí, ya entendí... si... si
Hyoga cuelga el teléfono y completamente apenado voltea a ver a Shun
quien estaba sentado en la cama con los brazos cruzados esperando una explicación
Hyoga. Verás... hay algo que debes saber de mí
Al terminar Hyoga con su explicación Shun suspira hondo y sonríe tras
algunos segundos de no tener reacción, bueno, si iba a ser pareja de Hyoga
debía aceptar el paquete completo aunque éste incluyera a una madre histérica y
un negocio chafa, al fin y al cabo, ahora era él quien estaba "Loco por
Hyoga"
FIN...
Que hermoso me re engañas te jeje
ResponderEliminarPor qué te engañé? jejeje
Eliminar