Lo que el viento se llevó
Capítulo 7. Lo más amado
Al llegar al citado Hospital
Quatre corre hacia Heero al verlo sentado en la sala de espera, el ojiazul se
veía muy preocupado, su semblante estaba triste, jamás había visto a Trowa tan
pálido, como inerte, irremediablemente le venían imágenes de su difunto padre,
su cuerpo se estremecía solo de imaginar que podía perder a su mejor amigo...
el rubio enseguida se avienta hacia el cuerpo del amigo de su novio y sujeta
con fuerza la camisa de éste
Quatre. ¿Cómo está? ¿qué le
paso? ¿qué tiene?
La desesperación se notaba
a leguas, tanto su mirada como su voz o sus acciones, pero a pesar de eso Heero
no contesta, realmente no sabía que contestar porque no sabía nada de la
situación, el doctor aún no salía para darles un diagnóstico... Duo por fin
llega hasta donde están en rubio y Heero ya que al llegar al Hospital Quatre se
había ido corriendo dejándolo atrás, el ojiazul percibe la presencia del
ojivioleta y lo mira detenidamente, el trenzado recuerda cuando Heero había
intentado besarlo y al instante desvía su mirada sonrojándose sus mejillas de
forma ligera... Heero cierra sus ojos un momento y voltea de nuevo hacia el
rubio abriendo sus ojos volviendo a verlo
Quatre. ¡Contéstame!
Heero. No lo sé
Heero estaba igual de
nervioso que Quatre pero nada ganaba mostrándose así por lo que le responde
casi de forma indiferente, el rubio le suelta la camisa y se aleja acercándose
a Duo, el trenzado lo abraza y su mirada no puede evitar girarse hacia Heero,
el ojiazul le mira también unos momentos y se aleja para sentarse en una de las
bancas
Quatre. Espero que no sea
nada importante
Duo. Tranquilo, estará bien
Quatre. Siento una terrible
angustia... me siento muy mal
El trenzado siente flojo el
cuerpo de Quatre y enseguida lo ayuda a sentarse también en una banca pero
enfrente de donde estaba sentado Heero, el trenzado vuelve a abrazarlo...
minutos después uno de los doctores del hospital se acerca a ellos, al ver
Heero que es el mismo que les atendió cuando llegaron a ese lugar se pone de
pie, Quatre ve que el ojiazul se levanta y también lo hace, Duo permanece
sentado
Doctor. ¿Alguno de ustedes
es familiar?
Heero. No, su hermana
estaba aquí hace unos momentos pero se fue para avisarle a su tía que está en
el trabajo
Doctor. Ya veo... lo siento
pero solo hablaré con un familiar
Enojado Heero mira
fríamente al médico pero se queda callado, no podía hacer ninguna clase de
escándalo en el hospital, en cambio Quatre si se acerca a él hablándole en tono
alto
Quatre. ¡Yo soy su novio!
Doctor. Solo familiar
Quatre. ¡Quiero saber!
El doctor se molesta por la
actitud de Quatre, el rubio le hablaba golpeado y mirándole de forma fría,
comprendía la desesperación sentida pero no la podía tolerar... el rubio
intenta acercarse al doctor pero enseguida Duo se acerca a él y lo agarra del
brazo y lo jala
Duo. Tranquilo
Quatre. ¡Es que quiero
saber!
Duo. Lo sé, pero así no
resuelves nada
Quatre se calma un poco
gracias a Duo pero continúa mirando de forma fea al doctor quien enseguida se
da media vuelta y se marcha, el rubio otra vez se inquieta y se sienta en la
sala de espera agachándose hasta acostar su cabeza en sus piernas, Duo también
se sienta de nuevo mientras que Heero se recarga en la pared de enfrente
cruzando los brazos, su mirada estaba fija al frente, el trenzado coloca su mano
derecha sobre el hombro izquierdo de su amigo y le mira por algunos segundos
hasta que dirige su mirada hacia Heero quien voltea al mismo tiempo mirándolo
fijamente, Duo se sonroja y se voltea de nuevo hacia Quatre mientras que el
ojiazul continúa mirándolo, sin duda el trenzado era hermoso y más con las
mejillas sonrojadas, era tanta su belleza que él también se sonrojaba de solo
verlo...
El doctor recibe por parte
de una enfermera la noticia de que el paciente Barton ha despertado y enseguida
va hacia él, Trowa se veía muy confundido, el doctor se acerca a él y se queda
parado a un lado de la cama
Doctor. ¿Sabes por qué estás
aquí?
Trowa. ¿Me... desmayé?
El ojiverde cierra unos
segundos los ojos y se aprieta con fuerza la frente con su mano derecha intentando
sentarse pero se sentía muy débil
Doctor. ¿Padeces alguna
enfermedad?
Trowa. ¿Qué?
Doctor. Es imposible
hacerte todos los estudios requeridos pero tus pruebas de sangre están muy
bien, no pareces anémico, no se detectó ningún tipo de cáncer y tampoco sufres
de diabetes, eres joven lo que te descarta de algunas enfermedades, pero me di
cuenta con los exámenes que consumes medicinas muy fuertes ¿qué tienes
muchacho?
El ojiverde se queda muy
callado bajando la mirada, el doctor lo mira fijamente dándose cuenta de la
expresión de tristeza en el chico
Doctor. Es terminal
¿verdad?
Trowa. ... Es una
enfermedad cerebral
Doctor. ¿cuánto tiempo
llevas?
Trowa. Los estudios no
pudieron determinar cuándo se originó pero comencé a desarrollar los síntomas
hace un mes aproximadamente
Doctor. Lo lamento
Trowa afirma moviendo su
cabeza cuando el doctor le da el pésame pero continúa callado hasta que
recuerda a Quatre, seguro que su novio ya se había enterado y enseguida le mira
Trowa. ¿Está aquí mi novio?
Doctor. Sí, está afuera
junto con otros dos chicos
Trowa. Por favor no le diga
nada ¿de acuerdo? A nadie
Doctor. Pero su familia...
Trowa. No quiero que sufran
El doctor se sorprende por
la mirada suplicante de Trowa, ese chico parecía muy imponente y serio pero en
esos momentos se mostraba todo lo contrario lo que hace que el doctor se
conmueva y acepte, Trowa suspira y agradece con una pequeña sonrisa
Doctor. ¿Quiere ver a
alguien?
Trowa. ¿Sabe si está mi
hermana?
Doctor. Creo que se fue o
algo así
Trowa. Entonces quiero ver
a Quatre, mi novio
Otra vez el doctor acepta y
mueve su cabeza, sale de la habitación y va a donde están los tres muchachos
esperando noticias, otra vez Heero se levanta enseguida mientras Quatre y Duo
solo lo miran desde sus asientos, el doctor les informa que no ha sido nada de
cuidado pero que Trowa estará ahí un día más para tenerlo en observación y
después pide a Quatre que vaya con su novio, el rubio se alegra y acompaña al
doctor que le dice dónde está la habitación del ojiverde quedándose Heero y Duo
solos en la sala de espera, bastante distante uno del otro, Duo continuaba
sonrojado pero Heero se sentía en la desesperación total, el trenzado tan cerca
y a la vez tan lejos de él, algo realmente cruel considerando lo mucho que lo
deseaba, continuaba sintiéndose culpable... Quatre entra rápido a la habitación
y se acerca a la cama agarrando enseguida la mano de Trowa la cual besa
Quatre. Mi amor ¿cómo estás?
Trowa. Un poco débil pero
bien
Quatre. Sentí un hueco en
mi alma cuando me dijeron que te habías desmayado
El rubio llora preocupado,
Trowa siente como su corazón se oprime, el rubio se ponía así por un simple
desmayo, ahora estaba más convencido de que ocultarle la verdad era lo mejor...
el ojiverde con esfuerzo se sienta en la cama y estira su mano para secar las
lágrimas de su novio
Trowa. Me descompensé un
poco, es todo
Quatre. ¿En verdad?
Trowa. Sí, mañana salgo,
iré a la escuela como siempre
Quatre. Que felicidad
Bastante contento el rubio
se agacha y besa a su novio dulcemente en los labios sentándose después en la
cama junto con su novio, esa noche la pasaría a su lado... habían pasado ya
algunos minutos y Duo evitaba mirar a Heero, el ojiazul en cambio le miraba por
algunos momentos, no se decidía a hablarle o no, quería pedirle disculpas pero
no sabía cómo hacerlo, nunca le había pedido perdón a nadie, pero nada se
ganaba con hacerse el indeciso, no soportaba estar distante de Duo pero si él
no rompía el hielo por muy hablador que fuera Duo no lo iba a hacer... por fin
Heero se decide y se acerca a la hilera de bancas donde está el ojivioleta y se
sienta a su lado, Duo se tensa un poco y se evita mirarle
Heero. Perdóname por favor
El trenzado se sorprende
por aquellas amables palabras y enseguida voltea a verle, Heero le miraba serio
pero estaba preocupado, si Duo no lo perdonaba iba a ser un golpe bastante duro
pero para sorpresa de Heero el trenzado sonríe
Duo. ¿Entonces no me
deseas?
El ojivioleta sonaba contento
al hacer la pregunta lo que confunde por completo a Heero, no sabía si sentirse
triste o contento, porque si Duo preguntaba feliz esperando un No como
respuesta quería decir que sus sentimientos no eran correspondidos lo que le
iba a ocasionar mucha tristeza pero también se sentía feliz porque Duo le
dirigía la palabra, Heero amaba aquella hermosa voz
Heero. No, me confundí...
no pasará otra vez
Duo. No sabes cómo me
alegro
Duo no tenía intenciones de
hacerlo pero esas palabras eran las más crueles que Heero hubiese escuchado en
su vida, tal vez Duo no era para él y debía de hacerse a la idea de una vez por
todas... Duo sonríe ampliamente a Heero y se anima de nuevo a mirarle con
confianza a los ojos
Duo. Me alegra que no
estemos distanciados
Heero. Sí
Duo. ¿Sabes? me alegra
estar aquí
Heero. ¿Aquí?
Duo. Bueno, no aquí en el
Hospital, me refiero a éste momento... gané un hermano y dos amigos
La mirada y la voz de Duo
sonaba muy contenta, había encontrado en Quatre al hermano que siempre había
deseado y en Trowa y Heero a los amigos que nunca había tenido... el ojiazul
intenta también sonreírle, le encantaba ver a Duo feliz pero no podía evitar
sentirse triste, Duo solo lo quería como a un amigo... con toda su inocencia el
trenzado se acerca a Heero y le regala un afectuoso abrazo, el ojiazul se pone
un poco nervioso, sentir el pecho de Duo pegado al suyo, alcanzar a oler el
bello aroma de su cabello y sentir sus brazos apretarle la espalda le hacían
sentir la gloria, Duo estaba en cambio muy feliz, se sentía mal estando enojado
con Heero pero es que cualquier acercamiento de ese tipo dolía más que
cualquier cosa, probablemente nunca más en su vida se iba a enamorar... más
tarde ese día la tía de los hermanos Barton va a visitar a Trowa al hospital,
le había sido imposible ir más temprano por culpa de su trabajo pero ahora sí
podía estar ahí. El entrar a la habitación ve a Quatre a un lado de Trowa y
frunce el ceño, el rubio no era de su total agrado
Leia. Buenas tardes
Trowa y Quatre voltean a
ver a la mujer cuando entra a la habitación y saluda, Trowa le sonríe a su tía
y Quatre hace lo mismo pero Leia solo mira a su sobrino sonriéndole tiernamente
mientras se acerca a la cama, Quatre se pone de pie dejándole paso a la mujer
Leia. ¿Cómo estás?
Trowa. Bien
Leia. Marimaia quiso venir
a verte pero como no puede entrar te manda saludos
Trowa. Gracias
Leia acaricia la frente de
Trowa y se aleja un poco acercándose a Quatre, el rubio le mira y sonríe
amablemente pero ella lo mira seria
Leia. Ya puedes irte, yo me
quedo
Quatre siente feo cuando la
mujer le dice aquellas palabras y enseguida baja la mirada, Trowa había
alcanzado a oír las palabras de su tía y solo mira a su novio fijamente, el
rubio lo mira unos segundos cruzándose ambas miradas, Trowa no dice nada para
defender a Quatre lo que causa tristeza en el rubio y sin decir nada se da
media vuelta para salir de la habitación, Leia se acerca una silla a la cama de
su sobrino y se sienta
Leia. Perdón querido pero
él no tiene ningún derecho
Trowa. Sabes que es mi
novio y lo amo
Leia. Ay cariño, estas en
una etapa de confusión en tu vida, después te darás cuenta que no es lo que te
conviene y sentarás cabeza
Trowa. Tía... soy
homosexual, te guste o no
Aquellas palabras hacen
enfurecer a su tía pero en esa ocasión Trowa estaba hospitalizado y no tenía
intenciones de pelear por lo mismo con él por lo que solo le sonríe
Leia. Ya, no hablemos de
eso
La mujer saca de su bolsa
un libro y comienza a leer, Trowa la mira fijamente y cierra los ojos, era
obvio que ya no había nada más que hablar... Duo platicaba a Heero de cuando él
y Quatre eran niños y hacían travesuras en Santa Fe cuando el rubio sale de la
habitación de su novio, el trenzado nota tristeza en los ojos de Quatre y corta
abruptamente la plática para acercarse a él
Duo. ¿Qué tienes?
Quatre. La señora Leia me
corrió
Duo. Pero si se ve bien
amable
Quatre. Yo nunca le he
agradado
Duo. Lo siento
Quatre. No te preocupes, me
iré a la casa, mañana regresaré
Duo. Yo me iré contigo...
¿no importa Heero?
Heero. ¿Eh? No
Quatre. Adiós Heero
Con una pequeña sonrisa el
rubio se despide de Heero y comienza a caminar para salir de la sala de espera,
Duo sin decir nada se acerca al ojiazul y le besa la mejilla yéndose después,
el amigo de Trowa se lleva una mano a la mejilla besada y emite una media
sonrisa, el trenzado era demasiado puro, tanto como para no darse cuenta que
ese beso había provocado muchas sensaciones agradables en Heero...
Ya de noche Leia sale de la
habitación de Trowa encontrándose con Heero afuera de la habitación, la mujer
le sonríe amablemente y se acerca a él
Leia. Gracias por estar
aquí querido
Heero. De nada
Leia. Iré a cenar algo, al
rato regresa Cathita ¿eh?
La tía de Trowa le cierra
un ojo a Heero y se va para la cafetería, a diferencia de Quatre, a Leia le
caía muy bien Heero, sobre todo porque desconocía de sus preferencias sexuales
y porque le parecía que era el candidato perfecto para su sobrina Catherine,
Heero lo sabía pero trataba siempre de ignorarlo... aprovechando que se ha
marchado la mujer entra a la habitación donde estaba su amigo, Trowa parecía
estar dormido pero cuando escucha la puerta abre los ojos, Heero se acerca a la
cama y se sienta en la silla donde antes estaba la tía del ojiverde
Trowa. Gracias por estar
aquí
Heero. ¿Qué te pasa?
Trowa. ¿De qué hablas?
Heero. Te conozco demasiado
bien, te conozco mejor que nadie
El ojiverde se sorprende un
poco por aquellas palabras y también se sonroja ligeramente desviando enseguida
la mirada, Heero le miraba fijamente y con el ceño fruncido, estaba convencido
de que su amigo le ocultaba algo y estaba seguro de que no era nada bueno, el
ojiazul se levanta y se sienta en la cama a un lado del ojiverde mirándole fijo
Heero. ¿No me tienes
confianza?
La mirada de Heero era un
poco blanda, le preocupaba mucho la situación, algo le decía que no sucedía
nada bueno, Trowa también le mira en correspondencia y se sienta recargándose
en el respaldo de la cama, el ojiverde estira su mano y sorprende a Heero
cuando toma la de él
Trowa. Estoy... me estoy
muriendo Heero
Confiesa por fin a su amigo
después de una larga pausa, no creyendo lo que oye el ojiazul mira atónito a su
amigo quedándose por completo sin habla, Trowa siente que la mano de su amigo
comienza a temblar
Heero. No me gustan las
bromas, lo sabes
Trowa se muerde duramente
el labio inferior al ver la expresión en Heero y éste lentamente quita su mano
y se pone de pie mirando a Trowa fríamente
Trowa. Voy a morir
Heero. ¡No!
El ojiazul comienza a
respirar con dificultad mirando duramente a su amigo mientras empuña con fuerza
sus manos, los ojos de Trowa se comienzan a humedecer
Trowa. Es cerebral y...
Heero. No es verdad
Trowa. ¡Nada ganas con
negarlo!
Heero. ¡Cállate!
Desesperado Heero comienza
a agarrar cosas de la habitación y las avienta al suelo, Trowa cierra los ojos
fuertemente también empuñando sus manos, al instante llega una enfermera al
escuchar los ruidos y se asusta al ver al chico vuelto loco tirando cosas,
Trowa no podía más, su pecho estaba completamente agitado
Trowa. ¡Me voy a morir
maldita sea!
El ojiverde grita
desesperado apretando con fuerza la sábana sobre sus piernas, la tía Leia
estaba por llegar a la habitación y escucha a su sobrino sorprendiéndose
completamente mientras se lleva una mano a la boca, la enfermera baja la mirada
un poco triste y Heero se detiene por completo sintiendo un fuerte dolor en el estómago,
Trowa aún temblaba de desesperación y voltea a ver a Heero a los ojos, él
ojiazul también lo hace
Trowa. No hay nada que se
pueda hacer... por favor, no hagas de mis últimos días un tormento... quiero
verte sonreír de nuevo
Heero cierra sus ojos y
suspira hondo dejándose caer de rodillas al suelo y cuando los abre estos
estaban un poco rojos, de dolor y coraje pero al igual que con su padre era
incapaz de llorar, el ojiazul hace un gran esfuerzo y le regala a Trowa una
pequeña sonrisa, el ojiverde asiente con la cabeza mientras sus lágrimas
comienzan a salir rodándose por sus mejillas... tía Leia siente que se le
flaquean las piernas y se sienta en una de las banquillas afuera de la
habitación de Hospital comenzando también a llorar pero en silencio, seguro que
Trowa lo guardaba como un secreto para no lastimar a nadie y ella no le iba
hacer saber que estaba enterada de la situación, era la mejor forma de
ayudarlo...
Después de cenar Quatre se
había refugiado en su habitación, el trenzado estaba preocupado por él y al
poco tiempo después va hacia la habitación de su amigo encontrando al rubio
parado mirando por la ventana, al oír la puerta abrirse Quatre voltea y sonríe
a su amigo, después vuelve a mirar por la ventana, Duo entra a la habitación y
se acerca a su amigo agarrándole la mano, Quatre se voltea hacia él
Quatre. Estas preocupado
¿verdad?
Duo. Sí, porque estas
triste ¿es por lo de la tía de Trowa?
Quatre. Por eso y por
Trowa, me preocupa, lo siento distinto
Duo. Seguro que solo es
algo pasajero, no te preocupes
El trenzado se sonroja un
poco mirando a Quatre, el rubio lo mira también fijo y Duo por fin se atreve a
acercarse y darle un beso en la mejilla sin soltarle la mano, Quatre se lleva
una mano a la mejilla y sonríe mientras se sonroja
Duo. Es para que suban tus
ánimos
Quatre. Gracias Duo, eres
buen amigo
Duo sonríe alegre y suelta
la mano de Quatre
Duo. ¿Estarás bien?
Quatre. Claro
Duo. Que pases buenas
noches
Quatre. Buenas noches
Ambos chicos se sonríen y
el trenzado sale de la habitación, Quatre cierra la ventana de su habitación y
se acuesta en la cama
Quatre. Sí, seguro es
pasajero... Trowa confía en mí
Gracias a las palabras y el
beso de Duo el rubio se siente mejor y deja de pensar en que algo malo le pasa
a su novio... Toda la noche Heero acompaña a Trowa en el hospital, no había
vuelto a hablar de la enfermedad, eran las 4 de la madrugada, tía Leia se había
ido apenas unos minutos atrás para descansar un poco mientras que Catherine no
había ido en todo el día anterior por quedarse cuidando a Mariemaia; el
ojiverde despierta poco a poco y ve a Heero dormir sentado en la silla, Trowa
sonríe e intenta sentarse pero no puede y se deja caer nuevamente en la camilla
Trowa. ¿Qué le pasa a mis
fuerzas?
El ojiverde se lleva una
mano a la frente y cierra los ojos, en ese momento Heero despierta y al ver a
Trowa en esa posición se preocupa acercándose hacia él
Heero. ¿Qué tienes?
Trowa. Nada, me sentí
débil, es todo
Heero. Es por tus medicinas
¿verdad?
Trowa. Sí, al rato las
tomaré... gracias
El ojiazul suspira un poco
aliviado y se acerca la silla a la cama mirando fijamente a su amigo
Heero. ¿Cuándo se lo
piensas decir a Quatre y tú familia?
Trowa. Nunca
El ojiverde responde
determinante, no pensaba contárselo a nadie, ni siquiera tenía planeado que
Heero lo supiera pero las cosas se habían dado así
Trowa. Por favor no se lo
digas ni a Duo
Heero. No le diré a nadie
pero tú sí deberías, piensa en tu hermana, tu tía, a Quatre lo destrozarás
Trowa. Lo sé, por eso no
quiero que sepa
Heero. ¿Qué explicación va
a tener cuando un día simplemente despiertes y...?
Las palabras se atoran en
la garganta de Heero y desvía su mirada causando un silencio bastante incómodo
Trowa. Por favor, ya no me
hagas pensar en eso ¿sabes que quiero?
Heero. Que
Trowa. Vivir, eso quiero
Heero. Trowa...
El ojiverde sonríe
ligeramente y toma con delicadeza la mano de su amigo
Trowa. Escucha, si me
lamento, si hago que todos estén siempre pendientes de mí, si solo pensamos y
hablamos de eso no podré morir en paz... ¡quiero vivir! Aunque sean unos meses,
semanas, días, horas... quiero que cada minuto valga la pena, quiero darle
sentido al tiempo que me queda y quiero estar al lado de la gente que amo ¿me
entiendes?
El ojiazul asiente con su
cabeza y con su otra mano toma la otra mano de Trowa
Heero. Te entiendo
Trowa vuelve a sonreír a su
amigo pero él solo lo mira fijamente y mostrándose sereno, admiraba a su amigo,
debía ser muy duro todo por lo que estaba pasando, pero el ojiverde no estaba
solo, lo tenía a él, siempre...
Quatre se va al consultorio
a trabajar como acostumbraba, a Trowa lo iban a dar de alta a las 10 de la
mañana y aunque no había podido ir se sentía tranquilo de que Heero estuviera a
su lado, además su tía también estaba con él; Duo se queda solo en el
departamento y aprovecha para ayudarle a su amigo con los quehaceres de la
casa, el trenzado primero barre y mientras lo hace la lavadora trabajaba con
ropa de él y de Quatre, Duo comienza a sacudir empezando por la sala
deteniéndose al ver la fotografía que había visto la primera vez que había
pisado el departamento de su amigo, la sostiene entre sus manos y sonríe
Duo. Después de todo no fui
abandonado por Dios
El trenzado sonríe
tiernamente mientras acaricia toda la fotografía donde estaban retratados los
tres chicos que en esos momentos eran como su familia, después de verla durante
un tiempo la deja en su lugar y termina de sacudir la sala para irse a la
habitación de Quatre, el trenzado empieza con la cómoda y después con los buró,
al llegar al del lado izquierdo recuerda lo que su amigo le había hablado sobre
los condones y le da curiosidad por lo que abre el cajón y saca una tira que el
rubio tiene
Duo. Que chistosos
Duo se ríe tontamente y un
poco apenado, después intenta jalar uno de los contenidos en la tira pero no
logra arrancarlo así que mejor lo abre directamente y saca el preservativo
mirándolo de cerca
Duo. ¿Cómo se pondrá?
A Duo le viene una idea
loca y se sonroja completamente
Duo. No... aunque estoy
solo
Nervioso el trenzado voltea
a todas partes varias veces, después suspira y pone firme la mirada mientras se
desabrocha el pantalón y lo deja caer hasta el suelo haciendo lo mismo con su
ropa interior, mira su miembro unos momentos y toma el condón intentando
ponérselo pero era dificultoso
Duo. No se puede... ¿será
que tiene que estar erecto?
Nuevamente Duo se sonroja
completamente y desiste de ponerse el condón dejándolo caer al suelo para
subirse los pantalones pero en ese momento la puerta de la entrada se abre, Duo
no había cerrado la puerta de la habitación de Quatre por lo que se alcanzaba a
ver claramente lo que sucedía, Duo escucha la puerta y voltea enseguida, el
rubio quien acababa de llegar lo mira y se sonroja completamente cerrando la
puerta quedándose afuera del departamento, el trenzado también se sonroja y
rápidamente se acomoda la ropa y se acerca a la puerta para ir tras Quatre, el
rubio estaba ahí un poco impactado
Duo. Yo...
Quatre. No... no me
expliques
Apenados los dos desvían su
mirada incómodos, Quatre entra primero al departamento y luego entra el
trenzado, el rubio va a su habitación y al entrar ve el condón en el suelo,
sonríe tiernamente y lo junta, Duo estaba atrás de él aún con el rostro
sonrojado
Quatre. Duo...
Duo. Perdóname... me dio
curiosidad
Quatre. No te disculpes
Quatre pone su mano sobre
la cabeza de Duo y palmea un par de veces
Duo. ¿Por qué llegaste tan
temprano?
Quatre. Le conté al doctor
lo de Trowa y me dio el día pero por la tarde voy a la escuela
Duo. Ya veo
Quatre. ¿Vamos a su casa?
Duo. Claro
El trenzado se va a su
habitación para cambiarse de ropa e ir más presentable mientras Quatre rejunta
el tiradero que Duo hace por su experimento, el trenzado se alista y apaga la
lavadora, después ambos salen del departamento hacia la casa de Trowa donde
también estaba Heero, gracias a la medicina Trowa no se sentía débil pero su
tía le había obligado a guardar reposo y a ir a la escuela hasta el día
siguiente, Catherine les abre la puerta a los amigos y contenta los deja pasar,
en la casa no estaba tía Leia pero Mariemaia sí, la chiquilla al ver a Quatre
comienza a llamarle gay y aunque Catherine la regaña ella continúa diciendo
tonterías, el rubio estaba avergonzado
Mariemaia. ¿También eres
gay?
Duo. ¿Yo?
Mariemaia. Sí, pareces gay
La chiquilla se empieza a
reír y Duo también se sonroja, Catherine pide disculpas y se lleva a la niña a
pesar de que patalea para que la suelten, Quatre le muestra el camino a la
habitación de Trowa a Duo y el trenzado le sigue, al entrar ven a Heero y Trowa
conversar tranquilamente, el ojiverde sonríe al ver a Quatre y él enseguida se
acerca a su novio y lo abraza, Duo sonríe al ver la escena y se acerca dándole
un beso en la mejilla a Heero quien nuevamente se siente feliz por sentirlo y
cuando Quatre suelta a Trowa el trenzado se acerca y también lo saluda a él
Quatre. ¿Cómo te sientes?
Trowa. Perfectamente
Duo. Quatre estuvo muy
preocupado
Trowa. Lo siento
El rubio sonríe y niega
varias veces con la cabeza dándole un beso en la frente a su novio después,
Quatre se hinca a un lado de la cama mientras que Heero ofrece su asiento a
Duo, el trenzado acepta y Heero se queda de pie
Trowa. Heero ¿por qué no le
dices a Duo?
Heero. ¿Eh?
El ojiazul se extraña de
que Trowa diga eso y se sonroja ligeramente, Heero cree que Trowa habla de sus
sentimientos pero el ojiverde se apresura a aclarar
Trowa. Sí, que sea tu
modelo
Duo. ¿Modelo?
Trowa. Heero perdió a su
modelo y necesita entregar un cuadro en quince días
El trenzado voltea con
Heero y lo mira fijamente
Duo. No sé... yo...
Heero. No, él no puede
Todos se sorprenden por la
respuesta y voltean a ver a Heero, el trenzado lo mira más detenidamente que
cualquiera
Heero. Es un desnudo
Ahora es Duo quien se
sonroja por la respuesta y baja su mirada, Quatre se sorprende y voltea a ver a
Trowa ¿cómo se le ocurría que Duo posara un desnudo sabiendo por lo que había
pasado su amigo? Duo también se siente un poco mal y tarda en contestar
Duo. No
El trenzado intenta mirar a
Heero a los ojos pero no puede, se sentía apenado, se había acordado de aquella
vez en que el ojiazul le había salvado, el ambiente se pone muy tenso, solo
Trowa sonreía, Duo se pone de pie y sale de la habitación del ojiverde, Heero
se sorprende cuando lo ve irse y voltea hacia Trowa frunciendo el ceño y
después sale también de la habitación, el rubio se pone de pie y se lleva ambas
manos a la cintura observando acusadoramente al chico
Quatre. ¿Qué te pasa? No
debiste decir eso
Trowa. Quatre, ellos
necesitan superarlo
Quatre. ¿De qué hablas?
Trowa. Duo necesita superar
lo que le sucedió y Heero necesita olvidar lo que vio ¿no entiendes? Necesitan
enfrentarse a ello
Quatre se sorprende por la
forma de actuar y de pensar de Trowa, parecía como si hubiera madurado
completamente en tan solo unos días, además estaba muy cambiado, era más amable
de lo normal y además sonreía seguido, antes le costaba mucho trabajo hacerlo,
el rubio se acerca otra vez a la cama y se agacha abrazando a Trowa, el
ojiverde sonríe y le besa sobre los cabellos... Duo estaba sentado en la sala y
Heero había ido tras él, baja las escaleras y lo mira pensativo, el ojiazul se
sienta a su lado y lo mira fijamente, el trenzado voltea a verle también aún
sonrojado
Heero. No tienes que
hacerlo, conseguiré quien lo haga
Duo. ¿En serio?
Heero. Si
Duo. Gracias por comprender
Heero asiente con la
cabeza, se pone de pie y ofrece a Duo su mano para ayudarlo a levantarse, Heero
se da cuenta que ha sostenido la mano del trenzado más tiempo del que debiera y
se sonroja soltándola enseguida, Duo también se da cuenta y se sonroja, los dos
se voltean a distintas partes hasta que el trenzado recupera su color y voltea
a verle sonriéndole, Heero intenta sonreír ampliamente pero solo le sale una
media sonrisa. Ambos chicos van a volver a la habitación pero se detienen al
ver que Quatre baja las escaleras
Duo. ¿Ya nos vamos?
Quatre. Sí, recuerda que me
acompañarás para ver lo de la Preparatoria abierta
Duo. ¡Es verdad!
Heero no entiende de que
hablan y pregunta al rubio, Quatre responde y Heero se sorprende pero a la vez
le da mucho gusto, el que Duo quisiera superarse le resultaba muy bueno
considerando todo lo que había vivido el trenzado y todo lo que se le había negado
porque al casarse con el tal Treize había renunciado a los estudios, a su
libertad y a la capacidad de pensar, ya era tiempo de que Duo comenzara a
rehacer su vida lejos de las cadenas que le ataban a su pasado y a lo peor que
había vivido en la vida: su matrimonio con Treize y su más reciente trabajo...
Quatre también aprovecha que Heero está ahí y le hace el comentario de que Duo
quiere trabajar y que tal vez lo puede hacer en la empresa del padre de Relena,
al ojiazul le agrada la idea pero aún Duo no estaba muy convencido.
Los dos amigos se despiden
de Heero y se van de la casa de Trowa mientras el ojiazul se queda con el
ojiverde, ahora más que nunca pensaba dedicarle mucho tiempo... Quatre y Duo
pasan antes a su departamento para recoger los útiles del rubio y de ahí parten
hacia la Universidad donde estudiaba Quatre, el trenzado estaba maravillado, se
trataba de una escuela muy grande y con instalaciones muy bonitas, en sus ojos
había un brillo especial, ya ansiaba por estudiar la Universidad, Quatre lo
mira tan contento que también se pone muy feliz
Duo. ¡Vaya, es hermosa!
Quatre. ¿Te gusto?
Duo. Claro, ya quiero venir
a estudiar aquí
El rubio mira a Duo y
después comienza a reír por lo bajo, el trenzado lo mira fijamente sin entender
porque su amigo se burlaba de él, Quatre deja de reír después de un tiempo
Quatre. No Duo, ésta
escuela no tiene la carrera de Leyes
Duo. Pero si está muy
grandotota
Quatre. Si pero aquí solo
hay carreras que tienen que ver con la salud, la facultad de economía,
administración y leyes está en otra parte
Duo. ¡Cielos! Que
interesante
Quatre sonríe con ternura y
pasa cariñoso su mano por los cabellos de su amigo, a pesar de todo por lo que
había pasado Duo aún conservaba un gran rastro de inocencia, era la primera vez
que conocía a alguien así, sin tanta malicia, era como ver a un niño en el
cuerpo de un adulto... el rubio baja su mano y ambos comienzan a caminar hacia
el locker del rubio para que éste guarde sus útiles del día y de ahí fueran a
pedir informes sobre la Preparatoria abierta que estaba cerca de la
Universidad, las clases de Quatre aún no comenzaban y tenían tiempo, ambos
chicos conversan mientras caminan, de repente el rubio se detiene al ver que
los tres tipos que siempre les molestaban a él y a Trowa se encontraban cerca,
Duo lo voltea a ver deteniéndose también
Duo. ¿Qué sucede?
Quatre. Mejor démonos la
vuelta
Sin entender de qué habla
Quatre el trenzado se queda ahí parado viendo como su amigo comienza a
alejarse, Ralph, uno de los tres sujetos ve a Quatre con Duo y también ve que
el rubio les saca la vuelta y se lo comenta a sus dos compañeros que sonriendo
maliciosos comienzan a acercarse, Quatre no se da cuenta que Duo no le está
siguiendo, el trenzado solo mira a Quatre marcharse hasta que siente que
alguien está detrás suyo y voltea
Ralph. ¡Dios santo! Habría
jurado que eres mujer
Duo inclina la cabeza ante
el comentario y se queda callado, Ralph sonreía ampliamente, ese chico frente a
él estaba muy lindo de su carita, él no era gay pero ese rostro le agradaba de
sobre manera, los otros dos también lo ven fijamente
Erick. ¿Cómo te llamas
lindura?
A Duo no le agrada que le digan
lindura y sin contestar solo frunce el ceño y se da media vuelta comenzando a
caminar hacia Quatre quien ya le llevaba diez metros de distancia, a Erick le
molesta que lo hayan ignorado y enojado se acerca al trenzado jalándolo con
fuerza del brazo, Duo grita cuando siente el jalón y Quatre enseguida voltea,
el rubio frunce el ceño muy enojado y sin importar lo que le dijeran o hicieran
va hacia su amigo para ayudarle, el rubio llega cuando Duo forcejea con el tipo
y logra aventar un poco a Erick
Quatre. ¡Suéltalo!
Erick. Uy, que salvaje
Erick se burla del rubio
comenzando a reír después siendo seguido de Ralph mientras que Trant solo se
queda serio observando la escena
Ralph. ¿Cambiaste a Trowa
por éste bomboncito?
Quatre. ¡Es mi amigo y
suéltenlo!
Erick. Oye oye, ésta perra
fue quien nos incitó
Quatre se enoja más por el
insulto y agarra a Duo del otro brazo y lo jala hacia él lo que hace que Erick
suelte al trenzado, el sujeto se molesta bastante y se acerca a Quatre
agarrándolo con fuerza de los cabellos
Duo. ¡Quatre!
Quatre. Vete Duo, yo me
encargo
Duo niega con la cabeza
ante la petición y mira enojado al sujeto que agarraba con fuerza los cabellos
de su amigo mientras ambos rubios se miraban retadoramente, Ralph sonríe
satisfecho mientras Trant continuaba serio mirándolos
Erick. Te perdonaré si me
haces una mamada
Quatre. ¿No se supone que
no eres gay?
Erick. Una mamada siempre
es buena, la haga quien la haga
Quatre. Púdrete
A Erick le molesta mucho
más el insulto de Quatre pero lo que desata su furia es cuando el rubio después
de eso le escupe en la cara, completamente furioso Erick levanta su puño con la
total intención de asestarle un puñetazo al rubio en la cara, Quatre ve la
intención y cierra con fuerza sus ojos mientras gira su cabeza a otro lado
preparándose para el golpe
Erick. ¿Qué demonios...?
Erick voltea hacia atrás al
sentir como su brazo es sujetado, se trataba de Trant que le miraba fijamente,
Quatre se da cuenta que el golpe a tardado en llegar y voltea al mismo tiempo
que abre sus ojos observando con sorpresa como uno de esos tres sujetos
agarraba el brazo de su compañero evitando que su puño se estrellara contra su
cara
Trant. Suficiente, dejen a
las nenas en paz
Erick. ¡Pero me escupió!
Trant. ¡Dije suficiente!
Con enojo pero sin
intenciones de oponerse a la orden Erick suelta los cabellos de Quatre y baja
su puño, Trant era el líder de la bandilla y era bastante fuerte, oponerse a él
era muy peligroso, Ralph también capta la orden y los tres se retiran, Trant
mira fijamente a Quatre unos segundos y se aleja fríamente llevándoles la
delantera a los otros dos que mientras caminaban hacia atrás voltean hacia los
dos amigos haciéndoles señas, Ralph pasa su pulgar por su cuello dándoles a
entender que les iba a pesar ese insulto mientras que Erick mira fijamente a
Quatre llevándose una mano a su entrepierna y la sujeta con encima de la ropa
mientras se lame los labios, ambos comienzan a reír y después se dan media
vuelta para caminar normalmente siguiendo a su líder, preocupado Duo se acerca
a Quatre y le acomoda los cabellos
Duo. ¿Estás bien?
Quatre. Sí, no es nada
Quatre le sonríe amable a
Duo pero él continuaba preocupado por su amigo, por lo que veía no era la
primera vez que esos sujetos le molestaban, incluso se veía que conocían a
Trowa... Ralph y Erick le dan alcance a Trant colocándose cada uno a los lados
de su líder mirándolo fijamente
Erick. ¿Por qué nunca me
has dejado hacerle algo a ese estúpido de Winner?
Mirando al frente y sin
hacer caso a la pregunta el líder continúa caminando mientras su mente divaga
en uno y miles pensamientos, Ralph y Erick voltean a verse y encogen los
hombros no volviendo a tomarle importancia al asunto...
Quatre y Duo van hacia la
Preparatoria y piden informes, la colegiatura era barata y no había clases en
aulas, se les entregaba material didáctico tanto impreso como digitalizado para
el estudio libre en casa, cada cierto tiempo se hacían exámenes en la Institución
a los que el estudiante debía de asistir sin falta alguna y de ésta forma se
evaluaba, además de que tenían asesoría abierta para cualquier duda con
respecto a los temas, de éste modo se sacaba la Preparatoria en la mitad del
tiempo que en una preparatoria normal, también había opción de que el alumno
estudiara en la misma Institución si le parecía más cómodo aunque no fuera con
clases en aulas...
Duo estaba emocionado, le agradaba la idea, de esa forma podía trabajar sin limitaciones de horarios, eso lo hacía feliz así que sin pensarlo se inscribe para la siguiente generación que sería en dos semanas, los dos amigos salen de la preparatoria y se dirigen hacia la Universidad pero no entran
Duo estaba emocionado, le agradaba la idea, de esa forma podía trabajar sin limitaciones de horarios, eso lo hacía feliz así que sin pensarlo se inscribe para la siguiente generación que sería en dos semanas, los dos amigos salen de la preparatoria y se dirigen hacia la Universidad pero no entran
Quatre. Si quieres llévate
mi auto, yo me regresaré en camión
Duo. ¿Tu auto? Pero si yo
no sé manejar
Quatre. ¡¿No sabes?!
Duo. Recuerda que en Santa
fe es raro ver autos y Treize jamás me quiso enseñar a manejar
Quatre. Ya veo, entonces te
pediré un taxi
Duo afirma sonriendo y
ambos caminan hacia la avenida, enseguida un taxi se detiene al ver que Quatre
pide con su dedo que se detenga, el rubio le da indicaciones al taxista del
lugar donde queda su departamento, el chofer sonríe amable y acepta, Duo besa
la mejilla de su amigo para despedirse y se sube al taxi, Quatre se regresa a
la Universidad
Chofer. No eres de estos
rumbos ¿verdad muchacho?
Duo. No
Chofer. Se nota ¿sabes? por
aquí hay mucha gente peligrosa, ten cuidado
Duo. Gracias por el consejo
El taxista mira por el
retrovisor a Duo y sonríe, ese muchacho se veía muy despistado, seguro era muy
tonto, aquel pensamiento le provoca una sonrisa, el trenzado recarga su cabeza
en la ventana mientras comienza a recordar lo de esa tarde cuando Trowa había
hecho el comentario del desnudo, Duo cierra los ojos volviendo sus mejillas a
sonrojarse, la sola idea de pensar en volver a posar sin ropa le hacía sentir
muy mal aunque también le hacía sentir mal haberle dicho que no a Heero después
de lo bien que él se ha portado, sabía lo importante que era para el ojiazul su
carrera y aun así no había sido capaz de decirle que si quería ayudarle y
pensar que Heero no había querido decirle al saber lo mucho que le dolía
recordar lo de su anterior trabajo, Heero había pensado primero en él al no
querer pedirle el favor y sin embargo él había sido un poco egoísta con Heero
al pensar solo en él, a pesar que ya había dicho que no comenzaba a
reconsiderar la propuesta... después de algunos minutos el taxi llega a su destino,
el chofer detiene el taxi y se gira hacia Duo
Chofer. ¿Es aquí muchacho?
Duo. Sí, aquí es, gracias
¿cuánto le debo?
Chofer. Nada
Duo. ¿Nada?
Chofer. Solo dame tu
autógrafo
Duo se sorprende por la
respuesta que le da el taxista y también por la sonrisa y la mirada fija que le
acompañan, el trenzado enarca una ceja sin entender
Duo. ¿Autógrafo?
Chofer. Eres estrella porno
¿no?
El trenzado siente un
fuerte vuelco en el estómago y mira muy sorprendido al sujeto mientras su
rostro adquiere un color rojo profundo, el taxista no comprende la reacción de
Duo y borra su sonrisa sin dejar de mirarle detenidamente
Chofer. No pongas esa cara,
te he visto en el Internet ¿qué mamadas eh?
El cuerpo de Duo comienza a
temblar y sus ojos comienzan a enrojecerse, el chofer no entiende la reacción,
el trenzado se aguanta las ganas de llorar y enojado sale del taxi sin mirar
antes al taxista quien al verlo salir también sale y se dirige a él agarrándolo
con fuerza del brazo cuando lo alcanza, Duo voltea su rostro bruscamente hacia
el tipo que le sujetaba, sus mejillas ya estaban mojadas
Chofer. Si no me vas a dar
el autógrafo ¡págame!
Duo. ¡Toma tu estúpido
dinero!
El trenzado saca de su
cartera un puño de billetes sin fijarse siquiera en cuanto dinero es y los avienta
en la cara del chofer quien mira sorprendido a Duo mientras los billetes caen
lentamente hacia el suelo, los ojos de Duo eran un poco fríos, el chofer se
sentía intimidado
Duo. ¡Toma todo ese dinero
si quieres, no me importa porque es maldito dinero sucio!
Sin decir más el trenzado
arrebata su brazo del agarre y se vuelve a girar para continuar caminando sin
prestarle atención al sujeto quien comienza a juntar el dinero, se sentía un
poco confundido, anteriormente se había encontrado con estrellas porno y les
había pedido su autógrafo los cuales siempre eran aceptados, pero éste sujeto
miraba de forma trémula y además se había mostrado dolido ¿qué clase de
estrella porno era esa?... Duo se dirige al departamento mientras se seca unas
cuantas lágrimas...
Después de haber estado con
Trowa durante muchas horas Heero decide regresar a su departamento, tía Leia,
Mariemaia y Catherine cuidaban de Trowa y seguro que su amigo en esos momentos
necesitaba de su familia, por eso era mejor dejarle estar con ellos; el ojiazul
llega a su departamento y enseguida va a la cocina a beber un poco de agua y
mientras bebe se desabrocha los dos botones superiores de su camisa y después
abre algunas ventanas, se sienta en la sala y se recarga cómodamente en el
sillón cerrando sus ojos mientras se sumerge en un mar de pensamientos
Poco tiempo después el
timbre del departamento suena y lo hace abrir los ojos, Heero se extraña de que
alguien le visite, de pronto recuerda a Relena y suspira cansado imaginando que
es la chica ya que era la única además de Trowa que lo visitaba, el ojiazul
deja su vaso en la mesa de la sala y se levanta del sillón para abrir, no le
gustaba ser descortés con Relena, por muy fastidiosa que fuera no dejaba de ser
chica y él era todo un caballero. Heero suspira nuevamente antes de abrir
llevándose una sorpresa cuando ve que no es Relena quien le visitaba sino Duo,
sus ojos no daban crédito y miles de preguntas rondaban su cabeza ¿qué hacía el
trenzado ahí? ¿cómo había dado con la dirección si no conocía la ciudad? ¿por
qué sus ojos reflejaban tanta decisión? No comprendía nada y sin embargo la
sensación de verle ahí de pie frente a él le hacía sentir una grata emoción
Heero. Ho... hola
Duo. ¿Puedo pasar?
Heero. ¿Eh?... sí
El ojiazul se sentía un poco
nervioso y miraba por todas partes su departamento, como todo hombre no era muy
ordenado y le apenaba con Duo el desorden pero el trenzado no ponía atención en
esas cosas y directamente se pasa a la sala que estaba muy cerca de la entrada
del pequeño departamento, Duo baja un poco su cabeza mientras se sonroja, Heero
se acerca torpemente a él
Heero. ¿Agua?
Duo. Estoy bien
Heero. Siéntate
El trenzado asiente con la
cabeza y se sienta en uno de los muebles de la pequeña sala, Heero no sabía si sentarse
o no, estaba nervioso y confundido, no sabía qué decir, si le preguntaba a Duo
el motivo de su visita a lo mejor el trenzado entendía que tal vez su presencia
molestaba
Heero. ¿Co... cómo diste?
Duo. Agarre la libreta de
Quatre y anoté tu dirección, pedí un taxi y entregue la hoja
Heero. Ah
El silencio les embarga a
ambos, Duo no sabía por dónde comenzar y Heero no se atrevía a preguntar nada
más, el silencio dura largos cinco minutos, el trenzado se decide y voltea a
ver al ojiazul con la mirada determinante, Heero se sorprende de esa mirada y
también le mira de forma fija, Duo suspira profundo antes de hablar
Duo. Quiero posar para ti
Automáticamente el rostro
de Heero se incendia al escuchar aquellas palabras sintiendo una especie de escalofrío
placentero que le recorre el cuerpo, Duo estaba también sonrojado, lo había
pensado durante dos horas y había llegado a la conclusión de que no era mala
idea posar desnudo para Heero, lo sucedido con el taxista le había abierto los
ojos, si no superaba en esos momentos lo que le había sucedido jamás iba a
poder sentirse tranquilo, necesitaba ya enfrentar la situación así como alguna
vez se animó a contarle a Quatre sobre Treize, ahora necesitaba enfrentar junto
con Heero la cruda realidad que habían vivido por culpa de aquel sucio trabajo,
ahora comprendía que el comentario de Trowa había sido con buena intención...
Heero tarda en contestar,
algo se atoraba en su garganta, emoción o inquietud, no sabía cómo sentirse,
tener a Duo desnudo frente a él era un arma peligrosa ¿cómo hacerle para no
excitarse? ¿cómo hacer para que miles de fantasías no rondaran por su mente?
¿cómo iba a hacer para no lanzarse encima de aquel hermoso cuerpo? Más que
nunca se sentía el ser más sucio del mundo, Duo no merecía eso
Duo. ¿No quieres?
Heero. E... está bien
Duo. Podemos comenzar hoy,
le deje a Quatre una nota
Heero. S... sí...
El ojiazul más nervioso que
antes se retira a su habitación para ir por su caballete, el lienzo, su paleta
para mezclar, el cernedero, sus pinturas, las brochas y demás instrumentos de
trabajo mientras Duo esperaba nervioso en la sala, Heero regresa a la sala y
acomoda sus cosas poniéndose después el cernedero, Duo se levanta del asiento y
tímido mira a Heero
Heero. Ya puedes...
Duo. Si
Heero no se atrevía a
pedirle que se desnudara pero Duo había entendido rápidamente, el ojiazul
desvía su mirada hacia el lienzo cuando ve como tímidamente el trenzado se
quita la camisa dejándola sobre uno de los sillones, Heero evitaba voltear a
verlo mientras se desnudaba, tal vez si ponía su mirada en Duo no iba a
aguantar e iba a posar su mirada en la entrepierna o tal vez aquella mirada
recorrería por completo el hermoso cuerpo que seguramente tenía Duo porque
cuando lo había visto en el video y cuando lo había rescatado no había puesto
atención al cuerpo del chico
El ojiazul se muerde
duramente el labio inferior al tratar de contenerse mientras escuchaba el
sonido de la ropa, Duo baja con lentitud el cierre del pantalón, ese pequeño
ruido tensa por completo a Heero, estaba un poco desesperado, el caer del
pantalón se escucha enseguida, ya Duo no tenía zapatos y lo saca fácilmente,
después quita cada uno de los calcetines y se queda por unos segundos en ropa
interior, el trenzado se da así mismo ánimos y se desnuda por completo, todo su
rostro ardía, estaba muy apenado
Duo. Ya
Heero voltea lentamente
hacia él, en su mente se repetía muchas veces: "míralo a los ojos" si
Duo notaba algún tipo de mirada maliciosa seguro que desistía de ayudarle y aparte
de que le urgía terminar el cuadro también tenía esperanzas de que el tiempo
que compartieran juntos ayudara a que el trenzado le quisiera una mínima parte
de lo que él le quería y deseaba, aun cuando los fantasmas del pasado aún
rondaban en el corazón atormentado del trenzado...
Duo. ¿Dónde me pongo?
Heero. Aquí
El ojiazul se acerca a otro
de los muebles y lo sacude, Duo se acerca a éste y se sienta, Heero le miraba
directo a los ojos, estaba haciendo un gran esfuerzo por no mirarle otra cosa,
Duo estaba muy apenado, con ganas de taparse la entrepierna con las manos pero
no podía hacer eso, si Heero iba a pintar un desnudo éste debía ser total
Duo. ¿Sentado?
Heero. No, acuéstate
El trenzado asiente
moviendo la cabeza y se acuesta en el sillón boca arriba volteando enseguida a
ver a Heero aún con la mirada tímida y el rostro sonrojado
Duo. ¿Así?
Heero. Sí pero sube tu mano
izquierda al respaldo y podrías... ¿podrías soltarte el cabello?
Nuevamente el trenzado
asiente y hace lo que le pide Heero comenzando por desatar su trenza lentamente
hasta que lo tiene completamente suelto y pasa varias veces su mano por éste
para acomodarlo porque aún tenía las marcas del peinado anterior, nuevamente se
acuesta en el sillón recargando su espalda en el brazo del mueble y coloca su
mano izquierda al respaldo del mismo, Heero lo mira detenidamente durante unos
momentos
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. ¿Qué opinas? ¿mano
derecha entre el cabello o sobre tu estómago?
Duo. Mnh... entre el
cabello
Duo lleva su mano derecha a
su cabello y la mete entre éste con los dedos un poco separados casi tocando su
oreja y mira a Heero nuevamente
Duo. ¿Algo así?
Heero. Sí
La vergüenza comenzaba a
desvanecerse entre más compartieran palabras, Heero se concentraba en cómo iba
a posar Duo olvidándose momentáneamente de que lo tenía desnudo frente a él y
sin poderlo tocar
Heero. Tu pierna derecha
dóblala para que te tape un poco
Duo. Está bien
Heero. Ahora tu
expresión...
El trenzado dobla la pierna
como el ojiazul le había indicado mientras él se queda pensativo ¿qué expresión
quedaría mejor? La pose no era como para que Duo tuviera su gesto inocente de
siempre, necesitaba algo más soberbio sin ser exagerado, algo que dijera mucho
de Duo ¿seriedad? No, aquella no iba con el trenzado ¿felicidad? Tampoco, pues
aunque le habían visto sonreír y reírse numerosas veces el ojivioleta nunca se
mostraba totalmente feliz, sus ojos mostraban... tristeza, sí, eso era,
tristeza, los ojos de Duo eran tristes, más que triste, su mirada era
melancolía, los ojos de Duo mostraban una añoranza enorme, una añoranza de
felicidad que le destrozaba el alma a gritos, eso era lo que él quería
transmitir en su pintura
Duo. ¿Qué hay de mi
expresión?
Heero. No te pediré que
pongas una en especial, piensa en un momento que haya sido importante para ti,
algo que te haya cambiado la vida por completo
Los ojitos de Duo se abren
por la sorpresa, el ojiazul le pedía algo sumamente doloroso, porque aquel
recuerdo que él le pedía tenía que ver con Treize y la primera vez que había
recibido un golpe de él, a partir de ese día la vida del trenzado había
cambiado por completo convirtiéndose en el peor de los infiernos, siendo
golpeado, violado y humillado, hasta antes de ese primer golpe su vida era
otra, después de aquel todo lo que podía recordar era oscuridad, tristeza,
dolor, coraje, todo y a la vez nada, su matrimonio se había convertido en algo
verdaderamente vacío y sin sentido...
Duo mira aun fijamente a
Heero y sus ojos se comienzan a cristalizar pero sin ponerse rojos o derramar
las lágrimas, sus ojos brillaban como nunca, su mirada y la expresión total de
su rostro era melancólica, el ojiazul se queda impactado por aquella expresión
de tristeza, la más hermosa que hubiese visto antes, su mirada cobalto estaba
perdida en la violeta por completo, aquella imagen frente a él ahora estaba
celosamente guardada en su memoria, recordaría esa expresión siempre y aun
cuando en sesiones posteriores Duo no lograra la misma, él ya no necesitaba
volverla a ver, podría recordarla fácilmente...
Era el atardecer y en casa
de la familia Darlian se estaba llevando a cabo una reunión para celebrar el
nuevo convenio entre el consorcio del señor Darlian y el del señor Noventa, al
evento asistían toda clase de empresarios famosos, Relena estaba entre las
invitadas y ella charlaba amenamente con Miss Noventa, hija única del señor
Marshall Noventa mientras que éste se acerca al señor Darlian para conversar en
privado
Sr. Darlian. Déjeme
felicitarlo ya que su hija me pareció un encanto
Marshall. Pero qué dices,
Relena es una chica muy linda y educada, has hecho bien
Sr. Darlian. Ella es mi
orgullo, heredará toda mi fortuna y confío en que sacará en alto el nombre de
nuestras empresas
Marshall. Mi hija es muy
tonta para esas cosas, por eso yo prefiero dejar en manos del que vaya a ser mi
yerno el manejo de éstas
Ambos hombres se lamían
mutuamente las botas, el señor Darlian era más sincero que Marshall pero aun
así muchas de las cosas que decía eran por compromiso, la hija de su futuro
socio era alguien un poco torpe y hueca de la cabeza pero obviamente no le
podía decir eso de la chica, por su parte Marshall pensaba que Relena era una
ingenua niña caprichosa, nada capaz de poder manejar las empresas, por eso
debía jugar bien su estrategia de lograr casarla con Wufei, a su vez trataría
de convencer a Treize de contraer nupcias con su hija
Marshall. Por cierto, gente
de mi confianza llegará en unos días a la ciudad, deseo presentártelos
Sr. Darlian. Será un
placer, me avisas y organizaré una comida
Marshall. Me parece
perfecto
Ambos hombres alzan sus
copas y brindan por el futuro triunfo para después beber el líquido en la copa,
Marshall sonreía malicioso ya que su plan hasta el momento iba bien mientras
que el papá de Relena sonreía contento, pensaba que seguramente ese negocio iba
a darle el mejor de los frutos, tenía la esperanza de dejarle al futuro de
Relena un camino más fácil sin saber nada acerca de lo que su futuro socio
tenía en mente para destruirlo
Quatre llega a su
departamento después de clases y enseguida ve la nota sobre el refrigerador, el
rubio sonríe satisfecho, seguro que Duo había comprendido la misma idea de
Trowa acerca de superar lo vivido con su trabajo, se notaba que día a día su
amigo comenzaba a madurar, el paso más difícil iba a ser superar lo de Treize
pero tenía fe y confianza en que el trenzado lo iba a lograr, el rubio tira a
la basura la nota después de leerla y se prepara la cena, eran las 9 de la
noche. Quatre se mete a bañar y cuando sale enseguida se va a su habitación
para llamarle a Trowa por teléfono, el ojiverde también se alegra mucho cuando
su novio le cuenta sobre la decisión de Duo de posar para Heero... mientras en
el departamento del ojiazul, Heero apenas llevaba la mitad del boceto que había
hecho antes con lápiz, le faltaba afinar algunos detalles antes de comenzar a
usar el óleo
Heero. Es tarde, mañana
continuamos
Duo. ¿Seguro?
Heero. Sí, a éste ritmo en
una semana quedará completo con todo y marco
Duo. Está bien
La mirada de Heero se
detiene por segundos en la de Duo y sonrojándose un poco la desvía, cada vez
que había silencio entre los dos recordaba que lo tenía desnudo frente a él y
que lo deseaba más que nunca, aquella tortura no podía soportarla, Duo por su parte
ya no se sentía tan apenado y ni siquiera nota aquella mirada cobalto tan fija
en él... el trenzado termina de vestirse mientras Heero guardaba unas cosas,
otras las dejaría afuera para la siguiente sesión
Duo. Bien... me voy
Heero. Te llevo
Duo. Pero no tienes auto
Heero. Te llevo en taxi y
me regreso
Duo. No puedo aceptar eso
El trenzado sonríe apenado,
Heero era muy atento con él, demasiado, eso lo hacía sentirse apenado pero
también contento, antes nadie se preocupaba por él pero ahora tenía muchos
amigos, se sentía muy contento
Heero. Si me discutes me
enojo
La mirada ojiazul era seria
y determinante, Duo se sorprende un poco y sin pensarlo asiente con la cabeza,
Heero avanza hacia la mesa de la sala y agarra las llaves de su departamento,
en silencio ambos salen del departamento, rápido pasa un taxi y se suben, Heero
se baja del auto junto con Duo cuando llegan al barrio donde vivían el rubio y
el trenzado y pide al taxista que lo espere, Heero lleva al trenzado hasta las
escaleras, los dos quedan frente a frente quedándose callados un tiempo
Heero. Gracias
Duo. ¿Eh?
Heero. Por aceptar
Duo. Heero yo... quiero
superarlo, me viste...
Heero. Sht, no...
Sin pensarlo el ojiazul
lleva dos de sus dedos a los labios de Duo, el trenzado pasa duramente saliva
sin dejar de ver a Heero a los ojos, enseguida lleva su mano a la mano de Heero
y la aparta de sus labios pero la mantiene sostenida
Duo. Tres hombres me
estaban violando
Heero. Por favor...
Duo. Dime... que sentiste
cuando me viste
El trenzado aprieta
inconscientemente con fuerza la mano de Heero, el ojiazul frunce un poco el
ceño cuando Duo le pide algo tan doloroso como eso y solamente lo mira fijo
durante algunos segundos, el trenzado suplica con la expresión de su rostro
pero el ojiazul no sabía cómo contestar, el taxista los mira atento aunque no
alcanzaba a escuchar nada
Heero. Asco... repulsión...
coraje, mucho coraje
Duo. ¿Coraje?
Heero. Te estaban haciendo
daño
Las orbes violetas se abren
desmesuradamente ante la confesión y la mano del trenzado intenta soltar la
mano de Heero pero él la aprieta con fuerza atrayendo a Duo lentamente hacia
él, el delgado cuerpo cae lentamente sobre el cuerpo de Heero y él sin soltarle
la mano coloca la otra en la cabeza de Duo apoyando ésta sobre su pecho, Duo
continuaba con los ojos muy abiertos mientras que Heero los cierra al mismo
tiempo que apoya su cabeza sobre la de Duo
Heero. No quiero que nadie
te lastime... que nadie te toque
Sin premeditación Duo
abarca la espalda de Heero con su otra mano y también cierra sus ojos
comenzando a salir por estos un par de lágrimas y sin hablar o moverse los dos
mantienen la posición mientras los ojos atentos del taxista estaban sobre
ellos, su rostro estaba teñido ligeramente de rojo... el ojiazul abre sus ojos
lentamente y suelta poco a poco a Duo, el trenzado también abre sus ojos y
ambos se miran fijamente, sus manos también estaban separadas, el trenzado
sonríe tiernamente
Duo. Gracias, necesitaba
saberlo, me alegro que lo habláramos... eres muy buen amigo
Sin dar tiempo a réplica
Duo se aleja un poco caminando hacia atrás, sonríe más ampliamente y se da
media vuelta comenzando a subir las escaleras muy contento mientras la mirada
atónita de Heero lo sigue hasta que ya no se ve, el ojiazul suspira
pesadamente, prácticamente se le estaba declarando a Duo pero el chico no había
captado el mensaje, incluso le había dicho que era muy buen amigo, seguramente
entrar al corazón de Duo como él lo deseaba iba a ser más difícil de lo que
creía
Continuará...
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