Lo que el viento se llevó
Capítulo 11. Dolorosa confesión
La exposición de pintura
estaba a unas horas de terminarse, después del recorrido en la galería ofrecen
un pequeño festín para los asistentes y a partir del día siguiente se abrirían
las ofertas para la compra de los cuadros que iban a estar a la venta, decisión
que cada autor debía de tomar. Las felicitaciones a los distintos artistas no
se hacen esperar, siendo Heero uno de los más ovacionados, Duo y los demás
estaban en uno de los rincones disfrutando de bebidas y bocadillos. Después de
dos horas las personas comienzan a marcharse quedando la galería cada vez más
vacía
Trowa. Creo que es hora de
retirarnos
Quatre. Estoy de acuerdo
Heero. Sí.. solo voy por el
cuadro
Sin decir más Heero se
aleja de sus amigos para ir por su cuadro el cual estaba en otra de las salas
de exhibición, al llegar a ella Heero se sorprende de encontrar a Relena frente
al cuadro mirándolo fijamente, el ojiazul estaba a su espalda y a paso lento se
acerca posicionándose a su lado, la chica no dejaba de ver la pintura a pesar
de haberse dado cuenta que Heero estaba ahí, el ojiazul se queda callado sin
decir nada, su mirada también se fija después en la pintura
Relena. Qué difícil es
Después de tan largo
silencio las palabras de Relena hacen a Heero mirarla de reojo, la chica
sonreía un poco
Relena. Realmente nunca pensé...
perder frente a alguien así
Por las mejillas de la
chica comienzan a deslizarse un par de lágrimas y sin embargo ella continuaba
sonriendo, eso desconcierta a Heero
Relena. Pero yo sé... que
él es buena persona y no puedo odiarlo
Sin decir nada Heero
solamente observaba a Relena de reojo, la chica deja de sonreír y se gira hacia
el ojiazul mientras sus lágrimas continúan rodando
Relena. Y sin embargo, no
puedo dejar de amarte
Sin soportarlo más Relena
se acerca a Heero y recarga su cabeza en el pecho del chico comenzando a llorar
con más fuerza mientras sus manos se empuñan en la camisa de Heero,
sorprendiéndose y sin saber qué hacer, el ojiazul solo coloca una mano sobre el
hombro de la chica, no era una sorpresa para él saber que la chica gustaba de
él aunque aquella confesión de amor y dolor no se la esperaba, Relena se
mostraba ante él como una niña y aun así le causaba pena...
Relena continuaba
llorando ante el silencio de Heero que mantenía su mirada en el cuadro,
realmente había logrado plasmar la esencia de Duo y se sentía orgulloso de
ello. Al haberse tardado tanto Heero, el trenzado decide buscarlo para ver qué
es lo que ha pasado, recordando que el cuadro estaba en la sala 3, el
ojivioleta se dirige hacia ahí y en cuanto llega a la sala ve a Heero y Relena
juntos, su sorpresa no podía ser mayor y sin explicárselo su corazón acelera
sus latidos, pasa saliva y enseguida se marcha de ahí, al llegar a la otra sola
mantenía su cabeza baja, estaba completamente serio, Quatre lo mira fijamente y
se preocupa al notarlo distinto
Quatre. ¿Pasa algo? Dónde
está Heero?
Duo. No lo encontré
El trenzado no levantaba la
cabeza, se veía demasiado serio, Quatre voltea hacia Trowa y éste se encoge de
hombros, tampoco sabía que le pasaba...
Relena suelta la camisa de
Heero y se aleja un paso de él secándose las lágrimas
Relena. Debo irme
La chica mira a Heero a los
ojos y le sonríe levemente, el solo asiente con la cabeza
Relena. Espero que seas
correspondido
Heero. Gracias
Relena. Lo de la fiesta sigue
en pie
Sin decir nada más la chica
se da media vuelta y se marcha rápidamente, se sentía muy avergonzada por haber
llorado frente a Heero y haberle hablado de sus sentimientos, Heero en cambio
mira enseguida su reloj e intenta llevarse el cuadro pero apenas lo quita su
maestro llega a aquella sala y lo detiene
Maestro. Lo siento Yuy,
ningún cuadro sale hoy
Heero. No me interesa
venderlo
Maestro. Lo sé pero aunque
no sea para venta debe quedarse 2 días en exhibición, después los cuadros que
no se van a vender serán llevados por sus dueños y se quedarán los que estarán
a la venta
Heero. Ah
Enseguida Heero da la
espalda a su maestro y regresa con sus amigos
Trowa. ¿Y el cuadro?
Heero. No me lo puedo
llevar hoy, vámonos
Trowa y Quatre asienten mientras
que Duo permanecía igual, Heero nota su seriedad pero no dice nada, los cuatro
salen del lugar y suben al auto, el ojiazul conducía el auto de Quatre y todos
ocupan la posición anterior
Quatre. Me dijo Duo que
regresa conmigo
Heero. Sí
Quatre. ¿Qué te parece si
nos llevas a Trowa y a mí a mi departamento, ustedes se van al tuyo y mañana
hacemos el cambio?
Heero. Como quieras
Conociendo a Heero, el
rubio no se sorprende de sus respuestas cortantes y sonríe volteando hacia
Trowa, él le sonríe y comienzan a besarse, Heero los mira por el retrovisor
tratando de no hacerlo, en cambio Duo estaba con los brazos cruzados mirando
por la ventana, Heero deja de mirar a Trowa y Quatre y mira de reojo a Duo
Heero. ¿Qué te pareció la
exposición Duo?
Duo. Agradable
Trowa y Quatre dejan de
besarse y se miran fijamente a los ojos, Heero buscaba plática con Duo y el
trenzado respondía cortante, parecían haber cambiado los papeles y eso era muy
extraño, ambos conocían bien a sus amigos y lo sabían... el resto del camino se
mantienen en silencio, Heero deja al ojiverde y al rubio en el departamento de
Quatre y ellos se marchan al del ojiazul, en cuanto entran al departamento Duo
se dirige a la habitación, antes de entrar Heero lo detiene sujetándole el
brazo, el trenzado se niega a voltear
Heero. ¿Qué te pasa?
Duo. Nada, tengo sueño
Heero. Duo
Duo. ¡No es nada!
El ojivioleta jala su mano
y entra en la habitación cerrando la puerta, Heero se queda completamente
confundido, nunca había visto a Duo comportarse así y era extraño. El trenzado
se acuesta en la cama de costado y entrecierra los ojos
Duo. ¿Qué qué me pasa?...
no lo sé
Confundido el trenzado
cierra los ojos fuertemente, se sentía molesto y no sabía exactamente porque,
lo único que sabía es que nunca antes se había sentido de esa manera... por su
parte acostado en el sillón de la sala Heero se mantenía pensativo, no podía
dejar de pensar en Duo y todo lo que había escuchado de su pasado, era
inminente que cada día que pasaba él lo quería más, ese sentimiento lo asustaba
pero también le hacía sentir bien aunque le resultaba muy extraño, amar no era
como lo imaginaba, no solo era algo lindo que se sentía desde el fondo de su
corazón, era también algo que le hacía sentir un extraño dolor en el estómago,
ahora las palabras de Relena calaban hondo, entendía a la perfección sus
sentimientos porque al igual que ella, él no era correspondido...
Después de haber hecho el
amor Trowa y Quatre estaban acostados en la cama, abrazados en silencio, se
sentía tan bien estar uno al lado del otro que las palabras sobraban pero
después de algunos minutos Trowa decide hablar de algo que a Quatre le incomoda
Trowa. ¿Sabes mi amor?
Quiero que seas muy feliz
Quatre. ¿A qué viene eso?
Trowa. A que yo quiero...
que encuentres a alguien que te haga feliz
Las palabras de Trowa hacen
que Quatre sienta por algunos segundos como si el corazón dejara de latirle,
casi enseguida el rubio se separa un poco del ojiverde y se apoya en uno de sus
codos sobre la cama para mirarle
Quatre. Qué cosas dices
Trowa, yo te amo a ti
Trowa. Lo sé pero.. yo ya
no estaré
Sin pensarlo dos veces
Quatre estrella una bofetada en la mejilla de Trowa, el ojiverde se sorprende
por aquella acción y mirando a Quatre fijamente a los ojos se toca la mejilla,
el rubio comienza a derramar algunas lágrimas
Quatre. No vuelvas a decir
cosas así
Trowa. ¿Por qué nunca
quieres entender?
Quatre. ¿Entender qué?...
¿Qué voy a perderte? Jamás
Soltando el llanto Quatre
se levanta de la cama y se dirige al baño, Trowa baja la mirada unos momentos y
poniéndose también se pie se dirige al baño, ahí encuentra a Quatre tirado en
el suelo llorando, el ojiverde lo mira unos momentos antes de acercarse a él,
Quatre tenía la cabeza agachada y Trowa le acaricia la mejilla haciéndolo
voltear
Trowa. Perdóname
Quatre. Es horrible vivir
cada día recordando que vas a perder a la persona que más amas
Trowa. Lo sé... lo siento
Quatre. Siento una
ofuscación terrible en mi pecho, es como si me asfixiara... Trowa no quiero
perderte, tengo mucho miedo
Poco a poco Quatre se
acurruca en los brazos de Trowa quien lo aprieta fuertemente contra su cuerpo,
ambos permanecían desnudos
Trowa. Solo deseo tu
felicidad y también me asusta saber que no será a mi lado... no me quiero
morir, tenía... tantos planes
Quatre levanta la mirada y
ve en los ojos de Trowa tristeza y miedo, estaban húmedos y eso lo hace
sentirse mucho peor, con mayor fuerza lo abraza
Quatre. El tonto soy yo por
pensar solo en mí, pero me aterra tanto perderte... Trowa yo estoy a tu lado,
también Heero, Duo y toda tu familia... todos tenemos miedo pero estaremos
ahí... perdóname por aún ser un niño
Quatre comienza a llorar
aún más angustiosamente, era la primera vez que escuchaba a Trowa tan temeroso
por el futuro y nada ganaban con ocultarse sus sentimientos, si iban a
atravesar ese momento tan doloroso debían hacerlo juntos...
A la mañana siguiente Duo
se levanta temprano y prepara el desayuno, cuando se había levantado Heero no
estaba en el departamento lo que le extraña pero continúa preparando para
cuando el ojiazul regresara, después de media hora Heero regresa con el
periódico bajo el brazo, portaba ropa de deporte, el ojiazul se sorprende de
ver al Duo de siempre
Duo. Siéntate, debes tener
hambre ¿fuiste a correr?
Heero. Sí
Como si nada Duo sirve el
desayuno de ambos y se sienta a la mesa al igual que Heero, los dos comienzan a
comer y ocasionalmente Heero miraba a Duo quien comía tranquilamente
Heero. Duo ayer...
Duo. ¿¡Más jugo!?
Heero. No gracias
Duo. Yo sí
Heero. Oye Duo
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Ayer tú...
Duo. ¿Yo qué?
Heero. No... nada
El ojiazul vuelve a comer
fingiendo demencia, Duo también finge que no hay nada que hablar y continúa
comiendo, al terminar, el trenzado retira los platos de ambos y vuelve a la
mesa donde Heero leía el periódico
Duo. ¿Sabes? Ya no quiero
ir a la fiesta de ésta noche
Heero. ¿Por qué?
Duo. No sé, ve tú solo, así
Relena tendrá compañía
Duo sonríe falsamente y se
levanta otra vez de la silla, Heero no entiende el repentino cambio y el tono
de Duo por lo que deja el periódico y se acerca a Duo quien estaba en la cocina
lavando los trastes
Heero. ¿Qué quisiste decir?
Duo. ¿Con qué?
Heero. Con lo de hacer
compañía a Relena
Duo. Pues eso, digo.. ya
que parecen llevarse tan bien
Heero. ¿Eh?
Duo. Olvídalo
El trenzado vuelve a
sonreír y continúa lavando los trastes tranquilamente, Heero se molesta y le
sujeta el brazo a Duo haciéndolo voltear
Heero. Vendrás... iremos
los cuatro ¿entendiste?
Sentenciando y sin decir
más Heero suelta a Duo y sale de la cocina, Duo se molesta y continúa lavando
los trastes de mala gana
Duo. ¿Por qué me molesta
tanto? Qué me pasa?
Sin entenderse así mismo
Duo continúa lavando los trastes manteniendo el entrecejo fruncido, las ganas
de ir a la fiesta se le habían quitado y además se sentía incómodo con solo
recordar haber visto a ambos chicos tan cerca...
Relena estaba en su
habitación acostada en la cama, recordaba lo sucedido la noche anterior y se
sentía muy triste de saber que jamás iba a ser correspondida, Heero era gay y
estaba enamorado de Duo, era inevitable y ella no podía hacer nada, pero eso no
quería decir que no podía continuar con su vida y buscar a alguien más
Relena. Wufei...
Acordándose de su nuevo
amigo Relena se sienta rápidamente en la cama y agarra su celular para
marcarle, Wufei le había dicho que aquel viaje era de negocios por lo que
piensa ya no iba a encontrarlo en el Hotel, efectivamente Wufei había salido y
mientras está en el auto con el señor Noventa suena su celular
Wufei. ¿Diga?
Relena. ¿Wufei? Soy Relena
Wufei. Ah hola ¿cómo estás?
Relena. Bien ¿y tú?
Wufei. También ¿qué pasa?
Relena. Es que yo, bueno,
quiero saber si tienes planes para ésta noche
Wufei. ¿Esta noche?
Relena. Sí, es que mi padre
organizó una fiesta y me preguntaba si querías ser mi acompañante
A pesar de que Wufei le
había contado de Treize, Relena sabía que esa relación había terminado por lo
que había visto una oportunidad perfecta con aquel chico para olvidar a Heero,
por su parte Wufei se sorprende de la invitación
Wufei. Lo siento, me
encantaría pero hoy nos han invitado a mi jefe y a mí a una fiesta
Relena. Ah ya veo, lo
siento ¿te veo otro día?
Wufei. Claro, mañana vamos
a comer
Relena. ¡Genial! Conozco un
Restaurante de comida Italiana exquisito
Wufei. Suena bien, te llamo
mañana, hasta luego
Relena. Adiós
La chica cuelga el teléfono
y suspira contenta, Wufei era amable con ella y muy atento, rara vez alguien la
trataba así y eso le gustaba, por su parte Wufei se sentía mal, se daba cuenta
del flirteo de la chica y sabía que no podía corresponderle, además su jefe lo
estaba obligando a enamorar a la hija de su futuro socio, la situación lo tenía
preocupado...
Trowa y Quatre salen del
departamento y toman un taxi para ir al de Heero para recoger a Duo, el
trenzado ya había arreglado la cocina y acomodado sus cosas, entre él y el
ojiazul había un mutuo silencio, Duo no quería ir a la fiesta de esa noche y
Heero le había dicho que de todos modos iría, se sentía triste por la forma en
que Heero le había hablado, los novios llegan al departamento y sienten
enseguida el ambiente, Quatre se lleva a Duo al cuarto con el pretexto de que
busque bien si no ha olvidado nada mientras Trowa y Heero se quedan en la sala,
el ojiverde se acerca a Heero
Trowa. ¿Qué pasó entre
ustedes?
Heero. No sé qué le pasa
Trowa. ¿Sigue raro?
Heero. ¿Sigue?
Trowa. Sí, ayer fue a
buscarte cuando fuiste a ver lo del cuadro pero cuando regresó se veía muy
raro, dijo que no te había visto y el resto de la noche permaneció muy callado
Heero se extraña de las
palabras de su amigo pero por ningún segundo le pasa por la cabeza que el
trenzado lo vio con Relena
Heero. Es extraño
Trowa. Sí, él por lo
general es muy alegre
Trowa y Heero concluyen su
conversación mientras en la habitación Duo y Quatre echaban una mirada para ver
si el trenzado no había dejado algo, el ojivioleta no ponía mucha atención,
estaba muy pensativo y Quatre se da cuenta
Quatre. ¿Qué tienes?
Duo. ¿Yo? Nada, ya no
olvido nada, vámonos
Sin hacerle mucho caso Duo
sale de la habitación y se dirige a la sala, ahí estaban Trowa y Heero en
silencio, el trenzado agarra su maleta y la levanta
Duo. Ya estoy listo
Enseguida Heero se pone de
pie y se acerca a Duo quitándole la maleta, el trenzado lo mira confundido
Heero. Yo la llevo
Al escuchar el motivo por
el cual le ha quitado la maleta Duo baja la mirada, por momentos había pensado
que Heero le diría que no se fuera, poco después llega Quatre
Quatre. Pues vámonos
Los cuatro salen del
departamento y se dirigen hacia el auto, Heero sube las cosas de Duo en la
cajuela y los cuatro permanecen afuera, Heero le entrega las llaves al rubio
del auto y él abre las dos puertas del lado derecho, Trowa le palmea el hombro
a Heero un par de veces para despedirse y después entra al auto, Quatre le
cierra la puerta y camina hacia el lado del piloto para subirse al auto dejando
a Heero y Duo afuera, el trenzado tenía la cabeza agachada, Heero lo miraba
fijamente
Heero. Adiós y gracias por
posar para mí
Duo levanta la mirada
enseguida y mira a Heero, niega con la cabeza y le sonríe
Duo. Gracias a ti por
escucharme y.. perdón por mi comportamiento
Heero. Estamos bien
¿verdad?
Duo. Sí, nos vemos en la
noche
Heero mueve la cabeza en
asentimiento y feliz por hacer las paces Duo sonríe y se acerca al ojiazul
dándole un beso en la mejilla, Heero se sonroja un poco, Duo entra por fin al
auto y vuelve a decir adiós con la mano, el ojiazul cierra la puerta de atrás y
Quatre arranca el auto, Heero se lleva una mano a la mejilla mientras mira al
auto marcharse
Heero. ¿Algún día podré
probar tus labios?
Resignado a que tal vez eso
nunca pase Heero se da media vuelta y regresa a su departamento... en el auto
los tres estaban completamente callados hasta que Duo rompe el hielo
Duo. Quatre, no tengo que
ponerme ésta noche
Quatre. Yo te presto
Duo. Pero es que...
Quatre. ¿Visto feo?
Duo. Es que tu ropa me
queda un poco chiquita
Quatre se sonroja por el
comentario de Duo, en cambio Trowa suelta una pequeña carcajada sorprendiendo a
ambos chicos ya que el ojiverde no solía reír así
Quatre. Mi amor
Trowa. Perdón pero es que,
si eres pequeñito
Quatre. ¡Trowa!
Trowa. No te ofendas amor,
tu estatura me encanta
Ésta vez Quatre se pone muy
rojo y voltea hacia Trowa para sonreírle, el ojiverde le pone una mano sobre la
pierna y Duo se sonroja cuando lo ve quedándose callado unos momentos
Duo. Volviendo a eso ¿qué
hago?
Quatre. Mira, dejamos a
Trowa en su casa y vamos de compras ¿vale?
Duo. Sí
Duo se pone contento con la
idea de Quatre. Después de dejar a Trowa en su casa los amigos se dirigen al
centro comercial, Duo ahora estaba al lado del rubio en el automóvil, cuando
llegan al centro Quatre se estaciona y permanece serio en el asiento con las manos
sobre el volante, Duo se preocupa cuando lo ve serio y lo mira fijamente
Quatre. Duo... me pasó algo
Duo. ¿Qué cosa?
Quatre. Yo... qué vergüenza
Apenado completamente
Quatre recarga su rostro sobre el volante y aprieta con fuerza sus manos sobre el
mismo, Duo se preocupa más y le coloca una mano sobre el hombro, el rubio hace
un esfuerzo por voltearlo a ver y cuando lo hace sus ojos estaban enrojecidos
Duo. ¿Qué tienes?
Quatre. ¿Recuerdas a los
tipos de la escuela?
Duo. Sí ¿qué con ellos?
Quatre. Es que... Erick me
obligó.. me obligó a hacerle sexo oral
Nervioso por volverlo a
recordar deja de mirar a Duo volviendo su cabeza al volante comenzando a
llorar, el trenzado abre ampliamente sus ojos muy sorprendido pero después los
entrecierra mostrándose muy molesto
Duo. Infeliz ¿cómo se
atrevió? Haremos que lo expulsen
Quatre se sorprende por la
forma de hablar de Duo y aun llorando voltea a verlo negando con la cabeza
asustado
Quatre. No, si Trowa se
entera me muero
Duo. Pero Quatre, merece
castigo
Quatre. Lo sé pero no
puedo, siento vergüenza y asco
Duo. No fue algo que
quisiste hacer... recuerda que sé cómo te sientes
Quatre. Duo...
Duo. Lo que te hizo es
horrible
Quatre. Gracias amigo pero
déjalo así
El rubio le sonríe a su
amigo mientras se seca las lágrimas, necesitaba desahogarse porque era la
primera vez que contaba acerca del suceso, Duo en cambio aún se mostraba muy
molesto, odiaba ver llorar a Quatre
Duo. Está bien
Sin hacer más comentarios
Duo sale del auto, Quatre se seca todas sus lágrimas y también sale del auto,
el trenzado lo mira fijamente
Duo. ¿Estás bien?
Quatre. Sí, vamos
Exhalando aire Quatre se
acerca a Duo y ambos caminan hacia el interior del centro comercial, enseguida
van a una tienda de trajes para que el trenzado vea uno de su agrado pero ahí
los precios eran muy altos por lo que salen y van a otra parte donde tienen
mejores precios, Duo se prueba un par de trajes de color azul, se sentía raro
vestir así pero si quería pedirle a Relena que le consiguiera trabajo
necesitaba irse bien presentado, al terminar de comprar van a la zapatería y
Duo se compra unos zapatos negros, ambos hacen un par de compras más antes de
irse al departamento...
Al llegar la noche Quatre y
Duo salen del departamento para pasar primeramente por Trowa y después ir por
Heero, el trenzado vestía un traje azul marino con una camisa blanca y corbata
del color del traje, en cambio Quatre estaba menos formal, pantalón formal
color caqui, zapatos negros y camisa azul cielo de manga corta.
Al llegar por
el ojiverde éste vestía un pantalón negro y camisa blanca de botones y manga
larga, el último botón desabrochado, Duo cambia de lugar en el auto con Trowa y
los tres van por el ojiazul, Heero estaba vestido con un pantalón de color café
oscuro y camisa roja de manga larga y cuello de tortuga, su cabello estaba un
poco menos desarreglado de lo normal.
Los cuatro se dirigen al lugar de la
fiesta donde ya había un par de invitados, Wufei y el Sr. Noventa aún no
llegaban al lugar, Relena esperaba junto a su padre la llegada de los invitados
especiales, la chica portaba un vestido color negro con escote en el pecho y
espalda, tirantes en los hombros y largo hasta los tobillos pero con una
abertura en la pierna derecha que le llegaba hasta la rodilla, zapatillas de
color negro y el cabello lo traía completamente suelto, en el rostro tenía poco
maquillaje
Sr. Darlian. ¿Estás bien?
Te noto inquieta
Relena. Lo que pasa papá es
que tus fiestas son horribles
Sr. Darlian. Vamos, habrá
algo divertido que hacer ¿no? Trajiste invitados
Relena. Si pero no será lo
mismo, mis planes eran otros la semana pasada
Relena estaba triste porque
ahora veía imposible una relación con el ojiazul porque éste ya estaba
enamorado de alguien más... después de algunos minutos uno de los sirvientes de
la casa le avisa al Sr. Darlian que su invitado especial ha llegado, él se
emociona mucho y pide a su hija que lo acompañe a recibir personalmente al Sr.
Noventa y su empleado, ella acepta sin mucho ánimo...
Noventa y Wufei bajan del
auto y se dirigen hacia la puerta para entrar a la casa, el chino vestía un
traje color negro y camisa azul cielo, se había dejado el cabello suelto, Wufei
estaba muy nervioso porque conocería a Relena Darlian, su futura enamorada y
dueña de las empresas Darlian. Cuando el Sr. Darlian y Relena salen para
recibir a los invitados la chica se sorprende cuando ve que el empleado del Sr.
Noventa era su amigo Wufei quien a su vez estaba muy sorprendido y casi helado
al ver que Relena era precisamente Relena Darlian, ambos estaban muy
sorprendidos y se miran fijamente unos momentos, Relena reacciona primero
emocionándose mucho
Relena. ¡Wufei!
Más que sorprendido el Sr.
Noventa mira a Wufei y el Sr. Darlian también se mostraba confundido
Sr. Darlian. ¿Cómo? Se
conocen?
Relena. Si papá, hace unos
días ¿verdad Wufei?
Wufei. Sí
Triste Wufei baja la
mirada, la sola idea de enamorar a una chiquilla solo por los caprichos de su
jefe resultaba abrumador, ahora saber que esa misma chiquilla era su nueva
amiga le producía un profundo malestar, ahora aquel acto resultaba ser
demasiado vil
Sr. Noventa. Bueno, que
ésta sorpresa no nos detenga, Sr. Darlian, le presento a Wufei Chang, mi mano
derecha del que le hable
Sr. Darlian. Mucho gusto
Wufei. El gusto es mío
Sr. Darlian. Pasen por
favor, bienvenidos y siéntanse en casa
Galantemente el Sr. Noventa
le ofrece su brazo a Relena y ella lo acepta, ambos entran siendo seguidos de
Wufei y el Sr. Darlian, aún el pelinegro estaba muy triste. Ya adentro los
señores se separan de Wufei y Relena para hablar de negocios y dejan a los
jóvenes solos, amable Relena pide dos bebidas para ellos y le dice a Wufei que
salgan a la terraza, el acepta y la sigue, Noventa se da cuenta y le guiñe un
ojo a Wufei para que haga bien su trabajo, él afirma moviendo la cabeza pero
aún se sentía mal...
El tráfico había estado algo cerrado esa noche pero llegan
a la fiesta tan solo 45 minutos tarde, el auto es aparcado por uno de los
empleados de la casa y los cuatro entran como los invitados de Relena, todos a
excepción de Quatre se sentían incómodos, el rubio se hallaba bien en esos
ambientes, en cambio los demás se sentían extraños, además Relena no estaba a
la vista y no conocían a nadie, el señor Darlian y el Sr Noventa conversaban
tranquilamente hasta que el papá de Relena reconoce a Heero e interrumpe la
conversación
Noventa. ¿Sucede algo?
Darlian. Nada malo, déjame
saludar a un conocido
Noventa. Adelante
Sonriendo amigable el señor
Darlian se aleja del señor Noventa quien se sentía muy complacido Wufei parecía
bien entrado en su misión, su sonrisa no podía ser menor hasta que ve hacia
donde se ha acercado su futuro socio, reconociendo al instante al esposo de Treize
entre los chicos hacia donde se dirigía el padre de Relena
Noventa. Imposible
Para cerciorarse de que sea
cierto el señor Noventa se acerca también a donde se ha dirigido el señor
Darlian, conocía a Duo por las fotografías que tenía Treize en su oficina, en
cambio Duo no conocía al jefe de su esposo, el señor Darlian llega hasta donde
están Heero y compañía
Darlian. Bienvenidos sean
ésta noche
Heero. Gracias señor
Darlian. No sé dónde se
metió Relena pero siéntanse en su casa, en la mesa de allá hay refrigerios y
bebidas, cualquier preparado especial siéntanse en confianza de pedirlo,
nuestro Barman está a su servicio
Heero. Muchas gracias
Los demás también agradecen
la amabilidad mostrada por el señor Darlian, se notaba que era un hombre
respetable y sencillo, poco se comparaba con su hija quien poseía un carácter
un poco pretencioso. A los pocos momentos llega el señor Noventa mostrando una
amplia sonrisa, sin embargo en cuanto lo ve, Heero desconfía de él, las miradas
nunca pasaban desapercibidas para él y el señor Noventa tenía una mirada
maliciosa
Noventa. Siento interrumpir
Darlian. Para nada
Marshall, déjame presentarte a Heero Yuy, es un pintor maravilloso
Noventa. ¿De verdad? Un
placer
Heero. Mucho gusto
Noventa estira su mano
hacia Heero con confianza pero él lo saluda solo por compromiso
Darlian. Temo que no sé quiénes
te acompañan
Heero. Ellos son Trowa
Barton, Quatre Raberba Winner y Duo Maxwell
Presenta señalando
respectivamente a cada uno, ellos saludas a ambos hombres amablemente pero la
mirada de Marshall estaba posada sobre Duo de forma penetrante haciéndolo
sentir incómodo, Heero también se da cuenta y lo mira duramente
Darlian. Bueno, nos
retiramos, están en su casa
Darlian se inclina hacia
los cuatro invitados de su hija y con amable sonrisa se aleja de ellos,
Marshall se va tras él no sin antes volver a mirar a Duo, molesto Heero le pasa
un brazo por la espalda al trenzado ante la mirada de Noventa y lo mira con
ojos fríos, el ojivioleta no entiende porque Heero ha hecho eso y lo mira
fijamente, casi enseguida el ojiazul quita su brazo
Quatre. Qué ambiente tan
hostil hay en ésta casa, bebamos algo ¿sí?
Duo. Sí, yo quiero una
limonada
Quatre y Duo avanzan uno al
lado del otro hacia la mesa, Trowa y Heero los siguen también para tomar algo
de la mesa y después los cuatro toman asiento, el rubio y el trenzado
conversaban animados mientras Trowa y Heero permanecían callados mirando los
alrededores... mientras en la terraza Wufei y Relena conversaban amenamente hasta
que la chica recuerda que tenía invitados y exaltada le pide al ojinegro que la
espere pues va a saludar a unas personas y se marcha dejándolo solo en la
terraza. Apurada la chica entra a la casa buscando enseguida a los cuatro
chicos, a los pocos minutos de buscar los encuentra y se dirige hacia ellos, al
verla Duo baja la mirada, la chica se veía muy bonita
Relena. Hola, disculpen,
estaba ocupada
Con una amplia sonrisa la
chica se acerca a cada uno de los chicos y los saluda con un beso en la mejilla,
al terminar se sienta a un lado de Quatre en el amplio sillón donde él y Duo
estaban, la chica miraba hacia Heero
Relena. ¿Cómo la están
pasando?
Heero. Bien
Relena. Cualquier cosa ya
saben ¿eh?
Quatre. Gracias
Relena. Todos se ven muy
guapos
La chica sonreía tratando
de mostrarse feliz pero aunque estaba consciente de que Heero amaba a Duo no
dejaba de sentirse incómoda, por eso también evitaba la mirada de Duo, el
ojiverde quien era el más callado de los cuatro en ese momento se da cuenta de ello
aunque no entendía porque tanto Relena como Duo evitaban mirarse. Después de
media hora de pláticas sin importancia la chica se pone de pie para volver a ir
hacia Wufei
Relena. Me retiro pero
siéntanse en confianza por favor, nos vemos
La ojiverde se da media
vuelta para retirarse pero entonces Quatre recuerda que su amigo va a pedirle
trabajo al señor Darlian y entonces se pone de pie para detenerla llamándola,
Relena escucha y se voltea nuevamente hacia ellos
Relena. ¿Qué sucede?
Quatre. Duo ven
El rubio voltea hacia su
amigo y con la mano le hace una seña de que se acerque, Duo obedece y se acerca
hacia ellos aunque con la mirada baja, Heero y Trowa voltean a verse porque no
sabían que querían hablar con la chica
Quatre. Dile
Duo. Bueno yo, es que...
Quatre. Ándale no seas
tímido
El rubio le da un pequeño
empujón a Duo para que despabile pero él solo se sonroja y poco a poco levanta
la mirada, Relena estaba confundida
Duo. Quiero saber si tú...
si tú, me ayudarías a conseguir trabajo con tu papá
Relena. ¿Trabajo?
Nuevamente Trowa y Heero
voltean a verse, era algo extraño que Duo quisiera trabajar para el padre de la
chica, también Relena estaba sorprendida
Relena. ¿Cómo de qué? Qué
sabes hacer?
Duo. Pues...
Quatre. De lo que sea
¿verdad Duo? Mensajero, asistente, algo así
Relena. No me meto mucho en
los negocios de papá pero le comentaré
Duo. ¿De verdad?
El trenzado se anima por
fin a mirar a Relena a los ojos y ella también lo mira sonriéndole ampliamente,
Quatre sonríe aliviado de que haya aceptado intervenir, Duo agradece a Relena y
ella se marcha de ahí, al darles la espalda borra completamente su sonrisa y
camina a prisa hacia la terraza, ahí estaba Wufei mirando el cielo estrellado
Relena. Wufei
El pelinegro voltea cuando
escucha su nombre y ve lágrimas en el rostro de la chica, se extraña de verla
llorando y ella enseguida se avienta a sus brazos, Wufei no haya que hacer más
que abrazarla también
Relena. No me siento bien
Wufei. ¿Te traigo algo?
Relena. No, llévame a mi
cuarto por favor
Wufei. ¿Eh? Si
La chica muestra a Wufei
otra entrada a la casa desde el jardín para que no pasaran por el lugar de la
fiesta y entonces suben al segundo piso, la habitación de Relena era la tercera
al subir las escaleras, la chica seguía llorando sin haberle dicho a Wufei lo
que le pasaba, ambos entran, Relena enciende la luz y cierra la puerta, se
acerca a su cama y se sienta, Wufei se queda de pie recargado en la puerta
mirando a la chica, se sentía incómodo
Relena. No lo pude
soportar, estaba él y también a quien ama
Wufei. ¿Heero?
Relena. Sí, del que te
hablé
Wufei. Entonces está
enamorado de alguien más
La chica afirma con la
cabeza antes de volver a llorar, Wufei solo la mira y entonces recuerda a Treize,
él pasaba por la misma situación, Treize amaba a Duo y él solo era un mal
tercio, realmente era horrible pasar por ello. Para calmarla Wufei se acerca a
la cama y se sienta a un lado de Relena, ella levanta la mirada y lo mira
fijamente unos momentos, el ojinegro también la observaba; llevada por sus
impulsos Relena se acerca un poco más e intenta buscar los labios de Wufei con
los suyos, él reacciona rápidamente moviendo su cabeza hacia atrás, ambos se
miran a los ojos unos momentos, apenada Relena se sonroja y baja la mirada, Wufei
no sabía qué hacer, nunca antes había besado a una mujer y se sentía cohibido,
sin embargo las palabras de su jefe retumban en su cabeza, debía enamorar a la
hija de su futuro socio, Wufei comprende que debía de continuar con lo planeado
sin importar lo que tuviera que hacer, así que decide aprovecharse de la
debilidad de Relena
Relena. Lo siento...
Completamente avergonzada y
sin levantar la mirada Relena intenta ponerse de pie para marcharse pero antes
de hacerlo siente la mano de Wufei sobre su brazo y voltea hacia él, los ojos
negros la miraban profundamente por lo que desiste de ponerse de pie
Relena. Yo... yo...
Wufei. Sht...
Con timidez Wufei dirige su
mano derecha hacia la mejilla de Relena y lentamente se acerca a ella rozando
sus labios con la barbilla de la chica subiendo sutilmente hasta besarla en los
labios, dejándose llevar Relena responde el beso mientras Wufei la acuesta
lentamente en la cama dejándole sentir el peso de su pecho sobre el suyo al
tiempo que su mano se posa en la pierna de Relena por la abertura del vestido,
llevándose por la pasión la chica abraza fuertemente a Wufei por el cuello con
sus dos manos profundizando el beso...
Cuando Wufei termina dentro de Relena la
contempla debajo de él unos momentos antes de abandonar su cuerpo, la chica
respiraba con dificultad y mantenía sus ojos cerrados, Wufei no podía sentirse
menos ruin, el pelinegro se coloca al lado de la chica cuando se sale y apenado
deja de mirarla colocando su mirada en el techo, Relena se incorpora y observa
al pelinegro fijamente
Relena. ¿Estuvo bien?
El chino voltea hacia la
chica y sonriéndole amablemente se gira para quedar sobre su costado y con su
mano derecha aparta unos cabellos del rostro de la chica acariciándole después
la mejilla
Wufei. Estuvo bien
Relena. Yo sé que tu amas a
alguien más y yo...
Wufei. Sht no... ahora no
Relena también sonríe a
Wufei y él quita su mano de la mejilla de Relena y la pasa a su hombro para
atraer a la chica hacia él y abrazarla, ella se acurruca bien en sus brazos y
cierra los ojos, mientras tanto Wufei comienza a derramar un par de lágrimas
silenciosas...
Apenas llevaban hora y
media en la fiesta y ya estaban aburridos, el único que estaba un poco
emocionado era Quatre, mientras los otros tres estaban sentados él se había
puesto de pie para mirar los cuadros de las paredes y las figuras de los
muebles, mientras en el sillón los otros tres estaban serios, Trowa decide que
tal vez es mejor dejar solos a su amigo y a Duo así que se pone de pie y se
retira con el pretexto de hacer compañía a Quatre.
Tanto Heero como Duo estaban
callados, el ojiazul simplemente no sabía cómo comenzar una conversación con el
trenzado, en cambio él aún estaba apenado por su comportamiento del día
anterior y de la mañana, se sentía raro y no sabía a qué se debía... después de
varios minutos de silencio Duo decide hablar, no quería arruinar lo que hasta
ese momento había logrado con Heero como amigo
Duo. ¿Y qué piensas hacer
con el cuadro?
Heero. Me lo quedaré
Duo. ¿No lo venderás? Por
qué?
Heero guarda un silencio
corto pero con trabajo logra contestar a Duo, sonrojándose un poco, el trenzado
no se da cuenta de ello
Heero. Porque sales tú... y
yo...
Bastante apenado Heero
intenta confesarle a Duo sus sentimientos pero en ese momento la voz del padre
de Relena los interrumpe, enseguida el trenzado voltea hacia el señor Darlian y
el ojiazul bastante apenado y molesto se agacha hasta apoyar la frente sobre su
rodilla derecha. Del otro lado de la sala estaba el padre de Relena con una
copa en su mano derecha dirigiéndose hacia sus invitados
Sr. Darlian. Quiero
agradecerles su honorable presencia en ésta fiesta, los cite éste día aquí para
hacerles notificación de mi próxima asociación con el Sr. Marshall Noventa en
un importante negocio
Los invitados del padre de
Relena brindan junto con él y le aplauden, el señor Darlian hace una seña a su
próximo socio para que se acerque a donde está él y después de estrechar su
mano pide un aplauso para él, contento Marshall recibe los aplausos mientras
piensa que el señor Darlian es realmente estúpido e ingenuo, desde su lugar el
señor Noventa dirige a Duo una mirada maliciosa, Heero se da cuenta y se
molesta bastante poniéndose de pie y acercándose a Duo a quien lo toma de un
brazo y de un movimiento lo levanta de su lugar, confundido el trenzado lo mira
fijamente
Heero. Nos vamos de aquí
Duo. ¿Por qué?
Heero. Ese cerdo no deja de
mirarte
Avergonzado Duo se sonroja
y baja la mirada, Heero coloca su mano en el mentón del chico y le levanta un poco
la cabeza, el trenzado lo mira a los ojos y Heero le corresponde
Heero. No es tu culpa
Duo. Yo solo ocasiono que
te preocupes por mí
Heero. Eso no...
En ese momento llegan Trowa
y Quatre tomados de la mano, Heero vuelve a sonrojarse y baja la mano
alejándose un paso de Duo, el rubio no pude evitar sonreír indiscretamente y
Trowa le aprieta un poco la mano para indicarle que disimule, Duo voltea hacia
la pareja
Duo. Ya nos vamos
Quatre. ¿Por qué?
Duo. El tipo de allá me
mira mucho
El rubio voltea hacia donde
le ha señalado Duo y mira a Marshall platicando con algunos de los invitados de
su futuro socio, después voltea hacia su amigo sonriéndole
Quatre. Sí, mejor vayámonos
Duo. Aunque estaría bien
despedirse de Relena ¿no?
Quatre. Hace rato que no la
veo ¿y ustedes?
Trowa y Heero niega con la
cabeza
Heero. Vámonos, ya le
daremos las gracias
Trowa. Estoy de acuerdo
Los cuatro deciden
marcharse sin despedirse de Relena y caminan hacia la puerta, en el trayecto el
señor Darlian intercepta a Heero para platicarle sobre un cuadro que quiere que
le pinte y también para presentarle a un par de conocidos, tal vez podrían
convertirse en futuros clientes para el ojiazul, los otros tres caminan hacia
la puerta para esperar a Heero... Trowa y Quatre se entretienen platicando
entre ellos mientras Duo decide ir por un par de bocadillos más mientras espera
a Heero, así también deja a la pareja platicar a gusto...
Con cuidado Wufei se
levanta de la cama para vestirse, Relena se había quedado dormida en sus brazos
mientras él había permanecido todo ese tiempo pensando, el ojinegro se pone su
ropa y acercándose al espejo se acomoda el cabello, camina hacia la cama y
estirando su mano hacia la chica le acaricia el cabello y después le coloca la
sábana encima
Wufei. Perdóname, todo lo
hago por Treize, no quiero lastimarte, perdóname por favor
Dejando de tocar el cabello
de la chica, el ojinegro camina hacia la puerta y se marcha de la habitación,
para regresar al lugar de la fiesta toma el mismo camino que Relena había
tomado para dirigirlo a su habitación, al pasar por el jardín duda en entrar al
lugar de la fiesta pues se sentía más cómodo en la terraza pero seguramente eso
levantaría sospechas, mejor era hacer acto de presencia un rato...
Heero
continuaba escuchando a los amigos del Sr. Darlian, se sentía incómodo pues
solo contestaba las preguntas que le hacían esas personas, realmente no
participaba en la conversación, por su parte Duo estaba enfadado, ya había
comido todo tipo de bocadillos, Trowa y Quatre parecían muy concentrados en su
conversación que no quería interrumpirlos y Heero continuaba con esos señores
que se veían muy finos, el ojiazul se veía enfadado pero también se veía
atrapado sin poder escapar, eso lo hace sonreír, Heero era un hombre muy
peculiar
Duo. Ya me dio sed por
tanto comer
El trenzado voltea a varias
partes pero no veía al mesero que tenía las charolas de las bebidas, su sed era
grande así que decide mejor buscarlo él... por su parte Wufei toma por fin su
decisión y entra al salón donde se estaba llevando a cabo la fiesta, el
ojinegro camina hacia donde ve que se encuentra su jefe, Marshall estaba
conversando con un hombre de edad avanzada, no se veía que conversaran algo que
valiera la pena por lo que no le importa interrumpir, en su camino divisa al
mesero de las bebidas y decide antes pasar por una...
Después de haberlo
buscado por el amplio salón Duo alcanza a ver al mesero y muy contento se
dirige hacia él con paso apresurado, los meseros se movían rápido para poder
atender a todos los invitados, el trenzado camina al mismo ritmo hasta que sus
ojos le muestran algo que no le agrada en absoluto, rogando a Dios que no fuera
lo que veía camina cada vez más lento hasta detenerse, a unos cuantos metros de
él estaba Wufei Chang, el ojinegro casi al mismo tiempo voltea hacia el
trenzado llevándose una gran sorpresa, por segundos pareciera que el tiempo
estaba detenido para los dos, era como si los demás se movieran de forma lenta
y aislada mientras ellos estaban congelados en ese momento, ni siquiera habían
tenido noción del tiempo que había transcurrido desde que sus miradas se habían
detectado la una a la otra hasta ese en que Wufei escucha su nombre de labios
de Relena, el chino voltea hacia la chica que había entrado por la terraza, los
ojos de Duo estaban más que abiertos y se encontraba aturdido, no podía creer
que eso estuviera pasando, su pasado se hacía presente y por una fracción de
segundo todo su mundo alrededor se derrumba, con Wufei ahí frente a él era un
hecho que pronto Treize lo encontraría y le obligaría a regresar con él para
volver a vivir el mismo infierno de antes
Duo. ¿Por qué?
Confundido y atormentado
Duo da media vuelta y echa a correr en dirección hacia la puerta, Wufei deja de
voltear hacia Relena pero cuando lo hace el trenzado ya no estaba frente a él
mirándole, ahora el trenzado corría hacia fuera
Relena. ¿Lo conoces?
Wufei vuelve a voltear
hacia la chica y le sonríe nerviosamente, segundos después niega con la cabeza,
ella también le sonríe y se acerca a él sujetándolo del brazo... Heero ve a Duo
pasarle por un lado dirigiéndose a prisa hacia fuera, sin importarle la charla
y sin decir nada va tras él, confundido el señor Darlian se disculpa con sus
amigos por Heero, el trenzado pasa también de largo a Trowa y Quatre, ambos se
miran a los ojos y enseguida van tras Duo, el trenzado se detiene a medio
jardín y se tira al pasto de rodillas llevándose una mano al pecho mientras
respiraba con dificultad, enseguida llegan Trowa y Quatre, sin dudarlo el rubio
se hinca frente a Duo colocándole las manos en los hombros y mirándolo a los
ojos
Quatre. ¿Qué tienes?
Duo. Yo... tengo miedo
Quatre
El trenzado se avienta a
los brazos de Quatre, el rubio le coloca una mano en la espalda y voltea hacia
Trowa, el ojiverde solo mira consternado a ambos, nunca había visto a Duo
actuar así. En pocos segundos llega Heero y se coloca a un lado de Trowa pero
mirando a Duo y a Quatre
Heero. ¿Qué pasó?
Trowa. No sé
Al escuchar la voz de Heero
el trenzado suelta a Quatre y voltea hacia él, se pone de pie y se acerca para
abrazarlo, el ojiazul no se lo espera y queda inmóvil sin tocar a Duo, su
rostro se sonroja bastante pero se queda callado, Quatre también se pone de pie
y hace a Heero una seña con los ojos para decirle que haga algo, poco a poco
Heero cierra sus brazos en la espalda de Duo y lo mira fijamente
Heero. Vámonos, nos cuentas
en el auto
Duo afirma moviendo la
cabeza y secándose las lágrimas de sus ojos y que aún no resbalaban por sus
mejillas, se separa un poco de Heero pero camina junto a él hacia el auto,
Trowa abre las puertas, Heero intenta separarse de Duo para él manejar y dejar
a Duo en la parte de atrás con Quatre mientras Trowa se va adelante con él pero
el trenzado lo sujeta del costado de la camisa, Heero voltea hacia él
observando que Duo tenía la cabeza agachada aunque no alcanza a notar el
sonrojo del chico
Quatre. Yo manejo
Trowa y Quatre suben
primero al auto, después Heero y Duo suben a la parte de atrás, uno cerca del
otro pero sin tocarse, Heero miraba a Duo pero el trenzado aún tenía la cabeza
agachada y se sujetaba la tela de los pantalones con ambas manos, ninguno de
los tres se atreve a preguntar qué le había pasado, es hasta después de algunos
minutos que Duo decide contar
Duo. Estaba ahí, era él...
Quatre. ¿Quién?
Duo aprieta más la tela de
sus pantalones y cierra los ojos
Duo. Wufei Chang
Al escuchar aquel nombre
tanto Heero como Quatre se sorprenden bastante, en cambio Trowa no entiende
quien es ese hombre pero no pregunta, él no estaba enterado de todo lo que
había vivido Duo al lado de Treize, solamente sabía que lo maltrataba, ni
siquiera estaba enterado de las violaciones. Casi enseguida Heero reacciona de
forma molesta
Heero. ¿Te hizo algo? Qué
te dijo?
Duo. No, solos nos miramos
hasta que llegó Relena y lo llamó
Quatre. ¿Relena?
Ninguno de los presentes
entendía que tenía que ver la chica en ese asunto, sobre todo Duo pues no
estaba consciente de que hubiera tal conexión
Duo. Tengo miedo, me va a
encontrar
El trenzado voltea hacia
Heero mostrando miedo en su mirada, el ojiazul no resiste esa mirada y abraza
fuertemente a Duo, al ojivioleta por segundos se le olvida él porque estaba
así, nunca antes había sentido tanta calidez en el cuerpo de Heero
Heero. No lo permitiré, yo
te protegeré... lo prometo
Duo. Hee... Heero
El corazón de Duo late a
prisa tras escuchar las palabras de su amigo y un inesperado y súbito sonrojo
se apodera de todo su rostro, no entendía porque, lo único que sabía era que
estar así, juntos los dos, se sentía muy bien...
Quatre lleva a su novio y a
Heero a sus respectivos hogares y junto a Duo regresan al departamento que
compartían, el rubio le prepara un té a su amigo y se lo lleva a la cama, el
trenzado todavía estaba pensativo, cuando Quatre llega se sienta a su lado y
después de darle su taza le coloca una mano sobre la espalda
Quatre. ¿Estás bien?
Duo. Me siento más
tranquilo, Quatre tengo miedo
Quatre. No te preocupes
Duo, todos estamos contigo
Duo. Gracias
El trenzado voltea hacia su
amigo y le regala una gran sonrisa, el rubio le contesta con otra sonrisa y se
pone de pie
Quatre. Descansa, voy a
dormir, mañana voy al consultorio todo el día
Duo. ¿Por qué?
Quatre. Voy a cubrir a mi
compañero y como es domingo no hay clases
Duo. Ya veo
Quatre. Que tengas bonita
noche, deja de pensar en ese desgraciado de Wufei
Duo. Lo haré, gracias
El rubio se acerca a su
amigo y le da un beso en la mejilla, después sale de la habitación cerrando la
puerta, Duo bebe un solo trago de su té y se acuesta en la cama, ya tenía
puesta su ropa de dormir, estaba angustiado y no tenía deseos de dormir pero lo
intentaría... Quatre llega a su recámara y enseguida se acuesta en la cama,
cierra los ojos para tratar de dormir pero casi enseguida se sienta y prende la
luz de su lámpara, saca del cajón su libreta de direcciones y toma el teléfono
marcando enseguida el número, del otro lado le contesta un adormilado Heero
Heero. ¿Diga?
Quatre. Hola Heero, perdón
que te moleste a ésta hora
Heero. No hay cuidado ¿le
pasó algo a Trowa?
Quatre. No, no es por eso,
se trata de Duo
Heero. ¿Qué tiene?
El ojiazul olvida por
completo que estaba casi dormido y enseguida se sienta en la cama, estaba
preocupado, en cambio Quatre suelta una pequeña risita, cosa que a Heero no le parece
gracioso en absoluto
Quatre. Él está bien, pero
te quiero pedir un favor
Heero. Dime
Quatre. Es que mañana
trabajo todo el día y él se va a quedar solo aquí ¿podrías hacerle compañía?
Invitarlo al cine o algo así
Heero. Pues... sí, supongo
Quatre. Gracias, te lo voy
a agradecer bastante, que pases bonita noche y no sueñes perversiones de Duo
¿Eh?
Heero. ¿Qué?
Quatre. Jajaja, no te
creas, hasta luego
Heero. Si
El rubio cuelga el teléfono
y Heero lo mira unos segundos antes de dejarlo sobre la base, su rostro estaba
teñido de rojo y para su mala fortuna si tiene un sueño húmedo de Duo... al día
siguiente, antes de que el trenzado despierte en la mañana, Quatre sale del
departamento para ir al consultorio, una hora después de su partida despierta
Duo y va a la cocina a tomar agua, mientras bebe del líquido el timbre del
departamento suena, sin entender quién puede ser a esa hora se acerca con
desconfianza para abrir, al hacerlo se lleva la sorpresa de ver a Heero parado
en la puerta
Duo. Heero hola ¿cómo estás?
Heero. Bien
Duo. Pasa por favor ¿a qué
debo tu matutina visita? Ya desayunaste? Ahorita preparo algo, siéntate
El trenzado estaba muy
entusiasmado con su visita, Heero responde a la segunda pregunta moviendo a los
lados la cabeza y enseguida se sienta en el sillón de la sala mientras Duo va a
la cocina y comienza a sacar unas cuantas cosas para el desayuno
Duo. Qué raro que vengas
tan temprano
Heero. Es que quiero
invitarte
Duo. ¿Eh?
El trenzado deja de sacar
las cosas que necesita y mira a Heero, el ojiazul estaba un poco apenado, no
era su costumbre hacer ese tipo de cosas
Heero. ¿Quieres ir al
parque de diversiones?
Al principio el trenzado se
sorprende por la proposición pero enseguida muestra una amplia sonrisa y pega
un grito de emoción, Heero lo mira de forma rara por su comportamiento, Duo se
da cuenta y apenado baja la mirada unos segundos
Duo. Lo siento pero es que,
yo nunca he ido a uno
Heero. ¿Qué?
Duo. Es que en el pueblo no
había y yo pues me casé muy joven y Treize nunca...
Heero. No me hables de él,
por favor
Duo. Perdón...
Heero. ¿Entonces?
Duo. Si quiero ir, gracias
Muy contento Duo comienza a
preparar el desayuno, el ojiazul lo observa mientras lo hace y sonríe un poco,
le encantaba ver contento al trenzado, ni siquiera había notado en qué momento
había comenzado a amarlo tanto... Después del desayuno Duo se baña y se prepara
para ir al parque de diversiones, se viste con unos pantalones de mezclilla
azul y una camisa negra, tenis blancos y pone una gorra de color negra, cuando
Heero lo ve se sonroja, el trenzado se veía muy bien con ese tipo de ropa, de
hecho se veía bien se pusiera lo que se pusiera, Duo sonríe apenado
Duo. ¿Me veo tonto?
Heero. No, te ves bien
El trenzado se sonroja y se
rasca un poco la nuca, se sentía apenado pero si Heero le decía que no se veía
mal entonces estaba más confiado. Ambos salen del departamento, Duo cierra con
llave y al salir a la avenida piden un taxi, el parque estaba a solo media hora
de camino desde el departamento del rubio, Duo miraba contento por la ventana,
esa parte de la ciudad no la conocía, Heero por su parte miraba al trenzado
atentamente, todas y cada una de sus expresiones. Afortunadamente cuando llegan
al parque no había mucha gente en las filas por lo que en menos de 20 minutos
ya estaban adentro, ya eran casi las 11 de la mañana, Duo al ver todos aquellos
juegos suelta una expresión de asombro, como las que hacen los niños pequeños
cuando se sorprenden
Duo. Es enorme
Heero. ¿Te gusta?
Duo. Mucho, es lindo
Heero. ¿A cuál quieres
subir primero?
Duo. No lo sé, todos se ven
geniales
Heero. ¿Caminamos para que
los veas?
Duo. Si
El trenzado se veía
inquieto pero camina al ritmo de Heero, caminan alrededor de 45 minutos y Duo
aún no se decidía pero el ojiazul se mostraba paciente
Duo. Ayúdame
Heero. ¿Quieres subir a la
montaña rusa?
Duo. ¿Esa cuál es?
Heero. Aquella
El ojiazul señala la
majestuosa montaña rusa que estaba a unos cuantos metros de ellos, Duo la
observa y abre grandotote los ojos quedándose callado unos momentos, después
voltea hacia Heero
Duo. Me da miedo
Heero. Te va a gustar
Duo. Pero...
Heero. Yo estaré a tu lado
El ojiazul sonaba tan serio
como siempre pero Duo confía en esa mirada cálida y entonces cambia de parecer
enseguida asintiendo con la cabeza
Duo. Vamos
El trenzado toma a Heero de
la mano y lo jala para que vayan hacia el juego y él lo sigue, ahí tampoco
había una gran fila aunque les toca subir después de 3 turnos, Heero escoge la
parte delantera de la montaña y Duo se veía muy nervioso, el encargado se
acerca a los lugares y coloca los seguros, el carro comienza a moverse y Duo
sonreía contento, el aparato comienza a subir lentamente y se detiene al llegar
a la parte alta, el trenzado voltea hacia Heero
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Agárrate
Duo. ¿Eh?
Antes de que Duo pueda
reaccionar el juego comienza a bajar rápidamente y entonces el trenzado pega un
fuerte grito de susto y emoción, Heero se veía muy tranquilo pero Duo gritaba
como loco, la primera bajada pasa y enseguida llegan a la segunda, Duo vuelve a
gritar pero con menos histeria soltando después una carcajada, después de una
curva muy inclinada llegan a la parte de la espiral donde estarían de cabeza
unos segundos, aquella había sido la mejor parte para Duo y se había dado el
lujo de gritar con todas sus ganas, el recorrido termina y el trenzado baja muy
emocionado
Duo. ¡Es genial!
Heero. ¿Subimos otra vez?
Duo. Si sobra tiempo, hay
muchos juegos más
Emocionado Duo va indicando
a Heero todos los juegos a los que quiere subir, suben a las tazas locas, los
carros chocones e incluso el carrusel a pesar de que la mayoría arriba eran
niños, pero el trenzado se estaba divirtiendo a horrores y Heero estaba contento
solo de verlo, era un niño travieso, el más hermoso de los niños y él lo amaba.
En total suben a 20 juegos y aún les hacía falta recorrer más pero eran las 3
de la tarde y ya tenían hambre, dentro del parque van a un puesto de
hamburguesas, comen también papas fritas y toman refrescos, Duo contaba
entusiasmado a Heero lo divertido que eran los juegos y él lo escuchaba en
silencio, solo observándolo, le alegraba hacerlo feliz y hacerle olvidar por
unos momentos que había visto a Wufei la noche anterior.
Al terminar de comer
Duo propone que vayan a la casa de los espejos, Heero no se opone ya que solo
buscaba la diversión de Duo... dentro de la casa Duo se divierte mucho viendo a
Heero alto y flaco, en otro espejo chaparro y gordo, en otro todo retorcido,
otro con la cabeza grande y cuerpo pequeño, con piernas largas y cabeza
pequeña, y varios más, también él se veía gracioso de esas formas. Al salir de
ahí van a la casa de terror donde Duo se emociona y asusta al ver a Drácula,
Frankestain, Jack el destripador y otros personajes de fantasía, en cambio
Heero estaba indiferente, nunca le habían gustado esas casas de terror tontas,
nunca se había asustado en ellas.
Después van a las carreras de Go karts donde
Heero se deja vencer por Duo que estaba muy entusiasmado, después se deslizan
por las rampas arriba de llantas de hule y hacen el recorrido arriba de los
cisnes en el lago, eran ya las 6 de la tarde y Duo no parecía agotarse
Duo. Todo esto es genial
Heero, me encanta
Heero. Me alegro
Duo. Vamos por un helado
Heero. Si
Duo avanza caminando frente
a Heero quien lo miraba atentamente caminando a paso lento con las manos en los
bolsillos de su pantalón, el trenzado voltea atrás sin dejar de caminar
haciéndolo al revés
Duo. ¿Tú te diviertes?
Heero. Claro
Duo. Te ves un poco serio
Heero. No
Duo. Tenemos que volver a
la montaña ¿eh?
Heero. Sí
Duo sonríe muy contento y
otra vez camina mirando al frente, Heero mira hacia el sol el cual no tardaría
en ocultarse, el trenzado había dejado una nota a su amigo así que no había de qué
preocuparse... llegan al puesto de helados, Duo pide de vainilla con chispas de
chocolate y Heero de nuez, ambos comienzan a caminar por el parque, uno al lado
de otro, al terminarse su helado Duo propone que vayan al juego donde lanzas
dardos a los globos y te ganas premios, el trenzado no logra ganar ni uno solo
a pesar de siete intentos, en cambio Heero lo logra a la primera pidiendo un
elefante rosa para el trenzado, Duo lo acepta muy contento y agradece a Heero
con un beso en la mejilla haciéndolo sonrojar
Duo. Vamos a la montaña
Heero. Si
Nuevamente se suben a la
montaña, ésta vez Duo pierde su gorra, Heero intenta comprarle otra pero él se
opone. Ahora pasaban de las 8 de la noche y la luna era ahora la proveedora de
la luz, el parque ya no estaba tan lleno como en la mañana y las luces ahora
estaban encendidas, Heero estaba un poco cansado pero Duo aún se veía con mucha
energía
Heero. ¿Ahora qué quieres
hacer?
Duo. No lo sé ¿ya te
quieres ir?
Heero. No
Duo. Dime la verdad
Heero. Bueno, sí, estoy un
poco cansado
Duo. Entonces vámonos
El trenzado sonríe
ampliamente a Heero y se dirigen hacia la salida, ambos caminaban lentamente
pero Duo se detiene por completo mirando fijamente algo, Heero lo mira a él
detenidamente y pregunta
Duo. Heero ¿cómo se llama
ese?
Heero. Rueda de la fortuna
Responde al ver el juego
que Duo señalaba, el trenzado estaba boquiabierto
Duo. A ese no hemos subido
¿vamos?
Enseguida Heero asiente
moviendo la cabeza y entusiasmado Duo avanza hacia el juego, éste estaba a diez
metros de ellos y cuando llegan había unas cuantas parejas haciendo fila, ambos
se forman y Duo nota aquella particularidad
Duo. ¿Por qué hay tantas
parejas?
Heero. Éste juego es famoso
porque las parejas gustan de subir en él
Duo. ¿Por qué?
Heero. La vista es hermosa
desde arriba
Duo. Wuauu
El trenzado miraba
boquiabierto la punta de la rueda y después sonríe ampliamente, el turno de
ellos llega casi enseguida, al subir Duo se siente un poco nervioso porque el
cubículo se movía pero Heero lo agarra de la mano para ayudarle a subir, el
encargado cierra y se sientan uno frente al otro, poco a poco comienzan a subir
y asombrado Duo miraba por la ventana, las cosas comenzaban a verse pequeñas y
la luna se veía mejor desde ahí, también las luces de la ciudad se veían
claramente y Duo estaba encantado, en cambio Heero estaba encantado con el
rostro sonriente del trenzado, tal vez aquella era la ocasión perfecta para
declararse. El juego se detiene en la cima y Duo voltea hacia Heero
Duo. ¿Qué pasa? Bajará
rápidamente como la montaña?
Heero. No, éste no
Duo. Todo se ve hermoso de
aquí
Heero. Duo
Duo. Dime
Heero. ¿Hay algo que debes
saber?
Duo. ¿Qué cosa?
Sintiéndose muy nervioso
Heero se pone de pie y se sienta donde esta Duo colocándose a su lado, el
trenzado no entiende que quiere decirle el ojiazul pero cuando éste le agarra
una mano y lo mira a los ojos se sonroja
Heero. Desde que te conocí
siento que mi vida ha cambiado
Duo. La mía también, yo...
Heero. Espera...
El ojiazul coloca el dedo
índice de su otra mano sobre los labios del trenzado y éste guarda silencio
completamente sin dejar de mirarlo a los ojos
Heero. Déjame terminar...
Duo yo siento que...
Antes de que el ojiazul
intente declararle su amor al trenzado el juego vuelve a moverse, Duo se suelta
rápido del agarre y mira otra vez por la ventana
Duo. Increíble, sigo sin
creerlo
Heero. Duo...
Duo. ¿No es linda la vista?
Nunca he visto algo así
Heero guarda silencio el
resto del recorrido, en las siguientes 2 vueltas el operador no detiene cada
cubículo en la cima y entonces termina el recorrido, Heero y Duo bajan, el
trenzado vuelve a echarle un vistazo al juego, sin duda había sido su favorito,
después mira hacia Heero
Duo. Perdón por
interrumpirte ¿qué me ibas a decir?
Heero. Olvídalo
Duo. Dime por favor
Heero intenta caminar para
de nuevo dirigirse a la salida pero Duo le sujeta un brazo, Heero voltea hacia
él mirándolo fijamente, Duo estaba un poco serio
Heero. Está bien
El ojiazul se voltea por
completo y quedan frente a frente, a sus costados estaba la majestuosa rueda de
la fortuna y la luna sobre ellos, por el parque ya no transitaba tanta gente,
de hecho se cerraría en una hora. Llevaban minutos en silencio, Heero había
perdido el valor y Duo estaba confundido porque pensaba que tal vez se trataba
de algo grave, un aire traicionero pasa por ellos y Duo se lleva las manos a
los brazos, Heero se acerca un paso más a él y le coloca ambas manos sobre los
hombros mientras lo mira a los ojos
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Me gustas
Duo. ¿Eh?... también me
gustas
Heero. No me refiero a eso
Por unos segundos
nuevamente hay silencio entre ellos, los ojos violetas estaban fijos en los
azules y los azules en los violetas, la mirada de Heero era como nunca la había
visto Duo y eso le preocupaba
Heero. Yo me refiero a que
te quiero... me enamoré de ti
Por instinto Duo intenta
hacerse hacia atrás pero Heero aprieta sus manos en los hombros del trenzado
quien estaba completamente paralizado, sus ojos abiertos y desorbitados, su
cerebro trataba de asimilar aquella información pero era difícil de procesar,
la mirada caída y angustiosa de Heero no ayudaban a Duo a reaccionar de alguna
forma y los minutos pasaban sin que pudieran notarlo
Heero. Dime algo
Duo. Yo...
Heero. Lo que sea, por
favor
Duo. Lo siento Heero
Sin saber que contestar Duo
hace entender a Heero que no es correspondido y el ojiazul se siente derrumbado
por completo pero mantiene su posición, Duo en cambio baja la mirada y después
agacha la cabeza inclinándose hacia Heero, el ojiazul lo atrae hacia él y lo
abraza quedando la cabeza de Duo sobre su pecho, los ojos de Duo seguían
abiertos ampliamente y por sus mejillas corren las lágrimas, los ojos de Heero
en cambio se cierran, las luces de la rueda de la fortuna se apagan quedando
sobre ellos solamente la luz de la luna y a lo lejos las luces de otros
juegos...
Minutos después se separan, Duo se seca las lágrimas y se aleja un
paso de Heero, ambos caminan hacia la salida en silencio, el ojiazul llama a un
taxi, estaba muy apenado así que sube adelante con el chofer y Duo se va solo
en la parte de atrás, de vez en cuando fijaba su mirada en Heero y recordaba su
confesión, aquellas palabras eran tan dolorosas como hace tiempo no escuchaba,
se sentía deprimido y confundido... Heero indica al taxista donde dejar a Duo,
el auto se detiene y el trenzado abre la puerta, antes de eso bajando la mirada
se dirige a Heero
Duo. Me divertí, gracias
Cierra rápidamente la
puerta y se va corriendo hacia el departamento, Heero lo mira marcharse y
empuña sus manos, se sentía abatido
Taxista. ¿A dónde lo llevo?
Heero. Síguete por ésta
calle
El chofer del taxi obedece
y echa andar el auto mientras Heero también recuerda tan vergonzosa escena,
había sido cruelmente rechazado y lo que más le aterraba era que tal vez Duo
seguía enamorado de Treize... el trenzado entra al departamento con la mirada
baja, Quatre que estaba en la cocina lo ve entrar y sonriendo intenta saludarlo
y preguntarle cómo le ha ido pero Duo lo ignora entrando rápidamente a la
habitación, el rubio se preocupa y va tras él, al llegar al cuarto Duo estaba
acostado en la cama boca abajo con el rostro oculto en las sábanas, más
preocupado Quatre se acerca a él y se sienta en la cama colocándole una mano a
su amigo en la espalda
Quatre. ¿Qué tienes Duo?
Duo. Me siento mal
Quatre. ¿Qué te duele?
Duo se queda callado unos
segundos y después levanta un poco su cabeza mirando a su amigo a los ojos
Duo. El estómago
Quatre. ¿Comiste algo que
te hizo daño?
Duo. No, siento extraño,
como hambre, no sé
El rubio mira a Duo con
extrañeza sin entender que es ese síntoma tan raro, su mano la coloca sobre su
cabeza y le acaricia un poco el cabello
Quatre. Algo pasa ¿cierto?
Duo. Heero me dijo que me
ama y yo no sé qué siento por él
Al escuchar las palabras de
Duo el rubio se sorprende pero después le sonríe tiernamente mirándolo
entrecerrando los ojos, el trenzado lo mira fijamente
Duo. ¿Lo sabias?
Quatre. Sí
Duo. ¿Qué debo hacer? Me
siento mal
Quatre. ¿Quieres a Heero?
Duo. Si
Quatre. ¿Imaginas cómo te
sentirías si él ya no estuviera en tu vida?
Duo. Me sentiría triste...
¿crees que también yo...?
Quatre. Eso es algo que
solo tú sabes, platica con tu corazón, tómate tu tiempo
El trenzado desvía su
mirada y se queda pensativo unos momentos, Quatre decide dejarlo solo y antes
de irse le besa los cabellos y después le sonríe ampliamente, al salir de la
habitación Duo recarga su mejilla derecha sobre la sábana y mira hacia la pared
Duo. ¿Qué siento por
Heero?... es tan difícil
El trenzado comienza a
recordar a Heero desde el momento que vio su foto el primer día que llegó a la
ciudad hasta ese día en el parque de diversiones y su declaración al final de
la jornada, todos y cada uno de los momentos referidos a él poniendo total
énfasis a aquel día en que lo descubrió realizando pornografía, recordando
claramente como Heero había golpeado a esos tipos, el recuerdo lo hace sonreír
un poco. Todo lo vivido con el ojiazul pasa por su mente quedando después
completamente dormido.
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