jueves, 5 de noviembre de 2015

Lo que el viento se llevó

Capítulo 6. Tormento



Por la mañana del día siguiente Heero, Trowa y Quatre van por Duo para llevarlo de regreso al departamento del rubio, por fin le habían dado de alta aunque Duo no podía aún caminar con normalidad, al caminar se apoyaba del hombro de Heero, los cuatro estaban en silencio, se trataba de un silencio incómodo pero a la vez se sentía un poco de tranquilidad, el ambiente de hospital no era muy alentador, era mejor seguir cuidando de Duo en un hogar aunque el trenzado se sentía muy apenado, todos sabían porque estaba así y sin embargo nadie hablaba al respecto aunque Duo no podía olvidar lo que había sucedido, cada vez que cerraba los ojos recordaba como lo habían violado y cada vez que se tocaba alguna parte del cuerpo recordaba y sentía los golpes, jamás se había sentido tan dolido y humillado, ni siquiera con las violaciones y golpes de su marido... por fin llegan al departamento de Quatre, era fin de semana así que no había escuela y trabajo, los tres se quedarían en casa del rubio para estar al pendiente de Duo

Duo. ¿Seguro que no tienen algo que hacer?

Quatre. No te preocupes Duo, solo descansa ¿te traigo algo?

Duo. No... bueno...

Nervioso Duo voltea a ver a Trowa y Heero y después vuelve a mirar a Quatre poniéndose un poco rojo, el ojiverde y el ojiazul entienden y voltean a verse a los ojos caminando ambos hacia fuera de la habitación, Trowa cierra la puerta

Duo. ¿Me traes la crema que me dio el doctor?

A pesar de que Heero y Trowa habían salido de la habitación el trenzado habla en un susurro, Quatre sonríe y llevando su mano hacia la cabeza de Duo afirma moviendo la suya, Duo aún estaba sonrojado y el rubio sale de la habitación para dirigirse a la sala, Quatre estaba serio, Trowa y Heero lo observan cuando se acerca a la maleta y saca la crema junto con un par de cajas de medicina, los tres estaban serios y callados, ni siquiera se miraban entre ellos hasta que Quatre le dirige una mirada a Trowa y sonríe un poco para después irse a la cocina y tomar un vaso de agua y volver después a la habitación, Duo estaba acostado de lado mirando hacia la ventana y cuando escucha a Quatre entrar voltea a verlo quejándose un poco por el dolor

Quatre. Aquí está, te traje también las medicinas, éste es un anti inflamatorio, dijo el doctor que lo tomaras dos veces al día

Duo solo afirma y trata de sonreír a Quatre pero realmente se sentía muy mal, el rubio se sienta a un lado de él dejando las cosas sobre el buró y le da un abrazo ayudándolo a acostarse otra vez de lado, sabía que le dolía al sentarse

Quatre. ¿Quieres que te ayude?

La voz de Quatre era bajita y su rostro estaba un poco sonrojado, Duo se queda callado por mucho tiempo y sin voltear a ver a Quatre

Duo. Yo puedo solo

Quatre. ¿Te alcanzas?

El trenzado se pone aún más rojo cuando Quatre le pregunta eso y unas lágrimas comienzan a formarse en sus ojos y en silencio comienza a derramarlas, Quatre también comienza a llorar y lo abraza con fuerza, los dos se quedan callados un buen rato

Quatre. Si quieres puedes llorar con fuerza, desahógate

Duo aprieta sus ojos y comienza a sollozar, sus lágrimas caían más frecuentemente, su nariz estaba roja por tanto llorar al igual que sus ojitos, Quatre solamente lo abrazaba con fuerza dándole pequeñas caricias en la espalda, Duo se agarraba con fuerza de la camisa de Quatre que ya estaba mojada por las lágrimas y los fluidos de la nariz de Duo quien ya llevaba varios minutos llorando con fuerza, Trowa y Heero lo estaban escuchando llorar, Trowa estaba muy serio, su cabeza estaba al frente pero su mirada estaba desviada, Heero no estaba tan serio, apretaba sus puños con fuerza y sus dientes también aunque menos fuerte que sus puños y su mirada estaba hacia abajo...

En la habitación Duo seguía llorando pero con menos intensidad soltando poco a poco la camisa de Quatre, el rubio estira su mano hacia el buró y agarra un pañuelo para limpiarle la nariz a Duo como se le limpia a los niños pequeños y da a Duo otro, el trenzado se limpia las lágrimas, Quatre le sonríe tiernamente, como una madre que cuida a su hijo enfermo y entendiendo que Duo quiere estar solo para hacerse sus curaciones intenta ponerse de pie pero Duo le sujeta la tela de los pantalones antes de que se ponga de pie haciendo que Quatre se siente de nuevo a su lado mientras le observa fijamente

Duo. ¿Me ayudas?

Quatre. Claro

Duo estaba ardiendo de la vergüenza pero realmente sentía hacia Quatre una gran confianza, además algún día su amigo iba a ser médico y quien mejor que él para ayudarle, el rubio se pone de pie para salir otra vez de la habitación, había olvidado los guantes que el proctólogo le había dado, Heero y Trowa lo observan cuando sale y el rubio en lugar de sacar los guantes se lleva toda la maleta aunque el ojiverde y el ojiazul habían entendido, habían visto además en los ojos del rubio rastro de lágrimas y realmente lo admiraban, Quatre era más fuerte de lo que parecía porque a pesar de también llorar como Duo el trenzado se sentía protegido a su lado...

Habían pasado varios minutos y Quatre no salía de la habitación pero al escuchar los quejidos por parte de Duo sabían que aún estaban ocupados, el trenzado se quejaba mucho, el dolor que sentía era bastante, ni siquiera había comido bien porque le era imposible ir al baño, en el hospital tomaba puros líquidos y usaba una sonda para poder orinar, ya en casa no era necesaria la sonda porque al menos ya podía caminar, Heero y Trowa seguían serios, era bastante incómodo escuchar cómo se quejaba Duo porque podían escuchar también sus lloriqueos, pero quien menos lo soportaba de los dos era el ojiazul, se sentía afligido porque no podía ayudar al trenzado, jamás se había sentido tan impotente en toda su vida y no aguantando más la presión se pone abruptamente de pie y agarrando su chamarra sale aprisa del departamento sin mirar o hablarle a Trowa...

Al terminar Duo vuelve a ponerse los pantalones de su pijama mientras que Quatre tira las gasas con sangre colocándolas en la misma bolsa donde tira los guantes, el doctor les había dado varias bolsitas de guantes, después va al baño para lavarse las manos, los dos estaban callados y Duo escondía su cabeza entre la almohada, se sentía muy avergonzado, Quatre se acerca otra vez a la cama y se sienta a su lado acariciándole un poco los cabellos a su amigo que seguía con la cabeza entre la almohada mientras permanecía acostado de lado

Quatre. No tienes por qué apenarte, soy yo ¿recuerdas?

Duo. Lo sé... gracias

Sonriendo sinceramente Duo saca su cabeza de entre la almohada y le regala un abrazo en la cintura a Quatre mientras coloca su cabeza sobre su regazo, Quatre también sonríe mientras le acaricia los cabellos con su mano derecha, los dos estaban totalmente callados, por tanto tiempo que el rubio no se había dado cuenta que Duo estaba dormido hasta que lo escucha roncar, lo mira tiernamente y con cuidado se lo quita de encima colocándolo sobre la cama, Duo se mueve un poco quedando boca abajo

Quatre sonríe nuevamente y se pone de pie saliendo de la habitación completamente calmado, Trowa lo observa salir y ambos cruzan miradas, los dos estaban serios pero el ojiverde se da cuenta que su novio temblaba ligeramente, Trowa se preocupa y ve como poco a poco los ojos de Quatre se enrojecen y comienza a caminar lentamente hacia él, Trowa se levanta de su asiento y el rubio se avienta a sus brazos comenzando a llorar, Trowa lo abraza con fuerza y sus ojos muestran una mirada triste, podía sentir el dolor de Quatre como si fuera el suyo, era una sensación completamente desesperante y ahora más que nunca le iba a ocultar su rara enfermedad cerebral, porque si así estaba sufriendo su novio con la situación de Duo cuando él le dijera que estaba condenado a muerte seguro que eso destrozaría a Quatre...

Trowa intensifica su abrazo y le regala a su novio un beso sobre la cabeza comenzando a derramar un par de lágrimas, completamente en silencio, ni siquiera Quatre se daba cuenta de que Trowa lloraba, de que Trowa se estaba muriendo y no solo por verlo así si no también textualmente...

Heero regresa al departamento de Quatre por la tarde llevando consigo un pollo rostizado, sabía que Quatre no estaba de humor como para cocinar y que Trowa era pésimo en ese aspecto y como él tampoco tenía deseos de cocinar, porque Heero cocinaba bastante bien, entonces por eso había llevado el pollo, Duo continuaba durmiendo, las medicinas le daban sueño, los tres se sienta a la mesa a comer, los tres estaban callados, Quatre aún tenía los ojos un poco irritados por llorar en la mañana

Trowa se veía tan serio como siempre, en él no se notaba rastro alguno de llanto y ya Heero se había calmado, tras salir de casa del rubio en la mañana se había ido a caminar sin rumbo, necesitaba aire, necesitaba pensar y estar solo, quería mucho a Duo a pesar del poco tiempo compartido y la sola idea de llegar a enamorarse le daba miedo, no le gustaba querer mucho a las personas porque siempre terminaba perdiéndolas, su madre y después su padre, ahora lo único que le quedaba era Trowa, ese amigo, su hermano, alguien a quien realmente quería, de él sabía que jamás lo iba a abandonar, por eso se sentía tranquilo pero sabía que Duo aún quería a su marido y no descartaba la posibilidad de que algún día el trenzado decidiera volver con él, por eso no podía permitirse amarlo, porque para él, amar y perder era lo peor que podía pasar... el primero en terminar es Quatre, se había servido una porción muy pequeña, realmente no tenía apetito, y cuando lleva sus trastes para después lavarlos pasa a la habitación de Duo para ver si ha despertado pero al ver que no cuidadosamente cierra la puerta y vuelve al comedor, casi al mismo tiempo terminan Heero y Trowa, cada uno lleva sus trastes y vuelven ambos a sentarse a la mesa, seguían sin hablar, ni siquiera encontraban tema, se sentía un ambiente pesado

Trowa. ¿Saben? Tengo cosas que hacer ¿les importa si me marcho?

Quatre. ¿Qué cosas?

Trowa. De la escuela

El ojiverde quería tratar de ser convincente pero Heero no cree en sus palabras por lo que lo mira fijamente a los ojos, en cambio Quatre sonríe levemente, él sí había creído en sus palabras, generalmente sentía cuando Trowa no le decía la verdad pero su cabeza en esos momentos solo trabajaba en Duo, el ojiverde se pone de pie y se acerca a Quatre para agacharse y darle un beso en los labios, después se acerca a Heero y se despide colocándole una mano sobre el hombro, después se va del departamento quedándose nuevamente el silencio, Heero y Quatre no solían hablar mucho, no había tema que pudieran compartir que no tuviera que ver con Trowa o Duo y no es que se cayeran mal, simplemente no se tenían la confianza, ni siquiera amigos eran...

Trowa llega al consultorio de su médico particular, él era el doctor de la familia Barton, un viejo amigo en la preparatoria de Leia Barton, tía de Trowa y Catherine, ese día tenía cita con él, el doctor era el único que sabía acerca de la enfermedad del ojiverde, la neurología no era su área pero ayudaba a Trowa a contactarse con los especialistas en la materia; el ojiverde llega y ambos se saludan, Trowa se sienta y el doctor lo mira fijamente, se notaba preocupado lo que ponía a Trowa un poco nervioso, la última vez que había ido le había dicho que su enfermedad no tenía ninguna clase de mejoría y en ésta ocasión se veía más preocupado que siempre

Trowa. Va a decirme algo malo ¿verdad?

Alphonse. Sabes que no te puedo mentir, Trowa... tu enfermedad avanza rápido

Trowa no se sorprende por la aserción, solo mantiene su mirada fija hacia el doctor, sabía que no debía sorprenderse por motivos inherentes a su enfermedad porque no importaba como fuera, él iba a morir tarde o temprano

Trowa. Lo he sentido, los malestares son más frecuentes y cada vez que como siento náuseas, cada vez me da más sueño y me cuesta más trabajo despertarme, me canso demasiado rápido, siento que mi vista se deteriora, a veces siento que se me olvidan las cosas y mis jaquecas son cada vez más intensas

Trowa contaba al doctor sobre sus malestares como si hablara de cualquier tema, estaba serio, como si no le importara pero por dentro sentía deseos de gritar, el doctor lo miraba fijamente, podía ver en los ojos verdes el sufrimiento pero conocía a Trowa desde pequeño y sabía que por lo general no mostraba sus sentimientos, eso le partía aún más el corazón que si lo viera llorar

Alphonse. Trowa, las medicinas que tomas son bastante fuertes, por eso te sientes con náuseas, son pesadas para el estómago, por eso también te da más sueño pero no deberían causarte ni jaquecas ni cansancio, tampoco problemas con la vista ni que se te olviden algunas cosas, tú cerebro pierde el equilibrio en algunas funciones y cuando la enfermedad avanza más comienza a afectar tus otros órganos, el cerebro suele no enviar las señales correctamente, por lo general los pacientes tienen problemas renales o cardiacos aunque en esos aspectos estén sanos

Un escalofrío envuelve el cuerpo de Trowa, tenía miedo, debía admitir que se moría de miedo, sabía que no iba a ser una enfermedad cualquiera y que sus dolores no serían cualquier cosa, las medicinas alargaban su vida, disminuían el dolor pero era imposible curarse, estaba realmente condenado a muerte, los mejores especialistas en el país no tenían una solución, todos concordaba con que se trataba de algo terminal

Trowa. Supongo que... solo me queda esperar la muerte

Alphonse. Trowa...

Trowa. ¿Cree que podré vivir un año más?

Alphonse. ... Lo dudo

Esta vez Trowa no puede evitar mostrar expresión, sus ojos se agrandan un poco más y en sus manos se podía notar el temblor, era imposible determinar cuánto más iba a vivir pero estudiando el comportamiento de la enfermedad desde su inicio sabían que avanzaba rápido y que era cuestión de meses, solo que no se sabía exactamente cuantos

Alphonse. ¿Estás bien?

Trowa. ¿Sabe?... me propuse hacerlo feliz, quería curar sus heridas, quería mostrarle una vida llena de alegría... daría cualquier cosa... por no borrar su sonrisa

El ojiverde aprieta con fuerza sus manos sobre sus piernas y cierra con fuerza sus ojos comenzando a derramar lágrimas, de dolor y de coraje, ¡quería vivir! era la primera vez que sentía tanto apego a la vida, quería estar al lado de Quatre, hacerlo feliz, mirar su sonrisa por siempre, besarlo, acariciarlo, hacerle el amor, decirle cuanto lo amaba, convertirlo en la persona más feliz del mundo, pero eso se había destruido, ahora lo único que podía ofrecerle eran sus últimos días, sus últimas miradas, sus últimas caricias, el último Te amo, ahora solo podía hacerlo la persona más desdichada del mundo, cuando lo había conocido había conocido a un joven lleno de dolor, de soledad, se había enamorado de su corazón roto y lo había logrado pegar, juntando cada uno de los trozos, devolviéndole la sonrisa, devolviéndole la Fe, se lo había dado todo para después quitárselo cruelmente y ahora se reprochaba de haberlo conocido, porque por su culpa el ser que más amaba en el mundo iba a morirse en vida junto con él, pero a la vez estaba agradecido con Dios por haberlo cruzado en su camino y regalarle sus mejores días antes de morir...

≈ Quiero vivir y hacerte feliz, ese es mi mayor deseo ≈

Poco a poco sus ojos se abren viendo como su amigo le observaba sentado a su lado, su sonrisa iluminaba su rostro, se sentía bastante bien estar en casa con los suyos, en la habitación solo estaba Quatre pero sabía que afuera estaban Trowa y Heero aunque desconocía que el ojiverde había tenido que irse, el rubio le sonríe ampliamente mientras ambos se miran a los ojos hasta que el estómago del trenzado reclama un poco de comida, ambos ríen un poco

Quatre. ¿Te traigo de comer?

Duo. No gracias

Quatre. Anda, tienes que comer

Duo. Pero sabes que... no puedo hacer

Quatre. Duo... está bien, te traeré un jugo ¿quieres?

Duo. Si

Quatre sonríe al ver que Duo ya se veía más contento y sale de la habitación informándole a Heero que tiene que salir para comprar algunas cosas pidiéndole que se quede con Duo, el ojiazul acepta pero no puede evitar sentirse un tanto nervioso pero armándose de valor se dirige a la habitación del ojivioleta, Duo lo mira llegar y sonríe tímidamente, le daba gusto ver al chico ahí pero a la vez sentía un poco de pena, Heero duda pero se acerca a la cama

Duo. Siéntate

Heero. Es que...

Duo. No pellizco ni muerdo...

Heero se pone rojo al escuchar las palabras de Duo que no tenían ninguna mala intención pero aun así lo hacen sonrojar, en cambio Duo estaba normal, sonriendo ligeramente, Heero duda nuevamente pero se decide sentándose a un lado del trenzado quien estaba acostado de lado mirando hacia él, Heero se sienta en la orilla de la cama

Duo. Hazte un poco más para acá, te vas a caer

Nuevamente Heero se queda callado, Duo cree que ha dicho algo malo y se disculpa pero sin decir algo el ojiazul solo niega varias veces con la cabeza subiéndose un poco más a la cama, de nuevo Duo le sonríe y ambos se quedan callados un tiempo

Duo. ¿Cómo va la escuela?

Heero. Bien

Duo. ¿Y Relena?

Heero. ¿Por qué preguntas por ella?

Duo. No lo sé ¿cómo está?

Heero. Bien

Duo vuelve a sonreír y Heero permanece serio, el ambiente estaba algo incómodo

Duo. ¿Y el trabajo? ¿has pintado algo nuevo?

Heero. No

Duo. Ah... ¿y qué has hecho?

Heero. Nada

Duo. Mnh... ¿estás bien?

Heero. Sí

Duo. ¿Quieres hablar de algo? No sé, lo que sea

Heero. No, tú cuéntame algo

La habitación vuelve a quedarse en silencio, Heero contestaba secamente las preguntas de Duo y el trenzado no sabía qué tipo de preguntas hacer o que tema usar, el ojiazul era un chico muy callado, eso lo había notado desde el primer día pero después de lo sucedido se veía aún más serio que siempre, Duo borra lentamente su sonrisa mientras su rostro comienza a sonrojarse, Heero lo mira fijamente, el trenzado baja su mirada

Duo. Quiero... darte las gracias por haberme salvado

Heero. Duo... no...

Duo. Son muy amables al no hablar del tema pero tenemos que hablarlo tarde o temprano y yo quiero darte las gracias... si no hubiera sido por ti seguiría en ese lugar y me seguirían...

Heero. ¡Basta!

Duo levanta la mirada rápidamente observando a Heero, en sus ojos se veía el enojo, Duo se intimida un poco por la mirada y se encoge de hombros pero el ojiazul se acerca a él y lo abraza, Duo se sorprende por el movimiento y se queda callado pero una sonrisa adorna su rostro, Heero en cambio ya no se veía molesto, solo estaba serio abrazando al trenzado hasta que se escucha desde la cocina el sonido del extractor de jugos, ni siquiera se habían dado cuenta cuando Quatre había regresado al departamento, Heero suelta a Duo y le observa fijamente apareciendo en su rostro un sonrojo, Duo no se da cuenta, él solo sonreía por la amabilidad difícilmente mostrada por Heero

Heero. No me agradezcas nada, y ya todo pasó ¿de acuerdo?

Duo. Sí, eres buena persona Heero, te he tomado mucho cariño

El trenzado sonríe ampliamente intensificando el sonrojo en todo el rostro de Heero y Duo ni siquiera se da cuenta, él estaba en su mundo y no se daba cuenta de lo que cada vez hacía sentir a Heero, el ojiazul por su parte no sabía cuánto tiempo más iba a aguantar, un día de esos no iba a poder resistir tocar los labios de Duo con los suyos

Heero. Duo

Duo. Dime

Heero. Acerca de tu espos...

La puerta de la habitación se abre y Quatre entra con un gran vaso de jugo de naranja con zanahoria para Duo y él sonríe contento, tenía mucha hambre y le encantaba la naranja y la zanahoria, por su cabeza ni siquiera pasaba la idea de que Heero quería preguntar algo acerca de Treize y gustoso recibe el vaso en sus manos, Quatre sonríe y se retira de la habitación para dejarlos hablar solos

Duo. ¿Qué me ibas a decir?

Heero. Puede esperar

Duo se queda con un pequeño signo de interrogación en su cabeza pero continúa bebiendo su jugo, después de varias horas algo caía a su estómago y estaba feliz aunque debía de tomarlo poco a poco para que no le cayera mal a su estómago después de no haber comido nada más valía tomar las cosas con calma, Heero lo observa fijamente, Duo bebe del jugo y sin darse cuenta una pequeña gota resbala por sus labios pasando por barbilla hasta pasar a su cuello donde resbala hasta terminarse, el ojiazul había visto la travesía de la gota y no puede evitar sentir un pequeño calor en sus orejas, inocentemente Duo se limpia la barbilla lentamente alcanzando a tocar de forma sutil sus labios, Heero no puede evitar ver la escena de forma erótica y un poco alarmado por los efectos que eso le traía consigo se levanta rápido de la cama y sale a prisa de la habitación, Duo se extraña bastante pero no le toma demasiada importancia, él iba a continuar bebiendo su jugo...

Quatre ve salir a Heero de la habitación casi corriendo y creyendo que algo malo paso va a la habitación del trenzado pero él estaba bebiendo tranquilamente su jugo, Quatre lo observa fijamente

Quatre. ¿Qué le pasó a Heero?

Duo. No sé

Duo vuelve a tomarle al jugo y sin querer un pequeño chorro cae a su entrepierna manchándole el pantalón de la pijama, Duo mira lo que ha hecho y sin pensar lleva su mano hacia el área sacudiendo las gotas como si nada, como si fuera cualquier otra parte de su cuerpo, Quatre lo mira y sonríe mientras piensa que tal vez Duo hizo algo similar y por eso Heero ha salido corriendo, ya sospechaba que el ojiazul comenzaba a sentir cosas hacia Duo pero ahora lo confirmaba

Quatre. Duo, nunca cambies

Duo. ¿Eh? ¿por qué?

Quatre. Olvídalo, bebe tu jugo

Duo. Ya terminé

Quatre. ¿Quieres más?

Duo. Mnh... ¡sí!

Como hace días no se veía Duo estaba contento, apenas en la mañana aún estaba llorando y ahora se veía bien, eso tranquilizaba al rubio, Quatre sale de la habitación para ir a la cocina y preparar más jugo...

Mientras en el baño Heero estaba frente al espejo, acababa de echarse un poco de agua fría pero no había logrado bajar el ardor, se había logrado excitar con algo tan simple, hace tiempo que no tenía una erección, no era de los que acostumbraban a masturbarse, era una práctica que le parecía sin sentido, se trataba del placer solo de uno, se trataba de darse placer a uno mismo, sin dárselo a alguien, sin recibirlo de alguien, cuando era aún estudiante de secundaria y de preparatoria era algo más común pero siendo ya adulto le parecía algo patético, aun así no es que no lo hubiera vuelto hacer pero eso había sido hace varios meses

Ahora después de tanto tiempo estaba ahí, en un baño con una erección y el sonido nuevamente del extractor, Heero lo piensa por algunos segundos y sin pensarlo mucho se pone frente al retrete y desabrocha su pantalón bajándolo hasta los pies, sacando después su miembro por la abertura de los bóxer, estaba rígido, ligeramente curvado hacia la derecha, Heero lo observa unos segundos y decidiéndose lo toma suavemente con su mano derecha, comenzando a darse pequeños masajitos de forma lenta y suave mientras se mordía el labio inferior, pudiendo sentir unas leves palpitaciones, su miembro clamaba un poco más de rapidez y él no se lo niega haciendo sus movimientos más seguidos, partiendo desde la base hasta agarrar completamente la punta sintiendo después unos ligeros choques eléctricos en su región abdominal, sus jadeos eran frecuentes y sus gemidos los ahogaba en su garganta apretando con fuerza sus dientes, no podía permitirse exponer lo que hacía en el baño, le daría mucha vergüenza con Quatre

Sus ojos estaban cerrados y se abalanza hacia delante colocando su mano izquierda sobre la pared, sus mejillas estaban de un rojo carmesí, había perdido por completo el sentido del oído, solo podía concentrarse en su placer y en la imagen de Duo en su mente, la que lo ayudaba a masturbarse, pronto el orgasmo estaba por llegarle, sentía ya las cosquillas en su bajo vientre, una sensación bastante placentera que le invadía todos los sentidos, su cabeza la inclina hacia atrás y gime al sentirse aliviado, su semen cae completamente en su mano y de ahí escurre un poco en el retrete, su respiración estaba agitada y sudaba un poco, aún podía sentir un pequeño espasmo en su bajo vientre y lentamente abre sus ojos y baja la mirada, abre su mano y observa fijamente el líquido aún tibio que está sobre su mano

La culpa lo invade al instante, se sentía sucio, vil, despreciable, Duo había pasado por cosas desagradables, había sido suciamente mancillado pero aun así el trenzado no dejaba de ser inocente, él no tenía derecho de tener pensamientos sucios hacia su persona, Duo no se merecía que Heero pensara de esa forma en él, el ojiazul lo sabía y por eso ya no tenía cara para volverlo a ver a los ojos... 

Heero sale del baño al mismo tiempo que Quatre sale de la habitación de Duo después de llevarle su segundo jugo, el rubio le sostiene por unos momentos la mirada al amigo de su novio y después la desvía sonrojándose un poco, es entonces que Heero entiende que Quatre se ha dado cuenta de lo sucedido en el baño y apenado sale del departamento, el rubio vuelve a la habitación de Duo, el trenzado estaba feliz, contento de tener personas que se preocupaban por él, Quatre le regala una sonrisa y se sienta a su lado

Quatre. ¿Te sientes con más energías?

Duo. Sí, gracias amigo, no sé cómo pagarte

Quatre. ¿Cómo? Recuperándote y sonriéndome como ahorita sonríes, así quiero que me pagues ¿de acuerdo?

Duo. Sip

El trenzado le regala una gran sonrisa a su amigo y después lo abraza con fuerza, Quatre se extraña un poco, Duo estaba más cariñoso que de costumbre, le alegraba verlo con ánimos y comprendía que en esos momentos necesitaba mucho afecto, pero no necesitaba ahora de una relación sentimental con nadie, necesitaba un amor de familia, un amor que él podía darle y no un amor como el que Heero quería ofrecerle, para eso necesitaba pasar mucho tiempo hasta que cicatrizaran las heridas, ahora comprendía porque Trowa se oponía a que él tratara de unirlos como pareja y se sentía un poco culpable, pero ahora iba a estar ahí para atender las necesidades de Duo y cuidar de él como alguna vez Trowa lo había hecho con él cuando acababan de conocerse... Duo suelta a Quatre y se vuelve a acostar en la cama mirándolo fijamente al rostro, intentaba preguntar algo pero no se atrevía

Quatre. ¿Qué pasa?

Duo. Es que... yo... ¿dónde está Heero?

El trenzado se sonroja un poco, ahora caía en cuenta de que Heero ya no estaba ahí y recordaba que se había ido apurado creyendo que tal vez había recordado que tenía algún pendiente y conociéndolo como acostumbraba a no decir algo al respecto en ese tipo de situaciones no le había parecido extraño que se hubiera ido sin decir algo

Quatre. Salió pero no creo que tarde

El rubio sonríe pero también estaba un poco preocupado, Trowa no regresaba y Heero quien sabe dónde se había metido, sentía que su novio le estaba ocultando algo y sentía que el ojiazul estaba muy confundido, además podía percibir la tristeza en Duo a pesar de sus grandes sonrisas, se sentía preocupado por los tres aunque en esos momentos su prioridad era Duo... ahora era Quatre quien miraba a Duo, el trenzado se da cuenta de la mirada

Duo. ¿Quieres decirme algo?

Quatre. Sí ¿quieres que te de un baño?

Duo se sonroja pero enseguida dice que si moviendo la cabeza, hace dos días la enfermera le había dado un baño y desde entonces no había vuelto a tomar otro, Quatre sonríe y ayuda a su amigo a ponerse de pie, Duo se queja y le cuesta mucho trabajo pero hace su mayor esfuerzo y logran llegar al baño, el rubio pone a llenar la tina pues a pesar de que el departamento era pequeño los baños de los cuartos tenían una pequeña tina, los baños eran pequeños al igual que el de afuera cerca de la sala el cual solo era medio baño, Duo mientras se quita la ropa no dejando que Quatre le ayudara, le daba vergüenza no poder hacer las cosas él solo y que su amigo tuviera que cuidar de él como se cuida a un niño, la tina se llena con agua tibia y Duo entra en ella poco a poco quejándose un poco cuando se acuesta

Quatre. ¿Dónde dejaste las gasas?

Duo. En el cesto

Quatre. Cuando te quites las gasas ponlas en una bolsita de plástico antes de echarlas al cesto ¿de acuerdo?

Duo. Sí

Duo no podía evitar sentirse apenado, a pesar de que habían pasado algunos días el seguía sangrando, cada vez que hacía movimientos bruscos sus heridas se abrían un poco y sangraba, eso era bastante doloroso aunque ahora con la crema que le había dado el doctor disminuía el dolor... Quatre se hinca a un lado de la tina y agarra la esponja

Quatre. Tallaré tu espalda ¿estás de acuerdo?

Duo. Si

El rubio comienza a tallarle la espalda al trenzado y él silva una canción, el rubio termina con la espalda y toma uno de los brazos de Duo tallándolo también suavemente y después hace lo mismo con el otro mientras Duo comienza a deshacer su trenza y agarra después un cacito de plástico que Quatre había puesto ahí para ponerse agua sobre el cabello hasta mojarlo completamente, el rubio deja de tallar a Duo y él se pone shampoo dándose masajes en el cuero cabelludo y después se pone más shampoo para lo que le resta de cabello, el rubio le da la esponja a Duo

Quatre. Toma, tállate las piernas y lo que falta

El rubio sonríe ampliamente y Duo solo afirma moviendo la cabeza sonrojándose nuevamente

Duo. ¿Te puedes voltear?

Quatre. ¿Eh?... claro

El rubio sonríe divertido y se da media vuelta, Duo agarra la esponja y se comienza a tallar las piernas pero no alcanza a estirarse y tallarse los pies, después lleva la esponja hacia su entrepierna tallando con cuidado, esa parte también le dolía pero no tanto como su ano, el doctor había dicho que estaba desgarrado, tenía múltiples heridas, fuera y dentro, incluso estar dentro de la tina hacía que le doliera, Quatre seguía de espalda tarareando una canción en su mente hasta que Duo lo llama con un tono de voz preocupado, el rubio voltea enseguida y antes de que el trenzado diga algo ve como el agua estaba un poco teñida de sangre, Quatre también se preocupa pero no lo demuestra para no preocupar más a Duo

Quatre. No te preocupes, ahorita tiro el agua

El rubio abre la tapa y el agua comienza a salir, después ayuda a Duo a ponerse de pie y abre la regadera para que Duo se enjuague, lo ayuda a salir de la tina y lo envuelve con una toalla la cual se mancha un poco de sangre

Quatre. Espérame aquí

Quatre sale rápido del baño y agarra de la habitación las gasas, una bolsa con guantes y la crema, Duo se apoyaba del lavabo para no caerse, tenía débiles las piernas, tenía días sin comer y estaba un poco débil... el rubio abre la tapa de la crema y abre la bolsa de gasas, después se pone de pie y se lava bien las manos antes de ponerse los guantes, después se hinca atrás de Duo, todo con rapidez porque su amigo seguía sangrando, Duo se quita la toalla quedando otra vez desnudo

Quatre. Abre un poco tus piernas

Duo. Sí

Ya lo había ayudado hace un par de horas en las curaciones pero aun así seguía poniéndose rojo, no era cómodo que Quatre hiciera las curaciones pero debía admitir que él no podía solo, el rubio primero limpia la sangre con las gasas esterilizadas y después coloca la crema de forma cuidadosa pero a pesar de eso Duo se quejaba bastante, unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos, a Quatre se le oprimía el corazón de solo oírlo pero debía ser fuerte, debía darle a Duo soporte

Duo. Había un objeto...

Quatre. ¿Qué?

Quatre se detiene unos momentos y Duo hace una larga pausa antes de continuar, el rubio sigue haciendo las curaciones y el ojivioleta continúa con la pausa unos momentos más

Duo. Tenía... forma de pene y era grande... se sentía rasposo... lo metían con fuerza hasta dentro, sin lubricante... y dolía... dolía bastante

Quatre estaba en shock, sus ojos estaban muy abiertos y sus pupilas dilatadas, estaba inmóvil escuchando a Duo quien comienza a llorar de nuevo, apretando con fuerza el lavabo con sus manos, su cuerpo temblaba, Quatre seguía sin moverse, sentía un nudo en la garganta, no podía ni siquiera hablar, era la primera vez que Duo describía algo de lo que le habían hecho mientras lo mantenían secuestrado y también comienza a llorar, Duo se sentía mal de atormentar de esa forma a Quatre pero sentía necesidad de desahogarse, de contar un poco de lo sucedido y solamente a él podía decírselo, Quatre recupera sus sentidos y continúa con las curaciones, sabía que Duo solo quería hablar, por eso él no iba a decir nada más, no había palabras de consuelo, simplemente no existían, lo único que podía hacer era escucharlo en silencio, escucharlo llorar, escucharlo gritar de dolor, ayudarle y estar con él, las palabras eran inútiles...

Duo continúa contando a Quatre cosas que recordaba le habían hecho, el rubio tenía la mirada un poco perdida pero continuaba haciendo las curaciones, el ojivioleta no dejaba de llorar y hacía pausas cuando la garganta se le cerraba, Quatre termina de hacer las curaciones dejándole puestas algunas gasas y las otras las pone dentro de la bolsita junto con los guantes y después las tira al cesto, Duo estaba con la cabeza agachada, sus piernas aún estaban un poco abiertas y agarraba el lavabo con fuerza, Quatre se lava las manos y se acerca a la ropa de Duo, se agacha y su amigo levanta un poco el pie para que Quatre comience a meter la ropa interior, después el otro pie y el rubio comienza a subir la prenda hasta colocarla, no podía usar bóxer, debía usar trusa, no muy apretada, después agarra el pantalón de otra pijama y también lo pone como puso la ropa interior, Duo levanta por fin su cabeza y suelta el lavabo, su rostro estaba cubierto de lágrimas, Quatre agarra la camisa la cual era de botones y se la pone a Duo quien se encarga de abrocharse, Quatre se coloca a su espalda y agarrando el cepillo comienza a peinarle su largo cabello, cuando termina voltea hacia el espejo y los dos se miran a través de él, Quatre coloca sus manos en los hombros de Duo y sonríe

Quatre. Que guapo

Duo también sonríe y el rubio abraza por la espalda a Duo, su rostro también estaba cubierto de lágrimas, su cabeza la hunde entre el hombro y el cuello de su amigo

Quatre. Te quiero mucho

Duo. También te quiero mucho...

Apoyo, era lo que Quatre le podía dar y se lo iba a dar, incondicionalmente, tanto cuanto necesitara, porque él iba a estar ahí para él...

≈ Lo único que puedo hacer por ti es estar aquí y ahora ≈

Varios días después...

Las cosas habían vuelto a la normalidad, Quatre había pedido algunos días de descanso en el consultorio y el doctor se lo había concedido amablemente, en la escuela estaba por terminar el semestre por lo que no tenía muchas cosas que hacer, no tenía clases regulares, Duo se recuperaba pronto con los cuidados y atenciones de Quatre, ya podía sentarse y caminar, también podía ya ir al baño aunque sentía aún dolor al hacerlo y a pesar de los regaños de Quatre se ponía a hacer quehaceres domésticos cuando el rubio salía de casa, Quatre a veces le escondía la escoba y el trapeador pero Duo siempre lograba encontrarlo

Trowa y Heero seguían con sus actividades normales, el ojiverde trataba siempre de mantenerse positivo y de no decaer mientras que Heero seguía con su lucha intensa por no pensar en Duo, el chico no merecía ese tipo de deseo, porque Heero lo deseaba, deseaba su cuerpo, ese inocente cuerpo horriblemente ultrajado, él no era menos sucio que esos tipos que lo habían violado, así se sentía Heero... 

Por la noche, el cielo estaba nublado, amenazaba con llover, algunos truenos se escuchaban, Quatre llamaba por teléfono con Trowa, por eso Duo no se atrevía ir al cuarto de su amigo a pesar del miedo que le daban los truenos, Quatre en cambio ni les hacía caso, estaba muy contento hablando con su novio, los dos tenían mucha comunicación y los días que no se veían se llamaban por teléfono, ese día Trowa había ido de consulta y por eso no se habían visto...

Pasados algunos minutos Quatre cuelga por fin y con una gran sonrisa se acuesta en la cama, de pronto un gran trueno cae cerca y hace que se vaya la luz, el rubio se exalta y se sienta en la cama

Quatre. ¡¿Estás en tu cuarto Duo!

Duo. No... me quede en la cocina

Quatre. Voy por ti

A pesar de los años transcurridos Quatre recordaba lo mucho que le daba miedo la oscuridad y los días de lluvia a su amigo y por eso apurado se levanta para ir por él, Duo estaba quieto en la cocina, Quatre llega y lo agarra del brazo

Quatre. ¿Te llevo a tu cuarto?

Duo. No, déjame dormir contigo

Quatre. Duo, ya no eres un niño

Duo. Porfis

Quatre. Está bien

Duo sonríe contento y se abraza de Quatre, ambos regresan a la habitación del rubio, todo el departamento estaba oscuro y en la calle el alumbrado también estaba apagado, los dos se acuestan en la cama, apenas eran las 9 de la noche y ninguno tenía sueño

Duo. ¿Te acuerdas Quatre la noche que nos quedamos atrapados en el bosque y había una gran tormenta?

Quatre. Sí, yo no dejaba de llorar y tú tratabas de hacerte el fuerte pero te morías de miedo

Los dos se comienzan a reír al recordar la anécdota y casi al instante vuelve la luz, Quatre voltea hacia Duo y ve que éste tiene dos lágrimas en las orillas de sus ojos y sonríe, realmente Duo no había cambiado mucho, seguía siendo el chiquillo de siempre solo que ahora había tristeza en su mirada y en su sonrisa, como deseaba verlo completamente feliz de nuevo y tal vez esa felicidad estaba con Heero, pero tal vez en esos momentos el corazón de Duo no estaba preparado

Duo. Quatre, he decidido algo

Duo se voltea quedando acostado de lado frente a Quatre y el rubio voltea nuevamente a verlo, veía en los ojos de Duo una pequeña luz

Duo. Quiero volver a la escuela, quiero terminar la Preparatoria

El trenzado sonríe contento y Quatre también emocionándose a su vez, le gustaba que Duo tuviera esos deseos de superación, sabía que su amigo no se iba a dejar vencer tan fácilmente, el rubio se acerca a Duo y le da un fuerte abrazo mismo que Duo contesta

Quatre. ¡Qué bien Duo!

El rubio suelta a su amigo y ambos se miran contentos

Duo. Sé que hay escuelas de estudio abierto y terminas tu preparatoria en un año

Quatre. Sí, hay una cerca de la Universidad

Duo. ¿En serio? Estaríamos cerca

Quatre. Sí

Nuevamente los amigos se abrazan contentos, sobre todo Duo porque al casarse con Treize tan solo había terminado la secundaria y él siempre había tenido deseos de seguir estudiando, además era bastante inteligente

Quatre. Y después estudiaras una carrera ¿verdad?

Duo. Sí, me gustaría ser Abogado

Quatre. ¿Abogado? No tenía idea de que...

Duo. Me gustaría poder ayudar a las personas, me sentiría tranquilo si lograra evitar que cosas como las que me pasaron le pasaran a las personas, me sentiría bien si la gente mala pagara lo malo que hace... tal vez suena fácil pero...

Quatre. Duo, eres valiente y lo vas a lograr

Duo. Gracias

Los dos se sonríen pero nuevamente la mirada de Duo estaba un poco opaca, realmente le gustaba la idea de ser Abogado y serle útil a las personas pero antes de eso debía de ayudarse primero así mismo

Duo. También quiero conseguir un empleo

Quatre. Duo...

Duo. Esta vez será bien, por eso te pido que me acompañes a conseguir uno

Quatre. Claro que sí

Duo. Gracias

Quatre. Podríamos pedirle ayuda a Heero

Duo. ¿Por qué a Heero?

Quatre. El padre de Relena es el dueño de un gran consorcio de empresas

Duo. Ah...

Quatre. No estás convencido ¿verdad?

Duo se queda callado un tiempo, Quatre conoce la respuesta y solo sonríe

Quatre. Supongo que no es buena idea

Duo. No, si lo es, Relena es una chica buena, seguro si querrá

Quatre. ¿Entonces llamamos a Heero?

Duo. Sí

Quatre. Bueno, pásame la libreta de direcciones que tengo en aquel cajón

Duo. Sí

El trenzado abre el cajón del buró y saca la libreta que Quatre le ha pedido pero debajo de ella hay algo que llama su atención, se trataba de una tira de condones, Duo los mira curioso y los agarra sacándolos del cajón

Quatre. ¿Si la encon...?

El rubio se queda completamente callado cuando ve a Duo con la tira de condones en la mano mirándolos curioso y enseguida se sonroja, por la expresión en su amigo se daba cuenta de que no los conocía y seguramente iba a preguntar al respecto

Duo. Qué chistosos paquetitos ¿son dulces?

Quatre. ¿Du... dulces?

El blanco rostro de Quatre se tiñe por completo de rojo y Duo solo inclina su cabeza observando a su amigo, Duo se sienta en la cama mirando fijamente a Quatre

Duo. ¿No son dulces? ¿entonces qué son?

Ni hablar, Quatre estaba obligado a contestarle a Duo, no tenía de otra así que suspira profundo y se sienta en la cama, aún tenía el rostro color rojo, Duo lo miraba curioso esperando su respuesta

Quatre. Se llaman condones y no son dulces... bueno, hay unos de sabores pero...

Duo. No te entendí

Las orejas de Quatre estaban ardiendo completamente, se sentía como un padre que iba a hablarle a su hijo de sexo, y aunque Duo era mucho más experimentado que él, el trenzado no tenía conocimiento de muchos conceptos técnicos acerca de la materia

Quatre. Sirven como funda para... bueno, de hecho es una funda... una funda de látex que...

Duo. ¿Por qué estás tan rojo?

Quatre trataba de encontrar las palabras adecuadas pero le daba mucha vergüenza hablar de eso con Duo aunque le tenía bastante confianza

Quatre. Ya... lo diré sin rodeos... los condones son fundas de látex que usamos para cubrir nuestro órgano sexual

Duo. ¿Qué? ¿y para que quiere uno cubrirlo? Me daría mucho calor

Quatre. ¿Ca... calor?

Quatre no puede evitarlo y comienza a reír, Duo se enoja y frunce el ceño, después se cruza de brazos esperando a que el rubio deje de reír, Quatre cobra la compostura y pide perdón al enojado de su amigo

Quatre. No, no es eso... es que sirven para cuando uno tiene relaciones sexuales

Duo. ¿Se pone en el pene para tener sexo? No entiendo porque

Quatre. Sí, al eyacular el fluido se queda en el condón y no pasa a tu cuerpo ¿entiendes?

Duo. ¿Por qué? ¿es malo que entre a la vagina o al ano?

Quatre. No es que sea malo pero en el caso de la mujer impide la fecundación

Duo. ¿Qué es fecundación?

Nuevamente Quatre recupera el color rojo en su rostro, era raro que a su edad Duo no supiera que significaba esa palabra

Quatre. O sea que impide que quede embarazada

Duo. Ah ¿y para que quieren que se impida?

Quatre. ¿Para qué?... bueno, pues porque a veces no se desea tener hijos o se quiere planificar

Duo. ¿Y eso es bueno?

Quatre. Ese es otro cuestionamiento que no creo conveniente hablar

Duo. ¿Por qué?

Quatre. Porque será necesario entrar en cuestionamientos religiosos

Duo. ¿Por qué?

Quatre. Porque hay personas que piensan que es retar a Dios

Duo. ¿Por qué?

Quatre. Pues... bueno, así piensan algunas personas

Duo. ¿Y en el caso de un hombre? Porque no podemos tener hijos

Quatre vuelve a suspirar sin perder de vista los ojos de su amigo que estaba muy atento

Quatre. Es que también sirven para no contagiar enfermedades venéreas como el herpes genital o el SIDA, hay muchas más

Duo. Que chistosos nombres

Quatre. Duo... sé que en nuestro pueblo las clases de educación sexual eran tabú pero ¿nunca ves televisión?

Duo. No me gusta, me aburre

Quatre. Hay enfermedades que se transmiten a través de fluidos como el semen o los jugos vaginales y el condón impide su paso

Duo. ¿Entonces Trowa está enfermo de eso?

Quatre. No

Duo comprendía las palabras de su amigo pero se confundía un poco

Duo. ¿Entonces? Trowa no tiene esas enfermedades y los hombres no pueden tener hijos ¿por qué entonces usan condones? Porque por eso los tienes ¿no? los usas... ¿o eres tú quien las tiene?

Quatre. No, estamos sanos los dos pero...

Duo. ¿Entonces?

Quatre. Los usamos y ya, punto, Trowa es mi pareja estable pero siempre es bueno prevenir

Duo. ¿Lo has sentido?

Quatre. ¿Qué cosa?

Duo. El semen dentro de ti

La pregunta sorprende a Quatre, su amigo le miraba serio y le parecía extraño

Quatre. No

Duo. Se siente bien

Quatre sonríe un poco y se sonroja, de pronto los dos se quedan callados, el rubio mira fijamente a Duo viendo como comienza a poner cara de preocupación y Quatre también se preocupa al verlo así

Quatre. ¿Qué tienes?

Duo. No usaban condón... ¡los que me violaron no usaban condón!

El rostro de preocupación de Duo se intensifica, Quatre sabía por medio del doctor que las pruebas de SIDA habían salido negativas y que Duo no presentaba síntomas de ninguna otra enfermedad venérea, pero aun así el rubio sabía que muchas veces las pruebas de SIDA solían salir negativas siendo que el virus ya estaba en el organismo, pero no quería preocupar a Duo

Quatre. Si quieres hacemos la prueba de SIDA nuevamente

Duo. ¿Nuevamente?

Quatre. Cuando estabas en el Hospital se te hizo la prueba, salió negativa

Duo. Sí, vamos un día

El trenzado se calma un poco cuando Quatre le dice que la prueba había salido negativa pero él quería estar más seguro, también estaba sorprendido, había cosas que aún le faltaban por saber, Treize nunca le hablaba de esas cosas, tampoco nunca había usado condón, ni siquiera se lo mencionaba, de hecho el día de su noche de bodas ni siquiera sabía cómo Treize iba a hacerle el amor, había aprendido como se hacía entre hombres esa misma noche; ante el silencio Duo comienza a recordar...

- flashback -

Después de la ceremonia en un pequeño templo, el único en el pueblo de Santa Fe, de tipo Católico pero no lo era, el tipo de estructura era parecida, se podría decir que en aquel Pueblo se tenía su propia religión, Duo había aceptado a Treize con una gran sonrisa, era alguien a quien quería y respetaba y atendiendo a las peticiones de sus padres había aceptado casarse con él y quererlo fielmente aunque no hubiera tenido opción alguna, Treize por su parte era el más contento, desde que eran más jóvenes Duo le había empezado a gustar mucho, era un chico sencillo y hermoso, muchos en el Pueblo estaban enamorados de él pero el único que podía tenerlo era él, porque las familias Maxwell y Kushrenada se habían conciliado después de muchos años, al pueblo le convenía que lo hicieran y que mejor que casar a sus hijos primogénitos, ambos varones, incapaces de dejar descendencia, la forma perfecta de terminar de una vez con una Dinastía...

Después de la ceremonia se lleva a cabo la fiesta, todo el pueblo había asistido, era una población pequeña, los padres de los ahora esposos estaban muy felices con la unión, la familia Maxwell no era de grandes recursos como la familia Kushrenada pero congeniaban bien; la fiesta transcurre en paz y al caer la noche los invitados comenzaban a marcharse uno a uno, el padre de Treize le entrega a su hijo la llave de la casa que quiere comparta ahora con su esposo, al último se va la familia, los regalos habían sido enviados directamente a la casa donde ahora iban a vivir, Treize y Duo se quedan al último, generalmente los novios se iban primero para irse de luna de miel pero ellos no iban a salir del pueblo, además la casa quedaba cerca del lugar de fiestas, la mirada de Treize hacia Duo era tierna y sonriéndose ambos se toman de las manos y se van llegando en pocos minutos a la casa, Treize saca la llave y abre la puerta, nervioso Duo intenta entrar pero su esposo lo agarra de la mano impidiéndoselo

Duo. ¿Por qué?

Treize. Entremos como se debe

Treize agarra a Duo y lo carga entre sus brazos, Duo se sonroja bastante, no estaba acostumbrado a estar tan cerca de Treize, era costumbre en su pueblo que las parejas antes de casarse no intimaran sexualmente, ni siquiera se acostumbraba a los besos públicos y las citas eran generalmente en lugares muy concurridos donde se permitía que los novios se tomaran de las manos o también afuera de la casa de la novia, en el caso de ellos dos Treize visitaba a Duo en su casa y platicaban afuera de ésta, pocas veces se habían besado... los dos entran a la casa y Treize prende la luz sin bajar a Duo, cierra la puerta y avienta las llaves a la mesa dirigiéndose directamente a la habitación, el sonrojo en Duo era intenso y Treize sonreía ampliamente mientras lo baja poco a poco

Duo. ¿Lo vamos hacer?

Treize. Sí

Duo. Soy virgen

Treize. Lo sé... te amo

Delicadamente Treize agarra el mentón de Duo y se acerca para besarlo sutilmente en los labios, Duo aprieta sus ojos un poco, su cuerpo temblaba y era torpe besando a Treize, pero el chico de ojos azules trataba con sutileza a Duo y lentamente le quita el saco del traje mientras ambos se miran a los ojos, después se acerca y le da un beso en la mejilla, Duo lo recibe con una sonrisa y ambos desabrochan la camisa de Duo, la mano de Treize acaricia el pecho de su esposo con lentitud hasta pasarlo por su cuello y darle otro beso en la mejilla, de forma lenta y sutil sin dejar de mirarse o besarse casualmente los dos se desvisten

Duo estaba rojo como jitomate, era la primera vez que se mostraba desnudo ante alguien y Treize observaba el cuerpo de su esposo sonriendo ampliamente, era hermoso como ninguno, con delicadeza lo abraza mientras camina en dirección a la cama llevándose consigo a Duo, acostándolo sobre ella quedando él sentado a su lado, la mirada de Treize recorre por completo el cuerpo de Duo, su miembro estaba dormido completamente y eso lo hace sonreír, Duo era muy inocente, sus caricias o besos no lo habían excitado y él en cambio ya estaba erecto, las miradas de ambos se compenetran hasta que Duo mira la entrepierna de Treize observando enseguida su erección, Duo lo mira detenidamente y se sienta observando fijamente, después voltea a ver a Treize quien sonreía

Treize. ¿Quieres tocarlo?

Duo. No, no sé como

Treize. Así

Treize estira su mano agarrando la de Duo la cual lleva hacia su miembro, el trenzado duda mucho pero se deja guiar colocando su mano sobre el miembro de Treize sintiéndolo duro, Duo hace su mano hacia atrás al sentirlo volteando a ver a Treize, después voltea hacia su propio miembro

Duo. ¿Por qué el mío no está así?

Treize. Necesita estimulación

Duo. ¿Cómo?

Treize sonríe con malicia y lleva sus manos hacia las piernas de Duo separándolas, el trenzado reacciona y las cierra pero Treize se acerca más acostándose boca abajo entre las piernas de Duo quien estaba aún más sonrojado, Treize agarra el miembro flácido de Duo y le da un tierno beso en el tronco, Duo siente un cosquilleo desconocido para él y cerrando un ojo observa fijamente a Treize

Treize. ¿Sabes lo que es la masturbación?

Duo. No ¿qué es?

Treize sonríe y vuelve a besar el miembro de Duo y después le explica a Duo acerca de la masturbación, el trenzado nunca había pensado en forma morbosa y cuando tenía una erección no le prestaba atención, sabía que con tomar un baño de agua fría ese efecto extraño desaparecía y su miembro volvía a la normalidad, Duo solo sabía que su miembro servía para orinar y que con él podía hacer que naciera vida pero no sabía el método para que eso sucediera, su mamá le había dicho que era algo que solo los casados tenían derecho a saber, también sabía que dos hombres no podían tener descendencia pero su mamá le había explicado que también se podía intimar, pero que era algo que solo Treize le podía explicar, ese día había llegado y él debía aprender de Treize quien era alguien que si había salido del pueblo y conocía más sobre esas cosas, él no era virgen, en uno de sus viajes había tenido relaciones con una mujer, una chica de su edad que estudiaba la Preparatoria y que le había seducido, ella misma le había enseñado muchas cosas, cosas que en su pueblo no se podía saber antes del matrimonio...

La lengua de Treize comienza a explorar el miembro de Duo y sus labios le regalaban tiernos besos, Duo jadeaba sintiéndose extraño, lo que hacía Treize se veía raro pero se sentía bien, sentía también como su miembro comenzaba a endurecerse hasta poderse sostener sin la ayuda de la mano de Treize, el ojiazul comienza a deslizar su mano por el miembro de Duo, acariciándolo en su totalidad, lamiendo y chupando de forma lenta

Treize recordaba bien como aquella mujer le había hecho lo mismo, él nunca antes había estado con un hombre pero al menos sabía dónde se sentía el placer, Duo sentía ya el placer, emitía gemidos sintiéndose extraño, no sabía porque lo que le hacía Treize le provocaba esos sonidos, salían sin siquiera pensarlo y un cosquilleo le invadía el abdomen, su cuerpo comenzaba a tensarse doblándose hacia el frente, eran movimientos involuntarios y él apretaba las sábanas con fuerza hasta que siente como un fluido comienza a salir por la punta de su miembro, un líquido entre blanco y amarillento que se sentía caliente, era líquido pero un poco espeso, el primer orgasmo de Duo le duele pero a la vez le causa un placer enorme, su respiración estaba agitada y un gemido satisfactorio sale por su boca, Duo abre sus ojos y mira a Treize como en su boca está parte de ese líquido

Duo. ¿Qué es eso?

Treize. Se llama semen, acabas de eyacular

Duo. ¿Por qué me haces esto?

Duo estaba nervioso y se sentía confundido por lo que comienza a llorar, Treize se conmueve por la inocencia de Duo y se levanta para darle un fuerte abrazo, Duo llora sobre su hombro y después lo suelta

Treize. Todo esto es parte de hacerlo

Duo. ¿También te tengo que hacer eso?

Treize. Si no quieres no

Duo. ... ¿Ahora qué sigue?

Treize. Yo también tengo que eyacular, mira tú pene, el mío debe quedar igual

Duo. Y si no te hago lo que me hiciste ¿entonces cómo?

Treize. Necesito entrar en ti

Duo. ¿Cómo?

Treize. Por aquí...

Sin pena Treize lleva su mano hacia el ano de Duo aprovechando que estaba con las piernas abiertas y flexionadas y mete la punta de su dedo, el trenzado jadea cuando siente el dedo adentro y mira asustado a Treize

Duo. ¿Me va a doler?

Treize. Mucho

Duo. No quiero

Más asustado Duo vuelve abrazar a Treize quien sonreía tiernamente, Duo era un chico bastante dulce, sentía lástima de tener que lastimarlo pero eran esposos y debían tener sexo aunque uno tuviera que sufrir, Treize separa a Duo de su cuerpo y lo mira fijamente a los ojos para tranquilizarlo

Treize. Es tú obligación hacia tu marido, las mujeres se dejan penetrar por la vagina y los hombres por el ano, así debe ser

Duo. Pero es pequeño, no va a caber tu pene

Treize. Por eso haremos un esfuerzo

Duo. No quiero que me duela

Treize. Trataré de que no te duela ¿vale?

Duo se limpia las lágrimas y solo afirma con la cabeza, Treize coloca sus manos en los hombros de su esposo y lo acuesta en la cama, el cuerpo de Duo estaba muy tenso, rígido como tabla y Treize lo acariciaba para darle confianza

Treize. Relájate

Duo. Hazlo suavecito

Treize. Claro que sí

Treize sonríe a Duo y le da un beso tierno en los labios al mismo tiempo que baja sus manos y agarra las piernas de Duo para que le rodeen su cintura, el trenzado temblaba completamente, su mamá le había dicho que hacer el amor era algo muy bonito pero él sentía miedo a pesar de la amabilidad de Treize... el ojiazul rodea uno de los pezones de Duo con sus labios dándole un beso, Duo cierra un ojo cuando siente lo que le hace Treize solo para después sentir como algo le invade su entrada, se trataba de la punta del miembro de Treize pero a pesar de ser solo la punta Duo jadea apretando a su vez la espalda de Treize

Treize. Relájate por favor

Duo. ¡Me duele!

Treize. Aguanta un poco más

Duo. ¡Aaargh!

Un grito de dolor sale desde el fondo de la garganta de Duo, Treize había entrado por completo y el dolor era intenso, sentía como una especie de ardor, su cuerpo estaba más tenso que nunca, sus manos apretaban con fuerza la espalda de Treize hundiendo sus uñas en la piel morena y sus piernas se aferraban aún más al cuerpo de Treize, por sus ojos violetas salían algunas lágrimas y su rostro estaba colorado, Treize agarra las piernas de Duo y las quita de su cuerpo para sostener una con cada mano y mantenerlas hacia los lados y hacia arriba un poco, flexionadas a la vez para comenzar más cómodamente con las embestidas, Duo siente el miembro duro de Treize entrar y salir de él con delicadeza pero no dejaba de doler, era grueso y largo, tocaba sus puntos más sensibles, el dolor era inmenso y no sentía nada de placer, Treize no había usado ninguna clase de lubricante, su ano era bastante estrecho y como no serlo si era un virgen de 15 años, era natural que su entrada fuera estrecha y que al recibir algo como el pene de Treize ardiera como nunca...

Duo chillaba y gritaba por las arremetidas de Treize, sentía como el miembro de su esposo comenzaba a palpitarle por dentro, un poco de placer le hace comenzar a gemir provocándole deseos de besar a Treize quien se agacha regalándose ambos un beso experimentando, por primera vez un beso usando sus lenguas, Treize estaba casi en la cima, su placer sí era inmenso, el de Duo era pequeño, pronto el de ojos azules iba a tener su eyaculación misma que deposita en el interior de Duo gimiendo placenteramente al culminar, Duo siente el líquido dentro de él y abre sus ojos observando el rostro de Treize que lo mira amorosamente, sudando por completo, le sonríe pero siente dolor en su trasero quejándose y llorando un poco, Treize se sale de él y lo abraza con fuerza

Treize. No te quería lastimar, perdóname

Treize también tiene los ojos llorosos y Duo sonríe amablemente a su querido Treize dándole un tierno beso en la nariz para darle a entender que no se preocupara, después de todo eso era algo que los esposos hacían de vez en cuando, algún día iba a acostumbrarse por completo a ser invadido

Treize. Te prometo no volverte a lastimar

Duo. Sé que jamás lo harías... te amo

≈ Si tus palabras hubieran sido verdaderas yo aún te amaría con locura ≈

- flashback -

Quatre. Duo ¿estás aquí?

Duo. ¿Eh? Si

Quatre. Te quedaste callado mucho tiempo

Duo. ¿Puedo dormir abrazándote?

Quatre. Sí

Duo se acurruca en los brazos de Quatre cerrando sus ojos, el rubio se siente un poco incómodo, él era quien abrazaba de esa forma a Trowa después de que hacían el amor y no estaba acostumbrado a dormir con otra persona pero conocía a Duo y sabía que tomaba las cosas con inocencia así que él tampoco le iba a ver lo malo a que durmiera abrazándole...

Al día siguiente Heero va a visitar a Duo pero antes de salir de su departamento recibe la visita de Relena que se le pega como chicle acompañándolo al departamento del rubio, Quatre los recibe y sonriendo los deja pasar, Heero estaba más serio de lo normal, tenía ganas de ver a Duo y la chiquilla se había invitado sola... los dos entran a la habitación donde estaba Duo acostado, aunque se sentía bien por órdenes de Quatre estaba guardando reposo, el trenzado los ve llegar juntos, Relena como siempre apoyada de su brazo, Duo les sonríe a ambos

Relena. Hola Duito, Heero me dijo que estuviste en reposo por varias semanas porque tenías Malaria y no podías recibir a nadie, por eso no había venido

Duo. ¿Malaria?... sí, pero ya me curé

El trenzado voltea a ver a Heero entrecerrando los ojos y el solo se rasca un poco la cabeza con el dedo índice, no podía decirle a Relena sobre lo que le sucedía a Duo y por eso se había inventado lo de la Malaria... la visita de Relena dura escasa media hora, la rubia tenía una reunión social con familias amiga de la suya y muy a su pesar debía de irse, disfrutaba de ser rica pero esas reuniones le aburrían, sobre todo porque Heero nunca aceptaba ir a ninguna con ella, pero debía complacer a su padre e ir, por eso se despide de ambos con un beso en la mejilla y se va despidiéndose al último de Quatre, en la habitación se quedan el ojiazul y el trenzado

Heero. Me contó Quatre que quieres estudiar

Duo. Sí, cuando me casé con Treize dejé la escuela

Heero. Mnh

Duo. Treize era de la idea que si él llevaba dinero a casa yo no tenía por qué trabajar o saber cosas innecesarias de la escuela, para él eran cosas de gente soltera

Los comentarios parecen absurdos para Heero pero en el pueblo de Duo esa era la ideología que se utilizaba, además estaba molesto porque detestaba que Duo hablara así de ese hombre, como si aún le respetara, como si le amara, eso lo hacía enfurecer, no estaba del todo enterado de lo sucedido en el matrimonio de ambos pero sabía por Trowa que el tal Treize no era un hombre bueno

Heero. ¿Te molesta si no hablamos de ese hombre?

Duo. Está bien... ¿de qué quieres hablar?

Heero. No sé

Duo. ¿Cómo te fue éste semestre?

Heero. Bien

Duo. ¿Buenas calificaciones?

Heero. Sí

Duo. Ya veo, que gusto

Heero no era de muchas palabras, costaba mucho sacarle plática, sobre todo después de lo sucedido con Duo y su trabajito, antes las conversaciones eran más amplias pero ahora el silencio les invadía y se sentían incómodos, Duo pensaba que tal vez aún provocaba un poco de asco en Heero pero la razón del aislamiento de Heero no era esa, el ojiazul comenzaba a enamorarse de Duo, por eso ahora le costaba más trabajo tratarlo...

Quatre llega a la habitación en pleno silencio y deja a Duo un vaso con agua y sus medicinas en el buró, después sale de la habitación otra vez con una sonrisa para ambos, Heero aún se sentía apenado de lo sucedido hace días cuando Quatre había descubierto que se masturbaba en el baño pero el rubio actuaba como si nada, Duo bebe su medicina y mira a Heero de reojo como éste parece perdido, quería preguntarle algo pero no se atrevía, tal vez si decía algo impropio Heero se enojaría con él, Heero se da cuenta que Duo lo mira y se sonroja un poco, el trenzado no se da cuenta y continúa mirándolo mientras la tensión en el cuerpo del ojiazul crecía, la mirada de Duo lo hechizaba pero trataba de tranquilizarse

Heero. ¿Qué... pasa?

Duo. Heero, eres bastante guapo, me pregunto porque no tienes novio

Heero. ¿Eh?

Duo. Cualquiera se enamoraría de ti ¿sabes? eres buena persona, guapo y talentoso

Heero. ¿Cualquiera?

≈ Yo solo quiero que tú me ames aunque sé que tu corazón solo le pertenece a él ≈

Heero se queda callado por mucho tiempo mirando hacia abajo, Duo cree que está enojado y se siente mal de haberle hecho aquella pregunta y cuando intenta disculparse Heero levanta su mirada viéndolo fijamente, Duo también lo ve fijamente, Heero se veía extraño, su mirada era extraña pero más extraño aún le parece ver las manos de Heero que se cierran en su rostro, Duo abre sus ojos por completo, su boca estaba entre abierta y el ojiazul se acerca a él cerrando poco a poco sus ojos, Duo estaba en completa inmovilidad y los labios de Heero a escasos centímetros de su boca pero el trenzado reacciona y antes de que Heero lo bese lo avienta con fuerza usando su mano izquierda al mismo tiempo que se tapa la boca con la mano derecha

Heero reacciona abriendo sorprendido sus ojos, había caído en un hermoso hechizo y había intentado besar a Duo sin siquiera pensarlo, Duo estaba muy confundido con el rostro ligeramente rojo mirando a Heero, el ojiazul se queda inmóvil y lentamente se pone de pie, las miradas de ambos estaban firme en la del otro y comenzando a dar pasos hacia atrás Heero se acerca a la puerta, la abre y después de mirar por varios segundos a Duo sale apurado dirigiéndose directamente hacia la salida del departamento y marchándose sin despedirse de Quatre, el rubio se dirige enseguida a la habitación de Duo al ver salir a Heero, el trenzado estaba acostado en la cama sujetando la almohada, sus ojos se veían considerablemente abiertos

Quatre. ¿Qué pasó?

Duo. Heero me quiso besar

Quatre. ¿Qué?

Duo. ¿Por qué lo hizo Quatre?... no quiero que él piense en mí de esa forma

El rubio abraza a su amigo que sin derramar lágrimas comienza a sollozar, nunca había visto a Heero mirar de esa forma, en sus ojos había deseo y no le gustaba ser deseado por nadie, porque el deseo era lo que había llegado a lastimarlo más, el deseo de Treize por tenerlo aunque era claramente notorio que a quien amaba era a Wufei, y el deseo de esos hombres que lo habían violado por tener su cuerpo y además ganar dinero vendiendo los videos y fotos denigrantes, a Heero le había tomado cariño y no quería que él ni nadie lo deseara nunca más, Duo estaba angustiado pero Quatre sonreía, su amigo era bastante ingenuo pero algún día él también iba a madurar y se iba a enamorar sinceramente de alguien, cuando ese día llegara iba a disfrutar de desear y ser deseado

Heero va corriendo por las calles, estaba muy confundido, Duo le provocaba sensaciones que no quería sentir, por las noches soñaba que poseía su cuerpo, que lo hacía suyo y que Duo lo disfrutaba y le daba placer también, era como querer robarle su inocencia a un niño y eso era bastante bajo

≈ Odié a quienes se atrevieron a ultrajar tu cuerpo y me di cuenta que no soy mejor que ellos... porque te deseo, porque esto que siento por ti no es lo mismo que sientes por mí... perdóname por quererte de ésta manera, ni siquiera merezco una sola de tus miradas ≈

Heero llega hasta casa de Trowa, Catherine le abre y contenta lo saluda porque hace meses que no lo veía pero nota en Heero una expresión extraña y sin esperar un saludo por parte de Heero lo deja pasar y le habla a su hermano, Trowa baja rápidamente y al instante y sin ver los ojos de Heero nota que algo raro le pasa y le pide que lo acompañe a su habitación, cuando llegan el ojiazul se sienta en la cama, estaba muy serio y se veía afligido

Trowa. ¿Qué pasó?

Heero. Quise besar a Duo

El ojiverde se sorprende por la confesión, hace años conocía a Heero y nunca lo había visto así ni mucho menos confesándole que había querido besar a alguien, Trowa se acerca a Heero y se sienta a su lado, no muy cerca pero Heero así lo sentía, tan cerca como siempre, dispuesto a escucharlo

Trowa. ¿Te enamoraste?

Heero. No lo sé

Trowa. ¿No lo sabes?

Heero. Lo quiero... lo deseo... pero me siento confundido

Trowa. ¿Y qué piensas hacer?

Heero. Dejarlo así, sé que ama al tal Treize y sé por su mirada que no me corresponde

Trowa. ¿Y lo que pasó hoy?

Heero. Supongo que me disculparé

Heero estaba decidido, decirle a Duo lo que sentía por él era demasiado arriesgado considerando todo por lo que el trenzado había pasado y considerando que el propio Heero se sentía confundido, Trowa mira fijamente a su amigo y sonríe, realmente el ojiazul estaba confundido y triste, no era nada normal verlo así, siempre con su mirada fría y su actitud de que medio mundo le vale un comino, ese era el Heero que conocía, pero le agradaba que Heero se mostrara de esa forma, quería decir que la confianza aún era mucha... los dos se quedan callados y Trowa de forma fraternal coloca su mano sobre el hombro de Heero atrayéndolo un poco hacia él, Heero se extraña un poco, Trowa era cariñoso con él pero rara vez lo mostraba así, el ojiazul voltea a verlo, el ojiverde miraba tranquilo hacia delante

Trowa. Hagas lo que hagas, no importa qué decisión tomes, yo siempre estaré ahí, cuentas conmigo hasta el fin, yo solo quiero que estés bien

Inexplicablemente Heero siente un pequeño escalofrío por las palabras de Trowa, el ojiverde voltea a verlo y los dos se miran a los ojos, Heero frunce el ceño olvidando el tema de Duo, ahora estaba preocupado por su amigo, parecía ser otro, éste le sonreía dulcemente, como cuando le sonreía a Quatre, éste Trowa estaba más afectuoso que siempre

Heero. ¿Qué te pasa?

Trowa. Nada... anda, ve a hablar con Duo

Heero. ¿Estás bien?

Trowa. Sí, anda, vete

Trowa acaricia un poco los cabellos de Heero y se pone de pie, el ojiazul seguía mirándolo raro, algo le pasaba a su amigo y él no se lo quería decir... Trowa se acerca a la puerta y la abre para que Heero se vaya, el ojiazul acepta y sin decirle ya nada sale de la habitación, Trowa sonríe contento porque al fin Heero se ha enamorado pero cuando intenta caminar siente un fuerte mareo y cae desmayado al suelo, Heero bajaba las escaleras cuando escucha el azote en el piso y se detiene sintiendo una punzada en el pecho, no sabía de dónde provenía el ruido pero algo le decía que tenía que ver con su amigo por lo que rápidamente se regresa a la habitación encontrándolo tirado en el suelo... por unos segundos el corazón de Heero deja de latir

Heero. ¡Trowa!

La hora de la comida estaba próxima, Quatre picaba la verdura para la ensalada cuando de repente siente un fuerte dolor en el estómago que le provoca cortarse un poco el dedo cayendo la sangre sobre la verdura, el rubio se lleva el dedo a la boca después de quejarse, Duo escucha y rápidamente va a la cocina, ve a Quatre con el dedo en la boca pero no es eso lo que le preocupa sino la mirada de su amigo

Duo. ¿Qué pasó?

Quatre. Duo... quiero vomitar

Quatre se va corriendo al baño y comienza a vomitar, Duo se extraña de que su amigo vomitara así tan de repente, hace momentos estaba muy bien y ahora se veía pálido, por eso preocupado va con él al baño, Quatre había vomitado muy poco y ahora lloraba, Duo estaba muy confundido y preocupado así que se agacha y colocando sus manos en los hombros de su amigo lo ayuda a levantarse

Duo. ¿Qué pasó? ¿qué tienes?

Quatre. No sé... me siento muy mal

Nuevamente Quatre se agacha a vomitar, solo vomitaba agua, no había comido, no había motivo para que sintiera tantas náuseas, pero además sentía muchas ganas de llorar

Duo. Llamaré a Trowa

El trenzado corre al teléfono para llamar a Trowa pero antes de llegar a él el celular de Quatre suena y mejor corre hacia la habitación del rubio para contestar, se trataba de Heero

Duo. ¿Diga?

Heero. Duo, dile a Quatre que estoy en la ambulancia junto con Catherine, Trowa se desmayó, vamos al Hospital "Milagro del ángel"

Duo. Sí

Preocupado Duo cuelga y va otra vez al baño junto a su amigo, Quatre estaba hincado en el suelo sosteniéndose el estómago, su rostro estaba pálido

Duo. Es Trowa... se lo llevaron al Hospital

El corazón de Quatre se estruja fuertemente comenzándose a acelerar después, pero físicamente se veía tranquilo aunque estaba en shock, algo le decía antes que su malestar tenía que ver con él pero no quería creer, se negaba a creer, Duo se agacha e intenta ayudarlo a pararse pero el cuerpo de Quatre estaba sin fuerza

Duo. Vamos, reponte, va a estar bien

Quatre. Yo... es que...

Duo. ¡Quatre reacciona!

Duo le da una bofetada al rubio que enseguida lo hace voltear a verle, Quatre se recupera del shock y un poco de color le vuelve al rostro volteando a ver a los ojos a Duo

Quatre. Sí, vamos

El rubio torpemente intenta sacar las llaves de su auto de la bolsa de su pantalón pero le es imposible, estaba muy alterado, Duo le agarra ambas manos y trata de tranquilizarlo

Duo. Nos vamos en Taxi

Quatre afirma con la cabeza y ambos salen a prisa del departamento, todo había pasado muy rápido, no daba tiempo a pensar, no daba tiempo a nada... enseguida encuentran un taxi desocupado, Duo indica el Hospital al que desean ir y a prisa el auto arranca, Quatre estaba completamente callado, solo miraba por la ventana observando como el cielo comienza a nublarse cayendo las primeras gotas de lluvia de la tarde, se sentía muy triste, sabía que algo malo iba a pasar, lo sentía en el corazón

≈ Siento que cada vez estas más lejos de mí... ¿podré volver a alcanzarte? ≈

Kilómetros lejos de ahí... hacía días que Treize había vuelto a trabajar, todos en la oficina murmuraban sobre él y Wufei, lo sucedido en la fiesta de hace algunos meses aún estaba también en boca de todos, Wufei se sentía apenado pero también triste porque Treize aún se mostraba un poco indiferente con él, hace días lo había vuelto a besar después de hace tiempo pero el mismo Treize había dejado asentado que entre ellos ya no había nada y ese beso solo había sido un impulso por su parte, pero él había decidido serle fiel a Treize hasta el final y ayudarle en su reencuentro con Duo... el dueño de la empresa manda llamar a varios de sus empleados para una junta, entre ellos Treize y Wufei, próximamente aquella empresa iba a ser fusionada con otra ya que estaba a punto de irse a la quiebra y esa era una solución a sus problemas económicos

Marshal. Como sabrán tendremos que hacer recorte de personal, todos aquí convocados seguirán trabajando para nuestra compañía, deben guardar secreto acerca de esto, además les pediré a varios de ustedes que hagan un pequeño viaje para conocer la empresa que absorberá a ésta, necesito que estén dispuestos a cambiar su residencia en caso de que se queden a trabajar donde está la matriz ¿alguna duda?

Entre todos los empleados es Wufei quien levanta la mano, todos voltean a verlo fijamente, el señor Marshal Noventa era de temperamento rígido, era amable pero no le gustaban las tonterías, por eso muchos dudaban en hablarle

Marshal. Chang...

Wufei. ¿De qué empresa se trata?

Marshal. Mnh, pensé que nadie lo preguntaría, se trata de Darlian’s Inc.

Wufei. ¿Darlian´s Inc.?

Marshal. Así es, encontré en el señor Darlian los puntos de acuerdo y una ideología parecida a la que perseguimos, de otra manera no habría permitido ésta fusión... ¿otra duda?

Nadie levanta la mano, al parecer ya no había dudas y el señor Noventa comprende, todos comienzan a salir de la sala de juntas guardando silencio para no enterar a los demás trabajadores que iban a ser despedidos, al final comienzan a salir Treize y Wufei pero antes de que se vayan el señor Noventa les pide que regresen y cierren la puerta, les pide que se sienten mientras él mira por la amplia ventana mirando hacia la ciudad

Treize. ¿Señor?

Marshal. Sé sobre su asunto personal y no quiero que eso baje sus desempeños como trabajadores, ustedes me son de mucha utilidad ¿comprenden?

Wufei. No muy bien

Marshal. Me alegraría pedirles que de viajar lo hagan a lugares distintos

Treize. ¿Es eso necesario?

Marshal. Si lo es... además quiero pedirle un favor al señor Chang

Treize y Wufei voltean a verse y desconfiando voltean a ver a su jefe, el hombre deja de mirar por la ventana dirigiéndoles la mirada, sobre todo a Wufei que mira atento al hombre

Marshal. El señor Darlian tiene una hija, una hermosa jovencita de diecinueve años, su nombre es Relena Darlian, es soltera y heredera de una gran fortuna

Wufei. ¿Qué tiene ella que ver conmigo?

Marshal. Nada... aún

Wufei. ¿Aún?

Marshal. Yo no tengo ningún punto de acuerdo con el señor Darlian, me parece una persona arrogante con ideales estúpidos, mi idea de la fusión es para hundirlo y quedarme con su fortuna, desgraciadamente no tengo ningún hijo varón por lo que me es imposible comprometerlo con Relena ¿comprendes ya?

Treize y Wufei se sorprenden por la información y ambos entienden a la perfección el plan, lo que el señor Noventa quería era quedarse por completo con la fortuna del señor Darlian, eso implicaba la fortuna personal y la de sus empresas, por eso necesitaba de la ayuda de Wufei para comprometerlo con Relena y que se quedara con la fortuna de la heredera y a su vez necesitaba de la ayuda de Treize para estafar al señor Darlian y quedarse con su consorcio de empresas, el señor Noventa era un hombre ruin con disfraz de buena persona, nada parecido al señor Darlian quien era una buena persona... Treize y Wufei se quedan callados, sabía que eso era bastante bajo pero no era lo que le molestaba a Treize, a él le molestaba la idea de Wufei comprometido con cualquier niña tonta, eso no lo podía soportar

Marshal. ¿Qué dicen?

Wufei. No me interesa ir a prisión

Treize. A mí tampoco

Al mismo tiempo Treize y Wufei se ponen de pie y caminan hacia la puerta pero antes de poder abrirla escuchan el sonido de un arma que está siendo preparada para disparar, Treize reacciona rápido agarrando a Wufei para acomodarlo atrás de él y voltea enseguida hacia Marshal retándolo con la mirada, el hombre sonreía

Marshal. Podrían morir aquí y ahora, no tienen otra opción

Treize. ¿Qué demonios quieres?

Marshal. Seguro no quieres que tu querido Chang se comprometa con Relena ¿verdad? pero si no es así aquí se mueren ya que les he confesado mi preciado plan

Treize mira con odio a ese hombre ruin pero no había otra salida, debían de aceptar o si no ambos morían ahí y nadie se daría cuenta, el señor Noventa era un hombre con mucho poder, Wufei se agarra del brazo de Treize, estaba asustado, temía por la vida de su amado

Treize. Está bien

Wufei. Treize...

Marshal. Qué bueno que nos hemos entendido

Treize. ¿A dónde lo enviarás?

Marshal. Calma, ya te daré los datos precisos, pero tú no irás a ese lugar, solo irá Wufei, a ti te requiero en otra parte... ahora márchense y si me traicionan los mato

Con resignación los dos salen de la sala de juntas, todos afuera estaban como si nada pero ellos estaban casi pálidos, acababan de aceptar jugar en su juego sucio y más que nada Treize temía por la vida de Wufei, la de él no importaba mucho, después de todo había perdido a Duo quien según él era su razón de seguir viviendo aunque estaba dispuesto a hacerlo todo por Wufei, el chino también temía por la vida de Treize, por eso no importaba si tenía que conquistar a una riquilla para cumplir los caprichos de un viejo ambicioso, lo importante era que Treize siguiera con vida, lo que aún era incierto es lo que iba a pasar con Duo porque eso interrumpía sus planes de búsqueda pero en esos momentos era mejor solo pensar en cumplir bien su trabajo, sino tendrían que pagarlo bastante caro... en unos días iban a hacer ese viaje, a lugares distintos pero a un mismo futuro incierto

Continuará...


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