Lo que el viento se llevó
Capítulo 6. Tormento
Por la mañana del día
siguiente Heero, Trowa y Quatre van por Duo para llevarlo de regreso al
departamento del rubio, por fin le habían dado de alta aunque Duo no podía aún
caminar con normalidad, al caminar se apoyaba del hombro de Heero, los cuatro
estaban en silencio, se trataba de un silencio incómodo pero a la vez se sentía
un poco de tranquilidad, el ambiente de hospital no era muy alentador, era
mejor seguir cuidando de Duo en un hogar aunque el trenzado se sentía muy
apenado, todos sabían porque estaba así y sin embargo nadie hablaba al respecto
aunque Duo no podía olvidar lo que había sucedido, cada vez que cerraba los
ojos recordaba como lo habían violado y cada vez que se tocaba alguna parte del
cuerpo recordaba y sentía los golpes, jamás se había sentido tan dolido y
humillado, ni siquiera con las violaciones y golpes de su marido... por fin
llegan al departamento de Quatre, era fin de semana así que no había escuela y
trabajo, los tres se quedarían en casa del rubio para estar al pendiente de Duo
Duo. ¿Seguro que no tienen
algo que hacer?
Quatre. No te preocupes
Duo, solo descansa ¿te traigo algo?
Duo. No... bueno...
Nervioso Duo voltea a ver a
Trowa y Heero y después vuelve a mirar a Quatre poniéndose un poco rojo, el
ojiverde y el ojiazul entienden y voltean a verse a los ojos caminando ambos
hacia fuera de la habitación, Trowa cierra la puerta
Duo. ¿Me traes la crema que
me dio el doctor?
A pesar de que Heero y
Trowa habían salido de la habitación el trenzado habla en un susurro, Quatre
sonríe y llevando su mano hacia la cabeza de Duo afirma moviendo la suya, Duo
aún estaba sonrojado y el rubio sale de la habitación para dirigirse a la sala,
Quatre estaba serio, Trowa y Heero lo observan cuando se acerca a la maleta y
saca la crema junto con un par de cajas de medicina, los tres estaban serios y
callados, ni siquiera se miraban entre ellos hasta que Quatre le dirige una
mirada a Trowa y sonríe un poco para después irse a la cocina y tomar un vaso
de agua y volver después a la habitación, Duo estaba acostado de lado mirando
hacia la ventana y cuando escucha a Quatre entrar voltea a verlo quejándose un
poco por el dolor
Quatre. Aquí está, te traje
también las medicinas, éste es un anti inflamatorio, dijo el doctor que lo
tomaras dos veces al día
Duo solo afirma y trata de
sonreír a Quatre pero realmente se sentía muy mal, el rubio se sienta a un lado
de él dejando las cosas sobre el buró y le da un abrazo ayudándolo a acostarse
otra vez de lado, sabía que le dolía al sentarse
Quatre. ¿Quieres que te
ayude?
La voz de Quatre era bajita
y su rostro estaba un poco sonrojado, Duo se queda callado por mucho tiempo y
sin voltear a ver a Quatre
Duo. Yo puedo solo
Quatre. ¿Te alcanzas?
El trenzado se pone aún más
rojo cuando Quatre le pregunta eso y unas lágrimas comienzan a formarse en sus
ojos y en silencio comienza a derramarlas, Quatre también comienza a llorar y
lo abraza con fuerza, los dos se quedan callados un buen rato
Quatre. Si quieres puedes
llorar con fuerza, desahógate
Duo aprieta sus ojos y
comienza a sollozar, sus lágrimas caían más frecuentemente, su nariz estaba
roja por tanto llorar al igual que sus ojitos, Quatre solamente lo abrazaba con
fuerza dándole pequeñas caricias en la espalda, Duo se agarraba con fuerza de
la camisa de Quatre que ya estaba mojada por las lágrimas y los fluidos de la
nariz de Duo quien ya llevaba varios minutos llorando con fuerza, Trowa y Heero
lo estaban escuchando llorar, Trowa estaba muy serio, su cabeza estaba al
frente pero su mirada estaba desviada, Heero no estaba tan serio, apretaba sus
puños con fuerza y sus dientes también aunque menos fuerte que sus puños y su
mirada estaba hacia abajo...
En la habitación Duo seguía
llorando pero con menos intensidad soltando poco a poco la camisa de Quatre, el
rubio estira su mano hacia el buró y agarra un pañuelo para limpiarle la nariz
a Duo como se le limpia a los niños pequeños y da a Duo otro, el trenzado se
limpia las lágrimas, Quatre le sonríe tiernamente, como una madre que cuida a
su hijo enfermo y entendiendo que Duo quiere estar solo para hacerse sus
curaciones intenta ponerse de pie pero Duo le sujeta la tela de los pantalones
antes de que se ponga de pie haciendo que Quatre se siente de nuevo a su lado
mientras le observa fijamente
Duo. ¿Me ayudas?
Quatre. Claro
Duo estaba ardiendo de la
vergüenza pero realmente sentía hacia Quatre una gran confianza, además algún
día su amigo iba a ser médico y quien mejor que él para ayudarle, el rubio se
pone de pie para salir otra vez de la habitación, había olvidado los guantes
que el proctólogo le había dado, Heero y Trowa lo observan cuando sale y el
rubio en lugar de sacar los guantes se lleva toda la maleta aunque el ojiverde
y el ojiazul habían entendido, habían visto además en los ojos del rubio rastro
de lágrimas y realmente lo admiraban, Quatre era más fuerte de lo que parecía
porque a pesar de también llorar como Duo el trenzado se sentía protegido a su
lado...
Habían pasado varios
minutos y Quatre no salía de la habitación pero al escuchar los quejidos por
parte de Duo sabían que aún estaban ocupados, el trenzado se quejaba mucho, el
dolor que sentía era bastante, ni siquiera había comido bien porque le era
imposible ir al baño, en el hospital tomaba puros líquidos y usaba una sonda
para poder orinar, ya en casa no era necesaria la sonda porque al menos ya
podía caminar, Heero y Trowa seguían serios, era bastante incómodo escuchar cómo
se quejaba Duo porque podían escuchar también sus lloriqueos, pero quien menos
lo soportaba de los dos era el ojiazul, se sentía afligido porque no podía
ayudar al trenzado, jamás se había sentido tan impotente en toda su vida y no
aguantando más la presión se pone abruptamente de pie y agarrando su chamarra
sale aprisa del departamento sin mirar o hablarle a Trowa...
Al terminar Duo vuelve a
ponerse los pantalones de su pijama mientras que Quatre tira las gasas con
sangre colocándolas en la misma bolsa donde tira los guantes, el doctor les
había dado varias bolsitas de guantes, después va al baño para lavarse las
manos, los dos estaban callados y Duo escondía su cabeza entre la almohada, se
sentía muy avergonzado, Quatre se acerca otra vez a la cama y se sienta a su
lado acariciándole un poco los cabellos a su amigo que seguía con la cabeza
entre la almohada mientras permanecía acostado de lado
Quatre. No tienes por qué
apenarte, soy yo ¿recuerdas?
Duo. Lo sé... gracias
Sonriendo sinceramente Duo
saca su cabeza de entre la almohada y le regala un abrazo en la cintura a
Quatre mientras coloca su cabeza sobre su regazo, Quatre también sonríe
mientras le acaricia los cabellos con su mano derecha, los dos estaban
totalmente callados, por tanto tiempo que el rubio no se había dado cuenta que
Duo estaba dormido hasta que lo escucha roncar, lo mira tiernamente y con
cuidado se lo quita de encima colocándolo sobre la cama, Duo se mueve un poco
quedando boca abajo
Quatre sonríe nuevamente y
se pone de pie saliendo de la habitación completamente calmado, Trowa lo
observa salir y ambos cruzan miradas, los dos estaban serios pero el ojiverde
se da cuenta que su novio temblaba ligeramente, Trowa se preocupa y ve como
poco a poco los ojos de Quatre se enrojecen y comienza a caminar lentamente
hacia él, Trowa se levanta de su asiento y el rubio se avienta a sus brazos
comenzando a llorar, Trowa lo abraza con fuerza y sus ojos muestran una mirada
triste, podía sentir el dolor de Quatre como si fuera el suyo, era una
sensación completamente desesperante y ahora más que nunca le iba a ocultar su
rara enfermedad cerebral, porque si así estaba sufriendo su novio con la
situación de Duo cuando él le dijera que estaba condenado a muerte seguro que
eso destrozaría a Quatre...
Trowa intensifica su abrazo
y le regala a su novio un beso sobre la cabeza comenzando a derramar un par de
lágrimas, completamente en silencio, ni siquiera Quatre se daba cuenta de que
Trowa lloraba, de que Trowa se estaba muriendo y no solo por verlo así si no
también textualmente...
Heero regresa al
departamento de Quatre por la tarde llevando consigo un pollo rostizado, sabía
que Quatre no estaba de humor como para cocinar y que Trowa era pésimo en ese
aspecto y como él tampoco tenía deseos de cocinar, porque Heero cocinaba
bastante bien, entonces por eso había llevado el pollo, Duo continuaba
durmiendo, las medicinas le daban sueño, los tres se sienta a la mesa a comer,
los tres estaban callados, Quatre aún tenía los ojos un poco irritados por
llorar en la mañana
Trowa se veía tan serio
como siempre, en él no se notaba rastro alguno de llanto y ya Heero se había
calmado, tras salir de casa del rubio en la mañana se había ido a caminar sin
rumbo, necesitaba aire, necesitaba pensar y estar solo, quería mucho a Duo a
pesar del poco tiempo compartido y la sola idea de llegar a enamorarse le daba
miedo, no le gustaba querer mucho a las personas porque siempre terminaba
perdiéndolas, su madre y después su padre, ahora lo único que le quedaba era
Trowa, ese amigo, su hermano, alguien a quien realmente quería, de él sabía que
jamás lo iba a abandonar, por eso se sentía tranquilo pero sabía que Duo aún
quería a su marido y no descartaba la posibilidad de que algún día el trenzado
decidiera volver con él, por eso no podía permitirse amarlo, porque para él,
amar y perder era lo peor que podía pasar... el primero en terminar es Quatre,
se había servido una porción muy pequeña, realmente no tenía apetito, y cuando
lleva sus trastes para después lavarlos pasa a la habitación de Duo para ver si
ha despertado pero al ver que no cuidadosamente cierra la puerta y vuelve al
comedor, casi al mismo tiempo terminan Heero y Trowa, cada uno lleva sus
trastes y vuelven ambos a sentarse a la mesa, seguían sin hablar, ni siquiera
encontraban tema, se sentía un ambiente pesado
Trowa. ¿Saben? Tengo cosas
que hacer ¿les importa si me marcho?
Quatre. ¿Qué cosas?
Trowa. De la escuela
El ojiverde quería tratar
de ser convincente pero Heero no cree en sus palabras por lo que lo mira
fijamente a los ojos, en cambio Quatre sonríe levemente, él sí había creído en
sus palabras, generalmente sentía cuando Trowa no le decía la verdad pero su
cabeza en esos momentos solo trabajaba en Duo, el ojiverde se pone de pie y se
acerca a Quatre para agacharse y darle un beso en los labios, después se acerca
a Heero y se despide colocándole una mano sobre el hombro, después se va del
departamento quedándose nuevamente el silencio, Heero y Quatre no solían hablar
mucho, no había tema que pudieran compartir que no tuviera que ver con Trowa o
Duo y no es que se cayeran mal, simplemente no se tenían la confianza, ni
siquiera amigos eran...
Trowa llega al consultorio
de su médico particular, él era el doctor de la familia Barton, un viejo amigo
en la preparatoria de Leia Barton, tía de Trowa y Catherine, ese día tenía cita
con él, el doctor era el único que sabía acerca de la enfermedad del ojiverde,
la neurología no era su área pero ayudaba a Trowa a contactarse con los
especialistas en la materia; el ojiverde llega y ambos se saludan, Trowa se
sienta y el doctor lo mira fijamente, se notaba preocupado lo que ponía a Trowa
un poco nervioso, la última vez que había ido le había dicho que su enfermedad
no tenía ninguna clase de mejoría y en ésta ocasión se veía más preocupado que
siempre
Trowa. Va a decirme algo
malo ¿verdad?
Alphonse. Sabes que no te
puedo mentir, Trowa... tu enfermedad avanza rápido
Trowa no se sorprende por
la aserción, solo mantiene su mirada fija hacia el doctor, sabía que no debía
sorprenderse por motivos inherentes a su enfermedad porque no importaba como
fuera, él iba a morir tarde o temprano
Trowa. Lo he sentido, los
malestares son más frecuentes y cada vez que como siento náuseas, cada vez me
da más sueño y me cuesta más trabajo despertarme, me canso demasiado rápido,
siento que mi vista se deteriora, a veces siento que se me olvidan las cosas y
mis jaquecas son cada vez más intensas
Trowa contaba al doctor
sobre sus malestares como si hablara de cualquier tema, estaba serio, como si
no le importara pero por dentro sentía deseos de gritar, el doctor lo miraba
fijamente, podía ver en los ojos verdes el sufrimiento pero conocía a Trowa
desde pequeño y sabía que por lo general no mostraba sus sentimientos, eso le
partía aún más el corazón que si lo viera llorar
Alphonse. Trowa, las
medicinas que tomas son bastante fuertes, por eso te sientes con náuseas, son
pesadas para el estómago, por eso también te da más sueño pero no deberían
causarte ni jaquecas ni cansancio, tampoco problemas con la vista ni que se te
olviden algunas cosas, tú cerebro pierde el equilibrio en algunas funciones y
cuando la enfermedad avanza más comienza a afectar tus otros órganos, el
cerebro suele no enviar las señales correctamente, por lo general los pacientes
tienen problemas renales o cardiacos aunque en esos aspectos estén sanos
Un escalofrío envuelve el
cuerpo de Trowa, tenía miedo, debía admitir que se moría de miedo, sabía que no
iba a ser una enfermedad cualquiera y que sus dolores no serían cualquier cosa,
las medicinas alargaban su vida, disminuían el dolor pero era imposible
curarse, estaba realmente condenado a muerte, los mejores especialistas en el
país no tenían una solución, todos concordaba con que se trataba de algo
terminal
Trowa. Supongo que... solo
me queda esperar la muerte
Alphonse. Trowa...
Trowa. ¿Cree que podré
vivir un año más?
Alphonse. ... Lo dudo
Esta vez Trowa no puede
evitar mostrar expresión, sus ojos se agrandan un poco más y en sus manos se
podía notar el temblor, era imposible determinar cuánto más iba a vivir pero
estudiando el comportamiento de la enfermedad desde su inicio sabían que
avanzaba rápido y que era cuestión de meses, solo que no se sabía exactamente
cuantos
Alphonse. ¿Estás bien?
Trowa. ¿Sabe?... me propuse
hacerlo feliz, quería curar sus heridas, quería mostrarle una vida llena de
alegría... daría cualquier cosa... por no borrar su sonrisa
El ojiverde aprieta con
fuerza sus manos sobre sus piernas y cierra con fuerza sus ojos comenzando a
derramar lágrimas, de dolor y de coraje, ¡quería vivir! era la primera vez que
sentía tanto apego a la vida, quería estar al lado de Quatre, hacerlo feliz,
mirar su sonrisa por siempre, besarlo, acariciarlo, hacerle el amor, decirle
cuanto lo amaba, convertirlo en la persona más feliz del mundo, pero eso se
había destruido, ahora lo único que podía ofrecerle eran sus últimos días, sus
últimas miradas, sus últimas caricias, el último Te amo, ahora solo podía
hacerlo la persona más desdichada del mundo, cuando lo había conocido había
conocido a un joven lleno de dolor, de soledad, se había enamorado de su
corazón roto y lo había logrado pegar, juntando cada uno de los trozos,
devolviéndole la sonrisa, devolviéndole la Fe, se lo había dado todo para
después quitárselo cruelmente y ahora se reprochaba de haberlo conocido, porque
por su culpa el ser que más amaba en el mundo iba a morirse en vida junto con
él, pero a la vez estaba agradecido con Dios por haberlo cruzado en su camino y
regalarle sus mejores días antes de morir...
≈ Quiero vivir y hacerte
feliz, ese es mi mayor deseo ≈
Poco a poco sus ojos se
abren viendo como su amigo le observaba sentado a su lado, su sonrisa iluminaba
su rostro, se sentía bastante bien estar en casa con los suyos, en la
habitación solo estaba Quatre pero sabía que afuera estaban Trowa y Heero
aunque desconocía que el ojiverde había tenido que irse, el rubio le sonríe ampliamente
mientras ambos se miran a los ojos hasta que el estómago del trenzado reclama
un poco de comida, ambos ríen un poco
Quatre. ¿Te traigo de
comer?
Duo. No gracias
Quatre. Anda, tienes que
comer
Duo. Pero sabes que... no
puedo hacer
Quatre. Duo... está bien,
te traeré un jugo ¿quieres?
Duo. Si
Quatre sonríe al ver que
Duo ya se veía más contento y sale de la habitación informándole a Heero que
tiene que salir para comprar algunas cosas pidiéndole que se quede con Duo, el
ojiazul acepta pero no puede evitar sentirse un tanto nervioso pero armándose
de valor se dirige a la habitación del ojivioleta, Duo lo mira llegar y sonríe
tímidamente, le daba gusto ver al chico ahí pero a la vez sentía un poco de
pena, Heero duda pero se acerca a la cama
Duo. Siéntate
Heero. Es que...
Duo. No pellizco ni
muerdo...
Heero se pone rojo al
escuchar las palabras de Duo que no tenían ninguna mala intención pero aun así
lo hacen sonrojar, en cambio Duo estaba normal, sonriendo ligeramente, Heero
duda nuevamente pero se decide sentándose a un lado del trenzado quien estaba
acostado de lado mirando hacia él, Heero se sienta en la orilla de la cama
Duo. Hazte un poco más para
acá, te vas a caer
Nuevamente Heero se queda
callado, Duo cree que ha dicho algo malo y se disculpa pero sin decir algo el
ojiazul solo niega varias veces con la cabeza subiéndose un poco más a la cama,
de nuevo Duo le sonríe y ambos se quedan callados un tiempo
Duo. ¿Cómo va la escuela?
Heero. Bien
Duo. ¿Y Relena?
Heero. ¿Por qué preguntas
por ella?
Duo. No lo sé ¿cómo está?
Heero. Bien
Duo vuelve a sonreír y
Heero permanece serio, el ambiente estaba algo incómodo
Duo. ¿Y el trabajo? ¿has
pintado algo nuevo?
Heero. No
Duo. Ah... ¿y qué has
hecho?
Heero. Nada
Duo. Mnh... ¿estás bien?
Heero. Sí
Duo. ¿Quieres hablar de
algo? No sé, lo que sea
Heero. No, tú cuéntame algo
La habitación vuelve a
quedarse en silencio, Heero contestaba secamente las preguntas de Duo y el
trenzado no sabía qué tipo de preguntas hacer o que tema usar, el ojiazul era
un chico muy callado, eso lo había notado desde el primer día pero después de
lo sucedido se veía aún más serio que siempre, Duo borra lentamente su sonrisa
mientras su rostro comienza a sonrojarse, Heero lo mira fijamente, el trenzado
baja su mirada
Duo. Quiero... darte las
gracias por haberme salvado
Heero. Duo... no...
Duo. Son muy amables al no
hablar del tema pero tenemos que hablarlo tarde o temprano y yo quiero darte
las gracias... si no hubiera sido por ti seguiría en ese lugar y me
seguirían...
Heero. ¡Basta!
Duo levanta la mirada
rápidamente observando a Heero, en sus ojos se veía el enojo, Duo se intimida
un poco por la mirada y se encoge de hombros pero el ojiazul se acerca a él y lo
abraza, Duo se sorprende por el movimiento y se queda callado pero una sonrisa
adorna su rostro, Heero en cambio ya no se veía molesto, solo estaba serio
abrazando al trenzado hasta que se escucha desde la cocina el sonido del
extractor de jugos, ni siquiera se habían dado cuenta cuando Quatre había
regresado al departamento, Heero suelta a Duo y le observa fijamente
apareciendo en su rostro un sonrojo, Duo no se da cuenta, él solo sonreía por
la amabilidad difícilmente mostrada por Heero
Heero. No me agradezcas
nada, y ya todo pasó ¿de acuerdo?
Duo. Sí, eres buena persona
Heero, te he tomado mucho cariño
El trenzado sonríe
ampliamente intensificando el sonrojo en todo el rostro de Heero y Duo ni
siquiera se da cuenta, él estaba en su mundo y no se daba cuenta de lo que cada
vez hacía sentir a Heero, el ojiazul por su parte no sabía cuánto tiempo más
iba a aguantar, un día de esos no iba a poder resistir tocar los labios de Duo
con los suyos
Heero. Duo
Duo. Dime
Heero. Acerca de tu
espos...
La puerta de la habitación
se abre y Quatre entra con un gran vaso de jugo de naranja con zanahoria para
Duo y él sonríe contento, tenía mucha hambre y le encantaba la naranja y la
zanahoria, por su cabeza ni siquiera pasaba la idea de que Heero quería
preguntar algo acerca de Treize y gustoso recibe el vaso en sus manos, Quatre
sonríe y se retira de la habitación para dejarlos hablar solos
Duo. ¿Qué me ibas a decir?
Heero. Puede esperar
Duo se queda con un pequeño
signo de interrogación en su cabeza pero continúa bebiendo su jugo, después de
varias horas algo caía a su estómago y estaba feliz aunque debía de tomarlo
poco a poco para que no le cayera mal a su estómago después de no haber comido
nada más valía tomar las cosas con calma, Heero lo observa fijamente, Duo bebe
del jugo y sin darse cuenta una pequeña gota resbala por sus labios pasando por
barbilla hasta pasar a su cuello donde resbala hasta terminarse, el ojiazul
había visto la travesía de la gota y no puede evitar sentir un pequeño calor en
sus orejas, inocentemente Duo se limpia la barbilla lentamente alcanzando a
tocar de forma sutil sus labios, Heero no puede evitar ver la escena de forma
erótica y un poco alarmado por los efectos que eso le traía consigo se levanta
rápido de la cama y sale a prisa de la habitación, Duo se extraña bastante pero
no le toma demasiada importancia, él iba a continuar bebiendo su jugo...
Quatre ve salir a Heero de
la habitación casi corriendo y creyendo que algo malo paso va a la habitación
del trenzado pero él estaba bebiendo tranquilamente su jugo, Quatre lo observa
fijamente
Quatre. ¿Qué le pasó a
Heero?
Duo. No sé
Duo vuelve a tomarle al
jugo y sin querer un pequeño chorro cae a su entrepierna manchándole el
pantalón de la pijama, Duo mira lo que ha hecho y sin pensar lleva su mano
hacia el área sacudiendo las gotas como si nada, como si fuera cualquier otra
parte de su cuerpo, Quatre lo mira y sonríe mientras piensa que tal vez Duo
hizo algo similar y por eso Heero ha salido corriendo, ya sospechaba que el
ojiazul comenzaba a sentir cosas hacia Duo pero ahora lo confirmaba
Quatre. Duo, nunca cambies
Duo. ¿Eh? ¿por qué?
Quatre. Olvídalo, bebe tu
jugo
Duo. Ya terminé
Quatre. ¿Quieres más?
Duo. Mnh... ¡sí!
Como hace días no se veía
Duo estaba contento, apenas en la mañana aún estaba llorando y ahora se veía
bien, eso tranquilizaba al rubio, Quatre sale de la habitación para ir a la
cocina y preparar más jugo...
Mientras en el baño Heero
estaba frente al espejo, acababa de echarse un poco de agua fría pero no había
logrado bajar el ardor, se había logrado excitar con algo tan simple, hace
tiempo que no tenía una erección, no era de los que acostumbraban a masturbarse,
era una práctica que le parecía sin sentido, se trataba del placer solo de uno,
se trataba de darse placer a uno mismo, sin dárselo a alguien, sin recibirlo de
alguien, cuando era aún estudiante de secundaria y de preparatoria era algo más
común pero siendo ya adulto le parecía algo patético, aun así no es que no lo
hubiera vuelto hacer pero eso había sido hace varios meses
Ahora después de tanto
tiempo estaba ahí, en un baño con una erección y el sonido nuevamente del
extractor, Heero lo piensa por algunos segundos y sin pensarlo mucho se pone
frente al retrete y desabrocha su pantalón bajándolo hasta los pies, sacando
después su miembro por la abertura de los bóxer, estaba rígido, ligeramente
curvado hacia la derecha, Heero lo observa unos segundos y decidiéndose lo toma
suavemente con su mano derecha, comenzando a darse pequeños masajitos de forma
lenta y suave mientras se mordía el labio inferior, pudiendo sentir unas leves
palpitaciones, su miembro clamaba un poco más de rapidez y él no se lo niega haciendo
sus movimientos más seguidos, partiendo desde la base hasta agarrar
completamente la punta sintiendo después unos ligeros choques eléctricos en su
región abdominal, sus jadeos eran frecuentes y sus gemidos los ahogaba en su
garganta apretando con fuerza sus dientes, no podía permitirse exponer lo que
hacía en el baño, le daría mucha vergüenza con Quatre
Sus ojos estaban cerrados y se abalanza hacia delante colocando su mano izquierda sobre la pared, sus mejillas estaban de un rojo carmesí, había perdido por completo el sentido del oído, solo podía concentrarse en su placer y en la imagen de Duo en su mente, la que lo ayudaba a masturbarse, pronto el orgasmo estaba por llegarle, sentía ya las cosquillas en su bajo vientre, una sensación bastante placentera que le invadía todos los sentidos, su cabeza la inclina hacia atrás y gime al sentirse aliviado, su semen cae completamente en su mano y de ahí escurre un poco en el retrete, su respiración estaba agitada y sudaba un poco, aún podía sentir un pequeño espasmo en su bajo vientre y lentamente abre sus ojos y baja la mirada, abre su mano y observa fijamente el líquido aún tibio que está sobre su mano
Sus ojos estaban cerrados y se abalanza hacia delante colocando su mano izquierda sobre la pared, sus mejillas estaban de un rojo carmesí, había perdido por completo el sentido del oído, solo podía concentrarse en su placer y en la imagen de Duo en su mente, la que lo ayudaba a masturbarse, pronto el orgasmo estaba por llegarle, sentía ya las cosquillas en su bajo vientre, una sensación bastante placentera que le invadía todos los sentidos, su cabeza la inclina hacia atrás y gime al sentirse aliviado, su semen cae completamente en su mano y de ahí escurre un poco en el retrete, su respiración estaba agitada y sudaba un poco, aún podía sentir un pequeño espasmo en su bajo vientre y lentamente abre sus ojos y baja la mirada, abre su mano y observa fijamente el líquido aún tibio que está sobre su mano
La culpa lo invade al
instante, se sentía sucio, vil, despreciable, Duo había pasado por cosas
desagradables, había sido suciamente mancillado pero aun así el trenzado no
dejaba de ser inocente, él no tenía derecho de tener pensamientos sucios hacia
su persona, Duo no se merecía que Heero pensara de esa forma en él, el ojiazul
lo sabía y por eso ya no tenía cara para volverlo a ver a los ojos...
Heero sale del baño al mismo tiempo que Quatre sale de la habitación de Duo después de llevarle su segundo jugo, el rubio le sostiene por unos momentos la mirada al amigo de su novio y después la desvía sonrojándose un poco, es entonces que Heero entiende que Quatre se ha dado cuenta de lo sucedido en el baño y apenado sale del departamento, el rubio vuelve a la habitación de Duo, el trenzado estaba feliz, contento de tener personas que se preocupaban por él, Quatre le regala una sonrisa y se sienta a su lado
Heero sale del baño al mismo tiempo que Quatre sale de la habitación de Duo después de llevarle su segundo jugo, el rubio le sostiene por unos momentos la mirada al amigo de su novio y después la desvía sonrojándose un poco, es entonces que Heero entiende que Quatre se ha dado cuenta de lo sucedido en el baño y apenado sale del departamento, el rubio vuelve a la habitación de Duo, el trenzado estaba feliz, contento de tener personas que se preocupaban por él, Quatre le regala una sonrisa y se sienta a su lado
Quatre. ¿Te sientes con más
energías?
Duo. Sí, gracias amigo, no
sé cómo pagarte
Quatre. ¿Cómo? Recuperándote
y sonriéndome como ahorita sonríes, así quiero que me pagues ¿de acuerdo?
Duo. Sip
El trenzado le regala una
gran sonrisa a su amigo y después lo abraza con fuerza, Quatre se extraña un
poco, Duo estaba más cariñoso que de costumbre, le alegraba verlo con ánimos y
comprendía que en esos momentos necesitaba mucho afecto, pero no necesitaba
ahora de una relación sentimental con nadie, necesitaba un amor de familia, un
amor que él podía darle y no un amor como el que Heero quería ofrecerle, para
eso necesitaba pasar mucho tiempo hasta que cicatrizaran las heridas, ahora
comprendía porque Trowa se oponía a que él tratara de unirlos como pareja y se
sentía un poco culpable, pero ahora iba a estar ahí para atender las
necesidades de Duo y cuidar de él como alguna vez Trowa lo había hecho con él
cuando acababan de conocerse... Duo suelta a Quatre y se vuelve a acostar en la
cama mirándolo fijamente al rostro, intentaba preguntar algo pero no se atrevía
Quatre. ¿Qué pasa?
Duo. Es que... yo... ¿dónde
está Heero?
El trenzado se sonroja un
poco, ahora caía en cuenta de que Heero ya no estaba ahí y recordaba que se
había ido apurado creyendo que tal vez había recordado que tenía algún
pendiente y conociéndolo como acostumbraba a no decir algo al respecto en ese
tipo de situaciones no le había parecido extraño que se hubiera ido sin decir
algo
Quatre. Salió pero no creo
que tarde
El rubio sonríe pero
también estaba un poco preocupado, Trowa no regresaba y Heero quien sabe dónde
se había metido, sentía que su novio le estaba ocultando algo y sentía que el
ojiazul estaba muy confundido, además podía percibir la tristeza en Duo a pesar
de sus grandes sonrisas, se sentía preocupado por los tres aunque en esos
momentos su prioridad era Duo... ahora era Quatre quien miraba a Duo, el
trenzado se da cuenta de la mirada
Duo. ¿Quieres decirme algo?
Quatre. Sí ¿quieres que te
de un baño?
Duo se sonroja pero
enseguida dice que si moviendo la cabeza, hace dos días la enfermera le había
dado un baño y desde entonces no había vuelto a tomar otro, Quatre sonríe y
ayuda a su amigo a ponerse de pie, Duo se queja y le cuesta mucho trabajo pero
hace su mayor esfuerzo y logran llegar al baño, el rubio pone a llenar la tina
pues a pesar de que el departamento era pequeño los baños de los cuartos tenían
una pequeña tina, los baños eran pequeños al igual que el de afuera cerca de la
sala el cual solo era medio baño, Duo mientras se quita la ropa no dejando que
Quatre le ayudara, le daba vergüenza no poder hacer las cosas él solo y que su
amigo tuviera que cuidar de él como se cuida a un niño, la tina se llena con
agua tibia y Duo entra en ella poco a poco quejándose un poco cuando se acuesta
Quatre. ¿Dónde dejaste las
gasas?
Duo. En el cesto
Quatre. Cuando te quites
las gasas ponlas en una bolsita de plástico antes de echarlas al cesto ¿de
acuerdo?
Duo. Sí
Duo no podía evitar
sentirse apenado, a pesar de que habían pasado algunos días el seguía
sangrando, cada vez que hacía movimientos bruscos sus heridas se abrían un poco
y sangraba, eso era bastante doloroso aunque ahora con la crema que le había
dado el doctor disminuía el dolor... Quatre se hinca a un lado de la tina y
agarra la esponja
Quatre. Tallaré tu espalda
¿estás de acuerdo?
Duo. Si
El rubio comienza a
tallarle la espalda al trenzado y él silva una canción, el rubio termina con la
espalda y toma uno de los brazos de Duo tallándolo también suavemente y después
hace lo mismo con el otro mientras Duo comienza a deshacer su trenza y agarra
después un cacito de plástico que Quatre había puesto ahí para ponerse agua
sobre el cabello hasta mojarlo completamente, el rubio deja de tallar a Duo y
él se pone shampoo dándose masajes en el cuero cabelludo y después se pone más
shampoo para lo que le resta de cabello, el rubio le da la esponja a Duo
Quatre. Toma, tállate las
piernas y lo que falta
El rubio sonríe ampliamente
y Duo solo afirma moviendo la cabeza sonrojándose nuevamente
Duo. ¿Te puedes voltear?
Quatre. ¿Eh?... claro
El rubio sonríe divertido y
se da media vuelta, Duo agarra la esponja y se comienza a tallar las piernas
pero no alcanza a estirarse y tallarse los pies, después lleva la esponja hacia
su entrepierna tallando con cuidado, esa parte también le dolía pero no tanto
como su ano, el doctor había dicho que estaba desgarrado, tenía múltiples
heridas, fuera y dentro, incluso estar dentro de la tina hacía que le doliera,
Quatre seguía de espalda tarareando una canción en su mente hasta que Duo lo
llama con un tono de voz preocupado, el rubio voltea enseguida y antes de que
el trenzado diga algo ve como el agua estaba un poco teñida de sangre, Quatre
también se preocupa pero no lo demuestra para no preocupar más a Duo
Quatre. No te preocupes,
ahorita tiro el agua
El rubio abre la tapa y el
agua comienza a salir, después ayuda a Duo a ponerse de pie y abre la regadera
para que Duo se enjuague, lo ayuda a salir de la tina y lo envuelve con una
toalla la cual se mancha un poco de sangre
Quatre. Espérame aquí
Quatre sale rápido del baño
y agarra de la habitación las gasas, una bolsa con guantes y la crema, Duo se
apoyaba del lavabo para no caerse, tenía débiles las piernas, tenía días sin
comer y estaba un poco débil... el rubio abre la tapa de la crema y abre la
bolsa de gasas, después se pone de pie y se lava bien las manos antes de
ponerse los guantes, después se hinca atrás de Duo, todo con rapidez porque su
amigo seguía sangrando, Duo se quita la toalla quedando otra vez desnudo
Quatre. Abre un poco tus
piernas
Duo. Sí
Ya lo había ayudado hace un
par de horas en las curaciones pero aun así seguía poniéndose rojo, no era
cómodo que Quatre hiciera las curaciones pero debía admitir que él no podía
solo, el rubio primero limpia la sangre con las gasas esterilizadas y después
coloca la crema de forma cuidadosa pero a pesar de eso Duo se quejaba bastante,
unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos, a Quatre se le oprimía el corazón de
solo oírlo pero debía ser fuerte, debía darle a Duo soporte
Duo. Había un objeto...
Quatre. ¿Qué?
Quatre se detiene unos
momentos y Duo hace una larga pausa antes de continuar, el rubio sigue haciendo
las curaciones y el ojivioleta continúa con la pausa unos momentos más
Duo. Tenía... forma de pene
y era grande... se sentía rasposo... lo metían con fuerza hasta dentro, sin
lubricante... y dolía... dolía bastante
Quatre estaba en shock, sus
ojos estaban muy abiertos y sus pupilas dilatadas, estaba inmóvil escuchando a
Duo quien comienza a llorar de nuevo, apretando con fuerza el lavabo con sus manos,
su cuerpo temblaba, Quatre seguía sin moverse, sentía un nudo en la garganta,
no podía ni siquiera hablar, era la primera vez que Duo describía algo de lo
que le habían hecho mientras lo mantenían secuestrado y también comienza a
llorar, Duo se sentía mal de atormentar de esa forma a Quatre pero sentía
necesidad de desahogarse, de contar un poco de lo sucedido y solamente a él
podía decírselo, Quatre recupera sus sentidos y continúa con las curaciones,
sabía que Duo solo quería hablar, por eso él no iba a decir nada más, no había
palabras de consuelo, simplemente no existían, lo único que podía hacer era
escucharlo en silencio, escucharlo llorar, escucharlo gritar de dolor, ayudarle
y estar con él, las palabras eran inútiles...
Duo continúa contando a
Quatre cosas que recordaba le habían hecho, el rubio tenía la mirada un poco
perdida pero continuaba haciendo las curaciones, el ojivioleta no dejaba de
llorar y hacía pausas cuando la garganta se le cerraba, Quatre termina de hacer
las curaciones dejándole puestas algunas gasas y las otras las pone dentro de
la bolsita junto con los guantes y después las tira al cesto, Duo estaba con la
cabeza agachada, sus piernas aún estaban un poco abiertas y agarraba el lavabo
con fuerza, Quatre se lava las manos y se acerca a la ropa de Duo, se agacha y
su amigo levanta un poco el pie para que Quatre comience a meter la ropa
interior, después el otro pie y el rubio comienza a subir la prenda hasta
colocarla, no podía usar bóxer, debía usar trusa, no muy apretada, después
agarra el pantalón de otra pijama y también lo pone como puso la ropa interior,
Duo levanta por fin su cabeza y suelta el lavabo, su rostro estaba cubierto de
lágrimas, Quatre agarra la camisa la cual era de botones y se la pone a Duo
quien se encarga de abrocharse, Quatre se coloca a su espalda y agarrando el
cepillo comienza a peinarle su largo cabello, cuando termina voltea hacia el
espejo y los dos se miran a través de él, Quatre coloca sus manos en los
hombros de Duo y sonríe
Quatre. Que guapo
Duo también sonríe y el
rubio abraza por la espalda a Duo, su rostro también estaba cubierto de
lágrimas, su cabeza la hunde entre el hombro y el cuello de su amigo
Quatre. Te quiero mucho
Duo. También te quiero
mucho...
Apoyo, era lo que Quatre le
podía dar y se lo iba a dar, incondicionalmente, tanto cuanto necesitara,
porque él iba a estar ahí para él...
≈ Lo único que puedo hacer
por ti es estar aquí y ahora ≈
Varios días después...
Las cosas habían vuelto a
la normalidad, Quatre había pedido algunos días de descanso en el consultorio y
el doctor se lo había concedido amablemente, en la escuela estaba por terminar
el semestre por lo que no tenía muchas cosas que hacer, no tenía clases
regulares, Duo se recuperaba pronto con los cuidados y atenciones de Quatre, ya
podía sentarse y caminar, también podía ya ir al baño aunque sentía aún dolor
al hacerlo y a pesar de los regaños de Quatre se ponía a hacer quehaceres
domésticos cuando el rubio salía de casa, Quatre a veces le escondía la escoba
y el trapeador pero Duo siempre lograba encontrarlo
Trowa y Heero seguían con
sus actividades normales, el ojiverde trataba siempre de mantenerse positivo y
de no decaer mientras que Heero seguía con su lucha intensa por no pensar en
Duo, el chico no merecía ese tipo de deseo, porque Heero lo deseaba, deseaba su
cuerpo, ese inocente cuerpo horriblemente ultrajado, él no era menos sucio que
esos tipos que lo habían violado, así se sentía Heero...
Por la noche, el cielo estaba nublado, amenazaba con llover, algunos truenos se escuchaban, Quatre llamaba por teléfono con Trowa, por eso Duo no se atrevía ir al cuarto de su amigo a pesar del miedo que le daban los truenos, Quatre en cambio ni les hacía caso, estaba muy contento hablando con su novio, los dos tenían mucha comunicación y los días que no se veían se llamaban por teléfono, ese día Trowa había ido de consulta y por eso no se habían visto...
Por la noche, el cielo estaba nublado, amenazaba con llover, algunos truenos se escuchaban, Quatre llamaba por teléfono con Trowa, por eso Duo no se atrevía ir al cuarto de su amigo a pesar del miedo que le daban los truenos, Quatre en cambio ni les hacía caso, estaba muy contento hablando con su novio, los dos tenían mucha comunicación y los días que no se veían se llamaban por teléfono, ese día Trowa había ido de consulta y por eso no se habían visto...
Pasados algunos minutos
Quatre cuelga por fin y con una gran sonrisa se acuesta en la cama, de pronto
un gran trueno cae cerca y hace que se vaya la luz, el rubio se exalta y se
sienta en la cama
Quatre. ¡¿Estás en tu
cuarto Duo!
Duo. No... me quede en la
cocina
Quatre. Voy por ti
A pesar de los años
transcurridos Quatre recordaba lo mucho que le daba miedo la oscuridad y los
días de lluvia a su amigo y por eso apurado se levanta para ir por él, Duo
estaba quieto en la cocina, Quatre llega y lo agarra del brazo
Quatre. ¿Te llevo a tu
cuarto?
Duo. No, déjame dormir
contigo
Quatre. Duo, ya no eres un
niño
Duo. Porfis
Quatre. Está bien
Duo sonríe contento y se
abraza de Quatre, ambos regresan a la habitación del rubio, todo el
departamento estaba oscuro y en la calle el alumbrado también estaba apagado,
los dos se acuestan en la cama, apenas eran las 9 de la noche y ninguno tenía
sueño
Duo. ¿Te acuerdas Quatre la
noche que nos quedamos atrapados en el bosque y había una gran tormenta?
Quatre. Sí, yo no dejaba de
llorar y tú tratabas de hacerte el fuerte pero te morías de miedo
Los dos se comienzan a reír
al recordar la anécdota y casi al instante vuelve la luz, Quatre voltea hacia
Duo y ve que éste tiene dos lágrimas en las orillas de sus ojos y sonríe,
realmente Duo no había cambiado mucho, seguía siendo el chiquillo de siempre
solo que ahora había tristeza en su mirada y en su sonrisa, como deseaba verlo
completamente feliz de nuevo y tal vez esa felicidad estaba con Heero, pero tal
vez en esos momentos el corazón de Duo no estaba preparado
Duo. Quatre, he decidido
algo
Duo se voltea quedando
acostado de lado frente a Quatre y el rubio voltea nuevamente a verlo, veía en
los ojos de Duo una pequeña luz
Duo. Quiero volver a la
escuela, quiero terminar la Preparatoria
El trenzado sonríe contento
y Quatre también emocionándose a su vez, le gustaba que Duo tuviera esos deseos
de superación, sabía que su amigo no se iba a dejar vencer tan fácilmente, el
rubio se acerca a Duo y le da un fuerte abrazo mismo que Duo contesta
Quatre. ¡Qué bien Duo!
El rubio suelta a su amigo
y ambos se miran contentos
Duo. Sé que hay escuelas de
estudio abierto y terminas tu preparatoria en un año
Quatre. Sí, hay una cerca
de la Universidad
Duo. ¿En serio? Estaríamos
cerca
Quatre. Sí
Nuevamente los amigos se
abrazan contentos, sobre todo Duo porque al casarse con Treize tan solo había
terminado la secundaria y él siempre había tenido deseos de seguir estudiando,
además era bastante inteligente
Quatre. Y después
estudiaras una carrera ¿verdad?
Duo. Sí, me gustaría ser
Abogado
Quatre. ¿Abogado? No tenía
idea de que...
Duo. Me gustaría poder
ayudar a las personas, me sentiría tranquilo si lograra evitar que cosas como
las que me pasaron le pasaran a las personas, me sentiría bien si la gente mala
pagara lo malo que hace... tal vez suena fácil pero...
Quatre. Duo, eres valiente
y lo vas a lograr
Duo. Gracias
Los dos se sonríen pero
nuevamente la mirada de Duo estaba un poco opaca, realmente le gustaba la idea
de ser Abogado y serle útil a las personas pero antes de eso debía de ayudarse
primero así mismo
Duo. También quiero
conseguir un empleo
Quatre. Duo...
Duo. Esta vez será bien,
por eso te pido que me acompañes a conseguir uno
Quatre. Claro que sí
Duo. Gracias
Quatre. Podríamos pedirle
ayuda a Heero
Duo. ¿Por qué a Heero?
Quatre. El padre de Relena
es el dueño de un gran consorcio de empresas
Duo. Ah...
Quatre. No estás convencido
¿verdad?
Duo se queda callado un
tiempo, Quatre conoce la respuesta y solo sonríe
Quatre. Supongo que no es
buena idea
Duo. No, si lo es, Relena
es una chica buena, seguro si querrá
Quatre. ¿Entonces llamamos
a Heero?
Duo. Sí
Quatre. Bueno, pásame la
libreta de direcciones que tengo en aquel cajón
Duo. Sí
El trenzado abre el cajón
del buró y saca la libreta que Quatre le ha pedido pero debajo de ella hay algo
que llama su atención, se trataba de una tira de condones, Duo los mira curioso
y los agarra sacándolos del cajón
Quatre. ¿Si la encon...?
El rubio se queda
completamente callado cuando ve a Duo con la tira de condones en la mano
mirándolos curioso y enseguida se sonroja, por la expresión en su amigo se daba
cuenta de que no los conocía y seguramente iba a preguntar al respecto
Duo. Qué chistosos
paquetitos ¿son dulces?
Quatre. ¿Du... dulces?
El blanco rostro de Quatre
se tiñe por completo de rojo y Duo solo inclina su cabeza observando a su
amigo, Duo se sienta en la cama mirando fijamente a Quatre
Duo. ¿No son dulces?
¿entonces qué son?
Ni hablar, Quatre estaba
obligado a contestarle a Duo, no tenía de otra así que suspira profundo y se
sienta en la cama, aún tenía el rostro color rojo, Duo lo miraba curioso
esperando su respuesta
Quatre. Se llaman condones
y no son dulces... bueno, hay unos de sabores pero...
Duo. No te entendí
Las orejas de Quatre
estaban ardiendo completamente, se sentía como un padre que iba a hablarle a su
hijo de sexo, y aunque Duo era mucho más experimentado que él, el trenzado no
tenía conocimiento de muchos conceptos técnicos acerca de la materia
Quatre. Sirven como funda
para... bueno, de hecho es una funda... una funda de látex que...
Duo. ¿Por qué estás tan
rojo?
Quatre trataba de encontrar
las palabras adecuadas pero le daba mucha vergüenza hablar de eso con Duo
aunque le tenía bastante confianza
Quatre. Ya... lo diré sin
rodeos... los condones son fundas de látex que usamos para cubrir nuestro
órgano sexual
Duo. ¿Qué? ¿y para que
quiere uno cubrirlo? Me daría mucho calor
Quatre. ¿Ca... calor?
Quatre no puede evitarlo y
comienza a reír, Duo se enoja y frunce el ceño, después se cruza de brazos
esperando a que el rubio deje de reír, Quatre cobra la compostura y pide perdón
al enojado de su amigo
Quatre. No, no es eso... es
que sirven para cuando uno tiene relaciones sexuales
Duo. ¿Se pone en el pene
para tener sexo? No entiendo porque
Quatre. Sí, al eyacular el
fluido se queda en el condón y no pasa a tu cuerpo ¿entiendes?
Duo. ¿Por qué? ¿es malo que
entre a la vagina o al ano?
Quatre. No es que sea malo
pero en el caso de la mujer impide la fecundación
Duo. ¿Qué es fecundación?
Nuevamente Quatre recupera
el color rojo en su rostro, era raro que a su edad Duo no supiera que
significaba esa palabra
Quatre. O sea que impide
que quede embarazada
Duo. Ah ¿y para que quieren
que se impida?
Quatre. ¿Para qué?...
bueno, pues porque a veces no se desea tener hijos o se quiere planificar
Duo. ¿Y eso es bueno?
Quatre. Ese es otro
cuestionamiento que no creo conveniente hablar
Duo. ¿Por qué?
Quatre. Porque será
necesario entrar en cuestionamientos religiosos
Duo. ¿Por qué?
Quatre. Porque hay personas
que piensan que es retar a Dios
Duo. ¿Por qué?
Quatre. Pues... bueno, así
piensan algunas personas
Duo. ¿Y en el caso de un
hombre? Porque no podemos tener hijos
Quatre vuelve a suspirar
sin perder de vista los ojos de su amigo que estaba muy atento
Quatre. Es que también
sirven para no contagiar enfermedades venéreas como el herpes genital o el
SIDA, hay muchas más
Duo. Que chistosos nombres
Quatre. Duo... sé que en
nuestro pueblo las clases de educación sexual eran tabú pero ¿nunca ves
televisión?
Duo. No me gusta, me aburre
Quatre. Hay enfermedades
que se transmiten a través de fluidos como el semen o los jugos vaginales y el
condón impide su paso
Duo. ¿Entonces Trowa está
enfermo de eso?
Quatre. No
Duo comprendía las palabras
de su amigo pero se confundía un poco
Duo. ¿Entonces? Trowa no
tiene esas enfermedades y los hombres no pueden tener hijos ¿por qué entonces
usan condones? Porque por eso los tienes ¿no? los usas... ¿o eres tú quien las
tiene?
Quatre. No, estamos sanos
los dos pero...
Duo. ¿Entonces?
Quatre. Los usamos y ya,
punto, Trowa es mi pareja estable pero siempre es bueno prevenir
Duo. ¿Lo has sentido?
Quatre. ¿Qué cosa?
Duo. El semen dentro de ti
La pregunta sorprende a
Quatre, su amigo le miraba serio y le parecía extraño
Quatre. No
Duo. Se siente bien
Quatre sonríe un poco y se
sonroja, de pronto los dos se quedan callados, el rubio mira fijamente a Duo
viendo como comienza a poner cara de preocupación y Quatre también se preocupa
al verlo así
Quatre. ¿Qué tienes?
Duo. No usaban condón...
¡los que me violaron no usaban condón!
El rostro de preocupación
de Duo se intensifica, Quatre sabía por medio del doctor que las pruebas de
SIDA habían salido negativas y que Duo no presentaba síntomas de ninguna otra
enfermedad venérea, pero aun así el rubio sabía que muchas veces las pruebas de
SIDA solían salir negativas siendo que el virus ya estaba en el organismo, pero
no quería preocupar a Duo
Quatre. Si quieres hacemos
la prueba de SIDA nuevamente
Duo. ¿Nuevamente?
Quatre. Cuando estabas en
el Hospital se te hizo la prueba, salió negativa
Duo. Sí, vamos un día
El trenzado se calma un
poco cuando Quatre le dice que la prueba había salido negativa pero él quería
estar más seguro, también estaba sorprendido, había cosas que aún le faltaban
por saber, Treize nunca le hablaba de esas cosas, tampoco nunca había usado
condón, ni siquiera se lo mencionaba, de hecho el día de su noche de bodas ni
siquiera sabía cómo Treize iba a hacerle el amor, había aprendido como se hacía
entre hombres esa misma noche; ante el silencio Duo comienza a recordar...
- flashback -
Después de la ceremonia en
un pequeño templo, el único en el pueblo de Santa Fe, de tipo Católico pero no
lo era, el tipo de estructura era parecida, se podría decir que en aquel Pueblo
se tenía su propia religión, Duo había aceptado a Treize con una gran sonrisa,
era alguien a quien quería y respetaba y atendiendo a las peticiones de sus
padres había aceptado casarse con él y quererlo fielmente aunque no hubiera
tenido opción alguna, Treize por su parte era el más contento, desde que eran
más jóvenes Duo le había empezado a gustar mucho, era un chico sencillo y
hermoso, muchos en el Pueblo estaban enamorados de él pero el único que podía
tenerlo era él, porque las familias Maxwell y Kushrenada se habían conciliado
después de muchos años, al pueblo le convenía que lo hicieran y que mejor que
casar a sus hijos primogénitos, ambos varones, incapaces de dejar descendencia,
la forma perfecta de terminar de una vez con una Dinastía...
Después de la ceremonia se
lleva a cabo la fiesta, todo el pueblo había asistido, era una población
pequeña, los padres de los ahora esposos estaban muy felices con la unión, la
familia Maxwell no era de grandes recursos como la familia Kushrenada pero
congeniaban bien; la fiesta transcurre en paz y al caer la noche los invitados
comenzaban a marcharse uno a uno, el padre de Treize le entrega a su hijo la
llave de la casa que quiere comparta ahora con su esposo, al último se va la
familia, los regalos habían sido enviados directamente a la casa donde ahora
iban a vivir, Treize y Duo se quedan al último, generalmente los novios se iban
primero para irse de luna de miel pero ellos no iban a salir del pueblo, además
la casa quedaba cerca del lugar de fiestas, la mirada de Treize hacia Duo era
tierna y sonriéndose ambos se toman de las manos y se van llegando en pocos
minutos a la casa, Treize saca la llave y abre la puerta, nervioso Duo intenta
entrar pero su esposo lo agarra de la mano impidiéndoselo
Duo. ¿Por qué?
Treize. Entremos como se
debe
Treize agarra a Duo y lo
carga entre sus brazos, Duo se sonroja bastante, no estaba acostumbrado a estar
tan cerca de Treize, era costumbre en su pueblo que las parejas antes de
casarse no intimaran sexualmente, ni siquiera se acostumbraba a los besos
públicos y las citas eran generalmente en lugares muy concurridos donde se
permitía que los novios se tomaran de las manos o también afuera de la casa de
la novia, en el caso de ellos dos Treize visitaba a Duo en su casa y platicaban
afuera de ésta, pocas veces se habían besado... los dos entran a la casa y Treize
prende la luz sin bajar a Duo, cierra la puerta y avienta las llaves a la mesa
dirigiéndose directamente a la habitación, el sonrojo en Duo era intenso y Treize
sonreía ampliamente mientras lo baja poco a poco
Duo. ¿Lo vamos hacer?
Treize. Sí
Duo. Soy virgen
Treize. Lo sé... te amo
Delicadamente Treize agarra
el mentón de Duo y se acerca para besarlo sutilmente en los labios, Duo aprieta
sus ojos un poco, su cuerpo temblaba y era torpe besando a Treize, pero el
chico de ojos azules trataba con sutileza a Duo y lentamente le quita el saco
del traje mientras ambos se miran a los ojos, después se acerca y le da un beso
en la mejilla, Duo lo recibe con una sonrisa y ambos desabrochan la camisa de
Duo, la mano de Treize acaricia el pecho de su esposo con lentitud hasta
pasarlo por su cuello y darle otro beso en la mejilla, de forma lenta y sutil
sin dejar de mirarse o besarse casualmente los dos se desvisten
Duo estaba rojo como
jitomate, era la primera vez que se mostraba desnudo ante alguien y Treize
observaba el cuerpo de su esposo sonriendo ampliamente, era hermoso como
ninguno, con delicadeza lo abraza mientras camina en dirección a la cama
llevándose consigo a Duo, acostándolo sobre ella quedando él sentado a su lado,
la mirada de Treize recorre por completo el cuerpo de Duo, su miembro estaba
dormido completamente y eso lo hace sonreír, Duo era muy inocente, sus caricias
o besos no lo habían excitado y él en cambio ya estaba erecto, las miradas de
ambos se compenetran hasta que Duo mira la entrepierna de Treize observando
enseguida su erección, Duo lo mira detenidamente y se sienta observando
fijamente, después voltea a ver a Treize quien sonreía
Treize. ¿Quieres tocarlo?
Duo. No, no sé como
Treize. Así
Treize estira su mano
agarrando la de Duo la cual lleva hacia su miembro, el trenzado duda mucho pero
se deja guiar colocando su mano sobre el miembro de Treize sintiéndolo duro,
Duo hace su mano hacia atrás al sentirlo volteando a ver a Treize, después
voltea hacia su propio miembro
Duo. ¿Por qué el mío no
está así?
Treize. Necesita
estimulación
Duo. ¿Cómo?
Treize sonríe con malicia y
lleva sus manos hacia las piernas de Duo separándolas, el trenzado reacciona y
las cierra pero Treize se acerca más acostándose boca abajo entre las piernas
de Duo quien estaba aún más sonrojado, Treize agarra el miembro flácido de Duo
y le da un tierno beso en el tronco, Duo siente un cosquilleo desconocido para
él y cerrando un ojo observa fijamente a Treize
Treize. ¿Sabes lo que es la
masturbación?
Duo. No ¿qué es?
Treize sonríe y vuelve a
besar el miembro de Duo y después le explica a Duo acerca de la masturbación,
el trenzado nunca había pensado en forma morbosa y cuando tenía una erección no
le prestaba atención, sabía que con tomar un baño de agua fría ese efecto
extraño desaparecía y su miembro volvía a la normalidad, Duo solo sabía que su
miembro servía para orinar y que con él podía hacer que naciera vida pero no
sabía el método para que eso sucediera, su mamá le había dicho que era algo que
solo los casados tenían derecho a saber, también sabía que dos hombres no
podían tener descendencia pero su mamá le había explicado que también se podía
intimar, pero que era algo que solo Treize le podía explicar, ese día había
llegado y él debía aprender de Treize quien era alguien que si había salido del
pueblo y conocía más sobre esas cosas, él no era virgen, en uno de sus viajes
había tenido relaciones con una mujer, una chica de su edad que estudiaba la
Preparatoria y que le había seducido, ella misma le había enseñado muchas
cosas, cosas que en su pueblo no se podía saber antes del matrimonio...
La lengua de Treize
comienza a explorar el miembro de Duo y sus labios le regalaban tiernos besos,
Duo jadeaba sintiéndose extraño, lo que hacía Treize se veía raro pero se
sentía bien, sentía también como su miembro comenzaba a endurecerse hasta
poderse sostener sin la ayuda de la mano de Treize, el ojiazul comienza a
deslizar su mano por el miembro de Duo, acariciándolo en su totalidad, lamiendo
y chupando de forma lenta
Treize recordaba bien como
aquella mujer le había hecho lo mismo, él nunca antes había estado con un
hombre pero al menos sabía dónde se sentía el placer, Duo sentía ya el placer,
emitía gemidos sintiéndose extraño, no sabía porque lo que le hacía Treize le
provocaba esos sonidos, salían sin siquiera pensarlo y un cosquilleo le invadía
el abdomen, su cuerpo comenzaba a tensarse doblándose hacia el frente, eran
movimientos involuntarios y él apretaba las sábanas con fuerza hasta que siente
como un fluido comienza a salir por la punta de su miembro, un líquido entre
blanco y amarillento que se sentía caliente, era líquido pero un poco espeso,
el primer orgasmo de Duo le duele pero a la vez le causa un placer enorme, su
respiración estaba agitada y un gemido satisfactorio sale por su boca, Duo abre
sus ojos y mira a Treize como en su boca está parte de ese líquido
Duo. ¿Qué es eso?
Treize. Se llama semen,
acabas de eyacular
Duo. ¿Por qué me haces
esto?
Duo estaba nervioso y se
sentía confundido por lo que comienza a llorar, Treize se conmueve por la
inocencia de Duo y se levanta para darle un fuerte abrazo, Duo llora sobre su
hombro y después lo suelta
Treize. Todo esto es parte
de hacerlo
Duo. ¿También te tengo que
hacer eso?
Treize. Si no quieres no
Duo. ... ¿Ahora qué sigue?
Treize. Yo también tengo
que eyacular, mira tú pene, el mío debe quedar igual
Duo. Y si no te hago lo que
me hiciste ¿entonces cómo?
Treize. Necesito entrar en
ti
Duo. ¿Cómo?
Treize. Por aquí...
Sin pena Treize lleva su
mano hacia el ano de Duo aprovechando que estaba con las piernas abiertas y
flexionadas y mete la punta de su dedo, el trenzado jadea cuando siente el dedo
adentro y mira asustado a Treize
Duo. ¿Me va a doler?
Treize. Mucho
Duo. No quiero
Más asustado Duo vuelve
abrazar a Treize quien sonreía tiernamente, Duo era un chico bastante dulce,
sentía lástima de tener que lastimarlo pero eran esposos y debían tener sexo
aunque uno tuviera que sufrir, Treize separa a Duo de su cuerpo y lo mira fijamente
a los ojos para tranquilizarlo
Treize. Es tú obligación
hacia tu marido, las mujeres se dejan penetrar por la vagina y los hombres por
el ano, así debe ser
Duo. Pero es pequeño, no va
a caber tu pene
Treize. Por eso haremos un
esfuerzo
Duo. No quiero que me duela
Treize. Trataré de que no
te duela ¿vale?
Duo se limpia las lágrimas
y solo afirma con la cabeza, Treize coloca sus manos en los hombros de su
esposo y lo acuesta en la cama, el cuerpo de Duo estaba muy tenso, rígido como
tabla y Treize lo acariciaba para darle confianza
Treize. Relájate
Duo. Hazlo suavecito
Treize. Claro que sí
Treize sonríe a Duo y le da
un beso tierno en los labios al mismo tiempo que baja sus manos y agarra las
piernas de Duo para que le rodeen su cintura, el trenzado temblaba
completamente, su mamá le había dicho que hacer el amor era algo muy bonito
pero él sentía miedo a pesar de la amabilidad de Treize... el ojiazul rodea uno
de los pezones de Duo con sus labios dándole un beso, Duo cierra un ojo cuando
siente lo que le hace Treize solo para después sentir como algo le invade su
entrada, se trataba de la punta del miembro de Treize pero a pesar de ser solo
la punta Duo jadea apretando a su vez la espalda de Treize
Treize. Relájate por favor
Duo. ¡Me duele!
Treize. Aguanta un poco más
Duo. ¡Aaargh!
Un grito de dolor sale
desde el fondo de la garganta de Duo, Treize había entrado por completo y el
dolor era intenso, sentía como una especie de ardor, su cuerpo estaba más tenso
que nunca, sus manos apretaban con fuerza la espalda de Treize hundiendo sus
uñas en la piel morena y sus piernas se aferraban aún más al cuerpo de Treize,
por sus ojos violetas salían algunas lágrimas y su rostro estaba colorado, Treize
agarra las piernas de Duo y las quita de su cuerpo para sostener una con cada
mano y mantenerlas hacia los lados y hacia arriba un poco, flexionadas a la vez
para comenzar más cómodamente con las embestidas, Duo siente el miembro duro de
Treize entrar y salir de él con delicadeza pero no dejaba de doler, era grueso
y largo, tocaba sus puntos más sensibles, el dolor era inmenso y no sentía nada
de placer, Treize no había usado ninguna clase de lubricante, su ano era
bastante estrecho y como no serlo si era un virgen de 15 años, era natural que
su entrada fuera estrecha y que al recibir algo como el pene de Treize ardiera
como nunca...
Duo chillaba y gritaba por
las arremetidas de Treize, sentía como el miembro de su esposo comenzaba a
palpitarle por dentro, un poco de placer le hace comenzar a gemir provocándole
deseos de besar a Treize quien se agacha regalándose ambos un beso
experimentando, por primera vez un beso usando sus lenguas, Treize estaba casi
en la cima, su placer sí era inmenso, el de Duo era pequeño, pronto el de ojos
azules iba a tener su eyaculación misma que deposita en el interior de Duo
gimiendo placenteramente al culminar, Duo siente el líquido dentro de él y abre
sus ojos observando el rostro de Treize que lo mira amorosamente, sudando por
completo, le sonríe pero siente dolor en su trasero quejándose y llorando un
poco, Treize se sale de él y lo abraza con fuerza
Treize. No te quería
lastimar, perdóname
Treize también tiene los
ojos llorosos y Duo sonríe amablemente a su querido Treize dándole un tierno
beso en la nariz para darle a entender que no se preocupara, después de todo
eso era algo que los esposos hacían de vez en cuando, algún día iba a
acostumbrarse por completo a ser invadido
Treize. Te prometo no
volverte a lastimar
Duo. Sé que jamás lo
harías... te amo
≈ Si tus palabras hubieran
sido verdaderas yo aún te amaría con locura ≈
- flashback -
Quatre. Duo ¿estás aquí?
Duo. ¿Eh? Si
Quatre. Te quedaste callado
mucho tiempo
Duo. ¿Puedo dormir
abrazándote?
Quatre. Sí
Duo se acurruca en los
brazos de Quatre cerrando sus ojos, el rubio se siente un poco incómodo, él era
quien abrazaba de esa forma a Trowa después de que hacían el amor y no estaba
acostumbrado a dormir con otra persona pero conocía a Duo y sabía que tomaba
las cosas con inocencia así que él tampoco le iba a ver lo malo a que durmiera
abrazándole...
Al día siguiente Heero va a
visitar a Duo pero antes de salir de su departamento recibe la visita de Relena
que se le pega como chicle acompañándolo al departamento del rubio, Quatre los
recibe y sonriendo los deja pasar, Heero estaba más serio de lo normal, tenía
ganas de ver a Duo y la chiquilla se había invitado sola... los dos entran a la
habitación donde estaba Duo acostado, aunque se sentía bien por órdenes de
Quatre estaba guardando reposo, el trenzado los ve llegar juntos, Relena como
siempre apoyada de su brazo, Duo les sonríe a ambos
Relena. Hola Duito, Heero
me dijo que estuviste en reposo por varias semanas porque tenías Malaria y no
podías recibir a nadie, por eso no había venido
Duo. ¿Malaria?... sí, pero
ya me curé
El trenzado voltea a ver a
Heero entrecerrando los ojos y el solo se rasca un poco la cabeza con el dedo
índice, no podía decirle a Relena sobre lo que le sucedía a Duo y por eso se
había inventado lo de la Malaria... la visita de Relena dura escasa media hora,
la rubia tenía una reunión social con familias amiga de la suya y muy a su
pesar debía de irse, disfrutaba de ser rica pero esas reuniones le aburrían,
sobre todo porque Heero nunca aceptaba ir a ninguna con ella, pero debía
complacer a su padre e ir, por eso se despide de ambos con un beso en la
mejilla y se va despidiéndose al último de Quatre, en la habitación se quedan
el ojiazul y el trenzado
Heero. Me contó Quatre que
quieres estudiar
Duo. Sí, cuando me casé con
Treize dejé la escuela
Heero. Mnh
Duo. Treize era de la idea
que si él llevaba dinero a casa yo no tenía por qué trabajar o saber cosas
innecesarias de la escuela, para él eran cosas de gente soltera
Los comentarios parecen
absurdos para Heero pero en el pueblo de Duo esa era la ideología que se
utilizaba, además estaba molesto porque detestaba que Duo hablara así de ese
hombre, como si aún le respetara, como si le amara, eso lo hacía enfurecer, no
estaba del todo enterado de lo sucedido en el matrimonio de ambos pero sabía
por Trowa que el tal Treize no era un hombre bueno
Heero. ¿Te molesta si no
hablamos de ese hombre?
Duo. Está bien... ¿de qué
quieres hablar?
Heero. No sé
Duo. ¿Cómo te fue éste
semestre?
Heero. Bien
Duo. ¿Buenas
calificaciones?
Heero. Sí
Duo. Ya veo, que gusto
Heero no era de muchas
palabras, costaba mucho sacarle plática, sobre todo después de lo sucedido con
Duo y su trabajito, antes las conversaciones eran más amplias pero ahora el
silencio les invadía y se sentían incómodos, Duo pensaba que tal vez aún provocaba
un poco de asco en Heero pero la razón del aislamiento de Heero no era esa, el
ojiazul comenzaba a enamorarse de Duo, por eso ahora le costaba más trabajo
tratarlo...
Quatre llega a la
habitación en pleno silencio y deja a Duo un vaso con agua y sus medicinas en
el buró, después sale de la habitación otra vez con una sonrisa para ambos,
Heero aún se sentía apenado de lo sucedido hace días cuando Quatre había
descubierto que se masturbaba en el baño pero el rubio actuaba como si nada,
Duo bebe su medicina y mira a Heero de reojo como éste parece perdido, quería
preguntarle algo pero no se atrevía, tal vez si decía algo impropio Heero se
enojaría con él, Heero se da cuenta que Duo lo mira y se sonroja un poco, el
trenzado no se da cuenta y continúa mirándolo mientras la tensión en el cuerpo
del ojiazul crecía, la mirada de Duo lo hechizaba pero trataba de
tranquilizarse
Heero. ¿Qué... pasa?
Duo. Heero, eres bastante
guapo, me pregunto porque no tienes novio
Heero. ¿Eh?
Duo. Cualquiera se
enamoraría de ti ¿sabes? eres buena persona, guapo y talentoso
Heero. ¿Cualquiera?
≈ Yo solo quiero que tú me
ames aunque sé que tu corazón solo le pertenece a él ≈
Heero se queda callado por
mucho tiempo mirando hacia abajo, Duo cree que está enojado y se siente mal de
haberle hecho aquella pregunta y cuando intenta disculparse Heero levanta su
mirada viéndolo fijamente, Duo también lo ve fijamente, Heero se veía extraño,
su mirada era extraña pero más extraño aún le parece ver las manos de Heero que
se cierran en su rostro, Duo abre sus ojos por completo, su boca estaba entre
abierta y el ojiazul se acerca a él cerrando poco a poco sus ojos, Duo estaba
en completa inmovilidad y los labios de Heero a escasos centímetros de su boca
pero el trenzado reacciona y antes de que Heero lo bese lo avienta con fuerza
usando su mano izquierda al mismo tiempo que se tapa la boca con la mano
derecha
Heero reacciona abriendo
sorprendido sus ojos, había caído en un hermoso hechizo y había intentado besar
a Duo sin siquiera pensarlo, Duo estaba muy confundido con el rostro
ligeramente rojo mirando a Heero, el ojiazul se queda inmóvil y lentamente se
pone de pie, las miradas de ambos estaban firme en la del otro y comenzando a
dar pasos hacia atrás Heero se acerca a la puerta, la abre y después de mirar
por varios segundos a Duo sale apurado dirigiéndose directamente hacia la
salida del departamento y marchándose sin despedirse de Quatre, el rubio se
dirige enseguida a la habitación de Duo al ver salir a Heero, el trenzado
estaba acostado en la cama sujetando la almohada, sus ojos se veían
considerablemente abiertos
Quatre. ¿Qué pasó?
Duo. Heero me quiso besar
Quatre. ¿Qué?
Duo. ¿Por qué lo hizo
Quatre?... no quiero que él piense en mí de esa forma
El rubio abraza a su amigo
que sin derramar lágrimas comienza a sollozar, nunca había visto a Heero mirar
de esa forma, en sus ojos había deseo y no le gustaba ser deseado por nadie,
porque el deseo era lo que había llegado a lastimarlo más, el deseo de Treize
por tenerlo aunque era claramente notorio que a quien amaba era a Wufei, y el
deseo de esos hombres que lo habían violado por tener su cuerpo y además ganar
dinero vendiendo los videos y fotos denigrantes, a Heero le había tomado cariño
y no quería que él ni nadie lo deseara nunca más, Duo estaba angustiado pero
Quatre sonreía, su amigo era bastante ingenuo pero algún día él también iba a
madurar y se iba a enamorar sinceramente de alguien, cuando ese día llegara iba
a disfrutar de desear y ser deseado
Heero va corriendo por las calles,
estaba muy confundido, Duo le provocaba sensaciones que no quería sentir, por
las noches soñaba que poseía su cuerpo, que lo hacía suyo y que Duo lo
disfrutaba y le daba placer también, era como querer robarle su inocencia a un
niño y eso era bastante bajo
≈ Odié a quienes se
atrevieron a ultrajar tu cuerpo y me di cuenta que no soy mejor que ellos...
porque te deseo, porque esto que siento por ti no es lo mismo que sientes por
mí... perdóname por quererte de ésta manera, ni siquiera merezco una sola de
tus miradas ≈
Heero llega hasta casa de
Trowa, Catherine le abre y contenta lo saluda porque hace meses que no lo veía
pero nota en Heero una expresión extraña y sin esperar un saludo por parte de
Heero lo deja pasar y le habla a su hermano, Trowa baja rápidamente y al
instante y sin ver los ojos de Heero nota que algo raro le pasa y le pide que
lo acompañe a su habitación, cuando llegan el ojiazul se sienta en la cama,
estaba muy serio y se veía afligido
Trowa. ¿Qué pasó?
Heero. Quise besar a Duo
El ojiverde se sorprende
por la confesión, hace años conocía a Heero y nunca lo había visto así ni mucho
menos confesándole que había querido besar a alguien, Trowa se acerca a Heero y
se sienta a su lado, no muy cerca pero Heero así lo sentía, tan cerca como
siempre, dispuesto a escucharlo
Trowa. ¿Te enamoraste?
Heero. No lo sé
Trowa. ¿No lo sabes?
Heero. Lo quiero... lo
deseo... pero me siento confundido
Trowa. ¿Y qué piensas
hacer?
Heero. Dejarlo así, sé que
ama al tal Treize y sé por su mirada que no me corresponde
Trowa. ¿Y lo que pasó hoy?
Heero. Supongo que me
disculparé
Heero estaba decidido,
decirle a Duo lo que sentía por él era demasiado arriesgado considerando todo
por lo que el trenzado había pasado y considerando que el propio Heero se
sentía confundido, Trowa mira fijamente a su amigo y sonríe, realmente el
ojiazul estaba confundido y triste, no era nada normal verlo así, siempre con
su mirada fría y su actitud de que medio mundo le vale un comino, ese era el
Heero que conocía, pero le agradaba que Heero se mostrara de esa forma, quería
decir que la confianza aún era mucha... los dos se quedan callados y Trowa de
forma fraternal coloca su mano sobre el hombro de Heero atrayéndolo un poco
hacia él, Heero se extraña un poco, Trowa era cariñoso con él pero rara vez lo
mostraba así, el ojiazul voltea a verlo, el ojiverde miraba tranquilo hacia
delante
Trowa. Hagas lo que hagas,
no importa qué decisión tomes, yo siempre estaré ahí, cuentas conmigo hasta el
fin, yo solo quiero que estés bien
Inexplicablemente Heero
siente un pequeño escalofrío por las palabras de Trowa, el ojiverde voltea a
verlo y los dos se miran a los ojos, Heero frunce el ceño olvidando el tema de
Duo, ahora estaba preocupado por su amigo, parecía ser otro, éste le sonreía
dulcemente, como cuando le sonreía a Quatre, éste Trowa estaba más afectuoso
que siempre
Heero. ¿Qué te pasa?
Trowa. Nada... anda, ve a
hablar con Duo
Heero. ¿Estás bien?
Trowa. Sí, anda, vete
Trowa acaricia un poco los
cabellos de Heero y se pone de pie, el ojiazul seguía mirándolo raro, algo le
pasaba a su amigo y él no se lo quería decir... Trowa se acerca a la puerta y
la abre para que Heero se vaya, el ojiazul acepta y sin decirle ya nada sale de
la habitación, Trowa sonríe contento porque al fin Heero se ha enamorado pero
cuando intenta caminar siente un fuerte mareo y cae desmayado al suelo, Heero
bajaba las escaleras cuando escucha el azote en el piso y se detiene sintiendo
una punzada en el pecho, no sabía de dónde provenía el ruido pero algo le decía
que tenía que ver con su amigo por lo que rápidamente se regresa a la
habitación encontrándolo tirado en el suelo... por unos segundos el corazón de
Heero deja de latir
Heero. ¡Trowa!
La hora de la comida estaba
próxima, Quatre picaba la verdura para la ensalada cuando de repente siente un
fuerte dolor en el estómago que le provoca cortarse un poco el dedo cayendo la
sangre sobre la verdura, el rubio se lleva el dedo a la boca después de
quejarse, Duo escucha y rápidamente va a la cocina, ve a Quatre con el dedo en
la boca pero no es eso lo que le preocupa sino la mirada de su amigo
Duo. ¿Qué pasó?
Quatre. Duo... quiero
vomitar
Quatre se va corriendo al
baño y comienza a vomitar, Duo se extraña de que su amigo vomitara así tan de
repente, hace momentos estaba muy bien y ahora se veía pálido, por eso
preocupado va con él al baño, Quatre había vomitado muy poco y ahora lloraba,
Duo estaba muy confundido y preocupado así que se agacha y colocando sus manos
en los hombros de su amigo lo ayuda a levantarse
Duo. ¿Qué pasó? ¿qué
tienes?
Quatre. No sé... me siento
muy mal
Nuevamente Quatre se agacha
a vomitar, solo vomitaba agua, no había comido, no había motivo para que
sintiera tantas náuseas, pero además sentía muchas ganas de llorar
Duo. Llamaré a Trowa
El trenzado corre al
teléfono para llamar a Trowa pero antes de llegar a él el celular de Quatre
suena y mejor corre hacia la habitación del rubio para contestar, se trataba de
Heero
Duo. ¿Diga?
Heero. Duo, dile a Quatre
que estoy en la ambulancia junto con Catherine, Trowa se desmayó, vamos al
Hospital "Milagro del ángel"
Duo. Sí
Preocupado Duo cuelga y va
otra vez al baño junto a su amigo, Quatre estaba hincado en el suelo
sosteniéndose el estómago, su rostro estaba pálido
Duo. Es Trowa... se lo
llevaron al Hospital
El corazón de Quatre se
estruja fuertemente comenzándose a acelerar después, pero físicamente se veía
tranquilo aunque estaba en shock, algo le decía antes que su malestar tenía que
ver con él pero no quería creer, se negaba a creer, Duo se agacha e intenta
ayudarlo a pararse pero el cuerpo de Quatre estaba sin fuerza
Duo. Vamos, reponte, va a
estar bien
Quatre. Yo... es que...
Duo. ¡Quatre reacciona!
Duo le da una bofetada al
rubio que enseguida lo hace voltear a verle, Quatre se recupera del shock y un
poco de color le vuelve al rostro volteando a ver a los ojos a Duo
Quatre. Sí, vamos
El rubio torpemente intenta
sacar las llaves de su auto de la bolsa de su pantalón pero le es imposible,
estaba muy alterado, Duo le agarra ambas manos y trata de tranquilizarlo
Duo. Nos vamos en Taxi
Quatre afirma con la cabeza
y ambos salen a prisa del departamento, todo había pasado muy rápido, no daba
tiempo a pensar, no daba tiempo a nada... enseguida encuentran un taxi
desocupado, Duo indica el Hospital al que desean ir y a prisa el auto arranca,
Quatre estaba completamente callado, solo miraba por la ventana observando como
el cielo comienza a nublarse cayendo las primeras gotas de lluvia de la tarde,
se sentía muy triste, sabía que algo malo iba a pasar, lo sentía en el corazón
≈ Siento que cada vez estas
más lejos de mí... ¿podré volver a alcanzarte? ≈
Kilómetros lejos de ahí...
hacía días que Treize había vuelto a trabajar, todos en la oficina murmuraban
sobre él y Wufei, lo sucedido en la fiesta de hace algunos meses aún estaba
también en boca de todos, Wufei se sentía apenado pero también triste porque Treize
aún se mostraba un poco indiferente con él, hace días lo había vuelto a besar
después de hace tiempo pero el mismo Treize había dejado asentado que entre
ellos ya no había nada y ese beso solo había sido un impulso por su parte, pero
él había decidido serle fiel a Treize hasta el final y ayudarle en su
reencuentro con Duo... el dueño de la empresa manda llamar a varios de sus
empleados para una junta, entre ellos Treize y Wufei, próximamente aquella
empresa iba a ser fusionada con otra ya que estaba a punto de irse a la quiebra
y esa era una solución a sus problemas económicos
Marshal. Como sabrán
tendremos que hacer recorte de personal, todos aquí convocados seguirán trabajando
para nuestra compañía, deben guardar secreto acerca de esto, además les pediré
a varios de ustedes que hagan un pequeño viaje para conocer la empresa que
absorberá a ésta, necesito que estén dispuestos a cambiar su residencia en caso
de que se queden a trabajar donde está la matriz ¿alguna duda?
Entre todos los empleados
es Wufei quien levanta la mano, todos voltean a verlo fijamente, el señor
Marshal Noventa era de temperamento rígido, era amable pero no le gustaban las
tonterías, por eso muchos dudaban en hablarle
Marshal. Chang...
Wufei. ¿De qué empresa se
trata?
Marshal. Mnh, pensé que
nadie lo preguntaría, se trata de Darlian’s Inc.
Wufei. ¿Darlian´s Inc.?
Marshal. Así es, encontré
en el señor Darlian los puntos de acuerdo y una ideología parecida a la que
perseguimos, de otra manera no habría permitido ésta fusión... ¿otra duda?
Nadie levanta la mano, al
parecer ya no había dudas y el señor Noventa comprende, todos comienzan a salir
de la sala de juntas guardando silencio para no enterar a los demás
trabajadores que iban a ser despedidos, al final comienzan a salir Treize y
Wufei pero antes de que se vayan el señor Noventa les pide que regresen y
cierren la puerta, les pide que se sienten mientras él mira por la amplia
ventana mirando hacia la ciudad
Treize. ¿Señor?
Marshal. Sé sobre su asunto
personal y no quiero que eso baje sus desempeños como trabajadores, ustedes me
son de mucha utilidad ¿comprenden?
Wufei. No muy bien
Marshal. Me alegraría
pedirles que de viajar lo hagan a lugares distintos
Treize. ¿Es eso necesario?
Marshal. Si lo es... además
quiero pedirle un favor al señor Chang
Treize y Wufei voltean a
verse y desconfiando voltean a ver a su jefe, el hombre deja de mirar por la
ventana dirigiéndoles la mirada, sobre todo a Wufei que mira atento al hombre
Marshal. El señor Darlian
tiene una hija, una hermosa jovencita de diecinueve años, su nombre es Relena
Darlian, es soltera y heredera de una gran fortuna
Wufei. ¿Qué tiene ella que
ver conmigo?
Marshal. Nada... aún
Wufei. ¿Aún?
Marshal. Yo no tengo ningún
punto de acuerdo con el señor Darlian, me parece una persona arrogante con
ideales estúpidos, mi idea de la fusión es para hundirlo y quedarme con su
fortuna, desgraciadamente no tengo ningún hijo varón por lo que me es imposible
comprometerlo con Relena ¿comprendes ya?
Treize y Wufei se
sorprenden por la información y ambos entienden a la perfección el plan, lo que
el señor Noventa quería era quedarse por completo con la fortuna del señor
Darlian, eso implicaba la fortuna personal y la de sus empresas, por eso
necesitaba de la ayuda de Wufei para comprometerlo con Relena y que se quedara
con la fortuna de la heredera y a su vez necesitaba de la ayuda de Treize para
estafar al señor Darlian y quedarse con su consorcio de empresas, el señor
Noventa era un hombre ruin con disfraz de buena persona, nada parecido al señor
Darlian quien era una buena persona... Treize y Wufei se quedan callados, sabía
que eso era bastante bajo pero no era lo que le molestaba a Treize, a él le
molestaba la idea de Wufei comprometido con cualquier niña tonta, eso no lo
podía soportar
Marshal. ¿Qué dicen?
Wufei. No me interesa ir a
prisión
Treize. A mí tampoco
Al mismo tiempo Treize y
Wufei se ponen de pie y caminan hacia la puerta pero antes de poder abrirla
escuchan el sonido de un arma que está siendo preparada para disparar, Treize
reacciona rápido agarrando a Wufei para acomodarlo atrás de él y voltea
enseguida hacia Marshal retándolo con la mirada, el hombre sonreía
Marshal. Podrían morir aquí
y ahora, no tienen otra opción
Treize. ¿Qué demonios
quieres?
Marshal. Seguro no quieres
que tu querido Chang se comprometa con Relena ¿verdad? pero si no es así aquí
se mueren ya que les he confesado mi preciado plan
Treize mira con odio a ese
hombre ruin pero no había otra salida, debían de aceptar o si no ambos morían
ahí y nadie se daría cuenta, el señor Noventa era un hombre con mucho poder,
Wufei se agarra del brazo de Treize, estaba asustado, temía por la vida de su
amado
Treize. Está bien
Wufei. Treize...
Marshal. Qué bueno que nos
hemos entendido
Treize. ¿A dónde lo
enviarás?
Marshal. Calma, ya te daré
los datos precisos, pero tú no irás a ese lugar, solo irá Wufei, a ti te
requiero en otra parte... ahora márchense y si me traicionan los mato
Con resignación los dos
salen de la sala de juntas, todos afuera estaban como si nada pero ellos
estaban casi pálidos, acababan de aceptar jugar en su juego sucio y más que
nada Treize temía por la vida de Wufei, la de él no importaba mucho, después de
todo había perdido a Duo quien según él era su razón de seguir viviendo aunque
estaba dispuesto a hacerlo todo por Wufei, el chino también temía por la vida
de Treize, por eso no importaba si tenía que conquistar a una riquilla para
cumplir los caprichos de un viejo ambicioso, lo importante era que Treize
siguiera con vida, lo que aún era incierto es lo que iba a pasar con Duo porque
eso interrumpía sus planes de búsqueda pero en esos momentos era mejor solo
pensar en cumplir bien su trabajo, sino tendrían que pagarlo bastante caro...
en unos días iban a hacer ese viaje, a lugares distintos pero a un mismo futuro
incierto
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario aquí ^^