Lo que el viento se llevó
Capítulo 12. Lo que siento por él
Como cada mañana, Quatre se
levanta temprano y se marcha al consultorio, por la tarde como era costumbre se
iba a la escuela por lo que Duo se queda solo en casa. Ese día se había
levantado tarde, se sentía muy cansado y no solo físicamente, se sentía abatido,
como quien ha pensado la misma cosa durante horas sin llegar a una conclusión,
y es que por más que quisiera responderse no podía, sentía por Heero un
profundo cariño, lo quería, eso era más que obvio pero ¿lo quería como hombre?
Cómo amigo o hermano? Tal vez como a un padre, todo era tan confuso...
Después de tomar un buen
baño se prepara un café y se sienta en uno de los muebles de la sala, después
de beber el primer sorbo cierra los ojos y avienta la cabeza hacia atrás de
forma ligera, abriendo los ojos mira el techo
Duo. Heero...
El rostro de Heero se
dibuja en el techo y Duo sonríe, la imagen de Heero le producía ternura,
recordaba las veces que se había encontrado en sus brazos, aquel calor ningunos
otros se lo habían proporcionado, no era como el cálido abrazo de una madre o
el abrazo fraternal que sentía en Quatre, era algo distinto, antes, en brazos
de Treize se sentía protegido y amado, pero esa sensación no se comparaba con
lo que sentía cuando era abrazado por Heero, porque cuando él lo hacía podía
olvidarse de muchas cosas, como si en brazos de Heero no hubiera dolor o un
pasado, esa sensación era extraña, tanto que asustaba... sentándose erguido Duo
continúa tomando su café, iba a seguir el consejo de su amigo Quatre, pensar
detenidamente las cosas...
Por su parte en el Hotel,
Wufei no dejaba de darle vueltas al asunto, sabía que Duo estaba ahí, el aún
esposo de su amado Treize, el esposo que él tanto había buscado, el esposo por
quien Treize se sentía obsesionado, a quien realmente amaba, lo tenía ahí,
cerca de él y podía delatarlo, darle a Treize lo que tanto deseaba, ese hasta
entonces había sido su objetivo ¿por qué entonces lo dudaba tanto?
Wufei. ¡Maldita sea! Todo
pasó tan pronto
Intranquilo aún más, toma
su chamarra y sale de la habitación, necesitaba aire fresco para acomodar sus
ideas, en su mano derecha empuñaba su celular, no tenía el valor de llamar a Treize
por el momento, pero sí en cambio él llamaba entonces le diría sobre Duo para
devolverle la felicidad que tanto anhelaba y para así también, decirle adiós
para siempre...
Ese día Heero tenía una
clase extracurricular en la mañana, era algo más parecido a una charla sobre
los avances en la tecnología y su afectación a la cultura y las artes, había
estado esperando esa conferencia durante más de un mes porque iba haber
conferencistas de renombre, lamentablemente ese día estaba mal, apenas el día
anterior había sido rechazado por la persona que amaba, sin duda no era buen
día, estaba distraído y poco animado...
Heero. Fue demasiado
pronto, no debí decírselo, menos sabiendo lo de Wufei, fui un completo
idiota... soy un idiota
Concentrado en sus
pensamientos es reprendido por uno de los profesores organizadores cuando se da
cuenta que Heero no ponía atención
Profesor. Yuy... Yuy...
¡Yuy!
Heero reacciona a la
tercera cuando el profesor habla más fuerte y algunos presentes alrededor
voltean curiosos
Heero. ¿Sí?
Profesor. Sal un momento ¿sí?
El profesor camina hacia la
salida para que Heero lo siga, el ojiazul no entendía que quería el profesor en
medio de la charla pero igual lo sigue, cuando están apartados de la puerta
deja el profesor de caminar
Heero. ¿Qué pasa?
Profesor. Yuy, tu trabajo
le encantó a un amigo mío
Heero. ¿Y?
Profesor. ¿Y? Yuy, él
ofrece 85,000 dólares por el cuadro
La suma de dinero dicha por
el profesor causa una pequeña impresión en Heero, aunque no al grado de pensar
aunque sea un solo segundo, en que pudiera vender aquel cuadro, el ojiazul solo
esboza una pequeña sonrisa
Heero. Así fuera un millón,
la respuesta es No
Profesor. Piénsalo Yuy ¿te
acuerdas cuando hablamos de la beca a Europa?
Heero. Si
Profesor. Con ese dinero
podrás pagar la escuela sin necesidad de esperar en esa odiosa lista de
becados... Yuy, tienes talento como no he visto en años
Heero. Lo lamento, así sea
toda mi vida un Don nadie, no venderé esa pintura, no tengo nada más que decir
Heero le da la espalda al
profesor de forma fría y se marcha, él se queda sorprendido por esa forma de
actuar
Profesor. ¿Quién es esa
persona para ti?
Desde que Heero había
entrado a aquella escuela de Arte, su talento se había hecho notar ante la
mayoría de sus profesores, desde entonces Heero estaba en la lista de
aspirantes a becados para ir a Europa a una de las escuelas más prestigiosas
ubicada en Italia y con pase directo a otras escuelas del ramo en otros países
de dicho continente, aquella beca se le otorgaba solamente a cinco alumnos por
año, los dos años anteriores a ese Heero no había sido aceptado y por no tener
buenos contactos dentro de la escuela tenía notoria desventaja; ahora que tenía
la oportunidad la desechaba sin más, eso al profesor le resultaba más que
extraño, con el dinero ofrecido podía pagarse un año la escuela y su estancia
en Europa aún sin tener beca...
Alrededor de medio día Duo
comienza a preparar la comida para él y Quatre, durante la mañana se había
puesto a limpiar el departamento y a lavar ropa, se sentía cansado pero esas
tareas le ayudaban a pensar un poco más relajado, sus pensamientos habían
estado ocupados en lo mismo...
Duo. ¿Por qué es tan
difícil?
El trenzado suspira y sale
de la cocina para sentarse en una de las sillas del comedor, había dejado el
pollo cociéndose junto con las verduras, cansado apoya su cabeza sobre su mano
derecha y cierra los ojos comenzando a recordar un poco el pasado...
Recuerdo...
Habían pasado seis meses
desde la boda, aquella noche habían intimado por primera vez y desde entonces
hasta ese día solamente lo habían hecho un par de veces más, Duo era por demás
tímido en esas cuestiones y Treize no sabía cómo acercarse a él sin parecer un
pervertido aunque extrañaba mucho tocar ese cuerpo tan hermoso como el que
tenía el trenzado... esa noche al regresar del campo donde ayudaba a su padre, Treize
entra a la casa, estaba cansado pero traía en su mano, como casi siempre, una
rosa para Duo, el chico tenía decenas de ellas en la habitación, la sala, el
comedor y otras partes de la casa. Al oír llegar a su esposo, Duo corre hacia
la puerta para recibirlo, apenas lo ve se lanza a sus brazos y le da un
inocente beso en la mejilla, como siempre Treize le sonríe y lo mira de forma
tierna
Treize. ¿Cómo estás?
Duo. Te extrañe mucho mi
amor, ayudé a mi mamá con la cosecha un rato
Treize. No es necesario que
hagas nada
Duo. Es por ayudarla, no me
paga
El trenzado sonríe
ampliamente y toma a su esposo de la mano
Treize. Bueno, supongo que
así está bien pero cuando vayamos a la ciudad no tendrás que trabajar en nada,
yo te llenaré de todos los lujos necesarios
Duo. No quiero irme de aquí
Treize. Algún día tendremos
que hacerlo ¿no? Solo junto algo de dinero y nos vamos
Duo. Está bien, lo que tú
quieras mi amor
Al ver que su voluntad era
tan sumisamente cumplida, Treize sonríe ampliamente y toma a Duo de la cintura
para darle un beso en los labios, él se lo responde tímidamente y cuando se
separan le sonríe
Treize. Te amo Duo
Duo. También te amo Treize
Aún más complacido Treize
besa a Duo con pasión bajando lentamente sus manos hasta los glúteos del chico,
el trenzado se sonroja
Duo. ¿Lo hacemos?
Treize. ¿Quieres hacerlo?
Duo. Sí
Contento Duo sonríe de
forma inocente, apenas si sabía unas cuantas cosas de sexo pero le gustaba
hacerlo con Treize, porque le daba tiernos besos y lo acaricia con cuidado, era
bueno con él, tener sexo era algo especial para él, lejos del placer se sentía
protegido y amado, aquella sensación le encantaba
... Fin del recuerdo
Duo. Treize
El trenzado suspira
abriendo sus ojos
Duo. ¿Era amor?... ¿lo que
sentía por Treize era amor?
Cada vez más confundido Duo
apoya su frente en la mesa y cierra los ojos, a Treize lo quería, lo seguía
queriendo pero ¿alguna vez lo amó? Porque no sentía algo especial por él, no le
hacía falta, sin embargo los buenos recuerdos que alguna vez tuvo con él los
guardaba celosamente en su memoria, los besos y caricias de antes aún se
sentían en su piel, los golpes y los maltratos también se sentían en todo su
ser...
En cambio con Heero era distinto, todos los recuerdos de él eran buenos,
salvo aquella vez en el hospital cuando le había dicho que le producía asco,
aquello había sido doloroso, sin embargo el ojiazul era muy bueno con él, lo
protegía, se sentía muy bien a su lado ¿pero acaso alguna vez no sintió lo
mismo con Treize? Que lo protegía, que le daba el calor de su cuerpo sin
esperar nada a cambio, y si a Treize sentía que lo amaba por eso ¿era lo mismo
con Heero? Un falso sentimiento de amor disfrazado por la protección?
Si lo
pensaba de esa forma entonces también estaba confundiendo sus sentimientos por
Heero, porque cuando él quiso besarlo no sintió deseos de responder, sintió
temor de ser besado por el ojiazul, en cambio cuando Treize lo besaba sentía la
necesidad de responderle, sus labios cálidos y húmedos le provocaban
sensaciones muy agradables, de forma no lujuriosa deseaba ese cuerpo, le
gustaba el cuerpo de Treize, le gustaba sentirlo sobre el suyo pero con Heero
no pasaba así, no sentía hacia su cuerpo ningún tipo de deseo y eso para él no
era signo de amor, porque Treize le había enseñado a relacionar el amor
verdadero con el deseo físico y sexual, sin embargo era de otra manera, Heero
lo había comprendido al no sentir morbo por el cuerpo de Duo después de algún
tiempo, sentía deseos sexuales hacia él pero no de la misma forma, porque ahora
estaba enamorado del trenzado y lo veía más allá de su cuerpo, eso Duo no lo
sabía y por eso estaba confundido.
Por otra parte estaba la existencia de
Relena y Wufei, cuando había visto a su esposo en la fiesta con el pelinegro
había sentido coraje y humillación ¿celos o tristeza? Tal vez no, pero cuando
había visto a Heero con Relena, un dolor horrible le había atacado la boca del
estómago y lo había hecho actuar de forma contraria a la acostumbrada
Duo. ¿Qué debo hacer?...
quiero a Heero, lo quiero mucho pero... también quiero a Quatre, y lo quiero muchísimo,
pero, no es lo mismo cuando estoy con Quatre que cuando estoy con Heero...
cuando Quatre me abraza siento... siento como si fuera mamá... pero si Heero lo
hace es como... como cuando lo hacía Treize, pero sí no amo a Treize entonces
tampoco a Heero porque cuando estoy con Heero me siento como cuando estaba con Treize...
Aaah! Pero que estoy diciendo? Cómo comparar a Treize con Heero? Eso es
tonto... no, no sé qué debo hacer...
El trenzado está a punto de
llorar cuando huele que algo se quema, asustado se pone de pie rápido y va a la
cocina encontrándose con su pollo quemado pues el agua se había evaporado, sin
darse cuenta entre sus recuerdos y pensamientos habían pasado casi tres
horas...
Quatre sale de su segunda
clase y como tiene media hora libre se va debajo de un árbol a leer, Trowa ya
no estaba yendo a la escuela, en su casa se lo tenían prohibido, eso tenía al
rubio triste pero al menos la lectura lo iba a ayudar un poco. Sumergido en sus
pensamientos siente que alguien está cerca de él, en su libro se ve una sombra
y sin mirar arriba siente que las manos le tiemblan, seguro eran esos rufianes
que llegaban a molestar como siempre
Trant. Hola
Al oír la voz Quatre
levanta enseguida la mirada
Quatre. Hola
Sin prestar más atención
vuelve a leer su libro, poco después siente que Trant se sienta cerca de él
recargándose también en el árbol, estaban cerca pero no uno del lado del otro,
el rubio trataba de concentrarse en el libro pero no podía, había silencio
entre ambos, Trant arrancaba un poco de pasto y lo aventaba
Trant. ¿Estas... bien?
Pregunta serio dejando de
arrancar pasto, Quatre frunce el ceño y cierra de golpe el libro, enseguida
Trant separa un poco su espalda del tronco y lo observa, lentamente el rubio se
pone de pie y se sacude el pantalón
Quatre. Con permiso
Cargando el libro con un
solo brazo Quatre comienza a caminar rumbo a su siguiente salón, Trant se queda
confundido unos momentos antes de ponerse de pie y seguirlo
Trant. ¿Estás molesto?
Quatre. Deja de seguirme
El rubio camina más aprisa
para alejarse de su compañero pero él también apresura el paso hasta que lo
alcanza y le jala el brazo, pero no mide su fuerza y le hace tumbar el libro,
sorprendido Trant suelta la mano del rubio y se agacha para recoger el libro
pero Quatre también lo hace sujetando los dos el libro al mismo tiempo, miran
al frente y sus miradas se cruzan unos momentos, Trant se sonroja bastante y
nervioso quita su mano del libro, Quatre lo acomoda en su brazo y se pone de
pie, Trant también lo hace
Trant. Lo siento yo...
Quatre. Te di las gracias
aquel día... pero sigues siendo amigo de ellos, así que deja de seguirme ¿sí?
Molesto Quatre le da la
espalda y se marcha, ésta vez no lo persigue pero lo mira fijamente Trant. Me
conformo con ser tu amigo... pero ni eso podré ser
Sonriendo con amargura
Trant se mete las manos a los bolsillos y se aleja mientras que Quatre
sonrojado caminaba rumbo a su salón
Quatre. Qué vergüenza
Aunque lo haya salvado,
Trant había visto el rostro de Quatre bañado en semen, eso el rubio no podía
olvidarlo y se sentía muy avergonzado, pero no odiaba a Trant ni le tenía
resentimiento por el pasado, después de todo él era el único entre los tres que
no solía molestar demasiado...
Apenas Heero vuelve de la
escuela llama a Trowa por teléfono a su casa, Catherine contesta y enseguida
comunica a su hermano con el ojiazul, el ojiverde estaba acostado en su cama
descansando, las medicinas lo hacían sentirse débil algunas veces
Trowa. Que sorpresa que me
llames ¿cómo estás?
Heero. No muy bien ¿y tú?
Te sientes bien?
Trowa. Si, por eso no te
preocupes... cuéntame
Heero da un pequeño suspiro
antes de hablar, le preocupaba mucho la salud de su amigo
Heero. Se lo dije
Trowa. ¿En serio? Y cómo te
fue?
Heero. Dijo que lo sentía y
lloro
Trowa. ... Te rechazó
Heero. Sí
Trowa. Vaya, que mal
Heero. Sí
Los dos se quedan callados
unos momentos
Trowa. ¿Qué vas hacer?
Heero. Nada... esperar,
como hasta ahora
Trowa. Él te quiere, te quiere
mucho
Heero. Como amigo
Trowa. Tal vez pero, la
clase de amigo del que se puede enamorar
Heero. ¿Qué?
Trowa. Quatre es su amigo
pero resultaría muy difícil que se enamorara de él, es más bien el tipo de
amigo que consideraría hermano. Yo soy su amigo pero de mí no se enamoraría o
me consideraría un hermano, nuestra amistad es más del tipo compañerismo
Heero. Estás loco ¿de dónde
sacas esas conclusiones?
Extrañamente el ojiverde
lanza una sonora risa por el escepticismo de su amigo, eso al ojiazul lo
desconcierta un poco, era raro oír a Trowa reír así
Trowa. Créeme, eres
candidato potencial para que Duo se enamore, no hay pasado y existe un presente
afín, lo apoyas y demuestras cariño, él se puede enamorar, es cierto
Heero. Suponiendo que suceda
¿podré curar sus heridas? Sería yo capaz de reformar su corazón? Lo que le
sucedió no es cualquier cosa, aunque se enamore no será jamás feliz, eso me
aterra aún más que el hecho de saber que no me ama
Trowa. No sé qué decir
Heero. No importa, gracias por
escucharme
Trowa. ¿Cómo no lo iba
hacer? Solo hablas así conmigo, además sabes que te quiero
Heero. No te pongas cursi
Trowa Barton
Igual que antes Trowa
suelta una risa y Heero solamente sonríe
Heero. Bien, te dejo
descansar
Trowa. Gracias
Heero. Cuídate mucho
Ambos chicos cuelgan el
teléfono y Heero se mete a bañar, al igual que Duo tenía muchas cosas que
pensar, el agua fresca siempre le ayudaba a ello...
El rubio llega cuando cae
la noche, Duo le esperaba con la cena, la comida que había intentado hacer la
iba también a guardar como cena para cuando llegara Quatre, pero como ésta se
le había quemado no le había quedado más remedio que preparar algo distinto
para la cena. Quatre se pone muy contento cuando percibe que la cena olía muy
bien, Duo apenas oye la puerta se asoma un poco y sonríe a su amigo
Duo. Llegas justo a tiempo,
siéntate
Quatre. Sí, ahora regreso
El rubio se retira al baño
para lavarse las manos y después regresa, Duo estaba sirviendo la cena en los
platos
Duo. ¿Cómo te fue?
Quatre. Bien ¿y a ti?
Pensaste mucho?
Duo. Sí, pero aún no aclaro
mis ideas, es tan difícil
Quatre. Eso imagino
El trenzado termina de
servir y después vuelve a la mesa para sentarse, el rubio no había comenzado
aún hasta que su amigo regresa
Quatre. Esta rico
Duo. Gracias... ¿y cómo
está Trowa?
Quatre. Ya no está yendo a
la escuela y hoy no lo he llamado
Duo. Ya veo... ¿cómo te
sientes?
Quatre. Estoy hecho un lío,
pero no hablemos de mí... ¿qué piensas hacer con Heero?
Duo. No sé... necesito tiempo,
de ser posible no verlo en unos días... es que... no sé, no me siento capaz de
tener algo con él, ni con alguien más
Quatre. Ay Duo... tienes
que rehacer tu vida
Duo. No lo imagino, de
verdad que no
Quatre ve fijamente a su
amigo unos momentos, su mirada era tierna pero a la vez estaba asombrado de esa
madurez en su amigo, se notaba que realmente estaba considerando la posibilidad
de sostener con el ojiazul un romance, era obvio que su pasado no se podía
ignorar, mucho menos con la presencia terrible de Wufei, aun así había un
cambio en Duo aunque él mismo aún no se daba cuenta...
Desde aquello pasan algunos
días, Duo ya había comenzado a ir a sus cursos de la preparatoria abierta,
Relena aún no le llamaba para darle una respuesta referente a lo del trabajo
pero no se sentía inquieto, aún tenía unos cuantos ahorros. Por otra parte
Wufei aún no hablaba con Treize, de hecho aún se pensaba si decirle que había
visto a Duo o no, mientras tanto había estado saliendo con Relena un par de
veces, lo sucedido en la noche de la fiesta no se había vuelto a repetir, ni
siquiera un solo beso entre ambos, eso a Wufei de momento le convenía, así la
enamoraría poco a poco. Llegado el fin de semana Quatre llega a casa de su
novio para recogerlo porque iban a ir al cine, ahora la tía del ojiverde lo
recibía muy bien, la situación había cambiado ahora que Trowa tenía los días
contados
Leia. ¿Cómo va la escuela
Quatre?
Quatre. Muy bien gracias ¿y
Mariemaia?
Leia. Se fue de campamento,
regresa el lunes
Quatre. Qué bien
El rubio le sonríe
ampliamente a la señora y ella también le corresponde, en ese momento Trowa
acababa de bajar de su habitación y al ver a ambos conviviendo también sonríe,
jamás pensó que algo así pudiera haber sucedido... al verlo llegar Quatre se acerca
a él besándolo en los labios
Quatre. Hola mi amor
Trowa. Hola
Leia. Bueno, que se
diviertan
Quatre. Gracias, lo traeré
temprano
Leia. Más te vale
Nuevamente ambos se sonríen
y la tía del ojiverde se marcha del recibidor, Trowa y Quatre voltean a verse y
se sonríen también
Trowa. ¿Buenos amigos?
Quatre. Estoy seguro que su
concepto de mí es el mismo, pero ella es capaz de hacer muchas cosas por ti, te
quiere mucho
Trowa. Lo sé
Quatre. ¿Nos vamos? La
función comienza en una hora
Trowa. ¿Qué película vamos
a ver?
Quatre. Pues yo escogí
"Amenaza mortal 5"
El ojiverde mira a su novio
enarcando una ceja, era raro que Quatre escogiera ese tipo de películas, en
cambio el rubio sonreía muy contento, sin tomarle más importancia Trowa le pasa
un brazo a su novio por los hombros y se dirigen a la puerta, Trowa la abre y
deja salir primero a Quatre, después el sale y cierra la puerta colocándose a
un lado de su novio, mostrándose un poco confundido mira fijamente al rubio,
Quatre se da cuenta y también voltea a verlo
Trowa. ¿Qué película vas a
querer ver?
Quatre. ¿Eh?... pero sí...
Consternado y dejando de
caminar Quatre aprieta un poco los labios y pasa saliva duramente, no hace más
de un minuto Trowa le había preguntado qué película iban a ver
Trowa. Perdón... perdón
Un poco liado Trowa sonríe
sosteniéndose la frente
Trowa. Amenaza mortal 5
¿verdad?
Sintiéndose menos enredado
Trowa voltea hacia su novio y éste a duras penas le sonríe moviendo después la
cabeza para confirmarle. Ambos se marchan de ahí, Quatre traía su auto y él iba
a conducir pero no dejaba de pensar en el suceso de hace unos momentos, le
aterraba la idea de que poco a poco la memoria de su novio se viera afectada
por su enfermedad...
Al terminar los cursos de
ese día los cuales duraban apenas 2 horas y no eran obligatorios, Duo recoge
todas sus cosas para marcharse al departamento, era sábado y quería aprovechar
para limpiar y lavar ropa. El salón estaba vacío y cuando termina de juntar va
a caminar hacia la puerta pero ahí se encontraba una chica que no se dignaba a
mirarlo, Duo inclina un poco la cabeza y la mira fijamente, como ella no decía
nada el trenzado intenta pasar de ella pero entonces la chica recibe un empujón
por parte de otra chica y entonces llega hasta Duo chocando con él, sonrojada
hasta las orejas levanta la cabeza y queda sorprendida al toparse cara a cara
con la mirada tan linda del trenzado, él en cambio al ver que la chica iba a
chocar contra él tira sus cosas al suelo y alcanza a sujetarla de los hombros
mirándola fijamente, ambos permanecen así unos segundos, pero rápidamente la
chica se asusta y da dos pasos hacia atrás soltándose así del agarre
Duo. ¿Qué te sucede? Estas
bien?
Hilde. Yo... yo... lo
siento mucho
Duo. No te preocupes
La sonrisa amplia y amable
que Duo le regala a la chica la dejan sin aliento, sonrojada como un verdadero
jitomate se inclina hacia delante agachando la cabeza
Hilde. ¡Me gustas mucho!
Aquella confesión toma a
Duo en sorpresa y no creyéndolo se sonroja levemente, apenado desvía la mirada
Duo. Pues... este...
Hilde. ¿Quieres salir
conmigo?
Duo. ¿Eh?
La chica por fin mira a
Duo, sus ojos estaban cristalinos y sus pupilas un poco dilatadas, desde el
inicio de los cursos el trenzado había llamado su atención pero era demasiado
tímida, si no fuera porque una de sus amigas la había animado a declararse,
jamás lo hubiera hecho, el trenzado en cambio estaba confundido
Duo. Es que...
Hilde. Lo siento, supongo
que alguien como tú ya tiene novia... discúlpame por favor
Apenada, otra vez la chica
agacha la cabeza y siente muchos deseos de llorar comenzando a sollozar,
enseguida Duo la mira, sentía algo extraño al verla así
Duo. No... no tengo...
salgamos
Nuevamente el trenzado
sonríe amable y ella toda sorprendida levanta la cabeza y una sonrisota se
forma en sus labios, no se la podía creer, por su parte Duo no se sentía del
todo bien, no tenía deseos de tener citas pero se había sentido mal al verla
así
Hilde. ¿Nos vemos mañana...
a las 9 en la... ¿en la plaza comercial de ésta zona?
Duo. Sí
Hilde. ¡Hasta entonces!
Ilusionada la chica se
marcha de ahí corriendo, Duo suspira lo más profundo que puede Duo. Espero
estar haciendo lo correcto
Resignado se agacha para
juntar las cosas que había tumbado, su situación con sus sentimientos seguía
igual, en esos días ni siquiera había visto a Heero y sin embargo no tenía una
respuesta, su cabeza era todo un embrollo, ahora tendría una cita con una
chica, tal vez aquella le ayudaría un poco aunque sea para distraerse...
Después de la función Trowa
y Quatre se dirigen a un café, el rubio es quien escoge el lugar, era un sitio
relajante y con poca iluminación, el lugar perfecto para estar ellos solos...
la mesera les lleva lo que han pedido después de unos minutos, Trowa había pedido
un té helado y Quatre un Capuchino, estaban en una de las mesas de la esquina
que en lugar de tener sillas tenían sillones, así estaban los dos muy cerca
Trowa. Estas muy serio ¿qué
piensas?
Quatre. Nada, yo solo...
pensaba en lo mucho que te amo
Trowa. Quatre...
Sonriéndole tiernamente,
Trowa sujeta el hombro izquierdo de Quatre con su mano izquierda y lo atrae
hacia él, con la otra le sujeta la barbilla y se miran fijamente a los ojos
Trowa. También te amo...
más que a todo en éste mundo
En respuesta Quatre también
sonríe y poco a poco ambos cierran sus ojos mientras se acercan, con suavidad
el ojiverde toca los labios del rubio y siente sobre los suyos unas gotas
saladas, su novio estaba derramando unas lágrimas y eso lo conmueve, tomándolo con
delicadeza de la cintura lo pega más a su cuerpo profundizando su beso, aquel
dolía tanto que no podía describirlo, sentía que cada beso sería el último, por
eso se entregaba mucho más en cada uno...
Eran casi las once de la
noche y su amigo aún no llegaba, sabía que había ido con Trowa de paseo porque
así se lo había avisado pero aun así se sentía inquieto, quería hablar de su
cita con alguien, obviamente con Heero no podía ser y no tenía a nadie más en
quien confiar, eso lo tenía un poco desesperado por lo que mejor se va a la
habitación de Quatre y prende la televisión
Duo. Al menos esto me
atonta un poco
No acostumbrado a ver
televisión con interés, el trenzado comienza a pasar los canales sin tomarles
importancia, hasta que de repente encuentra en un canal una película que se
veía interesante, la escena que estaba en esos momentos era de un Juicio, a Duo
siempre le habían emocionado esas cosas por lo que decide dejarle en ese canal,
al seguir avanzando la película se da cuenta que aquella hablaba sobre maltrato
en una relación, enseguida se siente identificado con el personaje principal,
que era una chica maltratada por su futuro esposo, las lágrimas de Duo no se
hacen esperar cuando ve todas las situaciones por las que la chica tenía que
pasar, pero algo en especial le llama la atención, pues el personaje iba con un
especialista para tratar sus traumas, el trenzado no había escuchado hablar de
los Psicólogos y eso le interesa bastante.
Antes de terminar la película Quatre
regresa al departamento, no estaba muy de ánimos pero frente a su amigo trataba
de fingir, al entrar a su cuarto se sorprende de ver a Duo acostado en la cama
mirando televisión y se veía muy emocionado, el rubio no dice nada al llegar y
se sienta en la cama comenzando a quitarse los zapatos, minutos después termina
la película y el trenzado apaga la televisión, después comienza a secarse las
lágrimas, Quatre se da cuenta que lloraba cuando lo escucha sollozar y lo mira
fijamente
Quatre. ¿Qué tienes?
Duo. Nada.. ¿cómo te fue?
Quatre. Algo tienes, dime
Frunciendo un poco el ceño,
el rubio se acerca a su amigo y le acaricia la mejilla, Duo le sonríe y mueve
la cabeza a los lados
Duo. Me conmovió la
película, es todo
Quatre. ¿De qué se trataba?
Duo. Sobre maltrato
Quatre. Duo...
El rubio suelta la mejilla
de Duo e inclina un poco la cabeza mientras lo mira
Duo. ¿Es que sabes...?
quiero ser feliz... lo estuve pensando y yo solo me lamento de lo que sucedió,
no intento ser feliz ¿me entiendes?
Quatre. Sí, te entiendo...
Duo. ¿Crees que sea buena
idea buscar ayuda profesional?
Quatre. ¿Te refieres a un
Psicólogo?
Duo. ¿Un Sicolo qué?
Quatre. Psi-có-lo-go
Duo. Ah sí, ese... creo
Quatre. ¿Sabes? Eso me
parece bien, conozco a uno
Contento el rubio se aparta
un poco y se acerca a uno de los cajones de su mueble, de ahí saca su
directorio telefónico y busca un nombre, después de unos momentos encuentra lo
deseado y sonriendo mira a su amigo
Quatre. Lucrecia Noin, es
prima del Doctor
Duo. ¿Tu jefe?
Quatre. Sí, cuando mamá murió
yo tuve unas sesiones con ella, mañana la llamo
Duo. Muchas gracias
Quatre. Eso te será de
ayuda... ¿qué has pensado de Heero?
El trenzado suspira
pesadamente antes de responder
Duo. Nuestra amistad se
volvió algo muy lindo, por eso no la quiero arruinar si continúo inseguro
¿comprendes? por esa razón quiero ayuda
Quatre. ¿O sea que Heero no
te es del todo indiferente?
La mirada acusadora y la
sonrisa pícara del rubio hacen a Duo sonrojarse completamente y agachando un
poco la mirada aprieta una de sus manos con la sábana
Duo. Bueno... es que es muy
guapo.. y es lindo, inteligente, misterioso, tiene muchas cualidades, tantas
que a veces te preguntas si tiene defectos
El trenzado sonríe
tontamente y levanta la mirada pero su rostro seguía rojo como un jitomate,
Quatre sonríe ampliamente y le coloca una mano sobre la cabeza a su amigo
Quatre. Tómatelo con calma
y aclara tus sentimientos ¿vale?
Duo. Vale... aunque...
El gesto de duda en el
trenzado hacen a Quatre mirarlo con curiosidad
Quatre. ¿Sí?
Duo. Tengo una cita mañana
Quatre. ¿Qué?
Duo. Una chica de la
escuela
Quatre. ¿Y eso por qué?
Duo. Este yo... es que...
no pude decir que no
Resignado el trenzado
agacha la cabeza y coloca sus manos al frente juntándolas como si tratara de
pedir perdón, Quatre lo observaba y movía la cabeza hacia los lados
Quatre. No debiste hacerlo
Duo. Lo sé y me siento mal,
pero le aclararé que no quiero romance alguno con ella
Quatre. Mientras seas
sincero contigo mismo puedes hacer lo que quieras, si ella te llegara a gustar
mucho está bien, si es Heero quien te llegue a gustar también estará bien ¿de
acuerdo? Así sea otra persona
Duo. Sí, muchas gracias,
por eso te quiero tanto
Muy contento el trenzado se
acerca a Quatre y le da un beso en la mejilla, el rubio se la toca y sonríe
también
Quatre. Yo te quiero más De
forma traviesa el rubio se acerca a su amigo y también le besa la mejilla
Quatre. Que pases buena
noche
Duo. Este... ¿puedo dormir
contigo?
Quatre. Duo
Duo. Como cuando teníamos 4
años ¿te acuerdas? Anda, di que sí
Quatre. Está bien
Más que emocionado, Duo se
avienta en la cama y se acomoda en uno de los lados abrazando fuertemente la
almohada, Quatre sonríe mientras lo mira como quien observa a un niño pequeño y
después también se acerca... al día siguiente Duo sale rumbo a su cita mientras
que Quatre se despierta un poco más tarde cuando su amigo ya se había marchado.
Sin poderse aguantar decide llamar a Heero por teléfono, él por lo general era
madrugador así que ya estaba despierto, había dado una caminata matutina y
acababa de tomar un baño
Heero. ¿Sí?
Quatre. Soy Quatre ¿cómo estás?
Heero. Bien ¿y tú?
Quatre. También
Heero. Dime
Quatre. Solo quería decirte
que Duo hoy salió con una chica
El rubio no había querido
ser muy directo ni pernicioso pero no había encontrado otra forma de decir las
cosas. Heero al oír la noticia siente que la sangre baja fría hasta sus pies y
se queda callado completamente, el rubio se preocupa un poco
Quatre. ¿Estás bien?
Heero. ¿Quién es ella?
Quatre. De la escuela
Heero. Ah...
Quatre. Gánate su corazón
Heero, nadie lo protegerá ni amará como tú y él necesita de alguien más fuerte
a su lado, con una chica no será lo mismo
Heero. ¿Qué puedo hacer? Le
he demostrado en varias ocasiones lo mucho que me importa
Quatre. Estar presente
Heero. Él es quien no me ha
buscado en días
Quatre. Por eso, tú hazlo
Heero. Lo siento
Sin decir más y sin dejar
lugar a despedidas, Heero cuelga el teléfono, Quatre se decepciona de la
reacción del ojiazul y triste deja el teléfono en su lugar
Quatre. Hasta aquí llegué
de celestino
Muy triste decide mejor
ponerse a leer, dentro de poco tendría exámenes y necesitaba pasarlos todos
para no perder su beca...
Después de haber ido a
desayunar, Hilde propone a Duo que vayan a caminar por el parque y él accede
con amabilidad, después de caminar un rato en silencio, la chica propone que se
sienten en una de las bancas del interior del parque, ya ahí también duran unos
momentos sin hablar hasta que decide hacerlo ella, con voz tímida como siempre
Hilde. ¿Sa.. sabes? La
estoy pasando muy... muy bien
Duo. Yo también
La chica sonríe ampliamente
cuando escucha que el trenzado también se estaba divirtiendo
Hilde. Duo ¿por qué no
tienes novia?... es que... alguien tan lindo, como tú...
Duo. Te seré sincero
El gesto serio que pone el
trenzado, confunde a la chica que se comienza a preocupar Duo. Estuve casado
La sorpresa de Hilde se
hace notar ampliamente, incluso se lleva una mano a la boca, no podía creer que
Duo siendo tan joven estuvo ya casado
Hilde. No lo creo
Duo. Y no es... solo eso...
estuve casado con un hombre
El mundo alrededor de Hilde
se derrumba cuando escucha la confesión de Duo, le resultaba tan sorprendente y
a la vez tan desagradable que no lo podía creer, casi enseguida se pone de pie
mirando a Duo con indignación
Hilde. Mentira... tú no
eres homosexual
Duo. Yo no dije que lo
fuera
Hilde. Pe... pero
Duo. Es cierto, no niego
que me atraen los hombres... aunque nunca lo haya intentado tampoco con una
chica... es que...
Sin dejarlo terminar Hilde
se acerca a Duo y le da una bofetada, confundido el trenzado la mira con
sorpresa, ella lloraba y sin decir nada se da cruelmente la espalda y se
marcha, Duo se toca la mejilla y aprieta los dientes, mostrándose triste se
agacha y comienza a llorar
Duo. Soy repugnante
El trenzado sabía de
antemano que su pasado nadie lo iba a aceptar con los brazos abiertos pero aun
así detestaba ser rechazado por ese hecho, aunque Hilde no le gustara no dejaba
de doler que le echaran en cara algo que había vivido, seguramente si todos
supieran lo que pasó desde el inicio jamás lo aceptarían...
Aquel domingo Quatre decide
que sería mejor dejar a Trowa convivir un poco más con su familia, a veces
pasaba mucho tiempo con él y no dejaba que su tía o su hermana disfrutaran de
su presencia, por eso decide mejor ir a la Biblioteca, ahí encontraría más
libros para estudiar, esa idea le agradaba bastante... Cuando llega a dicho
lugar se va directamente al pasillo de libros de medicina y ahí comienza a leer
los diversos títulos que se encontraban disponibles, al encontrar cuatro que le
llaman la atención los toma y sale del pasillo de libros para buscar una mesa
donde leerlos, al ir buscando divisa a unos metros de él a alguien que le
resulta conocido, se trataba de Trant, al rubio le resulta extraño verlo ahí,
se queda parado unos momentos mientras lo mira
Quatre. ¿Lo saludo?
Al sentir que alguien lo
mira Trant levanta la mirada del libro que veía pero antes que viera que se trataba
de Quatre, el rubio da unos pasos hacia atrás y vuelve a esconderse en el
pasillo de libros
Quatre. ¿Qué estoy
haciendo? Parezco tonto
Dándose dos coscorrones
Quatre decide salir del pasillo y se acerca a la mesa donde se encontraba Trant
quien al sentir que alguien se acerca levanta la cabeza llevándose una sorpresa
cuando ve que se trata del rubio quien le sonreía con amabilidad
Quatre. ¿Me puedo sentar?
Trant. Cla... claro
El rubio toma asiento
frente a Trant y abre uno de los libros que había escogido comenzando a leerlo,
el chico intenta no parecer obvio al estar observando a Quatre pero por más que
intenta no puede evitar mirarlo fijamente y sonrojarse por ver aquel lindo
rostro, Quatre le gustaba, le había gustado desde la primera vez que lo había
visto pero siempre había sido alguien serio y reservado, no tenía amigos y
cuando conoció a Ralph y a Erick se sintió un poco identificado hasta que
descubrió la homofobia de Erick pero ya era demasiado tarde así que tuvo que
ocultar su homosexualidad frente a sus nuevos amigos... el rubio siente un poco
que lo miran y levanta la cabeza pero rápidamente Trant se distrae con lo que
leía
Quatre. Oye...
Trant. ¿Mnh?
Quatre. Es que... yo ya no
te he visto con los otros dos
Trant. Ya no les hablo, nunca
fueron mis amigos de verdad
Quatre. Ya veo... ¿y lo que
dijiste aquella vez?
Trant. Sí, soy homosexual,
siempre lo fui, es solo que... nunca me gustó
Quatre. ¿Por qué?
Trant. Tenía miedo...
sentía miedo de que el cuerpo de otro hombre... me excitara y yo... no quería
serlo, odiaba serlo... me daba asco
El rubio mira con tristeza
a su compañero, para él tampoco había sido fácil aceptar su homosexualidad,
sobre todo cuando estaba en secundaria y todos se burlaban de quienes tenían
aquellas preferencias, pero había aprendido a aceptarse así mismo
Trant. ¿Sabes? Eso cambió
cuando te conocí
Quatre. ¿Eh?
Trant. Me gustas... cuando
me di cuenta supe que era maravilloso sentir atracción por otro hombre...
porque tú eres...
Sin dejarlo terminar el
rubio se pone de pie y agarra los libros que había llevado, en su rostro había
un sonrojo, no quería oír ninguna confesión, estaba además muy nervioso, Trant
lo observa confundido pero también se pone de pie y antes de que el rubio
avance le cierra el paso, Quatre lo mira confundido
Trant. No huyas por favor
Quatre. Yo...
Trant. Tienes a Trowa, eso
lo sé... solo quería que supieras que me gustas y que... te envidio
Quatre. ¿Me envidias?
Trant. También a Trowa,
porque sin importar lo que oían, las burlas y los insultos, siempre demostraron
su amor, decirle maricón a alguien con ese valor es un insulto... maricones
cobardes los otros dos que te hicieron aquella canallada... y burlarse de esa
manera, eso es no tener pantalones... como me gustaría ser como ustedes y
aceptarme
Quatre. Yo... lo siento
Trant. No, al contrario,
gracias... ¡ah! Quédate, de todas formas ya me iba
Sonriendo de forma amable
Trant se despide de Quatre después de haber cogido sus libros de la mesa,
después se da media vuelta y comienza a caminar
Quatre. ¡Trant espera!
Trant se detiene y voltea
hacia atrás cuando escucha su nombre, Quatre se acerca a él
Quatre. Si tú quieres
podemos ser amigos
Trant. Claro, gracias
Quatre. Bueno, nos vemos
mañana en la escuela
Trant. Hasta mañana
El rubio extiende su mano
hacia Trant y le sonríe, él también extiende su mano y toma la del rubio para
despedirse, se sueltan y cada quien se aleja por su cuenta...
Al volver de la biblioteca
por la tarde encuentra a Duo dormido y para no molestarlo decide no acercarse a
él por lo que se mete a su recámara a ver televisión. Un poco más de dos horas
después ve a su amigo entrar a su cuarto, se veía muy deprimido y al preguntar
enseguida Duo le cuenta a Quatre lo sucedido con su supuesta cita, al rubio le molesta
la actitud de Hilde pues le parece exagerada, considerando que no sabía nada
más de Duo a excepción de lo contado por él, aun así el trenzado no deja a su
amigo hablar mal de la chica pues el comprende que no es fácil escuchar
confesiones de ese tipo.
Al día siguiente como de
costumbre Duo asiste a la preparatoria abierta, ahí se topa con Hilde pero ésta
lo ignora por completo al igual que las amigas de la chica por lo que intuye
que ella les contó de su matrimonio... al salir de la dichosa escuela el
trenzado se dirige a prisa a la casa, ese día Quatre entraba más tarde a la
escuela por lo que aún tenía tiempo de hacer la comida, el rubio le da al
trenzado la dirección de la Psicóloga y le dice que le ha apartado una cita a
las 5 de la tarde... cuando dicha hora se llega el trenzado sale del
departamento, Quatre ya hacía una hora que se había marchado por lo que le toca
irse en taxi ya que las rutas de camión aún no se las sabía... cuando llega la
Secretaria lo pasa a la oficina de la mujer y Duo entra con duda, al hacerlo
con sonrisa amable la mujer le pide que pase, el trenzado cierra la puerta,
ambos se dan la mano y Noin le pide que se siente en el sillón que tiene cerca
de la ventana
Duo. ¿Me puedo acostar? Se
ve cómodo
Noin. Claro que sí, como te
sientas a gusto
La mujer sonríe nuevamente
y se acerca una silla al sillón donde Duo estaba acostado, el trenzado estaba
sonrojado y nervioso, tenía las manos rígidas sobre el estómago y miraba
fijamente a la Psicóloga
Noin. ¿Estás tenso?
Duo. No
Noin. Antes que nada quiero
que te sientas cómodo, cierra los ojos... inhala, retén tres segundos y exhala
El trenzado sigue el
consejo de la mujer, hace eso mismo cinco veces más y después quita sus manos
del estómago y las coloca a sus costados, abre sus ojos y sonriendo la mira
Noin. ¿Mejor?
Duo. Sí
Noin. Bien... dime Duo ¿por
qué crees que necesitas mi ayuda?
Cruzando su pierna, Noin
mira atentamente a Duo mientras sostenía su libreta y una lapicera, el trenzado
mira hacia el techo unos momentos
Duo. Bueno es que... yo
pasé por muchas cosas y siento que mi cabeza es un nido de arañas
Noin. Duo, antes que nada
debo decirte que vas a tener que hablarme de todo lo que te ha sucedido, de ser
posible no omitas detalle ¿de acuerdo?
Duo. Sí, eso intentaré
Noin. Muy bien ¿por qué no
me cuentas de tu niñez? Cómo fue?
Duo. Mi niñez... fue
normal, mis padres fueron muy buenos conmigo... a veces mi padre se molestaba
mucho cuando lo desobedecía y perdía los estribos, aunque mi mamá quisiera
interferir ellos terminaban peleando
Noin. Tu papá le pegaba
Duo. Nunca, mi padre nunca
le pegó a una mujer, al menos nunca lo vi
Noin. A ella no, ni a
ninguna mujer... ¿y a ti Duo?
Por unos momentos el
trenzado se queda callado, después sin decir nada mueve la cabeza para decir
que sí
Noin. ¿Quieres hablar de
ello?
Duo. No tiene importancia
Noin. ¿Seguro?
Duo. Bueno es que... yo era
el culpable
Noin. ¿De qué te pegara?
Duo. Sí, yo desobedecía
Noin. ¿Entonces estaba bien
que te pegara? Crees que necesitabas castigo?
Las preguntas dejan a Duo
pensativo unos momentos
Duo. No, me dolía... yo no
quería que me pegara
Noin. ¿Qué hacías cuando te
pegaba?
Duo. Lloraba, pero después
le pedía perdón... él me sonreía y me decía que me quería
Noin. ¿Y qué piensas de
eso?
Duo. Que si me pegaba era
por mi bien
Noin. ¿Entonces siempre y
cuando él te dijera que te quería estaba bien que te pegara?
Duo. No sé
Noin. ¿Crees que si una
persona quiere a otra se justifica un maltrato?
Duo. No sé
Noin. ¿Te gustaba que te
demostrara cariño? Y el golpe dolía menos?
Duo. Yo... no lo sé... a mí
me dolían los golpes, no me gustaba que me pegara, ese no era mi papá, era como
alguien que lo suplantaba... y yo quería... ser buen niño, para que ese hombre
no viniera hacia mí... porque me lastimaba pero yo lo seguía queriendo
El trenzado estaba muy
confundido por esa charla inicial y las lágrimas comienzan a caerle por las
mejillas, la Psicóloga ve ahí la oportunidad de un descanso mental y descruza
su pierna comenzando a anotar unas cosas en su libreta
Noin. Cálmate Duo ¿quieres
un poco de agua?
Duo. Sí
Noin. Te veo muy tenso...
tómate esto
La mujer se pone de pie y
camina hacia uno de los gabinetes, saca de ahí una pastilla, sirve el vaso con
agua y da ambos al trenzado
Noin. Es un tranquilizante,
hablarás con menos tensión y más claridad en tus ideas
Duo. Sí
Minutos después de haber
tomado esas pastillas, la mujer vuelve a sentarse con las piernas cruzadas y su
libreta en mano
Noin. Sigamos Duo...
¿recuerdas cuándo fue la primera vez que tu papá te pegó?
Duo. No sé si fue la
primera que me pegó pero sí sé que es la primera que recuerdo... tenía 5 años,
en el Pueblo no había jardín de niños así que solo jugábamos, ese día salí de
mi casa y fui con mi amigo Quatre al bosque, las horas pasaron y no nos dimos
cuenta, casi era de noche y comenzó a llover, pronto se volvió una tormenta,
caían truenos y estábamos muy asustados, todo se veía tan oscuro, dormimos en
el bosque, al día siguiente salimos salvos de la tormenta y regresamos a
nuestras casas, mamá lloraba y papá estaba muy preocupado, cuando entre a casa,
emocionada mamá me abrazó, papá la hizo apartarse y me pegó
Noin. Duo, es común que los
padres den algún castigo físico a un hijo, sobre todo en situaciones así, pero
dime ¿qué clase de golpes eran? Con la palma de la mano, el puño o algún
objeto?
Duo. Esa vez fue con el
puño, me dejó un ojo morado
Noin. ¿Te pegó alguna vez
con algo?
Duo. ... Varias veces...
nunca de gravedad, máximo cuatro golpes, nunca pasó de ahí
Noin. ¿Y recuerdas la
última vez que te pegó?
Duo. Sí, tenía 14 años...
ya casi no me pegaba, de hecho nos llevábamos muy bien, pero ese día le grite a
mi mamá, eso le molestó mucho... me dijo que me enseñaría a respetar a mamá y
me pegó
Noin. ¿Qué pensaste de eso?
Duo. Que lo merecía
Noin. ¿Por qué?
Duo. Porque me sentí mal al
gritarle
Noin. ¿Fue diferente a las
otras veces?
Duo. Sí
Noin. ¿Por qué?
Duo. ... me sentí mejor...
yo quería que me pegara
Noin. ¿Sentiste placer?
Duo. ¡No!... eso no, solo
creí que lo merecía porque hice sentir mal a mi mamá
Noin. Ya veo
Nuevamente Noin hace sus
anotaciones de la charla y enseguida cierra la libreta, mira a Duo con
amabilidad y le sonríe
Noin. ¿Lo dejamos hoy aquí?
Duo. Sí
Noin. No es bueno que
hables todo en un día, ven dentro de dos días
Duo. ¡Sí!
Sintiéndose muy relajado
Duo se sienta en el sillón y después se pone de pie, se despide de la Psicóloga
y sale de la oficina, paga a la secretaria la sesión de ese día y se marcha
pensando en todo lo que había hablado, había cosas en las que ya no pensaba
desde hace años como lo sucedido con su padre a quien quería mucho. El trenzado
sale del edificio donde estaba el consultorio de la Psicóloga y se lleva una
gran sorpresa cuando ve que Heero lo esperaba afuera, hacía días que no se
veían y era muy extraño, ambos se miran a los ojos, la mirada de Heero era
amable, en cambio el trenzado se sonroja completamente, pasados unos segundos
Duo desvía su mirada hasta que escucha al ojiazul hablar
Heero. ¿Te tomas un café
conmigo?
El trenzado mueve su cabeza
para aceptar la oferta y se acerca al ojiazul colocándose a su lado, Heero
comienza a caminar y Duo lo sigue en silencio, Heero se detiene en el primer
café que ve y escoge la mesa, el trenzado estaba muy tímido
Heero. Quatre me dio la
dirección
Duo. Eso... supuse
Heero. Duo, tenemos que...
La mesera se acerca a la
mesa interrumpiendo a ambos en su conversación y les toma la orden, ambos piden
un café americano y permanecen en silencio hasta que les llevan lo pedido, el
ojiazul no quería interrupciones y por eso lo había hecho
Heero. Sobre mi confesión
yo...
Duo. Heero no... perdóname,
yo no puedo
Heero. ¿Te gusto?
Duo. Es que...
Nervioso el trenzado se
muerde el labio inferior y se queda callado unos momentos
Duo. No es eso... tu... si
me gustas y te quiero pero... no puedo
Heero. ¿Por qué?
Duo. Porque nuestra amistad
es tan bonita que no quiero arruinarla
Heero. Pero...
Duo. Entiéndeme... no te
amo
Ya lo sabía, no era ninguna
clase de secreto para él, aun así escucharlo de esa forma le resultaba muy
doloroso y lo hace notar en sus ojos, el trenzado se da cuenta y empuña con
fuerza sus manos, le dolía ver a Heero con ese gesto, lo quería mucho y odiaba
hacerle daño con su rechazo
Heero. ¿Aún amas a Treize?
Es eso?
Duo. No es eso, no tiene
nada que ver
Heero. Lo amas, sigues
enamorado de ese bastardo
Duo. ¡No es verdad!
Alterado el trenzado se
levanta de la silla y Heero lo mira fijamente, otras personas voltean a verlo
unos momentos, Duo se da cuenta y vuelve a sentarse
Duo. Yo estoy muy
confundido... no sé lo que quiero y no sé lo que siento
Heero. Dices que no me amas
¿de eso también estas inseguro?
La pregunta del ojiazul
deja a Duo con la boca abierta y los ojos un poco desorbitados, Heero tenía
razón, si tan confundido estaba de sus sentimientos entonces seguramente el
sentirse no enamorado de él era otra confusión ¿y si en verdad lo amaba y no se
daba cuenta?. Aturdido Duo se lleva ambas manos a la cabeza y se agacha hasta
toparse con la mesa, Heero se arrepiente de hablarle así e intenta colocarle
una mano sobre la cabeza pero Duo reacciona antes y se levanta mirando asustado
al ojiazul
Heero. Duo...
Duo. Te mereces algo mucho
mejor... olvídate de mí
Rápidamente el trenzado se
levanta y se marcha, Heero también se levanta rápidamente, saca de su cartera
algo de dinero sin fijarse en la cantidad y sale tras Duo, al salir del local
no ve al trenzado a la vista y comienza a gritarle por su nombre, el ojivioleta
estaba escondido entre dos edificios y escuchaba a Heero llamarle pero no
quería salir, Heero no se rinde y lo busca caminando por toda la cuadra pero no
se percata de la presencia del trenzado
Heero. Maldita sea... ¿qué
estoy haciendo mal Duo? Qué puedo hacer para que me aceptes?
El ojiazul estaba muy
confundido y por más que pensaba no encontraba una razón por la cual el
trenzado estuviera así con él, era conocedor de toda la tragedia detrás del
ojivioleta pero aun así le resultaba complicado comprender porque tanto
rechazo...
Dos días después Duo vuelve
a su terapia, no había vuelto a ver a Heero y así lo prefería, no podía verlo
de momento, el ojiazul le declaraba su amor y él en cambio solo lo hacía
sufrir, se sentía mal por su egoísmo
Noin. Bueno Duo, ya
hablamos de tu niñez ¿por qué no me hablas de tu adolescencia?
Duo. ¿Cualquier cosa?
Noin. Mmm, por ejemplo...
tus amistades
Duo. Pues... amigos lo que
se llama amigos no tuve, mi único amigo era Quatre y él se marchó poco después
que iniciamos la primaria, eso sí, yo le hablaba a todos mis compañeros
Noin. Ya veo, entonces no
eras retraído ni introvertido, sociable más bien ¿cierto?
Duo. Sí, eso
Noin. ¿Y cómo te sentías
por eso? Te sentías solo?
Nuevamente el trenzado se
queda pensativo por una pregunta de la Psicóloga, no se había puesto a analizar
esa situación
Duo. Sentía que no era yo
Noin. ¿Por qué?
Duo. Es que... siempre hice
lo que me dijeron, siempre hice lo que creí que querían de mí... me gustaba
sentirme querido
Noin. ¿Eso llenaba tu
soledad?
Duo. ... No... yo solo
quería ser aceptado
Otra vez la mujer comienza
a hacer sus anotaciones, estaba muy interesada en todo lo que el trenzado le
contaba, aún no podía sacar todas las conclusiones pero comenzaba a darse una
idea de lo que le sucedía al trenzado
Noin. Hablemos de tu amigo
de la infancia ¿Quatre verdad?
Duo. Sí, Quatre
El trenzado sonríe, su
amigo era alguien realmente importante en su vida
Noin. Cuéntame lo que
quieras de él
Duo. Mm ¿por dónde comienzo?...
la verdad es que no sé, él es tan bueno y dulce conmigo
Noin. ¿Lo quieres mucho?
Duo. Mucho es poco, no
puedo describirlo
Noin. ¿Y él... te
corresponde?
Duo. Sí, somos muy unidos a
pesar de los años que estuvimos separados... él ha sido un gran apoyo para mí
Noin. ¿Y cómo es su
relación?
Duo. ¿Cómo? Pues como
hermanos pero a veces parece mi papá
Noin. ¿Cómo eres con él?
También te sientes ajeno a ti?
Duo. No, me siento muy yo
El trenzado ríe tontamente
un poco por el comentario
Duo. Le puedo contar de
todo y él me oye muy comprensivamente
Noin. Ya veo... Duo ¿tienes
pareja?
Duo. No
Noin. ¿Has tenido?
Duo. Sí
Noin. ¿Cuántas?
Duo. Solo una
Noin. ¿Puedes hablar de
ello?
Un largo silencio se cruza
en la conversación y la sonrisa que antes Duo tenía en el rostro es borrada en
su totalidad, con tristeza el trenzado niega
Noin. ¿Por qué?
Duo. Es doloroso
Noin. Duo, antes me dijiste
que sentías un nido en la cabeza ¿quieres solucionarlo?
Duo. Sí
Noin. ¿Algún motivo?
Duo. Quiero ser alguien
sano
Noin. ¿No lo eres?
Duo. No lo sé
Noin. ¿Vas a contarme de tu
relación? Porque si no entonces no tienen sentido las sesiones, no podremos
desenmarañar ese nido
El trenzado se queda
pensando sobre las palabras de la Psicóloga y nervioso buscando una respuesta
comienza a jugar con los dedos de su mano y se mostraba inquiero, hasta el
momento solo había hablado de ello con Quatre y Heero
Duo. Siento un nudo en la
garganta
Noin. ¿Por qué?
Duo. Él... me violaba
Para Noin no era nada fuera
de lo normal escuchar ese tipo de confesiones debido a su trabajo, aun así le
causa un poco de impresión porque no imaginaba que Duo fuera gay. El trenzado
estaba por su parte muy nervioso, a punto incluso de llorar
Noin. ¿Él era tu novio de
escuela?
Duo. No, mi esposo
Noin. Esposo... ¿cómo se
conocieron?
Duo. En el pueblo, de niños
Noin. ¿Cuándo comenzó su
noviazgo? Por qué lo elegiste?
Duo. Yo no lo hice, fueron
nuestros padres, a mis once años me dijeron que debía casarme con él
Noin. ¿Cuál fue tu
reacción?
Duo. Quise oponerme, pero
sabía lo que me esperaba, acepté sin decir lo que pensaba
Noin. ¿Crees que fue
correcta la decisión?
Duo. No
Noin. ¿Vives con él?
Duo. No, lo abandoné
Noin. ¿Por qué tomaste esa
decisión?
Duo. Me golpeaba y violaba
Noin. ¿Siempre?
Duo. Después de unos años
juntos, fue empeorando cada vez... un día abuso de mí junto a otro hombre...
fue el detonante, pensé que era suficiente
Noin. ¿Por qué hasta
entonces?
Las preguntas que hacía la
mujer no eran nada fáciles, lo ponían a pensar en cosas que no pensaba nunca,
jamás se cuestionaba sus actitudes y todas ellas obedecían a un patrón
Duo. Era mi deber estar a
su lado
Noin. ¿Aunque te
maltratara?... ¿alguna vez te sentiste excitado por sus acciones?
Duo. ¡Jamás! Pero no tenía
derecho a oponerme
Noin. ¿Tus padres se
habrían decepcionado?
Duo. Sí, y yo no... podía
valerme por mí mismo
Noin. ¿Por qué?
Duo. Soy débil, no tengo
agallas... lo necesitaba
Todo el tiempo se había
estado aguantando pero no puede más y comienza a llorar, todo su cuerpo
temblaba, Noin hace a un lado su libreta y mira fijamente al trenzado
Noin. Hablemos de esto otro
día ¿estás de acuerdo?
Sin hablar el trenzado
acepta y la Psicóloga no dice nada hasta que se ha calmado y deja de llorar,
hasta que Duo se siente dispuesto para irse entonces... Durante algunas semanas
el trenzado asiste a sus terapias, se sentía apenado pero cuenta a su Psicóloga
de todo, incluyendo su trabajito como actor porno, Noin se mostraba inmutable
porque su profesión se lo requería, sin embargo estaba muy sorprendida por todo
lo que el trenzado estaba pasando, era un caso muy interesante porque analizaba
todas las conductas del chico desde su infancia, comenzaba a tomar sus
conclusiones.
En ese lapso de tiempo el trenzado y Heero no se habían visto, el
ojiazul trataba de dedicarse en cuerpo y alma a su escuela pero los
pensamientos de Duo no lo dejaban. En ese tiempo también Trant y Quatre se
habían hecho amigos y los otros dos ya no se habían visto por la escuela, Trowa
en cambio era poco lo que salía de casa... Por su parte Wufei comenzaba a
lograr su cometido, cada vez más Relena era quien lo buscaba y salían. Esa
noche estaban en un bar conversando y bebiendo tranquilamente
Wufei. Entonces creí que
era el momento de cambiar mi vida, por eso entré a trabajar con el señor
Marshall, fue bueno
Relena. Ya veo, yo nunca me
he preocupado de eso
Wufei. Por tu posición
Relena. Sí
Ambos ríen un poco, cada
vez que conversaban era como si se conocieran de hace muchos años, como viejos
amigos, pero Relena quería algo más, algo que le ayudase a olvidar a Heero,
aquel hombre que nunca sería para ella
Relena. ¿Sabes Wufei? Me la
pasó tan bien contigo
Wufei. Yo también
Relena. Pero... hace
falta... Wufei, me gustas
Wufei. Tú también
Relena. ¿De verdad?
Wufei. Sí, y no sabía cómo
acercarme
Relena. ¿Acercarte?
Wufei. Tocarte... como
aquella noche
El rostro completo de la
chica se tiñe de rojo y sonríe, baja un poco la cabeza y asiente
Relena. Yo también...
quiero estar contigo
Wufei le sonríe con
amabilidad a la chica y se sienta a su lado ya que se encontraban frente a
frente, estirando su mano le acaricia los cabellos y después la atrae hacia él
y comienzan a besarse, la chica estaba feliz porque ese era un gran paso, sin
embargo Wufei se sentía bajo y ruin, pero no podía hacer más, la vida de Treize
y la propia dependían de ello, por eso estaba decidido, le diría a su amado que
había encontrado a Duo, pero antes de eso debía convencer al trenzado de que
volviera con su esposo, una vez hecho eso renunciaría al amor de su vida y se
dedicaría a robarle su fortuna a Relena y su padre, así se condenara al
infierno mismo, no tenía elección...
La Psicóloga le informa a
Duo que esa sería su última sesión de diagnóstico pero si él quería podían
seguirse viendo para ayudarle a superar su problema, el trenzado acepta gustoso
la oferta y se prepara para oír lo que le diría Noin sobre sí mismo
Noin. Bueno Duo, no hablaré
contigo con tecnicismos, no te diré que estás loco o mal de la cabeza, solo
quiero decirte una palabra: Subestimación
Duo. ¿Y eso que es?
Noin. Duo ¿te estimas?
Duo. ¿Eh?... pues sí
Noin. Más bien No... Cuando
me contabas sobre el maltrato y tu subyugación llegué a creer que eras
Masoquista, pero conforme hablabas me fui dando cuenta de que tú realmente
tienes un serio problema de Asociación
Duo. ¿Y eso que es?
Noin. Tu asociación de
ideas no es precisamente la correcta, ejemplo. Cuando tu padre te golpeaba, me
decías que estaba bien porque era para tu bien, que si lo hacía era porque
tenías la culpa, pero incluso siendo eso verdad no es justificación... segundo
caso, dices que la atracción física y el deseo son signos de amor, si hay amor
por consiguiente tiene que haber un deseo sexual, esto no es del todo cierto,
es cierto que el deseo sexual va de la mano con el sentimiento de amor, sin
embargo eso no justificaría una acción sexual violenta, como sucedió con tu
esposo ¿me doy a entender?
Duo estaba muy atento a
todo lo que le decía la Psicóloga pero no entendía casi nada, resultaba muy
complicado para él, ella se da cuenta por su mirada de que no entiende
Noin. Otro ejemplo, a tu
amigo Quatre, dices que lo quieres mucho ¿verdad?
Duo. Muchísimo
Noin. ¿Sientes deseos hacía
él?
Duo. No, ninguno
Noin. ¿Lo besarías o lo
tocarías... tendrías sexo con él?
Duo. ¡Por supuesto que no!
El trenzado se pone como
jitomate por la pregunta y a la vez se asusta
Noin. Me hablabas de otro
amigo, Heero ¿a él sí?
Duo. Pues... no, no lo
haría
Noin. ¿Por qué no lo amas?
Duo. Sí
Noin. Pero a Quatre si lo
quieres mucho y tampoco lo harías
Duo. Pero es diferente
Noin. ¿En qué?
Duo. Pues... pues...
Noin. ¿Alguna vez te
sentiste inquieto a su lado? Nervioso?
Duo. No
Noin. ¿Y con Heero?
Duo. Tampoco
Noin. ¿Te das cuenta de la
Asociación?
Duo. Un poco
La Psicóloga sonríe, poco a
poco trabajarían en la solución a los problemas de Duo, había mucha cooperación
por parte del trenzado y eso le agradaba
Noin. Bueno, como primera
tarea vas a traerme sin ayuda de nadie dos listas
Duo. ¿Dos listas?
Noin. Así es, una con tus
cualidades y otra con tus defectos, ambos colócalos de lo más importante a lo
menos, y no preguntes a nadie, ambas listas tienen que ser de lo que tú mismo
piensas de ti ¿de acuerdo?
Duo. ¡Sí!
Noin. Bueno, en una semana
vienes otra vez ¿sí?
Duo. Sí, muchas gracias
El ojivioleta se levanta
del sillón y da su mano a la Psicóloga para despedirse. Regresa a casa muy
contento y Quatre le pregunta cómo le fue, el trenzado le platica del
diagnóstico y de su tarea, al rubio le parece muy buena idea lo de las listas y
entonces el trenzado se mete a su cuarto para comenzar a hacer sus listas. El
rubio sonríe muy contento, Duo se veía muy entusiasmado y esos días lejos de
Heero le estaban haciendo bien...
Al día siguiente, como cada
tarde al salir del consultorio, Quatre se va directamente a la escuela, ahí
comería ya que no alcanzaría a ir hasta su casa para comer. El rubio se va a
las mesas de afuera y comienza a comer tranquilamente, todavía hacía falta más
de media hora para su primer clase, a los pocos minutos de haberse sentado ve
que Trant se dirigía también a las mesas y levanta su mano para agitarla y que
él lo viera, Trant lo percata casi enseguida y sonriendo se acerca, saca una
silla frente a Quatre y se sienta, el rubio sonreía
Quatre. ¿Ya comiste?
Trant. Ya... ¿cómo estás?
Quatre. Bien
Trant. Oye, hay algo... que
quiero pedirte
Quatre. ¿Eh?
Trant. Es que no me va bien
en algunas materias y...
Quatre. Sí, te ayudo a
estudiar
La sonrisa amable y sincera
del rubio causan en Trant un gran sonrojo, ver a Quatre de lejos era un
deleite, ahora estar tan cerca y hablar con él era como un sueño, ni él mismo
se había dado cuenta de cuanto le gustaba el rubio...
Al terminar su comida el
rubio, ambos chicos se ponen de pie y cada quien se marcha a su clase pero
antes se ponen de acuerdo para verse después de ésta, deciden irse bajo los
árboles donde Quatre solía siempre leer, enseguida Trant comienza a hacerle
preguntas y el rubio le contestaba, después lo pone a leer un capítulo para
después explicarle lo que no entienda, mientras tanto él estaba concentrado en
sus pensamientos, de pronto recuerda a Trowa y su enfermedad, aquello siempre
estaba en su mente, eran pocos los momentos que no pensara en ello, aunque por
fuera se mostrara normal, sin evitarlo las lágrimas comienzan a caer
silenciosas por sus mejillas.
Mientras leía Trant se
traba en un párrafo y voltea hacia Quatre para preguntarle, al verlo llorar se
sorprende y preocupa, el rubio se da cuenta que lo mira y sonriendo se voltea
hacia otro lado para secarse las lágrimas, después voltea hacia él con la misma
sonrisa
Quatre. No me hagas caso,
anoche vi una película y...
Trant. No mientas ¿qué
tienes?
Quatre. Nada
Trant. Quatre...
Quatre. ¡Que nada!
Avergonzado el rubio se
pone de pie e intenta marcharse pero Trant también se levanta y lo jala del
brazo, Quatre lo mira a los ojos mostrándose molesto pero casi inmediatamente
las lágrimas vuelven a correr por sus mejillas, Trant se preocupa y antes de
que pueda preguntar algo, Quatre se inclina hacia él y apretando con fuerza su
camisa con una mano, recarga su cabeza en su pecho
Quatre. Trowa está muy
enfermo
Trant. ¿Qué?
Quatre. Se va a morir
Trant no da crédito a
semejante confesión y se queda helado, aquello le resultaba extrañamente
horrible ¿era por Trowa? No, era por Quatre, no soportaba verlo llorar así,
preocupado lo sujeta de los brazos y después pasa solo una mano a su espalda
para abrazarlo mientras lloraba angustiosamente
Quatre. Me cuesta mucho...
mostrarme como si no pasara nada... pero cada día me muero por dentro... lo amo
tanto
Ese sufrimiento y ese gran
amor por Trowa, ponen a Trant triste, Quatre estaba sufriendo mucho incluso
antes de que el ojiverde dejara el mundo, y además estaba fuertemente enamorado
de Trowa ¿cómo competir contra eso? Lo único que podía hacer era apoyarlo y
nada más
Trant. No sé qué decir, lo
siento
Apretando sus dientes
Quatre se evita gritar pero no puede dejar de llorar ahogadamente, hacía días
que no lloraba así, casi todas las noches las lágrimas corrían por sus mejillas
pero se mantenía sereno y firme frente a Trowa y sus amigos, ese día no podía
más. Después de unos momentos se da cuenta que ha estado pegado a Trant desde
hace minutos y apenado intenta alejarse pero Trant aún le sujetaba uno de sus
brazos
Quatre. Suéltame
Trant. Llora cuanto quieras
Quatre. Me siento
avergonzado, suéltame por favor
El rubio mantenía su cabeza
agachada y haciendo fuerza intenta hacerse hacia atrás pero su amigo no lo
soltaba, estaban forcejeando. A lo lejos, Trowa acababa de llegar a la escuela,
se había escapado de la vigía de su hermana para ver a Quatre ya que no lo
dejaban salir solo y casi no se veían, caminaba hacia donde sabía que a su
novio le gustaba leer, a unos metros alcanza a distinguir a Quatre, no veía
bien quien era la otra persona pero se notaba que estaba forcejeando, enojado
comienza a correr hacia su novio para ayudarle, conforme avanza distingue que
es Trant el otro y aún más molesto se acerca
Trowa. ¡Suéltalo!
Al mismo tiempo voltean
Trant y Quatre hacia el ojiverde quien se acercaba muy molesto, por instinto el
chico suelta al rubio y entonces Trowa aprovecha y lo golpea con el puño en la
cara, Trant retrocede por el golpe y perdiendo el equilibrio se cae al suelo,
asustado Quatre se acerca a él y se agacha mientras lo mira
Quatre. ¿Estás bien?
Trant afirma moviendo la
cabeza mientras que asombrado Trowa miraba la escena, no podía creer lo que
estaba viendo, ese tipo era uno de los tres que los solían molestar y además lo
estaba agrediendo ¿aun así se preocupaba?
Quatre. ¿Qué te pasa Trowa?
El rubio estaba asustado
porque nunca había visto a su novio actuar de esa forma, se miraban uno al otro
a los ojos, Trowa se queda completamente callado y de forma seria les da la
espalda y comienza a marcharse, Quatre se sorprende y abre ampliamente sus
ojos, nunca antes Trowa lo había ignorado de esa forma, el rubio ayuda a Trant
a pararse y sin decir nada corre atrás de Trowa a quien le sujeta el brazo
cuando lo alcanza, mirándolo fijamente, apenas si el ojiverde voltea a verlo
Trowa. Hablamos después
Quatre. No te enojes, no
conmigo por favor
Casi a punto de llorar el
rubio aprieta con sus manos el brazo de Trowa mientras lo mira con súplica, el
ojiverde no aguanta un segundo más y toma a Quatre entre sus brazos, él sonríe
contento y después sin importarles nada se besan ante la mirada de Trant a
quien se le parte el corazón al verlos, desvía su mirada y después resignado se
marcha llevándose sus libros que estaban sobre el pasto... cuando terminan de
besarse se miran a los ojos
Quatre. Te contaré ¿sí?
Trowa. Está bien
Quatre. Solo déjame...
El rubio se gira hacia
atrás porque tenía la intención de despedirse de Trant y a la vez disculparse
en lugar de Trowa, pero su nuevo amigo ya no estaba, bajo el árbol solo estaban
los libros del rubio por lo que se da cuenta que se ha ido
Quatre. No importa, vámonos
El rubio se acerca a sus libros
y los agarra, después vuelve a Trowa y ambos se marchan. Quatre le cuenta a su
novio que Trant un día lo rescato de Erick y Ralph, omitiendo obviamente los
detalles del secuestro express y sobre el abuso, también le cuenta que Trant
también es homosexual y que hace días son amigos, a Trowa no le parece del todo
que haya surgido esa amistad pero por una parte le da gusto, su novio
necesitaba de más amigos que en determinado momento le pudieran brindar apoyo
cuando él ya no estuviera...
Pasados un par de días, Duo
tiene nuevamente su sesión de terapia, llevaba en una libreta ambas listas,
como siempre saluda a la Psicóloga y se acomoda en el sillón
Noin. Bien Duo, vas a tomar
primero tu lista de defectos y uno a uno del menos al más importante me los vas
a decir y me vas a explicar porque piensas eso de ti ¿sí?
Duo. Sí
El trenzado estaba un poco
nervioso pero mostrando entusiasmo abre la libreta en la lista donde estaban
sus defectos y de cinco escritos en ella, lee el menos importante
Duo. Torpe... suelo hacer
muchas tonterías, me distraigo con facilidad y hay cosas que no entiendo muy
bien
Noin. Bien, dime otro
Duo. Ignorante... bueno,
solo acabé la secundaria y nunca tomé un libro por el simple gusto de leer, hay
cosas que no sé hacer, como manejar o si usted me preguntara algo de lo que
pasa en el mundo pues no sabría nada jejeje
Apenado Duo ríe tontamente
y después prosigue con su lista
Duo. Aburrido... creo que
nunca he dicho o hecho algo interesante... también soy débil, cualquiera es
capaz de pisotearme
Noin. ¿Tienes más?
Duo. Sí, soy repugnante
Noin. ¿Por qué dices eso?
Duo. Mi cuerpo está sucio y
mi mente corrompida, yo jamás haré feliz a nadie
Casi estaba a punto de
llorar pero realmente no quería hacerlo en ese momento, se sentía demasiado
cabizbajo por citar esos defectos, Noin lo mira con ternura y le sonríe
Noin. Bien Duo, ahora saca
tu otra lista y hacemos lo mismo
Duo. Sí
No muy animado el trenzado
saca su lista en donde apenas estaba una sola virtud, apenado la lee mirando a
la Psicóloga
Duo. Fiel... me gusta serlo
Noin. Bien... veamos, de
tus defectos me llamó la atención eso de aburrido, a mí no me pareces aburrido.
Dime ¿alguna vez alguien te lo dijo?
Duo. Sí
Noin. ¿Quién?
Duo. Treize... dijo… que
era aburrido en el sexo
Noin. ¿Y estás de acuerdo
con eso?
Duo. Sí.. en todo lo soy
Noin. Mm veamos... te dices
ignorante y torpe, dime ¿qué haces en casa?
Duo. Pues... limpio, hago
la comida
Noin. ¿Eres buen cocinero?
Duo. Eso dicen
Noin. Y me contabas que vas
a la preparatoria abierta ¿entonces? También que ayudabas en el campo, y eso no
cualquiera ¿eh Duo?
El trenzado se sonroja y
sonríe
Noin. ¿Y débil? Por qué no
pudiste defenderte en varias ocasiones?
Duo. Sí
Noin. ¿Entonces tú tienes
la culpa que te hayan violado?
Duo. Sí, eso creo
Noin. Duo, tienes que dejar
de culparte tanto, ese arrepentimiento tan firmemente arraigado no te dejará
avanzar
Duo. ¿Arrepentimiento?
Noin. Me dijiste que
estabas corrompido y que jamás harías feliz a nadie... ¿crees que el cambio de
Treize fue tu culpa? Él abuso de ti porque no supiste hacerlo feliz? Por qué
eres aburrido? Torpe? Ignorante? Débil?
Duo. Pues...
Como siempre la Psicóloga
pone a Duo a pensar con sus preguntas, estaba muy confundido
Duo. Por algo cambió ¿no? Si
no fue mi culpa entonces ¿por qué?
Noin. ¿Y sí él no cambió?
Duo. ¿Eh?
Noin. ¿Y si su genética es
así? Sabes si su padre era violador o algo así?
Duo. No que yo sepa
Noin. Duo, por lo general
los golpeadores sufrieron algo igual, son patrones que se heredan
Duo. ¿Entonces no fue mi
culpa?
Noin. ¿Tú lo crees?
Duo. Pues... no
Noin sonríe, era la primera
vez que Duo veía ese lado del asunto, ese era un gran avance
Noin. Bien Duo, sobre tu
virtud, dices que eres fiel y te gusta serlo ¿qué crees que ganas con eso?
Duo. Pues, no sé, no espero
ganar nada
Noin. ¿Aprobación quizás?
Si eres fiel entonces te demostrarían cariño ¿no?
Duo. Pues...
Noin. Tienes problemas de
autoestima Duo, eso puede volverse depresión y es algo muy delicado ¿alguna vez
pensaste en suicidarte?
El ojivioleta se queda
quieto unos momentos y mueve la cabeza para afirmar
Noin. ¿Qué pensaste? Por
qué querías hacerlo?
Duo. Que no valía nada...
si desaparecía a nadie le importaría
Noin. ¿Te suicidarías
ahora?
Confundido Duo levanta
enseguida su mirada y observa fijamente a Noin, sus ojos estaban un poco
desorbitados, se queda callado unos momentos
Duo. No lo sé
Noin. Quiero que regreses a
casa pensando eso ¿de acuerdo? La próxima sesión al iniciar me dirás la
respuesta ¿sí?
Duo. Sí
Noin. También me vas a
traer tres cartas
Duo. ¿Tres cartas?
Noin. Sí, van a estar
selladas y tú no podrás leerlas ¿de acuerdo?
Duo. ¿De quién van a ser?
Noin. De tus tres amigos
Duo. ¿Quatre, Heero y
Trowa?
Noin. Así es, les vas a
pedir que hagan una carta cada quien con lo que piensan de ti ¿de acuerdo Duo?
Duo. Sí
La Psicóloga sonríe
ampliamente y se levanta de la silla para sentarse en el escritorio, Duo se
levanta del sillón con su libreta en mano y se acomoda el cabello con la otra
Noin. Bueno Duo, nos vemos
en una semana
Duo. Sí, hasta luego,
gracias
Amablemente se toman las
manos y el trenzado sale de la oficina, como siempre paga a la secretaria y se
marcha, Noin se queda sentada en el escritorio
Noin. Que difícil... pero
yo te voy a sacar de ese hoyo Duo, lo prometo
Suspira resignada y después
sonríe, el caso de Duo le parecía muy interesante, además representaba un gran
reto para su carrera, jamás había visto a alguien con esos problemas de
autoestima tan serios... Al llegar a casa el trenzado, Quatre ya se encontraba
ahí y además estaba Trowa, ambos estaban sentados en el sillón platicando hasta
que llega Duo
Duo. Que sorpresa Trowa
Trowa. Hola
Quatre. ¿Cómo te fue?
Sonriendo Duo mueve su
cabeza en señal de afirmación mientras se acerca a ambos y saluda a Trowa con
un beso en la mejilla, después se sienta en otro sillón
Trowa. Me contó Quatre que
estas yendo a terapia
Duo. Sí
Trowa. ¿Todo bien?
Duo. Sí, de hecho les voy a
pedir un favor
Apenado el trenzado agacha
su cabeza
Duo. Escriban una carta
sobre mí
Dicho eso levanta la cabeza
y mira a sus amigos
Quatre. ¿Una carta dices?
Duo. Sí, me las pidió la
Psicóloga, quiere que mis amigos hablen de mí en una carta
Trowa. ¿También Heero?
Volviéndose a sonrojar el
trenzado afirma moviendo su cabeza, Quatre se pone serio
Quatre. ¿Seguro que quieres
hacerlo Duo?
Duo. Sí, es por mi bien
Quatre. Si quieres más
tarde le hablamos por teléfono
Trowa. ¿Por qué mejor no
vamos a su departamento?
Tanto Quatre como Duo voltean
a ver enseguida al ojiverde, el rubio le da un codazo discreto mientras que el
trenzado se queda callado
Trowa. No puedes seguir
evitándolo Duo
Duo. ¿Evitándolo?
Trowa. No te pido que te
enamores de él pero no alejes su amistad, necesitas el apoyo de todos nosotros
Duo. Trowa...
Trowa. La unión hace la
fuerza y la verdad... a mí también me hace bien que estemos unidos los cuatro
El ojiverde sonríe amable a
Duo y él con gesto esperanzado también le sonríe
Duo. Muchas gracias Trowa
Quatre. Bueno, entonces
vamos
El rubio suspira y se pone
de pie para ir por las llaves de su auto a la habitación, mientras que en la
sala se quedan Trowa y Duo, el trenzado se muestra tímido mientras lo observa
de reojo, como si tratara de decir algo sin animarse, el ojiverde se da cuenta
y voltea a verlo
Trowa. ¿Qué sucede?
Duo. Es que quiero pedirte
una disculpa
Trowa. ¿Disculpa? Por qué
Duo?
Duo. Porque yo te he
subestimado
Trowa. ¿A mí?
Duo. Sí, eres un gran amigo
y además haces muy feliz a Quatre, y creo que nunca te he dado las gracias por
lo que haces
Trowa estaba sorprendido
pero también estaba conmovido, tal vez él y Duo no eran grandes amigos, tal vez
no eran confidentes o íntimos camaradas pero sabían que había un mutuo apoyo y
ayuda... el ojiverde sonríe después y acercándose al trenzado estira su mano y
la coloca sobre su cabeza revolviendo un poco el cabello
Trowa. Gracias a ti también
El ojivioleta sonríe
ampliamente y mueve la cabeza para agradecer también... Quatre estaba recargado
en la puerta de su habitación, había oído la pequeña charla de su novio y su
amigo y sonreía, le agradaba la idea de que se apoyaran unos a otros...
Heero estaba leyendo un
libro de la historia del arte barroco en su habitación cuando escucha el timbre
del departamento, como no esperaba visitas se extraña de ello pero
tranquilamente se levanta para dirigirse hacia allá, al abrir la puerta se
lleva una sorpresa cuando ve que se trata de Relena, la chica sonreía
ampliamente
Relena. Hola
Heero. Relena... Nh, pasa
La chica entra al
departamento y Heero cierra la puerta al entrar la chica, con la mano le hace
una señal de que se siente pero ella mueve la cabeza negando
Relena. Me esperan abajo,
solo vine a decirte algo
Heero. Te escucho
Relena. Estoy saliendo con
alguien
Heero. Me da gusto
Relena. Sé que no te
atraigo y que además amas a alguien más, por eso decidí olvidarme de ti y creo
que él me ayudará
Heero. Seguro que sí
Relena. Pero antes... es
que... quería despedirme de mis sentimientos hacia ti
Heero. ¿Despedirte?
Relena. Sí, yo... vine a
pedirte un beso
La petición de la chica
deja tieso a Heero, el ojiazul estaba confundido, la chica se veía muy
deprimida, no creía que con un beso se desharía de sus sentimientos tan
fácilmente pero quería aquel para sentir que realmente podía seguir adelante.
Heero la mira a los ojos unos momentos
Heero. No, lo siento
Relena. Ah... entiendo
Triste Relena baja la
mirada y camina hacia la puerta para marcharse, Heero va tras ella para abrirle
la puerta... frente a los departamentos estaba el taxi estacionado donde habían
llegado Wufei y Relena, él la esperaba abajo, hace días eran oficialmente
novios y el pelinegro había estado de acuerdo en que la chica le pidiera un
beso a Heero, el ojinegro ignoraba que ese chico tuviera relación con el
trenzado, sin embargo otro detalle lo sorprende, en esos momentos un auto
pequeño y modesto se detiene frente al taxi, de él bajan tres chicos, entre
ellos el trenzado, Wufei se queda perplejo, esa era una coincidencia muy
particular y si no fuera por los otros dos, se bajaba del taxi, en cambio solo
se agacha un poco y los mira entrar a ese lugar...
Los tres suben hasta el
piso donde vivía el ojiazul y caminan por el pasillo, se alcanzaba a divisar
que Relena estaba frente a la puerta del departamento y que Heero estaba al
marco de la puerta, ninguno ve que se encontraban ahí los tres chicos... al ver
que su objetivo no pudo ser alcanzado la chica se despide de Heero dándole un
beso en la mejilla el cual Heero acepta, los tres recién llegados no habían
dejado de avanzar y ahora estaban a unos pasos de ellos, los tres habían visto
lo mismo pero solo Duo se había sentido mal, como un pequeño vuelco en el
estómago. Heero y Relena voltean hacia los otros, solo Quatre sonreía
Quatre. Hola Relena
Relena. Hola Quatre,
muchachos... bueno, yo me retiro
La chica comienza a
marcharse pero ella misma se detiene para regresarse
Relena. Casi lo olvido, Duo
¿puedes ir el viernes con mi padre? Le conté de ti
Duo. Ah sí, muchas gracias
Relena. Ahora si me retiro,
Heero te pasa la dirección, hasta luego
Relena se marcha de ahí
casi corriendo, no soportaba la idea de tener a Heero y Duo tan juntos, aunque
sabía que no eran pareja, se notaba la atracción mutua y eso la incomodaba
Heero. Pasen
El primero es Quatre que
antes de entrar le da a Heero un beso en la mejilla, Trowa es el segundo y como
saludo palmea la espalda del ojiazul antes de entrar, al último estaba Duo, con
la mirada hacia otro lado y las manos al frente
Duo. Hola
Heero. Hola Duo
Al entrar el trenzado,
Heero cierra la puerta del departamento
Trowa. ¿Estás bien? Te ves
tenso
Heero. Sí, luego te platico
El ojiazul mira de reojo a
Quatre y a Duo, lo que había pasado con Relena no quería contárselo a ellos, al
rubio no le tenía tanta confianza y frente al trenzado no podía hablar de eso
Heero. ¿Y bien? No es que
me moleste su visita
Quatre. Venimos a visitarte
y a pedirte un favor ¿verdad Duo?
Duo. Sí, bueno... yo...
Apenado el trenzado movía
sus manos ansioso pero armándose de valor voltea a mirar a Heero con el rostro
rojo
Duo. ¡No quiero perder tu
amistad!
Trowa y Quatre se
sorprenden de las palabras del trenzado ya que creían que el ojivioleta iba a
hablarle de la carta y no había sido así
Heero. No lo harás ¿por qué
dices eso?
Duo. Bueno porque...
Heero. ¿Por mi confesión?
Dilo, los cuatro estamos enterados
El ojiazul sonaba un poco
rudo pero en realidad no estaba molesto, solo quería que el trenzado dejara de
ser tan indirecto, Duo pone gesto triste por el levanto de la voz
Duo. Sí, por eso... porque tú
me amas
Heero. ¿Y por eso ya no
somos amigos?
Duo. Es que ya no puedo
mirarte a los ojos
Heero. ¿Por qué?
Duo. Porque me siento...
Heero. No me tengas
lástima, es cierto que me rechazaste, pero mi vida no gira entorno a ti
El trenzado abre los ojos
desmesuradamente y después agacha la cabeza mientras aprieta los puños, en
tanto Trowa y Quatre estaban extrañados por la forma de hablar del ojiazul y
miraban a ambos. Por su parte Heero se sentía mal de hablarle así a Duo pero si
él mismo no era más directo entonces Duo tampoco lo sería, y eso de que su vida
no giraba en torno al trenzado era una mentira, desde que se había enamorado de
él claro que su vida giraba en torno a Duo, eso sentía deseos de gritárselo en
la cara y después besarlo, cada día sentía que no aguantaría uno más sin
hacerlo
Duo. Perdóname Heero... es
cierto, seamos amigos como antes
Heero. Bien... ¿quieren
algo?
Trowa y Quatre piden agua
al ojiazul mientras que el trenzado rechaza la invitación, el resto de la
velada Duo estaba serio, meditando en todo lo que Heero le había dicho ¿a eso
se refería también la Psicóloga con dejar de sentir culpa? Eso Heero se lo
había dado a entender con sus palabras, el hecho de que entre ambos hubiera un
amor no correspondido no quería decir que no pudieran ser amigos, eso no era
culpa de nadie... al cabo de un par de horas las visitas de Heero deciden
retirarse, el ojiazul se siente triste porque habría querido estar más tiempo
con Duo pero eso era imposible, sin embargo los acompaña hasta la puerta, antes
de que se despidieran el trenzado le cuenta a Heero de la carta, eso lo extraña
pero accede a hacerla.
Quatre se despide del
ojiazul con un beso en la mejilla, Trowa como casi siempre solo le palmea la
espalda, solo faltaba el trenzado de despedirse, tímido se acerca y en lugar de
despedirse como siempre con un beso en la mejilla, solo estira su mano, Heero
la mira unos momentos mientras se suscita un momento muy incómodo entre todos,
decepcionado el ojiazul reacciona también estirando su mano, al soltarse
nuevamente los cuatro guardan un silencio incómodo
Quatre. Bueno, nos vamos
Rompiendo el hielo como
siempre, el rubio sonríe y toma a Trowa del brazo, Heero levanta la mano para
decirles adiós y al momento de comenzar los tres a caminar, el ojiazul cierra
la puerta, al hacerlo suspira sin ganas
Heero. No te alejes de mí
Decir que su amistad podía
seguir siendo como antes era algo casi imposible, ninguno de los dos podía
seguir actuando como siempre, Duo se mostraba privado y Heero un poco
insistente y ansioso, probablemente si las cosas seguían así terminarían su
amistad, debía inventarse algo para acercarse a Duo, eso pensaba mientras se
dirigía a su habitación... al llegar al auto, Quatre quita la alarma al mismo y
Duo enseguida se sube mientras que Trowa y Quatre seguían afuera
Quatre. Ándale, di que sí
Trowa. No mi amor, de
verdad
Quatre. Solo ésta noche ¿sí?
Trowa. ¿Y Duo?
Quatre. Oh vamos, no
tenemos que tener sexo a fuerzas, solo quédate a dormir
Trowa. Es que...
Quatre. Me voy a enojar
¿eh?
Poniendo gesto de niño el
rubio mira a su novio y éste como siempre no se resiste a esa carita por lo que
accede, sonriendo acaricia los cabellos de su novio y agachándose un poco
comienzan a besarse, Duo estaba dentro del auto pero no puede evitar voltear a
verlos, sonríe tristemente y agacha la cabeza
Duo. Están tan
enamorados... qué envidia
Dándose cuenta de sus
pensamientos el trenzado se sonroja fuertemente, jamás había pensado en algo
así, nunca antes había pensado que le gustaría tener una relación así, tal vez
era ahora que comenzaba a sentir el peso de la soledad... llegado el viernes Duo
se prepara para ver al padre de Relena, ya tenía la dirección en su mano y
tomaría un taxi hacia allá, Quatre estaba en el consultorio y no podía
llevarlo.
Al llegar al lugar indicado
el trenzado se asombra al ver el enorme edificio, seguro que la familia Darlian
era realmente acaudalada, a la entrada estaba un guardia, Duo solo le dice que
va a una entrevista de trabajo y lo deja entrar, en la recepción también dice
lo mismo y la recepcionista le pide que espere; al cabo de una hora le dice que
puede pasar indicándole en que piso se encuentra y cuál es la oficina, por poco
el ojivioleta se pierde en el inmenso edificio pero preguntando logra llegar a
la oficina
Sr. Darlian. Hola muchacho,
pásate
El papá de Relena sonreía
amable, estaba sentado tras su escritorio y señalando la silla a Duo lo mira
fijamente, el trenzado cierra la puerta y tímido se acerca a la silla y se
sienta
Duo. Hola señor, gracias
por recibirme
Sr. Darlian. A ver Duo, mi
pequeña dijo que buscas trabajo de lo que sea pero eso no es muy preciso que
digamos ¿qué te gusta?
Duo. Me gusta ser de ayuda
Mirando curioso al
trenzado, el papá de Relena enarca una ceja y después ríe alegre, Duo piensa
que otra vez a dicho una tontería y se apena agachando la cabeza
Duo. Disculpe mi torpeza
Sr. Darlian. No no, nada de
eso muchacho, es que veo que tienes muchas ganas
Duo. Si señor
El trenzado levanta la
cabeza y sonríe entusiasmado, el señor Darlian se conmueve, de hecho se
recordaba así mismo consiguiendo su primer empleo
Sr. Darlian. Mira Duo,
próximamente realizaremos una importante Asociación entre compañías por lo que
va haber muchos cambios, a diferencia de otras empresas con movimientos parecidos
nosotros no haremos recortes de personal, crearemos más sucursales y
contrataremos más personal ¿qué te gustaría hacer?
Duo. No sé, tal vez ser
mensajero
Sr. Darlian. ¿Conoces la
ciudad?
Duo. No
Sr. Darlian. No te
preocupes... veamos... ¡ya sé! Te gustaría ser asistente?
La idea emociona mucho a
Duo, eso sonaba mejor a ser mensajero, por eso afirma moviendo su cabeza
Sr. Darlian. Mira, yo tengo
a mi asistente desde hace años pero mi futuro socio necesitará un asistente
nuevo para cuando se instale en la ciudad ¿te interesa?
Duo. ¿Su futuro socio?
Habla de...?
Sr. Darlian. Sí, de
Marshall Noventa ¿lo recuerdas? Estaba en la fiesta
El trenzado se temía que se
trataba de ese hombre desagradable y ahora que se lo confirmaba el padre de
Relena, la idea de ser su asistente ya no sonaba muy bien, su sonrisa se borra
enseguida y al darse cuenta el señor Darlian queda confundido
Sr. Darlian. ¿Qué pasa Duo?
Duo. Nada... nada
Sr. Darlian. ¿No quieres
ser su asistente?
Duo. No es eso, gracias por
la confianza, acepto
Para no parecer descortés o
malagradecido el trenzado había aceptado ser el nuevo asistente de ese hombre
tan desagradable aunque la idea no le gustaba en lo más mínimo. En cambio el
padre de Relena, feliz se pone de pie y estira la mano en dirección a Duo,
enseguida se pone de pie y hace lo mismo, después se sueltan y el señor Darlian
se acerca para acompañarlo a la puerta
Sr. Darlian. Disculpa pero
hoy tengo mucho trabajo
Duo. No se preocupe
Sr. Darlian. En dos semanas
mi socio tendrá su oficina, mi secretaria se comunicará contigo, cuídate mucho
y salúdame a Heero
Duo. Sí, gracias
El trenzado sale de la
oficina y se marcha pensando en lo mala de su suerte, antes había trabajado
para traficantes de pornografía y ahora trabajaría con ese hombre tan horrible
como lo era el señor Noventa, pero debía seguir adelante...
Llegado el día de su
sesión, Duo portaba las tres cartas encargadas por la Psicóloga, las tres
estaban muy bien cerradas y el trenzado ignoraba el contenido. Como siempre se
sienta en el sillón después de haber saludado a la mujer
Noin. Antes de que leamos
las cartas ¿qué pensaste de la pregunta?
Duo. No lo haría
Noin. ¿Por qué?
Duo. Porque entonces mis
amigos se pondrían tristes
Noin. ¿Es por ellos?
Duo. Sí
Noin. ¿Y tú? Si no tuvieras
amigos ¿si lo harías?
Duo. Pues... no sé
Noin. Bueno, dejaremos eso
pendiente, abre la primera carta, la que quieras
El trenzado mira las tres
cartas mientras piensa cual abrir primero, después de unos momentos se decide
por la de Quatre, deja las otras dos en el sillón y abre aquella
Duo. ¿La leo?
Noin. Así es
Duo. "Sobre Duo ¿qué
puedo decir sobre mi amigo? Primero que todo que lo quiero muchísimo, es
alguien muy importante en mi vida, aunque estuvimos separados muchos años yo
siempre recordé nuestra amistad y esos momentos juntos, entre risas y juegos,
travesuras cómplices de niños. El día que nos separamos fue realmente muy
triste, yo no quería separarme de mi amigo a quien consideraba no solo eso, si
no también mi hermano, aquel que nunca tuve y siempre desee..."
El trenzado hace una pausa,
estaba muy conmovido por la carta y aún no terminaba de leerla, después de su
tiempo sin leer decide continuar con emoción
Duo. "Aunque sí lo
pienso bien, aunque no compartamos la sangre él es mi hermano y aunque ya lo
haya dicho repetiré que lo quiero mucho. Es sincero e incondicional, me apoya y
está a mi lado en estos momentos que tanto lo necesito, nunca tendré palabras
para agradecerle el ser mi hermano. Por eso deseo de todo corazón que logre
superar sus problemas y logre abrir el corazón nuevamente para que sea feliz,
eso sinceramente me hará muy feliz también... te quiero mucho mucho mucho
Duo"
Sonriendo el ojivioleta se
lleva la hoja al pecho y mira a la Psicóloga, ella comienza a anotar en su
libreta sobre las reacciones del trenzado
Duo. Qué lindo es mí Quatre
¿verdad?
Noin. Sí, lo es... ahora
otra
Duo. Mmm, creo que será
Trowa
Sin tanta emoción pero
igual de contento el trenzado abre la carta y comienza a leerla
Duo. "Es poco lo que
nos conocemos, no puedo decir mucho salvo lo que en éste tiempo he visto y
compartido con él. Duo es un chico muy entusiasta, es un excelente amigo y un
ser humano hermoso, lo admiro mucho por el valor que ha demostrado, es capaz de
salir adelante a pesar de esas trampas que le pone la vida, sé que no es fácil,
que el sufrimiento y el dolor son cosas que nunca desaparecen, pero si algo he
aprendido de él es que de ese dolor y ese sufrimiento se puede obtener una gran
fortaleza y lograr ser feliz. Ser feliz es algo que sin duda logrará tarde o
temprano. También le agradezco su apoyo y comprensión en estos momentos
difíciles de mi vida, cuida mucho de Quatre, sé que sólo tú puedes, gracias...
por todo"
El trenzado siente un
pequeño escalofrío en la espalda al leer el final de la carta, lo que decía de
él en la carta era realmente lindo pero no podía evitar sentirse mal porque
sabía lo que sucedería con el ojiverde tarde o temprano... animándose un poco
Duo mira a la mujer y le sonríe un poco
Noin. ¿Qué sucede?
Duo. Es que Trowa tiene una
enfermedad incurable y tal vez muera muy joven
Noin. Lo lamento
Duo. Sí
Noin. ¿Leemos la última?
Nervioso el trenzado baja
su mirada para observar la carta de Heero la cual había tomado en sus manos al dejar
la de Trowa sobre el sillón, sus manos tiemblan un poco y Noin se da cuenta de
ello
Noin. ¿Duo?
Duo. Ah sí, lo siento
Mostrando el mismo
nerviosismo, abre la carta y la desdobla, aquella era un poco más larga, agarra
un poco de aire para comenzar a leerla
Duo. "Estuve pensando
mucho en que escribir sobre ésta hoja de papel, no suelo ser de muchas palabras
pero quise intentarlo, tal vez estas letras sean algo inútiles, pero tal vez
así te des cuenta de lo difícil que es para mí expresar una idea, como no se me
ocurre nada comenzaré por contarte algo... cuando era niño, desde que tengo
conciencia, no tuve una madre, tampoco amigos, mi vida giraba en torno a mi
padre con quien viví muy feliz por muchos años, después conocí a Trowa, lo
considero como el hermano que no desee pero que doy gracias haber tenido,
entonces en mi vida ya había alguien importante y durante mucho seguí siendo
feliz, a pesar de lo difícil que me es mostrar una sonrisa. Creí que no me
hacía falta nada, tener una pareja para mí era insignificante pues tenía a mi
padre y a Trowa, pero entonces mi padre decidió mudarse de ciudad, yo me quedé
para estudiar, pensé que no era tan malo pues aún podía comunicarme con él,
pero entonces, cuando creí que todo estaba bien apareció alguien, no sé cómo
sucedió ni en qué momento comencé a sentir que arruinaría lo poco que me
quedaba, pero aunque no me agradara su presencia, debía admitir que solamente
él era capaz de hacerlo sonreír, eso me daba gusto, por otra parte pues por
primera vez yo lo veía feliz, entonces lo acepté..."
El trenzado hace otra pausa
al darse cuenta que Heero hablaba de Quatre, ahora entendía el porqué de las
palabras de su amigo rubio cuando decía que por alguna extraña razón él y Heero
no eran amigos
Duo. "Volví a sentirme
solo, como aquellos días en que le preguntaba a mi padre ¿Dónde está mamá?.
Después perdí a papá y aquel dolor me parecía incurable... entonces fue cuando
creí que no podía volver a sentirme nunca como en aquellos días junto a mi
padre y Trowa, eso creí hasta que apareciste, no te diré que fue amor a primera
vista, ni siquiera que me hayas interesado como pareja, de hecho creí que tal
vez podía reemplazar a Trowa con tu presencia, tal vez no te agrade saberlo
pero realmente lo creí así entonces..."
Efectivamente al trenzado
no le agrada eso pero aunque así era le daba gusto que Heero se abriera con él,
aunque fuera en una carta
Duo. "Pasaron pocos
días para darme cuenta de que eras una persona realmente increíble, amable y
sencilla, a pesar de ser realmente bello nunca te mostraste pretencioso o
arrogante, eso es lo primero que me cautivó de ti... el tiempo pasó y te conocí
un poco más, me ofreciste tu amistad incondicional, escuchaste mis palabras,
escuché las tuyas y me conmovió tu forma de ser, amable, sincero, con una
sencillez digna de admirarse, he llegado a cuestionarme si realmente eres real,
y lo eres, lo comprobé cuando tuve cerca tu cuerpo, cuando olí tu aroma, cuando
te miré profundamente a los ojos sin que te dieras cuenta de que muero de amor por
ti..."
Nervioso el trenzado
aprieta un poco la hoja, Noin toma nota de todas las reacciones de su paciente
Duo. "Tal vez al
principio fue conveniencia porque necesitaba desesperadamente de un amigo; tal
vez después fue necesidad, porque me sentía solo; después se volvió deseo,
porque eres realmente el más hermoso que haya visto, porque necesitaba la
cercanía de un cuerpo que me brindara calor; después se convirtió en
protección, quería alejarte del mal que cualquiera pudiera hacerte, cuidar de
ti como se cuida un tesoro; pero después, finalmente lo comprendí, estaba
enamorado, felizmente enamorado de alguien hermoso y excepcional, de alguien
por quien sería capaz de morir en cualquier instante, a quien ofrezco todo de
mí y mucho más..."
Las manos de Duo temblaban
cada vez más y algunas lágrimas luchaban por salir
Duo. "¿Qué pienso de
ti? Lo mejor, no me importa tu pasado, no me importan las manos que tocaron
antes tu cuerpo, ni los labios que te robaron miles de besos... solo me
interesa curar tus heridas, aunque no me ames, aunque no toque jamás tu
cuerpo... con solo ver una sonrisa se compensa todo... porque tu alegría y
entusiasmo son mi razón para levantarme cada día... ¿qué puedo encontrar en ti?
Ternura, humildad, alegría, esperanza, fortaleza, amabilidad , delicadeza y una
gran amistad... gracias por aparecer en mi vida... las palabras que pudiera
escribir para decirte lo mucho que representa tu existencia en la mía... jamás
serían suficientes..."
No aguándose ni un segundo
más el trenzado aprieta completamente la hoja con sus manos y se la lleva al
pecho, cerrando los ojos comienza a llorar desesperadamente, Noin lo miraba
atenta y escribía sus anotaciones, mientras tanto el trenzado no podía pensar
en nada, eran tantas cosas en las que podía pensar pero aun así un tornado de
emociones lo tenían bloqueado, su cuerpo entero temblaba, si con las palabras
de Quatre había sentido una sacudida, con las de Heero podía sentir una
completa revolución y ese ardor en lo más profundo de sus entrañas
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