Lo que el viento se llevó
Capítulo 9. Un pasado atroz
Ninguno de los dos podía
conciliar el sueño, Duo porque no sabía cómo comenzar a hablarle a Heero de su
pasado y él porque no podía creer que aun estando en la misma habitación con el
trenzado no fuera capaz de tomarle entre sus brazos, era algo cruel pero no
podía ser impulsivo porque Duo podía considerarle un degenerado. El ojivioleta
estaba acostado sobre su hombro izquierdo dándole la espalda a Heero mientras
que él estaba acostado boca arriba mirando el techo con los brazos atrás de su
nuca
Heero. ¿Estás... dormido?
El ojiazul podía escuchar
claramente la respiración del trenzado y sabía que no estaba dormido pero
quería escucharlo de él, Duo se gira sobre la cama hacia su amigo y sonríe
Duo. No puedo dormir
Heero se sienta y mira
hacia dónde está Duo quien le miraba fijamente, estaba la luz apagada pero se
veía claro adentro de la habitación gracias al alumbrado público
Heero. ¿Quieres algo?
¿agua?
Duo. Estoy bien, gracias
El ojiazul asiente y vuelve
a acostarse en la misma posición, Duo se acerca un poco más a la orilla de la
cama y se acuesta sobre su hombro derecho observando atentamente a Heero, él se
da cuenta que el trenzado le mira atento y se sonroja tratando de aparentar que
no le ha visto que le observa
Duo. Heero tú...
Heero. ¿Eh? Dime
Heero voltea su cabeza
hacia la cama y observa a Duo quien tenía una expresión de preocupación,
pareciera como si algo le estuviera inquietando, además el trenzado estaba
sonrojado pero de esto no se daba cuenta el ojiazul
Duo. No, olvídalo
Avergonzado Duo se gira
para estar nuevamente sobre su hombro izquierdo dándole la espalda a Heero
quien se queda con la duda pero decide no comentar nada ni preguntar nada,
seguramente el trenzado se atrevería a decirle en otra ocasión, no quería
presionarlo en ningún sentido... en unas horas amanece y los rayos del sol
entran fuertemente por la ventana cayendo sobre el rostro de Duo, el trenzado
abre los ojos poco a poco y se sienta sobre la cama emitiendo un amplio
bostezo, lo primero que hace es mirar hacia el suelo para ver a Heero pero éste
no estaba ahí y tampoco las sábanas, curioso el trenzado se pone sus zapatos y
sale de la habitación, al hacerlo percibe un rico olor que proviene de la
cocina y va hacia ella encontrando a un ojiazul que preparaba el desayuno,
Heero se percata de la presencia del ojivioleta y voltea hacia él, Duo le
sonríe ampliamente
Duo. Que rico huele, seguro
eres gran cocinero
Heero. Esto... gracias
Un poco apenado por el
halago Heero se sonroja y continúa cocinando, Duo estira los brazos y ve en la
sala el caballete aún puesto y se dirige hacia él para observar el progreso de
la pintura
Duo. Eres increíble
Maravillado con el avance
Duo comienza a analizar la pintura, aún le faltaba para estar terminada pero el
progreso era bastante bueno, el trenzado voltea hacia el otro lado de la sala y
observa una foto sobre la mesita de la esquina, nunca antes había visto la foto
la cual era la única que tenía Heero en esa parte de la habitación, curioso Duo
se acerca a ella y la agarra, en ella estaban retratados el ojiazul y su papá, Heero
estaba más joven, era de cuando estudiaba la preparatoria, el trenzado la
observa fijamente y sonríe
Duo. Tu papá era apuesto,
pero no se parecen
El comentario de Duo hace
voltear a Heero hacia él, el ojiazul apaga la estufa y se acerca a Duo que seguía
mirando la fotografía
Heero. Me parezco a mamá
Las palabras de Heero no
sonaba para nada animadas, Duo recuerda lo que hasta ese momento sabe de la
mamá del chico y se apena, había hecho un comentario inapropiado
Duo. Lo siento
Avergonzado y triste Duo
agacha la cabeza y aprieta las orillas del marco del retrato, Heero observa su
reacción y coloca una mano sobre el hombro, Duo voltea hacia él
Heero. No te pongas triste,
además yo no siento nada por esa señora
Indiferente y tratando de
ser amable con Duo le quita la foto de las manos y la pone en su lugar para
después alejarse hacia la cocina para servir el desayuno, el trenzado observa a
Heero y después voltea hacia el retrato, le parecía triste que Heero pensara
eso de su mamá, sabía que aquella señora no había sido buena madre y que le
había abandonado para hacer carrera en el cine porno pero no dejaba de ser su
madre...
En el transcurso del desayuno los dos permanecen callados, después de
lo sucedido con el retrato Duo no se atrevía a hacer más comentarios, no quería
ser un imprudente; después del desayuno mientras Heero lava los trastes y
acomoda la cocina y el comedor, Duo regresa a la habitación para ponerse su
ropa del día anterior ya que el ojiazul le había prestado ropa para dormir y
también tiende la cama, el trenzado sale de la habitación cuando termina y
Heero le espera en la sala
Heero. Te llevo
Duo se sorprende un poco
por las palabras de Heero, seguramente se había molestado porque le había hecho
recordar a su madre y eso lo pone triste
Heero. ¿Qué pasa?
El ojiazul nota que Duo se
ha puesto algo triste y se acerca a él
Duo. No era mi intención
hacerte enojar
Heero. ¿Eh?
El trenzado baja la mirada
y enseguida Heero se acerca aún más a él colocando los brazos sobre sus
hombros, Duo voltea enseguida sonrojándose un poco mientras los ojos azules lo
miran fijamente
Heero. No pienses eso, no
estoy molesto
Duo. Pero dije algo que
no...
Heero. Ya te dije que esa
señora no me importa, si nos parecemos no me interesa, tuve un buen padre, eso
me basta
Duo. ¿De verdad?
Heero. Sí
Duo. ¿Pero entonces por qué
me vas a llevar de regreso?
Heero. ¿Eh?
No entendiendo las palabras
del trenzado Heero enarca una ceja y se aleja soltándole los hombros a Duo quien
se sonroja un poco más
Duo. Es que yo... bueno,
estaba pensando que... bueno mientras... terminas el cuadro tal vez yo... deba
quedarme
A diferencia de Duo, Heero
se sonroja hasta los pies abriendo los ojos y poniéndose algo nervioso, tener
al trenzado unas horas cerca de él era una completa tortura pero teniéndolo un
par de días le resultaba completamente un sacrificio, tan cerca y tan distante,
ahora estaba completamente mudo, el ojivioleta lo interpreta de otra forma y
sonríe tímidamente
Duo. No me hagas caso, otra
vez estoy siendo imprudente
Heero. No... me parece...
perfecto
El ritmo de los latidos de
Heero se intensifican y una gota de sudor cae de su frente por la mejilla,
estaba entrando en terrenos prohibidos, debía de contenerse para no llegar a
hacer ninguna clase de estupidez que lo arruinara todo... la respuesta de Heero
pone a Duo muy contento y él muy feliz se acerca al ojiazul saltando a sus
brazos como niño pequeño, Heero siente el cuerpo del trenzado pegado al suyo y
vuelve a sonrojarse no solo del rostro si no por todo el cuerpo y un agradable
cosquilleo le recorre por completo
Duo. Seremos compañeros de
departamento
El trenzado sonaba muy
feliz y Heero solamente se queda callado y nervioso, su cuerpo estaba rígido
mientras Duo le abrazaba con fuerza soltándose algunos segundos después
Duo. Le llamaré a Quatre
Duo suelta a Heero y se
aleja para acercarse al teléfono y marcarle a su amigo mientras que Heero lo
observa atentamente emitiendo después una sonrisa, el trenzado era un chico muy
vivaracho y eso le agradaba mucho, comenzaba realmente a gustarle...
Ese día era sábado y Heero
deja a Duo en casa para ir a visitar a Trowa, sabía que a veces Quatre
trabajaba los sábados y que su amigo salía con él hasta en la tarde así que aprovecha
para visitarle y así poder hablar libremente sobre el secreto del ojiverde,
Catherine abre la puerta a Heero y contenta lo deja pasar, el ojiazul sube
hasta la habitación donde está Trowa acostado, se le veía algo pálido y
preocupado, su amigo se acerca apresurado a la cama y se sienta
Heero. ¿Estás bien?
Trowa. Sí, me levante con
dolor de cabeza y por eso trato de descansar, así cuando vaya por Quatre para
ir al cine quiero que me vea bien
Heero. Trowa...
Trowa. Ya sé, que se lo
diga ¿verdad?
Heero. Lo merece
Trowa. Lo sé, he pensado un
poco y tal vez lo haga pero no pronto
Heero. Pero...
Trowa. No te preocupes, sé
que me moriré pronto pero...
Heero. ¡Basta!
Enojado el ojiazul se
levanta de la cama y observa molesto al ojiverde, sus ojos brillaban un poco,
odiaba escuchar que su amigo moriría, más aún de sus propios labios, Trowa lo
mira fijamente y apretando las sábanas se voltea a otro lado pero después se
calma y voltea nuevamente hacia su amigo sonriéndole con falsedad
Trowa. ¿Y... cómo va lo de
Duo?
El ojiazul continúa mirando
igual a su amigo que trataba de cambiar el tema de conversación pero eso no le
agradaba tampoco
Heero. También necesitas su
apoyo, te quede el tiempo que te quede, aprovéchalo
Trowa. ¿Cómo va lo de Duo?
Heero. Trowa...
Trowa. ¿Él está bien?
El ojiazul entiende por fin
el mensaje y suspira apretando después los puños, tenía muchas cosas que
decirle a Trowa respecto de su situación pero parecía que el ojiverde no quería
hablar de eso y él iba a respetar su decisión
Heero. Sí, Duo está bien
Trowa. Me alegra
Heero. Estará conmigo
algunos días en tanto no termine con el cuadro
Trowa. Te felicito
Sonriendo sinceramente
Trowa estira su mano y agarra la de Heero, ambos se mira fijamente a los ojos
por algunos segundos pero en ese momento la puerta de la habitación se abre,
Heero y Trowa voltean después que ésta se abre y observan a Quatre que está ahí
y les mira fijamente, se le veía confundido
Quatre. Siento interrumpir
Un poco molesto Quatre
vuelve a cerrar la puerta, ambos voltean a verse y notan que aún están tomados
de la mano, enseguida se sueltan y Heero se pone de pie caminando a prisa para
alcanzar al rubio que bajaba apurado las escaleras, seguro sus ojos lo
engañaban pero no le agradaba en lo más mínimo, Trowa sale de la cama y se pone
los zapatos para también ir tras su novio... Heero alcanza a Quatre cuando éste
baja las escaleras y coloca una mano sobre su hombro, el rubio voltea
frunciendo el ceño
Quatre. Continúen
Heero. Quatre, analiza detenidamente
lo que estás pensando
Quatre. No sabes que estoy
pensando
Heero. Tomé la mano de
Trowa pero no se trata de eso
Quatre. ¿Y esa miradita
qué?
Heero. Verás...
El ojiazul no sabe que
explicar y se queda callado por algunos momentos, en ese instante llega Trowa
hasta la parte de abajo de la casa
Trowa. No me sentía bien,
mi amor no pienses tonterías
Quatre observa a su novio y
sonríe tranquilo acercándose a él
Quatre. Perdóname
Avergonzado por su escenita
de celos el rubio se acerca más a Trowa y recarga su cabeza en su pecho, el
ojiverde lo abraza cariñosamente y besa su cabeza
Heero. Bien, los dejo
El ojiazul camina hacia la
puerta pero Quatre lo detiene con su voz, Heero voltea hacia él y el rubio se
aleja un poco de Trowa
Quatre. Perdón Heero, que
tonto soy
Heero. No te preocupes, está
bien
Quatre. Gracias por hacerte
cargo de Duo por unos días y no le hagas nada extraño
Heero. No
Nuevamente Heero se da
media vuelta y se va, Quatre voltea apenado con Trowa y sonríe tímidamente, el
ojiverde le da al rubio un ligero coscorrón
Trowa. Tontito
Quatre saca la lengua a su
novio y lo vuelve a abrazar, Trowa también lo abraza y sonríe pero después
eleva la mano y la mira fijamente empuñándola después, tal vez ya era momento
de hacerle caso a su amigo y hablar con Quatre, así tal vez evitarían más malos
entendidos...
Treize y Wufei se había
despedido esa mañana, Wufei partiría con el señor Noventa mientras que el
esposo de Duo se quedaría ahí para atender otros asuntos, el pelinegro miraba
fijamente por la ventana del avión, estaba triste y pensativo, analizaba una y
otra vez en su cabeza la confesión del hombre que amaba, violaciones, golpes,
humillaciones verbales y físicas, a eso y más se había sometido Duo estando con
Treize, le parecía algo difícil de creer y de aceptar pero su creencia de
querer vivir eso también si Treize le amase tanto como él, seguiría en pie, no
le importaría cuantas veces le destrozara Treize, él lo amaba profundamente y
haría cualquier cosa, incluso poder perderlo para siempre, por eso le ayudaría
en su búsqueda del trenzado, una vez que terminara el negocio con el Señor
Noventa seguiría con la búsqueda del ojivioleta...
Por la tarde después de un
par de horas de aterrizado el avión, el señor Noventa instala a Wufei en su
Hotel y después lo llama para la reunión con el señor Darlian, la presentación
se lleva a cabo en un Restaurante y días posteriores se realizaría una
cena-baile donde Marshall Noventa pretendía presentar a Relena con su ahora
mano derecha Wufei y así incitar un romance entre los dos...
Por la noche de ese día Duo
se encarga de la cena en el departamento de Heero, el ojiazul había propuesto a
Trowa que salieran los 4 pero el ojiverde había insistido en que aprovechara el
tiempo con el cuadro además que él prefería estar a solas con Quatre ese día
aprovechando que Duo no estaría en el departamento... después de la cena la
cual había sido muy buena, ambos chicos se proponen continuar con el cuadro,
como siempre el trenzado se desnuda y se acomoda en el sillón, ahora Heero
poseía mayor control sobre sus ojos y se dedicaba más al cuadro mientras que
Duo mantenía sus pensamientos en otro lugar al tiempo que seguía recordando...
- Recuerdo -
Después de 2 días de
inconsciencia Duo había logrado despertar, el golpe en la cabeza que Treize le
había dado con la lámpara había requerido de un par de puntadas, todo su cuerpo
realmente dolía pero lo que más pena le causaba era la opresión en el corazón,
para siempre la imagen de Treize se había hecho trizas... al abrirse los ojos
violetas lo primero que el trenzado observa es un enorme ramo de flores,
estaban junto a su cama y sabía bien de parte de quien eran, inconscientemente
aprieta con fuerza sus puños, sentía mucho coraje pero a la vez sabía que no
podía hacer nada para remediar su situación, después de todo sus padres habían
insistido en que él se debía para siempre a su esposo, pasara lo que pasara...
la puerta de la habitación se abre pasando por ella Treize, al verlo Duo se
voltea hacia el otro lado de la cama, Treize agacha la mirada y lentamente se
acerca a su esposo cuyas lágrimas comienzan a brotar de sus ojos mojándole las
mejilla
Treize. Mi amor...
Duo. Déjame
Indignado Duo aprieta los
ojos y comienza a sollozar, nunca le habían golpeado de esa forma y aunque
sentía real arrepentimiento por parte de su esposo no dejaba de ser triste,
apenado Treize se acerca a él y le agarra una de sus manos comenzando a besarla
cariñosamente
Treize. Por favor perdóname
amor, sabes que no lo quise hacer
Duo. Pero lo hiciste, me
lastimaste
Treize. Mi amor por
favor... mírame
Sin ganas de hacerlo el
trenzado voltea hacia Treize y éste también tenía lágrimas en los ojos que
conmueven al ojivioleta
Duo. ¿No lo volverás hacer?
Treize. No mi amor, te lo
prometo
Duo. Me asusté mucho
Nuevamente el trenzado
comienza a llorar y Treize lo abraza con mucha fuerza también comenzando a
llorar, en ese momento una enfermera entra a la habitación y al verlos frunce
un poco las cejas y se acerca a la pareja los cuales se separan poco después, Treize
observa cariñosamente a Duo y le besa la frente acariciándole algunos cabellos
Treize. Ahora vuelvo mi
amor
Duo. Sí
El esposo de Duo sale de la
habitación y enseguida la chica se acerca al trenzado y agarra una de las rosas
sobre la mesa
Enfermera. Típico, te
golpea, pide perdón y te regala flores
Duo. ¿Eh?
Enfermera. Es obvio que fue
él
Duo. ¡No es verdad! me caí
por las escaleras
Enfermera. Puedes
denunciarlo, lo volverá hacer
Duo. ¡No! no lo haré, él me
ama y está arrepentido
Enfermera. Entonces lo
admites
El trenzado se queda mudo
después de las palabras de la enfermera y desvía su mirada mostrándose molesto
y confuso
Enfermera. No tienes por
qué aguantar sus golpes, necesitas ayuda
Duo. Váyase por favor,
confío en él y en el amor que me tiene
Enfermera. Pero...
Duo. Usted no lo entiende,
no tengo a nadie más, sin él me voy a morir, lo amo
La mirada del trenzado era
de derrota, la enfermera entiende con esas palabras que aquel chico vivía
dentro de una jaula y que a la vez pedía auxilio a gritos, tal vez no conocía
otra vida que no fuera esa, que triste le parecía pero ella no era nadie para
intervenir...
- Recuerdo -
Sin decir nada Duo se pone
de pie y se dirige al baño, Heero se queda callado ante tal acto y solo se
queda ahí, no era propio del trenzado hacer eso pero no quería ser
indiscreto... el ojivioleta llega al baño y se mira en el espejo fijamente
Duo. ¿Y sí le hubiese
denunciado? Si tan solo... si tan solo pudiera cambiarlo
Los ojos del trenzado
comienzan a humedecerse y él continúa mirándose fijamente en el espejo, sus
ojos le traicionan y algunas lágrimas le comienzan a salir por ellos, triste
Duo se agacha colocando su cabeza en el lavamanos, de pronto levanta nuevamente
la cabeza y mirándose al espejo sonríe levemente
Duo. No... no lo habría
vuelto a ver y no hubiera conocido a Heero y a Trowa... Heero
El trenzado sonríe
tiernamente y se lleva una mano al pecho secándose las lágrimas con la otra, a
veces se arrepentía de no haber huido antes de su esposo pero si se ponía a
pensar entonces no se habría visto con Quatre y no hubiese conocido a los otros
dos, realmente se sentía aliviado de poder tenerlos a los tres, Trowa era
atento y amable con él, Quatre era el hermano que jamás había tenido y Heero un
chico lleno de sorpresas, al principio le había parecido demasiado frío pero
ahora que le conocía más se daba cuenta que era un chico muy lindo y demasiado
amable con él, le trataba con ternura y se sentía protegido a su lado, era por
esas tres causas que agradecía todo lo sucedido antes de su partida, porque
todo lo que había vivido le tenían ahora en ese momento y lugar...
Duo sale del baño sin que
se notara que había llorado y regresa a su pose en el sillón, Heero estaba en
su habitación y no escucha cuando el trenzado había regresado; en lo que el
ojiazul regresa Duo vuelve a echar un vistazo a la fotografía pero acostado en
el sillón y se preguntaba cómo era la vida de Heero cuando su padre aún vivía,
en la foto se notaba lo bien que se llevaban pero la mirada de Heero era fría,
como la que mostraba la mayoría de las veces, eso le parecía triste.. el
ojiazul regresa a su puesto frente al lienzo
Duo. Lo siento, me dieron
ganas de ir al baño
Heero. Está bien
Heero vuelve a tomar su
brocha y comienza a poner pintura sobre la figura del trenzado la cual ya
estaba perfectamente trazada, Duo seguía recordando en momentos, en sus
gesticulaciones a veces se notaba y eso ayudaba al pintor para inspirarse en la
expresión de la pintura y por lo mismo no quería interrumpir al trenzado,
además ese rostro que el ojivioleta le mostraba aunque sabía que era de dolor
no dejaba de maravillarlo, detrás de esos ojos tristes se encontraba un
horrible pasado y él quería saberlo pero todo a su tiempo...
En vista de su no talento
para cocinar Quatre compra comida hecha para la cena y prepara el departamento
para una velada romántica, Trowa había quedado de llegar antes de las diez, eso
daba al rubio tiempo para prepararlo todo, luces apagadas y unas cuantas velas
puestas estratégicamente para dar suficiente luz, música de piano y aromatizante
afrodisíaco
Quatre. Listo
Sonriendo el rubio admira
su obra y se retira a su habitación para mirarse al espejo, su cabello, aún
estaba húmedo y su piel se encontraba fresca, en cuanto a su vestimenta no era
nada extraordinario pero le hacían ver muy bien, sus pantalones eran negros, no
muy justos al cuerpo, su camisa era de color morada con el último botón
abierto, mangas largas y tela delgada que dejaba entrever su piel, zapatos
negros cerrados
Quatre. Qué bien te ves
Se dice en broma soltando una
risa traviesa, en ese momento el timbre del departamento suena y una sonrisa
aún más grande se dibuja en sus labios, contento sale de su habitación para
abrir la puerta, al hacerlo, como se lo esperaba Trowa llegaba, el ojiverde
mira a su novio y se sorprende, el rubio era lindo y de por sí le encantaba
pero arreglado así le quitaba el aliento, se había quedado sin palabras
Quatre. Pasa mi amor
Trowa. Sí, hola
El ojiverde se agacha un
poco y regala a su novio un tierno beso en los labios y después entra al
departamento observando los detalles que el rubio había preparado para él,
estaba muy contento por todo lo que había hecho el rubio y veía en Quatre un
gran sonrojo pero él se siente triste
Quatre. ¿No te gusta?
Trowa. Mi amor, me encanta
Quatre. Ven
El rubio extiende su mano
derecha y sin dudar Trowa la toma entre la suya y se acerca al rubio, Quatre
estira su otra mano y sujeta al ojiverde de la nuca atrayéndolo a él, al mismo
tiempo cierran sus ojos y se regalan un tierno beso en los labios, despacio,
sin prisas, las manos de Trowa aprisionan el cuerpo del rubio y comienzan a
moverse al ritmo de la música, la falta de aire los hace separar sus labios
poco a poco y al abrir los ojos se miran profundamente, Quatre sonríe y quita
su mano de la nuca acariciando el rostro de su amado, Trowa cierra los ojos y
mueve su cara sintiendo la mano tibia de su novio
Trowa. Te amo
Quatre vuelve a sonreír y
recarga su cabeza en el pecho de Trowa sin perder el ritmo de la música
colocando sus manos en la espalda del ojiverde y también cierra sus ojos
Quatre. También te amo
Decirlo nunca estaba de más
y ambos lo sabían, por eso lo hacían de vez en cuando aunque bastaban momentos
como ese para solamente sentirlo...
Heero se da cuenta que Duo
se movía a veces signo de que estaba cansándose de la pose y por eso deja la
brocha sobre la paleta, al escuchar ese pequeño ruido el trenzado voltea hacia
el ojiazul
Duo. ¿Acabamos por hoy?
Heero. Sí
Duo sonríe aliviado y se
sienta dándose masajes en el cuello, sus piernas estaban abiertas y la mirada
de Heero no puede evitar vagar y sin que el trenzado se dé cuenta de ello el
ojiazul le observa fijamente, anteriormente había pintado desnudos masculinos y
sus modelos por lo general a veces solían tener erecciones, algo que
consideraba normal en esos casos pero a Duo nunca le había pasado, la mirada
azul estaba muy fija en su entrepierna y guardaba sus cosas sin prestarles
mucha atención, ni siquiera había enjuagado las brochas, Duo se pone de pie y
enseguida Heero disimula guardando sus pinturas
Duo. Me cambiaré
Heero. Si
De pie el trenzado se
estira alzando ambos brazos y cuando los baja su miembro se mueve levemente de
arriba hacia abajo, Heero lo había visto de reojo y su cara se torna roja por
completo, el trenzado se retira hacia la habitación llevándose su ropa y Heero
exhala llevándose una mano al cabello y después baja su mirada al sentirse
excitado, el de la erección había sido él y eso lo avergonzaba, no sabía cómo
iba a hacerle para tener a Duo ahí por un par de días sin volverse loco...
Habían bailado un poco y
ahora estaban sentados a la mesa, sus sillas estaban muy juntas, Quatre había
comprado un preparado de carne con champiñones que acompañaban con puré de
papas y vino blanco aunque solo Quatre lo estaba tomando ya que el ojiverde no
podía por culpa de sus medicinas, el rubio daba a su novio de comer con el
tenedor y a su vez se daba así mismo bocados
Quatre. ¿Está rico?
Trowa. Mucho... no lo
hiciste tú ¿verdad?
Conociendo su no talento
Trowa sonríe al descubrirlo y también Quatre sonríe un poco apenado volteando a
ver a su novio
Quatre. ¿Se nota?
Trowa. Si
El rubio le saca a Trowa la
lengua y después se lleva un champiñón a la boca sujetándolo con los dientes y
se acerca al ojiverde, él también se acerca y se lo quita de la boca besándose
en seguida, después del beso Quatre toma un poco de puré con su dedo índice y
lo acerca a la boca de Trowa pero antes de que llegue cae un poco sobre él, los
dos sonríen por el incidente y el ojiverde lleva su boca al dedo del rubio
comiendo de ese puré lamiendo después el dedo terminando con una ligera
mordida, Quatre jadea y mira a su novio detenidamente, Trowa también lo mira y
después voltea hacia el pecho de Quatre observando el puré que había caído
Quatre también voltea unos segundos y después mira nuevamente a Trowa quien se
agacha y desabrocha dos botones, sin hacerle esperar el ojiverde saca su lengua
y lame lentamente la zona quitando el puré, Quatre se muerde el labio y
acaricia el cabello de Trowa quien después da otro par de lengüetazos, el rubio
vuelve a jadear cerrando los ojos, el ojiverde también se excita y desabotona
el resto de la camisa retirándola del lado izquierdo de Quatre comenzando a
besarle el hombro bajando lentamente con la lengua hasta que ésta pasa
delicadamente por el pezón, el rubio se estremece al sentirla y después Trowa
lleva su pulgar hacia éste dándole suaves masajes, Quatre comienza a sentir
como su miembro se endurece poco a poco conforme Trowa masajea y lame su pezón
alternadamente
Quatre. Ah... Trowa
El ojiverde levanta la
mirada sin dejar de lamer el pezón y ve a Quatre con el rostro sonrojado
sintiendo las lamidas con los ojos cerrados, la sola imagen lo excita más y
lleva su mano hacia la entrepierna de su amante sintiéndola dura,
automáticamente el rubio cierra un poco las piernas y jadea excitado, Trowa se
pone de pie y Quatre también cayéndose su camisa al suelo por el movimiento...
Mientras Duo ve televisión
acostado en la cama, Heero se mete a bañar, se sentía mal por haberse excitado
al ver al trenzado siendo que él sumamente inocente nunca lo había hecho, esa
era la diferencia entre los dos, el trenzado no veía las cosas con la malicia
que él lo hacía y también se sentía mal por traicionar a Duo haciéndose pasar
por el buen amigo cuando sus deseos por él cada vez eran más peligrosos, Duo le
tenía confianza y él lo miraba con ojos sucios, sabía que estaba mal pero no
podía renegar de su naturaleza
Heero. Maldita sea
Con el agua cayendo sobre
su cuerpo tibio Heero recarga la frente en la pared agarrando las llaves del
agua con sus manos, había terminado de limpiarse e iba a cerrar las llaves pero
aún se sentía erecto y baja su mirada hacia su entrepierna, clamaba atención,
necesitaba masturbarse, sentía dolor, una fuerte opresión, lástima que Duo
estaba en el cuarto y podía escucharlo aunque el trenzado le había dicho que
vería televisión
Heero. Duo...
El ojiazul se lleva la mano
derecha a su miembro y lo sujeta, con la otra abre más las llaves para que
hicieran más ruido y deja esa mano apoyada sobre la pared mientras con la otra
comienza a acariciarse suavemente, sus ojos se cierran poco a poco y acelera su
ritmo abarcando cada vez más su miembro y haciendo la cabeza hacia tras, los
gemidos comenzaban a salir, tranquilos al principio, acelerados después, Duo
veía atento la televisión, un programa de comedia que le estaba haciendo reír y
no notaba los gemidos placenteros que emanaban del baño, la mano de Heero
apretaba el miembro y daba algunos jalones sintiendo como la sangre se agolpaba
cada vez más mientras la desnudez de Duo le inundaba la mente, su miembro
flácido moviéndose cuando Duo se movía cuando se cansaba de la pose, eso le
ayudaban a que la masturbación fuera más placentera y por segundos olvida que
había alguien más en el departamento dándole rienda suelta a sus gemidos, su
rostro estaba rojo, su cuerpo muy caliente a pesar del agua, su trasero
comenzaba a apretarse mientras sus caderas daban movimientos hacia delante...
Duo cambia el canal cuando hay comerciales y eso da un espacio en el que no hay
ruidos en la televisión y alcanza a escuchar un poco de lo que ocurría en el
baño, confundido creyendo que su imaginación le engaña el trenzado vuelve a
pasar otro canal pero vuelve a escuchar lo que parecían ser gemidos
Duo. ¿Será?
Duo apaga la televisión y
se baja a prisa de la cama saliendo después de la habitación para acercarse al
baño donde coloca su oreja sobre la puerta escuchando claramente unos gemidos,
instantáneamente su rostro se vuelve todo rojo y se tapa la boca
Duo. Se... está masturbando
Lo sabía, Treize le había
dicho que de vez en cuando una persona lo hacía, le había explicado que era una
satisfacción personal, algo superficial que haces cuando te sientes solo y que
muchas veces podía causar culpa en las personas pero que era algo que se sentía
realmente bien, el trenzado nunca lo había hecho, solo cuando las manos de Treize
lo ayudaban pero él compartía la opinión de que se trataba de algo vacío sin
sentido, no comprendía porque Heero lo hacía, no se imaginaba algo así...
Su
miembro goteaba un poco de semen y el ojiazul abre los ojos para observarlo
excitándose más, su mano sin perder el ritmo comienza a aplicar un poco más de
velocidad, sintiendo el líquido caliente recorrerle hasta que un chorro sale
por fin haciéndole gemir con fuerza cayendo de rodillas al suelo y un segundo
brote que le hace apretar los ojos, su mano hace un último movimiento haciendo
salir el tercer chorro aún más pequeño que los anteriores donde aprieta con fuerza
los labios terminando así su acto, la respiración estaba muy acelerada y su
cuerpo se sentía un poco cansado, el agua deja que todo se diluya y Heero se
queda en el suelo de rodillas mientras que Duo se retira de la puerta y regresa
a la habitación volviendo a prender la tele, su rostro aún estaba muy colorado
y su pecho se sentía agitado, estaba nervioso, no se sentía excitado, solo
estaba nervioso porque no sabía cómo iba a ver a Heero después de eso...
La ropa de ambos se
encontraba en el suelo, se habían estado besando de pie aun sintiendo el ritmo
de la música, moviéndose conforme la melodía se los indicaba, sus manos se
acariciaban mutuamente, el ojiverde dirige poco a poco a Quatre al sillón más
grande de la sala, sabían que Duo no iba a llegar como la vez anterior, que
tenían todo el departamento para ellos solos y la habitación se encontraba más
lejos que la sala, sus cuerpos clamaban por la entrega, al llegar al mueble
lentamente se sientan sin soltarse los labios, el cuerpo del ojiverde comienza
a ganar terreno sobre el cuerpo del rubio pero sin que pueda alcanzar a
acostarlo Quatre coloca sus manos en el pecho de su novio y lo aleja con
delicadeza separando también sus labios
Trowa. Pe...
Quatre. Sssht
Con una linda sonrisa
Quatre calla a Trowa colocando su dedo sobre los labios del chico y sin
quitarlo de ahí se incorpora en el sillón bajando su mano al estómago del
ojiverde dándole algunos masajes, Trowa estaba un poco confundido pero cuando
Quatre se levanta del sillón y se hinca frente a él lo comprende, hacía mucho
tiempo que el rubio no le hacía sexo oral por lo que no se imaginaba que quería
hacerlo, el rubio sonríe con ternura a su novio y coloca ambas manos sobre las
rodillas separándole las piernas y así se acomoda entre ellas, Trowa baja su
mano derecha al rostro de su novio, le acaricia la mejilla y después los
labios...
Quatre baja la cabeza y saca un poco la lengua acercándose un poco
más hasta tocar con ella la punta del miembro de Trowa quien cierra unos
instantes los ojos, las manos del rubio que estaban en las rodillas comienzan a
subir por las piernas respectivas y después vuelven a bajar hasta las rodillas
dando así un sutil masaje el cual repite una y otra vez mientras comienza a dar
más lengüetazos de forma segura, Trowa se mordía los labios observando al rubio
regalándole aquel placer, la lengua de Quatre recorría lo largo del miembro
desde el inicio hasta la punta, moviendo su lengua de forma circular alrededor
del glande y sus manos continuaban con ese masaje en las piernas
Por segundos
los ojos de Trowa se cerraban sintiendo estremecimientos en su abdomen pero sus
ojos no querían perder detalle alguno, el rostro de Quatre estaba completamente
sonrojado, el miembro de Trowa ya estaba completamente duro por lo que comienza
a meterlo a su boca llegando éste solo a la mitad pero el rubio se esforzaba
por introducirlo más, el ojiverde baja ambas manos y las coloca sobre las manos
de Quatre que se encontraban sobre sus piernas deteniendo así los masajes, el
rubio aprieta sus manos en las de Trowa acelerando las embestidas en su boca,
también el rostro del ojiverde se sonroja y sin poder mantener más los ojos
abiertos los cierra con fuerza
Trowa. Oh Quatre... mnh!
Su miembro punzaba en la boca
del rubio y comenzaba a gotear, Quatre siente que pronto su novio va a terminar
y lo saca de su boca soltando también su mano derecha para que ésta continuara
con la labor mientras que la otra continuaba entrelazada a la de Trowa, el
ojiverde no puede más y todo su líquido sale en dos brotes cayendo en el rostro
y mano de Quatre así como en sus piernas, su mano la aprieta con fuerza en la
del rubio al sentir el orgasmo acompañado de un gemido lleno de placer, su
respiración estaba por completo agitada y poco a poco abre sus ojos sintiéndose
apenado al ver que ha llenado la cara de su novio pero él le regala una amplia
sonrisa
Trowa. Lo siento
El rubio mueve la cabeza
varias veces negando y se limpia un poco la cara con su otra mano al soltarla
de la mano de Trowa volviendo a regalar otra sonrisa, el ojiverde también le
sonríe ayudando a Quatre a ponerse de pie, el rubio se sube en Trowa y
comienzan a besarse sensualmente...
Heero sale del baño
secándose el cabello y con la ropa ya puesta, Duo escucha el ruido de la puerta
y se pone muy nervioso no sabiendo que hacer ocurriéndosele que puede hacerse
el dormido pero cuando el ojiazul llega a la habitación ve al trenzado que se
acuesta rápidamente en la cama tapándose con la sábana
Heero. ¿Duo?
El ojiazul había visto al
ojivioleta moverse, así que el engaño falla, el trenzado se destapa y voltea
sonriéndole nervioso poniéndose rojo
Duo. También tomaré un baño
Duo se pone de pie rápido y
sale de la habitación dejando a Heero confundido
Heero. ¿Sin ropa ni toalla?
El ojiazul se acerca a su
clóset y saca de ahí cosas de él para prestarle al trenzado, por la emoción de
que se quedaría ahí ninguno había pensado en ir al departamento de Quatre por
algunas cosas de Duo... Heero encuentra las cosas para Duo quien ya estaba
adentro de baño y le toca la puerta
Duo. ¿Qué pasa?
Heero. Toalla y ropa
Duo. Ah... sí
El trenzado abre
rápidamente la puerta y quita de las manos de Heero la ropa y la toalla
volviendo a cerrar rápidamente la puerta dejando al ojiazul aún más
confundido... el trenzado se recarga en la puerta del baño con el corazón
agitado, se sentía nervioso de estar cerca de Heero, nunca había pensado en él
haciendo ese tipo de cosas, eso le había causado una gran impresión
Duo. Tranquilo, él también
es humano
Dándose ánimos el
ojivioleta deja las cosas que le ha llevado Heero sobre el tubo y comienza a
quitarse la ropa para entrar a bañarse deshaciendo antes su trenza, al entrar
abre las llaves del agua y procura enseguida que todo su cabello quede mojado y
así comienza a asearse comenzando con el cabello seguido del cuerpo, con el
jabón comienza a tallarse el pecho y brazos bajando después al estómago y antes
de llegar a las piernas se mira la entrepierna observándose fijamente
Duo. ¿Por qué lo hacen?
Dudándolo mucho y con la
mano temblando el trenzado se lleva el dedo índice hacia el miembro tocándolo y
deslizándolo hacia la punta pero sin llegar a ella pero enseguida lo retira
moviéndose éste ligeramente
Duo. No... yo no soy así
Avergonzado de haberlo
pensado por algunos segundos Duo levanta la cabeza y cierra los ojos cayendo el
agua sobre su rostro continuando así con su baño, él no era del tipo de
personas que se conformaba con ese tipo de satisfacción sexual, le parecía algo
muy vacío pero si Heero o quien fuera lo hiciera él no tenía por qué juzgarlo
así que no tenía por qué sentirse nervioso estando cerca del ojiazul, después
de todo él también era un ser humano y seguramente se sentía solo...
Mientras se besaban sus
manos recorrían sus cuerpos, las de Trowa se apretaban a la espalda del rubio
quien estaba sobre él hincado en el mueble mientras él estaba sentado con las
manos del rubio sobre sus hombros, el ojiverde se encontraba listo para otra
erección mientras que el miembro erecto del rubio chocaba contra su vientre,
poco a poco las manos de Trowa bajan hasta los glúteos de Quatre estacionándose
ahí, sus labios se sueltan por unos instantes para tomar aire volviendo después
a juntarse en otro beso apasionado, con delicadeza las manos del ojiverde
separan poco a poco los glúteos del chico y el mismo Quatre agarra el miembro
de su novio dirigiéndolo hacia su entrada y sus labios se sueltan una vez más
Trowa. Con... condón
Ante la petición de su
novio dicha en un susurro, Quatre niega con la cabeza, en esa ocasión no quería
que el chico usara el preservativo, recordaba que alguna vez Duo le había dicho
que se sentía bien sentirse lleno y quería probarlo en esa ocasión, sin
oponerse Trowa comienza a descender las caderas del rubio poco a poco, el tipo
de condón que generalmente usaban tenía lubricante por lo que en ésta ocasión
la penetración la hace lentamente, el rubio exclama un gemido de dolor y cuando
se siente completamente invadido aprieta con fuerza los hombros de Trowa, el
ojiverde ve la expresión de dolor en Quatre y se preocupa
Trowa. ¿Te lastimé? Estas
bien?
Quatre. No, estoy bien
Para convencerlo el rubio
sonríe a su novio y le regala un beso en la mejilla, aun preocupado Trowa
agacha su cabeza hasta el hombro del rubio comenzando a besarlo en el cuello y
Quatre comienza a moverse de arriba hacia abajo y Trowa le ayudaba moviendo sus
glúteos de arriba hacia abajo con ritmo lento, Quatre se levanta un poco más y
sube ambos pies al sillón ya no estando hincado, sino sentándose en las caderas
del ojiverde y así hacer más fáciles las penetraciones pero a la vez más
profundas causándose a la vez más dolor, sus gemidos así lo demostraban pero
agarrarse con fuerza de los hombros de Trowa le ayudaban a aminorar el dolor...
Duo sale del baño con el
cabello empapado y con la ropa sucia en la mano, Heero estaba en la cocina
preparando café
Duo. Heero ¿dónde pongo
esto?
Heero. En el cuarto de
lavado, está atrás de ésta cocina
El trenzado se dirige hacia
allá y Heero nota demasiada seriedad en él y eso le preocupa, Duo deja la ropa
donde Heero le había dicho y regresa a la cocina
Heero. ¿Café?
Duo. Sí
Igual de serio Duo se va a
la sala que está muy cerca de la cocina y se sienta en el sillón donde posaba
para el ojiazul, Heero hace el café y lo lleva a la sala sentándose él en el
otro sillón al lado de donde estaba el ojivioleta, Duo agarra su taza y le echa
azúcar revolviendo éste con la cuchara de forma lenta, Heero lo observaba
poniendo también azúcar al suyo, el silencio los envuelve a los dos, el ojiazul
estaba muy preocupado y Duo muy pensativo
Duo. Heero yo... te oí
Heero. ¿Cómo dices?
Muy interesado Heero mira
fijamente a Duo pero él se queda callado sonrojándose un poco
Duo. Oí que... estabas...
Antes de que Duo termine
Heero entiende que habla el trenzado y se pone muy nervioso, Duo baja la cabeza
y sigue revolviendo el azúcar
Heero. No quería que tú...
Duo. Sí, lo sé
Ninguno sabía que decir
pero si algo había aprendido Duo era que si quería superar algo debía hablar de
ello, para empezar estaba eso y por segundo estaba el hablar de su pasado con Treize
con alguien a quien ya consideraba un gran amigo
Duo. ¿Sabes?... eso es algo
de lo que me hablo Treize
Heero. ¿Treize?
Duo. Sí, él... me enseño
muchas cosas
Con mucho esfuerzo Duo
levanta su cabeza y se atreve a mirar a Heero a los ojos, el ojiazul estaba
apenado y confundido, creía que el trenzado iba a reaccionar de otra manera
pero se mostraba distinto a como lo había imaginado, seguramente si hubiera
sabido que se masturbaba pensando en él la reacción hubiera sido distinta
Duo. Heero yo... quiero
contarte sobre él
Los ojos de Heero se abren
sorpresivamente, no esperaba que el trenzado fuera a hablarle tan pronto de su
pasado, estaba nervioso porque al fin conocería al Duo detrás de ese chico que
ahora estaba enfrente de él...
En medio de la pasión Trowa
se levanta del sillón con Quatre entre sus brazos sujetándose con fuerza de sus
hombros, la pose anterior era cansada para el rubio así que el ojiverde se lo
lleva a la recámara, sus cuerpos unidos en todo momento y sus gemidos inundaban
el departamento, nunca antes habían tenido tan apasionado encuentro... al llegar
al cuarto Trowa acuesta a Quatre en la cama y seguido de eso se monta encima de
él entre sus piernas las cuales abría ampliamente y ahí continúa con la
penetración, el rubio se había acostumbrado a él sin el condón de por medio y
gemía con dolor y placer sujetándose con fuerza de las sábanas, la mano de
Trowa se dirige a su miembro y comienza a masajearlo haciéndose las embestidas
más intensas
Quatre. Trowa ya no...
ngh... no puedo más!
Con lágrimas el rubio
explota su semilla estallando en el vientre de Trowa quien poco después se
derrama dentro de Quatre llenándolo por completo emitiendo ambos al mismo
tiempo un placentero gemido, a pesar del dolor el rubio sonríe feliz, Duo tenía
razón, sentirse lleno era muy placentero, aquella sensación de tibieza y
humedad le habían ayudado a sentir un enorme placer... cansado Trowa cae sobre
el pecho de Quatre respirando ambos con dificultad y poco a poco sale de él
manchándose las sábanas con el líquido que escurría de ambos, avergonzado Trowa
levanta su mirada observando el rostro sonrojado y sudoroso de Quatre quien
tenía los ojos cerrados aun recuperándose de tan agitado acto, momentos después
el rubio abre los ojos encontrándose con la mirada verde de Trowa que le
observaba con un poco de culpa
Quatre. ¿Qué tienes amor?
Trowa. Perdóname...
Avergonzado Trowa baja la
mirada y Quatre se preocupa llevando su mano a la barbilla de su novio
haciéndole verlo
Quatre. ¿Por qué?
Trowa. Por haber sentido
tanto placer
Quatre. ¿Qué dices?
Trowa. Te amo, quiero que sepas
que nunca he buscado en ti satisfacerme y...
Quatre. Sssht
Sonriendo con ternura
Quatre sujeta el rostro de Trowa con ambas manos en sus mejillas y le acuesta
la cabeza sobre su pecho
Quatre. Yo también sentí
mucho placer... gracias
Trowa al igual que Quatre
también sonríe y cierran sus ojos, ambos se encontraban muy cansados...
El azúcar ya estaba
disuelta pero Duo seguía meneando la cuchara en el café, su mirada estaba fija
en el café mientras que Heero lo observaba detenidamente esperando que el
ojivioleta comenzara a hablarle de Treize, no era un tema muy agradable pero él
quería saber más acerca del trenzado, estaba muy interesado en él... por fin
Duo se anima y levanta la cabeza dejando de revolver la cuchara
Duo. Yo... tenía once años
cuando mamá y papá me hablaron sobre el compromiso que habían adquirido con la
familia Kushrenada, generaciones atrás nuestras familias tuvieron problemas tan
fuertes que todo el pueblo se dividió en 2 corrientes, había conflictos entre
los habitantes por lo que nuestros padres y el sacerdote del pueblo buscaron
una solución... al ser nosotros hijos únicos y últimos descendientes ellos
convinieron que íbamos a casarnos cuando yo cumpliera 15 años, sé que el
matrimonio entre personas del mismo sexo no es legal pero en un pueblo tan
apartado como el mío pues... bueno, eso no tiene importancia... en ese entonces
él vivía fuera del pueblo, estuvo 3 años estudiando en provincia, cuando
cumplió 18 regresó al pueblo y comenzamos a salir, nos hicimos novios
El trenzado sonríe con
nostalgia y hace una pausa para beber de su café mientras que Heero lo
observaba fijamente sin interrumpir o moverse, solo bebía de cuando en cuando
de su café
Duo. Nos veíamos cada
domingo, solo nos besábamos o nos tomábamos de la mano, nunca tuvimos ninguna
clase de intimidad, nunca me tocó antes del matrimonio, mamá siempre me hablaba
de la pureza y que el amor solo se hace con la pareja nupcial
Las palabras inocentes de
Duo hacen que Heero sienta ternura, el trenzado hablaba de las cosas con mucho
tacto
Duo. Y así estuvimos 2 años
hasta que llegó el día de nuestra boda, ese día yo... yo recuerdo que me
desperté y miré por la ventana, mamá me había dicho que ese día sería el más
feliz de mi vida, que me iba a casar con alguien que me amaba y a quien yo
amaba pero cuando miré la mañana de ese día yo sentía que todo... ¿cómo te
explico?... se sentía triste, ya sabes, aquí...
El trenzado se lleva una
mano al pecho y con la otra sujetaba el café, después la quita de su pecho y la
coloca sobre su pierna
Duo. ... Y nos casamos,
recuerdo... recuerdo su mirada... Heero, él, él me veía con una dulzura que...
me cuesta trabajo creer que haya cambiado tanto
Con los ojos enrojecidos el
trenzado mira con angustia al ojiazul, Heero aprieta los dientes para contener
el coraje e intenta ponerse de pie para acercarse a Duo pero él estira su mano
al ojiazul indicándole que lo deje continuar, Heero entiende y bebe de su café,
el trenzado cierra los ojos y suspira para poder seguir sin soltar el llanto
Duo. Bueno, es obvio que,
lo hicimos por primera vez, yo realmente no sabía nada acerca de sexo, cuando
pregunte a papá casi me golpea y cuando pregunté a mamá me dijo realmente muy
poco y me explicó que sería Treize quien me enseñara todo, que nadie más
podía... y esa noche él me enseñó, me contó acerca de la masturbación y otras
cosas
El trenzado sonríe apenado
bajando la mirada a la taza de café
Duo. Yo nunca... había
tenido una erección y no sabía acerca del orgasmo, hasta me asusté cuando vi
que ese líquido salía de mí
Riendo nervioso Duo hace
una pausa poniéndose mucho más rojo, Heero lo miraba sorprendido y también
sonrojado, no esperaba que el trenzado fuera tan explícito en explicarle eso
pero no quería interrumpirlo en ningún sentido
Duo. Bueno... sobra decir
lo que hicimos pero cuando terminó me hizo una promesa... él prometió que nunca
más me lastimaría como en esa ocasión y lo cumplió, vivimos 5 hermosos años
juntos, 4 y medio en el pueblo y medio año en provincia, en el pueblo teníamos
una casita, él ayudaba a su padre en la Hacienda y yo al mío en los huertos,
solo terminé la secundaria, Treize nunca me dejó continuar los estudios, me
decía que en el pueblo estaba bien trabajar porque mi padre necesitaba ayuda
pero cuando nos fuimos a la ciudad me dijo que yo solo debía de estar en casa
siendo un buen esposo... mamá me enseñó a cocinar y cuando nos fuimos del
pueblo me esmeré mucho en hacerlo feliz, él regresaba a casa después del
trabajo y yo le tenía lista la cena y la casa impecable, me platicaba como
había sido su día, que comenzaba a conocer gente, cada día llegaba feliz con
una nueva noticia, me llevaba flores y regalos, fueron seis meses en provincia
muy tranquilos y bellos, yo cada vez me enamoraba más y más de él
Con la misma melancolía de
antes Duo sonríe con alegría y tristeza a la vez añorando los bellos días que
había pasado con Treize antes de ese horrible cambio mientras que Heero se pone
serio y algo molesto, odiaba escuchar que el trenzado dijera cosas lindas al
referirse a Treize, pero la mirada del trenzado se ensombrece y su sonrisa
desaparece
Duo. Sin embargo, su mirada
poco a poco fue muriendo, ya no me veía con esos hermosos ojos azules
diciéndome con su mirada que yo era lo más importante para él, ya no llegaba
con flores y regalos, sus amigos comenzaron a invitarlo a los bares y su jefe
cada vez le daba más responsabilidades... un día llegó a casa cansado y me dijo
que odiaba esa ciudad, que ya no soportaba esa rutina y la vida en la ciudad,
yo traté de persuadirlo pero no escuchó... ese día él... tuvimos sexo contra mi
voluntad
Avergonzado Duo desvía su
mirada mientras que la de Heero miraba a Duo con sorpresa abriéndose sus ojos
más de lo normal
Duo. Lo hicimos en el
sillón, por primera vez no me dijo que me amaba cuando terminó, por primera vez
no me miró a los ojos, solo se encargó de penetrarme y cuando culminó me dejó
ahí como si fuera cualquier cosa y... ese mismo día intento obligarme en la
cocina, yo me opuse porque estaba siendo rudo y entonces él... él me abofeteó
Más que sorpresa Heero se
enfada y aprieta con fuerza los puños de sus manos, Duo tenía la cabeza
agachada y no veía las expresiones del ojiazul que si no fuera porque respetaba
las palabras del trenzado desde antes se hubiera ido, la voz del ojivioleta se
quebraba y sus manos le temblaban
Duo. Me asusté al igual que
él, que se fue corriendo de la casa mientras yo lloraba de angustia, regresó al
día siguiente con un ramo de flores pidiéndome perdón incansablemente, me
besaba las mejillas con ternura y su mirada recuperó ese brillo que yo tanto
amaba, lo perdoné y no volvió a pegarme en más de un mes, yo sentí que había
recuperado mi vida de antes pero me equivoqué...
Heero nuevamente se
sorprende ¿acaso ese desgraciado le había pegado a Duo más de una vez?
Duo Un día regresó
borracho, nunca lo había visto así, se tambaleaba y gritaba groserías... en esa
ocasión también me golpeó, pero no fue una bofetada, lo hizo con el puño, me
sacó sangre y dejó marcas pero también... me violó
Con trabajo Duo levanta la
mirada y Heero ve en sus ojos que las lágrimas comenzaban a salir,
automáticamente se llena de rabia y aprieta con fuerza los puños y también sus
dientes conteniendo el coraje, ese Treize era un completo desgraciado
Duo. Me violaba mientras me
golpeaba... me obligó a hacerle cosas... a tocarme, a masturbarme frente a
él...
Las palabras salían con
dificultad acompañadas de las lágrimas y el coraje, Heero en cambio estaba más
que furioso, lo que platicaba Duo era horrible y él se sentía enormemente
impotente
Duo. Encima de todo tenía
un amante, un compañero de oficina, lo conocí en una fiesta, se presentó
descaradamente ante mí, los vi bailar mirándose con ternura, la mirada gentil y
amorosa de Treize eran para él, me sentía humillado y estúpido, invitados de la
fiesta se reían de mí a mis espaldas o me tenían lástima... eso dolió más que
los golpes, la persona a quien yo amaba me engañó después de que juró que nunca
me haría daño... me engaño la persona que juró protegerme de todo pero nunca de
él mismo... y... y...
Duo hace una larga pausa al
comenzar a llorar recordando aquel día que se había enterado del engaño de Treize,
que aún después de los golpes y las humillaciones no le había bastado, tenía un
amante a quien no podía llamarle aventura porque a él lo miraba amorosamente, a
él sí lo amaba de verdad... Heero se muerde más fuerte el labio inferior
mirando llorar a Duo, el ojiazul aprieta con fuerza la taza de café, Duo se
arma de valor y deja de sollozar aunque las lágrimas seguían cayendo y con esfuerzo
vuelve a mirar a Heero a la cara
Duo. Durante más de un año
soporté golpes, humillaciones verbales, violaciones sexuales, en más de una
ocasión pensé en suicidarme... pero, todo tiene un límite y yo llegué al mío un
día... Treize llegó borracho a casa pero no llegó solo, un supuesto amigo le
acompañaba y también estaba ebrio...
Cuando escucha lo del amigo
el corazón de Heero se acelera y en su mente se repite una y otra vez que ojalá
Duo no le diga lo que sospecha que va a decirle mientras que el trenzado
suspira una última vez sin apartar la mirada del ojiazul
Duo. Su amigo entró a
nuestra habitación mientras yo me vestía, se acercó a mí con malas intenciones
pero a pesar de mis gritos Treize no me ayudó... lo ayudó a él... entre los dos
me violaron... entre los dos terminaron de destruirme...
Nuevamente el trenzado
suelta el llanto al mismo tiempo que Heero deja caer la taza al suelo
manchándolo de café y sin pensar en nada más se levanta y rápidamente se acerca
a Duo abrazándolo con fuerza, su cuerpo por completo temblaba y podía sentir
claramente lo acelerado de su corazón, Heero en cambio temblaba de coraje, de
tener a Treize frente a él seguro que lo asesinaría, lo que ese hombre había
hecho a Duo no tenía perdón de Dios, algo semejante a lo que le contaba Duo se
había imaginado pero no con la misma magnitud, Treize había llegado a las
violaciones sexuales y a los golpes violentos, encima de eso había apoyado que
alguien más lo violara
Duo. Entonces me fui por
fin de su casa, un día más ahí y me habría suicidado...
Heero. No... eso no... no
pienses eso
Duo se sorprende de las
palabras de Heero pero no deja de llorar angustiosamente, era la segunda vez
que contaba sobre su vida al lado de Treize, cuando se lo había contado a
Quatre ambos habían llorado y había encontrado en el rubio un gran consuelo y
un apoyo indescriptible pero al sentir los brazos de Heero se sentía nuevamente
protegido, como alguna vez se sintió protegido por Treize, pero el calor de los
brazos de Heero eran distinto, se sentían sinceros, a pesar del llanto Duo
sonríe levemente, estar entre sus brazos le transmitía una tranquilidad y una
calidez indescriptible...
Quatre abre los ojos y mira
el reloj de su buró, se había quedado dormido media hora, aún se sentía muy
cansado, nunca habían tenido un encuentro tan apasionado... al girar su vista a
su lado ve a Trowa dormir tranquilamente, una sonrisa se atraviesa en su cara y
con ternura acaricia unos cuantos cabellos antes de ponerse de pie dirigiéndose
al clóset para sacar unos boxers y colocárselos, después con cuidado sale de la
habitación para recoger la sala y el comedor
Quatre. Que tiradero
Al dar un vistazo el rubio
se sorprende de ver más desordenado de lo que pensaba, la mesa, los muebles, el
suelo, pero enseguida da un suspiro y comienza a juntar empezando por prender
la luz y apagar las velas que estaban casi consumadas, seguido de la mesa del
comedor y por último comienza a juntar la ropa del suelo doblándola conforme la
va juntando, al levantar la chamarra que traía Trowa se caen un par de cajas,
al verlas caer Quatre se pone de cuclillas y las junta sorprendiéndose mucho al
ver que se trata de medicinas pero no cualquier tipo de medicinas, se trataba
de un tratamiento de dosis altas, la respiración del rubio se agita y deja caer
la chamarra al suelo
Quatre. Dios... que no sean
de él
Nervioso Quatre junta la
chamarra y mete las cajas nuevamente en la bolsa y continúa juntando la ropa y
doblándola pero con mucha prisa terminando pronto, ahora ya todo estaba
ordenado, el rubio regresa a la habitación y observa a su novio que seguía
dormido, preocupado se acerca a la cama y vuelve a acostarse a un lado de él
abrazándolo con cuidado y cerrando sus ojos quedándose dormido sin darse
cuenta...
Ya no estaba llorando pero
aún lo tenía entre sus brazos, Duo sentía una fuerte opresión en el estómago,
había hablado por fin con alguien más sobre su pasado, se sentía aliviado por
una parte pero por la otra se sentía muy angustiado, ahora Heero lo conocía
completamente y seguro pensaba que él era una persona que no valía la pena,
había sido golpeado, humillado y violado, encima de eso había sido sometido
para convertirse en estrella porno siendo violado y golpeado nuevamente, seguro
pensaba que su vida no valía para nada y eso lo hacía sentir miserable... Heero
siente el pecho de Duo tranquilizarse y poco a poco lo suelta dejando las manos
sobre sus hombros, el trenzado se talla los ojos y mira a Heero sonriéndole
tiernamente, la mirada del ojiazul era completamente blanda y con delicadeza le
retira algunos cabellos que se pegaban a sus mejillas por las lágrimas, Duo se
sonroja y baja su mirada apenado, Heero vuelve a subir su mano al hombro del
trenzado
Heero. ¿Cómo te sientes?
Duo. Bien, gracias por
escucharme
Heero. Gracias por contarme
Mostrándose indeciso Duo se
acerca un poco más a Heero y lo abraza cariñosamente colocando sus brazos en su
cuello, sorprendido Heero se sonroja por ese tierno contacto y mueve poco a
poco sus manos estacionándolas en la espalda del ojivioleta, ésta vez el
trenzado es quien se sorprende sonrojándose también
Duo. ¿Por qué?
Heero. ¿Eh?
Rompiendo la magia con esa
pregunta Duo hace que Heero quite los brazos de su espalda y el trenzado
también lo suelta alejándose un poco uno del otro mientras se miran fijamente
Duo. ¿Por qué eres tan
bueno conmigo?
Heero. Somos amigos ¿no?
Duo. Sí pero... es
demasiado, eres genial
Heero. ¿Ge... genial?...
Duo. A veces siento... que
te quiero mucho
Las palabras de Duo ponen a
Heero como jitomate y mientras lo mira fijamente con seriedad el ritmo de su
corazón se acelera
Heero. Yo también
Alegre el trenzado muestra
una de sus mejores sonrisas y se pone rápido de pie
Duo. ¿Sabes? tengo sueño
Heero. Descansa
Duo. Sí
Heero. Aún no tengo sueño,
ve a dormir
Duo. Sí, no te desveles
mucho
El ojiazul niega con la
cabeza y Duo se retira a la habitación quedándose Heero en la sala muy
pensativo, sentía una enorme rabia, el día que tuviera a Treize frente a él
seguro no se aguantaría las ganas de golpearlo, ese hombre no merecía
consideración alguna, era ruin y cruel, encima de eso el trenzado no se
expresaba con odio hacia él, eso también dolía...
Con una fuerte sensación de
malestar Trowa despierta sorpresivamente abriendo los ojos, asustado mira a
todas partes de la habitación sintiendo que todo a su alrededor da vueltas,
como si las cosas comenzaran a distorsionarse, confundido cierra los ojos y aprieta
su mano derecha contra su frente sintiendo poco después un fuerte dolor de
cabeza que lo descontrola
Trowa. No... Este es fuerte
Preparándose para lo que
parecía una fuerte jaqueca Trowa se levanta de la cama abriendo los ojos pero
sin dejar de sujetarse la frente, las cosas parecían aún distorsionadas pero
con esfuerzo sale de la habitación, la luz encendida lo descontrola y
entrecierra los ojos intentando localizar con la mirada su chamarra pero no la
encuentra
Trowa. De... demonios
Tratando de tranquilizarse
el ojiverde cierra los ojos e inhala y exhala con tranquilidad, si se
desesperaba seguro que el dolor de cabeza se hacía más intenso así que
permanece con los ojos cerrados un rato y cuando los abre ya no ve a su
alrededor tan distorsionado entonces aprovecha para buscar su chamarra
encontrándola sobre el sillón de la sala doblada junto con la demás ropa, rápidamente
busca en la bolsa y saca dos de las cajas que tenía dirigiéndose a la cocina y
se toma sus medicinas rápidamente
Trowa. Ya pasará... pasará
Ya tranquilo pero aún con
el dolor de cabeza Trowa regresa a la habitación, Quatre estaba dormido, el ojiverde
sonríe unos segundos hasta que se da cuenta que el rubio traía puesta ropa
interior y entonces recuerda que afuera estaba todo acomodado y la ropa
doblada, rápidamente se da cuenta que tal vez el rubio pudo haber visto sus
medicinas, Quatre era estudiante de medicina y seguro sabía qué tipo de
medicinas eran aquellas, Trowa se pone nervioso y a la vez se preocupa
sintiendo por segundos que su dolor se intensifica por lo que corre al baño de
la habitación colocándose ambos puños en las sienes apretándolas con fuerza
Trowa. Basta
Desesperado Trowa se
comienza a dar pequeños golpes agachándose frente al lavabo recargando su
cabeza sobre éste
Trowa. Duele
Haciéndose más intenso su
dolor los ojos de Trowa comienzan a lagrimear, la medicina tardaría en hacer su
efecto y mientras tanto tenía que soportar un fuerte dolor, era la primera vez
que le daba tan intensamente y estaba asustado... tratando de aminorar su dolor
Trowa abre la llave del agua y se echa de ésta en la cara mirándose después al
espejo, un poco de sangre comienza a escurrirle de la nariz, sus ojos se abren
aún más, estaba asustado pero no podía hacer de eso un escándalo, Quatre no
debía enterarse de lo que le sucedía...
Después de haber pensado
mucho en Duo el ojiazul se levanta del sillón de la sala y se dirige a la
habitación, al entrar ve a Duo completamente dormido abrazando tiernamente la
almohada, la sábana la tenía hasta el codo y Heero se acerca subiéndola hasta
el hombro mirando fijamente a Duo, el trenzado le había hecho su tendido de
sábanas en el suelo y el ojiazul se sienta en el suelo sin apartar su mirada de
la figura delgada del chico
Heero. ¿Será posible que me
esté enamorando de ti?
Nunca antes se había
enamorado, debía reconocer que sentía temor pero a la vez se sentía muy feliz,
desde que era un niño jamás había sentido cariño por alguien que no fuera su
padre, al entrar a la preparatoria había experimentado por primera vez la
amistad, Trowa era su único y mejor amigo, pero nunca había experimentado el
amor, tal vez eso que sentía por Duo podía ser amor, no estaba seguro, lo único
que sabía era que quería protegerlo y verle siempre sonreír, sabía que quería
estrecharlo entre sus brazos y probar sus labios, sabía que quería a Duo
siempre cerca de él ¿acaso eso era amor?...
Calmándose su dolor de
cabeza Trowa sale del baño sintiéndose muy débil, al mirar el reloj ve que ya
casi es de madrugada y se acuesta en la cama tratando de ser cuidadoso pero
Quatre se despierta volteando hacia el ojiverde, la luz apagada no lo deja ver
bien así que prende la lámpara que tiene a un lado sobre el buró entrecerrando
los ojos por culpa del brillo
Quatre. ¿Qué pasa mi amor?
Trowa. Nada, me levante al
baño
Quatre. ¿Estás bien?
Trowa. Sí, duerme
Sintiéndose mal Trowa hace
un esfuerzo por sonreír y Quatre se convence apagando la lámpara volviendo a
acostarse, sintiendo frío agarra la sábana y se tapa abrazando a Trowa que
estaba destapado sin nada de ropa, el ojiverde le responde el abrazo pasando su
brazo por debajo de la espalda del rubio colocando su mano en el brazo de
Quatre que le acariciaba el pecho
Quatre. ¿Sabes que mi amor?
Estuve pensando mucho
Trowa. ¿Sí? En qué?
Quatre. En nosotros,
nuestro futuro
El rubio sonreía feliz pero
Trowa se queda callado y muy serio
Quatre. Nos imaginé en una
casa viviendo juntos, no muy grande ni muy pequeña, con un lindo perro de
mascota, quizás también un perico
Quatre sonríe tontamente
Quatre. Nos habremos
titulado y pondremos un consultorio juntos... obvio yo no me encargaría de la
comida, tampoco de los quehaceres, sabes que soy malo para eso... y cuando
seamos más grandes y nos jubilemos nos iremos a un lugar apartado, tal vez el
campo o la playa... seremos muy felices Trowa, los más felices ¿sabes por qué?
porque nos amamos, nada nos separará... ¿verdad amor?
Ninguna respuesta sale de
parte de Trowa y el rubio se sorprende, de pronto siente que la mano del
ojiverde le aprieta con fuerza la suya y escucha un moqueo por parte de su
novio, asustado Quatre se levanta un poco apoyándose con el codo encendiendo la
luz de la lámpara
Quatre. ¿Trowa?
Preocupado al ver lágrimas
en los ojos del ojiverde Quatre mira con miedo a Trowa y se acerca más a él
acariciando su mejilla con la mano izquierda
Quatre. ¿Qué tienes? Te
sientes mal?... mi amor háblame
Trowa. Quatre...
Arrepintiéndose por
segundos Trowa aprieta con fuerza sus labios desviando su mirada verde de la
aqua de su novio cuya angustia crecía al no saber qué sucedía
Quatre. ¿Trowa que pasa?
Trowa. Estoy...
Por fin Trowa levanta su mirada
y la clava en la de Quatre
Trowa. Me estoy muriendo
La mano de Quatre en la
mejilla de Trowa comienza a apartarse mientras que sus ojos se abren
ampliamente por la sorpresa y un par de lágrimas comienzan a deslizarse
silenciosas por sus mejillas, Trowa entrecierra los ojos sin apartar su mirada
de Quatre quien no daba crédito a lo que escuchaba, de pronto una extraña
sonrisa se dibuja en los labios del rubio desconcertando al ojiverde
Quatre. No es verdad
¿cierto?... tú no... tú no... no
Negando varias veces con la
cabeza el rubio no puede dejar de sonreír y tampoco sus ojos dejan de
lagrimear, preocupado Trowa se sienta y estira su mano hacia Quatre para
secarle algunas lágrimas pero el rubio se le adelanta y le agarra la mano
dándole un beso tierno y colocándosela en su propia mejilla
Quatre. Eso no es verdad...
tú estás bien
Trowa. No Quatre, estoy
enfermo... es cerebral
El cuerpo entero de Quatre
comienza a temblar y desesperado se avienta a los brazos de Trowa cerrando los
ojos y apretando con fuerza sus brazos en la espalda del ojiverde comenzando a
llorar con desesperación
Quatre. ¡No mi amor! Debe
existir una cura... consultaremos con los mejores neurólogos... vas a estar
bien, ya lo verás
Trowa. Quatre...
Quatre. Aún nos faltan
muchos años por compartir... tú no puedes morir
Trowa. No te hagas esto...
Llorando también Trowa
abraza con fuerza al rubio
Quatre. Nosotros, tendremos
esa casa ¿recuerdas?... cada día de mi vida lo dedicaré a ti... encontraremos
una cura y todo estará bien... todo estará bien
Llorando con desesperación
el rubio apretaba cada vez con más fuerza la espalda de Trowa cayendo sus lágrimas
angustiosas sobre la espalda de su novio y sus mejillas pero el ojiverde solo
podía oírlo llorar desesperadamente, hacerse a la idea iba a ser muy duro para
el rubio pero había sido hora de hablar, por muy dura que fuera la realidad...
Continuará...
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