Lo que el viento se llevó
Capítulo 13. Una segunda oportunidad
Sentado en el sillón frente
a su Psicóloga, Duo derramaba lágrimas sobre aquel pedazo de papel donde Heero
había escrito las palabras más hermosas que alguna vez había escuchado, por su
mente pasaban miles de recuerdos al lado de Heero, en su corazón se podía
sentir el fuerte latido del entusiasmo y el dolor, frente a esa hoja y ante las
palabras estaba rendido, vencido por aquel sentimiento llamado amor, lo sabía,
algo muy en el fondo le decía a gritos que estaba enamorado de Heero, que la
vida le daba una segunda oportunidad de amar, pero no había querido subyugarse
ante ese hecho, no podía seguir así y hacer a Heero hundirse con él, por eso no
había querido corresponderle, para sufrir solo esa agonía de su pasado, pero no
podía, debía aceptar que el único camino para curarse el alma era el amor que
Heero le ofrecía
Noin. ¿Estás bien?
Sin responder con palabras,
Duo aprieta la hoja contra su pecho y niega moviendo la cabeza, la Psicóloga
sonríe levemente con ternura y cierra su libreta
Noin. Es todo por hoy...
¿cómo te sentiste?
Duo. Extraño... pero feliz
Noin. ¿Por qué?
Duo. Estoy enamorado
Confundido por no saber si
sonreír o seguir llorando, el trenzado solo se encoge de hombros y desvía su
mirada
Noin. ¿Y eso es bueno?
Duo. No
Noin. ¿Por qué?
Duo. Porque no quiero que
él sufra... a mi lado no será feliz
Noin. No digas eso... por
lo que vi él te ama
Duo. Pero yo estoy sucio
Noin. No Duo... tú eres tú
¿de acuerdo? Esas cartas lo dicen todo, tienes quienes te quieren
Duo. Pero...
Noin. No importa lo que
haya sucedido, ellos están a tu lado, cuidan de ti, se preocupan, saben de tus
cualidades, de tu dolor, conocen tus lágrimas... ¿y tú? ¿Tú te quieres Duo?
Por instantes Duo se queda
callado, levanta después la mirada y observa fijamente a Noin
Duo. Sí, sí me quiero
Noin. ¿Lo ves? Amas lo que
ellos aman, si cuidas de ti, a la vez cuidarás de ellos, porque si te pasan
cosas malas o sufres, ellos lo sentirán contigo ¿entiendes?
Duo. Sí
Entendiendo el mensaje que
la Psicóloga quiere darle, Duo sonríe ampliamente y retira la hoja de su pecho
para mirarla
Duo. Gracias
Noin. Es mi trabajo
Secándose sus lágrimas, el
trenzado se pone de pie tomando entre sus manos sus tres preciadas cartas y guardándolas
en sus sobres, las lágrimas continuaban saliendo y de vez en cuando aspiraba,
Noin extiende hacia él una caja de pañuelos y agarra dos
Duo. ¿Qué hago?
Noin. ¿Qué crees que debas
hacer?
Duo. Quiero ver a Heero,
quiero ver sus ojos
Poniéndose rojo Duo agacha
su cabeza, Noin sonríe mientras lo mira tiernamente y se pone de pie dejando su
libreta sobre la silla
Noin. Entonces ve a verlo
Duo. Estoy nervioso
Noin. Sigue tus instintos
Duo. Sí
Contento por la ayuda de la
mujer, el trenzado estira su mano hacia ella, Noin le contesta sonriendo
Noin. Nos seguiremos viendo
en las sesiones
Duo. ¿Por qué?
Noin. Creo que aún tienes
cosas que decir, ese nudo no se ha desenmarañado por completo ¿o sí?
Borrando su sonrisa, Duo
niega con la cabeza, aceptar que amaba a Heero solo era un paso, todo lo
sucedido con Treize y su pasado no era fácil de olvidar y aún había cosas que
lo atormentaban... Después de haberse despedido de su Psicóloga, Duo toma el
primer taxi que pasa por la avenida más cercana y pide al taxista que lo lleve
a la dirección donde sabía que vivía Heero, durante su trayecto se tronaba los
dedos y se mostraba impaciente, solo sabía que quería ver al ojiazul pero no
tenía idea de lo que iba a decirle...
Sentado en el sillón de la
sala, Quatre leía un libro de medicina mientras esperaba el regreso de Duo, el
rubio le había insistido en ir por él al consultorio cuando terminara la
sesión, pero el trenzado se había negado, quería comenzar a valerse por sí
mismo, más aún que ya comenzaría pronto a trabajar de Asistente... ya tenía
leyendo más de dos horas por lo que deja el separador sobre la hoja que acababa
de terminar de leer y cierra el libro, cerrando los ojos se da un leve masaje
en el hombro izquierdo y después los abre para mirar su reloj
Quatre. Duo está por salir,
ojalá no se pierda
Poniéndose de pie, camina
hacia su habitación para dejar el libro, sale enseguida después de dejarlo
sobre el librero, camina a la cocina para tomar agua pero antes de servirse el
teléfono suena, pensando que es su amigo, suspira profundamente
Quatre. Seguro se
arrepintió y quiere que vaya por él
Imaginando la cara tierna
que seguramente Duo estaba poniendo, Quatre sonríe divertido y se apresura para
llegar al teléfono, el cual descuelga con entusiasmo
Quatre. Te dije que...
Trowa. ¡Cásate conmigo!
Sorprendido a más no poder
por lo que acababa de oír por parte de su novio, deja caer al suelo el teléfono
quedándose inmovilizado y con los ojos bien abiertos, enseguida se escucha la
voz de Trowa llamando a su novio una y otra vez, el rubio reacciona pasados
unos cuantos segundos y rápidamente se agacha para agarrar el teléfono
Quatre. ¿Qué... qué
dijiste?
Trowa. Perdón por decirlo
así de repente pero...
Quatre. ¿De verdad tú...?
Trowa. Sí, yo... te amo
y...
Quatre. ¡Acepto!
Sin pensarlo siquiera, el
rubio contesta entusiasmado, pero al mismo tiempo sentía una fuerte opresión en
el pecho, tal vez para muchos sería una tontería, pues Trowa moriría en
cuestión de poco tiempo, pero aun así, casarse con el hombre que amaba le
causaba una gran alegría... sin evitarlo comienza a llorar al teléfono mientras
que Trowa sonreía tiernamente, pero apretando con fuerza el teléfono, tal vez
estaba siendo demasiado egoísta con su novio, porque a pesar de que Quatre se
oía feliz, sabía muy bien que casarse resultaría doloroso, pero entre otras
cosas más, hacer su esposo al hombre que amaba era uno de sus últimos deseos
Trowa. Perdón por hacerlo
por teléfono pero...
Quatre. No mi amor, no te
disculpes, yo... de verdad...
Ahogándose en su garganta
las palabras, Quatre nuevamente comienza a llorar y Trowa se entristece por
ello
Trowa. Perdóname
Quatre. No, no digas eso...
yo, te agradezco, de verdad
Trowa. Te amo Quatre
Quatre. Yo también te amo, te
amo mucho
Trowa. Yo sé que no en
cualquier lugar es legal, pero yo estaba pensando en que fuera en tu pueblo
Quatre. ¿En Santa Fe?...
pero no es oficial, no sería válido en otras partes y...
Trowa. Yo solo quiero estar
contigo, no importa si es algo simbólico... quiero que seas mi esposo, si tú y
yo lo sabemos me basta ¿sí?
Quatre. Está bien
Trowa. Gracias
Sintiéndose más tranquilo,
el ojiverde deja de apretar el teléfono y Quatre sonríe contento, no podía
creer que fuera a casarse con Trowa, aunque para muchos fuera un matrimonio
ficticio por no tener validez legal, bastaba con que ellos se sintieran
casados...
Llevaba parado frente a la
puerta del departamento, más de diez minutos, de repente levantaba la mano para
tocar la puerta pero enseguida la bajaba mostrándose indeciso, no sabía cómo
verlo y que decirle, nunca se había sentido tan nervioso en toda su vida, era
como un hormigueo que le recorría desde los pies hasta la cabeza y un
escalofrío se apoderaba de él
Duo. Tú puedes Duo... tú puedes
Cerrando sus ojos, el
trenzado comienza a murmurar para darse ánimos, momentos después y antes de que
abra sus ojos, la puerta lo hace primero, Heero se sorprende de ver a Duo ahí
Heero. ¿Duo?
Dando un sobresalto,
enseguida el trenzado abre los ojos y se sonroja completamente, el ojiazul
traía una bolsa de basura en la mano y enseguida la deja a los pies de la
puerta pues al día siguiente temprano pasaba el contenedor
Duo. Ho... ho... hola
Heero. Pásate
Mostrándose amable pero a
la vez serio, Heero se hace a un lado para dejar pasar a su amigo, el
ojivioleta camina nervioso hacia el interior del departamento y enseguida que
pasa Heero cierra la puerta haciendo sentir a Duo nuevamente un hormigueo, el
ojiazul lo miraba confuso pues no entendía el porqué de su visita, sobre todo
porque ya era de noche
Heero. ¿Pasó algo malo?
Duo. No... vengo de mi
terapia
Heero. ¿Y cómo te fue?...
siéntate
El trenzado afirma moviendo
la cabeza y enseguida se sienta en uno de los sillones de la sala, agacha su cabeza
y se queda callado unos momentos
Duo. Me fue bien
Heero. Ya veo... ¿quieres
agua?
Duo. No... Heero
Heero. ¿Sí?
El ojiazul mira atento a
Duo en espera de que le diga lo que tiene planeado decirle, pero en cambio el
trenzado se queda callado por varios segundos, aprieta después con fuerza la
tela de sus pantalones y comienza a temblar
Duo. Gracias por la carta
Los ojos de Heero se abren
ampliamente y un rubor se apodera de su rostro, enseguida desvía la mirada que
hasta entonces mantenía sobre Duo
Heero. De nada
Duo. Y no solo eso...
Heero. ¿Eh? Qué cosa?
Duo. Es que yo... yo...
Heero yo...
Comiéndose sus palabras,
Duo levanta poco a poco los ojos hasta que los pone sobre Heero, el ojiazul a
su vez también observa a Duo detenidamente, el trenzado estaba completamente
sonrojado y su corazón latía con tal fuerza que podría salirse de su pecho, por
momentos Heero no comprende nada hasta que los ojos cristalinos del trenzado le
hacen entender, no podía describirlo pero sentía una fuerte felicidad
Heero. Tú...
Sin responder con palabras,
Duo aprieta con fuerza sus labios y afirma moviendo la cabeza mientras las
lágrimas comienzan a rodarle por las mejillas, Heero no lo puede evitar y
sonríe, después poco a poco comienza a avanzar hacia él arrodillándose a su
frente, ambos se miran a los ojos y momentos después Heero apoya su cabeza en
la rodilla derecha de Duo poniendo su mano derecha en la otra rodilla, el
trenzado sonríe contento y sin dejar de llorar coloca sus manos en la nuca de
Heero y recarga su cabeza sobre la del ojiazul
Duo. Te amo Heero... de
verdad te amo
Al oír las palabras de su
querido Duo, Heero siente que todo su cuerpo se blandea, como si sintiera el
peso de cinco vasos de Whiskey sobre él, le parecía estar dentro de un sueño, le
resultaba maravilloso que el trenzado le correspondiera, lo había estado
deseando desde hace tiempo... poco a poco el trenzado quita sus brazos de la
nuca de Heero y levanta su cabeza, el ojiazul también levanta la suya y observa
fijamente al trenzado, se mostraba feliz, y realmente lo estaba, pero aunque un
mar de emociones lo estuviera devastando, sus ojos no mostraban un solo indicio
de lágrimas, Duo le sonreía ampliamente
Duo. Mi Heero... eres tan
irreal
Heero. ¿Eh?
Duo. Eres increíble, en
todos los sentidos
Su mirada cargada de
ternura hace estremecer a Heero por completo, por largos momentos se miran
fijamente a los ojos, Duo coloca sus manos en los hombros de Heero y después
con su mano derecha le acaricia la mejilla
Heero. Dime Duo... ¿me estas
aceptando?
Duo. Sí, te he dicho que te
amo
Heero. Sí, eso lo sé
pero... entonces tú... ¿quieres ser mi novio?
Por momentos el trenzado se
muestra asombrado por la proposición pero después sonríe ampliamente,
acariciando nuevamente la mejilla del ojiazul
Duo. Claro que sí
Avergonzado Duo se sonroja
completamente, sin contar a Treize, Heero era su primer novio, aún a sus 20
años, y para el ojiazul la situación no era distinta, Duo era su primer novio,
anteriormente había tenido encuentros con algunas chicas, pero solo eran besos
o caricias casuales, jamás había tenido una pareja formal... al escuchar la
respuesta Heero también sonríe y pone su mano sobre la mano de Duo que estaba
en su mejilla
Heero. Gracias
Agarrando la mano de Duo,
Heero la aparta de su mejilla y la besa, después se pone de pie y ayuda al
trenzado a también hacerlo, sus cuerpos estaban a escasos centímetros de
distancia poniéndolos aún más nerviosos, anteriormente habían estado así de
cerca o aún más, pero en ésta ocasión era distinto. Nervioso Heero levanta su
mano derecha y con dos dedos acaricia lentamente los labios de Duo, él
entrecierra los ojos y abre un poco su boca
Heero. ¿Puedo... darte un
beso?
Duo. Sí, no... no preguntes
Heero lo observaba
fijamente, admirando y sintiendo con la punta de sus dedos, los suaves labios
del trenzado, quita poco después sus dedos y con esa mano sostiene su rostro
colocándola sobre su mejilla, no sabía cómo empezar, se sentía muy nervioso
Heero. ... Te amo...
El trenzado cierra
completamente sus ojos y Heero se agacha lentamente cerrando también los suyos,
con una suave caricia toca los labios de Duo con los suyos, sintiendo el cálido
aliento que lo hace sentir un choque eléctrico, besa primero su labio inferior
sin hacer presión e inclinando después su cabeza hacia el lado derecho, se
apodera de su boca con suavidad, acariciando sus labios con los suyos y
permitiéndole a su lengua invadir lentamente esa húmeda cavidad, con la mano
izquierda toma la cintura del trenzado y con la otra aún en su rostro, lo atrae
levemente hacia él
Sus bocas se entregan la
una a la otra con pasión reprimida sintiendo enseguida la agitación en el pecho
del otro, con fuerza Duo aprieta sus manos en la espalda de Heero y haciendo
una pausa de menos de un segundo, Heero se inclina al otro lado rozando la
nariz de Duo sintiendo a la vez el aire de su agitación, continuando enseguida
con la suave caricia de aquel beso... pasado casi un minuto, Duo siente que le
falta el aire y jadea levemente, Heero lo escucha y lentamente suelta los
labios del trenzado, permaneciendo ambos con los ojos cerrados
Duo. Heero...
El mencionado sonríe al oír
su nombre en aquel sensual susurro y poco a poco abre sus ojos maravillándose
con el rostro frente a él, relajado y tierno, Duo le secunda momentos después
en abrir sus ojos, observando los azules que le miraban
Duo. Se sintió tan bien
Las palabras del trenzado
hacen que Heero se sienta apenado y se sonroja, al ver su cara toda roja, Duo
no lo puede evitar y comienza a reír
Duo. Te ves tan lindo
Heero. Duo
Aún apenado Heero desvía su
mirada y Duo lo observa dejando de reír, le coloca una mano sobre la mejilla y
se acerca para darle un beso sobre los labios alejándose casi enseguida
Duo. Me siento tan feliz...
esto sí es estar enamorado... es tan... extraño pero... tan bonito
Sin siquiera intentar
evitarlo, Duo comienza a llorar recargando su cabeza sobre el pecho de Heero,
él lo abraza con fuerza y lo besa sobre los cabellos
Heero. Lo sé... se siente
muy bien
Duo. Perdón por haberte
hecho sufrir, la verdad es que me gustabas mucho, y te quería tanto, pero me
evitaba, no quería enamorarme, porque ya no quería sufrir
Heero. Duo...
Colocándole las manos en
los hombros, Heero lo aparta un poco de él y lo mira a los ojos
Heero. Jamás te haré
daño... no soy como él
Duo. Lo sé... gracias
El trenzado le sonríe
nuevamente a Heero y él también le sonríe a Duo
Duo. ¿Sabes? El día de la
presentación los vi
Heero. ¿A quiénes?
Duo. A Relena y a ti... se
estaban abrazando
Heero. Pero eso no...
Duo. Lo sé lo sé... es que
yo, en ese momento sentí muchos celos, tal vez entonces ya estaba enamorado de
ti, la verdad no sé cuando empecé a sentir esto, solo sé que en éste momento te
amo y soy feliz... quería que lo supieras
Heero. Sí... gracias
Aún se sentía un poco
nervioso, pues sentía que todo estaba sucediendo demasiado rápido, hace unas
horas iba a una simple sesión de terapia y ahora estaba enamorado de Heero y
estaban juntos y se estaban besando, todo parecía tan irreal y a la vez hermoso
que no podía creer que estuviera pasado. Un silencio frío se cruza entre los
dos y se alejan un poco uno del otro
Heero. ¿Quieres que... te
pida un taxi?
Duo. Pues... es que
Heero. Dime
Duo. Me quiero quedar, solo
ésta noche ¿sí?
Mostrándose enseguida rojo,
Heero abre los ojos sorprendido y se queda callado, Duo capta enseguida el
mensaje y se entristece
Duo. Perdón... mejor si
llama al taxi
Heero. ¡No! Quédate
Duo. ¿Sí?
Heero. Eso me haría feliz
Duo. ¿Aunque yo no...? es
que no estoy listo
Heero. ¿Qué? De que...?
Ahora los dos estaban
sonrojados
Duo. Ya sabes... para
hacerlo
Heero. No no no, yo no
estaba... pensando en eso
Con la cara toda roja,
Heero no puede evitar desviar su mirada y sentir un rápido cosquilleo, por su
mente no había pasado nunca la idea de que él y Duo fueran a tener sexo esa
noche y no se imaginaba que el trenzado estuviera pensando que él esperaba eso
de él, eso lo hacía sentir mucho más apenado
Heero. La verdad es que no
me importa
Duo. ¿No te importa?
Heero. Bueno... si me
importa, pero... quiero decir que te esperaré
Duo. Gracias Heero
Sonriendo feliz, el
trenzado se abraza del cuello de Heero y recarga la cabeza en su hombro, el
ojiazul le responde abrazándolo por la cintura y cerrando sus ojos, así
permanecen por unos momentos antes de que Duo reaccione y se aparte apresurado
Duo. No le avisé a Quatre
Heero. Ah cierto... llámale
Apartándose de él, se
retira a la recámara mientras que Duo se acerca al teléfono y marca a su amigo,
Quatre contesta enseguida ya que estaba preocupado por su amigo y se alegra de
saber que si se trataba de él
Quatre. ¿Estás perdido?
Duo. No, estoy con Heero
Quatre. ¿En su
departamento?
Duo. Sí
Quatre. ¿Y qué haces ahí?
Todo bien?
Duo. Sí, voy a dormir aquí
Quatre. ¿Por qué?
Duo. Es que... Heero y yo,
ya somos novios
Como si escuchara la
noticia del siglo, el rubio se sorprende quedándose mudo por completo, no podía
creer lo que estaba escuchando
Duo. ¿Sigues ahí?
Quatre. ¡¿De verdad son
novios?!
Duo. Sí... mañana te
platico bien
Quatre. Sí, sí, quiero
saberlo todo
Duo. Está bien
Quatre. Ay amigo, muchas
felicidades
Duo. Gracias
Completamente emocionado,
el rubio se despide de su amigo antes de colgar, Duo deja el aparato sobre su
base y se dirige a la habitación de Heero, el ojiazul estaba colocando un par
de sábanas en el suelo, el trenzado se queda un poco confundido
Duo. ¿Y eso?
Heero. Aquí voy a dormir
Duo. ¿Por qué?
Heero. Para dejarte la cama
Duo. Ah
Mostrándose decepcionado,
Duo solo agacha un poco la mirada, Heero lo mira atentamente unos momentos y
después se sonroja
Heero. ¿O quieres... dormir
conmigo?
La proposición de Heero
agrada por completo a Duo y enseguida voltea a verlo sonriéndole ampliamente y
emocionado
Duo. Sí
Con su gran sonrisa, Duo se
acerca a Heero y lo besa en la mejilla, el ojiazul le sonríe y con su mano
derecha le comienza a acariciar el cabello, el trenzado se pone serio y
cerrando sus ojos, sujeta con su mano derecha la nuca de Heero y lo atrae hacia
él, comenzando enseguida a besarse, Duo levanta su otra mano y también la
coloca en su nuca atrayendo aún más a Heero, pegando por completo sus cuerpos y
profundizando el beso, convirtiéndose aquel en uno apasionado, sabiendo Heero
que tiene que detenerlo antes de que la pasión aumente y comience a excitarse,
acaricia la mejilla de Duo y poco a poco lo aparta de él abriendo enseguida sus
ojos
Heero. ¿Tienes hambre?
Prepararé de cenar
Duo. Pues... un poco
El trenzado le sonríe a
Heero amablemente y entonces él se aleja para irse a la cocina, su corazón
latía como loco al igual que el de Duo quien se queda en la habitación,
sonriendo y acariciándose los labios, se sentía feliz de haber rechazado con
anterioridad un beso de Heero, porque besarlo ahora era tan hermoso que si lo
hubiera permitido antes, no hubiera sido tan especial como en ese momento...
Mientras se ponía la ropa
miraba a la chica que hace unos momentos acababa de hacer suya, dormía
tranquilamente en la amplia cama de la habitación de Hotel que habían rentado
para esa noche, debía admitir que estar con ella ya no era tan frío como en un
inicio porque le había tomado cariño, pero también era cierto que no podía
dejar de pensar en Treize, ese hombre al que tanto amaba y quien era el
causante de todo su sufrimiento, pero no lo podía evitar, lo amaba y lo
seguiría amando, así estuviera con Relena o cualquier otra persona, jamás
dejaría de quererlo...
Terminándose de vestir, se
acerca a la cama y besa la blanca mejilla de la chica, después sale de la
habitación agarrando su celular y metiéndolo en la bolsa de su pantalón,
necesitaba un poco de aire fresco, quería relajarse un poco. Caminaba por las
calles cercanas al Hotel y se detiene frente a una tienda de relojes, ya que en
el mostrador estaba uno que era muy parecido a un reloj que tiene Treize,
sonríe tiernamente al recordarlo y metiendo la mano a la bolsa de su pantalón,
saca el celular y lo mira fijamente
Wufei. Quiero oír tu voz...
pero si te llamo me preguntarás por Duo, y yo aún no sé si decirte que ya lo
encontré
Realmente estaba indeciso
en decirle o no de la situación, en primer lugar debía poner atención en el
maléfico plan de su jefe y en segundo, se había dado cuenta que Duo ahora
contaba con buenos amigos que seguramente lo defenderían de Treize, pero tal
vez su razón más fuerte para no hacerlo, era por él mismo, porque diciéndole a
Treize del paradero de Duo, era como perderlo para siempre, y aunque ya se
había jurado así mismo que lo dejaría libre, hacerlo resultaba mucho más
difícil...
Después de haber cenado,
Duo recoge los trastos y también los lava mientras que Heero recogía las
sábanas que antes estaba tendiendo en el suelo, el trenzado termina su labor en
la cocina y se va a la habitación, el ojiazul estaba sacando algo de un cajón
cuando siente los brazos de Duo rodearle la cintura por atrás y voltea un poco,
el ojivioleta le sonreía
Heero. ¿Qué sucede?
Duo. Nada, solo te quería
abrazar
Para Heero no era sorpresa
que Duo fuera tan cariñoso, pero si le resultaba sorprendente la forma en que
el trenzado se estaba comportando con él, y no es que le molestara, pero le
resultaba tan fantástico que le costaba creer que fuera cierto
Heero. ¿Quieres algo para
dormir
Duo. Una camisa tuya
Heero. Está bien
Soltando a su novio, da un
paso hacia atrás mientras que Heero saca una camisa suya y volteando hacia Duo
se la entrega
Heero. ¿Ésta está bien?
Duo. A ver
Agarrando la camisa de
Heero, la lleva hacia su rostro y la huele, después sonríe contento
Duo. Sí, huele a ti
Apenado Heero se sonroja
hasta las orejas y saca su ropa de dormir del cajón, un short azul y una camisa
verde sin mangas, cuando se gira hacia atrás, Duo estaba tan solo en ropa
interior y se estaba poniendo la camisa, por instinto se voltea para no ver
Duo. ¿Qué tal?
Nuevamente el ojiazul se
gira hacia atrás pero ahora Duo ya tenía la camisa puesta, Heero le sonríe y se
acerca para besarle la mejilla
Heero. Te ves muy lindo
Duo. Gracias
Feliz como niño, se tira a
la cama y comienza a acariciar la cubierta de la cama, Heero lo observa y
vuelve a sonreír, se divertía mucho estando con Duo, no recordaba la última vez
que había sonreído tanto, se sentía ajeno de sí mismo, pero no lo podía evitar,
Duo era ese tipo de persona que le hacían tener ganas de sonreír. Heero a
diferencia del trenzado, sale de la habitación para cambiarse de ropa y cuando
regresa, el trenzado ya tenía la cama desarreglada y él debajo de las sábanas
Duo. Ya vente... te
hubieras cambiado aquí
Heero. Si ¿verdad?
Duo. Recuerda que ahora
eres mi novio
Heero. Sí, perdón
El switch de la luz estaba
cerca de la puerta y él lo apaga, después se acerca a la cama, entra debajo de
las sábanas del lado derecho de Duo y enseguida él se acerca para abrazarlo poniendo
su cabeza en el pecho y con su mano izquierda abarca la cintura de su novio,
Heero se sonroja por completo al sentir el cálido cuerpo del trenzado, pero sin
querer ser frío con él, coloca su mano izquierda sobre el hombro de la mano que
lo rodeaba de la cintura, sentía que su corazón explotaría y Duo se da cuenta
de ello al tenerlo tan cerca
Duo. ¿Sabes? Tengo mucho
miedo
Heero. ¿De qué?
Duo. Que éste sueño dure
tan poco
Heero. ¿Por qué lo dices?
Duo. Por Wufei, pronto Treize
sabrá donde estoy
Heero. No digas eso, yo te
protegeré, lo prometo
Duo. De verdad tengo tanto
miedo
Heero. Duo
Abrazándolo con fuerza, Duo
siente la calidez del cuerpo de Heero como si quemara en su piel y sonríe un
poco, de verdad se moría del miedo, pero también se sentía protegido al lado de
su novio, tal vez Treize lo encontraría pronto pero seguramente estando al lado
de Heero todo iba a salir bien...
El rostro sonriente del
hombre frente a él le causaba un gran escalofrío, no podía distinguir bien su
cara, pero era alguien a quien conocía, esos ojos lunáticos y la sonrisa
retorcida le eran familiares, le resultaba repulsivo y asqueroso, todo era como
un recuerdo borroso que había preferido ocultar en lo más profundo de su
memoria
"Eres todo un
jovencito... cuanto has crecido"
La risa burlona le causaba
miedo, pero a pesar de que quisiera correr, sus pies se sentían como si
estuvieran pegados al suelo... la mano que le acariciaba el brazo quemaba como
si de carbón ardiendo se tratara
"Pórtate bien"
El sentimiento de miedo y
odio crecía cada vez más, no podía soportarlo... no podía... no una vez más...
no lo permitiría...
Al abrir sus ojos, lo
primero que observa es el reloj sobre su pared, marcaba las once de la noche,
no solía dormir tan temprano pero ese día se había quedado dormido al caer la
tarde, se sentía agotado, como si sus fuerzas se hubieran ido por completo...
con flojera se sienta sobre la cama y se queda sin hacer nada por varios
minutos, después vuelve a mirar el reloj y respingando se pone de pie, va al
baño y se pone agua en la cara. Sale de ahí y vuelve a la recámara, lo primero
que ve es su aparato telefónico, lo observa fijamente, hace días que esperaba
noticias de Wufei, pero no tenía nada, eso lo molestaba
Treize. Maldita sea ¿será
que espera que yo lo llame?... pero si no lo ha encontrado ¿de qué sirve que le
llame?
Se sentía muy molesto, pero
aun así se decide y descuelga el teléfono, marca el número de celular de Wufei
y espera impaciente a que le conteste... el pelinegro estaba por llegar al
Hotel cuando escucha su teléfono sonar, lo saca de su pantalón y mira la
pantalla, llevándose una gran sorpresa cuando ve que se trata de Treize, se
sentía contento porque iba a oír su voz pero a la vez estaba preocupado
Wufei. Ho... hola
Treize. No me has llamado
Wufei. Es que...
Treize. ¿Y Duo? Ya lo
encontraste?
Wufei. Es que...
Triste porque Treize no le
había preguntado siquiera como estaba, Wufei se queda sin habla unos momentos
Treize. Contéstame Wufei
Wufei. Sí
Treize. ¿Eh? En... en serio?
Wufei. Sí, yo... encontré a
Duo
Treize. ¿Y por qué no
habías llamado?
Wufei. Lo siento
Treize. No importa...
gracias Wufei, muchas gracias
Wufei. De nada
Nuevamente se queda en
silencio, triste porque Treize se oía feliz al teléfono al saber que había
encontrado a su esposo
Treize. En unos días estaré
allá
Wufei. Sí, te contaré todo
Treize. ¿Y cómo estás?
Los ánimos de Wufei se
elevan un poco cuando Traize pregunta por él, pero aun así se seguía sintiendo
triste porque ahora sí había perdido a su amado para siempre
Wufei. Bien, yo... comencé
el plan
Traize. ¿Entonces tú...?
Wufei. Sí, la hija de
Darlian y yo.. somos amantes
La noticia del pelinegro no
agrada en absoluto a Traize, pero no quería mostrarse demasiado obvio, por lo
que comienza a reír, Wufei se entristece por ello e inventa una excusa para
colgar la llamada
Wufei. Mañana me despertaré
temprano, te veo aquí en unos días, adiós
Sin darle tiempo a
despedirse, Wufei cuelga la llamada y aprieta con fuerza su celular, la
reacción de Traize lo hacía sentir humillado, en cambio Traize avienta con
coraje el teléfono estrellándolo contra el suelo
Traize. ¡Maldita zorra! Te
atreves a acostarte con Wufei... zorra asquerosa
No podía contener todo el
coraje que sentía, su amor por Wufei era más fuerte de lo que su obstinada
cabeza quería admitir, estaba obsesionado con Duo, tenía una fuerte manía hacia
él que lo cegaba estúpidamente...
Hace unos momentos que Duo
se había quedado dormido sobre su pecho, pero él no podía conciliar el sueño,
la sensación de tener a Duo de esa forma entre sus brazos le parecía tan
maravillosa que temía dormir y que al despertar, ese fuera uno más de sus
ilusos sueños, realmente temía por ello
Heero. Eres tan hermoso...
en todos los sentidos... hermoso
Con delicadeza su mano
comienza a acariciar la espalda de Duo sobre la camisa, su acción repetitiva
comenzaba a darle sueño y a pesar de su miedo, le da al trenzado un beso sobre
la frente y cierra sus ojos quedándose dormido poco a poco... Al abrir sus ojos
lentamente, antes de mirar cualquier otra cosa, gira su mirada hacia el otro
lado de la cama encontrándola vacía, sintiendo un vacío en su pecho, cierra los
ojos y suspira resignado
Heero. Sabía que era
demasiado bueno para ser verdad
Sintiéndose agobiado
permanece por varios minutos con los ojos cerrados y completamente inmóvil, sus
fuerzas se habían ido por completo
Duo. ¡Buenos días dormilón!
Abriendo enseguida sus
ojos, se apoya con un codo en la cama y mira hacia la puerta, ahí se encontraba
Duo con el cuerpo hacia fuera y la cabeza dentro de la habitación sujetándose
con ambas manos del marco de la puerta, sonreía alegremente, Heero se queda
estupefacto unos momentos
Duo. ¿Sigues dormido?
Heero. ¿Eh?... no, no yo...
no
Duo. Bueno, levántate que
ya casi está listo el desayuno
Mandándole un beso con la
mano, Duo se retira nuevamente hacia la cocina, Heero todavía se queda
confundido un tiempo sin moverse, después se acuesta otra vez en la cama,
cierra los ojos y se pasa la mano por el cabello
Heero. Fue real... esto es
real
Abre sus ojos
repentinamente y se levanta de la cama, como si su energía hubiera vuelto por
completo, no lo podía explicar pero se sentía en extremo bien, se cambia su
ropa de dormir por un pantalón casual y una camisa simple de manga corta, no se
pone calzado y sale de la habitación, Duo se encontraba sirviendo en los
platos, huevos revueltos con arroz, pan tostado, café y jugo de naranja con
zanahoria, al ver que el ojiazul sale de la habitación, sonríe ampliamente y se
acerca a él, dándole un suave beso en los labios
Duo. Siéntate amor
Heero no puede evitar
sonrojarse por la forma en que el trenzado se había referido a él, él se da
cuenta y sonríe divertido
Duo. Te pusiste rojito
Heero. Es que...
Duo. ¿No te gusta que te
llame así?
Heero. No no, no es eso
Duo. Entonces lo diré mucho
"Amor, amor, amor... mi amor"
La seriedad de Heero no se
resiste a los encantos de Duo y sonriendo se acerca a él y le da un beso en la
punta de la nariz, el trenzado se sorprende un poco y se toca con un dedo el
lugar que Heero había besado, sonríe divertido y ahora él se acerca a su novio,
dándole también un beso en la punta de la nariz
Duo. Se va a enfriar el
desayuno ¿eh?... Amor
Como niño pequeño se gira
sobre sus talones y da la espalda a Heero para caminar hacia la mesa, el
ojiazul también lo hace y ambos sentados a la mesa comienzan a desayunar, Duo
amenizaba hablando y contándole a Heero de sus sesiones de terapia y él lo
escuchaba paciente, mirándolo detenidamente, encantado con todo de él, cada
gesto, cada palabra, era para él lo más hermoso...
Después de haber firmado
los contratos que los convertía en socios legalmente, el padre de Relena invita
a desayunar al señor Noventa para celebrar, por fin el negocio de sus vidas
daba arranque, pero lo que el señor Darlian ignoraba era el plan de su socio
para quitarlo del camino y quedarse con la fortuna familiar... al terminar el
desayuno, ambos hombres permanecen sentados a la mesa
Sr. Noventa. De éste día en
adelante esperaremos los frutos de nuestro negocio
Sr. Darlian. Eso espero
socio
Sr. Noventa. Brindemos por
ello
Ambos hombres alzan sus
copas y después de chocarlas una con otra, beben felices, para el padre de Relena
esa era una gran oportunidad de dejarle a su hija un patrimonio con el cual se
pudiera mantener el resto de su vida y así también asegurar el futuro de los
nietos que ella le diera, en cambio para el señor Noventa no era más que una
oportunidad de hacer crecer su fortuna, también le importaba el futuro de su
hija Sylvia, pero mucho más importante era tener todo ese dinero y disfrutar
los años de vida que le quedaran, tenía la manía de conseguir todo con lo que
se encaprichaba
Sr. Darlian. ¿Sabes? He querido
decírtelo desde hace días, ahora lo veo conveniente
Sr. Noventa. ¿Qué sucede?
Dime
Sr. Darlian. Espero que no
tengas objeción en que contrate a un asistente
Sr. Noventa. ¿Para mí? Yo
ya tengo a Wufei
Sr. Darlian. Oh, yo creí
que era algo así como tu brazo derecho, entonces tendré que decirle a Duo que
le daré otro empleo
Al oír el nombre del
trenzado, el señor Noventa se sorprende y enseguida una sonrisa maliciosa se
cruza por sus labios
Sr. Noventa. ¿Sabes? No
estaría mal
Sr. Darlian. Pero creí...
Sr. Noventa. Es que tienes
razón, daré a Wufei el puesto que se merece, entonces así Duo será mi
asistente... es el chico de la fiesta ¿cierto? El de la cabellera larga
Sr. Darlian. Sí, el mismo
Sr. Noventa. Me cayó bien
ese muchacho, tiene el trabajo
Sr. Darlian. Gracias
Marshall, es admirable de tu parte
Sr. Noventa. No es nada
Ocultando su mirada
mezquina, bebe otro trago de su Champagne y sonríe, tener a Duo cerca de él
sería algo muy interesante, ese muchacho tenía un encanto que lo había
hechizado, estaba seguro que con todo el dinero que tenía y que estaba por
obtener, compraría al chico hasta convertirlo en su amante, esa idea lo tenía
maravillado...
La noche anterior la había
pasado muy mal, pensando e imaginando que Wufei acariciaba otro cuerpo, que su
Wufei se entregaba a una vieja asquerosa que seguramente era una zorra, la idea
le repudiaba completamente, sentía deseos de vomitar y muchas ganas de golpear
algo. Por eso aquella mañana se había despertado con un apetito voraz, y a pesar
de que antes lo había tratado mal, ahí se encontraba en esos momentos, haciendo
el trabajo por el cual se le pagaba siempre, era uno de los mejores sexo
servidores de la región, ya antes Traize había contado con sus servicios y por
eso lo había buscado
Su experta lengua devoraba
gustosa su miembro erecto, deleitándose con las gotas de semen que comenzaban a
escurrirle por el tronco, pero él ya no aguantaría más, quería sentir esa
cavidad amplia y húmeda, por eso sujeta la cabeza del chico con ambas manos y
la empuja hacia él, entrando su miembro casi por completo, poniendo su rostro
rojo y haciéndolo toser un poco, pero eso le importa poco y con fuerza continúa
con ese ritmo, embistiendo su boca, el otro cerraba sus ojos con fuerza,
dejándose por completo hasta que siente el líquido caliente estallar en su
garganta, entonces Traize lo suelta y moja su rostro con aquella semilla,
respirando aliviado, pero aun sintiéndose fatal por pensar que Wufei era tocado
por otro cuerpo desnudo que no fuera el suyo
Traize. No... no estuvo mal
Sonriendo maliciosamente,
acaricia los largos cabellos rubios, mientras él le miraba fijamente, no era la
primera vez que le servía, cada vez que se sentía frustrado, Traize recurría a
él y pagaba por esos actos sin sentido, solo para calmar su ferviente ira.
Sabiendo lo que le gustaba a su cliente, se quita la ropa y poniéndose en
cuclillas, comienza a masturbarse dejando que Traize lo golpee un poco, sus
glúteos y su espalda eran las víctimas del fetiche de su cliente, quien se
regocijaba de aquella acción, aquello era lo que más le excitaba, y aunque para
él era humillante, Traize pagaba bastante bien...
Al terminar su trabajo,
Traize deja que el chico tome un baño mientras él se queda sentado frente al
teléfono, mirándolo fijamente, su ceño estaba fruncido y sus brazos cruzados,
en su mente mantenía la idea de llamarlo, quería oír la voz de Wufei, por lo
menos le serviría para saber que no estaba con esa zorra. Sin haber tomado la
decisión definitiva de llamarlo, Traize se queda varios minutos mirando el
teléfono, Zechs sale del baño y mientras se seca el cabello se acerca a su
cliente
Zechs. Debo irme ¿me pagas?
Traize. Sí, pásame mi
billetera
Con su dedo índice señala
el mueble donde estaba su cartera pero sin voltear a verlo, el rubio se dirige
al mueble y toma la billetera, se acerca a su cliente y la extiende hacia él,
Traize voltea y lo mira fijamente a la cara sin tomar la cartera
Zechs. ¿Qué sucede?
Traize. Acércate
Un poco confundido, el
rubio se acerca un poco, agachándose, Traize lo observa fijamente y después le
sujeta con fuerza dos mechones de cabello con las manos, jalándolo hacia él,
Zechs se queja pues el jalón había sido fuerte, la mirada de Traize era de
enojo
Traize. Tú me lo recuerdas
Zechs. ¿De qué habla?
Traize. ¡Tú me recuerdas al
idiota de Duo!
Zechs. ¿Duo?... ¿su esposo?
Traize. Sí, ese desgraciado
malagradecido
Poniéndose de pie sin
soltar el cabello de Zechs, Traize aprieta con más fuerza y avienta al rubio
hacia la cama donde lo tumba, sus manos se resbalan por el cabello hasta que
sujeta las puntas, el rubio miraba fijamente a su desquiciado cliente, Traize
lo miraba duramente y con rudeza se acerca casi montándose sobre su cuerpo
Zechs. ¿Qué me va...?
Traize. ¡Cállate!
Como loco Traize suelta el
cabello que sostenía con su mano derecha y le da una bofetada con toda su
fuerza al rubio
Zechs. No... no me golpee
Traize. No me mires como lo
hace él... quita esa cara!
Nuevamente como loco,
Traize estrella otra bofetada a Zechs, seguida de un par más, el rubio
intentaba oponerse pero el castaño estaba histérico, necesitaba descargar otra
vez su furia, no podía soportar que alguien más pusiera sus manos sobre Wufei,
que lo acariciara, que lo besara, la sola idea lo asqueaba, además el solo
hecho de recordar a Duo le atormentaba, recordaba la vez en que el trenzado
había osado a mirarlo duramente, estaba obsesionado porque no podía aceptar que
el trenzado hubiera logrado escapar de sus cadenas, no podía perdonar ese acto
de rebeldía, su deber era estar a su lado "Hasta que la muerte los
separe", daría cualquier cosa porque las cosas fueran como antes, tener en
casa a su estúpido esposo y tener a su adorado amante, era lo que más
deseaba...
Casi al mediodía, Duo
decide que es hora de regresar al departamento de Quatre, y a pesar de que no
quería causar molestias, las insistencias de Heero lo hacen aceptar que lo
lleve allá en taxi, no es mucho lo que tardan en llegar, el trenzado tenía
llave, pero en el departamento parecía que no estaba Quatre, el trenzado y
Heero estaban en la sala
Duo. Qué raro ¿no crees?
Heero. ¿No fue a la
escuela?
Duo. En la mañana trabaja y
es miércoles, supuestamente sale a las 11
Heero. Tal vez fue de
compras
Duo. Tal vez... siéntate
El trenzado se dirige a la
cocina y sirve dos vasos de agua mientras que Heero se queda sentado en un
mueble de la sala, Duo regresa y da al ojiazul uno de ellos
Duo. Celebremos nuestro
noviazgo
Heero. ¿Con agua?
Duo. Claro
Sonriendo divertido, se
sienta a un lado de Heero y chocan sus vasos de agua, bebiendo ambos después,
Duo deja su vaso en la mesa frente al sillón y quita el vaso a Heero mientras
éste aún bebía, sonreía ampliamente
Duo. Otra vez estamos
solitos
Soltando una risa tonta, el
trenzado cierra después sus ojos y se acerca más a Heero para besarse, el
ojiazul estaba sonrojado, nunca antes había tenido una relación, no sabía si
debía de actuar igual que Duo quien era muy cariñoso, pero para él eso no se
daba fácilmente, aun así dejándose de prejuicios, sostiene suavemente el mentón
del trenzado y le corresponde el beso; en medio de éste el sonido de una puerta
abrirse los separa, pero no era la puerta de entrada si no la de la habitación
de Quatre, ambos voltean hacia ella llevándose una sorpresa cuando ven a Trowa
salir en ropa interior, el ojiverde también estaba sorprendido, de la emoción
que sentía Quatre por lo de su propuesta, no le había comentado que Heero y Duo
ya eran pareja, los tres se quedan callados unos momentos, enseguida la nueva
pareja se sonroja completamente, pero Trowa estaba tranquilo, sorprendido pero
normal
Duo. Ho... hola
Trowa. ¿Desde cuándo...?
Duo. Anoche
El trenzado estaba muy
contento, sonreía ampliamente, en cambio Heero estaba serio, se sentía un
ambiente un poco incómodo, Trowa también estaba serio, callado, Duo estaba
ensimismado con su felicidad por lo que no se da cuenta de la tensión, el
ojiverde mira unos momentos a Heero y después sonríe
Trowa. Me alegro mucho,
felicidades
Duo. Gracias
El ojiazul se pone de pie y
Trowa se acerca a él, estira su brazo y coloca su mano sobre el hombro del
moreno, mirándolo a los ojos
Trowa. Suerte
Heero. Gracias
Momentos después Quatre
sale de la habitación, tenía puestos un short y una camisa, contento enseguida
se acerca a Duo y le da un fuerte abrazo
Quatre. ¡Felicidades!
Duo. Gracias
El rubio y el trenzado
estaban muy contentos, incluso Quatre sentía deseos de llorar, se sentía muy
feliz por su amigo, Trowa y Heero los miraban, el ojiverde quita su mano del
hombro de Heero y lo mira
Trowa. Después me cuentas
Heero. Sí
El ojiverde sonríe a su
amigo y después se acerca a Quatre cuyas manos estaban enlazadas a las de Duo,
sonreían ampliamente, Trowa pone su mano en el hombro de su novio y lo atrae un
poco hacia él, el rubio suelta las manos de Duo y voltea a Trowa a quien le
sonríe, después voltea hacia Duo
Trowa. Nos vamos a casar
El rubio no lo puede evitar
y sonríe muy contento mientras mueve la cabeza afirmativamente, Duo reacciona
casi enseguida lanzándose a los brazos de su amigo, mientras que Heero mira a
Trowa de forma seria, el ojiverde estaba feliz, en cambio él se sentía extraño
Heero. Los felicito
Trowa. Gracias
Heero. Aunque...
Trowa. No digas nada... por
favor
Desviando su mirada hacia
Quatre y Duo, borra su sonrisa, Heero solo agacha un poco la cabeza, no iba a
opinar absolutamente nada, mientras Trowa fuera feliz en sus últimas le
bastaba, aunque lo que fueran a hacer Quatre y él no tenía sentido
Duo. ¿Y cuándo será?
Quatre. Anoche lo hablamos,
a más tardar un mes
Duo. Pero...
Sin saber cómo decirlo, Duo
mejor se queda callado, Quatre entiende a que se refiere pero intenta disimular
para no tocar el tema, sabía que de ese día a un mes todo podía pasar y que tal
vez Trowa moriría antes de eso, pero no quería pensar en su muerte, intentaba
que todo transcurriera normalmente
Quatre. Será algo
sencillo... ¿y sabes? Será en Santa Fe
Solo de oír el nombre de su
pueblo, Duo siente un fuerte escalofrío y se pone serio, Quatre lo nota y se
acerca a su amigo a quien le sujeta una mano con las dos de él
Quatre. Está bien... Treize
no irá allá
Duo. Pero mis padres, me
odiarán cuando sepan que dejé a Treize
Quatre. ¿Y no crees que lo
tienen que saber?
Duo. Tienes razón
Quatre. Nosotros estaremos
contigo
A Duo le vuelve la sonrisa
aunque aún se sentía inseguro, no quería enfrentar a sus padres porque
seguramente le pedirían que volviera al lado de su esposo a quien le tenían
mucha confianza y cariño porque lo conocían desde que era un niño... después de
dadas las noticias, Trowa y Quatre se visten apropiadamente para que los cuatro
pudieran comer juntos.
Después de la llamada de
Duo para decirle que dormiría en casa de Heero, el rubio había llamado a Trowa
para que fuera a su departamento, ya que no aguantaba las ganas de hacer el
amor con él después de aquella hermosa propuesta...
Los cuatro comen en un
Restaurante cerca del departamento del rubio ya que nadie quería cocinar,
después de eso Quatre tiene que irse a la escuela, de paso deja a Trowa en su
casa mientras que Heero y Duo se quedan en el departamento del rubio, iban a
ver películas mientras comían palomitas, el ojiazul no era alguien de muchas
palabras y a Duo a veces se le acababan los temas de conversación...
Al llegar a su casa sube
directamente a su habitación, su hermana que tenía la habitación al lado de la
suya, lo oye llegar y se dirige a ella, la puerta estaba entreabierta y se
asoma, su hermano estaba acostado en la cama mirando al techo, ella toca la
madera un par de veces y antes de recibir respuesta entra a la habitación,
Trowa voltea a verla y se sienta enseguida
Catherine. Hola hermano
Trowa. Hola
Enseguida Catherine se da
cuenta que Trowa se ve un poco triste, se preocupa pensando que tal vez se
sienta muy mal, por eso se acerca a él rápido
Catherine. ¿Qué tienes?
Llamo a un Doctor?
Trowa. No es nada
Catherine. Pero si te ves
cabizbajo
Trowa. ¿Recuerdas a Duo?
Catherine. Un poco
Trowa. Él y Heero son
novios
Al oír la noticia la chica
se sorprende abriendo ampliamente sus ojos, frunce el ceño con tristeza y
mientras mira a su hermano, se sienta a un lado de él
Catherine. ¿Estás bien?
Trowa. Sí... Quatre es mi
adoración... lo amo como jamás imagine que amaría a alguien, es solo que...
sentí un poco de nostalgia, es todo... pero estoy muy feliz por Heero
Catherine. Me alegro,
seguro que los cuatro serán muy felices
Trowa. Me gustaría creer
realmente en ello
Deprimiéndose por lo de su
enfermedad, se acuesta en la cama sobre unos de sus costados y se queda
completamente quieto, después de unos momentos cierra sus ojos, Catherine se
entristece por haber hecho que su hermano recordara que no iba a poder vivir lo
suficiente para ver feliz a Heero y para amar a Quatre, pero esa era la
realidad...
La película aún no
terminaba, apenas estaba por la mitad, Duo estaba muy atento a ella pues era de
acción, sin embargo Heero no estaba muy interesado, él prefería hacer otro tipo
de actividades, pero a pesar de que él y Duo ya era novios oficiales, no
encontraba la forma de invitarlo a alguna otra parte, además de que el trenzado
se veía muy interesado, la persecución en automóvil de la escena lo tenía
completamente atento...
Duo. No seas tonto, no
entres a ese callejón... ¡te lo dije!
Refunfuñando como niño, Duo
se cruza de brazos y voltea hacia Heero el cual estaba atrás de él, los dos
estaban semi acostados en la cama, entonces el ojivioleta se da cuenta que su
novio no estaba prestando atención
Duo. ¿Qué tienes?
Heero. ¿Eh?... nada
Duo. Si no te gusta la
quito
Heero. No, déjala, está
bien
El trenzado se queda
pensativo unos momentos y enseguida sin decir nada toma el control con su mano
derecha y detiene la película, después apaga la televisión
Heero. Pero...
Duo. ¿Qué quieres hacer?
Heero. Lo que quieras, ve
tu película, te veías emocionado
Duo. La verdad no, estaba
horrible
Heero. ¿Entonces?
Sonriendo tímidamente, Duo
se sonroja y desvía su mirada dejando a su novio un poco confundido, pero el
trenzado no dura mucho así y levanta su mirada observando a Heero, después se
voltea y se acerca dándole un beso en los labios, después se aparta un poco
Duo. Es que... si no haría
eso
Heero. ¿Besarme?
Duo. Sí, si no hacemos algo
me dan ganas de llenarte de besos
Heero. ¿Y eso es malo?
Duo. Malo no... es solo
que... temo no contenerme
Ahora el avergonzado era
Heero, él creía que solo era de él no poderse contener, pero al parecer a Duo
le sucedía igual, tal vez entre ambos la rigidez sexual era muy fuerte, pero el
trenzado no estaba seguro, no porque físicamente no deseara al ojiazul, sino
porque él mismo se apartaba de sus deseos, porque mentalmente no estaba
preparado para entregar su cuerpo a Heero, aunque lo amara, el ojiazul lo
entendía muy bien y por su parte hacía un gran esfuerzo por no mostrarse
demasiado interesado en el sexo, después de todo, ser correspondido por Duo lo
hacía muy feliz y por el momento eso le bastaba para sentirse dichoso... pese a
su naturaleza, Heero le sonríe a Duo y lo mira a los ojos fijamente
Heero. No hay porque
apresurarse ¿cierto? Duo, sucederá cuando tenga que suceder, aunque por el
momento... ambos lo deseemos
Completamente apenado, Duo
se sonroja y asiente con la cabeza, Heero coloca una mano sobre su cabeza y
revuelve un poco los cabellos, después lo sujeta del hombro y lo atrae hacia él
dándole un afectuoso abrazo
Duo. Tienes razón
Heero. ¿Vamos afuera?
Duo. Sí
Recobrando la alegría que
lo caracterizaba, Duo se separa de Heero y se pone de pie, estira su mano hacia
su novio quien la agarra y también se levanta de la cama... al salir del
departamento caminan por la cuadra, mientras lo hacían Duo contaba algunas historias
de cuando él y Quatre eran niños y vivían en Santa Fe, Heero lo escuchaba
atento pero no hacía comentario alguno, solo observaba a su amado.
Al pasar por una tienda de
helados, Heero compra a Duo un cono sabor chocolate y él se compra uno de limón,
se sientan en una banca de un parque cercano y ahí el trenzado continúa con sus
historias, cuando no tiene otra que contar se queda callado unos momentos y
termina su helado, Heero lo había terminado antes y ambos estaban acompañándose
en silencio. Poco después Duo se acuerda que tiene que contarle algo a Heero
Duo. ¿Sabes? Ya tengo
trabajo
Heero. ¿En serio? De qué?
Duo. Voy a ser asistente
Por un pequeño momento
Heero frunce el ceño con desconfianza pues le parecía raro que de buenas a
primeras Duo tuviera un trabajo de asistente, pero después recuerda que él y
Quatre le habían pedido de favor a Relena que hablara con su padre, entonces
Heero se tranquiliza un poco
Heero. ¿Del señor Darlian?
Duo. No, él me dijo que
sería el asistente de su Socio
Enseguida Heero sabe de quién
habla Duo y no le parece para nada conveniente por lo que se molesta mucho
Heero. ¿Con Noventa?
Duo. Sí
Heero. Olvídalo
Duo. ¿Qué dices?
Heero. No trabajarás para
él
Duo. Pero...
Heero. Ya lo dije... ni
hablar
El ojiazul se queda callado
y se cruza de brazos dejando de mirar a Duo, pero el en cambio estaba
confundido, sabía que Noventa no era de fiar y daba la razón a Heero para
desconfiar, pero aun así el ojiazul no tenía ningún derecho de decirle que
hacer y que no, además de que el necesitaba el trabajo y debido a su
inexperiencia le resultaba muy difícil conseguir en otras partes
Duo. Lo haré
Heero. ¿Qué dices?
Duo. Necesito el trabajo
Heero. Ese tipo te mira
suciamente
Duo. Lo siento, pero acepté
Heero. Haz lo que quieras
Completamente molesto se
pone de pie y se marcha dejando a Duo solo sentado en la banca del parque, el
trenzado se siente triste por la reacción de Heero y por abandonarlo, enseguida
sus ojos se llenan de lágrimas y se agacha apoyando la frente sobre sus
rodillas; el ojiazul caminaba a prisa sin mirar atrás, pero al haber avanzado
un par de metros se gira hacia atrás y ve al trenzado llorando, deja de caminar
y lo mira desde ese punto por un par de segundos, sintiéndose mal decide mejor
regresar, al llegar se pose frente a él
Heero. Duo...
Al oír su nombre el
trenzado levanta la cabeza y se pone rápido de pie abrazando a Heero
fuertemente sin dejar de llorar
Duo. No te enojes por favor
El ojiazul lo mira con
tristeza y colocándole las manos en los hombros lo aleja un poco de él, le
limpia las lágrimas del ojo izquierdo y después le coloca ambas manos en las
mejillas, Duo lo mira a los ojos
Heero. Entiende que me
preocupo, ese hombre no es de fiar
Duo. Lo sé
Creyendo que ha entendido,
Heero se acerca y besa a Duo en la comisura de sus labios sin soltar sus
mejillas, después vuelve a mirarlo a los ojos
Heero. Mañana buscaremos
otro trabajo
Duo. Pero yo prometí que...
Poniéndose serio, el
ojiazul suelta ambas mejillas de Duo lentamente y se aparta un poco
Duo. Es que...
Heero. Vámonos
Dándole la espalda
fríamente comienza a caminar, Duo siente un nudo en la garganta pero no iba a
llorar, Heero estaba en lo correcto al enojarse y preocuparse así, pero no
quería fallarle al padre de Relena quien se había portado muy bien con él. En
silencio regresan al departamento de Quatre
Heero. Bien, me voy
Duo. ¿Tan temprano?
Heero. Tengo tarea
Igual de serio y sin
despedirse, Heero le da la espalda a Duo y camina nuevamente hacia la puerta la
cual abre, pero antes de que salga el trenzado se acerca y lo abraza con fuerza
de la cintura
Duo. No te vayas enojado
Heero. Debo irme, es en
serio
El ojiazul agarra ambas
manos de Duo que se cerraban en su cintura y las aparta, sin decir más y sin
voltear atrás se marcha sin cerrar la puerta, Duo sale del departamento y lo ve
partir poniéndose muy triste, pero entra a la casa y cierra la puerta, esperaba
más apoyo por parte de su novio...
Como lo había estado
haciendo en muchas ocasiones, Quatre ayuda a Trant con sus materias, después de
eso tiene una clase y al salir de ésta encuentra a su nuevo amigo sentado en el
pasto cerca de la cafetería, como lo ve solo se acerca con una sonrisa
Quatre. Hola otra vez
Trant. Hola, siéntate
Quatre. No, ya no tengo
clase y quedé de verme con Trowa
Trant. Ah
Decepcionado vuelve a leer
el libro que traía en manos, Quatre nota la hostilidad y se molesta un poco
cruzándose de brazos
Quatre. Trowa es mi novio y
lo amo
Trant. ¿Y?
Quatre. Es normal que nos
veamos ¿no crees?
Trant. Si
Ignorando al rubio continúa
leyendo su libro, Quatre se fastidia por ello y separando sus brazos comienza a
caminar para alejarse, se había molestado, Trant en cambio se queda unos
momentos leyendo hasta que reacciona y arrepintiéndose de su comportamiento,
cierra su libro y guarda todas sus cosas en la mochila, se pone de pie y sigue
a Quatre que caminaba a prisa
Trant. Oye, espera
Quatre. Déjame en paz
Trant. Quatre.. escucha
Quatre. No me interesa...
adiós
El rubio camina con más
rapidez pero Trant logra alcanzarlo y le pone una mano sobre el hombro derecho,
Quatre voltea molesto
Quatre. Ya, déjame
Trant. Perdón por mi
actitud... es que... no me hagas caso, por favor
Quatre. Tal vez no es buena
idea que seamos amigos
Trant. ¿Pero por qué?
Quatre. Porque te gusto, y
yo amo a alguien más... tú no lo aceptas
Se encoge de hombros y
arquea sus cejas dándole después la espalda pero antes de caminar Trant le
coloca otra vez una mano sobre el hombro y lo hace voltear
Trant. Eso no es cierto, si
lo acepto
Quatre borra su gesto de
enojo y sonríe a su amigo, intenta decirle algo pero en ese momento del lado
contrario llegaban Erick y Ralph, el rubio los ve de lejos y borra su sonrisa
mirándolos fijamente, Trant se da cuenta y mira hacia atrás encontrándose con
la desagradable vista, ambos sujetos sonreían y se acercan
Erick. Mira a los nuevos
amantes ¿no te dan asco?
Ralph. Sí, bastante
Trant. Dejen de molestar
Erick. Uy, que pronto
"cambiaste de bando"
Ralph. Seguro que Quatre se
encargó de ello ¿verdad niñito?
Quatre. Váyanse al diablo
Con gesto de fastidio,
Quatre se voltea y comienza a caminar, estaba enfadado de sus estúpidos
compañeros, además aún no se le olvidaba lo que le habían hecho semanas atrás,
lo recordaba y le daban ganas de vomitar. Trant se queda ahí, retándolos con la
mirada, diciéndoles que si se metían de nuevo con Quatre les iba a ir mal, ni
siquiera hacían falta las palabras, después se da media vuelta y se marcha,
Erick tenía gesto de enojo total, Ralph se extraña de eso, nunca lo había visto
tan enojado
Ralph. ¿Qué pasa?
Erick. Los odio, de verdad
los odio... malditos maricones, todos me dan asco
Ralph. ¿Por qué tanto odio?
Erick. ¿Eres uno de ellos?
Ralph. Qué asco, claro que
no
Erick. Fue su culpa... de
ese sujeto
Ralph. ¿Quién?
Erick. Mi padre
Más extrañado que antes,
Ralph mira a su amigo detenidamente, él empuñaba con fuerza ambas manos, se
veía realmente muy enojado
Erick. Dejó a mi madre, nos
abandonó y se fue con otro maricón... jamás lo perdonaré... por eso todos me
dan asco, son unos cerdos
Sin ganas de decir más se
aleja de prisa y furioso mientras que Ralph estaba muy sorprendido, Erick no
hablaba casi nunca de su vida e ignoraba que esa historia hubiera sucedido,
entonces piensa que la homofobia de su amigo es comprensible, la suya en cambio
no tenía una razón específica de ser, le daban asco dos hombres juntos y ya...
Después de aquel suceso en
la escuela, Quatre se despide de Trant y vuelve al departamento, al entrar
encuentra a Duo acostado en el sillón, al principio cree que está dormido pero
cuando se acerca el trenzado abre sus ojos, los cuales estaban un poco rojos,
el rubio se preocupa y se sienta a un lado de sus piernas, estira su mano y
aparta unos cabellos de la frente de su amigo
Quatre. ¿Qué tienes?
Duo. Nos peleamos
Quatre. ¿Heero y tú? Por
qué?
El trenzado se talla los
ojos y después se sienta mientras mira a su amigo
Duo. Porque seré el
asistente de Marshall
Al oír ese nombre el rubio también
se sorprende de que el trenzado vaya a trabajar para él, sobre todo después de
las miraditas que el sujeto le había echado al ojivioleta en la fiesta
Quatre. ¿Trabajarás para
ese tipejo? Duo perdóname pero Heero tiene razón en enojarse
Duo. Lo sé pero necesito el
trabajo
Quatre. Por eso no te
preocupes, buscaremos en otro lugar
Duo. ¡No Quatre! No quiero
ser siempre el niñito a quien tengan que cuidar, además el señor Darlian fue
muy bueno en darme una oportunidad, no quiero defraudarlo
Quatre. Duo...
Duo. Confía en mí, puedo
hacerlo
Quatre. Mmmh... Está bien
Con esfuerzo el rubio le
sonríe a su amigo, realmente valoraba la valentía con que Duo se estaba
comportando aunque también le preocupaba que aquel sujeto fuera a dañar a su
amigo, aun así el trenzado tenía razón, no podía pasarse la vida esperando ser
la damisela rescatada del peligro
Duo. Gracias amigo
Sonriendo sinceramente, el
trenzado abraza a su amigo, estaba contento de recibir el apoyo de alguien...
Minutos más tarde de haber
llegado a su departamento después de haberle mentido a Duo sobre la tarea,
Heero toma el teléfono y llama a su amigo, Trowa se encontraba despierto y
responde enseguida ya que el teléfono era su celular
Trowa. Hola Heero
Heero. ¿Cómo estás?
Trowa. Bien
Heero. Perdón por no
haberte contado antes
Trowa. No te preocupes...
¿pasa algo?
Heero. Tuvimos nuestra
primer pelea
Trowa. ¿Qué sucedió?
Totalmente confundido se
levanta de la cama y avanza hacia la ventana, quedándose ahí mientras Heero le
contaba sobre la pelea que había tenido con su ahora novio, al ojiverde también
le sorprende que Duo vaya a trabajar para Noventa aun cuando se había dado
cuenta que ese hombre lo observaba insanamente...
Trowa. Entonces aun así
aceptó
Heero. Si... me siento mal
por tratarlo fríamente, pero me molestó mucho
Trowa. Heero, él solo
quiere tu apoyo ¿crees que no es consciente de que se arriesga?
Heero. Pero...
Trowa. Es bueno que te
preocupe, pero tampoco seas tan aprensivo con él
Heero. ¿Lo crees?
Trowa. Sí
Aún indeciso, Heero se
queda callado unos momentos, pero pronto procesa mejor lo que su amigo acaba de
decirle y se tranquiliza un poco
Heero. Es cierto... me
disculparé
Trowa. Bien
Heero. ¿Por qué siempre
sabes que decir? Me das envidia
El comentario sarcástico de
Heero hace sonreír a Trowa
Trowa. Solo digo lo que
pienso
Heero. Pero siempre es
preciso
Trowa. Creo que me
extrañarás ¿verdad?
Heero. No digas esas cosas
Trowa. Pero es cierto ¿no?
Porque moriré y ya nadie...
Heero. ¡Cállate!
El ojiverde se sorprende
por la orden de Heero, nunca antes el ojiazul le había hablado de esa forma,
enseguida se crea un aire de tensión entre los dos donde ambos se quedan
callados, Heero reacciona y se disculpa
Heero. Sé que quieres
tomártelo a broma... pero no es gracioso... es cruel
Trowa. Perdón
Heero. No... Está bien,
perdóname tu... mejor, cuéntame eso de que vas a casarte
Rompiéndose por completo la
tensión que se había creado entre los dos, Trowa le platica a Heero como es que
se le ocurrió proponerle matrimonio a Quatre y todo lo que había hablado con el
rubio al respecto...
Esa misma noche Heero llama
por teléfono a Duo para pedirle perdón por su actitud y enseguida se contentan,
Duo estaba feliz porque ahora no solo tenía el apoyo de Quatre sino también el
de Heero, por eso ahora más que nunca iba a poner empeño en su trabajo...
Días después, llega el día
en que el trenzado tiene que presentarse en la empresa de la cual Darlian era
socio, gracias a las facilidades de la Preparatoria abierta, Duo podía estudiar
y trabajar sin sentirse presionado. La secretaria de Darlian hace esperar al
trenzado ya que su jefe se encontraba en una junta importante con los
accionistas, de los cuales él y Marshall eran los mayoritarios; después de
algunos minutos la junta termina y comienzan a salir de la sala de juntas todos
los presentes, al último salen el señor Darlian y Noventa, el padre de Relena
ve a Duo de lejos y después de decirle algo a su nuevo socio, ambos se acercan
a donde está el trenzado que enseguida se pone de pie frente a ellos
Duo. Hola, buenos días
Amablemente estira su mano
para saludar a ambos hombres, sintiendo en Noventa un apretón extraño que lo
hace sentir incómodo
Darlian. Acompáñanos
Dispuesto, Duo se pone de
pie y sigue a los hombres que se dirigían a la oficina de Marshall, afuera de
ésta habían dos escritorios, uno grande y uno pequeño, Noventa señala el
pequeño mientras sonríe
Darlian. Éste será tu lugar
de trabajo
Duo. Órale, está lindo
La expresión hace reír al
señor Darlian pues se notaba que Duo era un chico alegre y eso le daba gusto,
en cambio Marshall lo recorría de pies a cabeza sonriendo de forma sucia
Duo. ¿Y éste de quién es?
Marshall. De Wufei Chang,
empleado mío
La sangre del trenzado se
hiela al oír aquel nombre, si verlo en la fiesta había resultado traumatizante,
saber que trabajaría con él resultaba aterrador, sin duda Traize estaba mucho
más cerca de lo que imaginaba, eso lo pone completamente tenso, Darlian se da
cuenta que se ha puesto pálido y se preocupa
Darlian. ¿Estás bien?
Duo. Sí... solo, no es nada
Darlian. Bueno... ¿Sabes?
Ese muchacho es novio de mi hija
Al padre de Relena le había
agradado Wufei como yerno, por eso estaba contento, se veía que era buen
muchacho para su hija, en cambio al oír aquella noticia, Duo se confunde por
completo pues hasta donde sabía, el pelinegro estaba perdidamente enamorado de
Traize, o al menos eso había notado el día de la fiesta cuando había
descubierto la infidelidad de su esposo
Duo. Ya... ya veo
El trenzado hace un
esfuerzo por sonreír un poco pero realmente estaba muy desconcertado
Darlian. Ve a piso uno a la
oficina de Recursos Humanos para que te den tu contrato y te expliquen lo de tu
sueldo y días de trabajo, cualquier cosa de papelería que necesites la
encuentras en piso tres ¿de acuerdo?
Duo. Si señor
Darlian. Bienvenido al
equipo
Duo. Gracias
Marshall. Sí, bienvenido
Con su mirada de viejo
libidinoso, Marshall recorre nuevamente el cuerpo de Duo haciéndolo sentir por
completo incómodo, pero no se quería dejar intimidar, por eso mantiene su
sonrisa amable
Duo. Gracias señor
Darlian. Nos retiramos
Duo. Ah, si
Marshall. Regreso en dos
horas, toma mis llamadas, en el cajón primero hay una agenda
Duo. Si señor
El trenzado avanza hacia su
escritorio y abre el cajón indicado, saca la agenda y la coloca a un lado del
teléfono, ambos hombres se marchan mientras conversan, Duo suspira leve y
después se marcha a piso uno para firmar su contrato, mientras se dirigía ahí
piensa nervioso a qué hora se topara con Wufei, en su mente se ideaba una y mil
formas de cómo actuar, seguramente se sentiría bastante incómodo teniéndolo tan
cerca, pero debía hacerlo, si quería trabajar en ese lugar, quisiera o no tenía
que ver a Wufei...
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